Exclusive Love Contract[Privado]

por **Aitziber D’ Lemoine** Dom Dic 09, 2012 8:46 pm

¿Cuantos días habían pasado exactamente? Unos 15 días exactamente, pero no era porque los estaba contando, simplemente el recordar un suceso tan extraordinariamente singular era tal fácil y además difícil de no recordar cada detalle que lo que habías pasado. Aunque parecía que para algunas personas si lo eran. Su padre no había querido que aquello pasara mas allá de ellos dos, para las otras personas aquel pirata la había secuestrado encontrando una recompensa que no obtuvo gracias a la valentía de su yerno. Se había enojado mucho con su padre, solamente ellos dos sabían la clase de calaña que era aquel idiota que tenía como esposo su hermana mayor, pero aunque lo odiara aceptar, su padre tenía razón, debían ser más inteligentes que aquel idiota, lo dejarían revolcarse en la falsa victoria que tenía en esos momentos, que su ego lo elevara hasta lo más alto para que cuando cayera, la caída fuera tan fuerte que lo matara en menos de dos segundos.

Fernir la había dejado en su casa aquella noche, le había prometido que no le diría a nadie sobre su condición, no deseaba ser el objetivo de algún inquisidor, por suerte aquel hombre era inteligente y sabía que era mejor tenerla como aliada que como enemiga. Extrañamente estaba muy apegado a ella, los primeros días que estuvo en su casa, en las noches venia a su habitación para verla como estaba y para que ella le contara alguna que otra queja, era un buen hombre, pensaba Aitziber y poco a poco comenzaba a tener cariño hacia él, ella de vez en cuando le preguntaba discretamente sobre su Jefe, que al parecer estaba un poco mal, pero poco a poco se recuperaba. Ya habían sido varios días desde que le había dicho que no volvería por cuestiones de trabajo, ella tranquilamente acepto, sabiendo que debía tener un poco de tranquilidad entre su gente.

Había tenido unos días muy ocupados con la remodelación de su tienda y la obtención de las hierbas que se habían perdido en el enfrentamiento, por suerte no había sido algo de qué preocuparse y todo pronto estaría arreglado –para el próximo mes!?- pregunto al hombre a cargo. No podría volver a trabajar hasta los finales del próximo mes, eso le ponía de mal humor. ¿Qué haría hasta entonces? No tenía más responsabilidades, solamente tenía su tienda en donde se distraía y no quería estar entre hombres trabajando todo el día –Bueno iré de comprar, a ver qué encuentro en el mercado- tenía tiempo que no iba al mercado ambulante, recordaba muy bien la última vez que había ido, se había encontrado con una hermosa aprendiz de bruja que casualmente era la misma aprendiz de su maestro actual. ¿Qué había sido de ella? No lo recordaba, había hablado con su maestro, pero no le había querido decir exactamente qué había pasado con ella, aquello le había preocupado, comenzaba a oír mucho revuelos sobre la iglesia y sus planes para exterminar a los sobrenaturales de parís, su maestro parecía preocupado por aquello, pero no le había comentado nada mas, parecía algo evasivo y eso no le gustaba a Aitziber.

Debía haber algo sobre la desaparición de su aprendiz y algo más, pero en esos momentos prefería apartarse de los problemas sobrenaturales, luego habría otra ocasión para aquello. Estaba dispuesta a disfrutar un día en aquella calurosa tarde en donde el polvo comenzaba a alzarse y todos parecían acelerados, aquello era el mercado, lo disfrutaba, siempre era algo divertido aquel orden guiado por nadie, pero que aun así funcionaba. Los vendedores comenzaron a ofrecerle a una linda señorita con los cabellos aun cortos y su rostro asiático; algunos dirían que era una extranjera, pocos aseguraran que era también mitad francesa por su padre, pero poco importaba lo que ellos opinaban. Su hermoso vestido verde como el aura que desprendía se movía fácilmente entre los puestos improvisados de los vendedores, que vendían desde falsos amuletos para la buena suerte hasta semillas para sembrar en las pequeñas granjas familiares a las afueras de la ciudad. Todo parecía ser una tarde normal en parís, podía sentir como su cuello descubierto por un escote que algunas mujeres muy conservadoras dirían que era algo atrevido, un poco de sudor y el polvo pegándose en su rostro que tenía solamente un poco de maquillaje, pues no necesitaba mucho y tampoco le agradaba mucho tener tantas cosas en su rostro.

