Cristal en el agua [priv]

por Invitado Miér Ene 16, 2013 9:53 pm

"Veo... veo una luz, que es esa luz? Eres tú mi ángel? Estoy alucinando? Pero es que te amo, te amo y te amo...
Que es aquel reflejo de la laguna?! Ah! La luna... Pensando que era una ángel me acerqué a ti! Ah maldita luna que me haz engañado! Maldita agua que haz abusado de mí! Te golpearé, te envenenare!!"

Y echándome contra el agua, fui corriendo. Estaba lloviznando, mi cabellera roja fuego estaba ondulando a los lados y parte de ella se pegaba a mi rostro; blanco como el marfil, mis labios pálidos, mis ojos desorbitados, estaba casi en el borde de un colapso. Mi ropa estaba pesada contra mi cuerpo, completamente empapada y sucia, tenía un vestido bastante maltrecho y mi figura tan pequeña y quebradiza se podía notar al instante. Era solo piel y huesos; mis pechos apenas se relucían un poco de mi cuerpo y mi cintura era la mitad de mis caderas; estaba flaca, raquítica y algo desnutrida.
Sabía que moriría de no empezar a cuidarme nuevamente, últimamente vivía a opio, robando a la gente; bostezando en las calles, sentada, esperando a que caiga alguna moneda. Ya no me hacía problema por nada. Seguía siendo bella, me seguían pidiendo entrar a los burdeles. Cabello rojo, ojos verdes y un cuerpo delgado. Mi piel suave y mis finos rasgos hacían a la gente mirarme. Muchos se pensaban que era una clase de bruja de cuentos de hadas. La verdad que no estaban tan errados. Era una bruja, pero no justamente de cuentos de hadas. Mas bien era la bruja de la destrucción, del horror y de la tragedia. Era la bruja malvada, a la que nunca hay que mirar... Nunca hay que alabar

Empezaba a golpear el agua. Una y otra y otra vez, daba puñetazos contra las olas que hacía emerger, entre llantos, que no eran en verdad llantos. Eran solo lágrimas disimuladas de gotas. Sentimientos que salían al aire por puro placer de vivir. Ah! Vivir un día mas! Que placer, que sensación. Maldigo el sentimiento de poder vivir, los maldigo a todos y aún a los que no conozco!

-Maldita mierda que lo único que hacéis es darme alucinaciones propias! Desgraciado! Ven ven ahhh!!!

Gritaba al agua; estaba drogada. Había estado vagando por toda la ciudad, mirando carteles, mirando tiendas de comida, riendo de las personas de la taberna, todo era una gracia, todo era lindo. Había asustado a unas mujeres; había dormido en un costado de la calle por un rato y hasta había comido unos cuantos pedazos de pan. Pero el opio empezaba a hacer efecto en mi y solo podía mirar a cualquier lado y llorar. Ya no reía, estaba en la etapa de sufrimiento, solo podía pensar cosas malas. Mi cuerpo estaba metido hasta la mitad en la laguna y poco a poco me fui cayendo en ella.
El hermoso placer de sentir que podría morir en paz! Me sentía tan hermosa; como nunca, el agua iba cubriendo mis cabellos, adorándome, me estaba llamando, estaba diciendo que me vaya con el, que deje que el cuerpo nade hasta un acantilado y ahí poder morir. Ah! Que hermoso sería poder morir de esa forma.
Pero algo me retenía, eran pensamientos, eran solo pequeños e insignificantes destellos de luz. Un alma? Quizá algún fantasma que estaba cerca? Una presencia sobre humana? No lo sabía pero un aura extraña me hizo levantar. Con la mirada perdida "derecha, izquierda, al frente, atrás" No había nadie y al no ver nada ni nadie me volví a meter, ahora iba mas profundo, sentía que el vestido me llevaba a la orilla y de un rasguño desgarré la mitad del arrapo que traía puesto y mis piernas o al menos parte de ellas relucieron en el firmamento. Eran piernas larguísimas, como fideos se distinguían a mi paso, intentando no tambalear. Quería ir a aquel oasis de la laguna.

"Sálvame, no me dejes morir, no quiero morir, quiero... quiero vivir un día mas!! Agárrame con tus dos manos, parteme al medio si quieres, pero déjame en la tierra, no me dejes tirar, te lo ruego"