AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
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Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
Era una de las noches otoñales más tranquilas de ese año, la brisa era tan ligera que apenas si podía sentirse su aliento entre las hojas caidas o que estaban a punto de morir de esos enormes árboles cuyas canas eran doradas, la temperatura era agradable, no se necesitaba ropaje extra para abrigarse, era una noche perfecta para salir de paseo si deseaba y Solomon había decidido salir de aquella casita de madera, pequeña y con el vapor de la chimenea, esa que estaba alojada en las zonas residenciales de Paris.
El reloj de la casa era el único que cantaba un ritmo tan lento que contradecía la versión de su amo, según el, ese compás paso demasiado rápido que cuando se percato del tiempo este ya le empezaba a cobrar factura marchitando su piel que de joven fue blanca, arrugandola como una ciruela pasa cuando era suave y tersa, cuando las rodilas le dolían, los desvelos le mataban pero más allá la infinita soledad a la que el mismo se orillo mientras pensaba en su hijo y su esposa ya fallecidos, gracias a esos demonios que durante ese compás bailo un vals que todavía el sentía que no había terminado.
Desde aquella ventana donde Solomon veía todo recordaba a Anne, su único amor y le rogaba porque lo cuidará, proporcionandole las fuerzas que todavía necesitaba para ir en busca de ese misterioso cazador que no hizo más que citarlo en el Cementerio, ese campo Santo donde una vez enterro a su familia -¿Para que en un cementerio?- se pregunto pero como el mismo decia "A veces es mejor no conocer", prefirio olvidar la duda e ir directamente al sitio para disipar toda sus dudas.
Tomo sus botas y el traje de corte antiguo que siempre portaba, quizás manías ya de su edad que se empeñaba en aferrarse a los años pasados o en la esperanza de que algún día los amores de su vida le serán devueltos, salió al diminuto jardín donde su caballo blanco con la crin y la cola gris le esperaba como siempre, aunque pastaba el noble animal estaba listo para las aventuras peligrosas en que solía acompañar a su jinete, por último tomo su espada de plata, guardo un arma a su otro costado, nunca se sabe cuando pueden necesitar esos artefactos especialmente cuando vas a encontrarte con alguien al que no se conoce aún más si en vez de un rostro normal porta una máscara.
Así partió el viejo Solomon Vasari que a pesar de sus defectos productos de su edad era habil y sagaz, rápido y valiente, un guerro indestructible gracias a la fuerza que le ha proporcionado los años y la experiencia que ha sido la huella de los años, marchaba a todo galope sin miedo a caerse, sin temor a llevarse a alguien por en medio puesto que había tomado las calles más desoladas para llegar al recinto de reposo que seguro le recordaría etapas que hace mucho supero, pero que como los fantasma que faltaba en aquel lugar ellas se convertian en los monstruos que las leyendas contaban, sentía que el alma volvia a quebrantarse, tales recuerdos atroces así como los más felices en su juventud y su infancia, los recuerdos más inocentes y los sucesos que solo imagino y soño, tan inocentes por contener el alma de un niño que nunca creció le hizo llamar a ese lapso como "los trozos de abril", abril mes de los inocentes, de los sueños vivos de los infantes.
Finalmente la vista que retorno al presente le hizo dar cuenta de su llegada al Sagrado lugar, bajo del caballo, que reposaba y jadeaba por el paso veloz que llevo largo rato, las pisadas podían ser escuchadas, gracias a las hojas que se encontraban en medio de las tumbas, de los senderos centrales que llevaban a todas la tumbas, era hermosa la conbinacipon que los ojos claros y azules de Solomon contemplaban, Dorado y gris de piedra, mismos colores que le indicaron donde enterro a su familia a la que le coloco sencillamente << Amada esposa e hijo >> Podía leerse aún en medio de hojarazca y polvo.
Varari sintió un dolor en su pecho que le obligo a soltar la rienda del caballo e hincarse en la lápida que sin importar los años que ya habían transcurrido sobrevivia y abría la herida que solo ignoraba día tras día -Mi Anne- murmuro debilmente -¡Oh Dios!- levanto su plegaria a los cielos con las lágrimas contenidas -Anne- su mano timidamente acaricio la piedra quitando de encima las hojas acumuladas por los años -No sabes cuantas son las mañanas que ansio tu voz, cuantos son los días que tu ausencia me robo y cuantas noches intento dormir bajo las estrellas pensando... que son tus brazos los que me abrigan- platicaba a la nada -A pesar de tanto tiempo hay un amor fundido, pero los corazones se quemaron demás y sin embargo tu recuerdo sigue alimentando el fuego- suspiro profundo como solo un eterno enamorado podía seguir haciendo -Imagino que mis sueños son tus manos que despiertan mi ansiedad y que mi soledad son los labios que no he podido suplir por otros y los días de abril son los años de nuestro bebé-finalmente el silencio se hizo presente despúes de las melosas frases, pero la paz duro poco, sentía algo extraño en el ambiente, como si alguien le hubiese escuchado y en esos precisos momentos le estuviera observando, quedo varios minutos haciendo guardía, pensando en que pudo haber sio esa sensación o fue la sugestión por ubicarse en lo más profundo del cementerio, el caballo estaba tranqulo pastando bajo un árbol confirmando que solo eran ideas suyas, regreso a ponerse de rodillas reanudando la platica con una persona que quizás después de tanto tiempo estaba ya en el reino de los cielos, descansando sin tener tiempo para oir ruegos, más Solomon tenía fe y le era fiel, creía en los milagros a tal grado que olvido el verdadero motivo por el que había ido a ese lugar al que tuvo mucha decidia por ir, ni siquiera se volvio a percatar del paso del tiempo donde "V" no hacía acto de presencia.
El reloj de la casa era el único que cantaba un ritmo tan lento que contradecía la versión de su amo, según el, ese compás paso demasiado rápido que cuando se percato del tiempo este ya le empezaba a cobrar factura marchitando su piel que de joven fue blanca, arrugandola como una ciruela pasa cuando era suave y tersa, cuando las rodilas le dolían, los desvelos le mataban pero más allá la infinita soledad a la que el mismo se orillo mientras pensaba en su hijo y su esposa ya fallecidos, gracias a esos demonios que durante ese compás bailo un vals que todavía el sentía que no había terminado.
Desde aquella ventana donde Solomon veía todo recordaba a Anne, su único amor y le rogaba porque lo cuidará, proporcionandole las fuerzas que todavía necesitaba para ir en busca de ese misterioso cazador que no hizo más que citarlo en el Cementerio, ese campo Santo donde una vez enterro a su familia -¿Para que en un cementerio?- se pregunto pero como el mismo decia "A veces es mejor no conocer", prefirio olvidar la duda e ir directamente al sitio para disipar toda sus dudas.
Tomo sus botas y el traje de corte antiguo que siempre portaba, quizás manías ya de su edad que se empeñaba en aferrarse a los años pasados o en la esperanza de que algún día los amores de su vida le serán devueltos, salió al diminuto jardín donde su caballo blanco con la crin y la cola gris le esperaba como siempre, aunque pastaba el noble animal estaba listo para las aventuras peligrosas en que solía acompañar a su jinete, por último tomo su espada de plata, guardo un arma a su otro costado, nunca se sabe cuando pueden necesitar esos artefactos especialmente cuando vas a encontrarte con alguien al que no se conoce aún más si en vez de un rostro normal porta una máscara.
Así partió el viejo Solomon Vasari que a pesar de sus defectos productos de su edad era habil y sagaz, rápido y valiente, un guerro indestructible gracias a la fuerza que le ha proporcionado los años y la experiencia que ha sido la huella de los años, marchaba a todo galope sin miedo a caerse, sin temor a llevarse a alguien por en medio puesto que había tomado las calles más desoladas para llegar al recinto de reposo que seguro le recordaría etapas que hace mucho supero, pero que como los fantasma que faltaba en aquel lugar ellas se convertian en los monstruos que las leyendas contaban, sentía que el alma volvia a quebrantarse, tales recuerdos atroces así como los más felices en su juventud y su infancia, los recuerdos más inocentes y los sucesos que solo imagino y soño, tan inocentes por contener el alma de un niño que nunca creció le hizo llamar a ese lapso como "los trozos de abril", abril mes de los inocentes, de los sueños vivos de los infantes.
Finalmente la vista que retorno al presente le hizo dar cuenta de su llegada al Sagrado lugar, bajo del caballo, que reposaba y jadeaba por el paso veloz que llevo largo rato, las pisadas podían ser escuchadas, gracias a las hojas que se encontraban en medio de las tumbas, de los senderos centrales que llevaban a todas la tumbas, era hermosa la conbinacipon que los ojos claros y azules de Solomon contemplaban, Dorado y gris de piedra, mismos colores que le indicaron donde enterro a su familia a la que le coloco sencillamente << Amada esposa e hijo >> Podía leerse aún en medio de hojarazca y polvo.
Varari sintió un dolor en su pecho que le obligo a soltar la rienda del caballo e hincarse en la lápida que sin importar los años que ya habían transcurrido sobrevivia y abría la herida que solo ignoraba día tras día -Mi Anne- murmuro debilmente -¡Oh Dios!- levanto su plegaria a los cielos con las lágrimas contenidas -Anne- su mano timidamente acaricio la piedra quitando de encima las hojas acumuladas por los años -No sabes cuantas son las mañanas que ansio tu voz, cuantos son los días que tu ausencia me robo y cuantas noches intento dormir bajo las estrellas pensando... que son tus brazos los que me abrigan- platicaba a la nada -A pesar de tanto tiempo hay un amor fundido, pero los corazones se quemaron demás y sin embargo tu recuerdo sigue alimentando el fuego- suspiro profundo como solo un eterno enamorado podía seguir haciendo -Imagino que mis sueños son tus manos que despiertan mi ansiedad y que mi soledad son los labios que no he podido suplir por otros y los días de abril son los años de nuestro bebé-finalmente el silencio se hizo presente despúes de las melosas frases, pero la paz duro poco, sentía algo extraño en el ambiente, como si alguien le hubiese escuchado y en esos precisos momentos le estuviera observando, quedo varios minutos haciendo guardía, pensando en que pudo haber sio esa sensación o fue la sugestión por ubicarse en lo más profundo del cementerio, el caballo estaba tranqulo pastando bajo un árbol confirmando que solo eran ideas suyas, regreso a ponerse de rodillas reanudando la platica con una persona que quizás después de tanto tiempo estaba ya en el reino de los cielos, descansando sin tener tiempo para oir ruegos, más Solomon tenía fe y le era fiel, creía en los milagros a tal grado que olvido el verdadero motivo por el que había ido a ese lugar al que tuvo mucha decidia por ir, ni siquiera se volvio a percatar del paso del tiempo donde "V" no hacía acto de presencia.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 11/05/2012
Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
Había pasado exactamente una noche desde aquel derroche, donde nadie salió victorioso, muy por el contrario muchos fueron directo a su propio velorio, ahora la misión se agudizaba pues estaba seguro que los sobrevivientes sobre y mi la causa ahora dudaban por lo consiguiente debía poner un plan que estaba siendo realizado a la marcha.
Aquella noche reinaba una luna brillante y plateada, una brisa demasiado cálida para esa temporada en que los arboles tiñen de marrón y cuyas hojas se desprenden por montón, las calles a raíz de aquel desastre lucían desoladas a comparación de los días en que había personas paseando o buscando cosas distintas, en medio de las luces encerradas en vidrios que adornaban las principales aceras parisinas, ahora todo el mundo se resguardaba del miedo que les dominaba, que les dictaba preservar su vida adentro de sus hogares junto a sus iguales.
-Un toque de queda demasiado interesante- pensé al instante en que me paseaba por silenciosas calles, mismas que permitían vagar como la sombra que pretendía encarnar -El mundo en conclusión está loco de atar- me era casi imposible pensar que los hombres le tuvieran miedo a lo desconocido, evitando a toda costa el pecado y el vicio, le temían a lo que rumoraban eran cosas de vampiros pero la contradicción viene cuando otro ser desconocido se supone los ve e implanta castigos o da bendiciones a los más desfavorecidos, se trata del Altísimo, a esa esencia que creen en su existencia y al ser casi igual de poderoso y temido que los mitos y leyendas, frente a sus ojos siguen siendo las descarriladas ovejas que le tienen más pavor al lobo que a la mano que las alimenta y era cuando me preguntaba si también yo luchaba para algo bueno o finalmente para nada...
Pero...¿Porque venía a mi tremenda filosofía?, la respuesta es más que sencilla, el lugar al que me dirigía era un lugar donde esa figura divina emergía en todos los puntos donde se hallaban las cruces de mármol cuidando los sepulcros, era en ese lugar donde había tanta paz donde cite al primero con el que tenía que aclarar y conversar para que con él pudiera contar hasta el final de la cruzada con ese ser infernal, además el silencio de vez en cuando es el más propicio para descifrar la voz que en el interior intenta hablar.
Esta vez no hubo el menor ruido a mi llegada a esa tierra venerada, con rejas de un color negro como el que portaba mi cabello, allí arriba de las rejas dos arcángeles vigilaban las puertas que estaban abiertas para las almas o cualquier persona que por allí se lamentara de sus desventuras mientras lloraba en medio de muertos y la nada.
A la entrada, las hojas eran arrojadas hasta mis botas por la briza fresca que jugueteaba entre las apiladas rocas que en algún punto estaban inscritas sentidas notas, rocas que formaban lapidas de diferentes formas que se hallaban a mis costados contando algunas relatos de siglos pasados cuando esos difuntos eran visitados, cuando se citaban los enamorados o como en mi caso alguien buscaba un aliado y un secreto muy pronto revelado.
Camine en medio de las tumbas, el sendero que cruzaba parecía tener un final incierto, era largo y desierto, era ese camino el responsable de que ese campo Santo estuviera dividido, cosa inútil a mi parecer pues los muertos no iban a pelear mi parecer por estar en clase que no han de pertenecer, ¿Para qué dividir los sepulcros en clases y si de todos modos no iban a salir de allí ser sociables?, ese era otro punto que supongo jamás comprenderé su porque.
A medida que caminaba, los arboles más frondosos e irónicamente hermosos custodiaban los sepulcros más costosos, muchos bañados en cierta parte de oro, con esculturas ostentosas y santos con expresiones desgarradoras que parecían seguir sufriendo a pesar de que ellos estaban en los cielos, más adelante los búhos ululaban y los insectos nocturnos cantaban la misma sonata de cada madrugada, era lógico pues pasaba más allá de la una de la mañana, todos esos ruidos callaban cuando sentían mi presencia, la capa ondeaba permitiendo que mi silueta se camuflara con la sombra de los robles que allí habitaban por montones, solo la máscara podía ser contemplada y eso solo por leves momentos puesto que la oscuridad poco a poco la opacaba acompañada de mi paso lento en la caminata.
No muy a lo lejos finalmente haya a ese cazador ya algo cansado y viejo que rezaba a una tumba olvidada y sin ser visitada durante largo tiempo, parecía rezarle con tanta devoción y llorarle por una emoción que le hacía romper su dura razón del hombre intachable que pretende matar vampiros en cualquier situación, después de observarle tras el último de esos árboles grandes me acerque muy lentamente... para que no interrumpiera el dialogo sagrado con esas personas que había recibido ya el abrazo de la muerte.
