La luna mi nuevo sol (libre)

por **Clodette Landman** Miér Ene 23, 2013 1:50 pm

Salí de casa después de discutir con ella, cuando quería Adele era de lo más pesada. Le agradecía mucho lo que hizo por mí al acogerme en su casa y darme refugio, pero había cosas en las que no podía ayudarme, cosas de vampiros. Hacía días que no bebía, mi sed de sangre me hacía perder el norte al igual que lo hace la bebida a un alcohólico, sí, así es como me sentía; como una alcohólico que no puede beber. Aún no me había acostumbrado a mi nuevo cuerpo, mis sentidos se habían agudizado, y era más rápida que el viento y más silenciosa que un felino. Me gustaban los gatos, ahora era como ellos pero mejor.

Empecé a jugar con mi imaginación; ahora era un gato, un gato negro… no mejor una pantera como la que salía al cuadro que papa tenía colgado en el comedor. Y me movía sigilosamente entre los arboles del bosque buscando una presa, pisando el suelo con delicadeza, oliendo el aire escuchando la quietud de la noche. Tire los zapatos para poder sentir la tierra húmeda entre los dedos de mis pies. Ya no me dolían al ir descalza como antes, porque ahora era una pantera. Saque los colmillos, así me sentía más fuerte, ya estaba preparada. Adele siempre me traía la sangre en botellas de cristal porque temía por mí, pero no me gustaba, era como comer verdura. Hoy sería el primer día de caza y después de comer le contaría lo bien que me fue. Olfateaba el aire en busca de algún animal, entre todos los aromas desconocidos que olfateaba no había ninguno que me gustara. Mi padre me contó que las panteras trepaban por los arboles, quizá es lo que debería hacer para olerlo y verlo todo mejor. Busque el árbol más alto y en unos segundos ya estaba en lo alto.

Mientras esperaba me quede ensimismada contemplando la belleza de la luna llena, a partir de ahora la luna era mi sol, no hacía tanta luz pero era bonita. Un golpe de aire trajo consigo un dulce y rico aroma, no era de animal, parecía de humano, sí podía oler su sangre. Mis pupilas se dilataron y perdí la razón. El apetito se apodero de mi cuerpo. Baje del árbol y empecé a correr dejándome guiar por aquel aroma que cada vez sentía más y más cerca.

por **Salazar Phantomhive** Miér Ene 23, 2013 3:04 pm

Delante de mí estaba el cuerpo inerte de la primera espía. La había ahogado para no manchar demasiado. Contemplé el cuerpo, que me hubiera gustado hacerla sufrir y haber escuchado cada uno de sus gritos pero no... No estaba en un callejón sino en la casa de alguien con dinero y prestigio. ¿Qué se hubiera pasado si se hubieran escuchado los gritos? Seguramente Lady Fiolette me echaría de casa. Me quité mis ropas de mayordomo y cogí las ropas harapientas que usaba fuera del lujoso ambiente en el que no estaba acostumbrado a moverme. Saqué de debajo de mi cama un saco, donde había llevado mis libros de hechicería. Karl me miraba desde la cama triste. Desde luego aquella bruja tonta lo había dejado muy tocado. Metí a la pobre mujer en el saco grande y cogí un saquito donde llevaba un "kit" de supervivencia, cosas necesarias para poder salir vivo aquella noche si fuera necesario.

Conseguí salir silencioso de la casa, con el cuerpo de aquella mujer a mi espalda. El camino hasta el bosque se me antojaba demasiado lejano pero era el mejor lugar para enterrarla. Caminé siempre entre las sombras, parándome cuando era preciso, esperando detrás de cada esquina cada vez que alguien pasaba. La noche era cada vez más cerrada y si no fuera por la hermosa Luna estaría perdido. Conseguí llegar sin ningún tipo de complicación al bosque. Me adentré despacio para no tropezarme con ninguna rama. Entonces llegué a un sitio que sería bueno. Al lado había un árbol enorme. Al menos la chica alimentaría al árbol. Dejé el saco con brusquedad en el suelo y me agaché para poner mi mano en la tierra.- Foramen- susurré en un perfecto latín. Las tierra empezó a temblar y a dejar paso un agujero de bastante profundidad y anchura. Perfecto para esconder el cadáver.- Grave- la tierra que antes había sido apartada volvió a su sitio, haciendo que la chica quedara enterrada bajo tierra. Sonreí satisfecho ante mi pequeño trabajo. Pise encima de la tierra para que ésta se compactara. Me sacudí las manos y me propuse salir de allí antes de encontrarme con algún hombre lobo. Noté como el anillo que llevaba atado al cuello se volvía frío. Me quedé quieto. Busqué y busqué con la mirada hasta que la encontré. Por la belleza y aquellos ojos rojos pude comprobar que era una vampira. En mi vida me había cruzado con pocos pero ninguno tenía sed y… ésta tenía bastante. Me quedé, por un momento, embobado en el cabello de aquella mujer, que se veía hermoso bajo los rayos de la Luna.

por **Clodette Landman** Jue Ene 24, 2013 5:36 am

Y ahí estaba, quieta, escondida detrás de unas ramas observando aquel señor antes de saltarle a la yugular. No estaba solo, podía percibir otra sangre, pero aquella no era tan buena. Olía igual que la sangre embotellada que me traía Adele; sangre muerta. Hice una mueca al recordar el sabor, no me apetecía sangre muerta, quería la sangre de aquel desconocido dulce y caliente.
El fétido olor procedía de debajo la tierra revuelta, aquel señor acababa de enterrar a alguien. Era un señor malo pero no debía tenerle miedo, las panteras no temen a sus presas.

