AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
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Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
-¿Quién eres, quién eres?- los papeles no me decían nada congruente, ¿Quién era? ni los periódicos sabían responderme, las pistas eran escasas y el lugar devoro lo poco que podía aprovechar para sacar un tipo de de deducción acertada -¿Que paso en realidad ese día en el teatro?-, vaya pregunta, muchos testigos aseguraron que el fantasma del teatro estaba molesto y que se cobro con las vidas inocentes que habían asistido aquella noche por curiosidad, ¿Curiosidad?, decían que todos querían ver la obra prohibida del fallecido Erik Destler, eran tantos los elementos y pocos los creíbles, empezaba a maldecir la idea de venir a París, justamente tenía que estar en este lugar cuando una tragedia de esta magnitud se había presentado...
El pasar de los minutos se marcaba con el va y ven del péndulo del el viejo reloj que estaba en la habitación, el olor que desprendía la pipa me embriagaba más en el misterio, la curiosidad me estaba matando y la desesperación había acabado con todo comportamiento razonable, tome el arma del equipaje de Watson, jugueteaba con ella, le acariciaba mientras seguía tratando de armar el rompecabezas que parecía las llamas del incendio un extintas habían consumido la imagen o las piezas, mi mirada queda perdida en la inmensa ventana que da vista a la calle, veía las estrellas y mejor en ella empezaba a descubrir sus causas y sus secretos -¡Fantasma!- negué y dije entre dientes -¿Que ganaría un espiritú matando gente?, habiendo tantas otras formas, supongo también ellos debería tener técnicas más sofisticadas- de nuevo mire hacia el escritorio plagado de papeles, recortes de las ultimas noticias publicadas en los tres horarios obligados desde el día después, los reportes de la policía parisina y mis propias deducciones, hilándolas todas me llevaban a la conclusión de que la gente de París o había llegado tarde a la hora que repartían masas encefálicas o a la correspondiente a las pupilas, no había ningún espíritu de las navidades presentes, el era un hombre... un asesino silencioso, un asesino en serie con un talento único para los disfraces -Debió de haberse dedicado al diseño, hubiera ganado más dinero que un político- y si más me asegure de que la pistola estuviese cargada y dispare junto al muro que quedaba a mi costado -Esto es relajante- dije placenteramente y un segundo disparo emano de la boa del arma -El asesino no usa este tipo de defensa, el al parecer prefiere utilizar las tácticas de un soldado de la antigua Persia- la cuerda, las navajas y los "trucos de magia" concordaban con mis sospechas -¿Y la variable sobrante?-me interrogue interiormente -No lo sé- conteste en voz alta lanzando un último tiro.
Los asesinatos llevaban bastante siglos siendo ejecutados en un principio sin control ni medidas precautorias y discretas , después los asesinatos se cometían con precisión, con medidas pero las discretas no habían sido implementadas, parece que el asesino busca incrementar su ego en base al terror que con ello pueda provocar... ¿Desde hace dos siglos?, las cuentas seguían sin cuadrar, la policía de hace doscientos años dejo por la paz casos de gente muerta de manera misteriosa, un tramoyero, la diva del lugar, un empresario y un reportero, sin olvidar la desaparición de un vizconde y la entonces reina de la ópera Alice Masen, al pensarlo todo me daba vueltas, indiscutiblemente esto rayaba todo orden natural.
La cabeza me punzaba y decidí tomar asiento en la cama que era de Watson, al poco rato subí los pies a las sabanas blancas y limpias, después ya me hallaba recostado y de cabeza cual murciélago en las cuevas -¿Y el otro enmascarado?- suspire aturdido -Dijeron que otro actor estuvo en el escenario con Montserrat, la joven que interpretaba el aria de la obertura -¿Y donde esta la cantante?- muchos aseguraban que el fantasma la había aniquilado al escuchar el canto de la mujer y por ende un desagrado que le obligaba a eliminar -Así hace con la mayoría- repetía las frases recordadas de mis entrevistados, mientras dejaba la pipa a un lado y el arma en el piso alfombrado -Hubo personas que se quedaron adentro y los testigos aseguran que se libraba entre ellos algún tipo de batalla-colgaron cuerpos en las fachadas del lugar, otros más salieron con brusquedad ajena de la sala y no debíamos olvidar los cuerpos que hallamos en el interior, la mayoría completamente calcinados de un viejo que llevaba traje de militar, una dama de la que solo encontramos pedazos de lo que parecía ser un vestido costoso y de gala -¿Todos ellos que tenían que ver?... deben tener una conexión de rivalidad, de algo estoy seguro una batalla se desato en lugar y por allí deben de haberse escondido los sobrevivientes- tome el arma y tire de nuevo -Necesito ayuda- susurre y mientras lo decía la perilla del cuarto giro lentamente....
El pasar de los minutos se marcaba con el va y ven del péndulo del el viejo reloj que estaba en la habitación, el olor que desprendía la pipa me embriagaba más en el misterio, la curiosidad me estaba matando y la desesperación había acabado con todo comportamiento razonable, tome el arma del equipaje de Watson, jugueteaba con ella, le acariciaba mientras seguía tratando de armar el rompecabezas que parecía las llamas del incendio un extintas habían consumido la imagen o las piezas, mi mirada queda perdida en la inmensa ventana que da vista a la calle, veía las estrellas y mejor en ella empezaba a descubrir sus causas y sus secretos -¡Fantasma!- negué y dije entre dientes -¿Que ganaría un espiritú matando gente?, habiendo tantas otras formas, supongo también ellos debería tener técnicas más sofisticadas- de nuevo mire hacia el escritorio plagado de papeles, recortes de las ultimas noticias publicadas en los tres horarios obligados desde el día después, los reportes de la policía parisina y mis propias deducciones, hilándolas todas me llevaban a la conclusión de que la gente de París o había llegado tarde a la hora que repartían masas encefálicas o a la correspondiente a las pupilas, no había ningún espíritu de las navidades presentes, el era un hombre... un asesino silencioso, un asesino en serie con un talento único para los disfraces -Debió de haberse dedicado al diseño, hubiera ganado más dinero que un político- y si más me asegure de que la pistola estuviese cargada y dispare junto al muro que quedaba a mi costado -Esto es relajante- dije placenteramente y un segundo disparo emano de la boa del arma -El asesino no usa este tipo de defensa, el al parecer prefiere utilizar las tácticas de un soldado de la antigua Persia- la cuerda, las navajas y los "trucos de magia" concordaban con mis sospechas -¿Y la variable sobrante?-me interrogue interiormente -No lo sé- conteste en voz alta lanzando un último tiro.
Los asesinatos llevaban bastante siglos siendo ejecutados en un principio sin control ni medidas precautorias y discretas , después los asesinatos se cometían con precisión, con medidas pero las discretas no habían sido implementadas, parece que el asesino busca incrementar su ego en base al terror que con ello pueda provocar... ¿Desde hace dos siglos?, las cuentas seguían sin cuadrar, la policía de hace doscientos años dejo por la paz casos de gente muerta de manera misteriosa, un tramoyero, la diva del lugar, un empresario y un reportero, sin olvidar la desaparición de un vizconde y la entonces reina de la ópera Alice Masen, al pensarlo todo me daba vueltas, indiscutiblemente esto rayaba todo orden natural.
La cabeza me punzaba y decidí tomar asiento en la cama que era de Watson, al poco rato subí los pies a las sabanas blancas y limpias, después ya me hallaba recostado y de cabeza cual murciélago en las cuevas -¿Y el otro enmascarado?- suspire aturdido -Dijeron que otro actor estuvo en el escenario con Montserrat, la joven que interpretaba el aria de la obertura -¿Y donde esta la cantante?- muchos aseguraban que el fantasma la había aniquilado al escuchar el canto de la mujer y por ende un desagrado que le obligaba a eliminar -Así hace con la mayoría- repetía las frases recordadas de mis entrevistados, mientras dejaba la pipa a un lado y el arma en el piso alfombrado -Hubo personas que se quedaron adentro y los testigos aseguran que se libraba entre ellos algún tipo de batalla-colgaron cuerpos en las fachadas del lugar, otros más salieron con brusquedad ajena de la sala y no debíamos olvidar los cuerpos que hallamos en el interior, la mayoría completamente calcinados de un viejo que llevaba traje de militar, una dama de la que solo encontramos pedazos de lo que parecía ser un vestido costoso y de gala -¿Todos ellos que tenían que ver?... deben tener una conexión de rivalidad, de algo estoy seguro una batalla se desato en lugar y por allí deben de haberse escondido los sobrevivientes- tome el arma y tire de nuevo -Necesito ayuda- susurre y mientras lo decía la perilla del cuarto giro lentamente....
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
-Eso es muy radical Holmes- me adentre al cuarto y contemple a Holmes como se aprovechaba de mi cama recién hecha hace dos horas y con sábanas limpias que el con sus zapatos estaba manchado -¡Holmes tus disparos se escuchaban hasta la planta baja!- suspire -¡Nos correrán del hotel y para colmo yo tendré que correrte de mi cama, fuera de ella!- el detective que más de una vez sabía ser más berrinches que un niño de cinco años se negó rotundamente a bajar de mi lugar de descanso -¡Escúchame bien, serás todo un detective y te habrán dado el caso más importante de toda Europa pero!..- mis pasos se detuvieron justo cuando la suela tuvo contacto con algo demasiado duro y frio como el metal -Mi pistola...- llevando mis manos a la cabeza intentando encontrar la paz que más de una vez me faltaba cuando se ponía insoportable -¡Tienes tu propio revolver y utilizas el mío! ¿Porque Sherlock?- negué al ver los agujeros en la pared, me acerque para apreciarlos mejor -Sabías que puedes herir a alguien con esto- dije más tranquilo -Escucha Holmes, se que este caso es más complicado que inclusive el de Suessex, el que insistes que ha concluido, pero eso no te derecho a medio matar a alguien por ello- deje el arma en la mesa de dormir, alejándola lo más que podía del alcance del detective que para mi fortuna había dejado de exhalar humo como un barco de vapor, ese ensueño en el que estaba en desacuerdo pero Holmes insistía en que la física resolvería el problema -Y aunque no lo creas salí en busca de ayuda de ti, aunque a decir verdad debí de haber buscado la ayuda de un loquero- Había visto al detective los días pasado más que agobiado, algo no marchaba bien podía sentirlo, como médico legista sabía que en este caso había algo que no cuadraba, asi que solo había una persona que podía ayudarnos a descifrar la psique retorcida del asesino del teatro.
-Holmes- le insistí acercándome hasta el lecho donde era más que un desastre -Necesito que te levantes de mi cama- con mis manos tome sus pies y con toda la fuerza que podía emplear lo tire al piso -Y me pongas mucho atención- se escucho el choque de su cuerpo con el suelo alfombrado, ignores sus exagerados quejidos y continúe -No se necesita ser un sabio para saber que esto está fuera de toda lógica, pero si se necesita de un experto que puede tener tanto genio como tú para poder descifrar una mente enferma como la que piensa por y para el teatro-junte las manos colocándolas en mis labios mientras de a poco me iba hincando para quedar a su altura -Yo admito que eres muy inteligente, más que eso eres brillante, pero necesitamos un asesino como el falso "Fantasma del teatro" y... yo conseguí a alguien- dije titubeante y consiguiendo pasar saliva para evitar que la resequedad de la garganta acabará con la voz que de pronto se hizo susurrante -Solo hay alguien disponible ahora, residente de París y que ahora él... se ha ofrecido ayudarnos, hace años lo mandamos a prisión pero se libero, da miedo pero no hay más opción-los ojos del detective se posaban fijamente en los míos intentándome pedir una explicación más clara de lo que ocurría -No me entiendes o no recuerdas, cualquiera de las dos en su defecto son probables- enderece mi postura y suplique que pasará el invitado de honor -Doctor- dije cordialmente -Sea usted bienvenido- le invite traspasar la puerta que había dejado entreabierta para que el entrara en el momento justo en que domara la fiera, que debido a la complejidad de sus hipótesis se mostraba entre comillas "pasivo".
-Holmes- le insistí acercándome hasta el lecho donde era más que un desastre -Necesito que te levantes de mi cama- con mis manos tome sus pies y con toda la fuerza que podía emplear lo tire al piso -Y me pongas mucho atención- se escucho el choque de su cuerpo con el suelo alfombrado, ignores sus exagerados quejidos y continúe -No se necesita ser un sabio para saber que esto está fuera de toda lógica, pero si se necesita de un experto que puede tener tanto genio como tú para poder descifrar una mente enferma como la que piensa por y para el teatro-junte las manos colocándolas en mis labios mientras de a poco me iba hincando para quedar a su altura -Yo admito que eres muy inteligente, más que eso eres brillante, pero necesitamos un asesino como el falso "Fantasma del teatro" y... yo conseguí a alguien- dije titubeante y consiguiendo pasar saliva para evitar que la resequedad de la garganta acabará con la voz que de pronto se hizo susurrante -Solo hay alguien disponible ahora, residente de París y que ahora él... se ha ofrecido ayudarnos, hace años lo mandamos a prisión pero se libero, da miedo pero no hay más opción-los ojos del detective se posaban fijamente en los míos intentándome pedir una explicación más clara de lo que ocurría -No me entiendes o no recuerdas, cualquiera de las dos en su defecto son probables- enderece mi postura y suplique que pasará el invitado de honor -Doctor- dije cordialmente -Sea usted bienvenido- le invite traspasar la puerta que había dejado entreabierta para que el entrara en el momento justo en que domara la fiera, que debido a la complejidad de sus hipótesis se mostraba entre comillas "pasivo".
J.H. Watson- Humano Clase Alta
- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Hannibal Lecter, uno de los nombres que con ser pronunciado provoca terror entre ricos y pobres, un hombre maduro que quedo inmortalizado más que en hojas de periódico, en hojas que quedaron olvidadas en algún sótano del archivo policiaco, el vampiro cuyas costumbres de canibalismo no son tan conocidas en el París que le ha tocado, allí sus crímenes no son conocidos como en Inglaterra y otros países europeos donde ese cínico ser ha atrevido a poner sus pies, un hombre de doble cara cuya genialidad parece está beneficiando a la ciencia que intenta surgir para descifrar y curar las mentes y por el otro un asesino en serie que disfruta del arte culinario con las mejillas y alguna parte que aparente ser un delicia que pueda acompañarse con un poco de vino mientras contempla con sus ojos azules, la mirada falsa de un querubín la chimenea o los cuadros de su lujosa mansión.
Esa era la descripción perfecta de una noche en que su manjar que degustaba fue interrumpido y la lectura del periódico tuvo que ser suspendida -Lo siento querida, parece que nuestra cena será abruptamente interrumpida- se levanto de la mesa y elegantemente como todo caballero realzo un ligera reverencia -Parece que acaba de llegar alguien mas... exquisito que tu- sonrió placenteramente al plato de porcelana que reposaba en su mesa, la mujer estaba presente, pero cocida y acompañada con ensalada.
Se dirigió a la puerta, el don exquisito del olfato que le caracterizaba percibía un olor a humano, de clase acomodada y con un aroma francés artificialmente masculino, su mente trabajo más de la cuenta, intentaba a marchas forzadas recordar de donde conocía ese aroma antes, a sus recuerdos cara tras cara de un posible victima fueron invocadas, ninguna poseía el delicioso aroma.
Se dirigió entonces a la puerta y lentamente giro de la perilla con pañuelo de tela blanco que había sacado de su solapa previamente cubriendo la palma de la mano mientras esta tuviera contacto con el metal -Buenas noches Monseuir Watson- saludo de manera cordial, con una sonrisa demasiado franca, la imagen fue hasta él antes de dar el último giro a la cerradura de la casa, el ayudante de Sherlock Holmes, un hombre que años atrás se encargo de meterle a la cárcel, aunque quería cobrar regalías por su popular caso en los principales diarios de Inglaterra al lucrar con su imagen quizás convirtiéndole en un delicioso estofado, la expresión del tipo lograba convencer a Hannibal de que si le buscaban era atrapar a otro pez mucho más peligroso que él, cabe mencionar que la plática fue breve, el doctor sabía los terrenos que pisaba con caníbal cerca suyo pero la desesperación por atrapar al "Fantasma de la ópera de París" era mucho mayor que el pánico.
La cena y la joven quedarían frías por segunda vez y desperdiciadas para siempre, ambos vampiro y humano abandonaron la residencia y se dirigieron al norte de París con dirección al Hotel des Arenes, en el camino a bordo del carruaje en el que John Watson había llegado no se había generado ni una sola frase entre ambos, ya se habían contado lo suficiente, el doctor había acertado en su primera hipótesis, el ayudante del detective inglés le busco exclusivamente para que colaborara en la captura de uno de los seres más peligrosos, ambos cruzaban miradas a veces, pero el vampiro tenía sus orbes más fuertes y penetrantes que terminaban ganado la guerra en contra de las pupilas del médico.
Cuando llegaron a las instalaciones del elegante hotel, multiples disparos se escucharon en el piso de arriba, sí como las muestras de miedo y confusión del resto de los inquilinos que terminaron por simpatizar con Hannibal, el hombre era admirado por su porte al caminar o dirigir miradas, el simplemente deducía lo que la gente quería.
Espero afuera hasta que Watson lograra cambiar los modales y el temperamento del detective y entonces al oir esa cordial bienvenida que maquillaba el miedo del doctor asomo la cabeza por la puerta entrecerrada, desde allí contemplo como Holmes se hallaba en el piso y Watson estaba reincorporándose a su postura antropomórficamente humana -Ya veo que los años no pasan por usted Monseuir Holmes- enmarco sus palabras educadamente -Y agradezco la bienvenida doctor Watson- realizo la acostumbrada reverencia hacia los anfitriones -Dígame ¿Practica par la captura de su fantasma?- le pregunto al detective mientras observaba cuidadosamente los orificios en la pared, sin llegar hasta ellos -Porque déjeme informarle que... esa es la manera más tonta de atrapar a un asesino en serie, nosotros siempre nos adelantamos a las circunstancias, la voz de experiencia le habla-señalo a sí mismo con la mano firmemente colocada en pecho -Somos enfermos sí, pero no tontos, un enfermedad que al parecer tardaremos siglos en que se sepa con certeza la causa, recuerde que él se considera asi mismo ángel de la muerte, la máquina de tortura perfecta para exterminar todo París de ser necesario- sonrió complacido -Si me recuerda ¿no es así?, Soy el Doctor Hannibal Lecter más conocido por usted como Hannibal el caníbal- enfatizo su nombre y con la caballerosa sonrisa que en su trasfondo solo pretendía burlarse de los demás, espero la reacción del detective que había quedado más que perplejo al ver cara a cara a un hombre que ante la ley le causo demasiados problemas, poniendo en tela de juicio su eficacia como detective.
