Perdicion francesa <Privado>

por **Gianini Potenza** Miér Ene 09, 2013 7:50 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Desde su llegada a Francia no había hecho mas que correr de aquí a allá, mandando cartas, invocando viejos acuerdos de ayuda y protección con diversos viejos conocidos. Desde la mañana que había desembarcado no había hecho otra cosa que correr y correr esperando que todo su esfuerzo sirviera de algo. Daría caza a las hermanas Kaiser y lograría al fin su cometido.

Pero esa era historia para otro momento, esa noche, la primera en paris tenía que pasarla relajado, tomando, fumando y olvidando un poco de esto y otro poco de aquello. Por eso habia decidido entrar al burdel, al primero que pareciera tener todo lo que yo necesitaba.

Abrí la puerta doble y me dirigi a una mesa vacía. Pedí una copa y algo de cerveza, siempre pedía cerveza para empezar, porque pensaba que ese era el escalón mas bajo de la escala. Abrí una caja de "cigarros" recién importada de españa, decían allí que era toda una revolucion. Abría que probar. Encendí el primero de estos cigarros y trague una profunda bocanada de humo, por mi garganta lentamente sentía subir el aroma del humo del tabaco que expulse lentamente por mi boca.

por **Gianini Potenza** Vie Ene 18, 2013 1:43 am

Una ola de calor recorrió mi cuerpo al sentir el tacto de su lengua en mi pene, y no entendía cual era la diferencia entre ella o cualquier otra mujer con la que hubiera estado, pero indudablemente era mejor. mucho mejor.

Entonces preguntó que deseaba.

¿Que deseaba?

Un millón de ideas se cruzaron por mi mente, pero una sobresalió por entre las demás, si jugaba a satisfacerme, entonces este era el modo.

-La cama nos va a quedar un poco pequeña, así que empecemos contra esa pared... Pon las manos contra la pared y asegúrate de hacer mucho ruido, me encanta hacerlas que griten por mi

No era para nada caballeresco ¿pero realmente quería serlo? A la hora del sexo mi instinto de cazador despertaba.

por **Zore** Jue Ene 24, 2013 6:31 pm

Con destreza se deslizó por el cuerpo de aquel hombre hasta quedar a la altura de sus labios. Él expresó sus deseos, y la cortesana decidió complacerlos. Besó suavemente su mejilla y dirigió sus labios a su oído, dispuesta a hablarle en tono confidencial.

- Iré contra la pared, pero tendrás que ganarte cada gemido... - susurró en forma traviesa y bajó una mano para acariciar su virilidad, asegurándose que siguiera erecta y lista para tomarla.

Volvió a deslizarse, esta vez incorporándose. Sintió sus pezones endurecerse por la suave corriente de aire al despegarse del cuerpo de aquel caballero. Bajó de la cama y le dio la espalda mientras se alejaba, hasta llegar a la lisa pared. apoyó las manos en la frescura del muro y miró hacia atrás de reojo.

- Aquí me tienes, te espero...- susurró con voz seductora.

por **Gianini Potenza** Jue Ene 24, 2013 8:37 pm

Sonreí divertido. Sus comentarios eran tan inocentes, una presa que cree estar fuera de peligro es una presa expuesta a que la aseche el depredador correspondiente.

Así que me acerqué a mi presa, sediento del calor de su cuerpo, deseando atraparla entre mis garras y someterla a mis deseos. Golpee mi mano contra la pared asegurándome de hacer ruido cerca de ella, para desviar por un segundo su atención, sin pedir permiso ni preguntar agarre sus trasero con firmeza y fui descendiendo en lentos movimientos hasta el calor de sus piernas y allí escondí mis dedos, irrumpiendo dentro de su cuerpo y exigiéndole que se rindiera a mi.

Cuando su cuerpo comenzó a humedecerse, mi mano izquierda comenzó a escurrirse entre su cuerpo, acariciando cada curva, cada rincón. la mano derecha en cambio se afirmo en las caderas de la joven cortesana.

No recuerdo haber sentido tantos deseos por una cortesana, nunca en mis años de viaje, había conocido a una mujer que despertara en mi deseos tan agresivos

aferrado a su cuerpo la penetré con violencia una y otra vez empujando mi virilidad dentro de ella, cada vez mas adentro cada vez mas fuerte

por **Zore** Lun Ene 28, 2013 8:13 pm

Sin voltear a verlo, esperó silenciosa a que él se acercara. Por fin sintió el contacto de su cálida piel, como su cuerpo la rodeaba, la aprisionaba contra la fría pared. Frío y calor, parecían intentar complotarse para enloquecer sus sentidos.