Tenía suerte de tener el cabello corto, si lo tuviera muy largo hubiera necesitado ayuda, pues se hubiera ahogado, el corsé de un color pastel suave con decoraciones en verde se movía de un lado a otro, hinchados y deshinchándose lentamente, pues no tenía ninguna excusa para estar agitada, solamente un poco, por el calor de aquel lugar. Se movió hasta en un punto en donde pensó que no había tanta gente, pues ya la presión comenzaba a molestarle, comenzaba a desear salir de ese lugar tan estrecho, pero lo que encontró fue un lugar aun más estrecho gracias a los compradores desesperados del área. Busco tomar una bocanada de oxigeno, pero una mujer pequeña en todo aquel mar de humanidad era difícil y lo único que encontró fue desesperación, sus pies desearon retroceder, pero lo único que encontró fue un muro acolchado impidiéndoselo, giro su cuerpo rápidamente, un poco molesta, pero por suerte lo que encontró fue un casa conocida, alzo su mirada encontrando entre esa capucha marrón –Fernir!!- exclamo aferrándose a su torso y escondiendo su rostro en aquel pecho ancho y varonil –Que alegría verte… ya me estabas preocupando- una de aquellas sonrisillas infantiles le salió e ilumino cada rincón apestoso de aquel lugar, pero el hombre tono su rostro pálido y sudoroso y aquello le preocupo, así que rápidamente la tomo cuidadosamente llevándola a un lugar más fresco y con menos gente, en donde un rincón algunos de los tripulantes estaban cerca.

En su rostro se veía que le alegraba que cada uno de ellos estuviera bien –Chicos!- susurro un poco apenada al sentirse un poco a gusto con ellos, retrocedió un poco mientras Fernir parecía buscar con la mirada a alguien, Aitziber bajo la mirada levemente sintiéndose sonrojada por aquella situación y a la vez melancólica pues parecía que él no había venido-¿Acaso no quiso verme?- pregunto un poco enojada de sí misma por aquellas palabras que salían de sus labios y del sentimiento que aquello provocaba su corazón. Pero entre lo lejos parecía que otro de ellos aparecía con una capucha negra, sonrió levemente al sentir poco el cambiaformas volador la apachaba para animarla mientras le señalaba el que venía, se sonrojo aun mas apartándolo hacia un lado de un empujón –Idiotas no piensen tonterías…- dijo riendo alegremente –miren que aun estoy enojada con ustedes por cortarme el cabello- refunfuño un poco mientras aquel desconocido tan conocido de acercaba.

por **Teng Jin-Ho Zhen** Dom Feb 17, 2013 5:33 pm

¿Cuánto tiempo había pasado en el que había estado cautivo en su propia habitación? Fenrir lo había tenido dentro de su habitación hasta que se sintiera mejor de aquella herida que había sufrido, los desmayos y los mareos habían cesado pero faltaba aquella mujer que ladraba como un perro...pero que echaba de menos. Tras varios días prácticamente cautivo, había tenido una pelea, una riña con Fenrir y con ello se llevo una cicatriz en el rostro que le llegaba desde la sien izquierda hasta su pómulo izquierdo, yendo en un dibujo de medio ovalo. La gente le miraba y temblaban de miedo, ya por el tanto era temible y había sido reconocido como el más feroz y peligroso, igual que su padre....no recuerda que fue de él. En su opinión...tonterías. Él estaba en cubierta esperando llegar a puerto francés. Las aguas por primera vez eran molestas para sus oídos y para su larga espera, quería llegar ya.

Más tarde, tras varios días aun navegando, Teng siente como su corazón se inquieta, se va acelerando poco a poco al saber que el barco por fin se dirigía a puerto francés. Saldría rápidamente a buscarla a la tienda, pero se lo pensó mejor. Se puso un parche negro en la zona herida y un pañuelo en diagonal cubriéndole parte de su rostro. No quería que ella le viera así y por encima, un capuchón negro que lo cubría por completo. Todos hicieron la misma vestimenta, capuchas marrones oscuras y con el rostro cubierto-...Que no os vea nadie...-Miro a Fenrir, ya había recuperado su mandato en el navío-...Fenrir...Búscala...-Ambos se miraron fijamente, después de que ellos bajaran, Teng espero por media hora en cubierta, sentado sobre la barandilla del navío y mirando a un punto en la nada.

No era su estilo, pero se sentía prácticamente mal por sentirse nervioso. No sabía cómo ni porque, pero quería volver a besarla y a dialogar con ella al menos un poco más....y si había suerte no acabar asustándola por el aspecto que tenia ahora mismo. Temía que saliera huyendo, que... ¿ahora se preocupaba? -...hum...-Secas eran sus palabras y su expresión en el rostro lo decía todo. Suspiro y de una de las cuerdas del navío mientras atracaba en puerto llego a sus manos y trepo por ella hasta que se balanceo y acabo sobre las tejas de un tejado de una de las calles principales del puerto.

