AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
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¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Recuerdo del primer mensaje :
Aquella era una noche muy tranquila en la que había salido a alimentarme y para mi buena fortuna me topé con unos niños pequeños, la sangre tierna era la que de mejor humor me ponía, todo un golpe de suerte que me hizo perder las ganas de aventurarme en una noche loca y desenfrenada, decídí regresar a casa para ponerme a terminar aquel libro que estaba escribiendo hacía algunos meses. El trayecto de regreso a casa fue bastante tranquilo y cuando estuve parado en el jardín delantero de ésta me sentí mucho más tranquilo que antes al no percibir el efluvio de Aleera, seguramente se había largado ya y no regresaría hasta la mañana.
Me metí al estudio, abrí las ventanas para que el aire entrara y me senté en la silla detrás del escritorio. Parecía que la servidumbre de la mansión estaba ocupada ya que no escuché ningún paso dentro de ella, ni siquiera Charles se escuchaba cerca. Por fin tendría una noche tranquila después de todas las semanas de desfogue y excesos. Saqué mis hojas releyendo las ultimas que había escrito y comencé a escribir. Estaba escribiendo un libro un tanto exclusivo para seres de mi naturaleza, era como un libro de taumaturgia degustativa, algo similar a los libros sobre los buenos vinos, pero este era sobre el buen "rebaño".
Comencé a escribir y de pronto la presencia de Charles me distrajome estaba llamando. En el momento en el que me puse de pie él apareció en la puerta y me dijo que estaba teniendo unos problemas de mucha importancia que tenía que resolver en ese momento y que necesitaba que fuera por Aleera que lo estaba necesitando imperiosamente en los calabozos. ¿Qué demonios? ¿Qué no podía cuidarse sola esa mocosa? Estaba seguro que era una de sus bromas, ella sabía perfectamente bien que Charles había estado muy ocupado en sus investigaciones las últimas noches y que si ella llegaba a necesitarlo me pediría que yo fuera.
Salí de la mansión muy enojado porque mi tranquila noche se estaba viendo interrumpida por Aleera y sus berrinches. Corrí hasta el lugar y cuando llegué mis botas sonaron ahogadas en el eco de las catacumbas. Aspiré y de inmediato percibí su aroma. ¿En donde estaría metida?
Me metí al estudio, abrí las ventanas para que el aire entrara y me senté en la silla detrás del escritorio. Parecía que la servidumbre de la mansión estaba ocupada ya que no escuché ningún paso dentro de ella, ni siquiera Charles se escuchaba cerca. Por fin tendría una noche tranquila después de todas las semanas de desfogue y excesos. Saqué mis hojas releyendo las ultimas que había escrito y comencé a escribir. Estaba escribiendo un libro un tanto exclusivo para seres de mi naturaleza, era como un libro de taumaturgia degustativa, algo similar a los libros sobre los buenos vinos, pero este era sobre el buen "rebaño".
Comencé a escribir y de pronto la presencia de Charles me distrajome estaba llamando. En el momento en el que me puse de pie él apareció en la puerta y me dijo que estaba teniendo unos problemas de mucha importancia que tenía que resolver en ese momento y que necesitaba que fuera por Aleera que lo estaba necesitando imperiosamente en los calabozos. ¿Qué demonios? ¿Qué no podía cuidarse sola esa mocosa? Estaba seguro que era una de sus bromas, ella sabía perfectamente bien que Charles había estado muy ocupado en sus investigaciones las últimas noches y que si ella llegaba a necesitarlo me pediría que yo fuera.
Salí de la mansión muy enojado porque mi tranquila noche se estaba viendo interrumpida por Aleera y sus berrinches. Corrí hasta el lugar y cuando llegué mis botas sonaron ahogadas en el eco de las catacumbas. Aspiré y de inmediato percibí su aroma. ¿En donde estaría metida?
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 08/07/2010
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
La única sensación física que estaba teniendo en aquel momento era el lento sanar de mi cuello que se iba cerrando poco a poco y que ahora ya no sangraba. Pero aquella casi nulidad de sensaciones físicas no concordaban ni en la más mínima minucia con mis sensaciones emocionales que estaban peor que las de un adolescente de 16 años. Al dar unos cuantos pasos por donde había llegado, los ánimos de no regresar a la capilla se apoderaron de mí, seguro me iría de "Rebelde asalta burdeles" y no regresaría hasta que el sol fuera a salir o me iría a perder en algún lugar en el cual pudiera pasar el día lejos de ella; aquella era una sensación que debía de reconocer me taponaba en pecho haciéndome sentir miserable de no poder vivir sin ella cerca aunque me estuviera consumiendo la cordura.
Sentí un jalón por la parte de atrás de la camisa y me quedé estático o si no terminaríamos por romperla. "Lyam, perdóname" Cerré los ojos y me mordí la parte interior de las mejillas frunciéndo el ceño completamente aprovechándome que no podía ver aquello y bajé el rostro como si mirara al suelo. La mano de Aleera siguió firmemente sujeta de mi camisa. Lo que hubiera querido hacer hubiese sido voltearme abruptamente como con todos mis desplantes con ella, abrazarla y besarla tan intensamente que sus labios sangraran, mirarla a aquellos ojos que tanto me gustaban y sin los que no podía vivir. Sentir aquella sensación de adrenalina corriendo por mi cuerpo, lo que ella me provocaba, ese "sentirme vivo" que me desprendía cada vez que me hacía cambiar de humor en un segundo... Pero aquella disculpa que me pidió, aquella sóla palabra que Jamás había escuchado salir de sus labios, me dejó en un completo silencio mental.
Aligeré mi ceño y abrí los ojos haciendolo verse normal. Me froté la frente con la palma de la mano desesperezandome el manojo de nervios que habia sentido hacía escasos momentos. Hubiera querido brincarle encima, gritarle y quizás soltarle uno de aquellos sarcásticos comentarios que le gustaba recibir, pero aquel "perdóname" había sido demasiado pesado para mis sentidos, no la comprendía completamente. A lo mejor estaba jugando conmigo de una nueva manera y estaba esperando ansiosa, con aquella sonrisita juguetona que tanto me gustaba, seguro esperaba que callera en su nuevo juego para bramar por los aires que era el único ser sobre la Tierra que podía moldearme a su antojo. En la existencia de la tierra no había nacido ser que pudiera manejarme como ella, ni siquiera Charles y eso me ponía en desventaja con ella. -No tienes nada que disculparte.- dije con voz grave y profunda. Me giré en seco haciéndola soltar mi camisa y la miré agudizando la mirada con un gesto en el que entrecerré los ojos. -No vuelvas a llamarme para revolcarte en el suelo.- No iba a dejar que me viera más débil que ella, ni que volviera a hacerme aquellos sube y bajas de emociones, no aquella noche, ya había sido demasiado y había perdido en pedazo de carne por ello. No la dejaría ser más caprichosa por hoy, cuando sacaba al Kromer que llevaba dentro, él controlaba a la chiquilla que ella era. Además de que sus palabras se habían quedado prendidas de mi de una manera tan profunda que no quería que ella lo notara.
Sentí un jalón por la parte de atrás de la camisa y me quedé estático o si no terminaríamos por romperla. "Lyam, perdóname" Cerré los ojos y me mordí la parte interior de las mejillas frunciéndo el ceño completamente aprovechándome que no podía ver aquello y bajé el rostro como si mirara al suelo. La mano de Aleera siguió firmemente sujeta de mi camisa. Lo que hubiera querido hacer hubiese sido voltearme abruptamente como con todos mis desplantes con ella, abrazarla y besarla tan intensamente que sus labios sangraran, mirarla a aquellos ojos que tanto me gustaban y sin los que no podía vivir. Sentir aquella sensación de adrenalina corriendo por mi cuerpo, lo que ella me provocaba, ese "sentirme vivo" que me desprendía cada vez que me hacía cambiar de humor en un segundo... Pero aquella disculpa que me pidió, aquella sóla palabra que Jamás había escuchado salir de sus labios, me dejó en un completo silencio mental.
