AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
2 participantes
Página 1 de 1.
Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
En ocasiones no se sabe a dónde se va y de donde se llega la confusión en los corazones de los pobres caminantes del mundo puede ser lo peor que tenga su corazón. Su mente se vuelve vacía y rápidamente pierden el sentido de la vida. ¿Qué sucedería si aquello se vuelve perturbador para la vida humana? Quedaría completamente vacío, sería un ser que no entendería lo que hace en este lugar. Se convertiría en un fantasma antes de tiempo. Se sentía abandonado, lleno de rabia y mucha confusión. ¿Qué podría hacer para que todo encajara a la perfección? Deseaba que Kim estuviera junto con él y su pequeño Adam, el fruto de un amor que llego a ser tan fuerte que trapazo la muerte. Pero, estaba preocupado por kim, era una mujer desesperada que deseaba volver a ver a su pequeño, parecía no entender la gravedad del asunto, estaba simplemente encimada en tener al pequeño junto a ella sin pretexto alguno.
-Está siendo muy descuidada- le había dicho su antiguo amigo. Aunque aun lo odiaba por haberle traicionado de aquella manera. Haberse llevado a su pequeño de sus brazos para otro país, había sido imperdonable para él, pero luego comprendió cuando medito las cosas que había sido por su bien. Aun así, su corazón se mostraba aun herido por aquel acto de traición. Choi siempre había sido inteligente –Primero tranquiliza, luego decidiré si es bueno que Adam este con ustedes- se había proclamado su protector y junto con Chocollete lo cuidaban como si fueran una familia, una familia que en realidad debieron ser él y Kim. Era cierto les tenia celos por lo que habían hecho, pero no podía decir nada mas, era cierto que había luchado, pero Choi tenía razón, Kim estaba muy descontrolada como para cuidar de Adam.
Cuando la enfrento su amada se enojo y despareció. Aquello había sido hace unos cuantos meses ¿Dónde estaría? La ira y frustración crecía en su interior, se comenzaba a cansar de buscarla, él la amaba, no importaba que fuera un fantasma. ¡Aquello le valía mierda! Pero que no se apareciera, eso no lo podía perdonar, dese hace muchas semanas había estado paseando parís como un loco susurrando su nombre, diciéndole palabras de amor para que volviera, lanzando todo lo que sentía al viento en el lenguaje que ellos dos entendían y sentía que era el lenguaje del amor.
Se había comenzado a cansar, había llegado a un lugar extraño, sus pies en realidad no encontraron salida, así que simplemente se apoyo en una pared que encontró. Tenía un abrigo negro que cubría todo su cuerpo y tenía el cuello alto para que el viento no le pegara en sus mejillas. Tanteo con la punta del pie el piso de aquel lugar, era de noche, no se podía ver muy bien su alrededor, pero pronto se aburrió de estar en un lugar desconocido y lleno de sentido, silencioso, peligroso. Aunque era un cazador, no estaba interesado en ser atacado por alguna creatura o algún borracho.
-…- se relamió los labios. Ser atacado por un borracho era mala idea (para el borracho) pero por alguna razón le dieron ganas de tomarse unos tragos. Si estuviera cerca de Choi a lo mejor lo llamaría, pero no, no está y tampoco está de humor para escucharle regañándolo, así que sus pies van hasta una lúgubre luz y comienza a ubicarse hasta que sus ojos se dan cuenta que está a solamente unas cuantas cuadras de una taberna. No está seguro si es la que ya ha estado concurriendo varias veces por los meses que ha estado en Paris, pero se alza los hombros y comienza a caminar, de todos modos lo que él desea es un poco de licor.
Había durado unos minutos en llegar, suspiro ampliamente para agarrar una mesa en el fondo, se quito el abrigo, dejando ver una camisa medio desabrochada dejando ver sus pechos bien formados y alguna que otra herida de guerra, dejo la chaqueta a un lado mientras esperaba al camarero para pedirle algo fuerte, el hombre rápidamente le trajo un licor extraño para él, le indico que era bourbon, Kwan le dio un sorbo y dejo que el licor invadiera el paladar. –Esto está bien, tráigame la botella- estaba decidido a ser el borracho que buscaría pelea a algún idiota que estuviera cerca de sus pasos
Todo por culpa de Kim…
-Está siendo muy descuidada- le había dicho su antiguo amigo. Aunque aun lo odiaba por haberle traicionado de aquella manera. Haberse llevado a su pequeño de sus brazos para otro país, había sido imperdonable para él, pero luego comprendió cuando medito las cosas que había sido por su bien. Aun así, su corazón se mostraba aun herido por aquel acto de traición. Choi siempre había sido inteligente –Primero tranquiliza, luego decidiré si es bueno que Adam este con ustedes- se había proclamado su protector y junto con Chocollete lo cuidaban como si fueran una familia, una familia que en realidad debieron ser él y Kim. Era cierto les tenia celos por lo que habían hecho, pero no podía decir nada mas, era cierto que había luchado, pero Choi tenía razón, Kim estaba muy descontrolada como para cuidar de Adam.
Cuando la enfrento su amada se enojo y despareció. Aquello había sido hace unos cuantos meses ¿Dónde estaría? La ira y frustración crecía en su interior, se comenzaba a cansar de buscarla, él la amaba, no importaba que fuera un fantasma. ¡Aquello le valía mierda! Pero que no se apareciera, eso no lo podía perdonar, dese hace muchas semanas había estado paseando parís como un loco susurrando su nombre, diciéndole palabras de amor para que volviera, lanzando todo lo que sentía al viento en el lenguaje que ellos dos entendían y sentía que era el lenguaje del amor.
Se había comenzado a cansar, había llegado a un lugar extraño, sus pies en realidad no encontraron salida, así que simplemente se apoyo en una pared que encontró. Tenía un abrigo negro que cubría todo su cuerpo y tenía el cuello alto para que el viento no le pegara en sus mejillas. Tanteo con la punta del pie el piso de aquel lugar, era de noche, no se podía ver muy bien su alrededor, pero pronto se aburrió de estar en un lugar desconocido y lleno de sentido, silencioso, peligroso. Aunque era un cazador, no estaba interesado en ser atacado por alguna creatura o algún borracho.
-…- se relamió los labios. Ser atacado por un borracho era mala idea (para el borracho) pero por alguna razón le dieron ganas de tomarse unos tragos. Si estuviera cerca de Choi a lo mejor lo llamaría, pero no, no está y tampoco está de humor para escucharle regañándolo, así que sus pies van hasta una lúgubre luz y comienza a ubicarse hasta que sus ojos se dan cuenta que está a solamente unas cuantas cuadras de una taberna. No está seguro si es la que ya ha estado concurriendo varias veces por los meses que ha estado en Paris, pero se alza los hombros y comienza a caminar, de todos modos lo que él desea es un poco de licor.
Había durado unos minutos en llegar, suspiro ampliamente para agarrar una mesa en el fondo, se quito el abrigo, dejando ver una camisa medio desabrochada dejando ver sus pechos bien formados y alguna que otra herida de guerra, dejo la chaqueta a un lado mientras esperaba al camarero para pedirle algo fuerte, el hombre rápidamente le trajo un licor extraño para él, le indico que era bourbon, Kwan le dio un sorbo y dejo que el licor invadiera el paladar. –Esto está bien, tráigame la botella- estaba decidido a ser el borracho que buscaría pelea a algún idiota que estuviera cerca de sus pasos
Todo por culpa de Kim…
Última edición por Kwan Chung-Ho el Miér Mar 06, 2013 9:03 pm, editado 1 vez
Kwan Chung-Ho- Cazador Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/02/2012
Localización : En tu zona
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
París estaba siendo más aburrida de lo que había imaginado. Prefería mucho más Roma. Todos esos adorables inquisidores correteando detrás de él para intentar dar caza a un fantasma que jamás habían visto. Muchos habían escuchado su nombre. Los de su raza acompañaban el apellido Von Meer por un silencio temeroso. A veces con la excitación que entrañaba conocerles, otros con el temor propio de los débiles o culpables. Indiferentes a todo, Leónidas y él siempre se habían enfrentado con miradas frías y sonrisas amenazantes a todos los que se atrevían a acercárseles. No deseaban a nadie cerca, que no pudiesen siquiera enfrentar su mirada.
Estúpido o no, en su juventud había sido educado por Leónidas, fue su mentor desde los seis años. Y a sus veintiocho años, lo había convertido en el ser que era. Ésa monstruosa criatura nocturna. El guerrero convertido en asesino. El soldado que jamás cayó. Después de mil años, todavía seguía junto a su creador. Eran una pareja sólida de hermanos. A pesar de ser su vástago, Löwe cuidaba de él como un igual. Se escuchaban mutuamente cuando alguno se alejaba de la fina línea que marcaba la locura para los de su raza. Y era tan fácil cruzarla.... El deseo acuciante de cazar a la presa, la euforia que circulaba por las venas al atraparla, y finalmente, el culmen del éxtasis al tomar su sangre.
