Venecia, 1798 (Flashback) "Privado"

La ciudad de las luces, las aguas revueltas
                el pasado escondido tras sus puertas y sus luces...

La ciudad de Venecia era hermosa. Era uno de los lugares más hermosos que existían en el mundo entero. ¿Qué no iba ser hermoso en una ciudad sostenida sobre las aguas? Un lugar dónde no había carreteras, dónde existían lugares tan hermosos que podías perderte en ellos, encontrar las raíces de su pasado, pasear en aquellas barcas...escuchar las viejas canciones y probar aquella comida tan deliciosa. Los bailes también eran exquisitos...pero no para Selene.

Habían ido allí para celebrar el casamiento de uno de sus parientes, más concretamente el de una de las tías de Selene. Se casaba con un rico noble veneciano...y se había decidido que la boda se celebraría en aquella ciudad. Habría varias celebraciones antes de la boda, bailes y cosas parecidas a fiestas de compromiso, o al menos eso era lo que escuchaba la muchacha. Y su abuela había decidodo aprovechar la ocasión para intentar enseñarle a Selene a comportarse cómo una dama de una buena vez. Había viajado a Venecia ella junto a Selene e Isaac, sus nietos, y Sarah...su hija, bruja también. A ver si de paso encontraba un marido para esa hija suya, la única que le quedaba soltera.

Aunque eso solía ser difícil. Todo un reto. A la anciana le costaba sobremanera conseguir que la chica dejara de hacer lo que le diera la gana. Miraba a su nieta mientras iba de un lado a otro preparándose para la fiesta que se celebraría aquella noche. Se parecían tanto...el mismo cabello pelirrojo, la piel pálida que se bronceaba con facilidad...los mismos ojos verdes brillantes...pero esa elegancia que le faltaba...y ese orgullo desmesurado que la anciana convertía en vergüenza respecto a lo que era.

Nunca lo entendería. Quizás ni siquiera lo entendía ella. La anciana se miró al espejo y no pudo evitar suspirar...el tiempo la había tratado bien. Apenas tenía arrugas y su cabello seguía teniendo aquel brillante tono de fuego, sin apenas canas. Y ella sabía muy bien a qué se debía. Suspiró y siguió arreglándose, controlando la vida familiar cómo siempre había hecho, procurando que los demás hicieran lo que ella consideraba correcto...lo cuál solía ser casi siempre.

-Selene, Isaac, daos prisa o llegaremos tarde...¿es que siempre me toca tener que esperaros?-
su otro nieto era otro punto discordante en la familia. Él y Selene eran los únicos que estaban orgullosos de poseer el don de la magia. Aunque los dos se parecían mucho...eran igual de impacientes, igual de deslenguados a la hora de decir lo que pensaban, tenían el mismo desmesurado amor por la vida. El mismo amor por hacer lo que les diera la gana. Eso lo habían sacado de su tía...que les había enseñado varios ejemplos. Pero la anciana pensaba que ojalá que no hubiera sido bruja...así podría enseñar a su familia a ascender en la escala de la sociedad cómo era debido. Conseguir ascender al mundo de la nobleza tal vez, cosa que había conseguido haciendo que algunas de sus hijas se casaran con nobles. El apellido familiar estaba unido al de la nobleza de varios países. Pero la vieja dama era ambiciosa. Deseaba ascender hasta lo más alto, y no pararía hasta conseguirlo.

-Abuela, yo ya estoy listo. Es ella la que queda por venir...-
Isaac salió de su cuarto y bajó las escaleras para posicionarse junto a su abuela, que le miraba ceñuda. Sin embargo, era evidente que estaba muy guapo, el cabello rubio peinado hacia atrás y hacia delante, su traje...todo. No es de extrañar que atrajera tanto a las damas. Al igual que no es de extrañar que se deje llevar tanto por el vicio. La dama suspiró y meneó la cabeza de un lado para otro-Pues espero que esté pronto...¡vamos a llegar tarde, Isaac!


