AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
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Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
Recuerdo del primer mensaje :
Me quedé mirando el salón privado que había alquilado en el maravilloso centro de París. Esperaba que las personas que invitara viniesen. Era mi primer tertulia en mucho tiempo, París me conocería, como lo había hecho Inglaterra.
De soslayo miré las puertas, todo estaba perfectamente ubicado para que las personas disfrutarán de esta fascinante noche. Se sentó en una silla, admirando la oscura noche. -sin luna-
Que perfecta ocasión. Ya tenía guardados algunos humanillos en el sótano para que algunos fuesen a jugar, todo estaba perfectamente planeado la noche, la fiesta, las invitaciones, sólo faltaba los aduladores vampiros y otros seres que deseasen venir.
Un poco más de las once de la noche, ya casi sería media noche. Ya pronto, las personas irían llegando a La Collecte de Sang.
Sonriendo me escondí en una habitación, iba equipada con un cama victoriana, y cortinas pesadas negras. No me agradaba dormir en ataúdes, prefería los cuartos equipados para seres como yo. Me quedé sentada a la orilla de la cama, con vino en mano. Las personas sabrían quien era la fascinante e intrigante Madame Van Loon.
De soslayo miré las puertas, todo estaba perfectamente ubicado para que las personas disfrutarán de esta fascinante noche. Se sentó en una silla, admirando la oscura noche. -sin luna-
Que perfecta ocasión. Ya tenía guardados algunos humanillos en el sótano para que algunos fuesen a jugar, todo estaba perfectamente planeado la noche, la fiesta, las invitaciones, sólo faltaba los aduladores vampiros y otros seres que deseasen venir.
Un poco más de las once de la noche, ya casi sería media noche. Ya pronto, las personas irían llegando a La Collecte de Sang.
Sonriendo me escondí en una habitación, iba equipada con un cama victoriana, y cortinas pesadas negras. No me agradaba dormir en ataúdes, prefería los cuartos equipados para seres como yo. Me quedé sentada a la orilla de la cama, con vino en mano. Las personas sabrían quien era la fascinante e intrigante Madame Van Loon.
Última edición por Eryn Rose van Loon el Miér Jul 17, 2013 9:53 am, editado 1 vez
Kidagakash- Hechicero Clase Baja
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Re: Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
¡Mirad el mar rojo! ¡Las caras sorprendidas por este, el estilo de la brujería!
Eryn no volvió a pensar en el hombre que se había presentado como su creador después de ciento veintiocho años de valerse por si misma. Sí, sabía que él era, no podía haber duda después de la conexión que habían obtenido en su extraño baile, cargado de mucho sentimiento y a la vez de un vacío eterno. Simplemente hizo caso omiso de la visita que la había enloquecido, y se dispuso a bailar con Jacques, el apuesto Jacques. Bailaron un par de veces, ella se sintió nuevamente en su zona de confort. Faltaba poco para el final de su tertulia, y tenía planeado algo que sorprendería a muchos. Con su oído increíblemente desarrollado supo que todos los humanos se habían muerto, no se escuchaba ningún corazón, nada. Suspiró lentamente, esperaba que hubiesen disfrutado, no todos los que habían muerto eran inocentes, la gran mayoría habían sido malhechores, sabía que su fanatismo por el dolor era una consecuencia de la muerte de su hermano, muy profundamente, bajo todo lo que a ella la componía, sabía que quitar vidas inocentes estaba mal, era como matar mil veces a su hermano, siempre noble en vida. Pero el deseo por que otros sufrieran un dolor parecido al inmortal de ella, la reconfortaba, aún cuando sus acciones pudiesen llevarla a la perdición.
Bailó con casi todos los presentes solteros, y charló con un par de doncellas, de todo tipo de raza. Pero un extraño olor humano la golpeó. ¿Había un humano en su fiesta? Siguiendo el olor se encontró con una hermosa mujer, esbelta agarrada firmemente de un vampiro, los dos mantenían una grata conversación con Jacques.
Una humana.
Y no estaba sola.
No quería indisponer a nadie, y rogaba que todo esto no se formara un alboroto. Así que decidió acercarse, pidiendo a Jacques que presentase a sus amigos; el hombre, el vampiro, asió a la doncella humana desconfiando-por obvias razones-de ella. Así que solamente sonrió
—No se preocupe señor Nygard, en este pequeño lapsus de tiempo que he conocido a el señor Roman, me ha hecho estimarlo, por lo que jamás haría algo en contra de algún allegado suyo—y volviéndose hacia la muchacha dijo:—aunque sé que está de más pedirlo, ruego que no se aleje de su acompañante, imagino que sabrá quiénes están en este lugar, por lo que entenderá que si se aleja podrá poner en riesgo su vida. Aquí no hay ley, y a pesar de que usted me ha caído muy bien, no puedo hacer mayores manos si alguien la toca, aunque no dude que lo intentaré—y era la verdad, Eryn no acostumbraba a llevarse bien con los humanos, puesto que eran su plato fuerte, pero ella no era una hipócrita que prometía familiaridad para luego cambiar de papel—Le pido también que mantenga la distancia del escenario principal, por que lo que viene más tarde, puede ser demasiado.
Y dicho esto, se alejó, tenía que seguir con su papel de anfitriona. Aunque ya le estaba disgustando el gentío que se estaba congregando, sabía que se había chismorreado sobre esta fiesta mucho más de lo que a ella le gustaría. Por lo que esto debía terminar. Así que subió al escenario, la pequeña orquesta dejó de tocar, le dio a Mikelangelo sus agradecimientos, mientras él bajaba del escenario. La gente se congregó para verle, pudo notar a Jacques, Galetea, Akseli, Hero y su acompañante, y a la humana que Akseli protegía. Todos se quedaron a la espera de que yo hablara. Pero simplemente desaparecí. Eryn sabía perfectamente que etnia entendería lo que estaría por suceder, pues su muy querida amiga Hashair, que era bruja y sus amigos gitanos harían el acto final, para acabar con esta tertulia. Hashair era su protegida, la bruja le tomó por los codos y sonrió.
—Es hora de que las brujas dominen la noche—le guiñó un ojo. Y se encaminaron, Eryn podía escuchar el murmurar de las personas.
