Pisando Paris (+18) PRIVADO

por **Bazyl** Jue Feb 28, 2013 9:36 am

...Estaba en un lugar desconocido, su rostro giraba buscando algo que pudiera reconocer pero la niebla le impedía ver mas allá de sus pies y de su cuerpo. Sabía que no estaba solo, esa sensación familiar comenzaba a llenarle todos los poros de la piel y cuando notó una caricia a su espalda, esperanzado se giró para verlo, ver su rostro y sus ojos que tanto añoraba. Cual fue su sorpresa cuando se lo encontró manchado de sangre, moribundo, sus brazos no fueron lo suficientemente rápidos para agarrarlo antes de que todo se desvaneciera...

Bazyl se despertó sobresaltado en el carruaje, había tenido otra pesadilla, cada vez se hacían mas reales y siempre que intentaba abrazarlo para que no huyera se despertaba. ¿Cómo podría ser que su subconsciente después de mas de veinte años le siguiera haciendo pensar en Él?

Se llevó una mano a la nuca para intentar despejarse y al mirar por la pequeña ventana del carruaje se dio cuenta de que ya era de noche, ¿cuánto había dormido? Recordaba salir de la taberna donde pararon la noche anterior pero nada más, una risa al recordar el pequeño trío con las dos hijas del tabernero salió de sus labios, habían sido unas chicas muy fogosas a la que él gustoso inició en los placeres carnales.

Aun con el recuerdo de la noche anterior estaba un poco trastocado y necesitaba caminar un poco, golpeó el techo del carruaje para que este parara y rápidamente uno de los lacayos se acercó a la puerta.

-¿Señor ocurre algo?

-Quiero continuar a pie un rato, necesito caminar.

El lacayo lo miró algo extrañado pero al tratarse de su señor no pudo reprocharle nada y tras acordar un punto de encuentro a unos cuantos de kilómetros Bazyl bajó del carruaje comenzando a estirar los músculos. Según le habían dicho estaba ya en las afueras de Paris y aunque no era una zona muy recomendada por los asaltos el hombre sabía cuidar bien de sí mismo.

Tomó una bocanada de aire frío que al llegar a sus pulmones hizo que su cuerpo se estremeciera, tenia que encontrar cuanto antes una compañía para esta noche o sino siempre le quedaba rezar por que una buena chimenea le esperara en casa. Estaba un poco distraído mirando las estrellas cuando un sonido le llamó la atención, venía desde detrás de unos árboles y parecía algo como un ¿grito de auxilio?

Sin dudarlo comenzó a correr al lugar saltando y esquivando las ramas que se le interponían en su camino pero cuando llegó se quedó paralizado al ver la escena.

por **Aleera D'Angeli** Jue Feb 28, 2013 8:03 pm

No había tenido descanso desde que había llegado a París, se la había pasado socializando y no podía quejarse, le había ido bien y había encontrado al infeliz aquél que la había hecho pisar este país, una noche agradable, no podía negarlo, hacía tanto que su cuerpo no se sentía de esa forma que, de no odiarlo como lo odiaba, se lo hubiera agradecido, pero no, él no escucharía de ella una buena palabra, no eran para él.

Se había ido a despejar, tenía que cazar por zonas alejadas del centro, no quería que el idiota cazador tuviera un pretexto para enterrarle una daga por alguno de los orificios de su cuerpo tal como se lo había advertido, o en su defecto hacerle uno nuevo, así que más valía tener precauciones ¿Miedo? No, no tenía ninguno, pero debía convencer al idiota de que ahora sus intenciones eran buenas, quería verlo humillado de nuevo, arrastrándose por ella, o localizar a la zorra que se supone lo tenía dominado. Pensar en eso la hizo enfurecer de nueva cuenta y dio un fuerte golpe a un árbol cercano el cual se cimbró con fuerza.

Era de noche y ella simplemente caminaba de un lado a otro, estaba como león enjaulado, enojada consigo misma porque había respetado la maldita privacidad del idiota de Alekshandro y no había leído su estúpida mente para sacar a la zorra que lo deliraba, aquello hubiera sido tan sencillo, pero no, ¡Maldita fuera ella!

Pasos cerca la hacen ponerse alerta y simplemente recibe el rastro de sangre, de tibia y deliciosa sangre, sonrió de lado mientras ambos hombres se acercaban -Caperucita se perdió...- murmuró uno mientras otro reía e intentaban acorralar a Aleera, ella estaba inmóvil -Podemos ayudarla a encontrar el camino- uno de ellos se acercó por la espalda de la mujer y la aventó contra su hermano, ella simplemente se dejó y sonrió para sus adentros mientras el otro la manoseaba -Te ayudaremos o... Te haremos mujer...- rió estruendósamente mientras la cargaba cual bulto en el hombro y la aventó contra el pasto abriéndose los pantalones -Primero follaré tu boca y mi hermano tu trasero...- ella seguía viéndolos, esperando el momento en que dejaran de decir estupideces, viendo como se desnudaban y dejaban al descubierto sus miembros flácidos -Parece que no tiene miedo- uno se acercó lo suficientemente a su rostro y ella levantó la mirada.

