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PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



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Mensaje por Heaven Gibbs Jue Ago 08, 2013 1:08 pm

En el clan las cosas iban como siempre, algunos me aceptaban, unos más me respetaban y otros simplemente me ignoraban, principalmente uno de ellos, eso realmente me estaba haciendo que la cabeza se me volteara y las cosas no las pensara como debía, siempre mi madre había intentado que fuera simplemente una humana más en el mundo y cuando quería salirme de todo aquello intentaba ser la chica que ella pretendía, así que sin más dejé la casa y empecé a caminar, era lo más normal que podía hacer en este momento y lo único más sensato que se me ocurría, sabía que nadie me cuestionaría del por qué lo hacía o casi nadie y también estaba consciente de que no tenía porque dar ninguna clase de explicación cuando ellos no se veían involucrados en mis decisiones.

No es que me gustara mucho salir a la calle, no podía, tampoco quería, todavía el miedo estaba latente en mi interior, mi padre estaba tras mí, no sabía porque me habían dejado a cargo de aquél clan que no pretendía obedecerme, y que yo tampoco pretendía mandar, no cuando sentía que en cualquier momento alguien podría emboscarme, por eso mismo siempre me mantenía lejos de todos, no confiaba en nadie, el refugio perfecto, aquella choza en medio del bosque, aunque ahora no estaba tan segura, ya una vez habían logrado llegar a ella ahí.

El sol estaba dando en la punta cuando comencé a andar por las calles como si estas siempre fueran mi hogar, era lo único que me indicaba que el tiempo había pasado, pues de mi bolsa había sacado ya una chalina para cubrirme del viento que estaba azotando por el sitio y mi sombra ya no se dibujaba en las aceras andadas, siempre iba a donde  mis pies me indicaban y aunque intentaba que los pasos fueran seguros no siempre lo conseguía, aún no podía dejarme llevar, había temor a la muerte, siempre había existido.

Al fin levanté la mirada, pude ver en donde estaba o al menos intentar descubrirlo, el sitio no parecía nada seguro, a pesar de todo yo parecía querer seguir adentrándome ahí, en vez de volver sobre mis pasos, pero no, en ocasiones nadie creía que era arriesgada, muchos me veían demasiado débil simplemente por mi apariencia y otros más lo pensaban por la forma en que mi carácter era en algunas ocasiones, o les daba por protegerme o intentaban abusar de esa condición mía, a cualquiera de las dos siempre sabía como responder, bien decían que las apariencias engañaban... Cuan cierto era aquello.

Algo captó mi atención, un alma en pena que se encontraba por el lugar, la presencia era tan fuerte que seguramente no tenía mucho tiempo de haber abandonado el cuerpo, ignoré los lamentos que me venían a la cabeza y pasé la mano por mi frente intentando cerrar esa puerta que se había abierto, a veces me preguntaba que si todos los que se anunciaban en pancartas y anuncios en los circos realmente tuvieran que pasar por esto, ni siquiera lo dirían de broma, sin embargo mis pasos estaban tomando un camino diferente, no iba ya por una acera, había osado con abrir la puerta de un edificio y ya iba a medias escaleras sin saber por qué, no conocía a nadie ahí -Buenas noches- las palabras salieron solas al momento de cruzarme con algún inquilino del lugar e ignoré por completo si me estaba viendo mal o no, simplemente me limité a seguir el ascenso hasta llegar a la azotea y quedarme observando a un hombre que se encontraba ahí bastante ocupado en sus labores como para prestarme atención, sin embargo quería que se diera cuenta que alguien lo observaba y cerré la puerta del sitio con algo de fuerza.
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Mensaje por Benneth Mozes-Kor Jue Ago 08, 2013 4:16 pm

Lo primero que hago al abrir los ojos, es pensar en automático, en la encomienda que debo cumplir al pie de la letra. Encargarme de cierto ser sobrenatural que ha estado dandome dolores de cabeza, creando pánico entre la gente y que siempre me arrebata el "alimento de la boca".

Mi guarida es una confortable residencia enclavada en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, por lo cuál puedo estar encubierto, sin ninguna necesidad de tener alguna clase de: “Seguridad” especial, mientras me entrego al sueño vampírico. Soy un vampiro joven relativamente, motivo por el cuál, mis sentidos están todavía en proceso de aprendizaje y maduración, pero aún así, la agudeza y percepción es magnífica. Puedo darme cuenta en cuestión de segundos, si hay alguna presencia extraña rondándome, mucho antes de que me den alcance. No soy ni seré nunca, una presa fácil para mis enemigos.

Ésta noche, ya he dispuesto todo para darle cacería a ese ser. No necesito más. Sólo se trata de un insignificante y burdo brujo idiota que utiliza sus dones sólo para hacer estupideces a cierto grupo de humanos adinerados, que han vivido los últimos días y noches, presas de un miedo atroz, ya casi llegando al límite de su paciencia. No es que me importe demasiado lo que les sucede. Prácticamente me da igual lo que el destino les depare, no me interesa su vida. Sólo haré mi trabajo lo más rápido y limpio posible, para poder llegar a casa, cambiarme de ropa y enseguida salir a alimentarme. Estoy muy sediento.

Aprovecho y hago de las sombras de la noche, mis aliadas. He salido con mucha velocidad por la ventana de mi residencia, y llegado a la azotea del edificio que tengo gusto al lado. Desde ahí, puedo adquirir velocidad, para brincar de techo en techo, hasta llegar al sector que he elegido para colocarme en posición. Ha sido demasiado fácil, llegar hasta aquí. Después de todo, ser un vampiro tiene sus ventajas, aunque siga odiando ser lo que soy.

Estudié al brujo toda una maldita semana: Horarios, visitas frecuentes a ciertos establecimientos y el resultado es: Que me encuentro a algunas decenas de metros de un edificio, el cuál utiliza para llevar a cabo sus prácticas místicas. Son menos de 300 metros los que nos separan, por lo que voy a destrozar su pecho una vez lo tenga a la mano, tratando de hacer el mayor daño a sus tejidos, para que la pérdida de sangre sea rápida y muera en pocos minutos. No me interesa beber de su sangre, dicho sea de paso.

Mientras espero la hora crucial,enciendo un puro. Es una pena que no pueda disfrutar tanto de él, como cuando era humano, pero ya es una costumbre arraigada y por simple costumbre, no dejaré de hacerlo hasta el final de mis noches. Suelto el humo tratando de hacer algunas figuras, sin tener éxito (nunca lo tuve siendo humano, y pienso que tampoco lo lograré siendo vampiro) Niego con la cabeza y de pronto… Siento una presencia no humana a pocos metros de mí.

Escucho sus pasos subiendo las escaleras, su respiración. Ella sabe que algo sucede aquí arriba, y aunque temerosa se va aproximando. Gruño, porque puede echarme a perder mis planes y echar por tierra la misión. Espero pacientemente, sin dejar de fumar, aparentando ser algo que no soy. Por fin a abierto la última puerta. Siento su mirada clavarse en mi espalda, pero sigo con los pies anclados al piso. No me muevo un ápice. Ella cree que no me he percatado de su presencia y cierra con algo más de fuerza para gire y me encuentre con su mirada. Si lo hago, habrá problemas, pero si no… El brujo estará lejos de mi alcance y habré fracasado por primera vez. No puedo darme tal lujo. Arriesgando todo, decido dar la vuelta y taladrarla con la mirada. No respondo a su saludo porque estoy furioso, y porque no me place ser cordial.

-Largo. -contesto con voz ronca - No eres bienvenida.
 
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Mensaje por Heaven Gibbs Jue Ago 08, 2013 5:53 pm

La puerta se había cerrado y ha logrado el efecto deseado, al fin me da la cara y lo único que alcanzo a recibir de su parte es una respuesta como aquella, mi ceja se levanta para formar un arco, no pensaba que estuviera mal subir a un sitio... ¿a quién engaño? Sé que está mal y que no fui invitada y que tampoco soy bien recibida, sin embargo no me iré de ahí, no tengo un interés directo de mantenerme en ese sitio pero algo, alguien me mantiene, maldita la hora en la que me había convertido en un portal entre ellos y nosotros, no me gustaba sentir que mi voluntad se veía interrumpida por los deseos de alguien más, en ese momento me sentía vulnerable por mí, pero a la vez al ser dos en uno, por explicarlo de algún modo, la realidad es que era un poco más fuerte.

El sitio se tornaba demasiado peligroso, demasiado para alguien que no supiera como defenderse ¿yo lo sabía? Tal vez sí, tal vez no... generalmente me dedicaba a no hacer nada para cuidarme de algún peligro aunque siempre terminaba enredada en alguno... si me hartaba salía rápido, sino... hasta que alguno se le ocurriera querer ayudar, mis energías casi siempre iban dirigidas a otro tipo de cosas.

No iba a caer en su genio ni tampoco lo imitaría, discutir no se había hecho para mí y mucho menos rebajarme, recargué mi espalda en la puerta dejando mis manos detrás, por el momento no las necesitaba... eso era bastante bueno, tenía una idea rondando por mi cabeza, sin embargo aquél ser estaba sumamente enojado como para dejarlo jugar de esa manera -Eres muy amable ¿te lo habían dicho?- sonrío de manera cordial... ¿para qué ser grosera? Mejor una cachetada con guante blanco, siempre se me han dado mejor y en ocasiones duelen más.

