AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Jugaremos en el bosque [Dagobert Rosenthal]
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Jugaremos en el bosque [Dagobert Rosenthal]
-¿Realmente es tan importante para el conjuro? -Mi voz resonó en la devastada soledad de aquel bosque. -¿Tan especifico debe ser? -Estaba cansada, un poco molesta y ciertamente desesperada de lo infructuoso que había sido todo el proceso para llegar a aquella zona alejada de la ciudad. Me detuve, recargando la mano sobre el tronco rugoso y seco de un abeto que se alzaba varios metros sobre mi cabeza.
El cielo entre las ramas se me antojaba desalentador, las nubes se habían apilado una contra otra y presagiaban una tormenta descomunal que daría inicio en cualquier momento. -Tus amigos bien pudieron predecir que trajera un paraguas ¿no lo crees? -Me giré molesta observando a un punto en el vació, sin embargo a pesar de que mis ojos u ojos extraños pudieran verlo, sabía que ahí se encontraba. Como para justificar mi predicción una suave bruma pareció emerger del suelo condensándose apenas en la danzante efigie de una mujer rubia y hermosa.
Eres joven e impulsiva Nadine, si los espíritus te han traído a este lugar es por que hemos de encontrar algo. ¿Cuántas veces necesitas ver para creer? Su voz me molestaba, pero no tanto como lo hacía la certeza de que tenía razón. Bufé dándole la espalda, alejándome un par de pasos mientras el crujido de la seda amortiguaba el de las hojas que pisaba al andar sobre aquel suelo húmedo y misterioso.
Me detuve al llegar a un claro, arrodillándome suavemente sobre la hojarasca extendí mis manos en derredor cerrando los ojos. La energía de aquel lugar fluía a través de mi cuerpo mientras una suave luminiscencia se evidenciaba a un par de pasos de mí. Al abrir mis ojos las pupilas se mostraban totalmente dilatadas, el iris había tomado un color escarlata mientras aquella bruma danzaba poco a poco. Un gemido ahogado escapó de mis labios mientras de la bruma un rostro difuso se mostraba, era uno de aquellos espíritus que un par de noches atrás había sido invocado mientras buscaba la respuesta a un dilema.
-Bruja ¿qué es lo que deseas? -Su voz era un susurró en el viento, una caricia helada sobre mi piel. -¿Esté él acaso aquii? -Apenas podía articular palabra, aquel era un antiguo ente y por ende difícil de conjurar. -Se acerca... -Declaró mientras sus ojos se centraban en un punto hacia el sureste. -¿Cómo he de identificarlo? -Instigue sintiendo que el vinculo haría de romperse pronto. -La noche cubre su cuerpo, sus ojos no son humanos y su esencia etérea te lo hará saber.- Se disolvió elevando un remolino de hojas secas y podridas.
Me desplomé sobre las manos, jadeando suavemente. Una mano se posó en mi espalda y supe que era ella. -Estoy bien... -Le tranquilicé poniéndome de pie, girando mi atención hacia aquella zona que había sido señalada. Mi mano derecha se introdujo entre los pliegues del vestido, acariciando con suavidad la frialdad de la daga que habría de manchar con la preciosa sangre de aquel ser. Un estremecimiento hizo presa de la cúpula celeste, la tormenta pronto caería.
El cielo entre las ramas se me antojaba desalentador, las nubes se habían apilado una contra otra y presagiaban una tormenta descomunal que daría inicio en cualquier momento. -Tus amigos bien pudieron predecir que trajera un paraguas ¿no lo crees? -Me giré molesta observando a un punto en el vació, sin embargo a pesar de que mis ojos u ojos extraños pudieran verlo, sabía que ahí se encontraba. Como para justificar mi predicción una suave bruma pareció emerger del suelo condensándose apenas en la danzante efigie de una mujer rubia y hermosa.
Eres joven e impulsiva Nadine, si los espíritus te han traído a este lugar es por que hemos de encontrar algo. ¿Cuántas veces necesitas ver para creer? Su voz me molestaba, pero no tanto como lo hacía la certeza de que tenía razón. Bufé dándole la espalda, alejándome un par de pasos mientras el crujido de la seda amortiguaba el de las hojas que pisaba al andar sobre aquel suelo húmedo y misterioso.
