• Another day whitout memories •

por François* Mar Abr 16, 2013 7:58 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Había sido un día relativamente tranquilo. Después de superar el impacto inicial de su situación, había decidido salir a pasear un rato por las calles de París, echar una mano a su madre en el mercado y luego volver a casa para arreglarse un poco. La mujer le decía que no tocara el pescado, que llamara la atención de los clientes si quería pero que no se llenara los dedos con el olor del producto, porque eso echaría atrás a los posibles clientes que pudiera tener al caer la noche. Al principio le había resultado desagradable, pero a medida que el día pasaba, se le iba pasando.

Había sido definitivamente extraño eso de despertarse y que le dijeran que tenía un problema en la cabeza, que cuando dormía sus recuerdos no se almacenaban y que por eso al despertar al día siguiente, seguía encerrado en los diecisiete años. Al parecer había vivido esa rutina durante casi tres años seguidos; despertarse, conocer la verdad y afrontarla. Luego siempre subía a su cuarto y se pasaba unos minutos allí. Por pura inercia, metía las manos bajo la almohada, en busca del libro que su amante le había regalado, pero en lugar de esto encontraba una especie de diario, con su propia letra -y pésima caligrafía- adornándolo. Eran detalles de algunos días pasados, algunas cosas se repetían como: "El hombre del bigote...", "La señora de joyas brillantes...", etc. Supuso que cada día apuntaba los detalles que más le habían llamado la atención del día. Habían regalos, chistes, advertencias. Era curioso, no recordaba nada y sin embargo sabía que era su letra, sabía que eran sus recuerdos.

Con un suspiro decidía que no valía la pena seguir envejeciendo y que si debía vivir solo un día cada vez que se despertaba, lo disfrutaría todo lo que pudiera, sin dejar de cumplir sus tareas, claro. Para François la familia era lo primero, y sabía las necesidades que pasaban y que desempeñar un trabajo como el suyo era algo importante. Así que por la noche se puso un traje, que no recordaba haber adquirido, se arregló un poco el cabello y se fue hacia el burdel de París. Sus padres le dijeron que estuviera allí y simplemente los cientes se acercarían, hombres y mujeres. Que fuera como él siempre había sido, agradable. Así pues, eso hizo. Se puso en un lado del burdel, mirando a todas partes, totalmente fuera de lugar a pesar de estar allí día tras día desde hacía tres años.

por François* Vie Mayo 24, 2013 6:14 am

Aquel hombre estaba diciendo en voz alta lo que él había llegado a pensar muchas veces, incluso otros días sin poder llegar a recordarlo. Quería realmente creer que de algún modo todo lo que vivía no caía en saco roto, que estaba guardando todo aquello en un rinconcito al que tal vez algún día sería capaz de acceder.

— Es posible. A mi me gustaría creer que algún día podré curarme, aunque no me hayan dado esperanza alguna de ello. — le dedicó una sonrisa suave. Debería sentirse incómodo por estar desnudo y comenzar a vestirse, pero lo cierto es que se sentía bastante bien. Sus ropas, que el vampiro le había entregado un poco antes, se mantenían cubriendo sus partes más vergonzosas, así que probablemente por eso no se preocupaba en exceso. Se había bañado en el lago y al aire libre, así que estar a pecho descubierto no era la gran cosa, sobretodo notando cada vez con más claridad que aquel hombre no lo deseaba. Estaba mirándose los pies cuando escuchó esas últimas palabras y sus orbes se clavaron en él, con los párpados muy abiertos y un brillo intenso en estos — ¿Lo...dice en serio? — su voz fue casi un hilo de esta, no podía creer estar escuchando algo así — Por favor, señor Kaarkarogf, no juegue con mis ilusiones, no se imagina lo importante que es para mi...

Obviamente si había alguna forma, alguna posibilidad por mínima que fuera de que aquel hombre pudiera ayudarle a recordar, él no iba a negarse. Le daba igual los riesgos que tuviera que afrontar para poder volver a tener su cabecita a pleno funcionamiento y no tener que volver a echar mano de su diario para leer cosas que no era capaz de rememorar.

por **Soren Kaarkarogf** Dom Mayo 26, 2013 8:06 am

La medicina había evolucionado poco en esos últimos 200 años, había visto repetir uno tras otro los mismos procedimientos quirúrgicos y había visto morir a las personas de las mismas enfermedades que seguían sin tener cura (por suerte la peste negra había desaparecido) y no creía que ni en 50 años los médicos pudiesen llegar a descubrir la cura para una condición tan única como la de Francois. No creía que el chico tuviese esperanza alguna con la medicina tradicional.

