AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
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¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
¿Te imaginas quizá que llevo otra careta y que esto... esto... mi cara es una máscara?
Gastón Leroux
Conocía los deberes que debía seguir al pie de la letra, tomar el papel de alguien más después de todo era mas sencillo de lo que muchos pudieran suponer, pero de ahí a tener que tratar con jovencitas de la clase alta continuamente existía una gran diferencia, y más debido a que muchas de ellas conocían al Alaric real, ese Alaric que estaba muerto y enterrado desde hacía ya tiempo atrás.
Su "padre" le informo entonces que irían de visita a una casa de algunos allegados, gente importante para los negocios y Alaric debía estar presente en aquel lugar como futuro "heredero" de toda la fortuna de su familia. Además que aprovecharía la ocasión para conocer a la hija de ese hombre; la chica al parecer era la última de la lista de las que conocían al antiguo Alaric, así que ganando la confianza de ella todo estaba asegurado para sus planes.
Cambio sus humildes ropas, con las cuales se sentía tan cómodo por finas ropas y una vez listo subió en el carruaje que les llevaría a la casa donde se efectuaría la reunión; durante el trayecto recibió solamente otro montón de de indicaciones de lo que debía y no debía hacer, pero aunque fingía atender a cada una de las palabras que le eran dedicadas a él, sus pensamientos estaban enfocados en sus deseos de regresar a la jaula de oro y cambiar sus ropas por las que tanto le gustaban.
El camino fue corto, o así le pareció y finalmente cuando descendieron del carruaje ya había tomado aquel papel que perfecciono con mucho esfuerzo durante unos meses. Fueron recibidos por una sirvienta quien les guío a un pequeño estudio en el interior de la gran y opulenta casa.
Alaric no dejaba de fascinarse de la clase de cosas que existían dentro de esas casas pero siempre debía lucir como que eso le resultaba de lo más familiar. Justo antes de entrar al estudio la sirvienta los miro y con voz suave indico que el joven debería esperar afuera porque su señor pensaba discutir asuntos delicados. Él por su parte no replico ni dijo nada, simplemente se giro y se encamino rumbo a otro lugar de la casa, pues al fin y al cabo todo aquello no le interesaba pues esos asuntos de negocios al final no serían suyos.
Escucho cuando la puerta del estudio se cerro a su espalda y la sirvienta reanudaba sus labores, en tanto su andar le sumergía por los pasillos de aquella gran casa, admirando todo ahora que le era posible hacerlo. En su andar se encontró con una pintura que atrajo completamente su atención y permaneció frente a ella un buen rato hasta que un sonido a su espalda le hizo volverse para encontrarse de frente con aquello que desde un inicio supo que era el objetivo principal de su visita a aquel lugar.
Última edición por Alaric Bowlby el Vie Dic 13, 2013 11:03 pm, editado 1 vez
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Hacía tiempo que no estaba atada…pero le echaba de menos. Hacía tiempo que no lo veía ¿Qué había pasado? Pensé en disfrazarme con mis ropas de Zíngara y cubrir mi apariencia de la alta alcurnia, disfrazarme y pasar desapercibida entre todos solamente para poder verle la cara y abrazarle…lo echaba de menos.
-¡Clio! ¡Hermes! ¡Volved! –Dije azotando la fusta contra uno de los postes que habían hundidos en la tierra, en las pistas de entrenamiento instaladas en la parte trasera del jardín-…Así es…Muy bien…-Llego Clio siendo ayudada por Hermes, eso me extraño demasiado-¿Qué ha pasado? –Pregunte al canino que obviamente no me respondería, solamente me mostré preocupada e inmediatamente tome las patas al perro, para visionar de algún problema y en cierto modo, cuando descubrí la herida que llevaba en su pata izquierda mis ojos inmediatamente se abrieron de par en par, pedí ayuda y enseguida vino mi más fiel mayordomo, a ayudarme y cuando vi que la tomaba en brazos solamente me dijo “también parece estar en cinta “ y ya fue la gota que colmó el vaso, mire a Hermes como si tuviera la culpa, aunque bueno, aquello no me disgustaba, solamente no quería que muriera, no quería que me dejara, había estado conmigo desde siempre, desde que tenía apenas uso de razón.
-Hermán, llevala a un lugar seguro...-mostre mi interes por ella, quedándome con Hermes a mi lado y con la fusta en mi otra mano. Mi ira estaba a punto de hervir si no lo estaba haciendo ya. ¿Porque no me habia dado cuenta antes? Había sido una estupida- AAagggh!..-mi frustración llego a su límite, mi temperamento estaba que rebosaba los poros de mi piel, pensé en que iba a explotar e iba a dar a Hermes sin ningún motivo. Decidi entonces meterme en casa, relajarme y solamente pensar en que Clio iba a ponerse bien. -¡HERMES! –Di con la fusta sobre los hierros de la puerta, incitando al perro que me siguiera, acto seguido lo hizo pero al entrar en la casa, descubrí a un individuo que parecia observar uno de los cuadros de la familia-....Diablos...¿eres el nuevo sirviente? -Mostre antipatia hacia el extraño que lentamente se giraba hacia mi, mirandome y entonces me cohibi sin poder evitarlo. No dije nada de todas maneras y solamente me dispuse a acercarme a el, con mis pantalones de montar, mi chaleco y mi camisa que mostraba parte de mi camisa interior-...Bueno.....-crucé mis brazos sobre mi cuerpo y como parecía que estaba de lo más normal, eso me frustraba aún mas.
-....-Mi mirada se cruzaba con la suya, peor no podia hablar. ¿Porque? -¿Porque me he enmudecido de repente...y solo ante ti...?-susurré frustada al muchacho que tenía delante de mi. Era horrible esta sensación.
-¡Clio! ¡Hermes! ¡Volved! –Dije azotando la fusta contra uno de los postes que habían hundidos en la tierra, en las pistas de entrenamiento instaladas en la parte trasera del jardín-…Así es…Muy bien…-Llego Clio siendo ayudada por Hermes, eso me extraño demasiado-¿Qué ha pasado? –Pregunte al canino que obviamente no me respondería, solamente me mostré preocupada e inmediatamente tome las patas al perro, para visionar de algún problema y en cierto modo, cuando descubrí la herida que llevaba en su pata izquierda mis ojos inmediatamente se abrieron de par en par, pedí ayuda y enseguida vino mi más fiel mayordomo, a ayudarme y cuando vi que la tomaba en brazos solamente me dijo “también parece estar en cinta “ y ya fue la gota que colmó el vaso, mire a Hermes como si tuviera la culpa, aunque bueno, aquello no me disgustaba, solamente no quería que muriera, no quería que me dejara, había estado conmigo desde siempre, desde que tenía apenas uso de razón.
-Hermán, llevala a un lugar seguro...-mostre mi interes por ella, quedándome con Hermes a mi lado y con la fusta en mi otra mano. Mi ira estaba a punto de hervir si no lo estaba haciendo ya. ¿Porque no me habia dado cuenta antes? Había sido una estupida- AAagggh!..-mi frustración llego a su límite, mi temperamento estaba que rebosaba los poros de mi piel, pensé en que iba a explotar e iba a dar a Hermes sin ningún motivo. Decidi entonces meterme en casa, relajarme y solamente pensar en que Clio iba a ponerse bien. -¡HERMES! –Di con la fusta sobre los hierros de la puerta, incitando al perro que me siguiera, acto seguido lo hizo pero al entrar en la casa, descubrí a un individuo que parecia observar uno de los cuadros de la familia-....Diablos...¿eres el nuevo sirviente? -Mostre antipatia hacia el extraño que lentamente se giraba hacia mi, mirandome y entonces me cohibi sin poder evitarlo. No dije nada de todas maneras y solamente me dispuse a acercarme a el, con mis pantalones de montar, mi chaleco y mi camisa que mostraba parte de mi camisa interior-...Bueno.....-crucé mis brazos sobre mi cuerpo y como parecía que estaba de lo más normal, eso me frustraba aún mas.
-....-Mi mirada se cruzaba con la suya, peor no podia hablar. ¿Porque? -¿Porque me he enmudecido de repente...y solo ante ti...?-susurré frustada al muchacho que tenía delante de mi. Era horrible esta sensación.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Un error es tanto más peligroso cuanta más cantidad de verdad contenga.
Henri-Frédéric Amiel
Su actitud inicial provoco que el joven cayera en la cruda realidad que cubría toda aquella gran farsa. No importaba finalmente cuantas veces intentara ocultarlo, él siempre sería un pobretón incapaz de lograr algo realmente impresionante en la vida. Intentaba continuamente decirse que con la pintura saldría adelante, se volvería famoso y entonces no existían más problemas pero la mujer frente a si le había descubierto en un segundo. Alaric no tenía fachada de nada más que de otro de los tantos sirvientes en aquella gran casa, no importaba cuanto se esforzara ni el tiempo que practicara jamás alcanzaría a ser como el Alaric hijo de aquel hombre rico.
Sonrió, porque no importaba cuanto le doliera la realidad debía hacer siempre lo que le indicaran y entre todo lo que le indicaban no existía el sufrimiento.
- ¿Yo?, ¿Sirviente de alguien como tú? - soltó una risotada aún en contra de sus deseos - Ni lo sueñes, solo hemos venido porque al parecer tu padre necesitaba hablar urgentemente con el mío, y bueno - suspiro - estaba aburrido por lo que vine a ver que clase de cosas son las que hay en esta casa que puedan ser realmente interesantes - le era bastante agradable tener que tomar aquel papel; podía ser otra persona sin arriesgar a su yo real.
La joven se acercó hasta él y se cruzo de brazos, mostrando cierta frustración en su expresión y claro, un poco más de lo que debía con ese escote. Los ojos de Alaric viajaron por el cuerpo de ella de manera veloz, hasta que sus ojos se fijaron en los de ella.
No debía desviarse de los planes originales, que eran conocerla, dejarle en claro que era Alaric a quien en algunas ocasiones había visto y tratarla de la manera en la que el joven rico les trataba a todas desde antes.
Aquel par de ojos estaban fijos en su persona y las manos comenzaron a sudarle, pues sentía que ella se había dado cuenta de la mentira. La mirada de Elisha era tan hechizante que hasta creía que podía saber cada una de las cosas que él pensaba, pero cuando de nueva cuenta le escucho hablar una sonrisa ligera apareció en sus labios.
- No lo sé - sin aguardar mucho más termino con el contacto visual y tomo con cuidado la mano de ella para dejar un beso - Mi nombre es Alaric Bo… - tan perdido en ella se había quedado que por un segundo casi le había dado su nombre real - Delay - corrigió de manera veloz, esperando que no se percatara de su leve error - Pero eso ya lo sabías Elisha ¿o no? - menciono su nombre para que supiera que la conocía y no dudara de nada de lo que estaba pasando.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
¿Qué pasaba? ¿Se hacia el listo acaso?
Sonriendo me quede mirándolo, pero justo cuando parecía replicarle, una doncella de aspecto joven, no llegaría a los 17, me entregó la noticia de que el lienzo para poder retratar a mis queridos animales, había llegado y que la esperaba en el estudio. Suspiré lentamente con lo que después de un rato me quede mirando a la doncella-…Bien, gracias por el aviso Gretel…-dije con cierta dulzura aunque en realidad la presencia de la doncella me estuviera molestando bastante, volví mi mirada al joven, ¿Alaric…? Aish, no era buena para los apellidos, se quedaría como Alaric, a secas, sin apellido, retire mi mano que había permanecido quieta entre las manos del joven, dejándola colgando al lado de mi pantalón de montar, alce una ceja mirándolo con esmero, de abajo arriba como si de un momento a otro pudiera valer “algo” -...-Mis ojos se entrecerraron, viéndole fijamente a las palabras que había dicho “Mala gente, malas costumbres”, pensé mirándolo aun-…Si, ese es mi…nombre…-ladee el rostro un momento hacia un lado-….Pero Delay …-se extrañó-…Conozco a unos Delay…-asintió ahora recordando-…ah, sí, creo que viven más allá de las primeras casas de la zona residencial…y…
Escuche como las puertas del estudio se abrieron, me quedo callada mirando a mi izquierda, viendo como salían dos hombres, me miro el escote e inmediatamente miro a quien se llamaba Alaric-…¿¡Porque no me dijo que tenía delante las mejores vistas delante, eh? –Algo alterada se lo pregunte y vi como Dorothea, otra doncella de la casa, mas mayor que la otra, le ofrecía un precioso vestido de oscuros tonos azul oscuro, con un ribeteado de color azul marino y con lazos a los lados del vestido. Por el escote, llevaba un ribeteado color crema que me daba juego perfectamente y en el centro del escote un zafiro en forma de ovalo ni demasiado grande ni demasiado pequeño-…Gracias Dorothea…-Dije tomando el vestido entre mis manos con algo de prisa y me metí en el baño que había cerca y dos doncellas enseguida se metieron a ayudarme con el peinado. http://media-cache-ak0.pinimg.com/736x/2b/4b/08/2b4b08d0cc6e4414ad7291da7a0422e0.jpg
Después de unos quince minutos, salí del baño en donde ya estaba lista completamente, con un peinado http://media-cache-ec0.pinimg.com/736x/30/65/f7/3065f74218c03852d0d652dade8e2948.jpg diferente al alborotado que llevaba anteriormente por el viento y el ejercicio con los perros, tenía puesto el colgante que me regalaron cuando cumplí los 18, parecía que había cambiado de una mujer que parecía un hombre, a una bella dama que en realidad mis padres querían que fuera, tan solo que mi salvaje e indomable corazón, no podía estarse quieto y tenía que hacer lo que me dijera el corazón, seguir mi instinto. Me quede mirando a Alaric fijamente a los ojos, parpadeo un par de veces para a su vez con la mano apartarme una lágrima, desviando la mirada del joven. Estaba preocupada por Clio, entonces miro detenidamente a Alaric-…Discúlpame….-suspire para después mirar hacia el jardín, en dirección donde salió el mayordomo con la perra, pensando en si estaría bien atendida con la sabiduría de Hérman.
Sonriendo me quede mirándolo, pero justo cuando parecía replicarle, una doncella de aspecto joven, no llegaría a los 17, me entregó la noticia de que el lienzo para poder retratar a mis queridos animales, había llegado y que la esperaba en el estudio. Suspiré lentamente con lo que después de un rato me quede mirando a la doncella-…Bien, gracias por el aviso Gretel…-dije con cierta dulzura aunque en realidad la presencia de la doncella me estuviera molestando bastante, volví mi mirada al joven, ¿Alaric…? Aish, no era buena para los apellidos, se quedaría como Alaric, a secas, sin apellido, retire mi mano que había permanecido quieta entre las manos del joven, dejándola colgando al lado de mi pantalón de montar, alce una ceja mirándolo con esmero, de abajo arriba como si de un momento a otro pudiera valer “algo” -...-Mis ojos se entrecerraron, viéndole fijamente a las palabras que había dicho “Mala gente, malas costumbres”, pensé mirándolo aun-…Si, ese es mi…nombre…-ladee el rostro un momento hacia un lado-….Pero Delay …-se extrañó-…Conozco a unos Delay…-asintió ahora recordando-…ah, sí, creo que viven más allá de las primeras casas de la zona residencial…y…
Escuche como las puertas del estudio se abrieron, me quedo callada mirando a mi izquierda, viendo como salían dos hombres, me miro el escote e inmediatamente miro a quien se llamaba Alaric-…¿¡Porque no me dijo que tenía delante las mejores vistas delante, eh? –Algo alterada se lo pregunte y vi como Dorothea, otra doncella de la casa, mas mayor que la otra, le ofrecía un precioso vestido de oscuros tonos azul oscuro, con un ribeteado de color azul marino y con lazos a los lados del vestido. Por el escote, llevaba un ribeteado color crema que me daba juego perfectamente y en el centro del escote un zafiro en forma de ovalo ni demasiado grande ni demasiado pequeño-…Gracias Dorothea…-Dije tomando el vestido entre mis manos con algo de prisa y me metí en el baño que había cerca y dos doncellas enseguida se metieron a ayudarme con el peinado. http://media-cache-ak0.pinimg.com/736x/2b/4b/08/2b4b08d0cc6e4414ad7291da7a0422e0.jpg
Después de unos quince minutos, salí del baño en donde ya estaba lista completamente, con un peinado http://media-cache-ec0.pinimg.com/736x/30/65/f7/3065f74218c03852d0d652dade8e2948.jpg diferente al alborotado que llevaba anteriormente por el viento y el ejercicio con los perros, tenía puesto el colgante que me regalaron cuando cumplí los 18, parecía que había cambiado de una mujer que parecía un hombre, a una bella dama que en realidad mis padres querían que fuera, tan solo que mi salvaje e indomable corazón, no podía estarse quieto y tenía que hacer lo que me dijera el corazón, seguir mi instinto. Me quede mirando a Alaric fijamente a los ojos, parpadeo un par de veces para a su vez con la mano apartarme una lágrima, desviando la mirada del joven. Estaba preocupada por Clio, entonces miro detenidamente a Alaric-…Discúlpame….-suspire para después mirar hacia el jardín, en dirección donde salió el mayordomo con la perra, pensando en si estaría bien atendida con la sabiduría de Hérman.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
El sol me envía para alegrarme luz apacible; mas si no trae tu imagen bella, ¿de qué me sirve?
