Cuando las Desgracias se Acercan [Privado]

por **Doppelgänger** Vie Dic 07, 2012 4:14 am

Pocos podrían ver su verdadera apariencia, casi nunca optaba por caminar en las calles con su rostro real al descubierto. No era necesario, alguien como él tenía una vida propia pero el juego se mantenía siempre y cuando casi nadie supiese de su existencia. Una vida a veces solitaria, dependiendo de cómo quisieses llevarla. Casi siempre las opciones eran las mismas, alejarte del mundo y moverte de modo que nadie pudiese atrapar tu corazón, y con ello tu vida. O bien, vivir una doble vida. Complicado, el había optado por la primera, mantenerse en el anonimato, pues en realidad no poseía un nombre real, uno que pudiese llamar propio. En su familia, no era el único con aquella tarea de advertencia, no podía estar en el mundo entero, pero al parecer era el único que habían optado por no darle una real identidad. Él lo desconocía, que siempre había alguien así, eran las leyes que les regían. Bajo la red en la que se movían, el era el centro, incluso si no era de su mismo conocimiento.

Las noches en París eran frías, la ilusión en torno a él jamás desaparecía. Al ir caminando por las calles, esta jugarreta de esconderse tras la magia que poseía, al encontrar a una víctima, por llamarle de algún modo, tomaba su forma cuando entre su futuro algo desastroso vendría a aparecer. A estas alturas ya no lo pensaba, solo sucedía. Era un especialista, nadie jamás notaría la diferencia entre él y la persona real. Esa era su habilidad.

Podía preveer una desgracia y tomar la forma sobre quien caería era su forma de advertencia. Muchas veces se refería a la muerte misma de la persona, en otras tantas solo a algo que pasaría a su alrededor. Tnía la libertad de solo mostrarse o bien darle algún consejo a la persona cuando le nacían las ganas de hacerlo.

A veces las visiones aparecían, si era un sueño premonitorio, significaba que debía ir y buscar a tal persona. Ese era su 'trabajo'. Quien le viese, con su imagen misma, como un espejo reflejándose era que algo malo iba a pasarle.

Pero en contadas ocasiones, solo lo hacía por diversión, cuando sabía que quien le veía conocía esa leyenda que rodeaba su existencia...

Quien ve al Doppelgänger es que va a morir

Cuando estas aburrido, por muy macabra la idea, si esta puede sacarte una sonrsa, vale la pena, y cuando eres alguien que no existe, es mucho mejor entretenimiento que cualquiera. Fue así que al ir caminando en la calle, dejó que la ilusión le vistiera, como a uno de esos transeúntes, asegurándose que le viera, que se notara a sí mismo en él al cruzar sus miradas.

por Invitado Jue Dic 13, 2012 8:49 pm

Pasaba los días en las calles, apenas podía conseguir algo que comer al pasar como un indefenso felino, la mayoría eran sobras que debía devorar si no otros gatos callejeros terminarían ganándole el alimento. Iba caminando por las calles con ese aspecto que denotaba su clase social. Siguió caminando, buscando a quien robarle, se había tropezado con un hombre, como si se fuera a desmayar se recargo en su prominente abdomen para aprovechar y sacarle todo lo que traía, después este lo empujo al suelo de nuevo, por lo menos tenía unos buenos francos en el bolsillo, pensaba en algo de comer, pero al igual en otras cosas de suma importancia.

Como si fuera poco, su suerte era tan buena que siempre le acarreaba problemas, estaba cansado de eso, hoy iría al lago en los bosques a lavarse un poco para andar en la ciudad y ver si ahora si una familia de buen dinero lo recogía, debía pensar en algo antes de ello, huir de sus problemas, aunque le daba miedo eso de quedarse para siempre en una forma, corría el riesgo de olvidarse que era humano.

Iba pensando en todo ello hasta que vio a una persona caminar por ahí, se veía de buena cuna, no le había visto el rostro, pero aplicaría lo mismo, se acercó caminando con ‘debilidad con la vista clavada en el suelo, como si estuviera enfermo’, que más daba, su físico se prestaba para eso, y choco contra él, primero poniendo su frente sobre esos grandes músculos, había metido la mano en uno de sus bolsillos sacando algo que no era dinero, aun así lo guardo para cuando había caído y se encontraba en el suelo hecho un ovillo.

