AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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More Than a Memory {Privado}
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More Than a Memory {Privado}
Pasear, sentir, asimilar y disfrutar; el cambio y la nueva "vida", observar el mundo con nuevos ojos, lograr descubrir todos los sutiles detalles, que antes se ocultaban de ella, de su limitada visión que le jugaba en contra, por cualquier ámbito que se mire...
Leonor decidió comenzar a experimentar las nuevas emociones, y que mejor que hacerlo en un sitio donde nadie la molestara, ni pudieran criticarla por parecer una demente por sus acciones...y que mejor lugar para eso que en las afueras.
Corrió por todo el lugar, sentía como si su cuerpo se elevara del suelo, prácticamente sentía que volaba, mientras que la brisa le golpeaba fugazmente el rostro, la sensación le parecía totalmente placentera, la hacia sentir extrañamente llena de vida, realmente irónico...
Sentía que podía disfrutarlo aún mucho mas, pero no deseaba dejarse llevar, ni mucho menos dominar por sus impulsos, sus instintos, pues si esto sucedía también le daría paso a la sed, y no quería volverse un monstruo dejando que aquellos deseos de sangre dominaran su cuerpo.
Disipo de su mente todos esos obscuros pensamientos y se concentro en su alrededor, cuando de pronto escucho temblorosos pasos que iban directo hasta ella, claramente decidió tomar las precauciones necesarias, en caso de que se descontrolara y salto rápidamente ubicándose sobre un alto muro, con sus piernas colgando mientras observaba como la silueta cobraba forma...- Una mujer - , pensó de inmediato, pero cuando sus ahora desarrollados ojos lograron reconocerla, una mueca de sorpresa apareció en su rostro - Gia... - le nombro casi en un susurro.
Se mantuvo ahí, inmóvil... quería esperar a ver que tenia en mente - ¿Que hace? - se pregunto cuando logro darse cuenta de lo demacrada que lucia, de pronto lo comprendió, estaba huyendo, y aunque aun no estaba segura de la reacción que tendría al verla a ella... así...tan cambiada, tan ... pálida, pero eso poco le importaba ahora, negó con su cabeza rápidamente y salto del muro, ubicándose frente a ella, mirándola seriamente - ¿A donde vas? - pregunto mirándola de pies a cabeza, notando con mas certeza como su piel dejaba entrever diferente heridas y demases, no iba a permitirle iré a ninguna parte así... tendría que pasar por sobre ella antes.
Leonor decidió comenzar a experimentar las nuevas emociones, y que mejor que hacerlo en un sitio donde nadie la molestara, ni pudieran criticarla por parecer una demente por sus acciones...y que mejor lugar para eso que en las afueras.
Corrió por todo el lugar, sentía como si su cuerpo se elevara del suelo, prácticamente sentía que volaba, mientras que la brisa le golpeaba fugazmente el rostro, la sensación le parecía totalmente placentera, la hacia sentir extrañamente llena de vida, realmente irónico...
Sentía que podía disfrutarlo aún mucho mas, pero no deseaba dejarse llevar, ni mucho menos dominar por sus impulsos, sus instintos, pues si esto sucedía también le daría paso a la sed, y no quería volverse un monstruo dejando que aquellos deseos de sangre dominaran su cuerpo.
Disipo de su mente todos esos obscuros pensamientos y se concentro en su alrededor, cuando de pronto escucho temblorosos pasos que iban directo hasta ella, claramente decidió tomar las precauciones necesarias, en caso de que se descontrolara y salto rápidamente ubicándose sobre un alto muro, con sus piernas colgando mientras observaba como la silueta cobraba forma...- Una mujer - , pensó de inmediato, pero cuando sus ahora desarrollados ojos lograron reconocerla, una mueca de sorpresa apareció en su rostro - Gia... - le nombro casi en un susurro.
Se mantuvo ahí, inmóvil... quería esperar a ver que tenia en mente - ¿Que hace? - se pregunto cuando logro darse cuenta de lo demacrada que lucia, de pronto lo comprendió, estaba huyendo, y aunque aun no estaba segura de la reacción que tendría al verla a ella... así...tan cambiada, tan ... pálida, pero eso poco le importaba ahora, negó con su cabeza rápidamente y salto del muro, ubicándose frente a ella, mirándola seriamente - ¿A donde vas? - pregunto mirándola de pies a cabeza, notando con mas certeza como su piel dejaba entrever diferente heridas y demases, no iba a permitirle iré a ninguna parte así... tendría que pasar por sobre ella antes.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
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Re: More Than a Memory {Privado}
La respuesta había sido dicha, la decisión fue tomada y el arrepentimiento se esfumó igual que su cordura. Los intentos de reconvencerla, de hacerle recapacitar fueron tan inútiles como distinguir un grano de arena en la playa. Las palabras se paseaban por sus oídos como las gaviotas por el cielo, ignorándolas como si nunca se hubiesen pronunciado. Le enrostraban que su actuar era una locura, e inconscientemente sabía que así lo era, pero la reflexión impulsiva pudo más…al igual que la impulsividad de sus movimientos de autodefensa que enviaron a todos quienes quisieron frenarla contra la pared y el piso, haciendo temblar la estancia de caridad junto con el primer y último grito que emitió antes de partir del lugar con el rostro lleno de lágrimas. No, no podía seguir viviendo ahí. No después de lo que había sucedido.
La capucha cubría perfectamente su rostro al caminar – o más bien deambular- camino a ninguna parte; pero aunque anduviera a rostro descubierto nadie pararía para atender a una pobretona que seguía cortándose los brazos en silencio bajo la tela con un pedazo pequeño de vidrio medio gastado. La sangre goteaba cual camino de hilo usado por Teseo para volver del laberinto, pero Gianella no era una guerrera que tuviera intenciones de volver. Su mejor destino era que el Minotauro le destrozara por completo, y que nadie lo supiera. Les había amenazado con matarles si le seguía, y con esa inestabilidad mental era perfectamente capaz de hacerlo. La bestia aprovecharía cualquier oportunidad para tomar cuerpo y mente, ambos destrozados por los horrores del azar.
Las muertes sorpresivas siempre son las que más duelen, y más aún cuando es una persona en extremo cercana, o una persona a la que se le tiene gran aprecio. Vienen las crisis, los cuestionamientos y las reacciones guiadas por el fervor negativo del momento. En esa última fase precisamente se encontraba Gianella, cuyos pies parecían tener más cabeza que su propia cabeza, llevándole a una zona que le daba la bienvenida al campo abierto, y a la postre a la vagancia y a la desaparición totales. Le faltaba tan poco para escapar, para cumplir con lo que su mente retorcida anhelaba pero una silueta se posó frente a ella, mirándole fulminante. La loba se detuvo por ello lo suficiente para notar que tenía una figura impidiendo su camino y siguió avanzando, pasando por su costado con un caminar que parecía doloroso aunque no tuviera herida alguna.- … - Ni siquiera se molestó en abrir la boca. Pasó de ella percibiendo cómo las marcas se regeneraban. Ya le tocaba otra ronda con el vidrio…
La capucha cubría perfectamente su rostro al caminar – o más bien deambular- camino a ninguna parte; pero aunque anduviera a rostro descubierto nadie pararía para atender a una pobretona que seguía cortándose los brazos en silencio bajo la tela con un pedazo pequeño de vidrio medio gastado. La sangre goteaba cual camino de hilo usado por Teseo para volver del laberinto, pero Gianella no era una guerrera que tuviera intenciones de volver. Su mejor destino era que el Minotauro le destrozara por completo, y que nadie lo supiera. Les había amenazado con matarles si le seguía, y con esa inestabilidad mental era perfectamente capaz de hacerlo. La bestia aprovecharía cualquier oportunidad para tomar cuerpo y mente, ambos destrozados por los horrores del azar.
Las muertes sorpresivas siempre son las que más duelen, y más aún cuando es una persona en extremo cercana, o una persona a la que se le tiene gran aprecio. Vienen las crisis, los cuestionamientos y las reacciones guiadas por el fervor negativo del momento. En esa última fase precisamente se encontraba Gianella, cuyos pies parecían tener más cabeza que su propia cabeza, llevándole a una zona que le daba la bienvenida al campo abierto, y a la postre a la vagancia y a la desaparición totales. Le faltaba tan poco para escapar, para cumplir con lo que su mente retorcida anhelaba pero una silueta se posó frente a ella, mirándole fulminante. La loba se detuvo por ello lo suficiente para notar que tenía una figura impidiendo su camino y siguió avanzando, pasando por su costado con un caminar que parecía doloroso aunque no tuviera herida alguna.- … - Ni siquiera se molestó en abrir la boca. Pasó de ella percibiendo cómo las marcas se regeneraban. Ya le tocaba otra ronda con el vidrio…
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
Leonor no entendía nada de lo que ocurría, partiendo por el echo de que ni siquiera se inmuto en continuar lastimándose frente a ella, con la mirada totalmente perdida, quien sabe que obscuros pensamientos rondaban su mente en ese momento, y no deseaba entrometerse en sus recuerdos, si no, que ella tuviera la confianza de contarle, que las palabras salieran de su propia boca.
La detuvo tomándola firmemente de su antebrazo, sin controlar su fuerza, arrebatándole rápidamente el vidrio mientras lo desintegraba en su palma, convirtiéndolo en polvo – Te hice una pregunta Gianella... – le dijo de manera firme, observandola mientras ella aún se veía desorientada, realmente no sabia si estaba siendo conciente de lo que ocurría a su alrededor - ¿Que ha ocurrido? – comenzaba a preguntarle un tanto mas preocupada, ella conocía a la Lycan, y jamás la había visto así, y estaba segura que esta al ser su primera vez, debía tratarse de algo realmente malo…
La sentía demasiado inestable por lo que se mantuvo alerta en caso de que sus piernas le fallaran, aunque no se atrevió a abrazarle aún, solo se mantuvo ahí, en silencio aguardando su respuesta, o su reacción, lo que viniera primero, la situación realmente la estaba aponiendo nerviosa, y su condición no ayudaba en nada, al contrario la hacia sentir mas ansiedad al respecto.
Observo como sus heridas se cerraban, algunas mas profundas que otras, pero sabia que ella podría reponerse, si dejaba de lastimarse claro – Gia… por favor, háblame – le pidió casi susurrándolo, estaba preocupada… muy preocupada por su protectora, que ahora veía como se derrumbaba frente a sus ojos…
La detuvo tomándola firmemente de su antebrazo, sin controlar su fuerza, arrebatándole rápidamente el vidrio mientras lo desintegraba en su palma, convirtiéndolo en polvo – Te hice una pregunta Gianella... – le dijo de manera firme, observandola mientras ella aún se veía desorientada, realmente no sabia si estaba siendo conciente de lo que ocurría a su alrededor - ¿Que ha ocurrido? – comenzaba a preguntarle un tanto mas preocupada, ella conocía a la Lycan, y jamás la había visto así, y estaba segura que esta al ser su primera vez, debía tratarse de algo realmente malo…
La sentía demasiado inestable por lo que se mantuvo alerta en caso de que sus piernas le fallaran, aunque no se atrevió a abrazarle aún, solo se mantuvo ahí, en silencio aguardando su respuesta, o su reacción, lo que viniera primero, la situación realmente la estaba aponiendo nerviosa, y su condición no ayudaba en nada, al contrario la hacia sentir mas ansiedad al respecto.