Esa era la descripción perfecta de una noche en que su manjar que degustaba fue interrumpido y la lectura del periódico tuvo que ser suspendida -Lo siento querida, parece que nuestra cena será abruptamente interrumpida- se levanto de la mesa y elegantemente como todo caballero realzo un ligera reverencia -Parece que acaba de llegar alguien mas... exquisito que tu- sonrió placenteramente al plato de porcelana que reposaba en su mesa, la mujer estaba presente, pero cocida y acompañada con ensalada.
Se dirigió a la puerta, el don exquisito del olfato que le caracterizaba percibía un olor a humano, de clase acomodada y con un aroma francés artificialmente masculino, su mente trabajo más de la cuenta, intentaba a marchas forzadas recordar de donde conocía ese aroma antes, a sus recuerdos cara tras cara de un posible victima fueron invocadas, ninguna poseía el delicioso aroma.
Se dirigió entonces a la puerta y lentamente giro de la perilla con pañuelo de tela blanco que había sacado de su solapa previamente cubriendo la palma de la mano mientras esta tuviera contacto con el metal -Buenas noches Monseuir Watson- saludo de manera cordial, con una sonrisa demasiado franca, la imagen fue hasta él antes de dar el último giro a la cerradura de la casa, el ayudante de Sherlock Holmes, un hombre que años atrás se encargo de meterle a la cárcel, aunque quería cobrar regalías por su popular caso en los principales diarios de Inglaterra al lucrar con su imagen quizás convirtiéndole en un delicioso estofado, la expresión del tipo lograba convencer a Hannibal de que si le buscaban era atrapar a otro pez mucho más peligroso que él, cabe mencionar que la plática fue breve, el doctor sabía los terrenos que pisaba con caníbal cerca suyo pero la desesperación por atrapar al "Fantasma de la ópera de París" era mucho mayor que el pánico.
La cena y la joven quedarían frías por segunda vez y desperdiciadas para siempre, ambos vampiro y humano abandonaron la residencia y se dirigieron al norte de París con dirección al Hotel des Arenes, en el camino a bordo del carruaje en el que John Watson había llegado no se había generado ni una sola frase entre ambos, ya se habían contado lo suficiente, el doctor había acertado en su primera hipótesis, el ayudante del detective inglés le busco exclusivamente para que colaborara en la captura de uno de los seres más peligrosos, ambos cruzaban miradas a veces, pero el vampiro tenía sus orbes más fuertes y penetrantes que terminaban ganado la guerra en contra de las pupilas del médico.
Cuando llegaron a las instalaciones del elegante hotel, multiples disparos se escucharon en el piso de arriba, sí como las muestras de miedo y confusión del resto de los inquilinos que terminaron por simpatizar con Hannibal, el hombre era admirado por su porte al caminar o dirigir miradas, el simplemente deducía lo que la gente quería.
Espero afuera hasta que Watson lograra cambiar los modales y el temperamento del detective y entonces al oir esa cordial bienvenida que maquillaba el miedo del doctor asomo la cabeza por la puerta entrecerrada, desde allí contemplo como Holmes se hallaba en el piso y Watson estaba reincorporándose a su postura antropomórficamente humana -Ya veo que los años no pasan por usted Monseuir Holmes- enmarco sus palabras educadamente -Y agradezco la bienvenida doctor Watson- realizo la acostumbrada reverencia hacia los anfitriones -Dígame ¿Practica par la captura de su fantasma?- le pregunto al detective mientras observaba cuidadosamente los orificios en la pared, sin llegar hasta ellos -Porque déjeme informarle que... esa es la manera más tonta de atrapar a un asesino en serie, nosotros siempre nos adelantamos a las circunstancias, la voz de experiencia le habla-señalo a sí mismo con la mano firmemente colocada en pecho -Somos enfermos sí, pero no tontos, un enfermedad que al parecer tardaremos siglos en que se sepa con certeza la causa, recuerde que él se considera asi mismo ángel de la muerte, la máquina de tortura perfecta para exterminar todo París de ser necesario- sonrió complacido -Si me recuerda ¿no es así?, Soy el Doctor Hannibal Lecter más conocido por usted como Hannibal el caníbal- enfatizo su nombre y con la caballerosa sonrisa que en su trasfondo solo pretendía burlarse de los demás, espero la reacción del detective que había quedado más que perplejo al ver cara a cara a un hombre que ante la ley le causo demasiados problemas, poniendo en tela de juicio su eficacia como detective.
Hannibal Lecter- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 05/09/2013
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
-¡Ah! ya llego mi madre- conteste aborrecido por la presencia de Watson -Si, si , si- respondí con un gran y premeditado bostezo -Yo estoy bien gracias ¿Y tú que tal Hamish?- ese bendito nombre que tanto odiaba era el que más me gustaba pronunciar cuando empezaba a exaltarse sin ni siquiera escuchar lo que yo tenía que decir a mi defensa, era como ver un tomate en las hortalizas solamente que este además de tener una boca que ni Dios bajando del cielo la podía callar, tenía extremidades que querían estrangularme de no ser porque esa patología no era propia del doctorcito -Será a ti a quién corran del hotel y ¡No me quitaré de aquí Watson!, técnicamente yo llegue primero que a tu a este hotel y... por tanto esta cama es mía- jugueteaba con la pistola como si en realidad el no estuviera allí, simplemente me limitaba a observar la puerta y mientras él seguía sacando pestes yo observa con detenimiento, alguien nos escuchaba tras la puerta, sonreí pensando en que era el imprudente del vecino que siempre metía su nariz donde no le llaman -Sí claro, ajá- tiraba de un loco a mi compañero que estaba más nervioso que una mujer histérica a punto de parir -Si tanto quieres quitarme de aquí- levante la voz que muy pronto ahogo a la suya -Bájeme usted que para eso tiene manos-suspire tranquilamente sin que sus amenazas me causaran gran preocupación, al final de cuentas de un momento a otro tendría que moverme para ir a espantar a los pájaros del alambre -En cuanto a su revólver, se perfectamente que yo tengo el mío, le recuerdo que estoy lo suficientemente grande como para no saber lo que poseo en mis arcas, pero a poco me cree usted tan tonto para que.... en caso de que alguien viniera a buscar responsables por los daños al inmueble fuera yo el que pagará por los daños- no podía esperar otra respuesta del doctor más que mi nombre dicho casi en forma de insulto -Sí así me llamo Sherlock Holmes y si sigues así, gastándote mi nombre terminarás comprándome un nuevo, además... tu eres el hombre de clase alta y yo solo soy un simple detective que gana sus modestos honorarios con casos que salen casualmente, piensa y reflexiona que yo no tendría el dinero para cubrir las demandas del los dueños del hotel, en cambio tú sí, es por ello que tome su arma- le veía apenas con el rabillo del ojo, no me apetecía siquiera mover alguna parte de mi humano cuerpo, las sábanas eran envolventes y a comparación de las mías, las suyas no olían a tabaco -¿Y por qué no?- proteste -El que muera por un disparo que salga de esta arma será en nombre de la justicia- Watson me vio extrañado -Vamos, necesito algo para despejar mi mente, quizá un cadáver que me funcione como sujeto de disección me hará tener el pensamiento claro- o quizás yo estaba enloqueciendo con todo las imágenes que en repetidas ocasiones venían a mi cabeza y era cuando me preguntaba ¿que clase de loco disfrutaría ver tan crudas escenas para alimentar su leyenda?, vino hasta los recovecos de mi pensamiento aquel caso de un caníbal que eran tan o más inteligente que este servidor, -¿Y si era él?- reflexionaba y ni siquiera sabía si Watson seguía hablando como idiota pero era más poderosa la voz del pasado –Aún así las cuentas seguían sin cuadrar, aquel asesino tenía poco menos de cuatro o cinco años desde que había intentado sembrar el terror por las calles de Londres, es una estúpida idea- después de esto la deseche como si fuese una hoja de papel inservible, hecha una pequeña bola que fuera directo a la basura, suspiraba, en búsqueda de una mejor hipótesis y en vez de eso solo encontré el cobijo de la alfombra y el dolor en la región lumbar al tener un encuentro cercano con el piso -¡Que demonios le sucede Watson!, ¿pretende matarme?, si quiere deshacerse de mí busque una forma más madura de hacerlo ¡quiere!- le vi desde mi posición, el semblante del doctor cambio ten pronto como menciono la palabra ayuda e invitado –No necesito ayuda- proteste e intente poner la seriedad que se debía tener en esos caso, pero la gracia que me causaba John era más poderosa, en un momento su piel se puso pálida, que juraría que si su miedo subía de grado terminaría por desaparecer, las pupilas se contraían y su cuerpo no podía permanecer ni dos minutos quieto –Siento que usted es el que terminará por necesitar la ayuda del loquero- asentí con una amplia sonrisa que quito lo tenso y monótono al momento –Ya Hamish déjese de suspensos y dígame quién es el invitado, por su rostro deduzco que de no ser ilógico invito al mismo demonio- entonces la puerta se abrió al termino de la elegante bienvenida –Y no me he equivocado- susurro y de inmediato me pongo de pie, siento las manos vacía e indefenso, tomo el revólver y lo cobijo entre mis manos -¡Como diablos del infierno endemoniados se te ocurre traer a semejante cosa aquí!- el mismo sujeto que estaba en mi mente instantes antes, ahora, estaba aquí en persona en mi cuarto de hotel –Este… caballero en que… en que nos puede ayudar Watson, y te quejas que el loco soy yo- veo al doctor quién no quita la mirada del hombre que observaba todo el lugar con detenida atención, para detenerse conmigo y bridarme una intimidante sonrisa -¿Su invitado Watson está vacunado?- suspiro en busca de calma y no era tanto el miedo, sino que ese sujeto me hizo ver la suerte mientras resolvía su caso –Es decir- me disculpo -porque se le olvido el bozal- aclaro la voz y entonces el sin más se echa a reír a carcajadas.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
-Usted siempre tan amable- sonrió sin pudor, mientras su mirada se desviaba a todos los espacios a la vista... ¿Que buscaba?, en realidad la mente del detective siempre le había parecido atrayente, para Hannibal estaba claro que Sherlock Holmes era quizás tan demente como él, sin embargo este de cierta forma moderado y controlado por las circunstancias y su fiel compañero el doctor Watson.
Hannibal era de gustos exquisitos y sin duda alguna no hallo pieza alguna que robará su atención en el interior de la habitación, al menos no en ese momento en el que su mirada regresó a confrontar la del detective y unos instantes después estallo a carcajadas -Usted me perdonará- decía en medio de esa misterioso y terrorífico gesto de diversión -Pero es que el doctor, aquí presente tenía tanto pavor de estar solo ante mi presencia que nuestro primer encuentro fue breve, tan fugaz que no dejo ni siquiera terminar de degustar mi cena-suspiro como única expresión posible al anhelo de regresar frente a ese platillo, cuyo sabor era exquisitamente perfecto -Una pena, tan linda chica- su risa paro y un momento de completa seriedad le sustituía, Hannibal sabía lo que decía y frente a quién lo decía, aquel caballero gustaba y encontraba placer al mofarse de los fracasos y la impotencia de otros, tenía claro que un comentario como esos para el detective era un golpe a su ego, simplemente era una forma sutil de venganza por el comentario tan despectivo del bozal -Además mi querido detective, las vacunas hasta el momento han sido todo un fallido experimento, no hay tal prevención milagrosa y de haberla creo que ninguna podrá prevenir contra el veneno de otros, mucho menos los que destilamos cierta clase de gente que nos encontramos rayando entre la cordura y la completa demencia, para esos nunca habrá cura- llevo sus manos a la espalda y allí detrás las entrelazo tranquilamente, como si se encontrara disfrutando de esa pinturas en los museos más prestigiosos a los que frecuentaba con bastante frecuencias, sus pasos lentos le llevaban hacia la simulada chimenea que solo formaba parte de la decoración arquitectónica del lugar, finalmente algo llamo su atención, no dijo nada y no pretendió tocar objeto ten extraño sin antes examinar, desnudar su secreto y su pasado con su mirada celeste -¿Porque tan profundo silencio caballeros?- giro a verles -¿Tan intimidante es tener a un espécimen raro como yo?- de nuevo su atención se centro en el objeto y lo cogió entre sus manos -Escuchen, sabía que tarde o temprano nos encontraríamos, me imagine cientos de formas diferentes más nunca pensé que sería por un caso en el que ambas partes tuviéramos cierto interés- sus palabras pronunciadas como si en realidad se tratará de un conversación ocasional fluían como el agua de los ríos ante la amenaza del hombre, el hombre eran ellos, el dúo de policías que muy seguramente no había olvidado y mucho menos perdonando los momentos bochornosos que les hizo pasar en Londres antes y después de su captura, quizás el única caso fallido en la amplia lista de Sherlock Holmes que no ha sido sellado para siempre, prueba más clara no podía ser, al tenerlo frente a ellos, libre y comiendo gente aún en esos días -El caso del "Teatro de la tragedia", el terrible tema que ha sido censurado por muchos, aprovechado por otros e investigado por personas que temen decir la realidad a la que la llevan sus hipótesis- interrumpió el silencio que imperaba en la habitación, para Hannibal esa clase de espacios sin contenidos le era molesto -Y... es porque esa hipótesis rompe toda lógica científica ¿O me equivoco Monseuir Holmes?, lo cierto es que hay cosas que simplemente la ley física no puede explicar y la ley racional no desea saber- levanto el objeto que desde unos minutos antes pasaba de una mano a otra -Hermoso cráneo Holmes, una decoración bastante... moderna y de buen gusto, extravagante-corrigió -Pero de buen gusto- así antes de que el detective pudiese responder a su sarcástico elogio, el vampiro continúo -Yo estoy interesado en el caso porque alguien se me perdió-su mirada se dirigió al techo finamente decorado de ornamentos propios de la época, mientras recordaba anhelosamente a la persona que prácticamente le empujaba a ir cada noche al teatro de París -Era mi obsesión, si asi gustan llamarle y ahora no sé donde ha quedado, además... el sujeto al que se enfrentan es uno de los míos, escúchenlo bien... ambos somos vampiros- sonrió ampliamente mientras su mirada se poso en ambos -¿Alguien gusta sentarse ante el impacto de la noticia?- rio discretamente, mientras disfrutaba de su desconcierto reflejado en sus rostros -Acéptenlo de una vez, de no serlo ¿como es que el asesino ha durado tantos siglos haciendo las mismas atrocidades?, ¿Hijos?, criminológicamente pueden tener el mismo gen pero no el mismo modus y teniéndolo no lo ejecutan al pie de la letra como era el original, ¿un imitador?, es ilógico porque no podría sostener por mucho tiempo el mismo orden y la misma conducta, necesitan estar cambiado constantemente de comportamiento y aún si lo fuera como le hizo para vivir dos siglos, créanme la dieta a base de carne y sangre que no se desprende precisamente de animales, on ayuda mucho a mantenerse joven, mucho menos a ser tan longevos- coloco de manera brusca el cráneo en el mueble artificial -O si es tan amable y tiene una mejor hipótesis Holmes porque no nos comparte su pensar-cruzo los brazos a la altura del pecho -Admítalo usted y su compañero necesita ayuda, están en una confusión total y yo puedo ayudarles a despejar las incógnitas de lo que le está provocando jaquecas innecesarias, de lo que hay detrás del telón carcomido por el fuego, lo que hay en la mente y en la historia de los principales involucrados... soy el único que los entiende, usted esta tan cerca de los ángeles que no sabe escuchar a los demonios-.
Hannibal era de gustos exquisitos y sin duda alguna no hallo pieza alguna que robará su atención en el interior de la habitación, al menos no en ese momento en el que su mirada regresó a confrontar la del detective y unos instantes después estallo a carcajadas -Usted me perdonará- decía en medio de esa misterioso y terrorífico gesto de diversión -Pero es que el doctor, aquí presente tenía tanto pavor de estar solo ante mi presencia que nuestro primer encuentro fue breve, tan fugaz que no dejo ni siquiera terminar de degustar mi cena-suspiro como única expresión posible al anhelo de regresar frente a ese platillo, cuyo sabor era exquisitamente perfecto -Una pena, tan linda chica- su risa paro y un momento de completa seriedad le sustituía, Hannibal sabía lo que decía y frente a quién lo decía, aquel caballero gustaba y encontraba placer al mofarse de los fracasos y la impotencia de otros, tenía claro que un comentario como esos para el detective era un golpe a su ego, simplemente era una forma sutil de venganza por el comentario tan despectivo del bozal -Además mi querido detective, las vacunas hasta el momento han sido todo un fallido experimento, no hay tal prevención milagrosa y de haberla creo que ninguna podrá prevenir contra el veneno de otros, mucho menos los que destilamos cierta clase de gente que nos encontramos rayando entre la cordura y la completa demencia, para esos nunca habrá cura- llevo sus manos a la espalda y allí detrás las entrelazo tranquilamente, como si se encontrara disfrutando de esa pinturas en los museos más prestigiosos a los que frecuentaba con bastante frecuencias, sus pasos lentos le llevaban hacia la simulada chimenea que solo formaba parte de la decoración arquitectónica del lugar, finalmente algo llamo su atención, no dijo nada y no pretendió tocar objeto ten extraño sin antes examinar, desnudar su secreto y su pasado con su mirada celeste -¿Porque tan profundo silencio caballeros?- giro a verles -¿Tan intimidante es tener a un espécimen raro como yo?- de nuevo su atención se centro en el objeto y lo cogió entre sus manos -Escuchen, sabía que tarde o temprano nos encontraríamos, me imagine cientos de formas diferentes más nunca pensé que sería por un caso en el que ambas partes tuviéramos cierto interés- sus palabras pronunciadas como si en realidad se tratará de un conversación ocasional fluían como el agua de los ríos ante la amenaza del hombre, el hombre eran ellos, el dúo de policías que muy seguramente no había olvidado y mucho menos perdonando los momentos bochornosos que les hizo pasar en Londres antes y después de su captura, quizás el única caso fallido en la amplia lista de Sherlock Holmes que no ha sido sellado para siempre, prueba más clara no podía ser, al tenerlo frente a ellos, libre y comiendo gente aún en esos días -El caso del "Teatro de la tragedia", el terrible tema que ha sido censurado por muchos, aprovechado por otros e investigado por personas que temen decir la realidad a la que la llevan sus hipótesis- interrumpió el silencio que imperaba en la habitación, para Hannibal esa clase de espacios sin contenidos le era molesto -Y... es porque esa hipótesis rompe toda lógica científica ¿O me equivoco Monseuir Holmes?, lo cierto es que hay cosas que simplemente la ley física no puede explicar y la ley racional no desea saber- levanto el objeto que desde unos minutos antes pasaba de una mano a otra -Hermoso cráneo Holmes, una decoración bastante... moderna y de buen gusto, extravagante-corrigió -Pero de buen gusto- así antes de que el detective pudiese responder a su sarcástico elogio, el vampiro continúo -Yo estoy interesado en el caso porque alguien se me perdió-su mirada se dirigió al techo finamente decorado de ornamentos propios de la época, mientras recordaba anhelosamente a la persona que prácticamente le empujaba a ir cada noche al teatro de París -Era mi obsesión, si asi gustan llamarle y ahora no sé donde ha quedado, además... el sujeto al que se enfrentan es uno de los míos, escúchenlo bien... ambos somos vampiros- sonrió ampliamente mientras su mirada se poso en ambos -¿Alguien gusta sentarse ante el impacto de la noticia?- rio discretamente, mientras disfrutaba de su desconcierto reflejado en sus rostros -Acéptenlo de una vez, de no serlo ¿como es que el asesino ha durado tantos siglos haciendo las mismas atrocidades?, ¿Hijos?, criminológicamente pueden tener el mismo gen pero no el mismo modus y teniéndolo no lo ejecutan al pie de la letra como era el original, ¿un imitador?, es ilógico porque no podría sostener por mucho tiempo el mismo orden y la misma conducta, necesitan estar cambiado constantemente de comportamiento y aún si lo fuera como le hizo para vivir dos siglos, créanme la dieta a base de carne y sangre que no se desprende precisamente de animales, on ayuda mucho a mantenerse joven, mucho menos a ser tan longevos- coloco de manera brusca el cráneo en el mueble artificial -O si es tan amable y tiene una mejor hipótesis Holmes porque no nos comparte su pensar-cruzo los brazos a la altura del pecho -Admítalo usted y su compañero necesita ayuda, están en una confusión total y yo puedo ayudarles a despejar las incógnitas de lo que le está provocando jaquecas innecesarias, de lo que hay detrás del telón carcomido por el fuego, lo que hay en la mente y en la historia de los principales involucrados... soy el único que los entiende, usted esta tan cerca de los ángeles que no sabe escuchar a los demonios-.
