Señorita... (Priv. Neru)

por **Bastian Leroy** Dom Feb 03, 2013 4:42 pm

-Ahora que me lo preguntas… Pues, creo que ella no valía tanto la pena- lo que tenía de consejero lo tenía en fortuna y eso era prácticamente nada. Era de tarde, pero aun así no tuve problema en acompañar a mi amigo en su pena e ir con él a un pequeño casino para tomarnos un par de copas. Se suponía que mi papel era consolarle por la repentina partida de su pareja, la cual se iba a casar con un hombre de clase alta. Mala suerte para él, pero desde un principio había sido su culpa. Él no tenía por qué haberse fijado en ella, sobre todo tras saber que aquella mujer era monetariamente un par de clases superior a él y que era una despilfarradora de mi primera clase –Hay chicas más guapas-

-¡No me interesan otras yo la quiero a ella!- Él gritó con sus ojos llenos de lágrimas y yo no tuve más opción que palmear su espalda para intentar tranquilizarlo mientras le pedía que bajara la voz, ya que todo el mundo comenzaba a mirarnos raro –No dejaré que se case, yo… iré tras ella-

-No creo que sea una buena idea…- Y así fue como terminé montado en mi yegua persiguiendo a todo a prisa a mi amigo ebrio que sabía Dios cómo había podido montarse en su caballo, a duras penas podía controlar su cuerpo, es más, aun no entendía siquiera como podía sostener con fuerza las riendas de su caballo –Esto es malo- Él tomó una vía transitada, habían muchas personas en todas partes y él seguía cabalgando a gran velocidad y lo peor de todo era que ahí estaba yo, imitándole para no perderle de vista, solo era cuestión de tiempo para que algún policía nos viese y arrestara a ambos, o para que algún desafortunado terminase en medio de nuestro camino y no pudiésemos evitarlo. De la nada, una carreta que transportaba granos cruzó la calle por la que íbamos y mi amigo termino de boca dentro de esta. Yo logré detenerme, pero al girar mi rostro por mero instinto divisé como unos policías se dirigían hacia nosotros –Maldición- Mi borracho amigo parecía estar bien al igual que su caballo, además, unos días en la cárcel no le vendrían mal, así por lo menos pensaba en otras cosas. Ahora el del problema era yo quien por su culpa me había convertido en todo un fugitivo.

Cabalgué hasta alejarme lo suficiente terminando quien sabe dónde, pero parecía un lugar seguro, así que me bajé de mi yegua y comencé a caminar mientras llevaba sus riendas en mis manos. Había huido de la policía, pero para evitar cualquier otro percance decidí quedarme tranquilo, andando a pasos lentos –Señorita… No espera. Muy buenas tardes señorita- Hice una pequeña reverencia a la primera chica linda que se atravesó en mi camino, quedándome quieto frente a ella. Aunque traté a toda costa de no darle importancia al problema de mi amigo, la realidad era que su particular caso era algo que estaba jodiéndome la cabeza desde hace un par de días –Es usted de clase alta ¿Cierto? Si es así… ¿Podría usted responderme una pregunta?- Limpié mi garganta y sacudí mi ropa, no sé hasta qué punto podía influir mi grado seriedad teniendo en cuenta que estaba pasado de copas, pero en esos momentos, de verdad me interesaba conocer su respuesta -¿Se casaría usted con un tipo como yo, antes de hacerlo con alguien de su misma clase?-

por **Neru Le Course** Dom Feb 03, 2013 5:43 pm

Y ahí estaba yo, vagando por las calles de Paris sintiéndome libre luego de horas de intentos fallidos de baile. Aquello se me daba fatal y nunca podría remediarlo, pero al parecer yo era la única que pensaba de aquella manera pues mi madre adoptiva continuaba contratando instructores que pudiesen hacer un milagro. ¿Y cómo me había librado de aquel infierno? Pues dado que ya llevaba un largo tiempo viviendo con Marie había terminado por ganarme le confianza de los sirvientes, y fue con su ayuda que logre escapar de las elegantes garras de mi madre.

Lastimosamente no había logrado cambiarme a un atuendo que no destacara tanto en las calles, por lo que a pesar de que el vestido era uno de los más sencillos que había encontrado aún era fácil ver que pertenecía a la clase alta de país. En fin, lo importante era que me había librado de las clases de gramática de la tarde y había ido a visitar mi antiguo hogar. Algunas de las personas que me habían conocido antes de la muerte de mi padre me reconocieron y pase un buen rato charlando con ellos, a pesar de que recordar el pasado era un tanto doloroso.

Ahora simplemente me encontraba recorriendo las calles que tiempo atrás habían sido como un patio en donde podía jugar libremente. Había terminado absorta en mis pensamientos y olvidado a las personas a mí alrededor, algunas me miraban con curiosidad o indecisas sobre si deberían ofrecerme ayuda ya que yo parecía haber olvidado hasta a donde me dirigía. Apenas escuche una voz cerca de mí, pero no fue hasta que vi de reojo la reverencia del chico que me voltee y regrese completamente al mundo real, a las calles.

Lo mire atentamente preguntándome si lo conocía, pero no, había dicho “señorita” si fuese un conocido me habría llamado por mi nombre. Asentí y espere a que el joven hiciera su pregunta, en realidad me había quedado ahí parada más por la sorpresa y confusión que sentí así que ahora me preguntaba si no debería haber seguido caminando ya que el joven no parecía completamente sobrio. Cuando oí su pregunta parpadee un par de veces sorprendida por aquella interrogante tan poco común, al menos no creía que eso fuera lo primero que se le decía a alguien a quien ni siquiera conocías. Sin embargo, le respondí.

