¿Cortesana para dos o mujer para uno? {Privado}

por **Mar Santini** Miér Ene 16, 2013 9:30 am

Monsieur~ como acordamos aquí estoy ¿ha dejado ya mi pequeño cordero su parte? -Un hombre con las mejillas rojas y regordete asintió al ritmo de un "hic-hic" que indicaba que una vez más habia estado bebiendo fuera del horario de trabajo, juguetona recogió la bolsa con la mitad de dinero que le habian prometido abriendola con gran disimulo ¿que si se enteraban que habia alguien más que rico y la habia escogido a ella? ya habia sido la culpable de que varios hombres la escogiesen cuando trabajaba noche si o noche no en el burdel. Había quedado con un tal Zahir que deseaba darle una sorpresa a su hermano, era suficiente consciente de aquello que sería sin duda una sorpresa para algun hermano virgen.

Se miró en el espejo, sus caderas exhuberantes eran un reclamo de "fertilidad" para algunos hombres mientras que para otros solo implicaba un buen trasero, coloco sus manos en la cintura evaluando su aspecto, un vestido corto con escote de V, unas mangas que caía por sus hombros en forma de cascada ya que en algun que otro movimiento éste caía por su hombro derecho, la piel pálida expuesta incluso el vaivén de sus senos estaba expuesto, ella no era una puta de tres al cuarto sino más bien todo lo contrario. Tenía clase, sus modales e incluso como se movía parecían decir de ella que era una mujer que no tenia que preocuparse en demasía de su situación económica. Labios pintados con un toque de brillo que acrecentaba la sugerencia hacia estos, sus piernas expuestas descaradamente con unas medias de color piel que se escondían traviesamente en los muslos, unos tacones de punta alta... estaba perfecta, su cabello caía por sus hombros mientras vigilaba de reojo el reloj que habia en el burdel, habia llegado justo a tiempo.

Tomó la llave que había reservado para los dos hermanos, no sabía si habría un extra lo que significaba que el hermano experimentado podía quedarse o que solamente simplicaría las cosas marchándose dejándola a solas con su hermano. Reprimió una sonrisa. sabía de buena mano que aquellos dos hermanos eran sumamente atractivos, entró finalmente en la habitación oliendo el empalagoso aroma del vino barato con un papelito en donde se repetían los precios por cada postura, cada petición... depende de lo que uno quería la tarifa subía más o simplemente se quedaba como estaba. Tomó un mechón de cabello colocándolo tras su oreja mientras cruzaba las piernas, sus muslos se podían contemplar de forma casi intuitiva mientras ella mecía su pie de arriba hacia abajo permitiendo que el tacon se fuese despegando del pie con un movimiento femenino, después de todo no le harían falta los zapatos-