Cicatrices en el cristal

por **Françis S. Lombard** Jue Ago 06, 2015 10:26 pm

Noches de placeres que encienden la vida en París, como la luna que se oculta para no vislumbrar aquellos actos pecaminosos en las manos sucias de los humanos a quien alumbra cada noche, las estrellas buscan ser el amante de algún buen mozo que sepa tocarlas de las formas más impudorosas que se pueda la mente imaginar, cuerpos cálidos y fríos buscando la condena de la carne con las llamas del infierno ardiendo con el roce de las piernas y las caricias de manos inquietas. La oscura noche se va abriendo paso en los antros de mala muerte y vidas pendencieras; las risas de hombres y mujeres que se venden por pocas monedas a los mejores postores…por necesidad, deseo, enfermedad, gusto, anhelo de sentirse vivos en aquella vida, sea cual sea la razón siempre están las puertas del pecado y sus servidoras en esta ciudad y en todo el mundo.

La música siempre saluda a la luna en noches tranquilas y la oscuridad le invita a pasar desvelos con el sonido alto de las melodías en los burdeles y tabernas, esa es la vida nocturna en todas las ciudades pero en Paris, en la bella ciudad parisina es aún mayor gracias al lujo que se desborda, por la mañana pueden estar jodidos en trabajo y deudas pero la noche, oh si, la maravillosa noche les acoge a quitarse esas mierdas de la cabeza con los mayores placeres de la lujuria, la avaricia, todo pecado se hace realidad, el único pago es dejar en alma al mismo diablo para volver a estar endeudado.

Por las sendas se dirige aquel que ha huido de una muerte segura pero ha caído en las fauces de una vulgar mentira, vaga rumbo a la taberna de la calle que parece más decente, al menos por fuera, se adentra con el cigarro en la mano y el humo dejándolo por fuera, un trago largo a la botella que le acompaña para luego oírse el cristal siendo azotado a la fría pared del establecimiento. Se adentra en las entrañas de la perdición y solo ve las mentiras de las zorras que fingen el deseo en sus ojos pero sus cuerpos gritan repulsión por aquellos sucios clientes que están llenos de alcohol como para percatarse de lo que realmente ocurre en el lugar, los borrachos enfurecidos por perder la partida de barajas sin saber que todos están perdiendo porque que desean así, él observa todo lo que ocurre en el antro y se ríe acercándose a la barra pagando por dos rondas de ron.

El cigarro a punto de morir con un vaso siendo volteado sobre la madera apestosa de licor, el joven asienta con la mano en aceptación por el trago que el cantinero del lugar le extiende con una mirada reprobatoria por la presencia de él, llegan los tragos y él alza su copa en brindis por la invitación y por la futura diversión que tendrá.

por **Kenneth A. Karamakov** Vie Ago 07, 2015 11:23 am

Todos alrededor del joven se preguntaban por que este no se había casado todavía, pero este solo decía que no había encontrado la mujer perfecta para el en estos momentos pero que pronto llegara. Odiaba el tener que dar explicaciones de todo pero mas cuando se trata de su gusto personales, no le había confesado a nadie en la vida entera que este siente placer solo por los de su mismo sexo y que no desea nunca poder estar con una mujer. Mientras este se alista para salir a escondidas de todo para conocer el bajo mundo aparentando ser solo un hombre mas en buscas de placeres, se pone a ingeniar el como hará para tener un heredero que tanto desean en la familia y así lo dejen en paz con el tema de tener una familia de una vez por todas.

Este toma el carruaje vestido lo mas sencillo posible para no llamar la atención de los demás, puesto esto que hace solo es testigo la luna, la noche, las estrellas y su cómplice el que maneja el carruaje. Así que mientras se van dirigiendo a un lugar donde pueda obtener un poco de placer nocturno, se pone a pensar en cuanto tiempo tiene sin que un hombre lo toque y le haga gemir de placer a tal punto que se olvide de su mismo nombre. Cierra los ojos y se pone a imaginar la ultima vez que estuvo con ese hombre mientras sus manos juegan con sus pezones y se muerde el labio inferior, puesto a la verdad esta mas que deseoso de ser poseído por alguien.

