Ven que esta noche te mostraré la magia [Privado]

por **Derek Van Wijs** Lun Abr 08, 2013 12:18 am

Era absurdo para él mismo decir que entraba al burdel buscando un consejo o inspiración. Él se conocía perfectamente, era honesto consigo mismo y cuando decía ser un hipócrita era simplemente porque lo era. Clémence había quitado los grilletes que mantenían limitado el amor para con su esposa y también hermana Crystall, así como hacerle saber que una infidelidad no destruiría su matrimonio y por supuesto, el hecho de que ella logró reaparecer al mago que se encontraba en el exilio.

Y él estaba presente para conseguir la compañía de una mujer, por supuesto que Derek no lo hacía porque Crystall no fuera capaz de satisfacer sus propios deseos. Ella era una mujer asombrosa, totalmente perversa, dominante que sabe hacer lo que quiere, el uso de sus poderes de bruja en el sexo no podían ser igualados por ninguna mujer, sin embargo, el morbo era siempre el tabú del placer y aunque ella representaba el morbo más grande en la existencia, le tenía que ser infiel, porque de esa forma le demostraba, pese a que ella no lo sabía, que la amaba. Claro, un pensamiento estúpido pero que a la hora de encamarse con otra mujer le deba tranquilidad y placer.

La música de piano, la barra, las mesas de juego, las escaleras que llevan a las habitaciones de prostibulos y abajo, las señoritas sentadas en un rincón esperando a por ser escogidas entre toda clase de gente que frecuentan el dichoso lugar. Es el ambiente que el mago O' Raven tendía por frecuentar y que ahora Derek volvería hacer.

Pidió su bebida pero no se sentó en la barra, era un burdel nuevo al menos para él ya que su fachada era antigua, un lugar que simulaba una burda clandestinidad y que en su interior era un pequeño palacio. Con su bebida en mano, fue a pasearse por el lugar, esperaría a que alguien le fuera a ofrecer sus servicios. Era una noche joven y Derek tenía pensado hacer magia.

La noche no sería precisamente para enfrentarse en cama a una cortesana, deseaba asombrarla, cautivarla con la magia que tenía pensado efectuar, la maravillosa ilusión estaba tan entusiasmado que a penas se limitaba a no proyectar todo lo que su mente generaba, sólo habría una afortunada la pregunta era ¿quién de entre tantas mujeres?

por **Mia Di Stefano** Lun Abr 15, 2013 1:54 am

¨En un bosque se bifurcaron dos caminos, y yo... Yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la diferencia.¨

Robert Lee Frost

-Preparada para la noche que empieza, querida? –Dijo Isobel mientras Terminaba de ajustarme las cintas del negro corsete , solo ella era la única que sabia como ajustarlas para que se viera perfectamente la figura y a la vez fueran fácil de soltar cuando el cliente lo requiriera, la noche apenas empezaba y las cortesanas estaban ocupando sus lugares correspondientes en el local, algunas en la barra, algunas en la entrada algunas en el escenario haciendo algún exótico baile y otras que desde temprano habían sido reservadas para esperar en las habitaciones, la música se esparcía de forma tenue a lo largo y ancho de aquella mansión situada a las afueras de parís que desde hacía muchos años funcionaba como un prestigioso burdel, el cual se caracterizaba por poseer las mujeres más bellas de parís ,esta noche seria mi iniciación en esa ¨profesión¨ estaba algo nerviosa, pero según mi amiga, la cual era muy experta en el asunto y debo decir, adoraba lo que hacía unos tragos controlarían mis nervios. Sinceramente no era de beber ni de fumar, pero tendría que tomar algo para poder controlarme. Mi hermanastro estaba furioso, me persuadió demasiadas veces de que no aceptara tomar el trabajo. Pero quien era él para decir me eso si era lo que él venía haciendo desde hacía unos años, no tenía el criterio moral pare censurarme, ya había tomado demasiadas decisiones por mí, y aunque no sabía si esta era correcta o no debía aprender a vivir la vida. No concia mucho de la, solo la miseria en la que hemos vivido durante los últimos años… y si quería que aquello acabara no lo iba a conseguir como la sirvienta del burdel. Así que varias noches después de lo sucedido con Gastón , tomo la determinación de aceptar de una buena vez por todas el ofrecimiento que le hicieron desde que llego a aquel lugar, además eso haría que el se aleara de ella y no volvieran a caer en lo mismo.