Hannibal Lecter- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2013
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
De no ser por el miedo que me mantenía preso, le hubiera contestado a Holmes como debiera, tenía mucho para refutarle pero poco aliento para declamarlo.
Lo único que ahora me preocupaba es como reaccionarían ambos, ellos eran como el agua y el aceite, por un Hannibal era igual o más inteligente que mi compañero, tenía un gusto y unos modales de los que yo no podía dar queja, su defecto recaía en que al igual que el detective a mi lado el poseía el mismo don de la deducción, sin embargo el iba encaminado al asesinato y la burla del resto de los que estábamos alrededor suyo, por otro lado Holmes eran un hombre con alma de niño con modales y comportamientos casi idénticos a los que tendría alguien con cuatro años a cuestas, su "poder" de deducción e inteligencia iba encaminada a atrapar a tipos como Lecter y sus comentarios prácticamente se comía vivos a todo el que se equivocara o rayara fuera de todo su universo lógico -Son tan opuestos- pensaba -Y tan iguales a la vez- veía con cierto pavor como sus miradas se cruzaban, eran como perros de pelea que en el ruedo estuvieran esperando el descuido del otro para morder y rasguñar, Sherlock mantenía sus puños cerrados, se podían ver a leguas las venas que las conformaban, era sin duda mucho el resentimiento que mi compañero tenía hacia el asesino y que acrecentaba con semejantes comentarios frente a él, incluso sin en estar en su piel, tomaba sus sarcasmos como insultos y Hannibal se paseaba como si se tratara de una visita guiada a un lugar nuevo y extravagante, no daba la cara, simplemente prefería decir todo cuanto se le ocurriera mientras jugueteaba con el cráneo que hasta donde yo recuerdo le había pedido a Holmes que lo desechara -Pero en otro momento será el reclamo- pensé.
Solo a mí se me había ocurrido reunir a dos genios que trabajaban para bandos opuestos, pero no vi otra salida, aún no entendía la razón que me orillo, aunque intentaba convencerme a mí mismo que simplemente era para Holmes dejará de hacer agujeros en la pared y encerrarse por meses en cuarto de hotel, sin embargo toda esta ideología tenía otro trasfondo que maquillaba la realidad....
El día que Holmes recibió a las puertas de este cuarto el reporte y la orden de la policía parisina que lo ponía al frente de este caso algo no cuadraba, la persona que vino no tenía un pinta de policía, muy por el contrario parecía una persona humilde y amable, con una deformación notable en la cara y debajo del sombrero se le podía ver la calva y al rato otro sujeto llego, esta vez con una apariencia de pocos amigos y con porte de verdugo que le entrego a Holmes la misma orden con la diferencia de que este último lo llevo a examinar el lugar de los hechos. Holmes insistió en que se trataba del típico error policiaco donde los jefes en turno peleaban sus protagonismo en casos de gran revuelo y que no le diera importancia, trabajaría para ambas ordenes, recuerdo perfectamente la noche que estábamos en la sala destruida y examinando lo poco que quedo de ropajes, todo este movimiento para no levantar más sospechas de las que ya andaba de boca en boca y de encabezado en encabezado, en el recinto había una persona de más, fue cuando supe que él, Hannibal había vuelto, lo vi con un traje de oficial, como podría olvidar una mirada tan atroz y penetrante como la suya y que decir del porte que vislumbro al juez y al jurado los días de juicio en Londres, note que estaba más pálido y con un carisma mas atrayente que cuando lo conocí.
Me hice miles de hipótesis al respecto, y también del caso, días y noches intente ayudar a mi amigo a desentrañar el misterio, no conseguí absolutamente nada, salvo complicarme más la existencia al ver que las cuentas entre siglos y casos inconclusos no cuadraban, así que aunque absurdo, contemple la idea de que las habladurías de gente sobre vampiros, brujos y demás tenían algo de ciertas y tenían que ver con esto y recordando que Hannibal también de la noche a la mañana tenía atributos que jamás pensé incrementaran, deduje aunque me niegue a reconocer algo más allá de la comprensión humana.
Escuchaba a aquel hombre con atención, para mi suerte estaba de acuerdo con él en todo, hasta que pronunció esa bendita o ya no sé si decir maldita palabra "vampiro", un escalofrío recorrió todo mi cuerpo deteniéndose en mi cabeza que comenzaba a punzar y en mi estomago provocaba un sensación de vacío, si estaba en lo cierto pero más allá de lo ilógico que esto podía significar para un hombre de ciencia, me resultaba increíble que Hannibal fuera un ejemplar de ellos, lo imagine sí, pero jamás pensé que fuese posible -No, no es necesario tomar asiento- respondo titubeante y el continúa, después azota el cráneo contra la piedra de fantasía y yo no hago más que cerrar los ojos, rogado porque no se rompa, una vez que concluye me entrometo en la conversación -En primer lugar porque... porque mejor no nos calmamos- dije nervioso -Como usted lo dijo somos hombres de ciencia y la hipótesis que no queremos aceptar y censurar como otros tantos es difícil de entender- camino evitando la mirada de ambos, simplemente hago lo único que se me ocurrió en el momento para que ninguno de los dos tomará la iniciativa de matarse -Indagar una idea como esa es un golpe psicológico que aunque mi compañero diga lo contario no estamos preparados aunque... yo he... comenzado a aceptarlo- vi Holmes por instantes, como si en mis ojos le pidiera disculpas por lo que acababa de hacer -Y por eso... eso recurrí a usted- dirigí la vista hacía Hannibal, aunque no tarde mucho en retirar la mirada, era demasiado pesada para un simple médico -Le ruego disculpe la descortesía de mi compañero- me vi levemente y me limite ver la alfombra y aunque los detalles y el color vino que tenía me lo sabía de memoria, me hacia mantenerme más tranquilo y sereno -Otra cosa Hannibal, no lo tome a mal pero, ese cráneo era de...-interrumpo mis palabras, pensando que al decir de quién era pudiera cometer otra imprudencia más -Olvídelo-retome -Solo no lo toque, le digo por su bien-aunque aquí los únicos que debíamos cuidarnos y dar ese tipo de precauciones era a nosotros mismos, además de caníbal y psicópata, el hombre que se mofaba de nosotros al frente era un vampiro y de ser verdad su existencia estábamos ante un peligro inminente.
El momento sigue siendo tenso, Sherlock no habla, no contesta, de no ser porque sus puños seguían igual y su abdomen seguía el movimiento de su respiración juraría que había muerto o quedado petrificado, con la mirada fija en el caníbal y sin parpadear -Así que... usted perdió a alguien allí ¿Cierto?-cuestione en voz alta mientras en mis pensamientos me preguntaba a quién podía haber perdido para que tan fácilmente se prestará a la situación, cuando regrese del interior de mi mente el detective de nueva cuenta estaba con sus impertinencias -¡Holmes!- proteste intentando frenar su fluido habla, mismo que en vez de eso me ordeno traer los expedientes que estaban regados al otro extremo del cuarto, me prometió estar calmado y accedí, me aleje escuchando que empezaban a dejar un poco el odio e intentaban hallar el gato encerrado en todo esto, por el cielo solo espero que pronto no se convierta esto en un infierno.
Solo hay algo que aún me intriga ¿Quién era el primer hombre o enviado de quién era el primer hombre que trajo la orden? ¿De verdad sería una disputa por jefes de la policía para obtener el protagonismo y los servicios de Sherlock Holmes?
Lo único que ahora me preocupaba es como reaccionarían ambos, ellos eran como el agua y el aceite, por un Hannibal era igual o más inteligente que mi compañero, tenía un gusto y unos modales de los que yo no podía dar queja, su defecto recaía en que al igual que el detective a mi lado el poseía el mismo don de la deducción, sin embargo el iba encaminado al asesinato y la burla del resto de los que estábamos alrededor suyo, por otro lado Holmes eran un hombre con alma de niño con modales y comportamientos casi idénticos a los que tendría alguien con cuatro años a cuestas, su "poder" de deducción e inteligencia iba encaminada a atrapar a tipos como Lecter y sus comentarios prácticamente se comía vivos a todo el que se equivocara o rayara fuera de todo su universo lógico -Son tan opuestos- pensaba -Y tan iguales a la vez- veía con cierto pavor como sus miradas se cruzaban, eran como perros de pelea que en el ruedo estuvieran esperando el descuido del otro para morder y rasguñar, Sherlock mantenía sus puños cerrados, se podían ver a leguas las venas que las conformaban, era sin duda mucho el resentimiento que mi compañero tenía hacia el asesino y que acrecentaba con semejantes comentarios frente a él, incluso sin en estar en su piel, tomaba sus sarcasmos como insultos y Hannibal se paseaba como si se tratara de una visita guiada a un lugar nuevo y extravagante, no daba la cara, simplemente prefería decir todo cuanto se le ocurriera mientras jugueteaba con el cráneo que hasta donde yo recuerdo le había pedido a Holmes que lo desechara -Pero en otro momento será el reclamo- pensé.
Solo a mí se me había ocurrido reunir a dos genios que trabajaban para bandos opuestos, pero no vi otra salida, aún no entendía la razón que me orillo, aunque intentaba convencerme a mí mismo que simplemente era para Holmes dejará de hacer agujeros en la pared y encerrarse por meses en cuarto de hotel, sin embargo toda esta ideología tenía otro trasfondo que maquillaba la realidad....
El día que Holmes recibió a las puertas de este cuarto el reporte y la orden de la policía parisina que lo ponía al frente de este caso algo no cuadraba, la persona que vino no tenía un pinta de policía, muy por el contrario parecía una persona humilde y amable, con una deformación notable en la cara y debajo del sombrero se le podía ver la calva y al rato otro sujeto llego, esta vez con una apariencia de pocos amigos y con porte de verdugo que le entrego a Holmes la misma orden con la diferencia de que este último lo llevo a examinar el lugar de los hechos. Holmes insistió en que se trataba del típico error policiaco donde los jefes en turno peleaban sus protagonismo en casos de gran revuelo y que no le diera importancia, trabajaría para ambas ordenes, recuerdo perfectamente la noche que estábamos en la sala destruida y examinando lo poco que quedo de ropajes, todo este movimiento para no levantar más sospechas de las que ya andaba de boca en boca y de encabezado en encabezado, en el recinto había una persona de más, fue cuando supe que él, Hannibal había vuelto, lo vi con un traje de oficial, como podría olvidar una mirada tan atroz y penetrante como la suya y que decir del porte que vislumbro al juez y al jurado los días de juicio en Londres, note que estaba más pálido y con un carisma mas atrayente que cuando lo conocí.
Me hice miles de hipótesis al respecto, y también del caso, días y noches intente ayudar a mi amigo a desentrañar el misterio, no conseguí absolutamente nada, salvo complicarme más la existencia al ver que las cuentas entre siglos y casos inconclusos no cuadraban, así que aunque absurdo, contemple la idea de que las habladurías de gente sobre vampiros, brujos y demás tenían algo de ciertas y tenían que ver con esto y recordando que Hannibal también de la noche a la mañana tenía atributos que jamás pensé incrementaran, deduje aunque me niegue a reconocer algo más allá de la comprensión humana.
Escuchaba a aquel hombre con atención, para mi suerte estaba de acuerdo con él en todo, hasta que pronunció esa bendita o ya no sé si decir maldita palabra "vampiro", un escalofrío recorrió todo mi cuerpo deteniéndose en mi cabeza que comenzaba a punzar y en mi estomago provocaba un sensación de vacío, si estaba en lo cierto pero más allá de lo ilógico que esto podía significar para un hombre de ciencia, me resultaba increíble que Hannibal fuera un ejemplar de ellos, lo imagine sí, pero jamás pensé que fuese posible -No, no es necesario tomar asiento- respondo titubeante y el continúa, después azota el cráneo contra la piedra de fantasía y yo no hago más que cerrar los ojos, rogado porque no se rompa, una vez que concluye me entrometo en la conversación -En primer lugar porque... porque mejor no nos calmamos- dije nervioso -Como usted lo dijo somos hombres de ciencia y la hipótesis que no queremos aceptar y censurar como otros tantos es difícil de entender- camino evitando la mirada de ambos, simplemente hago lo único que se me ocurrió en el momento para que ninguno de los dos tomará la iniciativa de matarse -Indagar una idea como esa es un golpe psicológico que aunque mi compañero diga lo contario no estamos preparados aunque... yo he... comenzado a aceptarlo- vi Holmes por instantes, como si en mis ojos le pidiera disculpas por lo que acababa de hacer -Y por eso... eso recurrí a usted- dirigí la vista hacía Hannibal, aunque no tarde mucho en retirar la mirada, era demasiado pesada para un simple médico -Le ruego disculpe la descortesía de mi compañero- me vi levemente y me limite ver la alfombra y aunque los detalles y el color vino que tenía me lo sabía de memoria, me hacia mantenerme más tranquilo y sereno -Otra cosa Hannibal, no lo tome a mal pero, ese cráneo era de...-interrumpo mis palabras, pensando que al decir de quién era pudiera cometer otra imprudencia más -Olvídelo-retome -Solo no lo toque, le digo por su bien-aunque aquí los únicos que debíamos cuidarnos y dar ese tipo de precauciones era a nosotros mismos, además de caníbal y psicópata, el hombre que se mofaba de nosotros al frente era un vampiro y de ser verdad su existencia estábamos ante un peligro inminente.
El momento sigue siendo tenso, Sherlock no habla, no contesta, de no ser porque sus puños seguían igual y su abdomen seguía el movimiento de su respiración juraría que había muerto o quedado petrificado, con la mirada fija en el caníbal y sin parpadear -Así que... usted perdió a alguien allí ¿Cierto?-cuestione en voz alta mientras en mis pensamientos me preguntaba a quién podía haber perdido para que tan fácilmente se prestará a la situación, cuando regrese del interior de mi mente el detective de nueva cuenta estaba con sus impertinencias -¡Holmes!- proteste intentando frenar su fluido habla, mismo que en vez de eso me ordeno traer los expedientes que estaban regados al otro extremo del cuarto, me prometió estar calmado y accedí, me aleje escuchando que empezaban a dejar un poco el odio e intentaban hallar el gato encerrado en todo esto, por el cielo solo espero que pronto no se convierta esto en un infierno.
Solo hay algo que aún me intriga ¿Quién era el primer hombre o enviado de quién era el primer hombre que trajo la orden? ¿De verdad sería una disputa por jefes de la policía para obtener el protagonismo y los servicios de Sherlock Holmes?
J.H. Watson- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
-Haber Watson, vayamos poniendo las cosas en claro, el detective aquí soy yo no usted- reclamaba sin quitar la vista del enigmático hombre que por más esfuerzo y empeño de mi parte en observar cada detalle suyo, aún seguía cual hoja en blanco ante mis ojos -Segunda, si usted lo invito es porque ya debería haberlo conocido previamente ¿No? y Tercero deje de meterse donde no le importa y vaya por los expedientes- le observe fijamente, lo que no podía decirle por decencia únicamente, mi mirada lo expresaba, palabras tan afectuosas como -Maldito Watson, me la pagarás una vez que esta bestia se haya ido, si no te comió el, lo haré yo- fluían en el va y ven de mi pensar -Vaya Watson por los expedientes...¡Ahora!- el doctor no tuvo más remedio que moverse inmediatamente, si antes regalarme una mirada llena de preocupación -Ande, vaya, lo mínimo que me puede hacer su amiguito es contagiarme de rabia en intento fallido por comer detective a termino tres cuartos o al vapor- al asesino le dio risa esto último -Se esta divirtiendo mucho no es así señor Lecter- la mirada fija en el piso alfombrado, perdida estaba tratando de ayudarme a descifrar algo que pudiese servir en mi defensa, o mínimamente dejarle en ridículo de la misma y exacta manera en que lo hizo conmigo en los tribunales ingleses -Me alegra ser los bufones que ambienten su cena frustrada por la impertinencia de Watson- finalmente y con la postura erguida, observe al hombre que sostenía el cráneo tan plácidamente como si verlos y tocarlos fuera una costumbre cotidiana de los hombres con clase, como él -Le rogaré que deje a mi "compañero" en donde reposaba ininterrumpidamente antes de tu llegada- le dio un mirada rápida al hueso -Sí, esa cosa que posee en sus manos eran un... colega suyo... los asesinos tienen una masa encefálica realmente interesante- mis pasos se dirigieron al sillón don pacientes esperaban mi pipa y el diario nocturno -No me interesa en lo más mínimo la exquisitez de sus horrendos gustos comestibles, bastante tengo con mal que cocina Watson a diario- me disponía a toma asiento, escuche el cráneo caer de vuelta al mueble que le sostenía, escuchaba los pasos del hombre a mis espaldas, percibía su aroma, una varonil esencia, combinada con aceites orientales en sus manos, con esos datos pronto mi mente comenzó a divagar en las horas previas antes de este fatídico encuentro que me revolvía el estomago -Trae el enemigo en casa y se supone que es un soldado condecorado- pensé mientras negaba con la cabeza, había resuelto el crimen cometido por Hannibal Lecter -¿Le gusta las esencias no es cierto Señor Hannibal?- el hombre no contesto nada -Lo sabía, usted tiene formas, tiene dinero, pero no la suficiente fortuna para comprar esencias importadas de Asia oriental ¿o sí?- mientras le cuestionaba, acomodaba mi lugar de reposo, ese sillón que me acogía mientras pensaba seriamente en la resolución lógica de cada caso que llegaba a mis manos por notas de correo y postales nacionales o locales -Dígame Hannibal... ¿Que piensa hacer con el resto de los frascos? ¿Los venderá a un buen postor o se los rociara como condimento a sus futuras víctimas, porque la de esta noche supo a la gloria misma con un poco de esencia de loto, es cierto?, vaya sustituto de sal- dije sarcástico, escuchando cada palabra una sonrisa salió sin pena ni vergüenza al escucharle hablar -Usted es un enfermo, no un Dios, lo digo por si cree que confesar sus crímenes cual anécdotas de un día cotidiano no lo llevará a la prisión un día no muy lejano- era un completo hipócrita, mis palabras parecían ser elogios en vez de insultos, se alía de ellas para dar a su persona más abolengo que adornara su inteligencia, decidí tomar asiento antes de cometer un asesinato allí mismo -No soy un ángel, que este de parte de ellos no significa que sea uno, ni por un momento lo piense- decía entre dientes y mis manos se aferraban a las braceras del sofá -Soy un hombre de ciencia, no un ser divino-.
