Un noche maliciosa en el centro (Zyra)

por **David Crow** Jue Ene 10, 2013 7:42 pm

Hacia apenas unos pocos días, escasos 4 que estaba en París, había llegado a Francia en busca de respuestas a sus incertidumbres sobre los orígenes propios y de los cambia formas en general. Era raro tener que buscarlos en otros lados pero así se lo había dicho un muy buen amigo suyo, un Irlandés de bonachón, una de esas personas de las que se puede enamorar uno de un día para el otro, pero no enamorarse de forma romántica, sino para enamorarse de su personalidad , de su formas de ser, era una persona que entregaba todo sin esperar nada a cambio mas que una franca amistad. Eso era su amigo "el irlandés", como solía llamarlo a menudo.

Como se dice, "había cruzado el charco" en busca de un nuevo futuro, en busca de respuestas y un oficio del cual sustentar su crecimiento. En Irlanda no le quedaban mas que amigos y algunos conocidos, su única familia conocida había muerto ya así que nada lo ataba fuertemente al lugar como antes.

Apenas llegado a París arrendó un departamento, debía buscar trabajo pronto o no podría mantenerlo, no era de grandes lujos el lugar, pero requería un pago semanal que por el momento disponía pero no alcanzaría para un mes completo, ademas había gastado buen dinero en el viaje y en la comida, necesitaba darse los habituales lujos también así que debía disponer de efectivo pronto. Millones de ideas se le habían pasado por la mente, pero ninguna se le dio, era un hombre que se adecuaba a las adversidades de la vida, se amoldaba a las cosas por así decirlo, así que salió a buscar empleo por el centro de París, de seguro algún negocio o restaurante necesitaba de personal a menudo así que empezó por allí, al no tener respuestas por esos lugares se acercó a otro tipo de locales un poco mas ilegales como venta de alcohol, algunas drogas, incluso burdeles, era bueno para esas cosas porque sabia como se manejaban, toda su vida había sido criado por la calle, así que no le representaba problema alguno el comportamiento de esta gente. El único problema que tenia a menudo era con el idioma. Como había asistido poco a la escuela no conocía muchas palabras del lenguaje local mas que lo que haba aprendido de las institutrices que poco interés le daba a esas cosas, porque no les veía sentido. En la actualidad se arrepentía de no haber prestado la atención necesaria a esos aspectos de la educación. Muchas puertas se le cerraban ahora.

Se pasó la tarde completa buscando trabajo por el centro hasta que se hizo de noche y las farolas de la calle empezaron a iluminar el sucio empedrado. Las luces de pocos locales quedaban prendidas para entonces, paseó por la plaza un par de veces buscando alguien que le diera una mano o un indicio de donde conseguir lo que tanto preciaba y terminó con un cigarro en la boca caminando por las calles del centro de París, un centro dormido, con las aceras sucias y las farolas llenas de residuos de aves de la zona como las molestas palomas. Oh si, odiaba a las palomas, eran aves de lo mas molestas. Caminó por al menos una hora mirando el comportamiento del lugar a esas horas, encontró un lugar donde sentarse, había unas pocas tiendas en la zona, una especie de casa destruida por el tiempo que estaría bien construida a considerar que se mantenía en pie teniendo un techo a medio colgar de unas vigas desvencijadas de madera ya carcomidas por los insectos de la madera. A media cuadra de allí sobre la misma vereda había un local con rasgos de productos caros, era una perfumería con un gran letrero que decía "Il Imagine" quizá podría obtener unos buenos francos por esos perfumes en el mercado negro. Se acercó un poco a la vidriera como si de un posible observador se tratase y vio unas botellas que parecían caras, busco por la calle alguna especie de palo para romper el vidrio que lo separaba de su interés y lo encontró al borde de la acera. Una barreta de metal era suficiente para ese vidrio, iba a golpearlo y disponerse a salir corriendo con el botín cuando vio acercarse a una dama y un caballero muy refinados hacia la casa abandonada, no había oído el clásico taconeo de la mujer a pesar que llevaba tacones de gran altura, curioso. La observó con cautela mientas acomodaba su sombrero. La pareja entro en la casa abandonada y a ellos los secundaron minutos mas tarde un hombre solo con un buen vestir también. Todos parecían tan parcos... le restó importancia de todos modos, tenia que cumplir su misión y largarse de allí lo antes posible antes que alguien lo descubriera.

disculpas:

por **Zyra** Lun Ene 21, 2013 9:18 am

Ya está otra vez en la misma situación de siempre. Desquiciada por ser una mísera esclava. ¡¿Dónde había quedado mi gran porte?! Era una maldita princesa y ya podía ese desgraciado tratarme con respeto. Daba igual que fuera mi creador y tuviera muchísimos años encima de los que probablemente podría imaginar, pero por mi que se lo comiera con cocodrilo.

