AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ausencias que desquician el alma {Privado}
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Ausencias que desquician el alma {Privado}
En su largo camino a casa, en un lujoso carruaje que le fue facilitado por Cosimo. Ruggero ignoraba que Chiara se hallaba en la casa de su hermano, ignoraba todo en su alrededor, todo menos la autora intelectual de la muerte de Girolamo.
Ruggero estuvo pensativo cuando había llegado a París, su mente mantenía activo el recuerdo de Girolamo muerto, aquel primer análisis del cuerpo ligeramente golpeado, con una herida de bala en el hombro y la asesina apuñanalada en el pecho que el causara la muerte. Cosimo consideraba un posible robo, sólo Ruggero sabía que estaba equivocado y es que en los bordes de la herida existía una ligera capa azulada provocada por uno de los venenos que usaba su alumna, un potente veneno que no destruía las venas a modo de conservar la apariencia original y no distorsionar el cuerpo. el veneno fantasma lo llamaba ella.
Cerró sus ojos e hizo una pausa a sus recuerdos, luego volvió a evocar aquel momento en el que removió la plasta venenosa del cuerpo de Girolamo que a la larga mutaría a un virus que podría enfermar a seres vivos. Salió de la habitación e hizo arder el pañuelo con el veneno. Habló con Cosimo y se marchó a arreglar el entierro de su cuñado, pero más que querer hacer eso, en lo único que pensaba era en su amada esposa, su frágil Chiara, pensó también en el pequeño Ruggero y su otro amor, la risueña Mely.
Cuando al fin miró por última vez por la ventanilla contempló la colina de su residencia. Y sin saber por qué pensó en Hayden, su alumno y quien fuera el esposo de su cuñada. Todo esta mal, a Ruggero nada le había gustado de aquella noche en la que él lo fue a buscar anunciándole una misión en conjunto a Cammy. Al ex inquisidor no le gustó nada la forma en la que Hayden se despidió y en la que le hizo prometer que cuidaría de Giulia; aquella platica fue constante aún cuando descansaba junto a Chiara en vísperas de la llegada de la noticia que derrumbara a Chiara.
Ruggero fue anunciado, la voz de Estella y Juan le llenaron de energía, sus ojos ya se imaginaban los brazos juguetones de su hijo y la sonrisa festiva de su niña. Sintió tantas ganas de tomarlos en sus fuertes brazos y besarlos que casi derriba la puerta. Pero al bajar se encontró con la novedad de que Chiara no lo había recibido, espero unos instantes a que su servidumbre le comunicara una justificación por la cual su esposa no lo esperara... -¿y si le pasó algo, y si se puso mal?- se angustió tanto que no se percató que la pareja ya estaban frente a él.
-¿Qué sucede...?- dijo casi sin querer escuchar, algo le decía que la respuesta le dolería. -Se ha ido mi señor y los pequeños también- informó Estella y los ojos del ex inquisidor se llenaron de lágrimas, pero no lloró, su interior convulsionó y quiso gritar. Entonces, agachó la cabeza dejando que las lágrimas cayeran sobre el camino empedrado. Sus sirvientes no supieron que hacer así que sólo se quedaron junto a él, al hombre que ahora lucía frágil.
El amo de la casa se abrió paso entre ellos, totalmente bloqueado, totalmente dolido y sin embargo si escuchó el cabalgar de un caballo, un cabalgar conocido.
-La señorita White- anunció el portero.
Ruggero casi palideció y con unos ojos inyectados de sangre se giró para contemplarla. Ella ya había bajado de su caballo y comenzó su andar hacía quien fuera su maestro.
-¡Tú, tú asesina por fin vienes a quitarme la vida, decidiste hacerlo después de asesinar a Girolamo y a su esposa... Qué estaba en estado!- vociferó emprendiendo un paso veloz buscando un enfrentamiento; la servidumbre se hizo a un lado, Estella nunca había visto el rostro de Ruggero con ese aspecto y Juan casi lo había olvidado luego de la felicidad que trajo Chiara y en tampoco tiempo los pequeños. Gordas lágrimas brotaban por sus ojos y desenvainó su espada a estar a tres metros de ella. -Son mi familia... que es mi familia...- dijo con una voz desgarradora, sumida en una tristeza que no había experimentado nunca, ni siquiera con Jade. Soltó la espada y cayó de rodillas llorando como un niño desconsolado, llorándole a Cammy que bien podría venir a matarlo.
Ruggero estuvo pensativo cuando había llegado a París, su mente mantenía activo el recuerdo de Girolamo muerto, aquel primer análisis del cuerpo ligeramente golpeado, con una herida de bala en el hombro y la asesina apuñanalada en el pecho que el causara la muerte. Cosimo consideraba un posible robo, sólo Ruggero sabía que estaba equivocado y es que en los bordes de la herida existía una ligera capa azulada provocada por uno de los venenos que usaba su alumna, un potente veneno que no destruía las venas a modo de conservar la apariencia original y no distorsionar el cuerpo. el veneno fantasma lo llamaba ella.
Cerró sus ojos e hizo una pausa a sus recuerdos, luego volvió a evocar aquel momento en el que removió la plasta venenosa del cuerpo de Girolamo que a la larga mutaría a un virus que podría enfermar a seres vivos. Salió de la habitación e hizo arder el pañuelo con el veneno. Habló con Cosimo y se marchó a arreglar el entierro de su cuñado, pero más que querer hacer eso, en lo único que pensaba era en su amada esposa, su frágil Chiara, pensó también en el pequeño Ruggero y su otro amor, la risueña Mely.