Leónidas y él habían adoptado dos fetiches. Para el primero, era tomar la sangre de los monarcas. Todos aquellos que tuviesen sangre real, eran una maldita tentación para el muro infranqueable que constituía el vampiro. Y para él... Löwe adoraba la sangre de inquisidores y cazadores. Tomar su sangre después de una ardua pelea era lo más tentador que jamás había probado. Por eso, al percibir los pensamientos del joven que tomaba con avidez la copa de bourbon. Pensó que por fin París había cambiado su triste tonalidad. Si existía algún Dios, parecía que éste no lo había abandonado a su suerte, sino que lo había escuchado y satisfecho.
Haciéndole una mueca al mesero, señaló al joven del bourbon y pidió que le llevaran una botella entera para él, con una nota. Escribiendo en un trozo de papel, dudosamente amarillento, escribió: " Dios provee a aquellos que piden con el corazón". Firmó con el único nombre con el que era reconocido siempre, tanto él como Leónidas; " El matareyes".
Viendo partir al mesero hacia el joven, tomó un poco de vino mientras sonreía con anticipación. El "pecaminoso" pensamiento que configuraba su mente, añadía un placer inusitado al encuentro futuro. Quién iba a imaginarse que su máximo deseo iba a verse satisfecho. El condenado, había sido congraciado por el creador, por esa entidad divina que todo lo ve, y todo lo provee. ¿No era irónico?, ¿Qué clase de Dios ayuda a un asesino?.
Estúpido o no, en su juventud había sido educado por Leónidas, fue su mentor desde los seis años. Y a sus veintiocho años, lo había convertido en el ser que era. Ésa monstruosa criatura nocturna. El guerrero convertido en asesino. El soldado que jamás cayó. Después de mil años, todavía seguía junto a su creador. Eran una pareja sólida de hermanos. A pesar de ser su vástago, Löwe cuidaba de él como un igual. Se escuchaban mutuamente cuando alguno se alejaba de la fina línea que marcaba la locura para los de su raza. Y era tan fácil cruzarla.... El deseo acuciante de cazar a la presa, la euforia que circulaba por las venas al atraparla, y finalmente, el culmen del éxtasis al tomar su sangre.
Leónidas y él habían adoptado dos fetiches. Para el primero, era tomar la sangre de los monarcas. Todos aquellos que tuviesen sangre real, eran una maldita tentación para el muro infranqueable que constituía el vampiro. Y para él... Löwe adoraba la sangre de inquisidores y cazadores. Tomar su sangre después de una ardua pelea era lo más tentador que jamás había probado. Por eso, al percibir los pensamientos del joven que tomaba con avidez la copa de bourbon. Pensó que por fin París había cambiado su triste tonalidad. Si existía algún Dios, parecía que éste no lo había abandonado a su suerte, sino que lo había escuchado y satisfecho.
Haciéndole una mueca al mesero, señaló al joven del bourbon y pidió que le llevaran una botella entera para él, con una nota. Escribiendo en un trozo de papel, dudosamente amarillento, escribió: " Dios provee a aquellos que piden con el corazón". Firmó con el único nombre con el que era reconocido siempre, tanto él como Leónidas; " El matareyes".
Viendo partir al mesero hacia el joven, tomó un poco de vino mientras sonreía con anticipación. El "pecaminoso" pensamiento que configuraba su mente, añadía un placer inusitado al encuentro futuro. Quién iba a imaginarse que su máximo deseo iba a verse satisfecho. El condenado, había sido congraciado por el creador, por esa entidad divina que todo lo ve, y todo lo provee. ¿No era irónico?, ¿Qué clase de Dios ayuda a un asesino?.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
El destino era caprichoso, la muerte era juguetona, la vida cruel. Aquellos detalles hacia que la vida de una persona pudiera ser totalmente horrible, solamente el dios que muchas personas rezaban, oraban, era el que tenía todas las respuestas. ¿Acaso luego de morir todas las respuestas eran respondidas? No lo quería saber a esas alturas. Sabía lo que lo mantenía vivo y a lo mejor, ya era algo inútil, solamente una escusa de un miedoso para no saltar al abismo de la miseria y de la muerte. El era un cazador ¿acaso eso no era como estar junto a la muerte todos los días? Así era y el no se molestaba, tal vez temía por unos momentos lo que pudiera sucederle, pero aquel hombre era tan contradictorio que no sabía lo que en su vida quería. El bourbon despejaba su mente hasta un punto de perder la noción de quien era, sus problemas desaparecían. Solamente era un hombre disfrutando de una bebida en ese momento, nada más.
Aquel efecto duraba apenas unos segundos, luego llegaba la verdad de golpe, su conciencia se volvía a estabilizar y como vieja chillona le recordaba todas sus responsabilidades y los errores que había cometido. Solamente deseaba ahogarla, eliminarla por hoy, hacerla perder el conocimiento hasta el punto de olvidarse completamente quien era. Dibujaba distraído algunas figurillas con el agua que había nacido del vaso y llegado a la mesa en donde estaba. Había poca gente, eso le gustaba, no se sentía extraño y las miradas no se posaban en el, solamente era otro tipo solitario que caería borracho. Alzo la mirada cuando el camarero se aproximo tranquilamente, con una mirada baja a darle una botella completa de la bebida que estaba tomando, junto con una nota escrita con una letra extraña, parecía antigua y lujosa, funcia el ceño mientras miraba detenidamente la firma.
Alzo una de sus cejas intrigado, no quiso voltear su rostro para ver quién se lo había enviado –Supongo que es una botella gratis- susurro sujetándolo con cierta desconfianza, pero se alzo de hombros y se sirvió tranquilamente en el vaso medio vacío que tenia al frente, el camarero se había ido dejándolo otra vez solo. Sentía una mirada clavarse a su espada como si fueran dagas que desearan desgarrar su cuerpo, chasqueo su lengua un poco disgustado por aquel sentimiento de inminente peligro que le advertía su instinto de cazador, pero para él, hoy no era un hombre que trabajaba eliminando bestias sin corazón, ahora él se encontraba bebiendo tranquilamente y no tenia deseos de saber de otra cosa que no fuera sobre la bebida.
U: puedes hacerle lo que quieras xD, pero que quede medio vivo
Aquel efecto duraba apenas unos segundos, luego llegaba la verdad de golpe, su conciencia se volvía a estabilizar y como vieja chillona le recordaba todas sus responsabilidades y los errores que había cometido. Solamente deseaba ahogarla, eliminarla por hoy, hacerla perder el conocimiento hasta el punto de olvidarse completamente quien era. Dibujaba distraído algunas figurillas con el agua que había nacido del vaso y llegado a la mesa en donde estaba. Había poca gente, eso le gustaba, no se sentía extraño y las miradas no se posaban en el, solamente era otro tipo solitario que caería borracho. Alzo la mirada cuando el camarero se aproximo tranquilamente, con una mirada baja a darle una botella completa de la bebida que estaba tomando, junto con una nota escrita con una letra extraña, parecía antigua y lujosa, funcia el ceño mientras miraba detenidamente la firma.
"Dios provee a aquellos que piden con el corazón"
Alzo una de sus cejas intrigado, no quiso voltear su rostro para ver quién se lo había enviado –Supongo que es una botella gratis- susurro sujetándolo con cierta desconfianza, pero se alzo de hombros y se sirvió tranquilamente en el vaso medio vacío que tenia al frente, el camarero se había ido dejándolo otra vez solo. Sentía una mirada clavarse a su espada como si fueran dagas que desearan desgarrar su cuerpo, chasqueo su lengua un poco disgustado por aquel sentimiento de inminente peligro que le advertía su instinto de cazador, pero para él, hoy no era un hombre que trabajaba eliminando bestias sin corazón, ahora él se encontraba bebiendo tranquilamente y no tenia deseos de saber de otra cosa que no fuera sobre la bebida.
U: puedes hacerle lo que quieras xD, pero que quede medio vivo
Kwan Chung-Ho- Cazador Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/02/2012
Localización : En tu zona
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
"Soy un pecador nato. Vivo de la muerte"
Esta noche pensaba tomar la sangre de un cazador, y no le importaba manejar a los demás como marionetas. Quería, no, ansiaba ese líquido vital que corría por un torrente sin fin por el cuerpecillo del asiático. Sus colmillos comenzaban a crecer sólo al imaginarse el sabor de su sangre, el sabor espeso de la vida del otro recorriendo su cuerpo, llenándolo de su esencia y alargándole la vida por una noche más. Ése era su sino, ya lo había aceptado hacía mucho. Si tenía que matar y tomar la sangre de los demás para sobrevivir, eso haría. Sería el mejor, todos temblarían de placer o miedo bajo sus manos, y para ello sólo necesitaba más sangre.