-Creo que así está bien iso…-murmure, ya que sentía que el aire empezaba a faltarme- el resto lo hare yo…-mi amiga me miro con cara de: ¨segura sabes cómo hacerlo?¨ -en serio te puedes ir, el show empezara en poco te tienes que terminar de arreglar-Ella asintió y salió del cuarto, no dijo una sola palabra pero sabía lo que pensaba.-Esta noche tienes que sacar la verdadera mujer que llevas dentro…no puedes ser una niña por siempre…-me dije a mi misma tratando de convencerme. Termine de deslizar las medias de seda negra por mis piernas y calce mis tacones, me pare frente al espejo comprobando mi apariencia, un toque del labial rojo en mis labios completarían el maquillaje que Isobel me había hecho, y con mis dedos termine de peinar mi rojiza cabellera, la imagen que proyectaba era tan diferente, la de una mujer sexy y segura y asi la tendría que mantener. Respire hondo.

-Vamos Mía…que la noche apenas empieza- sonreí a mi reflejo alisé un poco la pequeña falda y Salí del cuarto, baje las amplias escaleras del salón en el cual los clientes estaban, me sentía algo incomoda por las miradas que se posaron en mi mientras bajaba pero inspire hondo y sonreí, aquella sensación tenía que desaparecer, lo conseguiría, soy muy perseverante cuando quiero .Me encamine directo al escenario situándome detrás de Isobel para el numero inicial d la noche, después cada una iría con los respectivo cliente y si no a buscar. La música empezó a fluir, y dejándome llevar por la música empecé a mover mi cuerpo según la coreografía y la música nos marcaba, y fui allí en ese instante mientras, con una pierna alzada en la silla y mirando al frente que mis ojos encontraron un espécimen algo interesante, no sabía porque, pero su presencia tenía un magnetismo diferente a las demás, se movía con el sigilo de un gato, así, seguro y seductor. Mis ojos lo seguían sin poder evitarlo pero debía concentrarme. Afortuna mente el gran final llego, y con cuidado baje y con andar contoneado me acerque sigilosamente…

-Bonjour Monsieur…-dijo a sus espaldas en el mejor francés que podía- Desea usted compañía? –sonrio de forma algo dulce pero inevitablemente seductora, y siendo mas osada me permito agregar algo mas a su ¨saludo¨-Hace frío... y… quizas no solo las frazadas sirvan para calentar esta noche…

por **Derek Van Wijs** Miér Abr 17, 2013 3:19 pm

"El camino de la magia -como, en general, el camino de la vida- es y será siempre el camino del misterio"
Paulo Coelho

Las palabras femeninas a espaldas de él le parecieron tan sensuales que cerró sus ojos para evocar una escena sexual, escuchó la petición y fue girando lentamente. Su voz como su belleza no tenían precedente. Derek no era un experto en saber quienes eran mujeres primerizas o quienes zorras de experiencia abrumadora. Pero en ella, en sus ojos podía ver que no era alguien que llevara en el negocio mucho tiempo, el tono de su voz registraba un poco de nerviosismo que él no pudo evitar reconocer.

—¿Usted como mi anfitriona se aseguraría de que no pase frío esta noche?— preguntó en un tono coqueto, de volviendo la misma sonrisa seductora que hacía unos instantes ella le dedicara. —Si deseo su compañía, por favor guieme a su alcoba que empiezo a congelarme— contoneó en palabras.

A Derek se le vino la mente Clémence, aquella noche buscaba supuestamente un consejo y sólo había obtenido encamarse con una cortesana, esta noche esperaba no sucediera lo mismo. No por fidelidad a Crystall, porque no la tenía. Era el hecho de que quería que esta mujer que se había ofrecido a él, fuera la primera en ver sus nuevos actos. —Apresurémonos, prefiero que nos refugiemos en la soledad juntos que continuar con todo este ambiente— le besó en la comisura de los labios y le entregó una bolsa con francos, una suma bastante generosa como sólo él era capaz de brindar. —Anda ve a entregar el capital que he puesto en sus delicadas manos, después alcanceme en el bar, para que me guíe al lugar donde se desatará la magia— le guiñó el ojo y caminó al bar dándole la espalda, entregó el vaso vacío y sentado la esperó con paciencia.

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