Un día a solas {libre}

por **Aileen Ollivier** Lun Feb 25, 2013 10:03 am

Llevaba toda la mañana tocando el piano, pensando en las cosas que había vivido y, en general, de lo que quería para mí. Mi padre andaba siempre muy ocupado y la verdad, hoy no quería molestarla. Además, al contrario que el resto de la gente, quería estar sola.

Paseé por al principio por mi casa, sintiéndome agobiada por ello. No. Necesitaba salir, respirar aire puro y en si pasear. Así que eso hice. No llamé a nadie para que me acompañara, no quería una nana, ni un mayordomo, no quería estar conmigo misma, sola para poder pensar con calma y del modo correcto.

Sabía que papá tenía motivos para estar enfadado conmigo, la verdad, no portaba nada bien con el resto de la gente, pero, ¿acaso no podían alejarse de mi y de papá? No quería que acapararan su atención, no quería que se lo llevaran de mi lado. Si lo perdía, ¿qué me quedaba? No conocía a mi madre, casi ni la recordaba... Eso hacía que me sintiera tan sola... Mamá me quería, ¿verdad? Pasara lo que hubiera pasado, estaba segura o, al menos quería creer, que me llevaba en su corazón.

por **Yong Ha Kang** Lun Feb 25, 2013 11:44 am

Iba pisando fuerte, con los puños cerrados, el ceño fruncido y la mandíbula apretada. Incluso rechinando los dientes. Decir que estaba molesto era realmente muy poco. Era más propio quizás decir que tenía enormes ganas de estampar su puño en el rostro de cierta persona. O de cualquiera que se le cruzara primero. Pero eso no era correcto.

Y era el motivo por el cual, había salido desde hacía un buen rato, para perderse en un lugar donde hubiera menos posibilidades de cometer alguna tontería. Podía verse como un bruto, pero procuraba no actuar como un salvaje sin razón.

Comenzaba a llegarle el vago aroma a humedad. Seguro que había un lago o algo así cerca. Eso hizo que su ánimo mejorara un tanto. Tomar un baño con agua fresca… nadar un rato… tirarse sobre el césped para secarse… ¿y quedarse dormido? ¿y no llegar a casa hasta el otro día?
¿Se preocuparía ese babo por él? Tal vez… pero no tenía ganas de verlo. Al llegar a una distancia donde lo ancho de aquel cuerpo de agua se hacía bastante visible, tomo un par de piedrecillas y arrojo una con fuerza. Eso sería una buena terapia. - Si serás estúpido, en verdad, Dong Yul… - murmuro. Era tan distraído, que no se percató si quiera si había gente antes de arrojar las piedras. Bueno… si le pegaba a alguien… siempre podía salir corriendo, verdad?

por **Aileen Ollivier** Jue Mar 07, 2013 7:51 am

La verdad es que me sentía bastante triste mientras mis pasos me llevaban hacia la laguna, perdiéndome entre todo lo que tenía a mi alrededor, pues, siendo completamente sincera, no le había absolutamente ni casa a nada que no fueran mis propios pensamientos. Aquel día no estaba con fuerzas para relacionarme con el resto de las personas, porque no estaba de humor para portarme mal, tan solo para quedarme sola, con el silencio que aquel lugar me proporcionaba.

Antes de llegar a aquel lugar, había decido pasar por mi sitio secreto. Aquella pequeña cabaña que yo misma había construido para que nadie me molestara. Pero, lo que más me gustaba de ahí, no era solamente todo lo que guardaba y la soledad que me otorgaba. Era ese perrito que me había encontrado días atrás en la calle, un pequeño cachorro de Akita Inu blanco y canela. La verdad no podía creerme que alguien hubiera abandonado a una cosita tan mona, así que decidí quedármelo para mí sin que nadie se enterara.

Lo llevé conmigo a la laguna, teniéndolo bien agarrado de esa correa que le había comprado sin que nadie se enterara. No estaba pendiente de nada cuando, de repente, el perro echó a correr, arrastrándome a mi con él mientras pegaba un grito porque no me lo esperaba. ¿Es que alguien le había tirado un palo o algo? Acabé en el suelo justo cuando mi pequeño cachorro se detuvo, cogiendo una piedra y trayéndomela a mí.

por **Yong Ha Kang** Lun Mar 11, 2013 10:45 am

El chico seguía en su tarea de aventar aquellas piedras de aspecto redondeado, unas caían sobre el agua, chapoteando para luego formar cientos de ondas que se mezclaban y perdían las unas con las otras. Algunas otras piezas, caían sobre el césped, y se tenia que ser sincero, la verdad es que estas representaban un numero mayor.

Era posible que se debiera a que aun estaba algo alejado de la orilla de aquel lago. Le agradaba esa frescura, ese vientecillo húmedo que le alborotaba los cabellos ligeramente largos. Resoplo. Su hermano hacia una semana había querido cortárselo, argumentando que en época de primavera y verán suele hacer mas calor y asi se sentiría mas cómodo. Pero no, no dejaría a ese tonto acercarse luego que la última vez que lo dejara meterle navaja a su cabello se lo dejara ridículamente disparejo. Había tenido que usar un paño atado en la cabeza por casi tres semanas esperando a que creciera un poco y se mirara más decente.

Acaba de arrojar una piedra especialmente redonda, maldiciendo entre dientes a su mellizo, cuando una figura apareció en su campo de visión. Se quedo quieto un momento, congelado en el sitio, con los labios entreabiertos y se llevo las manos a los ojos, tallándolos para cerciorarse que aquel bólido no era un espejismo. ¿Eso era un lobo? No, no era uno… era algo pequeño… para serlo, no? Bueno, tampoco es como si se hubiera topado antes con uno. No, eso era un perro. ¿Pero de donde había salido y que era eso que traía arrastrado?
Aquel can le recordó brevemente, al pequeño Kimaru. Park Seung Ho, su vecino durante aquellos primeros años… Un hombre de edad madura que era pescador. Yong Ha solía ir con el, ayudándole en lo que podía, aunque ahora que lo pensaba quizás fuese mas un estorbo dado su edad y poca fuerza. Si, quizás por eso lo mandaba a pasear y jugar lejos con Kimaru.

Suspiro. La verdad es que tenia ganas de un perro. ¿Y si ese estaba perdido? Era hermoso… No lo pensó más y fue corriendo por donde vio desaparecer al pequeño animal. No era fácil correr detrás de un perro, pero tenia buena condición física. Esperaba que no fuera agresivo… Lo que no se había esperado, era que este viniera acompañado.

Había una niña allí.

El coreano se mantuvo a distancia prudente. Ella estaba en el suelo -¿Estas bien?- pregunto, mirando al can que estaba allí, con su lengua de fuera a un costado y una cara inocente como si no supiera nada de aquella travesura.

por **Aileen Ollivier** Vie Mar 15, 2013 6:29 am

Me había hecho daño... En la caída hacia el suelo había notado mi tobillo derecho torcerse y en esos instantes parecía que palpitaba con un dolor extraño que amenazaba con romperme a la mínima que pisara el suelo. También, mis manos al amortiguar mi caída e impedir que mi fuera mi cara la que recibiera daños, habían sufrido también pequeños cortes y heridas, que tendría que desinfectarme en cuanto llegara a casa. ¿Y cómo iba a ocultar eso? Seguro que si mi padre lo veía me estaría preguntando sin parar hasta que le dijera que había ocurrido, ¡y yo no podía contarle lo de mi perrito! No quería que me lo quitara o se enfadara conmigo... Igual le gustaba, en si no lo sabía, pero no correría el riesgo a que me lo quitara.

Me incorporé un poco, notando como las lágrimas bajan por mi rostro. Yo no era una llorica, pero estaba sola y podía permitírmelo, ¿verdad? Sí, podía hacerlo, nadie me veía. Me derrumbé, sollozando y llorando como todos esos niños de mi edad, haciendo daño a los oídos si estuviera cerca su familia. A mi no me gustaba ser así, prefería hacerlo siempre a solas... Aunque hacía mucho que no lo hacía, solía quedar embobada siempre con la música, lo único que conseguía calmarme y mostrarme el mundo precioso que jamás obtendría en esos instantes. Los sonidos, las melodías que yo componía e interpretaba eran lo más hermoso, exceptuando a mi padre, que tenía en mi vida. ¿Podría tocar aun con esas heridas?

Fue en esos instantes cuando alcé la mirad ante las palabras de alguien ajeno, asustándome un poco ante el hecho de que fuera alguien conocido, pero calmándome al instante al darme cuenta de que no lo había visto en mi vida. Negué con la cabeza en respuesta a su pregunta mientras limpiaba mis lágrimas con el dorso de la mano. Me dolía el tobillo. Entonces el pequeño cachorro se acercó a mi, lamiéndome la cara y acurrucándose a mi lado como si estuviera arrepentido y pidiera perdón.

-Me... Me duele...-Dije aun sin poder contener los sollozos.

por **Yong Ha Kang** Vie Mar 29, 2013 12:00 am

Una de las primeras cosas de las que Yong Ha pudo percatarse cuando la niña alzo el rostro y sus miradas pudieron encontrarse, fue que aquella tenia los ojos anegados en lagrimas. Sintió pena pronto, o al menos esa palabra se le ocurrió para describir ese sentimiento que se le formo en el pecho al ver a la pequeña con tal cara.

Ah, chiquillo estúpido. ¿Cuando comenzaria a ser un poco mas listo? ¡Claro que no se encontraba bien! Preocupado, se agacho apoyándose sobre una de sus rodillas, ya no le preocupaba que de pronto aquel perro se le arrojara; al verlo actuar de esa manera para con la pequeña, estaba seguro que tenia un buen corazón.

-¿Crees que puedas apoyarlo? - Le pregunto de nuevo. Verla asi, le recordaba a su propio hermano. Dongie... ¿Cuantas veces no lo habia curado cuando se raspaba las rodillas? Su hermano solia ser algo poco diestro para eso de ir en todo terreno, ya que el que siempre estaba fuera el, y no el menor; ese si era un buen nieto para la abuela, el solo... ¿En verdad habia sido tan mal chico? El creia que no, solo algo travieso.

Saco entonces de su pantalón un pañuelo, con el que en un gesto natural, pero algo torpe, intento limpiarle las mejillas, pero pronto se retiro. ¿Y si la asustaba? -¿Vienes sola?- Después, se giro en dirección al can. -¡Y tu, pequeño bribón, ¿que no ves que es solo una niña? Debes ser mas caballeroso y cuidadoso con ella!- lo miro con gesto reprobatorio.

-¿Te duele... mucho? ¿Me dejarias revisarte? - No iba a dar muchos pasos en confianza. Primero, por que la niña se veia bien vestida, y segundo, por que para ella, el era un extraño. Tenia que ganarse su confianza.

Off: Lo siento mucho por la demora, anduve con algunos problemas y recien pude dejar la respuesta u-u

por **Aileen Ollivier** Jue Abr 25, 2013 5:33 am

Sus claros ojos observaban con curiosidad a aquel hombre que tenía a su lado, ayudándole como bien pensaba que intentaba hacer. Sus ropas, bastante menos arregladas que las de la pequeña, le hicieron darse cuenta de la clase social en la que se encontraba, sintiendo un leve deje de pena por él. Aunque su mirada se apartó rápidamente. Ella no podía mostrar ese tipo de cosas a la gente, sino, podrían herirla y dejarla sola.

Ante su pregunta movió levemente el tobillo, sintiendo un dolor punzon que le dejaba claro que, por lo menos en esos momentos, no podría moverlo, así que simplemente negó con la cabeza en respuesta a sus palabras. ¿Por qué tenía que pasarle eso a ella? Estaba claro que la suerte no la acompañaba para nada, pero intentó no darle vueltas al asunto.

Entonces, para su gran sorpresa, sintió durante unos segundos el pañuelo en su mejilla, hacieno que clavara las pupilas en las ajenas. No sabía si tenía más ganas de llorar, o por el contrario de huir de allí por esa sensación. ¿Por qué era amable con ella? No solo era de clase alta, sino que, además, Aileen jamás se había caracterizado por su buen comportamiento. Pero claro, él no lo sabía y aun no había tenido tiempo para hacer alarde de aquella mala educación que mostraba al resto de personas. Mejor que pensaran que era una pequeña malvada a que se acercara. Pero ese caso era diferente.

-Yo...-No pudo evitar reír un poco ante la reprimenda que le daba a su pequeño perro mientras llevaba las manos a quitar las lágrimas que aun caían, aunque con mejor frecuencia, por su mejilla.- No es malo... Travieso, como yo.- Acarició la cabeza de su perro, sonriendo con aquella dulzura reservada solo para él o su padre. A veces se sentía tan sola que por algún motivo la compañía de ese hombre le estaba gustando. Él no quería su aprovación para acercarse a su padre, tan solo era amable para ayudarla.- Si, me duele... ¿Sabes medicina?

Sus pequeños y claros ojos le miraron con curiosidad, después, simplemente subió levemente su vestido y se quito el zapato, hacieno un leve gesto de dolor. Pero intentó pensar en otra cosa, como hacía siempre ante las cosas desagradables.

-Oye...-Susurró, mirándole con una gran curiosidad.- Tu no eres de aquí, ¿verdad? Tienes ojos laaaargos.- Sonríe, llevándose los dedos a los ojos y haciendo que se parecieran a los de él, sonriendo como la niña que era.- Me gustan.

Off: Siento la demora, me fui de viaje >.< Ya volví!

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