En cuanto vio la nuca del asiático a sólo dos dedos de distancia, se dio cuenta de que había llegado a él con la rapidez propia de los vampiros. Estudió la mente de todos los demás mientras inspiraba el aroma del joven. Nadie había visto al espectro moverse, nadie se dio cuenta de cómo sus ojos seguían el recorrido que hacía la sangre por la vena gruesa del cuello del humano. Sin poderse contener, aferró sus hombros con fuerza, pero con la suavidad suficiente para no aplastar sus huesos en un descuido. El dolor lo dejaría para después, ahora quería jugar un poco con él.
Antes de que el otro pudiera responder, se acercó a su oído y le susurró una orden.- Levántate y espérame en el callejón.- Lo soltó para que hiciera lo que le había ordenado, y pagó la cuenta al mesero sonriendo con excitación. Todos los que le rodeaban hacían lo que deseaba, y él lo daba por supuesto, sólo tenía que abrir su boca para conseguir lo que quería.
Salió de la taberna y se adentró en el callejón bañado por la oscuridad. Su mente llena de las numerosas probabilidades que se abrían paso por su imaginación, y si de algo le servía su "inmortalidad", era para ampliar su experiencia e imaginación. - Ven a mí pequeño.- Dijo con la suficiente fuerza como para que el humano lo escuchase e hiciera lo que quería, desease o no. En cuanto el joven salió de la esquina derecha del callejón con una mirada asesina, su sed de sangre se elevó con fuerza. Soy un jodido enfermo, pensó mientras admiraba el fibroso cuerpo del hombre moverse hasta él mecánicamente. - Desármate- Le susurró mientras se acercaba a él con lentitud. Supo que el hombre estaba intentando luchar contra la orden, pero no podría eludirla aunque quisiera.- Ahora muchacho- Gruñó cerca de su rostro con un brillo peligroso en su mirada. - No olvides esto, yo soy tu dueño. Esta noche eres mío, y nada que hagas me lo impedirá.- Su carcajada se elevó en el aire nocturno mientras observaba cómo se desarmaba. Como había podido ver en su mente antes, era un cazador, y él adoraba la sangre de ellos. Tan fuerte y orgullosa. Un jodido terrón de miedo andante.
- Bien, te dejaré elegir.- le dijo mientras tomaba las armas del suelo y las destruía frente sus ojos.- ¿Lo quieres dulce y rápido, o vas a luchar por tu vida?- La sonrisa cruel abierta para que viera sus colmillos brillar. Vamos pequeño, le dijo mentalmente mientras sus ojos recorrían su cuerpo delgado, lucha contra mí, dame tu dulce sangre.
Esta noche pensaba tomar la sangre de un cazador, y no le importaba manejar a los demás como marionetas. Quería, no, ansiaba ese líquido vital que corría por un torrente sin fin por el cuerpecillo del asiático. Sus colmillos comenzaban a crecer sólo al imaginarse el sabor de su sangre, el sabor espeso de la vida del otro recorriendo su cuerpo, llenándolo de su esencia y alargándole la vida por una noche más. Ése era su sino, ya lo había aceptado hacía mucho. Si tenía que matar y tomar la sangre de los demás para sobrevivir, eso haría. Sería el mejor, todos temblarían de placer o miedo bajo sus manos, y para ello sólo necesitaba más sangre.
En cuanto vio la nuca del asiático a sólo dos dedos de distancia, se dio cuenta de que había llegado a él con la rapidez propia de los vampiros. Estudió la mente de todos los demás mientras inspiraba el aroma del joven. Nadie había visto al espectro moverse, nadie se dio cuenta de cómo sus ojos seguían el recorrido que hacía la sangre por la vena gruesa del cuello del humano. Sin poderse contener, aferró sus hombros con fuerza, pero con la suavidad suficiente para no aplastar sus huesos en un descuido. El dolor lo dejaría para después, ahora quería jugar un poco con él.
Antes de que el otro pudiera responder, se acercó a su oído y le susurró una orden.- Levántate y espérame en el callejón.- Lo soltó para que hiciera lo que le había ordenado, y pagó la cuenta al mesero sonriendo con excitación. Todos los que le rodeaban hacían lo que deseaba, y él lo daba por supuesto, sólo tenía que abrir su boca para conseguir lo que quería.
Salió de la taberna y se adentró en el callejón bañado por la oscuridad. Su mente llena de las numerosas probabilidades que se abrían paso por su imaginación, y si de algo le servía su "inmortalidad", era para ampliar su experiencia e imaginación. - Ven a mí pequeño.- Dijo con la suficiente fuerza como para que el humano lo escuchase e hiciera lo que quería, desease o no. En cuanto el joven salió de la esquina derecha del callejón con una mirada asesina, su sed de sangre se elevó con fuerza. Soy un jodido enfermo, pensó mientras admiraba el fibroso cuerpo del hombre moverse hasta él mecánicamente. - Desármate- Le susurró mientras se acercaba a él con lentitud. Supo que el hombre estaba intentando luchar contra la orden, pero no podría eludirla aunque quisiera.- Ahora muchacho- Gruñó cerca de su rostro con un brillo peligroso en su mirada. - No olvides esto, yo soy tu dueño. Esta noche eres mío, y nada que hagas me lo impedirá.- Su carcajada se elevó en el aire nocturno mientras observaba cómo se desarmaba. Como había podido ver en su mente antes, era un cazador, y él adoraba la sangre de ellos. Tan fuerte y orgullosa. Un jodido terrón de miedo andante.
- Bien, te dejaré elegir.- le dijo mientras tomaba las armas del suelo y las destruía frente sus ojos.- ¿Lo quieres dulce y rápido, o vas a luchar por tu vida?- La sonrisa cruel abierta para que viera sus colmillos brillar. Vamos pequeño, le dijo mentalmente mientras sus ojos recorrían su cuerpo delgado, lucha contra mí, dame tu dulce sangre.
- Spoiler:
Perdón por tardar, es que tuve un examen ^^
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Sufrimiento, es lo que todos debemos pasar alguna vez en nuestra vida, pero cuando el sufrimiento es demasiado puede que se llegue a un punto en donde no se pueda mas y solamente se quiera echar atrás, pero en la vida no puedes retroceder cuando lo deseas, solamente hay un camino y es seguir adelante. Gracias al sufrimiento las almas llegan a tener la paz necesaria para encontrar aquello que se llama la unión con el todo. Todo aquello a Kwan le parecia estúpido, sin sentido, aun no podía creer como Choi habia aceptado estar en una asociación como la inquisición, el se quedaría cazador, era lo más lógico, tenias tus creencias intactas y no estabas deshonrando a tu familia. ¿Qué era lo más importante para ellos? Todo lo que fuera referente en mantener en alto su honor, el tal vez no sería el más indicado para hablar de mantener el honor, tal vez era la peor persona y por eso se quedaba en ese lugar embriagándose con una copa de un licor gratis.
¿Era la bebida o algo más? Deseaba silencias las voces que explotaban en su cabeza como fuegos artificiales, solamente deseaba silencio, oscuridad, tranquilidad y al parecer eso había encontrado, por unos momentos sintió como su cuerpo y su mente quedaban en un estado de neutralidad, sus ojos se habían perdido en la infinidad de la nada mientras aquel cuerpo, como si se tratara de aquellos muñecos de trapo que los niños tenían para entretenerse ¿Qué es esta sensación? se pregunto en lo más profundo de su conciencia, no era la bebida él lo sabía, trato de moverse y fue como si sus extremidades estuvieran atrapadas por grandes y fuertes lazos. Sus pasos eran ya precipitados, camino como se lo habían dicho, al lugar que le habían indicado sin poder hacer nada, ya no estaba en el calor de la taberna, ya otoño estaba cerca, se sentía el frio aumentar, aquello si lo sintió, pero no pudo decir una palabra pues su alma estaba atrapada.
Estaba a punto de llegar a la desesperación, pero comprendió que eso no sería más que una estupidez. ¿Dónde estaba su inteligencia de cazador y meditador? El podría salir de aquellas ataduras, solamente debía concentrarse, así que silencio su alma, sus pensamientos y dejo que su cuerpo fuera movido al gusto de su enemigo. Su lucha era dentro de el, peleaba por el poder de su cuerpo. Kwan obedecía como perro adiestrado, saco sus dos armas de fuego, algunas dagas escondidas en lugares estratégicos y su dos espadas que parecían una sola, ya estaba desarmado, todo lo dejo en el piso, a unos cuantos metros de el. No le importaba lo que estaba sucediendo afuera, adentro él buscaba tener la suficiente fuerza como para lugar dejar de sentir que sus brazos y piernas habían sido sujetadas.
