¿Un paseo tal vez? {Libre.}

por **Acheron De Valois** Vie Feb 03, 2012 1:34 pm

Era de noche. Yo recorría las callejuelas de París. ¡Ah, París!, desde que había llegado aquí esta ciudad nunca había dejado de sorprenderme. Podría actuar como un loco y todo el mundo pensaría que estoy borracho. La inocente París, así era. La penumbrosa oscuridad me acogió en su soledad y comencé a caminar mientras colocándome correctamente el abrigo rojo me atusaba el cabello, rubio y corto.

Caminaba por aquellas calles y lo único que se veían eran prostitutas, vagabundos y borrachos.

''Un petit dîner'', pensé cuando observe a aquella piel blanquecina y aquellos labios rojos de aquella cortesana que se acercaba hacía mi.

La ignoré. La ignoré como si un fantasma hubiese pasado por delante. Esa pobre desdichada nunca sabrá lo cerca que había estado de rozar la muerte. Me lleve la mano al labio y palpe la sangre de aquel vagabundo que aún rebosaba en mis labios. Acaricié la sangre con mi lengua, hoy ya estaba saciado.

Aún así no podía rechazar un tranquilo paseo por las calles de París, y así era, París era perfecta. Mucho mejor que Italia y Grecia, y desde luego mejor que Austria. Caminaba y nadie se fijaba en mi, era una sombra para el resto de la gente, la mayoría de esos estúpidos humanos caminaba sin saber que podían ser el bocado de algún ser, inimaginable para esos idiotas beatos adoradores de algo que apenas estaba demostrado. Hasta yo dudaba, ¿La existencia?, ¿Dios?, ¿Satanás?, pamplinas.

Deje la mente en blanco y continué recorriendo aquellas oscuras calles, ya había bastado de filosofía por hoy. Así era, yo me denominaba un filosofo, me había molestado en aprender cientas, quizás miles de dialectos que el resto de mortales desconocía. Evidentemente exageraba sobre el número.

Me movía silenciosamente, acompañado de mi abrigo rojo y mi rostro pálido, que apenas lograba captar la atención de los mortales. No tenía ningún problema en leer que pensaban aquellos mortales. Observé varios locales de copas, tabernas, aún abiertas, decidí no entrar. El silenció de la calle era mejor que escuchar a toda aquella muchedumbre borracha.

Mientras caminaba recordé aquella noche, cuando me convertí, todo había sido por estas mismas calles, en el mismo callejón, justo en el callejón que estaba al doblar la esquina. Caminé hacía allí, pero para mi sorpresa alguien más estaba allí. Un indigente. Tuve la bondad de darle un par que monedas que tenía en el bolsillo. Aquel hombre estaba tan deteriorado que ni pudo pronunciar una sola palabra.

Me quede parado, recordé aquellos días de antaño, cuando yo había sido convertido en aquel mismo lugar hace 213 años. Cuando yo estaba había venido como un mero polizonte a París. Recordé aquellas palabras: ''¿Acaso crees que tuviste suerte cuando la plaga del barco asoló a toda la tripulación menos a ti?''- Reí al recordar esto. Desde luego que tuve suerte, al menos él me había escogido a mi.

Abandone mis deseos de pensar durante un rato y me quede parado. Deseaba beber sangre de alguien, aquel indigente estaba inquieto, pero al parecer yo no era la única sombra que se encontraba entre las oscuras calles de París.
Alguien más...

por **Janelle Chifflet** Sáb Feb 04, 2012 8:23 am

Otro día de trabajo había terminado, otra visita al cementerio se había efectuado, ahora me dirigía a casa solitaria mas no aun agotada del todo por estar todo el día fuera de casa. Aun me quedaban energías que pensaba gastarlas al llegar, tal vez haciendo algunas pociones para la salud o jugar con mi gato que aun debía estar despierto. Y como siempre, las calles de Paris estaban un poco inactivas, pero su silencio hacia que mis pensamientos volaran así como también las dudas.