Aligeré mi ceño y abrí los ojos haciendolo verse normal. Me froté la frente con la palma de la mano desesperezandome el manojo de nervios que habia sentido hacía escasos momentos. Hubiera querido brincarle encima, gritarle y quizás soltarle uno de aquellos sarcásticos comentarios que le gustaba recibir, pero aquel "perdóname" había sido demasiado pesado para mis sentidos, no la comprendía completamente. A lo mejor estaba jugando conmigo de una nueva manera y estaba esperando ansiosa, con aquella sonrisita juguetona que tanto me gustaba, seguro esperaba que callera en su nuevo juego para bramar por los aires que era el único ser sobre la Tierra que podía moldearme a su antojo. En la existencia de la tierra no había nacido ser que pudiera manejarme como ella, ni siquiera Charles y eso me ponía en desventaja con ella. -No tienes nada que disculparte.- dije con voz grave y profunda. Me giré en seco haciéndola soltar mi camisa y la miré agudizando la mirada con un gesto en el que entrecerré los ojos. -No vuelvas a llamarme para revolcarte en el suelo.- No iba a dejar que me viera más débil que ella, ni que volviera a hacerme aquellos sube y bajas de emociones, no aquella noche, ya había sido demasiado y había perdido en pedazo de carne por ello. No la dejaría ser más caprichosa por hoy, cuando sacaba al Kromer que llevaba dentro, él controlaba a la chiquilla que ella era. Además de que sus palabras se habían quedado prendidas de mi de una manera tan profunda que no quería que ella lo notara.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 08/07/2010
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Quedé en total silencio y con la mirada perdida aún entre los pliegues de su camisa, cuando él levantó la mano para frotarse la frente con la palma de esta.
Pasaron unos largos segundos, los cuales dejé la mente totalmente en blanco, en espera de que saliera cualquier cosa de la boca de Lyam. Esperando una respuesta o un comentario sarcástico o... cualquier cosa.
"No tienes nada de que disculparte." dijo al fin, con una voz grave y profunda, la cual resonó entre los pasillos de piedra.
Se giró en seco haciendo que soltara su camisa suavemente, notando con la yema de mis dedos la textura de esta y subí los ojos hacia él, observándo como me miraba con sus ojos entre cerrados.
"No vuelvas a llamarme para revolcarte en el suelo."
Fruncí levemente el ceño mientras apartaba mis ojos de los suyos. Pudiera ser que esa noche me hubiera pasado ligeramente de la raya. Le había arrancado un trozo de piel del cuello y esas respuestas sonaban de una forma distinta, de lo que vendría a ser normal. Seguramente no se creía esas disculpas. Seguramente creía que empleaba otro tipo de juego para él, esperaba a que sacara de nuevo esa sonrisa juguetona y que me burlara de él por cualquier otra cosa. Pero no lo iba a hacer.
Él era muy transparente para mi, aunque intentara fingir u ocultar las cosas, pero yo, al contrario de él, sabía fingir demasiado bien.
Aunque en esto en concreto, no le fingía. Le decía que quería estar con él, y eso era verdad. Sabía que le amaba aunque no lo demostrase; dejaba ese sentimiento en segundo plano y me aprovechaba de él para mi propia diversión.
Lo mejor era que parecía gustarle eso, parecía gustarle que lo manejara a mi antojo, tener esas estúpidas conversaciónes conmigo e incluso pelearse conmigo hasta los extremos mas delicados de la locura, perdiendo la cabeza y llegando a derramar sangre.
No voy a negar esa horrible necesidad de tirarme a sus brazos y decirle lo importante que era su presencia en mi vida y el deseo que me provocan sus labios.
Sabía que me comportaba de esa forma para acaparar su atención, pero también sabía que esas situaciones no serían eternas como nuestros condenados cuerpos, y parecía que la de hoy había llegado a su fin.
Y por primera vez, decidí intercambiar esos sentimientos. Solo por una noche.
Me tiré a sus brazos sin devolverle la mirada, rodeando su torso duro y frío con la delicadeza que no había usado nunca y hundí mi cara en los pliegues rojizos de sangre de su camisa.
- No te acostumbres a esto. - dije suavemente refiriendome al abrazo, mientras le apretaba algo más y cerraba los ojos, esperando cualquier movimiento para deshacerse de mi.
Pasaron unos largos segundos, los cuales dejé la mente totalmente en blanco, en espera de que saliera cualquier cosa de la boca de Lyam. Esperando una respuesta o un comentario sarcástico o... cualquier cosa.
"No tienes nada de que disculparte." dijo al fin, con una voz grave y profunda, la cual resonó entre los pasillos de piedra.
Se giró en seco haciendo que soltara su camisa suavemente, notando con la yema de mis dedos la textura de esta y subí los ojos hacia él, observándo como me miraba con sus ojos entre cerrados.
"No vuelvas a llamarme para revolcarte en el suelo."
Fruncí levemente el ceño mientras apartaba mis ojos de los suyos. Pudiera ser que esa noche me hubiera pasado ligeramente de la raya. Le había arrancado un trozo de piel del cuello y esas respuestas sonaban de una forma distinta, de lo que vendría a ser normal. Seguramente no se creía esas disculpas. Seguramente creía que empleaba otro tipo de juego para él, esperaba a que sacara de nuevo esa sonrisa juguetona y que me burlara de él por cualquier otra cosa. Pero no lo iba a hacer.
Él era muy transparente para mi, aunque intentara fingir u ocultar las cosas, pero yo, al contrario de él, sabía fingir demasiado bien.
Aunque en esto en concreto, no le fingía. Le decía que quería estar con él, y eso era verdad. Sabía que le amaba aunque no lo demostrase; dejaba ese sentimiento en segundo plano y me aprovechaba de él para mi propia diversión.
Lo mejor era que parecía gustarle eso, parecía gustarle que lo manejara a mi antojo, tener esas estúpidas conversaciónes conmigo e incluso pelearse conmigo hasta los extremos mas delicados de la locura, perdiendo la cabeza y llegando a derramar sangre.
No voy a negar esa horrible necesidad de tirarme a sus brazos y decirle lo importante que era su presencia en mi vida y el deseo que me provocan sus labios.
Sabía que me comportaba de esa forma para acaparar su atención, pero también sabía que esas situaciones no serían eternas como nuestros condenados cuerpos, y parecía que la de hoy había llegado a su fin.
Y por primera vez, decidí intercambiar esos sentimientos. Solo por una noche.
Me tiré a sus brazos sin devolverle la mirada, rodeando su torso duro y frío con la delicadeza que no había usado nunca y hundí mi cara en los pliegues rojizos de sangre de su camisa.
- No te acostumbres a esto. - dije suavemente refiriendome al abrazo, mientras le apretaba algo más y cerraba los ojos, esperando cualquier movimiento para deshacerse de mi.
Invitado- Invitado
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Mis palabras secas quedaron flotando en el aire un segundo y el ceño de Aleera se frunció ligeramente apartando su mirada de la mía. Todo en la vida tenía un límite, por supuesto en la No-Vida también lo tenía aunque por lo general ese límite era más lejano que el de la "vida" y me temía muy penosamente que mis límites estaban comenzando a ser rebasados por Aleera después de los más de 300 años de compañía.
