AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Solo un café (Privado)
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Solo un café (Privado)
Caminaba por aquel lugar buscando un café en particular, además me había encontrado publicidad gritando a los cuatro vientos y a los habitante de París que abriría sus puertas próximamente, una forma sutil de decir que era totalmente nuevo, no remodelado.
No me digne a ir el día de la apertura pues sabía de ante mano que mucha gente asistiría ese día. Las novedades como aquella atraen a las multitudes en sus inicios y ese día no me sentía de humor para ir, por lo que simplemente espere.
Los rumores sobre la buena atención y lo delicioso de todo ahí no se hicieron esperar, así que bueno había esperado algo y ahora estaba lista para ir ahí y degustar las delicias que se rumoraba se servían; no soy la clase de personas que cree todo lo que dicen los demás pero siempre estaba consciente de que cualquier comentario bueno o malo sobre tal o cual situación, persona o cosa debía tener su parte de verdad. Mi opinión sin embargo se daría solo una vez que estuviera yo en el sitio, claro que para eso solo me faltaba encontrar el café.
Camine un rato más comenzando a darme por vencida, tal vez lo mío no era andar por ahí buscando si no que alguien me llevase directamente al lugar. Suspire molesta conmigo misma por ser tan inútil como para no encontrar una dirección y cuando gire sobre mi misma para regresar, lo vi…aquel lugar que tanto había estado buscando.
Dirigí entonces mis pasos no de regreso, si no al lugar que por fuera lucía ya bastante agradable mas faltaba ver como era la situación por dentro.
En la entrada choque con un cliente que salía.
- Perdón - me disculpe rápido, y entre en el establecimiento. Me detuve justo en la entrada observando todo cuidadosamente y poco a poco camine por el lugar analizando todo. Olía a café claro, un olor peculiar y delicioso al lo cual no pude más que sonreír.
No me digne a ir el día de la apertura pues sabía de ante mano que mucha gente asistiría ese día. Las novedades como aquella atraen a las multitudes en sus inicios y ese día no me sentía de humor para ir, por lo que simplemente espere.
Los rumores sobre la buena atención y lo delicioso de todo ahí no se hicieron esperar, así que bueno había esperado algo y ahora estaba lista para ir ahí y degustar las delicias que se rumoraba se servían; no soy la clase de personas que cree todo lo que dicen los demás pero siempre estaba consciente de que cualquier comentario bueno o malo sobre tal o cual situación, persona o cosa debía tener su parte de verdad. Mi opinión sin embargo se daría solo una vez que estuviera yo en el sitio, claro que para eso solo me faltaba encontrar el café.
Camine un rato más comenzando a darme por vencida, tal vez lo mío no era andar por ahí buscando si no que alguien me llevase directamente al lugar. Suspire molesta conmigo misma por ser tan inútil como para no encontrar una dirección y cuando gire sobre mi misma para regresar, lo vi…aquel lugar que tanto había estado buscando.
Dirigí entonces mis pasos no de regreso, si no al lugar que por fuera lucía ya bastante agradable mas faltaba ver como era la situación por dentro.
En la entrada choque con un cliente que salía.
- Perdón - me disculpe rápido, y entre en el establecimiento. Me detuve justo en la entrada observando todo cuidadosamente y poco a poco camine por el lugar analizando todo. Olía a café claro, un olor peculiar y delicioso al lo cual no pude más que sonreír.
Virgile- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 28/10/2012
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Re: Solo un café (Privado)
La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho.
- Jonas Edward Salk
Desde antes de llegar a París supe que los primeros días no serían fáciles; no por alguna imposibilidad o dificultad, sino que al contrario, por las nuevas oportunidades que se me habían dado a lo largo de los años y que ahora tenían sus frutos. Los negocios e inversiones habían salido de maravillas, y gracias a eso y el esfuerzo de mucha gente habíamos logrado abrir una cafetería en París, la cual tuvo bastante afluencia de público para ser el primer día: de hecho nos sorprendimos, ya que la publicidad trajo más clientes que nuestras expectativas. Y lo mejor de todo fue, por supuesto, que la gente se fuera feliz, conversando sobre el sabor y la frescura del café y lo crujiente de los bocadillos, además del buen servicio. Son ese tipo de cosas las que motivan a seguir adelante con los proyectos planificados, y lo que hace despertar con una sonrisa cada día, sin importar lo nublado o lluvioso que esté.- Jonas Edward Salk
El segundo día fue casi idéntico al primero, con bastante gente interesada tanto en probar como en saber del lugar y los precios, algunos tentándose y saliendo satisfechos con lo degustado, como parecía ser lo normal, y ojalá así fuese. Yo me encargaba de diversas labores según pasaba el tiempo: desde recibidor hasta mesero, e incluso trabajando un rato en la creación del café, o como mi labor propiamente tal de negociante, describiendo las propiedades de los granos de café traídos desde mi tierra natal. Precisamente en eso estaba, cuando un aroma que no era el del café recién hecho llamó mi atención. Era familiar, y bastante. Sin embargo, había mucha gente prestándome atención como para apartarme y acudir en búsqueda del dueño de aquella esencia, así que tuve que quedarme con la intriga mientras explicaba el proceso de fabricación del café. Sólo esperaba que aquella persona acudiera para poder identificarla y asociarla a mis recuerdos.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 12/02/2012
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Re: Solo un café (Privado)
Me adentre más en la cafetería, observando a las personas sentadas y a quienes iban y venían con café y bocadillos. Esquive a dos que tres meseros, intentando no golpearles para nada, no quería terminar rompiendo algo, haciendo que yo misma quedase en vergüenza y no solo eso, si no hasta endeudada por si algo se rompía.
Después de mis estupendos actos de reflejos busque una mesa o algún sitio disponible en el cual sentarme. Aunque no sabía como funcionaba en aquel sitio el asunto de como atendían, pues en algunos cafés uno llegaba y se sentaba donde más le agradase y hubiese lugar; mientras que en otros pues debías esperar a que un mesero te llevase hasta un sitio, las formas de administración eran bastante diferentes en varios de los cafés pero pensé que lo más indicado sería que me sentase a esperar que alguien me atendiera o recayera en mi presencia para que me indicaran otro lugar en el cual sentarme o me dejaran ahí y me atendieran.
Observe una mesa entonces y me encamine a ella. En el pequeño trayecto hasta ella, escuche una voz que daba información sobre las propiedades del café. Quizás sonaría extraño decirlo pero la voz me recordaba a alguien que conocí una vez, pero en el mundo debían de existir varias personas con voces similares ¿o no?; la curiosidad me gano y me gire a observar el lugar de donde provenía la voz pero entre la gente no pude distinguir a nadie familiar.