Isaac se echó a reír y señaló al piso de arriba. Selene ya estaba bajando. Vestida con sencillez, con un vestido de color negro y dorado. Y el pelo recogido, le caían tirabuzones por las mejillas. Parecía toda una dama. Justo lo que a Selene le molestaba, aunque tenía una sonrisa en el rostro cuando bajó. La dama anciana la constató satisfecha. Estaban todos listos, ya iba siendo hora de marcharse. Le hizo una seña a ambos para que la siguieran para salir de la casa y montarse en el carruaje. Al fin podrían marcharse a aquella fiesta. Pero lo que no sabrían es que iba a surgir un pequeño problemilla...

-Vamos a tener que cambiar de dirección-
dijo Isaac-Acabo de recordar algo muy importante...tenemos que recoger a alguien-
sabía que eso enfadaría a su abuela, pero no le importaba. Tenían que recogerle...y la dama sabía a quién se refería. También le habían invitado, y es que además, tenían que hablar con él de algo muy importante. Selene los escuchaba sin aparentar demasiado interés. Bueno. Tenía la secreta esperanza de que aquello los apartara de la fiesta de compromiso...durante un tiempo. Cómo alguien que quiere perderse una clase.

El lugar al que Isaac condujo el carruaje se hallaba justo en otra casa, dónde tenían que recoger a su viejo amigo. Su primo prácticamente le había convencido para ir, Isaac tenía un gran poder persuasivo. La anciana dama había accedido porque sabía que la persona a la que iban a recoger era uno de los pocos amigos de la familia que sabían que ellos eran brujos...le ayudaban, le tenían incluso cierto aprecio, y aunque no lo tuviera, porque Isaac sabía sacarse muchos ashes de la manga. Así que esperó en el carruaje con una sonrisa cuando él y Selene se bajaron del carruaje. Selene se alegró de bajar, ya que por aquella época, con catorce años, era muy inquieta.

No había llegado aún. Kenner, que así se llamaba, aún iba a tardar en llegar un poco, eso era lo que le había dicho Isaac. Así que esperaron delante de la casa con paciencia a que llegase.

-Isaac...nunca me has dicho quién vive en esa casa.

-Luego te lo diré...no quiero que lo sepas...por ahora-la sonrisa del chico era maliciosa. Selene se echó a reír y siguió esperando con una paciencia que normalmente no tenía.

Un viaje a la ciudad de venencia me había traído a este lugar de Italia antiguo imperio romano,  un lugar hermoso por los mortales realmente, el arte de construir sobre  el agua era  sorprendente para una raza tan primitiva de los mortales, verlos crecer y mejorar sus talentos desde la época de la caída de babilonia una de las primera civilizaciones de este mundo me causaba gracia cierto aprecio por su talento, pero no por ellos eran tan fáciles de eliminar que no me llamaban para nada la atención, mi andar elegante y tranquilo por las maderas lujosas de la casa que me había dado el lujo de comprar solo por capricho y los siervos que trabajaban en ella por igual, al llegar a mi habitación encontré dos siervas  esperándome con una ropa de gala en la cama y una carta abierta en la mano de una de ellas  ni me importo la carta por lo tanto le pedí a la que la sostenía que la leyera, por suerte de ella era una de las pocas cultas de la casa.

Sir Clapton os invitamos a la conmemoración de la familia Ladomie adoraríamos que compartiera con nosotros tan bella unión.

Mientras ella leía eso yo disfrutaba de oler y jugar con su cuello lo que le hacia entrar en un cierto éxtasis y deseo leyendo con dificultad una carta tan corta como esa, al terminar de leerla pregunte  cuanto faltaba a lo que la otra respondió que seria en menos de una hora a lo que me moleste un poco y la deje caer sobre la cama, al a que lamia y saboreaba  su cuello quedando la mujer casi perdida en su deseo mientras me miraba al espejo mi cuerpo frio y perfecto detenido en el tiempo extendí las manos hacia atrás y la sierva no demoro en ponerme la camisa y asi fue vistiéndome ella mientras veía el destello de mis ojos en el espejo, estaban tan entretenidas en servirme que ni cuenta se habían dado  de este asunto, no demoro en llegar el mayordomo en  un rato indicándome que teníamos visitas estaba afuera aguardándome.

