AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Libera mi dolor (Privado)
2 participantes
Página 1 de 1.
Libera mi dolor (Privado)
Hacía mucho tiempo que llevaba mirando el mismo punto indefinido en lo más lejano del campo que concurría frente a su Mansión. Todos los días durante meses, había estado sentada en el porche, esperando un milagro. No importaba cuanto frío hiciera, ella seguía allí. Esperando. Toda su vida se había centrado en la llegada de alguien que no vendría, y aunque lo sabía, nada podía hacer. Decían que la esperanza era lo último que se perdía. Por eso, después de la noche en que había escapado para evitar que la casaran, había seguido yendo al Conservatorio. Su sonrisa jamás mermó, sólo tenía que asentir y encerrarse en su despacho. Pero cada vez que alguien tocaba un instrumento, sólo podía recordar al hombre lobo que había desaparecido. Lo peor, no era el haberse quedado sin la persona que amaba. Lo que la atormentaba era el saber que ella había sobrevivido cuando gustosamente había cerrado sus ojos para abrazar la muerte.
6 Meses atrás, en la Playa privada de los Del Mar. Madrugada.
Su corazón se detuvo durante unos instantes, mientras el cuerpo caía inerte en la arena húmeda de la playa. El mar humedecía su cuerpo, a medida que la marea iba subiendo. Pero para ella, todo era luz y tranquilidad. Una paz la rodeaba, sabiendo que el dolor había cesado. ¿Estaba muerta?. Quizás lo fuera. Aunque podía sentir el agua bañando su cuerpo, como si éste flotase, suspendido en las olas calmadas. Pero al poco tiempo, sintió un líquido deslizarse por sus labios, a medida que la luz se marchaba, regresándola a un mundo de dolor y gritos masculinos con su nombre. ¿Dónde estaba?. Intentó moverse, pero el dolor la perforó, haciendo que su mente se pusiera en negro.
Horas más tarde, el olor de bollos recién hechos la despertó. Abrió sus ojos con lentitud, parpadeando contra la molesta luz del sol que se filtraba sobre ella. Sus ojos lloraron por el impacto de algo tan brillante. Casi de inmediato, unas manos grandes la abrazaron, dándole calor. - Brett....- Susurró con una voz que no parecía suya. Cerró los ojos y movió sus manos hacia la ancha espalda masculina. Pero cuando inspiró su aroma, supo que no era él. No olía al jabón estéril que usaba en el hospital. Aunque sí podía captar el aroma al bosque. Las lágrimas descendieron por sus ojos, cuando escuchó una voz que no deseaba oír.
Transcurrió el día entre largas explicaciones. El hombre que había abrazado era su hermano. Un hombre de gran tamaño y muy musculoso. Mirándolos a ambos, a penas podía pensarse que fueran del mismo padre, ya que su constitución era demasiado delgada como para ser comparada con la del hermano. Aunque sus ojos marrones eran idénticos a los suyos, incluso su boca, mucho más gruesa en el rostro masculino, tenía una forma de sonreír similar a la suya. Él habló todo el día, atendiéndola en todo lo que necesitaba, llenando su silencio por un torrente de palabras que no guardaban sentido para ella.
- Brodrick... ¿Zafiro...?- Preguntó en voz queda, interrumpiendo un discurso acerca del clima de Francia. Cuando los ojos de su hermano esquivaron los suyos, sintió que tenía que salir de la cama. - ¿Ismael..?- Volvió a preguntar mientras se quitaba las mantas de encima y empezaba a llorar. - Es un cazador, seguro que está vivo. - Estaba vivo, seguro que le sonreía de nuevo... Pero, a cambio, su hermano sólo se levantó y le colocó una espada en su mano.
