No necesito una invitación para el baile (libre)

por **Clodette Landman** Mar Feb 05, 2013 8:00 am

Recuerdo del primer mensaje :

Cuando los niños de verdad están durmiendo, ella despierta como si fuera una linda mañana. El aire frio acaricia su cara, mientras espera desde lo alto que sea la hora. Todo es tan cuotidiano, tan aburrido. Los carruajes, las mujeres y los hombres pasean bajo sus pies sin conocer el peligro. Mientras tanto va contando impaciente las horas que faltan para que empiece el baile. Mira el reloj robado; quince minutos.

Baja hasta la calle disfrazada de mujer con un galante vestido negro, su pelo dorado contrasta entre tanta oscuridad. No lleva abrigo, no siente el frio de la misma manera como no siente la compasión. Anda haciendo saltitos y la gente la mira al pasar y murmuran entre ellos. "¿Que hace un niña que vagabundeando sola a estas horas? sin sus padres podría correr peligro". Ríe ante la idea, sus padres la quieren ver muerta. Podría caminar mucho más rápido, pero hoy le apetece sentirse un poco humana. La sed ya esta apaciguada así que espera que todo le salga bien:

Llegue al palacio y des de lejos observe atentamente la entrada escondida entre las sombras. Los hombres ayudaban a bajar a las mujeres de sus carruajes, iban muy elegantes y arregladas, todos estaban contentos y no dejaban de repetir "hoy será una gran noche". Cuando parecía que no había tanto movimiento de personas en la puerta principal decidí acercarme. Aparecí delante la entrada dando saltitos, estaba contenta porque era la primera vez que iba a un baile. Antes nunca pude ir, mis papas no me dejaban acostarme tarde y yo y mi hermano nos quedábamos en casa con la niñera, aquellas eran unas noches muy aburridas. Un señor muy serio estaba a la puerta con un libro muy grande lleno de nombres. Me plante delante suyo y puse los brazos detrás mi espalda mientras me balanceaba con los pies. El señor me mira de arriba abajo arrugando la frente. Yo no estaba invitada al baile.

- Mis papas están dentro. - Mentí. El señor levanto las cejas y miró la lista de invitados.

- ¿Cómo se llaman tus papás jovencita?-

- No lo necesita saber señor, porque yo soy una buena niña y usted me dejara entrar.- El señor se quedo pensativo unos segundos, luego se aparto e hizo un gesto con la mano para que pasara. Sonreí ante mi victoria, mi poder de persuasión había funcionado como siempre.

Una vez dentro me perdí, me perdí entre tantos olores distintos y tanta gente. Me movía rápidamente entre ellos que no me veían y me pisaban una y otra vez. Pero me escabullí rápidamente hasta llegar a la sala de baile. Al ver la pista con tanta gente bailando y la orquesta mis ojos brillaron igual como si abriera un regalo. Me gustaba mucho bailar. Me quede fascinada sentada en una de las sillas viendo como danzaban a compas de un lado al otro. Intentaba memorizar cada movimiento que hacían las señoritas para yo aprenderlos y más tarde, quizás poder bailar con alguien.

por **Zirano Xanaddo** Mar Feb 26, 2013 4:15 pm

La niña no para de luchar y gritar, para que la suelte, yo tan solo espero que los policías estén lejos, y la suelto, entonces me pregunta que si no debería volver al trabajo.

-Pequeña, ahora mi trabajo es asegurarme de que no te metas en mas líos.- Le digo con tono neutro, y entonces me agacho poniéndome a su altura, con mis dos manos en sus hombros, y tristeza en mi mirada.

-Pequeña, ese lugar no es para ti, y si aun queda algo de humanidad en tu corazón. Te pondrás en el puesto de tus padres, y veras, que ellos solo saben que te convirtieron y te quitaron el alma convirtiéndote en un muerto viviente, con el rostro de su hija. Y esa hija andaba por el mundo con su carita y cuerpecito asesinando por doquier, y sin que ellos no puedan hacer nada. Pero de acuerdo, volvamos a la fiesta si lo desea yo le acompaño señorita.- Me levante, le ofrecí mi mano, y me dispongo a volver al palacio.

por **Sean O'Rouke** Mar Feb 26, 2013 5:04 pm

-Vamos ya Chris, ¿acaso no confías en mí? ¿Qué fue lo que pasó con la pequeña en ese salón? Puedes decírmelo, no soy una niña ya ...-
Dejando entreveer una seductora sonrisa su mano rozó la mía, su mirada se hizo mas pícara de repente y su voz se había serenado llegando a se incluso algo melosa para la situación actual del salón de baile donde las parejas no dejaban de dar vueltas y tomarse de las manos si el ritmo era mas rápido o de la cintura de la dama si el ritmo era mas tenue, mas seductor. Apreciaba mucho este rito tan encantador que me solía perder en esas vueltas eternas camuflándome entre los mortales cual si fuera uno mas de ellos. Es verdad, uno quiere lo que tiene el otro y así siempre...