Finalmente el doctor había llegado con la fila de hojas esperando ser revisadas por los dos hombres de esa habitación, Watson no cuenta, es solo aprendiz –John pensé que había ido hasta Londres por el expediente… Demoro demasiado, ¿Lo sabía verdad?- mi compañero, con un gesto y actitud de molestia e incomodidad, deposito en mis manos el documento –Ahora… Monseuir Lecter, muéstreme sus dotes predictivos- cruce la pierna de forma varonil, tome la pipa en mis manos y el humo pronto comenzó a elevarse hasta llegar al techo –Vamos, ¿Qué espera?- pregunte con impaciencia –Watson sería tan amable de traer un poco de té y galletas- inmediatamente el hombre protesto –No está la señora Houdson- interrumpí –Y necesito un tentempié- sonreí irónicamente –Y bien Seigneur, je mange tout cru - hable casi en un impecable francés -Ya tiene algo con que sorprender a Sherlock Holmes- arqueo la ceja y le miro retante, orgulloso y victorioso.
Finalmente el doctor había llegado con la fila de hojas esperando ser revisadas por los dos hombres de esa habitación, Watson no cuenta, es solo aprendiz –John pensé que había ido hasta Londres por el expediente… Demoro demasiado, ¿Lo sabía verdad?- mi compañero, con un gesto y actitud de molestia e incomodidad, deposito en mis manos el documento –Ahora… Monseuir Lecter, muéstreme sus dotes predictivos- cruce la pierna de forma varonil, tome la pipa en mis manos y el humo pronto comenzó a elevarse hasta llegar al techo –Vamos, ¿Qué espera?- pregunte con impaciencia –Watson sería tan amable de traer un poco de té y galletas- inmediatamente el hombre protesto –No está la señora Houdson- interrumpí –Y necesito un tentempié- sonreí irónicamente –Y bien Seigneur, je mange tout cru - hable casi en un impecable francés -Ya tiene algo con que sorprender a Sherlock Holmes- arqueo la ceja y le miro retante, orgulloso y victorioso.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Hannibal no dejaba de admirar fascinado todo el ambiente que se formaba a su alrededor, sonreí cada vez que el detective lanzaba una indirecta hacia su persona, sin embargo el era todo un hombre de buenos modales y principios elegantemente arraigados, además ante su aparente gusto por degustar carne humana, debía desarrollar la paciencia, esa era la llave para poder culminar con éxito un asesinato y una agradable cena antes de que el sol irradiara en los horizontes las primeras horas de la mañana -Debo reconocer- dijo relajadamente, mientras recorría gran parte de la pequeña habitación del hotel –Que sigue siendo tan ávido y gentil como siempre- asintió –Y lamento profundamente que los platillos degustados por su persona sean tremendamente desagradables- se detuvo cuando sus pasos chocaron contra la pared que sostenía encima una enorme ventana, por donde todo París hasta sus rincones marginados podían contemplarse sin mucha dificultad -Quizás por eso no suelo estilar, legumbres y carnes del común en mis platillos diarios- lanzo un suspiro sin dejar de observar la bella vista que tenía frente de sí –Aunque yo corregiría horrenda por… exquisita, me parece Monseuir Holmes que esa es la palabra que usted quería decir, en fin- divertido observaba a una mujer ya anciana y enferma vendiendo flores en la acera de enfrente, si algo había que saber sobre Hannibal Lecter es que tenía un gusto especial por estudiar el comportamiento humano, su psique y esa forma tan ilógica de las costumbres que aún hoy en día imperaban en las sociedades modernas, su ansiedad a menudo incrementaba para que los años avanzarán y pudiera ver la decadencia en la caería el hombre en años venideros, solo quería ver que sus hipótesis era ciertas y comprobar de nuevo que siempre en sus estudios había algo de razón.
Se adentro en la conversación del detective, a su callado parecer era un gran ejemplar, único y bastante inteligente para lo que reflejaba su imagen y su edad -¡Bravo!- aclamo Hannibal a Sherlock Holmes –Me sorprende su ingenio Sir, y su manera tan… sutil de decir las cosas- soltó un par de carcajadas burlonas –Es verdad las esencias son unos excelentes sustitutos, ya sabe lo que dice sobre los sustitutos ¿No?, son perjudiciales para la salud… ¿Por qué conoce del tema verdad?- analizando el terreno que pisaba años atrás se dio cuenta que si algo aquel inglés le era absolutamente intolerable, debía ser que se mofaran de su inteligencia o su ignorancia hacia ciertos temas, el egocentrismo del caballero a menudo no era el mejor de los compañeros que pudiera tener.
Con la ceja lazada ligeramente hacia arriba contesto –Hasta donde yo recuerdo antes de entrar aquí, me describió como un demonio y ahora me rebaja a un simple demente, creo que debo hacer atrocidades más seguido cerca de su calle- respondió arrogante –Le recuerdo que yo rompí las barreras de una cárcel tan fácilmente como si solo fuese a tirar de un cordón para tirar del telón de un teatro- camino solo un poco, su mirada extasiada de la decoración tan desequilibrada que formaban entre Sherlock y Watson lo dejaban con la intriga del porque en ese caso podían llevarse tan bien, si solo viendo un lado y otro se observaban mundos completamente opuestos-Anécdotas- mascullo entre dientes –Cierto soy un hombre de gustos extravagantes pero no un idiota… por ejemplo sé que sería una completa acción errada comerme en este preciso momento al gran y renombrado detective Sherlock Holmes y matar al Doctor Watson para degustarlo como un postre o guardarlo para reserva, mientras encuentro el platillo más indicado en que su carne luzca y sepa bien- hizo unos pequeños sonidos con la lengua y el paladar, tomando por sorpresa al detective que ya reposaba en un sillón, cómodamente –Pero echaría a perder una mente brillante y un don único para la medicina en el caso del doctor- sonrió y apartó sus manos de las braceras del cómodo asiento, al escuchar los pasos del fiel confidente del detective.
Sonrió con picardía mientras observaba como su compañero era víctima de sus indirectas y tambien de ordenes como si fuese el sustituto de un ama de llaves, acto seguido solo escucho a Holmes y tomo entre sus manos el expediente del caso, hojas amarillentas y tinta recién plasmada, leyó y releyó las primeras hojas… testimonios, descripciones detalladas del lugar antes y después del ataque, para Hannibal todo eso era un exquisito manjar, a pesar de que buscaba algo con impaciencia, ahora estaba concentrado en el enigma que se marcaba y era leído en la mayoría de los relatos “The Phantom” –El hombre que buscan debe ser un sujeto al que la propia sociedad se encargo de desterrarlo hacia las catacumbas del teatro, este ser le gusta asesinar a placer, obedeciendo dos instintos: naturaleza y venganza, aunque la segunda queda mucho mejor con su modus, un tipo frío que ni siquiera tiene nombre porque el que lleva lo ha robado… digamos que es su llave para obtener todo cuanto quiere, debió de haber cometido un error con alguien, o ese alguien tuvo suerte de salir vivo pero en ese milagro debió suceder una desgracia que le obligo a regresar, ese es su enemigo… un tipo que ya no tiene mucho tiempo para estar entre los vivos- dijo serio, con absoluto misterio en cada una de sus palabras, vio hacia donde se encontraba Holmes entre una expresión de incredulidad y reflexión y Watson que había puesto despacio en una pequeña mesa tres tazas y un plato de galletas, a diferencia de Holmes, este no pudo evitar su sorpresa que fue reflejada en sus labios entre abiertos y expresión de sorpresa.
Se adentro en la conversación del detective, a su callado parecer era un gran ejemplar, único y bastante inteligente para lo que reflejaba su imagen y su edad -¡Bravo!- aclamo Hannibal a Sherlock Holmes –Me sorprende su ingenio Sir, y su manera tan… sutil de decir las cosas- soltó un par de carcajadas burlonas –Es verdad las esencias son unos excelentes sustitutos, ya sabe lo que dice sobre los sustitutos ¿No?, son perjudiciales para la salud… ¿Por qué conoce del tema verdad?- analizando el terreno que pisaba años atrás se dio cuenta que si algo aquel inglés le era absolutamente intolerable, debía ser que se mofaran de su inteligencia o su ignorancia hacia ciertos temas, el egocentrismo del caballero a menudo no era el mejor de los compañeros que pudiera tener.
Con la ceja lazada ligeramente hacia arriba contesto –Hasta donde yo recuerdo antes de entrar aquí, me describió como un demonio y ahora me rebaja a un simple demente, creo que debo hacer atrocidades más seguido cerca de su calle- respondió arrogante –Le recuerdo que yo rompí las barreras de una cárcel tan fácilmente como si solo fuese a tirar de un cordón para tirar del telón de un teatro- camino solo un poco, su mirada extasiada de la decoración tan desequilibrada que formaban entre Sherlock y Watson lo dejaban con la intriga del porque en ese caso podían llevarse tan bien, si solo viendo un lado y otro se observaban mundos completamente opuestos-Anécdotas- mascullo entre dientes –Cierto soy un hombre de gustos extravagantes pero no un idiota… por ejemplo sé que sería una completa acción errada comerme en este preciso momento al gran y renombrado detective Sherlock Holmes y matar al Doctor Watson para degustarlo como un postre o guardarlo para reserva, mientras encuentro el platillo más indicado en que su carne luzca y sepa bien- hizo unos pequeños sonidos con la lengua y el paladar, tomando por sorpresa al detective que ya reposaba en un sillón, cómodamente –Pero echaría a perder una mente brillante y un don único para la medicina en el caso del doctor- sonrió y apartó sus manos de las braceras del cómodo asiento, al escuchar los pasos del fiel confidente del detective.
Sonrió con picardía mientras observaba como su compañero era víctima de sus indirectas y tambien de ordenes como si fuese el sustituto de un ama de llaves, acto seguido solo escucho a Holmes y tomo entre sus manos el expediente del caso, hojas amarillentas y tinta recién plasmada, leyó y releyó las primeras hojas… testimonios, descripciones detalladas del lugar antes y después del ataque, para Hannibal todo eso era un exquisito manjar, a pesar de que buscaba algo con impaciencia, ahora estaba concentrado en el enigma que se marcaba y era leído en la mayoría de los relatos “The Phantom” –El hombre que buscan debe ser un sujeto al que la propia sociedad se encargo de desterrarlo hacia las catacumbas del teatro, este ser le gusta asesinar a placer, obedeciendo dos instintos: naturaleza y venganza, aunque la segunda queda mucho mejor con su modus, un tipo frío que ni siquiera tiene nombre porque el que lleva lo ha robado… digamos que es su llave para obtener todo cuanto quiere, debió de haber cometido un error con alguien, o ese alguien tuvo suerte de salir vivo pero en ese milagro debió suceder una desgracia que le obligo a regresar, ese es su enemigo… un tipo que ya no tiene mucho tiempo para estar entre los vivos- dijo serio, con absoluto misterio en cada una de sus palabras, vio hacia donde se encontraba Holmes entre una expresión de incredulidad y reflexión y Watson que había puesto despacio en una pequeña mesa tres tazas y un plato de galletas, a diferencia de Holmes, este no pudo evitar su sorpresa que fue reflejada en sus labios entre abiertos y expresión de sorpresa.
Hannibal Lecter- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2013
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Escuche atentamente cada palabra, analizaba el terreno, tomaba medias cautelosas y pertinentes, un sabelotodo, no iba a ganarle al mi ingenio, de vez en cuando y aún con credulidad observaba como el tipo cambiaba de página y en otras releía una y otra vez la información, aunque su conjetura era demasiado sagaz y rápida, apoye mi pierna encima de la otra y asentía mientras prendía la pipa que siempre estaba disponible para cubrir mis obvias necesidades de cambio de aires en lugares cerrados.
Sus ojos que extrañamente denotaban pequeños destellos rojos se cruzaron con los míos, ambos se sostenían y se retaban hasta conocer su alcance, Watson por su parte y después de haber llegado con el fino y clásico entremés inglés, tomaba nota, tras nota –No escriba demasiado rápido Watson, de por sí su letra es peor que la de un infante en etapa escolar- interrumpí el discurso, hasta donde recuerdo en aquel juicio, Hannibal detesto de manera enérgica el haber sido interrumpido mientras las palabras fluían para adjudicar su defensa, ante todo solo me estaba divirtiendo un poco con el tipo –Ante tales prisas que lleva el Dr. Hannibal por dictar ideas y alzar juicios premeditados en el caso, también deberé pedir la ayuda de un descifrador de códices para entender sus garabatos- seguí postrado en el sillón, intente que aquel asesino de quinta continuara con su fantástica historia, pero para entonces el ya había acabado -¿Eso es todo Monseuir Lecter?- dije retante –Para ser sincero esperaba… más de su parte- suspire y callé por unos instantes, ignorando si alguno de los dos hombres me estaban dirigiendo su palabra.
Con la vista puesta al frente comencé a atar cabos, las palabras dichas por el doctor hacían que rápidamente solucionara casos anteriores pero no el presente… -Poco tiempo- murmure entre dientes –Watson ¿Recuerda usted que salió en aquella muestra de sangre que recogimos?- pregunte sin mirarle, aguardando su respuesta, volví a introducirme de nuevo en el momento y en los escombros de aquella espantosa y excitante escena -The Phantom es solo un hombre con severos problemas de sociabilidad y un desorden mental realmente letal, una víctima le sobrevive y en vez de alejarse regresa por venganza… ¿ambición? Puede ser, ¿Obsesión? En parte, pero de haber sido completamente obsesión hubiera hecho de todo aunque terminará muerto…. Muerte, la gente llama al monstruo como el ángel de la muerte- asentí –Interesante, Y luego un tramoyero asegura que la cantante principal pensaba quitarse la vida debido a la presiones del fantasma, su enemigo lo sabe y la salva…- camino hacia los expedientes, leo los registros –Montserrat Shapplin Brightman no ha desaparecido, esta con el enemigo de él y todo tiene una razón de ser- comienzo a caminar por la habitación en círculos –Porque tiene poco tiempo- aplaudí emocionado y sonriente -¡Claro no puede ser de otro modo!- dije excitado –Watson ya recordaste que decían los análisis y usted come humanos exóticos, dígame más conjeturas, ¡Vamos, que el juego contra reloj en mi cerebro está iniciando!- dije entusiasmado, al diablo con quién podía ser Hannibal, el plan de venganza contra Watson, todo quedaba fuera, si mis sospechas eran ciertas teníamos poco tiempo y Sherlock Holmes, gana a todo y a todos.
Observe las hojas que Hannibal tenía en sus manos, se las arrebate y dividiéndolas a la mitad asegure con cierto recelo -¡Yo también quiero mi parte!- le regrese su mitad y me sumergí por completo entre párrafos y letras –Bueno Watson- sonreí –Al menos tienes competencia- tome la lupa y me puse examinar –Esta letra es más horrible que la tuya… deberías empezar a escribir con los pies, haber si de casualidad recuperas el reinado de los jeroglíficos modernos- le vi directo -¡Eh, no me mires así!, agradéceme el consejo y también el cumplido, ahora a los dos les digo busquen detalles, los más estúpidos e insignificantes- me adentre a la lectura –Y otra cosa, no daré adelantos ni detalles a mi hipótesis- respondí serio y devolví la vista a mi lectura.
Sus ojos que extrañamente denotaban pequeños destellos rojos se cruzaron con los míos, ambos se sostenían y se retaban hasta conocer su alcance, Watson por su parte y después de haber llegado con el fino y clásico entremés inglés, tomaba nota, tras nota –No escriba demasiado rápido Watson, de por sí su letra es peor que la de un infante en etapa escolar- interrumpí el discurso, hasta donde recuerdo en aquel juicio, Hannibal detesto de manera enérgica el haber sido interrumpido mientras las palabras fluían para adjudicar su defensa, ante todo solo me estaba divirtiendo un poco con el tipo –Ante tales prisas que lleva el Dr. Hannibal por dictar ideas y alzar juicios premeditados en el caso, también deberé pedir la ayuda de un descifrador de códices para entender sus garabatos- seguí postrado en el sillón, intente que aquel asesino de quinta continuara con su fantástica historia, pero para entonces el ya había acabado -¿Eso es todo Monseuir Lecter?- dije retante –Para ser sincero esperaba… más de su parte- suspire y callé por unos instantes, ignorando si alguno de los dos hombres me estaban dirigiendo su palabra.