Mariano Melgar
No le era de su agrado ser de esa manera, mucho menos con una joven tan linda y de clase alta como ella, pero debía cumplís su papel a la perfección, sin importar que fuera lo que pensaran de él y de la manera en la que se comportaba, después de todo sabía de antes que, el verdadero Alaric era un joven sumamente grosero y frío con todo mundo.
Los labios de la joven se entreabrieron pero su pequeña charla fue interrumpida por una sirvienta que le informaba a Elisha sobre un lienzo y de manera automática los ojos de Alaric se iluminaron. No existía algo que le gustara más obviamente que el arte y si bien ya había contemplado aquel maravilloso cuadro en el pasillo, deseaba poder ver como era que trabajaban plasmando a los animales de la joven. El joven poseía la firme creencia de que observando podían notarse puntos importantes que después podría emplear en sus propias obras o en la manera en la que hacía determinados detalles.
La voz femenina le trajo jalo de nuevo a la conversación y asintió a lo que ella decía.
- Exactamente, somos esos Delay - informo con orgullo falso - así que como ya pudo haber notado, obviamente no vengo aquí a servirle si no por motivos de negocios que nuestros padres parecen estar atendiendo.
En el instante en que ella desvío su mirada nuevamente, la de él se enfoco de nuevo en el escote; le resultaba simplemente imposible no verlo por más que lo intentara y le pareció demasiado descuidado por parte de la joven andar así por la casa.
- ¿Yo debía decirle? Disculpe pero no es mi problema si la joven dama de la casa decide andar mostrando sus atributos a todo mundo, incluyendo a la servidumbre y sus invitados - se llevo la mano al mentón y le sonrió - ¿Que pensara su padre de eso? Iré y le diré que su hija se esta exhibiendo ante todos - le hablaba algo burlesco, o al menos fue de esa manera hasta que una sirvienta hizo acto de presencia y entrego Elisha un vestido más adecuado para una dama de su categoría. Sin escuchar nada nuevo fue abandonado ahí en el pasillo por aquella muchacha que al parecer no tenía los modales comunes de las otras chicas ricas que había conocido hasta el momento y eso… eso le gusto de ella.
No supo la razón exacta por la que espero en ese lugar, lo más adecuado habría sido que se alejara y continuara viendo el arte que existía en esa casa, pero sencillamente fue incapaz de alejarse de donde se encontraba y tras una leve espera, Elisha hizo acto de aparición de nuevo.
Le observo con atención, si bien la joven de momentos antes le había parecido bella, la que estaba ahora frente a él era sencillamente hermosa, tanto que no pudo alejar la vista de ella y sonrío. Noto como una lágrima fluía de los hermosos ojos de la fémina y se acerco a ella.
- ¿Qué te ocurre? - preguntó con curiosidad - una dama tan hermosa no debería tener esa cara - aguardo a que ella respondiera esperando que existiera algo que pudiera él hacer para que no se pusiera triste por nada.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Elisha siente la presencia de Alaric a su lado. Ella mirando hacia el frente, en el umbral de la puerta y observando los colores vivos que el paisaje posaba ante sus ojos verde esmeralda. El jardín parecía tener vida propia al ver la tonalidad de sus hojas verdes tan vivas, el cielo auguraba un día soleado y sin nubes, pero en su corazón, en su alma solo ella paseaba en un bosque con las hojas muertas, grises, los caminos son de tierra ceniza y en el ambiente hay niebla a su paso, una niebla que lo nubla todo, que la cubre en sus solitarios paseos, caminando por un camino de pensamientos negativos después de toda la soledad que está sometida a soportar cuando en realidad nunca la dejan salir de la calle o ni siquiera a las fronteras que forman la barrera de altos setos de su jardín. Como si el cuento de terror siguiera la senda de su propia vida, otras historias se habían terminado para ella gracias a la labor de su padre, del rey de la casa. No pudo creer que lo hubiera hecho, y encima con el consentimiento de su madre. Pensó que era una bella mujer y una persona que lo podría entender. Ni siquiera un beso se llevó de ese gitano, solo un beso en su mejilla fue lo que se llevó de él y después ya no lo volvió a ver. Había pasado en un abrir y cerrar de ojos, no delante de sus ojos verde esmeralda, pero en su corazón esa esencia que le transmitía el gitano, había sido doloroso, inquietante y simplemente ya no estaba en este mundo.
-…-Sabias palabras para el que estaba en su compañía en ese momento. Había llorado por su perra Clio de la cual no sabía nada al respecto. Ignoro las palabras burlonas de quien le acompañaba, él, le miró fijamente o más bien con cierta sutileza, de reojo para finalmente mirarlo a esos ojos marrones-…Sus palabras cambiaron a unas más dulces…que las burlescas de antes….Monsier Delay…-Dijo con suma tranquilidad aunque en su interior quería salir hacia donde se encontrara su querida Rottweiler- Le muerde la curiosidad ¿Verdad? –Aquella pregunta parecía haber sido preguntada antes de que ella virase su mirada hacia el frente, sonriendo ladina y comenzando la coquetería con un leve juego con los rulos que llevaba hechos en su melena de fuego-….Obviamente no se me ha pasado desapercibida vuestra mirada en cuanto mi doncella nombro lo del lienzo….-Mostro su superioridad, haciéndole saber que no se le iba a escapar nada de nada y que le iba a vigilar muy de cerca. Había sido algo espontaneo su visita, no tenía en cuenta de que llegaran a tener visita, por eso se dispuso tan…”ligera” de vistas ya que estarían en confianza, pero no supo de las visitas.
Al parecer no todo en la casa de los Guilmerië eran esos dos jóvenes, esperando a algo que ocurriera quizás en los jardines. En el interior de la lujosa mansión, dos hombres dialogaban apaciguados dentro del estudio, especialmente con algún que otro bache. El motivo de aquella reunión era para poder asegurar entre otros bienes, a los herederos, a los hijos de cada negociante que se reunía dentro de esa sala.
-Bien Delay….-Gilmerië parecía estar bastante tranquilo al ver a su amigo de toda la vida-Puedo intuir el motivo de nuestra reunión…-Enseguida vio que su amigo perdía la paciencia, que se levantaba y salía por la puerta, pero en ese momento, se levantaba para llegar a él, llevarlo de nuevo al interior del estudio y por fuera vio de reojo a su hija que corría hacia una de las doncellas que llevaba un vestido azul y al joven Alaric que lo dejaba a solas, hablaría después con ella tras el trato que le dio al joven-….Tu hijo ya es todo un hombre parece ser…-Mostro su aprobación al padre de Alaric, a quien en ya una vez le ayudo a resolver el tema de su heredero el cual, el señor Delay temía que dejara olvidado el apellido. Entonces viendo al joven Bowlby, le pareció buena idea hacer un cambio de persona con el riesgo de que lo capturaran.
-Sí, obviamente me he dado cuenta de ello….-Tosió un par de veces, volviéndose a sentar en el sillón de aquella sala la cual cerro el Monsieur Gilmerië-….Tu hija sigue igual de revoltosa…-mostro algo de inquietud, pero no era como las otras hijas de muchos ricos que simplemente asentían a todo y se disponían a tocar el piano dejándole ronco sobre el sofá-…Pero igualmente parece que puede atraer…muchas miradas…-mostro firmeza en sus palabras pero pensó que eso podría llevar a infidelidades, y como si Gilmerië le leyera el pensamiento, se quedó mirándolo.
-…Mi hija es indomable, lo reconozco, pero es más fiel a su estirpe que ninguna otra mujer que he conocido…-Su seguridad y fe en Elisha eran evidentes, ciertas y confiables. El Sr Delay quería lo mejor para el futuro de su apellido, pero con aquello se calmó un poco, solo que para lo que le había llamado le resultaba incierto.
-….Aún no se para que me has llamado…-mostro esta vez más paciencia que antes-
-¿Has visto las noticias de esta mañana en el periódico? –Mostro inquietud esta vez, pero vio a su amigo negar con la cabeza.
-Si lo he visto, pero seguramente no sé a qué artículo de la mañana…-En eso de que él hablaba, Gilmerië se levantó para tomar el ejemplar y abrirlo por la página 34 donde estaba el anuncio de que un pirata andaba suelto por París, habían intentado capturarlo pero no había habido suerte. Delay miraba a Gilmerië bastante pálido y asustado por seguramente por su hija, por si la secuestraban o le hacía algo –No tienes por qué temer por ella…No va a pasarle nada ya que tiene más coraje que cualquiera de mis guardianes que aguardan mi casa cada noche.
-El caso que ese pirata tiene el mismo aura que Elisha…-mostro su inquietud cuando le dijo esas palabras,
Había pasado una hora desde que ambos estaban hablando los pros y los contras de organizar entre ambos algo para sus familias. Habían acordado seguridad para ambos, una para los Delay y otra para los jóvenes.
-Los jóvenes deben estar esperándonos…-Gilmerië estiro la mano para estrechar la ajena, y con paso ligero pero ambos en calma, se acercaban al joven Alaric que estaba quieto en el umbral de la puerta que daba al jardín, solo y aquello hizo que Gilmerië se inquietara más.-Joven…-Hablaría, pero enseguida vio a su hija hablar con su mayordomo más fiel, Hernán, quien otorgaba un pequeño cachorro de Rottweiler a su hija, posando en los brazos de Elisha a un cachorro envuelto en mantas y por primera vez en mucho tiempo vio a su hija sonreír desde hace mucho tiempo.
-…-Sabias palabras para el que estaba en su compañía en ese momento. Había llorado por su perra Clio de la cual no sabía nada al respecto. Ignoro las palabras burlonas de quien le acompañaba, él, le miró fijamente o más bien con cierta sutileza, de reojo para finalmente mirarlo a esos ojos marrones-…Sus palabras cambiaron a unas más dulces…que las burlescas de antes….Monsier Delay…-Dijo con suma tranquilidad aunque en su interior quería salir hacia donde se encontrara su querida Rottweiler- Le muerde la curiosidad ¿Verdad? –Aquella pregunta parecía haber sido preguntada antes de que ella virase su mirada hacia el frente, sonriendo ladina y comenzando la coquetería con un leve juego con los rulos que llevaba hechos en su melena de fuego-….Obviamente no se me ha pasado desapercibida vuestra mirada en cuanto mi doncella nombro lo del lienzo….-Mostro su superioridad, haciéndole saber que no se le iba a escapar nada de nada y que le iba a vigilar muy de cerca. Había sido algo espontaneo su visita, no tenía en cuenta de que llegaran a tener visita, por eso se dispuso tan…”ligera” de vistas ya que estarían en confianza, pero no supo de las visitas.
Al parecer no todo en la casa de los Guilmerië eran esos dos jóvenes, esperando a algo que ocurriera quizás en los jardines. En el interior de la lujosa mansión, dos hombres dialogaban apaciguados dentro del estudio, especialmente con algún que otro bache. El motivo de aquella reunión era para poder asegurar entre otros bienes, a los herederos, a los hijos de cada negociante que se reunía dentro de esa sala.
-Bien Delay….-Gilmerië parecía estar bastante tranquilo al ver a su amigo de toda la vida-Puedo intuir el motivo de nuestra reunión…-Enseguida vio que su amigo perdía la paciencia, que se levantaba y salía por la puerta, pero en ese momento, se levantaba para llegar a él, llevarlo de nuevo al interior del estudio y por fuera vio de reojo a su hija que corría hacia una de las doncellas que llevaba un vestido azul y al joven Alaric que lo dejaba a solas, hablaría después con ella tras el trato que le dio al joven-….Tu hijo ya es todo un hombre parece ser…-Mostro su aprobación al padre de Alaric, a quien en ya una vez le ayudo a resolver el tema de su heredero el cual, el señor Delay temía que dejara olvidado el apellido. Entonces viendo al joven Bowlby, le pareció buena idea hacer un cambio de persona con el riesgo de que lo capturaran.
-Sí, obviamente me he dado cuenta de ello….-Tosió un par de veces, volviéndose a sentar en el sillón de aquella sala la cual cerro el Monsieur Gilmerië-….Tu hija sigue igual de revoltosa…-mostro algo de inquietud, pero no era como las otras hijas de muchos ricos que simplemente asentían a todo y se disponían a tocar el piano dejándole ronco sobre el sofá-…Pero igualmente parece que puede atraer…muchas miradas…-mostro firmeza en sus palabras pero pensó que eso podría llevar a infidelidades, y como si Gilmerië le leyera el pensamiento, se quedó mirándolo.
-…Mi hija es indomable, lo reconozco, pero es más fiel a su estirpe que ninguna otra mujer que he conocido…-Su seguridad y fe en Elisha eran evidentes, ciertas y confiables. El Sr Delay quería lo mejor para el futuro de su apellido, pero con aquello se calmó un poco, solo que para lo que le había llamado le resultaba incierto.
-….Aún no se para que me has llamado…-mostro esta vez más paciencia que antes-
-¿Has visto las noticias de esta mañana en el periódico? –Mostro inquietud esta vez, pero vio a su amigo negar con la cabeza.
-Si lo he visto, pero seguramente no sé a qué artículo de la mañana…-En eso de que él hablaba, Gilmerië se levantó para tomar el ejemplar y abrirlo por la página 34 donde estaba el anuncio de que un pirata andaba suelto por París, habían intentado capturarlo pero no había habido suerte. Delay miraba a Gilmerië bastante pálido y asustado por seguramente por su hija, por si la secuestraban o le hacía algo –No tienes por qué temer por ella…No va a pasarle nada ya que tiene más coraje que cualquiera de mis guardianes que aguardan mi casa cada noche.
-El caso que ese pirata tiene el mismo aura que Elisha…-mostro su inquietud cuando le dijo esas palabras,
Había pasado una hora desde que ambos estaban hablando los pros y los contras de organizar entre ambos algo para sus familias. Habían acordado seguridad para ambos, una para los Delay y otra para los jóvenes.
-Los jóvenes deben estar esperándonos…-Gilmerië estiro la mano para estrechar la ajena, y con paso ligero pero ambos en calma, se acercaban al joven Alaric que estaba quieto en el umbral de la puerta que daba al jardín, solo y aquello hizo que Gilmerië se inquietara más.-Joven…-Hablaría, pero enseguida vio a su hija hablar con su mayordomo más fiel, Hernán, quien otorgaba un pequeño cachorro de Rottweiler a su hija, posando en los brazos de Elisha a un cachorro envuelto en mantas y por primera vez en mucho tiempo vio a su hija sonreír desde hace mucho tiempo.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Una buena sociedad es la que sabe aprovechar
los compromisos entre intereses contradictorios.
Tzvetan Todorov
Se captaba a si mismo ahí, sin nada más que hacer, solo contemplar a esa joven rica que debía convencer de que era hijo verdadero de los Delay. Pudo haberse ido y caminar lejos de ella pero no lo hizo y al parecer no podía alejarse tanto como quería de ella y de esa manera tan peculiar de ser. Su preocupación por saber que era lo que le pasaba no era parte de lo que el Delay que tanto había practicado haría, eso nacía de él, del Alaric que era justamente él.
– Bueno pues su actitud ha cambiado señorita, y si usted cambia vera que yo también cambio – hizo mala cara ante la manera de hablar de ella. Sus esfuerzos por llevarsela bien con ella parecían no dar mucho frutos y él sencillamente no tenía porque soportar a una mujer como aquella – Volvemos a sentirnos altivos ¿verdad? solo me sentía intrigado un poco por el cambio de su actitud no es realmente que me interese que es lo que le pasa.
Pensó en irse, ya de verdad no encontraba un motivo para permanecer a su lado hasta que la voz femenina menciono el lienzo, en ese momento detuvo sus intereses para dejarse guiar por aquella gran pasión que sentía por la pintura. Elisha sonreía y jugaba con su cabello de una manera tan seductora que Alaric comprendió que estaba siendo parte de su juego.
– Me interesa el arte, eso es todo; no se sienta tan… importante – increíble que esa mujer estuviera tan al pendiente de todo lo que hacía.
Claro que ninguno de esos dos jóvenes sabían lo que había deparado para ellos tras las puertas de la habitación en la que los hombres realmente importantes de esas familias hablaban entre ellos. Alaric jamás hubiese sospechado algo de esa magnitud, siempre pensó que en algún momento le dejarían en la calle nuevamente y estaba dispuesto a dejar que eso pasara, no era un Delay no poseía derecho alguno sobre ese apellido. Pero tenía quizás más suerte de la que en algún momento pudo haber imaginado y para muestra estaba en esa casa, con una mujer que le parecía sumamente insoportable y altanera pero que al final de ese día sería algo más importante.