Desde arriba entonces vio como sus hombres se desperdigaban por los callejones, el seguía el rastro pero simplemente desde el tejado, saltando de tejado en tejado, estaban juntas y tenia buena elasticidad para el salto...hasta que finalmente con capa negra a los hombros y su rostro oculto fue bajando por las cañerías hasta saltar al suelo, quedarse medianamente arrodillado en el suelo y lentamente iba incorporándose de pie. La gente que estaba a su alrededor quieta estaba, paralizada al verlo de repente alrededor de ellos como sombra y tan lleno de misterio. Oía las murmuraciones, escuchaba aquí, por allá e incluso más lejos y de la galantería que tenia, simplemente fue mezclándose entre la gente, llego a encontrarse con Fenrir y con Águila, se quedaron detrás de Teng hasta que el mismo capitán la diviso entre la multitud.

Las ordenes fueron precisas y exactas, el se escondía, mientras los demás atrapaban a la dependienta y la llevaban aparte y finalmente, después de varios intermedios de abrazos y arrumacos, Teng finalmente hacia su aparición entre las sombras, tomando a la mujer de cabello corto de la cintura y acorralándola contra el callejón sin salida, los demás cerrando el paso al mercado. Todos sabían que al final los enamorados se habían reunido una vez más, pero ni Teng ni seguramente la mujer de cabello corto lo admitiría-....Patético...-susurro al oído de Aitziber-...-No dijo nada, tan solo le tomo el mentón con una mano para poder alzarle el mentón lentamente, se iba acercando poco a poco hasta volver a plantarle un lento y casto beso-....Morena...Cuanto tiempo ¿no?

por **Aitziber D’ Lemoine** Vie Mar 22, 2013 10:52 pm

¿Qué era lo que sentía en su pecho? Una estúpida presión que no la dejaba respirar bien, quiso evitar pensar en boberías que se le venían a su cabeza, pero eso era más que imposible para alguien como ella. Sabía que estaba perdida, nunca había sentido algo así por alguien. Siempre que sus hermanas hablaban de esos enamoramientos que muchas veces habían tenido, antes de encontrar a sus esposos, se había quedado extrañada de que nadie lograba interesarle como ellas decían que lo hacían los chicos. Era cierto que en ocasiones veía atractivo a algunos jóvenes de su edad, pero era solamente atracción física. Solamente recordaba una vez cuando sintió algo parecido a un malestar en el estomago y fue por una chica llamada Odette, era casi de su misma edad, pero luego de unos años viéndola y conversando con ella; como simple conocidas. Termino desapareciendo de la vida de Aitziber.

Los hombres le miraban como cual niña pequeña era, ella les miro de reojo mostrándose un poco disgustada y hasta apenada por sus sonrisas socarronas, si, le daba pena admitir que comenzaba a desesperarse por no verlo en ese momento. ¿Será que algo le había sucedido? Si era así Fenrir se iba a llevar un buen regaño. Ya se había comenzado a preocupar, pero entre aquel oscuro callejón del mercado salió una silueta alta y algo distorsionada por las sombras, pero entre mas se acercaba, más claro se ponía todo, frunció el ceño y rápidamente cambio su expresión a uno malhumorado y de pocos amigos. ¡Había estado allí todo el tiempo! Ella preocupada por su bienestar y el tranquilo escuchando todo lo que ella preguntaba. Sintió el calor de su mano recorriendo su pequeña cintura y llevándola hasta el fondo del lugar mientras los otros daban vuelva para vigilar cualquier movimiento extraño y proteger a aquellos dos tortolos.

Sintió el frio de la pared en su espalda, bajo la mirada y pronto sintió el susurro de Teng muy cerca de ella, quiso bufar algo, también responderle pero le había sujetado y la hizo alzar la mirada, antes de que ella reaccionara, deposito en sus finos labios de muñeca un pequeño y simple beso que unía sus labios por unos segundos -…- no supo que responder y volvió a bajar la mirada apenada ¿era tan difícil decir aquellas palabras? Sentía que si no las decía se iban a quedar en su interior y poco a poco comenzaría a consumirla de forma dolorosa. Noto que algunos ruidos y movimientos se incrementaban. ¿Estaba sucediendo algo? Tal vez solamente era la vida diaria del mercado, pero Teng giro su cuerpo para percatarse de que todo estuviera bien, por unos segundos sintió que se iba y para ella era como una sensación de que se estaba retirando para siempre de su lado. –Espera…!- susurro sintiendo como todo su cuerpo se tensaba y miles de sensaciones recorría su cuerpo. Le sujeto sus ropas, arrugando un poco con sus manos apretujadas, pero no le importaba, pues si era necesario utilizaría todas sus fuerzas para que él no se fuera de ese lugar –Te…- frunció levemente los labios mirando hacia el piso. No, no era bueno mirar hacia arriba, mirar hacia esos ojos que aunque buscaran ocultarlo, estaba esperanzado en que ella le dijera algo positivo, algo lindo, alguna cosa que valiera la pena.