Con un cambio en su patrón conductual hasta ese momento, ella se acercó hasta mí y me abrazó por el pecho. Dejé que una de mis manos acariciaran lentamente su mejilla que aunque fuera fría y dura al contacto con los humanos, a mí me parecía cálida y muy suave. "No te acostumbres a esto" dijo ella suavemente mientras me estrechaba más hacia ella con la cara sumida en mi camisa.
Un segundo pasó, sólo uno y de nuevo todas mis barreras estaban en el suelo. Y es que ¿Qué podía hacer alguien como yo contra alguien como ella? Maldita sea! Me odiaba, odiaba quererla tanto, pero amaba aquel contraste en nuestra relación, tal vez si no nos lleváramos así ya nos hubiéramos aburrido el uno del otro, o tal vez no. Sabía de parejas de vampiros que pasaban juntos más de 500 años y no se llevaban precisamente como ella y yo, bueno, por lo menos llevábamos algunos siglos de ventaja.
Acaricie su suaves rizos con la mano libre y con la que acaricié su mejilla la abracé a mi cuerpo al mismo tiempo que cerraba los ojos y recostaba mi mejilla sobre la coronilla de su cabeza. -¿Y porque no?.- pregunté casi para mí mismo, sabía que en un par de segundos regresaría la niña mimada y rebelde que era siempre y aquel momento de tranquiliad que había sentido se derrumbaría de nuevo, pero esta vez iba a estar preparado. Ya no podía seguir dejando que me tratara de aquella manera y caer ante todas sus provocaciones, por más que ella se divirtiera y que yo me divirtiera a veces las cosas tenían que comenzar a cambiar. Una gran ansiedad de besar sus labios nuevamente se apoderó de mí, quería sentir aquellos suaves y carnosos labios contra los míos, como en las noches que ella estaba tan aburrida como para tramar fechorías en mi contra y sólo se dejaba llevar por lo que sentía por mí, aunque en ese momento algo me decía que no sería así. Así que solo me remití a extasiarme de su cuerpo atrapado en mis brazos y de aquella sensación que me llenaba completamente de ese sentimiento que raramente podía disfrutar... paz.
Con un cambio en su patrón conductual hasta ese momento, ella se acercó hasta mí y me abrazó por el pecho. Dejé que una de mis manos acariciaran lentamente su mejilla que aunque fuera fría y dura al contacto con los humanos, a mí me parecía cálida y muy suave. "No te acostumbres a esto" dijo ella suavemente mientras me estrechaba más hacia ella con la cara sumida en mi camisa.
Un segundo pasó, sólo uno y de nuevo todas mis barreras estaban en el suelo. Y es que ¿Qué podía hacer alguien como yo contra alguien como ella? Maldita sea! Me odiaba, odiaba quererla tanto, pero amaba aquel contraste en nuestra relación, tal vez si no nos lleváramos así ya nos hubiéramos aburrido el uno del otro, o tal vez no. Sabía de parejas de vampiros que pasaban juntos más de 500 años y no se llevaban precisamente como ella y yo, bueno, por lo menos llevábamos algunos siglos de ventaja.
Acaricie su suaves rizos con la mano libre y con la que acaricié su mejilla la abracé a mi cuerpo al mismo tiempo que cerraba los ojos y recostaba mi mejilla sobre la coronilla de su cabeza. -¿Y porque no?.- pregunté casi para mí mismo, sabía que en un par de segundos regresaría la niña mimada y rebelde que era siempre y aquel momento de tranquiliad que había sentido se derrumbaría de nuevo, pero esta vez iba a estar preparado. Ya no podía seguir dejando que me tratara de aquella manera y caer ante todas sus provocaciones, por más que ella se divirtiera y que yo me divirtiera a veces las cosas tenían que comenzar a cambiar. Una gran ansiedad de besar sus labios nuevamente se apoderó de mí, quería sentir aquellos suaves y carnosos labios contra los míos, como en las noches que ella estaba tan aburrida como para tramar fechorías en mi contra y sólo se dejaba llevar por lo que sentía por mí, aunque en ese momento algo me decía que no sería así. Así que solo me remití a extasiarme de su cuerpo atrapado en mis brazos y de aquella sensación que me llenaba completamente de ese sentimiento que raramente podía disfrutar... paz.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 08/07/2010
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Noté como Lyam deslizaba suavemente su mano por mi mejilla, la cual en mi contacto parecía ser cálida y relajante. Y luego esa misma mano, me abrazó atrayéndome hacia él y, ante mi 'sorpresa' aprovechando ese abrazo que le daba, sin segundas intenciones.
Recostó su cabeza sobre la mía mientras su mano libre acariciaba los rizos mas marcados de mi cabello, y de su boca salía un "¿Y porque no?" con una voz muy suave y floja.
En parte, odiaba demasiado cuando sonsacaba esa voz tan floja y delicada, tan... tranquila. Lo odiaba porque ese tono de voz me tranquilizaba en lo que cabía, al igual que sus abrazos y... sus besos. ¡Oh sus besos! Los necesitaba, los quería y amaba ante todo. Tan solo el leve roce de sus carnosos labios me podían dominar de una manera demasiado estúpida. Cosa que odiaba, para variar.
Ese era un momento de Paz, y sabía que en esos mismos instantes él lo estaba disfrutando tanto como yo o incluso más. Sin peleas, sin gritos, sin amenazas.
Esos abrazos me humanizaban y me dejaban la mente en blanco. Si mi cuerpo no fuera inmortal y pudiera gozar de la luz solar, seguramente mi corazón latiría desbocado. Quería besarle y nada mas, dejar que tomara posesión de mi, de decirle...
Pero no lo hice.
- Porque lo digo yo. - respondí tajante pero no severa, mientras movía ligeramente la cabeza hacia un lado, manteniéndola aún apoyada en su pecho. - ¿No te vasta eso? - Pregunté arqueando una ceja con aires de superioridad, lo cual él no logró a ver, puesto que su cabeza seguía apoyada sobre la mía, y su mano seguía acariciándome los oscuros rizos del cabello.
Recostó su cabeza sobre la mía mientras su mano libre acariciaba los rizos mas marcados de mi cabello, y de su boca salía un "¿Y porque no?" con una voz muy suave y floja.
En parte, odiaba demasiado cuando sonsacaba esa voz tan floja y delicada, tan... tranquila. Lo odiaba porque ese tono de voz me tranquilizaba en lo que cabía, al igual que sus abrazos y... sus besos. ¡Oh sus besos! Los necesitaba, los quería y amaba ante todo. Tan solo el leve roce de sus carnosos labios me podían dominar de una manera demasiado estúpida. Cosa que odiaba, para variar.
Ese era un momento de Paz, y sabía que en esos mismos instantes él lo estaba disfrutando tanto como yo o incluso más. Sin peleas, sin gritos, sin amenazas.
Esos abrazos me humanizaban y me dejaban la mente en blanco. Si mi cuerpo no fuera inmortal y pudiera gozar de la luz solar, seguramente mi corazón latiría desbocado. Quería besarle y nada mas, dejar que tomara posesión de mi, de decirle...
Pero no lo hice.
- Porque lo digo yo. - respondí tajante pero no severa, mientras movía ligeramente la cabeza hacia un lado, manteniéndola aún apoyada en su pecho. - ¿No te vasta eso? - Pregunté arqueando una ceja con aires de superioridad, lo cual él no logró a ver, puesto que su cabeza seguía apoyada sobre la mía, y su mano seguía acariciándome los oscuros rizos del cabello.