- No había nada más en la playa. Ni cuerpos, ni .... Nada.- Le dijo su hermano con franqueza. Sin poderlo evitar, empezó a llorar, soltando pequeños gritos de dolor, mientras él la abrazaba y mecía contra su firme cuerpo. Y entre sollozos, supliqué a Dios que me devolviera a mis amigos. Juré dejar la música, la búsqueda de mi padre, e incluso el casarme con quien se me había impuesto. Me dormí susurrando un último por favor, con el rostro marcado por las lágrimas, sabiendo que no volverían.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El ruido de unos pasos, hizo que volviera a la realidad. Los recuerdos fluían en mi mente, como el vuelo de múltiples mariposas. Unos interponiéndose sobre los otros. Lo gracioso, era que no podía recordar nada, salvo cosas fugaces, sus días se pasaron en una convalecencia en cama durante un mes. Incluso la muerte de mi tía, pasó desapercibida para mi. No había nada excepto yo y el dolor.
A veces me despertaba en medio de la noche e iba a la habitación de Zafiro para acostarme en su cama y sentir su aroma en ellas. Revolvía sus pertenencias, peinándome con su peine e incluso colocándome su perfume. Todo eso parecía tener sentido para mi en ese momento. Pero con el tiempo, comencé a olvidarme de detalles importantes. Cuanto más me olvidaba de ellos, más volvía a la realidad. Hasta que hacía dos meses, Löwe había amenazado con azotarme para despertar mi mente. Y así había sido. Su estúpido enojo me despertó, cuando sus manos destruyeron el cuarto de Zafiro. Lo odié. No lo quería ver. Pero al día siguiente, me desperté preguntándome qué color sería adecuado con la temporada.
Desde entonces, repito el ritual de sentarme en el porche, con una gruesa manta. Vestida con la ropa vieja de Maurice, el amante de mi abuelo Löwe. Sonriendo al infinito, esperando que ellos volvieran. Había abandonado la música, poco me importaban los demás miembros de mi clase social. Sólo existíamos yo, la magia y lo poco que me quedaba de familia.
- Señorita Ruslana, tiene una visita.- Le dijo Rembrandt, mientras cerraba las gruesas mantas sobre ella, como si fuera una niña.- Más vale que se tome el té caliente que le he traído. Si se enferma, esos dos hombres comenzaran a destruir cosas.- La reprimenda que le daba, sólo hizo que lo mirara con cariño, mientras deslizaba uno de sus manos hacia él para tocar su viejo rostro. Lo acarició con cuidado, sorprendiéndolo hasta el punto de hacerlo soltar varias lágrimas.- Niña, deje eso. Ya le he dicho que no se sociabiliza con los sirvientes.- Aunque traicionó sus palabras al besar su mano enguantada, como si se alegrase de tenerla de vuelta.
Ella sabía que sus criados hablaban de cuánto le había afectado la muerte de su amiga y tía en el mismo mes. Aunque estaban tranquilos ahora que su ama y señora estaba de nuevo lúcida. Todos la mimaban, dándole mimos a todas horas. Y nunca, nunca, la dejaban sola. - Está bien, Rembrandt. Hazlo pasar.- Sonrió y tomó la taza de té, dando un sorbo. Su vida era un remanso de paz, con múltiples cuchillos clavados en su alma.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 415
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Localización : Mansión del Mar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libera mi dolor (Privado)
No comprendía realmente el por qué y el cómo llegué a parar al lugar...
...pero si podía sentir el aroma hogareño, que hizo reaccionar mi conciencia llevándome en un viaje en el tiempo hacia un lugar más tierno, más cálido, más cariñoso... aquél espacio de tiempo en que yo era humano...
Era increíble como el mis memorias de sonrisas pasadas, bromas y jugaerretas entre verdaderos amigos, brotaban ante mis ojos, pasando como rápidas imágenes en blanco y negro... ¿Hace cuánto que no dialogaba con un ser transparente y sincero, con quien de verdad valoraba una real amistad y que por nada en el mundo se convertiría en solo un engaño e ilusión? ...Las personas sinceras existen.. pero las interesadas también...,
...Comenzaba entonces a sensibilizar mi conciencia... mi alma.. pensando en la calidez de la verdad anhelada...