La voz parecía estar rodeada de muchas personas, por lo que camine en dirección a la gente esperando corroborar que la voz que oía solo era similar a la de aquella persona que había conocido algunos años atrás, de no ser así, bueno me sentiría muy gustosa y esperaría tener la oportunidad de saludarle pero eso solo si era quien yo creía que era.
- Con permiso - hable un poco para poder acercarme más, y que la gente igual abriese un poco de camino para mi, solo quería saciar mi curiosidad, y tal vez saludar a un viejo conocido. Esperaba con el corazón que aquello fuese asi.
Después de mis estupendos actos de reflejos busque una mesa o algún sitio disponible en el cual sentarme. Aunque no sabía como funcionaba en aquel sitio el asunto de como atendían, pues en algunos cafés uno llegaba y se sentaba donde más le agradase y hubiese lugar; mientras que en otros pues debías esperar a que un mesero te llevase hasta un sitio, las formas de administración eran bastante diferentes en varios de los cafés pero pensé que lo más indicado sería que me sentase a esperar que alguien me atendiera o recayera en mi presencia para que me indicaran otro lugar en el cual sentarme o me dejaran ahí y me atendieran.
Observe una mesa entonces y me encamine a ella. En el pequeño trayecto hasta ella, escuche una voz que daba información sobre las propiedades del café. Quizás sonaría extraño decirlo pero la voz me recordaba a alguien que conocí una vez, pero en el mundo debían de existir varias personas con voces similares ¿o no?; la curiosidad me gano y me gire a observar el lugar de donde provenía la voz pero entre la gente no pude distinguir a nadie familiar.
La voz parecía estar rodeada de muchas personas, por lo que camine en dirección a la gente esperando corroborar que la voz que oía solo era similar a la de aquella persona que había conocido algunos años atrás, de no ser así, bueno me sentiría muy gustosa y esperaría tener la oportunidad de saludarle pero eso solo si era quien yo creía que era.
- Con permiso - hable un poco para poder acercarme más, y que la gente igual abriese un poco de camino para mi, solo quería saciar mi curiosidad, y tal vez saludar a un viejo conocido. Esperaba con el corazón que aquello fuese asi.
Virgile- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 28/10/2012
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Re: Solo un café (Privado)
Aquel aroma no dejaba de llamarme la atención, e internamente agradecía que se siguiera acercando hacia donde estaba yo, ya que no podía apartarme de ese lugar por mucho que quisiera hacerlo, a causa de que aún me faltaba un poco para culminar mi explicación, eso sin considerar las preguntas del respetable público presente que aumentaba su afluencia y presencia a ratos, por lo que podía percibir de los pasos al entrar. Aún con esa inquietud en mi mente no me detuve, y continué dejando que el tiempo pasara a mi alrededor, pero al poco tiempo noté que un par de ojos no dejaba de verme. Sí, esa persona estaba mirándome y la pude identificar al fin. Le dediqué una sonrisa rápida y resumí un poco el final para dar paso a las afortunadamente pocas preguntas que hubo, y luego el aplauso general que derivó en la dispersión de la multitud principalmente a las mesas y a la barra para degustar lo que teníamos a disposición.
En un momento nos quedamos frente a frente, ella y yo. No sentía que hubiera nadie más entre nosotros aunque nuestros alrededores estuvieran llenos de gente. Mi sonrisa se amplió enriquecida por los recuerdos que atesoraba muy bien de aquella joven que, a pesar de los años, conservaba ese espíritu jovial aunque se viera algo más madura. – Señorita Maya…- Susurré sintiendo cómo mi corazón se regocijaba de gusto. Aquella jovencita había sido muy importante para mí, y lo seguía siendo. Y lo seguiría siendo en un futuro, evidentemente.
En un momento nos quedamos frente a frente, ella y yo. No sentía que hubiera nadie más entre nosotros aunque nuestros alrededores estuvieran llenos de gente. Mi sonrisa se amplió enriquecida por los recuerdos que atesoraba muy bien de aquella joven que, a pesar de los años, conservaba ese espíritu jovial aunque se viera algo más madura. – Señorita Maya…- Susurré sintiendo cómo mi corazón se regocijaba de gusto. Aquella jovencita había sido muy importante para mí, y lo seguía siendo. Y lo seguiría siendo en un futuro, evidentemente.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 12/02/2012
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Re: Solo un café (Privado)
Que afortunada me sentía en aquellos momentos, me gustaba que encuentros como aquel me sucediesen de vez en cuando, sin aviso previo entre sueños o cosas por el estilo, meros encuentros como los que sufrían las personas normales.
Aquel en particular me ponía sumamente feliz. La voz que me había llevado hasta el grupo de personas y me impulso a abrirme paso entre todos ellos, había resultado ser no solo mi imaginación por querer o irle conocida, si no que efectivamente era una voz que yo conocía de alguien a quien apreciaba bastante.
Le mire perdida en el mar de los recuerdos solo hasta que de nuevo su voz me llevo al presente, y me di cuenta de que ya no había más gente a nuestro alrededor, ahora solo estábamos él y yo.
Sonreí, sin saber que decir me sentía un tanto tonta ya que no era buena con los encuentros inesperados por mucho que estos me gustasen. Sin mencionar que no tenía a muchas personas con las cuales me gustase hablar, yo era de esa clase de personas que los demás llaman algo antisociales por lo que no tenía muchos amigos, sin embargo él si era de esas personas que merecían que mis oxidadas habilidades de persona social salieran a la luz.
- Joao, que sorpresa tan agradable encontrarme nuevamente contigo - incline mi cabeza levemente - y en un lugar tan… apropiado para verte - mire de nuevo a mi alrededor, con cada palabra que salía de mi boca me sentía más torpe, así que moví mi cabeza de un lado a otro intentando concentrarme para no decir algo inapropiado antes de volver a verle - ¿Como has estado?- bueno al menos mi mente había dado lo suficente como para preguntar algo.
Aquel en particular me ponía sumamente feliz. La voz que me había llevado hasta el grupo de personas y me impulso a abrirme paso entre todos ellos, había resultado ser no solo mi imaginación por querer o irle conocida, si no que efectivamente era una voz que yo conocía de alguien a quien apreciaba bastante.
Le mire perdida en el mar de los recuerdos solo hasta que de nuevo su voz me llevo al presente, y me di cuenta de que ya no había más gente a nuestro alrededor, ahora solo estábamos él y yo.
Sonreí, sin saber que decir me sentía un tanto tonta ya que no era buena con los encuentros inesperados por mucho que estos me gustasen. Sin mencionar que no tenía a muchas personas con las cuales me gustase hablar, yo era de esa clase de personas que los demás llaman algo antisociales por lo que no tenía muchos amigos, sin embargo él si era de esas personas que merecían que mis oxidadas habilidades de persona social salieran a la luz.