Luego de estar totalmente vestido por las jóvenes acomode mi ropa un poco mas y decidi marchar hacia la ventana observando a un trio dos niños y una  mujer, esa mujer había  tenido mejores momentos bueno no era mi culpa de ser un inmortal y ellos brujos  Vivian mas que la media a través de su magia pero, no me interesaban en lo mas mínimo. Baje las escaleras de forma majestuosa mientras el mayordomo me extendía mi bastón, con la punta un dragón en plata  salí de la casa viendo a los tres acomodando mi sombrero de una forma tranquila.

Camine hasta en frente de los chicos mirándolos para saludar primero a la dama extendiendo mi mano y besando la suya de la señora mirándola con cierto deseo y lujuria como también serenidad y suma tranquilidad como una mirada fría mezclada con calor algo sumamente difícil de escribir pero ella lo entendería mientras luego de besar su mano observaba a los chicos al muchacho quien siempre se encontraba a mis servicios me conocía  bien era casi como mi alumno y luego a la niña que parecía muy prometedora pero al mismo tiempo su naturaleza representaba que seria problemática.

-Buenas a los dos pequeños, y tu debéis ser Selene vuestra Abuela me a contado mucho de vos sois muy promisora

Mencione con suma tranquilidad y frialdad en mis acciones  mientras señalaba el carruaje para que subiéramos  mientras dejaba a las damas ir primero

-Subid tenemos un compromiso luego podremos poner la charla al día.

Mencione con suma tranquilidad apoyándome en mi bastón para subir después de las dos señoritas y por ultimo el chico que cerro la puerta detrás de nosotros y el carruaje se encamino hacia  nuestro destino, la famosa fiesta no tenia ningún interés  en ella, pero ya que estaba aquí no me quedaba otra que permanecer en ella  y cumplir con mi deber mortal.

Que no se entere nadie. Guárdame el secreto
Nadie debe de saber el secreto que acecha a la vuelta de la esquina...

Prometedora. Isaac asintió con la cabeza cuando el señor Clapton dijo aquellas palabras acerca de Selene, aunque evitó mirar a su abuela, que sabía perfectamente que la pelirroja tenía de prometedora lo mismo que él de casto. Al menos en lo referente a lo que era ser una dama. La dama, mientras tanto, sonrió cómo sólo podía hacerlo una dama, haciendo una leve reverencia cuando la saludó. Era uno de los pocos vampiros a los que no echaría a la hoguera, al igual que casi cualquier otra criatura sobrenatural. Los tratos que mantenía era debido a que necesitaba proteger a la familia, aunque a éstas alturas era Isaac quién manejaba casi todos esos asuntos....

Selene, mientras tanto, sonreía ampliamente mientras asentía también, encantada. Había mucho de lo que hablar, y estaba deseando de empezar, sobre todo porque así se retrasaría el comienzo de la fiesta de compromiso. El único consuelo de asistir a esa clase de fiestas era saber que el compromiso no era el suyo. Que la prometieran en matrimonio algún día era una horrible perspectiva para Selene, por eso no pensaba en ello. El matrimonio, que significaba cadenas, en su idioma. Cadenas que duraban hasta que la muerte, una muerte que liberaba y que atacaba con otras cadenas a un mundo desconocido para el resto de los mortales.

-Sí...soy yo. Es un gusto conocerle.-dijo Selene alegremente, en un tono amistoso e incluso un poco cantarín. Ya le había caído bien por lo que había dicho, se había alegrado mucho de que Isaac la hubiera llevado y no la hubiera dejado en la fiesta con las carabinas que se habían traído a Venecia. ¿Y qué era lo único que podían llevarse de carabina? Criados, aunque Selene prefería otro tipo de carabinas. El problema es que esas carabinas no las veía nunca nadie. A no ser que fueras un brujo de esos que tratan con los muertos...o un fantasma. Se supone que los fantasmas tienen más facilidad de verse unos a otros...al menos la mayoría de ellos.