Mi motivo de existencia en Paris había terminado al encontrar a mi hermano perdido. Que me quedaba ahora? Tal vez vivir allí por el, eso seria maravilloso. Sin embargo no parecía ser razón suficiente... Y por que no recuperar los años que el mismo se había llevado en su juventud? Si, eso sonaba aun mas atractivo y era un deseo en mi interior. Mas pensar y estar solamente con el me parecía solitario de todas maneras. No tenia muchas amistades, los pocos que había conocido solo duraron unos momentos, quizás por mi falta de esfuerzo de mantenerlas o quizás porque ellos estaban mas interesados por sus propios amigos o ambas.

Suspire al encontrarme tan solitaria como siempre lo había estado desde mi llegada a Paris hacia tantos años. Incluso al ver el cielo, se me hizo que las estrellas estaban tristes probablemente por mi o tal vez por otra cosa que ellas estaban viendo en ese momento. Mis pies comenzaron a gritar por un descanso y me detuve frente a una tienda cerrada, me senté en su ventada por donde sobresalía un poco de pared para apoyarme lo suficiente para tomar un descanso.

Mire a los lados, no había casi nadie a excepción de un indigente esperando que alguien pasara por su lado y le concediera un par de monedas, algo que no llevaba conmigo en aquel momento, lo que me disculpe mentalmente con el pobre hombre. Frente a mi había una pequeña tienda que aun estaba abierta y aparentemente había algunas pocas personas riendo y bromeando. Escucharlos a través de la ventana semi abierta me alegraba un poco, era reconfortante ver gente feliz y con amigos, algo que yo quizás no tenia.

De pronto escuche unos pasos y algo metálico caer a uno de mis lados, por lo que gire la cabeza para ver de que se trataba. Un hombre, al parecer, le había ofrecido unas monedas al indigente. Agradecí que al menos había alguien que tenia algo para ofrecerle. Lo examine un poco mas con cuidado, su traje era lo que podría decirse, algo llamativo y que decía lo mas importante del hombre.

-Oh, un noble. Estará dando algún paseo nocturno, imagino.-pensé para mis adentros.

No paso mucho hasta que me noto y me examino de la misma manera que yo a el. En ese momento me sentí un poco incomoda por tal cosa, pero tenia el presentimiento de que aquello no era solo unas mutuas miradas curiosas. Y no me equivoque.

por **Acheron De Valois** Sáb Feb 04, 2012 12:47 pm

La noche continuaba oscura y las estrellas parecían estar mirándome. Sentía presencias a mi alrededor, aparte de la del pobre indigente que estaba a mi lado. Esa noche era especial, no estaba solo, algo me llamaba, aún quedaba mucho para el día, tenía toda la noche por delante. Aquel indigente no podría ofrecer sustento necesario para calmar mi sed. Deseaba volar, escalar por aquellas tortuosas paredes y llegar hasta la Catedral de ''Notre Dame'' y ver pasar la noche desde allí. Quería ver las estrellas más de cerca. En 234 años aún no conocía de la existencia de más seres como yo. ¡234 años y yo aún tenía tantas preguntas que hacer!, ¿Acaso yo era el único de una estirpe perdida?, en fin. En ese momento no podía ser, y por lo tanto deje de pensar. Acomode mi abrigo rojo y tire de sus solapas. Caminando observe a una joven. Ella fijo su mirada en mi, y yo en ella. Solo al contemplar aquella pálida piel desee clavar mis colmillos y poder beber aquella sangre que me llamaba desde lejos. Pero algo me dijo que no. Aquella presencia me producía algo extraño. Decía ''bebe'' y a la vez, no.
No. Pero quizás siguiendo a dicha persona un rato podría aclarar mis dudas.
''¿Sería una buena idea?'', pensé.

Después de aquel cruce de miradas deseaba saber algo más. No podía quedarme así.
Caminé hacía un puente que estaba junto a mi. Estaba oscuro y como toda la ciudad de París húmedo. Aquel era el lugar perfecto para observar a aquella joven que parecía llamarme, o quizás fuese su sangre caliente quién me llamase. Observé como estaba allí, y me quede mirando. De todas formas quizás pudiese acorralarla en un callejón y beber aquella sangre. Continué observando, fijando mi mirada y calculando la mejor manera de obtener sangre fresca y joven. Y allí me quede observando, esperando quizás un movimiento, como si de una partida de ajedrez se tratase.