Observo como sus heridas se cerraban, algunas mas profundas que otras, pero sabia que ella podría reponerse, si dejaba de lastimarse claro – Gia… por favor, háblame – le pidió casi susurrándolo, estaba preocupada… muy preocupada por su protectora, que ahora veía como se derrumbaba frente a sus ojos…
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
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Re: More Than a Memory {Privado}
Aquel cuerpo se detuvo por la mera inercia de la mano que le sostenía, aunque se desestabilizó levemente por la fuerza utilizada por la persona que buscaba respuestas tratando de no caer en la desesperación por verle así de mal. Ahora era suave, manejable como una masa pronta a ser moldeada para hacer pan o pasteles, los que no hubieran venido mal para traer de vuelta la felicidad con un poco de azúcar. Pero a Gianella nada le traería ese sentimiento de vuelta aquella noche. Ni en la siguiente, ni en la próxima. Quizás nunca.
No tuvo ni siquiera el reflejo de defenderse de la sutil arremetida ajena que acabó con aquel vidrio destrozado en trozos más finos que la arena; podían robarle algo más que la ropa y ella se movería simplemente como una hoja al viento, cayendo como un saco de papas sin reacción. La Loba Milanesa no estaba allí, no existía allí. Ya no era nadie, su identidad había desaparecido súbitamente como la persona que la tenía así, siendo incapaz de usar sus sentidos para darse cuenta de quién estaba en frente suyo. - … - Miró a la mujer cual cavernícola que ve a un conquistador y trató –al menos- de hacer algo, hasta que la mezcla de aromas que tenía su coincidente acompañante le hicieron pronunciar palabra, aunque éstas fueran más que balbuceos y susurros que había que coger con pinzas para distinguirlos de la brisa del viento – Leonor…- ¡Por qué tenía que ser ella! ¡De todas las personas que tenía que encontrarse tenía que ser ella!
Negó con la cabeza y se soltó de su agarre moviendo el brazo hacia el lado para retomar el camino que no tenía final feliz para ella. Nunca podía tener un final feliz…o quizás nunca debía tenerlo – Déjame sola…- Murmuró y los pasos reiniciaron su andar tortuoso, inclinándose su cabeza para que no mirase nada más que el suelo, como si fuera la reencarnación de Jesucristo y estuviera cargando su cruz en la espalda. No, eso no era nada comparado con la carga que la mujer de ojos azules y corazón inexistente tenía. Una simple cruz no podía compararse con la Luna Llena y sus órdenes.
No tuvo ni siquiera el reflejo de defenderse de la sutil arremetida ajena que acabó con aquel vidrio destrozado en trozos más finos que la arena; podían robarle algo más que la ropa y ella se movería simplemente como una hoja al viento, cayendo como un saco de papas sin reacción. La Loba Milanesa no estaba allí, no existía allí. Ya no era nadie, su identidad había desaparecido súbitamente como la persona que la tenía así, siendo incapaz de usar sus sentidos para darse cuenta de quién estaba en frente suyo. - … - Miró a la mujer cual cavernícola que ve a un conquistador y trató –al menos- de hacer algo, hasta que la mezcla de aromas que tenía su coincidente acompañante le hicieron pronunciar palabra, aunque éstas fueran más que balbuceos y susurros que había que coger con pinzas para distinguirlos de la brisa del viento – Leonor…- ¡Por qué tenía que ser ella! ¡De todas las personas que tenía que encontrarse tenía que ser ella!
Negó con la cabeza y se soltó de su agarre moviendo el brazo hacia el lado para retomar el camino que no tenía final feliz para ella. Nunca podía tener un final feliz…o quizás nunca debía tenerlo – Déjame sola…- Murmuró y los pasos reiniciaron su andar tortuoso, inclinándose su cabeza para que no mirase nada más que el suelo, como si fuera la reencarnación de Jesucristo y estuviera cargando su cruz en la espalda. No, eso no era nada comparado con la carga que la mujer de ojos azules y corazón inexistente tenía. Una simple cruz no podía compararse con la Luna Llena y sus órdenes.
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
El que la reconociera, le alegro en parte, y solo por unos pobres segundos, al ver que ella comenzaba a soltarse de su agarre, para continuar con su camino, el cual la alejaría de París quien sabe por cuanto tiempo, sin estar segura si quiera de que iba a regresar, realmente Leonor ya no estaba segura de cómo actuar con ella, la veía, y simplemente era ella, quien no reconocía a quien tenia en frente, un cuerpo caminando por la inercia de sus negro pensamientos, pero no quedaba nada en el de Gianella, y la chica no paraba de preguntarse que había ocurrido, ni si quiera el ver dentro de su mente le ayudaba, ya que solo divisaba imágenes borrosas, y alteradas por la loba…
Se sentía inútil al no saber que hacer, y poco a poco comenzaba a perder la paciencia, aunque luchaba contra si misma, para no hacer nada entupido he impulsivo… demasiado tarde, el ver que ella no mostraba indicios de querer su ayuda, y encima pedía que la dejara la descontrolo por un momento – Como crees que haría algo así! – le dijo levantando su voz, mientras la tomaba nuevamente por los hombros, intentando que reaccionara – Si, soy yo Leonor, por favor… dime que te ocurre! – le pidió mientras la arrastraba hasta un muro, dejando su espalda pegada a este, inmovilizándola, aunque sin dudas este movimiento había sido un error... podía sentir el calor que emanaba de ella, y su cuerpo el cual se mantenía ensangrentado a causa de sus heridas propinadas anteriormente, era una invitacion a lastimarla…
No fue capaz de soltarle, y lentamente se acerco a su cuello, rozando lentamente su nariz contra el, sintiendo como sus ojos cambiaban y su garganta le ardía a causa de la sed que le provocaba aquello, comenzó a maldecirse por dentro, se suponía que ella estaba ahí para ayudarla… - Déjala... suéltala... – se repetía en su mente una y otra vez, hasta que finalmente logro controlarse nuevamente y se alejo, retirando sus manos de ella, pero manteniéndola prácticamente acorralada contra el muro, no tenia a donde ir, y si quería continuar huyendo debía pasar por sobre su ahora frío cuerpo, el cual preparo para recibir lo que viniera de parte de ella.
Se sentía inútil al no saber que hacer, y poco a poco comenzaba a perder la paciencia, aunque luchaba contra si misma, para no hacer nada entupido he impulsivo… demasiado tarde, el ver que ella no mostraba indicios de querer su ayuda, y encima pedía que la dejara la descontrolo por un momento – Como crees que haría algo así! – le dijo levantando su voz, mientras la tomaba nuevamente por los hombros, intentando que reaccionara – Si, soy yo Leonor, por favor… dime que te ocurre! – le pidió mientras la arrastraba hasta un muro, dejando su espalda pegada a este, inmovilizándola, aunque sin dudas este movimiento había sido un error... podía sentir el calor que emanaba de ella, y su cuerpo el cual se mantenía ensangrentado a causa de sus heridas propinadas anteriormente, era una invitacion a lastimarla…
No fue capaz de soltarle, y lentamente se acerco a su cuello, rozando lentamente su nariz contra el, sintiendo como sus ojos cambiaban y su garganta le ardía a causa de la sed que le provocaba aquello, comenzó a maldecirse por dentro, se suponía que ella estaba ahí para ayudarla… - Déjala... suéltala... – se repetía en su mente una y otra vez, hasta que finalmente logro controlarse nuevamente y se alejo, retirando sus manos de ella, pero manteniéndola prácticamente acorralada contra el muro, no tenia a donde ir, y si quería continuar huyendo debía pasar por sobre su ahora frío cuerpo, el cual preparo para recibir lo que viniera de parte de ella.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
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Re: More Than a Memory {Privado}
Y de la misma forma en que a un corredor se le presentan obstáculos, a Gianella se le repetía el mismo; ese maldito último obstáculo a su liberación, a su completa libertad y a su vez desaparición. ¿Por qué se esmeraban tanto en querer ayudarla estando acompañada cuando lo único que deseaba era estar en la soledad más absoluta? ¿Por qué no la dejaban aullar en paz para que las estrellas le cantaran canciones y así tener un intento de consuelo para su corazón más que nunca desgraciado? Su mente distorsionada y a la vez desamparada no podía entenderlo en aquel instante, y quizás después lo haría cuando estuviera aunque fuera un poco más cuerda, pero el hecho de que le negasen lo que más desease en una situación límite como esa comenzaba a pasar la cuenta en los instintos de la Loba. Y eso solamente significaba una cosa: peligro inminente.
Sus pasos no pudieron ir más hacia adelante, sino que retrocedieron hasta que la espalda encorvada por la melancolía se apoyó en un frío muro que parecía caído del cielo por el oportunismo. No podía ejercer su –patética- fuerza para desafiar la ajena, y eso le causaba una impotencia cada vez más difícil de contener. Y las insistencias de la mujer con olor a muerta que había reconocido de milagro no ayudaban en nada. De hecho, empeoraban más aún el carácter ya inestable que la italiana tenía en ese momento.
¡Y qué decir de lo siguiente! Su instinto quiso tomar protagonismo para evitar lo que parecía inminente a causa del aroma a sangre causado por las heridas que se seguían cerrando, pero afortunadamente la “atacante” se reprimió a tiempo. En otras circunstancias Gianella le hubiera felicitado por el autocontrol o incluso le hubiera ofrecido unos segundos de alimento, pero ahora por desgracia no existía nada. La humanidad de la licántropo se estaba esfumando como una vela que lentamente se consumía, y parecía que el fuego tenía poco material para quemar a juzgar por los dientes –y colmillos- juntos de la pelinegra.
- ¡¡SUÉLTAME!! – Rugió sacando las fuerzas que brindaba la desesperación para empujar a la neófita con gran potencia, sin importarle demasiado cuántos metros había sido arrastrada. La cabeza gacha y el cuerpo encorvado se repitieron, aunque con sus manos casi a la altura de las rodillas - ¡¡Déjame en paz!! ¡¡Quiero estar sola!! – Le gritó más al ambiente que a la vampira, sintiendo de nuevo esa frustración, esa horrenda y temible frustración que era capaz de destruir a cualquier persona si las circunstancias se daban. Y a Gianella ya la estaba destruyendo, a juzgar por el sollozo que se empezó a ver y a escuchar en su rostro.
Sus pasos no pudieron ir más hacia adelante, sino que retrocedieron hasta que la espalda encorvada por la melancolía se apoyó en un frío muro que parecía caído del cielo por el oportunismo. No podía ejercer su –patética- fuerza para desafiar la ajena, y eso le causaba una impotencia cada vez más difícil de contener. Y las insistencias de la mujer con olor a muerta que había reconocido de milagro no ayudaban en nada. De hecho, empeoraban más aún el carácter ya inestable que la italiana tenía en ese momento.
¡Y qué decir de lo siguiente! Su instinto quiso tomar protagonismo para evitar lo que parecía inminente a causa del aroma a sangre causado por las heridas que se seguían cerrando, pero afortunadamente la “atacante” se reprimió a tiempo. En otras circunstancias Gianella le hubiera felicitado por el autocontrol o incluso le hubiera ofrecido unos segundos de alimento, pero ahora por desgracia no existía nada. La humanidad de la licántropo se estaba esfumando como una vela que lentamente se consumía, y parecía que el fuego tenía poco material para quemar a juzgar por los dientes –y colmillos- juntos de la pelinegra.
