Noches Sombrías y Cálidas +18 (Privado)

por **Alekshandro Del Piero** Miér Feb 13, 2013 3:25 pm

Una noche como cualquiera para Del Piero no lo era, había llegado de un trabajo de cacería para la “Santa Iglesia” en compañía del brazo secular del mismo La Inquisición… ¡perros que necesitan respaldo! Medita mientras se encuentra en la estación de Paris, traía una bolsa con su ropa y otra con sus armas pero sobre todo un cigarro en su boca, las mujeres le miraban y se acaloraban, traía una barba de unos días y sobre todo aquel sombrero y la ropa algo sucia, lo hacía ver como todo un hombre de caza.

Durante el transcurso de las horas llega a su casa para tomar un baño, su nueva ama de llaves, una vieja amiga le reprende por aquel look que trae –Alek deberías tener más cuidado con tu presencia…como esperas encontrar una esposa si luces como un perro vagabundo- aquellas palabras provocan una risa inmensa en Del Piero pues él no pensaba en una esposa, es más para él no había una mujer pues su pasado le había enseñado que no debía fiarse de esas. Con un ademán le hizo entender que aceptaba sus palabras aunque no las compartía ¡si como si alguna zorra podría compartir el honor de ser mi esposa…ni una! Pensaba el cazador mientras toma el baño y acicala recortando aquella barba aunque no del todo.

Saliendo de su casa con cigarro en mano y con la chaqueta a medio cerrar se va caminando por las calles –He vuelto y es hora de festejarlo- con pasos tranquilo llega hasta el burdel de Red Rose un viejo lugar, conocía al dueño del lugar y sabía hacer negocios con él, ahí sería su primera parada, además la calle de las rositas, por no decir putitas, estaba colorido y con música así que aquel lugar solo sería el inicio de su festín sexual.
Entra al lugar mirando a todas las jovencitas y viejas zorras de aquel establecimiento, una a una comenzó a acercarse las mujeres, las que ya le conocían le miraban con recelo y se sonrojaban y mejor buscaban otros clientes, otras en cambio las más cínicas se le acercaban con descaro moviendo sus caderas y bamboleando sus senos hacia él que con sonrisa en labios y cigarro en mano les aparto, pues ya sabían que lo que le buscaba era juego y sobre todo la apariencia de dulce Gentleman cordero para luego ser el Mefistoles lobo de la noche. Se acercó a la barra para pedir un poco de Bourbon con absenta, una bebida prohibida pero fuerte para aquellos que buscaban algo fuerte en aquel lugar, el tabernero que ya conocía sus gustos le echa la botella con el absenta mezclada Alek sonríe y toma asiento en la esquina sin mirar a las mujeres más bien ignorándolas, pero solo estaba jugando quería ver si había algo más o alguien que pueda llenarle su apetito sexual.

El dueño del lugar se acera a charlar con él diciendo que tenía a una nueva y que quizás a él le gustaría probar o quizás una de las viejas con experiencia, Alek niega y prefiere estar solo, las jovencitas nuevas se acercan tímidamente enviadas por su patrono pero solo reciben sonrisas del cazador mientras bebe, les invita un trago a cada una para que se desinhiban y puedan hacer su trabajo con otros clientes…las horas pasan y al ver que nadie podía levantar su libido o su juego dejó un billete alto en la barra mientras terminaba la bebida de su vaso y luego tomó la botella para poder salir de aquel lugar rumbo a su casa… -En casa creo que me prendería mejor que aquí…veamos que nos depara el segundo burdel…- susurra mientras se acomoda la chaqueta y el dueño del burdel mira como su mejor cliente piensa en salirse para ir a otro y saciar lo que nadie le puede dar.

Triste lobo que no puede encontrar a una caperucita…quizás en casa pueda descansar con más calma.

por **Claudia Gunter** Jue Feb 14, 2013 12:43 am

Una noche más, ella se encuentra en aquél cuarto de "su casa" mientras se empieza a maquillar, poco a poco la transformación va tomando forma, un poco de gloss y luce unos labios perfectos, ondula su cabello mientras lo acomoda lentamente con las manos, se termina de poner las medias de red y un ligero en cada pierna para ponerse unas zapatillas tan altas que parece que ha crecido a velocidad luz. Hay colorido en sus mejillas, en sus ojos, en su vestido e incluso en su cabello, pero sus ojos se ven totalmente apagados -Una noche más- suspiró largamente para volverse a sentar frente al tocador, cuando el maldito reloj sonara comenzaría de nuevo su tormento.