Entre las oscuras tinieblas de aquel puente podría observarse todo. Aquel indigente al que había dejado aquellas monedas, aquella cantina aún abierta, y a solitaria gente caminando sola.

Personas pasaban cerca de mi, pero yo preferí centrarme en una sola. Aquella joven. Sí. Aquella sangre parecía ser incluso más apetitosa que cualquiera otra. Quería probarla. No. Tenía que probarla. Debía hacerlo, no solo por deseo si no por probar aquella sangre, que parecía distinta al resto.

La niebla se filtraba entre mi cara, ocultándola de vez en cuando por una marea de oscuridad que iba y venía. Miré de nuevo a la joven, y esta apenas se había movido.''¿Que es lo que mira?''-Pensé.

Observé la luz que provenía de la taberna y eso me hizo recordar cuando tenía veinte años y mi casa ardió, recordé a mi padre y a mi familia. Deseé llorar al recordar eso, como siempre la lagrima nunca llega. Por mucho que lo ansié, nunca llega. Nunca. Nunca.

Pase mi mano con mis largas uñas sobre mis parpados para ver si algo había cambiado. Noté mi piel fría y suave, pero seca, sin rastro de lagrimas, sin rastro de nada. Como siempre me invadió el sentimiento de desear olvidar. ¿Pero por que debía olvidar?, debía vivir el presente, y exactamente mi presente se centraba en aquella joven...su sangre me llamaba. Me quede quieto, mirándola fijamente, observando todos sus movimientos...

por **Janelle Chifflet** Sáb Feb 04, 2012 6:38 pm

En mi vida había pasado por muchas cosas, cosas que en mi tierra natal no eran muy usuales. Había tenido algunas desgracias y gracias a ello tenia cierta experiencia con los hombres mas que otra cosa. Los demás, seres no humanos, poco me habían enfrentado y tuve la suerte de salir viva, mas de una vez herida sin gravedad.

Aquel hombre me era un tanto extraño, se había detenido en una fuente cercana y pude notar que me observaba. Yo fingía estar mas interesada en la tienda de enfrente, algo que era evidente que no era así. Lo miraba de reojo para observar sus movimientos, aunque de hecho apenas si se movía. Estaba segura de que no era nada bueno... Quizás fuera uno de esos hombres que les gustaba adueñarse de las mujeres. Ya me había topado con algunos de ese tipo y me había librado de ellos con facilidad.

Mas aquel hombre me resultaba curioso... No parecía ser de ese tipo a pesar de que los hechos decían lo contrario. Debía tener alrededor de 20, quizás, eso me dificultaba un poco las cosas, dado que los hombres jóvenes suelen ser un poco mas resistentes a mis hechizos. Pero algo me llamaba la atención, algo me decía que había algo mas en el.

-Pero que sera?-me preguntaba. Siendo un noble, esperaría a que entrara a un callejón o simplemente cuando ya no hubiera una sola alma y entonces haría su movimiento definitivo.-Esta inquietud me llevara a la ansiedad... Que es lo que aun no veo?

Con la poca luz que le daba, trate de darle un buen vistazo y luego aparte la mirada otra vez para dirigirla a mis pies al tiempo que mis manos lo acariciaba para aliviar el dolor. Se estaba muy quieto... Ni siquiera estaba segura de si estaba respirando siquiera, aunque eso era normal en cualquiera que estuviera ansioso. Su piel era tan clara como la mía... O quizás un poco mas? Entonces, deduci que o bien se trataba de un noble muy ocupado que no había comido nada o bien se trataba de...

-Que absurdo.-me dije a mi misma en mi mente antes siquiera de pensarlo.

