Futuro Incierto, un nuevo comienzo - (libre)

por **Amalia De Leon** Lun Ene 28, 2013 1:12 pm

Hacía apenas dos semanas que Emilia, había llegado, desde su natal Sevilla a esta ciudad que, a pesar de tener sus bellezas y novedades, no se podían comparar con aquella tierra que dejó atrás, - Pero cómo podía quedarme en ese lugar – se dijo, cuando cada calle, cada amanecer, sus campos, su alcázar, su Iglesia, traían a su corazón un fragmento de ese hombre que había sido tan importante en su vida.
Caminó sin ver, tratando de que las horas pasaran antes de tener que llegar a su humilde casa, - ¿que encontraré al llegar? – Susurró – soledad y recuerdos, en cada objeto que tome entre mis manos – concluyo. Comería algo, y se acostaría en su cama, estiraría su brazo buscando con sus manos el cuerpo de su amado y solo encontraría el vacío de sus preguntas sin respuestas.
Pero aun recordaba con que ilusión había llegado a París, alguien le había asegurado que a su “amigo” lo habían visto en algún lugar de aquella gran ciudad. Sonrió al recordar cómo había reído y saltado por la habitación sin importarle que el hombre que sería su arrendador, la viera como una loca, no le interesaba que tuviera los postigos azotados por el viento y la lluvia, o los maderos del piso no tuvieran un buen aspecto y necesitaran una pronta atención. Nada le llamó la curiosidad más que aquel hermoso y pequeño hogar, en ese momento había tenido una reminiscencia, de su propio pasado, su mentor acogiéndola en su pecho, mientras ella se quedaba dormida, escuchando la bella música del latido de su corazón, - vamos, no te duermas y escucha bien lo que intento enseñarte, no estaré siempre para repetírtelo - sonó en sus oídos, la voz grave y armoniosa que tanto había amado. A pesar de todo la construcción era buena y el precio no había sido tan exorbitante. Sacó de su bolsito la cantidad que pedía por arrendarla durante seis meses y en solo dos horas ya se encontraba tratando de ponerla lo más bonita posible.
Chocó con una señora que la reprendió y con mirada ausente le pidió disculpas en su lengua natal – perdone, no la vi – dijo y siguió, con su tristeza en sus hombros como si llevara una de las imágenes de cristo en sus hombros, como lo hacían los hombres para Semana Santa en su Tierra Natal. Sus ojos cuajados en lágrimas miraron al frente, a un horizonte que no existía, a un futuro incierto.

por **Devany Vixen** Lun Ene 28, 2013 7:29 pm

La cara de Devany no era la mejor al amanecer, después de tanto alcohol en la sangre de verdad que necesitaba dormir, debía despejar la mente, tenía que hacer algo para poder saber que seguía viva, pero ¿Qué hacer? Por el momento sólo tomar su ropa y ponérsela. Se desperezó mientras buscaba a tientas cada prenda que había quedado regada en la cama, no le importaba amanecer en brazos de nadie y de hacerlo así, se habría espantado. Sonrió para sus adentros mientras se ponía las bragas, después de unos minutos estaba lista, completamente vestida. Se acomodó el cabello con los dedos y después pasó un cepillo que onduló aquél de forma rebelde, encogió los hombros y después de tomar el dinero que le correspondía se fue. No tendría que volver hasta la noche.

Un cigarrillo corrió hasta sus labios mientras que intentaba de alguna forma acordarse de todo lo que había sucedido una noche anterior, no es que a alguien le importara, pero vamos que el burdel tiene de noches a noches y de la pasada no recordaba nada, seguro que algún vivo la había drogado hasta dejarla dormida, pero no, sencillamente eso no era posible su cuerpo estaba acostumbrado a todo eso, a vivir intoxicado y velaba por su seguridad lo suficiente como para saber que había estado en sus cinco sentidos hasta... Llevó una mano a su muñeca -Hijo de perra...- murmuró al ver como su piel nívea se encontraba marcada con dos agujeros, había sido la comidilla de un maldito chupasangre y por eso no recordaba nada.

Resopló y sus pasos la llevaron entre tambaleos hasta el puerto, un lugar que no acostumbraba visitar pero que por ese día estaría bien, al menos hasta que tuviera que regresar a casa, bañarse y ponerse linda para que algún "hombrecito" con pocos pantalones le pagara por abrir las piernas. No es que su oficio le desagradara, pero había tipos que no eran los clientes preferidos de Devany y a esos les tocaba un rechazo, a diferencia de las demás ella se podía dar el lujo de mandar al carajo a cualquiera, no estaba ahí por dinero.