- En realidad… creo que me casaría con cualquiera excepto con alguien de mi misma clase…

Dije lo primero que se me vino a la mente al recordar a los nobles que había conocido, pero entonces recordé al único que hasta entonces no me había desagradado por diferentes razones, así que tenía que rectificarme.

- Ah, no… quiero decir, que independientemente de su clase no me casaría con alguien que me resultara desagradable…

No estaba segura de haberme expresado correctamente y termine enredándome a mí misma. Lo que en un principio había sido una pregunta a la que no debería haberle dado un gran significado ahora me causaba problemas para dar mi opinión. Tenía que quitarme esa costumbre de hacer un mundo de hasta las cosas más sencillas.

- Ahh… pero si lo que desea es la respuesta de una verdadera “clase alta” lamento decirle que le ha preguntado a la persona equivocada.

Termine diciendo en un tono un tanto bajo ya que estaba avergonzada por no haber sido más clara anteriormente.

por **Bastian Leroy** Lun Feb 04, 2013 1:27 pm

No podía negarlo. Su primera respuesta me había parecido bastante interesante. “Casarse con alguien, menos con alguien de su clase”, eso era de personas arriesgadas. Viviendo en una época donde los compromisos se hacían sobre todas la cosas para quedar bien en sociedad, que ella tachara de su lista la clase más predilecta para el matrimonio era significativamente interesante. Pero ya cuando la morena volvió a abrir su boca para intervenir no pude hacer más que soltar una repentina risa. Tragos más prudencia no eran muy buenos amigos. Aunque eso sí, traté de controlar mis impulsos inmediatamente para no parecer grosero.

-Ustedes la mujeres…- Comencé a hablar muy lentamente, sin poder borrar la sonrisa de mis labios, pero a la vez sin dejar de mirarle fijamente a los ojos –Son complicadas- Acomodé las riendas de la yegua en mi mano, procesando bien el último comentario de la chica, y sin ningún tipo de disimulo comencé a repararla de píes a cabeza. Su traje era evidentemente costoso y toda ella era un manojo de delicadeza, visualmente hablando claro está –Mentirosa…- Reí un vez más, esta vez alejándome un par de pasos de ella para volver a repararle de arriba abajo y de manera descarada. No podía culpar al alcohol por las acciones que estaba tomando, ya que seguramente si estuviera totalmente sobrio haría lo mismo, o algo bastante parecido.

-Pero te voy a creer- Recuperé los pasos que había retrocedido volviéndome a acercar a ella, debía parecer un poco estúpido, pero de una u otra manera me estaba asentando jodidamente bien perder un poco de esa seriedad que me acompañaba desde hacía muchos años –Disculpa mi comportamiento… He tenido un día un poco agitado y sé que eso no me da derecho a comportarme de esta manera- Comencé a liarme con mis palabras, por lo que llevé mi dedo índice hasta mis labios golpeando estos muy suavemente mientras trataba de buscar el sentido de lo que intentaba decir, pero este no llegaba a mi cabeza –¡En fin! ¿Le gustaría a la señorita dar un paseo en esta hermosa yegua?- le di un par de cariñosas palmadas al animal, mientras volvía sonreírme de manera estúpida. Malditos tragos –Se llama Chocolate y necesita refrescarse- Volví mi mirada a ella y a aquel hermoso traje, eso no combinaba para nada conmigo y mucho menos con la idea de pasear en caballo… sin un carruaje detrás.

-Por cierto, me llamo Bastian- Volví a hacer una reverencia, solo por jugar, irguiendo luego mi cuerpo mientras estiraba la mano hacia ella con una enorme sonrisa –Señorita. Será que este extraño sujeto que se apareció de la nada ¿Se merece conocer su nombre?-

por **Neru Le Course** Mar Feb 05, 2013 9:40 am

¿Se estaba… divirtiendo? Eso parecía ya que se estaba riendo, aunque agradecí que el joven intentara controlarse ahora no podía quitarme de la cabeza que a sus ojos debía parecer un ridículo espectáculo o algo parecido. ¿Cómo era eso de complicadas? Bueno, admitía que podíamos darle muchas vueltas a las cosas (mi caso al menos) y las nobles solían ser tan superficiales y supersticiosas, pero no era como si los hombres fuesen tan fáciles de comprender tampoco… ¿verdad?

Por supuesto no me paso por alto como el joven me examinaba, para empezar porque él no se había molestado en disimularlo, pero aunque incomodaba no hice más que mirar hacia otro lado hasta que el joven hablo de nuevo. – No estoy mintiendo… - ¿¡Otra vez!? Esta vez un rubor casi imperceptible apareció en mis mejillas, nadie nunca me había visto de aquella manera, o al menos no lo habían hecho tan obvio. - ¿Q-Que…? – Quizá no debería culparlo… solo quizás. Dijo que me creería pero yo lo miraba con cierto recelo hasta que comenzó a disculparse, una disculpa bastante extraña por cierto. Al parecer yo no era la única a la que le fallaban las palabras cada cierto tiempo y aquello me hizo reír un poco.

Ya cuando me pregunto si me gustaría dar un paseo le mire sorprendida y luego le dirigí una mirada a la yegua. – No creo que sea la única que necesite refrescarse – comente con una sonrisa para luego reír suavemente. Asentí al oír su nombre y ver aquella reverencia que hacía a modo de juego, aún mantenía una sonrisa pues me divertía verlo actuar de aquella manera aunque no podía saber si era porque al parecer se había pasado de tragos o porque así era él realmente. – Soy Neru – Me presente al tiempo en que le tomaba de la mano. Luego me acerque a la yegua que no parecía confiar en mí, bueno aquello era normal ya que yo era una extraña; sin embargo, dejo que la acariciaba y se calmó momentos después.