Como siempre el carruaje se detiene en un lugar discreto en el cual el joven Barón pueda salir sin que nadie note su salida, pero este tarda un poco mas ne salir puesto imagino tanto que alcanzo una erección y espero que esta se bajara y se aguardara hasta poder tener un hombre cerca que le de placer. Así que sale a caminar por las calles como si fuera alguien mas y esperando que nadie lo reconozca puesto no sabría que mentira podrá decir ante una cara conocida, por eso agilizo un poco mas su caminara para llegara rápida mente a su destino el cual seria una taberna llena de gente feliz y sin preocupaciones mas que pasarla bien.

Se hizo paso entre la gente hasta ponerse al lado de un hombre que esta fumando y bebiendo a la vez, así que solo tomo asiento al lado del desconocido para pedir algo.- Buenas noche, deme un trago pro favor.- Comento amable mente al cantinero mientras espera ser servido y ver que puede obtener esta noche, en un lugar como este.

por **Françis S. Lombard** Dom Sep 06, 2015 7:49 pm

El whisky quemaba la garganta pero es el remedio para la fría noche que le persigue, sabe bien que no podrá tener una clienta más no al menos por esos lares tendría que abastecerse los bolsillos en algún otro barrio, pero antes al menos aquel que era buscado por hombres y mujeres ahora estaba tan calmado tomándose los tragos en un lugar donde las mujeres parecían frías por fuera pero bien putas por dentro, eso ganó en si la risa más a gusto que ha tenido en toda la noche.

El joven termina su bebida de un tajo nuevamente pidiendo otro, cuando su mirada cruza con la de aquel jovenzuelo que con tono y actitud tímida se acercaba a la barra. El vaso de cristal cae desciende vacío sobre la sucia madera llena de alcohol, sexo y humedad, gira el rostro y su cuerpo con el cigarro que cae al suelo, el humo siendo exhalado para un lado y la sonrisa cínica, su codo descansa sobre la barra y su cabeza termina sobre el puño cerrado; los ojos dan una rápida y fugaz revisión al nuevo visitante –Qué hace aquí, o mejor dicho ¿Qué ha visto el jovencito para tener la polla tan dura como la lleva ahora usted, acaso ha visto a dos mujeres tocándose, o quizás a un hombre follando a una zorra tras el callejón, o quizás otra cosa más caliente– enarcó una ceja.

Los dedos chasqueó llamando al cantinero para pedir otra copa, con aquella sonrisa cínica y descarada, no dejaba de observar la joven que se había sentado junto a él, saca otro cigarro fumando lentamente––Las mujeres hacen de todo para excitar a los hombres, incluso en estos antros de placer y obscenidades, pero si te das cuenta realmente de lo que pasa tras las puertas, es que la mujer estaba buscando su excitación– señala a la colega que se haya en plena faena oral –ella sabe que cuando su cliente termine de jugar se la llevara a la habitación y ella quiere al menos sentir algo de placer por atender a ese sucio borracho y por eso se deleita con ese trabajo, mientras que los joven mozuelos lo hacen para excitar a los hombres para tenerlos duros pero ¿para qué? Ellos no gozan ¿o sí? Quizás sea para otras mujeres para que ellas gocen, más yo a veces me pregunto ¿Qué buscan realmente los hombres? Cuál es el verdadero placer de un hombre al contratar a una puta o puto, quizás la aventura y el peligro de ser descubiertos, quizás esa pasión y ese deseo de estar vivos realmente– sus dedos repiquetean con fuerza sobre la madera.

–Que vienes a buscar aquí, señorito, este no es un bar para gente culta como tu– suelta las palabras como el humo del cigarro directo al rostro del joven. Su tono de voz fue suave y casi como un susurro grave junto a la risa que se suelta cuando el tabernero trae la botella de ron completamente llena mirando con malos ojos a aquel par.

por **Kenneth A. Karamakov** Vie Sep 25, 2015 12:34 pm

No era el mejor lugar para estar pero tenia deseos de una noche loca lejos de las preocupaciones del día a día, así que termino llegando a este lugar que no es a lo que esta acostumbrado a estar pero que mas se le puede hacer. Este a decir verdad tiene deseos de un buen hombre que le haga tener sexo salvaje, así que había escuchado que en este lugar podía tener la suerte de toparse con lo que estaba buscando o mas de lo que deseaba tener esa noche así que no lo pensó dos veces para tomar el camino a esta taberna.