Cuando al fin miró por última vez por la ventanilla contempló la colina de su residencia. Y sin saber por qué pensó en Hayden, su alumno y quien fuera el esposo de su cuñada. Todo esta mal, a Ruggero nada le había gustado de aquella noche en la que él lo fue a buscar anunciándole una misión en conjunto a Cammy. Al ex inquisidor no le gustó nada la forma en la que Hayden se despidió y en la que le hizo prometer que cuidaría de Giulia; aquella platica fue constante aún cuando descansaba junto a Chiara en vísperas de la llegada de la noticia que derrumbara a Chiara.
Ruggero fue anunciado, la voz de Estella y Juan le llenaron de energía, sus ojos ya se imaginaban los brazos juguetones de su hijo y la sonrisa festiva de su niña. Sintió tantas ganas de tomarlos en sus fuertes brazos y besarlos que casi derriba la puerta. Pero al bajar se encontró con la novedad de que Chiara no lo había recibido, espero unos instantes a que su servidumbre le comunicara una justificación por la cual su esposa no lo esperara... -¿y si le pasó algo, y si se puso mal?- se angustió tanto que no se percató que la pareja ya estaban frente a él.
-¿Qué sucede...?- dijo casi sin querer escuchar, algo le decía que la respuesta le dolería. -Se ha ido mi señor y los pequeños también- informó Estella y los ojos del ex inquisidor se llenaron de lágrimas, pero no lloró, su interior convulsionó y quiso gritar. Entonces, agachó la cabeza dejando que las lágrimas cayeran sobre el camino empedrado. Sus sirvientes no supieron que hacer así que sólo se quedaron junto a él, al hombre que ahora lucía frágil.
El amo de la casa se abrió paso entre ellos, totalmente bloqueado, totalmente dolido y sin embargo si escuchó el cabalgar de un caballo, un cabalgar conocido.
-La señorita White- anunció el portero.
Ruggero casi palideció y con unos ojos inyectados de sangre se giró para contemplarla. Ella ya había bajado de su caballo y comenzó su andar hacía quien fuera su maestro.
-¡Tú, tú asesina por fin vienes a quitarme la vida, decidiste hacerlo después de asesinar a Girolamo y a su esposa... Qué estaba en estado!- vociferó emprendiendo un paso veloz buscando un enfrentamiento; la servidumbre se hizo a un lado, Estella nunca había visto el rostro de Ruggero con ese aspecto y Juan casi lo había olvidado luego de la felicidad que trajo Chiara y en tampoco tiempo los pequeños. Gordas lágrimas brotaban por sus ojos y desenvainó su espada a estar a tres metros de ella. -Son mi familia... que es mi familia...- dijo con una voz desgarradora, sumida en una tristeza que no había experimentado nunca, ni siquiera con Jade. Soltó la espada y cayó de rodillas llorando como un niño desconsolado, llorándole a Cammy que bien podría venir a matarlo.
Ruggero Rosso- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Las visitas incomodas son las que mejor deben de ser atendidas, pues son las únicas que pueden atacarte.
Ya había pasado una semana desde la muerte de Hayden y cuatro días desde la muerte de Maryeva y Girolamo a manos de la inquisidora. Antes de partir a ella se le asignó informar la baja de Hayden a la familia Vaggö, mas ella no era estúpida y conocía a la viuda de Hayden. No estaba segura de que se le atribuyera la muerte de el matrimonio Di Moncalieri pero si en alguien creía confiar era en Ruggero. Por ese motivo ella había cabalgado a la mansión Rosso, aprovecharía el lazo que lo había atado a Hayden para que fuera él quien diera la noticia, entre más pronto lo hiciera más rápido podría viajar a Inglaterra para encontrarse con Viviana, su pequeña beba.
Cuando vislumbro los portones éstos aún estaban abiertos y de una elegante carroza bajaba Ruggero, mas esa carroza la reconoció la asesina, pues era similar a donde había viajado Girolamo y Maryeva aquella noche, era un coche de la familia Di Moncalieri. A Killer Bee le llegaron los recuerdos de aquella noche, se sintió atormentada pues la muerte de Maryeva le había afectado, aún no se había confesado por aquella muerte y se sentía abrumada, no estaba cómoda con ella misma y en las noches la asolaban las pesadillas. Cammy prometió cuidar de Viviana peor era consciente de algo, independientemente de la cruzada que se desataría por ella, tarde o temprano tendría que confesarle que ella era la asesina de sus padres y no sabía si podría soportar la ira o cualquier sentimiento de Viviana.
Cammy cruzó los portones y fue anunciada, eso hizo que regresara a la realidad y descendiera de su caballo. Hacía mucho tiempo que no veía a Ruggero, desde aquella cruzada a fuera del teatro y más aún a Estella y Juan que la querían mucho. Pero todo sería distinto y ella lo sabía muy bien, aunque no tanto como creía. Su maestro se dio media vuelta para enfrentarle, tenía los ojos inyectados de sangre, estaba furioso y la acusó por asesinar al matrimonio Moncalieri, –así que ya lo sabes...– pensó sin dejar de caminar a él. La inquisidora mantenía sus manos libres, pero pendientes a la espada de su maestro; por supuesto que ella lo respetaba y lo quería mas no significaba que se dejaría atacar por él, claro que se defendería y si terminaba matándolo sería otra muerte que cargar.