- Joao, que sorpresa tan agradable encontrarme nuevamente contigo - incline mi cabeza levemente - y en un lugar tan… apropiado para verte - mire de nuevo a mi alrededor, con cada palabra que salía de mi boca me sentía más torpe, así que moví mi cabeza de un lado a otro intentando concentrarme para no decir algo inapropiado antes de volver a verle - ¿Como has estado?- bueno al menos mi mente había dado lo suficente como para preguntar algo.
Virgile- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 28/10/2012
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Re: Solo un café (Privado)
Ahora más que nunca, le estaba tomando el peso a lo que significaba tomar decisiones y aprovechar las oportunidades que la vida presentaba a lo largo de su transcurso. A veces eras premiado, y yo ya me sentía un bendecido por tanto beneficio y tanto éxito; pero le faltaba a mi estadía un reencuentro como este: Maya Doll, una mujer que conocí a los pocos meses de haber llegado a París la primera vez, cuando mi padre recién había muerto y me había dejado apenas con lo puesto –que no era mucho, tampoco-. Me ayudó mucho, e incluso me había ofrecido trabajo con su familia, pero justo llegó el amigo de mi padre que arregló todo, y nos tenía ahí ahora, abrazándole yo a ella tras haber acortado las distancias con veloces pasos que parecieron plumas en el viento. – Yo también estoy muy sorprendido de verle, señorita Maya. Y obviamente muy feliz por este encuentro inesperado. – Le comenté y me separé de ella retomando la distancia protocolar de respeto – Pues…afortunadamente bien, como puede darse cuenta. – Sonreí grato sin dejar de verle – Han pasado muchas cosas en poco tiempo, y creo que sería interesante contarlas en otra circunstancia. ¿Le parece si continuamos esta charla en mi oficina? – Le consulté con toda amabilidad, esperando su respuesta – que ojalá fuera afirmativa, sinceramente – mientras hacía un gesto a uno de mis asesores para que planificase todo. – Así…podemos conversar más en calma, ¿No cree?
PD: Siento tanta demora...y lo pequeño del post u.u
PD: Siento tanta demora...y lo pequeño del post u.u
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 12/02/2012
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Re: Solo un café (Privado)
La sorpresa me invadió ante el abrazo, había sido repentino demasiado y no era que no me sintiera cómoda con aquello después de todo era un buen amigo tiempo atrás y seguramente lo seguiría siendo más a pesar de eso me quede estática sin hacer ningún movimiento.
El abrazo fue corto pero aquel no era el lugar apropiado, rápidamente sentí como algunas personas nos miraban y ser el centro de atención pues no me gustaba. Para mi fortuna las personas volvieron a sus asuntos rápido y entonces me sentí libre de sonreír.
- Yo también me siento feliz de este encuentro - reí un poco, claro que no diría que me sentía inepta para encuentros como aquel eso arruinaría el momento de alguna misteriosa manera - Si me doy cuenta que estas bien pero quería estar segura, algunas veces se puede fingir la realidad - y vaya que yo sabía de eso, había ocultado muy bien varias cosas desde que ya no tenía a mi abuelo para contarle.
El ofrecimiento de una charla más privada me lleno de alivio, quería ser capaz de hablarle con más confianza justo como antes solía hablarle - Me parece lo más adecuado, después de todo no creo que estar aquí parados sea lo mejor. Además si hay cosas interesantes por contar esta platica se extendería algo de tiempo porque no eres el único que tiene cosas por contar - Espere entonces pues ahora solo debía seguirle o ir a donde me indicara.
El abrazo fue corto pero aquel no era el lugar apropiado, rápidamente sentí como algunas personas nos miraban y ser el centro de atención pues no me gustaba. Para mi fortuna las personas volvieron a sus asuntos rápido y entonces me sentí libre de sonreír.
- Yo también me siento feliz de este encuentro - reí un poco, claro que no diría que me sentía inepta para encuentros como aquel eso arruinaría el momento de alguna misteriosa manera - Si me doy cuenta que estas bien pero quería estar segura, algunas veces se puede fingir la realidad - y vaya que yo sabía de eso, había ocultado muy bien varias cosas desde que ya no tenía a mi abuelo para contarle.
El ofrecimiento de una charla más privada me lleno de alivio, quería ser capaz de hablarle con más confianza justo como antes solía hablarle - Me parece lo más adecuado, después de todo no creo que estar aquí parados sea lo mejor. Además si hay cosas interesantes por contar esta platica se extendería algo de tiempo porque no eres el único que tiene cosas por contar - Espere entonces pues ahora solo debía seguirle o ir a donde me indicara.
Virgile- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 28/10/2012
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Re: Solo un café (Privado)
- Eso era lo que deseaba escuchar – le comenté más alegre por el hecho de que aceptase mi invitación, y la coordinación fue hecha con extrema rapidez y eficiencia, ya recibiendo la señal para poder marcharnos a mi oficina, la cual estaba tras una puerta protegida por un aviso de no ingreso, a un costado de la barra en la cual se hacían los pedidos principales. Tenía un tamaño promedio, ni tan pequeña ni tan amplia, pero tenía los espacios precisos para todo: consistía en un mesón de madera de roble con terminaciones en las patas, dos sillas aterciopeladas y el resto eran decoraciones al mayor: principalmente cuadros y adornos para los muebles que se encontraban en los costados, eso sin contar la ventana que se encontraba detrás de mi silla.
Le invité a sentarse con toda la caballerosidad que me caracterizaba y cuando me iba a sentar recibimos la visita de uno de los camareros quien le ofreció, cómo no, una taza de café. El susodicho se marchó con la respuesta y una vez que la puerta se cerró, me pude relajar un tanto más, desabrochándome un botón de la camisa que apremiada aguantaba mi musculatura. – Esto está mucho mejor – comenté sonriente como en todo el día, percibiendo el aroma del café por todo el lugar aunque para Maya seguro no se sentiría tanto por no tener sentidos tan desarrollados. - ¿Quieres comenzar con el recuento? – Dije con entusiasmo en mi voz, sabiendo que las damas y las visitas iban primero.
Le invité a sentarse con toda la caballerosidad que me caracterizaba y cuando me iba a sentar recibimos la visita de uno de los camareros quien le ofreció, cómo no, una taza de café. El susodicho se marchó con la respuesta y una vez que la puerta se cerró, me pude relajar un tanto más, desabrochándome un botón de la camisa que apremiada aguantaba mi musculatura. – Esto está mucho mejor – comenté sonriente como en todo el día, percibiendo el aroma del café por todo el lugar aunque para Maya seguro no se sentiría tanto por no tener sentidos tan desarrollados. - ¿Quieres comenzar con el recuento? – Dije con entusiasmo en mi voz, sabiendo que las damas y las visitas iban primero.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 12/02/2012
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Re: Solo un café (Privado)
La organización que había en el lugar era sumamente asombrosa a los ojos de cualquiera, pues con suma rapidez todo estaba listo para que pasáramos a su oficina y la charla entre nosotros comenzara más tranquilamente.