La presión se fue, sintió un calor extraño recorrer su cuerpo, las ataduras se habían ido y pudo sentir como su cuerpo se echaba hacia atrás de forma instintiva cuando el peligro estaba prácticamente tan cerca. Gruño por debajo un poco atontado por el licor que recorría su sangre, aun no sabía cómo se podía mantener en pie, había tomado un poco, aunque no sabía si eso era suficiente para que sus habilidades se fueran al escusado –No puedo creer que cuando uno quiere distraer su mente aparezca un idiota como tu- escupió como serpiente venenosa. Se incorporo alzándose los hombros. Ya había enfrentado varios vampiros sin armas, aunque claro siempre era mucho más difícil -¿Cuál es tu juego?- pregunto mostrando una posición relajada pero aun así se veía activo en lo que necesitaba.
¿Era la bebida o algo más? Deseaba silencias las voces que explotaban en su cabeza como fuegos artificiales, solamente deseaba silencio, oscuridad, tranquilidad y al parecer eso había encontrado, por unos momentos sintió como su cuerpo y su mente quedaban en un estado de neutralidad, sus ojos se habían perdido en la infinidad de la nada mientras aquel cuerpo, como si se tratara de aquellos muñecos de trapo que los niños tenían para entretenerse ¿Qué es esta sensación? se pregunto en lo más profundo de su conciencia, no era la bebida él lo sabía, trato de moverse y fue como si sus extremidades estuvieran atrapadas por grandes y fuertes lazos. Sus pasos eran ya precipitados, camino como se lo habían dicho, al lugar que le habían indicado sin poder hacer nada, ya no estaba en el calor de la taberna, ya otoño estaba cerca, se sentía el frio aumentar, aquello si lo sintió, pero no pudo decir una palabra pues su alma estaba atrapada.
Estaba a punto de llegar a la desesperación, pero comprendió que eso no sería más que una estupidez. ¿Dónde estaba su inteligencia de cazador y meditador? El podría salir de aquellas ataduras, solamente debía concentrarse, así que silencio su alma, sus pensamientos y dejo que su cuerpo fuera movido al gusto de su enemigo. Su lucha era dentro de el, peleaba por el poder de su cuerpo. Kwan obedecía como perro adiestrado, saco sus dos armas de fuego, algunas dagas escondidas en lugares estratégicos y su dos espadas que parecían una sola, ya estaba desarmado, todo lo dejo en el piso, a unos cuantos metros de el. No le importaba lo que estaba sucediendo afuera, adentro él buscaba tener la suficiente fuerza como para lugar dejar de sentir que sus brazos y piernas habían sido sujetadas.
La presión se fue, sintió un calor extraño recorrer su cuerpo, las ataduras se habían ido y pudo sentir como su cuerpo se echaba hacia atrás de forma instintiva cuando el peligro estaba prácticamente tan cerca. Gruño por debajo un poco atontado por el licor que recorría su sangre, aun no sabía cómo se podía mantener en pie, había tomado un poco, aunque no sabía si eso era suficiente para que sus habilidades se fueran al escusado –No puedo creer que cuando uno quiere distraer su mente aparezca un idiota como tu- escupió como serpiente venenosa. Se incorporo alzándose los hombros. Ya había enfrentado varios vampiros sin armas, aunque claro siempre era mucho más difícil -¿Cuál es tu juego?- pregunto mostrando una posición relajada pero aun así se veía activo en lo que necesitaba.
Kwan Chung-Ho- Cazador Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/02/2012
Localización : En tu zona
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Se rió con fuertes carcajadas. Así le gustaba, el pequeño comenzaba a dar indicios de pelea, de enfado, y de miedo. Era perfecto. Su boca se hacía agua al imaginarse el sabor de su sangre. Podía luchar contra sus ataduras mentales, todo lo que quisiera, al final, terminaría exhausto y vencido, tenía un milenio, no podía hacer nada con el poder mental que había adquirido. Podría sentir lástima por él, pero lo cierto es que nadie le pedía perdón a la vaca, antes de matarla y comerla. La vida era así, por muy bonita que fuera, terminaba muerta. Y con el cazador sería igual, poco importaba su belleza asiática, para él no era más que un bocado. Algo delicioso que tomaría, y después tiraría, como el deshecho que era.
- ¿Estúpido?.- Se acercó con rapidez y le abofeteó el rostro con fuerza. El cuerpo del hombre calló al suelo por el impacto, alejándose de él un metro. Se acercó de nuevo, agachándose sobre su presa y agarrándolo del pelo, con un tirón fuerte y doloroso. - Muestra más respeto, recuerda que tu vida está en juego.- Sonrió con crueldad, y le olió el cuello. El éxtasis que sintió al recibir la fragancia del hombre, le hizo endurecerse de placer. No se avergonzaba de su fetiche, todos tenían uno, y el de él, era tomar la sangre de inquisidores o cazadores. ¿Que podía hacer?. No era perfecto. - Hueles bien, a pesar de ése hedor inhumano que sale de tu boca. - Le dirigió una mirada inocente, si sus ojos no tuvieran ese brillo frío y calculador, hubiera pasado por un buen samaritano. Al fin y al cabo, le estaba dando lo que quería, una pelea. Algo que lo distrajera de su penosa existencia.
Chasqueó con la lengua, mostrando el disgusto que sentía al ver cómo simplemente lo desafiaba con la mirada. Tal vez debía jugar más con él, hacerle caer de rodillas a sus pies. - ¿Quieres saber cuál es mi juego?- Le susurró en el oído con diversión. Su mano retorció de nuevo su pelo , obligando a estirar el cuello en un ángulo imposible, para exponer su garganta. Y sin más, le mordió con fuerza, dejando que sus dientes se clavaran en su piel. La sangre comenzó a manar de la herida, haciendo que él sorbiese el líquido con placer. Se separó de nuevo, y lamió la herida. Iba a jugar al peor juego para él. Hacer que disfrutase de la experiencia. Sus manos le arrancaron la camisa y reveló el pecho blanco, con algunas cicatrices de sus batallas.
- Mira lo que tenemos aquí- Dijo mientras se levantaba y chupaba un dedo.- Quítate los pantalones y los jirones que quedan de tu camisa.- Le ordenó mirándolo a sus ojos. La noche comenzaba a ser un patio de juegos para él. Era excitante ver la sobra de sus ojos iluminados por la luna, la mueca de sus labios, la furia que hacía que su cuerpo temblase, e intentase incumplir su orden, en vano. Iba a disfrutar de ello, aunque le fuera la vida. ¿De qué servía golpearlo?. Él quería quebrarle el alma, alimentarse de su vida, y dejar una huella perdurable en el tiempo.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Sintió la mano de aquel hombre en su mejilla, que doloroso había sido, primera vez que sentía su cuerpo ser impactado por esa fuerza, se notaba que aquel hombre era viejo, pues no había vampiro con el que había luchado que se comparaba con esa fuerza, era como tener una pared en el rostro, siendo impactado con la fuerza de cientos y cientos de caballos, tal vez pateando tu cara y sus cascos eran como de hierro, al final se vio en el piso, aturdido, sintiendo que su labio se había lesionado un poco y la escandalosa sangre salía, el podía sentir sus blancos dientes manchados por ese color rojo y el sabor metálico de la sangre, al final limpio con su lengua en donde sentía sangre y la escupió hacia un lado mientras dejaba salir algún que otro quejido de dolor. Su cabeza se alzo, su cuello se sintió como si estuviera a punto de ser arrancado, quiso gritar, pero se mordió su labio sangriento de decidió respirar, aguantar las ganas de escupirlo, justo en aquella cara burlona, lo miro a los ojos, aunque quería ser respetuoso no pudo hacerlo, se rio de él, es su cara mostro sus dientes sangrientos y dijo suavemente y sin miedo –Mi vida siempre está en juego, soy amable son la muerte, le demuestro respeto a la muerte, pero a ti… tu solamente eres un medio de ella, no eres la muerte…- quería seguir hablando, pero sintió como el hombre le olía el cuello, su sentido de peligro aumento, era momento de comenzar a planear como rayos iba a salvarse de esa.
Kim… Mi amada. ¿Vendrías a ser mi caballero de armadura brillante? El no podría hacer nada, estaba seguro que levantaría voluntariamente su cuello y para que el otro se diera un festín. ¿Por qué vivir? No había necesidad de hacerlo, algunas personas estarían molestas, tristes y perturbadas por cierto tiempo, meses, tal vez unos cuantos de años, pero luego todo pasaría, esa era la realidad, todo pasaba mientras la persona estaba muerta, lo único que quedaba era aceptar que la persona estaba muerta. Eso era lo que había hecho con su amada Kim, ya parecía también ella darle la espalda, tal vez esperaba que aquel hombre le diera muerte y al fin estar juntos. ¿Dejaras que me mate? Al parecer si, pues no acudía a su ayuda.