Volví mi mirada a Louise, estaba encantadora ahora, tan sensual, tan escotada, no creía despertar deseos en ella porque estaba comprometida, respetaba el lugar de ese hombre afortunado a pesar que no estaba esta noche escoltándola. El salón abultado de gente, el tintineo de las copas, el olor a comida asada y a perfume francés: encantador hogar.

Y me encontré curiosamente pensando que había pasado con esos cuatro que me había cruzado hoy, ¿la niña había conseguido lo que quería?¿El oficial habría logrado su cometido de protección? No lo sabía. Sabía solo que la jovencita buscaba diversión eso mismo que encontraba yo en estos lugares, cálida compañía de extraños, la sensación de pertenencia, la idea de volver a ser humanos una vez mas después de cada cajón abierto a una nueva noche. Ya el solo hecho de vestirnos era algo de lo mas agradable. Sino, ¿qué nos quedaba?

La impaciencia se hacía notar en la cara de mi Louise, la quería mucho. Sentada en esa silla frente a la mesa repleta de copas vacías y yo frente a ella, cualquiera podía pensar que íbamos a confabular algo por nuestro acercamiento.

-Nada ha pasado cariño, tranquila, ya sé que no eres una niña y estoy feliz al comprobar que ya has crecido. - intercambio una sonrisa -Pero créeme que todo esta bien, al parecer como la niña no estaba invitada, se la apartó de la fiesta por la puerta lateral.- dije quitándole importancia al asunto para que terminara allí y no me preguntara mas sobre seres que seguramente no iba a querer saber.

por **Clodette Landman** Jue Feb 28, 2013 3:32 am

Ignoré sus palabras aun sabiendo la razón que llevaban. Ya había tomado una decisión, quería divertirme, quedaban unas horas para el amanecer, tampoco estaría mucho tiempo. Mire al policía arrugando la frente.

-No me llames pequeña, mi nombre es Coralie. Y ya se lo que me hago.- Conteste molesta por su trato hacia mi como si fuera una niña, aunque a pesar de todo me comportaba como tal con mis cambios repentinos de decisiones llevadas a cavo por impulsos del momento y no por la racionalidad.

Llegamos otra vez al callejón por donde había escapado, los carruajes seguían aparcados en una perfecta hilera al lado de la pared. Había un grupo de gente que, entre risas, ya abandonaba la fiesta y se subían en sus respectivos carros.

La identifique rápidamente, después de tanto tiempo había cambiado ligeramente, se la veía más envejecida, más mayor, tenues arrugas se insinuaban en sus ojos y en sus labios, pero la belleza seguía predominando en su rostro. Su olor sí era diferente, parecía estar mezclado con otro más intenso. También su forma de caminar había cambiado, ahora era más torpe y lenta. ¿Estaría enferma?. Dirigió su mirada hacía mí que sin haberme dado cuenta me la quede mirando, rápidamente de un impulso me escondí detrás del policía escondiendo mi cara en su espalda. Una voz muy familiar hizo que apartara la mirada de mí. Asome la cabeza para ver también a mi padre que ahora estaba ayudando a mi madre subir al carruaje.

-Vamos querida, ya es demasiado tarde, tu y el niño debéis descansar. Ya te dije que no era buena idea ir al palacio en tu estado...- Me quede quieta, paralizada, sin saber muy bien que pensar. El carro paso rápidamente por nuestro lado y yo me agarre fuerte a las ropas del policía, escondiéndome. A medida que se alejaban un sentimiento nostálgico me invadió. Me dolió verlos, me dolió ver que ellos seguían con sus vidas lejos de mi... y ahora tendría un hermano que seguramente nunca podría conocer. Demasiadas emociones aquella noche, debía haberle hecho caso al policía y no volver. Otra vez las lagrimas mancharon mi rostro y ahora las ropas del vampiro, me sentía cansada una sensación que desde que termino mi humanidad no padecía.

-Lo siento, le he manchado el traje.- dije entre sollozos.- Siento haberle traído tantos problemas esta noche... no me encuentro muy bien, tengo que irme.- Me aparte de él lentamente y di media vuelta.- Adiós – dije y corrí hacía casa deseando dormirme y no despertar en unos días. Me pregunte si lograría alguna vez no llorar al ver a mis padres.

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