-Bueno miren al asesino de monstruos- dije un bajo tono -El más duro y misterioso de los cazadores que conozco, llora frente a un mausoleo abandonado y roto- la lapida sufría de cuarteaduras podía notarse desde las penumbras pues me había quedado bajo la sombra de ese árbol donde solo se escuchaba la voz de tono varonil y delicado -Pensé que no vendrías después de que anoche no conteste ninguna de tus preguntas, ni a tus actitudes negativas- después de un suspiro continúe -Necesito hablar seriamente contigo pero para ello quiero que seas muy paciente, comprensivo y sobre todo que por un momento estés conmigo- guarde silencio por un breve espacio de tiempo -Tengo... que hablar contigo de algunas cosas, algunas más delicadas que otras pero al final del día serán demasiado... valiosas para ti, por lo menos es lo que me dicta mi sentir- le veía detrás de la máscara, sabía que me buscaba con la mirada y para que finalmente acabará su búsqueda desesperada deje que la luna me vislumbrara poco a poco y que en medio de esos dos últimos robles mi silueta al frente suyo se fuera revelando con ayuda de la luna que brillaba en lo alto, así finalmente la sombra adquirió aunque sea un poco de color en la máscara y las armas de plata que por un momento se queco callada y su interlocutor pareció perder el habla -Sí Solomon, todo el tiempo estuve allí mientras rezabas- finalmente mi voz decidió salir por la abertura de la boca ficticia de la máscara -Y tal parece que tus ruegos fueron escuchados- mire hacia el cielo estrellado -¿Estas listo para ir desentrañado los misterios que te fueron ocultados?- le vi de nueva cuenta aguardando su respuesta que parecía ser incierta, debido a la sorpresa y la duda que terminaba por hacerle desistir sobre decir sí.
Aquella noche reinaba una luna brillante y plateada, una brisa demasiado cálida para esa temporada en que los arboles tiñen de marrón y cuyas hojas se desprenden por montón, las calles a raíz de aquel desastre lucían desoladas a comparación de los días en que había personas paseando o buscando cosas distintas, en medio de las luces encerradas en vidrios que adornaban las principales aceras parisinas, ahora todo el mundo se resguardaba del miedo que les dominaba, que les dictaba preservar su vida adentro de sus hogares junto a sus iguales.
-Un toque de queda demasiado interesante- pensé al instante en que me paseaba por silenciosas calles, mismas que permitían vagar como la sombra que pretendía encarnar -El mundo en conclusión está loco de atar- me era casi imposible pensar que los hombres le tuvieran miedo a lo desconocido, evitando a toda costa el pecado y el vicio, le temían a lo que rumoraban eran cosas de vampiros pero la contradicción viene cuando otro ser desconocido se supone los ve e implanta castigos o da bendiciones a los más desfavorecidos, se trata del Altísimo, a esa esencia que creen en su existencia y al ser casi igual de poderoso y temido que los mitos y leyendas, frente a sus ojos siguen siendo las descarriladas ovejas que le tienen más pavor al lobo que a la mano que las alimenta y era cuando me preguntaba si también yo luchaba para algo bueno o finalmente para nada...
Pero...¿Porque venía a mi tremenda filosofía?, la respuesta es más que sencilla, el lugar al que me dirigía era un lugar donde esa figura divina emergía en todos los puntos donde se hallaban las cruces de mármol cuidando los sepulcros, era en ese lugar donde había tanta paz donde cite al primero con el que tenía que aclarar y conversar para que con él pudiera contar hasta el final de la cruzada con ese ser infernal, además el silencio de vez en cuando es el más propicio para descifrar la voz que en el interior intenta hablar.
Esta vez no hubo el menor ruido a mi llegada a esa tierra venerada, con rejas de un color negro como el que portaba mi cabello, allí arriba de las rejas dos arcángeles vigilaban las puertas que estaban abiertas para las almas o cualquier persona que por allí se lamentara de sus desventuras mientras lloraba en medio de muertos y la nada.
A la entrada, las hojas eran arrojadas hasta mis botas por la briza fresca que jugueteaba entre las apiladas rocas que en algún punto estaban inscritas sentidas notas, rocas que formaban lapidas de diferentes formas que se hallaban a mis costados contando algunas relatos de siglos pasados cuando esos difuntos eran visitados, cuando se citaban los enamorados o como en mi caso alguien buscaba un aliado y un secreto muy pronto revelado.
Camine en medio de las tumbas, el sendero que cruzaba parecía tener un final incierto, era largo y desierto, era ese camino el responsable de que ese campo Santo estuviera dividido, cosa inútil a mi parecer pues los muertos no iban a pelear mi parecer por estar en clase que no han de pertenecer, ¿Para qué dividir los sepulcros en clases y si de todos modos no iban a salir de allí ser sociables?, ese era otro punto que supongo jamás comprenderé su porque.
A medida que caminaba, los arboles más frondosos e irónicamente hermosos custodiaban los sepulcros más costosos, muchos bañados en cierta parte de oro, con esculturas ostentosas y santos con expresiones desgarradoras que parecían seguir sufriendo a pesar de que ellos estaban en los cielos, más adelante los búhos ululaban y los insectos nocturnos cantaban la misma sonata de cada madrugada, era lógico pues pasaba más allá de la una de la mañana, todos esos ruidos callaban cuando sentían mi presencia, la capa ondeaba permitiendo que mi silueta se camuflara con la sombra de los robles que allí habitaban por montones, solo la máscara podía ser contemplada y eso solo por leves momentos puesto que la oscuridad poco a poco la opacaba acompañada de mi paso lento en la caminata.
No muy a lo lejos finalmente haya a ese cazador ya algo cansado y viejo que rezaba a una tumba olvidada y sin ser visitada durante largo tiempo, parecía rezarle con tanta devoción y llorarle por una emoción que le hacía romper su dura razón del hombre intachable que pretende matar vampiros en cualquier situación, después de observarle tras el último de esos árboles grandes me acerque muy lentamente... para que no interrumpiera el dialogo sagrado con esas personas que había recibido ya el abrazo de la muerte.
-Bueno miren al asesino de monstruos- dije un bajo tono -El más duro y misterioso de los cazadores que conozco, llora frente a un mausoleo abandonado y roto- la lapida sufría de cuarteaduras podía notarse desde las penumbras pues me había quedado bajo la sombra de ese árbol donde solo se escuchaba la voz de tono varonil y delicado -Pensé que no vendrías después de que anoche no conteste ninguna de tus preguntas, ni a tus actitudes negativas- después de un suspiro continúe -Necesito hablar seriamente contigo pero para ello quiero que seas muy paciente, comprensivo y sobre todo que por un momento estés conmigo- guarde silencio por un breve espacio de tiempo -Tengo... que hablar contigo de algunas cosas, algunas más delicadas que otras pero al final del día serán demasiado... valiosas para ti, por lo menos es lo que me dicta mi sentir- le veía detrás de la máscara, sabía que me buscaba con la mirada y para que finalmente acabará su búsqueda desesperada deje que la luna me vislumbrara poco a poco y que en medio de esos dos últimos robles mi silueta al frente suyo se fuera revelando con ayuda de la luna que brillaba en lo alto, así finalmente la sombra adquirió aunque sea un poco de color en la máscara y las armas de plata que por un momento se queco callada y su interlocutor pareció perder el habla -Sí Solomon, todo el tiempo estuve allí mientras rezabas- finalmente mi voz decidió salir por la abertura de la boca ficticia de la máscara -Y tal parece que tus ruegos fueron escuchados- mire hacia el cielo estrellado -¿Estas listo para ir desentrañado los misterios que te fueron ocultados?- le vi de nueva cuenta aguardando su respuesta que parecía ser incierta, debido a la sorpresa y la duda que terminaba por hacerle desistir sobre decir sí.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/10/2012
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
La brisa soplaba tan fuerte y ligera a la vez, era la sensación más extraña que el cazador podía percibir a lo largo de sus tantas noches de intensa soledad, era... como si del viento una voz le estuviera llamando, como si fuera ella la que desde ese cielo impregnado de estrellas le brindaba consuelo con su aliento y sus invisibles caricias que solo en su imaginación tomaban la forma tan fina, tan delicada que poseen las manos de toda mujer.
No estaba rezando, simplemente recordaba y platicaba con la escencia que sus manos, su cuerpo y su vida dejaron grabadas en la vida de ese hombre, esa escencia que nunca se fue y que muy por el contrario permanecia viva, tan... latente que era el motor por el que aún ya cuando parecía vencido por los años seguía al pie de la batalla en contra de los descendientes de esos miserables que le arrancaron la vida de la manera más vil, despiadada e injusta que pudo ver y con sufrimiento a flor de esa piel ya algo marchita lleno impotencia y amargura.
Cualquiera en ese cementerio juraría la existencia de fantasmas, de gente que no ha querido o no puede dejar este mundo, penso que algo como aquello era lo que le hacía sentir observado e invadido en sus propios pensamientos que bruscamente e transformaron en el misterio de aquella reuniocilla en ese sitio, sobre el paradero del anfitrión y que le había impulsado a hacer acto de presencia aquella noche -Necesitas calmarte Solomon- se dijo, tomando aire una y otra vez en busca de recuperar la calma y despejar su mente, tratando de inhibir esa sensación donde se sentía observado y acorralado, su cabeza formulo cientos de hipotesis, desde un delincuenta hasta un vampiro... quizás era la vampiresa que V le había dejado a su cuidado, esa jovencita que tenía tanto parecido con su esposa que solo por eso no la podía olvidar.
Esucho una voz de repente, era de tinte oscuro, varonil y opaca a la vez por algo que cubría la salida y el fluido del aire emitido por otra persona -Es él- Solomon reconoció quién era el que estaba hablando justo detrás suyo, sin embargo no hizo nada más que permanecer de rodillas a los pies de la tumba, sin ver la máscara falsa que seguramente esperaba fuera apreciada por la mirada castaña de ese cazador, Solomon se limito a escuchar atento sin emitir sonido o frase alguna.
Así calló hasta que tuvo la oportunidad de tomar la palabra -Y supone bien en que no iba a venir- dijo aún sin darle la cara, no ofrecio ni un saludo, este cazador tenía la buena o la mala virtud dependiendo del cristal con que se mire de ser el más desconfiado de los hombres y más con esa máscara ¿Quién tiene confianza de un hombre que no muestra su propia faz? -Finalmente aqui me tiene- seguia haciendo poco caso a lo que el extraño le comento primero, no pensaba responder, no necesitaba decir nada sobre su vida pasada y presente ni para quienes eran esas plegarias que con tanta devoción solo para si mismo había pronunciado -Supongo que vine a tratar de advertirle que su causa es inutil- finalmente le dio la oportunidad al otro de verlo a los ojos -Ningún cazador se ha atrevido a molestar a ese engendro- comento molesto -Sabemos a lo que nos atenemos con ese "Falso fantasma"- se acerco un poco, solo ligeramente hacía él, conservando su distancia -No porque tenga una máscara es garantía de que será su triunfo- decidio ver hacia otro extremo, el viejo cazador estaba demasiado enfadado, desperado y confudido ante la amenza que había nacido a raíz del incidente en el Teatro de París -¿Es que aún no se ha dado cuenta de lo que has hecho? ¿Es posible que no te des cuenta en que posición deja a todo París en esto?- le cuestiono energico -Nosotros los implicados corremos riesgos, pero nosotros ¡Que!, de cualquier forma quizás el sufrimiento de todos se vea dicipado en la muerte pero ¿Los demás?- se cruzo de brazos esperando una respuesta.
-Para mi ya no hay secretos- reparo -Los peores los sé ya y tal cual, como se describen, como se viven, como se sienten-nego marcadamente -A estas alturas cresme que nada me sorprendería, salvo quizás el misterio que oculta su máscara- que ha decir verdad a Solomon si le resultaba algo intimidante, era como un simbolo que podía verse desde perspectivas distintas, con enfoques y sensaciones muy diferentes que hacían del llamado "V" algo intrigante -Nada puede cambiar vida puesto que usted con su acción ya lo hizo, el mayor secreto que tendré que guardar es que siendo un cazador que mata bestias por justicia terminó defendiendo a una- volvia a tornarse agresivo -Usted no sebe nada de mí, como yo no se nada de usted, así que le recomiendo que hable de cosas serias y deje de decir mentiras, puedo ser paciente pero también puedo ser tan desesperado que llegue a cometer una locura- le amenzó, de hecho así era como se sentía... amenazado, acorralado y desconcertado debido al misterio del hombre, de la máscara, del futuro, del pasado y de los secretos que pese a negar que podía haber algo que no sabía se negaba inscientemente a creer que en verdad hay más allá de una historia conocida aunque solo por él.
No estaba rezando, simplemente recordaba y platicaba con la escencia que sus manos, su cuerpo y su vida dejaron grabadas en la vida de ese hombre, esa escencia que nunca se fue y que muy por el contrario permanecia viva, tan... latente que era el motor por el que aún ya cuando parecía vencido por los años seguía al pie de la batalla en contra de los descendientes de esos miserables que le arrancaron la vida de la manera más vil, despiadada e injusta que pudo ver y con sufrimiento a flor de esa piel ya algo marchita lleno impotencia y amargura.
Cualquiera en ese cementerio juraría la existencia de fantasmas, de gente que no ha querido o no puede dejar este mundo, penso que algo como aquello era lo que le hacía sentir observado e invadido en sus propios pensamientos que bruscamente e transformaron en el misterio de aquella reuniocilla en ese sitio, sobre el paradero del anfitrión y que le había impulsado a hacer acto de presencia aquella noche -Necesitas calmarte Solomon- se dijo, tomando aire una y otra vez en busca de recuperar la calma y despejar su mente, tratando de inhibir esa sensación donde se sentía observado y acorralado, su cabeza formulo cientos de hipotesis, desde un delincuenta hasta un vampiro... quizás era la vampiresa que V le había dejado a su cuidado, esa jovencita que tenía tanto parecido con su esposa que solo por eso no la podía olvidar.
Esucho una voz de repente, era de tinte oscuro, varonil y opaca a la vez por algo que cubría la salida y el fluido del aire emitido por otra persona -Es él- Solomon reconoció quién era el que estaba hablando justo detrás suyo, sin embargo no hizo nada más que permanecer de rodillas a los pies de la tumba, sin ver la máscara falsa que seguramente esperaba fuera apreciada por la mirada castaña de ese cazador, Solomon se limito a escuchar atento sin emitir sonido o frase alguna.
Así calló hasta que tuvo la oportunidad de tomar la palabra -Y supone bien en que no iba a venir- dijo aún sin darle la cara, no ofrecio ni un saludo, este cazador tenía la buena o la mala virtud dependiendo del cristal con que se mire de ser el más desconfiado de los hombres y más con esa máscara ¿Quién tiene confianza de un hombre que no muestra su propia faz? -Finalmente aqui me tiene- seguia haciendo poco caso a lo que el extraño le comento primero, no pensaba responder, no necesitaba decir nada sobre su vida pasada y presente ni para quienes eran esas plegarias que con tanta devoción solo para si mismo había pronunciado -Supongo que vine a tratar de advertirle que su causa es inutil- finalmente le dio la oportunidad al otro de verlo a los ojos -Ningún cazador se ha atrevido a molestar a ese engendro- comento molesto -Sabemos a lo que nos atenemos con ese "Falso fantasma"- se acerco un poco, solo ligeramente hacía él, conservando su distancia -No porque tenga una máscara es garantía de que será su triunfo- decidio ver hacia otro extremo, el viejo cazador estaba demasiado enfadado, desperado y confudido ante la amenza que había nacido a raíz del incidente en el Teatro de París -¿Es que aún no se ha dado cuenta de lo que has hecho? ¿Es posible que no te des cuenta en que posición deja a todo París en esto?- le cuestiono energico -Nosotros los implicados corremos riesgos, pero nosotros ¡Que!, de cualquier forma quizás el sufrimiento de todos se vea dicipado en la muerte pero ¿Los demás?- se cruzo de brazos esperando una respuesta.