Mas no podía descartar una idea porque si, solo tenia dos maneras de averiguar de quien se trataba. Una era seguir mi camino y observar si me seguía, algo que me parecía muy probable, de ese modo, cuando se movilizara podría saber con exactitud que era el. La otra seria acercarme y tratar de ser amable, algo raro en mi y muy arriesgado, incluso muy tonto. De tan solo pensar en lo que pasaría me ponía un poco nerviosa, pero tarde o temprano pasaría uno o lo otro con el mismo resultado.

Me decidí finalmente y en mi bolso busque un extremo y con algo de precisión rompí algunos hilos para dejar un agujero. Deje una vela ahumada de jazmín nueva cerca de este y me dispuse a seguir mi camino. Pase por delante del hombre, lo mire de reojo para ver si aun me observaba y así fue. Luego otros pasos, sentí que la vela se había caído, sin embargo fingí no notarlo y seguí caminando.

por **Acheron De Valois** Dom Feb 05, 2012 4:40 am

Pude notar el nerviosismo de la mujer. Era obvio que lo estaba, caminó, con paso nervioso, por delante de mi. Me miró. Era evidente que estaba, de una manera u otra interesada en mí. Supe que seguirla en linea recta sería una estupidez, así que deje que avanzara un poco.

Yo, entre la niebla, ocultándome, camine despacio, tanto que el ruido de mis pisadas había desaparecido.
La observe desde lejos, y pude ver como se movía, intranquila, caminando como si pudiese evitarme. La verdad es que evitarme era imposible, desde donde yo estaba podía verla, oírla, olerla, ella no podía hacer ninguna de esas tres cosas.

Al parecer era una presa fácil, que caminaba precisamente hacía donde yo quería. Era precisamente lo que yo quería y al parecer la joven cumplía mis ''ordenes'' tal y como yo quería. Había causado la impresión que quería en aquella joven. Incluso desde tan lejos podía oler su miedo, estaba intranquila.

''¿Se habrá dado cuenta de lo que soy?''- Pensé.

Ella continuaba caminando, y yo la seguía unos cuantos metros desde atrás. La niebla me cubría y no me permitía ser visto, pero yo gracias a mis ojos podía verla, la niebla no era ningún obstáculo para mi. Eso me daba cierta ventaja. Me quité el sombrero de copa y acaricié el terciopelo negro de este y volví a colocármelo sobre la cabeza, ajuste el sombrero y rebusque en el bolsillo de mi abrigo.
Dentro de este tenía un par de monedas, nada importante.

La joven no había logrado despistarme, si eso era lo que pretendía. Estaba lejos, pero yo la notaba muy cerca, tan cerca que casi podría tocarla.

Caminé con paso lento, estábamos solos, nadie más pasaba por allí, y sinceramente este sería el momento perfecto si yo planeaba hacer algo. Decidí apretar un poco el paso, y así lo hice, caminé un poco más rápido, ahora mis pasos de mis caros zapatos Italianos ya podían oírse, pero eso ya no importaba, no tenía escapatoria.

Caminando y caminando observe una calle, un callejón sin salida, perfecto para acorralarla. Ahora ya corrí, corrí hacía ella y con un salto ágil me pude delante de ella. Me giré y la miré a la cara, sin duda era más hermosa que desde lejos y su sangre me llamó.

Realicé una reverencia con el sombrero.

-Bonjour, madame, ¿No cree usted que esta noche es un poco peligrosa como para que usted este caminando sola.- Después de esto sonreí jocosamente mostrando así mis blancos y afilados colmillos.

La noche estaba tranquila, y aquella joven acorralada...

por **Janelle Chifflet** Dom Feb 05, 2012 6:09 am

Nada, no hubo aviso alguno de que mi vela se había caído. Eso me dio a entender que solo estaba interesado por mi, literalmente por mi. Seguí caminando un poco nerviosa, pero con paso seguro. Aunque ese era el camino hacia mi casa, no iba a llevarlo hasta allá, eso si que seria tonto. Pensaba en dar vueltas hasta que decidiera atacar y mientras, también, pensaba en algún hechizo para librarme de el.