Además de sus palabras su actitud es como para... ¿para qué salga corriendo? De no ser tan arriesgada lo habría hecho, sin embargo pocas cosas me dan miedo y él... hasta el momento no es una de ellas -Podrías seguir con tu encomienda... si quieres, claro- encojo los hombros mientras que con un impulso de mis manos en la puerta me separo de esta y empiezo a dar unos cuantos pasos hacia él, a cada uno estoy analizando toda la escena, mis ojos se fijan en los suyos por breves instantes ¿intenta intimidarme? Tal vez.. la pregunta obligatoria es ¿por qué no hago lo que los demás? Porque no me gusta ser del montón... eso está claro, pero intentar ser diferente en ocasiones me lleva a hacer cosas como las que estoy haciendo ahora, no es un humano común y corriente, pero seguro que puedo tener algunas ventajas... Algo tiene el alma en pena que traigo conmigo, tal vez él fue quien le quitó la vida, tal vez le sirvió de alimento aunque no parecía haberse desarreglado, algo era y no sabía que es, sólo notaba como era que le recorría de un lado a otro y no me dejaba pensar con coherencia.

Una sonrisa se cruza por mis labios -¿En serio no te agrada mi presencia o es que no quieres testigos?- ladeé la cabeza manteniendo cierta distancia entre él y yo mientras mi lado no muy bueno intentaba escaparse, a veces me costaba trabajo controlarlo, pero siempre salía cuando intentaban mostrarse tal y como él lo había hecho; si contestaba que era la primera opción, ya estaba acostumbrada a no ser bien recibida así que simplemente sería como todos... uno más del montón y el estar ahí no implicaría ningún riesgo y si lo hacía de la segunda... no le daría tiempo a responder de la segunda pues mis labios se abrieron justo en ese momento -Tal vez el lugar no es el adecuado... tal vez te hace falta experiencia y errores como este no te deberían de ocurrir, pero supongo que ya aprenderás...- ¿yo sabía algo de lo que decía? hablaba porque quería hacerlo y porque algo en el alma que rondaba por el sitio me estaba obligando a hacerlo ¿Qué tenía yo que estar interrumpiendo la caza de un sobrenatural? Absolutamente nada. Mis manos se pasaron hacia adelante en un leve balanceo y sujeté mi muñeca izquierda con la mano derecha, mi amigo también quería divertirse pero no podía dejarlo hacer lo que quisiera, después de todo yo no conocía a ese hombre, sí, me había hecho enojar, pero... No era para tanto o quizá no lo quería ver así, no por el momento ¿Jugar con su voluntad? Sería divertido, pero tal vez después por ahora sólo mi mirada se fijaba detrás de él, intentando lograr encontrar aquél punto que lo había tenido tan atento.
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Mensaje por Benneth Mozes-Kor Vie Ago 09, 2013 10:06 am

El puro sigue revolviéndose entre mis labios, casi a punto de terminarse. Estoy al límite de mi paciencia. Ella se ha metido en un terreno que nunca debió pisar. Si hay algo que me pone extremadamente furioso, es ser interrumpido en medio de una misión; lo que me plantea algunas dudas: Mi presa es un brujo, y entre brujos pueden comunicarse. ¿Estará tratando de entorpecerme a propósito? ¿Estará coludida con él y le han mandado para desviar mi atención? Soy muy desconfiado y demasiado… nervioso.  Necesito replantear mis prioridades y eliminarla a ella primero, si es que quiero llegar temprano a casa para alimentarme, o en su defecto… Alimentarme con su sangre ponzoñosa. Después de todo, sigue siendo una humana.

No contesto ninguna de sus preguntas. Simplemente me dedico a observarla. Es demasiado altanera para mi gusto. Arrogante e insoportable. Sólo ha abierto la boca para decir algunas sandeces y ya siento que la odio. Al parecer no entendió el claro mensaje de que no deseo ser interrumpido. ¿Pero es que no puede mantener la boca cerrada? El timbre de su voz me irrita y su andar pausado no hace más que desear verla muerta, con una bala entre ceja y ceja.

-Eres una maldita entrometida - tiro el puro al suelo, mismo que cae cerca de sus pies, aún con el humo saliendo a borbotones-. Si quieres conservar la cabeza pegada al cuerpo, será mejor que te largues de una maldita vez. No estoy bromeando bruja. No quiero seguir viéndote. ¡Esfúmate! Regresa al agujero del cuál nunca debiste de haber salido.

Haciendo uso de mi velocidad y el factor sorpresa, salto a la azotea del edificio de enfrente y la miro desde ahí con suficiencia:

-Si quieres seguir interrumpiéndome, vas a tener que moverte con mayor velocidad y correr como nunca en tu vida, mujerzuela. Pero siendo honestos, nunca vas a poder alcanzarme - niego con la cabeza-. Muy bella, pero demasiado inexperta.

Dándole la espalda salto hacia otro edificio contiguo. El factor sorpresa se ha ido por la borda. Debo ir al encuentro con el brujo y matarlo con mis propias manos a la mayor brevedad. Tendré que valerme de cualquier recurso, porque si de algo estoy seguro, es de que NUNCA voy a fallar. No está en mi código de ética el verme derrotado por factores ajenos. Una insignificante bruja no puede empañar mi perfecto historial. No se lo voy a permitir.
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Mensaje por Heaven Gibbs Vie Ago 09, 2013 1:33 pm

Un pie se hace atrás cuando el idiota avienta el puro, no sé como llamarlo ni me interesa el dato... al menos por el momento lo dejaré correr, es de aquellos a los que no les gusta la competencia... que mal, pensé que los hombres ya podían lidiar con eso, sin embargo la sorpresa dice que no, que todavía se quieren sentir superiores a todos, no es que yo pierda los estribos demasiado rápidos, por el contrario siempre hago las cosas con calma, puedo tomarme todo el tiempo necesario para terminar haciendo una maldad, ahora no tengo mucho que hacer y aunque no acostumbro pelear con nadie, esta vez es diferente, tal vez no sea sólo por mí, pero ahora ¿qué más da aquello? ya está ahí y bueno... digamos que me ha insultado lo suficiente como para que ahora pueda perder mi tiempo con él, después de esto tendrá que agradecerme.

Una de mis cejas se levanta mientras veo lo que hace, eso sólo provoca que una risa burlona se cuele por mis labios, tan valiente que se veía y ahora hasta cobarde resultó, niego con la cabeza, mientras mis labios emiten un sonido reprobatorio a sus actos -Pensé que no le temías a nada, después de todo eres lo suficiente boca floja como para hablar... pero claro... hablar, no actuar- a mí me gusta provocar gente, claro que nunca es con toda la intención de que reaccionen tan mal, pero sé soportar las consecuencias que eso pueda traer, a pesar de que él no me había respondido, yo creía saber todas las respuestas y con esa actitud tan infantil ahora todo iba peor; entrecerré los ojos cuando me llamó de aquella forma -Con respecto al agujero te lo he donado a ti, me gusta hacer caridad a los necesitados- sonreí con tranquilidad, incluso se podía decir que había inocencia en las palabras pronunciadas, parecía que yo no hacía tanto caso a sus amenazas, de hecho no tenía planeado hacer nada al respecto -Conseguir juguetes es fácil, no te preocupes por ello...- contesté, el mismo tono apacible proseguía, sin embargo había molestia interna -Y tú no eres mi favorito- por el momento lo había encontrado a él y de la misma forma podía haber otro así que nada me interesaba.

Mis sentidos se ponen alerta, yo tengo una ventaja que él no ve, yo tampoco, pero al menos siento aquello y puedo usarlo a mi favor, tan lejos cualquiera podría ser valiente ¿A qué le temes?, fue la pregunta que surgió en mi interior -Bueno tú más cobarde no podías ser... valiente vampiro...- en ese momento todo se dibujó en mi cabeza, todo estaba ahí, sus palabras no hacían nada más que avivar aquellas ideas -¿Perseguirte? bueno anda, corre... corre, para que te sientas seguro, la realidad es que sólo serás un maldito cobarde y además de eso... un mal perdedor- ¿de dónde había sacado yo el valor para hablar de aquella forma? parecía que él me había encontrado de malas y había sido el receptor perfecto a todo mi mal genio, pero bueno ya no me retractaría de lo que había dicho, me mantendría firme.

Si algo en este mundo podía reventar mi hígado es que tocaran mi intelecto, me creía lo suficientemente inteligente como para joderlo a él y a quien se me pusiera enfrente, ahora es él quien corre y yo quien estoy al acecho, un brinco más y yo doy media vuelta bajando las escaleras a toda prisa ¿por qué ha salido mi vena competitiva justo ahora? porque me ha tocado las narices el bueno para nada que se cree superior a todos y ahora sí que necesito datos acerca de él, aquél fantasma que me persigue es como si me diera la información necesaria, dibujos se presentan en mi mente dándome imágenes y una en especial, un hombre que reposa en su sala tranquilo y después... Muerto, eso era lo que el vampiro quería hacer, matarlo, negué con la cabeza mientras miraba hacia arriba, justo en los techos donde aquél brincaba cual mono de circo -Acostumbrado a ganar ¿Eh? Veamos si es verdad...- murmuro al tiempo que apresuro los pasos, no podía perder tiempo.