Él goleó la pared, obligándola a voltear la mirada en pos de su puño, aunque aquella fue solo una distracción momentánea. Sus manos se situaron en su trasero y se vio obligada a abrir un poco las piernas, dándole paso a aquellos dedos cálidos y habilidosos. Jadeó suavemente, estaba más allá de sus posibilidades el resistirse a los deseos de aquel caballero.

Se sentía débil y vulnerable, completamente sumida a la voluntad de aquel sujeto… aunque a decir verdad no quería resistirse, no quería escapar de las manos que, al detectar su humedad, empezaban a recorrerla, sin dejar de mantenerla firmemente sujeta.

El choque de su virilidad no se hizo esperar, lo sintió de lleno en su vagina, ya lubricada y deseosa de recibirlo. Cada embestida fue fuerte e intensa, notó el tamaño de su miembro enterrarse por completo en su femineidad, como cada vez lograba llegar más profundo… el roce frío de la pared le endurecía sus pezones, cada una de las sensaciones la hacía gemir, entregándose más a aquel hombre.

- Más… más… no te detengas hasta estallar de placer- susurró tomándole las manos, invitándolo a acariciar aún más intenso su cuerpo.

por **Gianini Potenza** Miér Ene 30, 2013 4:13 am

Hace algún tiempo estando en un viaje, había conocido a una mujer. una aristócrata acaudalada que necesitaba de los servicios de un buen cazador, mientras duró mi trabajo su trato fue discreto, y hasta diría frió, en cambio cuando el problema había quedado resuelto, la aristócrata se convirtió en mi amante.

Una vez, mientras nos amabamos me dijo "Cuando haces las cosas de esta manera siento que eres igual de violento y despiadado que las criaturas a las que das caza"
Desde entonces comencé a ser mucho mas violento y mas despiadado todavía.

oía los gritos de la jovencita y en mi sangre hervía y el placer que me generaba aquello era inmenso, pero también era inmensa el hambre, la sed, la necesidad que sentía.

-no gemis lo suficientemente fuerte, tal vez necesites un poco mas de emocion- le dije mientras me detenía por un segundo, a tomar aire, a respirar por solo un segundo.

La tomé por la cintura y sin separar mi pene de su vientre la levanté del suelo y la llevé contra la ventana. Las abrí de par en par y deje la mitad de su torso desnudo fuera de la habitación.

Ahora mis manos reptaban por su cintura hasta llegar a sus pechos y ahi comenzaron a acariciarla otra vez mientras la brisa nocturna intentaba sin exito reducir nuestras temperatura corporal.

por **Zore** Dom Feb 10, 2013 11:59 am

Él era brusco, salvaje, pero se amoldaba a su cuerpo en forma tan increíble que el placer que la cortesana sentía se amplificaba en cada fuerte embestida. No necesitaba fingir, lo deseaba más a cada segundo... pero la sed de su cliente no se saciaba tan fácil.

No pudo resistirse al inesperado traslado, quedando su desnudo toso asomado a aquella ventana. Temía caer, aunque aún más temía caerse sin llegar a conocer por completo las sensaciones que él podía hacerle experimentar.

El aire frío de la noche parecía calentarse al rodearlos, todo era calor y lujuria al rozar sus cuerpos. Zore sintió sus manos apoderarse de sus pechos, y gemía cada vez más intensamente, llamando la atención de todos aquellos que recorrían aquella calle. Más de un curioso se había detenido a observarlos, pero no importaba, solo existían ellos dos.

por **Gianini Potenza** Jue Mar 07, 2013 9:18 pm

Tomé a la muchacha de la cintura arremetí contra ella con todas mis fuerzas, una vez, y otra y otra mas, una ultima vez antes de ceder al fuego que me quemaba por dentro y llenar su vientre de mi semen.

respiré agitado, mientras me separaba su cuerpo del mio. Me acerqué a la cama y bebí de una jarra llena de agua hasta dejarla por la mitad, el resto del agua lo volqué sobre mi cabeza.

-Bien, que quieres hacer ahora?

tiré mi cabello hacía atras mientras la miraba con una sonrisa torcida, rosando lo malevolo

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