Invitado- Invitado
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
La paz que sentía en aquel momento era completamente indescriptible. No tenía como explicar la manera en la que me hacía sentir cuando se dejaba llevar por aquel sentimiento que moraba en ella y que yo conocía aunque siempre tratara de ocultarmelo porque le parecía divertido, aquel sentimiento que de vez en nunca se dignaba en dejar que apareciera.
Después de la plática con Charles todo había quedado claro y en verdad no podía imaginarme una mejor despedida que la que estaba teniendo en ese momento con Aleera. Ella no tenía idea de que me marcharía unos cuantos años de París y esperaba que lo tomara para bien, aunque Charles tenía miedo de que no fuera así y que fuera a hacer alguna locura infantil como las que acostumbraba.
Ella contestó mi pregunta muy tajantemente y no iba a reprocharle nada en ese momento, no iba a discutir en aquel que sería probablemente nuestro último encuentro. "¿No te basta esto?" preguntó ella. Giré mi cabeza que se encontraba posada sobre la suya y coloqué mis labios sobre su cabellera y le dí un beso en respuesta. "Todo está bien... todo está muy bien así." contesté a su pregunta mentalmente proyectando mis palabras en su cabeza con aquel mismo tono de voz flojo y delicado. Cerré los ojos y sin apretar aquel abrazo, apreté mi mandíbula haciendo que los dientes chirriaran levemente dentro de mi boca y no pude pedir más que aquel abrazo como despedida. Lo primero que haría sería irme a Viena a visitar a los 7 antiguos Tremere y buscar alguna manera de que aceptaran quedarme con ellos algunos años.
Despegué mi rostro del suyo y me contuve de aquella conducata humana que aún conservaba de soltar suspiros cada vez que me sentía así de tranquilo estando con ella. Levanté su rostro hacia el mío tomándola por el mentón y aprecié aquel tierno rostro guardando la imagen en mi memoria.
No pude detenerme y acerqué mi rostro lentamente al de ella, me detuve un momento dudando pero luego decidí que era el momento preciso. Deslicé mis labios hasta los de ella dándole un corto beso en el que nuestros labios apenas tuvieron contacto, pero en aquel contacto sentí como mi alma se quedaría ahí con ella y la suave textura de sus labios contra los míos, y peor que eso, sentí como mi existencia le pertenecía completamente. -Lo siento.- dije ambiguamente, porque realmente me estaba disculpando con ella por abandonarla sin decírselo, no por aquel beso.
Después de la plática con Charles todo había quedado claro y en verdad no podía imaginarme una mejor despedida que la que estaba teniendo en ese momento con Aleera. Ella no tenía idea de que me marcharía unos cuantos años de París y esperaba que lo tomara para bien, aunque Charles tenía miedo de que no fuera así y que fuera a hacer alguna locura infantil como las que acostumbraba.
Ella contestó mi pregunta muy tajantemente y no iba a reprocharle nada en ese momento, no iba a discutir en aquel que sería probablemente nuestro último encuentro. "¿No te basta esto?" preguntó ella. Giré mi cabeza que se encontraba posada sobre la suya y coloqué mis labios sobre su cabellera y le dí un beso en respuesta. "Todo está bien... todo está muy bien así." contesté a su pregunta mentalmente proyectando mis palabras en su cabeza con aquel mismo tono de voz flojo y delicado. Cerré los ojos y sin apretar aquel abrazo, apreté mi mandíbula haciendo que los dientes chirriaran levemente dentro de mi boca y no pude pedir más que aquel abrazo como despedida. Lo primero que haría sería irme a Viena a visitar a los 7 antiguos Tremere y buscar alguna manera de que aceptaran quedarme con ellos algunos años.
Despegué mi rostro del suyo y me contuve de aquella conducata humana que aún conservaba de soltar suspiros cada vez que me sentía así de tranquilo estando con ella. Levanté su rostro hacia el mío tomándola por el mentón y aprecié aquel tierno rostro guardando la imagen en mi memoria.
No pude detenerme y acerqué mi rostro lentamente al de ella, me detuve un momento dudando pero luego decidí que era el momento preciso. Deslicé mis labios hasta los de ella dándole un corto beso en el que nuestros labios apenas tuvieron contacto, pero en aquel contacto sentí como mi alma se quedaría ahí con ella y la suave textura de sus labios contra los míos, y peor que eso, sentí como mi existencia le pertenecía completamente. -Lo siento.- dije ambiguamente, porque realmente me estaba disculpando con ella por abandonarla sin decírselo, no por aquel beso.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 08/07/2010
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Tras mi pregunta, Lyam posó sus labios sobre mi cabellera, dándole un beso a esta mientras oía en mi mente, con una voz fina y delicada, "Todo está bien... todo está muy bien así.". Tal respuesta me pareció un tanto extraña, mas viniendo de él, mas en esa situación de ese preciso día. Me limite a dibujar una leve sonrisa, casi invisible en los labios.
Sin darme tiempo a formularme preguntas en la cabeza, Lyam apartó su rostro del suyo y tras uno de esos suspiros innecesarios que soltaba muchas veces en mi presencia, levantó mi rostro hacia el suyo quedándose unos escasos segundos observandolo.
En esos precisos escasos segundos, los cuales pude apreciar el azulado color de los ojos de Lyam en la tenue luz de la luna que entraba por las pequeñísimas ventanas, pude ver un destello de culpabilidad camuflada y duda, la cual esa ultima desapareció cuando sus labios rozaron los míos.
Fue un beso muy corto, y apenas nuestros labios pudieron tocarse. Sentí extraño el momento y justo después de eso, oí un "Lo siento" de su boca.
Me aparté ligeramente sin soltarle, clavando mi mirada en a suya, mientras arqueaba ambas cejas con una mezcla de sorpresa y duda.
- ¿Lo siento? - Repetí algo neutral mientras examinaba insistente sus profundos ojos.
No tenía duda de que esa disculpa no iba dirigida al beso. No era el primero y nunca antes había pedido perdón por una tontería como esa. Había algo mas, y sin saber porqué estaba totalmente segura que no quería decirme de que se trataba.
- ¿Que es lo que ocurre William Kromer? - exigí entre cerrando levemente los ojos.
Sin darme tiempo a formularme preguntas en la cabeza, Lyam apartó su rostro del suyo y tras uno de esos suspiros innecesarios que soltaba muchas veces en mi presencia, levantó mi rostro hacia el suyo quedándose unos escasos segundos observandolo.
En esos precisos escasos segundos, los cuales pude apreciar el azulado color de los ojos de Lyam en la tenue luz de la luna que entraba por las pequeñísimas ventanas, pude ver un destello de culpabilidad camuflada y duda, la cual esa ultima desapareció cuando sus labios rozaron los míos.
Fue un beso muy corto, y apenas nuestros labios pudieron tocarse. Sentí extraño el momento y justo después de eso, oí un "Lo siento" de su boca.
Me aparté ligeramente sin soltarle, clavando mi mirada en a suya, mientras arqueaba ambas cejas con una mezcla de sorpresa y duda.
- ¿Lo siento? - Repetí algo neutral mientras examinaba insistente sus profundos ojos.
No tenía duda de que esa disculpa no iba dirigida al beso. No era el primero y nunca antes había pedido perdón por una tontería como esa. Había algo mas, y sin saber porqué estaba totalmente segura que no quería decirme de que se trataba.
- ¿Que es lo que ocurre William Kromer? - exigí entre cerrando levemente los ojos.