Y sonrió. Divisó a Jacques, Akseli y Shunshine; tras su desaparición mágica, producto de su amiga bruja, Akseli había destapado sus colmillos y tenía una mano protectora contra Shunshine. Eryn sabía que nada le pasaría, no esta noche. Entonces le pidió a Hashair que tuviese máximo cuidado con la joven, que por su aura algo descontrolada, fue que Eryn supo que era una cambiaformas. Una de las cortinas rojas se alzó sobre los presentes. El rojo envolvió el cielo raso en frazadas, y parecía una momia bañada en sangre. La gente exclamó. Entonces, el rojo se espolvoreó en todo el sitio. Pues era uno de los trucos de Hashair. Tenían una expresión de terror. Eryn lo supuso debido al cambio de aura. Se quedó en silencio.
La gente intentó dispersarse, el miedo recorría a todos y la desesperación atemorizaba a las multitudes.
La gente no aprecia un buen acto-pensó la vampiresa mientras ponía los ojos en blanco.
Entonces, los tambores se escucharon, los gitanos empezaron a cerrar las puertas, mientras el boom sonoro que hacían sus instrumentos rodeaban a las multitudes, el espacio era grande, y las personas se encerraron en un círculo, Akseli se posicionó más protector.
Así que Eryn usó su don de telepatía sobre Jacques, el paranoico vampiro y la cambiaformas.
"No se preocupen, es todo parte del show, soy Eryn, disfruten del final"
Tras esto, esperó que Jacques les explicase sobre su don de telepatía. Eryn puso su helada mano sobre el hombro de la joven bruja.
—Haz tu magia—sonrió y Hashair lo hizo también.
Hashair movió todas las cortinas rojas, y los gitanos hicieron una danza alrededor del mar rojo, los gitanos se levantaron sobre los espectadores, las cortinas se amoldaron sobre estos. Y entonces, Shevine, la gitana predilecta de Eryn, se dejó caer en la inmensidad del mar rojo. Las personas exclamaron, mientras Hashair envolvía a la poderosa gitana. Eryn podría pagar más que esos míseros francos que Shevine pedía por sus increíbles actos.
Y la gitana, se movió en el aire, la gente ya conmovida aplaudió, muchos sonriendo, Galetea intensamente feliz, igual que otros brujos, esta magia blanca era muy difícil de controlar.
Con su voz de soprano y sus movimientos, Shevine cautivó al público presente. Algunos de los gitanos se congregaron a su alrededor, todo esto ocurría en el aire. La magia era poderosa.
Su dulce cantó lleno a la inmensidad, y entonces, dos panteras negras salieron de ella.
Por la expresión de la gran parte de la masa de gente, Eryn supo que eso los había más que sorprendido, y entendió que no habían presenciado algo así, las panteras podían cautivar a todos, pero si se encontraban con una humana común, podrían asesinarla. Todo era naturaleza salvaje. Las panteras acompañaron a la eterna doncella en su armonioso baile y luego del gran esfuezo de Hashair por terminar. Los gitanos desaparecieron al igual que lo había hecho Eryn. La anfitriona agradeció con fervor a todos. Y se perdieron por la parte trasera.
Acompañada de su ego, Eryn caminó hacia el escenario. Cuando la desaparecida anfitriona se reencontró con el público, la gente aplaudió. Las personas parecían idolatrar a la anfitriona. Eryn agradeció a todos los presentes.
Eryn le sonrió a Jacques entre la lujuria y la emoción. Volviendo la mirada a todos hizo una pequeña reverencia:
—Los espero nuevamente, por el momento sigan disfrutando antes del amanecer.
Y entonces, subió a su habitación. Guiñó un ojo a Jacques, la gente empezó a alejarse dando sus últimas palabras del lugar y el acto final.
Sonriendo por su cometido y por lo que seguiría con Jacques después, entró a su habitación. Eryn había marcado a los victorianos de París.
- Disculpa:
- Uno de los user que rolean, me ha alertado del error que he cometido moviendo a los personajes sin su consentimiento, hoy no podré rolear
Kidagakash- Hechicero Clase Baja
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Re: Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
‘’A miles de kilómetros siento tu esencia, tu sonrisa, tu extravagante y curioso andar. Me tienes extasiado tanto así que me siento emocionado de olfatear tu piel y llenarme de tus tonterías Hero Jaejoong’’
La música sonaba al son de los pasos de vals de los invitados, era todo un juego, yo solo estaba para él, viéndole y quedándome perdido. Pensé por dos segundos que podría estar exagerando pero sentía que eran siglos que no había escuchado esa malvada sonrisa mezclada con ternura, sinceramente estaba apuntando a la dirección correcta y había sido un gran alivio haber aceptado la invitación al estruendoso evento. Miraba caras conocidas y otras que jamás las había si quiera cruzado, no me importaba. Me fui directo a donde su aroma me llamaba. Estuve un rato contemplándole y después de acabar con ese jueguito me acerqué a él para cerciorarme de su aroma, todo estaba en orden, menos algo. Me quedé un rato pensativo y noté la picardía con la que Hero recordaba algo, como siempre respetando me quedé simplemente contemplándole, era como un niño gigante. —Claro que no, solo quería percatarme un poco más de tu esencia Hero, sabes que me encanta…- solté una sonrisa y le miré de pies a cabeza. Estaba muy bien combinado y elegante. Brillaba, así como su voz.
Me quedé observándolo unos minutos, es que siempre, desde que lo había conocido su luz me había encendido, era como un imán atrayente y sin descontinuo, que a pesar que te quieres hacer el fuerte siempre terminas en sus redes. Le aparté un mechón del cabello para verle mejor y apreciar sus ojos. Eran como los diamantes de su chaleco. Le detuve en seco cuando me tiró del hombro, como si me negara a la petición —¿Bailar?- miré alrededor y luego le clavé la vista —Eso no se me da muy bien sabes?- dije en tono de broma, pero no era cierto quería mentir a mi favor —Pero si es lo que deseas….- arqueé una ceja. —Me gustan los olores suaves y tiernos…- respondí suave para susurrarle al oído —Vainilla con un poco de Latte o agua de rosas… Quizás una flor que no sea tan dulce…- mencioné lo último con un muy marcado acento italiano y le ví.
—Molesto? Por qué debía de estarlo? Quizás ansioso Hero… solo quería continuar con la conversación que aquella noche no pudimos culminar.. He estado tan ocupado que no había tenido tiempo para nada… por muy irónico que se escuche… Demasiada gente para mi gusto. Aunque solo estoy aquí por ti… - sin esperarlo se había ido corriendo a la barra. Definitivamente era el mismo que había conocido. Volví con un vino barato que desde lejos lo percibia, tomé la copa y la levanté —Jajajajaja Barato sí y de mala calidad también… Quizás mi vino no sea el mejor, pero te aseguro que es mejor que cualquiera que hayas probado- tomé un sorbo, fue asqueroso.