-Es un placer verle de nuevo, señor Clapton. No ha cambiado usted nada- respondió Isaac con una sonrisa, ignorando la mirada de reproche de su abuela. Le caía bien...era el doble de sensato que su abuela, y el triple que Selene, aunque cualquiera era más sensato que Selene, claro está, y además sentía un gran respeto hacia él...era cómo su maestro. Una de las pocas personas a las que respetaba de verdad. La chica estaba de buen humor, no parecía que fuera a haber problema. Los cuatro se montaron en el carruaje, y éste no tardó en partir. Isaac se asomó para comprobar que nadie estuviera vigilando desde fuera, una manía que se le había quedado desde un incidente que había tenido hace un par de años. Luego se sentó de nuevo y miró a Kenner.

-No creo que tardemos mucho en llegar...allí se podrá hablar sin que nadie más se entere de lo que decimos...aunque no dudo que muchas damas nos invitarán a bailar a ambos. Sobre todo a mí. Pero tampoco es que pueda bailar mucho...tenemos que alejar a los moscones de ésta señorita-
respondió Isaac, guiñándole el ojo a Selene. El chico era amable con los demás, tenía un corazón de oro, pero eso no quitaba que no tuviera ni un ápice de modestia. Selene se echó a reír cuando dijo ésto.[color:8aaf=075c03]-A mí no me interesa bailar. No me interesa ningún caballero.- mintió con todo el descaro del mundo. La dama contuvo las ganas de darles una torta a los dos y miró a Kenner...había mucho de lo que hablar y no podían perder el tiempo tontamente. Era curioso, pero a veces se portaban cómo niños...y otras parecían más adultos que ella misma, sobre todo en terrenos prohibidos. Malditos adolescentes.

-Debo preguntarle si ha visto por casualidad algo inquietante durante la última semana...no sé si me explico...mi nieto había querido preguntarle cuánto tiempo en París...y si alguna vez ha notado que alguien le seguía...notado, no visto-por ahí empezaba. Isaac se puso serio de nuevo y asintió. Tenían que comunicarle cierta noticia alarmante...aunque, curiosamente, había sido Selene quién había tenido la idea de informarles de aquello. Debía de saberlo, y también un par de cosas más bastante interesantes...la dama se estremeció al recordar la sensación al sentir aquella vigilancia...aquel peligro que se acercaba y que se preparaba para saltar en el momento más inesperado.

Cuando sentí el coche arrancar, el ruido de los cascos de los animales empezaron a sonar en las calles de Venecia apoye mi espalda detrás en el cómodo respaldo, delante tenia a las dos bellas damas y a mi lado el caballero brujo, que tenia intención de llevar adelante la dirección de la familia, ser el nuevo líder del clan de brujos el me había agradado desde el inicio era un chico que aun estando vivo tenia futuro, en cambio la joven a su lado era mas promisoria que el su poder mágico era importante aunque no tuviera cabeza para ser lo que Isaac seria pero estaba bien el equilibrio de poder se mantenía en la familia y eso era lo bueno, escuche la voz de la mayor y desvié la mirada a observando a su abuela que algo así me conoció cuando era una niña en brazos de su abuela ahora ella hacia lo mismo con sus nietos, alce mi vos de forma suave y casi neutral y mirándole a el.

Y tu has crecido bastante desde la ultima vez, espero que tus conocimientos también

El silencio duro poco cuando se escucho al joven decir de nuevo sobre el baile y sonrió de lado apenas visible para regresar su vista a lo que el decía así que el tenia esa forma de verse bello tan humano el chico no había por que no decir que no un mortal pensaría como mortal, mismo teniendo el poder prohibido del a brujería, luego escuche a la chica su corazón se acelero un poco sabiendo que también era una mortal pero decidí llevarle el juego y la mire respondiendo

-entonces pensamos igual bella Selene, tampoco tengo interés en bailar o envolverme con mi alimento, seria de mala educación pero quizás podamos tener una pieza si vuestra abuela se lo permite

Mencione con suma tranquilidad para luego mirarla a ella, sabiendo que ella seria la primera en bailar conmigo como cuando aun era una joven damisela que no tenia tanto que preocuparse, pero la niña me llamaba la atención si sus palabras se volvieran realidad, podría llegar a ser una poderosa bruja sin precedentes, escuche la dulce voz de la mortal y la atendí a ella era su vez de hablar y comunicarme algo escuche lo que decía y me recosté mas atrás poniendo mis dos manos sobre mi bastón elegantemente, cerrando los ojos sintiendo todo a nuestra vuelta corazones, pisadas alientos de vida para responderla de forma calma y como si aquello para mi no fuera nada relevante.

