Colores En La Oscuridad [Noam Howe]

por **Kaled Fayolle** Vie Sep 13, 2013 4:04 pm

** El bullicio lentamente caía, dejaba de resonar, alrededor los colores perdían su brillo e intensidad cuando los restos de la luz del día agonizaban en las fauces de una oscuridad venidera. Nunca le había importado donde dormía, estaba perdido siempre, vagando en las calles y entre la multitud. Pero esa noche particularmente decidió posarse sobre aquel lugar, como la mariposa que descansa de un largo viaje sobre una vieja rama. Esas voces, esas personas tan desconocidas para él y tan familiares a la vez. Observó a su alrededor y se acomodó en una carpa que vio vacía, como un pequeño ladronzuelo se coló en el interior del lugar. Estaba un poco cansado. Encendió un incienso y se recostó.

La noche estaba despejada, pero gris. El cielo encapotado se cernía triste sobre un París frio y somnoliento. Escuchaba el susurro de las personas a lo lejos. No le importó. Cerró los ojos unos instantes y pensó que sería de él estando en algún otro lugar. Sonrió ligeramente al recordar momentos plenos con su entonces familia. Estaba tan rendido que por unos segundos olvidó su claustrofobia y se quedó inmóvil. Cuanto tiempo había pasado. Las horas avanzaban y morían hacia un nuevo día, otro día que llegaría sin ninguna particularidad. Sus sentidos estaban apagados y disfrutaba de su soledad y el olor a vainilla que despedía el incienso.

¿Cuánto tiempo duraría esa tranquilidad? No mucho seguramente, fue como un tirón, un relámpago en la noche que resonó a las orillas. Últimamente sus habilidades iban in crecendo y percibió algo a las afueras, no estaba seguro de que era, pero su corazón latía un poco de prisa. ¿Quién o qué era? Esa mancha negra que se derramaba sobre el papel de sus pensamientos.

Se sentó cruzando las piernas adoptando la posición de loto y se limitó a buscarle, a buscar ese enigma que la noche le estaba dando a conocer. Nunca había portado arma alguna para su protección, ese visitante se aproximaba, ningún oído mortal podría haberle escuchado, pero el gitano sin duda alguna lo hizo. Sus sentidos estaban alertas ahora, pero de igual forma poco podía hacer para evitar el acecho de esa presencia, tan solo espero. **

por **Noam Howe** Vie Sep 13, 2013 4:39 pm

Howe se encontraba confuso. De manera inesperada Keneu había regresado y con él los sentimientos que creía superados, por un lado se alegraba de volver a verle, no ya por haber sido su creador sino por el tiempo que pasaron juntos pero por otro tan sólo quería huir de nuevo. Para ser un vampiro, Keneu era bastante decente además de un apasionado amante en el sexo pero le hacía perder el control de la situación y eso a Howe le aterraba.

Decidió ir a dar un paseo nocturno a solas, no sabía si deseaba ir de caza para alimentarse, emborracharse o retozar con alguien. Optó por adentrarse en la zona de los gitanos, desde que llegó a París apenas había estado por zonas humildes así que optó por un atuendo discreto y sencillo y así poder pasar más desapercibido. Cuando llegó se dio cuenta entonces de que llevaba su bastón con empuñadura de plata, lo que podía delatar su ascendencia noble, soltó una pequeña maldición y continuó su camino dándole poca importancia.

A aquellas horas de la noche poca gente había en el barrio, Howe activó sus poderes de escrutinio mental para buscar a alguien interesante y, efectivamente, lo encontró y caminó hacia el individuo refugiado en la carpa.

por **Kaled Fayolle** Mar Sep 17, 2013 3:24 pm

** El acecho continuó conforme el extraño se adentraba en el lugar, escuchó claramente las pisadas que recorrían la hojarasca muerta de un lado a otro, a través de las telas coloridas de la carpa pudo vislumbrar la silueta del hombre. Se quedó con la mente en blanco, pensando, divagando por unos escasos segundos. Notó que el frío iba aumentando, sabía que tenía que permanecer con los sentidos despiertos. Abrió los ojos y fijó su mirada en la ranura que la tela formaba. Entonces le conoció de primera instancia, su vestimenta era de lo más normal, si era de clase noble, había logrado engañar a la mirada del resto de los habitantes que permanecían despiertos.

El joven se puso de pie y abriendo lentamente las telas que cubrían su refugio, saludó al hombre extendiendo el brazo.

-Monsieur, sea bienvenido ¿desea que lea su destino?

Dejó que las palabras fueran arrastradas por las ligera ventisca que se arremolinaban a su alrededor. El cielo se movía, las nubes avanzaban y un par de relámpagos se mostraron entre las fauces de la oscuridad. Alumbrando ligeramente a su visitante, vio un par de ojos azules, demasiado claros, demasiado perfectos.

El cabello le caía graciosamente detrás de los oídos y la boca se delineaba ligeramente en su rostro. Era muy diferente al resto de los clientes que anteriormente había visto. A simple vista lucía como un hombre común y corriente. Sin embargo nunca había hecho caso omiso de sus habilidades y había algo que le advertía sobre este visitante, sus sentidos y la poca consciencia que aún tenía no le dejaron negarse.

-Adelante Monsieur. – Pronunció mientras con un ademán le invitaba a adentrarse a la carpa. **

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