-Para mi ya no hay secretos- reparo -Los peores los sé ya y tal cual, como se describen, como se viven, como se sienten-nego marcadamente -A estas alturas cresme que nada me sorprendería, salvo quizás el misterio que oculta su máscara- que ha decir verdad a Solomon si le resultaba algo intimidante, era como un simbolo que podía verse desde perspectivas distintas, con enfoques y sensaciones muy diferentes que hacían del llamado "V" algo intrigante -Nada puede cambiar vida puesto que usted con su acción ya lo hizo, el mayor secreto que tendré que guardar es que siendo un cazador que mata bestias por justicia terminó defendiendo a una- volvia a tornarse agresivo -Usted no sebe nada de mí, como yo no se nada de usted, así que le recomiendo que hable de cosas serias y deje de decir mentiras, puedo ser paciente pero también puedo ser tan desesperado que llegue a cometer una locura- le amenzó, de hecho así era como se sentía... amenazado, acorralado y desconcertado debido al misterio del hombre, de la máscara, del futuro, del pasado y de los secretos que pese a negar que podía haber algo que no sabía se negaba inscientemente a creer que en verdad hay más allá de una historia conocida aunque solo por él.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
-Se exactamente a lo que me estoy ateniendo- le dije a ese cazador algo cansado y viejo -No eres el único que me ha dicho que esta misión es un completo sacrilegio- vaya ironía hablar de pecado entre la quietud de un silencioso cementerio -¿De verdad ese monstruo les infunde tanto miedo?- hablaba en tono bajo, había que respetar de todos los muertos su descanso -Créeme las cosas se están complicando, esta guerra ya no es solo mía con el condenado, logias y humanos se están metiendo en este misterioso y ensangrentado escenario- guarde un minuto de silencio necesario -Sé que debí pensar antes de efectuar mi acto, más solo contemple a los policías en este lío enredados- me quede por un momento reflexionando, perdiéndome en los fantasmas que hace un día fueron generados, conformando mi presente, mi futuro y mi pasado, esos que no deben ser olvidados, que se les debe hacer justicia y al resto de los ciudadanos que de la corte y del fantasma deben ser liberados -Y antes de que sigas con tus comentarios, déjame decirte que no sabes todo sobre tu pasado que por cierto está demasiado involucrado con la vampiresa que has salvado y este mausoleo un poco viejo y olvidado- la máscara se movía de lado a lado, haciéndole comprender que a pesar de la máscara yo le podía ver y que con un solo gesto pensamientos y sentimientos yo podía saber.
Comencé a caminar entorno la a imagen de San Bernabé, esa que se hallaba frente a mis pies, para maquilar la manera en que le diría la verdad de vez en vez pues estaba seguro que lo que sabía le iba doler -Solomon- con paciencia le hable -No te ofendas por lo que te preguntaré, no es en afán de eso, debes conocer- veía la mirada del hombre que angustiado se frotaba el bigote, estaba nervioso, probablemente reconocía que lo que dijera era verdad en el fondo, quizás con eso podría lograr que nuestra mirada no se sintiera tan pesada, que la presencia del uno con el otro no fuera amarga, podría tratar de curar su culpa y su alma, una de las pocas cosas buenas que he hecho durante esta existencia enmascarada -Dime, ¿Recuerdas que pasó años atrás en las zonas alejadas, cuando pereció tu amada?- al parecer las cosas no las estaba tomando con calma, ya sabía a lo que me exponía, pero poco importaba aún no se perdía nada -Quiero que enfrente de es tumba recuerdes que paso la noche en que las puertas se atrevió a llamar la muerte- debía confiar, tener fe en mi propia suerte, con exactitud no sabía cómo lo tomaría ese hombre que me miraba indiferente, no sabía si al final me creería o por un loco me tomaría, si un aliado o un enemigo conseguiría, pero sea cual sea el resultado, dentro de esta guerra será lo único bueno que haga por restaurar el pasado.
Por otro lado la noche sonaba melancólica, los insectos no cantaban su acostumbrada cantaleta armónica, todo permanecía en silencio, era una noche de otoño que parecía ante nuestros ojos el invierno pleno pero que de apoco se transformaría en un lejano mes de abril que no tardará en dejarse descubrir.
Comencé a caminar entorno la a imagen de San Bernabé, esa que se hallaba frente a mis pies, para maquilar la manera en que le diría la verdad de vez en vez pues estaba seguro que lo que sabía le iba doler -Solomon- con paciencia le hable -No te ofendas por lo que te preguntaré, no es en afán de eso, debes conocer- veía la mirada del hombre que angustiado se frotaba el bigote, estaba nervioso, probablemente reconocía que lo que dijera era verdad en el fondo, quizás con eso podría lograr que nuestra mirada no se sintiera tan pesada, que la presencia del uno con el otro no fuera amarga, podría tratar de curar su culpa y su alma, una de las pocas cosas buenas que he hecho durante esta existencia enmascarada -Dime, ¿Recuerdas que pasó años atrás en las zonas alejadas, cuando pereció tu amada?- al parecer las cosas no las estaba tomando con calma, ya sabía a lo que me exponía, pero poco importaba aún no se perdía nada -Quiero que enfrente de es tumba recuerdes que paso la noche en que las puertas se atrevió a llamar la muerte- debía confiar, tener fe en mi propia suerte, con exactitud no sabía cómo lo tomaría ese hombre que me miraba indiferente, no sabía si al final me creería o por un loco me tomaría, si un aliado o un enemigo conseguiría, pero sea cual sea el resultado, dentro de esta guerra será lo único bueno que haga por restaurar el pasado.
Por otro lado la noche sonaba melancólica, los insectos no cantaban su acostumbrada cantaleta armónica, todo permanecía en silencio, era una noche de otoño que parecía ante nuestros ojos el invierno pleno pero que de apoco se transformaría en un lejano mes de abril que no tardará en dejarse descubrir.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
-Pues parece que no lo sabes- respondió con su voz ronca y varonil, con un tono de sabiduría entre silabas y palabras -Solo un lunático podría actuar a tu modo y no darse cuenta de lo que está haciendo, creo que tu eres esa clase de loco- los pasos del cazador se hacían lentos quería estar un tiempo atrás de la cruz que parecía ser la sombra de San Bernabé -No es que infunda miedo, pero ese vampiro tiene nexos muy poco usuales, no es un condenado, es la misma visitación del diablo a París- suspiro mientras negaba marcadamente -Que intentes terminar con su vida solo es un suicidio para ti- las manos se frotaban en parte era por frío que empezaba a inundar ese fúnebre sitio, con desesperación Solomon quería irse, correr pero debía quedarse no tanto para intentar convencer a ese hombre necio de que desistiera, sino más bien quería saber a qué nuevas tragedias como la del teatro debía atenerse.
-¿Y qué esperabas?- le interrumpió molesto, alzando la voz, ya no pensó en donde estaba o a un lado de quién estaba, ya no escuchaba el viento, ni veía la tumba, las hojas caídas de los arboles que les rodeaba, ni la máscara que tenía al frente, su mente ahora estaba centrada en lo que su imaginación le dibujaba, en esta solo veía muerte y más muerte al menos que su colega si es que en el fondo Vasari lo consideraba así, pudiera manejar las cosas de tal manera que la balanza se inclinará a su favor -Que la gente externa, los espectadores se quedarán como eso nada más- hablaba y pensaba por él la experiencia -¿Sabes lo que sucede en el mundo actualmente además de tu guerra infantil cierto?- pedía paciencia, observaba al cielo, su mirada castaña se llenaba de pequeños puntos brillantemente blanquecinos y después al regresarlos a tierra una extraña cara se reflejaba en el cristal de su mirada completamente enfadada -Está en pleno auge lo que llaman la Revolución Industrial, burgueses se pelean contra la iglesia, el poder absoluto, el dinero, todo está en juego, se rumora habrá una revolución-comenzó a agitarse su respiración y hacerse más rápido su habla -¡No te das cuenta señor! ,es más que obvio que las cosas se iban a complicar, que iba haber intromisión de terceros, si ya todo está de cabeza un acontecimiento como este y desatara muchas verdades que le han sido ocultadas al ser humano... no dudo que todo eso del estado liberal y la enciclopedia tengan un trasfondo, si la gente sabe lo básico, al menos un poco más de lo que la iglesia permite los hombres dejaran de ser curiosos, evitando que se enteren de elites inmortales, de razas, de poderes, de cosas naturales ¡Quieren que el hombre siga siendo ignorante con solo revelarle unas cuantas verdades!- su puño golpeo la piedra completamente fría, era de esperarse que el sepulcro no resistiera semejante fuerza, el cazador contemplo con tristeza lo que pasaba -Un movimiento como el tuyo donde la gente supo que habían vampiros y otras criaturas, aunque no con certeza destruye los planes y los objetivos disfrazados de los supuestos letrados, formaran una monarquía absolutista, un nuevo oscurantismo, donde harán creer al hombre que ya lo sabe todo cuando no es cierto y que personas aunque sean por conflictos personales o no alcen la voz intentaran censurarlos, por eso ya tienes a más encima de ti, mientras el ciudadano común envía policías pues de sobra ignora lo que pasa internamente- se froto los ojos con sus puños, cuando hablaba de todo lo que en poco tiempo maquilaba no parpadeaba ni un instante, los ojos le ardían y lloraban pero solo era por esa causa, en el por ahora no podía haber sentimentalismos.
-Supongo que es válido que creas saber todo de mí, cuando yo te he dicho mis sospechas de los otros, pero solo son sospechas, como lo que tú tienes en contra mía- finalmente se separo de la cruz acercándose ahora al santo apóstol -Bueno dime... ¿De qué sospechas que hice en mi pasado?- cuestiono retante con una sonrisa burlona, preparándose para un nuevo disparate que ese loco fuera a decir, más todo esa sonrisa se fue cuando pronuncio a su familia y peor el sacrilegio cuando lo convino con el acontecimiento del que tanto se culpaba desde la noche anterior: la vampiresa -¿Como pretendes que no me ofenda? ¡Fíjate lo que estás diciendo y con quién lo estas combinando!- el ceño ya estaba fruncido y poco falto para que agrediera al enigmático caballero ahora más cerca de él -No era necesario traerme hasta aquí para recordar tolo que he perdido, ¡Porque no hay día o noche en que no recuerde lo que sucedió!- tenía deseos de abandonar el lugar, antes de que cometería una tontería pero en su inconsciente la curiosidad empezaba a manejarlo como un títere que hacía que permaneciera plantado en ese sitio frente a la máscara que enmudecía, que permanecía paciente a que terminara con su drama innecesario -¿Porque crees que ya viejo, sigo siendo cazador? ¿Ah? ¿Por gusto?- se detuvo al hablar -Solo por ellos sigo en esto, porque juré que no descansaría hasta terminar con cada bendito ejemplar de esos seres que les arrebataron la vida tan prematuramente- le vio frío y firme -No te diré nada más hasta que me digas con exactitud que reverendo lio te traes contra mí... ¿Acaso esa mujer, la inmortal del teatro es la descendencia de esos monstruos- saco de la funda su espada de plata, directo y dispuesto a asesinar a la joven -¡Dime y la mato ahora mismo!- desvió la mirada -Solo así moriré finalmente tranquilo- susurro, esperando la explicación del que yacía quieto y observando en silencio cada reacción y cada gesto.
-¿Y qué esperabas?- le interrumpió molesto, alzando la voz, ya no pensó en donde estaba o a un lado de quién estaba, ya no escuchaba el viento, ni veía la tumba, las hojas caídas de los arboles que les rodeaba, ni la máscara que tenía al frente, su mente ahora estaba centrada en lo que su imaginación le dibujaba, en esta solo veía muerte y más muerte al menos que su colega si es que en el fondo Vasari lo consideraba así, pudiera manejar las cosas de tal manera que la balanza se inclinará a su favor -Que la gente externa, los espectadores se quedarán como eso nada más- hablaba y pensaba por él la experiencia -¿Sabes lo que sucede en el mundo actualmente además de tu guerra infantil cierto?- pedía paciencia, observaba al cielo, su mirada castaña se llenaba de pequeños puntos brillantemente blanquecinos y después al regresarlos a tierra una extraña cara se reflejaba en el cristal de su mirada completamente enfadada -Está en pleno auge lo que llaman la Revolución Industrial, burgueses se pelean contra la iglesia, el poder absoluto, el dinero, todo está en juego, se rumora habrá una revolución-comenzó a agitarse su respiración y hacerse más rápido su habla -¡No te das cuenta señor! ,es más que obvio que las cosas se iban a complicar, que iba haber intromisión de terceros, si ya todo está de cabeza un acontecimiento como este y desatara muchas verdades que le han sido ocultadas al ser humano... no dudo que todo eso del estado liberal y la enciclopedia tengan un trasfondo, si la gente sabe lo básico, al menos un poco más de lo que la iglesia permite los hombres dejaran de ser curiosos, evitando que se enteren de elites inmortales, de razas, de poderes, de cosas naturales ¡Quieren que el hombre siga siendo ignorante con solo revelarle unas cuantas verdades!- su puño golpeo la piedra completamente fría, era de esperarse que el sepulcro no resistiera semejante fuerza, el cazador contemplo con tristeza lo que pasaba -Un movimiento como el tuyo donde la gente supo que habían vampiros y otras criaturas, aunque no con certeza destruye los planes y los objetivos disfrazados de los supuestos letrados, formaran una monarquía absolutista, un nuevo oscurantismo, donde harán creer al hombre que ya lo sabe todo cuando no es cierto y que personas aunque sean por conflictos personales o no alcen la voz intentaran censurarlos, por eso ya tienes a más encima de ti, mientras el ciudadano común envía policías pues de sobra ignora lo que pasa internamente- se froto los ojos con sus puños, cuando hablaba de todo lo que en poco tiempo maquilaba no parpadeaba ni un instante, los ojos le ardían y lloraban pero solo era por esa causa, en el por ahora no podía haber sentimentalismos.
-Supongo que es válido que creas saber todo de mí, cuando yo te he dicho mis sospechas de los otros, pero solo son sospechas, como lo que tú tienes en contra mía- finalmente se separo de la cruz acercándose ahora al santo apóstol -Bueno dime... ¿De qué sospechas que hice en mi pasado?- cuestiono retante con una sonrisa burlona, preparándose para un nuevo disparate que ese loco fuera a decir, más todo esa sonrisa se fue cuando pronuncio a su familia y peor el sacrilegio cuando lo convino con el acontecimiento del que tanto se culpaba desde la noche anterior: la vampiresa -¿Como pretendes que no me ofenda? ¡Fíjate lo que estás diciendo y con quién lo estas combinando!- el ceño ya estaba fruncido y poco falto para que agrediera al enigmático caballero ahora más cerca de él -No era necesario traerme hasta aquí para recordar tolo que he perdido, ¡Porque no hay día o noche en que no recuerde lo que sucedió!- tenía deseos de abandonar el lugar, antes de que cometería una tontería pero en su inconsciente la curiosidad empezaba a manejarlo como un títere que hacía que permaneciera plantado en ese sitio frente a la máscara que enmudecía, que permanecía paciente a que terminara con su drama innecesario -¿Porque crees que ya viejo, sigo siendo cazador? ¿Ah? ¿Por gusto?- se detuvo al hablar -Solo por ellos sigo en esto, porque juré que no descansaría hasta terminar con cada bendito ejemplar de esos seres que les arrebataron la vida tan prematuramente- le vio frío y firme -No te diré nada más hasta que me digas con exactitud que reverendo lio te traes contra mí... ¿Acaso esa mujer, la inmortal del teatro es la descendencia de esos monstruos- saco de la funda su espada de plata, directo y dispuesto a asesinar a la joven -¡Dime y la mato ahora mismo!- desvió la mirada -Solo así moriré finalmente tranquilo- susurro, esperando la explicación del que yacía quieto y observando en silencio cada reacción y cada gesto.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
-¿Y quién no es un loco en esta época?- dije dándole algún tipo de respuesta que tranquilizara a la aparente fiera -Los locos, somos gente como cualquiera pero que hace lo que nadie más por temor a las pautas rigurosas de la época- reí al escucharle decir, que por retar a ese engendro del mal puedo morir -Vasari- su inspirado acento interrumpí -Hace muchos años que en vida perecí- dije mientras un profundo suspiro de mi dejaba salir -Ese hombre lo único que me puede hacer es herir, puede enterrar un daga falsa y darle muerte a lo que más aqueje a mi alma... y para tu información lo ha hecho ya, al matar a quién más amaba y odiaba a l vez con un arma ensangrentada- me refería a Orias quien había aparecido de la nada y en aras de advertirme algo que está pasando a mis espaldas, perdió su vida en la cruzada -Yo ya no tengo más que perder- con voz firme y modesta le aclare -Ojala supera todo lo de mi ayer, pero para que mortificarle más de lo que le haré-, dentro de mi pensé y entonces callé.