Me detuve al llegar a un claro, arrodillándome suavemente sobre la hojarasca extendí mis manos en derredor cerrando los ojos. La energía de aquel lugar fluía a través de mi cuerpo mientras una suave luminiscencia se evidenciaba a un par de pasos de mí. Al abrir mis ojos las pupilas se mostraban totalmente dilatadas, el iris había tomado un color escarlata mientras aquella bruma danzaba poco a poco. Un gemido ahogado escapó de mis labios mientras de la bruma un rostro difuso se mostraba, era uno de aquellos espíritus que un par de noches atrás había sido invocado mientras buscaba la respuesta a un dilema.
-Bruja ¿qué es lo que deseas? -Su voz era un susurró en el viento, una caricia helada sobre mi piel. -¿Esté él acaso aquii? -Apenas podía articular palabra, aquel era un antiguo ente y por ende difícil de conjurar. -Se acerca... -Declaró mientras sus ojos se centraban en un punto hacia el sureste. -¿Cómo he de identificarlo? -Instigue sintiendo que el vinculo haría de romperse pronto. -La noche cubre su cuerpo, sus ojos no son humanos y su esencia etérea te lo hará saber.- Se disolvió elevando un remolino de hojas secas y podridas.
Me desplomé sobre las manos, jadeando suavemente. Una mano se posó en mi espalda y supe que era ella. -Estoy bien... -Le tranquilicé poniéndome de pie, girando mi atención hacia aquella zona que había sido señalada. Mi mano derecha se introdujo entre los pliegues del vestido, acariciando con suavidad la frialdad de la daga que habría de manchar con la preciosa sangre de aquel ser. Un estremecimiento hizo presa de la cúpula celeste, la tormenta pronto caería.
Beatrix Cross- Hechicero Clase Alta
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Re: Jugaremos en el bosque [Dagobert Rosenthal]
Había pensado en ir a divertirse un poco por el bosque sobretodo en su forma animal. Muy pocas veces podía divertirse él solo pues estaba lleno de tareas, responsabiliades y llevando sus negocios militares. Las patas de lobo negro corrían habiles por la hojarasca que había en el suelo del bosque, mientras su pelaje era azotado por el viento que soplaba entre los tronco y copas de los arboles franceses. Este mismo viento que acariciaba el pelaje azabache del lobo, atraía diferentes olores que el lobo apreciaba perfectamente.
Sus patas seguían corriendo, saltando y esquivando obstaculos hasta que vio a una ardilla que estaba en su camino, como no tenía otra cosa que hacer por lo que empezó a perseguir a la ardilla que intentaba zafarse del perfecto olfato el lobo hasta que este pequeño animal se subión a un pino mientras el lobo colocaba sus patas en el tronco del árbol mirando a la ardilla que parecía burlarse victoriosa por haberse escapado del lobo. Suspiro un poco mientras en su mente divagaba que hacer ahora, aquel bosque se lo conocía como la palma de su pata pues gracias a sus instintos reconoció el terreno en apenas unas semanas que llevaba en francia.
Echó hacia atras las orejas mirando con sus ojos azulados a ese pqueño animalillo para después seguir su camino bajando las patas del tronco. Comenzo a trotar mientra olisqueba el aire hasta que un olor llego hasta él, por allí había un humano. Se quedó quiero para decidir que hacer si tomar ese camino para ver de que humano se trataba o volver por donde había venido, pero la curiosidad era grande en el cambiaformas por lo que siguió el olor. Olfateaba el aire y de vez en cuando su hocico se pegaba al suelo para no perder aquel olor. Pronto ese aroma estuvo por todas partes pero no sabía porqu había raro en aquel humano por lo que si lo descubria no se acercaría demasiado y guardaría distancias por si era peligroso.
Justamente mientras corria un poco delante suyo vió a una mujer. Se agazapó entre los arbustos para observarla y pronto de dejó ver al subirse a una gran roca que había allí. El lobo alzó las orejas curioso mirando a la mujer que estaba tirada y parecía hablar con alguien, pues antes de llegar había escuchado algunas voces. Por suerte la roca dejaba bastante tiempo de reacción para el lobo negro de ojos azulados por lo que no habría peligro alguno. Sus orbes azules se quedaron fijos en la mujer sin apartar la vista de ella como si así pudiera discenir lo que era aquella humano, lo que quería o mismamente que hacia allí ella sola en medio del bosque.Dagobert estaba tranquilo, calmado, pero su aspecto era algo intimidante ante aquella postura que había tomado, sin saber muy bien que queria el lupus.