No dijo más, se quedo mirando como llegaba su mayordomo que según lo que escucho estaba en aquel lugar para llevarle a la joven sus nuevas mascotas. Llamado por la curiosidad permaneció en el umbral para observar todo aquello. Pese a que intentaba centrarse en el hombre que cargaba en su manos un pequeño cachorro, su mirada viajaba de un momento a otro hasta la joven y así fue hasta que la voz de un hombre le llamo.
Reconoció a aquel hombre de antes, de mucho antes y le sonrío. Hasta que se alejo para acercarse a la joven y hasta él llego aquel que era su padre.
– Todo bien muchacho – se río al ver la expresión del joven.
– Ya me di cuenta del por qué le dejaste hasta el final para que le conociera – Su mirada seguía lejos, en la figura del hombre con Elisha, en el jardín y lejos de ellos.
– Esa no es la única razón – soltó un suspiro y le indico con la mano que le siguiera hasta el estudio del que antes habían salido. Alaric le siguió y al entrar noto en aquella expresión una seriedad que jamás espero ver – Sé que no te pedí esto en ningún momento, pero las cosas se volverán más serias con respecto a nuestro trato muchacho.
La mirada de Alaric mostraba lo confundido que estaba, y justo cuando pensaba en preguntar qué era eso que se volvería más serió, entraron en el estudio los Gilmerië.
El ambiente se torno extraño al instante y noto en la mirada de Elisha la misma confusión que parecía transmitir él, pero contrario a lo que deseo que pasara el silencio se extendió un poco más.
los compromisos entre intereses contradictorios.
Tzvetan Todorov
Se captaba a si mismo ahí, sin nada más que hacer, solo contemplar a esa joven rica que debía convencer de que era hijo verdadero de los Delay. Pudo haberse ido y caminar lejos de ella pero no lo hizo y al parecer no podía alejarse tanto como quería de ella y de esa manera tan peculiar de ser. Su preocupación por saber que era lo que le pasaba no era parte de lo que el Delay que tanto había practicado haría, eso nacía de él, del Alaric que era justamente él.
– Bueno pues su actitud ha cambiado señorita, y si usted cambia vera que yo también cambio – hizo mala cara ante la manera de hablar de ella. Sus esfuerzos por llevarsela bien con ella parecían no dar mucho frutos y él sencillamente no tenía porque soportar a una mujer como aquella – Volvemos a sentirnos altivos ¿verdad? solo me sentía intrigado un poco por el cambio de su actitud no es realmente que me interese que es lo que le pasa.
Pensó en irse, ya de verdad no encontraba un motivo para permanecer a su lado hasta que la voz femenina menciono el lienzo, en ese momento detuvo sus intereses para dejarse guiar por aquella gran pasión que sentía por la pintura. Elisha sonreía y jugaba con su cabello de una manera tan seductora que Alaric comprendió que estaba siendo parte de su juego.
– Me interesa el arte, eso es todo; no se sienta tan… importante – increíble que esa mujer estuviera tan al pendiente de todo lo que hacía.
Claro que ninguno de esos dos jóvenes sabían lo que había deparado para ellos tras las puertas de la habitación en la que los hombres realmente importantes de esas familias hablaban entre ellos. Alaric jamás hubiese sospechado algo de esa magnitud, siempre pensó que en algún momento le dejarían en la calle nuevamente y estaba dispuesto a dejar que eso pasara, no era un Delay no poseía derecho alguno sobre ese apellido. Pero tenía quizás más suerte de la que en algún momento pudo haber imaginado y para muestra estaba en esa casa, con una mujer que le parecía sumamente insoportable y altanera pero que al final de ese día sería algo más importante.
No dijo más, se quedo mirando como llegaba su mayordomo que según lo que escucho estaba en aquel lugar para llevarle a la joven sus nuevas mascotas. Llamado por la curiosidad permaneció en el umbral para observar todo aquello. Pese a que intentaba centrarse en el hombre que cargaba en su manos un pequeño cachorro, su mirada viajaba de un momento a otro hasta la joven y así fue hasta que la voz de un hombre le llamo.
Reconoció a aquel hombre de antes, de mucho antes y le sonrío. Hasta que se alejo para acercarse a la joven y hasta él llego aquel que era su padre.
– Todo bien muchacho – se río al ver la expresión del joven.
– Ya me di cuenta del por qué le dejaste hasta el final para que le conociera – Su mirada seguía lejos, en la figura del hombre con Elisha, en el jardín y lejos de ellos.
– Esa no es la única razón – soltó un suspiro y le indico con la mano que le siguiera hasta el estudio del que antes habían salido. Alaric le siguió y al entrar noto en aquella expresión una seriedad que jamás espero ver – Sé que no te pedí esto en ningún momento, pero las cosas se volverán más serias con respecto a nuestro trato muchacho.
La mirada de Alaric mostraba lo confundido que estaba, y justo cuando pensaba en preguntar qué era eso que se volvería más serió, entraron en el estudio los Gilmerië.
El ambiente se torno extraño al instante y noto en la mirada de Elisha la misma confusión que parecía transmitir él, pero contrario a lo que deseo que pasara el silencio se extendió un poco más.
Última edición por Alaric Bowlby el Dom Sep 29, 2013 1:30 am, editado 1 vez
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Su progreso era notorio, Hernán había improvisado una manera de salvar a su perra y de salvar a los cinco cachorros y uno de los cinco lo tenía ella entre sus brazos, cuidando de no manchar su imagen. No como otra de las historias que en sueños relata por las noches. Campanas silenciosas que rodean el círculo de sus sombras, de su soledad y en el que nunca podría hacer una unión con alguien. Una noche, no supo porque tenía que salir a esperarlo bajo la eterna luz de la luna. “Quiéreme” pensó una vez para sí misma, más que nada era su corazón el que hablaba y no su raciocinio, una unión que pensó que jamás pudiera creer que aconteciera en ese estudio.
De las atenciones del cachorro se había pasado a brazos de su padre antes de decaer al suelo sin aire. Momentos antes de que eso pasara su mayordomo había tomado en brazos al pequeño animal, este entonces pensaba que lo llevaban con su madre, acertó y se alejaba de su nueva dueña. Pero Elisha tan solo se sujetaba, se crecía interiormente con el miedo de haber hecho el ridículo frente a los ojos ajenos de Alaric, pero solo vio un hueco vacío en donde él había permanecido quieto. ¿Dónde estaría?
Una vez su mente se había recuperado, pensó en que quizás debería pensar en moverse. Sus rodillas estaban bajo la tela del vestido que la cubría y que estaba manchándose de la textura del césped, cuando se levantó, no vio mancha alguna, pero siguió preguntándose en si habría sido bastante extremista en ser altiva con él. En verdad no era especial, lo había sido con cada uno que se le había acercado, con cada hombre o joven que se le acercaba con palabras sacadas de una guía de como cortejar a las damas del Siglo XIX. Ahora se dio cuenta, de que el juego se había parado en esos momentos, aun en el suelo, en la zona de aquel jardín su mente se separó de su vista y su padre bien que se preocupó por ella.
Elisha se había dado cuenta de una cosa, de que Alaric había sido borde con ella, el primero de los muchos jóvenes con los que se había topado hasta ahora. Bueno, borde…no borde, quizás cauteloso en mantener una distancia entre ambos. Sabia ella que no era de buen ver con su carácter tan salvaje, lo que atraía a la gente de ella, era la virtud de su riqueza…aunque su belleza también la ayudaba un poco. Ahí cada cual que lo viera de la forma que quisiera.
Entonces en cuanto entendió todo, se vio siendo ayudada por su padre, este la cogió en brazos como si tuviera el caminar algo débil-…Padre puedo caminar…-Su padre negó-….Pero Padre…-Elisha siguió su suplica-…Insisto padre…puedo caminar…a tu lado, pero déjame caminar….-Mostro sus ojos suplicantes ante los ámbar de su padre, pensó que extraño color, dejo pasar el detalle cuando tomo el suelo con los tacones de charol a juego con el vestido azul, y que ya fueron cubiertos con las faldas del vestido.
-Al despacho…-Dijo Monsieur Gilmerië acompañando a su hija al interior del estudio/despacho, era lo mismo. Elisha entro lentamente, hizo una excelente reverencia ante el padre de Alaric-…Monsieur…un placer conocerle…-mostro sus respetos y lo mismo hizo frente a Alaric. Ambos sénior se pusieron frente a los jóvenes que compartían la misma cara de confusión en el interior de ese estudio, alrededor de tanto silencio que después sería interrumpido para dialogar, quizás una sorpresa para ambos. La capacidad de intuicion de Elisha era siempre valorada por su padre. Finalmente, ella misma intuia que algo pasaría entre ambos. Una unión que habia sido planeada... ¿quizás? Elisha solo miro a Alaric, pasó de la confusión a un rubor y de un rubor a frustración, saltó, sus manos se pusieron en puños, quería gritar pero no lo haría. No era una loca.
-Padre....Dime que no....-Mostro evidentemente su preocupación o sorpresa. Su padre asintió, pretendia hablar pero le cedio la palabra al padre de Alaric, aunque antes añadió:
-Hija mía....Escucha a nuestro invitado...-Mostró seguridad y firmeza en la voz, la señalo, como si fuera a reñirle cuando vio que Elisha desviaba su mirada hacia un lado, cruzando los brazos-.....Y comportate...-Ahí Elisha envio a su padre una mirada delictiva y solamente se dispuso a escuchar a su "invitado" .
De las atenciones del cachorro se había pasado a brazos de su padre antes de decaer al suelo sin aire. Momentos antes de que eso pasara su mayordomo había tomado en brazos al pequeño animal, este entonces pensaba que lo llevaban con su madre, acertó y se alejaba de su nueva dueña. Pero Elisha tan solo se sujetaba, se crecía interiormente con el miedo de haber hecho el ridículo frente a los ojos ajenos de Alaric, pero solo vio un hueco vacío en donde él había permanecido quieto. ¿Dónde estaría?
Una vez su mente se había recuperado, pensó en que quizás debería pensar en moverse. Sus rodillas estaban bajo la tela del vestido que la cubría y que estaba manchándose de la textura del césped, cuando se levantó, no vio mancha alguna, pero siguió preguntándose en si habría sido bastante extremista en ser altiva con él. En verdad no era especial, lo había sido con cada uno que se le había acercado, con cada hombre o joven que se le acercaba con palabras sacadas de una guía de como cortejar a las damas del Siglo XIX. Ahora se dio cuenta, de que el juego se había parado en esos momentos, aun en el suelo, en la zona de aquel jardín su mente se separó de su vista y su padre bien que se preocupó por ella.
Elisha se había dado cuenta de una cosa, de que Alaric había sido borde con ella, el primero de los muchos jóvenes con los que se había topado hasta ahora. Bueno, borde…no borde, quizás cauteloso en mantener una distancia entre ambos. Sabia ella que no era de buen ver con su carácter tan salvaje, lo que atraía a la gente de ella, era la virtud de su riqueza…aunque su belleza también la ayudaba un poco. Ahí cada cual que lo viera de la forma que quisiera.
Entonces en cuanto entendió todo, se vio siendo ayudada por su padre, este la cogió en brazos como si tuviera el caminar algo débil-…Padre puedo caminar…-Su padre negó-….Pero Padre…-Elisha siguió su suplica-…Insisto padre…puedo caminar…a tu lado, pero déjame caminar….-Mostro sus ojos suplicantes ante los ámbar de su padre, pensó que extraño color, dejo pasar el detalle cuando tomo el suelo con los tacones de charol a juego con el vestido azul, y que ya fueron cubiertos con las faldas del vestido.
-Al despacho…-Dijo Monsieur Gilmerië acompañando a su hija al interior del estudio/despacho, era lo mismo. Elisha entro lentamente, hizo una excelente reverencia ante el padre de Alaric-…Monsieur…un placer conocerle…-mostro sus respetos y lo mismo hizo frente a Alaric. Ambos sénior se pusieron frente a los jóvenes que compartían la misma cara de confusión en el interior de ese estudio, alrededor de tanto silencio que después sería interrumpido para dialogar, quizás una sorpresa para ambos. La capacidad de intuicion de Elisha era siempre valorada por su padre. Finalmente, ella misma intuia que algo pasaría entre ambos. Una unión que habia sido planeada... ¿quizás? Elisha solo miro a Alaric, pasó de la confusión a un rubor y de un rubor a frustración, saltó, sus manos se pusieron en puños, quería gritar pero no lo haría. No era una loca.
-Padre....Dime que no....-Mostro evidentemente su preocupación o sorpresa. Su padre asintió, pretendia hablar pero le cedio la palabra al padre de Alaric, aunque antes añadió:
-Hija mía....Escucha a nuestro invitado...-Mostró seguridad y firmeza en la voz, la señalo, como si fuera a reñirle cuando vio que Elisha desviaba su mirada hacia un lado, cruzando los brazos-.....Y comportate...-Ahí Elisha envio a su padre una mirada delictiva y solamente se dispuso a escuchar a su "invitado" .
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
El matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde.
León Tolstói
Si bien Elisha le había parecido hermosa, creyó que mantener la distancia como con todas las demás sería lo mejor. Aquello era simplemente un trabajo temporal que en algún momento llegaría a su fin según sis empleadores considerasen conveniente pero ahora en aquel pequeño cuarto de estudio con aquel hombre que le brindo su casa, su apellido y le permitió llamarle padre por el bien de su familia le miraba como si de verdad él fuese completamente necesario para algo.
Nunca antes había visto esa mirada en aquel hombre que esperaba que todo estuviera perfecto, ni si quiera cuando el padre de Elisha, ese hombre que también vio cuando todo aquello de su contrato estaba presente. Ahora que lo analizaba de manera fría era algo extraño que estuvieran en casa del hombre que bien sabía que Alaric no era el verdadero hijo de los Delay; si las cosas eran así ¿ Por qué Elisha no sabía la verdad? entre esas cuestiones y las palabras de que las cosas se volverían más serias permaneció en esa habitación estático, mirando simplemente a los hombre en ese cuarto y a la joven con cara confundida.
Si bien la confusión en la joven no duro mucho tiempo, en Alaric duro algo más que miro de nuevo a aquel padre que tenía ante la sociedad.
– ¿Qué esta pasando? – su mirada viajo rápido a Elisha, quien comenzó a hablar con su padre y sus palabras hicieron que finalmente él se diera un poco cuenta de lo que estaba pasando. Volvió a mirar a aquel hombre y este solo le sonrío un poco antes de agregar un casi inaudible lo siento.
¿Era posible aquello? Que el señor Gilmarië fuera a dar en matrimonio a su hija a alguien como él, alguien que no tenía nada en que caer muerto más que un apellido propio y que no era para nada aquel del que en esos intentes estaba haciendo gala. Un mareo le ataco y momentáneamente vio todo borroso hasta que sus ojos toparon con los de la joven impertinente que le miraba un tanto molesta, ¿Cómo si hubiese sido culpa de él? Para ese joven nada podía ser peor que acabar con una mujer como ella que se sentía superior y además no se fijaba en lo que decía y a quienes lo decía.
– Esto debe ser una broma… – tomo aire y cerro los ojos, aguardando despertar de aquel sueño que parecía una completa pesadilla.
– No es ninguna broma, hijo mío – suspiro antes de mirar al frente, donde padre e hija estaban esperando escucharles –La verdad es señorita que, nosotros hemos venido para acordar algo entre nuestras familias, algo que creemos será benéfico para todos – sonrío como si todo fuera a estar muy bien, y el señor Gilmarië sonreía de la misma manera.
Desconocía aún los planes que tenían como para querer que semejante unión se llevara a cabo, más preguntaría tanto como le fuera posible cuando estuvieran lejos de esa casa, en la seguridad de un lugar donde podría volver a ser aquel chico de las calles y que de manera libre podría reclamar semejante barbaridad.
Pensaba que era lo primero que preguntaría cuando un codazo le saco de su ensueño y se percato de que todos estaban mirando en su dirección.
– Es momento Alaric… – menciono aquel hombre justo antes de que Alaric comenzara a hablar.
– Señor Gilmarië… imagino que usted y mi padre ya lo han hablado, pero quiero ser también yo quien haga la petición formal… – sintió la garganta hecha un nudo y le fue imposible mirar a esa mujer que se vería atada a él – Vengo a pedir la mano de su hija en matrimonio… si es que usted esta de acuerdo… – Lo estaba, lo supo apenas escucho el suspiro de "su" padre y el de Elisha.
León Tolstói
Si bien Elisha le había parecido hermosa, creyó que mantener la distancia como con todas las demás sería lo mejor. Aquello era simplemente un trabajo temporal que en algún momento llegaría a su fin según sis empleadores considerasen conveniente pero ahora en aquel pequeño cuarto de estudio con aquel hombre que le brindo su casa, su apellido y le permitió llamarle padre por el bien de su familia le miraba como si de verdad él fuese completamente necesario para algo.