Él analiza, yo sólo actúo, él estaba esperando a que fuera el momento perfecto y yo se lo he echado a perder así que va a tener que replantear la manera de entrar al cuarto del brujo para poder matarlo, espero que en esta ocasión salga todo perfecto o cuando menos a mi favor, las ideas revolotean en mi cabeza y justo en ese momento el edificio donde está hospedado aquél brujo se me atraviesa justo cuando mi mirada empieza a analizar toda la zona -Bingo- me apuraría, pero no por ir tras él, entré rápidamente, parecía que nadie se fijaba quien entraba a sus hogares, mejor para mí, de nuevo un millón de escaleras, después de esto no haré ejercicio en un buen rato, esto sencillamente es agotador.

La presencia y angustia del hombre se siente en el ambiente, ¿Sabrá que ya vienen por él? Puede ser -¿Qué hiciste querubín?- pregunto al viento de forma divertida mientras que termino el último tramo de escaleras viendo la puerta de su habitación justo delante de mis ojos, una sonrisa maliciosa se cruza en mis labios y aquella alma que llevo a cuestas sigue en mi espalda, tal vez a impulsarme a actuar de este modo, sin embargo parece que no desea que yo "me porte mal" se nota el recelo que muestra por la idea que está cruzando por mi cabeza -Lo lamento, tú me metiste aquí, y yo veré como salgo- de nuevo hablo sola y me acerco al departamento.

No hay mejor sorpresa que un buen recibimiento, así que me limito a tocar la puerta y esperar que me abra, al ver mi aura sabrá que soy "de los suyos", al momento que abre, le sonrío al reconocerlo, es el mismo que se dibujó en aquél recuerdo que me brindó mi acompañante -¿Puedo pasar? hay algo conmigo y creo que te pertenece- mi cara es de angustia en ese momento mientras él asiente, es lo bueno que también sea brujo, doy un par de pasos hacia el interior, analizando todo el lugar, hay una ventana, justo por donde él era observado y me giro de nuevo hacia él -Necesito calmarme, ¿será mucho abusar si... pido agua?- la cortesía en esos momentos debe ser importante, todo el mal genio lo he olvidado por unos momentos, ahora sólo quiero el sabor de la victoria.

El hombre parece que no habla y como autómata va a la cocina ¿Por qué carajos lo quieren matar? no tengo idea, pero tampoco es que yo haga lo que debo, así que sólo espero que todo esté justo como debe estar, mis ojos se siguen perdiendo en cada detalle, el alma me atormenta, intenta que mi cabeza esté ocupada y simplemente una mueca de enfado se dibuja en mi rostro, a pesar de todo actuaré.

Doy un par de pasos a la cocina, aquél ser no debe tardar en llegar, ¿qué mejor manera de recibirlo que como se me ha ocurrido? Es perfecto... Mis pasos son sigilosos y dejo la puerta principal entreabierta, después de todo tendremos un invitado al festín, al pasar a la cocina tomo uno de los cuchillos que se encuentran ahí, a la mano y sin ser vigilados, el hombre está buscando un vaso en la alacena y no ha notado mi presencia, sigo arrastrando los pies hasta que sin pensarlo mucho mi mano se impulsa hasta que se entierra en la espalda del brujo brotando chorros de sangre que cubren mis dedos, un gemido sale de sus labios y el mismo movimiento asesino vuelve a realizarse una, dos... cinco veces mientras el peso se desvanece por completo empezando a cubrir el suelo de un rojo carmesí, mis manos no sueltan el arma ni tampoco tocan nada más, simplemente comienzo a dar pasos hacia atrás para dejar la cocina despejada, el ser que estaba ahí empieza a atormentar mi propia cabeza sin embargo ahora me mantengo firme, camino hacia el baño para poder lavar mis manos, en lo que llega el invitado, si es que llega... -Cállense que no tarda en llegar- murmuré sonriendo de lado, acababa de matar y no me sentía mal... Fui al tocador y la vasija se impregnó del color rojo que invadía mis dedos delatándome silenciosamente de aquél delito.
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Mensaje por Benneth Mozes-Kor Dom Ago 11, 2013 11:22 am

Estoy agazapado en la azotea, observando todos los movimientos de la bruja. Está furiosa. Le he herido su orgullo de mujer llamándola mujerzuela. Pero no me arrepiento. Yo nunca me arrepiento de nada... Al parecer no se va a quedar de brazos cruzados, porque la veo abandonar el edificio, quizás tratando de darme alcance (Cosa que nunca va a ocurrir) Doy otro salto grande al punto siguiente, para ubicarla de frente.

Emprende la carrera y la veo dirigirse a… maldita sea. Ahora ya debe saber cuál es el asunto que traía entre manos e irá advertirle a su congénere que lo tengo en la mira. Debo reconocer que la subestimé. Me ha ganado una pequeña batalla, pero no la guerra. El brujo morirá de un certero desgarro en el pecho… y muy probablemente ella le haga compañía por haberse cruzado en mi camino.

He alcanzado el siguiente edificio y entro por la puerta de la azotea, alcanzando el piso - en donde se encuentra el departamento del brujo- de un solo brinco. La bruja no ha llegado, tal y como he previsto, pero no debe tardar. Hago un breve y rápido análisis de mis posibilidades de éxito y la vía de escape más óptima. Hay una puerta a mi derecha y la abro sin dificultad, rompiendo la chapa con la mano. El departamento está decorado con lámparas se extraño diseño, que reflejan en el techo y en las paredes, algunas posiciones sexuales, a media luz.

Apesta a sexo y en la habitación contigua, se escuchan gemidos. Me acerco sin hacer ruido. Una pareja de homosexuales está teniendo relaciones… y no son humanos cualquiera. También son brujos al juzgar por las estupideces que están diciendo y por algunos muñecos de budú, que descansan en sobre un mueble cubierto de velas negras.

<< ¡Desearán no haber nacido  >>

Es un nido de criaturas sobrenaturales y mi deber es exterminarlos, pues no quiero testigos. Va a ser muy divertido ver sus caras llenas de terror, cuando se den cuenta de que no están solos.


-¡Buenas noches Malnacidos!
- grito enseñando mis colmillos - La fiesta se terminó. ¡Ahora fornicarán en el infierno!

Como era de esperarse, el sujeto que se encontraba dándome la espalda encima de su amante, me mira con sorpresa, tratando se cubrirse el trasero. Sin embargo no le doy tiempo, me muevo con prontitud hacia él, arrancándole la cabeza de un solo tajo, salpicando la pared con su asquerosa sangre. El sujeto que yace boca arriba, comienza a gritar como poseso, obligándome a reducir distancias, y destrozarle la garganta con un solo apretón.

-Dos bastardos menos. - sonrío complacido.

Salgo de la habitación dirigiéndome a la sala. Necesito cubrir mi siguiente movimiento con el menor ruido posible, no quiero curiosos en la redonda. Regreso a la puerta de entrada emparejándola y miro hacia afuera con cautela. Por fin la escucho venir. Sube las escaleras con rapidez. Toca la puerta… El brujo ha aparecido en escena Ella alega que tiene algo que le pertenece, que necesita entregárselo, y que necesita beber agua natural. Veo una sonrisa libidinosa en el rostro del brujo, mirándola de arriba abajo. Le permite el paso. Ella entra muy segura de si misma dejando la puerta abierta. Salgo de mi escondite y le sigo los pasos con mucho sigilo, casi flotando sobre el piso. Escucho al brujo en la cocina abrir el grifo del agua y a ella siguiéndole de cerca.

En ningún momento la bruja ha mencionado que está en peligro de muerte, así que presumo que algo trae entre manos. Mis sospechas se confirman segundos mas tarde. El brujo grita desgarradoramente, sin embargo no me muevo, sigo escuchando a través de la pared de la sala. Puedo escuchar el sonido del filo de un arma blanca, cortar el viento. He estado el suficiente tiempo en el campo de batalla como para no darme cuenta, de que el infeliz está siendo atacado con saña. Ella le está dando muerte, acuchillándole por la espalda. Mi presa está siendo eliminado por una maldita bruja… Me está quitando el placer de escribir un nombre más en mi perfecto expediente de sujetos eliminados.

<<¡No!>>

El grifo del agua vuelve a abrirse. Se con suma precisión que ella está justo enfrente de mí y que la pared de ladrillo nos separa, pero no por mucho. Haciendo uso de mi fuerza vampirica, atravieso el muro, dando un fuerte golpe con el puño de mi brazo izquierdo. Sin perder el tiempo la sujeto por el cuello, arrastrándola por el boquete que se ha abierto por el tremendo impacto. Sin soltarla, la aviento con fuerza, haciéndola chocar contra un estante de libros, mismos que caen sobre ella.