- Entonces… ¿me estas ofreciendo pasear aunque apenas hemos cruzado algunas palabras y no tengo ningún motivo para confiar en que regresare a salvo a mi hogar? No es un buen comienzo… - por supuesto que sonaba bastante mal de aquella manera, pero yo sonreía. – De acuerdo. – debía parecer alguna clase de loca por aceptar tan despreocupadamente. – Así que, ¿A dónde vamos? -

por **Bastian Leroy** Miér Feb 06, 2013 11:09 pm

La había hecho sonrojar y no era para menos, mi comportamiento estaba siendo un poco imprudente, aunque eso sí, traté por todos los medios de no exceder mis límites ni faltarle al respeto. Era como un juego, movía mis fichas para sacar alguna reacción de ella y luego celebraba internamente al conseguirlo. –Tienes toda la razón… Chocolate no es la única aquí que necesita refrescarse- Hablé por mí mientras asentía muy lentamente. De una u otra manera yo necesitaba de eso también, airear mi vida, hacer un paréntesis en esta y dar un respiro diferente, sí, indudablemente necesitaba refrescarme un poco.

-Neru, Neru, Neru…- Repetí un par de veces su nombre con una enorme sonrisa en mi rostro, mientras sostenía firme pero delicadamente su mano. Era extraño, pero se me había convertido en toda una proeza el mirarle a los sin que de mis labios brotara una enorme sonrisa, era algo que estaba fuera de mí, y definitivamente no podía culpar a los tragos de ello –Ese no es un nombre muy común por aquí...- Volví a acariciar a la yegua un poco más calmado, mientras escuchaba muy atentamente cada una de las palabras que salían de su boca, sin cambiar de mucho mi expresión y hasta con algo de descaro ya que asentí a cada una de ellas.

-A mí me parece que es un comienzo perfecto- Bromeé sin mirarle, concentrándome solo en mantener quieta a Chocolate para que se dejara acariciar, aunque sin hacer mucho esfuerzo ya que ella era bastante mansa. Y cuando creí que yo era la persona más descabellada e irresponsable de la ciudad ella soltó aquel “Acepto” que hizo que volitase a mirarla algo contrariado, sin poder creerme del todo que hubiese aceptado así sin más.

-No creo que sea una buena…- Comencé a hablar sin asimilar muy bien la idea. ¡Yo estaba tomado! Solo eran un par de copas, pero debía notarse. Aunque también el hecho de que se hubiese quedado charlando conmigo todo ese tiempo de por sí solo ya era un muy buen indicio, pero aún así, eso no daba píe para que aceptara sin mayor problema, porque pese a todo yo seguía siendo un desconocido –¿Eres un riquilla rebelde cierto?- La sonrisa volvió a mis labios y enseguida procedí a acomodar la silla de la yegua, bastante ilusionado por tener un día… diferente. No aprobaba del todo el comportamiento de Neru, pero yo mismo aceptaba que para disfrutar la vida valía la pena arriesgarse un poco, además ¿Quién era yo para oponerme a su espíritu aventurero?

-Vamos al mundo… ¿Le parece ese un buen lugar, Señorita?- Tomé ese porte de caballero real que en mí escaseaba, y luego muy sutilmente tendí mi mano hacia ella invitándola a que la tomara para ayudarle a subir a la yegua –Solo bromeo, iremos a las orillas de un río que no está muy lejos de aquí y tranquila, puede que yo sea un desconocido con el apenas has cruzado palabra, pero puedo jurarte que antes del anochecer estarás sana y salva en tu casa-

por **Neru Le Course** Dom Feb 10, 2013 9:59 am

Sonreía mientras le escuchaba repetir mi nombre, probablemente nunca había oído uno similar y no podía culparlo, no era francés después de todo ni de ningún idioma similar.

– Es asiático, pero no podría decirte exactamente de dónde.

Le explique naturalmente, y eso era todo lo que sabía en realidad. Me divertía pero también me daban ganas de mostrarme ligeramente enojada por la manera en que asentía a cada una de mis palabras como si no me escuchara, aunque su comentario me hizo darme cuenta que sí que me escuchaba.

¡Al fin! El que hubiese dicho que sí, tan fácilmente y contra todo lo que podría llamarse sensato hizo que el joven volviese a mirarme incrédulo. Reí ante su expresión, no por molestarlo sino porque me gustaba el ver como a las personas les sorprendiese que no siguiera las normas sociales a las que tanto ricos como pobres se habían acostumbrado.

Y ahí estaba el: “No creo que sea buena idea” que me esperaba. Mi madre solía decírmelo constantemente, tanto que para este punto ya sabía que luego me soltaría un sermón de horas por lo que agradecí internamente que el joven no terminara la frase. Parecía bastante desconcertado por mi decisión pero pronto volvió a sonreír haciendo un nuevo comentario que acentuó mi sonrisa.

- ¿Tú crees?

Dije fingiendo un tono inocente.

- ¿Qué paso con los días en que eso era normal?

Agregue en voz más baja y dirigiéndome a mí misma en lugar de al joven. Aquellos días no iban a regresar pero no podía quejarme tampoco ¿verdad?

Sus actos de caballero me divertían, no, no me burlaba sino todo lo contrario, no me gustaba que los nobles a los que conocía alardearan de sus modales pero ver al joven que acababa de conocer hacerlo no me incomodaba en absoluto. Tome la mano que me ofrecía con suavidad y monte a la hermosa yegua Chocolate.