Salí de la casa en cuanto se puso la luna, haciendo que la noche dominara las calles y yo pudiera escapar de aquel lugar. Tenía que reconocer que eso de volar era una gran opción para un vampiro, sobretodo para mí. Practico como ningún otro poder.

Aterrice en una calle, mirando por todos lados y replanteándome ciertas cosas. En si, tenía que conseguir algo que me ayudara a relacionarme con el resto del mundo... Quizá un pequeño trabajador para que me hiciera ciertos encargos, eso me ayudaría a la hora de alimentarme y, encima, podría conseguirme vestidos y joyas nuevas. Lo que estaba claro es que necesitaba alguien externo, alguien que aquel que me había convertido no supiera que existía. Sonreí, alegre por mi idea y luego caminé por la calle.

Fue entonces cuando vi a un hombre con curiosidad. Parecía que iba a robar a la tienda de perfumes, justo después de que mi próxima comida entrara en esa casa echa trizas. Sonreí divertida y me puse a su espalda a gran velocidad, sin pensarlo siquiera. Ya sabía quien sería mi pequeño trabajador. Le cogí del cuello con una mano y lo oculté más en las sombras, sin dejar que tocara la cristalera de la tienda.

-¿No te han dicho, que robar está mal?-huele su cuello, percatándose de que no era un humano corriente.-

por **David Crow** Lun Mar 11, 2013 3:13 pm

Los planes del cambio se truncaron como su pobre vida en Irlanda de la cual escapó por el solo hecho de no ver mas familiares morir mientras él gozaba de una buena salud, y los años parecían no pasarle otorgándole el doble del tiempo que los demás o mas aun.

La eterna vida solía ser así de envidiable, para los humanos y vampiros que no podían salir de día como el lo hacia a menudo, justamente con uno de ellos se topó, el primero en mucho tiempo, creía que solamente una vez se había topado con uno de ellos en Irlanda, pero era un vampiro bohemio, seguramente de muchos siglos, que ya vagando eternamente en las sombras sentiría mas ganas de morir que de seguir con su penosa existencia.

Pero aquí estaba David, con un brazo cruzado en el cuello, trató de zafarse pero en primera instancia no pudo, así que se contento con solo preguntar
-Que demonios...? Vamos, ya déjame, necesito dinero para sobrevivir en Francia. Dudo mucho que me empleen sin tener un domicilio al menos estable y pago mensualmente- se quejó con la verdad de las palabras, así era realmente, él sabia lo difícil que era conseguir trabajo digno en Francia estando en su capital como un vagabundo sin tierras ni dinero.

Giró un poco su cuello para ver con quien dialogaba y vio a una morocha hermosa, sus pechos chocaban contra su espalda lo que advertía que eran prominentes.

-Si me permites entrometerme con esta tienda prometo regalarte la mejor joya que tenga esta chatarrera para decorar ese hermoso cuello que tienes, vale?- trató de convencerla mientras buscaba en el reflejo del vidrio poder ver la expresión en su cara ante tal propuesta.

Acaso aceptaría?

por **Zyra** Miér Mar 13, 2013 5:36 am

Mi rostro descendía de manera inconsciente sobre su cuello, oliendo aquel aroma que conseguía volverme la boca agua, al igual que hacer que mi garganta ardiera por la necesidad y la falta del líquido carmesí al cual estaba completamente ligada sin ningún tipo de salida de emergencia. ¿Cómo era posible que, lo que antes me matara con su falta, ahora fuera lo más ansiado para mí, para mí estómago que antaño se revolvía ante su solo visión? Sí, cuando mi cuerpo era mortal, cuando envejecía y crecía, mientras me convertía en la hermosa mujer que en esos instantes era, la sola visión de la sangre conseguía hacerme vomitar, salir corriendo de habitaciones. Jamás la había tolerlado. Pero ahí estaba, dejándome llevar por su mísero olor.