-Te extrañe, Teng- dijo al fin con mucha dificultad, pero sintiendo como su cuerpo se liberaba de una tensión –Estaba preocupada por ti, no sabía nada y pensé que podrías estar herido… ¿te sientes bien? ¿Has descansado lo suficiente? ¿No has peleado? ¿Cierto?- por fin pudo verle a la cara mientras le bombardeaba de tantas preguntas que podría sus labios sacar, se acercaba cada vez más, sin soltar las ropas del contrario. Por unos segundos se había quedado cayada, al notar que tenia aquello ocultando su rostro, ladeo su cabeza algo dudosa de preguntarle, pero de su boca salió: -¿Por qué ocultas tu rostro?- salió aquel pensamiento de golpe. Su mano quiso tocarlo, quitarle esa absurda cosa de su rostro, para ella lo era, ¿acaso se estaba escondiendo así de los guardias?

por **Teng Jin-Ho Zhen** Sáb Mar 23, 2013 8:26 am

¿Le había echado de menos? Imposible...o no...

Era cierto que en horas a la alta mar, él siempre la tenía en sus pensamientos por alguna extraña razón que quizás no admitiría. La tenía delante de él, ella se sujetaba a sus ropas raídas y manchadas de tierra aunque hubiera querido estar presentable para Aitziber. Vio su mano alzarla hacia su rostro oculto, pero con dulzura la tomo y le beso el dorso para bajársela lentamente y colocarla sobre su pecho-...Bueno...tuve una pelea con Fenrir tras cuando estaba enfermo...-sonrió solamente para que ella fuera testigo de aquello, le rodeo la cintura con ambos brazos para atraerla contra su cuerpo y poder llegar a besarla lentamente, llevando las manos hacia arriba para posicionarlas sobre su pecho-....No tengo por qué ser...Ehm...-se rasco la cabeza, sin querer se le cayó la capucha y el parche en el ojo junto con la cicatriz en diagonal, se dejo a la vista-...¡Ah!...-se separo enseguida de ella, se agacho haciéndose una bola y se cubrió de repente la cabeza, ocultando su desfigurado rostro.

-Me...Mentiroso...-dijo finalmente tras recuperar la palabra en su mente. No quería ser un mentiroso con ella y siempre intentaría ser fiel y sincero solo con ella. Intento tranquilizarse, estaba nervioso, intranquilo, asustado por la reacción de la bruja, intentaba calmarse pero intentaba que no se notara tanto, hasta que finalmente se incorporo de pie delante de Aitziber, dándole la espalda y se echo mas la capucha hacia delante, cubriéndole más el rostro si podía llegar a ser posible.

Sus hombres habían echado el alboroto, pero enseguida volvieron a sus posiciones de guardia. Respiro varias veces antes de darse la vuelta y dar la cara frente la bruja, se le acerco tanto que volvía a osar el espacio a la intimidad, le tomo de las manos y solamente se le quedo mirando-...Sigues endiabladamente bella como siempre...bruja....-Apoyo con cuidado la frente contra la ajena, la sujeto de los hombros y los bajo hasta su cintura-...Durante la ausencia de tu persona, Fenrir me ha estado cuidando, pero hubo...-trago saliva-...hubo una noche en la que tuvimos una pelea....-suspiro-...Cre-creo que soy ahora como el....-trago saliva, suspiro lentamente y beso la frente de Aitziber-....No sé...por ahora no he sentido...nada....tan solo desprecio por el astro lunar...que veo cada noche....-suspiro de nuevo y se acerco a su oído-....Temo que solo vine...para despedirme...-dijo con un nudo en el estomago, si de verdad se había transformado en un licano como lo era Fenrir, su relación estaba en peligro, seguramente no lo era, quizás debería de estar seguro antes de nada.

-...O si me ayudaras a saber si lo soy o no....retiraría mis palabras de dolor...-Susurro acariciando una de las mejillas de la muchacha, toco sus cortos cabellos con las manos en suaves caricias, le acariciaba el cuello con suavidad con la punta de los dedos, suspiro de nuevo y finalmente se quedo mirándola a la cara con el rostro descubierto, sin capa, sin capucha, mostrándole el parche en el ojo y con la cicatriz reciente en un rosa fuerte-...Fenrir ha hecho lo que ha podido por curarme....-Dijo con cierta dejadez. No estaba seguro del nivel de riesgo que podría estar ahora el pirata. Aunque si era lo que temía, lo podría usar a su favor-....Me hirió siendo humano...¿tengo riesgo alguno? –pregunto a la bruja que la consideraba la más inteligente, sujetándola de los brazos con suavidad para que no fuera a matar a su contramaestre.