Sus patas seguían corriendo, saltando y esquivando obstaculos hasta que vio a una ardilla que estaba en su camino, como no tenía otra cosa que hacer por lo que empezó a perseguir a la ardilla que intentaba zafarse del perfecto olfato el lobo hasta que este pequeño animal se subión a un pino mientras el lobo colocaba sus patas en el tronco del árbol mirando a la ardilla que parecía burlarse victoriosa por haberse escapado del lobo. Suspiro un poco mientras en su mente divagaba que hacer ahora, aquel bosque se lo conocía como la palma de su pata pues gracias a sus instintos reconoció el terreno en apenas unas semanas que llevaba en francia.
Echó hacia atras las orejas mirando con sus ojos azulados a ese pqueño animalillo para después seguir su camino bajando las patas del tronco. Comenzo a trotar mientra olisqueba el aire hasta que un olor llego hasta él, por allí había un humano. Se quedó quiero para decidir que hacer si tomar ese camino para ver de que humano se trataba o volver por donde había venido, pero la curiosidad era grande en el cambiaformas por lo que siguió el olor. Olfateaba el aire y de vez en cuando su hocico se pegaba al suelo para no perder aquel olor. Pronto ese aroma estuvo por todas partes pero no sabía porqu había raro en aquel humano por lo que si lo descubria no se acercaría demasiado y guardaría distancias por si era peligroso.
Justamente mientras corria un poco delante suyo vió a una mujer. Se agazapó entre los arbustos para observarla y pronto de dejó ver al subirse a una gran roca que había allí. El lobo alzó las orejas curioso mirando a la mujer que estaba tirada y parecía hablar con alguien, pues antes de llegar había escuchado algunas voces. Por suerte la roca dejaba bastante tiempo de reacción para el lobo negro de ojos azulados por lo que no habría peligro alguno. Sus orbes azules se quedaron fijos en la mujer sin apartar la vista de ella como si así pudiera discenir lo que era aquella humano, lo que quería o mismamente que hacia allí ella sola en medio del bosque.Dagobert estaba tranquilo, calmado, pero su aspecto era algo intimidante ante aquella postura que había tomado, sin saber muy bien que queria el lupus.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Re: Jugaremos en el bosque [Dagobert Rosenthal]
Aquel espíritu contemplaba el cielo abotagado de nubes y caos, sus ojos traslucidos viajaron hacia mí con un gesto de intranquilidad. Deberíamos ir en su búsqueda, no es conveniente pases la tarde a la intemperie. Si alguien te viera... -Nadie me verá y lo sabes. -Tajante corte sus palabras poniéndome de pie, limpiando con desgarbo la falda de mi vestido que estaba llena de hojas secas y polvo.
Mi atención aun estaba dirigida a aquel punto, especialmente a un grupo de arbustos que sobresalían entre los arboles. -Alguien nos observa... -musité con suavidad conteniendo el aliento- ...quizás sea él. -Continué dando un paso en la dirección contraria, rodeando aquella roca que había servido para la realización de la pequeña invocación espiritual. Me sentía aun un poco agotada por el esfuerzo de aquella pequeña ceremonia y debía restablecer mis fuerzas antes de involucrarme en cualquier enfrentamiento.
Le di la espalda por un momento a aquel ser que en las sombras seguía mis acciones, un poco nerviosa ante la situación que ante mi se comenzaba a perfilar. Debía mancharme las manos de sangre, era necesario para obtener aquello que necesitaba para la ceremonia. Hacía ya muchos meses que trataba de conjurar aquel espíritu que me mostraría un misterio precioso y no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad. Fuese lo que fuese me encargaría de aquella situación.
-Creo que lo mejor será que te desvanezcas, al menos hasta que logre determinar las condiciones de la situación. -Miré de soslayo a aquel espíritu que danzaba como motas de luz a un costado mio. Sorprendí un gesto de desaprobación en su faz. -No pido tu opinión, es una orden. -Detestaba tener que ser así de clara, esperando siempre que las personas reaccionaran a mi antojo sin necesidad de llegar a aquel punto. Sabía que era imposible, pero mi paciencia era nula con aquella mujer. Sea así Nadine. Murmuró desapareciendo de mi campo visual y el de cualquier otro.