Inmersa. Era era la palabra exacta para describir mi estado. Inmersa en los pensamientos de como sería beber de él hasta dejarle completamente seco... Pero tenía que contenerme, tenía que dejarle vivo pues lo necesitaba para mi pequeño plan.

¿Joyas? Abrí levemente los ojos, escuchando más sus palabras y, gracias a la visión de la brillantez del oro blanco en mi imaginación, intentando entender lo anterior. Lo giré con tranquilidad y, posando mi mano en su pecho, lo estampe contra la pared para verlo de frente. Lo evalué con la mirada, de arriba abajo y con un buen detenimiento. Sí, estaba claro que podría servirme y, si lo hacía bien, incluso podría recompensarle... Si me sentía generosa, claro estaba.

-Creo que tú y yo podemos llegar a un acuerdo...-Sonreí ladina e intenté imitar a mi creador, acercándome a su rostro y lamiéndole la mejilla con tranquilidad, lo que creó otro golpe a mi garganta. Tenía sed. Muchísima sed.- Te voy a dejar entrar, te voy a dejar robar... Pero, la mayoría, va a ser para mí.-La perspectiva de poder tener joyas otra vez conseguía crearme un estado de máxima excitación. Las había dejado todas en Egipto, con mi familia resguardándolas mientras, probablemente,ya estarían velando por mi difunta alma.

Lo pensé unos instantes, replanteándome como hacer tal cosa sin que Craig se enterara. Ese maldito bastardo conseguía darme miedo de verdad, aunque en mi vida pensaba mostrárselo por mucho que me hiciera... Era una princesa, y como tal me comportaría. Cogí su cuello con fuerza, observando su rostro, deseando que el pánico le atenazara a mi pequeña víctima de la noche. Si era un ladrón, ¿podría acaso confiar en él? Tenía mis dudas, ciertamente, ¿pero que remedio me quedaba? Mejor esclavizar a un ser despreciable, que de verdad puediera beneficiarme, que a alguien rico y estúpido.

-¿Necesitas ayuda para robar o puedes hacerlo solito?-Susurré de manera lasciva, mostrando mis relucientes colmillos, sonriendo ante la perspectiva de ver que podría hacer, de si era el indicado para ser mi pequeño esclavo...

por **David Crow** Dom Mar 17, 2013 9:32 pm

Presiones? Oh que bien!

Pensaba mientras sentía la respiración de la vampiresa en su cuello y nuca, era horrible la sensación, no era algo sexy en ese lugar, quizá en un lugar mas ameno lo era, pero no allí. La propuesta que le había formulado ella con su mano inmortal sobre su cuello había sido la de quedarse con la mayor parte de las joyas y el resto para él. No le parecía justo, era ladrón de poca monta pero no podía dejarse intimidar por un ser como ella, así fue que salio a negociar.

-Escúchame, quedemos 50 y 50. Se ve que tu no sufres de falta de dinero, cosa que si pasa conmigo, tu no morirás nunca y yo lo haré en poco tiempo teniendo en cuenta que soy muy descuidado y que si bien se me da muy bien lo de espiar es algo con lo que mi curiosidad me gana cariño. Evalúalo, tu tienes mucho, yo nada.-

Levantó un poco sus cejas enfatizando sus palabras, era lo que realmente sentía. De otra forma ella terminaría quedándose con el 80% de las ganancias y él seria el que arriesgaba su pellejo para pasar años encerrado en una cochina cárcel francesa. No era lógico y mucho menos considerando su vida. Mantuvo su postura y su mirada a pesar de tener sus manos en el cuello y su lengua recorriendo sus mejillas. Mirándola de frente notó su belleza, era encantadora, ahora terminaba de entender porque siempre eran bien vistas las vampiresas. Eran simplemente lujuriosas, eran seres infernales, es mas, consideré encontrarme con estas bellezas una vez muerto, del otro lado, o en el limbo mismo, sería gratificante.

