Un momento de paz [Libre]

por **Seymor Tavington** Mar Mar 19, 2013 8:25 pm

Grite, mis gritos se escuchaban por toda la casa, ella seguía azotándome con ese fuete de caballo, me dejaba sin fin de marcas por toda la espalda, suspire, apreté las sabanas sabia que después de de los golpes, quería tener sexo conmigo, no se cansa de maltratarme, siento, aunque sea un maldito vampiro de mierda, trague saliva, otro fuetazo me daba y este no grite mordí mis labios hasta sangrar, me dolía cada centímetro de mi cuerpo, me ardía aquella parte, tanto que parecía que iba explotar. Presentía que me iba a dar otro fuetazo pero alguien llamo a la habitación diciéndome que me vistiera, suspire y como pude me puse la camisa, al verme vestido, nuevamente la abrió era una de las sirvientas, le decía que tenia que salir que alguien la solicito, por mi parte me sentía feliz porque ella se iba a ir y e iba a dejar en paz, me dio la noche libre pero que mañana no me salvaba, trague saliva sabia que se iba a desquitar, tome mi chaqueta y me fui corriendo de esa casa que solo me hacían sufrir, al llegar fuera, me metí a uno de los callejones donde me recargue en la pared y sin decir más comencé a llorar como una mujer desesperada, no aguantaba más prefería entregarme a un cazador o inquisidor que soportar a una mujer como mi esposa, flexione mis piernas y llore en silencio de todos modos nadie venia por estos lados.

por **Tatiana Volkov** Miér Mar 20, 2013 12:45 pm

Maldito fuera Sergei y también su estúpido capricho. La que probablemente fuera la única rusa morena de aquella maldita ciudad, se encontraba en aquel momento andando todo lo rápidamente que podía por París.

-Escucha, Sergei, no me importa lo que digas. Tengo cosas mejores que hacer que concederte ese puñetero favor.-murmuró Tanya en ruso, más para sí misma que para algún posible oyente.

Los pasos de Tatiana se escuchaban perfectamente por el callejón por el que caminaba en aquel momento, y aunque normalmente a ella le hubiera molestado, puesto que creía firmemente que delataba su posición, en ese instante estaba demasiado ocupada tratando de pensar en una excusa factible para ignorar la petición que Sergei le había realizado por carta. Pero no se le ocurría ninguna.

Quizás fuera una inspiración de Odín, pero justo cuando Tatiana se daba por vencida, sintió un penetrante olor que reconoció enseguida... un vampiro. Seguramente se hubiera sentido más amenazada si el olor del vampiro en cuestión no fuera acompañado de la visión de este... ¿llorando?
Bueno, aquello no era algo normal. Pero lo fuera o no, podría ser la perfecta excusa que la rusa estaba buscando para escaquearse de su tarea.

Se acercó lentamente a la figura apoyada en la pared, y al momento se oyó su voz suave (más suave de lo normal debido a las circunstancias, aunque seguía siendo demasiado fuerte para la mayor parte de la gente):
-Perrrdonarrr... ¿yo poderrr ayudarrr?

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