AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
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Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
No siempre se ha de tener planes cuando se sale.
El coche del príncipe transitaba por las calles de la zona comercial cuando el reloj marcaban las ocho. Estaba aburrido, había salido sin planes. Pero sabía que no tardaría en encontrar una dama a la que seducir, o un simple juguete para alimentarse. Por supuesto, era cuestión de tiempo para que el vampiro lograra entretenerse.
Violante miraba por la ventanilla, escrutaba cada mente que caminaba por las calles. En su mayoría clase media y baja. Cambió de asiento y abrió una nueva ventanilla, ésta se ubicaba a espaldas del cochero.—Vamos a otra parte, ¿cómo te atreviste a traerme a un lugar tan repugnante?—reprendió molesto a su cochero, un mortal que sabía lo que era y que sin embargo seguía con él por un simple motivo, la banal ilusión de ser un inmortal. —Disculpe amo Vilhjámur— su voz era insegura y temblaba cada que se dirigía a su amo. Violante estaba dispuesto a cerrar la ventanilla cuando un pensamiento lo atrajo.
Era una perfumista, amante de su trabajo, totalmente apasionada. Escuchaba como se dirigía a sus creaciones con amor, como casi cantaba a sus extractos. Oh si, amaba hacer perfumes. Si, ella entretendría a Violante, el vampiro buscaría imponerse a ese amor sobre los perfumes que significan para ella.
—Detente, acercame a Lis et Parfums— ordenó sin una mínima muestra de afecto, después de todo no era precisamente un hombre de categoría, ni mucho menos un gran ejemplo de sociedad. El cochero era un pobre alcohólico, rechoncho y bajito, no tenía el rostro feo más bien estaba proporcionado a su cuerpo, pero lo que más despreciaba Violante en él era su frecuencia en los burdeles y las violaciones ocasionales que hace. Si el vampiro no lo había matado ya era por la lealtad que ledemostraba, sí por él fuera tendría como cochera a una de sus esclavas de sangre, mas en esa época y para un príncipe no era precisamente algo que fuera bien visto, al menos nadie lo hacía aún.
El coche se detuvo, pronto la puerta fue abierta, Violante bajó y se dirigió a la perfumería sin mirar otros lugares, tenía enfocada su mirada solamente en la perfumería, ésta no tardaría en cerrar. Ella así lo había pensado, Violante se apresuró y llamó a la puerta. Prestó atención a todo lo que ella se decía, las clases preguntas: ¿Quién será, ya es muy tarde, espero que no sea...?
Pero a Violante no le importaban esas preguntas, lo que él deseaba era ya mirarla, hechizarla, debatir con ella, escucharle hablar de sus perfumes y del sentimientos para con ellos, eso era lo que Violante quería escuchar.
Pronto, la puerta se abrió y un rostro atractivo se mostró bajo una suave luz, era alta, demasiado para el gusto del vampiro, y no se trataba el hecho de que fuera tan alta como él, era el hecho de que ese tipo de mujeres siempre buscaban el control sobre las acciones. Tenía una mirada dulce, relajante, estaba alegre. Debido a una sola razón, estar entre sus perfumes. Fue entonces que el vampiro comprendió que sería una empresa difícil. Pero la mujer comenzó a verlo de manera distinta, como reconociéndolo, no como el príncipe, sino como el inmortal que era, el vampiro. Sí, ella lo sabía, no era la primera vez que veía a uno lo que le provocó más interés, muy pronto ella desbordaría en su mente los encuentros con seres como él, y descubriría todo lo que ella sabía de ellos.
—Bonjour mademoiselle, espero no ser tan inoportuno. Sé que es noche pero me han dicho que es la mejor perfumista de París— dijo en tono humilde, como si realmente fuera sincero, pues así se escuchaba su voz.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/03/2013
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
La noche sugiere, no enseña. La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros las fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón.
Brassai
Brassai
Saskia, había tenido una tarde de aquellas que no se olvidan, los clientes entraban y se llevaban sus creaciones como si del mejor manjar se tratara y ella sabía que de algo así se trataba, solo que el manjar era para el disfrute de las pieles, el roce de los cuerpos, el erotismo de las caricias, eso que en una sociedad tan pacata se escondía tras un velo grueso y obscuro pero que todos, hombres, mujeres y bestias sobrenaturales, se morían por experimentarlo.
Sonrió mientras acomodaba una remesa más de sus productos, en los estantes de la perfumería, a la vista de cualquier ser estaban las fragancias para humanos, los creados para la masa ordinarias que poblaban el Paris de 1800 y el apelativo de “ganado” no tenía que ver con pertenecer a la clase media o a la alta, si no que eran un suculento plato para sus otros clientes. Rio con una carcajada cristalina, pues a la mente se vio como una chef que crea aromáticas y exóticas salsas para aderezar los platos que se degustarán en un banquete. Por otro lado, en aparadores semi ocultos a la vista curiosa de los clientes, se encontraban los que realizaba para una selecta e importante clase de seres sobrenaturales, algunos cambia formas, licántropos y vampiros que pertenecían a la clase alta y a la propia nobleza, claro que ésta última pocas veces se dignaba a venir a su local, a pesar que éste era un pequeño palacio en sí. Era ella quien los visitaba en sus residencias o mandaba a una persona de su entera confianza.
Depositó en la vitrina un exótico perfume a base de pimienta, sonrió complacida al pensar con quien lo había probado, la noche llena de lujuria y pasión que experimentara – lástima que mi compañero de juego fuera tan poco resistente - pensó frunciendo el entrecejo y recordando que sus ayudantes tuvieron que deshacerse del cuerpo - no todos los hombres están preparados para complacer – caviló, mientras comenzaba a cerrar con llave, vitrinas, estantes y aparadores, donde descansaban sus creaciones, a la espera del nuevo día. Valían sus buenos francos y no era difícil que alguno de los empleados tratara de sacar una recompensa extra, vendiendolos en el mercado negro.
Se dirigió a una caja fuerte, que se encontraba en la parte posterior de la tienda, en una salita que pocas personas conocían o entraban, allí tras colocar la clave y destrabar el cerrojo, observó con ojos codiciosos sus verdaderos tesoros, una amplia colección de perfumes que por haber sido creados en momentos en que su carácter no era el adecuado, se habían convertido en verdaderas armas químicas – sueños de muertes, asesinatos y suicidios – recordó lo que cada uno de ellos podía acarrear a quien los usara. Contó con cuidado las botellas haciendo un inventario mental, tomo una de ellas y contemplándola a contraluz, besó con pasión el cuerpo de la misma, sonriendo complacida – tú serás la que me libere de un antiguo amante y peligroso enemigo – le dijo como si se tratara de una persona. Tenía planeado, contratar a un empleado que sin saberlo se convertiría en asesino. Colocó nuevamente el recipiente dentro de la caja fuerte y la cerró, guardando la llave entre sus senos.