Sola me encontré en aquel momento, inspirando profundamente el aire cargado de humedad y corrupción. Tenía que tomar una determinación y actuar en consecuencia. Me gire pues, tensando un poco el cuerpo mirando con tranquilidad ficticia hacia aquel punto en los arbustos, lentamente avance hacía allí tratando de hacer mis movimientos lo mas desenvueltos y suaves posibles. Fundirme con el correr del viento.
-Se que estas ahí y sabes que te observo. ¿Por qué no sales a saludar? -Sonrió deteniéndome, tratando de controlar el ritmo de mi corazón que martillea en mis oídos con fuerza. deje escapar mi aliento contenido en un suspiro tratando de estar preparada para aquello que continuaba, las piernas me temblaban levemente y toda la seguridad que antes había mostrado se estremecía como un barco de papel abandonado en el torrente del agua.
Mi atención aun estaba dirigida a aquel punto, especialmente a un grupo de arbustos que sobresalían entre los arboles. -Alguien nos observa... -musité con suavidad conteniendo el aliento- ...quizás sea él. -Continué dando un paso en la dirección contraria, rodeando aquella roca que había servido para la realización de la pequeña invocación espiritual. Me sentía aun un poco agotada por el esfuerzo de aquella pequeña ceremonia y debía restablecer mis fuerzas antes de involucrarme en cualquier enfrentamiento.
Le di la espalda por un momento a aquel ser que en las sombras seguía mis acciones, un poco nerviosa ante la situación que ante mi se comenzaba a perfilar. Debía mancharme las manos de sangre, era necesario para obtener aquello que necesitaba para la ceremonia. Hacía ya muchos meses que trataba de conjurar aquel espíritu que me mostraría un misterio precioso y no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad. Fuese lo que fuese me encargaría de aquella situación.
-Creo que lo mejor será que te desvanezcas, al menos hasta que logre determinar las condiciones de la situación. -Miré de soslayo a aquel espíritu que danzaba como motas de luz a un costado mio. Sorprendí un gesto de desaprobación en su faz. -No pido tu opinión, es una orden. -Detestaba tener que ser así de clara, esperando siempre que las personas reaccionaran a mi antojo sin necesidad de llegar a aquel punto. Sabía que era imposible, pero mi paciencia era nula con aquella mujer. Sea así Nadine. Murmuró desapareciendo de mi campo visual y el de cualquier otro.
Sola me encontré en aquel momento, inspirando profundamente el aire cargado de humedad y corrupción. Tenía que tomar una determinación y actuar en consecuencia. Me gire pues, tensando un poco el cuerpo mirando con tranquilidad ficticia hacia aquel punto en los arbustos, lentamente avance hacía allí tratando de hacer mis movimientos lo mas desenvueltos y suaves posibles. Fundirme con el correr del viento.
-Se que estas ahí y sabes que te observo. ¿Por qué no sales a saludar? -Sonrió deteniéndome, tratando de controlar el ritmo de mi corazón que martillea en mis oídos con fuerza. deje escapar mi aliento contenido en un suspiro tratando de estar preparada para aquello que continuaba, las piernas me temblaban levemente y toda la seguridad que antes había mostrado se estremecía como un barco de papel abandonado en el torrente del agua.
Beatrix Cross- Hechicero Clase Alta
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Re: Jugaremos en el bosque [Dagobert Rosenthal]
off: teoricamente mi personaje no esta en las sombras ahora pero seguire roleando como lo hice yo y listo ^^.
On:
El lobo por un momento notó como le estaba dando la espalda cosa que le hizo arrugar el hocico para luego bajar las orejas por un momento hacia atras mientras su vista aun seguia sobre la joven bruja. Pero algo le extraño de sobremanera al lobo, cosa que hizo que sus orejas se pusieran de nuevo altas y atentas escuchando como hablaba. Aunque lo que confundia al lobo no esque hablara, lo raro esque estuviera allí hablando sola, no había nadie allí y con él estaba seguro que no hablaba.
Ladeo la cabeza a un lado mientras pensaba que aquella mujer se había escapado del psiquiatrico y que estaba totalmente loca, tururu, para encerrar. Aunque pensandolo bien si a él le escucharan hablar con animales quizás pensarian lo mismo que estaba pensando él ahora mismo de aquella muchacha. Algo raro había en ella y más desde que parecía esconder algo.