-Hace una cuantos siglos no estoy en, Francia desconozco su actual situación... pero tengo información de que los templarios han vuelto a la activa ahora bajo el nombre de la inquisición.

Mencione con calma quizás a eso se refería al sentirse observados, ellos solían cazar brujos vampiros y todo lo que no fuera natural, como si fuéramos animales era divertido, verlos morir bajo esas palabras tan absurdas, los verdaderos templarios tenían mas sentido que estos niños, extendí mi mano hacia la anciana y espere que ella me diera la mano, ya lo habíamos hecho tantas veces para los niños podría ser algo nuevo pero entraría en los recuerdos de la bruja y vería con mis propios ojos la vigilancia ceñida sobre ella, el coche se detendría minutos después que hiciéramos esto.

Cuando tuve la mano de la bella dama mis ojos destellaron como dos llamas rojas infernales, quien mejor lo pudo ver fue la niña Selene el chico estaba de lado pero podría sentir la expansión de mi aura de muerte alrededor, hasta los caballos se pusieron nerviosos por segundos, luego de leer sus recuerdos aleje mi mano de ella.

-Entiendo... si son los templarios que parecen estar vigilandola my lady. pero hemos llegado.

mencione al sentir como el coche se detenía y el cochero bajaba a ver a sus caballos preocupado por como se habían movido no hacia un minuto.

Hay planes y estraegias;
es más fácil de lo que parece... hay que dar un sólo golpe  

Los templarios...la Inquisición. Los mayores enemigos de nuestra raza. Selene nunca había entendido el odio que le tenía ésta gente hacia los brujos y el resto de las razas. ¿Por qué les odiaban tanto?¿Qué era lo que habían hecho?¿Por qué tenían que considerarlos cómo demonios? Había algunos que sólo querían que les dejaran en paz. Sí, es cierto que hay brujos malvados, muchos que invocan a fantasmas para hacer daño a los demás, pero otros que sólo quieren que les dejen tranquilos, que no hacen daño a nadie. Incluso antes de que ella naciera...Selene se estremeció solamente de recordar lo que había sucedido cuando intentaron atacarla. Aún no le había dicho a nadie que sabía lo que sabía. Y no tenía la más mínima intención de decirle a nadie la verdad...ni por asomo. No lo haría jamás.

Sus conocimientos...sí, habían crecido mucho desde la última vez, eso era algo innegable. Incluso sabía cosas que ni Isaac ni su abuela sabían que sabía...ni su tía, que a menudo le había dejado los libros prohibidos de la biblioteca, esos libros que contaban cosas que supuestamente no debía saber...pero que de todos modos sabía. La joven pelirroja sonrió audazmente al pensar en ello. Le encantaba saber todo lo que sabía. Tuvo que ladear la cabeza para no soltar uno de sus comentarios audaces cuando dijo que no tenía interés en bailar con su "alimento". Era muy fácil que endemoniasen a los vampiros por el mero hecho de la sangre...la muerte competía con demasiadas cosas. Sería un tema la mar de interesante sobre el que departir durante más y más horas...y muchas más, desde luego.  Desde luego que le concedería una pieza, sin importar el permiso de su abuela. El señor Kenner Clapton era atractivo cómo sólo un vampiro podía serlo, o quizá más. Selene siempre había pensado que tenía que ser muy agradable bailar con él, dejarse llevar. Era lo bastante atractivo incluso para pensar otras cosas que se suponía que una dama no debía pensar...