Nunca antes había visto esa mirada en aquel hombre que esperaba que todo estuviera perfecto, ni si quiera cuando el padre de Elisha, ese hombre que también vio cuando todo aquello de su contrato estaba presente. Ahora que lo analizaba de manera fría era algo extraño que estuvieran en casa del hombre que bien sabía que Alaric no era el verdadero hijo de los Delay; si las cosas eran así ¿ Por qué Elisha no sabía la verdad? entre esas cuestiones y las palabras de que las cosas se volverían más serias permaneció en esa habitación estático, mirando simplemente a los hombre en ese cuarto y a la joven con cara confundida.
Si bien la confusión en la joven no duro mucho tiempo, en Alaric duro algo más que miro de nuevo a aquel padre que tenía ante la sociedad.
– ¿Qué esta pasando? – su mirada viajo rápido a Elisha, quien comenzó a hablar con su padre y sus palabras hicieron que finalmente él se diera un poco cuenta de lo que estaba pasando. Volvió a mirar a aquel hombre y este solo le sonrío un poco antes de agregar un casi inaudible lo siento.
¿Era posible aquello? Que el señor Gilmarië fuera a dar en matrimonio a su hija a alguien como él, alguien que no tenía nada en que caer muerto más que un apellido propio y que no era para nada aquel del que en esos intentes estaba haciendo gala. Un mareo le ataco y momentáneamente vio todo borroso hasta que sus ojos toparon con los de la joven impertinente que le miraba un tanto molesta, ¿Cómo si hubiese sido culpa de él? Para ese joven nada podía ser peor que acabar con una mujer como ella que se sentía superior y además no se fijaba en lo que decía y a quienes lo decía.
– Esto debe ser una broma… – tomo aire y cerro los ojos, aguardando despertar de aquel sueño que parecía una completa pesadilla.
– No es ninguna broma, hijo mío – suspiro antes de mirar al frente, donde padre e hija estaban esperando escucharles –La verdad es señorita que, nosotros hemos venido para acordar algo entre nuestras familias, algo que creemos será benéfico para todos – sonrío como si todo fuera a estar muy bien, y el señor Gilmarië sonreía de la misma manera.
Desconocía aún los planes que tenían como para querer que semejante unión se llevara a cabo, más preguntaría tanto como le fuera posible cuando estuvieran lejos de esa casa, en la seguridad de un lugar donde podría volver a ser aquel chico de las calles y que de manera libre podría reclamar semejante barbaridad.
Pensaba que era lo primero que preguntaría cuando un codazo le saco de su ensueño y se percato de que todos estaban mirando en su dirección.
– Es momento Alaric… – menciono aquel hombre justo antes de que Alaric comenzara a hablar.
– Señor Gilmarië… imagino que usted y mi padre ya lo han hablado, pero quiero ser también yo quien haga la petición formal… – sintió la garganta hecha un nudo y le fue imposible mirar a esa mujer que se vería atada a él – Vengo a pedir la mano de su hija en matrimonio… si es que usted esta de acuerdo… – Lo estaba, lo supo apenas escucho el suspiro de "su" padre y el de Elisha.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
…Hasta que el corsé de su vestido parecía haberse empequeñecido e inmediatamente ella misma se quedaba sin respiración, no podía respirar-…Me...me cuesta respirar….-Dijo sin aire, tomo un abanico que había cerca de una mesita de madera, adornada con una planta de interior, el abanico no se abría, se estaba agobiando-…Socorro…-Pidió auxilio, se sujetó al borde de aquella mesita de madera, el de la planta, su mente se le estaba nublando y solamente las ideas de que la vieran flaquear, hizo que un rubor apareciera en su rostro, giro un poco su rostro para así esconderlo, pero enseguida vio que el espejo la revelaba aquel sentimiento, intento buscar la camisa de alguien, sujetarse en algo, tomándose de su escote para alejar un poco el corsé, pero la tos era notoria, comenzaba a notarse, se tapaba la boca para así disimular pero enseguida fue directamente al suelo, su respiración se cortó, la tos paro, sus ojos vieron todo oscuro, como si una cortina le nublara la vista, oscureciéndola completamente para después llegar inconsciente al suelo.
Monsieur Gilmerië no se movió del sitio. Estaba en shock al ver a su hija caer en brazos de Hernán, su mayordomo fiel de toda la vida, pero lo único que hizo él fue taparse la cara con la diestra, como si aquello le pareciera vergonzoso, pero en verdad, no había hecho nada por su hija, no había ido a socorrerla, sino, que se le había quedado mirando fijamente como su figura caía muerta en brazos ajenos. Fue molestado por un golpe en el hombro para que despertara del shock, vio que era su amigo Delay quien le alertaba de que su propia hija estaba siendo llevada hacia un sofá, fuera del estudio, a una habitación contigua, pero ahí estaba, ahí seguía, quieto, como una estaca en el suelo.
-¡Alaric! ¡Ve con ella..!-Mandó Monsieur Delay, ordenando a quien era su hijo de pega mientras el mismo se ocupaba de hacer reaccionar de nuevo a quien era el afectado del momento. Cuando ambos mayores estuvieron a solas, ya sin las miradas de algún menor, Monsieur Delay tomaba del cuello de la camisa de Gilmerië y comenzaba a sacudirle una y otra vez, consiguiendo finalmente que se despertara de ese extraño trance. Nada pasaría si la chica conseguía aguantar a la sorpresa.
Por otra parte, Elisha había sido llevada hacia una habitación contigua que se parecía al estudio, pero esta, tenía más instrumentos de arte que ninguna otra sala. Aquella sala, era el estudio donde Elisha ejercía su pasatiempo, donde ejercía el arte sobre algún que otro lienzo. Hernán, el mayordomo sabía que si se despertaba mirando hacia el techo el cual estaba pintado con una copia exacta al de los ángeles de Mikelangelo, de uno de los pintores que le gustaba, la colocaba en un diván que había justo debajo de aquella pintura, Hernán tomaba su pulso, estaba débil, por una vez no sabía que podía hacer.
Entonces, sin más pensó en traer aquel frasco que conocía de antes, aquel frasco el cual servía para desviar la inconsciencia de los que estaban en coma- Señorito…cuídela…trátela con cuidado mientras me ausento un momento para buscar una solución….-El mayordomo entonces coloco a Alaric cerca del cuerpo inconsciente de Elisha, tomando la mano para ponerla sobre la de Alaric-…Acaricie a la señorita lentamente en la mano…por favor…si no el calor se ira…-Dijo bastante trémulo, con la cara pálida y ya de por si había perdido varios años de vida debido al susto que se estaba llevando, salió corriendo, dejando de lado a los jóvenes, confiando en que todo saldría bien.
Flashback
Hace 2 años, Vacaciones de Invierno en Escocia, Highlands.
Elisha miraba a través del espejo como su doncella la vestía y ella pensaba en salir a pasear por la nieve con su nuevo conjunto, pero enseguida veía a Julián mirarla desde lejos. La cortina se cerró y Elisha estaba ruborizada. Finalmente vestida, salía a pasear en lomos de Lize, que es donde el animal disfruto más que estando en Paris. Cabalgaba por los bosques, por el prado, entonces fue llamada por Julián.
-No vayas muy lejos querida prima, supongo que no debe de haber nada bueno allá…
-Lo sé, pero así mi padre no esta tan tranquilo…
-Eres un poco mala ¿No Elisha? –enseguida, su primo la toma de las manos, bajándola brutalmente de lomos de Lize, el caballo enseguida se alteró al ver a su jinete caer de esa manera, intento dar una coz a Julián, pero este la esquivo, tumbó a Elisha en el frio de la nieve para ponerse él encima de ella, entre sus piernas, tapándole la boca con una mano mientras que la otra se deslizaba por el muslo de esta.
Julián vio cómo su prima se retorcía del asco debajo suya, aquello le divertía hasta que finalmente esa mano traviesa llegaba al interior de la ropa de esta, pero enseguida, una segunda coz recibió Julián del caballo, haciendo que se alejara de Elisha inmediatamente. En eso Elisha entre lágrimas fue corriendo hacia el caballo, sujetando las riendas y cuando estaba para subir, Julián la tomo de la cintura dolorido, pero la atrapó y le ato las manos a la espalda, le tapó la boca con un pañuelo y mientras esta pataleaba, Julián la llevo hacia una pequeña cueva en el interior del bosque, lejos de lo que era aquel prado. Lize de inmediato salió en dirección contraria hacia la mansión en búsqueda de alguna ayuda. Con sus poderes, bien podría apañárselas con Hernán o alguna de sus doncellas usando la telepatía.
Fin Flashback
-¡¡Agh!! ¡No! ¡Por favor, basta!...-Gemía Elisha inmediatamente, su consciente parecía haberse recuperado pero aún estaba confusa, decía palabras las cuales no estaban del todo claro, sus ojos estaban cerrados, pensaba en huir, su mente le decía “¡huye!” pero su cuerpo no le respondía. Ella estaba ahí, en el diván frente a la mirada de un chico al que la habían prometido, él joven en cuestión se había puesto firme y había pronunciado su mano en matrimonio pidiendo permiso a su padre…Necesitaría a su madre, pero no estaba esa semana, y a los días siguientes, su padre se iría a Londres, donde su madre estaba. Ya había pasado una media hora desde que había pronunciado esas palabras, hasta una lagrima cristalina había salido de sus ojos cerrados. Parecía estar en una pesadilla de la que no podía salir…
Monsieur Gilmerië no se movió del sitio. Estaba en shock al ver a su hija caer en brazos de Hernán, su mayordomo fiel de toda la vida, pero lo único que hizo él fue taparse la cara con la diestra, como si aquello le pareciera vergonzoso, pero en verdad, no había hecho nada por su hija, no había ido a socorrerla, sino, que se le había quedado mirando fijamente como su figura caía muerta en brazos ajenos. Fue molestado por un golpe en el hombro para que despertara del shock, vio que era su amigo Delay quien le alertaba de que su propia hija estaba siendo llevada hacia un sofá, fuera del estudio, a una habitación contigua, pero ahí estaba, ahí seguía, quieto, como una estaca en el suelo.
-¡Alaric! ¡Ve con ella..!-Mandó Monsieur Delay, ordenando a quien era su hijo de pega mientras el mismo se ocupaba de hacer reaccionar de nuevo a quien era el afectado del momento. Cuando ambos mayores estuvieron a solas, ya sin las miradas de algún menor, Monsieur Delay tomaba del cuello de la camisa de Gilmerië y comenzaba a sacudirle una y otra vez, consiguiendo finalmente que se despertara de ese extraño trance. Nada pasaría si la chica conseguía aguantar a la sorpresa.
Por otra parte, Elisha había sido llevada hacia una habitación contigua que se parecía al estudio, pero esta, tenía más instrumentos de arte que ninguna otra sala. Aquella sala, era el estudio donde Elisha ejercía su pasatiempo, donde ejercía el arte sobre algún que otro lienzo. Hernán, el mayordomo sabía que si se despertaba mirando hacia el techo el cual estaba pintado con una copia exacta al de los ángeles de Mikelangelo, de uno de los pintores que le gustaba, la colocaba en un diván que había justo debajo de aquella pintura, Hernán tomaba su pulso, estaba débil, por una vez no sabía que podía hacer.
Entonces, sin más pensó en traer aquel frasco que conocía de antes, aquel frasco el cual servía para desviar la inconsciencia de los que estaban en coma- Señorito…cuídela…trátela con cuidado mientras me ausento un momento para buscar una solución….-El mayordomo entonces coloco a Alaric cerca del cuerpo inconsciente de Elisha, tomando la mano para ponerla sobre la de Alaric-…Acaricie a la señorita lentamente en la mano…por favor…si no el calor se ira…-Dijo bastante trémulo, con la cara pálida y ya de por si había perdido varios años de vida debido al susto que se estaba llevando, salió corriendo, dejando de lado a los jóvenes, confiando en que todo saldría bien.
Flashback
Hace 2 años, Vacaciones de Invierno en Escocia, Highlands.
Elisha miraba a través del espejo como su doncella la vestía y ella pensaba en salir a pasear por la nieve con su nuevo conjunto, pero enseguida veía a Julián mirarla desde lejos. La cortina se cerró y Elisha estaba ruborizada. Finalmente vestida, salía a pasear en lomos de Lize, que es donde el animal disfruto más que estando en Paris. Cabalgaba por los bosques, por el prado, entonces fue llamada por Julián.
-No vayas muy lejos querida prima, supongo que no debe de haber nada bueno allá…
-Lo sé, pero así mi padre no esta tan tranquilo…
-Eres un poco mala ¿No Elisha? –enseguida, su primo la toma de las manos, bajándola brutalmente de lomos de Lize, el caballo enseguida se alteró al ver a su jinete caer de esa manera, intento dar una coz a Julián, pero este la esquivo, tumbó a Elisha en el frio de la nieve para ponerse él encima de ella, entre sus piernas, tapándole la boca con una mano mientras que la otra se deslizaba por el muslo de esta.
Julián vio cómo su prima se retorcía del asco debajo suya, aquello le divertía hasta que finalmente esa mano traviesa llegaba al interior de la ropa de esta, pero enseguida, una segunda coz recibió Julián del caballo, haciendo que se alejara de Elisha inmediatamente. En eso Elisha entre lágrimas fue corriendo hacia el caballo, sujetando las riendas y cuando estaba para subir, Julián la tomo de la cintura dolorido, pero la atrapó y le ato las manos a la espalda, le tapó la boca con un pañuelo y mientras esta pataleaba, Julián la llevo hacia una pequeña cueva en el interior del bosque, lejos de lo que era aquel prado. Lize de inmediato salió en dirección contraria hacia la mansión en búsqueda de alguna ayuda. Con sus poderes, bien podría apañárselas con Hernán o alguna de sus doncellas usando la telepatía.
Fin Flashback
-¡¡Agh!! ¡No! ¡Por favor, basta!...-Gemía Elisha inmediatamente, su consciente parecía haberse recuperado pero aún estaba confusa, decía palabras las cuales no estaban del todo claro, sus ojos estaban cerrados, pensaba en huir, su mente le decía “¡huye!” pero su cuerpo no le respondía. Ella estaba ahí, en el diván frente a la mirada de un chico al que la habían prometido, él joven en cuestión se había puesto firme y había pronunciado su mano en matrimonio pidiendo permiso a su padre…Necesitaría a su madre, pero no estaba esa semana, y a los días siguientes, su padre se iría a Londres, donde su madre estaba. Ya había pasado una media hora desde que había pronunciado esas palabras, hasta una lagrima cristalina había salido de sus ojos cerrados. Parecía estar en una pesadilla de la que no podía salir…
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Duda de todo. Encuentra tu propia luz.
Buda
Ningún sonido salió de sus labios, solo la mirada delataba que nada de eso podía haberlo imaginado jamás y a pesar de la preocupación por la joven su mente no paraba de decirle que justo acababa de pedir la mano de esa mujer y no había sido capaz de hacer algo para protegerla. Gilmerië había sido siempre amable con él, pero en cambio no era capaz de cuidar lo más valioso que sabía que ese hombre poseía y se sintió un inútil.
Aquella voz familiar y a la cual le llamaba desde algún tiempo padre le saco de aquel estado de incredulidad y le indico lo que debía hacer. No se negó ni dijo nada, simplemente siguió al mayordomo cual sombra viendo como el hombre depositaba con cuidado el cuerpo inconsciente de quien sería su prometida. Todo le parecía tan increíble que durante unos segundos pensó que no era más que un sueño en el que había salido algo mal para tornarse una especie de pesadilla, sin embargo cuando se dio un pellizco cayo en la realidad de que no era un sueño.
El hombre le hablo nuevamente y simplemente asintió a sus indicaciones siendo llevado hasta quedar frente a ella y tomo su mano algo nervioso.
No podía entender el por qué del desmayo de aquella mujer, no le conocía lo suficiente como para preguntar algo de esa manera, pero suponía que al igual que él, le tomo por sorpresa la petición. Si bien pidió la mano de Elisha en matrimonio, lo hizo solamente porque era lo que le habían pedido, pero las cosas se estaban volviendo realmente serias dentro de aquel trato que solo inicio como suplir a su hijo en lo que encontraban la manera de mantenerse a flote sin la presencia de él en la vida de los Delay.
Se sumió en sus divagaciones y propias preocupaciones sin soltar la mano femenina en algún instante al menos no hasta que comenzó a revolverse en sueños y a decir cosas que fue incapaz de comprender.
– Elisha… – le llamo sin respuesta alguna o signo de que fuera a despertar pero al final abrió los ojos y Alaric respiro tranquilo por eso – ¿Te encuentras bien? Es que primero te has desmayado y después estabas gritando… al parecer has recordado algo que no querías – No podía ocultar la preocupación que sentía porque ella estuviera bien, pero tampoco la preocupación que le daba todo aquel asunto.