Salí de mi escondite y me quede observándolo, él también me miraba a mi, pero no parecía asustado. Quizá no se había percatado que yo era una vampiresa y tan solo veía una niña perdida por el bosque. Aunque las niñas buenas a estas horas ya están durmiendo y no se pasean descalzas por en medio del bosque. - Hola me he perdido y no se llegar a casa.- Dije intentando parecer del todo inocente y asustada. Pero su dulce olor me nublaba los pensamientos, no podía dejar de percibir nada mas, y la sed volvió a apoderarse de mi cuerpo, delatandome, haciendo que inconscientemente abriera la boca mostrando mis colmillos. Aquel señor no merecía vivir, era malo como los inquisidores, como mi papa, él también lo era porqué quiso matarme. Yo no era mala solo tenia hambre y las panteras necesitan matar para alimentarse.

Inspire fuertemente una vez mas aquel perfume y di un salto hacia él preparándome para morderle.

por **Salazar Phantomhive** Vie Ene 25, 2013 4:50 pm

¿Qué se había perdido? Aquella vampiresa creía que había nacido ayer. Saqué mi sonrisa más irritante- Claro se ha perdido...- Mi cerebro empezó a funcionar a toda velocidad. Recordando que sabía de aquellas extrañas y fascinantes criaturas y lo recordé. Recordé como acabar con ellas. Sólo tenía que ir a por una rama. Miré a mi alrededor y encontré un árbol donde sus ramas eran bajas. Vi como aquella mujer se preparaba, enseñándome los colmillos como si de una pantera a punto de atacar a su presa. Todos los músculos de mi cuerpo se tensaron preparados a saltar en el momento oportuno.- Motus.- murmuré y noté como todos mi cuerpo se aligeraba. Incluso notaba como mi sangre circulaba más deprisa.

La mujer saltó sobre mí para, seguramente matarme. Me quedé quieto hasta el último segundo donde me giré levemente, ella pasó de largo por escasos centímetros. No perdí el tiempo corrí hacia la rama más cercana. El hechizo funcionaba bien, me daba mayor velocidad. Llegué al árbol salté un poco y arranqué una rama. Ahora era crucial, debía ganar ventaja de algún modo porque necesitaba para el hechizo de movimiento para activar el de transformación. Entonces eché a correr, sabía que ella podía oler mi sangre y que dentro de nada me daría alcance. Notaba toda la adrenalina correr por mi cuerpo pero no dejé que el miedo se apoderara de ella. Debía conseguir salir del bosque, donde hubiera más humanos, debía salir de allí.

Delante de mi se encontraba un gran árbol de bastante grosor. Eso sería suficiente debía, debía llegar allí, rápido. Pero algo lo golpeó por detrás. Caí al suelo y rodeé un poco para alejarme de lo que me hubiera golpeado. Escuché unos pasos pausados pero constantes. Tragué saliva.

por **Clodette Landman** Sáb Ene 26, 2013 6:15 am

Creía haber calculado bien la distancia antes de saltar pero aquel señor para mi sorpresa me esquivo. Se movió demasiado rápido para ser un humano, los humanos son lentos y torpes. Caí de cuatro patas a tierra, mi presa escapaba. Me incorpore de un salto e empecé a seguirlo, corría todo lo veloz que podía porqué aquel señor también era muy rápido. ¿Sería una pantera también?, negué con la cabeza descartando la opción, las panteras no huyen de las panteras a no ser que tuviera ganas de jugar conmigo. Quizá no debería morderle, no debo beber algo que no sé que es. Pero me lo estaba pasando muy bien jugando con él, perseguirlo era de lo más divertido para mí y no quería dejar escapar aquel señor tan interesante.

Me deje guiar por su dulce olor, seguía un rastro que se desvanecía entre los árboles y la vegetación pero que cada vez sentía más intenso, me estaba acercando. Y al fin lo vi a unos metros de mí, di otro salto empujándole con las manos para que cayera. Entonces vi que llevaba una rama en la mano, debía ser prudente pero no notaba ni una pizca de peligro en aquel señor. Cuando alguien es peligroso yo siempre lo sé, aquel señor era malo pero no peligroso. Me acerque lentamente, no pude evitar sonreír delante mi victoria, había ganado.