Le miré ansioso, estaba como niño brincando pedirle a sus padres juguete nuevo. Coloqué en una mesa del lado la copa y le ofrecí mi mano viéndole. Solté una sonrisa —Ven…- le tiré de la mano y no esperé respuesta. Mi mano derecha se fue hasta su delgada cintura y la otra a uno de sus hombros, tomándole con fuerza y delicadeza a la vez. No le quitaba la vista de encima. Me acerqué a su oído y le susurré —Si quieres podemos irnos de aquí… Pronto esto será asqueroso, no hueles la sangre debajo de nuestros pies? Hay gentes esperando ser devorada… Te abre eso el apetito? Porque a mi no…- me quedé oliendo su cabello mientras le hablaba cerca, para que me escuchara mejor.
‘’Irónicamente me has atrapado, no estoy seguro si es lo mejor pero quiero ver esos rayos de sol que representa tu sonrisa y son ellos los únicos que calientan mi cuerpo’’
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
La cercanía de ese cuerpo cálido era agradable, tanto que había perdido la consciencia del lugar en el que nos encontrábamos, solo podía sonreir y guiarle lejos de cualquier vampiro que detectara su aroma y pensaran que ella era comida. Pero por ella estaba dispuesto a pelear con quien fuera, incluso aunque la pelea se llevara a cabo en un lugar como aquel.
Durante el baile y perdido en su aroma, fue imposible que me diera cuenta de la presencia de Jacques, hasta que este me toco el hombro.
De manera cortes nos saludamos y le presente a Shunshi; aunque no me agradaba la manera en la que me miraba cuando estaba con ella, era como que él sabía por donde iban las cosas con ella y debió notarlo más en el momento en el que vio en su cuello aquel preciado medallón que jamás dejaba por nada. Nuestra platica fue corta y banal, nada interesante que decir pero no porque no existieran cosas que hablar, si no porque no era conveniente considerando el lugar tan repleto de vampiros en el que nos encontrábamos.
Repentinamente hasta nosotros llego la vampiro detrás de aquella elegante fiesta y su presencia cerca no me gusto nada, por eso fue que abrace de manera protectora a Shunshi, aunque sus palabras me causaron una gracia y por respeto no me burle. "Hacer algo contra algún allegado"… ¿Jacques parecía mi protector?, en parte claro era bueno que siempre creyeran que era un vampiro joven, eso me daba ventaja sobre los demás pero la realidad es que pese a mi aspecto era mayor incluso que Jacques.
Espere hasta que ella se alejo para relajar un poco mi postura y lanzarle una mirada molesta a Jacques y después enfocarme en Shunshine.
- No hagas caso de lo que diga esa mujer, todo estará bien y si quieres ver el espectáculo, eso será lo que haremos no importa que digan o dejen de decir - y sin poder evitarlo le sonreí, porque con ella siempre era así, al igual que con Lanna.
Al ver a la anfitriona subir al escenario mire a mi amigo.
- Más vale que esa mujer no intente nada extraño - no mencione el nombre de Shunshi, pero sabía que los dos habían entendido perfectamente mis palabras y al momento de acercarnos a escuchar que era lo que la mujer diría me acerque a mi acompañante, listo para lo que viniera.
Pero antes de que cualquier cosa pasara la mujer sobre el escenario desapareció y quedamos ahí, así que mostré los colmillos intentando captar que era lo que tenía planeado esa mujer.
Mentiría si digo que esos momentos no me angustiaron, sobre todo porque había prometido proteger a la pantera. Lo bueno fue que Jacques me tranquilizo transmitiendo las palabras de la anfitriona aunque eso no disminuía mi molestia que era obvia. Después ante la entrada de las panteras a los actos que presenciábamos y a los cuales no había puesto mucha atención hasta ese momento me moleste aún más; tanto que cuando la vampiro salió para despedirse gruñí.
- No puedo creer esto… - mire a mi querida pantera entre molesto y avergonzado. Le había invitado a aquella fiesta y al final había resultado todo en amenazas ante su presencia, pero aún así me era imposible sentir alegría de saber que estaba conmigo ahí - Lo lamento mucho, en algún momento te lo compensare - y tomando su mano después de despedirme rápidamente de Jacques, nos dirigí a un lugar más alejado de todos - Shunshine… ¿quieres que nos vayamos o deseas bailar un poco más? - le preguntaba a ella porque al final, yo haría lo que ella deseara.
Durante el baile y perdido en su aroma, fue imposible que me diera cuenta de la presencia de Jacques, hasta que este me toco el hombro.
De manera cortes nos saludamos y le presente a Shunshi; aunque no me agradaba la manera en la que me miraba cuando estaba con ella, era como que él sabía por donde iban las cosas con ella y debió notarlo más en el momento en el que vio en su cuello aquel preciado medallón que jamás dejaba por nada. Nuestra platica fue corta y banal, nada interesante que decir pero no porque no existieran cosas que hablar, si no porque no era conveniente considerando el lugar tan repleto de vampiros en el que nos encontrábamos.
Repentinamente hasta nosotros llego la vampiro detrás de aquella elegante fiesta y su presencia cerca no me gusto nada, por eso fue que abrace de manera protectora a Shunshi, aunque sus palabras me causaron una gracia y por respeto no me burle. "Hacer algo contra algún allegado"… ¿Jacques parecía mi protector?, en parte claro era bueno que siempre creyeran que era un vampiro joven, eso me daba ventaja sobre los demás pero la realidad es que pese a mi aspecto era mayor incluso que Jacques.
Espere hasta que ella se alejo para relajar un poco mi postura y lanzarle una mirada molesta a Jacques y después enfocarme en Shunshine.
- No hagas caso de lo que diga esa mujer, todo estará bien y si quieres ver el espectáculo, eso será lo que haremos no importa que digan o dejen de decir - y sin poder evitarlo le sonreí, porque con ella siempre era así, al igual que con Lanna.
Al ver a la anfitriona subir al escenario mire a mi amigo.
- Más vale que esa mujer no intente nada extraño - no mencione el nombre de Shunshi, pero sabía que los dos habían entendido perfectamente mis palabras y al momento de acercarnos a escuchar que era lo que la mujer diría me acerque a mi acompañante, listo para lo que viniera.
Pero antes de que cualquier cosa pasara la mujer sobre el escenario desapareció y quedamos ahí, así que mostré los colmillos intentando captar que era lo que tenía planeado esa mujer.
Mentiría si digo que esos momentos no me angustiaron, sobre todo porque había prometido proteger a la pantera. Lo bueno fue que Jacques me tranquilizo transmitiendo las palabras de la anfitriona aunque eso no disminuía mi molestia que era obvia. Después ante la entrada de las panteras a los actos que presenciábamos y a los cuales no había puesto mucha atención hasta ese momento me moleste aún más; tanto que cuando la vampiro salió para despedirse gruñí.