Buda
Ningún sonido salió de sus labios, solo la mirada delataba que nada de eso podía haberlo imaginado jamás y a pesar de la preocupación por la joven su mente no paraba de decirle que justo acababa de pedir la mano de esa mujer y no había sido capaz de hacer algo para protegerla. Gilmerië había sido siempre amable con él, pero en cambio no era capaz de cuidar lo más valioso que sabía que ese hombre poseía y se sintió un inútil.
Aquella voz familiar y a la cual le llamaba desde algún tiempo padre le saco de aquel estado de incredulidad y le indico lo que debía hacer. No se negó ni dijo nada, simplemente siguió al mayordomo cual sombra viendo como el hombre depositaba con cuidado el cuerpo inconsciente de quien sería su prometida. Todo le parecía tan increíble que durante unos segundos pensó que no era más que un sueño en el que había salido algo mal para tornarse una especie de pesadilla, sin embargo cuando se dio un pellizco cayo en la realidad de que no era un sueño.
El hombre le hablo nuevamente y simplemente asintió a sus indicaciones siendo llevado hasta quedar frente a ella y tomo su mano algo nervioso.
No podía entender el por qué del desmayo de aquella mujer, no le conocía lo suficiente como para preguntar algo de esa manera, pero suponía que al igual que él, le tomo por sorpresa la petición. Si bien pidió la mano de Elisha en matrimonio, lo hizo solamente porque era lo que le habían pedido, pero las cosas se estaban volviendo realmente serias dentro de aquel trato que solo inicio como suplir a su hijo en lo que encontraban la manera de mantenerse a flote sin la presencia de él en la vida de los Delay.
Se sumió en sus divagaciones y propias preocupaciones sin soltar la mano femenina en algún instante al menos no hasta que comenzó a revolverse en sueños y a decir cosas que fue incapaz de comprender.
– Elisha… – le llamo sin respuesta alguna o signo de que fuera a despertar pero al final abrió los ojos y Alaric respiro tranquilo por eso – ¿Te encuentras bien? Es que primero te has desmayado y después estabas gritando… al parecer has recordado algo que no querías – No podía ocultar la preocupación que sentía porque ella estuviera bien, pero tampoco la preocupación que le daba todo aquel asunto.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Tan solo bajo la mirada al verlo, recordando lo que paso anteriormente en su mente, intento recordar lo que soñó, pero ya se había ido de su mente. Ninguna palabra salía de sus labios, se dio cuenta de que Alaric, le sujetaba la mano y viendo aquel gesto cuando la alejaba de la de ella, acerco la propia mano a las de él, acariciándolas suavemente con la yema de sus dedos-…Es…Había tenido una pesadilla….-Su voz se Había dulcificado al decir esas palabras, una Elisha nueva, alguien quizás noble y tranquila que despertaba de un largo sueño, que despertaba para mirar a aquel que tenía a su lado.
-…Siento haberte preocupado…no era mi intención…-suspiro exhalando el aire de sus pulmones, medio tumbada en el diván de terciopelo y que estaba siempre colocado en aquel estudio de arte-…Cuando…-quería disculparse también por lo ocurrido anteriormente-…A…Antes de que nos viéramos y te dijera todo lo que te dije…-le soltó la mano con suavidad, arrepentida de lo que le dijo-…Estaba con mis Rottweiler y justo cuando estábamos por irnos del lugar ya que vimos gente llegar, pues vi que mi perra Clio estaba herida, me puse alterada, nerviosa y no me supe controlar como se supone que tendría que haberlo hecho. Es más…yo te pido disculpas…-mostro su arrepentimiento sin mirarle al varonil rostro que tenía, ese tan atractivo.
Ella sabía que él existía, en sus paseos por las urbanizaciones de mansiones de la clase alta, estaban la de los Delay y ella con sus perros paseaba lentamente para ver que movimientos Había en el hogar. No era espionaje, no, pero era curiosidad, solamente lo veía a través de las ventanas, ahí encerrado y estudiando. Eso era hace años cuando después le dio por escaparse de su balcón e ir hacia el campamento gitano que después por su culpa, se había cobrado una vida inocentemente. Estaban ahí los dos, quietos y en silencio. Hay alguien que dice que el silencio es algo que hace que los corazones se unan más aun, aunque por fuera no se vea realmente-… ¿De...verdad seré tu esposa? …-Esa duda de repente vino a su mente, como si fuera una obligación o algo similar. Bueno, no estaba desacuerdo, pero no estaba de acuerdo.
Apenas conocía a fondo a Alaric y solo esperaba que no sacara esa actitud arrogante con ella. Nadie lo sabía ni Alaric, cuando le había hablado de esa forma tan dura, ella misma había ocultado con una sonrisa la punzada en el corazón, como si le hubiera molestado u ofendido. El caso es que ella no se iba a dejar manejar…o dependiendo de cómo fueran los acontecimientos desarrollándose, ella actuaria de una forma u otra-….¿Te gusta? –Pregunto ya que reconoció el lugar por el olor a pintura-…El estudio, digo…-Entonces podría haberse sentido más cerca de caerle bien a Alaric. Era algo indomable en lo que respecta a su comportamiento, pero sabía comportarse…en algunos casos, obviamente.
-Este lugar es donde suelo más o menos, distraerme cuando no tengo a mis perros cerca…me apasiona la pintura…-entonces se fijó en el techo de la habitación, viendo los ángeles, como si fuera la cúpula Sixtina del Vaticano o algo por el estilo. Suspiro, la pintura la relajaba y entonces, cuando vio a Alaric de nuevo, oso mover su mano hacia su mejilla, lentamente como si temiera que fuera a romperse de alguna manera-…Me...Gustaría…empezar de cero…que no haya malos recuerdos entre ambos…-susurraba como si se tratara de un bello sueño después de una pesadilla, se acercaba entonces a él, y se aferró a su brazo, como si estuviera temiendo de que su pesadilla se volviera realidad.
-…Siento haberte preocupado…no era mi intención…-suspiro exhalando el aire de sus pulmones, medio tumbada en el diván de terciopelo y que estaba siempre colocado en aquel estudio de arte-…Cuando…-quería disculparse también por lo ocurrido anteriormente-…A…Antes de que nos viéramos y te dijera todo lo que te dije…-le soltó la mano con suavidad, arrepentida de lo que le dijo-…Estaba con mis Rottweiler y justo cuando estábamos por irnos del lugar ya que vimos gente llegar, pues vi que mi perra Clio estaba herida, me puse alterada, nerviosa y no me supe controlar como se supone que tendría que haberlo hecho. Es más…yo te pido disculpas…-mostro su arrepentimiento sin mirarle al varonil rostro que tenía, ese tan atractivo.
Ella sabía que él existía, en sus paseos por las urbanizaciones de mansiones de la clase alta, estaban la de los Delay y ella con sus perros paseaba lentamente para ver que movimientos Había en el hogar. No era espionaje, no, pero era curiosidad, solamente lo veía a través de las ventanas, ahí encerrado y estudiando. Eso era hace años cuando después le dio por escaparse de su balcón e ir hacia el campamento gitano que después por su culpa, se había cobrado una vida inocentemente. Estaban ahí los dos, quietos y en silencio. Hay alguien que dice que el silencio es algo que hace que los corazones se unan más aun, aunque por fuera no se vea realmente-… ¿De...verdad seré tu esposa? …-Esa duda de repente vino a su mente, como si fuera una obligación o algo similar. Bueno, no estaba desacuerdo, pero no estaba de acuerdo.
Apenas conocía a fondo a Alaric y solo esperaba que no sacara esa actitud arrogante con ella. Nadie lo sabía ni Alaric, cuando le había hablado de esa forma tan dura, ella misma había ocultado con una sonrisa la punzada en el corazón, como si le hubiera molestado u ofendido. El caso es que ella no se iba a dejar manejar…o dependiendo de cómo fueran los acontecimientos desarrollándose, ella actuaria de una forma u otra-….¿Te gusta? –Pregunto ya que reconoció el lugar por el olor a pintura-…El estudio, digo…-Entonces podría haberse sentido más cerca de caerle bien a Alaric. Era algo indomable en lo que respecta a su comportamiento, pero sabía comportarse…en algunos casos, obviamente.
-Este lugar es donde suelo más o menos, distraerme cuando no tengo a mis perros cerca…me apasiona la pintura…-entonces se fijó en el techo de la habitación, viendo los ángeles, como si fuera la cúpula Sixtina del Vaticano o algo por el estilo. Suspiro, la pintura la relajaba y entonces, cuando vio a Alaric de nuevo, oso mover su mano hacia su mejilla, lentamente como si temiera que fuera a romperse de alguna manera-…Me...Gustaría…empezar de cero…que no haya malos recuerdos entre ambos…-susurraba como si se tratara de un bello sueño después de una pesadilla, se acercaba entonces a él, y se aferró a su brazo, como si estuviera temiendo de que su pesadilla se volviera realidad.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Lo que ha de suceder, sucederá.
Virgilio
Había vuelto la joven a la consciencia, pero era diferente y aunque en un inicio no pudo adivinar a que se refería, una vez que tomo su mano entre aquellas tan finas y delicadas. Él no pertenecía a ese lugar, no le pertenecía a ella y ese era el momento justo para que se alejara, dijera que le odiaba que ella era fastidiosa y no deseaba verla nunca más. Después podría hablar con los hombres aquello sobre aquel juego del mal gusto, pero contrario a todo eso que pensaba hacer permaneció a su lado, mirando sus ojos sin saber que decir para calmarle más.
– Tranquila, yo estoy aquí y esa pesadilla ya paso. Nada te hará daño, voy a cuidarte… lo prometo –prometía cosas sin sentido, que nada la dañaría, que iba a cuidarla… nunca había podido cuidarse de una manera realmente apropiada a si mismo, entonces ¿Cómo esperaba protegerla a ella?
No se movió, continuo ahí, al lado de esa mujer que era su prometida desde hacía algunos minutos. El solo hecho de pensar en la seriedad de ese asunto le ponía nervioso, pero mirar a los ojos de Elisha era como estar atado a imanes que no le dejaban escapar. Debía ser que desde que la vio no le intereso realmente que fuera una presumida, al parecer algo dentro de él se había aferrado a la fuerza a ella, impidiendo que avanzara en una dirección en la que en el futuro no se encontrara.
– No, descuida. Las cosas han sido tan repentinas que ha sido perfectamente comprensible que no resistieras una noticia de ese estilo, además de que creí que las cosas se tratarían un poco más pero al parecer llegaron a un acuerdo mucho antes – suspiro. Era parte de un acuerdo, un trato ideado por aquellos hombres y Elisha no tenía la culpa, ella era después de todo una víctima más.
– No te disculpes, siempre suceden cosas que afectan nuestro modo de actuar y de ver las cosas, es imposible que no nos afecte lo que sucede en el exterior – intento sonreír, una sonrisa apenas amigable y nada más que eso. Aun le era complicado captar que era exactamente todo eso que estaba sucediendo en aquellos momentos, sobre todo con el hecho de que ya no era un hombre libre pero aun así lo era. Estaba comprometido como Alaric Delay, pero en realidad él era libre; el punto estaba hasta que parte estaba dispuesto a llegar, seguiría siendo libre siempre o terminaría por comprometerse incluso como Bowlby.
Fingir que le conocía de antes debía de ser parte de las cosas mas complicadas que podía imaginarse; de ser el Delay sabría cosas sobre ella, sobre sus perros y demás. En cambio al ser un pobre muerto de hambre con suerte solo sabía lo que hasta ahora ella le había permitido observar.
– Así es, estamos comprometidos y al parecer dentro de algún tiempo casados – que ajeno para si era todo eso, hablar de matrimonio sin conocer nada. Se decía a si mismo que todo estaría bien, que aún tenía tiempo para aceptarla y comprenderla de esa manera si al final realmente lo casaban con ella le daría una vida que mereciera… ¿Una vida que mereciera? debía estar loco, esos pensamientos estaban envenenando su cabeza pues el no le daría nada que mereciera, a su lado solo encontraría infelicidades.
El olor, no había caído en cuenta de ese aroma hasta que Elisha lo menciono y ante eso no pudo más que asentir de manera amable. Miro un poco a su alrededor permitiendo que ella expresara todo lo que deseaba, hasta que una de sus mejillas fue ligeramente acariciada por una de las manos femeninas y le miro.
– Me encantaría poder comenzar de cero contigo – le dedico una sonrisa y espero a que las cosas se dieran de manera más natural entre ellos, sin tantas exigencias o puntos en los cuales. Ambos serían un lienzo en blanco, uno en el que podían surgir grande cosas.
Virgilio
Había vuelto la joven a la consciencia, pero era diferente y aunque en un inicio no pudo adivinar a que se refería, una vez que tomo su mano entre aquellas tan finas y delicadas. Él no pertenecía a ese lugar, no le pertenecía a ella y ese era el momento justo para que se alejara, dijera que le odiaba que ella era fastidiosa y no deseaba verla nunca más. Después podría hablar con los hombres aquello sobre aquel juego del mal gusto, pero contrario a todo eso que pensaba hacer permaneció a su lado, mirando sus ojos sin saber que decir para calmarle más.
– Tranquila, yo estoy aquí y esa pesadilla ya paso. Nada te hará daño, voy a cuidarte… lo prometo –prometía cosas sin sentido, que nada la dañaría, que iba a cuidarla… nunca había podido cuidarse de una manera realmente apropiada a si mismo, entonces ¿Cómo esperaba protegerla a ella?
No se movió, continuo ahí, al lado de esa mujer que era su prometida desde hacía algunos minutos. El solo hecho de pensar en la seriedad de ese asunto le ponía nervioso, pero mirar a los ojos de Elisha era como estar atado a imanes que no le dejaban escapar. Debía ser que desde que la vio no le intereso realmente que fuera una presumida, al parecer algo dentro de él se había aferrado a la fuerza a ella, impidiendo que avanzara en una dirección en la que en el futuro no se encontrara.
– No, descuida. Las cosas han sido tan repentinas que ha sido perfectamente comprensible que no resistieras una noticia de ese estilo, además de que creí que las cosas se tratarían un poco más pero al parecer llegaron a un acuerdo mucho antes – suspiro. Era parte de un acuerdo, un trato ideado por aquellos hombres y Elisha no tenía la culpa, ella era después de todo una víctima más.
– No te disculpes, siempre suceden cosas que afectan nuestro modo de actuar y de ver las cosas, es imposible que no nos afecte lo que sucede en el exterior – intento sonreír, una sonrisa apenas amigable y nada más que eso. Aun le era complicado captar que era exactamente todo eso que estaba sucediendo en aquellos momentos, sobre todo con el hecho de que ya no era un hombre libre pero aun así lo era. Estaba comprometido como Alaric Delay, pero en realidad él era libre; el punto estaba hasta que parte estaba dispuesto a llegar, seguiría siendo libre siempre o terminaría por comprometerse incluso como Bowlby.
Fingir que le conocía de antes debía de ser parte de las cosas mas complicadas que podía imaginarse; de ser el Delay sabría cosas sobre ella, sobre sus perros y demás. En cambio al ser un pobre muerto de hambre con suerte solo sabía lo que hasta ahora ella le había permitido observar.
– Así es, estamos comprometidos y al parecer dentro de algún tiempo casados – que ajeno para si era todo eso, hablar de matrimonio sin conocer nada. Se decía a si mismo que todo estaría bien, que aún tenía tiempo para aceptarla y comprenderla de esa manera si al final realmente lo casaban con ella le daría una vida que mereciera… ¿Una vida que mereciera? debía estar loco, esos pensamientos estaban envenenando su cabeza pues el no le daría nada que mereciera, a su lado solo encontraría infelicidades.
El olor, no había caído en cuenta de ese aroma hasta que Elisha lo menciono y ante eso no pudo más que asentir de manera amable. Miro un poco a su alrededor permitiendo que ella expresara todo lo que deseaba, hasta que una de sus mejillas fue ligeramente acariciada por una de las manos femeninas y le miro.
– Me encantaría poder comenzar de cero contigo – le dedico una sonrisa y espero a que las cosas se dieran de manera más natural entre ellos, sin tantas exigencias o puntos en los cuales. Ambos serían un lienzo en blanco, uno en el que podían surgir grande cosas.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Esa noche le resultaría tediosa para poder dormir. Siempre le había pasado, cuando había sucedido algún que otro caso como este, como el de desmayarse, o como ahora, estando al lado de una persona que sería su marido-….¿me ayuda…-hubiera querido unos momentos más de soledad con el pero su padre, inmediatamente irrumpió en la sala, se quedó mirando a los dos, vio que Alaric estaba muy cerca de ella- Alaric…Acepto…-susurro antes de que su padre apartara suavemente a quien estaba a su lado, la abrazo tan fuerte que ella misma le echo hacia atrás-…Ya padre, estoy perfectamente…-miro de reojo a Alaric hasta que termina por poner los pies en el suelo pero aún estaba sentada en el diván. Vio que su padre se alejaba un poco de donde estaba Elisha, su padre vio que miraba a Alaric-… ¿Quieres venir conmigo? A ver cómo están los perros…-murmuro estando al lado de Alaric, sonriéndole con dulzura la cual no había visto nadie antes.