Bajó lentamente las escaleras y acomodó la cama en donde tendría que trabajar toda la noche, las sábanas estaban inmaculadas y perfectamente tendidas mientras que ella se sentaba a la orilla intentando no desacomodar nada -Hoy no sales de aquí- le dijo el dueño del burdel mientras le acariciaba la barbilla lentamente -Ya estás apartada, debes tratarlo muy bien... Te ha dejado buena propina porque le abras las piernas y la boca- asintió mientras sentía la lengua del hombre recorrerle los labios para después fundirse en un beso al cual tuvo que responder -Que complaciente, te usaría pero necesito que estés fresca...- pasó una mano por el muslo de la mujer y estiró la liga haciendo que se estrellara contra su piel a lo cual ella sólo respingó ligeramente.

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-Anda vamos, necesito que te hinques... No pagué tanto como para que no hagas tu trabajo, dicen que eres de las mejores, al menos no te quejas- el hombre que había apartado los servicios de Claudia esa noche se encontraba en la cama con los pantalones abajo mientras se masturbaba. La chica lo único que pudo hacer fue hincarse delante de él mientras comenzaba a usar su boca para estimular el glande de "su cliente", los ruidos no se habían hecho esperar por parte del hombre y empujaba la cabeza de la cortesana para que hiciera mejor su trabajo -Tú puedes hacer más con esa boquita, anda...- murmura mientras ella simplemente sentía asco por aquello.

Se escuchó la puerta y Claudia se sobresaltó -Yo sé que pagaste, pero la necesito, Lizbeth, sal de aquí...- ella se quedó atónita mientras observaba a su jefe -Yo pagué y ahora la follo- sujetó el brazo de la mujer con fuerza sin dejarla hacer otro movimiento más que el de enderezarse -Aquí está tu dinero, ahora déjala...- un nuevo jalón del brazo contrario que parecían quererla partir mientras billetes volaban en dirección del hombre que tenía los pantalones abajo y el burdelero y Claudia salían del cuarto.

Ella terminó con la espalda pegada a la pared -Ve ahora a la sala principal y agarra al tipo que está por cruzar esa puerta, si no lo traes de regreso... Ya sabes lo que te puede pasar...- le mordió el labio inferior con fuerza y tiró de él -¿Entendiste?- acariciaba su mejilla lentamente y ella asintió -Pues largo...- le quitó las manos que estaban a sus costados, la cortesana comenzó a caminar y el hombre le dio una nalgada apremiante -Vamos, vamos, la casa pierde- le guiñó el ojo como si aquello fuera una broma.

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Se acercó a la entrada mientras veía que el hombre caminaba para huir de aquél lugar -Pierdes tu tiempo, linda, él no te hará caso, necesita una verdadera mujer- murmuró una de las cortesanas del sitio mientras la fulminaba con la mirada con tal de que no se acercara al hombre, pero si le hacía caso y se regresaba le iría mal, prefería que ella le golpeara luego a que el burdelero la violara hasta que se cansara.

-¿Ya se va? Pero si la noche apenas comienza...- dijo mientras se acercaba por la espalda del chico que tenía delante para darle la vuelta y cerrarle el paso antes de que él saliera. Sonrió de lado mientras lo observaba fijamente a los ojos, era bastante atractivo, ahora entendía porque las chicas estaban cual gallinero alborotado, el burdelero le sonrió y guiñó el ojo mientras que cuidaba que hiciera su trabajo, Claudia seguía con la sonrisa en los labios -Vuelva... Por favor... Se lo suplico... Si no lo hace me golpeará... Sé que a usted no le importa, podemos ir al cuarto y... Que usted haga lo que sea... Pero por favor, no se vaya...- suplicó sin perder la sonrisa como si le estuviera diciendo cualquier otra cosa dejando que sus manos acariciaran los costados y el abdomen del hombre, aquello no le gustaba pero de alguna manera había que mantenerse viva.