Camine a donde se me indico que fuera, el lugar aquel resultaba acogedor y privado eso era lo único que yo esperaba que fuese, de esa manera podríamos hablar bien sin cosas como miradas indiscretas y cuchicheos, eso solo llevaba a mi molestia y distracción de los aunaos importantes.
Sí bien, me senté en una de las sillas un camarero hizo acto de presencia ofreciendo café, al cual gustosa accedí, después de todo ese era mi motivo principal para aquella visita al lugar… el glorioso café del que tanto escuche hablar.
Una vez que él mesero desapareció, me relaje mucho más y sonreí. Pude notar como no era la única que se sentía más cómoda y relajada en aquel lugar.
Me embargaba una sensación bastante rara y peculiar, a pesar de tener tiempo sin ver a Joao seguía sintiendo mucha comodidad, confianza y seguridad con su presencia, era justo como si en vez de todo el tiempo que en realidad había pasado, solo hubiesen pasado unas cuantas horas desde nuestro último encuentro.
Tome aire y asentí, hablaría primero yo así que ¿Por qué parte comenzar? tantas cosas habían pasado y no es que fueran la gran cosa pero que sin duda habían pasado. Había incluso algunas que no estaba segura de si se había enterado o no, ya que incluso aunque no se quieras las noticias buenas o malas suelen volar para que en un abrir y cerrar de ojos todo París supiera de algo.
- Bueno pues… - hice una pequeña pausa - mis abuelos murieron y no estoy muy segura pues nadie me quiere decir mucho, pero se que hay problemas respecto a la casa. - sonreí, pues no había motivos para ponerme melancólica en un reencuentro como aquel - y pues de otras cosas, creo que sigo siendo igual que siempre, voy de un lado a otro - que hacía de un lado a otro, bueno me gustaba llamar a eso asunto de brujas así que no entraría en muchos detalles - no me he metido en problemas que yo sepa, pero he descubierto cosas bastante interesantes - todo podía ser considerado interesante, menos mis pesadillas - como por ejemplo que ahora tienes un café y debo decirlo, he oído muy buenos comentarios - mi voz transmitía orgullo y alegría por lo que él había logrado; que definitivamente era más de lo que yo había hecho hasta el momento.
Camine a donde se me indico que fuera, el lugar aquel resultaba acogedor y privado eso era lo único que yo esperaba que fuese, de esa manera podríamos hablar bien sin cosas como miradas indiscretas y cuchicheos, eso solo llevaba a mi molestia y distracción de los aunaos importantes.
Sí bien, me senté en una de las sillas un camarero hizo acto de presencia ofreciendo café, al cual gustosa accedí, después de todo ese era mi motivo principal para aquella visita al lugar… el glorioso café del que tanto escuche hablar.
Una vez que él mesero desapareció, me relaje mucho más y sonreí. Pude notar como no era la única que se sentía más cómoda y relajada en aquel lugar.
Me embargaba una sensación bastante rara y peculiar, a pesar de tener tiempo sin ver a Joao seguía sintiendo mucha comodidad, confianza y seguridad con su presencia, era justo como si en vez de todo el tiempo que en realidad había pasado, solo hubiesen pasado unas cuantas horas desde nuestro último encuentro.
Tome aire y asentí, hablaría primero yo así que ¿Por qué parte comenzar? tantas cosas habían pasado y no es que fueran la gran cosa pero que sin duda habían pasado. Había incluso algunas que no estaba segura de si se había enterado o no, ya que incluso aunque no se quieras las noticias buenas o malas suelen volar para que en un abrir y cerrar de ojos todo París supiera de algo.
- Bueno pues… - hice una pequeña pausa - mis abuelos murieron y no estoy muy segura pues nadie me quiere decir mucho, pero se que hay problemas respecto a la casa. - sonreí, pues no había motivos para ponerme melancólica en un reencuentro como aquel - y pues de otras cosas, creo que sigo siendo igual que siempre, voy de un lado a otro - que hacía de un lado a otro, bueno me gustaba llamar a eso asunto de brujas así que no entraría en muchos detalles - no me he metido en problemas que yo sepa, pero he descubierto cosas bastante interesantes - todo podía ser considerado interesante, menos mis pesadillas - como por ejemplo que ahora tienes un café y debo decirlo, he oído muy buenos comentarios - mi voz transmitía orgullo y alegría por lo que él había logrado; que definitivamente era más de lo que yo había hecho hasta el momento.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Solo un café (Privado)
No había conseguido muchos amigos en mi primera instancia en París – de hecho, me conseguí más enemigos que amistades-, pero los pocos que logré hacer fueron determinantes a la hora de mi futuro: Antha me enseñó lo básico del francés y fue la primera persona que tuvo la buena voluntad de acercárseme y ayudarme; y Maya había sido pieza fundamental en mi supervivencia, acogiéndome hasta que las cosas se dieron y partí a Portugal a ser lo que soy ahora. Independiente de la cantidad y de los resultados, no quedaba otra cosa más que agradecer cada día y cada enseñanza recibida, para así predicar los mismos términos a los otros, e intentar hacer que todo fuera mejor, aunque eso fuera en extremo difícil.
A pesar de la triste noticia inicial, terminé de escucharle con una sonrisa al notar que en general se encontraba bien y que su vida había sido hasta el momento positiva. Ni la muerte de sus abuelos le tenía triste, y yo que seguía un tanto deprimido por el fallecimiento de mi padre en ciertos momentos en que se me sorprendía con la guardia baja. Un temple admirable y sanamente envidiable por mi parte; y Maya hacía lo mismo con la empresa que había comenzado. Sonreí gustoso por sus halagos y, cuando iba a responder, el olor a café recién hecho llenó mis pulmones más que el aire mismo, presentándose ante nosotros en dos tazas acompañadas de un pequeño pocillo con cubos de azúcar para, obviamente, endulzar más aún la improvisada velada. Con un gesto de mi rostro agradecí la atención de mi subordinado y una vez que la puerta se cerró la conversación continuó – Agradezco tus palabras…y espero que éstas se confirmen ahora con lo que tienes al frente – Dije contento mientras continuaba olfateando inconscientemente el café, esperando que los cubos de azúcar se sumergieran en la taza ajena para hacerlo yo después – Y lamento lo de tus abuelos…me habían ofrecido una oportunidad muy buena para surgir…y si no hubieran venido desde Portugal créeme, estaría aún trabajando con la familia – Comenté cruzando una pierna sobre la otra a la usanza masculina para mayor comodidad aún - ¿Qué has descubierto? Si se puede saber, claro está – Alcé las cejas con insinuación, tratando de jugar con la picardía y la incertidumbre de lo que supuestamente estaban por decirme.