- Te pille. Y ahora vas a soltar el palo, no siempre se puede ganar.- Dije con una sonrisa, mi poder de persuasión había funcionado, abrió la mano y con un pie chute el palo lejos. Al ver que ya no había ningún peligro me senté encima su vientre. Recordaba bien que antes dijo una palabra extraña, lotus, gotus, mutos o algo así… Me puse un dedo en los labios intentando recordar aquello que había dicho. - ¿Qué es gotus señor?- pregunte intentando descubrir algo más sobre él. Antes de morderle quería investigar un poco que era… y quien sabe quizás después lo aria. La noche era larga y me lo estaba pasando bien.

por **Salazar Phantomhive** Dom Ene 27, 2013 3:02 pm

Noté algo extraño que me obligó a soltar el palo, mi mano se abrió involuntariamente. Chirrié los dientes molesto. Me quedé mirando aquella vampira, sin expresión ninguna. Noté como se sentaba encima. Su peso ligero me sorprendió. Siempre me había imaginado que los vampiros pesaba mucho más. Alcé ambas manos en signo de paz. Y sonreí de medio lado.- No es gotus.- dije con una tranqulidd finguida y hablando lentamente como si estuviera hablando con una niña pequeña.- Era motus y si tuvieras un mínimo de cultura sabrías que es una palabra latina y de ahí sacarías su significado.- Me quedé pensando en como podía quitarme aquella vampira de encima.- Y mi sangre no están bueno como crees. Mi sangre es sucia como los actos que cometo a si que vete buscar alguna dama o jovencillo que sea virgen e inocente. Para algo se hacía en la antiguedad sacrificio con ellos ¿no? Pues nada dicho esto: Levare domina.- y la vampira se empezó a levantar. Giré sobre mi mismo pasa salir de debajo. Me sacudí las ropas y volví a coger el palo. -No quiero pelea solo he venido para realizar un trabajo.

Me di la vuelta y deshice el conjuro. No vi como cayó la vampira si de culo o de pie pero yo me concentré en mi rama. Pasé la mano por la punta y murmuré- Exacueret- La punta de aquel palo se convirtió en una estaca. Preparado para atacar si era necesario seguí caminando. Estaba tenso y tenía todos los sentidos puesto en todas partes. Por si esuchaba algo, algún sonido que me indicara si me estaba siguiendo. Sabía que algunos vampiros podían volar pero no sabía si aquel era su caso. Aquello parecía una de esas historias de miedo que mi padre me contaba cuando era chico, claro la mayoría de esas historia la victima acababa muerto. ¿Sería éste el caso? No, no podía morir allí. Me di la vuelta y miré a la mujer que me había estado siguiendo.- ¿Cuánta sangre te hace falta pasa saciar la sed?- Me metí una mano en el bolsillo y en la otra llevara mi arma recién fabricada.

por **Clodette Landman** Lun Ene 28, 2013 10:21 am

Recuerdo que de vez en cuando con mis papas y mi hermano íbamos a ver espectáculos de magia. Los magos siempre hacían aparecer y desaparecer cosas, cosas como flores y animales a veces también señoritas guapas, después de decir unas palabras mágicas. Pero yo siempre he pensado que hacían trampas. ¡Aquel señor hizo magia de verdad, hizo magia conmigo!. Volvió a pronunciar unas palabras desconocidas para mi y mi cuerpo se levanto solo sin hacer caso ninguno de mi voluntad, quedándome de pie sin poder moverme. Quizá si no hubiera estado tantos años durmiendo habría podido ir a clases y ahora entendería su idioma. ¿Y si hablará su idioma... podría hacer magia yo también?

De pronto me sentía furiosa, iba ganando pero cambiaron los rangos rápidamente. Ahora era yo la que estaba en peligro. Ya no podría contarle a Adèle que había cazado y me había alimentado yo sola, que podía cuidar de mi misma. La sed me atormentaba y la rabia por estar inmovilizada a su merced me ponía histérica. Los ojos se me enrojecieron amenazando en llorar cuando caí de culo al suelo, señal de que me había liberado del hechizo. Entonces él hizo magia y creó una estaca, me asuste por unos segundos pero no parecía tener intención de usarla si me portaba bien. No me levanté, estaba lo bastante dolida sicológicamente para hacerlo y contraatacar sería inútil y peligroso, ya no quería beber sangre sucia de mago malvado. Aún así seguía interesándome, aquel señor sabía hacer magia y quizás si me portaba bien con él entonces podría pedirle que me convirtiera en una niña normal otra vez, y podría volver con mis padres.

"¿Cuánta sangre te hace falta para saciar tu sed?" Levanté la cabeza ante aquella inesperada pregunta. - ¿Sangre? No lo sé señor... una botella.- dije enrojeciéndome (o eso creo) ante mi respuesta, nunca había bebido directamente de un humano y era humillante decirlo y más delante de alguien que acababa de ser tu presa. - ¿Eres un mago verdad? ¿Puedes hacer que termine mi sed para siempre?- Pregunte con una mirada inocente y esperanzada.

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