Allí estaba, la primera mordida, lo único que pensaba era en soportar la tortura, había conocido varias a la medida de su vida, pero esta era una de las peores, solamente deseaba centrarse en la sonrisa del pequeño Adam, en la belleza de su princesa Kim, en los días en el templo, en sus compañeros de lucha, en sus enemigos vencidos y en la gente salvada. –Ahg…- se quejo, era como si la sangre dejara su cuerpo, como si ya no deseara estar más en ese lugar, estaba a punto de gimotear, su cuero cabelludo dolía, su cuello estaba doloroso y los pequeños colmillos dentro de su torrente sanguíneo le quitaba la vitalidad y la fuerza que este necesitaba. Pronto un suspiro lo alivio, ya aquella absorción de energía había acabado, su aturdimiento duro unos segundos, su camisa no estaba, se quejo por dentro mientras buscaba alejarse, dio unas cuantas patadas para luego caer de bruces mientras miraba hacia los lados, jadeante, buscando algo para defenderse, pero era inútil, todas sus armas estaban destruidas, se todo su herida, la cual tenía un poco de sangre pero se cerraba poco a poco.
-Grrr…- gruño como tigre de bengala atrapado entre barrotes de hierro, sus pelos se erizaron y mostro sus dientes mientras escuchaba aquella extraña orden –Nunca!- dijo con furia mientras movía su cabeza con furia y decepción de su adversario, que porquería de hombre era aquel tipo. Le miro a los ojos en un arrebato de ira, pero esta pareció desvanecerse, nuevamente estaba encadenado, sus manos deslizaron lo que quedaba de camisa y se apresuraron a buscar sus pantalones. Entendió que era muy fuerte para desobedecerlo, pero él no era cualquier cazador, aunque no lograba aun tener la fuerza para destruir aquella orden, tuvo la suficiente energía para que de sus labios salieran algunas palabras de aquel cuerpo rebelde –Ahg…- se quejo tosiendo un poco, era tan cansado tratar de detenerse que estaba comenzado a gastar toda la energía en aquel movimiento-Kim… por favor… ayúdame- susurro con dificultad al mismo tiempo que sus pantalones caían al suelo, pudo sentir el frio, aquella ráfaga de frio que tocaba su piel desnuda y le hacía estremecer, pues otoño estaba anunciando su llegada.
Kim… Mi amada. ¿Vendrías a ser mi caballero de armadura brillante? El no podría hacer nada, estaba seguro que levantaría voluntariamente su cuello y para que el otro se diera un festín. ¿Por qué vivir? No había necesidad de hacerlo, algunas personas estarían molestas, tristes y perturbadas por cierto tiempo, meses, tal vez unos cuantos de años, pero luego todo pasaría, esa era la realidad, todo pasaba mientras la persona estaba muerta, lo único que quedaba era aceptar que la persona estaba muerta. Eso era lo que había hecho con su amada Kim, ya parecía también ella darle la espalda, tal vez esperaba que aquel hombre le diera muerte y al fin estar juntos. ¿Dejaras que me mate? Al parecer si, pues no acudía a su ayuda.
Allí estaba, la primera mordida, lo único que pensaba era en soportar la tortura, había conocido varias a la medida de su vida, pero esta era una de las peores, solamente deseaba centrarse en la sonrisa del pequeño Adam, en la belleza de su princesa Kim, en los días en el templo, en sus compañeros de lucha, en sus enemigos vencidos y en la gente salvada. –Ahg…- se quejo, era como si la sangre dejara su cuerpo, como si ya no deseara estar más en ese lugar, estaba a punto de gimotear, su cuero cabelludo dolía, su cuello estaba doloroso y los pequeños colmillos dentro de su torrente sanguíneo le quitaba la vitalidad y la fuerza que este necesitaba. Pronto un suspiro lo alivio, ya aquella absorción de energía había acabado, su aturdimiento duro unos segundos, su camisa no estaba, se quejo por dentro mientras buscaba alejarse, dio unas cuantas patadas para luego caer de bruces mientras miraba hacia los lados, jadeante, buscando algo para defenderse, pero era inútil, todas sus armas estaban destruidas, se todo su herida, la cual tenía un poco de sangre pero se cerraba poco a poco.
-Grrr…- gruño como tigre de bengala atrapado entre barrotes de hierro, sus pelos se erizaron y mostro sus dientes mientras escuchaba aquella extraña orden –Nunca!- dijo con furia mientras movía su cabeza con furia y decepción de su adversario, que porquería de hombre era aquel tipo. Le miro a los ojos en un arrebato de ira, pero esta pareció desvanecerse, nuevamente estaba encadenado, sus manos deslizaron lo que quedaba de camisa y se apresuraron a buscar sus pantalones. Entendió que era muy fuerte para desobedecerlo, pero él no era cualquier cazador, aunque no lograba aun tener la fuerza para destruir aquella orden, tuvo la suficiente energía para que de sus labios salieran algunas palabras de aquel cuerpo rebelde –Ahg…- se quejo tosiendo un poco, era tan cansado tratar de detenerse que estaba comenzado a gastar toda la energía en aquel movimiento-Kim… por favor… ayúdame- susurro con dificultad al mismo tiempo que sus pantalones caían al suelo, pudo sentir el frio, aquella ráfaga de frio que tocaba su piel desnuda y le hacía estremecer, pues otoño estaba anunciando su llegada.
Kwan Chung-Ho- Cazador Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/02/2012
Localización : En tu zona
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Estaba sorprendido, el muchacho estaba frente a alguien que iba a matarlo y suplicaba ayuda de una mujer. En su mente humana, las imágenes de una muchacha de rostro dulce y mirada traviesa, se sucedían en una película infinita, llena de sentimientos demasiado dulces para él. Cerró sus ojos con fuerza, al mismo tiempo que sus manos se cerraban en puños. La rabia comenzó a llenar su cuerpo, descontento con su presa nocturna. Había pensado que iba a luchar contra él, pero le estaba aburriendo y decepcionando. Pensaba que los cazadores desesperados, eran los más fuertes y peligrosos.
- ¿Suplicas ayuda?. ¿A una mujer?.- Comenzó a acercarse a él con una mirada peligrosa, cargada de odio. O era un estúpido, o era muy inteligente. Sin lucha no deseaba comer, no se divertiría ni mucho menos se excitaría al tomar su vida. Y él necesitaba divertirse. Era por eso por lo que optaba elegir como comida a los inquisidores o cazadores. Siempre al acecho de las criaturas sobrenaturales, tan dispuestos a arriesgar su vida cada noche por el bien de los demás humanos. Comenzó a reírse mientras rodeaba a su presa, una vez que se situó delante de él, lo liberó del control mental, mientras se desabrochaba la chaqueta y la dejaba caer en el suelo.
- Vamos a divertirnos cazador, o me encargaré de conocer personalmente a esa....¿Kim?- Le dedicó una sonrisa traviesa mientras se quitó el chaleco y la camiseta con rapidez. Se movió con fluidez, con esa elegancia y rapidez única en los vampiros, acariciando la piel desnuda de su estómago mientras se colocaba en su espalda. Con una mano lo tomó por la cintura, mientras sus pantalones se deslizaban hasta el suelo. Movió los pies y se quitó los zapatos y la tela que rodeaba sus tobillos. Con sólo la ropa interior que cubría su cuerpo, acarició con la nariz la piel, sorprendentemente suave, del cazador. Mordiéndolo con rapidez en el hombro, y succionando un trago de su sangre. El sabor de la rabia y el odio, estaban presentes en ella, volviendo su dulce sabor, tan salvaje y único como le gustaba.