A pesar de la triste noticia inicial, terminé de escucharle con una sonrisa al notar que en general se encontraba bien y que su vida había sido hasta el momento positiva. Ni la muerte de sus abuelos le tenía triste, y yo que seguía un tanto deprimido por el fallecimiento de mi padre en ciertos momentos en que se me sorprendía con la guardia baja. Un temple admirable y sanamente envidiable por mi parte; y Maya hacía lo mismo con la empresa que había comenzado. Sonreí gustoso por sus halagos y, cuando iba a responder, el olor a café recién hecho llenó mis pulmones más que el aire mismo, presentándose ante nosotros en dos tazas acompañadas de un pequeño pocillo con cubos de azúcar para, obviamente, endulzar más aún la improvisada velada. Con un gesto de mi rostro agradecí la atención de mi subordinado y una vez que la puerta se cerró la conversación continuó – Agradezco tus palabras…y espero que éstas se confirmen ahora con lo que tienes al frente – Dije contento mientras continuaba olfateando inconscientemente el café, esperando que los cubos de azúcar se sumergieran en la taza ajena para hacerlo yo después – Y lamento lo de tus abuelos…me habían ofrecido una oportunidad muy buena para surgir…y si no hubieran venido desde Portugal créeme, estaría aún trabajando con la familia – Comenté cruzando una pierna sobre la otra a la usanza masculina para mayor comodidad aún - ¿Qué has descubierto? Si se puede saber, claro está – Alcé las cejas con insinuación, tratando de jugar con la picardía y la incertidumbre de lo que supuestamente estaban por decirme.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Solo un café (Privado)
El mesero y el cafe llegaron justo cuando yo prácticamente acababa de alabar el sitio y todo lo que ahí se encontraba. No aparte mi vista de quien había entrado hasta que salió del lugar, solo entonces volví a mirar a Joao mientras lentamente el olor tan característico del café llenaba todo a nuestro al rededor; claro que como aquel lugar se dedicaba al café en ningún momento el aroma desaparecía completamente pero ahora era realmente intenso.
- Estoy segura de que serán confirmadas, simplemente el olor que tiene es maravilloso - cerré los ojos y aspire aquel aire que solo hacía que se me antojase más una taza de aquella delicia.
Observe la taza y la tome entre mis manos; de verdad que todo el asunto de la muerte de los abuelos me ponía vulnerable; sobre todo cuando las cosas se iban específicamente al abuelo, quien era mi apoyo principal en todo pero continuaba dando animo a mi ser por no preocupar a otros.
- Bueno, siempre es triste cuando alguien muere pero no podemos vivir para siempre. Y yo sé que hiciste lo que debiste para tener todo esto de ahora; nos hizo a todos muy felices saber que tenias una oportunidad Joao - sople un poco al contenido de la taza y dio un sorbo, dejando que el sabor inundara mi boca. El café era celestial por lo que no pude evitar darle esta vez un halago directamente de mi mente y no de simples comentarios - Esta sumamente delicioso. El mejor que he probado sin duda alguna - sople de nuevo, eliminando un poco del calor que emanaba y dio otro sorbo.
Deje la taza y lo mire sonriente, mientras mi mente separaba las cosas que sería conveniente decir que había descubierto y las que deberían seguir guardadas por un tiempo o definitivamente para siempre. - Pues - reí de manera leve - descubrí que soy más inútil para entablar relaciones con otros de lo que yo pensaba - iba a continuar con otras cosas más interesantes pero entonces sin que yo lo quisiera hable sobre mis sueños - y sigo temiendo a las pesadillas justo como una niña pequeña y torpe - estire mi mano entonces para llevar la taza hasta mis labios y esta vez bebí sin pensar en lo caliente del contenido.
- Estoy segura de que serán confirmadas, simplemente el olor que tiene es maravilloso - cerré los ojos y aspire aquel aire que solo hacía que se me antojase más una taza de aquella delicia.
Observe la taza y la tome entre mis manos; de verdad que todo el asunto de la muerte de los abuelos me ponía vulnerable; sobre todo cuando las cosas se iban específicamente al abuelo, quien era mi apoyo principal en todo pero continuaba dando animo a mi ser por no preocupar a otros.
- Bueno, siempre es triste cuando alguien muere pero no podemos vivir para siempre. Y yo sé que hiciste lo que debiste para tener todo esto de ahora; nos hizo a todos muy felices saber que tenias una oportunidad Joao - sople un poco al contenido de la taza y dio un sorbo, dejando que el sabor inundara mi boca. El café era celestial por lo que no pude evitar darle esta vez un halago directamente de mi mente y no de simples comentarios - Esta sumamente delicioso. El mejor que he probado sin duda alguna - sople de nuevo, eliminando un poco del calor que emanaba y dio otro sorbo.
Deje la taza y lo mire sonriente, mientras mi mente separaba las cosas que sería conveniente decir que había descubierto y las que deberían seguir guardadas por un tiempo o definitivamente para siempre. - Pues - reí de manera leve - descubrí que soy más inútil para entablar relaciones con otros de lo que yo pensaba - iba a continuar con otras cosas más interesantes pero entonces sin que yo lo quisiera hable sobre mis sueños - y sigo temiendo a las pesadillas justo como una niña pequeña y torpe - estire mi mano entonces para llevar la taza hasta mis labios y esta vez bebí sin pensar en lo caliente del contenido.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Solo un café (Privado)
No podía evitar, cuando me halagaban a mí o a mi trabajo, dudar un poco de la efectiva veracidad de las afirmaciones. Me sucedía sobretodo en Portugal, cuando aún era un joven en entrenamiento para las lides empresariales. Me costaba creer que halagasen tanto a un novato que hace apenas unos años estaba perdido entre las calles de París sin saber leer, escribir ni hablar francés, dándole la confianza para tareas más complejas que afortunadamente hice bien, llevándome a donde estaba ahora, hablando con sino mi mejor amiga en el despacho de mi primer local en Francia. Era maravilloso, y que ella lo dijera, a pesar de esa inconsciente falta de autoestima, era maravilloso también. Ella completa lo era.