Mis pasos caminaban como si mi sistema no se lo ordenase... algún día tendré la capacidad de pararlos para no ser tan impulsivo.. es cosa de práctica, mas por pereza es que esta noche, no quería pararlos.
Seguí aquel dulce aroma hogareño y añejo a la vez... me deslicé a través de memorias cálidas.. iluminadas por la luz del sol en primavera, por las risas particulares de... "Zafiro y Ruslana..." -pronuncié suavemente, al ver a lo lejos la Gran Mansión Del Mar de Ruslana...
¡Oh Ruslana! Mi hermosa amiga, mi bella guardiana de aquella alma de niño perdido en el tiempo entre la vida y la muerte...¿Seguirás aquí?... ¿O todo ha de ser como un simple espejismo en el desierto de mis recuerdos?...
Me detuve varias horas antes, rondando por los alrededores de la casa de Rus.. intentaba familiarizarme de nuevo con aquel gran terreno de mi amada protectora....
Realmente Rus era lo más cercano que he tenido desde que la conocí, a una Madre, o Protectora femenina. Y he estado realmente agradecido de ella en su totalidad.
...Pero al igual que un niño perdido, y arrepentido.. que vuelve a su casa después de haberse escapado de ella por largo tiempo...
Es como si hallase mi hogar en la oscuridad de mis andanzas... como un refugio.
Me armé de valor, para mirar a la cara del mayordomo quien humildemente me hizo pasar dentro de la casa... pero... estaba mucho más silenciosa... las luces algo tenues, solo se sentía levemente la activa servidumbre...
El mayordomo me llevó hasta un Gran Salón, en el primer piso de la mansión pidiéndome que porfavor esperara a mi buena dama...
...pero si podía sentir el aroma hogareño, que hizo reaccionar mi conciencia llevándome en un viaje en el tiempo hacia un lugar más tierno, más cálido, más cariñoso... aquél espacio de tiempo en que yo era humano...
Era increíble como el mis memorias de sonrisas pasadas, bromas y jugaerretas entre verdaderos amigos, brotaban ante mis ojos, pasando como rápidas imágenes en blanco y negro... ¿Hace cuánto que no dialogaba con un ser transparente y sincero, con quien de verdad valoraba una real amistad y que por nada en el mundo se convertiría en solo un engaño e ilusión? ...Las personas sinceras existen.. pero las interesadas también...,
...Comenzaba entonces a sensibilizar mi conciencia... mi alma.. pensando en la calidez de la verdad anhelada...
Mis pasos caminaban como si mi sistema no se lo ordenase... algún día tendré la capacidad de pararlos para no ser tan impulsivo.. es cosa de práctica, mas por pereza es que esta noche, no quería pararlos.
Seguí aquel dulce aroma hogareño y añejo a la vez... me deslicé a través de memorias cálidas.. iluminadas por la luz del sol en primavera, por las risas particulares de... "Zafiro y Ruslana..." -pronuncié suavemente, al ver a lo lejos la Gran Mansión Del Mar de Ruslana...
¡Oh Ruslana! Mi hermosa amiga, mi bella guardiana de aquella alma de niño perdido en el tiempo entre la vida y la muerte...¿Seguirás aquí?... ¿O todo ha de ser como un simple espejismo en el desierto de mis recuerdos?...
Me detuve varias horas antes, rondando por los alrededores de la casa de Rus.. intentaba familiarizarme de nuevo con aquel gran terreno de mi amada protectora....
Realmente Rus era lo más cercano que he tenido desde que la conocí, a una Madre, o Protectora femenina. Y he estado realmente agradecido de ella en su totalidad.
...Pero al igual que un niño perdido, y arrepentido.. que vuelve a su casa después de haberse escapado de ella por largo tiempo...
Es como si hallase mi hogar en la oscuridad de mis andanzas... como un refugio.
Me armé de valor, para mirar a la cara del mayordomo quien humildemente me hizo pasar dentro de la casa... pero... estaba mucho más silenciosa... las luces algo tenues, solo se sentía levemente la activa servidumbre...