- Eso está bien.

Accedí a ir a las orillas del rio, hace mucho que no iba a ninguno.

- En realidad solo no quería regresar a mi casa tan pronto así que mientras este de vuelta antes de que a mi madre le dé un ataque está bien.

Comente con una sonrisa, Marie podía ponerse bastante histérica en ciertos momentos (la mayoría por mi culpa) y considerando quien era ella no era nada imposible que movilizara a media ciudad en uno de sus ataques de madre preocupada. Era gracioso y en cierta medida aterrador por lo que era mejor regresar a su lado antes de que algo así pasara.

Bien, bien ahora… yo no tenía ni idea de cómo iba a hacer para que la yegua caminara por lo que en ello iba a depender de Bastian, por mucho que no me gustara el no poder hacer algo por mí misma. Bueno, no podía quedarme callada todo el camino por lo que…

- Dime, ¿Por qué fue aquella pregunta sobre el matrimonio?

Aquello me había estado dando curiosidad desde el momento en que hizo la pregunta y esperaba que pudiese decírmelo por lo que le miraba bastante interesada en lo que me contestaría.

por **Bastian Leroy** Jue Feb 14, 2013 10:28 pm

-¡Oh! Asia. No conozco esas tierras, pero por lo menos acerté al decir que no era francés- Afirmé con simpática serenidad, dejando que mi cuerpo se relajara al tiempo que se calmaba también toda esa adrenalina que había corrido por mis venas minutos antes. Estaba cómodo, relajado, con toda mi atención puesta en la morena de sorpresiva personalidad. Era del tipo de persona que fácilmente podía compararse con una cajita de sorpresas, ves lo que hay por fuera pero nunca sabes lo que hay por dentro, lo que era intrigante y bastante divertido.

-Lo normal es aburrido…- Le ayudé a montarse en la yegua con firmeza pero también con mucho cuidado para no hacer ningún movimiento tosco. –Aunque creo que tú sabes más de eso que yo mismo. Eres poco convencional- Me arrepentí enseguida por las palabras usadas, pero no hice nada por corregirme, de todas formas no era que estuviese diciendo algo que no fuera cierto, lo que había dicho lo había dicho porque justo era eso lo que pensaba, pecaba por ser directo y un poco imprudente a veces, pero eso es lo que soy, además, en todo ese tiempo y pese a no estar totalmente en mis cinco sentidos había sido demasiado prudente.

-Aún no me creo que hayas aceptado, pero no le daré más vueltas al tema luego te arrepientes y en fin…- Tomé las riendas de la yegua, y pensé en montarse tras Neru para ir más rápido, pero al final reflexioné un poco y decidí caminar junto a Chocolate mientras la morena estaba montada en esta, de todos modos, el río no estaba muy lejos de nosotros –Es una promesa. Antes de que anochezca estarás en casa. Ya lo verás, soy un apuesto joven de palabra- Bromeé con una enorme sonrisa acelerando de a poco cada paso para llegar pronto al puente que justo cruzaba sobre el río al que hacía referencia –Lo del matrimonio…- rasqué mi sien algo nervioso, tratando de encontrar las palabras correctas para explicarle sin extenderme y para no caer en malas interpretaciones, sobre todo lo que había sucedido y que me había llevado a hacer lo que hice. Cruzarse en el camino de alguien para hacerle la pregunta que había hecho no era algo muy normal y la excusa de los tragos creo que no me serviría de a mucho..

-Mi novia me acaba de dejar para irse con un tipo rico- hablé de manera seria y serena, pero luego solté una fuerte risotada girando mi mirada a su dirección para verle con el rostro sonriente –Miento, fue a mi amigo. Su novia de varios años le dejó para casarse con un tipo de mucho dinero y buena posición social ¿Eso es lo normal no?- Solté la última pregunta más para mí mismo que para la morena, deteniéndome por breves momentos a mitad del corto puente que no superaba los 15 metros de largo –Las personas buscan acomodarse con quienes mayores beneficios les ofrecen, es casi una ley y pocos van en contra de ella- Volví a mirarle con un agradable gesto, retomando enseguida los pasos perdidos. Aquella pausa solo había servido para darle un pequeño vistazo al paisaje, el río era pequeño, pero se notaba que tenía una fuerte corriente, tampoco era muy profundo, pero sí tenía muchas piedras y de vez en cuando lograba verse uno que otro pececillo luchando por cruzar ese agitado tramo, en general era tranquilo y común, pero a mis ojos era algo más que interesante.

–Ahora es mi turno de preguntar- Volví a detenerme luego de llegar al otro lado del pequeño puente, guiando por enésima vez mi rostro en dirección al de ella, pero en esta ocasión dejé que mi mirada se perdiese en sus ojos -¿Por qué no me ignoraste desde un principio? ¿Por qué no solo pasaste de mí?- Cualquier peso que tuviesen las preguntas se perdió al momento que una divertida sonrisa se apoderó de mis labios, era incapaz de ser medianamente serio ante ella y a decir verdad, eso no era algo que me preocupase del todo.

por **Neru Le Course** Lun Feb 18, 2013 3:04 pm

Poco convencional… El comentario no me molestaba en absoluto, cierto era que poco o nada encaja yo en la clase social a la que pertenecía actualmente pero vamos, que yo no había nacido como todas las demás “ladys” yo venía, a pesar de mi apariencia, de las calles de Paris. Lo que yo consideraba un comportamiento normal era visto como una ofensa a ojos de los nobles.