Con la vista puesta al frente comencé a atar cabos, las palabras dichas por el doctor hacían que rápidamente solucionara casos anteriores pero no el presente… -Poco tiempo- murmure entre dientes –Watson ¿Recuerda usted que salió en aquella muestra de sangre que recogimos?- pregunte sin mirarle, aguardando su respuesta, volví a introducirme de nuevo en el momento y en los escombros de aquella espantosa y excitante escena -The Phantom es solo un hombre con severos problemas de sociabilidad y un desorden mental realmente letal, una víctima le sobrevive y en vez de alejarse regresa por venganza… ¿ambición? Puede ser, ¿Obsesión? En parte, pero de haber sido completamente obsesión hubiera hecho de todo aunque terminará muerto…. Muerte, la gente llama al monstruo como el ángel de la muerte- asentí –Interesante, Y luego un tramoyero asegura que la cantante principal pensaba quitarse la vida debido a la presiones del fantasma, su enemigo lo sabe y la salva…- camino hacia los expedientes, leo los registros –Montserrat Shapplin Brightman no ha desaparecido, esta con el enemigo de él y todo tiene una razón de ser- comienzo a caminar por la habitación en círculos –Porque tiene poco tiempo- aplaudí emocionado y sonriente -¡Claro no puede ser de otro modo!- dije excitado –Watson ya recordaste que decían los análisis y usted come humanos exóticos, dígame más conjeturas, ¡Vamos, que el juego contra reloj en mi cerebro está iniciando!- dije entusiasmado, al diablo con quién podía ser Hannibal, el plan de venganza contra Watson, todo quedaba fuera, si mis sospechas eran ciertas teníamos poco tiempo y Sherlock Holmes, gana a todo y a todos.
Observe las hojas que Hannibal tenía en sus manos, se las arrebate y dividiéndolas a la mitad asegure con cierto recelo -¡Yo también quiero mi parte!- le regrese su mitad y me sumergí por completo entre párrafos y letras –Bueno Watson- sonreí –Al menos tienes competencia- tome la lupa y me puse examinar –Esta letra es más horrible que la tuya… deberías empezar a escribir con los pies, haber si de casualidad recuperas el reinado de los jeroglíficos modernos- le vi directo -¡Eh, no me mires así!, agradéceme el consejo y también el cumplido, ahora a los dos les digo busquen detalles, los más estúpidos e insignificantes- me adentre a la lectura –Y otra cosa, no daré adelantos ni detalles a mi hipótesis- respondí serio y devolví la vista a mi lectura.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Tan pronto como había vuelto con los expedientes, si es que así se le podía llamar al desastre de papeles que recababa la policía parisina sin mucho entusiasmo y orden, Holmes me envió por café y galletas, como era de esperarse comencé a desesperarme, quería estar allí cuando las hipótesis dieran comienzo, sobre todo porque en esas cuatro paredes no había otra cosas que no fueran un genio y un loco -Solo a mí se me ocurre- pensé mientras veía con detenimiento y enojo al detective, que como siempre con su aire sarcástico lograba poner a prueba todo lo que me sobraba de paciencia -No soy un amo de llaves Holmes- trate de discutirle, pero en parte entendía que parte de aquella rebeldía se debía a su enojo al pedir ayuda a uno de los pocos hombres que podía igualarle y darle guerra en cuanto intelecto se tratase -Solo una cosa Holmes- dije antes de regresar a la pequeña cocina -Agradece el favor de no haberte traído en pos de una ayuda extra a James Moriarty- observe su expresión, de evidente sorpresa, con los ojos muy abiertos y casi a punto de matarme con ellos -Parece un niño- suspire y fui de camino a la cocina conteniendo la risa que su actitud me había provocado.
En aquellos momentos mientras la tetera calentaba el agua y tomaba de una pequeña alacena un juego de tazas y cucharillas parecía todo estar en orden, calma y silencio, al menos no estaban como yo espera, como un perro y un gato peleándose por la atención de su amo.
El agua estuvo en su punto, la retire del fuego y serví lo justo en cada taza, lleve lo que hiciera falta y para cuando regrese el ambiente en aquel cuarto había cambiado por completo, eran dos mentes trabajando, ahora solo las ideas eran expuestas por Hannibal.
Despacio coloque la charola en la mesa de centro, trate de hacer el menor ruido posible, mientras escuchaba sus palabras a diferencia de Holmes que permanecía altivo y con pipa en boca, yo asentía de manera cortes y educada, alguien debía mostrar que en este "equipo" alguien tenía modales, quizás no tan elegantes como el Dr. Lecter.
Mordía los labios, esperando la imprudencia de Holmes que pronto se hizo evidente -¿Que Holmes?- pregunte molesto -¿Interrumpes el discurso del invitado, solo para preguntarme de esas cosas?- negué con la cabeza, pero él ya no contesto, con su mirada fija en la nada como siempre, como cuando duraba días sin hablar más que para él mismo, empezó a hilar cabos sueltos, seguramente en lo que él llamaba "El palacio de la memoria".
Espere unos minutos y de nueva cuenta estaba sobre mí y el análisis a aquel pedazo de prenda ensangrentada -Holmes, no lo sé, como médico puedo decirte que se trata de una enfermedad completamente nueva, la ciencia poco ha avanzado para hacer un análisis, pero de algo estoy seguro esa sangre pertenece sin duda a alguien condenado a muerte- dije serio y Sherlock empezó a exclamar como un demente -Discúlpelo- trate de de explicarle a Hannibal quién parecía divertido con tal comportamiento, sin palabras y solo con gestos y ademanes me confirmo que en él había no problemas con ello, al contrario seguido por las ordenes de Holmes me entrego parte de aquellas hojas y comenzando a leer me dije -¿Que estamos buscando?- pregunte a Holmes tratando de emitir sus firmes halagos a mi escritura -No estoy pidiendo adelantos- dije enérgico y el detective dejo de lado su emoción y con paso sigiloso pero rápido a la vez me miro con recelo.
En aquellos momentos mientras la tetera calentaba el agua y tomaba de una pequeña alacena un juego de tazas y cucharillas parecía todo estar en orden, calma y silencio, al menos no estaban como yo espera, como un perro y un gato peleándose por la atención de su amo.
El agua estuvo en su punto, la retire del fuego y serví lo justo en cada taza, lleve lo que hiciera falta y para cuando regrese el ambiente en aquel cuarto había cambiado por completo, eran dos mentes trabajando, ahora solo las ideas eran expuestas por Hannibal.
Despacio coloque la charola en la mesa de centro, trate de hacer el menor ruido posible, mientras escuchaba sus palabras a diferencia de Holmes que permanecía altivo y con pipa en boca, yo asentía de manera cortes y educada, alguien debía mostrar que en este "equipo" alguien tenía modales, quizás no tan elegantes como el Dr. Lecter.
Mordía los labios, esperando la imprudencia de Holmes que pronto se hizo evidente -¿Que Holmes?- pregunte molesto -¿Interrumpes el discurso del invitado, solo para preguntarme de esas cosas?- negué con la cabeza, pero él ya no contesto, con su mirada fija en la nada como siempre, como cuando duraba días sin hablar más que para él mismo, empezó a hilar cabos sueltos, seguramente en lo que él llamaba "El palacio de la memoria".
Espere unos minutos y de nueva cuenta estaba sobre mí y el análisis a aquel pedazo de prenda ensangrentada -Holmes, no lo sé, como médico puedo decirte que se trata de una enfermedad completamente nueva, la ciencia poco ha avanzado para hacer un análisis, pero de algo estoy seguro esa sangre pertenece sin duda a alguien condenado a muerte- dije serio y Sherlock empezó a exclamar como un demente -Discúlpelo- trate de de explicarle a Hannibal quién parecía divertido con tal comportamiento, sin palabras y solo con gestos y ademanes me confirmo que en él había no problemas con ello, al contrario seguido por las ordenes de Holmes me entrego parte de aquellas hojas y comenzando a leer me dije -¿Que estamos buscando?- pregunte a Holmes tratando de emitir sus firmes halagos a mi escritura -No estoy pidiendo adelantos- dije enérgico y el detective dejo de lado su emoción y con paso sigiloso pero rápido a la vez me miro con recelo.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Las horas parecían trascurrir mas rápido, aunque todavía no podía descifrar que era lo que buscaba Sherlock con exactitud... A menudo me arrepentía de haber solicitado de la ayuda de Hannibal, que no dejaba de observarnos como una exquisita cena que degustar después de que llegara triunfal a la resolución de aquel enigma. Al ponerme algo incomodo me movía de un lugar otro sin encontrar paz, ahora algo distinto comenzaba a perturbarme, leía casi sin detenerme cada uno de los testimonios narrados por quienes sobrevivieron a la tragedia del teatro o los gendarmes encargados de recoger los cuerpos, todos los relatos eran crudos y cubiertos del horror que significa un acto de genocidio -Por el amor de Dios-exclame en voz baja, pero al detective no pareció molestarle aquella pequeña interrupción -Watson, concéntrate- me dije a mi mismo, aferrándome a que tenía que hallar una respuesta o al menos una hipótesis rápida que nos llevara un punto y que pudiera alejarme de las atrocidades descritas.
En mi mente solo habitaba un pensamiento, eras las palabras de Sherlock que llenaban hasta el último recoveco de mi cabeza 《 Encontrar los detalles más insignificantes 》, pero ¿Que de todo aquello no era relevante?, en mi lógica si todo estaba allí descrito es porque para fines de la investigación resultaba de suma importancia cada detalle. ¿Era este el momento para jugar a ser Sherlock Holmes? ¿Ponerse en sus zapatos y ver el mundo de la perspectiva en que siempre lo tiene?, me remontaba a tiempos en que él y yo resolvíamos casos en Londres, siempre pidiéndome pensar como él, hacer mi mejor esfuerzo y terminar avergonzado frente a toda la cuadrilla, a veces los métodos que utilizaba Holmes para sentirse brillante a mis costillas era por demás humillante. Me negué en seguir adelante con la investigación, pero en cuanto volví mi cara hacia él y lo vi de esa ya acostumbrada manera desesperada de anotar pistas y borrarlas al instante me hizo dar cuenta de que esta vez necesitaba ayuda, entonces centre la mirada en los papeles y leí algo que ni el mismo investigador le di importancia al momento de interrogar, se trataba de alguien que decía haber escuchado la segunda canción del primer acto, dos actores enmascarados daban la apariencia de discutir frente a todo el público, quienes no distinguían si realidad o actuación, la chica desaparecida se ofreció como carnada y después de eso todo se transformo el caos ya conocido.
De inmediato se lo hice saber a Holmes que ni siquiera argumento de la manera sarcástica de siempre, por el contrario tomo la nota entre sud manos y la observo detenidamente, sabía entonces que ya comenzaba a realizar conjeturas -¿Ves eso Holmes?-pregunte esperanzadamente-Si encontramos entre los relatos algo mas referente a la canción interpretada o al momento en que se ejecutaba el acto, seguramente encontraremos algo de mas que nos ayude a resolver el caso- añadí entusiasmado -Ya sabemos por Hannibal que el asesino es.... es... un vampiro, sabemos que está loco y ha asesinado en serie por anos mientras manipula Paris a su antojo, pero los atracos no se habían hecho hasta esta magnitud, ¿Que lo disparo entonces, que lo provoco y por qué?, estoy seguro que de hallar el resto de la escena y los diálogos declarados, aunque no sea al pie de la letra, nos ayudara a atar cabos sueltos-.
Después de aquello, regresa a hurgar entre los papeles, esperando encontrar datos que nos sacaran de esta tremenda confusión.
En mi mente solo habitaba un pensamiento, eras las palabras de Sherlock que llenaban hasta el último recoveco de mi cabeza 《 Encontrar los detalles más insignificantes 》, pero ¿Que de todo aquello no era relevante?, en mi lógica si todo estaba allí descrito es porque para fines de la investigación resultaba de suma importancia cada detalle. ¿Era este el momento para jugar a ser Sherlock Holmes? ¿Ponerse en sus zapatos y ver el mundo de la perspectiva en que siempre lo tiene?, me remontaba a tiempos en que él y yo resolvíamos casos en Londres, siempre pidiéndome pensar como él, hacer mi mejor esfuerzo y terminar avergonzado frente a toda la cuadrilla, a veces los métodos que utilizaba Holmes para sentirse brillante a mis costillas era por demás humillante. Me negué en seguir adelante con la investigación, pero en cuanto volví mi cara hacia él y lo vi de esa ya acostumbrada manera desesperada de anotar pistas y borrarlas al instante me hizo dar cuenta de que esta vez necesitaba ayuda, entonces centre la mirada en los papeles y leí algo que ni el mismo investigador le di importancia al momento de interrogar, se trataba de alguien que decía haber escuchado la segunda canción del primer acto, dos actores enmascarados daban la apariencia de discutir frente a todo el público, quienes no distinguían si realidad o actuación, la chica desaparecida se ofreció como carnada y después de eso todo se transformo el caos ya conocido.
De inmediato se lo hice saber a Holmes que ni siquiera argumento de la manera sarcástica de siempre, por el contrario tomo la nota entre sud manos y la observo detenidamente, sabía entonces que ya comenzaba a realizar conjeturas -¿Ves eso Holmes?-pregunte esperanzadamente-Si encontramos entre los relatos algo mas referente a la canción interpretada o al momento en que se ejecutaba el acto, seguramente encontraremos algo de mas que nos ayude a resolver el caso- añadí entusiasmado -Ya sabemos por Hannibal que el asesino es.... es... un vampiro, sabemos que está loco y ha asesinado en serie por anos mientras manipula Paris a su antojo, pero los atracos no se habían hecho hasta esta magnitud, ¿Que lo disparo entonces, que lo provoco y por qué?, estoy seguro que de hallar el resto de la escena y los diálogos declarados, aunque no sea al pie de la letra, nos ayudara a atar cabos sueltos-.
Después de aquello, regresa a hurgar entre los papeles, esperando encontrar datos que nos sacaran de esta tremenda confusión.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Ser o deber ser?, la interrogante es más que atrayente para el caníbal que tenía a su merced dos víctimas que bien podrían ser un exquisito manjar a un más prometedor que ninguno por simple hecho que los dos hombres eran parte de la ley -¿Que pasaría si solo por placer asesino a un gendarme y luego lo degusto con un poco de buen vino?- una sonrisa perversa broto sus labios después de que la pregunta dejo su huella por la mente -Quizás alguna vez lo intente, podría ser exquisitamente divertido-se dijo y una carcajada apenas audible daba prueba de la perversidad con la que fantaseaba su dueño.
Por un momento el caso había dejado de interesarle, para el resultaba más que sencillo elaborar el perfil del que decía llamarse The Phantom, aunque algo comenzó a darle en ello una infinita curiosidad, aquel vampiro del teatro el gustaba llamar la atención en cualquier circunstancia que implicara muerte, ahora ¿porque cuando ha cometido un crimen masivo no escribió nota donde el se adjudicara el ataque?, ¿ por qué no le hubiese dado tiempo, porque ya no tenía un sitio donde escribir, porque había de pronto demasiada vigilancia o porque alguien finalmente le entretuvo? Por lo menos todas aquellas preguntas le arrojaban una sola suposición, que esta vez no fue algo planificado, simplemente se desquito por algo planearon en su contra y el respondió con su ya sabido mecanismo de agresión lo sabía, Hannibal siempre funciono de esa manera aunque era de corte distinto de asesino. Una vez que todo esto le rodeo por minutos la cabeza, decidió decírselo a detective a modo de que él pudiera tener más elementos en el caso, y tambien solo por molestarlo, en fondo el detective era orgulloso y estaba sentido col Hannibal por las multiples maneras en que lo había dejando en ridículo frente a las autoridades de los tribunales londinenses, Sherlock acepto de mala gana sus consejos pero admitió que eran demasiado lógicos -Hannibal dos - Holmes cero- susurro al oido del detective y al ver su mirada casi asesino no pudo evitar sonreírse de manera sarcástica y victoriosa frente del, una guerra campal estaba a punto de desatarse cuando Watson les interrumpió -Oh su compañero- dijo lamentándose -Siempre arruinando mi diversión con usted, ¿porque no lo mando por mas galletas?-.
A pesar de desviar la mirada hacia los decorados del lugar, se notaba que el detective llevaba meses en Paris y que se había asegurado de llevarse lo indispensable, Hannibal podía hacer muchas cosas a la vez, no por nada era un doctor reconocido y uno de los primeros pioneros en el estudio de la mente y conducta humana, podía observar y podía escuchar.... Todo al mismo tiempo y recordarlo con lujo de detalle, de el broto una carcajada casi indiscreta, sus hipótesis se confirmaban con lo dicho por Watson -Allí lo tiene, un asesino no falla al describir a otro- giro sobre si -Y recuerde Hannibal dos- Sherlock cero- enfatizo esto último y esta vez interesado en saber más sobre el asunto, perdió su mirada entre los papeles que aguardaban en sus manos.
Por un momento el caso había dejado de interesarle, para el resultaba más que sencillo elaborar el perfil del que decía llamarse The Phantom, aunque algo comenzó a darle en ello una infinita curiosidad, aquel vampiro del teatro el gustaba llamar la atención en cualquier circunstancia que implicara muerte, ahora ¿porque cuando ha cometido un crimen masivo no escribió nota donde el se adjudicara el ataque?, ¿ por qué no le hubiese dado tiempo, porque ya no tenía un sitio donde escribir, porque había de pronto demasiada vigilancia o porque alguien finalmente le entretuvo? Por lo menos todas aquellas preguntas le arrojaban una sola suposición, que esta vez no fue algo planificado, simplemente se desquito por algo planearon en su contra y el respondió con su ya sabido mecanismo de agresión lo sabía, Hannibal siempre funciono de esa manera aunque era de corte distinto de asesino. Una vez que todo esto le rodeo por minutos la cabeza, decidió decírselo a detective a modo de que él pudiera tener más elementos en el caso, y tambien solo por molestarlo, en fondo el detective era orgulloso y estaba sentido col Hannibal por las multiples maneras en que lo había dejando en ridículo frente a las autoridades de los tribunales londinenses, Sherlock acepto de mala gana sus consejos pero admitió que eran demasiado lógicos -Hannibal dos - Holmes cero- susurro al oido del detective y al ver su mirada casi asesino no pudo evitar sonreírse de manera sarcástica y victoriosa frente del, una guerra campal estaba a punto de desatarse cuando Watson les interrumpió -Oh su compañero- dijo lamentándose -Siempre arruinando mi diversión con usted, ¿porque no lo mando por mas galletas?-.
A pesar de desviar la mirada hacia los decorados del lugar, se notaba que el detective llevaba meses en Paris y que se había asegurado de llevarse lo indispensable, Hannibal podía hacer muchas cosas a la vez, no por nada era un doctor reconocido y uno de los primeros pioneros en el estudio de la mente y conducta humana, podía observar y podía escuchar.... Todo al mismo tiempo y recordarlo con lujo de detalle, de el broto una carcajada casi indiscreta, sus hipótesis se confirmaban con lo dicho por Watson -Allí lo tiene, un asesino no falla al describir a otro- giro sobre si -Y recuerde Hannibal dos- Sherlock cero- enfatizo esto último y esta vez interesado en saber más sobre el asunto, perdió su mirada entre los papeles que aguardaban en sus manos.