- ¡¡SUÉLTAME!! – Rugió sacando las fuerzas que brindaba la desesperación para empujar a la neófita con gran potencia, sin importarle demasiado cuántos metros había sido arrastrada. La cabeza gacha y el cuerpo encorvado se repitieron, aunque con sus manos casi a la altura de las rodillas - ¡¡Déjame en paz!! ¡¡Quiero estar sola!! – Le gritó más al ambiente que a la vampira, sintiendo de nuevo esa frustración, esa horrenda y temible frustración que era capaz de destruir a cualquier persona si las circunstancias se daban. Y a Gianella ya la estaba destruyendo, a juzgar por el sollozo que se empezó a ver y a escuchar en su rostro.
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
La confusión del no saber que hacer... no saber que pasa, le causa cada vez mas frustración, deseaba preguntárselo, decirle en su cara que esa no era la Gianella que ella conocía, realmente se sentía frente a una extraña y asustada niña, y su mente comenzó a divagar intentado pensar en algo, lo que sea que en ese momento pudiera ayudarla a hacerle reaccionar, o hablar de lo que había ocurrido..
De pronto sintió como la Lycan sacaba fuerzas de la rabia que sentía en ese momento, empujándola escasos metros, logrando inestabilizarla solo lo mínimo, Leonor decidió mantenerse ahí unos segundos, quizás no era prudente volver a tener tanta cercanía con ella, ya que aquello significaba un peligro, para ambas.
Solo se limito a hablarle mientras lograba distinguir sus suaves sollozos ocultos tras su cabeza agacha - Gia... lo siento, pero no me iré, no así... - le afirmo de manera tajante, intentando armonizar su voz para calmarla también a ella.
Realmente sentía que Gianella no la conocía lo suficiente, y si lo hacia debía saber que no iba a dejarla en paz, ella había sido la que la había acompañado en momentos duros para la vampiresa, he independiente si su condición ahora era diferente y prácticamente no necesitara su protección, nunca le pediría que se alejara de su lado, y mas que por sentirse en deuda, era por el cariño inminente que sentía por la mujer que tenia frente a ella - Tranquila... - le susurro observándola atentamente esperando que ella levantara su rostro, solo así podría aplicar sus dones, los cuales no iba a sobre-usarlos, solamente era para relajar su postura intentando que no tomara una posición a la defensiva, y le permitiera acercarse - Gia mírame... - continuo hablándole esta vez mas como una orden, se odiaba por tener que hacerlo, pero no veía otro camino, y tomando en cuenta el estado en que se encontraba la loba, de seguro esto no seria demasiado complicado.
Su paciencia duro hasta ahí, y lentamente comenzó a caminar hacia ella, la notaba agitada, daba la impresión que en cualquier momento caería desvanecida al suelo, por lo que se mantuvo atenta para sostenerla en que caso de que fuera necesario - Yo estoy contigo...- le dijo soltando un suspiro un tanto melancólico, ver todo esto realmente la perturbaba, y las ganas de tomarla y llevársela de ahí cada vez tomaban fuerza dentro de su cabeza, pero no, sabia que esa no seria la solución... solo ella, su protectora podría decir que deseaba en ese momento, y Leonor buscaría la forma de conseguirlo, lo único en lo que simplemente no le daría en el gusto, era en abandonarla ahí.
De pronto sintió como la Lycan sacaba fuerzas de la rabia que sentía en ese momento, empujándola escasos metros, logrando inestabilizarla solo lo mínimo, Leonor decidió mantenerse ahí unos segundos, quizás no era prudente volver a tener tanta cercanía con ella, ya que aquello significaba un peligro, para ambas.
Solo se limito a hablarle mientras lograba distinguir sus suaves sollozos ocultos tras su cabeza agacha - Gia... lo siento, pero no me iré, no así... - le afirmo de manera tajante, intentando armonizar su voz para calmarla también a ella.
Realmente sentía que Gianella no la conocía lo suficiente, y si lo hacia debía saber que no iba a dejarla en paz, ella había sido la que la había acompañado en momentos duros para la vampiresa, he independiente si su condición ahora era diferente y prácticamente no necesitara su protección, nunca le pediría que se alejara de su lado, y mas que por sentirse en deuda, era por el cariño inminente que sentía por la mujer que tenia frente a ella - Tranquila... - le susurro observándola atentamente esperando que ella levantara su rostro, solo así podría aplicar sus dones, los cuales no iba a sobre-usarlos, solamente era para relajar su postura intentando que no tomara una posición a la defensiva, y le permitiera acercarse - Gia mírame... - continuo hablándole esta vez mas como una orden, se odiaba por tener que hacerlo, pero no veía otro camino, y tomando en cuenta el estado en que se encontraba la loba, de seguro esto no seria demasiado complicado.
Su paciencia duro hasta ahí, y lentamente comenzó a caminar hacia ella, la notaba agitada, daba la impresión que en cualquier momento caería desvanecida al suelo, por lo que se mantuvo atenta para sostenerla en que caso de que fuera necesario - Yo estoy contigo...- le dijo soltando un suspiro un tanto melancólico, ver todo esto realmente la perturbaba, y las ganas de tomarla y llevársela de ahí cada vez tomaban fuerza dentro de su cabeza, pero no, sabia que esa no seria la solución... solo ella, su protectora podría decir que deseaba en ese momento, y Leonor buscaría la forma de conseguirlo, lo único en lo que simplemente no le daría en el gusto, era en abandonarla ahí.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
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Re: More Than a Memory {Privado}
La rabia, la impotencia y el dolor que luchaban por salir de su cuerpo como una muchedumbre en un incendio hacían de la licántropa un triste espectáculo andante, o que más bien apenas podía mantenerse de pie por el tremendo desgaste que había tenido en las horas anteriores a esa que transcurría lentamente, como si contribuyera al estrés que ambas mujeres estaban viviendo en el momento aunque de distintas maneras.
Podía sentir cómo la angustia le estrangulaba garganta y pecho como quien coge una piedra antes de lanzarla, con una presión tal que el polvillo que se formaba al ser aplastada bajo la musculatura tomaba forma de lágrimas en el rostro de la italiana que tenía extraviado todo razocinio “normal”; éste estaba enterrado en lo más profundo de su ser igual que su cordura, habiéndole dado inconsciente la vía libre a sus reacciones instintivas más puras y que sin embargo no le permitían transformarse y hacer de aquella noche una con un final aún más cruento. Sus energías estaban todas puestas en aquel cuerpo deambulante que encorvado veía cómo su tristeza se descargaba a cuentagotas a pesar de que sentía ésta dentro de su cuerpo como un océano que la ahogaba por dentro.
Por eso respiraba con fuerza, manteniendo la boca abierta y enseñando sus colmillos que resultaban propensos a una doble lectura. ¿La chica destruida que inspiraba lástima por su realidad, o la mujer destruida que podía aniquilar lo que fuera si su torbellino emocional salía al exterior? O quizás...¿ambas? Leonor sabía de aquel peligro, en poco tiempo habían congeniado inesperadamente bien, y al igual que Jeanne, Émily y Léa, tenía la confianza y la convivencia suficiente para predecir sus reacciones, aunque ahora estuviera actuando de manera extremadamente cautelosa. Ni siquiera las tres mujeres anteriormente mencionadas podrían detenerle ahora: era más fácil que su rostro quedase manchado con su sangre.
Que no se va a ir….¿Por qué? ¿Cuál era el afán de intentar lo imposible? ¿Cuál era la motivación para quedarse conmigo aún con el riesgo de perder la inmortalidad bajo garras y colmillos de odio? ¿Por qué insistía? ¿Por qué seguía adelante? ¿Por qué llegar tan lejos por mí? Que me mate, yo ya no quiero más…
Percibió los pasos acercarse, y de inmediato retrocedió de manera un tanto atolondrada, pero suficiente para alzar la cabeza con algo de violencia inspirada por el deseo de rechazo y quedarse prendida a sus ojos al tiempo que la capucha que cubría su rostro se quedaba en su espalda. Intentó negar con la cabeza y retroceder entre sollozos, pero su cuerpo ya no podía moverse. Estaba tan firme como un roble pegado al piso, y su alma tan débil como una hoja al viento.
Podía sentir cómo la angustia le estrangulaba garganta y pecho como quien coge una piedra antes de lanzarla, con una presión tal que el polvillo que se formaba al ser aplastada bajo la musculatura tomaba forma de lágrimas en el rostro de la italiana que tenía extraviado todo razocinio “normal”; éste estaba enterrado en lo más profundo de su ser igual que su cordura, habiéndole dado inconsciente la vía libre a sus reacciones instintivas más puras y que sin embargo no le permitían transformarse y hacer de aquella noche una con un final aún más cruento. Sus energías estaban todas puestas en aquel cuerpo deambulante que encorvado veía cómo su tristeza se descargaba a cuentagotas a pesar de que sentía ésta dentro de su cuerpo como un océano que la ahogaba por dentro.
Por eso respiraba con fuerza, manteniendo la boca abierta y enseñando sus colmillos que resultaban propensos a una doble lectura. ¿La chica destruida que inspiraba lástima por su realidad, o la mujer destruida que podía aniquilar lo que fuera si su torbellino emocional salía al exterior? O quizás...¿ambas? Leonor sabía de aquel peligro, en poco tiempo habían congeniado inesperadamente bien, y al igual que Jeanne, Émily y Léa, tenía la confianza y la convivencia suficiente para predecir sus reacciones, aunque ahora estuviera actuando de manera extremadamente cautelosa. Ni siquiera las tres mujeres anteriormente mencionadas podrían detenerle ahora: era más fácil que su rostro quedase manchado con su sangre.
Que no se va a ir….¿Por qué? ¿Cuál era el afán de intentar lo imposible? ¿Cuál era la motivación para quedarse conmigo aún con el riesgo de perder la inmortalidad bajo garras y colmillos de odio? ¿Por qué insistía? ¿Por qué seguía adelante? ¿Por qué llegar tan lejos por mí? Que me mate, yo ya no quiero más…
Percibió los pasos acercarse, y de inmediato retrocedió de manera un tanto atolondrada, pero suficiente para alzar la cabeza con algo de violencia inspirada por el deseo de rechazo y quedarse prendida a sus ojos al tiempo que la capucha que cubría su rostro se quedaba en su espalda. Intentó negar con la cabeza y retroceder entre sollozos, pero su cuerpo ya no podía moverse. Estaba tan firme como un roble pegado al piso, y su alma tan débil como una hoja al viento.
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
La observó con tranquilidad mientras realizaba torpes movimientos hacía atrás, dudando si realmente sus poderes podrían servir sobre ella, pero para su sorpresa así fue, haciéndole inevitable llevar una mano a su propia frente, como si se le produciera un terrible dolor de cabeza, pero no era eso, eran los pensamientos de la Lycan, sus dudas, las cuales rondaban en su cabeza, y se esforzaba por comprender a toda costa, todo esto acompañado por un deseo final que molesto profundamente a Leonor - ¡Cállate!... como puedes pensar algo así, yo no acabare jamas contigo - le dijo cerrando con fuerza los ojos manteniendo su mano en la misma posición, intentando concentrarse para comprender los nublados pensamientos ajenos que le golpeaban - ... No tan rápido Gia... - le pedía en susurros sin ser capaz de mirarle ella aún - ...Sigo aquí por que no dejare que te destruyas de esta forma, ¿entiendes?... no voy a abandonarte y no me importa que mi inmortalidad corra peligro por mantenerme aquí ... contigo - le aseguró mientras se preparaba para sostener su mirada nuevamente.