Reí suavemente, le creía lo de apuesto lo de palabra tendría que verlo pero por el momento no me daba ningún motivo para desconfiar, a pesar de todo no sentía nada fuera de lo normal. Le vi pensar un poco antes de contestarme, ¿era difícil explicarlo? Quizá sí que era algo importante y algo que pudiese contar tan fácilmente. Y cuando me contesto no pude evitar pensar que no era verdad, para empezar estaba demasiado calmado como para que su novia le hubiese dejado. Cuando comenzó a reír me quede confundida pero luego lo explico, ahora sí, eso era mucho más creíble.

- Normal… sí, claro.

A pesar del tono que usaba, sabía que realmente era así. ¿Qué mujer en su sano juicio (si es que a eso se le llamaba sano) no se casaría con alguien notable en la sociedad? Cada dama que había conocido hasta el momento estaba siempre al acecho por conseguir marido, pero yo ni me había planteado casarme en algún momento.

Me quede observando el paisaje, recordaba vagamente haber estado antes de el mismo lugar pero eran memorias de hace años, no estaba segura de que edad habría tenido en ese entonces. Por otra parte, quería replicar a las palabras de Bastian pero no podía encontrar como hacerlo, él tenía razón.

El continuo guiando a Chocolate al otro lado del puente mientras mi mirada seguía perdida en las aguas del rio, hasta que llegamos al otro extremo no prestaba atención a nada más que las aguas agitadas pero entonces me volví a ver al joven que había vuelto a hablar. Le mire esperando su pregunta con una pequeña sonrisa.

- ¿Por qué?

Me sorprendió un poco la pregunta pero volví a sonreír en cuanto el joven lo hizo. En realidad no había mucho que pensar para dar una respuesta.

- En un principio, porque me tomaste de sorpresa, ni siquiera me había fijado en qué lugar me encontraba hasta que te oí. Y luego, por curiosidad.

Conteste simple y sinceramente. No había mucho misterio detrás de mis acciones, al menos la mayor parte del tiempo.

- M… ¿Me ayudas a bajar?

Realmente, no tenía ni idea de cómo hacerlo y quería caminar un rato.

por **Bastian Leroy** Vie Mar 29, 2013 7:11 am

Y aquel silencio dijo mucho…

En realidad los temas sobre matrimonios y parejas permanentes eran de lo más irrelevante en mi vida, de una u otra manera daba por hecho que iba a morir joven así que técnicamente esa eran de las últimas cosas que despertaban mi interés, pero… había algo que sí quedaba paseándose por mi cabeza, algo que logró cambiar pero solo momentáneamente, y eso se encontraba en las mismas palabras que yo antes había dicho “Las personas buscan acomodarse con quienes mayores beneficios les ofrecen, es casi una ley y pocos van en contra de ella” y la confirmación de ella me recordó que por muy ilógica que tal idea se viese ante mis ojos, era cierta. Las personas siempre terminaban vendiéndose al mejor postor ¿Algún día haría yo lo mismo?

El recorrido hasta el río fue más que tranquilo, y así estaba bien, iba en busca de paz y tranquilidad y ya la estaba teniendo pero yo mismo irrumpí aquel silencio con mi capciosa pregunta la cual tuvo una buena respuesta, ni muy desinteresada ni comprometedora, ¡muchachita lista! Sí que sabía como esquivar mis repentinas preguntas, aunque aun apostaba por agarrarle con la guardia baja con algunas de ellas, así que volvería a insistirle aunque más adelante.

-No puedo ayudarte a bajar- Hablé manteniendo mi semblante relajado, mientras daba un par de pasos hasta ella –bueno sí puedo, pero no prometo no tocar zonas prohibidas mientras lo hago- La miré aguardando en mis gestos ciertos toque infantiles, pero luego solté una risotada que hizo enrojecer mis mejillas –Es broma, no soy ningún pervertido- Me acerqué un poco más tomando sus dos manos ubicándolas sobre mis hombros, y luego, y con el mayor cuidado sujeté las mías a su cintura –Neru, Neru…- Hablé en tono bajo, manteniendo la infantil sonrisa que hasta entonces se había dibujado en mi rostro -¿Puedo adoptarte por estas horas?- Dije poco antes de ejercer un poco de fuerza con mis brazos para así ayudarle a bajar de la yegua.

por **Neru Le Course** Dom Mar 31, 2013 4:42 pm

Me reí un poco al saber lo que él sentía pero no hice ningún comentario, ya sabía yo que hacerlo me traería más problemas que soluciones así que tenía que acostumbrarme pronto a diferenciar lo que sentía yo por mis poderes de lo que era normal para una persona.

Pero alegre rostro paso a ser uno de desconcierto cuando el joven se negó a ayudarme, y me leve rubor apareció en mis mejillas con las siguientes palabras. Me debatía entre bajar por mí misma o no, estaba segura de que si lo hacía sola iba a caer ridículamente de la yegua… y escuché la risotada del joven.

- Que gracioso…

Le dije con una expresión de enojo nada convincente, al menos resistí la tentación de sacarle la lengua y dejé que llevara mis manos a sus hombros mientras él me sujetaba de la cintura. Volví a sonreír, yo no era precisamente buena para enojarme (no por algo así) y menos cuando la persona con quien se suponía debía estar molesta sonreía de manera tan despreocupada e infantil.

¿Adoptarme? Mi sonrisa se volvió algo misteriosa y le rodee el cuello pegándome un poco a su cuerpo en parte para no caerme mientras me bajaba pero también porque quería ver su reacción.

- Mm…

Le miré como si lo estuviese examinando por un momento aún sin soltarme.