por **Aitziber D’ Lemoine** Mar Mar 26, 2013 1:17 am

No podía ocultar su rostro de sorpresa, de impresión al ver aquella gran herida en el rostro de Teng, lo vio hacerse una bola, alejarse de ella como si fuera alguna cosa rara, Aitziber se quedo en silencio por unos segundos, llevando su mano a sus labios para evitar que saliera algún ruido extraño de sus labios, si estaba impresionada, pero estaba más preocupada que esa herida se pudiera infectar-Pero tu estas bien… ¿cierto?- era lo único que quería saber, eso era lo único que le interesaba en ese momento, que Teng no le diera la cara, comenzaba a molestarle, pero por suerte este se giro antes de que ella le gritara y formara un escándalo mayor. Sonrió de forma tierna y algo apenada por las palabras del pirata, pero poco a poco comenzaba a tranquilizarse, a acostumbrarse, a mantenerse tranquila, escucho atentamente el relato del hombre y su notable y normal miedo por aquella cuestión tan delicada.

Sintió un nudo en la garganta, bajo la mirada, notablemente afectada, claro, el tenia una dificultad y deseaba salir corriendo, los piratas eran unos cobardes, siempre lo habían sido, nunca cambiaban, saliendo a recorrer el mundo solamente para escaparse de sus responsabilidades. Le miro con sus ojos llenos de dolor mientras escuchaba las últimas palabras que salían de los labios de Teng –pero si eres uno… ¿se te hará tan fácil irte y dejarme?- pregunto con su voz casi hecha pedazos. Por eso odiaba abrirle el corazón a alguien, pues siempre ese órgano saldría herido. Sintió las carisias del hombre mientras ella estaba acorralada, deseaba quitárselo de encima, pero sabía que eso podría ser un gran error. El la conocía muy bien, la había sujetado para que no fuera a armar un drama a Fenrir. -…- dio unos pasos hacia atrás alejándose de el por unos centímetros que se convirtieron en metros, se quedo pensativa por unos momentos mientras buscaba en su cerebro las respuestas de el pirata deseaba, analizaba todas las cosas que había leído de la metamorfosis del licántropo, había cierta probabilidad, pero no era seguro.

-Es muy poco probable- dijo ella luego de unos minutos. Miro hacia el grupo de hombros, que parecían no estar pendiente de lo que ellos hacia, su mirada se dirijo a Teng para acercarse a él y sin que él pudiera hacer algo le sujeto el rostro para examinarlo –¿No has tenido fiebre?- noto que no había cicatrizado bien y aun se veía algo rosada, pero al parecer no había nada de pus o rojizo, pero era mejor prepararle algo para que su piel pudiera hacer un buen trabajo y su cuerpo no luchara con las infecciones que podría llegar a aparecer gracias a esa herida. Bajo la mirada suspirando pesadamente –No puedo creer que tenga que ser como tu enfermera- dijo ella entre un susurro para luego posar sus finas manos en los hombros y luego aferrarse a su cuello, era la primera vez que estaba haciendo algo así, no sabía cómo actuar o que hacer, pero ya la cercanía de él le era tan común que no le importaba buscar el calor de su cuerpo. Le miro para sonreír ampliamente y luego separarse.

-bueno… te quedaras en el local- concluyo estirándose un poco y acomodando su corsé y alguna arruga en la falda –Allí podre curarte mejor y pues esa herida no es algo fácil, necesito que te quedes algunos días- volvió a centrar su mirada en el con una amplia sonrisa, si ella era autoritaria, no podía que decir que no, debía hacerlo y ya –allí podremos ver si Fenir te ha malogrado más de lo que veo-añadió alzándose de hombros. También estaba preocupada por aquello, pero más estaba que aquello los fuera a alejar –Teng…- se acerco a él susurrando su nombre con tanto amor que ella misma se sorprendió de tanto que lo había logrado llegar a querer –Esta pequeña cosa no me apartara de ti, no me importa lo que seas, estaré junto a ti, así que no te pongas con tonterías y no te atrevas a dejarme- le golpeo el pecho para luego ocultar su rostro en este con cierta timidez de que le viera de esa forma que ella pensaba que era insoportablemente débil.

por **Teng Jin-Ho Zhen** Mar Mar 26, 2013 6:30 am

Entonces, ella no sabía que el dolor era un sentimiento compartido por ambos, Teng la agarro contra su cuerpo, podría haberse ido y haberla dejado, si, pero no lo hizo. Se quedo ahí, de pie y abrazándola, con una mano sobre los cortos cabellos de la bruja y la otra mano rodeándole los hombros, acunándola e intentando parpadear con ojos llorosos hacia el cielo para después tener que sonreír un poco-Que terca eres...-se quedo mirándola fijamente a los ojos, tomándola del mentón para que la mirase y acariciar con el pulgar aquellas mejillas rosadas que la definían como una muñequita de porcelana-...Aitziber...temo hacerte daño si en realidad soy lo que soy...-se lamio los labios lentamente-...pero es muy probable que me hayas embrujado...-tuvo que mirarla fijamente a esos ojos castaños-...y no, no he tenido fiebre últimamente....-intento recordar pero en lo que pensaba, Fenrir se acerco a la pareja para terminarle la frase.