-Eso téngalo por seguro...he aprendido mucho desde la última vez que nos vimos. Podría asegurarle que sé casi tanto cómo mi querido primo...incluso me atrevería a decir que sé más cosas que él respecto a ciertos temas arcanos, pero claro, él siempre sabrá más que yo sobre otros temas, al fin y al cabo es un "hombre". Y hay ciertas cosas que los hombres siempre se reservan para ellos solitos-
Cada vez manejaba mejor el doble sentido. Isaac rodó los ojos, entendiendo perfectamente lo que había querido decir. Menos mal que probablemente su abuela no les hubiese entendido...sino es probable que se hubieran llevado una buena.

-Sí...por supuesto que lo permitiré. Será todo un placer...incluso yo misma le concederé unas cuantas piezas si así lo desea-dijo la dama. No tenía el más mínimo incoveniente ante cualquier cosa que hiciera que su nieta se comportara cómo una dama aunque fuera durante varios minutos, o durante el tiempo que duraba un baile, que por lo general tampoco solía durar mucho, dependiendo de la pieza o de la música que se toque...la música. La dama volvió a soñar con la música. Tocar el piano siempre era agradable, mucho. Por ese mismo motivo nunca había incovenientes para ello. Le echó un rápido vistazo a la ventana...era evidente que no faltaba mucho para que llegaran...quizás en un par de minutos llegaran al baile al fin.

-Han vuelto, pero desde hace más tiempo del que parece. Sólo desde hace poco tienen los ojos puestos en nosotros. Sospechan, pero no tienen nada confirmado. Y...-la dama pelirroja carraspeó, seria
-La culpa la tiene aquí mi nieto, por una disputa que tuvo con otro brujo...-dijo mirando de reojo a Isaac, que le devolvió la mirada frunciendo el ceño. Era evidente que había algo aquí que fallaba. No lo había dicho todo, así que le pidió que le dejara hablar y tomó la palabra:

-No fue culpa mía del todo. También fue culpa de un acto imprudente por parte de un miembro de nuestra familia que nos delató. Un chivatazo de lo más cruel que ha hecho que nos pongan el ojo a todos. Nuestra familai corre peligro, y también muchos de los nuestros y de los vuestros...de por aquí. No podemos permitir que nos atrapen. Que sepan lo que somos. Por eso debemos de tomar todas las precauciones necesarias para desviar sus ojos de nosotros...aunque por ello haya que recurrir a soluciones extremas.


-Traducción: si tenemos que matar a alguien lo matamos discretamente y decimos que ha sido un accidente-exclamó Selene sonriendo divertida, aunque había un brillo escandalizado en sus ojos. La idea de matar gente siempre la había puesto nerviosa, aunque una parte oscura hiciera que se alegrara por ésta parte. Su abuela la miró horrorizada-¡Selene!-la chica se encogió de hombros.-¿Qué? Es la verdad. Éstas cosas hay que decirlas a la cara. Directamente. Y tal cómo el señor Clapton ha dicho...hemos llegado. Voy a bajarme.-el que conducía los caballos abrió las puertas y ayudó a Selene a bajar, dejando a los tres en el carruaje. Se adelantó a ellos y entró en la casa, dónde había mucha gente bailando y riendo.

Escuche como las jóvenes damas hablan sobre sus logros y claro lo de los hombres, la mayor no los entendió pero yo si y eleva la ceja para luego no hacer ningún gesto de desaprovecharon sobre su comentario, cuando me comentan sobre lo que aconteció suspiro, así que había un informante en la familia que me servia rechiste un poco molesto y luego el comentario de la joven bruja me llamo la atención, esa forma de pensar no era menos de esperar de una de ellas su  abuela la mando callar pero la joven había tenido la mismas ideas  cuando no era mas que una niña como ahora Selene lo era , así que no debía ser tan seria con ella aunque, tuvo sus aprendizajes a base de golpes me reí levemente y la joven bajo primero me levante bajando segundo y ayudando a la mayor a bajar de su carruaje de forma elegante tomándola de de la mano para luego dejarla en el suelo apoyando enseguida mi bastón en el suelo y mirando al joven brujo y le susurre levemente

-tráeme al chico que hablo de mas, ante mi presencia que averiguare mas de el, pero que este vivo el resto no me importa.