El cantinero hace una señal ante su pedido así que este espera mientras escucha a su lado la voz de un hombre extraño haciendo algo de conversación con el, así que solo se voltea para ver de quien se trata y respondedle.- Solo estoy conociendo el lugar para ver que puede pasar conmigo esta noche, la curiosidad me trajo aquí mas que la polla dura.- Dijo mientras lo mira de pies a cabeza para ver que es un hombre hermoso en verdad, de esos que tienen barba y los hace ver mas masculino de la cuenta .

Mientras el extraño hace señal para otro trago, a este le traen la bebida que había ordenado.- Vaya, no me sorprende nada de lo que me dices, puesto se que todo el que viene a este lugar sea hombre o mujer terminan teniendo sexo desenfrenado por un par de monedas. Muchas personas de este lugar necesitan el dinero, así que toman el placer como un trabajo fácil de hacer y así poder tener al final del día algo con que alimentarme pero en otras ocasiones son personas que lo hacen mas por placer que poder dinero.- Comento algo disparejo de la conversación de este que trataba de hablarle de mujeres, lo ultimo que deseaba escuchar en estos momentos.

- Vengo en busca del placer prohibido, el cual para mi es acostarme con un hombre que me haga cosas que ni por mi cabeza se hayan pensado todavia.- Comento final mente dándose un trago de su bebida, a la verdad estaba algo curioso de saber que dira este hombre ante su respuesta ya que con suerte puede ser lo que anda buscando.

por **Françis S. Lombard** Mar Oct 06, 2015 7:28 pm

La música crea el ambiente esperado, las risas de todos los que ahí se encuentran, los gritos y el manoseo que descaradamente se dan frente a los nuevos integrantes que se abren paso por aquel lugar para adentrarse a las lujurias y pecaminosas vidas de algunos servidores de la noche y de los placeres más obscenos que la mente humana puede percibir. El humo de los cigarros así como el aroma del alcohol sobre la madera húmeda creando una fragancia de podredumbre y suciedad. No hay nada higiénico en aquel sitio en donde las mujeres y hombres corren en sus telas más íntimas, o desnudos, solo la imaginación que se encierra en las habitaciones que son ocupadas y vaciadas en minutos o segundos. Eso a la vista solo puede crear una sonrisa en quien se siente a observar.

El tabernero deja aquella botella retirándose, pero sin dejar de observarlos atentamente; aquel hombre le hace una seña con la cabeza y este se retira a regañadientes logrando que aquel que lleva el trago a beberlo de tajo ría completamente que rápidamente observa al joven acercándose a él, deja el vaso vacío sobre aquella mesa de cabeza, apoya su cabeza sobre su mano diestra que descansa con el codo sobre la madera de la barra, sonríe dejando la zurda sobre la pierna derecha del joven mozo con una ceja enarcada; el tono de voz que usa es uno inquisitivo y rasposo, gracias al whkisky –Crees que es fácil esta vida– le mira directo a los ojos y sin dudarlo se pone de pie quedando tras de él.

Coloca las manos sobre los hombros del joven ajustando aquellos dedos sobre las ropas finas riéndose –Quieres probar algo nuevo, que nadie te haya hecho probar, estas seguro que eso es lo que quieres, estas completamente seguro de entregar a los placeres de la noche que no has visto en su totalidad– susurra a su oído colocando la mano diestra alrededor de la nuca del joven mozo –Si quieres ello, si aún estás seguro de adentrarte a la noche oscura búscame, búscame otra noche, búscame por las calles pero no como un joven rico, quiero que vengas como un joven normal de las calles, un joven que ha vivido mucho tiempo por aquí y que está acostumbrado a todo lo que se pueda ver. Cuando entres por esa puerta tienes que estar muy seguro y convencido nada de esta carita de timidez y dulzura. Vas a conocer lo “fácil” y “gustosa” desde tus gustos y lo que andas buscando– deja un beso en la nuca del joven tomando asiento nuevamente riéndose.