Entonces sucedió algo inesperado, Ruggero soltó su espada y se tiró de rodillas comenzando a llorar como un niño desconsolado. Killer Bee lo contempló asombrada y es que era la primera vez que lo veía así, se sintió contagiada por ese sentimiento e hizo algo que nunca había hecho, se arrodilló frente a él y le tomó de un hombro en un abrazo de caballeros.
—Ruggero tienes que hacer un esfuerzo para recuperarte, de nada sirve llorar a esa familia... yo te traigo noticias de una baja dentro de nuestra orden de soldados... vamos hablemos en otro lugar— le aconsejó en un tono dulce y paciente esperó una respuesta de su maestro.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/09/2012
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Ruggero quedó consternado con las palabras de su alumna... -¿acaso no comprendía que ya no eran extraños, que ya eran parte de su familia?- lo pensó pero no lo dijo. Hizo justo lo que Cammy le pidió y de pronto se sintió avergonzado por llorar frente a una mujer que no fuera Chiara, respiró hondo y se levantó sin limpiar las lágrimas. -¿Por qué piensas que me interesa la muerte de un inquisidor?- alegó pendiente a Killer Bee que le sonrió de una manera que él no supo descifrar.
-Muy bien, sígueme- dijo pensando un lugar adecuado a donde llevarla. Pensó en los jardines pero de inmediato declinó pues se trataba del santuario de su esposa y la zona de recreación de sus hijos. Sólo había un lugar donde él podía llevar a una asesina... su estudio.
Sin decir nada a Estella o Juan, atravesó la calzada y entró por las puertas del estudio. Olvidando la caballerosidad entró primero y se sentó, Killer Bee le siguió y rodeó el escritorio sin dejar de verlo a los ojos.
-¿Cómo es que te atreves a pisar mi casa luego de matar a mi cuñado y con una noticia irrelevante para mí...?- hizo hincapié en la palabra cuñado para que ella no volviera a insinuar que no eran importante los Di Moncalieri en su vida, después de todo su esposa era una. -Da gracias a Dios que no está mi esposa presente o hubiera tenido que matarte... asesina- continuó despectivo, con cierto grado de molestia en su voz. -Anda, di quién demonios se murió y sobre todo... ¡Qué hiciste con el hijo de Girolamo!- finalizó poniéndose de pie y golpeando la mesa para mostrar su poder.
-Muy bien, sígueme- dijo pensando un lugar adecuado a donde llevarla. Pensó en los jardines pero de inmediato declinó pues se trataba del santuario de su esposa y la zona de recreación de sus hijos. Sólo había un lugar donde él podía llevar a una asesina... su estudio.
Sin decir nada a Estella o Juan, atravesó la calzada y entró por las puertas del estudio. Olvidando la caballerosidad entró primero y se sentó, Killer Bee le siguió y rodeó el escritorio sin dejar de verlo a los ojos.
-¿Cómo es que te atreves a pisar mi casa luego de matar a mi cuñado y con una noticia irrelevante para mí...?- hizo hincapié en la palabra cuñado para que ella no volviera a insinuar que no eran importante los Di Moncalieri en su vida, después de todo su esposa era una. -Da gracias a Dios que no está mi esposa presente o hubiera tenido que matarte... asesina- continuó despectivo, con cierto grado de molestia en su voz. -Anda, di quién demonios se murió y sobre todo... ¡Qué hiciste con el hijo de Girolamo!- finalizó poniéndose de pie y golpeando la mesa para mostrar su poder.
Ruggero Rosso- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Aprende a ser observador, el aliado puede convertirse en enemigo.
Cammy vio a Ruggero reincorporarse y lo siguió atenta, aunque con tiempo para observar a Juan y Estella que ahora ya no le sonreían sino la miraban con hostilidad, justamente como Ruggero, como una enemigo más. Y pese a ese sentimiento de aflicción causada por el rechazo Killer Bee no mudó de expresión y pasó sin dirigirles la palabra. Cruzaron el largo pasillo empedrado por un parterre y no muy lejos vio una sala de jardín la que supuso pertenecía a Chiara según los informes de los espías. Sí, Cammy White había recibido información constante de su maestro, después de todo era su misión asesinarlo hasta que Hayden con mucha entereza logró la absolución, algo que Killer Bee nunca pensó hacer, para ella su deber era matarlo no prejuzgarlo.
Reagrupando sus pensamientos la inquisidora ingresó por unos ventanales elegantes y perfectamente limpios, el salón era un estudio grande, con estantes repletos de libros, un escritorio con todos los ornamentos característicos de un notario público... ¿acaso era eso Ruggero en la actualidad... a qué se dedica? De pronto se preguntó con mucha curiosidad y es que su maestro siempre representaba un misterio y más aún cuando desertó.
La inquisidora rodeó el escritorio donde tomó asiento Ruggero y lo escuchó con paciencia; sin embargo, las palabras comenzaban a ofenderla... –¿Asesina... cómo se atreve a llamarme así?– había pensado con el cejo fruncido y aunque momentos antes su maestro ya se lo había dicho, ella lo había atribuido a un arranque de ira mas ahora se daba cuenta de que lo había dicho con alevosía. –¿Qué hice con el niño de Girolamo?... ¡Qué le importa!– pensó irritada y dio un paso atrás cuando Ruggero se levantó. Fue entonces que Killer Bee no permitió que dijera algo más y lo encaró con una mirada fulminante.