Sintió unos suaves golpes en la puerta de la Perfumería – ¿quién podrá ser?, justo cuando estoy cerrando, espero que no sea... – estaba por mencionar al que sería recompensado con el veneno, cuando contempló la silueta de un hombre alto y esbelto que esperaba paciente a que ella se acercara. En pocos pasos llegó a la puerta que destrabó y abrió ceremoniosamente, con una suave y seductora sonrisa en el rostro.
Pronto se dio cuenta que el ser parado frente a su puerta era un inmortal, el aura que emanaba lo delataba, no sería lógico cerrarle la puerta en la cara, pero si existía un tipo de seres con los cuales le costaba socializar eran los vampiros, no dejó de sonreír pero en su cabeza se presentaron algunos congéneres del desconocido, a los que había amado u odiado y por supuesto al que despreciaba con el alma, aquel desgraciado que la enamoró, la sedujo y cuando se cansó de ella, la dejó abandonada a su suerte , sin siquiera haber tenido el coraje de decirle que era realmente. Los ojos del vampiro le parecieron semejantes a los de aquel infeliz y mentalmente lo insultó – maldito bastardo, ojala el sol te volviera cenizas, haría un excelente perfume con ellas –, escuchó como el hombre expresaba halagos para su tienda, y a pesar que tenía inmensas ganas de empujarlo y cerrar la puerta, se hizo a un lado dejando que él entrara – por favor, no es molestia, me encontró justo antes de cerrar, ¿en que podría ayudarlo? – dijo mientras cerraba con llave, la puerta tras del extraño.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
Ocultar tus atributos puede ser más satisfactorio que demostrarlos.
Le pareció más que divertido escuchar esos pensamientos, no sonrió ni mucho menos se expresó gestualmente. –¿En serio harías un perfume con mis cenizas?– pensó, era algo que pudo haberle dicho; no le era grata su presencia, al parecer ella conocía un poco más de vampiros de lo que él mismo sospechó, fue por eso que no demostró expresión, no quería que ella descubriera que podía leer su pensamiento. Por supuesto que ella no podía bloquear su mente a él, ningún mortal podía inclusive si era brujo, y aunque le era entretenido como intentaban en vano ocultar sus pensamientos. Por ahora sólo quería pasar desapercibido.
Se abrió paso entre ella echando un vistazo curioso por el local. Realmente era como un palacio y todos los perfumes pese a estar bien resguardados y tapados para conservar toda su esencia; si pudieron ser detectados por el vampiro. Toda una revolución de olores llegaron a su nariz, hermosas fragancias, dulces, saladas, calientes, frías... Era increíble como podía sentir el poder de la seducción encerrado en una botella, de la lujuria y el engaño.
—No le engañaré, ni daré vueltas al asunto. Finjamos que yo soy alguien común y usted también, finjamos que somos cercanos y no hay normas de alta sociedad como guía...— su voz era un tanto de confidencialidad, no existía ni una pizca de seducción, apatía o vanidad. Pese a que ella ya había visto su anillo real. El semblante de Violante no cambio, estaba serio y por fin miró a la mujer que detrás de él ya había cerrado con llave. Estaba por lo visto muy segura de sí, confiada de que el príncipe no venía a atacarla, o quizás era el hecho de poder defenderse con su magia o alguna de esas pócimas. No importaba, al menos no ahora.
—...quiero un perfume que aliente pasiones, que sea capaz de despertar la flama de la lujuria entre dos almas que dejaron de amarse hace mucho. Quiero despertar a dos amantes de ese sueño que procede la monotonía, por favor dime que tienes esa esencia que yo te estoy pidiendo— Violante seguía fingiendo inocencia e ingenuidad a que seguía pasando desapercibido. Esperaba realmente que ella lo acusara de vampiro aunque algo le decía que ella también ignoraría la naturaleza del príncipe, le seguiría el juego de "fingir que..."
Violante- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/03/2013
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
El coraje es una imprudencia que teme tanto como la prudencia puede temer, pero que coloca, sin embargo, su nariz fuera, abandona su matorral, se da vuelta, de pronto, y hace frente.
Pascal Quignard
Pascal Quignard
Cuando el hombre pasó a su lado, entrando al salón de la perfumería un halo de su esencia le llegó a sus fosas nasales, era una extraña mezcla, un elegante perfume de esos que costaban miles de francos, pero que no llegaban a opacar sus creaciones , y el aroma natural de una piel que en verdad estaba muerta y que adquiría ciertos olores de la sangre de los seres con que se alimentaba, no era desagradable, existía un tono dulzón que percibía cuando una pareja se amaba, entremezclado con el olor de las presas que temen a su cazador. Solo ella tenía el sentido del olfato tan desarrollado por haberlo educado desde casi el momento de su nacimiento y cuando sus poderes despertaron en la adolescencia los estimuló mucho más, hasta convertirse en lo que hoy por hoy era. Sonrió complacida consigo misma, lo que nunca había padecido era de baja autoestima, no existía en el mundo alguien más egocéntrica y ególatra que ella, o por lo menos no lo había conocido.
Las palabras del hombre la sorprendieron, daba por sentado que ella sabía de quien se trataba y en verdad se había dado cuenta que era un vampiro, que por su porte, y joyas, no era de la clase alta, sino un aristócrata extranjero. Dudó si preguntarle si se refería a su condición de inmortal o de noble, pero cayó. Lo siguió en silencio, hasta que, el noble, se paró frente a un estante donde finas botellas de cristal de Murano mantenían sellada unos perfumes que ella había creado para los seres de la noche, sonrió detrás de él, - no deseas ser descubierto, pero vas directo a las esencias que contienen tus gustos más pecaminosos – casi se hecho a reír, pero se mordió el labio inferior, de una forma seductora, lo recorrió con lentitud de abajo hacia arriba deteniéndose en su nuca, el cuello le atrajo, especialmente la cavidad entre el lóbulo y la mandíbula, allí donde el calor corporal surgía por la corriente sanguínea que fluye en todo hombre – menos en un muerto – pensó desganada, los hombres eran su debilidad, pero los vampiros su alergia, rio suavemente y casi inaudible, pensando en lo ilógico que era buscar el calor de la sangre en un muerto y compáralo con las molestias de un polen en primavera. La verdad que el cansancio le hacía pensar tonterías. Suspiró mientras se colocaba detrás de la vitrina y lo enfrentaba, mirándolo a esos ojos que se le antojaban bastantes seductores, - pero no caigo tan fácilmente – le dijo mentalmente, satisfecha de que no pudiera leer sus pensamientos.