por **Alekshandro Del Piero** Mar Feb 26, 2013 10:14 am

La botella se levanta cuando el brazo se empina para dejar que el contenido de este baje por aquella boca secando todo a su paso o mejor dicho refrescándole y llevándole a un lugar sin retorno, un lugar donde sus pesadillas cobran vidas, donde el demonio que es él surge de la nada y sobre todo donde la sangre corre como ríos bañando todo a su paso, secándolo y matándolo.
Los pasos pesados y graves se escuchan resonar contra la madera del lugar, arrastrándose y luego con ira, la pereza y la ira juntas una extraña combinación pero que en ese momento le valía mierda a Alek que con una sonrisa desajusto un poco su corbata, bebió un poco de su oporto y miraba a aquellas mujeres que se mordían los labios y los dedos para no lanzarse contra él y levantar su lívido para tener un orgía desenfrena con aquel, pero no lo hacían porque su humor esta volátil, y no sabían como él iba a responder o cortarles con su característica frialdad e indiferencia o con palabras tan groseras que saldrían llorando.

Antes de cruzar el umbral del burdel y dejar a todas sus putas en sus mierdas de vida una mujer le corta el camino con su voz tan angelical que parecía lastimero como si le doliera decirlas, aquello le hizo soltar su botella al suelo dejando que el líquido se corriera en las maderas del lugar, bajando la mirada por su botella frunciendo el ceño ¡maldición ahora tendré que ir sobrio a joder a otra puta más para luego matarla, puta vida! Antes de levantar su enojada vista a la causante de su perdida de alcohol miró los pies de la joven, delgados pero con muslos torneados vestida muy atractivamente, provocativa y sobre todo excitante, siguió subiendo por sus caderas anchas y sensuales lo que mostraba un trasero redondo y exquisito, sus senos como una fruta listas para morder y probar su néctar y esos labios rosados carnosos y sus cabellos, esos cabellos rosados que le llamaron la atención tanto para sonreír ¡Hermosa y a la vez un ave cautiva de su dolor, te quiero cuidar…que carajo me pasa es otra zorra más que me quiere llevar a su cama para que este maldito bastardo gane! Niega con la cabeza y trata de alejar a la mujer pero sus palabras lo detienen.

Medita cada palabra de la joven, si tenía razón a él que le importaba la vida de alguna puta que busca solo abrir sus piernas a cualquier hombre y se la penetre hasta descargar su semen en ella y se larguen, que le puede interesar si ellas lo hacen porque les gusta, les gusta ser manoseadas y deseadas, ser tratadas de esa manera. Miró a su dueño y le tomo la mano de la mujer para besarle, no podía despegar sus ojos de los de ella –My lady ha dado en el clavo, no me importa, además my lady crees que si quisiera ir a un cuarto y penetrarte hasta desfallecerme dentro de ti no lo habría echo con cualquier otra puta barata de aquí, no habría llevado a otra mujer de aquí y la hubiera follado hasta hacer que sus entrañas exploten, no Darling busco algo más, más que eso, cosas que no me pueden dar ustedes, no levantan mi libido hasta el mil, pero esta bien es hora de hacer mi buena acción del día después de un largo y arduo trabajo.-

Tomó la cintura de la mujer y la pego a su cuerpo para besar su mejilla pero no sin antes susurrarle –Ve, arréglate, ponte hermosa pero no vulgar, usa lencería sensual y sobre todo se tu esta noche- se giró y miró al dueño al cual le dedicó una sonrisa de aceptación pero entre dientes le deja palabras a la joven –Quizás no debiste aceptar detenerme, debiste decir que no, pero ya que dijiste que si, pues entonces espero que no te desagrade lo que haré hasta salir de aquí.- su diestra toca el trasero de la mujer y se lo apretuja haciendo una seña a su dueño para indicar que por ella se queda, con un nalgada ese firme trasero que hizo resonar en todo el lugar dejó que la mujer tomara su camino he hiciera lo que el pidió mientras el burdelero bajaba y estrechaba la mano con Alekshandro, las otras mujeres miraban con las bocas abiertas

