Paseo por el corazón de Francia (Libre)

por **Klaus von Weissenburg** Mar Ene 08, 2013 3:50 pm

Tras mucho tiempo buscando un lugar donde poder encontrar algo mas parecido a mi, alli me encontraba, rondando las calles de París, como un vulgar vagabundo sin rumbo fijo, lejos del hogar al que no queria volver, cerca de aquello que mas deseaba pero sin ser capaz de llegar a encontrarlo.
Durante semanas habia estado viajando desde Bavaria hasta la capital francesa, y ahora estaba completamente listo para comenzar una nueva vida en ella.
La primera impresión de la ciudad no pudo ser peor, sin duda se notaban los estragos que una revolución y las guerras posteriores habian provocado en la que antaño seguro que era una hermosa ciudad. Desde mi punto de vista la ciudad estaba ensombrecida por la decadencia y por un halo de maldad que parecia envolver a la mayoria de ciudadanos con los que me cruzaba, que seguramente imagenasen cientos de formas de poder matarme y robarme posteriormente.
Tanta decadencia, tanta maldad en los corazones de los parisinos.....yo habia ayudado a ello y no veia la forma en la que podria curar ese daño hecho, no veia la forma en la que podria ganarme la confianza de los franceses despues de sus recientes conflictos con los germanos....si ser extranjero no ayudaba ser Bávaro era lo que me faltaba....
Me quedé de pie, en mitad de la acera, contemplando las calles y las personas que deambulaban - Esto va a ser complicado - murmuré al tiempo que me echaba un cigarrillo a la boca, para posteriormente encenderlo y quedar completamente relajado tras dar la primera calada, disfrutando del sabor del tabaco a través de mi paladar. Durante ese momento de relajación a pesar de estar en una de las ciudades mas transitadas y pobladas del mundo pude sentir paz y silencio por un instante. Tan solo el poder comenzar mis planes en París tenía preferencia sobre ese momento de tranquilidad.

por **Damaris Bremont** Jue Ene 10, 2013 10:35 am

Estaba sola, ya lo había entendido desde hacía más de dos años, a pesar de todo su mente todavía podía llegar a jugarle una que otra broma pesada cada que abría la puerta de casa y esperaba que su madre o padre salieran a recibirla, eso nunca pasaría.

No extrañaba aquél sitio que tantas veces había llamado “Hogar” ahora simplemente se dedicaba a vagar sin un rumbo, no había rastro de que quisiera volver, no sabía si para bien o para mal pero se había desligado por completo de la cuna que muchas veces la vio dormir.

Ahora necesitaba despejarse, siempre sentía que en cualquier momento su cuerpo reposaría en el suelo dado que siempre parecía que todo estaba nublado.

Mientras se enguantaba las manos salía de la casa, escuchó como la reja se cerró detrás de ella, los únicos que aguardaban su llegada eran los sirvientes, se había llegado a plantear en más de una ocasión si comprar un perro sería la opción para que al menos alguien se alegrara de verle y ella pudiera estar mucho más “tranquila”.

Las calles estaban frías y se encontraban ligeramente desiertas, eran sencillamente un paso más a la “humanidad”, aquella humanidad que se dedicaba simplemente a caminar de un lado para otro sin ver quien está a su lado o si necesita ayuda, y eso, justamente, le acababa de pasar a ella. Uno de sus guantes había resbalado de sus dedos y le sacudió para quitar la tierra que le había quitado blancura, lo guardó y se quitó el otro, ya no los usaría.

por **Klaus von Weissenburg** Jue Ene 10, 2013 1:39 pm

Aquel cigarrillo había servido de gran ayuda para calmarme y evitar que pusiese a darle vueltas a la cabeza por aquellos pensamientos que quería evitar a toda costa, ahora estaba en el sitio ideal para poder eliminarlos para siempre y sentir una paz absoluta conmigo mismo.

El tiempo había pasado a gran velocidad durante mi breve descanso y una vez mas me ponía en marcha en aquel viaje a ninguna parte, tan solo por el mero placer de descubrir un poco la ciudad y ver los problemas del pueblo.

En un momento un tanto desafortunado cuando miraba por.....no sabía cuantas veces habría mirado ya el reloj de bolsillo... tuve la mala fortuna de chocar levemente con una señorita en mitad de la calle. Fantástico, apenas llevaba nada de tiempo en París y ya estaba provocando problemas a la gente que tan solo paseaba.

