El mejor espía es el amor [Privado]

Escuchar la voz de un hombre en la habitación que se supone que era mía para “atender y satisfacer” a los hombres a sus antojos, me producía cierta reticencia un asco que hacía que mis piernas no las pudiera mover sino que solas se movían, eso aumentado con el nerviosismo de tener armas para matar a aquel asesino, me provocaba mareos y nauseas, esperaba que con todas las fuerzas cayera en la trampa, pero luego recordé “si no me encuentra en la cama le dará una idea, ya sé” corrí y tiré todo al suelo  quitándome lo más rápido posible el vestido, dejándome solo en corsé y bragas, zapatos fueras, y medias de seda sin su sujetador, y antes de tirarme a la cama el sonido del chirrido de la puerta abriéndose lo que me hizo cerrar los ojos y rezar, mi diestra sostenía aquella arma con mis dedos temblorosos, solo podía sentir lo acelerado de mi respiración hasta que una voz, un eco me hizo soltar el arma.

ERA ÉL

Maldición cuando solté el arma cerré mis ojos y mi respiración se tranquilizó… -….Bien sabemos, que el rubio no es tu color, pelirroja…- su voz hizo que todo mi cuerpo se erizara que temblara por dentro mis piernas…que mi ser se pusiera mojado por tanto sudar y como una gelatina que podría decirle, solo me sonreí y giré lentamente a que me mirara, que viera que no era una niña como antes, que era toda una mujer, una mujer hecha y derecha que disfrutaba de su cuerpo como ninguna otra, camino junto con él para ambos estar cerca, cerré los ojos y aspiré su aroma igual a la madera recién cortada al metal fundido y sobre todo a canela… ¡maldición como me gustaba la canela! Y eso era él, mi dulce canela embriagante, mordí mi labio inferior cuando soltó ese “te amo” ¡yo tambien te amo! En mis pensamientos repetía eso como un mantra que me ayudaba a evitar soltarlo por mis labios…

-Eon, creo que te equivocas, el rubio, el blanco o el negro también quedan bien, aunque claro recuerdo que a cierto hombre le gusta el color del fuego y sentirlo quemar su piel, aunque es mejor que te dejes de idioteces, dejad de decir esas palabras que los dos sabemos que es solo una más de las mentiras que dices- me río dulcemente provocándolo con los dedos de mi zurda iban lentamente subiendo por el centro de su espalda lentamente hasta quedar en la mitad, mi pierna izquierda subió hasta atar su cintura uniendo ambos cuerpos lo que me hizo morder mi labio inferior con mayor fuerza –Que tan larga a sido la espera, vamos Eon, soy mujer y puta, no lo olvides, se cómo sacian los hombres sus “largas esperas”- bajé la pierna y lo empuje para separarnos, fui a donde había dejado mi vestido y me lo coloqué pero sin cerrarlo; quité aquella peluca rubia de mis cabellos reales y los agité acomodándolos. –De eso ya ni me acuerdo, un rubor en mis mejillas claro, porque besos, besos he tenido muchos y muchos lugares- le guiñe el ojo mientras me miraba al espejo y peinaba mis cabellos uno a uno mirándole por el espejo –Vamos diabole, a que has venido, tengo clientes que satisfacer y asuntos de Nath que atender, como el que debe estar por subir para follarme, anda anda, es mejor que digas rápido o no creo que le agrade un trio, aunque quizás sí pero con otro mujer- un poco de rubor y labial para retocar el maquillaje y le miro pensando en cómo luciría con un vestido y comienzo a reír –serías una excelente rival Mon Diu- las risas no me dejaban respirar y tuve que sentarme para recoger parte de mi cabello con una pequeña horquilla y una peineta como un tocado de flores. [/color]

Se quedó petrificado al escuchar aquella negativa. Estaba mudo. No sabía que decir y solamente escuchaba las estúpidas excusas de su amada.

-Van a ascenderme…-Era algo cierto, pero que había mantenido en secreto-…a un rango mayor en el que poder llevarme conmigo a un equipo, pensaba meterte a ti en él, a Nathaniel también, volver a estar juntos en el trio, como antaño…-suspiro-…Tendríamos el mismo horario y no tendría que volver a separarme de ti….Esta misión también me la mandaron a mi…-susurro acariciando sus caderas lentamente-….Cásate conmigo, no dejare de insistir hasta que finalmente me supliques el “sí quiero” y te metas en un vestido blanco escotado solamente para mi gozo…-le acaricio el mentón lentamente con pulgar e índice, después aquellas manos iban lentamente por su cuerpo, alejándose de aquellos senos los cuales les tentaba  considerablemente.

-Vine a pedirte la mano en matrimonio….Nini…-susurro con una suave voz, pero su tono era igual de grave que siempre – Pero follarte salvajemente…-fue acercándose a su oído, para ir susurrándole palabras del diablo -…Tendré tiempo para cambiar tus ansias de follarme a cada rato, porque seré yo quien te folle en cada esquina, a cada segundo te mantendré cerca como mi única y preciosa perra a la que le consentiré cualquier capricho que ella me pida a cualquier hora del día…o de la tarde o la noche…-Aquello fue susurrado lentamente y sin prisas, mientras sus manos viajaban por sus nalgas, sus muslos interiores y exteriores, tentándola con las yemas de los dedos para que no se perdiera detalle aquel estilizado cuerpo de lo que él hacía sobre el mismo, movía las caderas con insinuantes movimientos bajo de ella, acercándola y haciendo que ambos sexos coincidieran.

La noche al parecer se iba a tornar larga y duradera, tenía en cuenta que no perdía detalle de cómo se estaba sonrojando su amada y la que es la única mujer a la que amaría. Si, había sido demasiado cursi con aquella declaración, pero no había otra, era lo que sentía –Olvida lo que somos, olvida de lo que trabajamos esta noche….-Imploro para después besar ese carmín que se ponían sobre la superficie labial de Nini- Ahora somos Nyra y Eógan, Tu y yo, no hay nadie más, no hay más jefes ni más variables a tomar en cuenta….-Finalmente la tumbo en aquella cama, le fue quitando los ligueros, la ropa interior inferior para después abrirle las piernas con una sonrisa de las suyas-….Entiéndeme…-lentamente, rápidamente metió dos dedos dentro de su vagina, comenzando un insinuase baile dentro de ella-….Te hare gemir y sufrir de placer como nunca lo ha notado ese cuerpo tuyo que me vuelve loco como el diablo que sabes que llevo dentro.