—¿Me llamas asesina?... Con que calidad moral te atreves a llamarme de esa forma... ¿No sé te olvida que tú me volviste lo que soy ahora?, por ti mato en nombre de Dios... Tú me condujiste a esta vida, tú me sacaste de mis libros para introducirme a una guerra de la que no formaba parte, por ti me convertí en la abeja asesina... ostente el título que tú me adjudicaste... ¿acaso no te recuerdas exhibiendo mis destrezas entre la orden... llamándome la mejor y ser tu orgullo?... No seas hipócrita Ruggero... yo soy el fruto que cosechaste siéntete responsable de lo que haga— acusó la inquisidora con voz segura, en un tono fuerte y que hizo sentar a su maestro, pues no había nada que debatir en el argumento de Cammy.
De pronto, del bolso que cargaba sacó un pergamino y lo arrojó a la mesa. —Esa fue la orden que se me dio una vez encontré indicios de la naturalidad de la esposa de Girolamo Di Moncalieri. Ella era una cambiaformas y él un profano al haber hecho copula con ella... No hace falta que te recite los versículos que me den la autoridad de actuar... Como inquisidor tu deber es para con Dios y la iglesia, no me iba a detener por pertenecer a tu familia... Sé sincero Ruggero, ¿mi maestro lo hubiera hecho?— dijo un poco más calmada y recordó a la pequeña Viviana, su dulce niña que ya estaba segura en Inglaterra.
—Ruggero, hace una semana se nos asignó a varios inquisidores la tarea de confrontar una rebelión. Hubo una emboscada a las afueras de las calles parisinas, en los límites con el bosque. Varios demonios cayeron pero también hubo una significativa baja en nuestro equipo... Hayden Vaggö fue asesinado...— Killer Bee quiso continuar para mantener fresco su dialogo pero prefirió hacer una pausa para que Ruggero hiciera una manifestación. Ella no comprendía el modo de pensar de ellos, ¿cómo podían formar una familia en una vida dedicada a Dios y en dónde peligrarían sus seres queridos? Era tan irónico que Hayden estuviera casado con Giulia y que a su vez ella fuera hermana de Chiara, la esposa de su maestro... Mas eso llegaba a ser irrelevante, ¿o tal vez no? Todo dependía del conocimiento que los Di Moncalieri tuvieran sobre la orden llamada Alianza.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Las primeras palabras de su alumna fueron como un balde de agua fría, no peor aún, un cubo de hielos. Ella tenía razón, después de todo Ruggero la convenció de volverse soldado, la entrenó convirtiéndola en una mortal y fría asesina, inclusive la despoóo de la virginidad de la que ella tanto recelaba. Y ante los argumentos de Cammy mejor tomó asiento.
Killer Bee le arrojó un pergamino y él lo abrió, pero no para comprobar lo que ella le decía, sino como un gesto de educación. No le interesaba lo que dijera o verificar el sello papal. En esos momentos sólo pensaba en ella, en la Cammy de 18 años que vio en la biblioteca, aquella dedicada estudiante con deseos a ser una bibliotecaria o quizás una monja. Recordó la atracción que sintió y los deseos de hacerla suya y entonces se sintió un pervertido... -¿Cómo es que pensaba de esa forma...- se recriminaba horrorizado, -qué pensaría Chiara de mí... cómo me vería si se enterara de ese pasado morboso... oscuro?- dijo y quiso llorar, él había aceptado que Chiara lo había cambiado volviéndolo más sensible, más sentimental pero no quería verse débil ante Cammy por lo que no cambió la expresión que ostentaba.
Entonces ocurrió algo que Ruggero no esperaba, se levantó para hablarle a Killer Bee, cuestionarla pero lo que sus labios pronunciaron hizo que nuevamente se sentara o más bien cayera en el asiento... ¿Hayden muerto?
-No puede ser, Hayden...- dijo sin prestar atención a Cammy, los ojos de Ruggero se movían de un lado a otro, Dios estaban ocurriendo tantas cosas en su familia que no sabía como actuar. El poderoso Ruggero se sentía pequeño, su alumno había caído, el único que podía ayudarle a encarar la muerte de Girolamo, la que podría persuadir a Giulia a superarlo y no arriesgara su vida a un combate con Cammy, un combate que ambos, inquisidor y ex-inquisidor sabían que perdería. Dios, -¿cómo reaccionará Giulia...? ¡Qué no tenían ni tres meses de casados! El mundo de Ruggero se derrumbaba y Cammy la principal causa de ese dolor dentro de los Di Moncalieri le traía una catastrófica noticia.
Ruggero logró controlar su ira e inesperadamente golpeó el escritorio y se echó a llorar. -No Hayden... tu no...- sollozaba ocultando su rostro a los ojos de Killer Bee, pensó en sus hijos, en su esposa que lejos estaban y sintió un mal presentimiento... ¿y si ella pretendía abandonarlo, y si ella se llevaba a su hijo.. a su pequeña Mely?
Por cinco minutos Ruggero se perdió en el llanto y en el temor de que Chiara lo abandonara. -¿sabes?... Yo le dije a Hayden que desertara, que se dedicara amar a Giulia como yo lo hago con Chiara... pero no quiso, yo quería lo mejor para él... y también lo quiero para ti... Cammy deja la vida de la iglesia... haz una familia, aún lo puedes hacer...- dijo y se puso de pie, tomó un pañuelo y se limpió las lágrimas.
Killer Bee le arrojó un pergamino y él lo abrió, pero no para comprobar lo que ella le decía, sino como un gesto de educación. No le interesaba lo que dijera o verificar el sello papal. En esos momentos sólo pensaba en ella, en la Cammy de 18 años que vio en la biblioteca, aquella dedicada estudiante con deseos a ser una bibliotecaria o quizás una monja. Recordó la atracción que sintió y los deseos de hacerla suya y entonces se sintió un pervertido... -¿Cómo es que pensaba de esa forma...- se recriminaba horrorizado, -qué pensaría Chiara de mí... cómo me vería si se enterara de ese pasado morboso... oscuro?- dijo y quiso llorar, él había aceptado que Chiara lo había cambiado volviéndolo más sensible, más sentimental pero no quería verse débil ante Cammy por lo que no cambió la expresión que ostentaba.
