Escondiéndose de la luna (Libre)

por **Amber Aveiro** Sáb Jun 01, 2013 4:25 pm

Parecía que las cosas iban mejorando, al menos después de platicar con Shael todo había mejorado, el perdón llegaría con el tiempo o al menos eso era lo que ella esperaba, sin embargo no podía negar que le había encantado verle de nueva cuenta, eso había sido para ella como estar en el mismo cielo, ¿Seguía enamorada? Podría ser que sí, pero al menos ya no era una niña como para caer en los pies de alguien, le costaría de nuevo acostumbrarse o tal vez reconquistarlo, pero no había ido por eso, sólo por la idea de que necesitaba su perdón para que la consciencia le quedara tranquila o mejor dicho sólo para explicarle y no quedarse con aquél remordimiento que le carcomía el cerebro todos los días, había sido por ella, no por él.

Intentar engañarse así misma la hacía sonreír, pero por lo menos engañaba a alguien, no sabía si los demás creían aquello, prefería no estar en casa, no podía, porque quería estar abrazada a aquél, una completa ironía pero también una absoluta verdad. La noche todavía no caía en su totalidad y ella se encaminaba hacia el teatro, al normal, por decirlo de algún modo, no sería tan idiota de ponerse frente a los propios enemigos.

Entró al sitio pidiendo uno de los palcos privados, sin problema se lo otorgaron y acomodó la falda de su vestido para que no estorbara mientras que observaba el escenario, quería distraer la mente, observar algo que no fuera real, ni siquiera el sufrimiento, ese día quería estar tranquila, y saber que era mejor, seguir callando o dejarse llevar de nueva cuenta y que todo saliera como quisiera el destino, aunque su propio temperamento se lo prohibía.

por **David Crow** Lun Jun 03, 2013 10:14 pm

Miro hacia atrás y noto que era seguido por dos hombres bastante corpulentos, lo venían siguiendo desde las seis de la tarde de ese día, cuando aun estaba llevando un maletín repleto de joyas robadas de una de las mas prestigiosas joyerías de la zona, era una de esas entregas urgentes porque la policía investigaría enseguida al malhechor que se había encargado de hacerse de ellas.

El maletín había llegado en condiciones al lugar de destino, la plata había sido cobrada y colocada en el banco después del correspondiente tramite y ahora cuando se disponía a volver a casa y relajarse en la tina con una copa de vino a su lado... esto!

Dos matones que lo siguieron desde el banco, de seguro pensarían que me quedé con algún dinero o que retiré algo del banco, obviamente no podía ni pensar en enfrentarlos, en condición física era desfavorecido lamentablemente. Era el tipo de cuerpo que le tocó: flaco, poco fornido, pero con un carisma encantador que compra a la primera mirada. Eso era producto de su autoestima, solo eso lo mantenía vivo en el mundo ademas de la inteligencia y astucia.

Iba por la calle, como nunca, con poca gente, apenas iluminada en sectores, así que aceleró el paso. Buscaba, impaciente, un lugar donde poder entrar y esconderse hasta perder el rastro de estos dos. Y ademas necesitaba vino, o algo para tomar, tenia sed, sed que le llegaba a la garganta, era atroz!

Y la oportunidad llegó a su cara, cuando se topó con un cartel de teatro pegado en una pared, y definitivamente accedió. Palpó la billetera en su bolsillo, podía hacerlo. Giró repentinamente sobre su pie y entró en la recepción del teatro, donde había mucha gente, robó un sombrero de un hombre desprevenido y se lo colocó para confundir a sus seguidores y se metió detrás del telón de ingreso. No fue visto por el que controla el ticket así que nada pasó. Había mucha gente cada una en su mundo. Fue hasta el final del pasillo donde había una puerta semi- abierta y entró sin preguntar, con seguridad de sus pasos, y vio a una dama sentada en el palco... mmm estará sola?

Veamos... pensó mientras se acercaba con cautela.

-Discúlpeme Mademoiselle, este asiento esta ocupado? - señalando la banca a su lado y observándola con brillo en los ojos, los ojos como los de ella captaban la atención de cualquiera.

por **Amber Aveiro** Dom Jun 23, 2013 7:54 pm

¿Por qué no podía dejar de pensar en él? ¿Por qué siempre estaba en su mente? ¿Por qué parecía una maldita quinceañera enamorándose por primera vez? Afortunadamente su mente se encontraba tranquila, aunque con muchas preguntas, sin embargo ya no la alteraban como siempre, estar a la defensiva ya no le producía ningún bienestar "Hubiera venido con él" suspiró mientras veía a las personas que iban llegando en el nivel inferior, algunas mujeres tomadas del brazo de algunos caballeros ¿Para eso quería ir con él? Pues sí, para decirles que era suyo, aunque ¿De verdad lo era? De nuevo un suspiro y optó por regresar a su posición anterior en la silla sin ver a los demás, así sus pensamientos no se estarían volviendo locos y sus pies no le dirían que era mejor volver a casa "Necesitas distraerte" se dijo a sí misma, después de todo no se la podía pasar pegada a él, ni tampoco lo haría.