El mayordomo me llevó hasta un Gran Salón, en el primer piso de la mansión pidiéndome que porfavor esperara a mi buena dama...
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 1498
Fecha de inscripción : 27/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libera mi dolor (Privado)
"Las cosas que perdemos vuelven a nosotros... aunque no siempre de la forma que esperamos."
Esperé en el porche de la Mansión, mientras Rembrandt se aseguraba de que terminase de tomarme el té. Consiguió convencerme de comer un pequeño dulce, mientras me acompañaba al Gran Salón. Escuchaba sus palabras de forma ausente, mordisqueando la crujiente galleta rellena de chocolate. Eran de esos dulces que misteriosamente te hacían feliz cuando los tomabas. Su sabor, la magnífica sensación de la galleta crujiendo dentro de tu boca, hasta deshacerse a sí misma sobre la lengua y darte la sorpresa del chocolate que poseía en su interior. Por alguna razón, esos dulces me recordaban a las personas. A veces, no sabes cómo son hasta que no catas su esencia interior.
Casi terminando mi dulce, me detuve delante de la puerta cerrada del Gran Salón, mirándola como si su pomo pudiese morderme. A penas sentí cuando Rembrandt se apresuraba a quitarme la manta que había cargado conmigo. Aunque cuando sus manos subieron a quitarme el sombrero masculino que llevaba, me retiré y lo fulminé con la mirada.
- Vamos señorita, no sea caprichosa. Ya es bastante malo para su reputación que esté vestida con esas...prendas- Escupió la palabra "prendas" como si lo que realmente quisiera decir, eran trapos. Eso hizo que sus labios se curvasen en una ligera sonrisa. Era cierto que había dejado de usar vestidos elegantes, para colocarse prendas masculinas. Pero se sentía más cómoda con ellas. Eran sus prendas de navegar, todos sabían que ella vestía así cuando se escapaba al barco. Y aunque no lo aprobaban, siempre se lo toleraban como un capricho infantil. Pero cuando las usó dentro de la casa, estalló una guerra de palabras y malas miradas por parte de Rembrandt. Él jamás le perdonaría que se vistiera como un muchacho de las calles. Pero su hermano y Löwe se lo permitían, siempre sonreían cuando Rembrandt discutía con ella.
- Mis prendas no son discutibles.- Le dijo mientras habría la puerta con decisión y la cerraba con rapidez tras ella. Pudo escuchar el gemido frustrado del hombre, mientras se giraba para ver a su visitante.
Su cuerpo se congeló, mientras su corazón comenzaba a acelerarse cada vez más en su pecho. Los recuerdos del hombre que miraba, ahora con profundo dolor, estaban unidos a la música y las personas que habían desaparecido.- No eres real...- Se dijo a sí misma mientras cerraba los ojos con fuerza y se mordía el labio intentando no llorar.
No era la primera vez que creía ver a alguien, para después girarse y descubrir que no estaba allí. A veces escuchaba la voz de Zafiro, canturreando detrás de la puerta de su dormitorio. Incluso una vez, creyó ver a Brett tocar el violín en la playa. Pero después de llamarlos, desaparecían con el sonido de su voz. Se pellizcó el brazo, y cuando abrió los ojos el hombre seguía allí.
Con un ligero temblor, se tambaleó, teniéndose que apoyar en la puerta para no caer de rodillas. Su protegido. Aquel hombre de aspecto estrambótico, siempre con el pelo revuelto y una mueca soñadora en sus labios. Casi como si su mente siempre estuviese en otra parte, relatándole una vivencia anterior. Sus dedos recorrieron su persona, desde sus pies, hasta los dedos, siempre manchados de tinta. Dedos ágiles y elegantes, propios de un músico como él.- Mikele...- Susurró antes de correr hacia él y abrazarlo con fuerza. Lloró entre sus brazos, mientras el sombrero yacía abandonado en el suelo, víctima de su carrera.