-Lo siento mucho Monsieur –Murmuró con la voz muy apagada, quedándose en el suelo, como si quisiera dormir, fingió hacerlo, seguro el hombre se terminaría por ir, solo quería ver que le había sacado de aquel bolsillo, pero no se movía, parecía una roca y Luck no quería verlo, sus cabellos sobre su rostro se lo impedían.

por **Doppelgänger** Jue Ene 03, 2013 6:53 pm

El choque con su cuerpo le hizo detenerse. Acostumbrado a no prestar demasiada atención para no distraerse la mayoría de las veces, cuando menos no cuando había trabajo que hacer. Pero como esta no era una de esas ocasiones, tampoco importaba la apariencia que ahora tuviese, su identidad no existía como casi nadie había visto su rostro real, casi siempre como lo que representaba y nada más. Miró con atención a quien había chocado con él, su actitud le pareció curiosa.

No era asunto suyo lo que pasara con las personas, pero incluso sin un nombre, el seguía siendo un ser humano. Sin duda, él no sería su diversión justo ahora, más bien era algo diferente, no lo contrario, pero no una alegría, parecía que podías preocuparte más que alegrarte por quien se quedaba de esa manera en las calles. La suerte juega unas extrañas situaciones.

No había ninguna visión o alguna otra seña de momento que involucrara al joven con el que ahora estaba. Pero bien, a veces solo sucedía de pronto, así que no podía asegurarlo aún. Alguna vez, mientras se había detenido y hablado con alguien, al verle por un momento, había venido a él alguno de esos trancesm sueños o lo que fuesen, que le daban la información necesaria. Le importó poco que ahora estuviese viéndole de frente y por más tiempo del que debía. Normalmente no se ponía a charlar con la gente a menos que tuviese ganas de darles algún consejo a quien se acercaba acerca de lo que les esperaba.

Y entonces mientras intentaba ver su rostro algo le pareció inusualmente familiar. Se agachó mientras le tomaba del brazo para que voltease a verle -Ten cuidado muchacho, es peligroso que andes de esa manera - No lo dijo con ningún tono en articular. Suponía que el chico solo estaba cansado o algo. Aún así su curiosidad podía más. ¿Qué tenía el chiquillo que se le hacía conocido?

por Invitado Dom Feb 03, 2013 1:48 am

¿Por qué aquel hombre no se marchaba?, frunció los labios y se medió levanto, fingió acomodarse la ropa y metió dicho objeto entre todas las telas mal acomodadas, casi tocando con aquella zona intima, se sacudió las ropas y echo sus cabellos hacía atrás. -¿Le hice daño? –susurró con ese tonó débil y fingido, doblo un poco las rodillas y frunció el ceño, no quiso verlo así que desvió la mirada para poder buscar a alguien más, había tanta gente caminando por ahí que deseaba robar algo para poder comprar de comer, no quería convertirse en minino de nuevo para entrar a un sucio restaurant, al final terminaría con un escobazo en el lomo. Tenía enfrente a un hombre demasiado ancho y grande, algo le intimidaba, era como si su instinto le advirtiera de algo. Apenas levanto la mirada le frunció el ceño –Dame unos francos, necesito comer –Extendió la mano su voz era igual, y se encontraba admirando su cuerpo, jamás había visto un hombre así, él era delgado, sumamente delgado que hasta los huesos del rostro se le marcaban. Solo quería dinero, ya no lo molestaría después. Se iría y observaría más de cerca lo que le había robado, pero por ahora estaba hambriento.

por **Doppelgänger** Jue Feb 14, 2013 9:17 pm

-No me has hecho daño- el chico parecía débil y algo atolondrado, pero no estaba tan seguro. Notando que no le daba la cara, terminó por soltarle. Y estaba pensando en irse de ahí cuando en una extraña forma de ver las cosas, le pidió dinero como si nada -No tengo fancos que darte, pero puedo llevarte a un lugar, si quieres comer algo - Lo cierto es que el no llevaba mucho dinero encima ese día, no lo suficiente como para darle a él lo que le pedía.

Lo de llevarlo a donde él comía muchas veces, aunque probablemente no debía hacerlo. y de hecho, donde vivía, pero eso nadie debía saberlo, era algo que se suponía era parte de algo que su familia mantenía en alguna especie, no de algo secreto, pero si bastante como algo bastante discreto. Él no sabía mucho de como hacían para tener riquezas, personalmente el no poseía prácticamente nada, salvo lo que obtenía de ellos, que no podía decir era tan poco. Pero eso era en parte como el equivalente a que él no poseyera un nombre o una 'identidad' dentro de la sociedad.

Podía dejarlo ahí e ir a hacer lo que tuviese que hacer. En realidad había suficiente gente en aquel sitio como para que no se preocupara demasiado. Pero primero a esperar ver qué decía. Su carácter irreverente llamaba su atención de alguna forma. No le decía que se esfumara orque su curiosidad podía más por ahora. Eso y le daba un poco de pena verlo tan enclenque.

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