No pude evitar tampoco sonreír con ternura paternal al escucharle, dejando mi taza nuevamente sobre el plato para revolver lo que me quedaba de café con una pequeña cucharilla que no era de plata por motivos que sólo unos cuantos conocíamos – Si fueras tan inútil como dices ser – dije – no estarías aquí hablando conmigo – podría sonar arrogante aquello, pero esperaba que Maya comprendiera a lo que iba. – Y pesadillas podemos tener todos. Hasta yo me despierto a mitad de la noche a veces…eso nos hace niños pequeños y torpes a los dos – Alcé mis cejas para dar realce a mi conclusión además de una sutil sonrisa – Lo que no es algo malo para nada. Es mejor tener la alegría de nuestra niñez que la amargura de la adultez, te lo digo por experiencia – Reí jovialmente sabiendo de la década que nos diferenciaba formalmente – Así que nunca dejes de ser así, ¿está bien? – Terminé por guiñarle un ojo en señal de complicidad mientras me llevaba de nuevo la taza a los labios.
No pude evitar tampoco sonreír con ternura paternal al escucharle, dejando mi taza nuevamente sobre el plato para revolver lo que me quedaba de café con una pequeña cucharilla que no era de plata por motivos que sólo unos cuantos conocíamos – Si fueras tan inútil como dices ser – dije – no estarías aquí hablando conmigo – podría sonar arrogante aquello, pero esperaba que Maya comprendiera a lo que iba. – Y pesadillas podemos tener todos. Hasta yo me despierto a mitad de la noche a veces…eso nos hace niños pequeños y torpes a los dos – Alcé mis cejas para dar realce a mi conclusión además de una sutil sonrisa – Lo que no es algo malo para nada. Es mejor tener la alegría de nuestra niñez que la amargura de la adultez, te lo digo por experiencia – Reí jovialmente sabiendo de la década que nos diferenciaba formalmente – Así que nunca dejes de ser así, ¿está bien? – Terminé por guiñarle un ojo en señal de complicidad mientras me llevaba de nuevo la taza a los labios.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Solo un café (Privado)
Me encantaba a niveles insospechados ver la sonrisa de Joao, eso siempre me llevaba a pensar y creer de manera firme que no estaba haciendo las cosas bien, si no que al contrario de como yo pensaba todo lo que hacía estaba a la perfección y sentirse así de vez en cuando era agradable, muy agradable.
- Joao, hablar contigo es considerado algo útil? - me mordí la lengua por aquella pregunta, era obvio que el simple hecho de estar ahí con él era algo útil - me refiero a que hablar y estar en un determinado sitio no es una habilidad maravillosa.
Tome la taza para darle otro sorbo, escuchando lo que Joao tenía que decir sobre las pesadillas y dejando la taza de nuevo, reí. Era cierto que todos teníamos pesadillas, pero de mi estilo no eran comunes al menos no para las personas normales como él; las pesadillas siempre traían inseguridades y temor, pero al final no eran más que sueños que jamás en la vida podrían suceder. En cambio mis pesadillas me brindaban parte del futuro, aquel que en cualquier momento podía mostrarme como terminaba la vida de alguien a quien yo apreciaba o al contrario, alguien que no conocía o incluso de mi misma.
- Somos un par de niños torpes entonces - lo mire - y todo esta bien mientras en mis pesadillas no aparezcan las personas que me importan, como mi familia o tú… - levante una ceja, mirando a Joao de manera incrédula - ¿amargura?, pero si para mi siempre has resultado alguien lleno de energía, ideas y animo para buscar lo que considera mejor y luchar para alcanzar sus sueños -al momento que decía eso miraba aquel lugar, para que él mismo se diera cuenta de que aunque no lo creyera tener todo aquello necesitaba de la alegría de la niñez - y no dejare de ser así mientras tu sigas así también - le sonreí, después de todo aquellos sueños no eran algo que fueran a dejarme nunca.
-Joao, yo ya te he dicho que es lo he hecho… o bueno parte de ello así que considero correcto que ahora me digas algo tú - reí - después de todo esta dama gusta saber que ha hecho en todo este tiempo.
- Joao, hablar contigo es considerado algo útil? - me mordí la lengua por aquella pregunta, era obvio que el simple hecho de estar ahí con él era algo útil - me refiero a que hablar y estar en un determinado sitio no es una habilidad maravillosa.
Tome la taza para darle otro sorbo, escuchando lo que Joao tenía que decir sobre las pesadillas y dejando la taza de nuevo, reí. Era cierto que todos teníamos pesadillas, pero de mi estilo no eran comunes al menos no para las personas normales como él; las pesadillas siempre traían inseguridades y temor, pero al final no eran más que sueños que jamás en la vida podrían suceder. En cambio mis pesadillas me brindaban parte del futuro, aquel que en cualquier momento podía mostrarme como terminaba la vida de alguien a quien yo apreciaba o al contrario, alguien que no conocía o incluso de mi misma.
- Somos un par de niños torpes entonces - lo mire - y todo esta bien mientras en mis pesadillas no aparezcan las personas que me importan, como mi familia o tú… - levante una ceja, mirando a Joao de manera incrédula - ¿amargura?, pero si para mi siempre has resultado alguien lleno de energía, ideas y animo para buscar lo que considera mejor y luchar para alcanzar sus sueños -al momento que decía eso miraba aquel lugar, para que él mismo se diera cuenta de que aunque no lo creyera tener todo aquello necesitaba de la alegría de la niñez - y no dejare de ser así mientras tu sigas así también - le sonreí, después de todo aquellos sueños no eran algo que fueran a dejarme nunca.
-Joao, yo ya te he dicho que es lo he hecho… o bueno parte de ello así que considero correcto que ahora me digas algo tú - reí - después de todo esta dama gusta saber que ha hecho en todo este tiempo.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Solo un café (Privado)
Obviando el hecho de que su sonrisa me dejase desconcertado – o más bien embobado -, me acomodé en la silla recostándome un poco, cuidando de no forzar la anatomía del mueble y no tener que lamentar un gasto adicional; y me serví el resto del café en un elegante sorbo, percibiendo la cafeína no sólo manteniéndome más despierto y alerta aún, sino que también produciéndome un ligero grado de hiperactividad que controlaba bastante bien. Seguramente me costaría dormir esa noche, por ello y por otras cosas.
Dejé la taza en el plato sobre la mesa y, deseando complacerla, miré al techo para ordenar mis recuerdos y mis pensamientos para no caer en errores por hablar de forma tan apresurada…aunque no había mucho que decir tampoco, a mi parecer. Sonreí cuando creí tener todo listo y devolví mi vista a Maya, que esperaba con rostro intrigado que hablara de una vez – Pues…después de lo de mi padre – ella lo sabía, no era necesario entrar en demasiados detalles – un buen amigo de él se enteró que estaba en París, y a los pocos meses que llevábamos como conocidos – Mientras decía esto apunté sutilmente a uno y otro para que captara mejor la idea – me encontré con él en el puerto y me ofreció irme con él a Portugal. Aún no sé cómo pudo ubicarme – reí ocultando mi mentira ya que la única explicación que podía tener era que me hubiera rastreado a partir de mi condición de licántropo – pero el punto es que acepté y me fui con él. Allí me instruyó en su empresa cafetera y terminó por encargarme algunas partes de Francia, entre ellas París. – Dije volviendo a sonreír – Supongo que es un lindo final considerando lo que me pasó antes de llegar aquí – La sensación de orgullo y conformidad que me invadió de repente fue totalmente agradable. Me sentía completo en ese ámbito de mi vida. Pero faltaba otro por llenar.