Hannibal Lecter- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2013
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
La confusión era demasiada, había tantas pistas pero pocas con real credibilidad, de pronto mientras veía una y otra vez esos condenados papeles recordé que en uno de los tantos casos resueltos en Londres, la llave se encontraba entre los detalles de mínima importancia que yo mismo decidí descartar, recuerdo que Lestrade había apuntado que los ladridos del perro custodio del domicilio no fueron escuchados por nadie que viviera en las aceras vecinas, fue aquel insignificante detalle el que me ayudo a llegar con el asesino, aprendí desde entonces que los pequeños detalles siempre resuelven los misterios más grandes.
Este caso era de gran magnitud y estaba más que agradecido que hubiera tanto desastre para que requirieran de mu ayuda, realmente, me estaba aburriendo en este cuarto de hotel. Había tantos huecos vacios, que podían ser rellenados con esas minúsculas pistas, pero era demasiado y este caso no podía demorar, algo me decía que no tardaría en detonarse otro incidente mayor en donde desconocía si habría mas decesos y heridos, poco me importaba eso, yo solo quería culpables y de paso ya que el gran genio de Watson había metido en todo este asunto al hombre que nos dejo casi como unos idiotas frente al juez de Londres, trataría de dejarlo igual que a mi ante los ojos de todo el que se enterara que intento colaborar.
Hannibal parecía un lobo hambriento, observándonos como si fuéramos el plato fuerte que disfrutar después de que el casi concluyera, esas miradas resultaban incomodas para ambos, Watson se refugió dudosamente en los reportes que habían hecho los ineptos gendarmes de Paris y yo tuve que atar cabos que en algún punto quedaban inconclusos cuando intentaba darles explicaciones lógicas que no incluyeran vampiros y duendes, con el paso del tiempo fui convenciéndome finalmente que Lecter podría tener razón al final. No tardo mucho en que ese tonto se acercara a restregarme en la cara su aparente genialidad, trataba de ignorarlo pero cada vez era más complicado -¿Que pretendes, provocarme para tener una excusa para morderme?- Negué con la cabeza -Te resulta divertido ¿No es asi?- deje los papeles de lado sobre otra mesita -Tu retorcida cabeza te dicta que tan interesante resultaría comerte a alguien de la ley ¿no es asi?, deberías rectificar tu insignificante marcador, por lo menos en lo que respecta a ti cuando tu vas yo ya vengo de regreso- cuantas cosas no quería decirle con enjundia pero John, como siempre John, llega justo cuando las escenas se vuelven extremadamente divertidas a mi gusta -Por asi se ataca usted, Watson morirá por mí al tratar de defenderme como el buen militar fiel que siempre ha sido- conteste y preste toda atención a Watson que ya daba como un hecho que los vampiros realmente existen, a punto estaba de discutirle cuando recordé que podía tener razón, de inmediato, me moví tirando todos los papeles al suelo, había vuelto a suceder, omití ese detalle de la canción interpretada en el acto.
Respire profundo y leí en voz alta, los diálogos descritos por un testigo tal y como fueron...al terminar los tres en silencio no dejábamos de apuntar cosas detrás de los expedientes -¡Sigue escribiendo!- grite a Watson una vez que como siempre su consciencia entre lo bueno y lo malo empezaba a interferir con sus actos -Necesito ideas, necesito respuestas, son pocos los datos que me hacen falta para atar los cabos que todavía andan sueltos, ¡Estamos por cerrar el caso!- exclame con la euforia propia de un genio ganando la partida de ajedrez, donde cada movimiento parecía estar presto a la confusión.
Este caso era de gran magnitud y estaba más que agradecido que hubiera tanto desastre para que requirieran de mu ayuda, realmente, me estaba aburriendo en este cuarto de hotel. Había tantos huecos vacios, que podían ser rellenados con esas minúsculas pistas, pero era demasiado y este caso no podía demorar, algo me decía que no tardaría en detonarse otro incidente mayor en donde desconocía si habría mas decesos y heridos, poco me importaba eso, yo solo quería culpables y de paso ya que el gran genio de Watson había metido en todo este asunto al hombre que nos dejo casi como unos idiotas frente al juez de Londres, trataría de dejarlo igual que a mi ante los ojos de todo el que se enterara que intento colaborar.
Hannibal parecía un lobo hambriento, observándonos como si fuéramos el plato fuerte que disfrutar después de que el casi concluyera, esas miradas resultaban incomodas para ambos, Watson se refugió dudosamente en los reportes que habían hecho los ineptos gendarmes de Paris y yo tuve que atar cabos que en algún punto quedaban inconclusos cuando intentaba darles explicaciones lógicas que no incluyeran vampiros y duendes, con el paso del tiempo fui convenciéndome finalmente que Lecter podría tener razón al final. No tardo mucho en que ese tonto se acercara a restregarme en la cara su aparente genialidad, trataba de ignorarlo pero cada vez era más complicado -¿Que pretendes, provocarme para tener una excusa para morderme?- Negué con la cabeza -Te resulta divertido ¿No es asi?- deje los papeles de lado sobre otra mesita -Tu retorcida cabeza te dicta que tan interesante resultaría comerte a alguien de la ley ¿no es asi?, deberías rectificar tu insignificante marcador, por lo menos en lo que respecta a ti cuando tu vas yo ya vengo de regreso- cuantas cosas no quería decirle con enjundia pero John, como siempre John, llega justo cuando las escenas se vuelven extremadamente divertidas a mi gusta -Por asi se ataca usted, Watson morirá por mí al tratar de defenderme como el buen militar fiel que siempre ha sido- conteste y preste toda atención a Watson que ya daba como un hecho que los vampiros realmente existen, a punto estaba de discutirle cuando recordé que podía tener razón, de inmediato, me moví tirando todos los papeles al suelo, había vuelto a suceder, omití ese detalle de la canción interpretada en el acto.
Respire profundo y leí en voz alta, los diálogos descritos por un testigo tal y como fueron...al terminar los tres en silencio no dejábamos de apuntar cosas detrás de los expedientes -¡Sigue escribiendo!- grite a Watson una vez que como siempre su consciencia entre lo bueno y lo malo empezaba a interferir con sus actos -Necesito ideas, necesito respuestas, son pocos los datos que me hacen falta para atar los cabos que todavía andan sueltos, ¡Estamos por cerrar el caso!- exclame con la euforia propia de un genio ganando la partida de ajedrez, donde cada movimiento parecía estar presto a la confusión.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
¿Holmes acuño el termino concluido el caso?, el detective debió haber perdido la cabeza entre tanto papeleo, yo veo delante de mi muchas pistas, datos que podrían ser de utilidad pero no nada absolutamente claro para hacer tal afirmación... ¿Solo por una teoría?, ni siquiera se atreve a cerciorarse si realmente es correcto todo lo que le dije, ese no es el Holmes que conozco... al menos en teoría no esta tan reverendamente loco como en otros casos, esta vez actúa con cautela, sin meditar demasiado cada hipótesis planteada ¿Que le sucede? -No es por parecer demasiado incrédulo a tu gran capacidad pero... ¿De verdad ya tienes todo listo para concluir este asunto?- pregunto consternado pero un poco de aquel detective meditabundo está trabajando, no escucha, no observa a su alrededor, ni siquiera parpadea o se mueve.
Encojo mis hombros y continuo en lo mío, subrayando, leyendo y descartando, casi a la par de Hannibal, reviso datos, nombres, testimonios, algunos casi exagerados para ser realidad, más todos coinciden, dos enmascarados y una joven... la cantante desaparecida.
Un par de retazos de papel fueron hallados y recabados como evidencia, algunas palabras eran ilegibles gracias al fuego que consumió gran parte de la tinta que parecía estar fresca, otras serie de palabras estaban tachadas, tales características daban la apariencia a ese hoja carcomida un especie de carta póstuma o de despedida.
Con la curiosidad pisándome los talones, decidí tomar un hoja y escribir allí lo que fuera descubriendo al descifrar de una en una las letras, finalmente tomo la lupa de Holmes sin su permiso, después de todo es tan enfrascado en sus pensamientos que ni siquiera creo que proteste, después de un pequeño rato logro finalmente articular una sola frase y un aparente apellido.
Exclamo a los cuatro vientos, hirviendo en euforia y alegría – ¡Una pista!- y entonces tomando el papel me coloco en medio de sala y comienzo a leer en voz alta: -“El tren parte lentamente y desde una de las ventanillas su pequeña niña les dice adiós. Brightman”- Holmes sonríe victoriosamente y yo continuó hurgando entre los papeles revueltos en suelo y encuentro el que realmente necesito para probar la teoría –Brightman- explico agitadamente –Brightman es el apellido de la soprano desaparecida- continuo después de una breve pausa –Se está despidiendo, es como si anunciara su muerte, es una carta suicida-.
Hannibal mantiene unos papeles en las manos y me observa pacientemente, Holmes sigue expectante y sus ojos cristalinos, gritando victoria a los cuatro tiempos –Entonces la canción que alguien describe tal cual en los testimonios es prueba fiel de lo que digo, por la letra se puede deducir que planeaba algo contra ella misma frente a todos, miren escuchen "Hace mucho tiempo- continuo leyendo la letra de la canción -un pájaro, fatal de nombre Chromaggia
cruzo con la flecha de un arquero mientras volaba
a lo largo de la costa de lava.
Durante años, pensando en ser perseguida,
Escapó de la flecha...
Chromaggia, Chromaggia
¿Por qué no enfrentas el peligro?
La flecha estaba enterrada en su ala
y ella volaba para liberarse
“Arrastrando la flecha,
Otros están heridos por mi culpa, mi culpa"
¡Abajo! ¡Hacia la boca del diablo!
Su flecha, mis ojos.
¡Chromaggia, toma esos mi vida...!
¡Prefiero estar muerta a seguir lastimando a todo el que se atraviesa!"- termino de leerla con seriedad, apartando la vista del papel me atrevo a concluir –Por tanto puedo declarar que la joven jamás desapareció, se suicido y su cuerpo se calcino en el fuego- asiento con la cabeza –Ahora solo faltan los dos enmascarados- quedo expectante, queriendo conocer la opinión final de Holmes, pero se mantiene callado y Hannibal toma la palabra.
Encojo mis hombros y continuo en lo mío, subrayando, leyendo y descartando, casi a la par de Hannibal, reviso datos, nombres, testimonios, algunos casi exagerados para ser realidad, más todos coinciden, dos enmascarados y una joven... la cantante desaparecida.
Un par de retazos de papel fueron hallados y recabados como evidencia, algunas palabras eran ilegibles gracias al fuego que consumió gran parte de la tinta que parecía estar fresca, otras serie de palabras estaban tachadas, tales características daban la apariencia a ese hoja carcomida un especie de carta póstuma o de despedida.
Con la curiosidad pisándome los talones, decidí tomar un hoja y escribir allí lo que fuera descubriendo al descifrar de una en una las letras, finalmente tomo la lupa de Holmes sin su permiso, después de todo es tan enfrascado en sus pensamientos que ni siquiera creo que proteste, después de un pequeño rato logro finalmente articular una sola frase y un aparente apellido.
Exclamo a los cuatro vientos, hirviendo en euforia y alegría – ¡Una pista!- y entonces tomando el papel me coloco en medio de sala y comienzo a leer en voz alta: -“El tren parte lentamente y desde una de las ventanillas su pequeña niña les dice adiós. Brightman”- Holmes sonríe victoriosamente y yo continuó hurgando entre los papeles revueltos en suelo y encuentro el que realmente necesito para probar la teoría –Brightman- explico agitadamente –Brightman es el apellido de la soprano desaparecida- continuo después de una breve pausa –Se está despidiendo, es como si anunciara su muerte, es una carta suicida-.
Hannibal mantiene unos papeles en las manos y me observa pacientemente, Holmes sigue expectante y sus ojos cristalinos, gritando victoria a los cuatro tiempos –Entonces la canción que alguien describe tal cual en los testimonios es prueba fiel de lo que digo, por la letra se puede deducir que planeaba algo contra ella misma frente a todos, miren escuchen "Hace mucho tiempo- continuo leyendo la letra de la canción -un pájaro, fatal de nombre Chromaggia
cruzo con la flecha de un arquero mientras volaba
a lo largo de la costa de lava.
Durante años, pensando en ser perseguida,
Escapó de la flecha...
Chromaggia, Chromaggia
¿Por qué no enfrentas el peligro?
La flecha estaba enterrada en su ala
y ella volaba para liberarse
“Arrastrando la flecha,
Otros están heridos por mi culpa, mi culpa"
¡Abajo! ¡Hacia la boca del diablo!
Su flecha, mis ojos.
¡Chromaggia, toma esos mi vida...!
¡Prefiero estar muerta a seguir lastimando a todo el que se atraviesa!"- termino de leerla con seriedad, apartando la vista del papel me atrevo a concluir –Por tanto puedo declarar que la joven jamás desapareció, se suicido y su cuerpo se calcino en el fuego- asiento con la cabeza –Ahora solo faltan los dos enmascarados- quedo expectante, queriendo conocer la opinión final de Holmes, pero se mantiene callado y Hannibal toma la palabra.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
-Vamos doctor tranquilice su euforia- dice Hannibal con el fantasma de una sonrisa en su rostro, la actitud de Watson le resultaba altamente divertida, esos hombre que tenía al frente como compañía parecían ser únicos en su tipo, quizás serían una exquisita cena para el caníbal, después de todo el degusta de los manjares más extraños y únicos en su haber.
El vampiro comienza a adueñarse del lugar caminando paso a paso, topándose con muro y curiosidades que solo un hombre tan excéntrico como Holmes podía poseer, pero él seguía fascinado por aquel cráneo que yacía sobre la pequeña chimenea, -El detective debe de tener un apetito de acero para lograr desollar un cadáver- continuo su camino después de la breve distracción, los papeles en su mano reposaban tranquilamente y aunque él no parecía demostrar estar trabajando realmente en el caso, su mente hacia conjeturas ávidamente, quizás a un más rápidas que el detective más famoso de todo Londres.
Era interesante el reto, un sociópata y un psicópata jugando al mismo tiempo, midiendo sus intelectos, su rapidez mental, buscando ridiculizar y confrontar al otro, tratando de atar cabos con las pistas, los testimonios y ahora el nuevo indicio que Watson describía –Lo esencial lo saben, pero ahora yo tengo otra clave con respecto a los enmascarados y… que puede comprobar mi hipótesis Monseuir Holmes- dijo presuncioso, tome un aire elegante y de importancia enderezo su postura y hablo con voz grave y monótona.
-Uno de los testimonios que logre encontrar entre tanto desastre provocado por cierto detective, dice lo siguiente:
El vampiro comienza a adueñarse del lugar caminando paso a paso, topándose con muro y curiosidades que solo un hombre tan excéntrico como Holmes podía poseer, pero él seguía fascinado por aquel cráneo que yacía sobre la pequeña chimenea, -El detective debe de tener un apetito de acero para lograr desollar un cadáver- continuo su camino después de la breve distracción, los papeles en su mano reposaban tranquilamente y aunque él no parecía demostrar estar trabajando realmente en el caso, su mente hacia conjeturas ávidamente, quizás a un más rápidas que el detective más famoso de todo Londres.
Era interesante el reto, un sociópata y un psicópata jugando al mismo tiempo, midiendo sus intelectos, su rapidez mental, buscando ridiculizar y confrontar al otro, tratando de atar cabos con las pistas, los testimonios y ahora el nuevo indicio que Watson describía –Lo esencial lo saben, pero ahora yo tengo otra clave con respecto a los enmascarados y… que puede comprobar mi hipótesis Monseuir Holmes- dijo presuncioso, tome un aire elegante y de importancia enderezo su postura y hablo con voz grave y monótona.
-Uno de los testimonios que logre encontrar entre tanto desastre provocado por cierto detective, dice lo siguiente:
-Amigos, mis estimados, mis colegas y todos ustedes que mis palabras crean, yo al igual que ustedes me había confiado y conformado con la vida diaria, al a seguridad que sentirla nos es necesaria, la dulce tranquilidad de lo repetitivo que todos los días nos es un alivio y yo igual que ustedes disfruto tanto como cualquiera y lo que menos deseo es dejar que por ello ustedes no se den cuenta que aquí alguien a ustedes los controla y maneja porque yo soy uno de ustedes aunque sé que en estos momento nada creyesen, pero la verdad es que yo siempre camino entre ustedes, siempre camino por las oscuras aceras sin que se den cuenta...
Pero hoy no he venido a anunciarles de mi presencia, he venido en aras de recordar el pasado que a todos atañe y este teatro ha manchado, asociado con el resultado de una muerte de un músico desprestigiado, de la guerra constante de los administradores de este teatro, de las muertes horrendas que muchos de los parisinos han protagonizado y quiero que todos lo sepan para cuando la victoria sobre ese monstruo se a nuestra con la remembranza de este día sea celebrada, esta noche en que ustedes y yo sin cobardía lucharemos por nuestras vidas a ese ser maldecido que no quiere establezca un lazo unido, donde ustedes se enterarán de todo lo que ha ocurrido y de que tambien sospecho que sus cómplices están ya al acecho, a ustedes los corderos, esos inocentes borregos que quieren comérselos vivos.
¿Y por qué?, porque mientras exista la violencia para que ejercer el poder de la palabra, mientras exista la conquista, el miedo, la tortura y el poder para que la libertad y la justicia, para que nuestra propia defensa, para que darle valor a la vida... mientras existan criaturas asesinas haciéndose pasar por leyendas para que se necesita de la suma inteligencia que existe en nuestra propia naturaleza.
Y lo cierto es que hay algo erróneo en este lugar, pues aquí se alberga un loco de atar, un vampiro que después de oírme hablar, venganza buscará, ira desatara y victimas también deseara cobrar, matara por el simple hecho del placer, me consideran un loco puedo suponer pero ustedes deben saber que no hay un ente sobrenatural con una maldición tal para matar si las cosas salen mal, un espíritu siempre se lamente más no con la vida atenta.
En este país hay más que historias de arrabal, hay historias que ha tendido a olvidar cuyos protagonistas son tachados por un animal pero que en esta noche sus vidas piensan salvar, todo por ustedes piensan sacrificar ¿Porque es que como humanos todo debemos reprochar, juzgar?, entre ellos existen los que anhelan regrese su humanidad de la manera tan repentina en la que les fue rebatada la vida...
Crueldad, intolerancia y opresión ¿Como es que paso esto, quién es el culpable en esta ocasión?, bueno, sin duda hay unos más culpables que otros y al final ellos también recibirán su castigo por los que son las victimas entre nosotros, pero si en todo un caballero, siendo sincero si buscan al culpable solo mírense al espejo y contemplen el reflejo.... yo sé perfectamente porque durante tantos siglos se sometieron, yo sé porque lo hicieron sé que una máscara influye miedo, créanme yo mejor que nadie lo comprendo y ¿Quién no lo tendría dentro de este lugar? muerte, misterio, oscuridad, amenaza y venganza que más puede ensuciar esta casa, to eso solo fue una conspiración para desequilibrar su razón, despojarlos del sentido común... el temor los atrapo, ese ser en su sombra los envolvió y llenos de pánico corrieron y complacieron sus malévolos mandatos con tal de preservarse, con tal de salvarse.