Levanto la vista hacia la loba, y como era de esperarse, a pesar de su estado logro ver esa chispa de sorpresa y duda que ahora se dibujaba en su rostro, ya que ella simplemente no había articulado palabra alguna, y la neófita había estado hablando, casi pareciendo una desquiciada, pero luego habría tiempo de explicarle mejor como lo había echo, a no ser que tuviera que comenzar a hablar en ese instante - No hagas preguntas por favor, solo comprende que no estas sola, por que yo no voy a dejarte aquí - fue lo ultimo que logro decir, antes de volver a retomar la cercanía con ella, caminando de una manera sigilosa, adelantándole sus pasos con su mirada, para que se prepara para recibirle.
Cuando finalmente se vio reflejada nuevamente en los ojos de la mujer, quito su mano de su frente, llevándola al cabello ajeno, rozándolo apenas con las yemas de sus finos dedos, tenía miedo de hacer movimientos mas marcados, o alguna muestra de afecto, que podría terminar en lastimarla, ya que su fuerza aún estaba siendo controlada, se quedo ahí simplemente inmóvil esperando alguna señal, lo que fuera que le permitiera seguir, o alguna respuesta, inclusive un regaño de su parte por haber invadido su mente de esa manera.
La espera comenzaba a inquietarle, la veía demasiado quieta, tanto que probablemente terminaría asustandola, si no hacía algo pronto.
Rompió la barrera de contacto, y su palma derecha fue depositada en el rostro de ella, quedándose ahí, logro sentir el calor de su piel, y de seguro el tacto de la vampiresa debía significar algo incomodo, y no pudo evitar pensar en algunos momentos que habían vivido juntas, marcando aquellos en los que ella había sido la que la había contenido, y apoyado, el ultimo abrazo que recibió de parte de ella, antes de su conversión, ese abrazo cálido que quedaría grabado en su memoria para siempre, y con ese pensamiento en mente compartiéndolo con su protectora, continuó - Tu siempre estuviste ahí para mi... - dió un largo suspiro, sintiendo un enorme nudo en la garganta - ...Ahora es mi turno -
Levanto la vista hacia la loba, y como era de esperarse, a pesar de su estado logro ver esa chispa de sorpresa y duda que ahora se dibujaba en su rostro, ya que ella simplemente no había articulado palabra alguna, y la neófita había estado hablando, casi pareciendo una desquiciada, pero luego habría tiempo de explicarle mejor como lo había echo, a no ser que tuviera que comenzar a hablar en ese instante - No hagas preguntas por favor, solo comprende que no estas sola, por que yo no voy a dejarte aquí - fue lo ultimo que logro decir, antes de volver a retomar la cercanía con ella, caminando de una manera sigilosa, adelantándole sus pasos con su mirada, para que se prepara para recibirle.
Cuando finalmente se vio reflejada nuevamente en los ojos de la mujer, quito su mano de su frente, llevándola al cabello ajeno, rozándolo apenas con las yemas de sus finos dedos, tenía miedo de hacer movimientos mas marcados, o alguna muestra de afecto, que podría terminar en lastimarla, ya que su fuerza aún estaba siendo controlada, se quedo ahí simplemente inmóvil esperando alguna señal, lo que fuera que le permitiera seguir, o alguna respuesta, inclusive un regaño de su parte por haber invadido su mente de esa manera.
La espera comenzaba a inquietarle, la veía demasiado quieta, tanto que probablemente terminaría asustandola, si no hacía algo pronto.
Rompió la barrera de contacto, y su palma derecha fue depositada en el rostro de ella, quedándose ahí, logro sentir el calor de su piel, y de seguro el tacto de la vampiresa debía significar algo incomodo, y no pudo evitar pensar en algunos momentos que habían vivido juntas, marcando aquellos en los que ella había sido la que la había contenido, y apoyado, el ultimo abrazo que recibió de parte de ella, antes de su conversión, ese abrazo cálido que quedaría grabado en su memoria para siempre, y con ese pensamiento en mente compartiéndolo con su protectora, continuó - Tu siempre estuviste ahí para mi... - dió un largo suspiro, sintiendo un enorme nudo en la garganta - ...Ahora es mi turno -
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
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Re: More Than a Memory {Privado}
Había asumido esa decisión muy a regañadientes. Confiaba en el grupo de guardias que había reclutado para proteger la Casa de la Esperanza, pero siempre estaba esa pizca de duda, ese 1% dentro del 99 de decisión de que lo que hacía no era una buena idea. Se aseguró –y se cansó- de dar indicaciones y consejos, cual capitán de ejército, y hubiera seguido haciéndolo de no ser por una mano femenina en su hombro y un rostro blanco que le dijo que todo estaría bien. Una serie de sonrisas rodearon el momento en que los labios se juntaron brevemente en señal de despedida, y fue una última mirada de reojo la que dio paso a aquella separación que a la larga se convirtió en eterna.
No esperó a volver en carruaje o carreta, ni siquiera al caballo que le habían ofrecido y que había declinado por no tener espacio para criarlo. Cruzaba los edificios a gran velocidad como el perro que añora ver a su amo después de mucho tiempo, con una inesperada sonrisa en el rostro; una sonrisa sincera que no se veía desde hace un tiempo atrás, cuando era la cambiaformas de cabellos castaños la que le robaba sus sueños para vivirlos juntas. Sin embargo, cuando abrió la puerta principal de la residencia, aquella sonrisa se fue al suelo como si una mano la hubiera presionado hacia abajo. El ambiente era similar al de un velorio.
Las caras tristes se multiplicaban a medida que avanzaba buscando respuestas, sin encontrarlas siquiera en su habitación. Se había volteado para retomar la búsqueda, pero la senil figura de Jeanne se había dejado caer como un muro delante de la puerta. Fei, Léa y los gemelos Braun le acompañaban cual escoltas. Parecía estar todo armado para una jaula, y la metáfora no estuvo tan lejos de la realidad. La jaula no pudo contener a la bestia tras la noticia, y con hilos de sangre en su piel se marchó por una de las ventanas, comenzando el caos que tomaba forma de torbellino en su cerebro.
Las lágrimas se desbordaron por los recuerdos, esos que ni con los ojos cerrados desaparecían; y los colmillos se alzaron como reacción refleja a ese toque en su mejilla, ese que representaba el cariño y la comprensión tan negados para ella desde que aquella noche de luna llena diera inicio su maldición. – P-por qué…n-no lo en…tienden….-murmuró con los puños temblando de ira y de impotencia por precisamente no poder ser movidos a causa de la influencia de la neófita. Incluso sus venas se remarcaban con algo de vulgaridad, prueba infalible del colapso que la Loba empezaba a sufrir – S-siempre…es igual….siem…pre…termino sola…- dijo con la boca completa temblándole, con el cuerpo completo temblándole por el horrible dolor emocional por el que estaba pasando – Todos…me dejan….- Tomó una difícil bocanada de aire por la respiración entrecortada, e hizo el intento de continuar- M-mi…destino…es…e-estar…sola…
En eso, el rugido de la naturaleza se hizo sentir, a la par que su llanto. Las rodillas cayeron sobre el piso progresivamente húmedo sin ganas de volver a levantarse. Ya lo habían hecho muchas veces. Esta vez no había deseos ni motivaciones para hacerlo. No existía nada más que desconsuelo en forma de gotas. Aún así, en medio de todo aquello un par de palabras se hacían escuchar, retumbando en cabeza, corazón y labios.
- ¿Por...qué?...
No esperó a volver en carruaje o carreta, ni siquiera al caballo que le habían ofrecido y que había declinado por no tener espacio para criarlo. Cruzaba los edificios a gran velocidad como el perro que añora ver a su amo después de mucho tiempo, con una inesperada sonrisa en el rostro; una sonrisa sincera que no se veía desde hace un tiempo atrás, cuando era la cambiaformas de cabellos castaños la que le robaba sus sueños para vivirlos juntas. Sin embargo, cuando abrió la puerta principal de la residencia, aquella sonrisa se fue al suelo como si una mano la hubiera presionado hacia abajo. El ambiente era similar al de un velorio.
Las caras tristes se multiplicaban a medida que avanzaba buscando respuestas, sin encontrarlas siquiera en su habitación. Se había volteado para retomar la búsqueda, pero la senil figura de Jeanne se había dejado caer como un muro delante de la puerta. Fei, Léa y los gemelos Braun le acompañaban cual escoltas. Parecía estar todo armado para una jaula, y la metáfora no estuvo tan lejos de la realidad. La jaula no pudo contener a la bestia tras la noticia, y con hilos de sangre en su piel se marchó por una de las ventanas, comenzando el caos que tomaba forma de torbellino en su cerebro.
Las lágrimas se desbordaron por los recuerdos, esos que ni con los ojos cerrados desaparecían; y los colmillos se alzaron como reacción refleja a ese toque en su mejilla, ese que representaba el cariño y la comprensión tan negados para ella desde que aquella noche de luna llena diera inicio su maldición. – P-por qué…n-no lo en…tienden….-murmuró con los puños temblando de ira y de impotencia por precisamente no poder ser movidos a causa de la influencia de la neófita. Incluso sus venas se remarcaban con algo de vulgaridad, prueba infalible del colapso que la Loba empezaba a sufrir – S-siempre…es igual….siem…pre…termino sola…- dijo con la boca completa temblándole, con el cuerpo completo temblándole por el horrible dolor emocional por el que estaba pasando – Todos…me dejan….- Tomó una difícil bocanada de aire por la respiración entrecortada, e hizo el intento de continuar- M-mi…destino…es…e-estar…sola…
En eso, el rugido de la naturaleza se hizo sentir, a la par que su llanto. Las rodillas cayeron sobre el piso progresivamente húmedo sin ganas de volver a levantarse. Ya lo habían hecho muchas veces. Esta vez no había deseos ni motivaciones para hacerlo. No existía nada más que desconsuelo en forma de gotas. Aún así, en medio de todo aquello un par de palabras se hacían escuchar, retumbando en cabeza, corazón y labios.
- ¿Por...qué?...
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
Sus recuerdos, sus dolores y pesares le golpeaban con tal brutalidad, que casi pudo sentirse viviendolas ahí junto a ella, era demasiado duro, inclusive para ella, y no estaba segura cuanto podía soportar viendo el macabro momento que tuvo que pasar su protectora, y aún así le admiraba por seguir ahí, aunque ahora en sus pensamientos solo retumbara el deseo de terminar con todo de una vez, ese sentimiento era, sin duda el mas claro, y por la misma razón, el que mas le hería a ella misma.
Sostuvo con mas fuerza cuando sintió como el cuerpo de la Lycan comenzaba a temblar debido a la rabia, no podía dejar que se descontrolara, hubo un lapsus en que Leonor había recapitulado que hacer si eso llegaba a pasar, pero para su tranquilidad, aunque de manera desagradable, observó como ella caía de rodillas, literalmente vencida, no dudo es dejarse caer junto a ella, ignorando todo lo demás - Gianella... créeme que puedo sentir cuanto sufriste...cuanto sufres ahora por lo que paso... - hablaba con un hilo de voz, ya que de todas formas, recibía fuertes visiones cargadas con terribles emociones que se volvían insostenibles.
Balanceaba su cabeza de un lado a otro, como si de esta forma pudiera abandonar la cabeza de la loba, pero le era muy complicado ¿Quien era ella para pedirle que parara de sufrir y siguiera?, no era nadie, por lo que sintió que su deber en ese momento era calmarla, evitando que se lastimara mas a si misma - Debes detenerte... para Gia, deja de torturarte - comenzó a subir el tono de su voz, asegurándose que ella le oyera - No te mereces esto, nada de esto... tu destino no es estar sola... - subió la vista hasta encontrarse con los fieros ojos de ella- ... simplemente no has encontrado a la persona que sera tu compañera de por vida- habló de manera segura, acentuando sus palabras, intentando que penetraran en la cabeza ajena, la cual se encontraba terriblemente nublada.