Entonces ocurrió algo que Ruggero no esperaba, se levantó para hablarle a Killer Bee, cuestionarla pero lo que sus labios pronunciaron hizo que nuevamente se sentara o más bien cayera en el asiento... ¿Hayden muerto?
-No puede ser, Hayden...- dijo sin prestar atención a Cammy, los ojos de Ruggero se movían de un lado a otro, Dios estaban ocurriendo tantas cosas en su familia que no sabía como actuar. El poderoso Ruggero se sentía pequeño, su alumno había caído, el único que podía ayudarle a encarar la muerte de Girolamo, la que podría persuadir a Giulia a superarlo y no arriesgara su vida a un combate con Cammy, un combate que ambos, inquisidor y ex-inquisidor sabían que perdería. Dios, -¿cómo reaccionará Giulia...? ¡Qué no tenían ni tres meses de casados! El mundo de Ruggero se derrumbaba y Cammy la principal causa de ese dolor dentro de los Di Moncalieri le traía una catastrófica noticia.
Ruggero logró controlar su ira e inesperadamente golpeó el escritorio y se echó a llorar. -No Hayden... tu no...- sollozaba ocultando su rostro a los ojos de Killer Bee, pensó en sus hijos, en su esposa que lejos estaban y sintió un mal presentimiento... ¿y si ella pretendía abandonarlo, y si ella se llevaba a su hijo.. a su pequeña Mely?
Por cinco minutos Ruggero se perdió en el llanto y en el temor de que Chiara lo abandonara. -¿sabes?... Yo le dije a Hayden que desertara, que se dedicara amar a Giulia como yo lo hago con Chiara... pero no quiso, yo quería lo mejor para él... y también lo quiero para ti... Cammy deja la vida de la iglesia... haz una familia, aún lo puedes hacer...- dijo y se puso de pie, tomó un pañuelo y se limpió las lágrimas.
Ruggero Rosso- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento.
Proverbios 12:22
Proverbios 12:22
El llanto de Ruggero no la conmovió pero tampoco le causó lastima. Su maestro había cambiado y ella ya lo había asimilado desde la primera vez que lo espió mientras estaba él con su esposa. Aquel trato de él para ella era envidiable para muchas mujeres, mas no para Killer Bee. La asesina no alcanzaba a comprender como una mujer podía superar el amor a Dios, con tan sólo pensarlo ya el parecía blasfemia, sin embargo, así eran las cosas, ese era el Ruggero Rosso esposo de Chiara, para Cammy había fallecido el potente hombre aficionado a la cacería de brujas, aquel que las odiara y se empecinaba a darles muerte; ¿ahora que así?, se aliaba a ellas, o al menos así se daba cuenta con Crystall Van Wijs lo que terminaba por ser irónico, el amor de Chiara unió la rivalidad de ambos.
Ruggero continuó su diálogo sorprendiendo a la inquisidora con las últimas palabras... –¿quiere que haga una familia, que sea una desertora?– pensó y entonces sintió un has de admiración por Hayden, él a pesar de las palabras de Ruggero se había mantenido firme ante su dedicación a la iglesia, no claudicó en la palabra del Señor y no desertó a las filas de su amor eterno. En gloria seguramente estaba ya, una persona como Hayden lo merecía así fuera un asesino sin vergüenza como Ruggero, siempre mantuvo su palabra lo que era de aplaudir. Y por un momento la idea de formar una familia le pareció atractivo, después de todo había conservado a Viviana y estaba dispuesta a criarla, darle educación y protección, sería su madre, la madre que Killer Bee asesinó. Entonces Ruggero se levantó y se limpió el lagrimar, la inquisidora sólo lo siguió con la mirada.
—Ruggero ambos sabemos que no haré lo que dices desear. Deberías de ser consciente que yo tengo mis ideales más cimentados que el mismo Hayden, después de todo me críe prácticamente en la Iglesia toda mi vida. No vuelvas a mencionar semejante disparate— dijo y tomó el respaldo de la silla ubicada junto a ella y en un gesto solicitó a Ruggero autoridad para sentarse. Él asintió con la cabeza y Cammy se sentó. —La muerte de Hayden es más delicada de lo que parece, hice mis investigaciones y al parecer existe una orden clandestina que se hace llamar la Alianza, ellos propiciaron el evento donde Hayden perdió la vida... la Alianza es muy organizada y casi no hay información, se manejan muy bien y el espionaje de la iglesia es muy carente por lo que sospecho que existen traidores en la inquisición. Y creo que tanto tu esposa y cuñada tienen conocimiento de dicha Alianza. Meses antes del ataque en las cercanías de las calles parisinas hubo un ataque orquestado por la misma corporación y creo que Giulia Vaggö fue participe. He solicitado información sobre el caso para confirmar dicho evento... si es confirmada la participación de Giulia en el robo en la catedral... bueno tu sabes lo que significará— la inquisidora había subido su tono de voz para cuando concluyó su discurso, demostraba que tenía el control de la situación, pero también era el faro del barco sentimental de Ruggero, las expresiones de su maestro, la incomprensión en ese rostro sólo le decían a ella que él mismo no sabía como actuar si Giulia pertenecía a esa organización. Y aunque seguramente Ruggero deseaba que Killer Bee se equivocara, a ella no le importaba en lo más mínimo deshacerse de la que consideraría una traidora por ocultarle esa información a su esposo.