Anoche intente terminar con este falso rey del mal, anoche parte de este teatro fue demolido y destruido, quedo destrozado y todo para intentar frenarlo, pero por pocos es bien sabido que este ser tiene un pacto con el diablo, no fue demasiado el trabajo que invirtió para repararlo y por ello contemplen que todo fue un intento fallido pero con consuelo al inicio de la libertad puedo atribuirlo y hoy vengo a contarlo para recordarle a París lo que ha olvidado, todo lo que por su bien y tranquilidad ha ignorado...
¡Es tiempo que el gran The Phantom caiga con todo y su reinado de sangre y sufrimiento manchado!”-
Hannibal termino de leer aquel discurso, estrechado por la mirada de ambos detectives el agrego –The Phantom no es ningún personaje de una historia teatral fantástica, el es vampiro que ha usurpado el lugar de un músico para obtener lo que desea en el teatro de París, el otro enmascarado es un enemigo suyo, quizás viejo o una víctima que sobrevivió a sus infames ataques… lo cual explica su coraje y la manera en la que asesino esta vez ¡Vaya genocidio!- exclamó – Es una guerra sin cuartel e involucro a todo París, un buen intento de hacer despertar a todo el pueblo que están siendo manipulados por un asesino en serie, pero mientras exista el dichoso oscurantismo por parte la iglesia dudo que esto vaya más lejos… esto es personal, dos personas de la misma calaña que solo una ligera línea separa su psique, es el bien y el mal ataviado de una máscara, los lados de la moneda, más no dudaría ni por un segundo que este enmascarado que reto a The Phantom haya matado o mate alguna vez a alguien por venganza- inspira profundo –Debe estar atento Holmes hay más gente involucrada aquí, de ambos bandos… por parte de los dos casi puedo adivinar una muerte más- dice con seriedad y después frunce el ceño -¿Cómo iba el marcado detective, cuatro victorias mías a… ninguna de usted?-Pero hoy no he venido a anunciarles de mi presencia, he venido en aras de recordar el pasado que a todos atañe y este teatro ha manchado, asociado con el resultado de una muerte de un músico desprestigiado, de la guerra constante de los administradores de este teatro, de las muertes horrendas que muchos de los parisinos han protagonizado y quiero que todos lo sepan para cuando la victoria sobre ese monstruo se a nuestra con la remembranza de este día sea celebrada, esta noche en que ustedes y yo sin cobardía lucharemos por nuestras vidas a ese ser maldecido que no quiere establezca un lazo unido, donde ustedes se enterarán de todo lo que ha ocurrido y de que tambien sospecho que sus cómplices están ya al acecho, a ustedes los corderos, esos inocentes borregos que quieren comérselos vivos.
¿Y por qué?, porque mientras exista la violencia para que ejercer el poder de la palabra, mientras exista la conquista, el miedo, la tortura y el poder para que la libertad y la justicia, para que nuestra propia defensa, para que darle valor a la vida... mientras existan criaturas asesinas haciéndose pasar por leyendas para que se necesita de la suma inteligencia que existe en nuestra propia naturaleza.
Y lo cierto es que hay algo erróneo en este lugar, pues aquí se alberga un loco de atar, un vampiro que después de oírme hablar, venganza buscará, ira desatara y victimas también deseara cobrar, matara por el simple hecho del placer, me consideran un loco puedo suponer pero ustedes deben saber que no hay un ente sobrenatural con una maldición tal para matar si las cosas salen mal, un espíritu siempre se lamente más no con la vida atenta.
En este país hay más que historias de arrabal, hay historias que ha tendido a olvidar cuyos protagonistas son tachados por un animal pero que en esta noche sus vidas piensan salvar, todo por ustedes piensan sacrificar ¿Porque es que como humanos todo debemos reprochar, juzgar?, entre ellos existen los que anhelan regrese su humanidad de la manera tan repentina en la que les fue rebatada la vida...
Crueldad, intolerancia y opresión ¿Como es que paso esto, quién es el culpable en esta ocasión?, bueno, sin duda hay unos más culpables que otros y al final ellos también recibirán su castigo por los que son las victimas entre nosotros, pero si en todo un caballero, siendo sincero si buscan al culpable solo mírense al espejo y contemplen el reflejo.... yo sé perfectamente porque durante tantos siglos se sometieron, yo sé porque lo hicieron sé que una máscara influye miedo, créanme yo mejor que nadie lo comprendo y ¿Quién no lo tendría dentro de este lugar? muerte, misterio, oscuridad, amenaza y venganza que más puede ensuciar esta casa, to eso solo fue una conspiración para desequilibrar su razón, despojarlos del sentido común... el temor los atrapo, ese ser en su sombra los envolvió y llenos de pánico corrieron y complacieron sus malévolos mandatos con tal de preservarse, con tal de salvarse.
Anoche intente terminar con este falso rey del mal, anoche parte de este teatro fue demolido y destruido, quedo destrozado y todo para intentar frenarlo, pero por pocos es bien sabido que este ser tiene un pacto con el diablo, no fue demasiado el trabajo que invirtió para repararlo y por ello contemplen que todo fue un intento fallido pero con consuelo al inicio de la libertad puedo atribuirlo y hoy vengo a contarlo para recordarle a París lo que ha olvidado, todo lo que por su bien y tranquilidad ha ignorado...
¡Es tiempo que el gran The Phantom caiga con todo y su reinado de sangre y sufrimiento manchado!”-
Hannibal Lecter- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2013
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Las carretas se escuchaban a las afueras del hotel, el bullicio de las calles iba disminuyendo a medida que el tiempo avanzaba cada vez más rápido rumbo a la media noche, pero yo estaba más concentrado en testimonios, en papeles, letras, freses y escenas que pude ver el día que el inspector parisino me llevo al teatro "maldito".
-Algo, hay algo que se está escapando- decía y susurraba para mí mientras mis ojos se decidían por posar en el muro de madera con tapiz rojo, ese rojo que me lastimaba la vista pero el único punto donde había calma y estaba completamente limpio de vampiros de ultratumba carnívoros.
Una de mis manos se mostraba inquieta, con gusto ahora mismo iría a azotar a un cuerpo sin vía mientras mi fastidiada visión se deleitaría con las reacciones químicas y físicas del cuerpo -¡Vamos, tiene que haber algo!- sonaba la desesperación en mi voz -¡Dios!- exasperado fui tome asiento en el viejo y pequeño sillón que formaba parte el inmobiliario el hotel, de acuerdo no era tan agradable y nuevo como el mío, pero por el momento solo quería depositar mi cansado trasero que estuvo todo el día hundido en un colchón.
Opto por cerrar los ojos e inspirar profundo, mis manos dejan e moverse impacientemente y se juntan, chocando las yemas de una mano con la otra –Repasemos los hechos- digo y seguido de este pensamiento, las imágenes empiezan a surgir de todos los lugares que conforman mi palacio de la memoria, ninguno tiene sentido, tal y como Watson describió en su pregunta pero que por razones obvias quise evadir, si, prefiero evadir eso antes que decir la ridícula historia que había formado de acuerdo a todo lo recabado incluyendo las declaraciones del chiflado de Hannibal, era una historia tal, más digna de un novelista como el escritor español Archibaldo de la Cruz que de un detective consultor serio y formal como lo era yo.
Expectante aunque no lo pareciese escuchaba con atención ambos relatos, parecía que todos teníamos la misma hipótesis, aunque estaba completamente en desacuerdo con el suicidio de la cantante aquella noche –Cuando eliminas toda solución lógica a un problema, lo ilógico, aunque imposible, es invariablemente lo cierto- me digo para ensordecer las indirectas tan directas que Lecter lanzaba en mi contra, debía aceptar que ambos testimonios son las piezas que faltaban en el rompecabezas imaginario que tenia frente a mí en el palacio.
-Declaman bastante bien caballeros, lo que me lleva a preguntarme ¿Por qué no decidieron trabajar como actores teatrales?, es decir algunos ganarían más ¿Cierto Watson? Y otros comerían menos ¿No es verdad Lecter?- decía mientras sacudía la cabeza -Bien tengo las respuestas a todas sus dudas, el Dios de la deducción ha descendido para ilustrarles- mi ego, la mejor arma contra caníbales y doctores miedosos –La chica, la… joven cantante nunca se suicido, ciertamente dejo una carta de despedida pero jamás llego a su destinatario, ¿Por qué? ¡Porque el teatro se incendio!, estaba más que claro que las personas remitentes de esa nota estaban entre los presentes, por eso la dejo allí… pero ¡Ah!- comienzo a moverme en círculos por el pequeño cuarto de hotel, de manera desesperada, las ideas estaban brotando, la escena pasaba ante los ojos de mi imaginación -Llega un factor inesperado y rompe con todo esquema, el enmascarado entra y declama, grita a todo París, que han sido un rebaño de tontos siguiendo y obedeciendo al lobo disfrazado de pastor, ella no sabe qué hacer y mientras está en la disyuntiva, el famoso lobo entra en escena, el vampiro llega retante, es un cazador su oponente, la soprano al ver la tensión y empeñada en morir se ofrece como carnada, la escena transcurre y finalmente en el momento cúspide ella decide apoyar al cazador, ella conocía al vampiro, sabía perfectamente que desenmascararlo era la única opción…la gente corre y ¿Por qué corre?, bueno… ¿Por qué el tipo vampírico trae una máscara?, es obvio que algo terrorífico vieron independientemente de las llamas que se comenzaban a esparcir y huyeron.. Ninguno de los dos venía solo- reflexiono y me detengo –Se inicia una batalla entre bandos… muchos mueren, mientras cazador y vampiro se disputan París y su libertad… alguno de los dos debe estar ganando pero entonces algo los distrae y ¡Oh! Allí tenemos a la soprano…. Se la llevo alguno de los dos, después de agredir más al otro claro- me vuelvo a detener en seco y siento como mis ojos se abren cada vez más, haciéndose mi mirada desproporcional a mi rostro –Esto no ha acabado- susurro y antes de que cualquiera de nosotros pudiese decir algo más tocaron la puerta de nuestro cuarto ¿Quién sería a esas horas? ¿Tal vez un desafortunado que se equivoco de piso?.
-Algo, hay algo que se está escapando- decía y susurraba para mí mientras mis ojos se decidían por posar en el muro de madera con tapiz rojo, ese rojo que me lastimaba la vista pero el único punto donde había calma y estaba completamente limpio de vampiros de ultratumba carnívoros.
Una de mis manos se mostraba inquieta, con gusto ahora mismo iría a azotar a un cuerpo sin vía mientras mi fastidiada visión se deleitaría con las reacciones químicas y físicas del cuerpo -¡Vamos, tiene que haber algo!- sonaba la desesperación en mi voz -¡Dios!- exasperado fui tome asiento en el viejo y pequeño sillón que formaba parte el inmobiliario el hotel, de acuerdo no era tan agradable y nuevo como el mío, pero por el momento solo quería depositar mi cansado trasero que estuvo todo el día hundido en un colchón.
Opto por cerrar los ojos e inspirar profundo, mis manos dejan e moverse impacientemente y se juntan, chocando las yemas de una mano con la otra –Repasemos los hechos- digo y seguido de este pensamiento, las imágenes empiezan a surgir de todos los lugares que conforman mi palacio de la memoria, ninguno tiene sentido, tal y como Watson describió en su pregunta pero que por razones obvias quise evadir, si, prefiero evadir eso antes que decir la ridícula historia que había formado de acuerdo a todo lo recabado incluyendo las declaraciones del chiflado de Hannibal, era una historia tal, más digna de un novelista como el escritor español Archibaldo de la Cruz que de un detective consultor serio y formal como lo era yo.
Expectante aunque no lo pareciese escuchaba con atención ambos relatos, parecía que todos teníamos la misma hipótesis, aunque estaba completamente en desacuerdo con el suicidio de la cantante aquella noche –Cuando eliminas toda solución lógica a un problema, lo ilógico, aunque imposible, es invariablemente lo cierto- me digo para ensordecer las indirectas tan directas que Lecter lanzaba en mi contra, debía aceptar que ambos testimonios son las piezas que faltaban en el rompecabezas imaginario que tenia frente a mí en el palacio.
-Declaman bastante bien caballeros, lo que me lleva a preguntarme ¿Por qué no decidieron trabajar como actores teatrales?, es decir algunos ganarían más ¿Cierto Watson? Y otros comerían menos ¿No es verdad Lecter?- decía mientras sacudía la cabeza -Bien tengo las respuestas a todas sus dudas, el Dios de la deducción ha descendido para ilustrarles- mi ego, la mejor arma contra caníbales y doctores miedosos –La chica, la… joven cantante nunca se suicido, ciertamente dejo una carta de despedida pero jamás llego a su destinatario, ¿Por qué? ¡Porque el teatro se incendio!, estaba más que claro que las personas remitentes de esa nota estaban entre los presentes, por eso la dejo allí… pero ¡Ah!- comienzo a moverme en círculos por el pequeño cuarto de hotel, de manera desesperada, las ideas estaban brotando, la escena pasaba ante los ojos de mi imaginación -Llega un factor inesperado y rompe con todo esquema, el enmascarado entra y declama, grita a todo París, que han sido un rebaño de tontos siguiendo y obedeciendo al lobo disfrazado de pastor, ella no sabe qué hacer y mientras está en la disyuntiva, el famoso lobo entra en escena, el vampiro llega retante, es un cazador su oponente, la soprano al ver la tensión y empeñada en morir se ofrece como carnada, la escena transcurre y finalmente en el momento cúspide ella decide apoyar al cazador, ella conocía al vampiro, sabía perfectamente que desenmascararlo era la única opción…la gente corre y ¿Por qué corre?, bueno… ¿Por qué el tipo vampírico trae una máscara?, es obvio que algo terrorífico vieron independientemente de las llamas que se comenzaban a esparcir y huyeron.. Ninguno de los dos venía solo- reflexiono y me detengo –Se inicia una batalla entre bandos… muchos mueren, mientras cazador y vampiro se disputan París y su libertad… alguno de los dos debe estar ganando pero entonces algo los distrae y ¡Oh! Allí tenemos a la soprano…. Se la llevo alguno de los dos, después de agredir más al otro claro- me vuelvo a detener en seco y siento como mis ojos se abren cada vez más, haciéndose mi mirada desproporcional a mi rostro –Esto no ha acabado- susurro y antes de que cualquiera de nosotros pudiese decir algo más tocaron la puerta de nuestro cuarto ¿Quién sería a esas horas? ¿Tal vez un desafortunado que se equivoco de piso?.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Quedo anonadado a pesar de que el detective algunas veces logra sacarme de mis casillas, Sherlock había atado los cabos sueltos poco a poco mientras nosotros hacíamos conjeturas sin sentido o tal vez como cualquier persona común y corriente en nuestro lugar lo hubiese pensado, sin importar cuánto tiempo llevaba con él, no lograba aprender lo más mínimo de su técnica, de la cual jamás he sabido el método exacto con el cual funciona.
Intento articular palabra pero resulta imposible, cuando a Sherlock se le ocurre una idea no hay poder humano que puedo pararlo, siempre es así, el dice que es el momento justo en que hace un recorrido rápido por su fortaleza mental y debe decir las cosas antes que deje los objetos en el lugar donde quiere o donde aterrizan las ideas, me limito a tomar notas, la pequeña libreta vuelve a ser rayada y tachada, la tinta está fresca y mi mano se impregna de ella pero continua tomando lo más relevante de todo su posible relato.
Cuando al fin para, me desconecto del mundo y vuelvo a leer poco a poco todo lo que ha sido plasmado en mis pequeñas hojas, mis ojos van y regresan al tiempo que mi pensamiento lo asimila y se imagina con fatal horror la escena, la última en que los alaridos, los pasos presurosos, las estampidas humanas y la muerte se propagaba por el lugar, el punto final se acerca en mi relato, allí está plasmado con letras mayúsculas “esto no ha acabado”, separo la vista del papel y queda suspendida primero en Hannibal, luego en el aire –Tiene lógica- apenas susurro después de un suspiro, mis ojos recorren la habitación buscando un poco de normalidad, algo que suene y se vea lo más coherente a una mente como la mía, más todo intento es inútil, mi imaginación juega conmigo y en el fondo sé que es cierto… esto está fuera de nuestras manos, de nuestra científica comprensión y entonces surge una pregunta - ¿Cuál es nuestro papel en todo esto?-, intento externarla cuando el golpe insistente a la puerta del cuarto me aterriza en la tierra, Hannibal se mantiene quieto, observa a Sherlock y el detective solo observa la puerta sin hacer comentario, sin mover parpado o musculo, sin articular palabra, sin más remedio yo soy el que abro la puerta y frente a mí una sombra ataviada de negro y con el rostro cubierto sostenía un pequeño paquete con ojos y en el centro solo una nota decía “Para Sherlock Holmes”, lo tomo con más temblorosas, parece que la sombra me arranco la lengua, mis modales y la poca cordura me abandonan y se van con él…. Entonces Hannibal intenta seguirle y dispara pero falla, los tres nos quedamos en el desconcierto… incluso el más genio de los genios y el asesino de asesinos quedaron sin palabras, todos estábamos es putrefactos y quizás aunque discretos temblaban tanto como yo.
Intento articular palabra pero resulta imposible, cuando a Sherlock se le ocurre una idea no hay poder humano que puedo pararlo, siempre es así, el dice que es el momento justo en que hace un recorrido rápido por su fortaleza mental y debe decir las cosas antes que deje los objetos en el lugar donde quiere o donde aterrizan las ideas, me limito a tomar notas, la pequeña libreta vuelve a ser rayada y tachada, la tinta está fresca y mi mano se impregna de ella pero continua tomando lo más relevante de todo su posible relato.