Lo soltó con rapidez, volteándolo mientras retrocedía dos pasos. Cerca de él, pero no lo suficiente lejos para que no lo alcanzase con sólo estirar un brazo hasta él. - En mi época, los hombres luchaban entre sí desnudos. Sin armas. Sin ropa. De igual a igual.- Lo miró con una sonrisa triste, recordando que ya nadie haría eso. Nadie necesitaba probar la superioridad sobre el otro con la agilidad e inteligencia, sólo bastaba la posición social elevada, la ropa adecuada y el dinero suficiente para hacer que los demás realizaran sus deseos por el precio adecuado. Y en esta época, todos tenían un precio. Sólo debías averiguar cual.- Podría haberte matado ya, acabar con tu sufrimiento. Incluso podría obligarte a disfrutar de mis caricias, pero te ofrezco esto. Una lucha, si pierdes, pero demuestras ser digno, te dejaré vivir. Si pierdo.... Puedes elegir el castigo.- Se encogió de hombros con una tranquilidad escalofriante. Sus ojos brillaron en la oscuridad, con un peligroso matiz azul. - Si escapas....Mataré a toda tu familia, su sangre llenará mi cuerpo y sus cabezas serán dejadas frente a tu puerta.- Sonrió con dulzura, como si estuviese preguntándole si tomaba el té con leche o limón. Pero sus ojos demostraron cuánto deseaba que le diera la oportunidad de hacerle eso, de torturarlo.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Lo escuchaba, lamentablemente, lo escuchaba atentamente, era deprimente que buscaran dañarte, buscaran algo para dañar lastimar a una persona cuando ni siquiera la conocían, aquello le daba gracia a Kwan, en realidad estaba a punto de reírse en su cara, pero no lo hizo, pues le irritaba de cierta forma que le recordara toda su desgracia, simplemente se alzo de hombros no valía la pena discutir con él. Noto que se quitaba la camisa, y los pantalones, quedando igual que él, alzo su ceja algo confundido, pero bueno, ya estaba cansando de replicar, de bufarse de él. No tenía razones para vivir, tal vez era mejor así, podría reunirse nuevamente con su amada y ser como ella era, estar juntos por la eternidad mientras cuidaba de su pequeño fruto. Pude sentir nuevamente como los dientes se clavaban y tomaban un poco de su néctar, deseaba matarlo, era la primera vez que un vampiro bebía de su sangre y sentía que debía morir lo más pronto posible.
Se sintió liberado, dejo salir un leve jadeo mientras escuchaba los pasos del contrario alejándose, escucho sus palabras, atentamente, aun no sabía lo que se tramaba, cuando termino de entender lo que tenía en mente, no pudo evitar dejar salir una sonrisa socarrona -¿Mataras a toda mi familia?- le pregunto con un tono algo inocente, como si no pudiera creer lo que decía, pero no había temor en sus palabras, lo que había en ella era burla, simple burla, no se necesitaba reírse pues toda la energía se había ido en aquellas palabras.
-Conóceme antes de amenazarme…- le dijo con ahora con cólera en su voz –Mis padres me abandonaron, mi amada está muerta, mi mejor amigo me traiciono- giro su cuerpo para poder mirarle. En sus ojos había intriga, tristeza, dolor y odio por aquel hombre que le recordaba que estaba más solo que nadie-Puedes hacerme lo que quieras, no tengo intensiones de pelear contigo, además, nunca estaremos en un nivel igualitario- sonrió amargamente. Acaricio su cabello, rascándose su cabeza con cierta pereza –Por instinto lucho contra algo que siempre llegara…- dijo mientras veía a un lado. Parecía haberse distraído por algo, pero era solamente la sensación de que el alcohol se estaba yendo, pero también una leve debilidad se apoderaba de su cuerpo, tal vez era por la sangre que había perdido.
-Y si llamo a una mujer para pedirle ayuda, es porque ella no es cualquier mujer- le explico con tranquilidad, pronto un frio recorrió su cuerpo, un leve viento azoto todo el lugar mientras ellos seguían en aquel callejón vacio y mugriento, algunos desperdicios volaron por la intensidad del aire, a Kwan comenzó a envolverlo una calidez que lo protegía del frio que había en el ambiente, se trataba de ella, sabía que iba a venir, aunque él deseaba morir, ella nunca lo dejaba-Pensé que me habías abandonado…- susurro entrecerrando sus ojos. Agacho la cabeza con una sonrisa amplia en sus labios –No, No era mi intención causar problemas, lo juro, el llego a mi…- si el había llegado al cazador, como si este mismo tuviera un cartel que dijera “deseo morir”.
Off: se me hizo algo difícil el post <3 amo a tu niño *w* si lo hubiera violado no me hubiera puesto enojada 1313 *se pone su chapita de I love Yaoi*
Se sintió liberado, dejo salir un leve jadeo mientras escuchaba los pasos del contrario alejándose, escucho sus palabras, atentamente, aun no sabía lo que se tramaba, cuando termino de entender lo que tenía en mente, no pudo evitar dejar salir una sonrisa socarrona -¿Mataras a toda mi familia?- le pregunto con un tono algo inocente, como si no pudiera creer lo que decía, pero no había temor en sus palabras, lo que había en ella era burla, simple burla, no se necesitaba reírse pues toda la energía se había ido en aquellas palabras.
-Conóceme antes de amenazarme…- le dijo con ahora con cólera en su voz –Mis padres me abandonaron, mi amada está muerta, mi mejor amigo me traiciono- giro su cuerpo para poder mirarle. En sus ojos había intriga, tristeza, dolor y odio por aquel hombre que le recordaba que estaba más solo que nadie-Puedes hacerme lo que quieras, no tengo intensiones de pelear contigo, además, nunca estaremos en un nivel igualitario- sonrió amargamente. Acaricio su cabello, rascándose su cabeza con cierta pereza –Por instinto lucho contra algo que siempre llegara…- dijo mientras veía a un lado. Parecía haberse distraído por algo, pero era solamente la sensación de que el alcohol se estaba yendo, pero también una leve debilidad se apoderaba de su cuerpo, tal vez era por la sangre que había perdido.
-Y si llamo a una mujer para pedirle ayuda, es porque ella no es cualquier mujer- le explico con tranquilidad, pronto un frio recorrió su cuerpo, un leve viento azoto todo el lugar mientras ellos seguían en aquel callejón vacio y mugriento, algunos desperdicios volaron por la intensidad del aire, a Kwan comenzó a envolverlo una calidez que lo protegía del frio que había en el ambiente, se trataba de ella, sabía que iba a venir, aunque él deseaba morir, ella nunca lo dejaba-Pensé que me habías abandonado…- susurro entrecerrando sus ojos. Agacho la cabeza con una sonrisa amplia en sus labios –No, No era mi intención causar problemas, lo juro, el llego a mi…- si el había llegado al cazador, como si este mismo tuviera un cartel que dijera “deseo morir”.
Off: se me hizo algo difícil el post <3 amo a tu niño *w* si lo hubiera violado no me hubiera puesto enojada 1313 *se pone su chapita de I love Yaoi*
Kwan Chung-Ho- Cazador Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/02/2012
Localización : En tu zona
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Lo observó, enfadándose cada vez más. ¿Era estúpido, o realmente no lo temía?. ¡Maldito desgraciado ingrato!. Sus ojos comenzaron a aclararse, volviéndose del azul iridiscente que le caracterizaba cuando se enfadaba. Algunos lo llamaron Berseker en su época, ahora, era sólo un demonio, un loco terrorífico. Se movió con rapidez, tomándolo del cuello y golpeándolo contra el suelo. No se molestó en averiguar si estaba respirando bien, o si antes de que acabase sus palabras, ya estaría muerto bajo su agarre. - Escúchame bien, estúpido saco de sangre. Conozco tu interior, todas tus dudas, tus miedos, tus anhelos. Puedo arrebatarte todo lo que tienes, o puedo darte más de lo que deseas.- Acercó su rostro al hombre mientras se sentaba sobre su estómago y volvía a controlar su mente mirándolo a los ojos.
- Tu dulce Kim, ésa que huele tan tierna como.... una pequeña flor de cerezo, no podrá ayudarte, cazador. Apelar a ella es una estupidez.- Hablo despacio, como si estuviera dirigiéndose a un niño o un retrasado mental.- Tu amigo, el que te traicionó, según tú, guarda un dulce tesoro. ¿No es así, montón de huesos y piel?- Le preguntó con suavidad e inocencia, como si no fuera una amenaza. No sabía qué demonios era lo que se había llevado el amigo de este hombre, pero para el que yacía debajo de él, desnudo y enrojecido, era algo importante. Gracias a su habilidad, podía desprenderle de pequeños recuerdos.
Dejó que sus manos recorriesen su pecho desnudo, mientras comenzaba a dedicarle una sonrisa perversa.- Tócame cazador. Toca mi pecho frío y muerto. - Rió mientras ejercía su poder sobre él, y se inclinó para facilitarle el acceso a su cuerpo, teniendo cuidado de bloquear sus piernas con las suyas. - Puedes sufrir la deshonra de tu cuerpo, o luchar conmigo a muerte. Tú eliges. O mejor, ¿le preguntamos a Kim?. ¿Qué deseará ella, que vivas conociendo el calor de un hombre, o que mueras, alejándote para siempre de ella, mientras baga por el mundo eternamente?.- Ah, ahí estaba. La mirada de odio que buscaba, con suerte, el mocoso lo divertiría. Aún tenía hambre, pero no podría alimentarse si se ofrecía como una oveja con el cuello desgarrado. ¿Qué diversión tendría eso?.
