Soy la Zarina que protege a los suyos con su vida

El aspecto físico de esta mujer puede engañar bastante, ya que oculta dentro de sí una inteligencia prodigiosa y un tacto espectacular para la política. Anastassiya, al ser hija de Boyardos, fue entrenada para ser un modelo de mujer, graciosa, lista y muy sutil para decir las cosas. Podría decirse que es la mujer perfecta para un Rey... lamentablemente, todos tenemos nuestros defectos. Ella también.

Es una mujer terriblemente testaruda, al punto de que si algo se le mete en la cabeza, ni el mayor potentado del mundo la hará cambiar de opinión. Es, además, bastante celosa con los suyos, llegando a la sobreprotección. A veces peca de demasiado orgullo, al verse investida como la esposa de un Zar, pero luego se le bajan los humos de la cabeza. Cuando alguien la hace enojar suele ser cortante y cruel, pero esta mujer nunca se enoja sin razón.

Con todos los años que lleva muerta, gran parte del aspecto negativo se ha ido quedando atrás, dejando sólo los afanes de sobreprotección. Zajárina cree que es su deber el defender y proteger a su familia sin importar el costo. Ha conseguido además una sabiduría más allá de la que tenía en su vida humana, haciéndola una excelente consejera para quienes puedan escucharle.

Anastassiya Románovna Zajarina nace en 1530, bajo el seno de una importantísima familia de nobles Eslavos, también llamados Boyardos. Su padre, Román Zajárin, era un importante noble con gran influencia entre los suyos. Anastassiya recibió una educación prodigiosa, mucho más elevada que la mayoría de las gentes que vivía en territorio Eslavo. Aprendió modales, oratoria, equitación, manejo de armas... y diplomacia, que le serviría de mucho en un futuro no demasiado lejano.

A la edad de dieciséis años, el entonces Príncipe de Moscú, Iván IV Vasilievich, llamó a todas las mujeres en edad de casarse a que se presentaran en el palacio del Kremlin para efectuar la elección de la que sería su esposa. Anastassiya, aún sabiendo de sus habilidades, vio muy lejana la posibilidad de ser Princesa de Moscú. Además, temía a Iván. Muchos le habían dicho que el Príncipe era un ser frío, amante de las torturas, un carnicero en todo el sentido de la palabra. Grande fue su sorpresa al verlo como un hombre tranquilo... y también el hecho de saber que la había elegido de esposa. Así, a los dicecisiete años, Anastassiya se vio investida como Zarina.

Su marido era, a fin de cuentas, un buen hombre, pero había sufrido en su niñez muchos abusos de los Boyardos, por lo que les tenía un odio enfermizo. Era, además, de un enfado explosivo y peligroso. Anastassiya tuvo que poner gran parte de sus habilidades para calmar e influenciar a su esposo de la mejor manera posible. Ivan la adoraba. Anastassiya terminó también enamorándose perdidamente de su marido. Juntos, llevaron a cabo muchas reformas a aquella Rusia sumida en la confusión. Hasta que Anastassiya enfermó repentinamente. Nadie nunca supo qué le pasó, sólo que de un día para otro no tenía fuerzas para nada. Al final, en 1560 y a los 30 años, Anastassiya dejó este mundo... para entrar a otro. Estaba transformada en una fantasma, atada a este mundo para proteger a Ivan.

Así fue como supo que los mismos Boyardos a los que tantos años había tratado de defender habían sido los que la habían envenenado cobardemente, esperando con eso socavar la mente de Ivan. Lo lograron, de hecho, pero fue para peor. Totalmente enloquecido con la muerte de su esposa, el Zar comenzó a cometer las peores atrocidades que alguien se pudiera imaginar. Se ganó el apodo de "El Terrible". Aquello fue demasiado para Anastassiya, que no soportaba mirar a su antiguo marido de esa forma. Se fue de Moscú, hacia las tierras Boyardas del norte. Tenía una prima allí que hace mucho tiempo no veía, casada con un Boyardo honesto y trabajador, un tal Dmitri Navratinov. Al final, terminó quedándose allí para proteger a aquella familia. Dmitri era constantemente amenazado por los otros nobles, y aquella Zarina muerta no iba a permitir que aquellos que la mataron a ella les tocaran un cabello.

Así fue como Anastassiya Zajárina se quedó en este mundo, protegiendo a los hijos y nietos de su prima... Y esperando el día en el que, terminado su deber, Ivan IV Vasilievich venga a buscarla.