Caminaba, no se le oía detrás de mi, pero sabia que me estaba siguiendo. Tanto sigilo al principio me pareció curioso hasta que escuche sus pasos al fin, acercándose. Me dio cierto escalofrío recorriendo mi espalda, pero trate de ser fuerte, como siempre lo había estado. De pronto ya se encontraba frente a mi y me pare en seco. Viéndolo mas de cerca me pareció un tanto atractivo, mas eso solo era apariencias. Como tratando de ser amable, se quito el sombre y me dedico una pequeña reverencia, luego hablo, sonrió mostrando sus dientes. Mi sospecha había sido confirmada, sus dientes mas el aroma a sangre que percibía en el -gracias a una parte heredada de mi padre gitano-, sabia que era un vampiro. Trate de ir con cuidado.

-Oh, no me tome como una mujer indefensa, se cuidarme perfectamente cuando debo salir de noche.-le conteste con una sonrisa casi fingida.

Repentinamente mis nervios fueron reemplazados por la pena al verlo jugar conmigo fingiendo ser amable. Aunque sabia ahora que iba tras mi sangre, no pude sino sentir lastima. Cuanto tiempo humanos y vampiros llevaban peleando por sobrevivir matándose mutuamente? Ciertamente yo no quería seguir ese ciclo de la superveniencia, yo deseaba que ambas partes encontráramos una manera de no atacarnos, incluyendo el beber sangre de un humano.

El noble debió de notar mi lastima puesto que su expresión cambio por un momento. Ahora debía pensar como racionar con el para que ambos pudiéramos llevarnos bien y que aquello no se convirtiera en un juego del gato y el ratón.

-Si me permite decir, no quisiera tener que actuar agresivamente para llegar a casa a salvo, por mas peligroso que pueda resultar la noche.-le dije esta vez sonriendo amablemente de verdad tratando de no mencionarlo, no quería que supiera que yo sabia lo que era, ni mucho menos que el supiera lo que yo era. Aun no.

De todas las veces que había podido librarme de una pelea por sobrevivir, solo dos veces tuve éxito al convencer a un vampiro y un licantropo. Esperaba tener otro éxito mas con el, de ese modo, mis esperanzas y mi sueño de una vida tranquila por ambas partes, se cumplirían y solo entonces seria un poco mas feliz de lo que ya era.

por **Acheron De Valois** Dom Feb 05, 2012 9:44 am

Noté en su cara un cambió de expresión, ante tal cosa yo también cambié de cara, intentando convencerla de que no corría ningún peligro, por ahora. Yo estaba saciado, de momento. Aquella sangre me decía algo, me llamaba, necesitaba probarla. Me resistí. Aquella no era una sangre normal. ¿Que era entonces?. La curiosidad había llamado a mi puerta. Y de nuevo me invadieron las dudas. Podría matarla en ese mismo instante, pero...¿Por que tan fácil?, ¿Que gracia tenía sino?.

Realizando estas preguntas para mi mismo sacudí el Polvo de mi sombrero de copa, y volví a colocármelo en la cabeza, bien ajustado.

Sonreí ante la inocencia de la joven, al decirme que no quería tener que usar la violencia para llegar a su casa. Me hacía gracia su arrogancia, aunque casi fue eso lo que me hizo no matarla. Me hacía gracia, era joven, quizás un poco menos que yo, en mi edad aparente. Sin embargo una joven de aquella edad estaba mostrándome arrogancia a mi, a una persona de 234 años. Era curioso, muy curioso.

No comprendía por qué, pero no quería hacerle daño, sin embargo aquella sangre me llamaba.
¿Vamos Acheron, 234 sin compasión y vas a preocuparte ahora por esta niñita?-Pensé.

Era extraño, ¿El por que de todo esto?, ¿Que parte de mi me impulsaba a decir que no, y otra que sí?, ¿Tenía yo aún mi parte humana?, ¿Que era lo que me impedía clavar mis colmillos allí mismo donde nadie me veía?.

Unas ansias de probar aquella sangre me recorrieron el cuerpo, quería probarla, pero una parte de mi decía que no. Grite. Grite y cerré los ojos y apreté mi puño, abrí la mano y la situé sobre mi pecho. Con la otra mano tape mi boca, sorprendiéndome de aquel grito desgarrador que había metido. Después de eso no sabía si podría probar la sangre. Aún quedaba mucho para el día, y muchas cosas podrían pasar, me extraño que con aquel grito la joven no hubiese salido corriendo asustada. Esto nunca me había pasado. ¿Por que me pasaba precisamente con aquella sangre?, precisamente aquella...