- Solo soy una perfumera, no escondo nada – dijo sonriéndole dulce e ingenuamente – y usted es un señor que busca un regalo especial para alguien que le es importante – le contestó mirando los perfumes, - mmm… a ver, me dice que es para usar en ocasiones especiales – comentó, más para sí que para él, abrió la vitrina y eligió tres perfumes, cada uno era diferente – estos son los indicados, pero debo decir que solo se puede elegir correctamente al aplicarlos en la piel de quien los va a usar, es imprescindible, ya que cada piel es única e irrepetible – le habló tomando uno de los frascos y abriéndolo, giró hasta ponerse al lado del príncipe, - ¿me permite?- tomó su mano y mojó uno de los dedos del hombre en la esencia del perfume, dirigió la mano al cuello, a la zona donde debería estar la potente corriente sanguínea y lo hizo que se acariciara, - no lo hago con mis dedos ya que mi piel, perturbaría la esencia en la vuestra – dijo sonriendo, lo miró a los ojos y volvió a pedir permiso, sin esperar la respuesta llevó su rostro al hueco del cuello e inspiró suave, exhalando en el cuello del vampiro, - simplemente, delicioso -.
Se alejó unos centímetros antes de terminar de dar su opinión, - definitivamente este es el adecuado para vuestra piel – volvió a girar hasta estar detrás de la vitrina, abrió otra puerta y sacó otro perfume, lo destapó y mojó con su dedo su muñeca , se lo acercó primero a su nariz y posteriormente, caminó suave, seductora y decidida hasta donde estaba el ser sobrenatural, levantó su mano hasta la altura de su rostro y le dedicó una amplia sonrisa, - este es uno que va a mi piel – cualquiera podría decir que estaba loca, acercar su muñeca a las fauces de un depredador, pero ella confiaba en sus poderes, ocultos, además de que siempre le había gustado jugar con fuego.
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Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/01/2013
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
La verdadera diversión lo encuentras en los retos complicados, aferrate y lo corroborarás.
A Violente le entretuvo que ella siguiera pensando que no podía leer sus pensamientos, –¿no caes tan fácil?, ya lo veremos–, aquel pensamiento de ella había despertado en el vampiro el juego de la seducción, aunque no liberó ninguno de sus poderes, quería seguir estudiándola.
Con atención y un fingido semblante de interés el vampiro escuchaba a la perfumista, siguiendola con la mirada y cuando ella lo enfrentó a los ojos, no se dejó intimidar pero tampoco reaccionó con coqueteo o desdén, simplemente hizo que en sus ojos se reflejara el rostro de ella.
Dejó que le colocara el perfume basada en su experiencia, Violante reconoció que la selección era buena pero no lo consideraba lo suficientemente efectivo. Estaba dispuesto a objetar, pero la mujer hizo algo que él no previó. Ella perfumó su muñeca, lo miró coqueta, caminando a él con seducción, provocándole y ofreció su muñeca a Violante para que oliera de ella. El vampiro leyó el pensamiento de ella, era consiente de lo que hacía, lo que excitó a Violante, pues supo que ella le brindaría la diversión que buscaba para esa noche.
—Admito que es toda una artista, el perfume que percibo en su piel es simplemente exquisito— Violante sabia que ella pensaba en un posible ataque de él, después de todo era un vampiro con un apetitoso brazo ofrecido, donde la sangre de un relajado corazón fluye a todo el cuerpo, incluyendo a esa perfumada extremidad. Pero él no era cualquiera, de hecho no tenía necesidad de sangre en esos momentos, su apetito en esos momentos era de otro tipo. —Aunque— continuó con un tono ligeramente insatisfecho, siento que el que me ofreció no alcanza a cubrir todos mis deseos, usted mencionó que toda piel es única y no cualquier perfume se adapta a ésta. No estoy seguro que a la persona especial como la citó, pueda liberar ese instinto, esa lujuria; no quiero algo que enamoré o simplemente agrade— el tono del vampiro comenzó a ser ligeramente seductivo, le tomó la muñeca con su fría mano y besó la dorsal de la mano, el suyo despierta el deseo de besar su piel— exclamó en un susurro liberando la mano. —Eso es lo que quiero comprar, que despierte deseos de besar una piel, amar un cuerpo—, Violante a cortó la distancia peligrosamente liberando una pizca de su seducción, el juego había comenzado.
El príncipe retrocedió y se sentó en un amplio sillón dedicado a la espera. Los ojos de ambos estaban encontrados. Ella no estaba dispuesta a desviar su mirada, sus pensamientos lo revelaban, era un tanto orgullosa y no dejaría que Violante la intimidara o tomara el control de la situación, lo que le convenía al príncipe, sino, ¿para qué seguir ahí? Con una sonrisa maliciosa cruzó sus piernas. —Verdad que si tiene lo que quiero mademoiselle— dijo en una voz a penas audible, en un tono que sólo los inmortales son capaces de emitir y que provocaría en cualquier mortal interés así como misterio, aunque por supuesto a ella no, ya que sabía lo que era y posiblemente esa entonación la hubo escuchado en algún otro lugar. Sin embargo, ese no era su propósito.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/03/2013
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
"Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se sienten"
Saber que el perfume que ella había elegido para él no le gustara lo suficiente, la molestó levemente, bueno en verdad decir que levemente era una ridiculez, en verdad la sacaba de sus casillas, si tenía defectos, el peor de ellos era ser orgullosa, aceptar que se podía equivocar, era totalmente inaceptable, y si encima se trataba de su pasión, los perfumes, pues era el comienzo de una guerra colosal - yo no me equivoco, eres tú, chupasangre, que no puedes apreciar una obra de arte – le espetó mentalmente, fulminándolo con un brillo de furia en sus bellos ojos, un calor subía desde su cuello hasta las mejillas, la frustración haría estragos si no se calmaba.