—En cinco días será el levantamiento de Cruz en los Estados Pontificios, al sexto día la inquisición dará una misa en honor a Hayden. Será conveniente que seas tú el que ponga sobre aviso a la viuda Vaggö y la conduzcas al evento sabes que la Iglesia no les entregará el cuerpo hasta hacerle los honores correspondientes... Ruggero nuestros destinos nos han vuelto enemigos es muy posible que regrese buscando a Giulia para que me lleve con la Alianza... quizás, la próximamente que nos veamos no sea un encuentro un tanto cordial... y creo que eres consciente de ello— la inquisidora se levantó y comenzó a caminar al ventanal por el cual entró, se detuvo antes de cruzar, giró ligeramente el cuello y así dijo a su maestro —los informes me los entregarán la mañana siguiente de la misa— advirtió poniendo un pie afuera.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
-Cammy... detente...- pidió Ruggero consternado a lo que había escuchado, le era difícil de creer aunque no era para nada ilógico que existiera dicha organización. Él alguna vez se dedicó a diezmar una organización con los mismos fines y eso lo condujo hasta Jade, el ex inquisidor suspiro al recordarla y luego volvió a hacerlo extrañando a su esposa y a sus hijos. -¿Alianza dices...? prosiguió y se levantó encarando la mirada de ella, -¿Y también insinúas que mi cuñada pertenece a esa organización, pertenece a la orden que mató a Hayden... ella que tanto lo ama?- Ruggero estaba furioso, ¿cómo se atrevía a decir eso?, -¿yo los vi casarse... yo los vi felices eso no puede ser, ella no pertenece a esa Alianza de la que hablas... es imposible- pero las palabras de Cammy no eran falsas, en sus ojos pudo ver la verdad.
-Sí Cammy, la próxima vez no te recibiré como lo hice hoy, uno de los dos morirá y antes de que te marches tienes que decirme... ¿qué hiciste con el hijo de Girolamo?- exigió y listo a abalanzarse sobre ella si no le decía.
-Sí Cammy, la próxima vez no te recibiré como lo hice hoy, uno de los dos morirá y antes de que te marches tienes que decirme... ¿qué hiciste con el hijo de Girolamo?- exigió y listo a abalanzarse sobre ella si no le decía.
Ruggero Rosso- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Responde a las preguntas que deben de ser respondidas y descarta las demás, pues son las que contienen veneno.
Killer Bee se detuvo cuando Ruggero le formuló la última pregunta, las demás poco le habían importado ya en una ocasión estaba decidida a matarle cuando se expidió una orden en su contra. Hayden había conseguido revocar esa orden salvando a su maestro, mas todo sería distinto a partir de ese momento. —Es una niña Ruggero y no la maté tan sólo es una criatura inocente que se expiará de sus pecados al ser bautizada— a Killer Bee se le humedecieron los ojos y agradecía que le daba la espalda a Ruggero para que éste no notara su debilidad. —Es mi niña Ruggero— dijo y se dio media vuelta para encararlo y responder las preguntas que sabía que él le haría, —Si Ruggero, yo seré su tutora y si más adelante manifiesta la maldición de su madre se convertirá en una condenada... tu mejor que nadie debe de saber que él único lugar seguro para un sobrenatural es la Inquisición, sólo formando parte de ella se libraran del yugo de la muerte— se justificó y quiso continuar mas supo que ya no tenía caso.
—Ahora, ¿crees en la inocencia de tu cuñada? Por favor, la misión de la que te mencioné fue antes de que contrajeran matrimonio. Ella no se integró después de casarse con Hayden pero si creo que fue cobarde por no querer revelarle ese secreto a su esposo, a tu alumno y mi compañero, piénsalo Ruggero, has cambiado y bajado la guardia, ta has vuelto inocente pero muy en el fondo de ti sigue estando ese hombre que me sacó de los libros y me llevó al campo de batalla, ese hombre al que le entregué mi virginidad y que más tarde se casará en secreto con Jade, ese hombre que perdió a su mujer y entrenara a Hayden, aquel que se perdía en burdeles y el alcohol, el que no seguía normas, el anárquico, el caza brujas... sabrás que tengo razón—
No dijo más, tan sólo salió y se dirigió en la puerta, sin embargo, se detuvo a medio camino y contempló una mesa de jardín con varios sillones exteriores y juguetes alrededor. Sin que alguien se lo dijese dedujo que era el lugar preferido de Chiara y donde jugaran los niños. De pronto sintió a Ruggero a sus espaldas. —¿Dices que te gustaría que fuera feliz algún día?, ¿qué tenga una familia como tu o la tenía Hayden?, cuando la verdad es que no he podido enamorarme, sí Ruggero es una mentira que diga que no lo hago por estar entregada a Dios. Alguna vez yo te amé, creí que dándote eso tan valioso para mí, pensaba que siguiéndote haría que me amaras, que dejaras la inquisición por mi y formáramos una familia... ¿sabes? Envidio a Chiara y siempre me he lamentado de lo que sucedió entre nosotros, fui una ingenua aunque después de todo tan sólo era una chiquilla que no había estado con un hombre, que no se había enamorado nunca— dijo con tristeza y a pesar de querer hacerse la fuerte no pudo contener el llanto y lloró.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Cammy no había permitido que Ruggero lograra objetar algo de lo que decía, cada frase lo consternaba aún más por lo que cuando ella terminó él simplemente se mantuvo en silencio. -¿Será verdad todo lo que ella me está diciendo?, ¿realmente tiene esos sentimientos encontrados?- pensó totalmente perdido en los argumentos imperiosos de su alumna.