-¡Si, eso lo sé!- exclame, sin poder evitar responderle de una buena vez -El mundo es al revés, de cabeza y todo gracias al poder absoluto de la iglesia, ¿acaso no recuerdas todo lo que te acabo de decir sobre la época?- trate de tranquilizarme mientras en mi mente maquilaba una respuesta, que pudiera decir de manera amena -Estamos en la edad en el que el hombre habita oscuridad, un sociedad corrompida por la ambición y la maldad y es por eso que he contemplado dentro de mi lucha, el despertar de toda una comunidad y o me refiero a que únicamente conozcan la verdad sobre los seres que poseen inmortalidad o que estén dentro de un circulo sobrenatural- agitado comencé a respirar, ni unos segundo me había tomado para dejar de hablar -Estoy loco quizás, pero acabo de darme cuenta que hay muchas cadenas que el hombre le atan a una ficticia tierra, podría ser que después de mi lucha, es revolución empezará, que esa guerra se iniciará- se quedo callado y por más que intento su argumento arreglarlo de tal forma que fuera válido, de nada sirvió porque le estaba ignorando, por ahora este no sería el motivo para estar peleando, muy al contrario esto apenas en mi plan se está formando, el que ya investiga es Teobaldo, pronto me traerá información de los llamados "Templarios" y como es que puedo del camino sacarlos.
Bien, el cazador se veía agitado, me miraba completamente contrariado y enojado a la vez, era de esperarse, el pasado es lo más sagrado, algo que nunca debe ser profanado, pero en esta ocasión tenía algo de peso lo que con esta conversación estaba ocultando, el necesitaba saber que toda su vida ha vivido engañado desgraciadamente para este caballero que ahora desenvaina el arma de la funda de cuero, nada de lo que le mantiene en este empleo ha sido cierto -Guarda la espada, que contra ella no es el enredo- le rogué precavido y discreto -Sí quieres matar a alguien, creo que con tu esposa si viviera deberías empezar primero- suspire mientras miraba por un momento las hojas del suelo -No quiero que ese ofenda más caballero y tampoco deseo ser el que tenga que sacar el arma para que se tranquilice primero... no es mi afán ofender a su esposa y su sagrado recuerdo, pero ella precavida debido a lo que cada noche estaba haciendo, decidió defender a sus tesoros del vampiro que años atrás le estaba siguiendo- contrariado pareció bajar la guardia y poner atención a lo que estaba diciendo... -Solomon, ese bebé que fue a enterrar, un día después de que así familia le fueron a asesinar, no era su primogénito, no era su hijo verdadero, en cambio esa mujer, la inmortal como usted le dice llamar, cuyo verdadero nombre es Montserrat, esa vampiresa porta... tu sangre en sus venas- el metal cayó al piso en medio de las hojas muertas -Es cierto lo que te digo, una noche antes del terrible "suicidio", en la taberna hubo una reunión de malditos, donde muchos secretos salieron a la luz, entre ellos, este que te libera de tu pesada cruz- le mire, intentándome acercar con lentitud, impresionado el cazador había quedado y poco a poco se refugiaba o más bien dicho se aferraba a la figura del santo Apóstol que hacia el cielo en forma de suplica miraba, Solomon con la cabeza negada marcadamente y tan pronto como llego para sostenerle el me aparto de su lado de repente, exclamaba, lloraba y gritaba maldiciones por doquier, yo solo guarde silencio, ya estaba previsto que esta reacción iba a tener.
-¡Si, eso lo sé!- exclame, sin poder evitar responderle de una buena vez -El mundo es al revés, de cabeza y todo gracias al poder absoluto de la iglesia, ¿acaso no recuerdas todo lo que te acabo de decir sobre la época?- trate de tranquilizarme mientras en mi mente maquilaba una respuesta, que pudiera decir de manera amena -Estamos en la edad en el que el hombre habita oscuridad, un sociedad corrompida por la ambición y la maldad y es por eso que he contemplado dentro de mi lucha, el despertar de toda una comunidad y o me refiero a que únicamente conozcan la verdad sobre los seres que poseen inmortalidad o que estén dentro de un circulo sobrenatural- agitado comencé a respirar, ni unos segundo me había tomado para dejar de hablar -Estoy loco quizás, pero acabo de darme cuenta que hay muchas cadenas que el hombre le atan a una ficticia tierra, podría ser que después de mi lucha, es revolución empezará, que esa guerra se iniciará- se quedo callado y por más que intento su argumento arreglarlo de tal forma que fuera válido, de nada sirvió porque le estaba ignorando, por ahora este no sería el motivo para estar peleando, muy al contrario esto apenas en mi plan se está formando, el que ya investiga es Teobaldo, pronto me traerá información de los llamados "Templarios" y como es que puedo del camino sacarlos.
Bien, el cazador se veía agitado, me miraba completamente contrariado y enojado a la vez, era de esperarse, el pasado es lo más sagrado, algo que nunca debe ser profanado, pero en esta ocasión tenía algo de peso lo que con esta conversación estaba ocultando, el necesitaba saber que toda su vida ha vivido engañado desgraciadamente para este caballero que ahora desenvaina el arma de la funda de cuero, nada de lo que le mantiene en este empleo ha sido cierto -Guarda la espada, que contra ella no es el enredo- le rogué precavido y discreto -Sí quieres matar a alguien, creo que con tu esposa si viviera deberías empezar primero- suspire mientras miraba por un momento las hojas del suelo -No quiero que ese ofenda más caballero y tampoco deseo ser el que tenga que sacar el arma para que se tranquilice primero... no es mi afán ofender a su esposa y su sagrado recuerdo, pero ella precavida debido a lo que cada noche estaba haciendo, decidió defender a sus tesoros del vampiro que años atrás le estaba siguiendo- contrariado pareció bajar la guardia y poner atención a lo que estaba diciendo... -Solomon, ese bebé que fue a enterrar, un día después de que así familia le fueron a asesinar, no era su primogénito, no era su hijo verdadero, en cambio esa mujer, la inmortal como usted le dice llamar, cuyo verdadero nombre es Montserrat, esa vampiresa porta... tu sangre en sus venas- el metal cayó al piso en medio de las hojas muertas -Es cierto lo que te digo, una noche antes del terrible "suicidio", en la taberna hubo una reunión de malditos, donde muchos secretos salieron a la luz, entre ellos, este que te libera de tu pesada cruz- le mire, intentándome acercar con lentitud, impresionado el cazador había quedado y poco a poco se refugiaba o más bien dicho se aferraba a la figura del santo Apóstol que hacia el cielo en forma de suplica miraba, Solomon con la cabeza negada marcadamente y tan pronto como llego para sostenerle el me aparto de su lado de repente, exclamaba, lloraba y gritaba maldiciones por doquier, yo solo guarde silencio, ya estaba previsto que esta reacción iba a tener.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
Toda palabra quedo en el nudo que tenía en la garganta, producto de sus palabras -¿Muerto en vida?- pensó -Eso es algo que no había contemplado- a veces el viejo cazador se comportaba más como un joven maleducado que como el hombre maduro que debe ser, no tiene la costumbre ponerse en los zapatos del otro y meditar si se encuentra bien.
Quedo contemplando la máscara, pensando en que efectivamente esta era el ataúd donde se hallaban los restos del que alguna vez fue humano o por lo menos tuvo un rostro de ese tipo.
Retante y viendo altivamente a su entonces contrincante le observaba, calculaba sus movimientos y la guardia permanecía todo el tiempo, la pregunta logro acelerar su pulso, ese que de vez en cuando le provocaba un gran dolor en el pecho, fue una sorpresa haberse enterado que "V" tambien había resultado con una pérdida irreparable la noche anterior-¿A quién demonios amaría tanto como para considerar que después de él o ella ya no tiene nada que perder?- se pregunto, pero ese hombre era un misterio, su colega cambio de tema drásticamente sin poder su opinión sobre el asunto de su lucha y su intervención en los movimientos sociales que parecían venir como si este encuentro entre cazador y vampiro solo fuera el presagio de lo que se avecinaba, para él toda idea venida del cazador era una completa locura, por no decir una reverenda estupidez a sus ojos.
Las cosas comenzaron a ponerse turbias para el cazador, al grado de que la espada salió de su funda, siendo tomada y presentada al rival con demasiada fuerza que incluso el pulso se volvía demasiado tembloroso y el ceño quedaba marcadamente fruncido, un ataque de cólera parecía ir envolviendo a Solomon, cegándolo sobre su moral y sus buenas costumbres -¡Deja de decir tonterías!- dijo entre las pausas que emitían su respiración agitada -¡Puedo tolerar todo inmundo hombrecito pero llegar a difamar a mi esposa nunca! ¡Lo oyes, nunca!- la mirada profunda y pesada se posaba en cada característica grande o pequeña del cazador, los puños tenían unas inmensas ganas de profanar su distancia y tener de ese modo encuentros rápidos con las telas que cubrían el cuerpo de la máscara.
Sus pasos guiados por la ira se detuvieron bruscamente y la espada cayo entre las hojas secas gracias que sus manos buscaban con desesperación de donde aferrarse, miles de recuerdos le vinieron en ese justo momento, no había ninguna inconsistencia en ellos, ciertamente la joven, quién la vio una noche antes tenía semejanza con su difunta esposa cuando esta era joven, pero se rehusaba a creer que una vampiresa fuera en realidad su hija ¿Como era posible aquello? -¿Que pretendes?, matarme de una vez... ¡Que esperas entonces hazlo!, ¡Si eres tan valiente mátame con tus propias manos pero no vengas a decirme que lo que más odio en este enfermizo mundo es mi hija!- negaba a creer lo que estaba escuchando aún en su cabeza, era más que una tortura para el viejo Solomon Vasari -Yo... yo estuve la noche en que nació mi hijo, porque él era un varón....- decía con melancolía mientras en su mente las escenas de aquel momento en que padre e hijo se habían visto por primera vez eran demasiado rápidas que ni siquiera podía disfrutarlas como si fuera ese preciso instante -Me estas mintiendo- dijo en un susurro mientras sus manos se aferraban a la lápida del sagrado apóstol, como si este fuera de carne y hueso, como si él pudiera calmar o ser el bálsamo bendito del alma que se estaba quebrando como un vidrio de algún ventanal gracias al golpe intencionado de otro -¡Me estas mintiendo!- vuelve a exclamar y sus ojos azules se quedan fijamente en la máscara esperando una respuesta que jamás llegara y en su lugar recibirá una verdad que podría destruir todo cuanto ha sido el resto de su vida por una criatura que jamás fue suya... ¿Que sucedió entonces?, primera interrogante, ¿Solomon podrá resistir tal tormento?, y ¿Que más es lo que sabe y le dirá el cazador enmascarado?, de todas esta última es la más importante de todas las interrogantes.
Quedo contemplando la máscara, pensando en que efectivamente esta era el ataúd donde se hallaban los restos del que alguna vez fue humano o por lo menos tuvo un rostro de ese tipo.
Retante y viendo altivamente a su entonces contrincante le observaba, calculaba sus movimientos y la guardia permanecía todo el tiempo, la pregunta logro acelerar su pulso, ese que de vez en cuando le provocaba un gran dolor en el pecho, fue una sorpresa haberse enterado que "V" tambien había resultado con una pérdida irreparable la noche anterior-¿A quién demonios amaría tanto como para considerar que después de él o ella ya no tiene nada que perder?- se pregunto, pero ese hombre era un misterio, su colega cambio de tema drásticamente sin poder su opinión sobre el asunto de su lucha y su intervención en los movimientos sociales que parecían venir como si este encuentro entre cazador y vampiro solo fuera el presagio de lo que se avecinaba, para él toda idea venida del cazador era una completa locura, por no decir una reverenda estupidez a sus ojos.
Las cosas comenzaron a ponerse turbias para el cazador, al grado de que la espada salió de su funda, siendo tomada y presentada al rival con demasiada fuerza que incluso el pulso se volvía demasiado tembloroso y el ceño quedaba marcadamente fruncido, un ataque de cólera parecía ir envolviendo a Solomon, cegándolo sobre su moral y sus buenas costumbres -¡Deja de decir tonterías!- dijo entre las pausas que emitían su respiración agitada -¡Puedo tolerar todo inmundo hombrecito pero llegar a difamar a mi esposa nunca! ¡Lo oyes, nunca!- la mirada profunda y pesada se posaba en cada característica grande o pequeña del cazador, los puños tenían unas inmensas ganas de profanar su distancia y tener de ese modo encuentros rápidos con las telas que cubrían el cuerpo de la máscara.
Sus pasos guiados por la ira se detuvieron bruscamente y la espada cayo entre las hojas secas gracias que sus manos buscaban con desesperación de donde aferrarse, miles de recuerdos le vinieron en ese justo momento, no había ninguna inconsistencia en ellos, ciertamente la joven, quién la vio una noche antes tenía semejanza con su difunta esposa cuando esta era joven, pero se rehusaba a creer que una vampiresa fuera en realidad su hija ¿Como era posible aquello? -¿Que pretendes?, matarme de una vez... ¡Que esperas entonces hazlo!, ¡Si eres tan valiente mátame con tus propias manos pero no vengas a decirme que lo que más odio en este enfermizo mundo es mi hija!- negaba a creer lo que estaba escuchando aún en su cabeza, era más que una tortura para el viejo Solomon Vasari -Yo... yo estuve la noche en que nació mi hijo, porque él era un varón....- decía con melancolía mientras en su mente las escenas de aquel momento en que padre e hijo se habían visto por primera vez eran demasiado rápidas que ni siquiera podía disfrutarlas como si fuera ese preciso instante -Me estas mintiendo- dijo en un susurro mientras sus manos se aferraban a la lápida del sagrado apóstol, como si este fuera de carne y hueso, como si él pudiera calmar o ser el bálsamo bendito del alma que se estaba quebrando como un vidrio de algún ventanal gracias al golpe intencionado de otro -¡Me estas mintiendo!- vuelve a exclamar y sus ojos azules se quedan fijamente en la máscara esperando una respuesta que jamás llegara y en su lugar recibirá una verdad que podría destruir todo cuanto ha sido el resto de su vida por una criatura que jamás fue suya... ¿Que sucedió entonces?, primera interrogante, ¿Solomon podrá resistir tal tormento?, y ¿Que más es lo que sabe y le dirá el cazador enmascarado?, de todas esta última es la más importante de todas las interrogantes.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
-¡Silencio!- de un grito calle al viejo -¿Porque he de mentirte, porque supones que es mi intención herirte?- cuestione al hombre que parecía morirse - Sabes debería reírme- camine hasta el apóstol que se mantenía en pie, como intentando al hombre sostener -Este movimiento ha avanzado demasiado hasta el momento, como para tomarme falsos riesgos, asi es que debes calmarte puesto que aun no te contado la peor parte- levante su arma y la puse a parte, asi podía prevenir el hecho de que pudiera matarme, era de cuidado y sorpresa lo que iba a contarle -Reitero que no deseo lastimarte o la razón y la creencia que has tenido toda tu vida arrebatarte-debajo de la mascara podía contemplar del cazador su semblante, seguí en la misma postura de actuar retante - Con esa mirada no lograras intimidarme, mucho menos callarme y aunque te niegues tendrán que escucharme- De él ya no me quise alejarme, muy por el contrario aun con precauciones quise acercarme, mi rostro se movía pero no de forma intimidante.