Todavía no salía de su asombro, por la queja injustificada del noble, cuando éste tomó su muñeca, en sus planes no había estado el que el vampiro tocara su piel, una pequeña punzada se acogió en el estómago, no quería zafarse de aquella mano, para no parecer descortés pero los vellos de todo su cuerpo se erizaron. El vampiro, acercó la mano fémina a sus labios y besó el dorso de ésta, Saskia lo miró entre asombrada y asustada, - ¿estas intentando seducirme? – le dijo en silencio, tironeó levemente para soltar su mano y la escondió detrás, de su espalda, esos labios tan fríos, habían sellado su piel como si de un tatuaje se tratara, - ni se te ocurra intentar algo – volvió a expresar mentalmente, trataba en vano concentrarse y darle el perfume que él pretendía.
Saskia se encontraba entre la vitrina y un aparador, el hombre le hablaba a su lado alejado de ella, sin invadir su espacio vital, hasta ese momento, pero de pronto acortó la distancia acercándose a milímetros de ella, todo su cuerpo se puso en alerta, sus oídos sentían el roce de la ropa del vampiro que se movía como un felino, sus ojos se abrieron al sentirse atrapada, asustada, intentó hacer un paso hacia atrás pero chocó con el aparador, su respiración se aceleró, el corazón comenzó a bombear con fuerza, la adrenalina se disparó y surgía como otra fragancia de su piel, los vellos se volvieron a erizar.
Maldijo pensando en que Galia había salido a dejar unos encargos y que Giuliette se encontraba demasiado lejos y distraída para que sintiera sus gritos, que podría hacer con sus poderes que eran tan poco espectaculares a comparación de los de Galia, se estaba sintiendo como un cervatillo en medio del bosque y en presencia de un león, pero de pronto todo fue cambiando, a su olfato llegó una adorable esencia, esa que los cuerpos emanan cuando el juego de la lujuria comienza, esto hizo que su cuerpo reaccionara, calmándola y a la vez excitándola, - pero qué demonios intentas, - pensó, - ¿quieres jugar? – el saber que la intenciones del vampiro no era de morderla, sino desplegar un juego de seducción la hizo sonreír, amaba esos juegos, pero nada le gustaba más que ser ella la seductora y volverlos locos.
Lo vio sentarse y cruzar las piernas, le sonrió de forma seductora, - claro que tengo lo que usted está buscando, solo que pensé, que deseaba despertar el amor en la otra persona – dijo fijando su mirada en los ojos del noble, - no que deseaba solo seducción y lujuria – Se dio vuelta, tomó una pequeña cesta y colocó cinco perfumes, esencia de canela, pimienta, orquídeas, azahares, sándalo. Se acercó a él y le extendió la mano, - os haré probar unas esencias, pero, deberéis ser sincero en todo momento y confiar en mi – una sonrisa audaz, seductora y traviesa se posó en su bello rostro, - ahora, venid, lo llevaré a un lugar especial, en el cual podrá relajarse y disfrutar con los sentidos -.
Se dio media vuelta y caminó al interior del palacio, lo llevaría a una de las salas que les permitiría disfrutar de una noche un tanto fresca, en la que el olor de una lluvia que se acercaba lentamente daba un cierto toque exótico al lugar que en realidad era un jardín cubierto, realizado con hierro forjado y cristales, el grito de la última moda, y el lugar que más adoraba Saskia, - así que quieres jugar, pues entra en la sala de juegos – pensó mientras sentía los pasos del vampiro que la seguían de cerca, con la vista clavada en su cuello.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
"El perfume anuncia la llegada de una mujer y alegra su marcha"
Coco Chanel
Coco Chanel
La mente de la perfumista resultaba demasiado atractiva para Violante, él por supuesto seguía fingiendo la inocencia de desconocer lo que la perversa dama pensaba. Oh si, ella jugaría con el príncipe y aunque le fue difícil escondió su sonrisa. No echaría a perder la trama revelando una de sus cartas, no a esta mujer que lo provocaba con su sonrisa sensual y el brillo lujurioso en sus ojos llameantes. —Estoy impaciente mademoiselle, confío en que todo lo que pronuncian sus gloriosos labios sea una verdad—.
Ella entró primero al recinto, que era en realidad un jardín exótico y majestuosamente bello. El príncipe la siguió de cerca, se sintió en un pequeño paraíso y no pudo evitar recordar las lecturas de la Biblia con su madre, sí así debía de ser el paraíso. El vampiro no profundizó en sus recuerdos, los pensamientos osados de la mortal no se lo permitieron, además de que él odiaba rememorar su vida mortal. —Debo de admitir que esto es muy bello, permita felicitarla por tan espléndido lugar. Ahora continuemos...— dijo en un tono seductor, con su poder desatado, rodeándola por completo. Violante rompió la intimidad y en un susurro a los oídos de la perfumista así le hablo, —hazme disfrutar, convenceme de comprar tus perfumes, quiero que me extasíes en olores y sensaciones... Querida— así le dijo y a una velocidad que ningún humano sería capaz de observar, el vampiro lamió el pómulo de la oreja derecha, en lo que fue para ella una sensación que la exhalación puede provocar.
Dio unos pasos hacía atrás mientras estiraba sus brazos con una sonrisa astuta, su brillo en los ojos denotaban confianza y soberbia, de lo que estaba hecho Violante. Vio a la mujer sonreír, luego caminó hasta una banca elegante, se remangó la camisa y levantó ligeramente el brazo derecho, ofreciéndole la muñeca para que ella se apoderara de ésta y comenzara su demostración. —Mi nombre es Violante, ¿cuál es el tuyo?— susurró con su tono seductor. Esperó la respuesta, y en lo que sucedía se dedicó a contemplarla con mejor detalle. La luz ambientaba el jardín con un tono romántico, sin dudarlo este recinto era testigo de muchos encuentros sexuales, realmente era una mujer perversa, Violante quería descubrir que tanto.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
Yo reino sobre las tempestades de las sensaciones. Como un lobo, las guardo encerradas en el monte de mi ser, y ora una, ora otra, dejo en libertad el impetú furioso.
Soren Kierkegaard
Soren Kierkegaard
Cuando los dos entraron, en el pequeño paraíso de Saskia, una atmosfera entre dulce, y electrizante se apoderó del lugar, los ventanales de cristal abiertos dejaban entrar en el recinto el olor húmedo de la lluvia aproximándose, la briza moviendo las cortinas semitransparentes y las tenues luces de algunas farolas colocadas estratégicamente y encendidas en aquella la terraza daban un clima de seducción. Ella giró buscándolo con la mirada, una sonrisa curvó sus labios al observarlo como la contemplaba con esos ojos tentadores que la recorrían sin pudor, - mmm… lobo hambriento, hoy no hay cena – caviló, divertida, como siempre que comenzaba un juego lo disfrutaba segundo a segundo y éste en particular, no podía compararlo con ninguno anterior.