- No puedo creer esto… - mire a mi querida pantera entre molesto y avergonzado. Le había invitado a aquella fiesta y al final había resultado todo en amenazas ante su presencia, pero aún así me era imposible sentir alegría de saber que estaba conmigo ahí - Lo lamento mucho, en algún momento te lo compensare - y tomando su mano después de despedirme rápidamente de Jacques, nos dirigí a un lugar más alejado de todos - Shunshine… ¿quieres que nos vayamos o deseas bailar un poco más? - le preguntaba a ella porque al final, yo haría lo que ella deseara.
Ackley Hinault- Cambiante Clase Alta
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Re: Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
“Por qué llamas tonterías a aquello que te mueve de solo verlo? Es quizá una tontería que te llena aquel alma podrida que tienes? Como un rico perfume, vainilla dulce o jazmín suave. Puedo ser el extremo que quieras. Nací para tener las caras que sean necesarias, siempre demostrando lo más profundo de mis verdades.”
Me encantaba ser el muñeco bello en los ojos de aquel vampiro, me hacía sentir cómodo. Me dejaba ser yo mismo por completo, siempre manteniendo aquel aire de “nada me sucede”, “nada me toca”. Era lo único necesario que tenía que ocultar a sus ojos. Aunque de alguna forma, sentía como si el otro estuviese esperando que soltara algo. Pero no lo haría, me negaba a que el otro pudiera ver más allá de todo mi caparazón. Aún con toda la emoción y dulzura que tenía mi alma en pena… No dejaría que vea aquel sabor amargo que se encontraba en mi interior. — Esencia a qué? Juguemos un juego! Tenéis que adivinar el aroma de mi jabón, el de mi perfume y el de mi crema del cabello. Mmm pero me pregunto que deberíais ganar si lo dices bien… Y que debería ganar yo si perdéis?! — Dije con una tonta exclamación y le sonreí de forma juguetona, dejando los brazos en mi espalda, suspirando en tanto le observaba “llegar”, pues sus ojos deambulaban por todo mi atuendo y alrededor. Fue apenas la mitad de un segundo lo que me avergoncé por su mirada examinadora y luego dejé la risa juguetona característica en mí, salir por los aires.
—Cómo es que no os creo nada? Seguro que sabéis bailar mejor que yo. Sí sí, en realidad, es lo que deseo. Huy huy! Vainilla está muy bien, ese es mi perfume ahora mismo Monsieur, pero a algunas personas… No les agrada. Quizá lo vuelva a cambiar… El Jazmín es una buena opción al fin y al cabo~ — Susurré la última parte un tanto pensativo, despistándome hacía pensamientos que no deseaba tener en ese preciso instante y por ello hice todo lo posible para volver al piso. Pero por suerte aquel inmortal sabía entretenerme y una risa chisposa salió como un tinte de mi boca. Como era que podía decir todas aquellas cosas sin mover siquiera un pelo de su rostro. Como un maldito marfil me miraba y su expresión solo estaba completamente marcada, pero no mostraba nada. Me sentía tan tan extraño. Aunque había conocido vampiros más viejos, aún no me acostumbraba a aquella piel tan fina y sobre natural. — Me siento muy alagado de que estéis aquí por mí. No quería venir solo, se puede notar en el ambiente que todos han venido en pares. Aunque por lo que veo la mmm la organizadora no está del todo contenta con ello. — Respondí antes de salir corriendo y al volver me quedé mirándole, riendo cual niño travieso que era. Moviendo mi cabeza a los lados, esperando su opinión cuando tenía la copa en manos.
— Tenéis mucha fe en ese vino vuestro. Pero yo estoy seguro que no me vais a decepcionar. Rarwn, del uno al diez que tan feo? — Dije en tono gracioso, recordando aquel fino tono italiano que antes había usado. Me había hecho sonrojar por unos instantes. Gracias al cielo tenía el suficiente autocontrol como para no dejar que se note tanto la vergüenza. Un pequeño saltito fue el que pegué cuando sus manos me tomaron y me acercaron. Al principio fue una sensación completamente extraña, luego noté que me dejaría bailar y le sonreí mostrando uno a uno mis dientes y colmillos completamente blancos, finitos y filosos. Sonriendo como bien me sentía por haber terminado consiguiendo lo que quería. Me hacía esperar, pero al final me lo daba y aquello me gustaba, me entretenía. — Oh… Sí Monsieur, podemos irnos cuando vosotros queráis. La verdad es que lo sentí desde que entré, pero… No! No me abre el apetito, solo es que estoy ligeramente acostumbrado al aroma de la sangre… — Dije con algo de vergüenza, desviando la mirada mientras bailaba con una suavidad increíble, moviendo mi cintura y todo mi cuerpo al compás de la música. Era evidente para mí. El estar en una corporación como La Alianza, me dejaba algo expuesto… El olor a sangre era algo cotidiano en aquel lugar y en el teatro de los vampiros que era uno de los lugares de caza más codiciados. —A donde deseáis ir? Oh… Bueno, observemos el espectáculo y me lleváis a algún otro lugar, pensaba que duraría más la fiesta, pero no importa… Al fin y al cabo, no iba a hablar con nadie más que con vosotros. — Le sonreí dulcemente y me separé para acercarnos a lo que estaba sucediendo, era una especie de función o magia extraña. Era evidente que un brujo estaba haciendo de las suyas, me entretuve un poco con las desgracias ajenas y dejé una pequeña risa irónica salir cuando la función terminó. Le miré a Deiran e hice señal con la cabeza. Era hora de marcharnos. La sonrisa llegó de oreja a oreja en mi rostro y la marcha hacia algún lugar empezó.
“Es el momento de partir, partamos a un lugar más nuestro. A un lugar donde poder compartir todos aquellos deseos y esperanzas que ninguno de los dos tiene. Disfrutemos juntos, por una simple noche, de la inmortalidad que nos ha maldecido.”
Esto sigue en: Those Lights
Última edición por Hero Jaejoong el Lun Ago 19, 2013 5:13 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
Tener a Akseli junto a mí, protegiéndome en todo momento…no tenia palabras para definir aquella que me embargaba, lo que sentía… ¿felicidad? Mucho más que aquello. Por primera vez en toda mi existencia, desde que me arrebataron y tuve que huir de las selvas, las montañas que me vieron crecer dejando atrás a mi familia cambiaformas, me sentía en casa, como si estar en sus brazos fuera lo más correcto.