-Es mejor que te quedes aquí…-termino sonriendo su padre, dándole una simple orden que seguramente pensaba que iba a obedecer, pero no, Elisha se levantó tambaleándose-…Voy a ir a ver a mis perros…-dijo con un tono insistente en la voz, como queriendo insistir en ver a los perros pero su cuerpo se estaba recuperando de un desmayo, no tenía las fuerzas aun para poder salir como si nada hacia el exterior y con las mismas cayó sobre el diván al lado de Alaric. Debería de estar quedando algo patética, su padre se ofreció a ayudarla, pero Elisha negó solamente por verse de nuevo haciendo el idiota como si fuera una retrasada mental.
-Quiero quedarme sola…-enseguida se tomó del brazo de Alaric como si fuera su salvavidas, apoyando la mejilla en su hombro, sintiendo la calidez de este contra el débil de su cuerpo, sujetándole como si fuera una señal, como si le estuviera diciendo “no, tu quédate”, “quiero estar contigo, a los demás los conozco de sobra pero a ti no”. Era enternecedor ver ese tipo de actuación en Elisha y más cuando nunca había sido así con nadie. Alaric podría sentirse halagado ya que era el único que de verdad la había enganchado de tal forma que querría intentar mostrar una faceta un poco más “dulce” que la salvaje e indomable. Aunque aquello fuera parte de su naturaleza ya de por sí. Ahora quizás debería de cambiar un poco. Solo un poco.
-Padre…-miro a su padre firmemente, pero después vio que entraba una doncella con lentitud-…Señor…el…gremio está listo para la caza….-Levanto la cabeza, se quedó mirando a su padre y entonces este solamente dejo a solas a Alaric y a Elisha con una desaprobación en el aire - ¿Nos acompaña Delay? Sera divertido…-Mostro su simpatía el padre de Elisha, a lo que le sorprendió que el señor Delay aceptara la oferta de la caza- Yo cacé una buena pieza ahora…-burlo en un susurro Elisha cerca del oído de Alaric, como incitándole a un juego. Cuando estuvieron solos, sin nadie que los viera, Elisha se levantó tranquilamente, como si nada le hubiera pasado anteriormente, parecía que estaba bien saludable-Por fin se fue…-suspiro más tranquila y entonces comenzó a pasearse por el estudio como si se tratase de un museo-…Cuadros pintados a mano, por mi mano…y todos son un desperdicio…-suspira angustiada-…No sé dónde ven el talento….-acaricio un lienzo medio acabado de dos personas.
-Es mejor que te quedes aquí…-termino sonriendo su padre, dándole una simple orden que seguramente pensaba que iba a obedecer, pero no, Elisha se levantó tambaleándose-…Voy a ir a ver a mis perros…-dijo con un tono insistente en la voz, como queriendo insistir en ver a los perros pero su cuerpo se estaba recuperando de un desmayo, no tenía las fuerzas aun para poder salir como si nada hacia el exterior y con las mismas cayó sobre el diván al lado de Alaric. Debería de estar quedando algo patética, su padre se ofreció a ayudarla, pero Elisha negó solamente por verse de nuevo haciendo el idiota como si fuera una retrasada mental.
-Quiero quedarme sola…-enseguida se tomó del brazo de Alaric como si fuera su salvavidas, apoyando la mejilla en su hombro, sintiendo la calidez de este contra el débil de su cuerpo, sujetándole como si fuera una señal, como si le estuviera diciendo “no, tu quédate”, “quiero estar contigo, a los demás los conozco de sobra pero a ti no”. Era enternecedor ver ese tipo de actuación en Elisha y más cuando nunca había sido así con nadie. Alaric podría sentirse halagado ya que era el único que de verdad la había enganchado de tal forma que querría intentar mostrar una faceta un poco más “dulce” que la salvaje e indomable. Aunque aquello fuera parte de su naturaleza ya de por sí. Ahora quizás debería de cambiar un poco. Solo un poco.
-Padre…-miro a su padre firmemente, pero después vio que entraba una doncella con lentitud-…Señor…el…gremio está listo para la caza….-Levanto la cabeza, se quedó mirando a su padre y entonces este solamente dejo a solas a Alaric y a Elisha con una desaprobación en el aire - ¿Nos acompaña Delay? Sera divertido…-Mostro su simpatía el padre de Elisha, a lo que le sorprendió que el señor Delay aceptara la oferta de la caza- Yo cacé una buena pieza ahora…-burlo en un susurro Elisha cerca del oído de Alaric, como incitándole a un juego. Cuando estuvieron solos, sin nadie que los viera, Elisha se levantó tranquilamente, como si nada le hubiera pasado anteriormente, parecía que estaba bien saludable-Por fin se fue…-suspiro más tranquila y entonces comenzó a pasearse por el estudio como si se tratase de un museo-…Cuadros pintados a mano, por mi mano…y todos son un desperdicio…-suspira angustiada-…No sé dónde ven el talento….-acaricio un lienzo medio acabado de dos personas.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
- Mensajes : 64
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Escoge a una mujer de la cual puedas decir: hubiera podido escogerla más bella, pero no mejor.
Pitágoras
Se acerco para ayudarle cuando le llamó, si bien era grosero en otros momentos. Ahí frente a ella no quería mostrarse como un Delay… si no como Bowlby, pues si terminaba casandose con ella no era factible que mintiera sobre quien era realmente y quizás en algún momento a ella podría revelarle la verdad de su vida. Estaba por sujetarle cuando entro el señor Gilmarië y la joven a quien planeaba ayudar termino diciendo que aceptaba. No fue necesario que hablaran de nada más, él sabía perfectamente que esas palabras iban dirigidas a lo del compromiso de antes, así que no existía marcha atrás.
Con cuidado fue apartado de aquel amable hombre que abrazó a su hija, no sabía como, pero Alaric sabía que había temido por ella, como si en algún momento algo o alguien pudiese quitarle a su hija de su lado. Sus ojos no podían apartarse de Elisha, que a su vez también le miraba y por eso era que le sonreía.
– Estaré encantado de acompañarle a ver a sus perros y… – no había terminado de hablar cuando el padre de ella interrumpió, diciendo que lo mejor sería que ella descansara. Si bien él sabía que ella acababa de sufrir un desmayo, no pensaba que fuera para tanto además de que le acompañaría para asegurarse de que se encontrara en perfecto estado y nada malo le sucediera.
– Cuidado… – dijo estirando sus manos en dirección a la figura de Elisha que termino en el diván. Sin duda alguna que era una mujer complicada y decidida, algo que podía ser tanto positivo como negativo y pensó en que al menos estaría él para cuidarle de hacer cosas imprudentes que terminaran por lastimarla más de lo que al parecer estaba ya. Suspiró mirando al padre de la joven, justo cuando ella se sujetaba a su brazo para levantarse y el sentirla cerca le hizo sonreír. El señor Gilmarië sonrió a su vez, lo que hizo que Alaric se sonrojara levemente, suponía que era lo que el hombre pensaba en esos momentos y aunque aún poseía dudas, esperaba que esas se aclarasen con el pasar del tiempo. Después de todo, no tendría que ofrecerle a la hija de ese hombre más que su protección y si todo salía como ambos señores planeaban, su corazón.
No le pareció para nada extraño que les dejaran solos en aquella casa, después de todo estaban planeando que ellos se casaran y era obvio que deseaban que se conocieran más. Una vez que estuvieron solos le vio levantarse y andar tranquilamente a lo que no pudo más que negar levemente.
– Tu padre estaba realmente preocupado, así que no andes tan rápido o deberé de acostarte a la fuerza – le seguía atentamente con la mirada, no permitiendo que escapara de su vista. Con curiosidad por las palabras de ella observo los cuadros y se acerco hasta donde estaba ella, acariciando también el lienzo hasta que se encontró con los dedos de ella y se giro a mirarle – No son un desperdicio, de hecho son buenos… – le sonrío para alejarse y ponerse frente a otro cuadro – Te diré que es lo que ven en ellos – acaricio también aquel cuadro de un lago – Expresa los sentimientos a la perfección, es increíble y se nota que disfrutas de pintar eso es lo que atrae de tus pinturas. Sin mencionar que pintas mucho mejor que yo – se río al tener que aceptar eso pero era la verdad y no podía negarlo – al menos ahora compartimos algo en común y eso es bueno para quienes terminaran siendo marido y mujer.
Pitágoras
Se acerco para ayudarle cuando le llamó, si bien era grosero en otros momentos. Ahí frente a ella no quería mostrarse como un Delay… si no como Bowlby, pues si terminaba casandose con ella no era factible que mintiera sobre quien era realmente y quizás en algún momento a ella podría revelarle la verdad de su vida. Estaba por sujetarle cuando entro el señor Gilmarië y la joven a quien planeaba ayudar termino diciendo que aceptaba. No fue necesario que hablaran de nada más, él sabía perfectamente que esas palabras iban dirigidas a lo del compromiso de antes, así que no existía marcha atrás.
Con cuidado fue apartado de aquel amable hombre que abrazó a su hija, no sabía como, pero Alaric sabía que había temido por ella, como si en algún momento algo o alguien pudiese quitarle a su hija de su lado. Sus ojos no podían apartarse de Elisha, que a su vez también le miraba y por eso era que le sonreía.
– Estaré encantado de acompañarle a ver a sus perros y… – no había terminado de hablar cuando el padre de ella interrumpió, diciendo que lo mejor sería que ella descansara. Si bien él sabía que ella acababa de sufrir un desmayo, no pensaba que fuera para tanto además de que le acompañaría para asegurarse de que se encontrara en perfecto estado y nada malo le sucediera.
– Cuidado… – dijo estirando sus manos en dirección a la figura de Elisha que termino en el diván. Sin duda alguna que era una mujer complicada y decidida, algo que podía ser tanto positivo como negativo y pensó en que al menos estaría él para cuidarle de hacer cosas imprudentes que terminaran por lastimarla más de lo que al parecer estaba ya. Suspiró mirando al padre de la joven, justo cuando ella se sujetaba a su brazo para levantarse y el sentirla cerca le hizo sonreír. El señor Gilmarië sonrió a su vez, lo que hizo que Alaric se sonrojara levemente, suponía que era lo que el hombre pensaba en esos momentos y aunque aún poseía dudas, esperaba que esas se aclarasen con el pasar del tiempo. Después de todo, no tendría que ofrecerle a la hija de ese hombre más que su protección y si todo salía como ambos señores planeaban, su corazón.
No le pareció para nada extraño que les dejaran solos en aquella casa, después de todo estaban planeando que ellos se casaran y era obvio que deseaban que se conocieran más. Una vez que estuvieron solos le vio levantarse y andar tranquilamente a lo que no pudo más que negar levemente.
– Tu padre estaba realmente preocupado, así que no andes tan rápido o deberé de acostarte a la fuerza – le seguía atentamente con la mirada, no permitiendo que escapara de su vista. Con curiosidad por las palabras de ella observo los cuadros y se acerco hasta donde estaba ella, acariciando también el lienzo hasta que se encontró con los dedos de ella y se giro a mirarle – No son un desperdicio, de hecho son buenos… – le sonrío para alejarse y ponerse frente a otro cuadro – Te diré que es lo que ven en ellos – acaricio también aquel cuadro de un lago – Expresa los sentimientos a la perfección, es increíble y se nota que disfrutas de pintar eso es lo que atrae de tus pinturas. Sin mencionar que pintas mucho mejor que yo – se río al tener que aceptar eso pero era la verdad y no podía negarlo – al menos ahora compartimos algo en común y eso es bueno para quienes terminaran siendo marido y mujer.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Pudo notar como su mirada se desviaba hacia un lado y se sonrojaba, sintió un cosquilleo en el estómago cuando noto los dedos de Alaric cerca de los suyos. Deseo que no los hubiera apartado de ahí –confieso que me gusta escaparme al lago cuando no tengo a nadie cuidándome, o por ejemplo cuando no tengo nada que hacer en verdad…-suspiro acercándose a el-…creo que es mejor olvidar que seremos marido y mujer…-sonrió-…hace falta mucho para que eso ocurra, pero…aventuras…siempre son bienvenidas ¿sabes? –suspiro de nuevo, se quedó a su lado, había sentido que se iba a desmayar otra vez pero lo evito sujetándose en el brazo de Alaric-…disculpa que te agarre tanto del brazo…-sonrió con dulzura-…creo que me gusta estar así contigo…es raro…pero me agrada...-se acercó a besar su mejilla-…y me gusta…-termino por quedarse cerca de él, pero desvió el rostro hacia un lado, esperando que en algún momento se le quitara la tontuna que tenía encima, suspiro entonces, separándose de él y yendo hacia una ventana.
-…Debería de preocuparse más de sí mismo que por el resto…-dijo con algo de pena-…el caso es que me sobreprotege…-su voz había sonado quebrada, atrapada por algunas paredes invisibles, se paseaba poco a poco por el estudio-…una noche, en un baile que se organizó en una casa de unos amigos…-negó-….Mejor olvídalo..-suspiro sentándose en el aire creyendo que había una silla pero termino cayendo al suelo, no se quejó pues el cansancio le había ganado, se quedó gracias a dios en uno de los cojines cerca de la ventana, había caído cerca del alfeizar de la ventana decorado con una cómoda estancia, solamente se apoyó en la pared, cerca de los ventanales que daban lugar a un enorme jardín.
Elisha comenzó a acariciar la ventana, como si aquello le aprisionara eternamente, como si se tratara de acariciar unos barrotes que pudieran hacerla sentir prisionera en una cárcel-….Padre no me deja hacer nada….no me deja ni siquiera ir sola a la calle…-burlo en sus últimas palabras, miro de reojo a Alaric, con un cierto rubor en sus mejillas-….No...No me digas que también lo hace para protegerme o por mi bien…-miro hacia delante, se quedó con la frente apoyada en el cristal-Tú has venido como una bendición y yo te he tratado como una basura…-murmuro, miro hacia abajo mientras que con sus manos jugaba entre los volantes de su vestido con cierto nerviosismo, su pecho se inflaba y desinflaba lentamente, por dentro estaba tranquila, no tenía que temer. Seguro que estaba con alguien de confianza. Algo le decía que podría confiar en él-….-No sonrió, rio con nervios aun presentes en su cuerpo, miro hacia la ventana, melancólica-…Ni...ni siquiera….se lo que es el amor…-esas palabras salieron como en un susurro, algo que simplemente estaba oculto en la confesión más íntima.
En el exterior, hacia donde Elisha miraba, la mañana estaba pasando lentamente. En cualquier rincón aunque sea, seguramente habría parejas dándose el sí quiero, o personas declarándose a otras. El amor, era un privilegio que su padre se lo había estado quitando o que había estado forzándola a tener, pero ella quería que surgiera poco a poco, o simplemente a la vista. No creía en cuentos de hadas, pero también deseaba ser amada, el ser indomable y ser salvaje, rebelde a las órdenes de su padre, era lo único que tenía, no podría verse en otra situación que esa-…¿Cómo se sentiría un pintor si ni siquiera puede sentir amor por sí mismo o hacia otros cuando los demás te quitan el medio de transporte para plasmar la expresión de dicho sentimiento?...-sintió una lagrima caer por su rostro, enteramente cristalina y pura hasta que murió en los labios de ella. Se sentía ya humillada por verse tan débil. Esa lagrima se la quitó pasando su mano sobre su rostro, miró a Alaric unos instantes y solamente se sonrojo-… ¿tú tienes ese medio? –se quedó mirándolo fijamente, fijando sus ojos pardos en los castaños de él, le observaba como llevaba ese porte masculino y como le quedaba tan ajustado el traje-…Son unos colores preciosos los que llevas…-ahora sonrió, pero la escondió cuando desvió su rostro hacia otro lado. El ladrido de un perro llamo su atención-…Aún podemos ir a ver cómo están los animales…-susurro, pero audible para ambos.
-…Debería de preocuparse más de sí mismo que por el resto…-dijo con algo de pena-…el caso es que me sobreprotege…-su voz había sonado quebrada, atrapada por algunas paredes invisibles, se paseaba poco a poco por el estudio-…una noche, en un baile que se organizó en una casa de unos amigos…-negó-….Mejor olvídalo..-suspiro sentándose en el aire creyendo que había una silla pero termino cayendo al suelo, no se quejó pues el cansancio le había ganado, se quedó gracias a dios en uno de los cojines cerca de la ventana, había caído cerca del alfeizar de la ventana decorado con una cómoda estancia, solamente se apoyó en la pared, cerca de los ventanales que daban lugar a un enorme jardín.