Dejé la taza en el plato sobre la mesa y, deseando complacerla, miré al techo para ordenar mis recuerdos y mis pensamientos para no caer en errores por hablar de forma tan apresurada…aunque no había mucho que decir tampoco, a mi parecer. Sonreí cuando creí tener todo listo y devolví mi vista a Maya, que esperaba con rostro intrigado que hablara de una vez – Pues…después de lo de mi padre – ella lo sabía, no era necesario entrar en demasiados detalles – un buen amigo de él se enteró que estaba en París, y a los pocos meses que llevábamos como conocidos – Mientras decía esto apunté sutilmente a uno y otro para que captara mejor la idea – me encontré con él en el puerto y me ofreció irme con él a Portugal. Aún no sé cómo pudo ubicarme – reí ocultando mi mentira ya que la única explicación que podía tener era que me hubiera rastreado a partir de mi condición de licántropo – pero el punto es que acepté y me fui con él. Allí me instruyó en su empresa cafetera y terminó por encargarme algunas partes de Francia, entre ellas París. – Dije volviendo a sonreír – Supongo que es un lindo final considerando lo que me pasó antes de llegar aquí – La sensación de orgullo y conformidad que me invadió de repente fue totalmente agradable. Me sentía completo en ese ámbito de mi vida. Pero faltaba otro por llenar.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Solo un café (Privado)
Quería escuchar lo que él tenía por contarme, me sentía impaciente pero no lo demostraba o al menos pensaba que no lo demostraba aunque no estaba segura de lograrlo del todo.
Tome la taza entre mis manos y comencé a escuchar sin apartar mi vista de él todo lo que tenía para decirme.
- Bueno pues es que cuando alguien quiere encontrar a otra persona siempre tendrá la forma de encontrarlo - cuando deje de saber de él había intentado encontrarlo pero al ver que mis esfuerzos me llevaban a callejones sin salida había desistido, pero eso era algo que no tenía contemplado contarle; lo bueno era que el destino consideraba que aún teníamos algo pendiente. - Que bueno que ye encargaron París, gracias a eso es que ahora estamos aquí reunidos - sonreí - y no digas que esto es el final porque es solo el principio de algo, cuando una puerta se cierra muchas más se abren - continuaba sosteniendo la taza en mis manos y le di un sorbo.
De un momento a otro me encontré viendo otro sitio; observaba el bosque, a mi misma y alguien más que era incapaz de ver de manera clara.
Mi cuerpo se tenso ante aquella visión que sufría casi de manera exclusiva por las noches y que pocas veces había tenido la desdicha de experimentar de día, lo que veía era nada más y nada menos que una premonición y estaba completamente segura de ello.
La mirada de mi persona en aquella premonición se dirigió al encuentro de la mía, como si aquel sueño supiera que lo observaba; el sonido de cristal quebrarse me hizo parpadear y al abrir los ojos; frente a mi estaba de nuevo Joao, aquel salón en el que estaba sentada antes y a mis pies la taza del café hecha añicos.
- Lo siento - lo mire avergonzada por aquello que había hecho incluso de manera inconsciente - no se en que me quede pensando que olvide por completo que debía poner la taza en la mesa antes de soltarla- reí de manera nerviosa, sintiendo en mi interior la necesidad urgente de abandonar aquel lugar para dirigirme a mi casa y no salir de ahí hasta el día siguiente - pagaré la taza, de verdad… y ahora… creo que lo mejor será que me vaya - mi voz no se oía lo suficientemente normal como para convencer a nadie pero eso no importaba debía salir de aquel lugar y debía hacerlo pronto.
Me levante de la silla y recogí algunos trozos de la taza, no pensaba dejar todo aquello tirado antes de irme.
Tome la taza entre mis manos y comencé a escuchar sin apartar mi vista de él todo lo que tenía para decirme.
- Bueno pues es que cuando alguien quiere encontrar a otra persona siempre tendrá la forma de encontrarlo - cuando deje de saber de él había intentado encontrarlo pero al ver que mis esfuerzos me llevaban a callejones sin salida había desistido, pero eso era algo que no tenía contemplado contarle; lo bueno era que el destino consideraba que aún teníamos algo pendiente. - Que bueno que ye encargaron París, gracias a eso es que ahora estamos aquí reunidos - sonreí - y no digas que esto es el final porque es solo el principio de algo, cuando una puerta se cierra muchas más se abren - continuaba sosteniendo la taza en mis manos y le di un sorbo.
De un momento a otro me encontré viendo otro sitio; observaba el bosque, a mi misma y alguien más que era incapaz de ver de manera clara.
Mi cuerpo se tenso ante aquella visión que sufría casi de manera exclusiva por las noches y que pocas veces había tenido la desdicha de experimentar de día, lo que veía era nada más y nada menos que una premonición y estaba completamente segura de ello.
La mirada de mi persona en aquella premonición se dirigió al encuentro de la mía, como si aquel sueño supiera que lo observaba; el sonido de cristal quebrarse me hizo parpadear y al abrir los ojos; frente a mi estaba de nuevo Joao, aquel salón en el que estaba sentada antes y a mis pies la taza del café hecha añicos.
- Lo siento - lo mire avergonzada por aquello que había hecho incluso de manera inconsciente - no se en que me quede pensando que olvide por completo que debía poner la taza en la mesa antes de soltarla- reí de manera nerviosa, sintiendo en mi interior la necesidad urgente de abandonar aquel lugar para dirigirme a mi casa y no salir de ahí hasta el día siguiente - pagaré la taza, de verdad… y ahora… creo que lo mejor será que me vaya - mi voz no se oía lo suficientemente normal como para convencer a nadie pero eso no importaba debía salir de aquel lugar y debía hacerlo pronto.