- Spoiler:
- Off: a mi también me gusta tu atormentado cazador. *Me pongo otra chapita...¿yaoi?* y te ofrezco un post interesante *-* XD
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Un punzante y extraño dolor le recorrió todo su cuerpo al sentir como su cuello parecía un palillo a punto de ceder a la fuerza inmortal de aquella bestia, la cual tuvo la infortuna de conocer en aquella noche, en la que solamente deseaba poder hundirse en alcohol para olvidarse de sus problemas. ¡Lárgate… déjame ser feliz! Le deseaba gritar con todas sus fuerzas pero el dolor de sentir como algunas costillas se quebraban al chocar su cuerpo con el piso, lo dejo sin respiración, sin argumentos y sin discursos con cual defenderse. Estaba presenciando y sintiendo en carne viva lo débil que era un humano ante aquellas bestias.
-ahg…- sentía fuego que le quemaba el interior, estaba desecho, podría matarlo en ese momento y Kwan se lo agradecería, ya había tenido suficiente de esto, no podía seguir mas, deseaba morir para dejar de sufrir como lo estaba haciendo en ese momento. Tosió un poco, con dificultad, pudo sentir como la sangre llegaba a sus labios y escupía un poco de aquel sagrado líquido.
Pudo sentir como sus manos sin que él lo ordenara se guiaban fielmente hasta el cuerpo del otro, gruño por debajo, trataba de moverse, de gritar, de hacer algo pero simplemente no podía, eran como garras que se aferraban a él y servían de hilos para que él se convirtiera en el títere, en el juguete de aquel desgraciado vampiro. Tal vez no podría caer más bajo, si era un castigo que debía enfrentar lo haría, pero ya sentía que era demasiado para él, la muerte estaba a cada giro de una esquina.
Se preguntaba que debía hacer, sus labios estaban mojados de la sangre que de su interior había salido, el viento comenzaba a ser más fuerte, la temperatura bajaba y subía de un golpe, su manos recorrían el cuerpo frio y desnudo del vampiro, como buscando algún punto que pudiera satisfacer a aquel cadáver viviente, sin resultado alguno, pues todo estaba sistematizado, maquinizado, era una tortura, pero sentía que era una bajes, tal vez hasta para el vampiro, quien comenzaba a acertar, en el momento de indagar entre sus recuerdos y tesoros, que aunque deseaba mantenerlos ocultos, al final saldrían a la luz, como las flores en primavera.
-ahg…- sentía fuego que le quemaba el interior, estaba desecho, podría matarlo en ese momento y Kwan se lo agradecería, ya había tenido suficiente de esto, no podía seguir mas, deseaba morir para dejar de sufrir como lo estaba haciendo en ese momento. Tosió un poco, con dificultad, pudo sentir como la sangre llegaba a sus labios y escupía un poco de aquel sagrado líquido.
Pudo sentir como sus manos sin que él lo ordenara se guiaban fielmente hasta el cuerpo del otro, gruño por debajo, trataba de moverse, de gritar, de hacer algo pero simplemente no podía, eran como garras que se aferraban a él y servían de hilos para que él se convirtiera en el títere, en el juguete de aquel desgraciado vampiro. Tal vez no podría caer más bajo, si era un castigo que debía enfrentar lo haría, pero ya sentía que era demasiado para él, la muerte estaba a cada giro de una esquina.
Se preguntaba que debía hacer, sus labios estaban mojados de la sangre que de su interior había salido, el viento comenzaba a ser más fuerte, la temperatura bajaba y subía de un golpe, su manos recorrían el cuerpo frio y desnudo del vampiro, como buscando algún punto que pudiera satisfacer a aquel cadáver viviente, sin resultado alguno, pues todo estaba sistematizado, maquinizado, era una tortura, pero sentía que era una bajes, tal vez hasta para el vampiro, quien comenzaba a acertar, en el momento de indagar entre sus recuerdos y tesoros, que aunque deseaba mantenerlos ocultos, al final saldrían a la luz, como las flores en primavera.
Kwan Chung-Ho- Cazador Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/02/2012
Localización : En tu zona
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Suspiró con placer, sabiendo que había atrapado a una triste mosca en su tela de araña. Poco importaba la sangre roja que manchaba la palidez de su rostro, ni la forma en la que sus manos recorrían su pecho con total entrega. El tenerlo así, siguiendo los mandatos que él dictaba, lo enardecía. Era casi afrodisíaco. Un lienzo blanco, listo para ser deshonrado por sus manos barbáricas. ¿Cuántas veces había oído de los cristianos, que su clan era una mera tribu salvaje?. ¿Cuántos lo llamaron bárbaro, sólo por creer en la fuerza de los hombres, en la valentía que las mujeres transmitían a sus hijos con gestos amorosos y rudos, o por seguir los dictados de la naturaleza?. Estúpidos enclenques chupatintas, ojalá se pudrieran en su infierno, ese sitio creado para la recreación del castigo eterno.
Miró al joven asiático con indulgencia, intentando mantener una sonrisa amable en su rostro, por respeto a su presa. - Entonces eso es lo que eliges.... - Le dijo mientras se cernía sobre él y con su mano derecha le limpiaba la sangre que había escupido. Se limitó a mirar su mano manchada de sangre, ante él y sonrió.- ¿Tanto te gusto que prefieres que te deshonre, a que te mate?- Se rió y lo miró a los ojos, lamiendo la sangre de sus dedos de forma lasciva.- Eres un bocadito delicioso...Kwan.- Le susurró, acercándose a su rostro de nuevo para lamer su mandíbula en un movimiento lento. Cada vez que leía su mente, se familiarizaba más con la forma de pensar del cazador, y al mismo tiempo, podía meterse en sus recuerdos con mayor rapidez. Así había robado su nombre y algunos recuerdos interesantes. Al parecer, el hombrecito intentaba pensar en su mujer, mientras tocaba su cuerpo. ¿No era irónico el destino?. Mientras su cazador buscaba una forma de librarse de su tortura, él descubría los puntos débiles del hombre.
Su cadera se apretó contra la de él, en un movimiento ondulante y erótico. Sabía que las manos del hombre se acercaban peligrosamente a su cuello, quizás con la intención de asfixiarlo. Lo cual era estúpido, pues él podía sobrevivir sin respirar.- Adelante, inténtalo. Éso hará que pueda ejercer un castigo sobre ti.- Se rió y le tomó del pelo con crueldad, mordiéndole el cuello con fuerza para marcarlo de forma dominante. Gruñó con la carne aún entre sus fauces, advirtiéndole que no hiciera nada estúpido.- Excítate Kwan, desea al monstruo que tienes sobre ti.- Le susurró con la boca manchada de su sangre, después de haberse separado de su cuello. Era una orden. Algo que cumpliría para su placer, y también para el horror propio del cazador.
Miró al joven asiático con indulgencia, intentando mantener una sonrisa amable en su rostro, por respeto a su presa. - Entonces eso es lo que eliges.... - Le dijo mientras se cernía sobre él y con su mano derecha le limpiaba la sangre que había escupido. Se limitó a mirar su mano manchada de sangre, ante él y sonrió.- ¿Tanto te gusto que prefieres que te deshonre, a que te mate?- Se rió y lo miró a los ojos, lamiendo la sangre de sus dedos de forma lasciva.- Eres un bocadito delicioso...Kwan.- Le susurró, acercándose a su rostro de nuevo para lamer su mandíbula en un movimiento lento. Cada vez que leía su mente, se familiarizaba más con la forma de pensar del cazador, y al mismo tiempo, podía meterse en sus recuerdos con mayor rapidez. Así había robado su nombre y algunos recuerdos interesantes. Al parecer, el hombrecito intentaba pensar en su mujer, mientras tocaba su cuerpo. ¿No era irónico el destino?. Mientras su cazador buscaba una forma de librarse de su tortura, él descubría los puntos débiles del hombre.