Invitado- Invitado
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Se apartó ligeramente de mí pero no se separo, luego sus ojos se fundieron con los míos en aquella mirada que la verdad no esperé que me lanzara, me descubrió con aquella ambiguedad. "¿Lo siento? ¿Qué es lo que ocurre William Kromer?" preguntó inquisidoramente cerrando un poco los ojos.
Le devolví la pregunta con una sonrisa de medio lado y un beso en la frente sin decir palabra alguna. Solté su cuerpo del mío dejando que ambos se separaran del contacto que tenían. Casi me dió melancolía pensar que aquel abrazo pudo ser el último que le daría en muchos años más, seguramente así sería porque presentía con cada célular de mi piel que la paz que había sentido hasta ese momento estaba a punto de terminar y explotar en una lluvia de fuegos artificiales como siempre sucedía con ella y mis cambios de temperamento para sus acciones, que esperaba esta vez no sucediera nada más violento, mi cuello ya lo estaba pagando pero se recuperaría en unos minutos más.
-No ocurre nada, no entiendo a que viene tu pregunta.- mentí con mucha tranquilidad sin delatarme con mi tono de voz ni mi mirada que se quedó fija en la de ella mientras dije esas palabras. Estaba siendo mucho más dificil de lo que había imaginado verla por última vez. No imaginé que aquella noche terminara siendo una despedida. Regresaría a casa a terminar ese capítulo de mi libro de Taumaturgia degustativa que era lo último que me faltaba por hacer en París, lo metería en mi equipaje de mano y me iría, ya todo estaba listo para marcharme en dos noches más.
Esperé su reacción que seguro sería de enojo, estaba casi cien por ciento seguro de que se daría cuenta de que le mentía y cuando lo hacía de aquella manera esperando engañarla y ella se daba cuenta, su reacción era una locura, cuando no lo notaba pues viviamos felices, y si en esta ocasión lo notaba seguro explotaría y no era para menos, aunque estaba rotundamente convencido de irme sin decirle nada, no quería aquella escena larga y dolorosa en la que se lo confesaba aunque si ella comenzaba a presionar me costaria mucho no decir nada, con ella siempre me sinceraba aunque fuera tan abrumante.
Le devolví la pregunta con una sonrisa de medio lado y un beso en la frente sin decir palabra alguna. Solté su cuerpo del mío dejando que ambos se separaran del contacto que tenían. Casi me dió melancolía pensar que aquel abrazo pudo ser el último que le daría en muchos años más, seguramente así sería porque presentía con cada célular de mi piel que la paz que había sentido hasta ese momento estaba a punto de terminar y explotar en una lluvia de fuegos artificiales como siempre sucedía con ella y mis cambios de temperamento para sus acciones, que esperaba esta vez no sucediera nada más violento, mi cuello ya lo estaba pagando pero se recuperaría en unos minutos más.
-No ocurre nada, no entiendo a que viene tu pregunta.- mentí con mucha tranquilidad sin delatarme con mi tono de voz ni mi mirada que se quedó fija en la de ella mientras dije esas palabras. Estaba siendo mucho más dificil de lo que había imaginado verla por última vez. No imaginé que aquella noche terminara siendo una despedida. Regresaría a casa a terminar ese capítulo de mi libro de Taumaturgia degustativa que era lo último que me faltaba por hacer en París, lo metería en mi equipaje de mano y me iría, ya todo estaba listo para marcharme en dos noches más.
Esperé su reacción que seguro sería de enojo, estaba casi cien por ciento seguro de que se daría cuenta de que le mentía y cuando lo hacía de aquella manera esperando engañarla y ella se daba cuenta, su reacción era una locura, cuando no lo notaba pues viviamos felices, y si en esta ocasión lo notaba seguro explotaría y no era para menos, aunque estaba rotundamente convencido de irme sin decirle nada, no quería aquella escena larga y dolorosa en la que se lo confesaba aunque si ella comenzaba a presionar me costaria mucho no decir nada, con ella siempre me sinceraba aunque fuera tan abrumante.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 08/07/2010
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Lyam se limitó a sonreír de medio lado y a darme un beso en la frente sin decir nada. Me soltó, dejando que ambos cuerpos perdieran el contacto y finalmente, respondió la pregunta que le había echo con antelación, mientras su mirada se quedaba totalmente estática sobre la mía, camuflando la mentira. Porque mintió y seguramente él sabía que yo me había dado cuenta de ello.
Fruncí el ceño con recelo mientras le miraba con repugnancia, cruzaba ambos brazos y daba un par de pasos hacia atrás, alargándo la distancia entre ambos.
- ¿Porque mientes? - pregunté arqueando una ceja y fingiendo una voz suave, mientras no entendía que era lo que le rondaba por la cabeza.
Odiaba que me mintiera, porque aunque él fuera tan horriblemente transparente a mis ojos, siempre había cosas que se me escapaban. Y por supuesto que esta era una de ellas.
Se hizo el silencio unos largos segundos, que ante mi impaciencia y nerviosismo repentino parecían minutos, horas para exagerar.
-¿¡Qué es lo que 'sientes'!?¿¡De qué te disculpas!?- exclame agonizante alzando los brazos con resignación sabiendo perfectamente que no obtendría respuestas a esas preguntas. Si me mintió fue por algo, y todo eso se había vuelto muy extraño. Él incluso parecía melancólico en esos instantes.
Inspire fuerte e innecesariamente mientras avanzaba hasta él y, con ambas manos, cogía el cuello de su camisa, donde la sangre estaba casi totalmente seca, y le dirigí una mirada furtiva y amenazante con el ceño fruncido, elevando un poco mi estatura haciendo puntillas y esperando una respuesta creíble mientras el silencio reinaba el lugar tras mis gritos.
Fruncí el ceño con recelo mientras le miraba con repugnancia, cruzaba ambos brazos y daba un par de pasos hacia atrás, alargándo la distancia entre ambos.
- ¿Porque mientes? - pregunté arqueando una ceja y fingiendo una voz suave, mientras no entendía que era lo que le rondaba por la cabeza.
Odiaba que me mintiera, porque aunque él fuera tan horriblemente transparente a mis ojos, siempre había cosas que se me escapaban. Y por supuesto que esta era una de ellas.
Se hizo el silencio unos largos segundos, que ante mi impaciencia y nerviosismo repentino parecían minutos, horas para exagerar.
-¿¡Qué es lo que 'sientes'!?¿¡De qué te disculpas!?- exclame agonizante alzando los brazos con resignación sabiendo perfectamente que no obtendría respuestas a esas preguntas. Si me mintió fue por algo, y todo eso se había vuelto muy extraño. Él incluso parecía melancólico en esos instantes.
Inspire fuerte e innecesariamente mientras avanzaba hasta él y, con ambas manos, cogía el cuello de su camisa, donde la sangre estaba casi totalmente seca, y le dirigí una mirada furtiva y amenazante con el ceño fruncido, elevando un poco mi estatura haciendo puntillas y esperando una respuesta creíble mientras el silencio reinaba el lugar tras mis gritos.
Invitado- Invitado
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Ella frunció el ceño y aquella ligera mueca fué lo que me hizo darme cuenta de que había delatado mi mentira. ¿Cómo demonios lo hacía? Maldita sea!!! Podía confundirla para que no lo recordara, por lo menos hasta que me fuera, así sería más fácil. Pero no podía hacerle algo así, no a ella. Lo que menos me gustaba de nuestra relación era no poder hacerle daño y que ella se aprovechara de eso para sacar ventaja en todo.