Elisha comenzó a acariciar la ventana, como si aquello le aprisionara eternamente, como si se tratara de acariciar unos barrotes que pudieran hacerla sentir prisionera en una cárcel-….Padre no me deja hacer nada….no me deja ni siquiera ir sola a la calle…-burlo en sus últimas palabras, miro de reojo a Alaric, con un cierto rubor en sus mejillas-….No...No me digas que también lo hace para protegerme o por mi bien…-miro hacia delante, se quedó con la frente apoyada en el cristal-Tú has venido como una bendición y yo te he tratado como una basura…-murmuro, miro hacia abajo mientras que con sus manos jugaba entre los volantes de su vestido con cierto nerviosismo, su pecho se inflaba y desinflaba lentamente, por dentro estaba tranquila, no tenía que temer. Seguro que estaba con alguien de confianza. Algo le decía que podría confiar en él-….-No sonrió, rio con nervios aun presentes en su cuerpo, miro hacia la ventana, melancólica-…Ni...ni siquiera….se lo que es el amor…-esas palabras salieron como en un susurro, algo que simplemente estaba oculto en la confesión más íntima.
En el exterior, hacia donde Elisha miraba, la mañana estaba pasando lentamente. En cualquier rincón aunque sea, seguramente habría parejas dándose el sí quiero, o personas declarándose a otras. El amor, era un privilegio que su padre se lo había estado quitando o que había estado forzándola a tener, pero ella quería que surgiera poco a poco, o simplemente a la vista. No creía en cuentos de hadas, pero también deseaba ser amada, el ser indomable y ser salvaje, rebelde a las órdenes de su padre, era lo único que tenía, no podría verse en otra situación que esa-…¿Cómo se sentiría un pintor si ni siquiera puede sentir amor por sí mismo o hacia otros cuando los demás te quitan el medio de transporte para plasmar la expresión de dicho sentimiento?...-sintió una lagrima caer por su rostro, enteramente cristalina y pura hasta que murió en los labios de ella. Se sentía ya humillada por verse tan débil. Esa lagrima se la quitó pasando su mano sobre su rostro, miró a Alaric unos instantes y solamente se sonrojo-… ¿tú tienes ese medio? –se quedó mirándolo fijamente, fijando sus ojos pardos en los castaños de él, le observaba como llevaba ese porte masculino y como le quedaba tan ajustado el traje-…Son unos colores preciosos los que llevas…-ahora sonrió, pero la escondió cuando desvió su rostro hacia otro lado. El ladrido de un perro llamo su atención-…Aún podemos ir a ver cómo están los animales…-susurro, pero audible para ambos.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Sólo el amor y el arte hacen tolerable la existencia.
William Somerset Maugham
No creía que faltara tanto para que su matrimonio se llevara a cabo, pero no se lo dijo, no quería que se terminara desmayando nuevamente solo por una imprudencia suya. Sonrió simplemente y asintió a sus palabras, desviando el tema nuevamente al cuadro y al lago.
– Escapar de vez en cuando es divertido, incluso yo lo hago cuando las cosas se vuelven demasiado pesadas o complicadas, ayuda a que uno se despeje y piense mucho mejor las cosas – Claro que se despejaba cuando se iba de aquella casa en la que vivía como un Delay, pero cuando estaba en las calles era quien siempre debía ser, por el contrario ella si escapaba siempre sería la hija de un hombre rico y por supuesto no podría escapar de todo eso jamás.
El toque de la manos de Elisha que se aferrando a él hizo que le mirara, seguía sin lucir completamente bien.
– También me siento cómodo y no me molesta que agarres mi brazo, esta muy bien de hecho que lo hagas per sabes, aún creo que deberías descansar un poco más para que te recuperes del todo del desmayo – le siguió con la mirada hasta que se acerco a la ventana y le siguió para ponerse a su lado, sin apartar la mirada de su rostro. Deseaba permanecer cerca de ella por si era necesario que le ayudara en algo o que se sujetara de si para mantenerse en pie.
Caminaba detrás de ella, con calma y sin obligarle a sentarse porque presentía que ella terminaría por hacerlo por su propia voluntad.
– Es lógico que se preocupe por ti, es tu padre después de todo y eso es lo que suelen hacer – le sonrió, pero no insistió en que continuara hablando de su pasado, si no por el contrario estiro los brazos hacia ella e hizo una mueca de preocupación cuando le vio intentar sentarse en el aire y terminar cayendo – Te dije que lo mejor era que descansaras un poco más, pero eres tan terca al parecer – suspiró, llevando su mano derecha hasta sus cabellos.
Termino por sentarse al lado de ella, mirando aquel cuarto en el que se encontraban y riendo amargamente. Ese hombre vaya que se preocupaba por su hija, pero no podía culparlo, después de todo sus ojos ya habían contemplado los horrores que se ocultaban en la noche y no deseaba que ella pasara por algo similar, además de que uno jamás sabía el momento en el que las cosas podían cambiar y un accidente destruía la vida como uno la conocía. Alaric sabía de eso bien, demasiado bien para su gusto de hecho.
– Pero ahora que estoy aquí seguramente te permitirá salir conmigo y si no se lo dices te llevare a todos lugar que desees conocer, te lo prometo – le miro con una sonrisa en los labios, mientras que a su vez ella solo se notaba preocupada – Deja de pensar en como han sido las cosas, dijimos que comenzaríamos de nuevo así que no tiene ningún sentido que sigas pensando en eso… solo olvidado Elisha – levanto un poco el rostro, solo para ver parte del techo de aquella habitación y rió – Somos dos entonces que no saben que es el amor… – susurró, pues eran un par de jóvenes perdidos que se estaban aferrando al otro de una manera que aún no comprendían muy bien
Le observo, no intento quitar aquella lágrima de su rostro porque por extraño que pareciera ella le pareció hermosa de esa manera y ante su pregunta sonrío.
– No creo que no puedas sentirlo o que te quitaran el medio… solo necesitas encontrar otra manera de hallarle, las cosas cambian además con el pasar del tiempo y estoy seguro que en el momento que menos esperes encontraras los que buscas Elisha – se encogió de hombros cuando la pregunta fue dirigida a su persona – No estoy seguro sabes, yo solo hago lo que puedo y espero que si lo encuentre o si lo posea pero bueno esas cosas solo el tiempo las dirá así que descuida.
Sonrió en respuesta a ella, a pesar de que no le dejo observar su sonrisa durante mucho tiempo.
Termino por levantarse de aquel lugar y estirar su mano en dirección a ella.
– Vayamos a ver los animales, y después de eso me gustaría que me mostraras la casa desde tu perspectiva los lugares que te gustan y los que no… ¿podrías? – aguardo con la mano estirada a que ella le tomara, para sacarla de ese cuarto sin soltarle en ningún momento.
William Somerset Maugham
No creía que faltara tanto para que su matrimonio se llevara a cabo, pero no se lo dijo, no quería que se terminara desmayando nuevamente solo por una imprudencia suya. Sonrió simplemente y asintió a sus palabras, desviando el tema nuevamente al cuadro y al lago.
– Escapar de vez en cuando es divertido, incluso yo lo hago cuando las cosas se vuelven demasiado pesadas o complicadas, ayuda a que uno se despeje y piense mucho mejor las cosas – Claro que se despejaba cuando se iba de aquella casa en la que vivía como un Delay, pero cuando estaba en las calles era quien siempre debía ser, por el contrario ella si escapaba siempre sería la hija de un hombre rico y por supuesto no podría escapar de todo eso jamás.
El toque de la manos de Elisha que se aferrando a él hizo que le mirara, seguía sin lucir completamente bien.
– También me siento cómodo y no me molesta que agarres mi brazo, esta muy bien de hecho que lo hagas per sabes, aún creo que deberías descansar un poco más para que te recuperes del todo del desmayo – le siguió con la mirada hasta que se acerco a la ventana y le siguió para ponerse a su lado, sin apartar la mirada de su rostro. Deseaba permanecer cerca de ella por si era necesario que le ayudara en algo o que se sujetara de si para mantenerse en pie.
Caminaba detrás de ella, con calma y sin obligarle a sentarse porque presentía que ella terminaría por hacerlo por su propia voluntad.
– Es lógico que se preocupe por ti, es tu padre después de todo y eso es lo que suelen hacer – le sonrió, pero no insistió en que continuara hablando de su pasado, si no por el contrario estiro los brazos hacia ella e hizo una mueca de preocupación cuando le vio intentar sentarse en el aire y terminar cayendo – Te dije que lo mejor era que descansaras un poco más, pero eres tan terca al parecer – suspiró, llevando su mano derecha hasta sus cabellos.
Termino por sentarse al lado de ella, mirando aquel cuarto en el que se encontraban y riendo amargamente. Ese hombre vaya que se preocupaba por su hija, pero no podía culparlo, después de todo sus ojos ya habían contemplado los horrores que se ocultaban en la noche y no deseaba que ella pasara por algo similar, además de que uno jamás sabía el momento en el que las cosas podían cambiar y un accidente destruía la vida como uno la conocía. Alaric sabía de eso bien, demasiado bien para su gusto de hecho.
– Pero ahora que estoy aquí seguramente te permitirá salir conmigo y si no se lo dices te llevare a todos lugar que desees conocer, te lo prometo – le miro con una sonrisa en los labios, mientras que a su vez ella solo se notaba preocupada – Deja de pensar en como han sido las cosas, dijimos que comenzaríamos de nuevo así que no tiene ningún sentido que sigas pensando en eso… solo olvidado Elisha – levanto un poco el rostro, solo para ver parte del techo de aquella habitación y rió – Somos dos entonces que no saben que es el amor… – susurró, pues eran un par de jóvenes perdidos que se estaban aferrando al otro de una manera que aún no comprendían muy bien
Le observo, no intento quitar aquella lágrima de su rostro porque por extraño que pareciera ella le pareció hermosa de esa manera y ante su pregunta sonrío.
– No creo que no puedas sentirlo o que te quitaran el medio… solo necesitas encontrar otra manera de hallarle, las cosas cambian además con el pasar del tiempo y estoy seguro que en el momento que menos esperes encontraras los que buscas Elisha – se encogió de hombros cuando la pregunta fue dirigida a su persona – No estoy seguro sabes, yo solo hago lo que puedo y espero que si lo encuentre o si lo posea pero bueno esas cosas solo el tiempo las dirá así que descuida.
Sonrió en respuesta a ella, a pesar de que no le dejo observar su sonrisa durante mucho tiempo.
Termino por levantarse de aquel lugar y estirar su mano en dirección a ella.
– Vayamos a ver los animales, y después de eso me gustaría que me mostraras la casa desde tu perspectiva los lugares que te gustan y los que no… ¿podrías? – aguardo con la mano estirada a que ella le tomara, para sacarla de ese cuarto sin soltarle en ningún momento.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Su mirada en ese momento se clavó en los ojos marrones de Alaric. Eran tiernos y cálidos, extremadamente cálidos, hizo que su cuerpo sintiera las endorfinas que se elevaban al sentir su piel contra la suave de ella, trago lentamente la saliva y asintió, tomando la mano de Alaric para después agarrarse a su brazo-…Vámonos…tengo ganas de ver a los cachorros… -Dijo con una sonrisa en el rostro-… ¡Ah, claro! Será un honor hacerte de guía por la casa…jajajaja-termino riendo libremente cuando se estaban encaminando hacia la puerta, pudo escuchar los disparos, inmediatamente se tapó los oídos, acurrucándose en el cuerpo de Alaric como si le fuera la vida en ello-Una cosa que odio son los disparos cuando van de caza…-murmuro contra las ropas ajenas, sintiendo el tacto de estas, pero estaba tan cerca de su cuello que no pudo resistirse a la tentación de besar aquella piel tostada de su cuello que asomaba de la camisa.
-Se separó con un leve rubor en sus mejillas-
-Lo siento…fue un acto…que no había previsto que pasara…-lentamente se fue separando de él, con el rubor aun en sus mejillas, no hizo nada por ocultarlo, abrió las puertas del estudio y vio a su mayordomo-…Ah…Hernán… ¿Qué ocurre? –Pregunto sin mucho afán de prestar atención, su mente ahora estaba aún en la torpeza que cometía anteriormente con Alaric.
-Venía a decirle que su padre se ausentará hasta después de comer…-intentaba recordar el mandato de su padre-….y que…también se queda..
-Muy bien Hernán, muy bien…-Interrumpió algo que podría haber sido un discurso muy bien ensayado, estaba nerviosa, necesitaba ver como estaban sus perros y salir a tomar un poco de aire fresco-…Alaric vamos…-mando como si fuera la dueña de la casa, pero en realidad no quería parecerlo, termino por volver a agarrarse de su brazo, con suavidad- Ven yo te llevo…
-Mi señorita, están en el invernadero…-Elisha escucho a Hernán y asintió-
-Gracias Hernán….-Dijo finalmente, con la mirada hacia el frente y sintiéndose bien al lado de Alaric.
En otro lugar, no muy lejos de la mansión Gilmerié……..
-A, B, C, D….G… ¡Ah! Gilmerië…aquí…-tomo la carta que les había llegado a la oficina de correos- ¡CHICO!-Grito el oficial de correos en su oficina, llamando al chico que se ocupaba del correo a ciertas horas de la mañana-Lleva esta carta a la mansión…Gilmerië…-EL niño iba a tomar la carta, pero el oficial la quito para advertirle-…ES de suma importancia que llegue a su destino…-El niño asustado, se fijó en el oficial, asintió lentamente para después coger la carta, salir corriendo en su único medio de transporte que eran dos piernas casi anoréxicas.
*Casa de los Gilmerië*
Elisha había paseado a Alaric por toda la mansión, sobre todo por la primera planta, deteniéndose a hacerle cualquier gesto inocente que pudiera transmitirle algo de su coquetería, después seguía con la guía turística-…Bueno…arriba te puedes imaginar lo que hay…-rio con cierto nerviosismo al pie de la escalera, observando la gran escalinata enfundada con hermoso terciopelo rojo-…He perdido la cuenta de las veces que me he caído por estas escaleras….-rio tapándose tímidamente la cara-…Disculpa…-seguía riendo con cierta comodidad-…¿Quién no se habría caído con un vestido que arrastra el suelo? –Termino soltando una risa, podría decirse que andaba cómoda con la compañía ajena-…Dime… ¿Te has caído tu alguna vez?-termino riendo, sonriendo suavemente y esperando la respuesta ajena-…siempre…supongo que hay que levantarse y seguir hacia delante…
*DING DONG*
-¿HUM? –se quedó mirando a la puerta, vio como Dorothea abría la puerta rápidamente, para abrirla con lentitud-…Oh pequeño ¿Qué deseas?
-Traigo un mensaje para la casa Gilmerië…-Dijo el muchacho hasta que vio a Elisha al lado de Dorothea-
-Deja Dorothea, vuelve a tus tareas…-miro fijamente al chico, hasta que la doncella les dejo, no empezó a hablar-…¿Qué tienes para los Gilmerië? Soy la hija del dueño de esta casa…
-Lo siento, madmoiselle, pero me han encargado que le entregue esta carta…-el muchacho enseño la carta, pero Elisha fue más rápida, cogió la carta y cerró la puerta en las narices del muchacho. No le iba a dar propina-Disculpa Alaric…-Dijo disculpándose al que sería su marido en quien sabe cuántos meses, miraba la carta, pero estaba malgastada y bastante amarillento. El sello no le era conocido, ni de ninguna casa noble. Era una calavera- ¿Qué es esto?-Preguntó con cierta curiosidad, mostrando la carta a Alaric, se aferró a su brazo para poder sostenerse y a lo lejos saludo a su padre, que parecía volver entre risas con el Señor Delay.
-Se separó con un leve rubor en sus mejillas-
-Lo siento…fue un acto…que no había previsto que pasara…-lentamente se fue separando de él, con el rubor aun en sus mejillas, no hizo nada por ocultarlo, abrió las puertas del estudio y vio a su mayordomo-…Ah…Hernán… ¿Qué ocurre? –Pregunto sin mucho afán de prestar atención, su mente ahora estaba aún en la torpeza que cometía anteriormente con Alaric.
-Venía a decirle que su padre se ausentará hasta después de comer…-intentaba recordar el mandato de su padre-….y que…también se queda..
-Muy bien Hernán, muy bien…-Interrumpió algo que podría haber sido un discurso muy bien ensayado, estaba nerviosa, necesitaba ver como estaban sus perros y salir a tomar un poco de aire fresco-…Alaric vamos…-mando como si fuera la dueña de la casa, pero en realidad no quería parecerlo, termino por volver a agarrarse de su brazo, con suavidad- Ven yo te llevo…
-Mi señorita, están en el invernadero…-Elisha escucho a Hernán y asintió-
-Gracias Hernán….-Dijo finalmente, con la mirada hacia el frente y sintiéndose bien al lado de Alaric.
En otro lugar, no muy lejos de la mansión Gilmerié……..