Y daba miedo sentir aquello! En mi vida solo había dependido de mí, nadie lo había hecho por mí y había tenido que protegerme desde muy temprana edad yo sola sirviéndome de la fuerza de mis dos panteras. Una superviviente innata, y ahora en brazos de un vampiro me sentía perdida, a la deriva de algún lejano lugar en el que solo Akseli me podía rescatar.
Él tiene como todo vampiro la fuerza para doblegarme, con una de sus manos en apenas unos segundos podría quebrar todos mis huesos, beber de mi sangre hasta terminar con mi último aliento, pero mi confianza para con él desde que me rescató y cuidó, la que día a día no ha hecho más que crecer, de tal forma que si la muerte me encontrará en sus brazos, no me negaría lo asumiría, todo porque fuera él quien se llevara mi vida. Si alguien tenía ese derecho, era él.
No obstante la certeza de que nunca me haría daño, que siempre estaría segura con él se colaba en mi corazón en el que solo encontraba gratitud hacia él y un amor que retorcía mis entrañas cuando pensaba que quizás él no sintiera nada más, que solo fuera para él otra Lana a la que cuidar.
Perdida en el baile junto a él no me di cuenta de la presencia de otro vampiro, hasta que este tocó el hombro de Akseli, parando el baile para girarse hacia él Era Jacques Roman un antiguo vampiro también, no tanto como Akseli por lo que él me había comentado y un conocido de él Todo el rato sentí su mirada en mi cuello, eso me incomodó sobremanera hasta que descubrí que lo que miraba era el colgante que me había dejado Akseli para esa noche Tomé el colgante entre mis manos, jugueteando con él mientras seguía su conversación.
De la nada apareció una vampira la que por alguna forma había reconocido el olor a cambiaformas en mí. Akseli protector, me abrazó contra si llegando a terminar mi espalda recostada en su pecho. Desconectándome un momento de aquella vampira y sus palabras graciosas, me encontré centrándome en el aroma de Akseli, era embriagador…tentador.
Tras unos minutos la vampira nos dejó de nuevo solos, tras anunciar que empezaría el espectáculo- Mirémoslo- contesté a Akseli. Cogí una de sus manos con las que me sujetaba y la besé tiernamente, en verdad mis otras pieles querían lamerle la mano y lo que pudiesen, pero por hoy debíamos conformarnos. Le sonreí y fuimos más adelante para poder verlo.
¡Que sorpresa la mía! En el espectáculo salieron panteras negras, no tan bonitas como mi pantera negra la cual rugía molesta por aquello en mi interior. Observé como Akseli mantenía los colmillos fuera, por lo que me abrace a él intentando tranquilizarle – Estamos bien- susurré por lo bajo contra su pecho.
Tras el espectáculo y una última ronda de las panteras las que esta vez se fijaron en mí, durante unos angustiosos instantes, finalmente terminó todo. Nos despedimos de Jacques y de la mano de Akseli nos alejamos a un rincón solitario de la fiesta. Acercando mi cuerpo al ajeno d nuevo en un abrazo, le hice pasarme sus brazos por mi cintura y lentamente empezamos a mecernos. – Aún podemos bailar por un rato más…- le sonreí- y además, sin sangre no hay culpa- alcé los ojos hacia los de él- no debes de disculparte por nada, me gusta estar aquí contigo- susurré escondiendo mi cabeza en su pecho, para que no viera el sonrojo de mis mejillas.
Seguimos bailando desde aquel rincón donde nadie nos molestaba o impedía el baile, el movimiento, cuando empecé a oler un fuerte olor. Frunciendo el ceño, me separé un poco de Akseli intentando adivinar que era aquel intenso olor a hierro. El aroma de Akseli poco me dejaba pensar, pero a la que un grito surcó el lugar, me envaré al reconocer que aquel aroma era el de la sangre - ¡Humanos!- murmuré asombrada, asombro que a los segundos pasó a una fría furia que corroía mi cuerpo. ¿Cómo se atrevía? ¿No había ya suficientes muertes cada noche? ¿No podían aquellos malditos vampiros buscarse por sí mismos presas?
Dirigí una mirada triste a Akseli y sin que él se lo esperara me solté de su agarre y me dirigí hacia de donde provenía el olor a sangre. ¡Tenia que parar aquello!
Di unos pasos, hasta que de pronto me topé con unos brazos que me sujetaban quieta, alcé la mirada y me encontré con Jacques Roman -¿Pero qué? Suéltame!- exigí removiéndome. Tenía que deshacerme de él antes de que Akseli me cogiera y con aquella voz que me resultaba imposible resistir me dijera de irnos. - ¡Alguien tiene que parar esto!- dije visiblemente alterada. Jacques no me soltó solo cuando Akseli se unió a él – Esto se pondrá feo, demasiado peligroso para ella…llévatela, yo intentaré hacer algo-
Negué con la cabeza sintiendo como Akseli se acercaba a mi – Déjame hacer algo…Akseli- dije triste, consciente de que no me dejaría intentar cualquier cosa parecida, no hoy. En cuanto sentí sus brazos rodeándome, me dejé llevar por él, perdiéndome en su aroma intentando no pensar en nada más que no fuera él.
Y daba miedo sentir aquello! En mi vida solo había dependido de mí, nadie lo había hecho por mí y había tenido que protegerme desde muy temprana edad yo sola sirviéndome de la fuerza de mis dos panteras. Una superviviente innata, y ahora en brazos de un vampiro me sentía perdida, a la deriva de algún lejano lugar en el que solo Akseli me podía rescatar.
Él tiene como todo vampiro la fuerza para doblegarme, con una de sus manos en apenas unos segundos podría quebrar todos mis huesos, beber de mi sangre hasta terminar con mi último aliento, pero mi confianza para con él desde que me rescató y cuidó, la que día a día no ha hecho más que crecer, de tal forma que si la muerte me encontrará en sus brazos, no me negaría lo asumiría, todo porque fuera él quien se llevara mi vida. Si alguien tenía ese derecho, era él.
No obstante la certeza de que nunca me haría daño, que siempre estaría segura con él se colaba en mi corazón en el que solo encontraba gratitud hacia él y un amor que retorcía mis entrañas cuando pensaba que quizás él no sintiera nada más, que solo fuera para él otra Lana a la que cuidar.
Perdida en el baile junto a él no me di cuenta de la presencia de otro vampiro, hasta que este tocó el hombro de Akseli, parando el baile para girarse hacia él Era Jacques Roman un antiguo vampiro también, no tanto como Akseli por lo que él me había comentado y un conocido de él Todo el rato sentí su mirada en mi cuello, eso me incomodó sobremanera hasta que descubrí que lo que miraba era el colgante que me había dejado Akseli para esa noche Tomé el colgante entre mis manos, jugueteando con él mientras seguía su conversación.