Me tome unos minutos, debía pensar como comenzar a hablar, como decirle esta verdad sin llegar a lastimar, primero quizás debía empezar por lo que en la taberna se comenzaba a tratar, pero sería adecuado asi empezar -Antes de comenzar todo este lio, en la taberna hubo una reunión de seres malditos, allí yo tenía oídos, claro que terminaron por traicionarme los malditos y seguramente están pagando muy caro todos sus delitos... Pero... No es aquello de lo que me interesa hablarte Solomon Vasari- Después de un suspiro fugaz, tuve la idea perfecta para comenzarle a explicar -Tu esposa, Anne actuó por maternidad, actuó por qué sabia los resultados de la terrible tempestad que a ti te comenzaba a maldecir y acosar, recuerda anos atrás, cuando eras un cazador que no mataba por matar, como hoy lo haces para intentar tu dolor disipar, en ese entonces te metiste con una equivocada maldad- me empezaba a cuestionar porque me dejabas tanto contar esa verdad, no obtuve respuestas, a esa situación una explicación no pude dar -Anne en un afán de que el fruto de su amor no pudieran peligrar, le dio a dos sirvientas de tu hogar tu descendencia a cuidar, ellas se fueron y en cambio le dieron un pequeño enfermo, condenado ya en pocos días reposar en el descanso eterno- Después de esto nos invadió el silencio, el cazador se iba desvaneciendo y quedaba muy poco para llegar al suelo.
Observe al estrellado cielo, era preferible verlo a contemplar en sus ojos el dolor que de su corazón se estaba desprendiendo -Una de las niñas se fue a Inglaterra y vivió allí con una madre emocionalmente enferma que le obligo a aceptar los maleficios de la vida eterna, con tal de no seguir sufriendo por una vida vacía y con problemas y la otra termino en un orfanato y tiempo después por unas personas acaudaladas fue adoptada, una familia de cazadores que termino por su familia asesinarla y ella repite tus pasos sin siquiera saber que su padre lo vivió una vez-. Asentí con la cabeza al notar en Solomon su sorpresa -Si fueron dos hermosas princesas- guarde silencio, mientras estaba intentado descifrar que tanto ocurría por su pensar -Princesas que no lograron salir del bosque encantada y que por el contrario se convirtió en monstruos perfectos, alejadas de los finales felices que se describen los cuentos y que son parte de un mundo sueños que ellas jamás conocieron-suspire intentando hallar palabras que le brindaran consuelo, al hombre que ya estaba perfectamente hincado en el suelo, en medio de las hojas secas, que con sus lagrimas heladas parecían llenarse de escarcha o ser privilegiadas por el roció de la mañana -Yo sé mejor que nadie que la vida pocas veces es justa, esta apariencia es la muestra de ello, a veces obtenemos castigos equivocados o asi lo parecen hasta que descubrimos para estamos en realidad destinados- quede de pie, frente de el -A mi ya no me queda mucho tiempo y necesito aliados, los segundos se están escabullendo entre mis manos- sus ojos me observaron, cristalinamente tenían la evidencia de que habían llorado, mas de una pregunta se estaban externando y la tristeza y el desconcierto asi afuera se estaba reflejando.
Me tome unos minutos, debía pensar como comenzar a hablar, como decirle esta verdad sin llegar a lastimar, primero quizás debía empezar por lo que en la taberna se comenzaba a tratar, pero sería adecuado asi empezar -Antes de comenzar todo este lio, en la taberna hubo una reunión de seres malditos, allí yo tenía oídos, claro que terminaron por traicionarme los malditos y seguramente están pagando muy caro todos sus delitos... Pero... No es aquello de lo que me interesa hablarte Solomon Vasari- Después de un suspiro fugaz, tuve la idea perfecta para comenzarle a explicar -Tu esposa, Anne actuó por maternidad, actuó por qué sabia los resultados de la terrible tempestad que a ti te comenzaba a maldecir y acosar, recuerda anos atrás, cuando eras un cazador que no mataba por matar, como hoy lo haces para intentar tu dolor disipar, en ese entonces te metiste con una equivocada maldad- me empezaba a cuestionar porque me dejabas tanto contar esa verdad, no obtuve respuestas, a esa situación una explicación no pude dar -Anne en un afán de que el fruto de su amor no pudieran peligrar, le dio a dos sirvientas de tu hogar tu descendencia a cuidar, ellas se fueron y en cambio le dieron un pequeño enfermo, condenado ya en pocos días reposar en el descanso eterno- Después de esto nos invadió el silencio, el cazador se iba desvaneciendo y quedaba muy poco para llegar al suelo.
Observe al estrellado cielo, era preferible verlo a contemplar en sus ojos el dolor que de su corazón se estaba desprendiendo -Una de las niñas se fue a Inglaterra y vivió allí con una madre emocionalmente enferma que le obligo a aceptar los maleficios de la vida eterna, con tal de no seguir sufriendo por una vida vacía y con problemas y la otra termino en un orfanato y tiempo después por unas personas acaudaladas fue adoptada, una familia de cazadores que termino por su familia asesinarla y ella repite tus pasos sin siquiera saber que su padre lo vivió una vez-. Asentí con la cabeza al notar en Solomon su sorpresa -Si fueron dos hermosas princesas- guarde silencio, mientras estaba intentado descifrar que tanto ocurría por su pensar -Princesas que no lograron salir del bosque encantada y que por el contrario se convirtió en monstruos perfectos, alejadas de los finales felices que se describen los cuentos y que son parte de un mundo sueños que ellas jamás conocieron-suspire intentando hallar palabras que le brindaran consuelo, al hombre que ya estaba perfectamente hincado en el suelo, en medio de las hojas secas, que con sus lagrimas heladas parecían llenarse de escarcha o ser privilegiadas por el roció de la mañana -Yo sé mejor que nadie que la vida pocas veces es justa, esta apariencia es la muestra de ello, a veces obtenemos castigos equivocados o asi lo parecen hasta que descubrimos para estamos en realidad destinados- quede de pie, frente de el -A mi ya no me queda mucho tiempo y necesito aliados, los segundos se están escabullendo entre mis manos- sus ojos me observaron, cristalinamente tenían la evidencia de que habían llorado, mas de una pregunta se estaban externando y la tristeza y el desconcierto asi afuera se estaba reflejando.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
No era necesaria un arma, al viejo cazador lo estaban matando a base de declaraciones y palabras, ese mundo porque lucho por años, la causa de su vida se le escapaba de las manos, como los granos de arena... como las lágrimas que comenzaban a escaparse de sus ojos y juguetonas resbalaban por sus mejillas donde el paso del tiempo había dejado su huella sin ninguna piedad.
-¡Basta!- exclamó con aquella voz quebrantada que nunca le caracterizo, su alma se tornaba en una cruel debilidad que le llevaba al piso poco a poco, buscando desesperadamente sostenerse de aquel apóstol esculpido en la roca, de pronto las palabras quedaron atrapadas entre la boca y su garganta, el nudo que estaba allí impedía su salida, aumentaba la sensación de la falta de aire… ¿Su voz donde se había ido?, sería quizás ¿que quisiese ir a los cielos para preguntarle a Dios o a su amada que todo aquello escuchado con el dolor que solo un corazón herido, que el amor de esposo y padre podían provocar era cierto?
-Anne- le llamaba en el pensamiento -¿De verdad fui tan ciego para no darme cuenta hasta el punto en que orille a mi familia, a mi propia esposa a desprenderse de su hija?- pregunto en sus adentros y aún allí no podía escucharse, las voces del pasado, los sonidos, los aromas, los malos y bueno momentos le ensordecían, apenas podía escucharse, apenas podía concentrarse, ni siquiera en el cielo estrellado al que de vez en cuando veía con tanto esmero de que alguien bajase le devolvía la paz que necesitaba para centrarse en las palabras y en justo momento en el que ese cazador sin el rastro mínimo de compasión, hablando sin detenerse le destruía todo lo que alguna vez fue su vida, ahora ese motivo, esa especie que repudiaba más que al propio ser humano y la naturaleza de sus atrocidades, era su propia hija, una criatura que creyó muerta hace más de diecisiete años.
-¿Porque haces esto?- preguntó debilitado, finalmente las palabras de una forma extraña y desconocida para su propio amo había roto las barreras que les obstruían -¿Cómo te atreves a decirme todo esto?...¿Cómo sin el menor remordimiento destrozas lo que ha sido toda mi vida, como eres capaz de decir sin el mínimo descaro que he creído en una farsa?- sus ojos que parecían de cristal en aquel momento producto de las lágrimas se posaron en la máscara que permanecía fija, que no decía más, que se limitaba en observar quizás si es que detrás de esta había un rostro y una mirada que se cruzará con la suya -¿Qué hice para merecer todo esto?.... La raza que he odiado por años, los vampiros que he maldecido hasta el cansancio y de los cuales muchos han muerto en mis manos, son… son…- la mirada no pudo resistir su firmeza y acompañada del resto del cuerpo y las palabras cayeron al piso –Mi hija- susurró –Mi hija es uno de ellos, ella no estaba muerta… podía haberla rescatado entonces… pero ahora… ella esta… esta… muerta en vida- pensaba y se decía en voz alta para sí –Eso explicaría de aquella joven todo el parecido con Anne- se llevo las manos al rostro, intentaba ocultar las lágrimas que seguían cayendo sin pudor ni vergüenza , misma que se fue al escuchar que había otra niña más -¿Otra más?- pregunto pero su voz fue ignorada y opacada por la voz del cazador, nada le importo, ahora no quería saber de aliados, ni del poco tiempo que sigue corriendo.
Vasari tomo fuerza inesperadamente, como si estuviese en la década de sus veinte años – ¿Es cazador igual que yo?... dime ¿alguna vez la he visto… la conozco?- corrió hasta donde la máscara y su silueta se limitaron a hablar todo el tiempo, por instinto tomo al hombre de los hombros que le superaba en estatura, su vestimenta seguía tan oscura como la primera vez que le conoció, era esbelto pero de espalda ancha, misma que la capa le cubría y su presencia, esa esencia que desprendía aquel desconocido le intimidaba, obligándolo a separarse sin que el otro pusiera de su parte para que esto sucediera -¿Sabes al menos su nombre?- preguntó un poco más calmado, pero aún las lágrimas seguían escapando, fertilizando la tierra de aquel santo lugar.
-¡Basta!- exclamó con aquella voz quebrantada que nunca le caracterizo, su alma se tornaba en una cruel debilidad que le llevaba al piso poco a poco, buscando desesperadamente sostenerse de aquel apóstol esculpido en la roca, de pronto las palabras quedaron atrapadas entre la boca y su garganta, el nudo que estaba allí impedía su salida, aumentaba la sensación de la falta de aire… ¿Su voz donde se había ido?, sería quizás ¿que quisiese ir a los cielos para preguntarle a Dios o a su amada que todo aquello escuchado con el dolor que solo un corazón herido, que el amor de esposo y padre podían provocar era cierto?
-Anne- le llamaba en el pensamiento -¿De verdad fui tan ciego para no darme cuenta hasta el punto en que orille a mi familia, a mi propia esposa a desprenderse de su hija?- pregunto en sus adentros y aún allí no podía escucharse, las voces del pasado, los sonidos, los aromas, los malos y bueno momentos le ensordecían, apenas podía escucharse, apenas podía concentrarse, ni siquiera en el cielo estrellado al que de vez en cuando veía con tanto esmero de que alguien bajase le devolvía la paz que necesitaba para centrarse en las palabras y en justo momento en el que ese cazador sin el rastro mínimo de compasión, hablando sin detenerse le destruía todo lo que alguna vez fue su vida, ahora ese motivo, esa especie que repudiaba más que al propio ser humano y la naturaleza de sus atrocidades, era su propia hija, una criatura que creyó muerta hace más de diecisiete años.
-¿Porque haces esto?- preguntó debilitado, finalmente las palabras de una forma extraña y desconocida para su propio amo había roto las barreras que les obstruían -¿Cómo te atreves a decirme todo esto?...¿Cómo sin el menor remordimiento destrozas lo que ha sido toda mi vida, como eres capaz de decir sin el mínimo descaro que he creído en una farsa?- sus ojos que parecían de cristal en aquel momento producto de las lágrimas se posaron en la máscara que permanecía fija, que no decía más, que se limitaba en observar quizás si es que detrás de esta había un rostro y una mirada que se cruzará con la suya -¿Qué hice para merecer todo esto?.... La raza que he odiado por años, los vampiros que he maldecido hasta el cansancio y de los cuales muchos han muerto en mis manos, son… son…- la mirada no pudo resistir su firmeza y acompañada del resto del cuerpo y las palabras cayeron al piso –Mi hija- susurró –Mi hija es uno de ellos, ella no estaba muerta… podía haberla rescatado entonces… pero ahora… ella esta… esta… muerta en vida- pensaba y se decía en voz alta para sí –Eso explicaría de aquella joven todo el parecido con Anne- se llevo las manos al rostro, intentaba ocultar las lágrimas que seguían cayendo sin pudor ni vergüenza , misma que se fue al escuchar que había otra niña más -¿Otra más?- pregunto pero su voz fue ignorada y opacada por la voz del cazador, nada le importo, ahora no quería saber de aliados, ni del poco tiempo que sigue corriendo.
Vasari tomo fuerza inesperadamente, como si estuviese en la década de sus veinte años – ¿Es cazador igual que yo?... dime ¿alguna vez la he visto… la conozco?- corrió hasta donde la máscara y su silueta se limitaron a hablar todo el tiempo, por instinto tomo al hombre de los hombros que le superaba en estatura, su vestimenta seguía tan oscura como la primera vez que le conoció, era esbelto pero de espalda ancha, misma que la capa le cubría y su presencia, esa esencia que desprendía aquel desconocido le intimidaba, obligándolo a separarse sin que el otro pusiera de su parte para que esto sucediera -¿Sabes al menos su nombre?- preguntó un poco más calmado, pero aún las lágrimas seguían escapando, fertilizando la tierra de aquel santo lugar.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
No podía hacer nada para calmar su sufrimiento, ante aquello yo no podía hacer nada al respecto –No sabes cuánto lo siento- repare con apenado acento –Pero es lo justo porque ellas, tus hijas son las únicas afectadas en todo esto, Montserrat era amenazada por el maldito fantasma, ahora mismo ella esta resguardada en mi casa… mientras que…- entonces detuve mis palabras y por primera vez me debatí en decir la verdad o inventar una farsa, estaba seguro que de confesar todo lo que sabía terminaría por romperle el alma, asi que todo lo puse en una balanza, los pros y los contras estaban tambaleando, tenía dos opciones que me terminará matando o que siguiera bajo esa tumba recargando y llorando.