-¿Tienes fuego?- preguntó a una desconocida que iba pasando por su lado recordando que el encendedor lo había dejado en el taburete, en ocasiones después del "acto" los infelices también le quitaban los cigarros, había mucho muerto de hambre.

por **Amalia De Leon** Mar Ene 29, 2013 7:29 am

Sus lágrimas estaban a punto de cubrir sus mejillas cuando, una voz melodiosa, pero que parecía cansada se dirigió a ella, - ¿Qué? - Dijo saliendo de sus pensamientos, - o, si, espere un segundo… - se demoró mientras rebuscaba en su bolsito las cerillas que había comprado para prender el hogar, era verano pero las noches para Emilia eran muy frías y parecía que esta noche al volver de su nuevo trabajo haría frió y no podía existir nada más reconfortante que una taza de leche calienta y mirar acurrucada, en el nuevo sillón, amplio y mullido, el fuego crepitante. Sonrió tristemente mientras sus ojos miraban ese fuego imaginario. Con sus dedos rosó la cajita de cerrillas y la sacó, - aquí tiene – le dijo mientras extendía su mano acercándoselas tímidamente a la joven.

Observó el cielo que algo nublado dejaba pasar unos rayos de sol, - parece que el día estará agradable, ¿verdad? – sus ojos se clavaron en los hermosos orbes de la mujer, su cabellera rubia y su vestimenta le hizo pensar que se trataba de una dama y se sintió poca cosa, hacía cuanto tiempo, ella había sido una dama de sociedad, una flor lista a ser elegida por algún caballero que, según su madre, la colmaría de halagos y regalos, le daría su corazón y formarían una familia. Se quedó perdida en ese cielo gris de aquella mirada, no era que lo hubiera deseado, es que simplemente su mente divagaba por dolorosos derrotero.

Bajó su mirada y pidió perdón, - disculpe no fue mi intención ser grosera, es que… - se quedó meditando que le diría – que estabas pensando, que tiraste por la borda tu vida, por alguien a quien amaste y que decidió dejarte abandonada, como un libro viejo en algún asiento de una plaza? - se dijo mientras, continuaba – aún estoy algo dormida – sonrió con su mejor sonrisa, esa bella y juguetona carita de niña, su máscara de siempre, aquella que usaba para tapar sus dolores, sus heridas, - no, no las heridas, solo una, la que él abrió en mi alma - aquel pensamiento hizo resquebrajar su actuación por un segundo, sus ojos mostraron un halo de tristeza, pero que pudo dominar rápidamente. Cerró su bolsito y extendió la mano nuevamente hacia ella, mientras la mujer prendía su cigarrillo – Emilia Borromeo – dijo esperando que la bella mujer se presentara.

por **Devany Vixen** Lun Feb 04, 2013 10:14 pm

No se había fijado a quién le había hablado, sólo había escuchado pasos, el dolor de cabeza a causa del alcohol y la poca sangre que empezaba a regenerarse en su cuerpo la hacía comenzar a sentirse débil, un tanto mareada, dormida y atontada, quizá sería mejor dormir toda la mañana y parte de la tarde hasta que tuviera que volver a trabajar, o si se seguía sintiendo igual mejor no regresar hasta uno o dos días después, ella tenía la facultad de hacer eso y el del burdel nunca le decía nada, Devany siempre dejaba muy buenas propinas para él.

Se le quedó viendo unos segundos mientras realmente no comprendía todo lo que le decía y acaso ¿Le importaba? No, tampoco le interesaba en absoluto nada de lo que ella pudiera decirle, sólo el fuego. Tomó la caja de cerillas y encendió si cigarrillo mientras intentaba que el humo le abriera las ideas, pero sólo las nublaba -Maldito hijo de puta, pero me las vas a pagar- ella no sabía como pero de alguna forma haría que el maldito chupasangre pagara lo que le había hecho.

-Todos los días son agradables si les ves el modo- contestó de manera seca devolviendo la caja que le habían prestado y se puso de pie, no le gustaba mirar a nadie hacia arriba así que se había puesto a su altura, parecía una chica que iba de un lado para otro, eso era lo que hacía Devany de alguna forma, si se iba de París seguro en otro sitio intentaría ser una mujer de alta sociedad en donde nadie supiera que antes calentaba las camas de los hombres que no encontraban algo bueno en su hogar, podía dar giros a su vida como quisiera, no había quien la atara.

-Devany- no decía su apellido, no por ella, pero no sabía en que demonios podría estar metido su hermano y no es que quisiera dejarlo solo pero era más fácil que ella se escabullera para poder ayudarlo que hacer que ambos cayeran al mismo hoyo, aunque no sabía si él sería capaz de hacer algo por ella. Suspiró largamente mientras su cabeza divagaba y después recordó el gesto de la joven, quizá era el mismo que traía ella, a pesar de su carácter y de sus creencias, preguntó -¿Le sucede algo? Se nota un poco distraída- vaya que ella estaba hablar de distraídas cuando seguro que no daría diez pasos sin tambalearse, pero bueno, era de más ayuda, si estaba ebria a las horas no recordaría absolutamente nada y si lo que la chica delante de ella lo que guardaba era un secreto entonces Devany no tenía forma de reberlarlo.

por **Amalia De Leon** Sáb Mar 02, 2013 5:27 pm

Asintió al comentario que hiciera la joven, sobre lo agradable que podían ser los días si se les veía el lado positivo, si se ponía el empeño de seguir adelante, - es verdad – pensó – solo que hoy no tengo ganas de ver la vida color de rosa – se dijo a sí misma.