- ¿En verdad quieres adoptarme por estas horas? Mira que puedo ser una hija bastante rebelde. ¿O prefieres ser mi hermano?

por **Bastian Leroy** Lun Abr 01, 2013 7:41 am

Cerca… Demasiado como para ser una simple casualidad...

La sostuve fuerte con mis manos, haciendo de aquel descenso algo un poco más lento, no había parado de reírme desde que escuché su respuesta a mis bromas, solo hasta ahora. Aquella sonrisa poco a poco fue desvaneciéndose de mis labios, pero no era algo malo, tampoco sabía si era algo bueno, es más, ni siquiera sabía a qué se debía todo eso, solo quería sujetarla y sentirme atrapado por sus brazos por un poco más de tiempo.

Cerca… Ella se había acercado demasiado como para llamar a aquello “un simple accidente” lo había hecho adrede, y para ser sincero, allí yo era el último que se quejaba de tal acción, por el contrario, aproveché la escasa distancia para observarle directamente a los ojos, ahora sí, tratando de ver lo que ellos trasmitían, tarea algo difícil para una persona que solo miraba a los ojos a aquellos seres de los cuales desconfiaba, encontrarme de la nada con una mirada llena de tantas cosas diferentes, significaba un gran choque en mi cabeza llena de tantos perjuicios contra cualquier ser viviente o no tan vivo.

-Soy un mal hermano- Seguí su juego y no me alejé de ella, como tampoco dejé de observarle en ningún momento, sobre todo tras descubrir toda la picardía y feminidad tras sus gestos y palabras –Además me gustan las personas rebeldes…- De un momento a otro, y sin importarme lo que ella pudiese pensar hice nada esa escasa distancia que nos separaba y le di un abrigador abrazo, no uno fuerte, ni uno demasiado flojo, un fraternal abrazo que no tenía más intenciones que las de abrazar –Aunque aún queda el puesto de esposa, pero no creo que los quieras tomar…- bromeé muy cerca a su oído dejando que casi al instantes de mis labios brotase una divertida risilla –Te ves tan pequeña y frágil, me han entrado ganas de cuidar de ti…-

por **Neru Le Course** Mar Abr 02, 2013 10:58 pm

Le sostuve la mirada tranquilamente, no me incomodaba, de hecho me parecía incluso interesante que tratara de ver algo en mis ojos, como si quisiera saber lo que pensaba. ¿Sería fácil? Personalmente pensaba que yo no era una persona muy difícil de leer ¿o sí?

Reí suavemente, feliz porque me siguiera el juego. El abrazo si me tomo por sorpresa, pero no hice ningún intento por apartarme, era extrañamente cálido. Hace mucho que no me abrazaban de aquella manera.

- Una esposa que no para de meterse en problemas no te convendrá.

Bromee antes de alzar una ceja ante el siguiente comentario.

¿Pequeña y frágil? Estaba consciente de que mi apariencia no me ayudaba mucho para desaparecer esa opinión pero no quitaba que me molestara un poco, no quería parecer débil.

- Lo de pequeña lo acepto pero ¿frágil?

Infle un poco la mejillas, pero luego suspiré y baje la mirada apoyando la cabeza en Bastian, tenía una apariencia algo sombría.

- ¿En serio es esa la primera impresión que se tiene de mí?

Use un tono un poco dramático, como si me afectara demasiado el que así fuera. Volví a suspirar y me solté con cuidado de su abrazo, le sonreí y comencé a caminar lentamente mirando al rio.

por **Bastian Leroy** Dom Abr 07, 2013 10:33 am

-Yo podría enseñarle "Cómo no meterse en problemas" o también, podría meterme en problema con ella- Reí con ganas, no entendiendo muy bien del todo como una vez más y por mi culpa llegábamos a ese tema, aunque era divertido, era mejor hablar de eso que tocar otros temas que reviviesen los fantasmas de mi pasado. No, ese día no era el cazador, ni la víctima, ni el victimario, solo era un joven más de los que abundaban en las calles de Francia, un poco mareado por ingerir uno que otro trago de más, bueno, eso también era bastante normal en las calles de Francia. Así que. literalmente, ese día solo era un hombre del montón.

Su rostro de niña buena se tornó aún más inocente cuando la pequeña morena infló sus mejilla, con esa actitud bastante infantil, era imposible que no riese con tantas ganas como en ese momento lo hice y luego, y de manera muy sutil pellizqué una de esas mejillas como si de verdad la persona que estaba frente a mí no superase lo cinco años y asentí muy seguro de lo que había dicho -Así es, esa es mi primera impresión sobre ti....- Volví a reírme descaradamente, pero enseguida controlé mis gestos y la observé alejarse muy sutilmente de mí. El río también me llamaba, por lo que no tarde en acelerar mi paso para comenzar a caminar a su lado.

-No me has dicho a qué te dedicas....- Hablé pausadamente, acomodando mis cabellos hacia atrás para que estos no se alborotasen en mi rostro -Intentaría adivinarlo por mi cuenta, pero es que cada vez que creo saber algo de ti, tú me sales con una cosa totalmente diferente- rió bajito, buscando su rostro para observarle, pero casi al instante desvió su mirada hacia el río -No me digas que solo eres una dama de sociedad porque me decepcionarías-

por **Neru Le Course** Miér Abr 10, 2013 9:55 pm

Reí con su respuesta al tema de tener una esposa problemática, y es que ciertamente Bastian tenía la apariencia de fácilmente acompañar a su pareja en los problemas que se metiera, resultaba divertido imaginarlo.