Una voz la trajo de nuevo al teatro y observó al hombre -No, monsieur, está libre, si gusta sentarse, adelante- su mano hizo un ademán bastante ligero mientras observaba al hombre por unos segundos para después regresar su vista al escenario, acababan de anunciar la primera llamada, uno de los hombres del teatro se acercó al palco preguntando si quería algo -Una copa de vino, por favor- instintivamente se giró hacia el que se había convertido en su acompañante hacía apenas unos minutos -¿Usted pedirá algo?- cuestionó antes de dejar ir al mesero pues ella dentro de todo siempre se había catalogado como cortés.

-Mi nombre es Amber- dijo con cierta elegancia en el tono de la voz mientras que de nuevo se acomodaba en la silla, parecía incómoda, y no era eso, estaba un poco ansiosa de pensar que Shael despertaría y de nuevo no la vería en casa, eso le estaba comiendo la cabeza, pero no podía salir corriendo, mantendría la calma toda la función o al menos hasta donde pudiera, respiró profundo intentando calmarse de nueva cuenta.

por **David Crow** Dom Jun 23, 2013 11:28 pm

Una puntada a la altura del pecho se presentó como muestra del temor que por un instante lo atemorizó.

Que no sea el palco privilégié, que no sea el palco privilégié, que no sea ...

Pensaba a medida que se acercaba el hombre que servía. Sus conocidos mas adinerados le habían sugerido en caso de encontrarse en un lugar sofisticada, que tratara de mantener la compostura, no hacer nada idiota y conservar la calma. Él le había preguntado "¿Por qué motivo tendría que perder la calma?" y la respuesta fue mas que convincente: "Porque no eres mas que sapo de otro pozo mi estimado". Y tenían razón, lo mas probable era que la tan bonita dama estuviera en un palco de los caros, seria de una clase distinguida, tendría familiares ricos, marido rico, casa de lujo y cosas por el estilo. Se sentía tal como este hombre le dijo en su momento y cuando lo encontrara seguramente recordaría este momento. Pero... ¿quien no quisiera ser parte de esta clase? Lo mas próximo a ello era robar cosas, robar relojerías, bijouterie cara y a los terratenientes del lugar, hombres de negocios y mujeres de alta alcurnia; y eso era justamente a lo que se dedicaba David.

- Si, como no. Lo mismo que la dama caballero - asintió a la invitación manteniendo la calma como se le sugirió y mostrándose libre en sus movimientos. Confianza no le faltaba. Sin embargo notaba cierto nerviosismo en la mujer de bellos ojos. Que bellos ojos tenia, y sus rasgos eran refinados, era preciosa. No tenia chances de seguro, pero porque no intentar al menos hablar con ella, sentar alguna conversación, fingiendo en lo posible ser otro porque la realidad simplemente la alejaría en una primera instancia.

Por suerte ella fue la primera en dar el paso inicial, que era ofrecerle su nombre.
-Amber, inspirador nombre por cierto, el mio es algo mas simple, soy David. ¿Aprecia esta obra o solo vino a distraerse un poco?- le pregunto para continuar con la conversación antes de que la obra comience, no sabia de que se trataba pero algo iba a inventar. Al menos ella le daría un indicio.

por **Amber Aveiro** Dom Jun 23, 2013 11:45 pm

Ella se había acostumbrado a salir sola, generalmente no se había relacionado con nadie mientras estuvo lejos de casa, siempre parecía hermitaña y en algunas ocasiones se le acusaba de misántropa, pero no lo era, simplemente no quería relacionarse con nadie para no terminar haciendo daño ni hacérselo a sí misma, ya había padecido demasiado como para seguir en las mismas, después de todo ya había comprendido las cosas o al menos eso era lo que parecía.

Observó cuando el mesero se fue del palco, Shael la había acostumbrado a tenerla como una princesa y esas eran costumbres que no se olvidaban aunque él no estuviera cerca, observó de nuevo al hombre, no era un humano común, pero eso ahora no importaba, parecía que iba en son de paz así que sencillamente se quedó quieta, con la misma amabilidad que en un principio -No creo que mi nombre sea inspirador, pero le agradezco las palabras- mencionó sin un sonrojo en las mejillas o alguna clase de nerviosismo, eso no era para ella, hacía mucho que los halagos no le producían mariposas en el estómago o hacían que las piernas le temblaran, los flirteos habían dejado de surtir efectos y los tomaba como simples amabilidades.