Si quería ayudarlo, tenía que revelar en primer lugar lo que era ¿Que reacción tendría? ¿Saldría huyendo? ¿Lo denunciaría a la inquisición de la santa iglesia? era un riesgo que tenía que correr.

¿Porqué quieres ayudar a un humano que apenas conoces?

No había respuesta para ello, pero la voz desesperada de Francois ante su ofrecimiento terminó por conmover lo que quedaba de humanidad dentro de él. La decisión estaba tomada, le revelaría lo que era en realidad y dejaría el resto a Francois y al destino.

- No estoy seguro de que funcione pero podemos intentarlo - Comenzó a decir, hizo una pausa y dejó escapar un largo suspiro, ya había olvidado por completo la desnudez de su interlocutor y de hecho le era indiferente - Lo que te voy a revelar a continuación sonará como una locura y quiero que lo tomes con calma porque no voy a hacerte daño - Explicó con una voz que en vez de sonar calmada sonó nerviosa - No soy como tu... soy un vampiro - Finalizó y le enseñó los colmillos tímidamente.

por François* Lun Mayo 27, 2013 7:43 pm

¿Cuál es la forma correcta en la que un humano debe reaccionar a una confesión como aquella? Quizás asustarse, gritar y esconderse. Puede que los que tuvieran deseos más oscuros pensaran que era algo realmente excitante y quisieran vivir una tragedia. Pero Fran no reaccionó de ninguna forma espectacularmente llamativa. Solo se quedó allí, mirando aquellos colmillos con los labios entreabiertos, como única muestra de su sorpresa.

Nunca se había encontrado con un vampiro, nunca al menos antes de tener su accidente, y por supuesto ese día tampoco. Sin embargo, la existencias de cosas diferentes no era algo nuevo para él. En su diario habían muchas historias que le habían resultado inverosímiles y que ahora de repente cobraban todo el sentido. Su amigo que se transformaba en roedores, aquel cliente que gustaba hacerlo en forma de perro, esa señora que decía tener más de quinientos años pero seguía pareciendo una muchachita, aquel que juraba transformarse en un indomable lobo cuando la luna lucía en todo su esplendor...historias salidas de los más oscuros sueños e historias. Y ahora tenía justo delante a una de esas criaturas. Cerró la boca al darse cuenta de que la había abierto y seguramente parecería estúpido. Solo trató de concentrarse y pensar en la mejor forma de asimilar todo aquello.

— Vampiro...— susurró, removiéndose un poco para poder fijar su vista en él. De repente la idea de que eran seres sin alma y sin vida se le cruzó por la cabeza. Quizás no lo deseaba precisamente porque no era capaz de desear a nadie, porque su cuerpo ya no funcionaba como el de un humano corriente. Eso solo consiguió que se sintiera aun más cómodo en su compañía y definitivamente se despreocupara por completo de su desnudez — Vaya, debo reconocer que estoy sorprendido. No es usted lo que de pequeño imaginaba como uno de esos seres que se cuelan en los cuartos de las jovencitas para terminar con su vida y su sangre. — reconoció, sonriendo un poco de forma nerviosa y desviando la vista a un lado — ¿Quiere decir eso entonces que tiene algún tipo de...habilidades sobrenaturales? ¿Es así como quiere ayudarme a recordar? — ahora solo podía pensar en eso, en que aquel desconocido con dos enormes incisivos se había ofrecido a tratar su problema, su amnesia, a buscar ese muro que lo separaba de sus recuerdos acumulados para así poder volver a ser una persona normal, con una vida normal y dejar ese trabajo que no era en lo más mínimo lo que deseaba. ¿Vampiro? Vamos, si realmente lo ayudaba para él sería un mismísimo Dios caído del cielo.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Mayo 28, 2013 1:02 am

Soren se esperaba una reacción mucho más fuerte, ¿Cómo decirlo? más intensa, miedo, nervios y muchas preguntas, pero en cambio el chico había mostrado una calma inhumana y comentaba sobre la idea que tenía de los vampiros en los cuentos de cuando era niño. Soren se detuvo a pensar en si quizás muchas otras criaturas de la noche acudían al burdel y por esta razón él no se había asustado.

Bueno, era mejor así que un ataque de histeria. Asintió con la cabeza sin dejar de mirarle - Hay muchos mitos alrededor de nosotros - Explicó aún un poco avergonzado por haber revelado su identidad - Sin embargo la mayoría si son de esos que se cuelan en los cuartos para asesinar - Agregó, no quería que Francois se confiara, si bien él era un vampiro muy pacífico y peculiar, no todos era como él y allá fuera un vampiro cualquiera terminaría con su vida sin dudarlo.

