Vamos, sírvame esta noche [Privado]

por **Shaitan Demoriel** Lun Abr 16, 2012 12:43 am

-La luna parecía la invitada sorpresa que con orgullo paseaba entre los mortales y los muertos creyéndose toda una dama, Shaitan la observaba con la apariencia de cuerdo más su locura estaba deseando subir a uno de los puentes de las calles parisinas, aullar a la luna o encontrarse como premio a alguno de los lobos que había por allá, olía a varios en el bosque por lo que sería demasiado fácil que se tomasen cualquier gesto como ofensa ¿si lo hacía con la boca llena de sangre cambiaría algo? su exterior se mostraba apacible mirando fijamente un puesto de osas cuya vendedora estaba aguantando como podía la mirada de aquel individuo "Pobrecita, debe de pensar que no vas a hacerle nada"- Es que no se lo voy a hacer -Hablar consigo mismo era más una monotonía que poco habia prestar atención.

"Ah..."- Ah... -repitió mientras pasaba de largo escuchando un suspiro de aquella vendedora, ganas no le faltaban de ir a romperle el cuello a esa señorita que tanto le tentaba ¿es que creía que podía ir por ahí enseñando su cuello tan libremente sin ninguna consecuencia? no señor, claro que no. Después de sonreír para si mismo miró atrás como si se arrepintiese, "solo un bocado"- uno...no, tenemos cosas mas importantes que hacer - recordó que había quedado con una mujer, no precisamente para alimentarse algo que hacia por vicio u odio a los mortales, aunque la mujer no era precisamente una muerta o una loba, sino algo que tanto odiaba, una mortal. Le servían de amantes, las amantes vampiras a veces eran demasiado aburridas porque se creían las damas del universo.

Eran como cortesanas con la diferencia de que no les pagabas cuando acababas el acto sexual, sus pasos se reanudaron de una forma pacífica aunque él poco tenia de esa palabra, esta noche enterraría el hacha de guerra para sumergirse en los brazos de una mujer, a ser posible también en sus senos, bueno que dejaría todo aquello que fluyese con tranquilidad "hasta que te vuelvas loco fo..." - Oye, somos caballeros -Su voz se escuchó como si hubiera dicho una broma, aguantando pues la risa mientras sus dientes asomaban misteriosamente normales encontrando a la mujer que esperaba- allí está -caminando hacia ella con las manos a la espalda-

por **Bleuenn Charisteas** Jue Abr 19, 2012 2:39 pm

No era su costumbre andar sola por las calles de esta aún desconocida ciudad, por temor a perderse y nada le resultaba más molesto que eso de estar preguntando a los demás como llegar a un lugar o a otro, como si fuera una de esas personas que solo venían a visitar la zona en calidad de turistas. Su acento era más fluido, estaba mejorando con el tiempo así que ella ya no era alguien que llamaba la atención, a menos que fuera por su apariencia claro. Y ya estaba acostumbrada a ello por lo que no le incomodaba. De alguna manera estaba empezando a formar parte de esta nueva ciudad, su unico problema seguía siendo comprender las enredadas calles que la conformaban, imaginaba que también era cuestión de tiempo para que encontrara la manera de llevarse con más naturalidad por ahí.

Oyó el sonido de las campanas que indicaban el cambio de hora, frunció el ceño y aceleró el paso para poder llegar al lugar de la cita. Sonrió, era como estar en América, solo que aqui no tenía que preocuparse de que su padre se enterara de que estaba por encontrarse con un hombre o que alguien fuera a contárselo. Ella no lo habría planeado mejor esto de llegar a Paris sola, su padre no imaginó la enorme libertad que le concedía al dejarla por su cuenta, y el pequeño resentimiento que sentía por que la había tratado como si fuera algo desechable, estaba desapareciendo. La vida aqui era muy exitante como para preocuparse por esas nimiedades y ella recién estaba explorando las posibilidades que se abrian.

Prueba de ello era que ahora iba camino a encontrarse con alguien a quien solo vió una vez, pero que el aura de misterio que rodeaba al sujeto la habían impresionado; le gustaban los tipos que salian de lo normal, aquellos que no se deshacían en decirle cosas bonitas solo para que ella sonriera. Lo admitía, eso era entretenido de vez en vez pero llegaba a cansar. Se arrebujó en el abrigo, el clima estaba empezando a refrescar. Caminó un poco más hasta que divisó una silueta familiar caminar en su dirección. Contuvo una sonrisa de complacencia y terminó por acortar la distancia que los separaba.-Buenas noches, monseiur-Saludó con una leve inclinación de su cabeza. A la tenue luz sus ojos recorrieron el rostro del hombre con lentitud.

por **Shaitan Demoriel** Lun Jun 18, 2012 8:20 am

-Estaba distraído sin apenas estarlo pensando en que hacer cuando la gente le miraba con aspectos de delicioso bocado, platos que apenas tenían calorias porque comer muchos humanos no hacía sino aumentar el apetito nunca el estómago ¿cuando un muerto se había visto más, más y más gordo? "cuando lo arrojas al agua" respondió esa voz interior causando una pequeña risita en los labios de Shaitan apenas contenida, los locos eran los más listos en noches como esta, apenas escuchó la voz de aquella mujer a la que aquesta noche se sumergiría- Welcome madame -Se inclinó perezoso en una reverencia que a todos los ojos resultaría caballerosa. Después de unos instantes de silencio bien ganados se volvió a erguir colocando las manos en su camisa reemplazando las arrugas con un movimiento de sus manos-

Pensé que no la vería ya estaba...tardando -empleó un tono educado para dirigirse a ella, era condescendiente pero también compresivo aunque en su interior solo podía tener olor para al sangre que fluía en las venas de aquella muchacha, sus orbes no se agudizaron sino, habría sido un signo de que solo quería devorar a aquella mujer. Mantuvo la calma como un actor que eso era al final lo que acababa siendo, un actor que parecía mediocre acabando por presentarse como el rey de la función estrangulando con su acto a aquellos que difamaban sobre él. No tenía más que decir asi que como buen actor se fijó en el hermoso rostro de aquella mujer.

Era delgada, de rasgos hermosos que seguro habían traído de cabeza a más de un hombre, labios groseramente atractivos incluso su tez que no era demasiado morena era llamativa, parecía incitar al toque de las personas para que le procesasen a caricias o se emborrachasen de su tez el caso era que en resumen, era una mujer extranjera demasiado hermosa. Había tenido suerte aunque las feas tenían lo suyo "Cuando se quiere sexo da igual con quien solo que sepa moverse" asintió cuando su interior expuso aquello, estaba de acuerdo pues el sexo era placentero incluso con los vagabundos. Acentuó el clásico movimiento de sus manos hasta dejarlas en los bolsillos observando fijamente a la mujer. Si, increpándole silenciosamente que hablase ya...aunque por otro lado el silencio era bastante sensual, añadia erotismo o eso es lo que decían los sabios cuando se presentaba-

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