Se trataba de una hermosa joven, debía ser algo mas joven que yo de largo cabello castaño y unos hermosos ojos azules, a juzgar por su aspecto debía ser al igual que yo extranjera y por sus vestimentas debía ser adinerada. - Entschuldigung.....quiero decir...disculpe...espero no haberle hecho daño, ¿se encuentra usted bien señorita? -pregunté con cierta preocupación a la damisela en el mejor francés del que disponía, aunque incapaz de librarme del acento.

por **Damaris Bremont** Jue Ene 10, 2013 3:16 pm

Distraída, podría ser la palabra que mejor describiera a la castaña, aunque muchos preferían llamarle “torpe” o incluso “loca” ¿Había alguna diferencia? Al menos no en los resultados, pues ya estaba acostumbrada a que todos la criticaran, a través de su corto tiempo en el mundo había aprendido como era mejor disfrazar la tristeza con una sonrisa que le iluminara el rostro para que los demás simplemente siguieran su camino, así evitaba las hipocresías que se podría ganar si se le ocurría quejarse.

Las vueltas en su cabeza nunca la llevaban a nada bueno, era como si el mundo se empeñara en decirle que no servía apenas para nada, no había terminado de guardar los guantes cuando un impacto apenas le movió el brazo lo suficiente como para que supiera que con algo había tropezado –Pardon…- murmuró casi al mismo tiempo que escuchaba una ¿Disculpa? A los pocos segundos ya sabía que así había sido y negó con la cabeza ]–No sucede nada caballero, un accidente lo tiene cualquiera- sonrió de manera amable, tal como lo hacía siempre que la insultaban o le decían algo amable, la sonrisa parecía tatuada en sus labios.

Estoy perfectamente, no ha sido nada- murmuró sin poder evitar arrugar ligeramente la nariz cuando se percató de un ligero humo de cigarrillo y el olor delator]-¿Está perdido?- a pesar de que ella tampoco tenía mucho tiempo en ese sitio su instinto servicial se apoderaba de sus acciones, casi nunca recibía agradecimientos pero eso ya no interesaba, era mejor ayudar que recibir los malos tratos que no le gustaban.

por **Klaus von Weissenburg** Jue Ene 10, 2013 4:44 pm

-Lo lamento mucho, es inaceptable el ir tan distraido, de haber ido con mas fuerza o velocidad podría haberle hecho daño, le pido nuevamente disculpas señorita - me disculpé de forma sincera y amable con la mano derecha sobre mi pecho haciendo una leve inclinación

Aunque la joven parecía estar bien e insistía en que así era no podía evitar sentirme mal por tal estúpida situación, para colmo me ofrecía su ayuda, eso hacía que me sintiese aún peor, ¿que es golpeado por accidente y ofrece ayuda a su agresor?.

-Aunque me hayo ligeramente perdido debido a que soy nuevo en esta ciudad no me gustaría abusar de su mas que provada amabilidad haciendo que me guie hacia un lugar al cual aún no he decidido ir, ya que me encuentro en un paseo sin destino. -contesté a la pregunta de la joven con la mayor educación y amabilidad posible.

-Y lamente mis modales, pues he iniciado una conversación con usted sin presentarme, mi nombre es Klaus von Weissenburg, encantado -tomé su mano con delicadeza y la besé

por **Damaris Bremont** Sáb Ene 26, 2013 12:13 am

El hombre parecía preocupado, pero en verdad que no le había pasado nada, además de que accidentes siempre los tiene cualquiera, ella se había buscado este por haber intentado huir de sus propios recuerdos, de querer sacar todo eso que llevaba dentro, quería que se le fuera, pero no podía, todo mundo tenía una memoria y sabía que al menos que se muriera o tuviera amnesia toda su vida recordaría lo que había visto... La muerte de sus padres.

-En serio que no ha pasado nada, me encuentro perfectamente y de ir más fuerte las consecuencias hubieran cambiado, pero yo también debí poner atención de hacia donde caminaba, así que también es mi culpa y debería pedir disculpas- sonrió de manera natural, no se le hacía justo esclavizar a alguien sólo porque había cometido un error, pues pensaba que el mundo estaba plagado de errores y que muchos los aplaudían sin ningún motivo.

-No abusaría de mi amabilidad, señor, yo me estoy ofreciendo para indicarle el camino...- se le quedó viendo y asintió -Pero si usted dice que no tiene rumbo, entonces no hay mucho que hacer, sólo está a merced de sus pies- asintió con la cabeza una vez.

Aquél hombre parecía por demás amable y no sabía como era posible que todavía existiera gente así, aunque sin duda alguna que se alegraba de que así fuera -Mi nombre es Damaris Bremont... Mucho gusto caballero- hizo una ligera reverencia con la cabeza -¿Me permite acompañarle en su camino sin destino o prefiere ir solo?- a lo mejor ella había sido muy atrevida, pero ya no quería vagar o al menos no hacerlo sola, porque en vez de dejar de pensar lo hacía con más ímpetu.

Off: Lo siento, me quedé con la idea de que había respondido. El correo no sé porque no llegó.

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