Después de un tiempo en silencio, tome la decisión de contar todo lo que con su hija estaba ocurriendo –Solo una cosa te advierto- finalmente palabras salieron al viento – Puede que lo que cuente termine por desgarrarte el pecho, pero creo que un cuando te diga esto, seguramente te negaras y me dirás que estoy mintiendo… pero eso solo depende ti- comencé a caminar y en ese pausado andar ,salí de la oscuridad, me detuve en un punto donde la luz me pudiera iluminar y el aunque sea la máscara pudiese contemplar – Ella es una joven que cayó en manos italianas, sus padres eran parte de un grupo de cazadores, eran considerados los mejores… llenaron de felicidad los primeros años de la joven, la que se les fue vendida por sus primeros tutores, con ese dinero se fueron a Londres y jamás de ellos se volvió a saber hasta que se hallaban entre gitanos ladrones-conté la historia en seguida –Ella solo era una niña, no sabía de qué manera sus padres se ganaban la vida pero tenía claro que cuando él hablaba todo el mundo le obedecía, sin embargo había un hombre en especifico llamado Steven Mandrágora, el un desconocido, muy poco parecido pero al único que al que su padre confiaba y trataba más que a un conocido, él le creía su amigo… pero tanto para la pequeña como para los demás mirarle a los ojos era como mirar un pozo vacío- el silencio regreso por segundos, Vasari se levanto con movimientos presurosos, prestando callada atención con sus ojos que estaban algo vidriosos –Una noche- proseguí con el relato – el muy infeliz decidió que ya no quería que alguien más le estuviese mandando, llevo a otros hombres, ellos eran condenados, allí en su residencia poco antes de que los hombres hicieran acto de presencia, su padre la quiso proteger escondiéndola en un armario… pero no nada dio resultado y desde allí contemplo como los vampiros con su familia habían terminado... colmillos ensangrentados, entendió que sus padres habían sido asesinados, tiempo después cuando la joven creció y las estrategias de otros cazadores aprendió, busco a Mandrágora y los vampiros que aún convertían sus sueños en pesadillas aterradoras, a cada uno los mato y de ello muchos rastros a su paso dejo, fue condenada a morir en la horca pero un párroco la salvo… no pude encontrar su nombre pero si se que ahora ella asesina en representación de ese hombre y que bajo ese secreto la mantiene encadenada, obligada hacer lo que le vayan diciendo, el anciano vio en ella un potencial incierto, una habilidad para matar imposible de igualar, aunque ella gusta de hombres matar- finalmente termine de la historia contar, me atreví a suspirar –No creo que la hayas visto, de hecho entre los cazadores son pocos quienes la pueden recordar, pero… Thala Bertinelli se hace llamar, la joven se parece mucho a su hermana Montserrat- Vasari no pudo hablar –Tomate tu tiempo, necesitas reflexionar- concluí y allí entre la oscuridad y el silencio me volví a escabullir.
Después de un tiempo en silencio, tome la decisión de contar todo lo que con su hija estaba ocurriendo –Solo una cosa te advierto- finalmente palabras salieron al viento – Puede que lo que cuente termine por desgarrarte el pecho, pero creo que un cuando te diga esto, seguramente te negaras y me dirás que estoy mintiendo… pero eso solo depende ti- comencé a caminar y en ese pausado andar ,salí de la oscuridad, me detuve en un punto donde la luz me pudiera iluminar y el aunque sea la máscara pudiese contemplar – Ella es una joven que cayó en manos italianas, sus padres eran parte de un grupo de cazadores, eran considerados los mejores… llenaron de felicidad los primeros años de la joven, la que se les fue vendida por sus primeros tutores, con ese dinero se fueron a Londres y jamás de ellos se volvió a saber hasta que se hallaban entre gitanos ladrones-conté la historia en seguida –Ella solo era una niña, no sabía de qué manera sus padres se ganaban la vida pero tenía claro que cuando él hablaba todo el mundo le obedecía, sin embargo había un hombre en especifico llamado Steven Mandrágora, el un desconocido, muy poco parecido pero al único que al que su padre confiaba y trataba más que a un conocido, él le creía su amigo… pero tanto para la pequeña como para los demás mirarle a los ojos era como mirar un pozo vacío- el silencio regreso por segundos, Vasari se levanto con movimientos presurosos, prestando callada atención con sus ojos que estaban algo vidriosos –Una noche- proseguí con el relato – el muy infeliz decidió que ya no quería que alguien más le estuviese mandando, llevo a otros hombres, ellos eran condenados, allí en su residencia poco antes de que los hombres hicieran acto de presencia, su padre la quiso proteger escondiéndola en un armario… pero no nada dio resultado y desde allí contemplo como los vampiros con su familia habían terminado... colmillos ensangrentados, entendió que sus padres habían sido asesinados, tiempo después cuando la joven creció y las estrategias de otros cazadores aprendió, busco a Mandrágora y los vampiros que aún convertían sus sueños en pesadillas aterradoras, a cada uno los mato y de ello muchos rastros a su paso dejo, fue condenada a morir en la horca pero un párroco la salvo… no pude encontrar su nombre pero si se que ahora ella asesina en representación de ese hombre y que bajo ese secreto la mantiene encadenada, obligada hacer lo que le vayan diciendo, el anciano vio en ella un potencial incierto, una habilidad para matar imposible de igualar, aunque ella gusta de hombres matar- finalmente termine de la historia contar, me atreví a suspirar –No creo que la hayas visto, de hecho entre los cazadores son pocos quienes la pueden recordar, pero… Thala Bertinelli se hace llamar, la joven se parece mucho a su hermana Montserrat- Vasari no pudo hablar –Tomate tu tiempo, necesitas reflexionar- concluí y allí entre la oscuridad y el silencio me volví a escabullir.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
¿Tan fatal era la historia?... no solo era fatal para el viejo Solomon Vasari, era su infierno, su castigo y su muerte en vida, el alma de poco a poco se estaba desgarrando, cada palabra que decía el enmascarado con tanta seriedad y prudencia eran inclusive más mortales que las armas portadas en el cinturón de aquel cazador.
Pequeñas lágrimas comenzaron a derramarse, cayendo por sus mejillas y teniendo como destino la tierra suelta y vieja que cubría cada rincón, sendero y tumba olvidada y perdida por el paso del tiempo y las desgracias o éxitos que pasaron en el linaje y familia de cada cadáver enterrado en el mascullar silencioso del mundo fantasmagórico y apartado del festivo París –¿Fui capaz de ser tan ciego?- se preguntaba mientras sus ojos cubiertos de algunas arrugas y ojeras pronunciadas contemplaba pasivamente aquella escena en que las lejanas estrellas eran los únicos testigos que han contemplado su sufrimiento y ahora que lo sabe… el de sus dos pequeñas hijas, esas criaturas que solo Dios y esas estrellas saben lo que tuvieron que vivir y soportar para llegar a tener destinos tan trágicos, el mundo se le venía encima a Solomon, que diablos importaba ahora su misión de exterminar vampiros cuando por ese mismo conducto otros habían pagado la factura, Anne, Montserrat y Thala… a quién jamás había visto.
-Ya no… puedo reclamarte absolutamente nada- dijo con voz temblorosa –No puedo culpar a otros por lo que yo mismo con mi necedad les ocasione un daño irreparable- suspiro, mientras estando consciente se dio cuenta que hacia horas que había dejado el piso y estaba de pie sosteniéndose pobremente del efigie de un apóstol –Ninguno de los destinos puede ser reversible, Anne está muerta, mi hija, la verdadera, la que es de mi sangre es una vampiresa, no hay pócima que le regrese a ser un mortal… y Thala, esa criatura de la cual ni siquiera supe… esa criatura- rectifico –Es una asesina a sueldo y yo no puedo regresarle la vida a todas las personas a las que se las arrebato- negó tristemente y bajo la mirada, sintió en su piel el vaivén del viento que soplaba apenas quedo, lo suficiente para que las hojas muertas se movieran lentamente entre los pies de ambos.
El sabía que el cazador continuaba con él, aunque ya no lo viera, su vista estaba por demás cansada por el paso de los años y aunque Vasari no lo quisiera reconocer ya estaba envejeciendo, de pronto una sensación le recorrió todo su cuerpo y una vorágine de ideas llego hasta su cabeza –Solo soy un completo estorbo- pensó –Cuando creí que de verdad mi vida creí que tenía un sentido hasta el final de mis días, descubro que ese sentido solo me destruyo y se llevo entre todo a lo que más quería- se imagino una familia, Anne y sus hijas, ellas unas niñas indefensas jugando mientras él y su esposa preparaban la cena después de un arduo día de siembras cerca de la cabaña que poseía a principios de su juventud, pensó en todo lo que como padre perdió y aunque el dijese que no culpo a las personas que se encargaron de sus pequeñas y cuyo trabajo era defenderlas y cuidarlas como si fueran los propios Solomon y Anne.
Para el toda la situación solo desembocaba en una conclusión, deshonor, al menos eso le había enseñado su padre y ante esos casos solo para la antigua tradición de los Vasari había una única salida, morir con dignidad y dejar de cometer más errores que terminaran perjudicando a segundos o terceros, en su caso ya había llegado hasta ese punto… asi que su mano bajo despacio hasta toparse con su cintura, hizo la gabardina de lado y entonces saco delicadamente la pistola que reposaba en su funda, contemplo por instantes el mango y la boquilla del arma, ya no importaba V, ya no importaba absolutamente nada, tomo el arma en su mano derecha y la acerco a su sien, la acerco un poco más y cargo, estaba a punto de disparar cuando algo extraño e inesperado hizo detenerse.
Pequeñas lágrimas comenzaron a derramarse, cayendo por sus mejillas y teniendo como destino la tierra suelta y vieja que cubría cada rincón, sendero y tumba olvidada y perdida por el paso del tiempo y las desgracias o éxitos que pasaron en el linaje y familia de cada cadáver enterrado en el mascullar silencioso del mundo fantasmagórico y apartado del festivo París –¿Fui capaz de ser tan ciego?- se preguntaba mientras sus ojos cubiertos de algunas arrugas y ojeras pronunciadas contemplaba pasivamente aquella escena en que las lejanas estrellas eran los únicos testigos que han contemplado su sufrimiento y ahora que lo sabe… el de sus dos pequeñas hijas, esas criaturas que solo Dios y esas estrellas saben lo que tuvieron que vivir y soportar para llegar a tener destinos tan trágicos, el mundo se le venía encima a Solomon, que diablos importaba ahora su misión de exterminar vampiros cuando por ese mismo conducto otros habían pagado la factura, Anne, Montserrat y Thala… a quién jamás había visto.
-Ya no… puedo reclamarte absolutamente nada- dijo con voz temblorosa –No puedo culpar a otros por lo que yo mismo con mi necedad les ocasione un daño irreparable- suspiro, mientras estando consciente se dio cuenta que hacia horas que había dejado el piso y estaba de pie sosteniéndose pobremente del efigie de un apóstol –Ninguno de los destinos puede ser reversible, Anne está muerta, mi hija, la verdadera, la que es de mi sangre es una vampiresa, no hay pócima que le regrese a ser un mortal… y Thala, esa criatura de la cual ni siquiera supe… esa criatura- rectifico –Es una asesina a sueldo y yo no puedo regresarle la vida a todas las personas a las que se las arrebato- negó tristemente y bajo la mirada, sintió en su piel el vaivén del viento que soplaba apenas quedo, lo suficiente para que las hojas muertas se movieran lentamente entre los pies de ambos.
El sabía que el cazador continuaba con él, aunque ya no lo viera, su vista estaba por demás cansada por el paso de los años y aunque Vasari no lo quisiera reconocer ya estaba envejeciendo, de pronto una sensación le recorrió todo su cuerpo y una vorágine de ideas llego hasta su cabeza –Solo soy un completo estorbo- pensó –Cuando creí que de verdad mi vida creí que tenía un sentido hasta el final de mis días, descubro que ese sentido solo me destruyo y se llevo entre todo a lo que más quería- se imagino una familia, Anne y sus hijas, ellas unas niñas indefensas jugando mientras él y su esposa preparaban la cena después de un arduo día de siembras cerca de la cabaña que poseía a principios de su juventud, pensó en todo lo que como padre perdió y aunque el dijese que no culpo a las personas que se encargaron de sus pequeñas y cuyo trabajo era defenderlas y cuidarlas como si fueran los propios Solomon y Anne.
Para el toda la situación solo desembocaba en una conclusión, deshonor, al menos eso le había enseñado su padre y ante esos casos solo para la antigua tradición de los Vasari había una única salida, morir con dignidad y dejar de cometer más errores que terminaran perjudicando a segundos o terceros, en su caso ya había llegado hasta ese punto… asi que su mano bajo despacio hasta toparse con su cintura, hizo la gabardina de lado y entonces saco delicadamente la pistola que reposaba en su funda, contemplo por instantes el mango y la boquilla del arma, ya no importaba V, ya no importaba absolutamente nada, tomo el arma en su mano derecha y la acerco a su sien, la acerco un poco más y cargo, estaba a punto de disparar cuando algo extraño e inesperado hizo detenerse.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
-Lamento ser quien te diga de esta brusca manera que tus hijas no están muertas- en el aire podían sentirse del cazador las penas, esas pesadas cadenas que por mucho tiempo le habían castigado con la carga de una cruz perpetua -Debes sentirte aliviado por la soledad que desde esta noche ya no acecha-respondí al instante en que parecía dejarse vencer por la noticia y mis palabras que hacían a su corazón y odios ensordecer -No, tú no te rendirás, menos ahora que conoces la verdad, la vida te ha dado una segunda oportunidad de volverlas a encontrar... ¡Es junto a ellas tu lugar!- exclame con voz natural, el matiz en ella era neutral -Una vampiresa es Montserrat, una asesina es Thala, una mujer mortal ¡Por favor Solomon a ellas las tienes que guiar!- finalmente su comportamiento y su actitud me hizo enfadar -Bueno, en algo tienes un poco de verdad- dije con un poco más de pasividad -No puedes regresarlas vidas que sus instintos les ordeno arrebatar, pero quizás sabiendo de tu existencia un poco de vida les puedas regresar-.
Más parecía hacer caso omiso de mis palabras, cada vez más se culpaba y con más rigor lloraba su alma, de aquel mausoleo sus manos y su cuerpo se aferraban y al cielo sus ojos miraban, como pidiendo o haciendo por sus hijas y su esposa una plegaria -Tienes que demostrar que realmente las amas, Montserrat fue discípula el fantasma y no negaría que Thala estuviera en una alianza para del fantasma y otros más hacer caza, tienes que salvarlas del circulo vicioso en que están encerradas... yo no podré proteger por mucho a Montserrat en mi casa- suspiro y entonces el silencio se hace nuestro comparsa, la mirada de Vasari del cielo se separa y al suelo baja, su mente se pierde, seguramente en la solución o en la respuesta que viene.
Desde aquella oscuridad, observo con detenimiento al cazador que de apoco su mano la gabardina empieza a apartar, se atreve al arma desenfundar, un pensamiento me empieza a rondar, una idea paranoica quizás -¿Y si me piensa matar?- a mi mismo me atrevo a preguntar, pero esa situación comienzo a descartar, aunque no me dejo de asombrar la manera en como el gatillo y el mango comienzan a ser acariciados por su mano.
De mi cintura sale una daga, sincronizado con el momento en que el parecía apuntar el arma, se oía en su interior el cargar de las balas, si no habría otra forma tendría que darle batalla -Baja la pistola Vasari- pero el ignora y una inesperada acción me asombra, aquel mortal artefacto se dirige a su cráneo, los minutos se estaban contando y el viejo cazador el valor dentro de sí estaba buscando.
Antes de que el pueda verlo, detengo su acción y disparo al cielo, la bala sale disparada a un lugar incierto -¡No dejare que hagas esto!- exclamo mientras él me observa asustado y perplejo -¡Es una de las pocas cosas buenas que haré... es una de las pocas cosas que de sangre mis manos no mancharé!- con más energía exclamé y finalmente al lanzar el arma al frente de alivio suspire -A Montserrat sola no la dejaré... junto con el fantasma moriré y ya no le podré proteger- salí de las sombras y muy tarde me percate, mi voz se quebraba pero debía permanecer de pie, así que la máscara oculte entre el sombrero y saco puesto.
Más parecía hacer caso omiso de mis palabras, cada vez más se culpaba y con más rigor lloraba su alma, de aquel mausoleo sus manos y su cuerpo se aferraban y al cielo sus ojos miraban, como pidiendo o haciendo por sus hijas y su esposa una plegaria -Tienes que demostrar que realmente las amas, Montserrat fue discípula el fantasma y no negaría que Thala estuviera en una alianza para del fantasma y otros más hacer caza, tienes que salvarlas del circulo vicioso en que están encerradas... yo no podré proteger por mucho a Montserrat en mi casa- suspiro y entonces el silencio se hace nuestro comparsa, la mirada de Vasari del cielo se separa y al suelo baja, su mente se pierde, seguramente en la solución o en la respuesta que viene.