"¿Porque mientes?" preguntó ella con esa suave voz que podía sacarme hasta la última gota de sinceridad. Mi rostro se quedó firme con aquella mirada seca y estático como si fuera de piedra, mientras ella se echaba hacia atrás unos cuantos pasos y cruzaba los brazos en esa característica pose.
No contesté a su pregunta. Me quedé en silencio sin saber que hacer, si responderle de nuevo que no le estaba mientiendo o si engañarla mentalmente para poder irme sin que ella me siguiera cuestionando.
Luego exclamó agonizante y alzando los brazos al aire con un deje de resignación. No estaba muy seguro de decirle la verdad. No podía...
Dió unos pasos hacia adelante y me tomó por el cuello de la camisa haciendo que la tela rozara el lugar que seguía abierto y mentalmente con mi poder de sanación acelerada hice que se cerrara de una vez. Ella se puso en puntitas para tomar un poco más de altura aunque no lograba mucha más estatura. El silencio era como el de una tumba, parecía que los reos y las ratas se habían quedado callados escuchando nuestro discurso aunque ninguno estaba a la vista. Su mirada furtiva y amenazante solo hizo que yo la viera como una chica muy tierna que hacía berrinche, una de las cosas por las que Aleera me encantaba.
Con uno de mis dedos tomé uno de sus caireles y lo enredé en él desviando mi mirada de sus ojos hacia mi dedo en su cabello. mis labios apenas se movieron unos cuantos milímetros arqueando una casi sonrisa, y aún muy tensos. -Solo porque pensé que te molestaría que te besara, porque sabes que me encantan tus labios.- volví mi mirada a la de ella con ese rostro serio y carente de expresión. -Y además porque te encanta verme humillado por debajo de tí, a la sombra de lo que haces.- comenté sin importancia. -Pero puedo retractarme de mis palabras.- lo único que traté con eso fué desviar su atención de lo que realmente estaba siendo importante, y tal vez lo lograría, o eso esperaba de todos modos estaba muy lejos de decirle la verdad.
"¿Porque mientes?" preguntó ella con esa suave voz que podía sacarme hasta la última gota de sinceridad. Mi rostro se quedó firme con aquella mirada seca y estático como si fuera de piedra, mientras ella se echaba hacia atrás unos cuantos pasos y cruzaba los brazos en esa característica pose.
No contesté a su pregunta. Me quedé en silencio sin saber que hacer, si responderle de nuevo que no le estaba mientiendo o si engañarla mentalmente para poder irme sin que ella me siguiera cuestionando.
Luego exclamó agonizante y alzando los brazos al aire con un deje de resignación. No estaba muy seguro de decirle la verdad. No podía...
Dió unos pasos hacia adelante y me tomó por el cuello de la camisa haciendo que la tela rozara el lugar que seguía abierto y mentalmente con mi poder de sanación acelerada hice que se cerrara de una vez. Ella se puso en puntitas para tomar un poco más de altura aunque no lograba mucha más estatura. El silencio era como el de una tumba, parecía que los reos y las ratas se habían quedado callados escuchando nuestro discurso aunque ninguno estaba a la vista. Su mirada furtiva y amenazante solo hizo que yo la viera como una chica muy tierna que hacía berrinche, una de las cosas por las que Aleera me encantaba.
Con uno de mis dedos tomé uno de sus caireles y lo enredé en él desviando mi mirada de sus ojos hacia mi dedo en su cabello. mis labios apenas se movieron unos cuantos milímetros arqueando una casi sonrisa, y aún muy tensos. -Solo porque pensé que te molestaría que te besara, porque sabes que me encantan tus labios.- volví mi mirada a la de ella con ese rostro serio y carente de expresión. -Y además porque te encanta verme humillado por debajo de tí, a la sombra de lo que haces.- comenté sin importancia. -Pero puedo retractarme de mis palabras.- lo único que traté con eso fué desviar su atención de lo que realmente estaba siendo importante, y tal vez lo lograría, o eso esperaba de todos modos estaba muy lejos de decirle la verdad.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 08/07/2010
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Mientras mis ojos seguían clavados en los suyos, uno de sus dedos se enredó con un mechón rizado de mi cabello mientras apartaba rápidamente sus ojos de los mios, para observar tal mechón.
Percibí que de sus labios salía una muy lebe sonrisa, aunque parecía algo tenso.
"Solo porque pensé que te molestaría que te besara, porque sabes que me encantan tus labios." dijo volviendo sus ojos hacía mi de nuevo, mostrando ese rostro totalmente serio. "Y además te encanta verme humillado por debajo de ti, a la sombra de lo que haces." añadió casi sin importancia.
Bajé lentamente de las puntillas, algo inútiles, que hacía y aflojando la fuerza que hacía en su camisa, pero sin soltarla.
Ladeé la cabeza ligeramente hacia un lado mientras notaba que mi expresión se aserenaba un poco, notando incluso que llegaba a transmitir culpabilidad y pena mezclado a partes iguales.
Sabía que no me había pedido perdón por el beso. Nunca antes lo había echo y nunca lo haría. Él era consciente de cuanto me gustaban esos cortos momentos de cuando nuestros labios rozaban entre insulto y amenaza.
¿A que venía todo aquello?
Solté finalmente su camisa, arrastrando mis manos por su pecho hasta dejarlas muertas a ambos costados de mi cuerpo.
- Nunca me has pedido perdón por un beso, Lyam. - Dije con un hilo de voz, intentando retener las ganas de gritarle de nuevo.
Aparté de un golpe la mano que él tenía en mi mechón del cabello y le miré con toda la inexpresividad con la que él lo hacía.
Suspiré innecesariamente mientras me pasaba una mano por el cabello rápidamente, poniendo bien los cabellos mas cortos hacia un lado.
Bajé la cabeza como derrota mientras levantaba una mano con desdén.
- Muy bien. - dije con la moral por los suelos. - Si no quieres decírmelo... - dejé la frase sin final, quitando importancia, que flotara en el aire mientras ansiaba que me dijera de una condenada vez que era lo que ocurría.
Percibí que de sus labios salía una muy lebe sonrisa, aunque parecía algo tenso.
"Solo porque pensé que te molestaría que te besara, porque sabes que me encantan tus labios." dijo volviendo sus ojos hacía mi de nuevo, mostrando ese rostro totalmente serio. "Y además te encanta verme humillado por debajo de ti, a la sombra de lo que haces." añadió casi sin importancia.
Bajé lentamente de las puntillas, algo inútiles, que hacía y aflojando la fuerza que hacía en su camisa, pero sin soltarla.
Ladeé la cabeza ligeramente hacia un lado mientras notaba que mi expresión se aserenaba un poco, notando incluso que llegaba a transmitir culpabilidad y pena mezclado a partes iguales.
Sabía que no me había pedido perdón por el beso. Nunca antes lo había echo y nunca lo haría. Él era consciente de cuanto me gustaban esos cortos momentos de cuando nuestros labios rozaban entre insulto y amenaza.
¿A que venía todo aquello?
Solté finalmente su camisa, arrastrando mis manos por su pecho hasta dejarlas muertas a ambos costados de mi cuerpo.
- Nunca me has pedido perdón por un beso, Lyam. - Dije con un hilo de voz, intentando retener las ganas de gritarle de nuevo.
Aparté de un golpe la mano que él tenía en mi mechón del cabello y le miré con toda la inexpresividad con la que él lo hacía.
Suspiré innecesariamente mientras me pasaba una mano por el cabello rápidamente, poniendo bien los cabellos mas cortos hacia un lado.
Bajé la cabeza como derrota mientras levantaba una mano con desdén.