Cuando al fin para, me desconecto del mundo y vuelvo a leer poco a poco todo lo que ha sido plasmado en mis pequeñas hojas, mis ojos van y regresan al tiempo que mi pensamiento lo asimila y se imagina con fatal horror la escena, la última en que los alaridos, los pasos presurosos, las estampidas humanas y la muerte se propagaba por el lugar, el punto final se acerca en mi relato, allí está plasmado con letras mayúsculas “esto no ha acabado”, separo la vista del papel y queda suspendida primero en Hannibal, luego en el aire –Tiene lógica- apenas susurro después de un suspiro, mis ojos recorren la habitación buscando un poco de normalidad, algo que suene y se vea lo más coherente a una mente como la mía, más todo intento es inútil, mi imaginación juega conmigo y en el fondo sé que es cierto… esto está fuera de nuestras manos, de nuestra científica comprensión y entonces surge una pregunta - ¿Cuál es nuestro papel en todo esto?-, intento externarla cuando el golpe insistente a la puerta del cuarto me aterriza en la tierra, Hannibal se mantiene quieto, observa a Sherlock y el detective solo observa la puerta sin hacer comentario, sin mover parpado o musculo, sin articular palabra, sin más remedio yo soy el que abro la puerta y frente a mí una sombra ataviada de negro y con el rostro cubierto sostenía un pequeño paquete con ojos y en el centro solo una nota decía “Para Sherlock Holmes”, lo tomo con más temblorosas, parece que la sombra me arranco la lengua, mis modales y la poca cordura me abandonan y se van con él…. Entonces Hannibal intenta seguirle y dispara pero falla, los tres nos quedamos en el desconcierto… incluso el más genio de los genios y el asesino de asesinos quedaron sin palabras, todos estábamos es putrefactos y quizás aunque discretos temblaban tanto como yo.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Hannibal observo todo con absoluta calma, tal pareciese que la situación en un momento le pareció divertida, un hombre disfrazado reposaba pacientemente en la puerta con un paquete y las expresiones del detective y su compañero eran más que agradables a sus ojos, el asesino Lecter también sabía disfrutar de otro tipo de diversiones que no estuvieran desviadas a su propia sed de sangre y hambre de carne humana acompañada siempre del vino más fino en su mesa.
No pudo saber por qué motivo confió en ellos, en el momento mismo que el doctor se acerco tímidamente a la puerta, quizás porque eran policías o probablemente porque ya se habían visto las caras más de una vez dentro y fuera de las rejas, a pesar de todo Hannibal era una de las personas que pese a su psicopatía sabía perfectamente en que día vivía y quienes eran las personas más ilustres de toda Europa en 1800, sabía perfectamente quién era Sherlock Holmes y el Dr. John Hamish Watson, tenía su trayectoria bastante estudiada solo por precaución, por si el destino los volvía a unir de nuevo en fallido crimen que ante los ojos de Hannibal fuera perfecto.
Contemplo al hombre que yacía en la puerta, escucho y fragmento la voz grave y rasposa que hablo poco y la mano enfundada en piel oscura que entrego el extraño paquete, en definitiva era algo con lo que Lecter no contaba, un minúsculo detalle que no cuadraba del todo con el perfil que había logrado construir en pocas horas, podría ser la llave al complejo enigma que ante ellos parecía no desear presentarse con la real y justa magnitud.
La sorpresa se reflejo en su rostro cuando dejaron marchar sin más aquel hombre, el gesto atónito y analítico de Holmes no daba suficiente esperanza a que regresara de su ensueño y fuese tras una pieza valiosa, Watson estaba en la disyuntiva, parecía esperar la instrucción de Holmes para ir tras el mensajero y su mirada aterrorizada y desconcertada se centraba en las hojas que pendían de la mano de su compañero -¡Sois unos idiotas!- exclamo agresivo -¡No se por qué demonios confié en ustedes, dejen de pensar como científicos y pónganse a trabajar no importa las anomalías a la lógica que presente este caso!- frunció el ceño y bajo rápidamente las escaleras del hotel buscando en vano entre la escasa gente que aun deambulaba e ingresaba al lugar, el hombre de capa oscura, aparentemente sin rostro y sin manos, buscaba entre vivos a un fantasma, que por más invocaciones jamás volvió a aparecer.
Hannibal creyó que lo encontraría en el hall del hotel pero allí no había más que el velador, un hombre de estatura en promedio alta, ojos azul índigo y unas cuantas cicatrices en la cara, el aseguro no haber visto nada y cuando las interrogantes de Hannibal iban a ser dictadas en voz alta, un carruaje se escucho alejarse, el galope de los caballos era rápido, alguien huyo de allí, al voltear la vista al velador este ya no estaba… entonces cayó en la cuenta de que todo fue una trampa para que el sospecho ser pudiera escapar, en ese momento odio a todos, incluyéndose a sí mismo por haber roto una de sus leyes más sagradas… no confiar en nadie.
No pudo saber por qué motivo confió en ellos, en el momento mismo que el doctor se acerco tímidamente a la puerta, quizás porque eran policías o probablemente porque ya se habían visto las caras más de una vez dentro y fuera de las rejas, a pesar de todo Hannibal era una de las personas que pese a su psicopatía sabía perfectamente en que día vivía y quienes eran las personas más ilustres de toda Europa en 1800, sabía perfectamente quién era Sherlock Holmes y el Dr. John Hamish Watson, tenía su trayectoria bastante estudiada solo por precaución, por si el destino los volvía a unir de nuevo en fallido crimen que ante los ojos de Hannibal fuera perfecto.
Contemplo al hombre que yacía en la puerta, escucho y fragmento la voz grave y rasposa que hablo poco y la mano enfundada en piel oscura que entrego el extraño paquete, en definitiva era algo con lo que Lecter no contaba, un minúsculo detalle que no cuadraba del todo con el perfil que había logrado construir en pocas horas, podría ser la llave al complejo enigma que ante ellos parecía no desear presentarse con la real y justa magnitud.
La sorpresa se reflejo en su rostro cuando dejaron marchar sin más aquel hombre, el gesto atónito y analítico de Holmes no daba suficiente esperanza a que regresara de su ensueño y fuese tras una pieza valiosa, Watson estaba en la disyuntiva, parecía esperar la instrucción de Holmes para ir tras el mensajero y su mirada aterrorizada y desconcertada se centraba en las hojas que pendían de la mano de su compañero -¡Sois unos idiotas!- exclamo agresivo -¡No se por qué demonios confié en ustedes, dejen de pensar como científicos y pónganse a trabajar no importa las anomalías a la lógica que presente este caso!- frunció el ceño y bajo rápidamente las escaleras del hotel buscando en vano entre la escasa gente que aun deambulaba e ingresaba al lugar, el hombre de capa oscura, aparentemente sin rostro y sin manos, buscaba entre vivos a un fantasma, que por más invocaciones jamás volvió a aparecer.
Hannibal creyó que lo encontraría en el hall del hotel pero allí no había más que el velador, un hombre de estatura en promedio alta, ojos azul índigo y unas cuantas cicatrices en la cara, el aseguro no haber visto nada y cuando las interrogantes de Hannibal iban a ser dictadas en voz alta, un carruaje se escucho alejarse, el galope de los caballos era rápido, alguien huyo de allí, al voltear la vista al velador este ya no estaba… entonces cayó en la cuenta de que todo fue una trampa para que el sospecho ser pudiera escapar, en ese momento odio a todos, incluyéndose a sí mismo por haber roto una de sus leyes más sagradas… no confiar en nadie.
Hannibal Lecter- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 05/09/2013
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
Poco me importo en aquel momento si el sospechoso se escapaba y nunca regresaba, ahora simplemente sentía que todo a mi alrededor daba vueltas sin detenerse, era como un pequeño temblor individual que me abrumaba ensordecedoramente, la cabeza me punzaba, de algún modo un pequeño ataque de angustia había logrado persuadir mis nervios y colocarme en una desventaja que en ese momento era más que inoportuna.
Pese al malestar trataba de mantenerme de pie, sin expresión alguna y tratando súbitamente de ocultar mis malestares, un período de irrealidad al cual ya estaba acostumbrado por aquel remedio que rara vez ingería estaba obstruyendo el libre paso de las ideas, los pensamientos y las hipótesis, me limitaba a tranquilizarme y que las sustancias del cerebro volvieran a nivelarse, tome el paquete entre mis manos y deje que poco a poco todo volviera a la normalidad y que me fuera acostumbrando de nueva cuenta a la misteriosa realidad que envolvía el caso.
Cogí la pipa donde el más exquisito y oloroso tabaco de París reposaba pacíficamente mientras daba de vez en cuando una bocanada de aire, el humo era elevado en espiral y por consecuencia lógica perfumando la habitación hasta que pudiera embriagarme, estaba de vuelta en casa, sentado en aquel sillón desgastado, con el soplo del viento en la espalda gracias a la ventana abierta, un Watson contrariado y expectante, mientras el caníbal se había marchado, no sabía si temporalmente o para siempre.
Finalmente decidí ignorar mis dolencias, hacer caso omiso para centrar mi atención en el paquete que reposaba en mi regazo, la cuerda que sujetaba el montón de papeles se mantenía quieta, invitando a mi curiosidad a desatarla y hurgar lo que estaba envuelto en ese papel fino y amarillento, un papel de olor a tierra y rosas, de elegancia propia pero de antigüedad incierta, tal era la presentación que esta carcomido por el tiempo de las orillas que hacían cada vez más arrugadas y que con cualquier roce se rompían a tal grado que parecían desintegrarse, esto no era de humanos, pero tampoco era de vampiros… si alguien lo envió, debe ser alguien que le importa acabar con esta historia, con nosotros o nuestra contra ese era el nuevo misterio a resolver, pronto recuerdo que no es la primera experiencia anómala por la que he pasado, aquella joven que aseguraba venir de un lugar lejano y conocer las claves para dar con el asesino de ese caso tan complicado, que al final me ayudo y en todo pese a mi incredulidad tuvo razón, la situación dejaba una minúscula parte de mi mente, abierta a lo inexplicable, aunque hoy a pesar de haber pasado tanto tiempo sigo pensando en otras hipótesis, desgraciadamente ninguna me da una explicación de su desaparición, esa figura femenina se difumino en el aire frente a mis ojos y los de Watson, jamás le volvimos a ver o saber de ella otra vez.
Sacudo la cabeza tratando de sacar los vagos recuerdos de mi mente, la pipa reposa en mi boca mientras con ambas manos desato los nudos hasta que una especie de Diario se asoma, forrado en piel oscura y con el grabado de una rosa, lo abro con lentitud y al hojearlo son dos diferentes tintas que marcan letras hechas con cuidado, otras hechas con desesperación y otras más con trazos temblorosos, dispuesto estoy a leerlo cuando Watson me interrumpe.
Pese al malestar trataba de mantenerme de pie, sin expresión alguna y tratando súbitamente de ocultar mis malestares, un período de irrealidad al cual ya estaba acostumbrado por aquel remedio que rara vez ingería estaba obstruyendo el libre paso de las ideas, los pensamientos y las hipótesis, me limitaba a tranquilizarme y que las sustancias del cerebro volvieran a nivelarse, tome el paquete entre mis manos y deje que poco a poco todo volviera a la normalidad y que me fuera acostumbrando de nueva cuenta a la misteriosa realidad que envolvía el caso.
Cogí la pipa donde el más exquisito y oloroso tabaco de París reposaba pacíficamente mientras daba de vez en cuando una bocanada de aire, el humo era elevado en espiral y por consecuencia lógica perfumando la habitación hasta que pudiera embriagarme, estaba de vuelta en casa, sentado en aquel sillón desgastado, con el soplo del viento en la espalda gracias a la ventana abierta, un Watson contrariado y expectante, mientras el caníbal se había marchado, no sabía si temporalmente o para siempre.
Finalmente decidí ignorar mis dolencias, hacer caso omiso para centrar mi atención en el paquete que reposaba en mi regazo, la cuerda que sujetaba el montón de papeles se mantenía quieta, invitando a mi curiosidad a desatarla y hurgar lo que estaba envuelto en ese papel fino y amarillento, un papel de olor a tierra y rosas, de elegancia propia pero de antigüedad incierta, tal era la presentación que esta carcomido por el tiempo de las orillas que hacían cada vez más arrugadas y que con cualquier roce se rompían a tal grado que parecían desintegrarse, esto no era de humanos, pero tampoco era de vampiros… si alguien lo envió, debe ser alguien que le importa acabar con esta historia, con nosotros o nuestra contra ese era el nuevo misterio a resolver, pronto recuerdo que no es la primera experiencia anómala por la que he pasado, aquella joven que aseguraba venir de un lugar lejano y conocer las claves para dar con el asesino de ese caso tan complicado, que al final me ayudo y en todo pese a mi incredulidad tuvo razón, la situación dejaba una minúscula parte de mi mente, abierta a lo inexplicable, aunque hoy a pesar de haber pasado tanto tiempo sigo pensando en otras hipótesis, desgraciadamente ninguna me da una explicación de su desaparición, esa figura femenina se difumino en el aire frente a mis ojos y los de Watson, jamás le volvimos a ver o saber de ella otra vez.
Sacudo la cabeza tratando de sacar los vagos recuerdos de mi mente, la pipa reposa en mi boca mientras con ambas manos desato los nudos hasta que una especie de Diario se asoma, forrado en piel oscura y con el grabado de una rosa, lo abro con lentitud y al hojearlo son dos diferentes tintas que marcan letras hechas con cuidado, otras hechas con desesperación y otras más con trazos temblorosos, dispuesto estoy a leerlo cuando Watson me interrumpe.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: Verwirrung (Confusión) Le due maschere della notte prt. III
-Sherlock, no lo abras- advierto mientras intento despertar de ese estado de profundo impacto, aun no sé como las cosas han llegado a tanto enredo, no sé cómo he llegado al punto de intentar buscar la ayuda suficiente para este caso si lo único que venía a buscar era al mismo Holmes para llevármelo a casa donde le requerían, en cambio estábamos aquí varados y habían pasado más de dos meses desde que llegue a París –No te das cuenta- reparé –Alguien quiere involucrarte en un caso que le corresponde directamente a la policía de Paris y no a un detective consultor londinense que vino a buscar no se qué cosa o que persona que nunca encontró… ¿y si eso es parte del tal Moriarty? ¿Si todo no es más que un teatro para emboscarte como te lo advirtió aquella chica…. ¡Violette!, la que aseguraba venir del futuro?- no podía entender porque había saltado a mi mente aquella joven a la que nunca volvimos a ver, será quizás porque este caso tiene tantas cosas extrañas e inexplicables como lo fue aquel suceso y en parte porque a veces recordar el pasado me ayuda a relajar mis nervios que ya estaban por demás alterados desde antes que conociera a Sherlock en Londres y que llegaban a un estado normal cuando resolvíamos algún caso que tuviera o no la importancia suficiente para poner a medio mundo de cabeza, más por inexplicable que suene yo seguí aterrado, esta vez mi cabeza no paraba de darle vueltas al asunto y mi voz interior repetía con insistencia que todo esto era una trampa, llena de los acertijos que tanto le agradan a Holmes.
-¡Es Moriarty! ¡Como lo dijo Violette!- exclame mientras mis manos sudorosas y frías se pasaban por mi cabello, estaba desesperado –Estoy más que seguro que esto es una trampa de él para terminar contigo, ¡Porque necesitarían a un detective consultor londinense!- agregue con molestia y sin más me dirigí a la ventana, necesitaba con desesperación sentir el aire, esa brisa fresca de una madrugada tan callada, con el aroma acre de una tragedia reciente, las penumbras reinando en el teatro y los veladores, carretas entre otras cosas más evitando su paso por aquellos rumbos, todos temiendo ante una maldición fantasmal.
No escuche ruido, ni un insulto lleno de sarcasmos por parte de mi compañero, el tenía sus dudas también, era un hombre demasiado racional que no le gustaba llevar todo a un plano más emocional y supersticioso como lo hacíamos el resto de los mortales de intelecto promedio, pero ahora me temía que hasta para esto Sherlock tenía sus dudas.
Me gire y seguía exactamente en la misma posición, sosteniendo aquel misterioso objeto, acariciando las cuerdas que sujetaban el papel que le envolvía, suspirando y con sus ojos perdidos en la nada de la chimenea apagada, con la pipa en la mano que quedaba libre y el humo esparciéndose al techo, podía ver como pasaba saliva, era señal de que todo lo estaba poniendo duda, en ese abismo que hay entre la realidad y la ficción.
El silencio se adueñaba del pequeño cuarto de hotel, suspiros y el ritmos de la respiración de ambos era lo que reinará el lugar, los pasos de Hannibal se escuchaban a un lejos, la gente estaba con seguridad preparándose para dormir y para nosotros el día apenas comenzaba y quizás era mejor así, comenzar el día de la forma más valiente que se pudiese, decidí entonces que para acabar con esto y dormir como toda gente normal y decente debía exterminar toda duda y toda ansiedad que flotaba en el ambiente –Dame el paquete- dije seriamente- Yo lo abriré- extendí la mano y me acerque a él con paso cauteloso –Acabemos con esto de una vez por todas-.
*Nota: La mención de Violette y el futuro tiene que ver con las aventuras de Sherlock y Watson en otro foro en el que participamos ambos users, queremos que las historias se conecten y tengan una cronologia. ¡Saludos!
-¡Es Moriarty! ¡Como lo dijo Violette!- exclame mientras mis manos sudorosas y frías se pasaban por mi cabello, estaba desesperado –Estoy más que seguro que esto es una trampa de él para terminar contigo, ¡Porque necesitarían a un detective consultor londinense!- agregue con molestia y sin más me dirigí a la ventana, necesitaba con desesperación sentir el aire, esa brisa fresca de una madrugada tan callada, con el aroma acre de una tragedia reciente, las penumbras reinando en el teatro y los veladores, carretas entre otras cosas más evitando su paso por aquellos rumbos, todos temiendo ante una maldición fantasmal.
No escuche ruido, ni un insulto lleno de sarcasmos por parte de mi compañero, el tenía sus dudas también, era un hombre demasiado racional que no le gustaba llevar todo a un plano más emocional y supersticioso como lo hacíamos el resto de los mortales de intelecto promedio, pero ahora me temía que hasta para esto Sherlock tenía sus dudas.
Me gire y seguía exactamente en la misma posición, sosteniendo aquel misterioso objeto, acariciando las cuerdas que sujetaban el papel que le envolvía, suspirando y con sus ojos perdidos en la nada de la chimenea apagada, con la pipa en la mano que quedaba libre y el humo esparciéndose al techo, podía ver como pasaba saliva, era señal de que todo lo estaba poniendo duda, en ese abismo que hay entre la realidad y la ficción.
El silencio se adueñaba del pequeño cuarto de hotel, suspiros y el ritmos de la respiración de ambos era lo que reinará el lugar, los pasos de Hannibal se escuchaban a un lejos, la gente estaba con seguridad preparándose para dormir y para nosotros el día apenas comenzaba y quizás era mejor así, comenzar el día de la forma más valiente que se pudiese, decidí entonces que para acabar con esto y dormir como toda gente normal y decente debía exterminar toda duda y toda ansiedad que flotaba en el ambiente –Dame el paquete- dije seriamente- Yo lo abriré- extendí la mano y me acerque a él con paso cauteloso –Acabemos con esto de una vez por todas-.
*Nota: La mención de Violette y el futuro tiene que ver con las aventuras de Sherlock y Watson en otro foro en el que participamos ambos users, queremos que las historias se conecten y tengan una cronologia. ¡Saludos!
J.H. Watson- Humano Clase Alta
- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 06/06/2012
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