Desde aquella oscuridad, observo con detenimiento al cazador que de apoco su mano la gabardina empieza a apartar, se atreve al arma desenfundar, un pensamiento me empieza a rondar, una idea paranoica quizás -¿Y si me piensa matar?- a mi mismo me atrevo a preguntar, pero esa situación comienzo a descartar, aunque no me dejo de asombrar la manera en como el gatillo y el mango comienzan a ser acariciados por su mano.
De mi cintura sale una daga, sincronizado con el momento en que el parecía apuntar el arma, se oía en su interior el cargar de las balas, si no habría otra forma tendría que darle batalla -Baja la pistola Vasari- pero el ignora y una inesperada acción me asombra, aquel mortal artefacto se dirige a su cráneo, los minutos se estaban contando y el viejo cazador el valor dentro de sí estaba buscando.
Antes de que el pueda verlo, detengo su acción y disparo al cielo, la bala sale disparada a un lugar incierto -¡No dejare que hagas esto!- exclamo mientras él me observa asustado y perplejo -¡Es una de las pocas cosas buenas que haré... es una de las pocas cosas que de sangre mis manos no mancharé!- con más energía exclamé y finalmente al lanzar el arma al frente de alivio suspire -A Montserrat sola no la dejaré... junto con el fantasma moriré y ya no le podré proteger- salí de las sombras y muy tarde me percate, mi voz se quebraba pero debía permanecer de pie, así que la máscara oculte entre el sombrero y saco puesto.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
El arma queda contra su sien, el frío del cañón hace contacto con piel de tez blanca y la marca por doquier del paso del tiempo, el arma es cubierta por sus mechones que empiezan a colorearse de plata sustituyendo a color castaño de la juventud y de los años mozos del cazador.
La voz de V puede escuchar en su cabeza, son pequeños fantasma que le aquejan, demonios verbalizados que tienen la osadía de arremeter contra él, de recordar lo que ha perdido y lo que ha sido de ello.
Aún sigue conmocionado, su cuello se tensa y su espalda se arquea, una especie de escalofrió le recorre todo el cuerpo solo de pensar en cómo fue la vida para sus dos hijas, como serian sus destinos finales y de ello no dejaba de culparse, por más consuelo que pudieran a su corazón herido, las lagrimas siempre ensordecen al pensamiento.
-Era un hombre que lo tenía todo- murmura y sigue con el dedo apoyado en el gatillo, parpadea ligeramente, ignora al cazador, ignora sus palabras, solo se centra en las estrellas, en la sensación de que todo daba vueltas, en los imponentes mausoleos y la divina quietud del lugar -Un perfecto lugar para morir y salvar el poco honor que me queda- se dijo asi mismo -Si fracase como cazador también lo haré como padre- Vasari se ciega por el dolor y un ego roto, el no ve más allá de lo que hay en hoy y de lo que hubo en ayer, el mañana luce tan distante como la luna que apenas con su insipiente luz ilumina todo.
Finalmente sus orbes celestes se cierran, el corazón se acelera y la respiración se agita -Es el momento- piensa y entonces jala el gatillo sin más preámbulos y su acto por alguien se ve interrumpido por la brusquedad y la impertinencia de alguien y ese alguien es el cazador.
Solomon queda perplejo, atónito, con la boca abierta y la mirada perdida en el arma que yace tranquila al frente suyo, lejos de su alcance, alejándolo de la muerte que por unos instantes fue tan seductora y tentativa a sus necesidades, los ojos se le cristalizan y de apoco se hacen más brillantes, un intenso color rojo colorea las orillas blancas que rodean al iris, sus pestañas cubren un poco su necesidad por desahogarse, por llorar para liberar tanto que guardaba y contaba en silencio.
-¿Por qué lo has hecho?- Pregunta consternado Solomon Vasari y escucha las repuestas que no tienen mucho sentido ni lógica, queda un momento suspendido, fragmentado frases y exclamaciones -¿A que te refieres con el tiempo?- sale la primera cuestión de sus labios -¿Por qué te preocupa tanto Montserrat?, no es únicamente por el hecho de parecer indefensa ante tus ojos ¿Cierto?- pregunta con severidad -¿Qué hay entre mi hija y tú?- habla con autoritarismo patriarcal mientras su ceño empieza a fruncirse lentamente.
La voz de V puede escuchar en su cabeza, son pequeños fantasma que le aquejan, demonios verbalizados que tienen la osadía de arremeter contra él, de recordar lo que ha perdido y lo que ha sido de ello.
Aún sigue conmocionado, su cuello se tensa y su espalda se arquea, una especie de escalofrió le recorre todo el cuerpo solo de pensar en cómo fue la vida para sus dos hijas, como serian sus destinos finales y de ello no dejaba de culparse, por más consuelo que pudieran a su corazón herido, las lagrimas siempre ensordecen al pensamiento.
-Era un hombre que lo tenía todo- murmura y sigue con el dedo apoyado en el gatillo, parpadea ligeramente, ignora al cazador, ignora sus palabras, solo se centra en las estrellas, en la sensación de que todo daba vueltas, en los imponentes mausoleos y la divina quietud del lugar -Un perfecto lugar para morir y salvar el poco honor que me queda- se dijo asi mismo -Si fracase como cazador también lo haré como padre- Vasari se ciega por el dolor y un ego roto, el no ve más allá de lo que hay en hoy y de lo que hubo en ayer, el mañana luce tan distante como la luna que apenas con su insipiente luz ilumina todo.
Finalmente sus orbes celestes se cierran, el corazón se acelera y la respiración se agita -Es el momento- piensa y entonces jala el gatillo sin más preámbulos y su acto por alguien se ve interrumpido por la brusquedad y la impertinencia de alguien y ese alguien es el cazador.
Solomon queda perplejo, atónito, con la boca abierta y la mirada perdida en el arma que yace tranquila al frente suyo, lejos de su alcance, alejándolo de la muerte que por unos instantes fue tan seductora y tentativa a sus necesidades, los ojos se le cristalizan y de apoco se hacen más brillantes, un intenso color rojo colorea las orillas blancas que rodean al iris, sus pestañas cubren un poco su necesidad por desahogarse, por llorar para liberar tanto que guardaba y contaba en silencio.
-¿Por qué lo has hecho?- Pregunta consternado Solomon Vasari y escucha las repuestas que no tienen mucho sentido ni lógica, queda un momento suspendido, fragmentado frases y exclamaciones -¿A que te refieres con el tiempo?- sale la primera cuestión de sus labios -¿Por qué te preocupa tanto Montserrat?, no es únicamente por el hecho de parecer indefensa ante tus ojos ¿Cierto?- pregunta con severidad -¿Qué hay entre mi hija y tú?- habla con autoritarismo patriarcal mientras su ceño empieza a fruncirse lentamente.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
-No por nada decidi apresurar mi guerra contra el fantasma- dije, cuando en Solomon vi algo de calma -Tengo razones de peso para decir aquello, pero ese solo es mi secreto- mi cuerpo entero quedo quieto, meditando seriamente en lo que de mi boca estaba saliendo -Cuando te enfrentas contra el mismo infierno, sabes que contado tienes el tiempo- comente al cazador viejo, había hecho un giro completo a la dirección de mi argumento, no quería se revelara aùn tan profundo secreto, así que ahora a Montserrat me estaba refiriendo -Entre tu hija y yo solo tenemos el infierno de promedio, de cualquier forma yo terminaré muerto y tu hija necesitara de alguien que cuide de su futuro incierto- un suspiro preso salió en silencio, solo él hablaba con el viento.
Mis pasos seguían fijos en el suelo y las máscara se iluminaba bajo las estrellas del firmamento, parecía que despertaban los muertos, recordaba aquella leyenda en que cuando el silencio profana es por que vagando en el ambiente se encuentra algún alma -Tu hija- continué contando aquel drama -Es una mujer joven, inocente y tiene una furia incontenible contra la gente, fue convertida pero malquerida y por esa falta de educación de parte de su creador, no sabe que hacer con todo ese despecho, con todo ese dolor, tienes la oportunidad viejo cazador...-melancolicos sus ojos me vieron, eran el vivo reflejo de que su corazón de hierro se estaba fundiendo, de que la noticia de sus hijas le estaba doliendo al mismo tiempo que le estaba reviviendo -Y yo te la estoy ofreciendo, por eso te hice parte de esto, por eso te lleve con ella la noche del siniestro, por eso te elegí como un soldado más en mi ejercito, además de tus habilidades como cazador experto- que más debía decir para que el cazador se diera cuenta de lo que con ello le quería decir.
Estaba petrificado frente a mí, seguramente intentando decidir que era lo mejor para sí, las botas abandonaron su sitio, obedecían a mis piernas que de a poco me fueron acercando, sin llegar a profanar su lugar, sin llegar a perturbar -Yo se que todo esto es rápido, que el secreto en otro tiempo fuese develado, pero en la vida todo lo planeado, no se cumple y por el contrario hay que esperar lo inesperado- dije serio y calmado, sin prisa, si más sonrisas detrás de la máscara blanquecina -Solo has lo que corresponde y ayuda a tu hija enfrentar lo que se avecina- pase un poco de saliva -Antes de que su rabia y su soledad le aconsejen ir por la senda del mal, senda que la próxima vez no la sacare porque vivo ya no estaré-
Me despoje del sombrero dejando ver el color oscuro del que estaba coloreado mi postizo cabello -¿Que piensas hacer?- pregunte con sumo interés -No importa que a mi no me ayudes, me basta con que me prometas que cuidarás de ella- el parecía despertar de toda aquella reflexión que le hice pensar -La noche aquí estoy viendo pasar y más tiempo no puedo desperdiciar, tengo que planear la última jugada que al fantasma ha de derrocar, lo que decidas en mi casa tu hija esperará, antes o después de la batalla final- el sombrero volví a colocar en su lugar, una reverencia educada di y de a poco caminando me aleje de allí, de pie bajo la virgen le deje el se quedo helado sin nada más que decir.
Mis pasos seguían fijos en el suelo y las máscara se iluminaba bajo las estrellas del firmamento, parecía que despertaban los muertos, recordaba aquella leyenda en que cuando el silencio profana es por que vagando en el ambiente se encuentra algún alma -Tu hija- continué contando aquel drama -Es una mujer joven, inocente y tiene una furia incontenible contra la gente, fue convertida pero malquerida y por esa falta de educación de parte de su creador, no sabe que hacer con todo ese despecho, con todo ese dolor, tienes la oportunidad viejo cazador...-melancolicos sus ojos me vieron, eran el vivo reflejo de que su corazón de hierro se estaba fundiendo, de que la noticia de sus hijas le estaba doliendo al mismo tiempo que le estaba reviviendo -Y yo te la estoy ofreciendo, por eso te hice parte de esto, por eso te lleve con ella la noche del siniestro, por eso te elegí como un soldado más en mi ejercito, además de tus habilidades como cazador experto- que más debía decir para que el cazador se diera cuenta de lo que con ello le quería decir.
Estaba petrificado frente a mí, seguramente intentando decidir que era lo mejor para sí, las botas abandonaron su sitio, obedecían a mis piernas que de a poco me fueron acercando, sin llegar a profanar su lugar, sin llegar a perturbar -Yo se que todo esto es rápido, que el secreto en otro tiempo fuese develado, pero en la vida todo lo planeado, no se cumple y por el contrario hay que esperar lo inesperado- dije serio y calmado, sin prisa, si más sonrisas detrás de la máscara blanquecina -Solo has lo que corresponde y ayuda a tu hija enfrentar lo que se avecina- pase un poco de saliva -Antes de que su rabia y su soledad le aconsejen ir por la senda del mal, senda que la próxima vez no la sacare porque vivo ya no estaré-
Me despoje del sombrero dejando ver el color oscuro del que estaba coloreado mi postizo cabello -¿Que piensas hacer?- pregunte con sumo interés -No importa que a mi no me ayudes, me basta con que me prometas que cuidarás de ella- el parecía despertar de toda aquella reflexión que le hice pensar -La noche aquí estoy viendo pasar y más tiempo no puedo desperdiciar, tengo que planear la última jugada que al fantasma ha de derrocar, lo que decidas en mi casa tu hija esperará, antes o después de la batalla final- el sombrero volví a colocar en su lugar, una reverencia educada di y de a poco caminando me aleje de allí, de pie bajo la virgen le deje el se quedo helado sin nada más que decir.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
Solomon no sabía si era por el lugar que había cometido semejante atrocidad contra si mismo, poner una pistola en su cabeza e invocar a la muerte no era el estilo que comúnmente utilizaba para enfrentar las situaciones que se le presentaban a menudo.
En aquel remolino de ideas e imágenes atroces que despertaban en el la angustia que hace años no le perturbaba desde la muerte de su esposa y su hijo o el que creía que lo era, solo pensaba que por alguna razón no hizo lo mismo en aquellos tiempos, en el correr de su vida jamás entendió porque razón no fue capaz de hacerlo, cuando el amor que le profeso a su familia siempre sincero y limpio, siempre fue profundo, ahora parecía tener la respuesta, sus hijas le necesitaban, le necesitaban más que nunca y aunque una de ellas fue trasformada en lo que más odia no podía negar que algo en su interior se movió la noche en que le conoció.
Se imagino miles de situaciones donde el ayudaba a su hija a enmendar el camino, pero la imagen siempre era deshecha por otra peor, esa mujer matando, bebiendo sangre para sobrevivir, allí no había forma de enmendar el error... ¿Como lidiar con ello?.
Solomon parecia un león de circo enjaulado, iba y venia en su mente, las ideas le daban vueltas yerran las rumiaciones mas torturadoras que había podido sentir en toda su vida, por otro lado las palabras del cazador iban y venían y aún con todo ello en la cabeza tenía cabida para una duda o dos más ¿Cual era aquel secreto que el hombre enmascarado no se atrevía a revelar? ¿De verdad era el fantasma todo lo que el tenía en común con Montserrat?, su intuición o su experiencia quizás le dictaban que algo en ese aspecto estaba siendo omitido por el cazador y aunque duda fuese poderosa y le carcomiera de a poco, decidió dejarlo por la paz, mientras decidía que hacer con su vida, con el asunto entre su colega y el fantasma del teatro, su hija... ¿Jugaría el papel que se le asignara?
Y mientras esta pregunta era formulada en su cabeza, la curiosidad del hasta entonces conocido como "V" formulaba otra, no pudo contestar, ni siquiera pudo responder o asentir, negar o hablar ante las demás palabras de ese hombre, por un momento se fue muy lejos sin necesidad de moverse y todo ambiente mortuorio y lleno de intriga se disipo ante sus ojos.
-"Dios te salve reina y madre de misericordia, vida y dulzura, y esperanza nuestra, Dios te salve a ti llamamos los desterrados, hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas"- rezó por última vez en su mente la oración que su esposa solía recitar cada vez que Solomon salía de caza, cada vez que su objetivo era peligroso y su destino incierto, creía invocarla con aquella oración para que le acompañase ante la decisión que había tomado ya, con toda la fe oraba para que se le diera vida y fortaleza en una ultima misión...defender a su hija alistandose en el ejercito de V y enfrentando a la mayor amenaza que París ha visto surgir, The Phantom.
Cuando se disponía a decirle su respuesta, el hombre ya se había marchado, intento localizarlo pero ni la luz de la luna, ni los muertos en su tumba le daban señas de él, le llamó por la única letra que le conocía por no nombre innumerables veces, sin recibir respuesta, ante la desesperación tomo su caballo blanco que le esperaba unos cuantos pasos de donde el se encontraba, allí a medio galope no tardo en encontrar una silueta oscura envuelta en capas y cubierta con un sombrero que se disponía a salir del cementerio entre las tumbas -¡Espera!- exclamó -¿Cuando planeas la batalla final?- el hombre se detuvo en seco, aunque era difícil por la máscara distinguir si estaba sorprendido o por el contrario mantenía la calma -Quiero prepararme mental y físicamente con lo que será probablemente mi última batalla, para estar entre tus filas para salvar a mi hija- prosiguió decidido, aún en la montura de su caballo.