Me levante de la silla y recogí algunos trozos de la taza, no pensaba dejar todo aquello tirado antes de irme.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Solo un café (Privado)
- Supongo que en eso tienes razón – dije encogiéndome de hombros no quitándole importancia al asunto, sino que todo lo contrario realzando el gesto en el sentido de que no tenía cómo refutar lo que me había dicho, dando una extraña sensación de que al menos aquel tema de conversación no tenía más palabras para ser expresadas, aunque hice uso de mis recatadas habilidades de improvisación para intentar proseguir tan agradable intercambio entre nosotros – Quiero decir, no es que lo haya dicho por querer dar todo como terminado o algo así, si lo hubiese hecho no estaría aquí…sino que era algo más vinculado a que ya he conseguido muchas cosas y me siento conforme, pero no descart-
Me detuve súbitamente. Miré a Maya, fijándome en su semblante, y de forma que se podría decir instintiva me levanté en su ayuda; pero me frené casi de la misma forma dejando que la taza se rompiera en unos cuantos pedazos bañados en café. No podía revelar mi naturaleza frente a ella... ¿Pero qué le había pasado? – No te preocupes, a cualquiera puede sucederle – intenté justificar aunque ambos sabíamos que eso no serviría de mucho y le observé con detenimiento intentando conseguir alguna pista, y el hecho de que se acelerara tanto y quisiera irse de la nada no era precisamente una pista positiva – La taza no importa, tranquila…¿Te encuentras bien? No es necesario que recojas los pedazos – Le dije poniéndome al lado de ella en cuclillas, cogiéndole la mano para detenerla, aunque a mí también terminó acelerándoseme el pecho. – En serio. – Reafirmé intentando darle la mayor seguridad posible.
Me detuve súbitamente. Miré a Maya, fijándome en su semblante, y de forma que se podría decir instintiva me levanté en su ayuda; pero me frené casi de la misma forma dejando que la taza se rompiera en unos cuantos pedazos bañados en café. No podía revelar mi naturaleza frente a ella... ¿Pero qué le había pasado? – No te preocupes, a cualquiera puede sucederle – intenté justificar aunque ambos sabíamos que eso no serviría de mucho y le observé con detenimiento intentando conseguir alguna pista, y el hecho de que se acelerara tanto y quisiera irse de la nada no era precisamente una pista positiva – La taza no importa, tranquila…¿Te encuentras bien? No es necesario que recojas los pedazos – Le dije poniéndome al lado de ella en cuclillas, cogiéndole la mano para detenerla, aunque a mí también terminó acelerándoseme el pecho. – En serio. – Reafirmé intentando darle la mayor seguridad posible.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Solo un café (Privado)
¿Por qué debía pasar algo como eso?
Estaba tan cómoda, contenta… tanto sin verlo y cosas por las cuales ponernos a día, para que que nunca antes me viniera a suceder ahora.
Sus palabras más que elevarme el animo me llevaron a sentirme peor. No a cualquiera le pasaba, solo a pocos como a mi; aunque eso es algo que aún no le he contado, todo porque siempre preferí que siguiera con su característica amabilidad a que me juzgara como loca o como un monstruo del cual es mejor no estar cerca, siempre optaría por ocultar a quienes considero especiales como él la verdad.
- Independientemente de eso, mi torpeza no desaparece - la vergüenza y las ganas de salir de ahí se encontraban ya a niveles muy altos para que pudiera soportarles más. Mientras tomaba un pedazo de la taza me corte ligeramente un dedo - claro que importa; tu tan amablemente me has ofrecido café y mira… - sonreí un poco - pero estoy bien, gracias. No te preocupes por mi - de un momento a otro sentí su mano y el contacto me provoco ganas de romper en llanto.
Verlo a mi lado era como encontrar la luz en el pasillo oscuro que aterroriza a cualquier niño, solo que ni él ni yo somos niños.
Tanto mi nerviosismo, como las ganas de huir disminuyeron de forma considerable y apreté su mano.
- Muchas gracias, de verdad Joao… - le sonreí mientras le miraba - y en serio, cree en mi cuando digo que estoy bien. Ahora que lo pienso, creo que mi torpeza se debe a que no he dormido mucho - busque una excusa de lo más conveniente para no generarle muchos problemas y que permaneciera más tranquilo y conforme con mi partida - por eso mismo creo que lo mejor es que vaya a casa y descanse, después de todo ya sé donde puedo encontrarte - realmente planeaba verlo de nuevo, solo que no sabía cuando sería el momento adecuado.
Solté su mano y dejando los trozos de taza juntos en un sitió me levante.
- Sinceramente esto me apena mucho y deseo poder compensar el café y la charla en otro momento; cuando exista el tiempo para que me lo brindes, por ahora... me voy - de verdad que no quería dejar todo el asunto así, pero era lo mejor - Hasta después Joao... - me incline de manera leve y sin dar tiempo a que hiciera algo sali de aquel lugar caminando como si nada pasara, solo que más rápido de lo habitual. No me gire para darme cuenta si me seguía o había dicho algo, ya después existiría tiempo para otras cosas.
FINALIZADO
Estaba tan cómoda, contenta… tanto sin verlo y cosas por las cuales ponernos a día, para que que nunca antes me viniera a suceder ahora.
Sus palabras más que elevarme el animo me llevaron a sentirme peor. No a cualquiera le pasaba, solo a pocos como a mi; aunque eso es algo que aún no le he contado, todo porque siempre preferí que siguiera con su característica amabilidad a que me juzgara como loca o como un monstruo del cual es mejor no estar cerca, siempre optaría por ocultar a quienes considero especiales como él la verdad.
- Independientemente de eso, mi torpeza no desaparece - la vergüenza y las ganas de salir de ahí se encontraban ya a niveles muy altos para que pudiera soportarles más. Mientras tomaba un pedazo de la taza me corte ligeramente un dedo - claro que importa; tu tan amablemente me has ofrecido café y mira… - sonreí un poco - pero estoy bien, gracias. No te preocupes por mi - de un momento a otro sentí su mano y el contacto me provoco ganas de romper en llanto.
Verlo a mi lado era como encontrar la luz en el pasillo oscuro que aterroriza a cualquier niño, solo que ni él ni yo somos niños.
Tanto mi nerviosismo, como las ganas de huir disminuyeron de forma considerable y apreté su mano.
- Muchas gracias, de verdad Joao… - le sonreí mientras le miraba - y en serio, cree en mi cuando digo que estoy bien. Ahora que lo pienso, creo que mi torpeza se debe a que no he dormido mucho - busque una excusa de lo más conveniente para no generarle muchos problemas y que permaneciera más tranquilo y conforme con mi partida - por eso mismo creo que lo mejor es que vaya a casa y descanse, después de todo ya sé donde puedo encontrarte - realmente planeaba verlo de nuevo, solo que no sabía cuando sería el momento adecuado.
Solté su mano y dejando los trozos de taza juntos en un sitió me levante.
- Sinceramente esto me apena mucho y deseo poder compensar el café y la charla en otro momento; cuando exista el tiempo para que me lo brindes, por ahora... me voy - de verdad que no quería dejar todo el asunto así, pero era lo mejor - Hasta después Joao... - me incline de manera leve y sin dar tiempo a que hiciera algo sali de aquel lugar caminando como si nada pasara, solo que más rápido de lo habitual. No me gire para darme cuenta si me seguía o había dicho algo, ya después existiría tiempo para otras cosas.
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