Mencione dándole margen de acción mientras me adentraba al edificio detrás de las domas damas, me adelante extendiendo ambas manos para que cada una entrara de mi brazo mientras caminaba la gente se hacia a un lado al ver nuestra llegada o quizás mas la mía, algunos que eran brujos hacían una leve reverencia a modo de respeto conociéndome, y sabiendo mi naturaleza prácticamente toda la familia estaba reunida muy pocos quien o eran brujos estaban allí presentes también suspire levemente invitando a Selene que me acompañara mientras, le guiñaba el ojo a la mayor.

Caminamos entre las personas de la familia y las tuve que saludar de forma indiferente pero siempre acompañado con Selene quien debió comportarse como toda una dama como mi acompañante, los saludos míos eran fríos y indiferentes lo de ella también lo podrían ser.

-Cuéntame, pequeña que has sabido del tema que los demás no saben?

Mencione llevándola hasta una de las mesas para invitarla a sentarse y luego hacerlo yo calma mente.

La verdad no se esconde tras la mentira
se esconde entre la gente, está al acecho

Traerlo y hacerle algunas cosas más. Selene pensó que aparte de traerlo deberían hacerle algunas cosas más. Aunque la chica se conformaría con que le dejasen contemplar lo que haría el vampiro con la persona que había hablado de más. Eran ésta clase de descuidos lo que provocaba que todos se metieran en problemas. Lo mismo sucedía con los vampiros, o al menos eso es lo que le habían dicho. Y también que no se podía poner en manifiesto ciertas cosas relacionadas con la magia de una. Nada de invocar fantasmas en mitad de una reunión, por mucho que fueran invisibles. Éste era un ejemplo. Pero Selene, por lo general, no solía hacer mucho caso de ésto último. Al fin y al cabo, ¿no eran invisibles?

-Creo que podrás encontrártelo el próximo sábado por la noche en un burdel, o en su casa...el domingo, claro-respondió Selene casi de inmediato, con la intención de ayudar a su primo, aunque éste estaba meneando la cabeza de un lado para otro de un modo casi imperceptible en dirección a la chica, que casi de inmediato sintió cómo si algo le estuviese aprisionando la garganta...no la dejaba decir nada más durante un par de minutos, al menos. O quizá más. Los poderes de dominación de un brujo sobre otros mortales era a veces hasta tan doloroso cemo raro, sobre todo si esos poderes los tenía cierto brujo que los ponía en práctica con demasiada frecuencia.

-Así será. Lo haré en cuanto sea posible, quizás incluso mañana-respondió Isaac asintiendo con la cabeza. Esperaba que callase así durante todo el tiempo necesario..quizás durante más del previsto...¿quién sabe? La dama pelirroja, en cambio, deseaba que más de uno no dijera nada respecto a lo que eran. Es más, Selene sabía que a la dama le hubiera parecido estupendo que casi todo el mundo no...y ésto siempre había sido increíble. Selene y su abuela eran casi idénticas físicamente, con el mismo cabello rojo, los mismos ojos verde brillantes, e incluso esa belleza que parecía que nunca fuera a marchitarse, ni con el paso del tiempo ni con la muerte misma.

Las dos entraron del brazo del vampiro, con Isaac detrás de ella, que miraba a todas las demás tal cómo si estuviera sopesando lo que iba a escoger. Quitando a las que era de su familia, había otras que estaban de muy buen ver, y no le sería demasiado difícil escoger. Tanto brujas cómo humanas, y alguna vez alguna que otra vampiresa con la que había tenido problemas...aún tenía una cicatriz en el cuello de alguna vez que lo habían mordido. No tardó en desaparecer entre la marea de gente acompañado de una dama de cabellos rubios y brillantes ojos azules, la perfecta encarnación de lo que llamarían una rosa inglesa. Se pusieron a bailar entre la gente y no tardaron en perderse de vista enmedio de la alegre música. Selene seguía del brazo del vampiro, no parecía tener la más mínima intención ni el interés de separarse de él, mientras saludaba al resto de la familia intentando hacer algo que no solía dársele demasiado bien: portarse cómo una dama. El señor Clapton los saludaba con la frialdad que sólo puede tener un vampiro...