Sus parpados se entornaron en un movimiento lento y suave, permitiendo al vampiro observar las largas pestañas que enmarcaban sus orbes, que invitaban a perderse en las sensaciones, estimuladas por los aromas, las luces y las texturas. El hombre alagó el lugar un momento para volver luego a apremiarla para que desplegara sus dotes de perfumista y vendedora. Ella justo en ese momento le daba la espalda apoyando la pequeña canasta en una mesa donde un distinguido balde para champagne mantenía en su punto exacto una botella de la mejor bebida espumante junto a dos elegantes copas de cristal de Bulgaria.
Los dedos de la perfumera se tensaron por un segundo cuando escuchó la forma algo imperativa en que le exigía demostrarle que valía la pena que él comprara sus perfumes. – aun no sé si tu mereces usar uno de mis perfumes – pensó irritada y algo frustrada, no sería la primera ni la última vez que prefería no vender sus creaciones a personajes que no lograban conquistarla, - la cuestión es si eres capaz de ser lo bastante interesante, para mí y mis creaciones – susurró mientras giraba con un brillo asesino en sus pupilas, en ese momento, sintió como una electricidad recorría su oreja derecha, esa sensación que le erizo los bellos del cuello, y se extendió por todo el cuerpo turbándola por completo.
Se tomó ligeramente del borde de la mesa, buscando estabilizarse – maldición - se dijo mientras lo observaba, en ningún momento dejó de sonreírle seductoramente - ¿qué crees que haces? – Su entrecejo se endureció en un leve segundo, no dejaría que le dirigiera la noche, ella quería ser la que tomara las riendas de la situación. Habló con tono dulce y provocativo mientras él se acomodaba en una cómoda banca, cercana a una ches Long cubierta de almohadones primorosamente decorados, volvió a sonreírle, esta vez de forma picara, al pensar en lo que las plantas y él lugar pudieran contar si eso fuera posible. – no se preocupe, lo que experimentará no tiene comparación – le miró por un segundo mientras él se arremangaba una de las mangas y le exponía la muñeca.
Saskia se acercó al vampiro con la canastita y se sentó en la ches Long, le sonrió y con unos pequeños golpecitos en la superficie del asiento le indicó que debía sentarse allí, - creo que le convendría relajarse un poco y recostarse aquí - pronunció las palabras de forma seductora y con la mirada algo velada -¿no me tendrá miedo, verdad? - jugó con las pequeñas botellas en el recipiente mientras lo esperaba.
Él la sorprendió diciendo su nombre, no era común que los clientes lo hicieran, en verdad nada de eso importaba en la perfumería, a ella no le interesaba en absoluto lo que hicieran de sus vidas o lo que fueran. Pero de pronto se dio cuenta que ése extraño sí había logrado que semejante banalidad fuera importante. Sonrió complacida, era un punto a favor de un vampiro, con anterioridad simplemente lo hubiera intentado asesinar, rio de solo pensar como haría para liquidar a uno de aquellos chupasangre, volvió a recordar al maldito bastardo de su pasado y estuvo a punto de mandar todo al diablo, si aquellos ojos no hubieran llamado su atención, con esa mirada entre petulante y misteriosa.
Bajó la mirada, se aclaró la voz de forma nerviosa, tomó uno de los frascos y lo destapo acercándolo a sus fosas nasales, levantó la mirada hasta encontrar la ajena, - Saskia – dijo frenándose por un segundo – ahora ven aquí, y no preguntes, solo siente y disfruta -.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
Diferenciar un olor es más fácil que aceptar que te gusta.
Cada palabra, cada pensamiento de Saskia se le antojaba para hacer de la noche una perversidad. Era una retadora y él pudo percibir que ella intentaba tomar las riendas, no era la mujer que dejara que otro fuera el dominante. La única cuestión era, ¿Violante le permitiría tomar el absoluto control? Lo dudaba, el juego sería quién tiene el mando.
El vampiro se re acomodó en la banca sin mudar de expresión. La mujer tenía un pasado con un vampiro, uno trágico y esos recuerdos más que divertirlo lo confundieron. Era una mujer curiosa y vanagloriada con su trabajo. Muy pronto Violante sintió deseos de sangre, su sangre. Él, atrevidamente se recostó manteniendo su cabeza en el regazo de Saskia, algo que podría bien molestarla más que avergonzarla, pero acaso no fingirían ser cercanos y desechar las normas morales y sociales tal como lo planteó el vampiro en un principio.
La mirada del príncipe era absolutamente intrigada, conseguía transmitir una expresión de vacío y al mismo tiempo despertaba los deseos de saber que pasaba por la mente de esa atractiva figura. —Deleitame mujer como sólo tú sabes hacerlo. Muestra tus mejores creaciones que yo pagaré bien por ello— le dijo con una entonación un tanto inocente pero con un derroche de su poder de seducción. Sabía muy bien que ella recelaba de sus propias creaciones y que en ese cesta posiblemente no tenía lo que ella consideraría perfecto. Por eso intuía que podría lograr oler una de ellas, a pesar de que Saskia sabría que él influía en sus percepciones y ligeramente en sus decisiones.
Y entonces todo inició, se hacía de excelentes olores, reconocía esencias aunque no podía asegurarlas todas. Cerró sus ojos en un goce de percepciones pero con la mente totalmente abierta a cualquier mala treta que aquella inestable mujer pudiera planear. Era una fortuna que no sospechara si quiera esa habilidad que tenía de leer los pensamientos. Aunque después de todo siempre fingió una ignorancia a esas expresiones mentales que divirtieron e inclusive irritaron en su momento.
Aquellos olores comenzaron a manifestar una revolución de sensaciones y sentimientos. Era como si su mente estuviera siendo drogada, algunas alucinaciones se dispararon y todo a su alrededor se intensificó en sonido, tacto y olor. El deseo de sangre se hizo más potente, el corazón de Saskia cada vez se antojaba más con cada latido. Violante abrió los ojos inyectados de pasión, de lujuria y amenaza. Ella había encontrado lo que para el vampiro llamaría elixir. En un movimiento rápido cogió la muñeca de la perfumista, aquella que sostenía la perfecta fragancia, ésta estuvo casi a punto de derramarse pero ella fue muy hábil para evitarlo. Los ojos de Saskia mostraron irritación y ligera molestia, pues su trabajo había peligrado por unos instantes. Mas la leve consciencia del vampiro le decía que debería de estar preocupado por él.