Se separó de él y levantó sus manos para tocar la fría y dura piel de su rostro. Algunos lo podrían considerar un monstruo por pertenecer a una raza de vampiros. Pero para ella, él siempre sería lo más cercano a un hijo, que jamás podría llegar a poseer. Paseó sus temblorosos dedos por sus labios, dibujándolos para memorizar su rostro. Sentía que en cualquier momento desaparecería. - Dulce protegido mío, ¿dónde has estado?- Le preguntó con tristeza, mientras hundía su rostro en su pecho, dejando de llorar. Siempre había sido así, Mikelangelo era su balsa de seguridad. Como aquellos ositos que los niños abrazan en la oscuridad para protegerse de los demonios malvados.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 415
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Localización : Mansión del Mar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libera mi dolor (Privado)
Al principio pensé que era una vaga imagen de mi mente, una imagen de actuación de dramatismo por parte de mi loca Ruslana... pero al momento en que se lanzó a llorar entre mis brazos supe que no era así, lo sentí como una corriente nerviosa dentro de mi...
Me mantuve firme y endurecido tras el abrazo de Ruslana, solo por la simple sensación de que ya llegaría el momento en que correría hasta sus brazos, pero en verdad fue todo tan rápido, que no alcancé a rodearla, pues se separó de mi por completo..
¿Que yo no era real? Claro que no soy real, solo soy un muerto viviente, una ilusión, una brisa fría en una habitación vacía y oscura, un diario inconcluso, una pauta infinita...
...No supe como reaccionar ante todo lo que sentí en aquellos minutos de distancia que tomamos, de hecho nisiquiera había susurrado palabra alguna ante el hecho todavía...
Me dediqué a observar a Ruslana... sin duda tendría también una historia larga que contarme, lo leí en sus brillosos ojos, tras la lágrimas derramadas ante mi inesperada presencia en su hogar..
Mi buena dama había perdido chispa en su actuar, en sus movimientos y en su hablar... me preguntaba ¿Cómo es que le ha pasado todo esto?... a una mujer tan buena, tan benevolente y tan entregada a sus seres más queridos, que ahora sin duda.. el mapa los había borrado sin previo aviso..
¿Entonces que era yo, en esos momentos para mi bella dama?, ¿Seguía siendo el mismo hijo fuerte que ella veía en mi, hace un tiempo atrás?... Era algo que dudaba... me había convertido ya, en un ser completamente lleno de dudas en mi interior...
Segui observando en silencio a Ruslana, mirándola con algo de curiosidad y desconsuelo... El necesitar apoyo era una cosa obvia, por parte de ambos...
Llevé mi mano a su rostro, acariciando suavemente su mejilla y la acerqué para que se arullara entre mis brazos nuevamente...
-Me alegra mucho verte Ruslana...- dije con sinceridad, y con una pacífica voz tan armoniosa, que hasta los más limitados, cerrarían sus ojos al escucharme...
Suspirando, haciendo que casi mi pecho llegue a inflarse, acaricié un poco la nuca de Rus, como si estuviese acariciando a una muñeca... suave y en un ligero roce...
...-¿Qué en dónde he estado mi querida Rus?...Oh... renaciendo desde las cenizas de una pauta rota, de la melodía encarnada de la eterna vida, de los ríos de sangre corriendo por mis venas, de un violín fuera de tono.. de las rosas enterradas en la tierra húmeda, de las espinas que no caen del cuero... en todas esas cosas.. he estado yo...- dije finalizando mientras continuaba teniendo a Ruslana entre mis brazos, dedicándole suaves caricias desde las alas de un ángel, hasta sus finos y morenos cabellos...
-Dime, mi buena dama..-la alejé un poco de mi abrazo para mirarle fijo e intenso - ...¿Qué puedo hacer para disipar tus tormentos? ...Estoy aquí ahora... háblale a tu pequeño hijo, dale la mano y camina a su lado, es el momento ya... -dije mientras mantenía una mano sujetando su nuca y mi rostro tomaba distancia del suyo para dedicarle una sonrisa sincera...y así fue....