-Eh vosotras cerrad sus bocas sucias, que Claudia se ha ganado el mejor partido de la noche porque sabe hacer que se le pare la polla- Alek sonríe y le mira al burdelero llevándole a la barra –La quiero, por toda la semana, te la devolveré al termino de la semana y claro esta que abonaré la mejor paga, el mejor opio y sobre todo un buen dineral antes y después- todos en el lugar dejaron que sus mandíbulas cayeran hasta el suelo, el dueño de la cortesana hizo una mueca de desagrado –Vamos es una ganga, cuantos pagan por su servicio, yo te lo estoy duplicando por día, y será antes y después, así que gana tu inmunda casa, si crees que le haré daño te la traeré todos los días a que la veas, la verás te la desnudaré para que veas que no tiene ni una marca en su cuerpo, a menos claro que quieras que me largue y busque otra más accesible para irse conmigo toda la semana- el hombre le miró y casi incrédulo no iba a aceptar ]b]–Vamos hombre por el amor de lucifer di que si o enserio me largaré…solo quiero una mujer para que sea mi acompañante no la voy a lastimar y si tanto crees que le lastimare su herramienta de trabajo , su coño con mis juegos pues listo, no la tocaré, ok no la voy a follar, te vale eso, buscaré a otra puta para follar en burdeles y ella será solo para los eventos pero no la quiero en el burdel porque pueden sospechar, solo eso maldita sea-[/b] pasa sus manos por su cabello y el hombre rudo y burdo acepta lo que hace que todas las mujeres envidiosas estallen en comentarios y rabietas por no haberse lanzado contra él

Giró y miro a las mujeres que estaban enojadas y que le guiñaban el ojo con piropos obscenos
-Ven, ven nosotros nos abriremos de piernas para ti…llévame a mi y haré todo lo que digas y por todos lados…No mejor llévame a mi y prometo que te dejo follarme por todos lados…Regresa y podrás descargarte con nosotros…visítame estaré con la ventana abierta para ti primor- las risas y los besos no se hicieron esperar mientras Alek acudía a la oficina del burdelero a pagar por la mujer.

¿Cuál era su plan?, no lo sabía…fue algo por impulso, un impulso primario y único, que jamás se volverá a repetir.

por **Claudia Gunter** Miér Feb 27, 2013 11:48 pm

Por un momento pensó que diría palabras hirientes, que le golpearía o que simplemente la ignoraría, pero no, aquello no había pasado, ella dio un leve brinco cuando escuchó la botella caer pero se había quedado inmóvil ahí, de alguna forma quería salvarse de que aquél maldito cerdo la tocara, lo odiaba con todo su ser y de haber podido lo hubiera castrado, pero no podía, no porque ella no era así, ella no era como él y aquello la detenía, sin embargo con tal de que él no le pusiera un solo dedo encima era capaz de hacer casi todo, aún no sabía si sería capaz de matarse con tal de mantenerlo lejos, aunque el miedo de que el tipo gustara de tener sexo con cadáveres y ella no pudiera ni siquiera chistar no le gustaba.

-Sé que no es de su incumbencia, pero estoy harta de que ese... Me viole noche tras noche... Yo dije que podíamos ir al cuarto y hacer lo que usted quisiera, incluso puedo únicamente escucharlo...- murmura mientras pasa una de sus manos por el hombro de él dejando suaves caricias, parecía que él había entendido que ella debía fingir y que si abría las piernas era por necesidad y no por gusto, hasta el momento no lo había hecho por buscar su propio placer, no sabía bien que era aquello y creía que nunca lo entendería, así que ya se había resignado a ser ultrajada cada noche de su maldita existencia, ese era su maldito destino, el mismo que habían decidido sus padres ¿Para eso la querían dejar viva? Le hubieran dejado también el valor para poder matarse.

Dio un respingo mientras escuchaba con atención las palabras del hombre y asentía lentamente -Ahora vengo- echó a correr sin voltear para después sentir otra palmada en el trasero cuando pasó justo al lado del burdelero -Esa es mi chica- sonrió de medio lado y ella simplemente apresuró el paso hasta su cuarto.