Su cadera se apretó contra la de él, en un movimiento ondulante y erótico. Sabía que las manos del hombre se acercaban peligrosamente a su cuello, quizás con la intención de asfixiarlo. Lo cual era estúpido, pues él podía sobrevivir sin respirar.- Adelante, inténtalo. Éso hará que pueda ejercer un castigo sobre ti.- Se rió y le tomó del pelo con crueldad, mordiéndole el cuello con fuerza para marcarlo de forma dominante. Gruñó con la carne aún entre sus fauces, advirtiéndole que no hiciera nada estúpido.- Excítate Kwan, desea al monstruo que tienes sobre ti.- Le susurró con la boca manchada de su sangre, después de haberse separado de su cuello. Era una orden. Algo que cumpliría para su placer, y también para el horror propio del cazador.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Las elecciones en la vida, casi nunca son las acertadas, el ya lo sabía, su vida estaba trazada por las malas decisiones que había tomado en el trascurso de estos años, así que ¿para qué interesarse en una más? Había aprendido a sobreponerse a todas las cosas, no se trataba de ser un hombre frio y sin sentimientos, era -lamentablemente- dejar de luchar, pues nunca nada cambiaria, aunque estuviera muerto o vivo, nada parecía hacer la diferencia. Su cuerpo hablaba por sí solo, entrenado desde pequeño, era el que lo obligaba a tensarse y buscar escapatoria de un problema, luchar hasta la muerte, pero ya su mente estaba cansada, frustrada y abandonada todo sentido común de supervivencia
-Tks…- chasqueo su lengua mientras sus ojos miraban a otro lado. Mierda era lo que estaba hablando, tal vez pudiera ver todo dentro de el, pero nunca entendería completamente lo que llevo a ser de esa forma. Era una persona sin rumbo, sin propósito, se había vuelto un desierto, sin darse cuenta. Lo odiaba cada vez más, por darle a entender, lo que ya sabía, pero siempre buscaba olvidar, que eran simples humanos y aunque los cazadores lograban luchar contra aquellos seres, siempre tenían cierta ventaja. Jugaba con su mente, entrando a sus recuerdos, mofándose de ellos, haciendo lo que quisiera.
No sabía cual era en realidad la tortura, tal vez el mismo hacia que recordara su pasado, aquello simplemente lo comenzaba a volver loco, débil, a su merced. El calor del éxtasis que nunca quiso probar estaba justo sobre el… ¿Cómo era posible que se hubiera encontrado con esto?. Su cuerpo comenzaba, forzosamente a reaccionar, sus manos pesadamente llegaban al cuello del vampiro, pero su cuello fue llevado hacia atrás, gracia al esfuerzo en sus cabellos –Ahg…- se quejo, sintiendo cierta irritación por el dolor que llegaba como una corriente eléctrica en su cabeza. El ardor de su cuello, era para hacerlo quejarse más, pero ya su conciencia volvía a estar atrapada en un pequeño rincón, mientras su cuerpo era esclavo a todos los caprichos de aquella bestia, originaria del mismísimo infierno.
-Tks…- chasqueo su lengua mientras sus ojos miraban a otro lado. Mierda era lo que estaba hablando, tal vez pudiera ver todo dentro de el, pero nunca entendería completamente lo que llevo a ser de esa forma. Era una persona sin rumbo, sin propósito, se había vuelto un desierto, sin darse cuenta. Lo odiaba cada vez más, por darle a entender, lo que ya sabía, pero siempre buscaba olvidar, que eran simples humanos y aunque los cazadores lograban luchar contra aquellos seres, siempre tenían cierta ventaja. Jugaba con su mente, entrando a sus recuerdos, mofándose de ellos, haciendo lo que quisiera.
No sabía cual era en realidad la tortura, tal vez el mismo hacia que recordara su pasado, aquello simplemente lo comenzaba a volver loco, débil, a su merced. El calor del éxtasis que nunca quiso probar estaba justo sobre el… ¿Cómo era posible que se hubiera encontrado con esto?. Su cuerpo comenzaba, forzosamente a reaccionar, sus manos pesadamente llegaban al cuello del vampiro, pero su cuello fue llevado hacia atrás, gracia al esfuerzo en sus cabellos –Ahg…- se quejo, sintiendo cierta irritación por el dolor que llegaba como una corriente eléctrica en su cabeza. El ardor de su cuello, era para hacerlo quejarse más, pero ya su conciencia volvía a estar atrapada en un pequeño rincón, mientras su cuerpo era esclavo a todos los caprichos de aquella bestia, originaria del mismísimo infierno.
Kwan Chung-Ho- Cazador Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/02/2012
Localización : En tu zona
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un trago para despejarse de los problemas [ocupado]
Se relamió los labios, mirando al asiático con aire pensativo. Tenía que empezar a construir su juego cuidadosamente, de tal forma, que él jamás pudiera escapar a la sombra de su presencia. Eso era lo más divertido de todo. Instaurarse como una idea dentro de su mente, una que tomara raíces en su interior, tomando el control de todo lo que consideraba bueno o no. A partir de este instante, todo estaba basado en una apuesta en la que ambos podrían perder mucho.
- Oh, Kwan. Deja de hacer esos ruiditos tan provocadores, o terminaré pensando que...¿te gusto?- Se rió y le tomó las manos, separándoselas de su cuerpo frío y vampírico, para deslizarlas por el cálido torrente de sangre que manaba de su cuello abierto. Manchó sus dedos del líquido y luego se los llevó a la boca, usando las manos del otro como una cuchara. - Voy a quitarte el control mental, cazador. Pero antes....- chupó sus dedos uno a uno, saboreando la sangre en el proceso. Parecía estar a punto de escuchar un coro celestial, avisándole de que estaba en el cielo. Los movimientos de su boca coincidían con los de su cadera, la cual frotaba el miembro cada vez más duro del cazador. Todo en el vampiro estaba dispuesto a dar placer, como a recibirlo. Aumentó el ritmo de sus caderas, riendo con los gemidos que le arrancaba al otro.
- Encantador......- Susurró mientras soltaba uno de sus dedos y bajaba su rostro hasta sus labios. Lamió el contorno de la boca entreabierta, succionando el labio inferior con un avaricioso movimiento. - Ahora...- Separó su boca de la de él y usó el último control mental que emplearía en él. El golpe final que daría lugar al inicio del juego entre ambos.
Sus ojos miraron los de Kwan y de forma casi instantánea, sintió el tirón que conectaba ambas mentes, tomando el control de todos sus pensamientos. - Cuando te suelte, no importa cuanto me odies, tu cuerpo reaccionará a mi como su único dueño. Tu miembro se humedecerá ante la mera visión de mi persona y tu mente será incapaz de pensar en otra cosa que no sea sentirme dentro de ti. Suplicarás por mi cuerpo, aún si hay gente delante. Sólo existo yo y mi vida vale más que nada para ti. - Sonrió y sin más lo soltó. Ahora, sólo quedaba ver cómo el orgulloso cazador se convertía en un ser capaz de arrastrarse por conseguir un pedazo de su predador.
- Oh, Kwan. Deja de hacer esos ruiditos tan provocadores, o terminaré pensando que...¿te gusto?- Se rió y le tomó las manos, separándoselas de su cuerpo frío y vampírico, para deslizarlas por el cálido torrente de sangre que manaba de su cuello abierto. Manchó sus dedos del líquido y luego se los llevó a la boca, usando las manos del otro como una cuchara. - Voy a quitarte el control mental, cazador. Pero antes....- chupó sus dedos uno a uno, saboreando la sangre en el proceso. Parecía estar a punto de escuchar un coro celestial, avisándole de que estaba en el cielo. Los movimientos de su boca coincidían con los de su cadera, la cual frotaba el miembro cada vez más duro del cazador. Todo en el vampiro estaba dispuesto a dar placer, como a recibirlo. Aumentó el ritmo de sus caderas, riendo con los gemidos que le arrancaba al otro.
- Encantador......- Susurró mientras soltaba uno de sus dedos y bajaba su rostro hasta sus labios. Lamió el contorno de la boca entreabierta, succionando el labio inferior con un avaricioso movimiento. - Ahora...- Separó su boca de la de él y usó el último control mental que emplearía en él. El golpe final que daría lugar al inicio del juego entre ambos.
Sus ojos miraron los de Kwan y de forma casi instantánea, sintió el tirón que conectaba ambas mentes, tomando el control de todos sus pensamientos. - Cuando te suelte, no importa cuanto me odies, tu cuerpo reaccionará a mi como su único dueño. Tu miembro se humedecerá ante la mera visión de mi persona y tu mente será incapaz de pensar en otra cosa que no sea sentirme dentro de ti. Suplicarás por mi cuerpo, aún si hay gente delante. Sólo existo yo y mi vida vale más que nada para ti. - Sonrió y sin más lo soltó. Ahora, sólo quedaba ver cómo el orgulloso cazador se convertía en un ser capaz de arrastrarse por conseguir un pedazo de su predador.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Un trago /Libre
» ¿Problemas para satisfacer a su mujer? Le tengo lo que buscaba (Libre)
» Una particular forma de despejarse [Carlo]
» Nunca olvides que basta una persona o una idea para cambiar tu vida para siempre,ya sea para bien o para mal || Xiang-Mei Relations
» ¿un trago?[Privado]
» ¿Problemas para satisfacer a su mujer? Le tengo lo que buscaba (Libre)
» Una particular forma de despejarse [Carlo]
» Nunca olvides que basta una persona o una idea para cambiar tu vida para siempre,ya sea para bien o para mal || Xiang-Mei Relations
» ¿un trago?[Privado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour