¿Solas? (Privado)

por **Karen Joannies** Mar Mar 12, 2013 8:24 pm

Su propia respiración y los sonidos de aquel bosque eran lo único que llegaba hasta sus oídos, sus pies golpeaban el suelo con velocidad ya que corría; estaba intentando salir de aquel lugar al que no supo como llego y del que mucho menos tenía idea de como salir.
Una frustración enorme se apoderaba de su ser ya que según su percepción de todo allá, ya llevaba varias horas intentando encontrar un camino que la llevara a la civilización para salir, antes de que el atardecer que empezaba a aparecer terminara y se quedara todo a oscuras.
¿Cómo diablos había llegado allá? siempre que intentaba recordar los días, semanas o meses que pasaba sin saber que pasaba, hacía un gran esfuerzo por ver si algo venía a su memoria, pero nada de ese tiempo que pasaba llegaba hasta su mente.

Sus pasos lentamente se tornaron en un trote más calmo, se daría por vencida. Sí tenía suerte no le pasaría nada y alguien la encontraría tarde o temprano, o si en definitiva tenia muchísima suerte encontraría por arte de magia el camino de regreso ella sola.
Todos esos pensamientos, eran demasiado fantasiosos en esos momentos.

Karen se acerco a un árbol y se sentó bajo el; observando los tonos rojizos del atardecer entre el verde de los árboles. Necesitaba relajarse un poco y analizar las cosas con calma para ver si de esa manera lograba salir, además de que descansaría solo un poco.
Se mantuvo ahí inmóvil apenas unos instantes ya que el sonido de hojas y ramas, le hizo dar un respingo y mirar de un lado a otro en busca de algo o alguien; no pudo observar nada, así que se levanto sacudiendo su vestido un poco y dando unos pasos en silencio hasta que nuevos sonidos la dejaron inmóvil en su sitió, aguardando que hasta ella llegara o su salvación o su perdición.

por **Leonid Dobrev** Vie Mar 15, 2013 6:28 pm

"Cuanto vemos o parecemos no es sino un sueño dentro de un sueño"

Se había propuesto plantar en su cabaña los crisantemos rosados para que aumentase el enorme jardín de la entrada de su cabaña, pero los ruidos estridentes que hacía alguien corriendo había hecho que tuviese que entrar en su casa con la mandíbula apretada.

Media hora después, volvió a salir con la macetas de crisantemos bajo los brazos y una sonrisa para el mundo. Tenía una amiga, flores nuevas para el mar de flores silvestres que llenaba el frente de su casa. Para cualquiera, las flores les parecerían hermosas, pero para ella era su pequeño mundo perfecto, en el que flores de diferentes tonos y especies convivían con tranquilidad. Si eso fuera posible en la realidad........ Sería el fin del mundo. El ser humano era demasiado egoísta para considerar la existencia de otras razas como algo bueno. Seguramente habrían muchos cazadores paseándose por las calles sin ocultar sus armas, dispuestos a dar su vida por orgullo y necedad.

Se agachó en la tierra y cavó un agujero, cuando escuchó el correteo de unos pasos a lo lejos. No sabía quién era, pero pensaba ignorarlo para continuar lo que se había propuesto. Le quitó la maceta a una de las plantas y la introdujo con cuidado en el hoyo de la tierra, pero en el fondo, sus oídos seguían alerta los pasos que reducían su velocidad. Fuera quien fuera parecía no tener un rumbo fijo en su camino, sino que se mecía de un lado al otro, y por lo que parecía, llevaba un tiempo dando vueltas por el bosque.

Suspiró con frustración, y dejó la pala en la tierra, se sacudió las manos y se encaminó por el bosque tras los pasos que se alejaban de ella. Tuvo que hacer acopio de sus habilidades de cambiaformas para poder rastrearla y llegar hasta ella. - ¿Te has perdido, o simplemente te gusta dar vueltas por el bosque?.- Le sonrió con altivez mientras se apoyaba en un árbol y la estudiaba. Humana. Joven y perdida en el bosque. ¿Qué demonios hacía aquí?. Ella vivía lo suficientemente alejada del centro de París como para poder transformarse con tranquilidad, pero lo suficiente cerca de uno de los pueblos como para no ser llamada hermitaña. A pesar de la distancia, estaba recibiendo muchas visitas al bosque. Quizás su plan no era lo suficientemente inteligente al fin y al cabo, pensó mientras le dirigía a la desconocida una sonrisa sensual.

por **Karen Joannies** Sáb Mar 16, 2013 6:46 pm

Una voz femenina y elegante la sorprendió en medio de todo aquello, Karen se giro brucamente para encontrarse con una mujer de cabellos castaños, hermoso cuerpo y rostro que lucía una sonrisa dirigida para ella.
- Claro que no me gusta dar vueltas por el bosque, no soy estúpida, por estos lugares hay muchas criaturas salvajes - hablo ofendida ante semejante pensamiento - y sí, estoy perdida - miro a un lado y otro con lentitud - la verdad es que no se como termine en este lugar pero no tengo ni la más remota idea de como salir.

Miro a la mujer que parecía estar sumamente tranquila, no como ella, aspecto que hizo que notara que era una cosa curiosa que en medio del bosque ella diera con su persona. Una sonrisa apareció en su rostro pues al parecer estaba presenciando la oportunidad perfecta para salir de aquel maldito lugar.
- Disculpa, mi nombre es Karen y me preguntaba - se acerco despacio y con cautela a la mujer - ¿conoces la forma de salir de aquí? y de ser así ¿podrías llevarme hasta la salida de este bosque? la verdad es que te agradecería muchísimo que me ayudaras a salir de aquí.
Sí no era capaz de convencer a aquella persona de sacarla de ahí, ya podía irse despidiendo de aquel mundo e el que había vivido; solo esperaba que encontraran sus restos cuando aún fueran identificables para que pudieran enterrarlos junto a los de su hermana, después de todo ellas estarían juntas siempre de una forma o de otra.

Mantenía una distancia que consideraba prudente de la compañía que tenía frente a si. Distancia que si vio acortada de manera brusca cuando un ruido desconocido llego hasta sus oídos y un grito salió de sus labios haciendo que corriera en dirección a la mujer, sin pensar si eso era lo mejor o no. Buscaba aferrarse a ella para sentirse más segura y protegida.

por **Leonid Dobrev** Jue Mar 21, 2013 2:11 pm

"Llámalo casualidad o destino. Lo importante es que te voy a ayudar."

Parpadeó varias veces para evitar abrir la boca de forma poco elegante. Aquella mujer se había arrojado en sus brazos como si fuera su última esperanza. ¿No sabía que no debía fiarse de los desconocidos?. No era la primera vez que se veía en esa tesitura, pero incapaz de reírse del miedo ajeno, abrazó a la chica con cariño fraternal, acariciando su cabeza con suavidad mientras esperaba que el temblor de su cuerpo parase. El bosque no era un lugar seguro para una mujer. Mucho menos si no sabía nada sobre cómo orientarse. - Está bien, cálmate. Puedo ayudarte a salir de aquí, pero....- Se separó un poco y miró su rostro pálido y hermoso, manchado con restos de tierra.- Primero será mejor que te adecentes un poco, no querrás asustar a las damiselas de la alta clase con ése aspecto.- Le sonrió con confianza y tomó una de sus manos con firmeza para dirigirla hasta su casa.- Afortunadamente para ti, y tus pretendientes, vivo cerca. Así podrás bañarte, comer algo y cambiarte. Dios sabe cuántas horas llevas rondando por el bosque.- Se dio la vuelta lo justo para mirarla a los ojos- No deberías adentrarte más en el bosque. Es peligroso.

Se dio media vuelta y comenzó a caminar por el sendero que daría a su casa. Le decía enserio que no se adentrase en el bosque. Hacía unos días, había encontrado a Melanya, su única amiga, pero cabría destacar que ella era una vampiresa. Y si no se confundía, el aura de la mujer que estaba guiando por el bosque, era humana. No había nada peor para que ella que un vampiro, el que Melanya fuera el único vampiro del mundo que conocía, capaz de aguantar la sed de sangre siendo un neófito, no cambiaba el nivel de peligro. Un vampiro es un vampiro, necesita sangre para vivir, y la sangre la obtienen de personas humanas. Incluso los cambiaformas como ella tenían que tener cuidado con esos seres. Nunca se sabe qué habilidades guardan, hasta que es demasiado tarde y caes en su embrujo.

Comenzando a ver el colorido jardín silvestre que cubría la entrada de su casa, sonrió con admiración y se detuvo enfrente de la cabaña con una mirada intensa en sus ojos. - Bienvenida a mi hogar.- Le dijo mientras la soltaba y se daba la vuelta para enfrentarla.- ¿Deseas comer algo primero, o prefieres cambiarte antes de comer?.- Le preguntó mientras la analizaba desde la punta de sus pies, hasta el último pelo de esa maravillosa melena castaña-rojiza.

por **Karen Joannies** Vie Mar 29, 2013 5:35 pm

Temblaba como un cachorro asustado de los rayos en un día de lluvia, no le gustaba sentirse en territorio desconocido y aquella mujer era su única esperanza para salir ilesa de aquella situación inesperada en la que se encontraba en esos instantes.
El abrazo la lleno de tranquilidad momentánea, pues no era algo correcto o bien visto que se aferrara de esa manera a alguien que no conocía y mucho menos a alguien que había encontrado en un bosque, pero de nueva cuenta, ella no tenía más opción. - ¿Luzco tan mal? - preguntó mirando su vestido, que lucía sucio y algo roto como si llevara mucho tiempo con él puesto; al examinarlo se percato de que no era el mismo que creía usar antes, pero bueno no recordaba ni siquiera que hacía en aquel lugar por lo que no recordar cuando se cambio de vestido debía ser perfectamente normal - Gracias, buscare la manera de compensar esto que haces por mi - se dejo guiar cual niña perdida, y que era justo lo que en esos momentos era, nada más que una niña perdida. Cuando se giraron a verla abrió los ojos bastante y asintió a sus palabras - Yo no estaría aquí de verdad, pero es que te lo digo en serio soy incapaz de recordar como es que he terminado aquí… o a qué vine - miro a su alrededor sin encontrar nada que le resultara familiar o le diera alguna pista de como había terminado ahí.