-¡Prepárate para morir!
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Mensaje por Heaven Gibbs Lun Ago 12, 2013 8:40 am

No sé en qué momento la idea cruzó por mi cabeza, si bien vengarme está entre mi lista de cosas por no dejar de hacer, nunca había llegado al grado de aniquilar a alguien, todavía mi cabeza creo que no lo procesa como debería, al parecer aún no capto con precisión qué fue lo que hice, sólo sé que ahora son dos almas las que están rondando por mi cabeza y que aunque quiero dejar de escucharlas no puedo, porque si las dejo entonces se pueden volver contra mí y una de ellas con justa razón, pero de todas maneras iba a terminar en donde está ahorita, por mi mano o por la ajena, pero su destino tenía que ser ese.

Dejo el cuchillo sobre el lavabo, creo está perfectamente limpio, sino de sangre al menos sí de mis huellas, el agua está corriendo sin importarme, todavía mis neuronas no se conectan lo que se deben de conectar para darme una bofetada y decirme que soy una asesina, ha sido una vez, pero al parecer con eso es suficiente, tal vez de ratas, pero lo he sido y en su momento no lo sabía, así que por más que intente defenderme no hay un motivo concreto, aunque la realidad es que tampoco me he esforzado demasiado por hacerlo.

No me da tiempo de reaccionar nada, simplemente después de un ruido estrepitoso siento un dolor punzante en la garganta, mis piernas se mueven desesperadamente mientras siento que mis brazos son raspados, un ardor me recorre el codo, por moverme demasiado me he lastimado yo sola, no parece ser suficiente y todo está ocurriendo demasiado rápido como para que yo pueda analizar qué es lo que verdaderamente está pasando a mi alrededor, mi espalda cruje y mi cabeza se zarandea haciendo que un leve mareo acompañe cada uno de mis movimientos, en el piso apoyo una de mis manos intentando que todas las acciones que parecen venir en cadena se detengan con ese simple movimiento, un quejido quiere salir de mis labios, pero se detiene como si todo el dolor se hubiera comprimido hasta desaparecer cuando escucho la voz del causante de todo eso, en vez de quejarme una sonrisa se curva por mis labios.

Levanto la cabeza mientras veo mi brazo y después a él despejando mi cara del cabello que me está cayendo obstaculizando mi visión, con trabajo puedo respirar pero no rogaré por mi vida -¿En serio?- quito unos cuantos libros que tengo sobre el vientre y uno del hombro para dejarlos a mi lado, si hay algo que aprecio en esta vida son los libros, así que no les haré nada, ni los usaré inútilmente para agredir a una basura como la que tengo enfrente, mis movimientos son tranquilos, no parece siquiera que alguien está intentando acabar con mi vida, aunque es obvio que mi pecho sube y baja con más dificultad, debería ocupar mis manos para quitarlo de mi cuello, pero no lo hago -Si lo único que sabes hacer es atacar de espaldas seguro que ahora ya estoy fuera de peligro- llevo la mano a mi cuello sintiendo como sus dedos todavía se quedaban marcados y me hacían sentir la presión que está ejerciendo.

No es que necesite moverme para poder contrarrestar un golpe de él, pero no soy idiota, su fuerza es mucho más que la mía, tal vez en físico me supere, sin embargo él no sabe en qué momento puedo atacar, sé que muchos les tienen miedo a los brujos de sólo mirarlos a los ojos, eso siempre me ha dado risa, aunque domino perfectamente ese hechizo no lo hago, prefiero dar la cara y que sepan que están mal por mi culpa.

Yo no tengo prisa por ser exterminada y a todo esto ¿quién la tendría? así que me pongo cómoda en mi lugar, es él quien quiere terminar con esto ¿No es así? claro, yo sólo me tengo que "Preparar para morir" y eso es lo que voy a hacer, estiro las piernas empujando con ello un par de libros, mientras vigilo que el estante no se me venga encima para poder recargar la espalda en este -Como me vas a matar... y has dicho que me prepare, eso hago, no te molesta ¿Verdad?- "mis amigos" me ayudarían a ambientar el lugar, los libros empezaron a levantarse como si tuvieran vida propia, al igual que varios objetos sueltos en la sala donde nos encontrábamos, cada uno parecía llevar el compás de un sonsonete que no se escuchaba pero que yo empecé a tararear.

Si él supiera que no me movía demasiado porque la espalda ya me estaba matando seguro se aprovecharía de eso, pero por el momento guardaría esa información todo el tiempo que pudiera -¿Bailarás o me matarás? aún no me queda claro- me enderecé un poco más mientras mis hombros indicaban el vaivén de la música, eso producía que la espalda me lastimara, sin embargo mi orgullo podía más que cualquier otra cosa -Concede mi última voluntad y dame un puro- estaba confiada en que no me mataría, al menos no rápido, pero estaba tranquila porque sabía que él agonizaría tanto como yo, pues no le dejaría las cosas tan fáciles, hice que las luces empezaran a parpadear, en uno de los segundos que se mantuvieron apagadas me permití hacer el gesto de dolor que tanto se había escondido entre mis expresiones faciales para volver a recomponerme, lo estaba odiando más que a nadie en este mundo.

Me levanté y me acerqué a él sin importar que hubiera un límite para el espacio personal, sacando de su chaqueta un puro, él no se movía y aunque mis movimientos eran limitados alcanzaban lo suficiente para que mis “últimos minutos” le pudiera joder la vida como quería -Anda mátame, ya más cerca no me puedes tener y el ambiente es perfecto- parecía que le estaba diciendo cualquier cosa, incluso como estaba el clima, mientras llevaba el puro a los labios esperando que pusiera fuego, la música seguía a todo volumen y las cosas danzaban por el sitio sin cesar, la realidad hasta para mí era algo desesperante.
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Mensaje por Benneth Mozes-Kor Miér Ago 14, 2013 8:43 am

La mujer permanece tirada, cerca del librero. Mientras tanto aprovecho para dar un rápido vistazo al brujo, que yace, moribundo. Sería sencillo facilitarle las cosas rompiéndole el cuello para que deje de sufrir, pero me gusta verlo echar sangre por la boca, aferrándose a la vida. Lo dejaré ahí, para que termine de manchar el suelo y que la escena parezca más dramática cuando lleguen los expertos a tomar muestras y relaten la escena dantesca para el diario amarillista vespertino.

Ahora lo que tengo que hacer es darle su merecido a ésta sabandija. He sentido su aura y si bien no me gusta, al menos ahora puedo saber con qué clase de insecto estoy tratando. Ahora la veo tratando de incorporarse, aún y cuando está claramente lastimada. Al parecer su orgullo de mujer le impide verse superada, aunque está muy claro que lleva las de perder.

>> Si lo único que sabes hacer es atacar de espaldas seguro que ahora ya estoy fuera de peligro >> Se atreve a mascullar. No se si reírme o insultarla hasta el cansancio antes de eliminarla, por atreverse a decir semejante sandez.

-¿Quién habla de atacar por la espalda, bruja?-. Me cruzo de brazos, alzando una ceja-. Fuiste tú quien atacó con premeditación, alevosía y ventaja. Y las pruebas están ahora justo en la cocina. Ahora dime: ¿Quién es la traidora cobarde? - no puedo evitar arrastrar las palabras y fulminarla con la mirada -. Acabas de asesinar a un tipo de tu misma calaña a sangre fría. Si así actúas con alguien de tu misma raza, ¿Qué trato se puede esperar hacia los demás?-. La miro de arriba abajo, con total desprecio-. Tendrás cara de ángel, pero estás podrida por dentro. Lo mataste únicamente por tratar de competir conmigo. Te manchaste las manos… Te convertiste en una asesina sólo por borrar mi perfecto historial. -Tuerzo la boca y chasqueo la lengua con profunda decepción-. Y yo que pensaba que mi manera de actuar era ruin. - Me agacho un poco hacia a ella para tener su rostro a escasos centímetros-. Tú eres mucho peor que yo. Eres cansina, y manipuladora.

Doy dos pasos hacia atrás, porque la veo incorporarse aún y cuando está muy lastimada. No me alejo de ella porque le tenga miedo, sino porque con ésta clase de brujos hay que tener mucho cuidado, si bien puedo indagar en su mente y ésto me permite aclarar mi panorama, odio que mi “Don” venga acompañado de algunas cláusulas en letras pequeñas, que dicen claramente: “Paciencia, ahora vas a tener que lidiar con ella“.  Odio ser lo que soy.

<< Como me vas a matar... y has dicho que me prepare, eso hago, no te molesta ¿Verdad? >>

La música cambió de ritmo, los objetos en toda la estancia comenzaron a cobrar vida y las luces a parpadear. Y para el mal de males, se atreve a tararear una canción. ¡Pero qué se ha creído esta mujer!. Por un lado deseo arrancarle la cabeza, y por otro irme lejos, muy lejos. Ya me estoy cansando de su juego.