-Deben disculparme. He de atender a algunos invitados, pero no tardaré en volver...-se disculpó la dama mientras hacía una leve reverencia y desaparecía también entre la gente. A ella se le daba genial hacer de anfitriona...era toda una dama. y hubiera deseado poder serlo en todos los sentidos posibles, no solamente en aquellos en los que se daba de cara al mundo. Selene estaba más que encantada de quedarse a solas con él, así podrían discutir ciertos asuntos que llevaba un buen rato deseando discutir. Ese tema del que se suponía que no debían hablar, por ejemplo. Y más ciertos detalles que no habían querido decir los otros. Hacía ya rato que se moría por poder soltarlo, y no le habían dejado antes, lo cuál era para ella un crimen. Sonrió misteriosamente mientras se inclinaba un poco hacia él, bajando dos tonos de voz para hablar de ese tema, cómo si temiera que alguien les oyera.

-No se lo han dicho todo. Las cosas están peores de lo que se esperaba. Bastante peores. No todo ha tenido que ver con un soplón borracho que se le ha escapado un par de cosas que no debía. También ha habido un par de personas que han estado moviendo los hilos para buscar la ruina familiar....tanto la nuestra cómo la de otros. Los templarios no nos siguen sólo por eso. Alguien en nuestra familia ha estado contando secretos nuestros. Soltó en la iglesia algo que les asustó mucho mucho...y eso les alertó. También se habló de usted...alguien le acusó de algo que en realidad no ha hecho

Escúchela voz del chico cuando dijo que para mañana lo tendría, a mi merced suspire levemente sintiendo como el usaba la magia de dominación en su prima pero hice vista sorda de momento algo ocultaban y tarde o temprano lo descubriría y por el bien de ellos que fuera temprano aunque realmente, no pudiera usar la magia la podía sentir muy fácilmente, por eso sabíamos que lo había usado y quien, su abuela era consciente de ellos también, después de todo era una bruja mas antigua que los dos aquí presentes.

Ahora mismo la joven me revelaba el motivo por el cual en realidad los templarios estaban siendo manipulados por alguien que quería destruir la familia, así que podría ser cualquier uno hasta vampiros aunque la iglesia siempre me quiso dar caza desde tiempos milenarios el ultimo papa estaba decidido a acabar conmigo o por lo menos intentarlo sera por que me alimente de sus padres, una vieja sonrisa en mi rostro salio y la observe a los ojos a la bruja y le sonríe de lado

-Que cosa me han acusado, hablar de mi siempre lo han hecho pero por su propio bien jamas han intentado meterse conmigo

Me puse serio y mis ojos destellaron revelando secretos eso no era bueno, los secretos de esta familia eran mas oscuros de lo que esta niña podría imaginar, yo había ayudado a este clan a ser tan poderoso como era de cierta forma llevan mi sangre muerta que sirve como fuente de su poder, sus antepasados se alimentaron de mi sangre para obtener poderes oscuros como la madre muerte. Cosas crueles que ellos hicieron para mi que pocos en la familia conocen tenia que ser alguien viejo, alguien que viviera lo mismo que la mayor.

Mi mano presiono la copa de vino que había sobre la mesa de forma mas elegante pero mismo así algo preocupado aunque mi mirada seguía fría y sin denotar esta preocupación mi vida sobre esta tierra me había enseñado muchas cosas, luego de beber la copa suspire y mirando a los fiesteros

-Sabes quien fue el que anduvo contando lo que no debía, el que estaba contando vuestros secretos, bella madam?

Pregunte desviando la mirada buscando los ojos de la bruja y observándola atentamente a ver lo que ella decía y si dudaba en algún momento en decirme la verdad lo sabría y no seria bueno para ella, estaba seguro que la pelirroja conocía muy bien lo que era negarme algo a mi persona.