- Muy bien. - dije con la moral por los suelos. - Si no quieres decírmelo... - dejé la frase sin final, quitando importancia, que flotara en el aire mientras ansiaba que me dijera de una condenada vez que era lo que ocurría.
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Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Estaba comenzando a sentirme mal por no decírselo "Maldita sea" me dije mentalmente mientras apretaba los dientes con fuerza de nuevo y ella bajaba de las puntitas que la sostenían a una altura aún muy baja con respecto a mi cuerpo.
"Nunca me has pedido perdón por un beso, Lyam." dijo apenas con un hilo de vos y luego apartó mi mano con un golpe de su cabello de una manera muy abruptamente y de la misma manera tan cortante con la que me quitó la mano, yo la sujeté por la cintura jalándola hacia mí haciéndola que se parase en puntas de nuevo. "Muy bien.... si no quieres decírmelo..." la jalé más hacia mí tragando saliva en seco. Mi mano libre pasó por su frente retirando hacia atrás los rizos que tenía en esa zona. -Porque nunca pensé que sería el último que te daría.- solté sin más esperando que entendiera lo que le quería decir con aquello y con una manera muy violenta, atraje su cabeza hacia la mía con la mano que hacía unos segundos hacía su cabello hacia atrás y ahora la sujetaba por la nuca y la mano que la sujetaba por la cintura la apretó más a mi cuerpo.
Nuestros labios se fundieron en un beso tan intenso que aunque ella hubiera querido soltarse no hubiera podido porque literalmente estaba violando el espacio personal de ella y me había dejado llevar por lo que estaba sintiendo y no quería que aquel fuera el último beso que le daría en años. Mordí sus labios con una fuerza suficiente para no hacerle daño y luego los envolví con los míos para quitar alguna sensación de malestar que les hubiera dejado. No quería separarme de ella nunca, pero debía de hacerlo para que no me convirtiera en aquella criatura que se dejaba llevar por sus pasiones a causa de ella.
"Nunca me has pedido perdón por un beso, Lyam." dijo apenas con un hilo de vos y luego apartó mi mano con un golpe de su cabello de una manera muy abruptamente y de la misma manera tan cortante con la que me quitó la mano, yo la sujeté por la cintura jalándola hacia mí haciéndola que se parase en puntas de nuevo. "Muy bien.... si no quieres decírmelo..." la jalé más hacia mí tragando saliva en seco. Mi mano libre pasó por su frente retirando hacia atrás los rizos que tenía en esa zona. -Porque nunca pensé que sería el último que te daría.- solté sin más esperando que entendiera lo que le quería decir con aquello y con una manera muy violenta, atraje su cabeza hacia la mía con la mano que hacía unos segundos hacía su cabello hacia atrás y ahora la sujetaba por la nuca y la mano que la sujetaba por la cintura la apretó más a mi cuerpo.
Nuestros labios se fundieron en un beso tan intenso que aunque ella hubiera querido soltarse no hubiera podido porque literalmente estaba violando el espacio personal de ella y me había dejado llevar por lo que estaba sintiendo y no quería que aquel fuera el último beso que le daría en años. Mordí sus labios con una fuerza suficiente para no hacerle daño y luego los envolví con los míos para quitar alguna sensación de malestar que les hubiera dejado. No quería separarme de ella nunca, pero debía de hacerlo para que no me convirtiera en aquella criatura que se dejaba llevar por sus pasiones a causa de ella.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 08/07/2010
Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Justo cuando iba a echarme hacia atrás, Lyam me sujetó por la cintura con fuerza arrastrándome hacia él y con su mano libre, retiró algunos rizos sueltos que me quedáron colgando en la frente.
"Porque nunca pensé que sería el último que te daría" soltó así, sin mas. Fruncí automáticamente el ceño intentando entender o buscar otro significado a tal frase, pero antes de que pudiera responder o hacer cualquier otra cosa, la misma mano que apartó los rizos, atrajo violentamente mi cabeza hacia la suya.
Intenté deshacerme de él para pedir explicaciones, pero sus labios se precipitaron hacia los mios, fundiendo ambos en un intenso beso que hizo que en menos de un segundo perdiera toda la fuerza de golpe, quedando totalmente atrapada en la fuerza que hacían sus brazos para atraerme a él. Cesó el beso para morder mis labios de una forma tierna sin llegar a hacerlos sangrar y luego volvió el beso intenso.
Acto mecánico, posé mis manos en sus mejillas e intentando coger algo mas de altura con las puntillas, le devolví y correspondí cada uno de esos besos. Demostrando lo que realmente siempre había sentido por él.
Finalmente aparté mis labios cuidadosamente de los suyos, y sin quitar mis manos de sus suaves mejillas ni de dejar de hacer puntillas, clavé mis ojos en los suyos de nuevo.
- ¿El último? - arqueé ligeramente ambas cejas mientras mis ojos transmitían duda y sorpresa. - ¿Acaso te vas a ir? - tras la segunda pregunta, cambié duda y sorpresa por severidad mientras en su mente proyectaba "Ni se te ocurra." antes de que pudiera darme cualquier respuesta.
No tenía intención alguna de dejarle ir en el caso de que no estuviera equivocada. ¿A que venía eso? Nunca vi a Lyam capaz de irse y abandonar a Charles y a mi.
"Porque nunca pensé que sería el último que te daría" soltó así, sin mas. Fruncí automáticamente el ceño intentando entender o buscar otro significado a tal frase, pero antes de que pudiera responder o hacer cualquier otra cosa, la misma mano que apartó los rizos, atrajo violentamente mi cabeza hacia la suya.
Intenté deshacerme de él para pedir explicaciones, pero sus labios se precipitaron hacia los mios, fundiendo ambos en un intenso beso que hizo que en menos de un segundo perdiera toda la fuerza de golpe, quedando totalmente atrapada en la fuerza que hacían sus brazos para atraerme a él. Cesó el beso para morder mis labios de una forma tierna sin llegar a hacerlos sangrar y luego volvió el beso intenso.
Acto mecánico, posé mis manos en sus mejillas e intentando coger algo mas de altura con las puntillas, le devolví y correspondí cada uno de esos besos. Demostrando lo que realmente siempre había sentido por él.
Finalmente aparté mis labios cuidadosamente de los suyos, y sin quitar mis manos de sus suaves mejillas ni de dejar de hacer puntillas, clavé mis ojos en los suyos de nuevo.
- ¿El último? - arqueé ligeramente ambas cejas mientras mis ojos transmitían duda y sorpresa. - ¿Acaso te vas a ir? - tras la segunda pregunta, cambié duda y sorpresa por severidad mientras en su mente proyectaba "Ni se te ocurra." antes de que pudiera darme cualquier respuesta.
No tenía intención alguna de dejarle ir en el caso de que no estuviera equivocada. ¿A que venía eso? Nunca vi a Lyam capaz de irse y abandonar a Charles y a mi.
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Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Mi mano en la cadera de Aleera la ayudaba a mantenerse en aquellas forzadas puntillas que le servían para alcanzar un poco de mayor altura y yo me encorvé más para que aquel salvaje y tierno beso a la vez, no terminara. Colocó sus manos en mis mejillas y lo correspondio de igual manera. Lo único que podía sentir en ese momento era que no quería alejarme de ella nunca en la eternidad pero no podía quedarme si al momento siguiente ella volvería a comportarse de aquella manera tan santamente infantil que tanto me hacía desvariar.