La seguía como si fuera una estrella que guiaba su camino, se mantenía tan pegada a ella como le era posible sin que claro luciera muy extraño, ya suficiente tenía con que varias mujeres creyeran que por tener la clase de preferencias que tenía pensaran todas que andaba detrás de ellas; lo ultimo que esperaba en esos momentos era que quien le guiaba de manera tan amable terminara pensando esa clase de cosas y la dejara sola de nuevo en aquel bosque del que no saldría jamás.

Una exclamación de sorpresa salió de sus labios mientras sus ojos se iluminaban cada vez más ante la presencia de un maravilloso jardín, había flores de todos colores y en perfecto estado, lucían como un valioso tesoro y sin poder evitarlo sonrío ante aquella visión que no se esperaba en un lugar como aquel. - Que hermoso… -susurro sin dejar de contemplar cada una de los flores, queriendo grabar aquello en su memoria porque seguramente no lo volvería a ver. - Me gustaría poder cambiarme antes, por favor. No creo conveniente comer de esta manera - dejo de apreciar el jardín para mirar a la hermosa mujer frente a ella y con algo de pena levanto sus manos para mostrar lo sucias que estas estaban después de aquella travesía.

por **Leonid Dobrev** Vie Abr 12, 2013 10:02 am

Sin poderlo evitar, comenzó a reírse de la expresión desolada de su rostro. Parecía una niña pequeña, que se disculpaba por haberse ensuciado las ropas, ante su madre. - No te preocupes, después de un baño caliente, nadie sabrá que has estado jugando con la tierra del bosque.- La acompañó hasta el baño de su cabaña. A pesar de que era una cabaña de dos plantas, tenía muchos lujos en su interior. Uno de ellos, era una gran tina para bañarse, le permitía acostarse completamente estirada, y aún sobraba espacio para otra persona. Además, tenía cañerías de cobre, que le proporcionaba agua caliente cuando deseaba bañarse.

Llenó la bañera y añadió sales de baño con olor a rosas. Ella prefería el olor del jazmín o la vainilla, pero sabía que si quería ocultar el olor de la tierra de la muchacha, lo mejor sería las rosas. Al menos eso hacía ella cuando plantaba las flores en su jardín, y le funcionaba. - Lo que me preocupa es que no sepas cómo llegaste al bosque. - Frunció el ceño y la miró con preocupación. No parecía una mentirosa, mucho menos alguien peligroso. ¿La habrían drogado y abandonado en el bosque?. ¿con qué intención?. Una idea fugaz, le hizo levantarse y acercarse a ella. - ¿Te duele algún sitio en especial?- A lo mejor la habían drogado y se habían aprovechado de ella, y aunque debía agradecer que la hubieran dejado viva, seguro que tendría un trauma si eso era lo que había ocurrido. Si la hubieran violado, le dolería algo, ¿verdad?.

Cuando se dio cuenta, de que la estaba observando fijamente con el ceño fruncido, le dedicó una sonrisa y se dio la vuelta para coger una toalla limpia del armario. Se la dejó en un taburete. Y se alejó para buscar un traje para ella. subió las escaleras aún pensando qué habría podido ocurrir. Tomó un traje elegante del armario, y bajó con las ropas hasta el baño. Le sonrió de nuevo, y le dejó el traje colgado detrás de un biombo de madera. La tela del biombo, tenía ilustraciones chinas, había sido un regalo de un admirador italiano. Al parecer, según ese hombre, ella tenía un parecido con los felinos chinos. Varios tigres lanzaban miradas sensuales desde un bosque, y una mujer con un traje tradicional, se peinaba el pelo junto a un río. La mujer tenía el pelo castaño como el de ella, y su piel no era blanca, sino con un ligero tono miel, como la suya. - Espero que te sirva. Tienes suerte de que tengamos casi la misma talla de ropa.- Le dijo saliendo de detrás del biombo. - Puedes tardar todo lo que desees. Tienes jabón y un pequeño trapo con el que poder frotar tu piel. - Se rió con suavidad, y se encaminó a la puerta del baño. - Haré algo de comer. Cuando termines, sigue el aroma de la comida.- Cerró la puerta con una carcajada, y se encaminó a hacer la comida para ambas.

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