-Con respecto a la entrada, despreocúpate, se como arreglármelas solito. Ademas así prefiero hacerlo, a veces dos en el trabajo pueden ser un estorbo, prefiero contar con tu apoyo como socia solamente.
No lo tomes a mal... tuve malas experiencias-

dijo acentuando esta parte, no quería quedar mal con ella porque no la conocía, pero sabia como hacer su trabajo.

por **Zyra** Dom Mar 24, 2013 8:29 am

¿Regatear? ¿Conmigo? Alcé una ceja, mirándole con los ojos entrecerrados mientras escuchaba sus palabras. Por una parte, pensé en lo que haría después con las joyas que consiguiera... Si aquel vampiro asqueroso conseguía encontrarlas, no solo me las quitaría, me ganaría probablemente la peor paliza que me había dado. Ahí tenía que hacer un cambio.

Bajé la mirada por su cuerpo con tranquilidad y curiosidad. Si era cierto que no parecía tener mucho dinero y eso hizo que algo en mi se removiera. Yo había vivido con todo lujo y muchas veces había dado dinero a desconocidos para que pudieran subsistir unos meses. Respiré hondo ante ese recuerdo que, en cierta forma, echaba de menos. Definitivamente no podía quitarle tanta parte de las ganancias de su robo.

-Está bien...-Susurré, cambiando mi plan a algo no solo más provechoso para mí, sino también para mí. Después de todo, no podía esconder nada en aquel lugar en el que estaba, así que tenía que ampliar los horizontes.- Te quedas con el dinero, con todo.-Volví lentamente a ocultar el rostro en su cuello, oliendo aquel aroma tan delicioso.- Pero, cuando venga cada a noche a buscarte, tendrás vestidos para mí, alguna que otra joya... Y, créeme, lo harás.

Sonreí un poco mientras lamía la piel del hombre, sintiendo como todo mi cuerpo quería reaccionar y clavarle los colmillos de una maldita vez. Pero no, debía esperar y pensaba hacerlo. Después de todo, ese humano iba a ser mío. Contra más tiempo pasaba con él, más segura estaba de aquel pensamiento.

-No te equivoques, comida. No soy tu socia,-acerqué mis labios a su oído, susurrando con lascivia mientras me apretaba contra él. Quería que lo escuchara claramente, que entrara en su mente para que supiera lo que le esperaba.- soy tu dueña.

por **David Crow** Dom Mar 24, 2013 7:52 pm

Con la mirada pensativa pero sin apartarla del rostro de la vampiro que estaba enfocada en saborearlo dijo

-Bien, entiendo- dándole una respuesta a la idea de sociedad que él se había planteado y que no podía ser -Como es que quedamos entonces, acaso no quieres directamente que te lleve las joyas o vestidos directamente todo junto antes que lo busques de a poco? Tienes lugar en tu mansión para guardar la cantidad de joyas que robare para nosotros? Porque de ser así incluso podrías simplificarme un poco mas las cosas, yo vivo en un departamento en el cual no puedo guardar todo el botín... no cabe. En cambio tu...-

Dejo la respuesta abierta para ver como respondía ella a la misma, él no contaba realmente con lugar en el hotel de mala muerte en el que estaba hospedándose como última alternativa, sus llegadas tarde al lugar y sus grandes bolsos solían llamar la atención de la gente del lugar y del dueño principalmente, no tardaría mucho tiempo en abrirle la habitación y notar en ella la cantidad de hurtos que escondía David bajo las sabanas. Porque la venta no siempre de daba de forma rápida, a veces era una cuestión de intercambio y otras en cambio podían demorar unas semanas o meses en venderse y salir de su mugroso departamento.

Dueña había dicho? David no se veía en necesidad de tener una dueña, acaso le pagaría por sus servicios? Acaso apercibiría un beneficio?

-Madamme, no comprendo a que ganancia llegaría mi persona en caso que Ud. sea mi dueña. Arreglemos el tema del pago antes...- dijo separándose un poco mas contra el vidrio del frente del local que se notaba apacible por dentro como cuando este cambiaformas llegó. Se estiro los dedos de la mano mientras miraba la figura de la dama que tenia frente a él y esperaba con una mirada de cuestionamiento en su cara.

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