-¡No voy a bailar, y no quiero regalarte mis puros!.- Quizás no pudo hacerle nada físicamente por mera precaución, pero si de manera verbal. Sin embargo, y a pesar de todo, ella se acerca a esculcar cínicamente mi ropa en busca de mis preciados puros. Quiero empujarla, ¡Alejarla de mí! pero ahora mi turno de barajar las cartas. Trataré de seducirle sutilmente y hacerla caer. De cualquier modo mi orgullo sale a flote y aviento una caja de cerillos al piso. Tajante.

-¡Sírvete! Yo no soy criado de nadie. Si quieres fuego, levántalo del piso. O mejor aún, haz alarde de alguno de tus trucos baratos de bruja. Vamos… ¿No puedes invocar un sencillo fuego fatuo? -. meto las manos a mis bolsillos delanteros. Bajo la guardia un poco. Ni yo puedo hacerle nada, ni ella a mí. Los dos estamos atados de manos. -Me sentiría sumamente decepcionado sino puedes lograrlo. Anda… Mariposa. Muéstrale a Rikkert que eres algo más que una cara bonita. - Mi voz se torna pura y entera seducción.
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Mensaje por Heaven Gibbs Sáb Ago 17, 2013 3:38 pm

Cada una de sus palabras me estaban taladrando la cabeza, estoy que quiero agarrarlo a golpes, sin embargo no voy a ganar nada, por el contrario con mala suerte terminaré con una mano rota, si bien me va, así que no le daré el gusto de verme más lastimada de lo que ya me ha dejado el idiota, respiro muchas veces, aunque intento que no se noten demasiado, pues lo único que pretendo con eso es tranquilizarme, yo con eso ya lo hubiera podido mandar al carajo, seguramente ese lugar es bien conocido por el individuo que tengo delante, levanto una ceja sin dejar de verlo un sólo segundo.

Hasta que deja de hablar me doy el lujo de cambiar mi vista hacia la persona a la que medio maté... todavía sigue en agonía, me siento exactamente como él ha dicho que soy, de pronto mi ceño se frunce, toda esa fuerza que había experimentado ahora se ve terminada, me hizo sentir mal, una maldita cucaracha más, ¡una peor que él! y sí, tal vez lo sea -Lo soy, soy eso que tú estás diciendo...- mi mirada sigue perdida en aquél hombre del que no me sé su nombre o si lo sabía sencillamente ya se me ha olvidado, encojo los hombros sin ni siquiera preverlo, ahora estoy con la guardia abajo, hacia mucho que nadie me hacía sentir tan poca cosa como él lo ha hecho ahora, siempre podía refutar cada una de las palabras dichas, siempre podía defenderme, excusarme, dar la vuelta pero en esta ocasión no había podido porque sencillamente ¡eran verdad! -Soy ruin, lo soy, mi maldita venganza me llevó a que en mis manos ahora corra la sangre de alguien...- levanté las manos como si no estuvieran perfectamente limpias, mostrándoselas, mientras mis ojos parecían querer ver hasta la más fina línea que estuviera dibujada sobre mis palmas -Pero hay algo en lo que te equivocas... yo no soy como él...- en ese momento levanto la cabeza y le miro de nuevo.

Mis ojos se quedan en su rostro, no veía sus ojos, lo veía por completo -Tal vez como tú...- lo señalé con el dedo dejando que este se hundiera en su piel aunque no lo hizo mucho -Cobarde... un bicho que quiere limpiar su consciencia exterminando a los miserables que cree que son peor que él, pero que aún así su cabeza no los deja estar en paz... pero nunca una infeliz mal nacida como aquél...- había intentado competir y en vez de ganar había salido perdiendo, me había vuelto fría después de muchas cosas que a él no le incumbían y como todos, no les importaba el motivo, sólo el hecho que se realizaba, tal vez a él le hubiera pasado igual, sin embargo... no preguntaría, porque una cosa era admitir lo que ya había hecho y otra muy distinta tratar de intimar con él, su vida poco me interesaba.

En ese momento estaba de pie frente a él más por orgullo que porque en verdad mis piernas me sostuvieran como era debido, los recuerdos me estaban martillando, era como una gota de agua cayendo cada cierto tiempo hasta que llegaba a molestar -Que envidioso eres vampirito...- aunque tenía que recuperar mi humor no podía del todo, hacía mi mejor esfuerzo, en verdad me esforzaba porque sentirme vulnerable era algo que a mí no me iba, las palabras en mi vida siempre habían sido mucho más dolorosas que incluso los golpes que él me había propiciado.

Veo como es que las cerillas salen volando y las sigo con la mirada haciendo que con eso de nuevo mi atención esté en otro lado que no sean sus ojos, poco dura aquello cuando escucho aquél mote -¿Mariposa?- no me gustaba que me dijeran motes sin embargo no hice nada, sólo preguntar seguía con el estómago revuelto por lo que él había dicho, la acción que realiza me deja algo sorprendida, no pensé que sencillamente metiera las manos a los bolsillos de ese modo como si de verdad confiara en que no haría nada, no lo haría pero no por él, sino porque ahora me sentía mal -No tengo nada que demostrar, soy más que una cara bonita...- miré al tipo que estaba tendido en el suelo y después a Rikkert -¿Lo ves? no necesitas más pruebas que eso, tengo las agallas para matar sin corazón...- en ese momento parecía que había revivido y estaba latiendo con tanta fuerza que el pecho me estaba doliendo -Del mismo modo puedo hacer muchas otras cosas de las que tú ni siquiera te darías cuenta, no son trucos baratos, necesitas tiempo para dominarlos... pero a ti poco te interesa eso, sólo te importaría ver los resultados y... ahora no me da la gana...- parecía que de nuevo, después de haber mostrado esa maldita debilidad, me estaba recuperando.

Sí, lo que yo hacía no se tenía que ver para poder sentirlo y en ese momento el brujo exhaló su último aliento, igual que lo que yo acababa de proclamar en voz alta, ahora me estaba atravesando el cuerpo, se sentía el frío de la muerte correr por el sitio, el silencio parecía sepulcral hasta que aquél lo rompió de nuevo soltando un grito desgarrador a mi oído que hizo que la piel de los brazos y la nuca se me erizara, pero sabía que sólo yo lo había escuchado, cerré los ojos con fuerza, se había sentido la muerte tan cerca que me había dado miedo, demasiado, me había debilitado por completo.

Tensé la mandíbula haciendo que los dientes rechinaran ligeramente unos contra otros, pero aquél ser me estaba rodeando, gritando palabras a mi alrededor –Cállate…- murmuré al aire una y otra vez pero no me hacía caso, quería dominarme a su voluntad , negué con la cabeza poniendo las manos en mis oídos, seguramente para el vampiro yo era una loca más, en ese momento lo era, lo estaba, él no tenía nada que pasar por esto, era un maldito tormento, había vivido tanto tiempo con el miedo de morir, con las agallas de mantener mi vida a salvo que no pude hacer más que abrazar al que tenía en frente, pasé mis brazos por debajo de los suyos para aferrar su cintura, negaba con la cabeza una y otra vez, ya no quería escuchar aquello, no pensaba decir eso -Cállalo, por Dios, cállalo, haz que se calle, Rikkert, demuéstrame tú que eres capaz de hacer y cállalo de una maldita vez- a pesar de las palabras el tono era una súplica, una súplica al cazador con el que segundos antes había intentado competir, no podía soltarlo pero intentaba esconder la cara en su camisa, en donde fuera pero que mis oídos ya no tuvieran que oír aquellos lamentos que me estaban matando junto con él.
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Mensaje por Benneth Mozes-Kor Lun Ago 19, 2013 12:24 pm

-No me interesa saber el proceso de aprendizaje de la magia. - contesto en el acto. Tajante- Adoro la practicidad y si te has negado a hacer lo que te pedí, es por orgullo.- vuelvo a gruñir, la mujer me saca de casillas cada que abre la boca para responderme- Me gustan los resultados a corto plazo, ni más ni menos. Y pensándolo mejor, no hace falta que hagas algo. Puedo sentirlo…

Lamentablemente para mi, los poderes de la bruja empiezan a esparcirse como reguero de pólvora por todo mi cuerpo. Es algo sumamente extraño. Generalmente soy capaz de controlar efectos ajenos a mis poderes vampíricos.

Inesperadamente algo ocurre. En medio de la discusión, puedo escuchar claramente como el brujo expira su último aliento de vida y en seguida… ¡Por todos los demonios del infierno! Un extraño frío me traspasa haciéndome tambalear. Es el alma errante del ser que acaba de morir . Se ha desdoblado y me ha traspasado, literalmente. Luego ese grito desgarrador taladrándome la cabeza, que se intensifica en un 1000% por ciento, ya que mis sentidos de vampiro están en su máxima expresión. ¡Trato de cubrir mis oídos con ambas manos, pero me es imposible!

-¡Maldita sea!

Cierro los ojos, tratando de sacarme aquello de una vez, sin ser capaz de conseguirlo. Escucho a Mariposa decir algo a los lejos, y enseguida su abrazo. No sé que es peor, tenerla tan cerca o escuchar aquellos gritos desgarradores provenientes del infierno. No… Lo peor está aún por venir. Ya no son sólo los estúpidos lamentos, sino decenas de cientos de miles de imágenes, cruzando a una velocidad vertiginosa. Me siento aturdido, e incapaz de actuar con sensatez. ¿Qué es todo aquello que estoy experimentando? ¿Quiénes son todas esas personas tratando de tocarme, rogando por un poco de paz? ¿Así es como se siente morir?