-A, B, C, D….G… ¡Ah! Gilmerië…aquí…-tomo la carta que les había llegado a la oficina de correos- ¡CHICO!-Grito el oficial de correos en su oficina, llamando al chico que se ocupaba del correo a ciertas horas de la mañana-Lleva esta carta a la mansión…Gilmerië…-EL niño iba a tomar la carta, pero el oficial la quito para advertirle-…ES de suma importancia que llegue a su destino…-El niño asustado, se fijó en el oficial, asintió lentamente para después coger la carta, salir corriendo en su único medio de transporte que eran dos piernas casi anoréxicas.
*Casa de los Gilmerië*
Elisha había paseado a Alaric por toda la mansión, sobre todo por la primera planta, deteniéndose a hacerle cualquier gesto inocente que pudiera transmitirle algo de su coquetería, después seguía con la guía turística-…Bueno…arriba te puedes imaginar lo que hay…-rio con cierto nerviosismo al pie de la escalera, observando la gran escalinata enfundada con hermoso terciopelo rojo-…He perdido la cuenta de las veces que me he caído por estas escaleras….-rio tapándose tímidamente la cara-…Disculpa…-seguía riendo con cierta comodidad-…¿Quién no se habría caído con un vestido que arrastra el suelo? –Termino soltando una risa, podría decirse que andaba cómoda con la compañía ajena-…Dime… ¿Te has caído tu alguna vez?-termino riendo, sonriendo suavemente y esperando la respuesta ajena-…siempre…supongo que hay que levantarse y seguir hacia delante…
*DING DONG*
-¿HUM? –se quedó mirando a la puerta, vio como Dorothea abría la puerta rápidamente, para abrirla con lentitud-…Oh pequeño ¿Qué deseas?
-Traigo un mensaje para la casa Gilmerië…-Dijo el muchacho hasta que vio a Elisha al lado de Dorothea-
-Deja Dorothea, vuelve a tus tareas…-miro fijamente al chico, hasta que la doncella les dejo, no empezó a hablar-…¿Qué tienes para los Gilmerië? Soy la hija del dueño de esta casa…
-Lo siento, madmoiselle, pero me han encargado que le entregue esta carta…-el muchacho enseño la carta, pero Elisha fue más rápida, cogió la carta y cerró la puerta en las narices del muchacho. No le iba a dar propina-Disculpa Alaric…-Dijo disculpándose al que sería su marido en quien sabe cuántos meses, miraba la carta, pero estaba malgastada y bastante amarillento. El sello no le era conocido, ni de ninguna casa noble. Era una calavera- ¿Qué es esto?-Preguntó con cierta curiosidad, mostrando la carta a Alaric, se aferró a su brazo para poder sostenerse y a lo lejos saludo a su padre, que parecía volver entre risas con el Señor Delay.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Los disparos le resultaban algo completamente natural después de todo con el tiempo que llevaba en casa de los Delay como simple trabajador, solía escuchar al señor de la casa realizar tiros de practica y una vez que le trato como a su hijo entonces también debió aprender esas cosas. Algo que no espero claro, fue la reacción de Elisha, que a su parecer fue algo extraña para alguien que debía estar al igual que él mismo acostumbrada a esa clase de cosas, aún así no pudo evitar reír, sosteniendo el brazo de ella un poco más contra si mismo.
– Descuida que son solo disparos y están bastante lejos de nosotros, nada te pasara. Mejor vayamos a ver a los cachorros y no te enfoques en nada más que eso – Le agradaba sentir la cercanía del cuerpo de Elisha, era la manera más cercana en la que había estado con alguien en los últimos tiempos, pues en casa de los Delay finalmente no se encontraba con su familia y esa clase de contactos le parecían inadecuados.
– No te apures… puedo entenderlo… – la realidad en la mente de Alaric era que no podía entender el por qué de aquel beso tan repentino que si bien no fue directamente en sus labios, le sintió como si hubiese sido justo de esa manera. Una de sus manos se dirigió a la mejilla de la hija de los Gilmerië y le acarició para después pasar sus dedos por aquellos labios que momentos antes habían besado.
Alejo rápidamente su mano al escuchar como las puertas del estudio se abrían, dando paso al mayordomo, al que miro de manera despreocupada, como si no hubiese hecho nada, pero en ningún momento fue que miro a Elisha, por temor a que su mirada revelase lo que momentos antes había pasado o peor aún que su mente y corazón le habían dicho, mientras su mano se deslizaba por aquellos labios que le besara, que probara aquella suavidad no solo de manera repentina sino que él también podía hacerlo.
Lo que iba a ser aparentemente un largo discurso tomo menos tiempo del que se había esperado y solo sonrió al mayordomo para poder alejarse sintiendo el brazo de Elisha bien sujeto al suyo. No importaba que solo fueron por unos minutos o unas horas, en aquellos momentos se sentía tan bien que podría haber resistido mil encuentros más como aquel y más de mil nuevas proposiciones de matrimonio a mujeres de clase alta que no conocía para nada.
– Yo te seguiré, solo debes sujetarte bien de mi; no quiero que termines nuevamente en el suelo – le sonrío, ausente a todo aquello que parecía esperarles un poco más adelante del camino, pues si ambos creían que las cosas simplemente eran sencillas, estaban bastante equivocados.
Camino sujetando a Elisha de un lado a otro de la mansión, conociendo rincones y observando el arte de los cuadros que en su mayoría habían sido pintados por la joven que le acompañaba y la cual había pasado a ser completamente opuesta a la que conoció en un principio.
– Si, puedo imaginar lo que hay… aunque no se si debería imaginar y decir o imaginar y callar. En este momento ya es demasiado tarde para lo segundo – se río sin apartar su mirada de ella – Deberías tener mucho cuidado al andar por la escalera, puede que en algún momento termines por hacerte daño y eso no sería bueno para nadie de la casa… o peor aún para ti – suspiro; recordando todas aquellas ocasiones en las que los descuidos provocaron que terminara por caer al suelo, pero justo como lo decía ella siempre había que levantarse y seguir – Claro que me he caído, un sin numero de veces pero nada que no pueda dejarse en el pasado una vez que me levanto.
Iba a continuar hablando, pero fue justo ese el momento en que llamaron a la puerta de la gran casa de los Gilmerië. Se acerco junto con Elisha al pequeño que aseguraba tener una carta importante; de una manera no solo un tanto ruda sino veloz, la hija Gilmerië se hizo de la carta y cerró la puerta.
– Tranquila que a mi no ha sido a quien has cerrado la puerta… – se acerco un tanto más, observando con curiosidad el símbolo de la calavera – ¿Una calavera? ¿Pero qué? – Elisha se aferró fuerte a él y entonces dirigió su mirada a los hombres que volvían de la casa. Quizás algo en la mirada de ambos jóvenes alerto a los señores, que se miraron solo para aumentar el paso hasta estar cerca de ellos.
– Alaric… – le llamó el señor Delay – ¿Qué sucede?
– Yo, no lo sé – fue lo único capaz de decir, pues en realidad no entendía que era lo que estaba pasando o la razón de que esa carta se viese tan vieja, maltratada y encima de todo con aquel sello tan tétrico.
Un poco más allá de ambos hombres, Gilmerië interrogaba también a su hija.
– Descuida que son solo disparos y están bastante lejos de nosotros, nada te pasara. Mejor vayamos a ver a los cachorros y no te enfoques en nada más que eso – Le agradaba sentir la cercanía del cuerpo de Elisha, era la manera más cercana en la que había estado con alguien en los últimos tiempos, pues en casa de los Delay finalmente no se encontraba con su familia y esa clase de contactos le parecían inadecuados.
– No te apures… puedo entenderlo… – la realidad en la mente de Alaric era que no podía entender el por qué de aquel beso tan repentino que si bien no fue directamente en sus labios, le sintió como si hubiese sido justo de esa manera. Una de sus manos se dirigió a la mejilla de la hija de los Gilmerië y le acarició para después pasar sus dedos por aquellos labios que momentos antes habían besado.
Alejo rápidamente su mano al escuchar como las puertas del estudio se abrían, dando paso al mayordomo, al que miro de manera despreocupada, como si no hubiese hecho nada, pero en ningún momento fue que miro a Elisha, por temor a que su mirada revelase lo que momentos antes había pasado o peor aún que su mente y corazón le habían dicho, mientras su mano se deslizaba por aquellos labios que le besara, que probara aquella suavidad no solo de manera repentina sino que él también podía hacerlo.
Lo que iba a ser aparentemente un largo discurso tomo menos tiempo del que se había esperado y solo sonrió al mayordomo para poder alejarse sintiendo el brazo de Elisha bien sujeto al suyo. No importaba que solo fueron por unos minutos o unas horas, en aquellos momentos se sentía tan bien que podría haber resistido mil encuentros más como aquel y más de mil nuevas proposiciones de matrimonio a mujeres de clase alta que no conocía para nada.
– Yo te seguiré, solo debes sujetarte bien de mi; no quiero que termines nuevamente en el suelo – le sonrío, ausente a todo aquello que parecía esperarles un poco más adelante del camino, pues si ambos creían que las cosas simplemente eran sencillas, estaban bastante equivocados.
Camino sujetando a Elisha de un lado a otro de la mansión, conociendo rincones y observando el arte de los cuadros que en su mayoría habían sido pintados por la joven que le acompañaba y la cual había pasado a ser completamente opuesta a la que conoció en un principio.
– Si, puedo imaginar lo que hay… aunque no se si debería imaginar y decir o imaginar y callar. En este momento ya es demasiado tarde para lo segundo – se río sin apartar su mirada de ella – Deberías tener mucho cuidado al andar por la escalera, puede que en algún momento termines por hacerte daño y eso no sería bueno para nadie de la casa… o peor aún para ti – suspiro; recordando todas aquellas ocasiones en las que los descuidos provocaron que terminara por caer al suelo, pero justo como lo decía ella siempre había que levantarse y seguir – Claro que me he caído, un sin numero de veces pero nada que no pueda dejarse en el pasado una vez que me levanto.
Iba a continuar hablando, pero fue justo ese el momento en que llamaron a la puerta de la gran casa de los Gilmerië. Se acerco junto con Elisha al pequeño que aseguraba tener una carta importante; de una manera no solo un tanto ruda sino veloz, la hija Gilmerië se hizo de la carta y cerró la puerta.
– Tranquila que a mi no ha sido a quien has cerrado la puerta… – se acerco un tanto más, observando con curiosidad el símbolo de la calavera – ¿Una calavera? ¿Pero qué? – Elisha se aferró fuerte a él y entonces dirigió su mirada a los hombres que volvían de la casa. Quizás algo en la mirada de ambos jóvenes alerto a los señores, que se miraron solo para aumentar el paso hasta estar cerca de ellos.
– Alaric… – le llamó el señor Delay – ¿Qué sucede?
– Yo, no lo sé – fue lo único capaz de decir, pues en realidad no entendía que era lo que estaba pasando o la razón de que esa carta se viese tan vieja, maltratada y encima de todo con aquel sello tan tétrico.
Un poco más allá de ambos hombres, Gilmerië interrogaba también a su hija.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? [Elisha, Julián]
Estaba siendo reprimida por algo que desconocía. Su padre le había quitado la carta con brusquedad de la mano, por poco no la abofetea por coger cosas que no eran suyas, pero se jacto, se arrepintió antes de hacer tal cosa al rostro de su hija. Él la estaba diciendo que no tenía que hurgar en sus cosas, ella se excusó con que se la había entregado el cartero, cosa que su padre creyó pero que aún no quería escucharla. Elisha miraba de brazos cruzados al tendido, a la nada buscando un punto fijo para aguantar un poco más la reprimenda familiar. Entonces se fijó en Alaric, recorriéndole con la mirada de abajo arriba, sin perder detalle de nada, hasta que se cruzó con su mirada, en donde la aparto mostrando un leve rubor en sus ojos.
Su padre terminó, y sin importarle si había invitados la tomo del brazo para poder llevarla hacia el jardín, lejos de otras miradas, entonces en ese momento, Elisha se hartó de tanta inmadurez proveniente de su padre. Se liberó zafándose de él, mirándolo fijamente, desafiando con la mirada a su padre-…..Padre…basta de huir, eso solo me muestra que eres solamente un cobarde en ocultarme algo que no quieres que sepa o vea, poniéndonos a todos en peligro…-Fijo con esas palabras lo que pensaba realmente de su padre, al final acabarían tomando ventaja aquellos de quien quisiera su padre esconderla. Al otro segundo estaba mirando a un lado, su mejilla izquierda le escocia del bofetón que finalmente su padre había osado propiciarle a su hija.
Elisha no dijo nada, se quedó aun con la cabeza ladeada hasta que comenzaba a darle un tirón y la puso en su sitio. Vio a su padre señalarla, pidiendo un poco más de respeto frente a los invitados, pero no le dijo mas ya que la vio irse hacia los invernaderos de la mansión, seguramente en lágrimas por haberla pisoteado su orgullo, no sabía…si, en realidad, no era hija suya, la habían adoptado pero igualmente, ese dato no importaba, él la consideraba hija suya, como si nunca la hubiera visto en esa orilla de aquella playa irlandesa o escocesa. Su padre no se acordaba. Había pasado mucho tiempo.
Elisha se había librado finalmente de un bache familiar donde había sido pisoteado su propio orgullo y como premio, un bofetón de su padre. Solo decía la verdad ¿También tenía que mentir? Ella obviamente sabía que no era de la familia, sabía que sus padres de tez casi tostada, rosada al día, con un oscuro pelaje oscuro y ambos de ojos claros no eran como ella, una muchacha rubia natural con ojos color miel. Obviamente sabía que no era parte de ellos pero lo había ignorado siendo la “Señorita Gilmerië” Ahora no sabía por dónde tirar, estaba en la puerta esperando a que su mayordomo Hernán y su doncella Dorothea le abrieran la puerta, pero el grito de Dorothea a sus espaldas termino por hacer girar su mirada hacia atrás, siguiéndola con la mirada hasta que se apartó para dejar pasar a una acalorada Dorothea, con toallas en sus manos y entrando enseguida dentro del invernadero sin darla la oportunidad de entrar dentro a ver qué pasaba con sus mascotas o mismamente con Clio, que era la que estaba en mal estado y era una de las otras cosas que le preocupaban esa mañana.
Todo parecía complicarse.
Todo parecía querer complicarse para que en su interior, sentirse la peor persona del mundo.
Su padre terminó, y sin importarle si había invitados la tomo del brazo para poder llevarla hacia el jardín, lejos de otras miradas, entonces en ese momento, Elisha se hartó de tanta inmadurez proveniente de su padre. Se liberó zafándose de él, mirándolo fijamente, desafiando con la mirada a su padre-…..Padre…basta de huir, eso solo me muestra que eres solamente un cobarde en ocultarme algo que no quieres que sepa o vea, poniéndonos a todos en peligro…-Fijo con esas palabras lo que pensaba realmente de su padre, al final acabarían tomando ventaja aquellos de quien quisiera su padre esconderla. Al otro segundo estaba mirando a un lado, su mejilla izquierda le escocia del bofetón que finalmente su padre había osado propiciarle a su hija.
Elisha no dijo nada, se quedó aun con la cabeza ladeada hasta que comenzaba a darle un tirón y la puso en su sitio. Vio a su padre señalarla, pidiendo un poco más de respeto frente a los invitados, pero no le dijo mas ya que la vio irse hacia los invernaderos de la mansión, seguramente en lágrimas por haberla pisoteado su orgullo, no sabía…si, en realidad, no era hija suya, la habían adoptado pero igualmente, ese dato no importaba, él la consideraba hija suya, como si nunca la hubiera visto en esa orilla de aquella playa irlandesa o escocesa. Su padre no se acordaba. Había pasado mucho tiempo.
Elisha se había librado finalmente de un bache familiar donde había sido pisoteado su propio orgullo y como premio, un bofetón de su padre. Solo decía la verdad ¿También tenía que mentir? Ella obviamente sabía que no era de la familia, sabía que sus padres de tez casi tostada, rosada al día, con un oscuro pelaje oscuro y ambos de ojos claros no eran como ella, una muchacha rubia natural con ojos color miel. Obviamente sabía que no era parte de ellos pero lo había ignorado siendo la “Señorita Gilmerië” Ahora no sabía por dónde tirar, estaba en la puerta esperando a que su mayordomo Hernán y su doncella Dorothea le abrieran la puerta, pero el grito de Dorothea a sus espaldas termino por hacer girar su mirada hacia atrás, siguiéndola con la mirada hasta que se apartó para dejar pasar a una acalorada Dorothea, con toallas en sus manos y entrando enseguida dentro del invernadero sin darla la oportunidad de entrar dentro a ver qué pasaba con sus mascotas o mismamente con Clio, que era la que estaba en mal estado y era una de las otras cosas que le preocupaban esa mañana.
Todo parecía complicarse.
Todo parecía querer complicarse para que en su interior, sentirse la peor persona del mundo.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
- Mensajes : 64
Fecha de inscripción : 23/07/2013
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