En su roca al descubierto donde cualquiera podría ver al lobo, él animal aún tenía su vista fija en la mujer sin inmutarse mientras dentro de él se reia. Estaba mal de la cabeza y mas cuando decia que saliera de su escondite, llevaba fuera del escondite desde hacia un buen rato subido en aquella gran roca donde podría divisar todo. En ese mismo sitio podría defenderse y atacar sin ningún problema. Aun desconfiaba muchisimo de aquella chica, no sabía que planeaba pero la veía con malas intenciones y si se iba a quedar con los brazos cruzados se equivocaba demasiado.
La brisa rodeaba los cuerpos de ambos tanto del lupino como de la humana rodeando el pelaje y la piel de ella. Aquel viento le traia el olor de la mujer y otros muchos, pero sabía que si la mujer se escapaba o intentaba huir o por el contrario, le tocaba huir a él por algun problema podría seguirla y encontrarla en cualquier lugar del mundo donde se escondiera o huyera. Por lo que había caido con el lobo negro de ojos azules equivocado.
On:
El lobo por un momento notó como le estaba dando la espalda cosa que le hizo arrugar el hocico para luego bajar las orejas por un momento hacia atras mientras su vista aun seguia sobre la joven bruja. Pero algo le extraño de sobremanera al lobo, cosa que hizo que sus orejas se pusieran de nuevo altas y atentas escuchando como hablaba. Aunque lo que confundia al lobo no esque hablara, lo raro esque estuviera allí hablando sola, no había nadie allí y con él estaba seguro que no hablaba.
Ladeo la cabeza a un lado mientras pensaba que aquella mujer se había escapado del psiquiatrico y que estaba totalmente loca, tururu, para encerrar. Aunque pensandolo bien si a él le escucharan hablar con animales quizás pensarian lo mismo que estaba pensando él ahora mismo de aquella muchacha. Algo raro había en ella y más desde que parecía esconder algo.
En su roca al descubierto donde cualquiera podría ver al lobo, él animal aún tenía su vista fija en la mujer sin inmutarse mientras dentro de él se reia. Estaba mal de la cabeza y mas cuando decia que saliera de su escondite, llevaba fuera del escondite desde hacia un buen rato subido en aquella gran roca donde podría divisar todo. En ese mismo sitio podría defenderse y atacar sin ningún problema. Aun desconfiaba muchisimo de aquella chica, no sabía que planeaba pero la veía con malas intenciones y si se iba a quedar con los brazos cruzados se equivocaba demasiado.
La brisa rodeaba los cuerpos de ambos tanto del lupino como de la humana rodeando el pelaje y la piel de ella. Aquel viento le traia el olor de la mujer y otros muchos, pero sabía que si la mujer se escapaba o intentaba huir o por el contrario, le tocaba huir a él por algun problema podría seguirla y encontrarla en cualquier lugar del mundo donde se escondiera o huyera. Por lo que había caido con el lobo negro de ojos azules equivocado.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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Re: Jugaremos en el bosque [Dagobert Rosenthal]
La dama contempló finalmente [e.e] a aquella bestia de oscuro pelaje, sus ojos brillaban en la espesura de aquel denso ambiente. Paso su lengua por los labios, temblando ante el imponente lobo que parecía capaz de destrozar la garganta de cualquiera con un simple garrazo. Debía admitir que no había esperado algo como aquello cuando las instrucciones se le fueron dadas. Sabía bien de la existencia de seres capaces de mutar su forma a placer, mimetizarse en los medios con el simple deseo de hacerlo. ¿Pero aquello? Había tenido la esperanza que se trataría de cualquier animal menos algo tan descomunal.
-Que hermoso eres... -Dije con suave voz como un susurro en el viento acercandome un par de pasos tensos en tu dirección. La luz de aquel día tormentoso se reflejaba con belleza en el pelaje espeso y mullido. -Eres tan perfecto. -No mentía, había visto algunos de aquellos animales al perderse en los bosques de los antiguos shamanes, pero jamás alguno con aquella altura y complexión tan letal. La mano apretó contra la zona en que guardaba el puñal y comprobó que estaba listo para ser usado en cualquier momento de ser necesario.
Avance un par de pasos más dejando entre nosotros un par de metros, con cuidado y cuidando de no realizar movimiento alguno me incline para arrodillarme ante él. Era poca la altura que le sacaba así mientras mis labios enarbolaban una conciliadora sonrisa. -No te haré daño hermosa criatura. -Murmuré con suma dulzura extendiendo en su dirección mi mano, conociéndosela para que le oliera. -No deseo hacerte mal y realmente agradecería si tu gastases la misma cortesía en mi.