-¡Aléjate de mí!

Insisto una y otra vez, pero ella sigue aferrada a mí, suplicándome que los haga callar. ¿Cómo espera que me haga cargo de la situación, si ni yo mismo sé que está ocurriendo? ¡Es ella quien debería apartarse y tratar de sofocar todo éstos acontecimientos! Yo solo estoy siendo una especie de conducto humano, en donde se están centralizando todas ésas energía negativas.

Mi cuerpo ahora el un recipiente idóneo en el cuál todas ésas almas en desgracia, creen poder encontrar una paz, que muy lejos estoy capaz de ofrecer. Para todas aquellas ánimas, soy una tabla de salvación, porque pueden percibir que estoy muerto, pero que sigo deambulando entre los vivos. Ellos quieren ser como yo.. Me persiguen. ¡No puedo dejar que me alcancen!.

Abro mis ojos, pero no logro percibir nada de mi presente. No estoy en el departamento del brujo, estoy en un lugar desconocido, las imágenes son algo borrosas, pero es ella… puedo sentirla, es... ¿Heaven? así es como se llama. Muevo mis brazos hacia adelante, tratando de disipar toda esa bruma que me impide ver con claridad.

Un punto de luz en frente de mi se va abriendo cada vez mas. Agudizo mis sentidos. Si, ahora puedo saber de qué se trata. Se revela parte de su vida ante mí, su historia, pasajes de su vida, pasado y presente; porque al estar en contacto directo con su cuerpo, puedo sentir lo que ella siente, vivir lo que ella vivió. Pero no es mi deseo saber más allá de lo que necesito saber y comprender. ¡No quiero tenerla abrazada a mí! ¡No quiero compartir sus secretos, porque ella y yo somos unos completos desconocidos! Así que la tomo por los hombros y trato de apartarla, empujándole con fuerza.

-Sea lo que sea que esté pasando, no lo quiero. - Mis manos siguen sujetando sus hombros con fuerza y mis ojos se clavan en los de ella-. No me envuelvas en tus embrujos de mujer. ¿Qué es lo que pretendes? - Estoy más cerca de lo que me gustaría estar, demasiado cerca. Ahora mis ojos abandonan los suyos, posándose en sus cejas, en sus mejillas, sus labios y finalmente su cuello.

-Aléjate… -susurro - Porque… no voy a responder… de mis actos.
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Mensaje por Heaven Gibbs Mar Ago 20, 2013 12:52 am

Lo sé... sé que es lo que quieren ellos de mí... pero también sé que es lo que quieren de él y es lo que me está haciendo un tormento en la cabeza, por más que quiero mis brazos no lo sueltan, al parecer no pueden, es que sé que no voy a ver nada, sin embargo están ahí, necesito cerrar esa puerta, pero... ¿él los escucha? Dios, es un idiota ¿Qué carajos pasó? Escuchó, cierro los ojos y recuerdo al brujo que yacía en su lecho de muerte diciendo un par de palabras, era un embrujo, había hecho un conjuro ¡Maldita sea! -Si no querías saber de magia entonces no te hubieras metido con un brujo... Recuerda que debes saber todo de tu víctima- mi voz era molesta, sí, pero también era un lamento, había una serie de sensaciones que no sabía identificar, existía el asco, la repulsión, pero también la angustia y desesperación -Ahora te jodes... habrá un curso express... O me haces caso, o ahora sí te mueres- hablo y hablo pero sigo aferrándome a él con fuerza, parece que es lo único que me sostiene, aunque el tono en su voz... no lo sé, ya no sé quien está sosteniendo a quien en este maldito momento en que a todos se les ocurrió aparecer, entre él y yo habíamos establecido una conexión de venganza, que parecía querer volverse en nuestra contra.

Aquí tengo dos opciones dejo que se lo lleven o los hago más como él, lo primero es relativamente sencillo... lo segundo es de imposible realización, no se puede, yo no puedo crear vampiros de fantasmas y lamentos, tendré que soltarlo, sé que así es como se irán, sé que así podrán descansar sus almas en paz, pero ¡Es un idiota!, me separa y lo veo, lo cual hace que mis manos se aferren a su espalda, sus recuerdos me están atormentando casi como los míos, casi puedo sentir igual que él lo que pasó en los momentos de su vida, su aura está marcada, algo nos pasó y es culpa del maldito brujo de pacotilla que anda rondando como duende maligno, una de mis manos se desliza de su espalda y toco su mejilla, es apenas un roce, no es por lástima es un simple impulso que me ha salido de la nada -Alejarme, claro que lo haría... Con mucho gusto... Pero te quieren a ti ¿Ya te diste cuenta de eso?- una parte es por mí y otra por él, no quiero tener dos muertes en mi contra, con una basta, sólo una, no más, si lo salvo a él quizá mi deuda esté saldada, todo es por mí, intento convencerme, lo quieren porque no está ni muerto ni vivo, quieren ser algo así, sentirse vivos de nuevo, aunque estén muertos, una aberración, pero algo que se vuelve tangible al poder tocarlo.

Tengo coraje y todo aquello se comprime en mi pecho lo que me hace golpear el suyo con la mano que antes le había dibujado una caricia -Maldita sea, si latiera ya se habrían largado...- hablo de su corazón, uno que es de piedra y que sencillamente ya no hace ningún movimiento.

Me estoy desesperando, esa es la verdad, entre que él no sabe como manejar lo que tiene y yo que no lo quiero soltar porque me estoy haciendo una maldita cobarde, el hecho de ser una asesina me está comenzando a pesar y no sé porque estoy buscando el consuelo en sus brazos, cuando él había sido quien me hizo ver mi realidad, parecía una chiquilla idiota que corre al mismo punto que la hizo llorar, aquellos momentos en los que el único consuelo es aquél que derramó las lágrimas, una maldita paradoja que no había entendido nunca y que ahora me tocaba vivirla.

Su aliento choca en mis mejillas al igual que el torrente de emociones que se están arremolinando en mi cabeza, haciendo que el corazón palpite por los dos, era como si los latidos que él no tenía ahora los tuviera yo, sus memorias se habían quedado grabadas en mi cabeza -¿Responder por tus actos?- es algo que no comprendo, ya no está a la defensiva ¿Qué se supone debo hacer? Le tomo por las mejillas y cierro los ojos comenzando a decir un conjuro, se supone debe cerrar el portal, me cerraré yo, ellos ya no podrán usarme, pero es peligroso hacerlo si él los sigue escuchando -Dime cuando dejes de escucharlos...- el comentario es dicho al terminar el conjuro, mientras su cuerpo y el mío siguen unidos en un contacto que no pensé se pudiera llegar a tener, ahora no estamos compitiendo contra nosotros, debemos crear fuerzas para mandarlos al carajo a todos.

Abro los ojos y me quedo viendo los suyos, estoy preocupada, debe decirme si está funcionando o no, yo ya no escucho absolutamente nada, de hecho los objetos ya están en el piso, si bien el lugar está hecho un muladar, nuestros amigos no sé que estén haciendo y también es peligroso, pero creo que lo es menos que seguir escuchando aquellos tormentos, cargas, nos encontramos entre maldiciones y pesares, pero ahora él me tiene que guiar o no sabré como ayudarlo -Rikkert... habla...- no me había percatado de la cercanía que mantenía con él al mantener su rostro entre mis manos hasta que pude notar cada detalle de este con tanta nitidez que era asombroso, no sabía porque no lo soltaba pero mis manos se mantenían firmes, no lo creía débil, pero si a mí me había costado demasiado soportar los gritos, tal vez para él era peor, quería cuidarlo en aquél momento, tal vez era bipolar.

¿Él sabría ahora mi vida? Podía leer mi mente, no quería conocerlo, nunca había sido mi intención, sólo era querer hundirlo, ni más ni menos, pero ahora todas mis intenciones habían cambiado, saber de él hizo que cada una de mis ideas se fuera desplomando hasta desaparecer, la calma que ahora reinaba en el sitio, al menos calma para mí, ya no lo veía como el egoísta que había pensado, el idiota creído que aparentaba ser, mis dedos comenzaron a moverse sobre sus mejillas haciendo una suave caricia sobre su piel, al parecer ahora mi cabeza estaba formulando que era lo que pasaba, cual era el trasfondo de una palabra... “Responder”, mis ojos se empezaron a pasear por los suyos, bajaron por su perfil, observando cada línea dibujada hasta toparse con sus labios, mi mandíbula se tensó por la idea que me estaba pasando por la mente en ese momento, pero él se estaba conteniendo ¿Por qué tenía que hacerlo yo? Mis manos se hicieron hacia atrás sobre sus mejillas para acunar su rostro con mayor delicadeza, pero al mismo tiempo con una firmeza superior, mis pies se elevaron apenas un poco para dejar mi rostro a la altura del suyo y en un leve reflejo mis labios se posaron sobre los suyos, apenas moviéndose formando un beso suave, al parecer hoy había salido Heaven, la impulsiva y la racional se había quedado en casa, no sabía si me apartaría pegando de gritos como al principio, sinceramente no sabía que ocurriría después de esto, tal vez era mi modo de tranquilizarlo, uno bastante tonto, pero yo no me sentía mal con aquello.
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Mensaje por Benneth Mozes-Kor Miér Ago 21, 2013 9:48 am

No tengo las cosas muy claras, la verdad sea dicha. Pero si Heaven dice que me quieren, debe tener toda la boca llena de razón, para mi desgracia. Odio tener que darle la razón. El punto es que no quiero que se me acerquen. ¡Quiero que se larguen y me dejen en paz! Pero es la mujer quien sigue aferrada a mí acariciando mi mejilla con su mano, y no he podido apartarla. Ahora se atreve a golpear mi pecho con su puño. ¿Es que no se da cuenta que no puede hacerme más daño del que me está haciendo?