El movimiento de ella había hecho que la muñeca sufriera un profundo rasguño que la hizo sangrar. El escarlata y espeso elixir no demoró en salir, el olor de la sangre llegó al olfato del príncipe de manera tosca pero desafiante. Los ojos del vampiro ardieron en perversidad muy alejado de la lujuria, era el mismo reflejo del diablo y la sonrisa sádica que había aparecido en su rostro jovial no hacía más que dar un porte macabro al príncipe. —Has encontrado el tono perfecto— la voz de Violante era ligeramente agresiva sin perder la elegancia, sin duda podía decirse que era imperativa.
—¡Oh, estás sangrando que torpe he sido... dijo en tono irónico y con la lengua lamió la herida que sano tan pronto como la retiró, ...listo está sanada!— continuó e hizo una exhalación de placer. —El olor de tu sangre y su sabor es a penas comparable a tu perfume y sabes... Ansío más— dijo en un tono excitado y con un desborde de su seducción que no podía ni él mismo controlar, era como si la combinación del perfume y la sangre de Saskia formarán una mezcla que potenciaba sus poderes.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
El deseo es la verdadera esencia del hombre.
Baruch Spinoza
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El vampiro se acomodó en el lugar donde ella le había indicado, sorprendiéndola en el momento que su cabeza tocó el regazo femenino, Saskia sonrió seductora, contemplándolo, ¿como podía ser que se tomara semejantes atribuciones?, - definitivamente eres un ser caprichoso – le recriminó mentalmente mientras lo contemplaba sonriéndole abiertamente, - ¿cómodo? - le susurró con una voz cargada de seducción - se notaba que siempre te gusta salirte con la tuya -, le decía mientras lo estudiaba, sus ojos, sus labios, el tipo de mentón que marcaba que era un hombre con un marcado carácter, negó suavemente con su cabeza, riendo divertida - pero conmigo no será así, deberás convencerme para que acepte jugar contigo – pensó, peinando aquellos cabellos que caían en el rostro masculino, había tenido el deseos de acariciarlo y no podía resistirse aunque lo intentaba, ese cabello sedoso la llamaba a pensar en cosas que podrían haber puesto roja a más de una dama, pero no a Saskia quien había decidido romper con tanta hipocresía social, ella deseaba algo y lo hacía, sin remordimientos, sin dudas, ese hombre la invitaba a comenzar un juego que ella sabía, podía terminar de la peor manera.
Inspiró profundamente haciendo que su pecho subiera y bajara de forma acompasada pero a la vez denotando un poco de ansiedad, Trató de concentrase en los perfumes, en las esencias, destapándolas parsimoniosamente una a una, haciendo que Violante pudiera disfrutar de cada una de sus preciadas creaciones. Podía ver en el semblante de su compañero de juegos, como cada una lo llevaba por diferentes recuerdos mentales, emociones que albergaba en su interior.
Cuando hubo probado casi todos los frasquitos que había elegido, sacó del bolsillo de su vestido uno totalmente diferente, Era muy especial, creado para momentos secretos y mágicos, existían solo cuatro perfumes de ése tipo y cada uno estaba personalizado pues poseían un componente único, su color era ambarino, pero con un cierto tono rosado tirando al naranja, pertenecían a las cuatro integrantes de la Sociedad Secreta, Galia, Emilia, Giuliette y ella, pero el que era con un tono más rojizo le pertenecía, solo Saskia sabía que eso era por tener un filtrado de su propia sangre, era un perfume cuyo componente principal era la vida y sexualidad. Quería probar al vampiro, ponerlo en la encrucijada de mentirle en la cara que no le parecía perfecto. Su corazón se aceleró cuando destapó el recipiente, fue un segundo tan solo, en el que pudo ver como en cámara lenta como el ser sobrenatural se incorporaba y le tomaba la mano aprisionando entre los dedos masculinos, su muñeca. Ella sostenía el perfume y aquel comportamiento la había asustado, pero a la vez la enojó, por culpa de su actitud casi había soltado la botella que habría caído al piso haciéndose añicos y perdiendo la esencia que la representaba como parte de una hermandad. Los ojos de Saskia centellaron de ira y estuvo a punto de maldecirlo, cuando un dolor agudo y veloz le recorrió la mano que el hombre todavía aprisionaba.
Su delicada y blanca piel se fue tiñendo de un rojo parecido a la frambuesa, pudo contemplar como la mirada de aquel ser se transformaba tornándose de un color rojizo que inundaba su pupila algo dilatada, mientras admiraba con ansias, como el líquido espeso se asomaba por la herida y entintaba su muñeca. Contuvo la respiración, él podía en un segundo morderla y destrozar su mano, el miedo se apoderó de ella y por segunda vez en aquella noche, tembló como el cervatillo que en verdad se sentía.
El hombre le dijo que había encontrado el perfume adecuado, con una voz algo ronca y profunda, que fue para Saskia como si con su mano la hubiera acariciado por la espalda tomándola de la nuca, tragó saliva y tironeó sutilmente su mano para liberarla, pero el vampiro la seguía contemplando extasiado, como quien encuentra un tesoro perdido. Acercó la muñeca femenina a su boca, su cabeza ahora estaba a la altura del corazón de Saskia y éste latía con fuerza mientras su respiración se volvía más entrecorta y errática, se mordió el labio interno, hasta que lo hizo sangrar.
Los labios del predador ocultaron la herida y ella sintió la lengua rasposa por su muñeca, los vellos de su piel se erizaron, y aunque no había sido su intención, algo entre sensual y seductor se apoderó de ella, su cuerpo estaba reaccionando a una invitación que aunque en un principio se negaba aceptar su ser la traicionaba, de su garganta surgió un gruñido, sus ojos se cerraron y tiró la cabeza hacia atrás exponiendo el cuello, sus labios se abrieron y de su mano el pequeño frasco rodó por su ropa hasta terminar en el suelo sin romperse pero volcando parte de su contenido sobre la alfombra, - no puedo ceder, no dejaré que él decida cómo seguir – intentó cavilar pero las sensaciones eran demasiado fuertes, su aliento se escapaba en un suspiro mezcla de frustración y deseo.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
"Si no te arriesgas a probar lo que ansias tarde o temprano te arrepentirás por no haberlo hecho"
El corazón de ella se aceleró peligrosamente, cada latido incitaba al vampiro a tomar esa sangre que ya había probado y le procuró un éxtasis que le hizo perder la razón por unos instantes. La piel erizada, la propia excitación de ella y la absurda negación de su mente en contra de la voluntad candente de su cuerpo era un contraste que impulsó a Violante acercarse como el predador que era.