En aquel remolino de ideas e imágenes atroces que despertaban en el la angustia que hace años no le perturbaba desde la muerte de su esposa y su hijo o el que creía que lo era, solo pensaba que por alguna razón no hizo lo mismo en aquellos tiempos, en el correr de su vida jamás entendió porque razón no fue capaz de hacerlo, cuando el amor que le profeso a su familia siempre sincero y limpio, siempre fue profundo, ahora parecía tener la respuesta, sus hijas le necesitaban, le necesitaban más que nunca y aunque una de ellas fue trasformada en lo que más odia no podía negar que algo en su interior se movió la noche en que le conoció.
Se imagino miles de situaciones donde el ayudaba a su hija a enmendar el camino, pero la imagen siempre era deshecha por otra peor, esa mujer matando, bebiendo sangre para sobrevivir, allí no había forma de enmendar el error... ¿Como lidiar con ello?.
Solomon parecia un león de circo enjaulado, iba y venia en su mente, las ideas le daban vueltas yerran las rumiaciones mas torturadoras que había podido sentir en toda su vida, por otro lado las palabras del cazador iban y venían y aún con todo ello en la cabeza tenía cabida para una duda o dos más ¿Cual era aquel secreto que el hombre enmascarado no se atrevía a revelar? ¿De verdad era el fantasma todo lo que el tenía en común con Montserrat?, su intuición o su experiencia quizás le dictaban que algo en ese aspecto estaba siendo omitido por el cazador y aunque duda fuese poderosa y le carcomiera de a poco, decidió dejarlo por la paz, mientras decidía que hacer con su vida, con el asunto entre su colega y el fantasma del teatro, su hija... ¿Jugaría el papel que se le asignara?
Y mientras esta pregunta era formulada en su cabeza, la curiosidad del hasta entonces conocido como "V" formulaba otra, no pudo contestar, ni siquiera pudo responder o asentir, negar o hablar ante las demás palabras de ese hombre, por un momento se fue muy lejos sin necesidad de moverse y todo ambiente mortuorio y lleno de intriga se disipo ante sus ojos.
-"Dios te salve reina y madre de misericordia, vida y dulzura, y esperanza nuestra, Dios te salve a ti llamamos los desterrados, hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas"- rezó por última vez en su mente la oración que su esposa solía recitar cada vez que Solomon salía de caza, cada vez que su objetivo era peligroso y su destino incierto, creía invocarla con aquella oración para que le acompañase ante la decisión que había tomado ya, con toda la fe oraba para que se le diera vida y fortaleza en una ultima misión...defender a su hija alistandose en el ejercito de V y enfrentando a la mayor amenaza que París ha visto surgir, The Phantom.
Cuando se disponía a decirle su respuesta, el hombre ya se había marchado, intento localizarlo pero ni la luz de la luna, ni los muertos en su tumba le daban señas de él, le llamó por la única letra que le conocía por no nombre innumerables veces, sin recibir respuesta, ante la desesperación tomo su caballo blanco que le esperaba unos cuantos pasos de donde el se encontraba, allí a medio galope no tardo en encontrar una silueta oscura envuelta en capas y cubierta con un sombrero que se disponía a salir del cementerio entre las tumbas -¡Espera!- exclamó -¿Cuando planeas la batalla final?- el hombre se detuvo en seco, aunque era difícil por la máscara distinguir si estaba sorprendido o por el contrario mantenía la calma -Quiero prepararme mental y físicamente con lo que será probablemente mi última batalla, para estar entre tus filas para salvar a mi hija- prosiguió decidido, aún en la montura de su caballo.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
A punto estaba de marcharme, de aquel cazador olvidarme, no tenía caso continuar si sabía que el de todo lo antes dicho iba a dudar, tras todo esto no tenía caso continuar con un lento paso así acelere rápidamente, abriéndome paso entre las lapidas presentes, observaba su arquitectura con gran deleite y sabia que yo tendría un entierro quizás muy diferente.
La noche parecía culminarse, el canto de las aves se oía aproximarse y a luna de apoco dejaba de asomarse en ese horizonte, cielo estrellado, que pocas veces de verle tranquilamente he tenido el agrado, me detuve solo un rato y me puse a pensar en el pasado, en los errores cometidos, en los aciertos que no han sido tantos, así el puño se cerraba mientras amargamente recordaba y me aseguraba que la única manera de salvar mi alma era matando al infeliz fantasma o por lo menos con la cárcel consumar mi venganza.
La madrugada ya casi había ocultado su velo negro en gran parte de aquel París que aun dormía quieto, suspirando por un ultimo momento continúe mi camino recto, sin más escalas, sin volverme a detener hasta que una voz con mi nombre llamo otra vez -Solomon- susurre pero ante el de espaldas permanecía de pie.
Atentamente sus palabras escuche, frases que fueron escasas pero dieron la tranquilidad a mi alma de que el se había convencido de unirse a mi causa, una sonrisa se dibujo tras la máscara ya solo faltaba que todas las piezas estuviesen en casa… en la ultima morada -Sabía que tu no me fallarías, tu pequeña hija es muy parecida- dije suavemente -Ella estará encantada de verte, yo me he encargado de que sepa quien eres tu realmente y yo esteré mas que satisfecho que luches en el frente con todos esos que ya regresaran siendo valientes- comente brevemente -Me has preguntado la fecha y yo he de decirte que es el cinco de noviembre, fecha especial para este insurgente- mi rostro volteo a verle finalmente, me despoje del sombrero y le reverencie brevemente -¿Sabe?- hice una pausa inesperadamente, buscando las palabras adecuadas para que llegaran a oídos de mi oyente -Aún hay oscuridad hacia el poniente, como sabrá mi aspecto no es lo más propio que deba ver la gente y aún debo hablarle de algunos secretos que solo conservo en mi mente, esta maquina que ya ha pensando en todo si se cumple aquel final eminente- señale con mi mano haciendo piruetas a mi cien cubierta de cabello falso e inerte -Así que… porque no caminamos un poco más hasta que amanezca, yo confío en su experiencia y por tanto quiero que este al frente de mi ejercito que se conformará de algunos… miembros secretos, que por su puesto han trabajado del lado opuesto y han… traído información lo suficientemente poderosa que debe conocer para alinear sus filas Capitán Vassari- por un momento la hojarasca vi y con un gesto le invite a seguir, el se atrevió a asentir y a sonreír, los dos caminamos con dirección a mi mansión, allí tendría una larga conversación y después de ver a Montserrat tenía la ocasión, no se exactamente que de todo lo que se entero fue lo que finalmente le convenció, no se si peleaba para morir o para defender a su hija con convicción, pero pelearía, de eso dudas no tenía y así caminando de hombro a hombro nos fuimos por un rumbo secreto y desconocido hacia mi hogar, a buscar paz y cobijo.
La noche parecía culminarse, el canto de las aves se oía aproximarse y a luna de apoco dejaba de asomarse en ese horizonte, cielo estrellado, que pocas veces de verle tranquilamente he tenido el agrado, me detuve solo un rato y me puse a pensar en el pasado, en los errores cometidos, en los aciertos que no han sido tantos, así el puño se cerraba mientras amargamente recordaba y me aseguraba que la única manera de salvar mi alma era matando al infeliz fantasma o por lo menos con la cárcel consumar mi venganza.
La madrugada ya casi había ocultado su velo negro en gran parte de aquel París que aun dormía quieto, suspirando por un ultimo momento continúe mi camino recto, sin más escalas, sin volverme a detener hasta que una voz con mi nombre llamo otra vez -Solomon- susurre pero ante el de espaldas permanecía de pie.
Atentamente sus palabras escuche, frases que fueron escasas pero dieron la tranquilidad a mi alma de que el se había convencido de unirse a mi causa, una sonrisa se dibujo tras la máscara ya solo faltaba que todas las piezas estuviesen en casa… en la ultima morada -Sabía que tu no me fallarías, tu pequeña hija es muy parecida- dije suavemente -Ella estará encantada de verte, yo me he encargado de que sepa quien eres tu realmente y yo esteré mas que satisfecho que luches en el frente con todos esos que ya regresaran siendo valientes- comente brevemente -Me has preguntado la fecha y yo he de decirte que es el cinco de noviembre, fecha especial para este insurgente- mi rostro volteo a verle finalmente, me despoje del sombrero y le reverencie brevemente -¿Sabe?- hice una pausa inesperadamente, buscando las palabras adecuadas para que llegaran a oídos de mi oyente -Aún hay oscuridad hacia el poniente, como sabrá mi aspecto no es lo más propio que deba ver la gente y aún debo hablarle de algunos secretos que solo conservo en mi mente, esta maquina que ya ha pensando en todo si se cumple aquel final eminente- señale con mi mano haciendo piruetas a mi cien cubierta de cabello falso e inerte -Así que… porque no caminamos un poco más hasta que amanezca, yo confío en su experiencia y por tanto quiero que este al frente de mi ejercito que se conformará de algunos… miembros secretos, que por su puesto han trabajado del lado opuesto y han… traído información lo suficientemente poderosa que debe conocer para alinear sus filas Capitán Vassari- por un momento la hojarasca vi y con un gesto le invite a seguir, el se atrevió a asentir y a sonreír, los dos caminamos con dirección a mi mansión, allí tendría una larga conversación y después de ver a Montserrat tenía la ocasión, no se exactamente que de todo lo que se entero fue lo que finalmente le convenció, no se si peleaba para morir o para defender a su hija con convicción, pero pelearía, de eso dudas no tenía y así caminando de hombro a hombro nos fuimos por un rumbo secreto y desconocido hacia mi hogar, a buscar paz y cobijo.
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Re: Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
Era demasiada la extraña naturaleza de aquel hombre, era tan enigmático como la máscara que sonreía, era inmóvil esa expresión, demasiado fría y sin ojos en donde poder enfocarse y saber que él era sincero, más por alguna extraña razón Vasari confiaba en la silueta ataviada de capa y sombrero, a que sutil y misterioso tono en su voz embelesaba y convencía hasta el más incrédulo de los hombres.
Pero una razón más envolvía la intención de Vasari por ayudar al cazador del que solo conocía una letra por nombre y una mascara por rostro, él lo hacia por estar con su hija, si, el lo creía aunque fuese un desconocido quien se lo dijera, de que otra manera se podía explicar el enorme parecido que la chica de ojos verdes azulados y tristes tenia con su difunta esposa, esa dama bella y fina del que tenía el recuerdo de una mujer tierna, dulce e inteligente, si era ella el fruto de su amor, el lo defendería como no pudo hacerlo con su mujer en el momento en que la prepotencia y la fama de un buen cazador se le había subido a la cabeza, además en su interior ardía una especie de intuición desde el momento en que hizo contacto con la joven la noche del teatro, y ahora que lo reflexionaba muy en el fondo a pesar de mostrar un supuesto desprecio debido a su naturaleza, Solomon tenía el corazón lleno de alegría y jubilo, esa chica se gano su cariño desde el primer instante en que la vio, un amor paternal y sobre protector que nació cuando ella parecía despedirse para siempre.
Ella era su motivo ahora y su otra hija de la que no sabía nada, ni siquiera el misterioso cazador conocía su paradero y de pronto le estremeció la idea de que podía estar en malos pasos, como al parecer V le había insinuado.
Escucho atento palabra por palabra y a veces fruncía el entrecejo al no comprender del todo lo que aquel hombre le decía con tanto misterio y con tantas respuestas entre lineas de su discurso, los ojos celestes del cazador iban y venían, recorrían el lugar y daban cuenta de los rasgos de su interlocutor, también daban cuenta de que la madrugada había escurrido entre sus manos y sus palabras, así como la arena en un reloj, tan lento y después tan rápido, que algunos pájaros comenzaban a cantar hacia el horizonte donde la luna se marchaba.
Sonrió al sentir la emoción que le provocaba la palabra Capitán, el lo fue alguna vez, fue un legendario manda más entre os cazadores de su tierra natal, cuando conoció a Anne y aunque le extrañara el como V podía haber conocido dato tan secreto, eso le dijo que el era un hombre de fiar y que quizás él ya los conocía mejor que ellos mismos, así que se dejo llevar por el hombre que se reverencio ante el como hace tiempo ya nadie lo hacia, se quito el sombrero desde su caballo, bajándose inmediatamente para continuar con una caminata amena y plácida prometedora de revelaciones….
Con los caballos por detrás fueron pisoteando la hojarasca y entre tumbas salieron a un lugar incierto mientras la conversación daba frutos de verdad, ahora sabía que V…. quién se había presentado como Leviathán Shadowahora, le había escogido a él como su hombre de confianza en esta guerra que ya estaba próxima a culminar y también por que tenía tan buen corazón que contemplo de ultimo momento a su hija y trazo un plan inesperado para no dejarle sola, pues ese hombre… de cualquier forma ganará o perdiera probablemente no se quedaría en París para contarlo.
Pero una razón más envolvía la intención de Vasari por ayudar al cazador del que solo conocía una letra por nombre y una mascara por rostro, él lo hacia por estar con su hija, si, el lo creía aunque fuese un desconocido quien se lo dijera, de que otra manera se podía explicar el enorme parecido que la chica de ojos verdes azulados y tristes tenia con su difunta esposa, esa dama bella y fina del que tenía el recuerdo de una mujer tierna, dulce e inteligente, si era ella el fruto de su amor, el lo defendería como no pudo hacerlo con su mujer en el momento en que la prepotencia y la fama de un buen cazador se le había subido a la cabeza, además en su interior ardía una especie de intuición desde el momento en que hizo contacto con la joven la noche del teatro, y ahora que lo reflexionaba muy en el fondo a pesar de mostrar un supuesto desprecio debido a su naturaleza, Solomon tenía el corazón lleno de alegría y jubilo, esa chica se gano su cariño desde el primer instante en que la vio, un amor paternal y sobre protector que nació cuando ella parecía despedirse para siempre.
Ella era su motivo ahora y su otra hija de la que no sabía nada, ni siquiera el misterioso cazador conocía su paradero y de pronto le estremeció la idea de que podía estar en malos pasos, como al parecer V le había insinuado.
Escucho atento palabra por palabra y a veces fruncía el entrecejo al no comprender del todo lo que aquel hombre le decía con tanto misterio y con tantas respuestas entre lineas de su discurso, los ojos celestes del cazador iban y venían, recorrían el lugar y daban cuenta de los rasgos de su interlocutor, también daban cuenta de que la madrugada había escurrido entre sus manos y sus palabras, así como la arena en un reloj, tan lento y después tan rápido, que algunos pájaros comenzaban a cantar hacia el horizonte donde la luna se marchaba.
Sonrió al sentir la emoción que le provocaba la palabra Capitán, el lo fue alguna vez, fue un legendario manda más entre os cazadores de su tierra natal, cuando conoció a Anne y aunque le extrañara el como V podía haber conocido dato tan secreto, eso le dijo que el era un hombre de fiar y que quizás él ya los conocía mejor que ellos mismos, así que se dejo llevar por el hombre que se reverencio ante el como hace tiempo ya nadie lo hacia, se quito el sombrero desde su caballo, bajándose inmediatamente para continuar con una caminata amena y plácida prometedora de revelaciones….
Con los caballos por detrás fueron pisoteando la hojarasca y entre tumbas salieron a un lugar incierto mientras la conversación daba frutos de verdad, ahora sabía que V…. quién se había presentado como Leviathán Shadowahora, le había escogido a él como su hombre de confianza en esta guerra que ya estaba próxima a culminar y también por que tenía tan buen corazón que contemplo de ultimo momento a su hija y trazo un plan inesperado para no dejarle sola, pues ese hombre… de cualquier forma ganará o perdiera probablemente no se quedaría en París para contarlo.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 11/05/2012
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