Un poco de ayuda al leer ~ Privado.

por **Nahuel** Miér Mayo 10, 2017 5:10 am

Llevaba varios días mal. Beatrice se había marchado lejos de París y ni siquiera había sido capaz de despedirse de mí o de Brave. Ni una nota, nada. Me había enterado por mis propios medios cuando una tarde fui a su casa para ver como estaba y me la había encontrado vacía y cerrada a cal y canto. Ni siquiera transformado en Brave había podido colarme por las cañerías. ¿Por qué se había marchado sin darme si quiera una explicación? Creía que entre nosotros había algo que empezaba a ser real, al menos para mí... Ella al parecer, había preferido seguir el camino que le había dictado su madre y se había marchado con un hombre que le correspondiera más en lo relacionado a la clase social y el dinero. Su marcha me había dejado un hueco en medio del pecho que dolía y me ardía. Poco a poco estaba comenzando a perder el control de mí mismo. Robaba más, me metía en peleas con seres más grandes y más fuertes que yo... Lo único que me calmaba era refugiarme en los libros.

Llevaba también varios días, incluso semanas, encerrándome en la biblioteca cogiendo un libro con letras grandes y leyendo solamente varias páginas. No hacía otra cosa, solamente quería evadirme de todo, aunque acababa completamente exhausto por el esfuerzo mental que tenía que llevar a cabo. Mejor, así no me metería en más problemas, incluso mis padres me habían dicho que me veían peor que cuando era un "adolescente".

Aquella mañana, decidí que iba a pasar todo el día en aquel lugar, si es que no me echaban de allí por mis ropajes de poca calidad. El día estaba algo nublado y corría una brisa, pero no llegaba a hacer frío, así que solamente con mi ropa de siempre, valía. Comí una manzana por el camino desde mi casa hasta aquel sitio, era un paseo de veinte minutos, un paseo agradable, para despejarme. Terminé la manzana justo cuando tenía delante de mí el edificio. Sonreí y comencé a entrar por las instalaciones. Eran grandes, de color claro para relajarse, había ventanales para que entrase la posible luz del día. Eché un vistazo a mi al rededor, saludé al bibliotecario con un gesto de la cabeza y me encaminé a mi sitio de siempre con mi libro de siempre. Ya iba por la página seis. Todo un auténtico logro para mí.

por **Martin Nazgul** Sáb Mayo 27, 2017 6:38 pm

Muchas personas pasan por la biblioteca, son tantas personas que disfrutan de la estadía del silencio y las letras dentro de este ambiente. Lo gracioso es que algunos llegan a recordarme a mí debido a este trabajo, y me saludan por la calle. Otros me recuerdan pero me miran con desprecio, como si trabajar en la biblioteca fuese de la peor clase. Así entonces me desenvuelvo, pero no me preocupo por aquellos que desean verme mal o algo por el estilo, más reconozco que me produce también algo de extrañeza y lástima por ese tipo de personas.
Fue entonces en una ocasión, que decidiría observar con más detenimiento a los presentes que se encontraban en la biblioteca.

Desde el mesón, había estado toda la mañana clasificando títulos, y ordenando estantes por lo que estaba un poco atareado, pero me servía para focalizar algunos seres sobrenaturales que entraban y salían de la biblioteca, y me encontré con una gran casualidad de la cual no me había percatado antes, porque no había tenido la oportunidad de acercarme a ese Ser. Era un visitante constante en la biblioteca, que siempre buscaba libros para aprender a leer, pero estaba siendo autodidacta y me pareció una característica muy curiosa ya que la mayoría de esas personas, vienen con un guía o maestro que les apoya en su aprendizaje.

Me encontraba cercano a él, y con un gesto amable me saludó al entrar. Había terminado de posicionar un libro en un estante, cuando lo observé disimuladamente desde mi posición. Su aprendizaje iba en progreso y fue entonces cuando en mi nació la posibilidad y disposición para poder ayudarle en lo que fuese necesario. Me la pensé dos o tres veces la idea, porque nunca le he enseñado a nadie a leer, porque es algo tan básico que el hecho de que aquel cambiante estuviera recién aprendiendo me causaba un dulce sensación de inocencia.

-Disculpe… ¿Necesita ayuda en algo?- le pregunté directamente en un tono suave, y yo era una persona de pocos rodeos. Mi voz baja parecía secretarse junto a la presencia empedernida del joven que intentaba leer. –Si estás intentando aprender a leer, te puedo recomendar otros libros ya que veo, que siempre ocupas el mismo.- esbocé una media sonrisa con amabilidad y mis ojos comprensivos se posaron en la mirada del muchacho, esperando su respuesta. Y esperaba también no haberle interrumpido su paz y su misión con ese libro…

por **Nahuel** Mar Jun 06, 2017 3:52 am

La erre con la e, re... y así, poco a poco conseguía leer unas pocas páginas del libro. La página seis se me estaba haciendo difícil, tenía palabras largas y sumamente complicadas, no como la página uno, que solamente tenía palabras como casa, silla etcétera. Seguí en mi empeño por leer la palabra, era una palabra larga, que seguramente pocas personas la utilizaban a lo largo de su vida, porque era una cosa que solamente sucedía cuando había lluvia y tormentas con muchas nubes negras, cuando el cielo tronaba durante toda la noche y asustaba a las personas más cobardes en la seguridad de sus casas. Si Beatrice hubiera estado conmigo, seguro que me diría como se leía esa palabra y también me diría que en esas noches, prefería que me quedase a dormir porque le daba miedo.

Pero Beatrice ya no estaba. Mi corazón se afligió un poco y noté como me estremecí. No debía de pensar en ella, porque dolía y mucho. No debía, pero lo hacía y constantemente, además. Aún recordaba su risa, sus lágrimas, su dientes perfectos y sobre todo recordaba el calor de su cuerpo junto al mío y junto al de Brave. También recordaba a la perfección su música y tenía guardada la armónica que me regaló. ¿Qué iba a ser de mí sin ella?

Una voz y una sombra hicieron que todos mis pensamientos se esfumasen igual de rápido como habían venido. Era el bibliotecario y al juzgar por su olor, era un cambiante como yo. Esperaba que sus transformaciones no tuviesen hambre de las mías, no quería tener que salir corriendo de uno de los pocos sitios en los que me sentía bien. Su ayuda me vendría bien, pero también me daba vergüenza admitirlo.. así que suspiré. ¿Quién mejor que él para enseñarme? Si ocupaba ese puesto, tenía que saber leer. - Necesito ayuda con esta palabra...- Se la señalé. (Relámpago). Negué con la cabeza ante su ofrecimiento de dejarme otro libro para no tener que leer siempre el mismo. -Es muy amable, pero empecé este libro hace unas semanas y... Me gustaría acabarlo, si no es molestia. No creo que mucha gente aquí quiera este libro. Pero cuando me lo acabe, estaré encantado de escuchar sus recomendaciones.- Añadí y sonreí mientras desviaba mi mirada de la de él y la centraba en la "re..."

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