Nuestros labios se separaron lentamente dejándome una sensación cálida y suave en los míos propios. Me los saboreé cerrándolos ojos para no olvidar aquella sensación esperando que se quedara grabada en mi memoria para siempre. Incluso si en mi partida encontrara mi final ahora sí podía encontrarlo feliz. (off: que puto dramático... se parece tantito a Marco jajajajaj) "¿El último? ¿Acaso te vas a ir?" su voz denotaba duda y sorpresa. Pasé mi mano que sujetaba su nuca por el costado de su rostro acariciando tiernamente su cabello sin dejar de observar la belleza de su rostro.
Me eché hacia atrás recargándome en la pared de detrás mío que no se encontraba muy lejos, lo que me permitió estar a una estatura más a su nivel y la seguí sujetando por la cadera dejándola en medio de mis piernas. -¿En serio no te has dado cuenta de que esta relación tan como quieras llamarla, me está enloqueciendo?.- Había días en los que ya no me reconocía, me levantaba a primer hora del ocaso para salir a alimentarme antes de que ella me detuviera, estaba comenzando con una conducta muy extraña y algo psicópata además de que no quería que mi existencia siguiera siendo un drama.
Mi rostro solo denotó ternura en ese momento, quería que ella viera las cosas que estaba sucediendo realmente y no solo que viera su entretenimiento o el mío.
Nuestros labios se separaron lentamente dejándome una sensación cálida y suave en los míos propios. Me los saboreé cerrándolos ojos para no olvidar aquella sensación esperando que se quedara grabada en mi memoria para siempre. Incluso si en mi partida encontrara mi final ahora sí podía encontrarlo feliz. (off: que puto dramático... se parece tantito a Marco jajajajaj) "¿El último? ¿Acaso te vas a ir?" su voz denotaba duda y sorpresa. Pasé mi mano que sujetaba su nuca por el costado de su rostro acariciando tiernamente su cabello sin dejar de observar la belleza de su rostro.
Me eché hacia atrás recargándome en la pared de detrás mío que no se encontraba muy lejos, lo que me permitió estar a una estatura más a su nivel y la seguí sujetando por la cadera dejándola en medio de mis piernas. -¿En serio no te has dado cuenta de que esta relación tan como quieras llamarla, me está enloqueciendo?.- Había días en los que ya no me reconocía, me levantaba a primer hora del ocaso para salir a alimentarme antes de que ella me detuviera, estaba comenzando con una conducta muy extraña y algo psicópata además de que no quería que mi existencia siguiera siendo un drama.
Mi rostro solo denotó ternura en ese momento, quería que ella viera las cosas que estaba sucediendo realmente y no solo que viera su entretenimiento o el mío.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
El pasillo se quedó sumido en un silencio sin conseguir una respuesta de parte de Lyam, a cambio, este me acarició tiernamente el cabello sin dejar ni un segundo de observar mi rostro.
Se echó hacia atrás, recargándose contra la pared que quedaba justo detrás nuestro y me siguió sujetando hacia él, arrastrándome entre sus piernas.
"¿En serio no te has dado cuenta de que esta relación tan como quieras llamarla, me está enloqueciendo?" preguntó finalmente.
Me quedé observándole escasos segundos con el ceño fruncido, hasta que finalmente baje mi mirada hacia el suelo, pensativa.
De razón no le faltaba. Nuestra relación era muy extraña y, visto desde afuera, seguro que parecía incluso psicópata. Por las "mañanas" ese juego de no dejarle ir, luego buscarle forzándole a estar conmigo de cualquier forma, luego gritos y amenazas hasta que alguno de los dos cede y lo único que queda es lo que sentimos en realidad.
Ladeé ligeramente la cabeza mientras la subía para encontrar sus ojos de nuevo, y descubrir la ternura que desprendía su rostro en ese momento. Suspiré mientras arqueaba ligeramente una ceja y me puse a juguetear un uno de sus mechones rubios que le caían por los hombros.
- Supongo que tienes razón - dije con tono neutro mientras observaba su mecho entre mis dedos. - Aún así, no quiero que te vayas. -
Entendía que quisiera irse, aunque solo fuera por una temporada, pero era demasiado egoísta como para dejarle ir.
Se echó hacia atrás, recargándose contra la pared que quedaba justo detrás nuestro y me siguió sujetando hacia él, arrastrándome entre sus piernas.
"¿En serio no te has dado cuenta de que esta relación tan como quieras llamarla, me está enloqueciendo?" preguntó finalmente.
Me quedé observándole escasos segundos con el ceño fruncido, hasta que finalmente baje mi mirada hacia el suelo, pensativa.
De razón no le faltaba. Nuestra relación era muy extraña y, visto desde afuera, seguro que parecía incluso psicópata. Por las "mañanas" ese juego de no dejarle ir, luego buscarle forzándole a estar conmigo de cualquier forma, luego gritos y amenazas hasta que alguno de los dos cede y lo único que queda es lo que sentimos en realidad.
Ladeé ligeramente la cabeza mientras la subía para encontrar sus ojos de nuevo, y descubrir la ternura que desprendía su rostro en ese momento. Suspiré mientras arqueaba ligeramente una ceja y me puse a juguetear un uno de sus mechones rubios que le caían por los hombros.
- Supongo que tienes razón - dije con tono neutro mientras observaba su mecho entre mis dedos. - Aún así, no quiero que te vayas. -
Entendía que quisiera irse, aunque solo fuera por una temporada, pero era demasiado egoísta como para dejarle ir.
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Re: ¿En serio neceistas ayuda? [Privado A. Hannover]
Su mirada examinando mi semblante "tierno" en aquel momento era lo único que me podía detener de irme en ese momento, si las cosas fueran siempre así probablemente dejaría de enloquecerme, pero también probablemente las cosas se enfriarían, y era lo que no me gustaba, yo quería a Aleera tal cual era, con aquellos arrancones que me sacaba y siempre me dió miedo que si nos poníamos un poco más serios ella dejara de interesarme. Pero eso era algo que solo podría veriguar si nos poníamos más "serios" y al final ninguno de los dos lo hacía, pensaba que ella sentía aquello mismo, pero nunca habíamos hablado de ello.
Enredó uno de sus dedos en un mechón de mi cabello y ladeé la cabeza hacia su mano solo un poco y permanecí inmutado, disfrutando aquel silencio que nuestros corazones apaciguados nos daban y que ni los gritos ni las bajas pasiones nos arrebataban.
Pasé mi mano por detrás de su cuello atrayéndola más a mí, me gustaba esa sensacion de pertenencia cuando la tenía así de vulnerable. -Y si no me voy entonces...- me hubiera gustado terminar la farse con un "¿que pasa con nosotros?" pero mejor lo dejé así en suspenso, que entendiera a que me refería, no era tonta y tampoco quería evidenciarme completamente, estaba mil por ciento seguro que lo entendería pero si salía por la tangente entonces no había más que ahcer por ahí ya.
Enredó uno de sus dedos en un mechón de mi cabello y ladeé la cabeza hacia su mano solo un poco y permanecí inmutado, disfrutando aquel silencio que nuestros corazones apaciguados nos daban y que ni los gritos ni las bajas pasiones nos arrebataban.
Pasé mi mano por detrás de su cuello atrayéndola más a mí, me gustaba esa sensacion de pertenencia cuando la tenía así de vulnerable. -Y si no me voy entonces...- me hubiera gustado terminar la farse con un "¿que pasa con nosotros?" pero mejor lo dejé así en suspenso, que entendiera a que me refería, no era tonta y tampoco quería evidenciarme completamente, estaba mil por ciento seguro que lo entendería pero si salía por la tangente entonces no había más que ahcer por ahí ya.
Lyam Kromer- Vampiro Clase Alta
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