Enarque una ceja notando las primeras gotas de la lluvia descendiendo en el ambiente. Pesadas y dolorosas se clavaron en el suelo como dagas mientras las hojas repiqueteaban con aquel primer llanto celestial. No duraría mucho de esa manera, pero aquella sensación de pesadez que lograba transmitir sería difícil de dejar atrás.
-Que hermoso eres... -Dije con suave voz como un susurro en el viento acercandome un par de pasos tensos en tu dirección. La luz de aquel día tormentoso se reflejaba con belleza en el pelaje espeso y mullido. -Eres tan perfecto. -No mentía, había visto algunos de aquellos animales al perderse en los bosques de los antiguos shamanes, pero jamás alguno con aquella altura y complexión tan letal. La mano apretó contra la zona en que guardaba el puñal y comprobó que estaba listo para ser usado en cualquier momento de ser necesario.
Avance un par de pasos más dejando entre nosotros un par de metros, con cuidado y cuidando de no realizar movimiento alguno me incline para arrodillarme ante él. Era poca la altura que le sacaba así mientras mis labios enarbolaban una conciliadora sonrisa. -No te haré daño hermosa criatura. -Murmuré con suma dulzura extendiendo en su dirección mi mano, conociéndosela para que le oliera. -No deseo hacerte mal y realmente agradecería si tu gastases la misma cortesía en mi.
Enarque una ceja notando las primeras gotas de la lluvia descendiendo en el ambiente. Pesadas y dolorosas se clavaron en el suelo como dagas mientras las hojas repiqueteaban con aquel primer llanto celestial. No duraría mucho de esa manera, pero aquella sensación de pesadez que lograba transmitir sería difícil de dejar atrás.
Beatrix Cross- Hechicero Clase Alta
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Re: Jugaremos en el bosque [Dagobert Rosenthal]
No se fiaba, aquella mujer la daba mala espina y más cuando estaba acercándose a él poco a poco, parecía ocultar algo en su espalda. Empezó a dar algún paso hacia atrás mientras escuchaba lo que decía, aquello de que era hermoso lo sabía de hace muchísimo, no hacia falta que nadie le dijera que fuera hermoso. Bufó mientras notaba como empezaba a llover.
Empezó a rodear a la chica pero haciendo una circunferencia muy grande para no tenerla muy cerca pues quería ver lo que ocultaba detrás de la espalda. No se fiaba de los humanos y menos de aquellos que tenían poderes especiales como podía ver en el aura de aquella mujer que tenía delante. Fue entonces cuando un reflejo del sol se precipito hasta el filo del cuchillo haciendo brillar este y dándole al lobo a entender lo que ocultaba.
Bajó las orejas al darse cuenta de aquello para luego volverlas a alzarlas para seguir acechándola dando vueltas alrededor de ella. Empezó a gruñir por lo bajo mientras el gruñido iba aumentando de volumen poco a poco. La lluvia empezó a caer mas fuerte haciendo que esta repiqueteara en el suelo. El pelaje negro empezó mojarse mientras este caía y se pegaba en el cuerpo del lobo. Sus patas tocaban la tierra y el césped mojado que empezaría poco a poco embarrarse.
Empezó a rodear a la chica pero haciendo una circunferencia muy grande para no tenerla muy cerca pues quería ver lo que ocultaba detrás de la espalda. No se fiaba de los humanos y menos de aquellos que tenían poderes especiales como podía ver en el aura de aquella mujer que tenía delante. Fue entonces cuando un reflejo del sol se precipito hasta el filo del cuchillo haciendo brillar este y dándole al lobo a entender lo que ocultaba.
Bajó las orejas al darse cuenta de aquello para luego volverlas a alzarlas para seguir acechándola dando vueltas alrededor de ella. Empezó a gruñir por lo bajo mientras el gruñido iba aumentando de volumen poco a poco. La lluvia empezó a caer mas fuerte haciendo que esta repiqueteara en el suelo. El pelaje negro empezó mojarse mientras este caía y se pegaba en el cuerpo del lobo. Sus patas tocaban la tierra y el césped mojado que empezaría poco a poco embarrarse.
Dagobert Rosenthal- Cambiante Clase Alta
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