Parecía que algún ser superior estuviese castigándome, sin dejarme probar aquella sangre, aquella situación me ponía nervioso, ¿Por que no puedo...por qué no puedo beber su sangre?

Di un paso hacía delante, acercándome aún más a ella. Y mirando aquellos ojos le dije:

- Mi parte humana...murió hace mucho, madame.

por **Janelle Chifflet** Dom Feb 05, 2012 6:00 pm

Me encontraba extrañamente calmada en ese momento. Quizás por mi infantil actitud de que no mostraría su lado vampirico y me atacara, o quizás porque tenia la esperanza de que cambiara su rutina. Pero nadie cambia de un momento para otro... Al menos, hasta donde yo sabia.

El noble aun sonreía, suponía que aun tenia intenciones de jugar conmigo para beber mi sangre. Recordaba haber enfrentado vampiros que jugaron de una manera similar conmigo, algunos implemente me atacaban como si fuese una pelota y otros simplemente me acechaban entre las sombras esperando que yo me volviera loca y paranoica, algo que nunca lograron, puesto que había realizado hechizos luego de confirmar por unos minutos la naturaleza de mi atacante. Pero que este vampiro simplemente hablara conmigo, era nuevo para mi.

Note que su expresión cambio por un segundo antes de cerrar los ojos y gritar, algo que me sorprendió. Apenas si me sobresalte, lo note incluso sorprendido de si mismo por haber gritado. Pero por que? Cual era la razón de su grito? En todos mis años de vida, no recordaba nunca haber escuchado un vampiro gritar sin razón alguna aparente. Mas no me fui... Me pico la curiosidad, a pesar de que tal vez era parte de su juego... Hasta que, lo que a mi me pareció una confesión, me dijo que que su parte humana había muerto.

No pude sino sonreír apenada por el, ya fuera parte del juego o no. Sabia que decía la verdad y no me pareció del todo extraño que dijera algo así. Ya me había topado con un vampiro que me dijo al primer instante lo que era y no lo abandone, no era mi naturaleza.

-Esta seguro?-pregunte. El no pareció entender lo que quería decir.-Como sabe que no esta oculto en lo mas profundo de vuestro ser?-me explique.-Si hay algo que nunca muere, en mi opinión, es el corazón humano. Una persona no es por lo que es, sino por quien es.-le dije mientras tocaba mi pecho con una mano.

Espere su reacción tardía, creo que estaba tratando de entender lo que había dicho o simplemente procesarlo en su mente. Era algo para pensar a decir verdad, era algo que me habían enseñado mis padres de niña. Nunca olvide aquello y mucho menos su significado.

por **Acheron De Valois** Lun Feb 06, 2012 9:03 am

La joven había comenzado a realizar varias preguntas, al parecer mi grito no la había espantado, ni mucho menos era eso lo que pretendía. Después de lanzar aquel grito ajuste de nuevo mi sombrero y golpee con mi mano izquierda la parte de arriba de este. Sonreí intentando relajar el ambiente, por el momento no quería que saliese espantada. No pretendía beber su sangre. Al menos por ahora, si algo me caracterizaba era por ser imprevisible.

Aquella frase, me hizo recordar mi parte humana, aunque cada vez me resultaba más difícil recordar aquellos momentos. Solo me vinieron a la cabeza imágenes sueltas, cerré los ojos un rato y pensé...

Mi casa ardiendo, mi padre gritando. Recordé la cara de mama antes de que esta muriera de pulmonía. También pensé en Avennici y Alfredo. Más tarde recordé una especie de carroza negra, no sabía que podía significar eso. Intente recordar aquella imagen, ¿Una carroza negra?, desde luego no recordaba nada de eso.