-Teng estuvo con varios grados de fiebre, yo hice que se la bajara con paños húmedos pero aun así insistió en hacer una parada en Paris antes de...
-Sht!-Teng miro con muy malas pulgas a los ojos de su contramaestre, se le quedo mirando como si hubiera estado a punto de decir algo que no vendría al momento. Teng tuvo que separarse de Aitziber con lentitud de ella, poniéndola detrás suya y protegiéndola-....Ya te he dicho que no iremos...y punto. Fin de la discusión...-Se quedo mirándolo fijamente, se dio la vuelta mirando a la bruja y le tomo de las manos-...Llévame al local antes de que el destino nos interponga algún obstáculo más y nos haga separarnos...-se llevo las manos ajenas a sus labios para poder besarlas con lentitud, sonrió y la abrazo por los hombros.

La sombra de Fenrir se había alejado de la pareja, pero en su rostro había terquedad y un ceño fruncido hacia su capitán. Ambos sabían que algún día volvería a donde tenía que estar desde un principio. Se quedo fijamente abordado en el suelo para después reunirse con los demás. Fenrir parecía solo preocuparse por el muchacho que ahora parecía haberse enamorado de una mujer francesa. Fenrir lo había visto antes. Antes de trabajar para Teng, Fenrir había servido anteriormente en otro barco pirata, pero siempre uno o dos se quedaban en tierra afianciandose un futuro mejor o quien sabe que. Con el tiempo, Teng había sido el hijo que nunca había tenido, y temía perderlo y si Teng se quedaba, él también y entonces un efecto dómino pasaría a la tripulación del barco y así acabando con el linaje pirata de Zao Fhen. Algo no iba bien...aunque si se quedaba, Teng siendo alguien nuevo aquí en tierra, podría recurrir a él como príncipe de las islas Orientales....mm tampoco es que Fenrir estuviera al tanto, pero era hijo de la hermosa emperatriz de Así, de China en victo.

Fenrir dejo a la pareja y se fue con el grupo.

Teng miraba a Aitziber, la observaba y se separo un poco para sacarse un objeto envuelto en un pañuelo de seda de varios colores. Era una perla. Una perla que habían encontrado en un cofre con un montón de monedas de plata y de oro y entre más joyas. Lo que encontraron permanecía en el fondo de su barco....o eso es lo que había hecho creer a la tripulación-..Puedo entender que esta perla no sea mucho, pero brillaba igual que...-tuvo que atrancarse porque no sabia que decir. A pesar de ser tan temido, tan serio y tan rudo a veces, era un completo incompetente en el amor o a la hora de decir las cosas-....brillaba igual que tu...-se quedo mirándola fijamente, suspiro y después fue a besarla lentamente, a la vez que ponía la perla en su mano y la cerraba para que se quedara la perla consigo misma.

-Lo harás bien....-tosió-..lo de enfermera digo...-encogió los hombros un poco y se quedo esperando su reacción. ¿No le gusto la perla? -... ¿No...no te gusto la perla? –Se quedo mirándola fijamente. Ups. Creyó meter la pata una vez más.

por **Aitziber D’ Lemoine** Miér Abr 10, 2013 4:10 pm

Si, ella era terca, no se conformaría con un no, pues para ella esa palabra no era aceptable y mucho más si ella sabía lo que era mejor. Fenrir le indico lo que había tenido, sabía que Teng le mentiría para no preocuparla, algo que era malo pues considerando que ella era una curandera. Frunció levemente el ceño, pero lo dejo pasar. Odiaba los secretos y las incógnitas porque se sentía fuera de lugar, no sabía exactamente lo que pasaba y eso la podría poder de mal humor, se puso detrás de Teng mientras escuchaba lo que él le decía a Fenrir. Estaba a punto de preguntar qué era lo que sucedía pero el pirata la interrumpió –Pero Teng… antes…- no aun no pudo decir nada, estaba a punto de volverse malhumorada, pero dejo salir un suspiro para así tranquilizarse un poco. Había entrecerrado sus ojos. Escucho las palabras no Teng y abrió los ojos para encontrarse con una hermosa perla escondida entre una tela, la bruja miro curiosa y un poco incrédula de lo que estaba viendo, alzo su mirada para dedicarle una amplia sonrisa a la persona que se podría decir que se habia convertido en la más importante de todas.