Con su mano izquierda rodeó la cintura femenina acercándola a él, luego con sus dedos de la mano derecha delineó los hermosos labios llenos de vida y que ardían. —Estás sangrando...— sus ojos maliciosos la desnudaron completamente y su tono reflejaba cuan ansioso de tomarla estaba. Con lentitud introdujo uno de sus dedos en la boca de ella tentando la herida interna y bañando su dedo de la sangre, después lo retiro y con sensualidad lo llevó a su propia boca, lamiendo esa exquisita sangre, ...divino— continuó y llevó sus labios a los de ella sin besarla, dejando que el aliento inundara los bien delineados labios de Saskia. Estuvieron así unos instantes que con el poder de Violante parecieron eternos, aquellos ojos del vampiro destellaban un deseo tan perverso que estremeció la piel de la mujer que se jactaba de ser inmune al príncipe. Pero eso ya no le importaba a Violante, de hecho no poseía un dominio de razón absoluta. Aquel perfume despertó lo salvaje en el, un demonio.
Moviéndose con pericia sus labios se dirigieron a los oídos femeninos, sus pieles rozaron y en un susurro le dijo —No hace falta saber que eres totalmente entregada a tus perfumes, pero...— hizo una pausa mostrando sus colmillos, éstos rozaron el pómulo de la oreja derecha y como si descargaran un shock eléctrico tensó la piel de su acompañante y anfitriona. —...tomaré tu sangre porque soy un demonio, ahora te daré tu recompensa— continuó y su nariz descendió en caricias a su cuello.
El corazón de ella estaba totalmente desbocado y sus pensamientos no tenían sentido. Contrastaban con lo que su cuerpo clamaba, las expresiones y color de esa tersa y caliente piel. —No temas— le dijo estando consciente que ella era capaz de recuperar un poco de tranquilidad, o al menos eso esperaba ya que no estaba seguro de poder detenerse una vez comenzara a beber. Primero beso el cuello, luego lo acarició sutilmente y al fin clavó los colmillos iniciando a beber con avidez; a ella se le escapó un gemido y por la inercia de la situación cayeron recostados sobre la banca, él sobre de ella.
Los ojos del vampiro se llenaron de una vida robada, un brillo rojizo falso que pertenecía a Saskia. El corazón seguía acelerado pero el príncipe comenzaba a beber con más lentitud, tomaba el control y recuperando consciencia propia se retiró lamiendo la herida y de esta forma, sanando la herida. Esperó un momento, quería evaluar la fortaleza física de su anfitriona. Violante sonrió como el demonio que era, había resistido pero su poder de seducción seguía derrochando gran energía haciendo imposible que ella pudiera alejarse del vampiro, aunque eso no significaba que ella no pudiera tomar sus propias decisiones. —Dime Saskia, tienes algo más que mostrarme...— su tono seductivo fue grave e inclusive un poco brusco, de hecho era un tanto retador. Esperó paciente y si ella decidía apartarse Violante se abalanzaría sobre ella... cualquiera que fuera su decisión... ya estaba condenada a ser de Violante.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
El sentido de la vida está en vivir cada día tal como se nos presenta.
Como un felino, un león que ha marcado a su presa, el vampiro se fue acercándose más y más a su rostro, con sus ojos perdidos en los labios entreabiertos, la comisura de la boca de la mujer mostraba un pequeño color rojizo delatando la herida que se había infringido al intentar mantener el control de su cuerpo y de su pensamiento.
Con un poco de sarcasmo en su voz él le dijo que se había lastimado, Saskia lo miraba, no con miedo, si no con deseo, - por favor , si me tiraría sobre él – negó con la cabeza, no a lo que él decía si no a esos sentimientos que se intentaban apoderar de su mente, aquel ser despedía un aroma que la estaba volviendo loca, nunca le había pasado, con ninguno de los hombres con los que se había divertido, y eso la descolocaba, - yo soy la que está jugando contigo – le dijo mirándolo con los ojos entornados.
Cuando él introdujo en su boca un dedo intentando tomar la sangre que ella tenía en su boca, ella maliciosamente, lo acarició con su lengua, como si aquel fuera un falo, como lo hacía cuando estaba con sus amantes, quería de todas las formas posibles hacerle entender que ella era quien decidía, pero eso no era del todo verdad, no en el caso de Violante y aquella situación la frustraba.
El vampiro se llevó el dedo a la boca y lamió con deleite la sangre que lo cubría, ella abrió los ojos con sorpresa y con excitación, su corazón se aceleró, su piel se tensó y sus pezones reaccionaron, - esto no está nada bien – dijo con una mueca de frustración en su seductor rostro. Él se abalanzó a sus labios y le dio un beso, pero no se movió de ellos, era como si el calor de sus labios dieran tibieza a los del vampiro, lo miró a los ojos preguntándose qué haría, las manos del vampiro la recorrieron provocando en ella mil sensaciones de intenso placer , su cuerpo reaccionaba como despertando de un letargo y ella tembló, no le gustaba perder el control y en esos momentos no poseía ni siquiera un poco, cerró sus ojos dejando que las sensaciones la invadieran como el lago cuando la marea subía y ella dormitando sentía como las aguas lamian su piel desnuda.
Los labios del vampiro dejaron su boca recorriendo su mejilla y muy cerca de su oído le hablo, tomaría lo que quisiera de ella y por eso recibiría una recompensa, - déjame jugar contigo – pensó - déjame perderte en el deseo - la nariz del sobrenatural recorrió su cuello y sus colmillo la acariciaron hasta que en un movimiento rápido y certero se clavaron en el níveo cuello. Saskia abrió sus ojos y su boca emitiendo un alarido, luego un suspiro y todo su cuerpo fue presa del placer más absoluto, mucho más que cualquier placer que hubiera experimentado, un dolor rayando en la angustia que la llenaba de felicidad, una quimera, sus dedos se hundieron en el cabello del vampiro y luego arañaron el cuello masculino, en una muestra inútil de dominación, ya era tarde, él la había sojuzgado.