Sirve nuevamente otra copa mirándole –Si quieres, puedes ir ahora mismo a cambiarte, te esperaré a la media noche en el parque, peor antes tienes que venir aquí, sabré si vienes o no porque aquí hay ojos que me cuentan todo, luego de salir de aquí irás al parque donde me verás– enarcó una ceja cuestionando al joven, contando de seguro que él no haría aquello. Sabía que los jóvenes mozos que buscan otros hombres para satisfacer sus necesidades no eran muy adeptos a aquella clase de propuestas, así que por eso lo hizo. Él no era un hombre que solía meterse con aquellos placeres pero de vez, muy de vez en cuando le gustaba dejarse llevar por la situación como diversión.

por **Kenneth A. Karamakov** Jue Oct 08, 2015 5:40 pm

A la verdad el lugar era algo nuevo para le por que no tenia nada que ver con lo que estaba acostumbrado a ver, pero era divertido ver a gente con tstan libertad y poca verguenza en su forma de ser. Eso le hacia sonreir en gran manera por que a decir verdad estaba de lo mas facinado con todo lo que puede ver en las calles o lugares como este, los cuales le hacen desear muchas veces ser un chico fuera de la realeza y solo ser una persona sin un titulo arriba de el, para poder hacer lo que deseara sin tener que darle cuentas a nadie.

- No es facil esta vida , ni la de nadie. Solo que algunos nacemos con mas suerte que otros, pero al final todos sufrimos igual no pimporta el lugar que la vida nos haya colocado.- Le comento al hombre extraño que se habia acercado a conversdar con el en estos momentos, este no le habia buscado pero este comenzo hablar y lo dejo que hablae lo que tenia que decir para el. Pero mientras este se acerca a el para hablarle un monoton de cosas que en vez de hacerlo excitar, de alguna manera solo hacen que se le vayan los deseos de poder tener una noche de locura esta noche.- Queria alguien que me haga tocar las estrellas sin necesidad de volar, alguien que me hiciera gemir de placer y me hiciera olvidar hasta mi nombre con uno de sus besos.- Dijo.- A cambio solo tengo alguien que no me quiere tomar tal como soy sino que quiere que me cambie a ser algo que no soy, sino son tus palabras asi las entiendos y bueno si nadie me puede tomar con mi timidez y dulzura, para hacerme liberar mi valentia y rudeza no me interesa hacer nada con nadie esta noche.- Comento mientras toma su bebida que llega y se da un gran trago para luego mirarlo, con una sonrisa en su rostro.

- Me ire si pero para mi casa, no pienso volver pero fue un gsuto conocerte.- Comento meitnras se da otro trago y se para para irse fuera del lugar, no se que le paso pero ese hombre no parecia lo que el pensaba.

Off: Salgo del tema puedes cerrar

por **Françis S. Lombard** Vie Nov 06, 2015 9:40 pm

Aunque uno crea algo no siempre terminar, las palabras sonaron frías y pero aún más lo actos, con una mirada vacilante observó aquel que solo dedicó una sonrisa al jovencito regresando a su asiento dedicándose a la bebida con una sonrisa de satisfacción, su mirada no volvió a desviarse en todo el momento en que le joven hacía gala de su mejor uso de palabras, incluso se podría decir que hasta cierto punto comenzó a ignorarlo, observando la botella de licor.

Cuando hubo terminado un bufido soltó en forma de molestia o desagrado –El problema de los niños ricos siempre eso ese, que lástima– busca entre su ropa otro cigarro hasta obtenerlo, el tabernero atento enciende el cigarro de aquel que al dar la primera calada del nuevo tabaco deja el humo pululando por el ambiente –Dime Juan, ¿por qué nadie comprende las palabras? Oh claro se han enfrascado en algo y han olvidado lo que pronuncian por ver primera– otra calada profunda junto a una sonrisa que arroja el humo –Tocar las estrellas y gemir no solo es el tener sexo con alguien, hay otras cosas aparte de ello sobre todo cuando logran explorar un mundo que no se ha visto, un mundo en donde nadie le reconozca y pueda alguien gritar de placer cuando ha alcanzado el mayor cenit, pero eso no entiende ni hombres ni mujeres, dime que voy a hacer Juan, que debo hacer para que alguien entienda.– se levanta dejando la bolsa de dinero para el hombre además de ello apagar el cigarro.

–Entre un gusto y un disgusto siempre hay una dicha. Ne, espero que la próxima vez que nos encontremos no seas tan quisquilloso niño–se enfila también por la puerta despidiéndose de todos con la diestra que luego de ello se enfunda en el bolsillo del pantalón, su sonrisa que se transforma en una risa.

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