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Un vestido rojo entallado que le dejaba los hombros descubiertos era lo que había encontrado, la falda le llegaba a la rodilla y se le ceñía perfecto a la cintura, había escogido ropa interior en rojo llena de encajes y diminutas bragas, unas zapatillas altas y sus cabellos sueltos. No sabía si aquello le gustaría a él pero esperaba que al menos no se viera como la cortesana que era, debía obedecer y no verse vulgar, de algún modo le debía respeto a aquél hombre puesto que ella todavía no sabía bien si le estaba ayudando o no, quizá al final la terminara follando por donde mejor le conviniera a él y ella no tendría ni que chistar.

-Joder ¡Que trasero!- una palmada que la hizo saltar mientras guardaba algunas cosas en un pequeño bolso y se giró a ver al hombre -Claudia, hermosa, cuando vuelvas te daré la mejor follada de tu vida- el burdelero la abrazó contra él mientras la detenía del trasero pegando su pelvis a la ajena -¿Ves? ¿Ves que estoy que casi exploto? Joder y no te puedo follar pero es que ese hombre ha pagado demasiado por ti que mira como estoy...- se frotaba contra ella -Me va a arrugar y él dijo que me quiere "decente"- dijo de modo cortés y él la soltó -Pues bien, te irás una semana con él así que agarra bastante ropita o algo porque no sé que quiere hacerte...- la tomó dela mandíbula con fuerza y la miró fijamente -Pero más vale que te dejes, aunque todo con medida, que no quiero que después no les puedas dar placer a otros- la aventó contra la cama -No, no te lleves ropa, sácasela a él- la tomó del brazo y la sacó del cuarto -Bien portada- la aventó para que caminara más rápido y ella simplemente bufó.

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-Ya estoy- comentó en voz baja mientras veía como el hombre de ojos verdes intentaba quitarse a las cortesanas de encima -¡Ey putas, fuera!- gritó el burdelero mientras todas haciendo muecas se quitaban y pasaron por los costados de Claudia aventándola sin recato haciendo que casi cayera. Se detuvo de una de las mesas y respiró profundamente -Podemos irnos cuando guste- se le acercó de nuevo mientras caminaba lentamente hacia él y el chico que apoyaba en la barra le dio una botella que la cortesana tomó mostrándosela al hombre -Esto es cortesía de la casa- murmuró mientras le guiñaba el ojo, aquella maldita coquetería le cansaba en demasía, pero para sobrevivir era mucho más que necesario.

Salió del burdel y miró al hombre con bastantes dudas en el rostro, aún no entendía que era lo que estaba pasando -¿Una semana?- cuestionó en voz baja dejando la botella en las manos del caballero -No tiene que hacer esto... Ni siquiera yo quiero hacer esto, no le puedo decir que le voy a devolver el dinero que pagó por mí porque no tengo manera de hacerlo, pero en verdad no sabe cuanto le agradezco que sea tan bueno...- suspiró y le miró realmente agradecida mientras apretaba su mano entre las de ella, de alguna forma seguía obedeciendo al hombre, él le había dicho que fuera ella y eso era, a Claudia no le gustaba acostarse con hombres, de hecho nunca había disfrutado de su sexualidad y ahora lo externaba .

por **Alekshandro Del Piero** Lun Jun 17, 2013 12:09 am

Dulzura y timidez ¿en una puta? Eso admiró a Del Piero al punto de hacerle reír y abrazar a la zorra negando y tomando la botella para salir de aquel pútrido lugar no sin antes casi en la puerta regresar la vista la burdelero y jactarse de aquello –me has dado a la mejor para follar, eso quiere decir que te duele perder mi dinero, está bien, pero luego, luego te saldará caro esto maldito cerdo, ya verás- toma la muñeca de la dama y se la lleva a volandas por la calle corriendo ante la mirada azorada de aquel hombre que no esperaba la actitud del cazador.