No podía hacer mucho, no sabía la reacción que podía recibir de parte de ella, ni si realmente confiaba o aunque sea valorara sus palabras, las cuales estaba eligiendo con mucho cuidado, intentando no cometer un error con ella, que en este caso no es algo menor - Me quedaré aquí... si quieres lastimarme hazlo, si quieres gritarme hazlo... - suspiro con su garganta un tanto adolorida, acompañada por el nudo en ella - ...Pero no voy a abandonarte, no permitiré que continúes con esto, no! -le zarandeo para hacerla entrar en razón, estaba pasando por un mal momento, y lograba comprenderlo, pero no podía quedarse de brazos cruzados, observando como la luchadora a la que había conocido se quiebre, sin volver a levantarse.
Sostuvo con mas fuerza cuando sintió como el cuerpo de la Lycan comenzaba a temblar debido a la rabia, no podía dejar que se descontrolara, hubo un lapsus en que Leonor había recapitulado que hacer si eso llegaba a pasar, pero para su tranquilidad, aunque de manera desagradable, observó como ella caía de rodillas, literalmente vencida, no dudo es dejarse caer junto a ella, ignorando todo lo demás - Gianella... créeme que puedo sentir cuanto sufriste...cuanto sufres ahora por lo que paso... - hablaba con un hilo de voz, ya que de todas formas, recibía fuertes visiones cargadas con terribles emociones que se volvían insostenibles.
Balanceaba su cabeza de un lado a otro, como si de esta forma pudiera abandonar la cabeza de la loba, pero le era muy complicado ¿Quien era ella para pedirle que parara de sufrir y siguiera?, no era nadie, por lo que sintió que su deber en ese momento era calmarla, evitando que se lastimara mas a si misma - Debes detenerte... para Gia, deja de torturarte - comenzó a subir el tono de su voz, asegurándose que ella le oyera - No te mereces esto, nada de esto... tu destino no es estar sola... - subió la vista hasta encontrarse con los fieros ojos de ella- ... simplemente no has encontrado a la persona que sera tu compañera de por vida- habló de manera segura, acentuando sus palabras, intentando que penetraran en la cabeza ajena, la cual se encontraba terriblemente nublada.
No podía hacer mucho, no sabía la reacción que podía recibir de parte de ella, ni si realmente confiaba o aunque sea valorara sus palabras, las cuales estaba eligiendo con mucho cuidado, intentando no cometer un error con ella, que en este caso no es algo menor - Me quedaré aquí... si quieres lastimarme hazlo, si quieres gritarme hazlo... - suspiro con su garganta un tanto adolorida, acompañada por el nudo en ella - ...Pero no voy a abandonarte, no permitiré que continúes con esto, no! -le zarandeo para hacerla entrar en razón, estaba pasando por un mal momento, y lograba comprenderlo, pero no podía quedarse de brazos cruzados, observando como la luchadora a la que había conocido se quiebre, sin volver a levantarse.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
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Re: More Than a Memory {Privado}
Las gotas empezaron a caer sin apelación, sin resistencia alguna. Desde el cielo caían en picada para estrellarse con el suelo, con las ramas de los árboles, con sus hojas, o con los dos cuerpos que arrodillados hacían la analogía de aquella manifestación de la naturaleza que parecía cuadrarse con el dolor de alguien que ya no daba más, que ya no tenía fuerzas para seguir con aquella vida que le había dado más desgracias que felicidades, aunque estas últimas fueran valiosas igualmente. Pero aquel nivel de depresión y frustración no le dejaría ver el lado positivo y brillante –aunque fuera difícil verlo de por sí- ni aunque le pusieran el sol en frente. Muchos en su lugar ya hubieran cedido a la apremiante angustia de su pecho y de su cabeza, pero Gianella parecía mantenerse por mera inercia; por el solo hecho de que tuviera una bestia encerrada entre cadenas que la convulsionaba mes a mes para recordarle que debía levantarse desnuda en un lugar desconocido, bañada de sangre ajena cuya carga no se quitaba aunque estuviera completamente reluciente.
Nada quitaba esa carga, y nada parecía poder quitarle aquellas lágrimas que corrían con vía libre por sus demacradas mejillas, resaltando junto con el cabello mojado por la fuerte lluvia aquel aspecto destruido, habiendo hecho pedazos la figura fuerte, fiera y orgullosa de quien se había recuperado del despecho y de la desilusión del primer amor con un segundo que no fue capaz de concretar por culpa del destino; por culpa de esa maldita suerte suya que ahora le tenía con las piernas amarradas al suelo húmedo como si hubiera echado raíces, con sus ojos cerrados con fuerza tal que estaba aguantando explotar, como todo su cuerpo también replicaba. Las palabras ajenas pasaban como brisa por su cerebro, pero impactaron como un cañón gracias a la peligrosísima inestabilidad emocional de la mujer de cabellos negros cortos. ¿Y el zamarreo? Ni lo sintió. Lo que sí sintió fueron los hombros ajenos yéndose bruscamente al piso por su accionar, y la impotencia transformada en ira que afloraba en ella como un volcán haciendo erupción.
- Si no…l-lo mereciera… - su voz temblaba notablemente, sometida en absoluto a la presión de su mente, análoga a quien no puede soportar por más tiempo sus vivencias – entonces… ¿por…qué?... – Las garras se cerraron en el cuello de porcelana, y la presión se hizo tan fuerte como lo que vino después -¡¡¿POR QUÉ TERMINO QUEDÁNDOME SOLA, EH?!! ¡¡¿POR QUÉ CADA VEZ QUE ALGO BUENO ME PASA, ESTA MIERDA DE VIDA SE ENCARGA DE QUITÁRMELO DE LA FORMA MÁS CRUEL POSIBLE?!! ¡¡¿POR QUÉ CUANDO MI CORAZÓN PARECE ESTAR A GUSTO, CUANDO POR FIN ENCUENTRO A ALGUIEN QUE ME LLENA COMO PERSONA, ÉSTA SE VA PARA SIEMPRE, AH?!! ¡¡¡¡RESPÓNDEME ESO, MALDITA SEA!!!! – Las lágrimas no dejaron de caer un segundo, y la presión no aflojó cuando sintió su garganta rasparse ferozmente por el volumen y por la intensidad de tamaña descarga. Éstas tampoco se detuvieron cuando el agarre se volvió de seda, ni cuando se movió hasta quedar sentada encima del cuerpo ajeno, mirando los ojos inmortales con una aterradora mezcla de odio y de piedad. Su respiración rozaba la taquicardia, y sus fuerzas no le permitían ni ponerse de pie; no ahora que tenía un lugar donde dejarse caer. Uno que aunque húmedo, emanaba calor. El calor humano que se le había sido negado una vez más.
Por única vez en la noche, la otra lluvia se escuchó más fuerte, acurrucada en los brazos de quien había visitado la muerte para volver a vivir. La Loba ni siquiera quería regresar.
Nada quitaba esa carga, y nada parecía poder quitarle aquellas lágrimas que corrían con vía libre por sus demacradas mejillas, resaltando junto con el cabello mojado por la fuerte lluvia aquel aspecto destruido, habiendo hecho pedazos la figura fuerte, fiera y orgullosa de quien se había recuperado del despecho y de la desilusión del primer amor con un segundo que no fue capaz de concretar por culpa del destino; por culpa de esa maldita suerte suya que ahora le tenía con las piernas amarradas al suelo húmedo como si hubiera echado raíces, con sus ojos cerrados con fuerza tal que estaba aguantando explotar, como todo su cuerpo también replicaba. Las palabras ajenas pasaban como brisa por su cerebro, pero impactaron como un cañón gracias a la peligrosísima inestabilidad emocional de la mujer de cabellos negros cortos. ¿Y el zamarreo? Ni lo sintió. Lo que sí sintió fueron los hombros ajenos yéndose bruscamente al piso por su accionar, y la impotencia transformada en ira que afloraba en ella como un volcán haciendo erupción.
- Si no…l-lo mereciera… - su voz temblaba notablemente, sometida en absoluto a la presión de su mente, análoga a quien no puede soportar por más tiempo sus vivencias – entonces… ¿por…qué?... – Las garras se cerraron en el cuello de porcelana, y la presión se hizo tan fuerte como lo que vino después -¡¡¿POR QUÉ TERMINO QUEDÁNDOME SOLA, EH?!! ¡¡¿POR QUÉ CADA VEZ QUE ALGO BUENO ME PASA, ESTA MIERDA DE VIDA SE ENCARGA DE QUITÁRMELO DE LA FORMA MÁS CRUEL POSIBLE?!! ¡¡¿POR QUÉ CUANDO MI CORAZÓN PARECE ESTAR A GUSTO, CUANDO POR FIN ENCUENTRO A ALGUIEN QUE ME LLENA COMO PERSONA, ÉSTA SE VA PARA SIEMPRE, AH?!! ¡¡¡¡RESPÓNDEME ESO, MALDITA SEA!!!! – Las lágrimas no dejaron de caer un segundo, y la presión no aflojó cuando sintió su garganta rasparse ferozmente por el volumen y por la intensidad de tamaña descarga. Éstas tampoco se detuvieron cuando el agarre se volvió de seda, ni cuando se movió hasta quedar sentada encima del cuerpo ajeno, mirando los ojos inmortales con una aterradora mezcla de odio y de piedad. Su respiración rozaba la taquicardia, y sus fuerzas no le permitían ni ponerse de pie; no ahora que tenía un lugar donde dejarse caer. Uno que aunque húmedo, emanaba calor. El calor humano que se le había sido negado una vez más.
Por única vez en la noche, la otra lluvia se escuchó más fuerte, acurrucada en los brazos de quien había visitado la muerte para volver a vivir. La Loba ni siquiera quería regresar.
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Re: More Than a Memory {Privado}
Sentía que sus palabras eran tan inútiles como sus acciones, las cuales se denotaban vacías frente a la Lycan que no daba mas señales de desear permanecer ahí, solo la inercia así efecto en ella, y esa rabia que lograba ver contenida en sus ojos, los cuales la observaban como si le hablase en otro idioma, totalmente desconocido para ella, sostenía su mirada a ratos, pero no lograba ver chispa en ellos, ya no existía nada.
La lluvia simplemente hacía de miserable acompañante, no ayudaba, al contrario, volvía todo aún mas deprimente y difícil de manejar, sus cabellos estilando, la ropa mas pesada de lo normal y su mente cada vez con menos ideas.
Leonor comenzaba a frustrarse enormemente, movía las manos con nerviosismo, intentando explicarle, pero era en vano, la loba no reaccionaba ante nada, o eso creía ella. De pronto se vio de espaldas en el piso con la fuerte presión en su cuello, por primera vez en mucho tiempo, sentía que aquello llegaba a lastimarle, llevando rápidamente las manos a realizar un intento rápido de zafarse del agarre que lentamente se iba apretando contra su garganta, y su rostro recibía los gritos propinados por la mujer herida que tenía en frente - Suéltame... - murmuro apenas cerrando con mas fuerza los ojos, esperando que terminara por calmarse, la vampiresa no iba a luchar con Gianella, simplemente no podría.