Está conjurando algunas palabras que no logro entender, pero si con eso se van los gritos, y la sensación de invasión en mi cuerpo, la voy a dejar que actúe y se haga cargo de la situación. Me quedo como autómata. Cierro los ojos tratando de manejar la situación de la mejor manera posible, pero mi auto control me está jugando mal. Prácticamente no puedo moverme ni coordinar mi mente y mis movimientos.

-¡No se han ido, ahí siguen! ¡Y deja de entrometerte en mi mente!

Puedo sentir cómo se va apoderando de mis memorias y mis secretos mejor guardados. Mi mano vuelve a aferrarse a su hombro, apretando un poco más de lo normal. No quiero que se entere de algo que me ha costado tanto dejar atrás. Años y años de sufrimiento deben permanecer donde están y nunca jamás volver a ser recordados. No me gusta sentirme débil y desenmascarado. Ahora mismo debe estarse enterando que no soy tan miserable como aparento ser, y eso me enoja más que cualquier otra cosa. ¡Maldita la hora en que se cruzó en mi camino!

Sus manos siguen explorando mi rostro y por alguna extraña fuerza que no logro entender, la dejo continuar, porque al sentir su mano sobre mí, logra que me centre en ella y no en las cosas sobrenaturales que nos rodean. El silencio va llegando poco a poco, un aparente calma se aproxima y nos rodea con un aura de aparente tranquilidad. Ahora siento su mirada posarse en la mía, me obligo a sostenerme firme, como en un principio, sin embargo… Su tacto sobre mi piel, está hablando con un lenguaje hasta el momento desconocido. Ya no siento odiarla, sino algo completamente distinto que no logro descifrar. Si no es amor y no es odio ¿Entonces qué demonios es?

Ella también se siente confusa, e intranquila por la cercanía, pero tampoco le molesta. Al parecer los dos hemos caído en una especie de telaraña pegajosa. Ahí estamos los dos, mirándonos fijamente, sin saber qué hacer o qué decir, aunque inesperadamente Heaven hace un movimiento que me deja descolocado. Sus labios se posan sobre los míos, moviéndose tranquilos. Dudo. ¿Debería permitirle continuar? ¿Es una extraña forma de dar batalla a las sombras y con esto ganar una guerra? Quizás… De cualquier forma se siente bien… increíblemente bien y sumamente placentero.

Una de mis manos bajas hasta su cintura, y se posa ahí para atraerla teniendo una mayor cercanía. La otra por su parte, se apodera de su rostro e impedirle retroceder en dado caso de que se arrepienta de besarme. El beso que hasta entonces comenzó casto, se vuelve un poco más sugerente. Ahora soy yo quien lleva el control de todo. Mis pies se mueven de su lugar y me empujan hasta la pared más cercana, donde la acorralo sin posibilidad de escapatoria.
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Entre maldiciones y pesares // Privado // Rikkert Vranken Moos Empty Re: Entre maldiciones y pesares // Privado // Rikkert Vranken Moos

Mensaje por Heaven Gibbs Miér Ago 21, 2013 1:10 pm

Se había dado cuenta, él sabía que me estaba metiendo en sus recuerdos, pero no era mi culpa, es que tocarle me había provocado aquello, tal vez mi inconsciente había estado buscando respuestas sin que yo las pudiera siquiera llegar a formular, mi mente estaba trabajando por mí, ya que yo parecía no hacerlo, su vida, su ingreso al ejército, su dedicación, su familia, su participación en activo y finalmente su deceso, aparente, mi ceño se frunció, pensé que era todo y apenas si alcancé a ver una bandera sobre una caja, miles de gentes, un ruido, gritos, todo mundo corría e incluso pude sentir el miedo pero ahí había quedado todo, nada más porque sus palabras me habían retumbado en la cabeza haciendo que me distrajera de lo que ahora estaba conociendo.

¿Cómo alguien podía pasar por aquello y seguir? eso era algo que él un día me respondería, incluso ahora podía decir que justificaba su manera "ruda" de ser, hasta yo lo sería, sin embargo no hice nada, ya no lo estaba "desnudando" ante mí, seguro que lo notaría pero una suave risa había salido de mis labios, es que ¿Cómo se ponía a pelear aquello cuando estábamos en tal situación? Lo que había que ver, no se daba por vencido y sentirse vulnerable no era lo suyo, incluso ahora me dio ternura en vez de coraje -Ya... no sé nada de ti...- murmuré como si ahora su secreto también fuera el mío, por algún motivo quería brindarle la confianza, para que él supiera de que yo no diría nada de lo que ahora sabía y así sería, de mi boca no saldría absolutamente nada.

Sigo diciendo una y otra vez el conjuro esperando que él deje de escuchar, esperando que todo pase, mis labios rozan los suyos a cada palabra dicha, sólo quiero que esté bien, esa necesidad me ha surgido y la voy a cumplir, tengo que cumplirla, aunque el rozar sus labios no sirve de nada para que las voces se vayan aquél beso que había comenzado se hizo algo agradable, mucho, para un momento así, la suavidad de sus labios, contrastaba con la dureza que había mostrado, el frío de estos hacía que los míos temblaran pero que al mismo tiempo no quisieran separarse de los suyos.

De nuevo un temblor me recorrió la espalda al sentir como aquél beso se iba haciendo más contundente, más demandante, yo lo había contestado, pero ya no era yo la que llevaba el control, ahora era él, sus manos me indicaban que no quería que me separara de aquél contacto y la realidad era que yo tampoco quería hacerlo, mis pies siguieron a los suyos hasta que mi espalda estuvo contra la pared, simplemente pude sonreír, no sabía porque lo había hecho pero una maldita sonrisa se había cruzado ahora en mis labios.

Mis manos se habían apoderado de su cuello y mis dedos se enredaban en su cabello mientras aquél beso inocente había crecido como una bola de nieve, lo aferraba a mí porque no quería que el momento terminara, a pesar de lo frío de su cuerpo había una calidez acrecentada a cada movimiento de sus labios en los míos, la respiración me comenzaba a faltar, él no tenía problemas y creía se le había olvidado, con mucho, pero en verdad demasiado trabajo logré separarme apenas de sus labios para tomar el aire que ahora necesitaba, dejé que una de mis manos descendiera de su nuca hacia su hombro en una fina caricia, hasta llegar a su torso y ahí detuve su andar, aquello era muy peligroso, pero a la vez era una sensación demasiado agradable como para dejarla ir.

Le miré de nueva cuenta con esa misma sonrisa que se había dibujado en el momento de que él había comenzado a controlar la situación, mis ojos se volvieron a perder en los suyos por escasos segundos, pero que habían bien podido ser una eternidad, tal vez buscaba en ellos la aceptación a un nuevo beso pero la urgencia de aire no se comparaba con la que ahora tenía de volver a tomar sus labios, con o sin permiso, sin que lo demás me interesara, simplemente era un deseo que había salido de la nada, de nuevo mis labios sobre los suyos comenzaban una nueva danza dejando que mis brazos le rodearan por completo, ¿Qué vendría después de haberme dejado llevar de tal manera? No tenía una jodida idea, pero no interesaba, ahora sólo estaba él enfrente mío, me empecé a abrir camino entre sus labios, yo no tenía escapatoria entre su cuerpo y la pared, pero la realidad es que no quería escapar, ya no había forma, y además de todo, él ya había dicho que no escuchaba nada y yo tampoco, quizá se habían ido o sólo era una forma de estar, un medio para distraernos y darnos fin a los dos, pero ¿Eso importaba? No, no lo hacía.
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Mensaje por Benneth Mozes-Kor Vie Ago 23, 2013 7:51 am

Lo que ocurre no está bien, nada bien. Ella dice que no sabe nada de mí, pero a éstas alturas ya lo estoy dudando. Toda mi vida he sido desconfiado y hoy no debe ser la excepción. Estoy completamente seguro de que ahora sabe que tengo algunos puntos débiles, y si bien el beso no ha estado del todo mal, sé que no es correcto, así que intento separarme para darlo por terminado. Pero entre que lo estoy dudando, y deseo terminar con todo, ella regresa a mis labios, buscándolos con urgencia, luchando por abrirse paso. Sigo el movimiento de sus labios un par de minutos más, aún acorralándola en la pared. Mis manos comienzan a moverse como si tuvieran vida propia deslizándose por su cadera, acariciando sus muslos, la entre pierna y entonces… Me detengo de improviso. Haciendo uso de todo mi auto control, me obligo a separarme de una vez por todas. Debo alejarme de Heaven lo más rápido que pueda, por que su cercanía me hace daño.