- La mayoría son asesinos sanguinarios que sólo piensan en eso... en su sed de sangre - Agregó con cierto desprecio en su voz, el odiaba ese tipo de violencia sin sentido - Me alegra que no te asustes... yo no soy esa clase de Vampiro - Comentó y luego sonrió dejando ver ampliamente sus afilados colmillos - Además ya me alimenté esta noche -

El vampiro tomó su cuaderno con el boceto que estaba haciendo y lo hizo a un lado junto con el carboncillo, para que Francois se sentara en la cama y se pusiera más cómodo, seguía desnudo, pero eso ya carecía de importancia.

- Como te dije, no se si funcione - Comenzó de nuevo - Pero puedo intentar entrar en tu mente y ver que encuentro allí, quizás pueda acceder a ese lugar escondido o quizás no - Agregó alzándose de hombros - Hay posibilidades, pero no lo haré sin tu permiso por supuesto, por eso he tenido que revelarte lo que soy primero, si estás dispuesto podemos intentarlo -

por François* Jue Mayo 30, 2013 7:11 am

Realmente no era necesario que el vampiro le advirtiera sobre la naturaleza de los de su raza, pues Fran ya había visto algunas notas al respecto, pero bueno, no le diría nada, el otro parecía bastante afectado por ese detalle, por su condición en general. Probablemente no estuviera de acuerdo con su raza, con lo que se supone que debían ser. Era un poco como el propio cortesano, que no tenía nada que ver con el resto de los que trabajaban en lo mismo, podía sentir cierta empatía hacia el contrario, así que solo sonrió con suavidad.

— Estoy seguro de que no supondría ningún peligro par ami, señor. — aseguró, alzándose un poco de hombros y en espera de la explicación, atendiendo a esta con un fulgor en sus ojos poco visto. Se mordió los labios, pensando en los riesgos que podría suponer. ¿No era peligroso dejar que alguien se metiera en tu mente para andar rebuscando? Podría desbloquear todos los recuerdos y volverlo loco, o quizás hasta empeorarlo. Era definitivamente arriesgado, pero un riesgo que valía la pena correr. Como toda respuesta se volvió a poner en pie, agarrando su ropa para colocarse solo la prenda inferior, dejando el resto a un lado y volviendo a tomar asiento, mirándolo — Estoy totalmente dispuesto. — aseguró, mirándolo con intensidad — ¿Qué...debo hacer? ¿Quiere que me tumbe o solo me quedo así?

No tenía ni idea de cómo funcionaría aquello, si tendría que dormirse, si lo dejaría inconsciente o quizás si ni siquiera se enteraría de nada mientras el vampiro estuviera sondeando su mente. Tenía miedo por si le dolía, pero no quería parecer un niño asustado delante del hombre que se había ofrecido a ayudarle. Además, ¿qué era el dolor comparado con el sufrimiento de no recordar?

por **Soren Kaarkarogf** Vie Mayo 31, 2013 9:19 pm

El humano se sentó a su lado, finalmente se había puesto la ropa lo cual Soren agradeció, que no quisiera tener sexo esa noche no significaba que no le perturbara y avergonzara la desnudez del joven, tenía que aceptar que tenía un cuerpo hermoso y que su cara era sin duda muy atractiva, pero para un hombre tan viejo como él, hacía mucho tiempo que había aprendido que la apariencia física no lo es todo en la vida y que se debe evitar dejarse llevar por ese impulso animal que nos atrae hacía el cuerpo. Además debía concentrarse si quería que su idea de entrar en la mente del chico funcionara correctamente.

- Me sorprende que no tengas miedo - Comentó con sorpresa - Esta no es la reacción que esperaba de un humano ante la revelación de mi naturaleza, lo que me hace pensar que ya habías conocido a otros como yo antes... ¿verdad? - Inquirió desviando su mirada hacía el colchón, jugando con los dedos en él. Ante las preguntas del chico, Soren meneó la cabeza, en realidad no se necesitaba estar en alguna posición en especial, su poder funcionaría igual, la voluntad de los humanos era muy fácil de quebrantar - Sólo trata de no pensar en nada, de no poner resistencia a mi influencia -

Entonces el vampiro se giró para quedar sentado completamente frente a él, sus ojos claros se fijaron en los del otro, concentrándose en penetrarlos. Sin parpadear sólo una vez, el vampiro susurró - Déjame entrar - Y conforme su voz resonaba con un débil eco, la habitación se fue oscureciendo paulatinamente hasta envolver todo a su alrededor y desaparecer. Entonces se encontró en un gran espacio oscuro y vacío.

No estaba seguro hacía donde era el 'arriba' o el 'abajo' o ningún punto cardinal en particular, estaba simplemente suspendido en el vacío de la mente de Francoís.