Los oídos le zumbaban estaba un poco débil pero no por eso le faltaban las ansias, era una bruja poderosa, lo que más le gustaba era el control mezclado con la seducción y el placer en todas sus formas, lo contempló con malicia, con sus ojos llameando en un azul hielo con la sonrisa más dulce y a la vez cruel, —Dime Saskia, tienes algo más que mostrarme...— le dijo el sobrenatural. Habían caído sobre el asiento mientras el vampiro tomaba de ella, él estaba tumbado sobre la bruja inmovilizándola, o por lo menos eso creía Violante, de sus labios se desprendió una risa cristalina, - ¿si tengo algo más? – Le dijo mientras en un movimiento rápido intercambiaban los papeles y ella se posicionaba arriba del hombre, - ¿no sabes que lo único que has hecho es despertar en mi las ganas de jugar contigo? – estaba subida a horcajadas en las caderas de él con el vestido revuelto y sus largas piernas descubiertas. Movió sus caderas incitándolo a perder juntos el control, -¿jugaras? – se acercó al rostro del vampiro, cuando sus bocas estuvieron muy cercas ella sacó su lengua y lamió sus labios, probando su propia sangre , - mmm… es dulce, aunque mis orgasmos son mejores – dijo sin pudor, levantándose dejándolo tendido en la ches longue, se acercó a servir el champagne, tomo las dos copas y se giró para buscarlo con la mirada, un mareo la hizo aferrarse a la mesa y las copas junto con la botella se estrellaron contra el piso.
Ella cayó desmadejada, en el momento en que un hombre de ojos verde jade, corpulento y con una pistola en cada mano apareció en el marco de la puerta, Miró primero a la mujer, que tirada en el piso, parecía haber sido atacada por el hombre que medio incorporado lo observaba. Lucius, gritó el nombre de Saskia mientras se abalanzaba hacia el vampiro, el fiel guarda espalda de la perfumista era un cambia formas felino que inmediatamente comprendió que estaba tramando el engendro de la noche. En el aire se convirtió en un enorme tigre blanco cayendo sobre el diván donde se encontraba Violante, - no huyas cobarde – gritó mentalmente aunque de sus fauces solo salió un potente rugido de advertencia.
Saskia, seguía desvanecida en el piso uno de los vidrios había herido su brazo a la altura del antebrazo era un corte profundo y su sangre se esparcía mezclándose con el líquido derramado, debían hacer algo y pronto, el vampiro había bebido de ella y ésa herida le provocaría la muerte, pero Lucius estaba demasiado ensimismado en el sobrenatural para darse cuenta del penétrate olor a sangre que inundaba la estancia.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
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Re: Convenceme de que el olor del perfume es superior al de la sangre [Privado]
"Decir que aveces se toma una decisión basada en un hecho irreparable es una falsedad, tus deseos siempre están involucrados"
Las perversidad de la mortal había emergido al fin, Violante lo había vencido en su intento de ser ella la que llevara las riendas. Y ahora que ella se encontraba sobre de él, y que más tarde lamiera con su lengua su propia sangre que en los labios del vampiro aún había, él no pudo más que sentirse satisfecho. —Juguemos entonces— dijo y la vio pararse. La mujer contoneando se dirigió a tomar una copa, sin embargo su corazón estaba débil, no latía como lo había hecho momentos después de que él bebiera de ella. ¿Acaso el príncipe había bebido demasiado de ella? Lo dudaba, no lo hizo ¿pero porqué estaba tan débil?
De pronto, ella se desplomó en el suelo llevándose con sigo la botella y las copas que se rompieron una vez que tocaron el jardín artificial. Violante pensaba ir por ella, mas detectó una presencia más, un corazón fuerte, un corazón de un hombre. Violante se reincorporó cuando el intruso gritó el nombre de Saskia y sin perder el tiempo corrió hacía el príncipe. El vampiro noto como el corazón latía salvajemente, el aura del hombre era agresiva, no era humana y antes de poder mencionar la naturaleza de quien lo amenazaba; el hombre se convirtió en un temible tigre blanco.
Violante saltó de tal manera que pareció volar y retrocedió, el tigre cayó sobre el mueble desgarrándolo con sus poderosas garras. Detectó sus pensamientos, –Quedarme a librar un combate contigo... no gracias– pensó decidido a abandonar a Saskia a su suerte, aunque de hecho aún no se había percatado de que Saskia se había herido en la caída y se desangraba.
De una forma soberbia el vampiro caminó a la salida triunfante, como quien hace una fechoría y aventajado cree tener la gloria. Pero el tigre no le permitió avanzar y le fue a bloquear la salida. Violante suspiró, aunque él no era un vampiro guerrero sabía defenderse y no le sería difícil abrirse paso o al menos eso pensaba. Fue entonces que a su olfato le llegó el olor de la sangre de Saskia, los ojos del vampiro brillaron y su mirada se transformó en la de un predador. Se dio media vuelta y contempló a la mujer desangrándose. Aprovechando ese descuido el tigre se agazapó sobre el vampiro por detrás, ambos cayeron mas el príncipe logró evitar las fauces letales y en una lucha logró quitárselo de encima. El penetrante olor de Saskia había sometido la voluntad del vampiro y saltó a ella, en el aire nuevamente lo embistió el tigre pero esta vez Violante lo hizo volar de un golpe que lo hizo chillar.
Llegó hasta ella, estaba inconsciente y su corazón latía despacio y débil. Cuando él estuvo a punto de tomarla en brazos el tigre se agazapó derribándole, Violante le tomó las fauces con ambas manos buscando dislocar el cuello, mas el felino le dio un zarpazo que desgarró la camisa del príncipe y lo hizo sangrar. Violante emitió un gemido y soltó las fauces que peligrosamente buscaron la cabeza, la herida sanó y usando sus piernas arrojó al tigre lejos, éste cayo de piel y fue nuevamente al encuentro, si algo reconocía el vampiro era la persistencia de aquel hombre. Cuando el tigre se abalanzó Violante fue a su encuentro, la fuerza del príncipe fue superior derribando al tigre y clavando sus colmillos en el cuello del animal, bebió con avidez mientras inútilmente intentaba desprenderce del vampiro que como sanguijuela estaba adherido a la peluda piel. El tigre se debilitó y cuando las fuerzas le fallaban el vampiro se retiró, tomó al hombre animal y lo arrojó lejos.
El príncipe estaba un poco aturdido al beber tanta sangre y tan rápido, pero no importaba fue a donde Saskia y cargándola la sacó de allí, derribó la puerta del jardín y después la de la entrada que estaba trabada. Al salir las puertas de su carruaje ya estaban abiertas, Violante entró cuidando que la cabeza de ella no se golpeara, una vez dentro el cochero cerró la puerta e iniciaron el trayecto al Palacete Vilhjálmur tal como mentalmente lo indicó Violante.
Violante- Vampiro Clase Baja
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