Jadeó levemente mientras los dedos aflojaron, luego de sus gritos, y preguntas que realmente hubiera deseado tener respuesta, pero no, no tenía nada que decirle que afirmara que todo era para mejor, por que ni siquiera ella lo sabía - No lo se... - reconoció finalmente, sintiéndose un tanto agotada ya - No lo se Gia... no sabes como me gustaría poder decirte que se que lo que ahora vendrá para ti sera bueno, y mejor que toda la mierda que te ocurrió antes ... - continuaba hablando mientras la contenía en un abrazo, en el cual buscaba traspasarle un poco de serenidad - ...Y que por supuesto no merecías... Se que no soy nadie para decirte todo esto, que debes luchar y todo... pero esto, en lo que te has convertido ahora... - suspiro y beso su frente de una manera fraternal, como si se tratara de una gemela, con la cual compartía una conexión, y el echo de verla así también la afectaba a ella misma- ... No eres tu... - aseguró, esperando que ahora sus palabras hicieran la labor en el cuerpo ajeno.
Conservo la calma y el silencio, acariciando los cortos cabellos de la mujer, casi peinandole con sus finos dedos, mientras la sostenía como a una pequeña niña perdida en un mundo que solo se encargaba de darle pesares, he innecesarias tristezas.
La lluvia simplemente hacía de miserable acompañante, no ayudaba, al contrario, volvía todo aún mas deprimente y difícil de manejar, sus cabellos estilando, la ropa mas pesada de lo normal y su mente cada vez con menos ideas.
Leonor comenzaba a frustrarse enormemente, movía las manos con nerviosismo, intentando explicarle, pero era en vano, la loba no reaccionaba ante nada, o eso creía ella. De pronto se vio de espaldas en el piso con la fuerte presión en su cuello, por primera vez en mucho tiempo, sentía que aquello llegaba a lastimarle, llevando rápidamente las manos a realizar un intento rápido de zafarse del agarre que lentamente se iba apretando contra su garganta, y su rostro recibía los gritos propinados por la mujer herida que tenía en frente - Suéltame... - murmuro apenas cerrando con mas fuerza los ojos, esperando que terminara por calmarse, la vampiresa no iba a luchar con Gianella, simplemente no podría.
Jadeó levemente mientras los dedos aflojaron, luego de sus gritos, y preguntas que realmente hubiera deseado tener respuesta, pero no, no tenía nada que decirle que afirmara que todo era para mejor, por que ni siquiera ella lo sabía - No lo se... - reconoció finalmente, sintiéndose un tanto agotada ya - No lo se Gia... no sabes como me gustaría poder decirte que se que lo que ahora vendrá para ti sera bueno, y mejor que toda la mierda que te ocurrió antes ... - continuaba hablando mientras la contenía en un abrazo, en el cual buscaba traspasarle un poco de serenidad - ...Y que por supuesto no merecías... Se que no soy nadie para decirte todo esto, que debes luchar y todo... pero esto, en lo que te has convertido ahora... - suspiro y beso su frente de una manera fraternal, como si se tratara de una gemela, con la cual compartía una conexión, y el echo de verla así también la afectaba a ella misma- ... No eres tu... - aseguró, esperando que ahora sus palabras hicieran la labor en el cuerpo ajeno.
Conservo la calma y el silencio, acariciando los cortos cabellos de la mujer, casi peinandole con sus finos dedos, mientras la sostenía como a una pequeña niña perdida en un mundo que solo se encargaba de darle pesares, he innecesarias tristezas.
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Re: More Than a Memory {Privado}
No lo sabía. Ni Leonor, ni Jeanne, ni ella misma. Nadie lo sabía. Nadie podía saberlo, o quizás nadie debía hacerlo. Ni siquiera los muertos. Ni siquiera Kaida. ¿Qué hubiera hecho ella? ¿Cómo habría manejado esta situación? ¿Habría salido airosa, o hubiera cedido tal y como ella? Incluso la otra, la que ahora era una mancha imborrable en las cenizas de su corazón pasó por su destrozada cabeza. ¿Qué hubiera hecho ella? Se hubiera ido a los brazos de Darcy, obviamente. Él la consolaría engatusándola; haciendo que la olvidara y que no pensase en nadie más que él. “Porque tú eres egoísta, Gianella”. Esas palabras seguían retumbándole de cuando en cuando, haciendo que su volcán interno le motivase a ir a su tumba y destrozar sus restos, asegurándose de que esa sonrisa tan cínica quedase aplastada bajo su zapato.
Sí, su vida estaba dedicada a otros… ¿Pero por qué no podía ser egoísta al menos en lo que concernía su bienestar? ¿El pensar en una persona que te ame y te haga sentir pleno es ser egoísta? ¿El querer que esa persona no se separe de ti es ser egoísta? Sí. Lo es. Dolía admitirlo, La verdad siempre dolía, y esta no era la excepción. Ese egoísmo era el que le dolía. Estaba tan bien con Sybelle sólo en sus recuerdos, y se le apareció haciendo que su bienestar volviera a depender de otro ser. Ahí fue el primer quiebre, suficiente para dejarle aparentemente neutral, siendo sólo una capa de fino hielo que se derritió por completo cuando su corazón herido fue cazado por una italiana de mirada penetrante. Aquella mirada que extrañaba fija en lo que le quedaba de corazón, y que Leonor intentaba reparar al menos un poco desesperadamente.
No se dio cuenta de cómo ni cuándo, pero cuando lo hizo, se notó sentada nuevamente mas no sobre Leonor. Y estaba tranquila. Extrañamente tranquila. Piernas extendidas, brazos hacia adelante palpando apenas la tierra que no paraba de estar empapada, y cabeza inclinada sin enfocar a ninguna parte, en parte por sus cabellos cubriéndole el rostro, en parte porque su propia mente se lo impedía. ¿Qué no era “ella”? - ¿Quién…soy yo?...- Dijo en un susurro ahogado por la lluvia, pero que la vampiresa no tuvo problemas en escuchar gracias a la distancia y sus sentidos.- ¿Quién…se supone que debería ser ahora?...Quiero…cerrar mi corazón, pero cada vez que lo intento…viene alguien, me enamora…y luego se va…- Las lágrimas regresaron, pero esta vez no hubo desesperación. Negó con la cabeza, y las manos se fueron a la misma, suspirando de pura resignación. – Siento que no puedo seguir, Leo…yo…ya no quiero más…- confesó, llena de dolor todavía.
Sí, su vida estaba dedicada a otros… ¿Pero por qué no podía ser egoísta al menos en lo que concernía su bienestar? ¿El pensar en una persona que te ame y te haga sentir pleno es ser egoísta? ¿El querer que esa persona no se separe de ti es ser egoísta? Sí. Lo es. Dolía admitirlo, La verdad siempre dolía, y esta no era la excepción. Ese egoísmo era el que le dolía. Estaba tan bien con Sybelle sólo en sus recuerdos, y se le apareció haciendo que su bienestar volviera a depender de otro ser. Ahí fue el primer quiebre, suficiente para dejarle aparentemente neutral, siendo sólo una capa de fino hielo que se derritió por completo cuando su corazón herido fue cazado por una italiana de mirada penetrante. Aquella mirada que extrañaba fija en lo que le quedaba de corazón, y que Leonor intentaba reparar al menos un poco desesperadamente.
No se dio cuenta de cómo ni cuándo, pero cuando lo hizo, se notó sentada nuevamente mas no sobre Leonor. Y estaba tranquila. Extrañamente tranquila. Piernas extendidas, brazos hacia adelante palpando apenas la tierra que no paraba de estar empapada, y cabeza inclinada sin enfocar a ninguna parte, en parte por sus cabellos cubriéndole el rostro, en parte porque su propia mente se lo impedía. ¿Qué no era “ella”? - ¿Quién…soy yo?...- Dijo en un susurro ahogado por la lluvia, pero que la vampiresa no tuvo problemas en escuchar gracias a la distancia y sus sentidos.- ¿Quién…se supone que debería ser ahora?...Quiero…cerrar mi corazón, pero cada vez que lo intento…viene alguien, me enamora…y luego se va…- Las lágrimas regresaron, pero esta vez no hubo desesperación. Negó con la cabeza, y las manos se fueron a la misma, suspirando de pura resignación. – Siento que no puedo seguir, Leo…yo…ya no quiero más…- confesó, llena de dolor todavía.
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
Sus palabras, mas vale decir sus pensamientos, eran cada vez mas claros, y notaba como poco a poco la mente de la Lycan, comenzaba a darse ella mismas las respuestas, aunque notaba también el dolor de estas, y no pudo ignorar la frase que escucho con total naturalidad en su cabeza "La verdad siempre dolía" y en eso ella tenía toda la razón, y hasta estaba mas de acuerdo al tomar esa frase y plasmarla en sus propias vivencias.
Ya no se sentía segura de creer en esa nueva calma que aparentaba, quizás se encontraba en un shock o era solo un engaño para que la dejara en paz, y así luego, ella podría retomar sus mas oscuras determinaciones, no sabía que pensar y fue por esa misma razón que no se aparto, y se acomodo aún mas cerca de ella dejando la mirada fija en sus manos, las cuales continuaban empuñadas sobre sus propios muslos. De pronto el esuchar su voz la hizo levantar rapidamente la cabeza, dejando su vista fija en Gianella, la cual comenzaba e las palabras afloráran nuevamente de ella con mas calma.
La escucho con atención, sintiendo el mismo dolor en su interior, podía llegar a comprenderla, quizás no del todo como deseaba, pero al menos se esforzaba de sobremanera para hacerlo.
- Tu no eres alguien que se da por vencida así como así, tu eres una luchadora, que no te dejas pasar a llevar, ni mucho menos te dejas acabar por otras personas... -suspiró, y llevo una mano hasta el mentón ajeno, levantandolo con suavidad - Gia mírame, se que este no puede ser el final que quieres para ti, por que no lo es, ni lo será. Se que tu corazón ha sido lastimado terriblemente, pero aún puedes remediarlo, y no permitas que vuelva a ocurrir, nunca mas. - agregó con firmeza en su voz, haciéndole saber que confiaba en que ella podría hacerlo, y sabia como desarrollar aquello.
Hizo un nuevo acercamiento quitando las manos de la cabeza ajena, sosteniéndolas entre las de ella con cariño, mientras sus pulgares acariciaban el dorso de estas.
- Tu puedes seguir Gianella Massone, ya veras que si, aunque ahora veas todo así de obscuro, tu puedes, yo nunca dudaría de tu fortaleza. - le dijo, dedicándole una sutil sonrisa, demostrando que contaba con su apoyo, y también dejando entrever la verdad de sus palabras. Suspiró liberando una de sus manos, permitiendo que esta limpiara las lagrimas que caían de manera mas silenciosa por el rostro de la loba, depositando finalmente la mano en su mejilla con delicadeza, sosteniendo su mirada.
- Vamos a sacarte de aquí, esta bien? - le animo manteniéndose cerca, brindándole todo el apoyo y la comprensión que pudiera necesitar de ella, aunque sabía que no pudiera significar mucho, pero no iba a dejarla, por el contrario, iba a mantenerse así, siempre.
Ya no se sentía segura de creer en esa nueva calma que aparentaba, quizás se encontraba en un shock o era solo un engaño para que la dejara en paz, y así luego, ella podría retomar sus mas oscuras determinaciones, no sabía que pensar y fue por esa misma razón que no se aparto, y se acomodo aún mas cerca de ella dejando la mirada fija en sus manos, las cuales continuaban empuñadas sobre sus propios muslos. De pronto el esuchar su voz la hizo levantar rapidamente la cabeza, dejando su vista fija en Gianella, la cual comenzaba e las palabras afloráran nuevamente de ella con mas calma.