De la nada apareció una vampira la que por alguna forma había reconocido el olor a cambiaformas en mí. Akseli protector, me abrazó contra si llegando a terminar mi espalda recostada en su pecho. Desconectándome un momento de aquella vampira y sus palabras graciosas, me encontré centrándome en el aroma de Akseli, era embriagador…tentador.
Tras unos minutos la vampira nos dejó de nuevo solos, tras anunciar que empezaría el espectáculo- Mirémoslo- contesté a Akseli. Cogí una de sus manos con las que me sujetaba y la besé tiernamente, en verdad mis otras pieles querían lamerle la mano y lo que pudiesen, pero por hoy debíamos conformarnos. Le sonreí y fuimos más adelante para poder verlo.
¡Que sorpresa la mía! En el espectáculo salieron panteras negras, no tan bonitas como mi pantera negra la cual rugía molesta por aquello en mi interior. Observé como Akseli mantenía los colmillos fuera, por lo que me abrace a él intentando tranquilizarle – Estamos bien- susurré por lo bajo contra su pecho.
Tras el espectáculo y una última ronda de las panteras las que esta vez se fijaron en mí, durante unos angustiosos instantes, finalmente terminó todo. Nos despedimos de Jacques y de la mano de Akseli nos alejamos a un rincón solitario de la fiesta. Acercando mi cuerpo al ajeno d nuevo en un abrazo, le hice pasarme sus brazos por mi cintura y lentamente empezamos a mecernos. – Aún podemos bailar por un rato más…- le sonreí- y además, sin sangre no hay culpa- alcé los ojos hacia los de él- no debes de disculparte por nada, me gusta estar aquí contigo- susurré escondiendo mi cabeza en su pecho, para que no viera el sonrojo de mis mejillas.
Seguimos bailando desde aquel rincón donde nadie nos molestaba o impedía el baile, el movimiento, cuando empecé a oler un fuerte olor. Frunciendo el ceño, me separé un poco de Akseli intentando adivinar que era aquel intenso olor a hierro. El aroma de Akseli poco me dejaba pensar, pero a la que un grito surcó el lugar, me envaré al reconocer que aquel aroma era el de la sangre - ¡Humanos!- murmuré asombrada, asombro que a los segundos pasó a una fría furia que corroía mi cuerpo. ¿Cómo se atrevía? ¿No había ya suficientes muertes cada noche? ¿No podían aquellos malditos vampiros buscarse por sí mismos presas?
Dirigí una mirada triste a Akseli y sin que él se lo esperara me solté de su agarre y me dirigí hacia de donde provenía el olor a sangre. ¡Tenia que parar aquello!
Di unos pasos, hasta que de pronto me topé con unos brazos que me sujetaban quieta, alcé la mirada y me encontré con Jacques Roman -¿Pero qué? Suéltame!- exigí removiéndome. Tenía que deshacerme de él antes de que Akseli me cogiera y con aquella voz que me resultaba imposible resistir me dijera de irnos. - ¡Alguien tiene que parar esto!- dije visiblemente alterada. Jacques no me soltó solo cuando Akseli se unió a él – Esto se pondrá feo, demasiado peligroso para ella…llévatela, yo intentaré hacer algo-
Negué con la cabeza sintiendo como Akseli se acercaba a mi – Déjame hacer algo…Akseli- dije triste, consciente de que no me dejaría intentar cualquier cosa parecida, no hoy. En cuanto sentí sus brazos rodeándome, me dejé llevar por él, perdiéndome en su aroma intentando no pensar en nada más que no fuera él.
Adda Dubrinsky- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/05/2013
Re: Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
Estar con ella era lo mejor que me podía pasar, a pesar de que no siempre ocurrieran las cosas como esperaba, tal y como nos estaba ocurriendo esa noche. Más a pesar de todas las cosas buenas, malas o regulares la presencia del otro disolvía cualquier otro suceso, de eso estaba seguro porque su cuerpo me lo decía, al igual que su aroma y su hermosa mirada que desde un inicio me había cautivado hasta hacerme preso de ella.
Su voz me tranquilizaba en los momentos en los que estaba por perder la compostura con las acciones de la anfitriona de la fiesta, así que cuando me dijo que continuáramos un poco más con el baile me fue imposible negarme. Existían momentos, fracciones de segundos en los que sospechaba que esa hermosa cambiaformas sería mi completa perdición; si ella me pedía que peligrara mi existencia tan oculta por tantos años, estaba dispuesto a hacerlo.
Alejados de todo y todo los que simbolizaran una molestia reiniciamos el baile y sus palabras fueron un golpe profundo para mi, pues si bien yo no estaba bebiendo sangre sabía de sobra que en aquel lugar ya había muchos cadáveres humanos y era algo extraño que ella no lo notara aún, pero a la vez me relajaba que no se diera cuenta. Solo un poco más de tiempo para salir de aquel lugar y entonces todo estaría bien; tanto que no volveríamos a hablar de ese lugar y ella jamás se enteraría de las cosas tan horribles que estaban sucediendo.
Bailamos sin preocupación alguna, sin nada que interviniera la perfecta unión del momento… al menos de esa manera pareció ser hasta que de manera repentina ella se alejo y su mirada me lo dijo todo antes de que de sus labios saliera palabra alguna. Se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y el grito que floto por aquel lugar le confirmo todo cuando estaba pasando. Por primera vez me sentía de lo peor, había esperado dejarla creer en la magia de aquel baile sin que descubriera jamás los horrores de ese lugar en el que todo parecía un cuento de hadas con un final de historia de terror.
- Shunshine… deja que… - y justo cuando estaba planeando explicarle que yo no sabía de eso, que ingenuamente pensé que aquello no pasaría, esa rayo de luz escapo de mis manos y con paso veloz paso entre los asistentes con dirección al cuarto desde el que provenía el olor a sangre… a muerte. Quede helado por unos segundos pero en cuanto me fue posible hacer algo me dirigí en dirección a ella, temiendo que alguien se abalanzara hasta ella antes que yo y terminara con el tesoro más valioso para mi.
Justo antes de que yo llegara hasta ella, Jacques la detuvo y entonces me sentí tranquilo de nuevo. Él no le dejaría hacer ninguna locura, confiaba en él así que más lento me dirigí hacía ellos mientras la voz exaltada de Shunshine reclamaba.