Tomo la perla entre sus manos pequeñas mientras se perdía entre un beso que le brindaba aquel pirata que había robado su corazón completamente –Se puede decir que ya tengo experiencia en cómo tratarte- dijo sonriendo ampliamente mientras escondía aquella perla recelosamente entre sus manos –Si me ha gustado!- dijo apresuradamente, mirándole fijamente –Pero veras, no estoy acostumbrada a un regalo como este- dijo al fin mirando la perla y sonriendo ampliamente, estaba feliz, así es, estaba feliz porque su primer regalo valioso se lo había dado una persona que verdaderamente amaba y solamente por eso hacia aquel regalo aun mas valioso de lo que era en sentido monetario.

-Bueno… es mejor irnos, debo examinarte mejor- indico ella sosteniendo su mano luego de haber guardado el regalo en un bolsillo oculto de su vestido –Lo cuidare mucho…- indico ella refiriéndose al regalo. Le dio un beso en sus labios. Acaricio dulcemente su cabeza para luego tocar su cara en donde tenía aquella fea herida –Igual que lo hare contigo, no debes preocuparte, Teng- le indico ella. Luego comenzó a ver hacia los lados, parecía que no había ningún peligro. Algunos de los fantasmas que rodaban por allí le indicaban que todo estaba tranquilo y que todo estaba despejado, ella sabía que podía confiar en ellos, aunque en realidad pocas veces lo hacía, por eso siempre se mantenía atenta a cualquier cambio. Su prioridad en ese momento era tratar a Teng, de resto le tenía sin cuidado, era mejor dejar de perder el tiempo y moverse, así que lo jalo para que comenzara a caminar junto con ella. No estaban lejos, pero tampoco cerca, así que era mejor apresurarse y llegar temprano.

por **Teng Jin-Ho Zhen** Vie Abr 19, 2013 12:56 pm

Dio un leve traspié por la sorpresa que le dio el tirón de la bruja al saber que quería que caminaran ya de inmediato. Este sonrió de lado levemente, mostrándose algo acaramelado hacia la bruja. Habían comenzado a andar, y sin poder evitarlo, yendo por unos callejones que acortaba el camino hacia el local, este acorralo a la bruja de nuevo contra la pared para comenzar a besar su cuello, a reírse de lo que hacía con ella, le beso la mejilla, la sien, le abrazo la cintura para después besarle lentamente en sus labios y fundirse lentamente en sus labios que tanto le gustaba catar.

-...Está bien...-Sonrió de lado-...Cuando mires la perla, recordaras la fuerza con la que late mi corazón al igual del brillo de la perla...-Dijo en un leve susurro, sonriendo aun mas en su rostro, besando sus labios rápidamente y ¿Cuánto tiempo había pasado desde que él la había encontrado en el local moribundo? Varias semanas y el estar con ella de repente de nuevo, se iba a lanzar a las profundidades del mar, pensando en sí debería de hacerlo ahora o si era demasiado pronto. Decirle también de donde venia sus ramas familiares o si debía seguir en el anonimato como pirata más temido de los siete mares.

Estaba en deuda de aquellas preguntas que no se dio cuenta de que los soldados de la otra vez estaban obstruyéndoles el paso en aquel escueto callejón. Miró fijamente a los hombres con sus uniformes azules y sus escopetas al hombro. Se quedo mirando fijamente a los soldados, sus manos se encogían en puños aguantando las ganas de golpear a alguien. Estaría pensando en si era una emboscada en la que se los habían cruzado por algún rumor o algún espía entre el grupo. Pero también se quedo pensando en si la persona que tenia al lado había dicho algo a quienes lideraban la salida obstruyéndola para los piratas, o simplemente si hubiera dicho algo en la casa a alguien.

Se la quedo mirando fijamente a los ojos, bajo esa capucha oscura la miraba fijamente a los ojos. La tensión crecía en su interior, la desconfianza parecía aparecer cuando nunca lo había hecho hacia ella. Miro de nuevo a los soldados y solamente suspiro, mirando a los lados, miro a su contramaestre y después a la bruja de quien la tomo del mentón para poder verla a los ojos-....Dime que no los has avisado...para poder atraparme...-Se la quedo mirando fijamente a los ojos, mirándola sin quitar ojo, entonces una voz se alzo entre los soldados.

-Pues claro que ha sido ella....-Sonrió con una sonrisa vil en su rostro, aquel soldado que al parecer era familia de la bruja a quien él consideraba alguien a quien prestar su confianza pero no pensó que fuese a abusar así.