Ella se dio media vuelta para encararlo, entonces Ruggero despertó de su trance y al fin le aterrizó el hecho de la importancia de la muerte de Hayden y el riesgo que corría su cuñada, Killer Bee tenía razón él estaba volviéndose ingenuo, su alumna ya la declaraba muerta, esa era la realidad, no importaba la investigación, para la inquisidora Giulia era culpable, para ella su cuñada tan sólo era una infiltrada de esa organización de la que estaba seguro existía, nunca había escuchado hablar de ella pero su instinto de soldado lo hacían estar seguro. Y ahora con la revelación de amor de Cammy Ruggero sospechó que todo era una trampa, que su alumna estaba jugando con su psicología.
-Killer Bee... tenéis razón me he vuelto descuidado pero como lo mencionasteis por mi culpa sois lo que sois, si te volvisteis lo que eres fue por mi, te conozco porque yo soy vuestro maestro y siempre lo seré... así que decidme donde está la niña de Girolamo después os...- Ruggero no pudo concluir luego de que Killer Bee lo interrumpiera tajantemente.
Ella se dio media vuelta para encararlo, entonces Ruggero despertó de su trance y al fin le aterrizó el hecho de la importancia de la muerte de Hayden y el riesgo que corría su cuñada, Killer Bee tenía razón él estaba volviéndose ingenuo, su alumna ya la declaraba muerta, esa era la realidad, no importaba la investigación, para la inquisidora Giulia era culpable, para ella su cuñada tan sólo era una infiltrada de esa organización de la que estaba seguro existía, nunca había escuchado hablar de ella pero su instinto de soldado lo hacían estar seguro. Y ahora con la revelación de amor de Cammy Ruggero sospechó que todo era una trampa, que su alumna estaba jugando con su psicología.
-Killer Bee... tenéis razón me he vuelto descuidado pero como lo mencionasteis por mi culpa sois lo que sois, si te volvisteis lo que eres fue por mi, te conozco porque yo soy vuestro maestro y siempre lo seré... así que decidme donde está la niña de Girolamo después os...- Ruggero no pudo concluir luego de que Killer Bee lo interrumpiera tajantemente.
Ruggero Rosso- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Quizás el que da el primer paso no siempre gana, pero si mantiene una ventaja.
Killer Bee no había mentido pero era muy disciplinada para dejarse llevar por sus sentimientos así que la reacción de Ruggero no le sorprendió, tan sólo se sintió estúpida al despertar al Ruggero que se había echado a dormir luego del casamiento con la señora Rosso. —¿Qué?, ¿qué harás después... matarme?— lo interrumpió no permitiría que Ruggero finalizara sus amenazas, ella no le entregaría a la niña, no a su pequeña Viviana y si en ese preciso momento tenía que matarlo no tenía que perder más él tiempo, matar a Ruggero significaría limpiar el rastro que la conectaba con la muerte de Girolamo y sería más sencillo ejecutar a la viuda Vaggö.
La asesina levantó los brazos a modo de hacer un cristo —adelante, hazlo— le retó mas Ruggero esperó, entonces la inquisidora sonrió y negando con la cabeza sentenció a Ruggero. Si dar pie a cualquier otro argumento Killer Bee corrió a donde Ruggero y sacó un puñal envenenado de una de sus vainas manteniéndolo en una posición ofensiva, comenzó a soltar golpes que Ruggero esquivaba, sin embargo, ella mantenía un ritmo que comenzaba a pesarle al desertor, después de todo él ahora era un hombre de negocios ya no un soldado.
El equilibrio se rompió cuando Ruggero le tomó del brazo donde sostenía el puñal y con un movimiento le torció el brazo para desarmarla, Killer Bee se zafó habilmente antes de que su maestro le aplicara una mortal llave, todo iba en serio y con esa acción Killer Bee había desenmascarado las intenciones asesinas de su maestro que ya había comprendido que la inquisidora no se detendría hasta verlo muerto. Ruggero volvió a atraparla pero la mortal abeja le soltó una patada en el ingle lo que provocó que él se tambaleara, después saltó y le dio un rodillazo en la cara. De pronto, la inquisidora escuchó la voz de Estella y de Juan, Ruggero había caído pero lo que mantenía alerta a Killer Bee era el rifle con el que Juan le apuntaba. Él criado disparó a discreción, la asesina se dejó caer, rodó y desenfundó sus cañones apuntando a quien alguna vez estimo, ella no fallaría.