Soren comenzó a caminar sin saber realmente hacía donde, caminó por lo que le pareció una eternidad y entonces divisó una silueta en la lejanía, corrió hacía ella y conforme se acercaba la silueta fue tomando forma, era Francois, bueno el 'yo' interior de Francois, a quien debía guiar hacía los lugares desconocidos de su propia mente. Cuando le alcanzó no pudo evitar sonreír, una sonrisa extraña que pocas veces dejaba salir en público, sus colmillos se divisaron entre sus labios.

- Hey - Le llamó - Ven conmigo, tenemos un largo camino que explorar - Comentó con voz afable y comenzó a caminar, esperando a que el chico le siguiera.

por François* Lun Jun 10, 2013 7:38 am

¿Quería que lo dejara entrar? Seguramente no era la primera vez que esas palabras se escuchaban en el burdel, pero probablemente en situaciones muy diferentes. Fran solamente asintió y dejó escapar un suspiro, antes de perder un poco el sentido de todo. No es como que estuviera allí, no es como que dejara de ver, simplemente era como dormir y no enterarse.

La imagen de si mismo que había en aquella oscuridad no era simplemente él, era algo así como su yo interno, lo más básico del francés; su inocencia, su curiosidad, lo más crudo que tenía, sin influencias externas. Probablemente por eso, en cuanto aquella voz llamó su atención, parpadeó con curiosidad y se pegó una pequeña carrerita hasta llegar a su altura, mirando a aquel desconocido con muchísimo interés. Giró a su alrededor, mientras seguían avanzando por la nada, le picó las mejillas, le toqueteó el pelo y al final se agarró a su mano, como un niño pequeño con su madre.

— ¿Dónde vamos? — preguntó el muchacho, mirando al frente y ladeando la cabeza — ¿A algún sitio feo? ¿Da miedo? Allí hay cosas que dan miedo...— susurró esta vez, como si temiera que alguien lo escuchara, mirando a todos lados.

La mente de François estaba hecha un caos, habían muchas imágenes sueltas sin sentido, recuerdos de su infancia, otros de su adolescencia, algunos más o menos nítidos. Podría decirse que estaba todo un poco descontrolado, probablemente por su intento de recordar lo que no podía, esos vacíos negros donde no había nada a partir de sus 17 años.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Jun 11, 2013 11:17 pm

70 años atrás cuando trabajó como investigador para el Sherif Vampirico de Estocolmo había tenido que interrogar sospechosos y espías, invadiéndoles la mente en busca de información, por lo que se podía decir que Soren tenía un poco de experiencia en ese campo, sin embargo esa era realmente la segunda oportunidad en la que entraba en una mente humana de esa manera. La primera vez había sido con Anuar, un pintor al que había amado con tanta intensidad que a pesar de que todo hubiese terminado tenía la sensación de que le seguiría amando por toda la eternidad.

Nunca se sabía lo que se iba a encontrar en la mente de un ser humano, era excitante saber que cada individuo tenía una increíble complejidad mental donde se aguardaban casi todos los aspectos de su vida, por lo que el vampiro tomó la mano de Francois con firmeza y comenzó a caminar sin importarle que en la vida real no le gustara tocar a las personas, esto era distinto, en ese momento estaban conectados en un plano más espiritual.

- Puede que encontremos cosas que nos den miedo - Le explicó mientras observaba las imágenes parpadeantes a su al rededor - Pero no te preocupes, lo que sea que encontremos, estoy aquí para ayudarte - Y es que no había nada peor que los miedos internos, reflexionaba Soren mientras tomaba un camino que lentamente se iba creando de la nada bajo sus pies, era un camino empedrado, quizás como las calles de París.

Llegaron entonces a una puerta, era enorme, de madera como la que uno podría encontrar en una mansión burguesa, el vampiro la abrió fácilmente y encontró allí una capa de tela de color metálico que le impedía ver lo que había al otro lado. Frunció el ceño concentrándose y estiró la mano con la que no sostenía a Francois para tocar la tela. Cuando sus dedos hicieron contacto esta se comportó como un líquido, estaba fría al tacto y húmeda.

- Me temo que tendremos que pasar por aquí - Comentó metiendo más y más la mano hasta que todo su brazo estuvo dentro, se sentía extraño como si estuviera metiendo la mano en una piscina de lodo espesa y pegajosa. - Vamos Francois, no perdamos tiempo - Le animó y tiró de él para que entrara en la puerta.

(( off rol: mi idea es que cuando entren en el 'cuarto' encuentren una escena de la infancia de Francois que haya sido importante para él, algo que determine su personalidad por ejemplo, algo que hubiese sufrido etc ))

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