Teng al escuchar esas palabras del soldado, se quedo mirando a la bruja y al soldado alternativamente buscando una respuesta de a quien debía de creer primero. Quería creer a Aitziber, quería darle su confianza al 100% pero ahora dudaba en si creerla. Aun tenia a Aitziber sujeta del mentón, se la quedo mirando fijamente-....Dímelo Aitz...-Dijo, quería una prueba de que ella no había sido la causante de aquella emboscada, escuchaba como los caballos se impacientaban, como notaba las miradas de los soldados clavarse en su nuca-...Dime que...me quieres....-No pudo evitarlo, le soltó del mentón para poner las manos sobre sus mejillas y acariciárselas con suavidad, mirándola con suavidad-...-No dijo nada, pero tan solo en poco segundos, los subordinados de Teng se inclinaron frente a él cuando Teng se arrodillo frente a Aitziber, sujetando una de sus manos.

Quien era su principal archienemigo se quedo mirando la escena de amor del pirata hacia la bruja, pero enseguida mando la orden de que lo capturasen solamente al líder, pero cuando los soldados estaban a punto de arruinar la escena de “amor” que tanto había querido improvisar el pirata, este se levanto, se arremango la capa mostrando un espada curvada que de un solo movimiento la desenvaino y con ella hizo uso para cortar de un solo tajo a los soldados que querían cogerle. Después se dio cuenta de que Aitziber estaba a su lado, la puso detrás de él para poder escapar de aquel lugar y de aquellos muñecos azules que los perseguían.

-¡Vamos!-Dijo para después tomar de la mano a Aitziber para poder tirar de ella y hacer uso de las tradiciones más comunes de los piratas de mar. La de huir.

por **Aitziber D’ Lemoine** Jue Mayo 16, 2013 4:03 pm

No podía ser… se veían rodeados y ya estaban solos, sin protección, ya los compañeros de Teng se habían ido, esta vio que él le hizo retroceder, no ella no estaría detrás de el por mucho tiempo, miraba aterrorizada, asustada como los acorralaban como animales salvajes, se aferro a la camisa de el todo lo que pudo. Guardo la perla de forma rápida, no quería que alguien se atreviera a tocar aquel apreciado regalo que el pirata le había hecho. Miro a Teng, su desconfianza le dolió, la hirió profundamente, se alejo de él, poniéndose la mano en su pecho, no entendía porque las lágrimas querían salir, pero trato de aguantárselas, aunque no sabía si eso era bueno. El la había sujetado el mentón y preguntado lo que ella no deseaba escuchar. Pero antes de decir algo, el otro le interrumpió, la rabia la cegó si sin querer le dio un manotazo a la mano de Teng mientras trataba de alejarlo de ella –No puedo creer que pienses que yo haya podido hacer algo así- exclamo mientras dama unos pasos hacia atas. –Es que solamente el pensar que se te ha pasado por la cabeza me hace querer llorar-

Desvió la mirada hacia aquel hombre, como deseaba hacerle algún mal, pero no podía, si este se enteraba de su condición como bruja, podría llegar a mandar a los inquisidores tras de ella y eso era lo que menos querría en ese momento –No no lo hice!- dijo enojada, muy enojada -Nunca haría algo así- ya el estaba abajo, arrodillado, sujetando una mano de ella, pero nada de los labios del pirata habían salido pues ellos estaban ya dispuesto a sujetarlo.

-Ten… no!- grito mirando la disposición de pelear, pero antes de poder hacer algo, alguien la habia sujetado de la cintura, dejo salir un grito, mientras sentía que la levantaban, era uno de aquellos solados que habia llegado por detrás y arrastrado a la bruja hasta ponerla a “Salvo” –Sueltame…- grito tratando de darle alguna patada o golpe que le pudiera doler, pero con su vestido le era dificultoso ser un gran peligro, al final quedo entre una gran barrera de hombres que comenzaban a alejarla cada vez mas de él sin que nadie pudiera hacer nada.

Volvió a gritar el nombre de su amado, este se veía acorralado, peleando con algunos, pero eran demasiado para él solamente, como deseo poder utilizar sus poderes, pero era demasiado peligroso, podría hacerlo pero las consecuencias serian demasiado graves. Comenzó a llorar al verse aun mas indefensa de lo que verdaderamente era, luego no se dio cuenta que uno de aquellos soltados la había sujetado de la muñeca y la hacía caminar torpemente hasta un carruaje que le esperaba, no quería por ningún motivo subir pero ya la tenían obligada a subir el escalón, sujetándole de manera nada cómoda para poder hacerla entrar.

¿Se volverían a separar…? al parecer si….

por Contenido patrocinado

Exclusive Love Contract[Privado]

Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]

Re: Exclusive Love Contract[Privado]