Segundos antes de jalar el gatillo Ruggero se aventó a Killer Bee desviando el tiro, la asesina no perdió ninguna arma ni quedó en mala posición sino todo lo contrario, Ruggero intentó levantarse pero recibió un cañonazo a quema ropa, la bala perforó el omoplato destrozando casi todo el hombro, la sangre comenzó a salir del cuerpo del desertor que hincado parecía contemplar a la muerte, Killer Bee no pudo concretar el asesinato luego de que Juan cargaba y corría hacía ella con el estoico valor de proteger a su amo, la inquisidora enfundó sus armas pues Juan no debía morir, entonces corrió a él esquivando las balas y cuando llegó a una distancia prudencial se barrió hasta llevar hasta las piernas masculinas, golpeó las rodillas con sus poderosas y bien entrenadas piernas haciendo que Juan cayera de dolor, a un movimiento Killer se puso en pie y antes de que Juan se reincorporara aplicó una llave y posteriormente dislocó el brazo con el que Juan sostenía el arma, luego, simplemente lo golpeó en la sien dejándolo fuera de combate, volteó a ver a Ruggero, podía regresar para concluir lo que empezó; sin embargo, no era necesario el veneno se encargaría de consumirlo de la manera más aterradora. —En nombre del padre, del hijo y del espíritu santo... que Dios se apiade de tu alma— dijo y corrió a su caballo para salir disparada de ahí, Ruggero estaba fuera de la jugada ahora era el turno de Giulia Vaggö.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: Ausencias que desquician el alma {Privado}
Killer Bee había sido más rápida de lo que él había previsto, y no sólo eso, nunca se imaginó que realmente le disparara a quema ropa. Fue ingenuo, muy en el fondo de su corazón esperaba que su querida Cammy mantuviera esa lealtad que Hayden le devotó y se dio cuenta que ella había ido más allá, que ya no era tan predecible como él creía.
El veneno se esparció con mucha rapidez y sumando la sangre que salía por la brutal herida Ruggero se sumió en un estado que amenazaba con robarle la vida. Sus ojos dejaron de ver a Killer Bee y dedujo que ya se había ido, él estaba hincado y antes de desplomarse contempló a Juan herido y a Estella corriendo a su amo que lo necesitaba más que su propio esposo.
Estella lo tomó y le dio media vuelta para que Ruggero pudiera verla a los ojos. -Escuchadme bien Estella...- el ex inquisidor se vio en la necesidad de parar ya que se atragantó con su propia sangre y escupió aparatosamente, Estella se preocupó aún más pero lo dejó continuar, sería inútil tratar de que no dijera más, -debéis de atender a Juan, yo sobreviviré... ha ocurrido algo que peligrará la vida de mi familia y no lo puedo permitir es por eso que deberáis de esperar a mi esposa y no permitir que se vaya, no le digais nada porque es posible que se vuelva a ir tal como lo hizo ya... mi cuñada está bajo la amenaza de Cammy y si Chiara va a Italia ella y mis niños correrán grave peligro- ordenó y tosió sin control.
-Mi señor no puedo hacer eso, no puedo ocultarle información a mi señora- reprochó Estella que quería mucho a Chiara. -Debéis hacerlo, pensadlo si se tratara de vuestra hermana no pensaríais claro y te expondríais... prometedme que no os diríais nada... por mis niños- casi rogó y Estella en llanto asintió.
Así como lo hiciera tiempo atrás, el poderoso caballo de Ruggero se acercó a su amo y éste como lo hiciera años antes lo montó resistiendo el dolor. -Iré a ver a los Van Wijs y después viajaré a Italia... cuidad a mi amada y mis pequeños- y tan pronto como dijo eso puso a cabalgar a su caballo saliendo de la propiedad rumbo a la mansión Van Wijs, la respiración era más dificultosa y el tener los huesos del omoplato destrozados le generaban un dolor que nunca antes había experimentado, el veneno comenzaba a manifestarse físicamente al resaltar las venas y colorearlas de naranja... -Melanie...- susurró mientras su amada hija iluminaba su camino y le daba la inspiración para no perder el sentido.
El veneno se esparció con mucha rapidez y sumando la sangre que salía por la brutal herida Ruggero se sumió en un estado que amenazaba con robarle la vida. Sus ojos dejaron de ver a Killer Bee y dedujo que ya se había ido, él estaba hincado y antes de desplomarse contempló a Juan herido y a Estella corriendo a su amo que lo necesitaba más que su propio esposo.
Estella lo tomó y le dio media vuelta para que Ruggero pudiera verla a los ojos. -Escuchadme bien Estella...- el ex inquisidor se vio en la necesidad de parar ya que se atragantó con su propia sangre y escupió aparatosamente, Estella se preocupó aún más pero lo dejó continuar, sería inútil tratar de que no dijera más, -debéis de atender a Juan, yo sobreviviré... ha ocurrido algo que peligrará la vida de mi familia y no lo puedo permitir es por eso que deberáis de esperar a mi esposa y no permitir que se vaya, no le digais nada porque es posible que se vuelva a ir tal como lo hizo ya... mi cuñada está bajo la amenaza de Cammy y si Chiara va a Italia ella y mis niños correrán grave peligro- ordenó y tosió sin control.
-Mi señor no puedo hacer eso, no puedo ocultarle información a mi señora- reprochó Estella que quería mucho a Chiara. -Debéis hacerlo, pensadlo si se tratara de vuestra hermana no pensaríais claro y te expondríais... prometedme que no os diríais nada... por mis niños- casi rogó y Estella en llanto asintió.
Así como lo hiciera tiempo atrás, el poderoso caballo de Ruggero se acercó a su amo y éste como lo hiciera años antes lo montó resistiendo el dolor. -Iré a ver a los Van Wijs y después viajaré a Italia... cuidad a mi amada y mis pequeños- y tan pronto como dijo eso puso a cabalgar a su caballo saliendo de la propiedad rumbo a la mansión Van Wijs, la respiración era más dificultosa y el tener los huesos del omoplato destrozados le generaban un dolor que nunca antes había experimentado, el veneno comenzaba a manifestarse físicamente al resaltar las venas y colorearlas de naranja... -Melanie...- susurró mientras su amada hija iluminaba su camino y le daba la inspiración para no perder el sentido.
Ruggero Rosso- Inquisidor Clase Alta
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