Intentando acordarme. No pude. Apreté el puño de nuevo y di vueltas en círculos durante un rato. Me apeteció subir por aquellas paredes y volver a la Catedral de ''Notre Dame'', pero tenía una ''invitada'', no podía dejar las cosas así.

Ella continuaba mirando, inmóvil, con la expresión serena y tranquila. Después de mostrar mis colmillos como acostumbraba a hacer solían o quedarse mudos por el miedo o gritar. Ambas cosas no servían de nada, pero el temperamento de aquella joven era completamente distinto. Serena, o al menos lo aparentaba. De todas formas no podía negar que quisiese beber su sangre allí mismo...

Madame, espero que sea consciente de que parte de mi desea beber su sangre, aunque esto no va a acontecer...por ahora.- Dije dejando escapar una leve sonrisa mostrando de nuevo mis colmillos. Ahora estaban más blancos todavía, visto que la luz de la luna incidía directamente sobre ellos.

Y así era, por que una parte de mi deseaba beber su sangre, ¿Por que motivo no lo había echo aún?, ¿Como había logrado aquella joven encandilarme de tal manera como para que no le hiciese nada?, y en verdad algo de aquella sangre me llamaba, no estaba seguro el que. Pero algo había...

por **Janelle Chifflet** Lun Feb 06, 2012 5:29 pm

Trate de mantenerme lo mas calmada posible, sospechaba de que empezaba a cambiar de opinión respecto a mi sangre, o al menos eso esperaba. Sonrió luego de unos segundos y cerro sus ojos como si estuviera recordando algo.

-Me pregunto que estará pensando.-me dio un poco de curiosidad. Y mientras el estaba en sus pensamientos, yo me preguntaba como terminamos ambos en esa situación, yo hablando con un vampiro como si fuera un conocido y el encontrándome a mi en las calles ya vacías.

Algo en el me hacia sentir mejor de lo que esperaba sentir, algo así como si fuéramos a ser amigos, pero no estaba segura de que aquello fuera a suceder. Mas deseaba que así fuese, quizás por mi falta de amistades o simplemente por el hecho de ser un vampiro. No negaba que resultaba interesante saber mas de el, sus conocimientos y pensamientos. Cuantos años de recuerdos y conocimientos podría llegar a tener un vampiro? Era un misterio para mi y siempre me mostré interesada por saberlo. Y que es lo que este vampiro sabia y guardaba en su mente? O lo que mas importaba en ese momento: que tan fuerte era su deseo por la sangre, mi sangre en ese caso?

Abriendo ya sus ojos, me confeso definitivamente lo que el era. Yo me mantuve en mi misma posición, sonriendo. Parte de el aun quería mi sangre, pero aparentemente, estaba indeciso. Que era lo que le detenía? Y aunque eran buenas noticias para mi, me intereso en cierto punto. No sabia si parte de lo dicho lo decía por decir o por convencerse a si mismo de que tomaría mi sangre para si.

-Soy muy consciente de ello. Esperaba que tal vez no tuviera que actuar contra usted innecesariamente, no es parte mi naturaleza realmente. No me gusta pelear ni siquiera por sobrevivir.-le dije por mi parte, actuando con normalidad. Ademas, que tan efectivos eran mis hechizos contra los vampiros? Depende de cada uno, suponía.

Aun no quería decirle mi verdadera naturaleza, por temor a que pudiera resolver su duda al no atacarme en ese momento. Pero sabia que en algún momento tendría que decirlo o simplemente se me escaparía en aquella extraña conversación. O acaso ya lo había hecho? No podía saber. Solo quedaba tratar de ser mas sociable con el vampiro mientras resolvía sus dudas, quizás, con un poco mas de charla, podría convencerlo de no tomar mi sangre y que podríamos ser amigos.

-Oh, que descortesía la mía.-dije fingiendo sorpresa.-Lo siento, no me he presentado. Janelle Chifflet a vuestro servicio.-me presente tendiendo una mano, algo que me pareció arriesgado, pero si el vampiro aun estaba en sus dudas, no le tentaría demasiado, esperaba. Ademas, con cuantos vampiros había tenido la oportunidad de presentarnos sin violencia? Muy pocas, de hecho.

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