Mientras caminaban por la calle, aun riéndose él por aquella locura miro a la mujer y le tomo la mano para besar el dorso –no te pido que me pagas, sí, eres una puta y deberías pagar abriendo tus piernas para mí o darme tu boca para fallármela, pero eso sería lo común, además hay algo en ti que no sé, me hizo hacer eso- la mira por completo –quizás es esa timidez tuya, esa dulzura aun con los monstruos como yo- camina por el sendero de aquellas calles con sus manos en los bolsillos pensando en lo que había hecho ¡joder qué coño me poseyó para hacer y decir eso! Pensaba mientras daba la espalda a la mujer –eres libre de ir donde desees, pequeña- ¡qué carajo, pagué por ella y la dejaré ir, sin someterla a mi sexo, pero esa mirada, esos ojos, esa luz de esta mujer, joder no, no puedo, no debo todas son iguales! Se reclama a si mismo mientras solo sigue caminando –quizás él te viole porque has de estar bien buena o solo porque no te le enfrentas o tratas de cortar los cojones para que te deje de violar, igual tú ya haces lo tuyo sudándotela con otros, dando tu boca o tus senos para que otros cerdos en minutos se satisfagan y te dejen a ti húmeda o te lo sepan hacer y tengas que fingir, así que quizás podrías pararte contra él y te dejaría de violar- se detiene a unos cinco pasos de la mujer y se quedó admirado regresando de nuevo para tomarla de la mano.

Unos hombres de mala reputación estaban por la zona y habían visto a la dama, pero al ver a Del Piero se alejaron de ellos dos siguiendo su camino, a lo que el mejor le tomo de la cintura con cariño, como nunca antes había tocado a una mujer y le susurro tras su oreja –cuando llegues a mi casa podrás ir a otro lado que gustes, mientras finge que eres mi mujer o algo por el estilo, o no tendrás a uno violándote sino a toda una cuadra de vagabundos que no tienen ni medio peso para pagar por los servicios de alguna putita- Del Piero le acaricio las caderas mientras sonreía y salían de aquellas calles.

Llegaron a las calles residenciales, de aquellas casas de gente estirada y con vecinos de alcurnias y mansiones por doquier, ahí en ese tipo de “barrio” vivía aquel cazador, siendo como es no negaba tener dinero a montones de sus miles de tráficos de opio y hierbas a Londres y Paris, pero no tenía una mansión era una casa algo modesta, como para una persona, eso sí tenía jardines y algunas habitaciones, pero no había muchas cosas lo normal, una sala, una de estar, un comedor, un estudio, el mini salón principal y las escaleras a las habitaciones superiores, donde habían tres habitaciones. En la planta baja estaba la cocina también y las habitaciones de los empleados que solo eran dos y su nana, un patio trasero y una especie de pileta con un estanque, un árbol y nada más, no había salón de música, en la salita de estar había un piano con la chimenea y el diván, grandes ventanales. Quizás no era ostentosa para él pero quizás para otros sí. Pues tenía un ático y un sótano cuyas llaves solo él las tenía.

Abrió la puerta y dejó pasar a la joven, por suerte no estaría nadie por esa semana, pues tenían vacaciones sus empleadas y su nana estaba de visita a unos parientes, y como Alek estaría de cacería por España no regresaría como en un mes, regresó antes. –Entra, siéntete como en casa, no es mucho pero algo es algo para un gusto de hombre- sonríe y se acerca a donde está la sala para prepararse algo de beber –Gustas algo de beber, tranquila no te morderé, al menos que quieras, igual, ya te dije que no tienes que pagar por nada, pide no más, hoy todo será gratis para ti, y no, no será gratis por que me abras tus piernas y me dejes gozarte, será así simple y todo gratis, así que tranquila y relájate, estamos?- le guiña el ojo y le hace sentir en confianza, no quería fallársela, bueno si, pero por primera vez no lo haría a la fuerza y no como a él le gustaba. No la tocaría por respeto a ella y por respeto a lo que ¿significaba?, sea lo que sea, no le pondría ni un dedo encima.