En menos de un segundo ella ya tenía al hombre en el piso mientras apretaba su miembro con fuerza -¿Quién tiene miedo ahora?- mostró sus colmillos y los clavó en el cuello de aquél chupando la sangre que contenía altos grados de alcohol y que le daba un sabor un tanto asqueroso, se levantó y miró al otro mientras soltaba el pene del muerto -Así no me sirve- dijo dando un fuerte tirón -¿Quieres mi mano?- preguntó observando al hombre caminando hacia él mientras este daba traspiés -Oh... Vamos... Dijiste que me follarías... Por qué huir...- rió con malicia mientras este tropezaba y ella caía cual felino sobre él y lo masturbaba de forma suave -Anda... Disfruta... Es que él nos estorbaba...- murmuró traviesa apretando su glande de manera placentera y cuando lo escuchó gemir rió de nuevo para morderlo -Imbécil- él gritó fuertemente mientras le chorreaba la mano de semen -Joder... Moriste contento- de nuevo una risa burlona se escapó de sus labios y notó una presencia diferente.

Se enderezó mientras arreglaba el vestido -Lamento esto, caballero, ellos... Intentaron violarme...- se mordió el labio mientras miraba su mano mojada en los fluidos del hombre -¿Le puedo ayudar en algo?- limpió con su lengua la sangre que se encontraba en sus labios poniéndose de pie por completo.

por **Bazyl** Vie Mar 08, 2013 2:22 pm

Mas gritos se escuchaban desde aquel oscuro rincón, el corazón de Bazyl se iba acelerando cada vez más a medida que iba saltando y acercándose al sitio en cuestión. Sus sentidos aumentados le ayudaban a moverse mejor pero eso no pudo evitar que un pequeño corte al chocarse con una rama ¿quién la había puesto allí?

Bazyl se estaba haciendo una imagen mental de lo que podría estar ocurriendo, una mujer herida y atacada por un par de ladrones era lo que tenía en mente, lo mas viable, pero cuando llegó la escena lo dejó paralizado. Un hombre yacía en el suelo a su izquierda, estaba desnudo y su miembro parecía como ¿machacado? No podía explicar lo que veía y mejor no quería fijarse en ello porque comenzaba a dolerle su "osito" solo por imaginarse que habría pasado.

A su izquierda la imagen era más escalofriante y no pudo evitar tensarse al ver al otro individuo con el miembro en la mano de la ¿vampira? la cual la tenia llena de semen. Intentó respirar hondo y resultar todo un caballero, buscó en su bolsillo uno de sus pañuelos y con una reverencia se lo ofreció.

-Buenas noches señora vine por los gritos pero veo que tenéis la situación controlada.

La miró a los ojos centrandose por primera vez en ella. Era una hermosa mujer, de piel clara, cabellos oscuros y ojos penetrantes, sus labios eran muy apetecibles y aunque estaban manchados de sangre no podía evitar desear besarlos.

Pobres ladrones, ahora entendía como la habían tomado por una simple mujer, su hermosura y su sensualidad llamaban a acercarse a ella pero gracias a dios él era un hombre precavido y tras verla mas de cerca notaba los sutiles cambios de su inmortalidad.

por **Aleera D'Angeli** Vie Mar 08, 2013 11:11 pm

¿Cuántas veces le habían tocado ser víctima? ¿Cuántas había tenido que soportar que le violaran? ¿Cuántas? Realmente se había quedado sin números, había perdido en la cuenta, pero ya no iba a ser de nuevo víctima, era verdad que sus formas de tener sexo eran bastante extrañas, pues después de mucho tiempo aprendió a sacar placer del sufrimiento, pero eso no quitaba que dejara que alguien la follara como se le diera la gana, ella siempre sería quien diera el primer paso, era ella quien debía decir que se hacía y que no, cuando alguien entraba en su vida y también cuando salía, ella tenía que tener bajo control absolutamente todo o simplemente se desesperaría.

Se levantó lentamente mientras mantenía la mano flotando, no quería que tocara sus ropas aquél jugo asqueroso, era repulsivo, pero no podían quejarse de ella, había llevado a alguien al cielo... Casi literalmente, así que simplemente sonrió para sus adentros mientras escuchaba al hombre y empezó a maquinar en su cabeza una que otra idea para no quedar tan sádica como realmente era, a Aleera le gustaba estar en el anonimato, al menos en algunas ocasiones y ella disfrutaba de ser toda una lady en sociedad, nunca haría nada para ser descubierta, no contaba con que este hombre se atravesara en su camino.

-De verdad lamento que haya presenciado esto, no sabía que hacer y me tenía que defender, creo que esa es la parte más sensible de un hombre y lo que me habían puesto a mi alcance- encogió los hombros y respiró profundo acercándose de nuevo hacia él para tomar el pañuelo y poder limpiar sus dedos con bastante lentitud -Esto es asqueroso...- dijo como si le molestara tener aquello en las manos y bueno, no le molestaría si fuera de alguien que realmente le agradara físicamente pero ese no había sido de ese modo.

-¿Le puedo ayudar en algo? ¿Se ha perdido?- preguntó con amabilidad mientras miraba a aquél hombre, era bastante atractivo y quizá por el aroma que desprendía no era humano, así que sus sentidos se alertaron, no podía confiarse tan fácil -Lamento que su pañuelo se quedara tan de mal modo, pero si me dice su domicilio mandaría a unos sirvientes con los mejores, elaborados de seda y si usted permite que se les borden sus iniciales- dijo segura sin dejar de sonreír dando un paso más hacia él.

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