La joven no le tomó la mano y Emilia algo ruborizada bajó la suya estrujando con su mano la tela del vestido. Sonrió de costado, un poco cohibida, pero se le iluminaron los ojos cuando escuchó que le decía su nombre – qué bello es su nombre - le dijo expandiendo su sonrisa como una flor al abrir sus pétalos.

A la pregunta de si le pasaba algo, ella simplemente encogió los hombros y se ruborizó,- no pasa nada, supongo que algo desganada, pero nada que un buen desayuno no pueda modificar – volvió a sonreírle mientras terminaba la frase. Se quedó observándola, levantando la vista ya que la joven era un poco más alta que ella. Contempló el color de la piel de la mujer, se encontraba demasiado pálida, una pequeña sombra se dibujaba casi imperceptible bajo los ojos marcando ojeras, como si no hubiera dormido o estuviera enferma – gracias por preguntar – le dijo mientras guardaba las cerillas en su bolso.

No sabía cómo encararla, y decirle que se la veía fatal, ya que era una total desconocida y no tenía idea como podría reaccionar. Tomo aire mientras buscaba fuerzas para preguntas, - disculpe, pero se la ve muy débil, ¿ha desayunado? - dijo con timidez, - a mí me pasa que cuando no desayuno bien me encuentro como mareada – sonrió nerviosa, - ¿le parece que la acompañe a que se siente en aquel café? – La miró dubitativa – tampoco he desayunado y no tengo muchas ganas de llegar al trabajo con el estómago vacío – dijo riendo, era verdad, no había comido nada desde la tarde anterior y si no arreglaba ese asunto de seguro caería redonda el primer día de trabajo, - lo único que me faltaría, que pensaran que estoy apestada – se dijo.

Se quedó parada esperando una respuesta de Devany, podían pasar dos cosas o la mandaba al demonio y entonces continuaría su camino, algo triste pero no más de lo que la dolorosa soledad le regalaba cada día, o podría pasar un rato en buena compañía, esperó con todas sus fuerzas que la respuesta fuera la segunda opción.

por **Devany Vixen** Lun Mar 18, 2013 11:14 am

Eso de hablar con las personas y comenzar pláticas no era lo que Devany hiciera con mayor destreza, tampoco era buena para escuchar, excepto cuando le pagaban, creía en el Burdel era lo que realmente le costaba trabajo hacer, escuchar, pues eso de atormentarse con vidas ajenas le parecía una pérdida de tiempo de manera absoluta así que siempre intentaba huir de todo aquello que requiriera de su buena voluntad, Ivan le había dicho que ella era mala por naturaleza, aunque la parte más buena de los dos, algo que no lograba captar del todo pero que tampoco importaba, recordar las palabras de él sólo hacía que ella recordara que ya no estaba a su lado y que quizá esta vez no volviera. Respiró profundo no caería en el maldito juego del desahogo pues nunca lo había intentado, al irse una parte de ella como lo era Ivan debía ser mucho más fuerte, el doble de fuerte que cuando estaba bajo su protección.

-Sí, estoy desvelada de la noche anterior, demasiado trabajo y apenas iba para casa para ver si dormía un poco- medias verdades hacen medias mentiras, aunque realmente si la castaña osaba preguntar en que trabajaba, Devany no se ocultaría y diría sin más que era una cortesana y sobre todo que era una de esas por gusto, no tenía nada que ocultar y nunca se fijaba en lo que los demás pudieran pensar de ella pues ninguno de ellos la mantenía, ni tampoco sabía como había sido su vida como para que pudieran llegar a criticarla, seguro que muchos eran peor que ella pero sabían como ocultarse o eran doble cara, en eso la rubia tenía un punto en ventaja, no se avergonzaba de ella como los demás.

-Si gusta podemos desayunar por un par de horas más sin dormir seguro que no terminaré peor- comentó sonriendo de lado mientras daba otra calada a su cigarrillo volteando de un lado a otro para poder comenzar a buscar un sitio donde pudieran comer algo, expulsó el humo lentamente intentando que no le cayera en la cara a la chica -¿Qué le parece ese restaurante o café? No sé que sea bien pero parece que tiene mucha gente- comentó encogiendo los hombros al señalar un pequeño restaurante.

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