Por primera vez en años, había una mujer que no le despertaba ese apetito sexual extremo, solo era uno ¿diferente?...quizás…

Off: Disculpa la tardanza, no tengo excusa Razz

por **Claudia Gunter** Mar Feb 25, 2014 10:41 pm

No podía ocultarlo, tenía miedo pero ya estaba metida en aquello, aunque podría decirse que no sabía que era peor, si quedarse en aquél sitio esperando que uno tras otro hiciera con ella lo que quisiera o estar con uno solo durante un tiempo, aunque igual... Estaría a su merced, suspiró largamente aunque mantenía la sonrisa en el rostro mientras iba caminando, debía actuar como siempre, aunque de cierto modo se sentía segura, por un momento se permitió estar segura, no tenía que fingir, eso se lo había dicho él, su cuerpo se tensó cuando sintió que la acercaba a él y escuchó las palabras que decía a su oído, estremeciéndose de pies a cabeza, pero no sabía si era su voz, si su piel o simplemente que la había tomado por sorpresa -Está bien, me quedaré cerca de usted...- dijo al tiempo que en sus labios comenzaba a dibujarse una suave sonrisa cómplice, de nuevo tenía que ser una que no era ella -No quiero que nadie se acerque, al menos no otro que no seas tú...- eso lo tenía claro y aquello era completa sinceridad, para algo le había pagado, le pertenecía por un tiempo y no podía dejar que nadie más le tocara hasta que eso acabara, lo había aprendido desde chica.

-Retomando las palabras anteriores debo decir que no sé si estoy buena... ¿A ti qué te parece?- preguntó con cierto toque de inocencia y curiosidad mientras se separaba de sus brazos por escasos centímetros, dejando que la viera -No sé por qué me viola, si siempre lloro, nunca me muevo, me quedo inmóvil hasta que terminan, estaré buena, pero no lo soy mucho en la cama, no sé porque me siguen pagando noche tras noche...- se le quedó viendo mientras ladeaba la cabeza esperando que él dijera algo ¿Decirle que no era buena en la cama era malo? ¿Aquello lo decepcionaría y lograría que él no quisiera follarla? No lo sabía. Sus ojos comenzaron a recorrer el rostro del hombre, era guapo, tenía unos ojos verdes que lograban esconder mil y un razones para quedarse perdida en ellos, ¿Por qué pagaba por tener sexo si podía tener a la que quisiera? Era de esas ironías de la vida que no tenían explicación, pero que algún motivo debía existir en el fondo de aquél misterio, aunque no creía poder descubrirlo pronto, ni siquiera se creía capaz de poder averiguarlo algún día.

Iba caminando con paso tranquilo, lento y bastante cómoda, ir con él no le parecía para nada fuera de lo común, aunque de algún modo tenía un toque extraño, iba mirando de un lado a otro mientras observaba casonas que en su vida iba a poder habitar, pero que le hacían soñar por un momento, al menos por breves instantes podía decirse que estaba fuera de este mundo, dejándose llevar por la paz que se respiraba en aquél sitio, el mismo donde muchas historias eran contadas a través de las sombras que se dibujaban en las cortinas. Los suspiros no se hacían esperar a cada paso que daba, era como una niña pequeña que ha descubierto cualquier cosa que le ha gustado, aquella que ha recibido un juguete que no quiere romper para poder conservarlo, así se sentía Claudia en aquél momento y le agradaba en demasía la sensación, era un sueño, lo sabía pero por el momento no quería despertar, tenía una semana para dedicarse a volar y después despertar de golpe, sonaba mal, pero entonces disfrutaría todo lo que pudiera, el tiempo que durara aquello.

-Gracias- mencionó mientras entraba a la casa y se quedaba de nuevo maravillada con lo que había, estaba todo perfectamente organizado, para ser un hombre, aparentemente, solo, aquello era algo que asombraba -Pagaste para algo... Dijiste que no te importaba que me golpearan... ¿En serio no vas a hacer que me ponga dispuesta para ti?- no se podía creer aquello, debía preguntarlo cuantas veces fuera necesario, nadie había sido bueno con ella, excepto de su "amigo" que no sabía si seguía vivo, pero de ahí en fuera nadie más -un whisky- estaba acostumbrada a beber eso, pues era lo único que le daban los demás. Se acercó a él y dejó su bolso sobre uno de los sofás que se encontraban ahí -Tu casa es preciosa, cualquiera quisiera vivir aquí- sonrió con sinceridad mientras terminaba de entrar a la sala de donde estaban las bebidas -¿Qué quieres de mí? Sé que no soy quien para hacer preguntas, pero... Eres tan bueno... Eres amable, tan... gentil, que me está carcomiendo el alma esto- en serio estaba completamente angustiada de no saber que era lo que pasaba con el hombre que había dado demasiado dinero por ella, y que de algún modo quería devolverle aquello de la forma que fuera.