Ya cuando yo hacía un mini berrinche porque me habían llamado pequeña y frágil, dejé que el joven me pellizcara una mejilla y esta vez sí le saque la lengua, realmente que si lo que quería era parecer más madura estaba yendo por un camino completamente equivocado. Pero, ¿cómo evitarlo? Me sentía completamente cómoda al lado de una persona que acababa de conocer, con un humano, hace mucho que no me paraba a hablar con un humano normal aparte de mi madre. Quizá necesitaba eso para equilibrar un poco los últimos encuentros que había tenido, todos con seres sobrenaturales.

- Hay quienes opinan distinto ¿sabes?

Si bien aquel comentario podría haber resultado misterioso lo había dicho en un tono del que era muy poco probable se pudiese sospechar algo.

Continué caminado al lado de Bastian tranquilamente hasta que él volvió a hablar. Sonreí.

- Ehh... supongo que entonces voy a decepcionarte.

Suspiré con un aire algo teatral aunque seguía sonriendo.

- Una vez mi madre intentó que le ayudara con sus negocios, pero fue un desastre. Espanté a un noble que se suponía debía convencer para que ayude a mi madre… Sabes, al parecer una dama no puede llamar “viejo degenerado” a un aristócrata cincuentón cuando este intenta tocar en donde no debería.

Reí un poco al recordar aquello, puesto que yo no solo lo había llamado de aquella manera sino que había ocasionado un alboroto por ello poniendo al hombre en ridículo.

Luego volví a mirar al joven a mi lado.

- Soy pianista… de vez en cuando. Por lo general toco solo porque me gusta, solo algunas veces lo hago en lugares donde me paguen por ello. Bien ahora dime tú, ¿a qué te dedicas?

Pregunte mirándolo con curiosidad.

por **Bastian Leroy** Vie Abr 12, 2013 3:26 pm

-¿Cómo pueden pensar lo contrario?- Le cuestioné entre risas, más por molestarle que por otra cosa, en realidad, si la comparaba con las chicas promedio que abarrotaban las calles francesas, esa apariencia frágil y delicada que tanto destacaba en ella sería desplazada fácilmente por su carácter aventurero y algo desconcertante desde mi punto de vista, no era una dama de clase cualquiera, ella era toda una mujer en el amplio sentido de la palabra –Que ellos piensen lo que quieran, para mí seguirás siendo una ternura de persona…- Hablé sin mirarle, era lo mejor, además, para ese momento solo tenía oídos para escucharla. Negar que me sobresalté un poco al oír lo de “decepcionarme” sería mentir, pero enseguida ella misma cambió ese precipitado concepto que mi cabeza se había hecho.

-Debiste haberlo golpeado- Imaginé la escena y no pude hacer más que reírme –Aunque pobre tipo… lo comprendo…- Me atreví a bromear, pero enseguida reivindiqué mis actos dando pequeñas palmaditas sobre su cabeza –Es broma. Felicitaciones, hiciste lo que una verdadera dama debería hacer-

Lo de ser pianista no lo esperaba, era normal que las personas adineradas tuviesen afín con uno que otros instrumentos, pero es que, muchas veces olvidaba que la clase social de la morena estaba unos cuantos escalones por encima de la mía y el comportamiento de ella no me ayudaba de a mucho a salir de esta idea –Wow… En vez de decepcionarme me has sorprendido. Buen instrumento- Asentí levemente buscando enseguida su mirada -¿Podrías tocar algo para mí en futuro encuentro?- Las palabras salieron de mis labios si pensarlo siquiera, de verdad quería escucharle tocar, aunque para ser sinceros, yo estaba lejos de ser ese tipo de hombre culto que se deleitaba tras escuchar las notas musicales, pero aún así, quería verle tocar el piano.

-¿Yo?…- Reí y acaricié mis cabellos, no sabía qué tan bueno o malo sería confesarme abiertamente ante la morena, no todas las personas veían con los mismo ojos mi oficio, pero negar u ocultar lo que hacía no era algo que estuviese en discusión –Soy cazador- Hablé mientras asentía.

-Vivo de “erradicar” seres sobrenaturales- Le miré fugazmente pero al instante centré mi mirada en el camino. En mis labios aun se posaba una pequeña sonrisa, aunque no podía ocultar del todo el leve toque de ansiedad que brotó de mí tras confesarme. Puede que en mi vida, hablar de cazar seres sobrenaturales sea de lo más natural de mundo, no podía alejarme de la idea que para muchos otros ese era el tipo de oficios que solo las personas violentas hacían, pero eso era y lo seguiría siendo por mucho tiempo. –No es un trabajo común, pero es mi trabajo.-

por **Neru Le Course** Dom Abr 14, 2013 5:21 pm

Me reí al oír su comentario, ¿golpearlo? Realmente poco había faltado.

- Si no lo golpee es que pensé que ya había arruinado bastante su imagen, seguro que no vuelve a salir de la seguridad de su castillo por un tiempo.

Comenté con un leve tono malicioso para oír luego sus comentarios, con los cuales reí esta vez dejando que me diera palmaditas en la cabeza.

- ¿Qué? ¿Quieres cargarme otra vez?

Bromee aunque con tono algo provocativo.

- Al menos alguien piensa que hice bien, la mitad de los nobles está odiándome… la otra mitad reza por no cruzarse conmigo.

Al joven le sorprendió oír que era pianista con lo que sonreí devolviéndole la mirada, me alegraba que le gustara aquel instrumento por lo que asentí entusiasmada a su siguiente pregunta. Tocar para alguien más era mejor que hacerlo para mí misma o para gente a la que solo tenía que impresionar momentáneamente.