Doy algunos pasos hacia atrás, aún sintiendo el calor de sus labios. Llevo mi mano hasta ellos y los acaricio un poco, mirándola con curiosidad e intensidad. No sé si lo que veo y siento es correcto, porque todo lo acontecido los últimos minutos se ha vuelto confuso. Al parecer Heaven, respira aceleradamente y un ligero rubor cubre sus mejillas. ¿Disfrutó el beso? ¿O sólo lo hizo por venganza o algo más turbio? No sé que pensar. Pero no importa, ya no importa nada. Lo único que deseo en éste momento es dar la media vuelta y largarme por donde he venido; al fin y al cabo el brujo ha muerto, que es lo que al final de cuentas importa.

-Debo irme de aquí.

No sé ni por qué le dirijo la palabra. No le debo nada, ni siquiera una explicación. En realidad ella tendría que dármelas, pero no es mi deseo escucharlas la noche de hoy. Retrocedo un par de pasos más acercándome a la puerta. No le puedo quitar la vista de encima. Por un lado quiero correr hacia ella, por otro… Es lo que estoy haciendo. Poner distancia de por medio, entre los dos. Al final, terminará agradeciéndome que las cosas no hayan pasado a mayores.

-Aquí no ha pasado nada. Por lo que a mí respecta, nunca en la vida te he visto. Nuestros caminos jamás de los jamases se cruzaron.

Agacho la mirada, y me concentro en los bolsillos laterales de mi pantalón. ¡Maldita sea! ¡Es tan difícil concentrarse, tendiendo la mente nublada!. Aún debo terminar el trabajo y no dejar huellas de mi paso por aquí.

<< ¡Malditos fósforos! Necesito… Si, la cocina, la madera... >>

¡Demonios! Estoy demasiado distraído para hilar las ideas y hacer los pasos correctamente. De cualquier manera, son las huellas de Heaven las que están en el cuchillo ensangrentado, incrustado en el cuerpo de aquel brujo infeliz. Nada me une al estúpido sujeto, no hay prueba alguna de mi culpabilidad y estancia aquí. Es ella quien debe preocuparse. Ya no es mi maldito problema -por el momento- lo que sea de su vida, a partir de que ponga un pie fuera de éste inmundo y pestilente lugar.

-Nos veremos en el infierno, bruja… -le regalo una última mirada. -Porque tú serás mi siguiente victima - La señalo con un dedo -. Me voy a convertir en tu sombra. No darás un paso sin que yo me entere. Voy a hacer tu vida miserable, lo juro. - Mi mano se convierte en un puño amenazador.

Estoy molesto. Sumamente molesto. Sería tan fácil destrozar su cuello con un sólo apretón. ¡Pero maldita sea, no puedo! Heaven no sabe lo afortunada que es. No lo sabe…
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Mensaje por Heaven Gibbs Dom Sep 08, 2013 2:14 pm

¿No se da cuenta de que no necesita acariciarme para que mis piernas desfallezcan de sólo sentirlo cerca? Parece que no y entonces sus manos me recorren, sin embargo no lo hacen tan rápido como la electricidad que me ha corrido por la espalda haciendo que me mantenga de pie, simplemente estoy porque me detienen sus manos, es irónico, me sostienen y me derrumban, eso sin sumar el adictivo sabor de sus labios, cuando se separa, tomo de nuevo aire, mis dedos no querían soltar su nuca pero debían hacerlo, beso sus dedos cuando pasan sobre mis labios, no saben tan bien, pero sigue siendo él, su sabor se mantiene, la calidez permanece y el corazón continúa acelerado al igual que la respiración, mis pulmones no parecen caber en el mismo espacio pues duele cada que retumban mis latidos dentro del pecho.

Las mejillas encendidas como si fueran una fruta roja delatan el deleite que había sido besarle pero también, de una manera no convencional la vergüenza hasta ahora expuesta de haberme dejado llevar, pero sobre todo de haberlo buscado y aún más de disfrutar y dejarle saber aquello permitiendo que sus movimientos y sus caricias prosiguieran, la separación había sido extraña, nada satisfactoria, no para aquél beso que había surgido de la nada y en un segundo se había convertido en una bola de fuego quemando dentro de dos cuerpos, pero que al mismo tiempo los envolvía, abrazaba y moldeaba a su forma para que la mente de los dos no tuviera otra cosa más en que pensar, él haría como si hubiera pasado menos que nada y bueno... Yo tendría que hacer lo mismo, no debí dejarme llevar, pero no era tiempo de arrepentimientos.

Lo escuché y sonreí levemente ahora era yo quien acariciaba mis labios quería mantener aquel néctar en ellos pero se me hacía que era casi imposible de aquella manera, mi espalda se quedó quieta recibiendo el frío del muro -Debes irte...- sentencié hasta que estuvo próximo a la puerta, la sonrisa se hizo más pronunciada -La realidad de las cosas es que es diferente deber a querer...- sí, yo estaba jugando con fuego, todo pudo ser un momento de calentura en donde los nervios habían buscado una vía de escape y esa fueron nuestros labios en un juego interminable, adictivo y peligroso, al menos ahora lo era para mí, de él no lo sabía y aunque intentara que no sé notara ahí estaba todo encimándose, tendría que sacar mis dotes de actriz, dejar todo aquello donde está y ser la enemiga que él está esperando.

Sus nervios me alucinan, debería preguntarle que demonios pasó con ese beso, pero no lo haré, no quedaré como la tonta que saboreó las mieles más dulces con sólo probar sus labios, será mejor que lo deje ir antes de que me acerque a él -¿Quieres irte?- la pregunta surge sin que mi mente lo espere, me traspasa sus nervios , veo los bolsos de su pantalón y sus palabras me dejan claro el por qué el beneficio del silencio siempre había sido mejor, en ocasiones las respuestas venían solas, ya no tendría que agonizar esperando, lo dicho había confirmado dudas, sólo se habían suelto las cosas al momento desencadenado reacciones, tal vez, no queridas. Ahora sé que esperar, nunca más le volveré a ver y tal vez eso sea lo mejor pero ¿Por qué está decidiendo por mí? Porque es lo que siempre hace, actúa solo sin pensar en los demás o mejor dicho porque piensa más que en sí mismo, al parecer él es un egoísta y todo mundo se lo cree, pero yo sé que no es así, siempre pone antes a los demás que a sí mismo, él sabe moverse solo y no quiere cargar con un peso más, no puede permitirse dejar que alguien más caiga en esa vida, un suspiro brota de mis labios mientras intento mantener en ellos la sonrisa fingida, sea cual sea la decisión la aceptaré, porque la realidad es que conocerlo me ha movido más de lo que yo quisiera aceptar.

¿Alguien lo conocerá tanto como yo? No lo creo, es verdad, ahora lo conozco como si fuera otra parte de mí, sus secretos son los míos y sus recuerdos mi memoria, incluso pude sentir lo que tal vez él sentía en ese momento, ahora será un dulce tormento, todas sus experiencias serán como si yo las hubiera vivido y él se iba así sin más dejando con ello una parte en mí de todo lo que era Rikkert, parecía no importarle, sin embargo mi vista de nuevo se posó en sus labios cuando las siguientes palabras fueron pronunciadas, mi espalda había adquirido una fuerza repelente al muro que hizo que me enderezara y comenzara a andar hacia él -¿Sí? ¿Te das cuenta? No necesitas responderme si te quieres ir, porque la respuesta es que no... ¿Por qué no me matas de una vez y así todo esto queda olvidado? ¿Por qué no matas tus recuerdos junto conmigo? Mátame Rikk...- un paso más hacia él, sólo era cuestión de estirar los brazos y de nuevo el contacto físico entre los dos existiría, pero no, me iba a quedar en donde estaba por el momento.

Sus ojos de nuevo se apoderaron de mi campo de visión -¿Te han dicho que tienes unos ojos hermosos?- arriesgada, esa era la palabra e idiota, eran las dos que más podían quedar ahora que estaba en ese momento frente a él a escasos pasos -Tus contradicciones no me dejan estar en paz... Dices que te vas y que nunca existí para ti, pero por otro lado dices que me acecharás, será que ¿Sólo quieres que yo piense que no existes para que te sea más fácil dejarme?- levanté una ceja, dije que guardaría silencio, estaba traicionando mis propias reglas acerca de la interacción con alguien como él y sobre de todo por el tema a tratar, estaba rompiendo mis propios esquemas por alguien que me había hipnotizado con sus recuerdos -Mátame ahora y te creeré, pero si no lo haces entonces te besaré...- ¿De dónde me había salido el valor? No tenía idea, pero ahí estaba yo comulgando con algo que de ser otra la salida yo no haría.
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