Un nuevo comienzo... París, un nuevo objetivo

por **Adrien Aldecross** Dom Feb 22, 2015 6:52 pm

"Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales" Miguel Delibes

La lluvia parecía haber sido la más inclemente ante la llegada del rubio a la ciudad. No había visto el firmamento desde su arribo a París. Sus cabellos destilaban la fría agua, que jugaba a descolgarse entre sus finos rizos ya poco definidos bajo el peso de aquel líquido transparente.

Los pasos firmes del vampiro se recordaban entre las paredes que se elevaban por los rústicos colores del ladrillo envejecido por la suciedad y la negrura de la noche; tenues luces que querían entregar su vida a la lluvia, suspiraban entre faroles de vidrio con arabescos de acero o algún metal muy barato, tal vez forjados a mano y pintados por el tiempo bajo aquel color rojizo del óxido.

Los olores se confundían y alrededor no sentía la presencia de alguno de los de su raza, lo cual, le parecería extraño...

-"No vaya señor...."- pediría su ama de llaves que guardaba su casa en Londres. -"Dicen que han habido casos de asesinato que ni la misma policía ha podido resolver"-

Aquel recuerdo se disiparía al sentir pisadas que denotaban su afán por el chisporrotear del agua de los charcos ya formados. Arquearía una ceja al observar una minúscula sombra acercarse; la misma que se asomaría después, justo detrás de una pequeña niña de ojos azules, los cuales tendría abiertos como platos. Las lágrimas se asomarían como llaves abiertas y la pequeña correría dando traspiés hacia el vampiro. Una vez cerca a él, se aferraría a sus piernas como si el suelo adoquinado estuviese a punto de romperse y caer al vacío.

-Ayúdeme- Decía en un francés impecable.

El rubio agudizaría su oído sin entonces lograr escuchar algún sonido que denotara la persecución de la que suponía hablaba la pequeña. Frunció el ceño y apartó a la pequeña de su agarre, al verse mucho más alto que ella, se arrodilló en el suelo y los ojos de la pequeña se encontraron con los grises del vampiro.

-¿Ayudarte de quién?- le preguntaría con voz cándida en el mismo idioma que la pequeña hablaba.

Entre gritos fragmentados, llanto y voces distorsionadas que solo escucharía el vampiro, la niña dejaría ver el rubí de sus ojos trastornados y aquellos colmillos dispuestos a perforar la piel de cualquier ser vivo que se topase.

-Neófito...- Pensaría el vampiro, sus ojos vieron desaparecer a la pequeña, y en un par de segundos estaría frente a él; esquivaría el ataque de la pequeña y un leve corte en la mejilla del vampiro sanaría con la misma rapidez que lo habrían hecho.

-Tsk... kisama...- Diría entre dientes el vampiro con un deje de irreverencia e ira entremezclados. La pequeña en un corto movimiento volvería al ataque, siempre buscando aferrarse al cuello del hombre al que había tomado como su presa, sin notar que era uno de los suyos. Así pues, en un torpe movimiento, la pequeña sería tomada del cuello por el vampiro, el cual ahora mostraba sus ojos rojos y sus colmillos eran desplegados de entre sus encías. Un siseo igual al de una serpiente emitiría la pequeña al verse atrapada, mientras convulsionaba bruscamente bajo el fuerte agarre del hombre. Las lágrimas se asomarían por entre los ojos de la pequeña, cuyos ojos se mostraban azules de nuevo, el rubio arquearía de nuevo una ceja y apretaría con fuerza su cuello mientras ella, se ahogaba entre sollozos y temblaba casi moribunda en la asfixia a la que era sometida.

Los gritos de la pequeña no se harían esperar, lo cual haría que varias ventanas se iluminaran tenues con las velas encendidas por los que en ese momento dormitaban bajo la suave melodía de la lluvia.

-Vampiro!!!- Gritaba un hombre desde una ventana y como si hubiesen estado preparados acechando en la sombra, pasos se escucharían corriendo en dirección al vampiro y la niña.

-Vaya bienvenida...- Diría el rubio quien soltaría de golpe a la niña, la misma que huiría por entre un callejón donde él no cabría debido a su altura.

Era huir, pelear o morir...

-Humanos.... siempre desean muertes estúpidas- Diría para sí el vampiro.