Cerca de ella sujete sus hombros y su mirada transmitía el dolor que llevaba por dentro al saber que no podría hacer nada.
- Lo siento… - Mire a Jacques y con la mirada le di las gracias por haber detenido a esa pantera imprudente justo a tiempo y entonces con una mirada amable y decidida se retiro buscando la manera de terminar con todo lo que estaba pasando. Con mis brazos abrace a Shunshine de manera protectora, quería escuchar su corazón latir y su aroma muy cerca a mi - sé que deseas hacer algo, cree en mi cuando te digo que haría todo por impedir esto y que no sufrieras más pero comprende… incluso con mi edad y Jacques de nuestro lado hay demasiados vampiros que no quieren perder una cena y… - bese su frente - si alguno intenta hacerte algo o peor aún logran hacerte algo no me lo perdonaría. Tu y solo tu eres mi prioridad en este lugar - no existía algo que no estuviera dispuesto a hacer por mantenerla a salvo de todo y de todos.
Un montón de miradas curiosas se enfocaban en nosotros, pero eso ya había perdido total importancia, mientras ella estuviera cerca de mi donde fuera capaz de cuidarle el mundo podía terminarse.
- Creo que ahora es el momento de que nos vayamos de aquí, no quiero más sorpresas desagradables para ninguno de nosotros - y alejando su cuerpo un poco de mi, acaricie con devoción su rostro - vamos mi bella pantera, salgamos de este lugar y disculpa mi estupidez por traerte hasta este lugar lleno de muerte - No es que me refiriera solo a los humanos que ya estaban en otro mundo, si no a todos los vampiros… al final de cuentas, no éramos más que un grupo de muertos que robaban sangre de los vivos para continuar caminando por las calles. Por más desagradable que resultara todo aquello, yo también necesitaba sangre, y también usaba la sangre de vivos para continuar existiendo… ¿Shunshine, me odiaría a mi por algo como eso?
Su voz me tranquilizaba en los momentos en los que estaba por perder la compostura con las acciones de la anfitriona de la fiesta, así que cuando me dijo que continuáramos un poco más con el baile me fue imposible negarme. Existían momentos, fracciones de segundos en los que sospechaba que esa hermosa cambiaformas sería mi completa perdición; si ella me pedía que peligrara mi existencia tan oculta por tantos años, estaba dispuesto a hacerlo.
Alejados de todo y todo los que simbolizaran una molestia reiniciamos el baile y sus palabras fueron un golpe profundo para mi, pues si bien yo no estaba bebiendo sangre sabía de sobra que en aquel lugar ya había muchos cadáveres humanos y era algo extraño que ella no lo notara aún, pero a la vez me relajaba que no se diera cuenta. Solo un poco más de tiempo para salir de aquel lugar y entonces todo estaría bien; tanto que no volveríamos a hablar de ese lugar y ella jamás se enteraría de las cosas tan horribles que estaban sucediendo.
Bailamos sin preocupación alguna, sin nada que interviniera la perfecta unión del momento… al menos de esa manera pareció ser hasta que de manera repentina ella se alejo y su mirada me lo dijo todo antes de que de sus labios saliera palabra alguna. Se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y el grito que floto por aquel lugar le confirmo todo cuando estaba pasando. Por primera vez me sentía de lo peor, había esperado dejarla creer en la magia de aquel baile sin que descubriera jamás los horrores de ese lugar en el que todo parecía un cuento de hadas con un final de historia de terror.
- Shunshine… deja que… - y justo cuando estaba planeando explicarle que yo no sabía de eso, que ingenuamente pensé que aquello no pasaría, esa rayo de luz escapo de mis manos y con paso veloz paso entre los asistentes con dirección al cuarto desde el que provenía el olor a sangre… a muerte. Quede helado por unos segundos pero en cuanto me fue posible hacer algo me dirigí en dirección a ella, temiendo que alguien se abalanzara hasta ella antes que yo y terminara con el tesoro más valioso para mi.
Justo antes de que yo llegara hasta ella, Jacques la detuvo y entonces me sentí tranquilo de nuevo. Él no le dejaría hacer ninguna locura, confiaba en él así que más lento me dirigí hacía ellos mientras la voz exaltada de Shunshine reclamaba.
Cerca de ella sujete sus hombros y su mirada transmitía el dolor que llevaba por dentro al saber que no podría hacer nada.
- Lo siento… - Mire a Jacques y con la mirada le di las gracias por haber detenido a esa pantera imprudente justo a tiempo y entonces con una mirada amable y decidida se retiro buscando la manera de terminar con todo lo que estaba pasando. Con mis brazos abrace a Shunshine de manera protectora, quería escuchar su corazón latir y su aroma muy cerca a mi - sé que deseas hacer algo, cree en mi cuando te digo que haría todo por impedir esto y que no sufrieras más pero comprende… incluso con mi edad y Jacques de nuestro lado hay demasiados vampiros que no quieren perder una cena y… - bese su frente - si alguno intenta hacerte algo o peor aún logran hacerte algo no me lo perdonaría. Tu y solo tu eres mi prioridad en este lugar - no existía algo que no estuviera dispuesto a hacer por mantenerla a salvo de todo y de todos.
Un montón de miradas curiosas se enfocaban en nosotros, pero eso ya había perdido total importancia, mientras ella estuviera cerca de mi donde fuera capaz de cuidarle el mundo podía terminarse.
- Creo que ahora es el momento de que nos vayamos de aquí, no quiero más sorpresas desagradables para ninguno de nosotros - y alejando su cuerpo un poco de mi, acaricie con devoción su rostro - vamos mi bella pantera, salgamos de este lugar y disculpa mi estupidez por traerte hasta este lugar lleno de muerte - No es que me refiriera solo a los humanos que ya estaban en otro mundo, si no a todos los vampiros… al final de cuentas, no éramos más que un grupo de muertos que robaban sangre de los vivos para continuar caminando por las calles. Por más desagradable que resultara todo aquello, yo también necesitaba sangre, y también usaba la sangre de vivos para continuar existiendo… ¿Shunshine, me odiaría a mi por algo como eso?
Ackley Hinault- Cambiante Clase Alta
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Re: Tertulia de Eryn Rose Van Loon: La Collecte de Sang [ABIERTO]
Odiaba sentirme de aquella manera, era como aquel que era conocedor de un asesinato y se callaba, o de aquel que se quejaba pero no hacía nada para solucionarlo. Si no paraba aquello me volvería una cómplice de aquella matanza y eso, era algo que no quería por nada del mundo. Debía parar aquello, aún fuera mi último acto, no podía permitir que como ganado, aquellas personas murieran. ¡Podría ser yo cualquiera de ellas! Cada vez que pensaba aquello, se me iba el mundo a los pies. Que desesperación, oler aquella sangre y ser incapaz de hacer nada.