La escucho con atención, sintiendo el mismo dolor en su interior, podía llegar a comprenderla, quizás no del todo como deseaba, pero al menos se esforzaba de sobremanera para hacerlo.
- Tu no eres alguien que se da por vencida así como así, tu eres una luchadora, que no te dejas pasar a llevar, ni mucho menos te dejas acabar por otras personas... -suspiró, y llevo una mano hasta el mentón ajeno, levantandolo con suavidad - Gia mírame, se que este no puede ser el final que quieres para ti, por que no lo es, ni lo será. Se que tu corazón ha sido lastimado terriblemente, pero aún puedes remediarlo, y no permitas que vuelva a ocurrir, nunca mas. - agregó con firmeza en su voz, haciéndole saber que confiaba en que ella podría hacerlo, y sabia como desarrollar aquello.
Hizo un nuevo acercamiento quitando las manos de la cabeza ajena, sosteniéndolas entre las de ella con cariño, mientras sus pulgares acariciaban el dorso de estas.
- Tu puedes seguir Gianella Massone, ya veras que si, aunque ahora veas todo así de obscuro, tu puedes, yo nunca dudaría de tu fortaleza. - le dijo, dedicándole una sutil sonrisa, demostrando que contaba con su apoyo, y también dejando entrever la verdad de sus palabras. Suspiró liberando una de sus manos, permitiendo que esta limpiara las lagrimas que caían de manera mas silenciosa por el rostro de la loba, depositando finalmente la mano en su mejilla con delicadeza, sosteniendo su mirada.
- Vamos a sacarte de aquí, esta bien? - le animo manteniéndose cerca, brindándole todo el apoyo y la comprensión que pudiera necesitar de ella, aunque sabía que no pudiera significar mucho, pero no iba a dejarla, por el contrario, iba a mantenerse así, siempre.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
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Re: More Than a Memory {Privado}
Con la oscuridad que existía en su corazón en ese momento, no hubiera sido capaz de ver nada aunque estuviera siendo iluminada directamente por el sol en su amanecer. Aquella oscuridad producto de la tristeza, de la desazón y la resignación le tenían completamente noqueada. Se sentía atrapada en un lugar completamente negro, tirada en el piso que no lo parecía, mirando un cielo que no lo parecía y escuchando cosas que no lo parecían. La única cosa que era cierta, era que estaba completamente sola. Y se sentía de esa forma.
El apoyo de Leonor se manifestaba en destellos que desaparecían tan rápido como llegaban, teniendo la misma duración efímera que su pronunciación. Aparte de eso, se escuchaban lejanas, por lo que Gianella no les daba importancia. Ni siquiera prestó atención al tacto frío en sus manos o en su rostro, o al esfuerzo de la vampiresa para animarle. No valía la pena prestarle atención. Las cosas no iban a cambiar por mucho que siguiese adelante. Los hechos estaban a la vista al igual que las conclusiones.
La respuesta a tan envidiable apoyo no fue ninguna otra más que el silencio de quien prefiere estar muerto, de quien tiene su orgullo y su voluntad tan destruidos al punto de que las visualizaba como simples restos de cenizas descansando entre sus dedos. Eso hasta que sus labios se entreabrieron por inercia, igual que el movimiento de su cabeza para volver a “mirar” los restos de su espíritu.- Ya he luchado por mucho tiempo. He caído muchas veces, y ya no quiero volver a levantarme.- Tan literal fue su respuesta que se dejó caer de costado como un perro agotado, dándole la espalda a su protegida – Déjame aquí, no quiero seguir…-Cerró los ojos, sintiendo esa insistente molestia de las gotas cayendo por sus párpados – El único remedio es que yo pague con mi vida. – Concluyó y se terminó por acurrucar en su brazo, dejando que las lágrimas de la naturaleza volvieran a mezclarse con las lágrimas de aquella Hija de la Luna que ya no deseaba seguir aullando.
El apoyo de Leonor se manifestaba en destellos que desaparecían tan rápido como llegaban, teniendo la misma duración efímera que su pronunciación. Aparte de eso, se escuchaban lejanas, por lo que Gianella no les daba importancia. Ni siquiera prestó atención al tacto frío en sus manos o en su rostro, o al esfuerzo de la vampiresa para animarle. No valía la pena prestarle atención. Las cosas no iban a cambiar por mucho que siguiese adelante. Los hechos estaban a la vista al igual que las conclusiones.
La respuesta a tan envidiable apoyo no fue ninguna otra más que el silencio de quien prefiere estar muerto, de quien tiene su orgullo y su voluntad tan destruidos al punto de que las visualizaba como simples restos de cenizas descansando entre sus dedos. Eso hasta que sus labios se entreabrieron por inercia, igual que el movimiento de su cabeza para volver a “mirar” los restos de su espíritu.- Ya he luchado por mucho tiempo. He caído muchas veces, y ya no quiero volver a levantarme.- Tan literal fue su respuesta que se dejó caer de costado como un perro agotado, dándole la espalda a su protegida – Déjame aquí, no quiero seguir…-Cerró los ojos, sintiendo esa insistente molestia de las gotas cayendo por sus párpados – El único remedio es que yo pague con mi vida. – Concluyó y se terminó por acurrucar en su brazo, dejando que las lágrimas de la naturaleza volvieran a mezclarse con las lágrimas de aquella Hija de la Luna que ya no deseaba seguir aullando.
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
Un largo suspiro escapó de de los labios de la inmortal, realmente se frutraba con facilidad, mas aún con ella, puesto que sus deseos de ayudarla eran tan enormes, como las ganas de que Lycan también se ayudara a si misma.Pasaron miles de ideas por la cabeza de Leonor, y por alguna razón el considerar alzarla en brazos y sacarla de aquel deprimente lugar, que con la lluvia solo se volvía mas y mas obscuro, no parecía una idea del todo mala, pero no, sabía que esa no era un opción, o al menos no por el momento.
La observó volver a recostarse, la escucho con mucha tristeza, la vió como comenzaba a rendirse nuevamente, y su corazón se le apreto con fuerza al recibir sus últimas palabras "El único remedio es que yo pague con mi vida." ¿En serio? ¿Realmente se estaba entregando al exterminio? Si, lo hacía, y ahí es cuando la vampiresa entraba en juego, por que ella jamás le permitiría aquello, y si debía luchar contra su protectora, para salvarla de si misma, lo haría, y lo haría con todas sus fuerzas.
Acarició su espalda un momento en silencio, la dejo descansar, ya no conseguía pensar en nada mas, la lluvia no paraba, al contrario, caía cada vez con mas intensidad. Ambas se encontraban totalmente empapadas, pero la Lycan casi se mimetizaba con el suelo, embarrada, perdida, y desorientada, sumisa como nunca, esperando un final que no lo correspondía aún.
En un suave movimiento, Leonor se acurruco junto a ella, abrazandola desde su espalda, rodeando con precaución su cintura. La temperatura corporal era increiblemente diferente, y de no saber la realidad de Gianella, simplemente pensaría que estaba bajo un fiebre terrible, aunque quizas, también era el caso ahora.
- Gia, no me importa lo que has dicho, no voy a dejarte aquí ¿Entiendes? - le preguntó con su voz quebrada, mas como una afirmación, por cual una respuesta negativa por parte de ella sería rechazada.
- Y si quieres quedarte aquí, dormirte aquí, entre este temporal que está sobre nosotras, pues... me quedaré contigo. - dijo sin mas, abrazándola con mas fuerza, recordandole así, que pensara lo que pensara, ella no estaba sola, y la presencia de la vampiresa en el lugar, solo era el rostro visible de las muchas personas que aún esperaban por que la loba reconsiderara, y volviera a su hogar, donde pertenecía.
Ahora la decisión final estaba en manos de Gianella, si ella realmente se dejaría vencer o si seguiría adelante, aunque ciertamente, el camino mas sencillo era el de levantarse y continuar, puesto que si intentaba desaparecer, tendría a una joven frente a ella siempre, haciendo de barrera entre su cuerpo y los brazos de la muerte que tanto deseaba.
La observó volver a recostarse, la escucho con mucha tristeza, la vió como comenzaba a rendirse nuevamente, y su corazón se le apreto con fuerza al recibir sus últimas palabras "El único remedio es que yo pague con mi vida." ¿En serio? ¿Realmente se estaba entregando al exterminio? Si, lo hacía, y ahí es cuando la vampiresa entraba en juego, por que ella jamás le permitiría aquello, y si debía luchar contra su protectora, para salvarla de si misma, lo haría, y lo haría con todas sus fuerzas.
Acarició su espalda un momento en silencio, la dejo descansar, ya no conseguía pensar en nada mas, la lluvia no paraba, al contrario, caía cada vez con mas intensidad. Ambas se encontraban totalmente empapadas, pero la Lycan casi se mimetizaba con el suelo, embarrada, perdida, y desorientada, sumisa como nunca, esperando un final que no lo correspondía aún.
En un suave movimiento, Leonor se acurruco junto a ella, abrazandola desde su espalda, rodeando con precaución su cintura. La temperatura corporal era increiblemente diferente, y de no saber la realidad de Gianella, simplemente pensaría que estaba bajo un fiebre terrible, aunque quizas, también era el caso ahora.
- Gia, no me importa lo que has dicho, no voy a dejarte aquí ¿Entiendes? - le preguntó con su voz quebrada, mas como una afirmación, por cual una respuesta negativa por parte de ella sería rechazada.
- Y si quieres quedarte aquí, dormirte aquí, entre este temporal que está sobre nosotras, pues... me quedaré contigo. - dijo sin mas, abrazándola con mas fuerza, recordandole así, que pensara lo que pensara, ella no estaba sola, y la presencia de la vampiresa en el lugar, solo era el rostro visible de las muchas personas que aún esperaban por que la loba reconsiderara, y volviera a su hogar, donde pertenecía.
Ahora la decisión final estaba en manos de Gianella, si ella realmente se dejaría vencer o si seguiría adelante, aunque ciertamente, el camino mas sencillo era el de levantarse y continuar, puesto que si intentaba desaparecer, tendría a una joven frente a ella siempre, haciendo de barrera entre su cuerpo y los brazos de la muerte que tanto deseaba.
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Re: More Than a Memory {Privado}
La fortaleza terminó por derrumbarse a causa de tanto golpe. Ahora yacia desparramada entre escombros y cenizas, siendo carcomida progresivamente por la acción de la lluvia y el dolor propio de aquella situación; siendo esto último tan fuerte que ya había sido adaptado por quien lo sufría como algo con lo que tendría que lidiar hasta el momento de su colapso absoluto, cuando su corazón dejase de latir ya fuera por acción propia o ajena. Por eso no había mueca alguna de sufrimiento en su rostro, aparte de la incomodidad propia de las gotas de lluvia retumbando en éste. Todo su dolor se centraba en su interior, en aquel lugar que parecía inalcanzable para cualquiera que intentase remover aquellos sentimientos negativos que se habían apoderado de ella por completo y la tenían rendida ante las circunstancias, como el genocida que espera su ejecución en la guillotina.