-Mucho gusto, David- mencionó de nuevo observando por el palco por unos segundos para después volver la vista a su acompañante -La realidad es que salí de casa y no tenía nada mejor que hacer, un cartel se me atravesó y pensé que sería buena idea para pasar el rato, no tengo la menor idea de que obra es, pero sé que tengo palco exclusivo- encogió los hombros como si eso fuera lo de menos y la verdad es que así lo era -Aunque no sabía que era compartido...- terminó por decir mientras le miraba de nuevo a los ojos y sonreía, no sabía porque estaba el hombre ahí y aunque no le importaba las palabras le habían salido solas -¿Y usted por qué está viendo esta puesta en escena? Por los comentarios que alcancé a escuchar es un poco escandalosa, tiene algunas escenas en donde las mujeres salen con poca ropa y eso hace que medio teatro se escandalice, pero aún así siguen teniendo abarrotado el lugar ¿Morbo o arte?- preguntó con una sonrisa dibujada en los labios, irse por las ramas tampoco era lo suyo.

por **David Crow** Miér Jun 26, 2013 11:59 pm

Ouch, era el palco privilégié, como era de esperar, la suerte lo acompañaba a menudo y por ello seguía aun con vida, pero la fortuna... eso era otra cosa.

Sin contener una risa que poco tenia de burla, sino mas bien de empatía se dirigió a su comentario del nombre, pero realmente le había salido así, le gustaba el nombre Amber porque le recordaba al ámbar, las joyas mas preciadas por ser difíciles de conseguir en Paris.

La observó con una fingida sorpresa que ocultaba una mirada picara de fondo, como las de los niños, mientras mencionaba lo de su palco, no se la notaba molesta por compartirlo al menos, así que no tenia porque retirarse de allí.

-Poca ropa dice? Haha, en realidad solo entré porque como usted estaba algo aburrido, definitivamente para ver mujeres en poca ropa están los burdeles y esos lugares oscuros por la noche, donde a pesar de todo hay vida.-
Mejor deja de hablar de la noche, David, se dijo a si mismo mientras examinaba su expresión que se notaba relajada y calma, sumamente natural.
-Como le decía, creo que en su medida justa puede ser arte, pero cuando se pasa de gestos o de belleza ya lo consideraría morboso y hasta obsceno quizá- tomó su copa recién servida y la elevó por debajo de su barbilla mientras proponía un brindis improvisado - A la salud de nuestro aburrimiento - dijo acercándola a ella.

Suspiró al beber, le gustaba el aroma al vino, este en particular era exquisito. Con el mayor disimulo posible se puso a buscar a sus perseguidores por entre la muchedumbre y los palcos aledaños. Todo parecía estar sereno, las miradas estaban pendientes del escenario que de a poco iba cambiando de tonalidades de colores, apagando y encendiendo luces en la prueba acostumbrada. A medida que pasaban los minutos parecía aumentar su tensión, había sentido que aun estaban persiguiéndolo y rara vez se equivocaba en esos pálpitos. Tenía temor, un disparo a la distancia y su vida acabaría así nomas, en un breve momento de descuido.
Su mirada no dejo de bailar de lado a lado y su boca se tensiono.

por **Amber Aveiro** Dom Ago 04, 2013 11:48 pm

-Burdeles... Tabernas y demás, en cualquier sitio se puede encontrar con la desnudez humana, supongo que es natural... Sólo que unos se escandalizan más que otros, aunque sigo sin encontrar el verdadero motivo para que ocurra tal situación... ¿Usted sí?- las palabras de Amber habían sido tranquilas, naturales y ligeras, no pretendía criticar que el hombre frecuentara burdeles ¿Quién era ella para hacerlo? Pues sencillamente nadie, que Amber estuviera enamorada no quitaba que los demás hicieran con su cuerpo y vida lo que se les antojara, así como también podía hacerlo "él" cuando bien le pareciera.

-Por el aburrimiento, que a decir verdad no siempre deja cosas malas- sonrió y degustó un trago de aquél vino que parecía exquisito, deleitando sus papilas con el fuerte sabor del alcohol que iba dejando su huella en la garganta de la loba.