- ¡Por supuesto! Me encantaría tocar para ti en cualquier momento.

Ahora le tocaba a él contestar a mi pregunta, se lo pensó por unos segundos antes de decirme… una palabra que causaba en mi miedo y fascinación al mismo tiempo. Cazador. Me resultaba un poco difícil imaginar a Bastian como aquellas personas que se dedicaban a cazar a seres como yo, debería temerle pero me había acostumbrado a él.

- ¿Por qué?

Mi voz fue menos alegre que antes y noté como me había quedado con mirada fija en el horizonte sin verlo realmente así que miré brevemente al joven a mi lado antes de volver a concentrarme en el río. No, no podía temerle, pero recordaba mi primer encuentro con un par de inquisidores, no había sido agradable. ¿Si le decía que era una bruja intentaría matarme?

- ¿Son diferentes? Los cazadores de los inquisidores…

por **Bastian Leroy** Jue Abr 18, 2013 12:42 am

-¡A la mierda los nobles! Todos son uno hipócritas- Las palabras salieron de mi boca como una divertida broma aunque en realidad era justamente eso lo que pensaba y siempre había pensado, la consideración que sentía hacia clases más altas era nula, y el relato de Neru solo me daba más razones para mantenerme en mi posición –La próxima vez si lo golpeas…- Me atreví a tomar el tema a la ligera, porque pude ver en ella que eso solo había sido un tropezón más en su vida, una simple mala experiencia, porque en realidad, con todo ese cariño que hasta el momento ella me estaba despertando no quería que una vez más se viese envuelta en una situación como esa, aunque por lo menos, tenía la tranquilidad de saber que ella podía defenderse.

-No me golpees si en medio de tu “presentación” me duermo…- Confesé aguantándome las ganas de estallar en carcajadas –No tengo el oído fino para estas cosas y cada vez que escucho una bonita melodía o cualquier otra cosa que genere tranquilidad me duermo…- y hasta ahí llegaban mis bromas y desbordada simpatía. No necesitaba estar dentro de su piel para saber que el tema de que yo fuese cazador no era bien acogido, se sentía en el aire, en el ambiente, en aquel “¿Por qué?” que no alcancé entender del todo .

-Los inquisidores solo son fanáticos religiosos…- Se me daba bastante bien hablar sobre temas que no conocía del todo, y este era uno de esos casos –Somos muy diferentes, yo nunca me prestaría para cazar humanos, no puedo decir lo mismo de todos los cazadores, pero por lo general solo atacamos a seres sobrenaturales. Yo nunca me he topado con un brujo, aunque sí he oído que muchos de ellos se prestan para hacerle daño a otras personas… ¿Lo imaginas?- Centré mi mirada en el camino mientras seguía avanzando con algo de parsimonia, ya que el tema abordado no ameritaba prisas de ningún tipo -¿Puedes hacerte la idea de que alguien contacte con un brujo para hacerte daño? Tienen el poder para hacerlo. Por muy fanáticos que sean la labor de los inquisidores también es de vital importancia. Creo que al final no somos diferentes, solo estamos aquí para desintoxicar este mundo- ladeé mis labios avanzando un par de pasos más rápidos que ella para sobrepasarla, allí adelante, la miré a los ojos y sonreí enormemente –Si estás cansada puedo cargarte. Puedes decírmelo con confianza, ahora somos amigos ¿No es así?-

por **Neru Le Course** Lun Abr 22, 2013 11:09 pm

Cazador… parecía que esa palabra no fuese a abandonar mi mente, me actitud se había vuelto un poco más seria y sombría, algo que a Bastian no le pasó por alto así que intenté cambiar aquel ambiente aunque no tuve mucho éxito en ello. Al escucharlo decir que no mataba humanos, me sentí algo mejor, pero no me duró mucho ya que la culpa siguió a ese sentimiento, ¿cómo podía sentirme mejor solo por saber que probablemente no iba cazarme? ¡Jae era vampiro y Cami una cambiaformas!

“Es mucho más probable que me contacten a mí…” Pensé en mi interior, aunque claro que yo nunca aceptaría una petición de ese estilo. No me gustaba usar mis poderes para lastimar personas a las que ni siquiera conocía. ¿Desinfectar? Eso dolió. Pero él no podía saber lo que yo pensaba, sus siguientes palabras eran amables e incluso me desconcertaron por un momento por lo que no pude corresponder de inmediato a la sonrisa enorme que me mostraba. Una amiga… Me lo pensé por un momento antes de decir…

- Si soy tu amiga, entonces no soy una presa a la que debas cazar ¿verdad?

¿Dudaba? Claro, estaba confesándole a un cazador que era una bruja… pero quería confiar en que éramos amigos. Bajé la mirada un momento pero volví a mirarlo directamente a los ojos segundos después, ya había dicho las primeras palabras por lo que no podía quedarme a la mitad.

- Soy bruja pero nunca he usado mis poderes para lastimar a gente que no lo merece.

Tampoco iba a decir que no había lastimado a nadie en mi vida, pero al menos no había causado daños irreparables.

- No me odias ¿verdad? Dijiste que somos amigos…

Lo miré con algo de súplica, me había encariñado con él y lo último que deseaba era que aquello terminara de una manera horrible. Sabía que habría sido más sencillo simplemente no decirle nada, dejarle creer que era una humana normal, pero tampoco quería mentirle. Además, no podía dejarle creer tampoco que todos los seres sobrenaturales eran malvados, si bien es cierto que los hay bastante retorcidos también existen aquellos que son todo lo contrario.

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