La lluvia se hizo más fuerte, convirtiéndose en una capa de agua que hacía la vista cada vez más difícil, incluso desafiando las habilidades sobrenaturales de ambas criaturas y de quienes estuvieren bajo ella. Por la posición en que se encontraba, la tierra mojada ensució sus facciones maquillando improvisadamente para la ocasión, dejando para quien le viera una sensación de resignación e impotencia consumados en no poder ser de ayuda. ¿De qué servía ella más que para causar daño? ¿De qué servían sus buenas intenciones si se traducían en problemas que terminaban arriesgando la vida de quienes precisamente intentaba proteger? ¿De que servía entregar todo por un ser amado si al final éste desaparecía? Esas preguntas con respuesta oscura y cerrada se replicaban una y otra vez en su mente, hasta que Leonor las ahuyentó momentáneamente con ese contacto que era al mismo tiempo igual y diferente a la lluvia que les acompañaba.
Sus palabras fueron como piezas de un rompecabezas que intentaban encajar en otro. Tanto apoyo no le cuadraba. ¿Por qué, si era una criatura destinada a destruir? ¿Por qué seguía con ella a pesar de que sus intenciones explícitas? - ¿Por qué…? – Entreabrió la boca apenas, saboreando el agua lluvia que intentaba filtrarse usando sus labios como conductor.- ¿Por qué llegas tan lejos por mí?...Yo no…merezco la piedad de nadie…- Susurró con un desconcierto e incertidumbre plasmados totalmente en su tono de voz rasposo y bajo, roto por la tristeza y abatido tal y como ella. – No…lo entiendo…-murmuró, sintiendo todavía ese contraste de temperaturas tan brutal como el que un licántropo y un vampiro estuvieren tan cerca.
La lluvia se hizo más fuerte, convirtiéndose en una capa de agua que hacía la vista cada vez más difícil, incluso desafiando las habilidades sobrenaturales de ambas criaturas y de quienes estuvieren bajo ella. Por la posición en que se encontraba, la tierra mojada ensució sus facciones maquillando improvisadamente para la ocasión, dejando para quien le viera una sensación de resignación e impotencia consumados en no poder ser de ayuda. ¿De qué servía ella más que para causar daño? ¿De qué servían sus buenas intenciones si se traducían en problemas que terminaban arriesgando la vida de quienes precisamente intentaba proteger? ¿De que servía entregar todo por un ser amado si al final éste desaparecía? Esas preguntas con respuesta oscura y cerrada se replicaban una y otra vez en su mente, hasta que Leonor las ahuyentó momentáneamente con ese contacto que era al mismo tiempo igual y diferente a la lluvia que les acompañaba.
Sus palabras fueron como piezas de un rompecabezas que intentaban encajar en otro. Tanto apoyo no le cuadraba. ¿Por qué, si era una criatura destinada a destruir? ¿Por qué seguía con ella a pesar de que sus intenciones explícitas? - ¿Por qué…? – Entreabrió la boca apenas, saboreando el agua lluvia que intentaba filtrarse usando sus labios como conductor.- ¿Por qué llegas tan lejos por mí?...Yo no…merezco la piedad de nadie…- Susurró con un desconcierto e incertidumbre plasmados totalmente en su tono de voz rasposo y bajo, roto por la tristeza y abatido tal y como ella. – No…lo entiendo…-murmuró, sintiendo todavía ese contraste de temperaturas tan brutal como el que un licántropo y un vampiro estuvieren tan cerca.
Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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Re: More Than a Memory {Privado}
¿Como podría ser capaz de explicarle lo importante que era ella en su vida? ¿Ese cariño incondicional que sentía? Tenía muchas dudas en su mente. En esos momentos Leonor deseaba no solo leer mentes, y compartir imágenes mentales; si no también traspasar sentimientos. Ya que simplemente no encontraba alguna forma coherente, o mas fácil de explicarle.
El mentón de la joven se apoyo sobre el hombro de Gianella. Desde ahí la observaba, sintiendo esa presión, esa tristeza indescriptible en su pecho. Los ojos ajenos continuaban perdidos, derramando aunque de manera silenciosa, una y otra lagrima, y solo ella podía saber el dolor que reprimía cada sollozo que emitía.
- ¿Sabes por que lo hago?... - susurró con su voz sumamente dulce y tranquila, aunque era perceptible ese toque quebradizo como si deseara llorar con ella.
Tan rápido como la pregunta fue formulada, Leonor cerró sus ojos, y suavizo un poco el abrazo, mientras empezaba a realizar lo que consideraba mas oportuno para expresarse.
La mente de la inmortal se abrió a la hija de la luna, traspasándole una tras otra, visiones de ambas, de cuando se conocieron, el momento en que ella había aceptado convertirse en su protectora, cuando aún era una débil y humilde humana. Otros momentos en los que Leonor mas la necesitó, ella siempre ahí, firme y segura a su lado, brindándole el apoyo y cariño que necesitaba para seguir adelante. Todo lo que recordaba, hizo que Gianella también lo reviviera, y lo compartieron. Un momento que de seguro quedaría para siempre en su memoria.
Sentía que no había nada mas claro que aquello, estaba practicamente abriendo su corazón. Exponía sus sentimientos, poniendolos a disposición de la loba.
- Lo hago por que eres la única familia que tengo. Se que no compartimos sangre ni nada, pero yo te quiero demasiado Gia, soy capáz de verte como una figura paternal... la que nunca tuve. - confesó, mientras su fuerza se vió quebrada, y silenciosas lagrimas carmesí comenzaron a recorrer sus niveas mejillas.
- No voy a dejarte...no lo haré. - agregó con con decisión, mientras se sentaba, obligandola a ella a hacer lo mismo.
- Vamonos de aquí, por favor... volvamos a la casa de acogida, si no hay problema, me gustaría quedarme ahí unos días, contigo... acompañándote. - murmuró, sosteniendo la mirada de ella. La observaba de forma tierna, inocente; tal y como una pequeña observa a quien mas respeta en su vida.
El mentón de la joven se apoyo sobre el hombro de Gianella. Desde ahí la observaba, sintiendo esa presión, esa tristeza indescriptible en su pecho. Los ojos ajenos continuaban perdidos, derramando aunque de manera silenciosa, una y otra lagrima, y solo ella podía saber el dolor que reprimía cada sollozo que emitía.
- ¿Sabes por que lo hago?... - susurró con su voz sumamente dulce y tranquila, aunque era perceptible ese toque quebradizo como si deseara llorar con ella.
Tan rápido como la pregunta fue formulada, Leonor cerró sus ojos, y suavizo un poco el abrazo, mientras empezaba a realizar lo que consideraba mas oportuno para expresarse.
La mente de la inmortal se abrió a la hija de la luna, traspasándole una tras otra, visiones de ambas, de cuando se conocieron, el momento en que ella había aceptado convertirse en su protectora, cuando aún era una débil y humilde humana. Otros momentos en los que Leonor mas la necesitó, ella siempre ahí, firme y segura a su lado, brindándole el apoyo y cariño que necesitaba para seguir adelante. Todo lo que recordaba, hizo que Gianella también lo reviviera, y lo compartieron. Un momento que de seguro quedaría para siempre en su memoria.
Sentía que no había nada mas claro que aquello, estaba practicamente abriendo su corazón. Exponía sus sentimientos, poniendolos a disposición de la loba.
- Lo hago por que eres la única familia que tengo. Se que no compartimos sangre ni nada, pero yo te quiero demasiado Gia, soy capáz de verte como una figura paternal... la que nunca tuve. - confesó, mientras su fuerza se vió quebrada, y silenciosas lagrimas carmesí comenzaron a recorrer sus niveas mejillas.
- No voy a dejarte...no lo haré. - agregó con con decisión, mientras se sentaba, obligandola a ella a hacer lo mismo.
- Vamonos de aquí, por favor... volvamos a la casa de acogida, si no hay problema, me gustaría quedarme ahí unos días, contigo... acompañándote. - murmuró, sosteniendo la mirada de ella. La observaba de forma tierna, inocente; tal y como una pequeña observa a quien mas respeta en su vida.
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Re: More Than a Memory {Privado}
Wait, no one said what's lost cannot be found
You are here to make it safe and sound,
Oh we, can make it, out alive
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Oh we, can make it, out alive
Las lágrimas continuaban su camino implacable por su rostro, sin freno hacia la meta que era entremezclarse con las lágrimas de agua salada y ácida en la tierra mojada que a esas alturas ya era barro. Estaba completamente quieta, postrada cual enfermo terminal que espera su turno para que la muerte venga por su alma. Sus ojos azules parecían negros con la luz, y su respiración era tan lenta que había que agudizar la mirada lejos y cerca para distinguir aquel cuerpo de los muertos. Leonor estaba abrazando un cadáver viviente. Estaba al lado de un espíritu desfallecido y de una voluntad hecha mil pedazos de agujas escondidas en pajares. El verla era devastador para quien la hubiera conocido con su temple y su intensidad característicos.
Un susurro angustiado rompió en algo el concierto solitario del agua de lluvia, y el cariñoso intento de consuelo físico se volvió mental, siendo su cerebro ahora el vulnerado por el accionar de aquella joven que estimaba tanto, pero que ahora veía simplemente como un algo que le acompañaría en ese lugar que había establecido como lecho de muerte hace un rato. Y de hecho, el inicio de esa serie de imágenes de momentos pasados le dio la idea –si es que se podía decir que algo le daba una idea considerando lo destrozada que se encontraba- de que estaba viviendo sus últimos momentos. Cada imagen le traía a la cabeza un diálogo, un aroma, un sentimiento, una emoción y un deseo, los cuales le causaban extrañeza en el pecho y en la garganta. Cada imagen llamaba a más imágenes, y la sumatoria de todo eso comenzó a afectarle de forma positivamente notoria. Había sido como el chasquido de una vela que se había encendido por la ferviente confianza y fe de Leonor en ella; y fue ella y sólo ella la que con sus palabras logró hacer que la llama se hiciera azul y que la vela se derritiera en apenas unos segundos por su poder.
Wait, all this time that I have spent away
Makes me think that I might be okay,
The kiss of death will have to wait
My head, is holding on to all those things you said
You taught me to be strong and get through it, the mist of darkness
In my head
Makes me think that I might be okay,
The kiss of death will have to wait
My head, is holding on to all those things you said
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In my head
Dejó que su cuerpo se sentase por la fuerza y el vigor ajeno, con la confesión de la joven vampiresa aún dando vuelta en sus recuerdos más recientes. No pudo no recordar a su propia figura paterna, esa que le había formado junto con su madre y le había marcado tan a fuego que ahora la historia se repetía pero con la italiana teniendo una “hija” a la cual educar y proteger. Ahí fue cuando todo le hizo sentido, y le hizo despertar de su larguísimo letargo siendo aquel rostro lo primero que vio. Le sonrió y de inmediato le abrazó apegándole a su cuerpo, aprovechando de sollozar las últimas lágrimas en la cercanía que afianzaba un lazo ya muy fuerte. – Sería un verdadero honor para mí…tener a mi salvadora…no, a mi hija viviendo en la Casa de la Esperanza. – Susurró besándole la frente empapada- Haré que te den una habitación permanente…-le sonrió más ampliamente en esa mínima distancia- Y ni siquiera eso será suficiente para agradecerte lo que acabas de hacer. – Volvió a besarle la misma zona y se levantó ayudada por ella, sosteniéndose de su hombro.- Vamos. A casa. – Anunció y le miró por unos segundos, para luego sacudir su cabeza de la clásica forma canina aunque sin dejar que sus mechones cubriesen sus ojos azules, los que estaban listos para enfrentar cualquier tormenta que se les viniese encima. Literalmente.
No one can understand me
Like you can understand
No one can fill your shadow
'Cause you are all I am
Like you can understand
No one can fill your shadow
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Gianella Massone- Licántropo Clase Baja
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