Un movimiento rápido de ojos por el escenario le hizo notar que ya casi estaba completo pero su acompañante improvisado parecía que no se encontraba del todo bien -¿Le ocurre algo?- preguntó observando el rostro del hombre, trataba de analizarlo, de obtener respuestas que ella no necesitaba para poder seguir con aquella velada pero que de alguna forma le contrariaban, no se podía concentrar si alguien estaba a su lado moviéndose aunque fuera discretamente sus sentidos la hacían notar los pequeños movimientos nerviosos.

OFF: Lamento la tardanza T_T

por **David Crow** Miér Ago 14, 2013 9:17 am

FDR: No hay problema Amber!

Suspiró una vez mas por verse entre la espada y la pared, su nerviosismo lo había llevado a tal punto de no tener manejo sobre si mismo, obviamente alguien observador lo notaria. ¿Que mas podía hacer allí?, nunca supuso que iba a entrar también en el teatro!

Levantándose del asiento y yendo por detrás de la dama para evitar el contacto cercano con la multitud del salón, para no ser visto se agazapó detrás de ella y le hablo desde allí.

-Es complicada mi situación Señorita. Verá, yo estuve intentando armar una relación con cierta dama de prestigio hasta hace poco tiempo, su familia terminó enterándose de ello y dejando bien en claro que yo no era un buen partido para ella me obligó a alejarme lo mas que pude. A pesar de ello no pudimos evitar encontrarnos en cierta oportunidad en lugares no tan recónditos porque por mala fortuna uno de los hermanos de ella nos encontró juntos y juró vengarse de mi, dándome muerte por haberla enamorado...Ja! ¿Acaso yo soy el único responsable por los sentimientos mutuos? - se jactó mientras volvía su cabeza al suelo apoyándola en el dorso del taburete de la dama.

-Me mantendré aquí solo por si acaso, no quiero que esta noche sea la última- prosiguió - solo indíqueme si llega a notar a alguien que mira fijo hacia aquí, por favor Madame- lentamente levantó un poco la vista a la altura de ella colocándose al margen de su cara para no ser visto en caso que estuvieran dándole caza aun estos dos hombres. Estando en el teatro era medio complicado que lo mataran frente al resto de las personas, pero podían arrastrarlo hasta afuera o incluso podían dejarlo inconsciente de un solo golpe, eran hombres fornidos. Estabas con los nervios de punta. Se vería raro de pronto ver en la mitad del espectáculo un cuervo cruzando el salón. Solo por eso optaba por anular la idea de salir corriendo de allí. Y aun quedaba el interrogante mayor: ¿Sería la dama parte del grupo que iba a darle caza esta noche?.

por **Amber Aveiro** Vie Ago 16, 2013 12:11 am

Levantó la ceja al notar como el hombre casi que la estaba usando como escudo, se quedó sentada en el taburete mientras la copa bailaba entre sus dedos, no entendía como alguien podía ser tan cobarde, no era un simple humano, eso se notaba a kilómetros, a menos que se estuviera escondiendo de algún inquisidor o cazador, podría entender de alguna manera la forma de comportarse tan infantil, simplemente para ella era algo ilógico, aunque quizá ella haría lo mismo, saber el motivo por el cual lo perseguían la hizo levantar una ceja, llevó la copa hacia sus labios degustando el líquido carmesí que esta contenía, dejando en su paladar un sabor agradable.

-Bueno, creo que debería existir algún tipo de libertad para con las personas, los sentimientos es algo en lo cual no se puede mandar, aunque yo quisiera enamorarme de alguien por simple conveniencia no pasaría, quizá me acostumbraría a su presencia, pero ¿Amor? No lo creo, así que cuando existe algo puro y real debería respetarse e intentar que perdure...-un suspiro salió de sus labios cuando iba diciendo todas aquellas palabras, ella se encontraba luchando por amor, pero no sabía si saldría bien librada, se quedó en aquella posición dejando que su vestido cubriera la parte inferior de la silla así no se verían cuatro pies aunque cada vez que fuera el mesero a ver si algo se le ofrecía, se le haría raro ver a alguien escondido -¿Prefiere que mande a cerrar el balcón para que eviten las entradas innecesarias?- mandó a llamar a seguridad, el peso que podía llegar a tener Van Lorens podía siempre ayudarla, no todos sabían que ya estaban o no estaban, su vida privada siempre era eso... Privada.

[color:1fff=dodgerblue-Pues nadie está volteando en este momento, además puede salir de atrás en cuanto bajen la intensidad de luz, se confundirá, siempre puede inventarse cualquier historia-encogió los hombros buscando con la mirada tanto al mesero como a aquellos dos que se supone venían buscando a su acompañante, le gustaba estar en medio de pleitos, para ella la adrenalina era algo que le gustaba más de lo que realmente quisiera.

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