por **Alekshandro Del Piero** Sáb Mar 01, 2014 9:33 pm

-Pagaste para algo... –
-¿En serio no vas a hacer que me ponga dispuesta para ti?-

-Pagaste para algo... –
-¿En serio no vas a hacer que me ponga dispuesta para ti?-

-Pagaste para algo... –
-¿En serio no vas a hacer que me ponga dispuesta para ti?-

Algunas palabras se repiten en la consciencia de la mente, tratando de hacer mella en la retorcidas memorias y creando fantasmas en sus actuares o procederes sociales, Del Piero no podía digerir todas las palabras que se arremolinaban en su mente tanto para contestar a la joven como para su fuero interno, sirvió dos vasos de whisky del más puro e importado de Irlanda le entregó uno a la joven mientras él iba buscando más profundo en su cabeza con la mano en su trago bebiendo, decidió entonces tomar asiento frente a ella abriéndose la americana mostrando su camisa blanca abierta en los dos primero botones, miró a la muchacha sonriendo, no era momento de pensar, sino de actuar, actuar no como siempre era él ni como había sido inducido, actuar…¿actuar? ¡Qué coño, no sé qué decirle, si hacerle el amor o follarle! Su mente se reprochaba a cada vez que daba un trago a su bebida.

Miró a la mujer con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos o a sus labios eran quizás algo falsa –Bueno la casa esta así gracias a la nana, no, a la mujer que vive conmigo y se encarga de mala gana de cuidarme- alza los hombros como disculpándose de sus propias palabras ¿por qué? Simplemente porque no era otra actuación, porque esta vez no quería actuar si no solo relajarse, ser él por un momento –Acaso quieres que te folle tal cual te folla tu dueño y los miles de hombres que te miran obscenamente- cierra sus ojos acercando su vaso a los labios pero no bebe simplemente se queda así pensando ¡qué demonios dije ahora, pero que está pasando, será que estoy aburrido? Quizás puede ser! Un suspiro fuerte y mira a la joven, la observa y por vez primera no la analiza sexualmente es más se demora en mirarla de pies a cabeza, sus zapatos, sus piernas delicadas, sus caderas angostas vistas más anchas por ese vestido, su cintura definida, su escote muy escandaloso “típico de las cortesanas”, su cuello y ese rostro avergonzado o apenado, eso le provocó una risita, que acompaño a las palabras de la mujer.

-Eso es lo que tú quieres ver, pero no llegas ni a saber hasta qué punto podría hacerte daño, sabes? Bien podría tapar tu poca, amordazarte, atarte las manos, arrancarte ese vestido y la ropa íntima elegante que debes tener bajo ese vestido y dejarte así para admirar tu cuerpo y claro al final follarte de las maneras que jamás en tu vida has pensado si quiera, te haría sentir oído y placer a la vez- suspira mirando a la joven através de su bebida con aquel color ámbar y ese exquisito sabor que calienta el cuerpo –Sí, te haría lo mismo que hago con este licor- murmura y se toma de un tajo todo el contenido tirando el vaso al suelo, este se rompe y la cara de Del Piero solo muestra lo delicioso que es para él whisky –Así como la bebida y el vaso te podría hacer, beberme de tu cuerpo y tu inocencia y luego romperte en millones de pedazos olvidándome de ti, de cómo eras y como serás ¿eso quieres?- musita en tono tranquilo acercándose por otro trago algo más fuerte como el Ron puro destilado y dejado guardar por años en barriles bajo tierra.

-Deberías mostrar más fuerza en tus convicciones, en tus palabras, en tu presencia, quizás por eso todos los hombres que te ven te quieren violar…ahora me pregunto ¿por qué no te querré violar?- ríe pero esta vez su risa se muestra sincera proveniente de su ser más oculto, sirviendo dos vasos de un “lícito” trago de color transparente pero con un aroma que nockearía a cualquier guardia de corte