Intenté volverme, deshacerme de aquellos brazos que me sujetaban protectoramente contra el pecho ajeno. La complicación de todo aquello; Aksely.
¿Como resistirme a su abrazo? ¿Como debatirme cuando solo él conseguía dominar mi mente y sentidos? Mis pieles rugían por él, solo él las calmaba. Era el domador de las bestias, que en vez de domar con fuerza bruta, lo hacía con palabras y caricias. Mi amado domador. Quien me abrazaba protectoramente, llevándose consigo mi aroma, como yo me ahogaba en el suyo. ¿Y que podía hacer yo? Solo yacer con él, mientras él me consolaba, y egoísta de mí, lo aceptaba todo de él, olvidando a un rincón de mi mente la consciencia de aquel asesinato que daba su fin bajo mis pies.
Alcé la mirada y le miré con dolor en los ojos. Me devolvió la mirada y sentí como entendía mi propio dolor e intentaba calmarlo. – Pero esto no está bien...no somos ganado - Susurré mirándole fijamente.
Cerré los ojos ante su beso y asentí a sus palabras. Desde que me encontraba en su abrazo, contra él, estaba atrapada. Bien sabía que no podía hacer nada, esperé que Jacques se hubiera ideado alguna forma de terminar con aquello. Aunque terminar con aquello, pudiese significar terminar con todas las vidas de los humanos sin dolor, rompiéndoles el cuello... que si yo fuera un vampiro, es lo que haría.
Sentía muchas miradas en nosotros y mis bestias se pusieron alerta, nada les gustaba aquello y a mí tampoco, así que en cuanto dijo de irnos finalmente de la fiesta, asentí cerrando los ojos, dejando que me arrastrará hasta la salida. Mis pies eran su sombra, donde él pisaba yo pisaba, y así con todo el rato el protegiéndome detrás de su cuerpo como protección ante los demás vampiros, salimos del salón, dirigiéndonos hacia la salida.
En ese momento, solo podía centrarme en Aksely, aún así fui consciente de cuando el último latido cesó, dejando un silencio de muerte bajo nuestros pies. Me paré un momento con tristeza. Aksely me empujó y cedí a su agarre, volviendo junto a él, saliendo apresuradamente de aquel lugar. Al salir la fresca brisa de la noche nos recibió, logrando que mi cuerpo temblase unos segundos ante el cambio de temperatura.
Miré mi mano que aún seguía sujeta a la ajena. Aksely siempre me rodeaba, me protegía, llenaba mi corazón de calidez... – ¿Me llevarías Aksely? Estoy temporalmente en una residencia de unas amistades. Y aún quedan horas para el amanecer... ¿Te importaría?- pregunté observando como el carruaje de Aksely paraba delante suyo. No quería que me dejara sola, no ahora...en verdad nunca, pero hoy era el día menos indicado para ello. Quería sentir sus brazos consolándome hasta el final de la noche, hasta que irremediablemente nos dijéramos adiós y hasta otro día.
Porque si de algo estaba segura, era de qué iba a verlo, lo volvería a ver. Costara lo que costara, este no sería el ultimo día que lo vería, y mis panteras no podían estar más de acuerdo con ello.
Intenté volverme, deshacerme de aquellos brazos que me sujetaban protectoramente contra el pecho ajeno. La complicación de todo aquello; Aksely.
¿Como resistirme a su abrazo? ¿Como debatirme cuando solo él conseguía dominar mi mente y sentidos? Mis pieles rugían por él, solo él las calmaba. Era el domador de las bestias, que en vez de domar con fuerza bruta, lo hacía con palabras y caricias. Mi amado domador. Quien me abrazaba protectoramente, llevándose consigo mi aroma, como yo me ahogaba en el suyo. ¿Y que podía hacer yo? Solo yacer con él, mientras él me consolaba, y egoísta de mí, lo aceptaba todo de él, olvidando a un rincón de mi mente la consciencia de aquel asesinato que daba su fin bajo mis pies.
Alcé la mirada y le miré con dolor en los ojos. Me devolvió la mirada y sentí como entendía mi propio dolor e intentaba calmarlo. – Pero esto no está bien...no somos ganado - Susurré mirándole fijamente.
Cerré los ojos ante su beso y asentí a sus palabras. Desde que me encontraba en su abrazo, contra él, estaba atrapada. Bien sabía que no podía hacer nada, esperé que Jacques se hubiera ideado alguna forma de terminar con aquello. Aunque terminar con aquello, pudiese significar terminar con todas las vidas de los humanos sin dolor, rompiéndoles el cuello... que si yo fuera un vampiro, es lo que haría.
Sentía muchas miradas en nosotros y mis bestias se pusieron alerta, nada les gustaba aquello y a mí tampoco, así que en cuanto dijo de irnos finalmente de la fiesta, asentí cerrando los ojos, dejando que me arrastrará hasta la salida. Mis pies eran su sombra, donde él pisaba yo pisaba, y así con todo el rato el protegiéndome detrás de su cuerpo como protección ante los demás vampiros, salimos del salón, dirigiéndonos hacia la salida.
En ese momento, solo podía centrarme en Aksely, aún así fui consciente de cuando el último latido cesó, dejando un silencio de muerte bajo nuestros pies. Me paré un momento con tristeza. Aksely me empujó y cedí a su agarre, volviendo junto a él, saliendo apresuradamente de aquel lugar. Al salir la fresca brisa de la noche nos recibió, logrando que mi cuerpo temblase unos segundos ante el cambio de temperatura.
Miré mi mano que aún seguía sujeta a la ajena. Aksely siempre me rodeaba, me protegía, llenaba mi corazón de calidez... – ¿Me llevarías Aksely? Estoy temporalmente en una residencia de unas amistades. Y aún quedan horas para el amanecer... ¿Te importaría?- pregunté observando como el carruaje de Aksely paraba delante suyo. No quería que me dejara sola, no ahora...en verdad nunca, pero hoy era el día menos indicado para ello. Quería sentir sus brazos consolándome hasta el final de la noche, hasta que irremediablemente nos dijéramos adiós y hasta otro día.
Porque si de algo estaba segura, era de qué iba a verlo, lo volvería a ver. Costara lo que costara, este no sería el ultimo día que lo vería, y mis panteras no podían estar más de acuerdo con ello.
Adda Dubrinsky- Humano Clase Baja
- Mensajes : 59
Fecha de inscripción : 06/05/2013
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