Me mantuve firme y endurecido tras el abrazo de Ruslana, solo por la simple sensación de que ya llegaría el momento en que correría hasta sus brazos, pero en verdad fue todo tan rápido, que no alcancé a rodearla, pues se separó de mi por completo..
¿Que yo no era real? Claro que no soy real, solo soy un muerto viviente, una ilusión, una brisa fría en una habitación vacía y oscura, un diario inconcluso, una pauta infinita...
...No supe como reaccionar ante todo lo que sentí en aquellos minutos de distancia que tomamos, de hecho nisiquiera había susurrado palabra alguna ante el hecho todavía...
Me dediqué a observar a Ruslana... sin duda tendría también una historia larga que contarme, lo leí en sus brillosos ojos, tras la lágrimas derramadas ante mi inesperada presencia en su hogar..
Mi buena dama había perdido chispa en su actuar, en sus movimientos y en su hablar... me preguntaba ¿Cómo es que le ha pasado todo esto?... a una mujer tan buena, tan benevolente y tan entregada a sus seres más queridos, que ahora sin duda.. el mapa los había borrado sin previo aviso..
¿Entonces que era yo, en esos momentos para mi bella dama?, ¿Seguía siendo el mismo hijo fuerte que ella veía en mi, hace un tiempo atrás?... Era algo que dudaba... me había convertido ya, en un ser completamente lleno de dudas en mi interior...
Segui observando en silencio a Ruslana, mirándola con algo de curiosidad y desconsuelo... El necesitar apoyo era una cosa obvia, por parte de ambos...
Llevé mi mano a su rostro, acariciando suavemente su mejilla y la acerqué para que se arullara entre mis brazos nuevamente...
-Me alegra mucho verte Ruslana...- dije con sinceridad, y con una pacífica voz tan armoniosa, que hasta los más limitados, cerrarían sus ojos al escucharme...
Suspirando, haciendo que casi mi pecho llegue a inflarse, acaricié un poco la nuca de Rus, como si estuviese acariciando a una muñeca... suave y en un ligero roce...
...-¿Qué en dónde he estado mi querida Rus?...Oh... renaciendo desde las cenizas de una pauta rota, de la melodía encarnada de la eterna vida, de los ríos de sangre corriendo por mis venas, de un violín fuera de tono.. de las rosas enterradas en la tierra húmeda, de las espinas que no caen del cuero... en todas esas cosas.. he estado yo...- dije finalizando mientras continuaba teniendo a Ruslana entre mis brazos, dedicándole suaves caricias desde las alas de un ángel, hasta sus finos y morenos cabellos...
-Dime, mi buena dama..-la alejé un poco de mi abrazo para mirarle fijo e intenso - ...¿Qué puedo hacer para disipar tus tormentos? ...Estoy aquí ahora... háblale a tu pequeño hijo, dale la mano y camina a su lado, es el momento ya... -dije mientras mantenía una mano sujetando su nuca y mi rostro tomaba distancia del suyo para dedicarle una sonrisa sincera...y así fue....
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 1498
Fecha de inscripción : 27/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libera mi dolor (Privado)
" Nunca te fíes de nadie, Daniel, especialmente de la gente a la que admiras. Esos son los que te pegarán las peores puñaladas."
Dejó que la mano del vampiro sostuviera su cuerpo contra el suyo . Constituyendo su único apoyo entre el pasado y el presente, Mikelangelo era más un ser etéreo que el hijo al que había consentido tiempo atrás. Sentía en su voz que había madurado de una forma palpable, como si fuera realmente consciente del efecto que ésta tenía sobre su cuerpo. Aquel susurro la había calmado desde su interior hasta la ligera sonrisa que le entregó a cambio de la suya.
- Eres muy cruel.- Le dijo cerrando los ojos, dejando que su mano masculina sostuviera su cabeza entre sus manos. A pesar de estar frente a un vampiro, jamás había sentido miedo al lado de Mikele. Más bien todo lo contrario. Él siempre le despertaba el instinto maternal que había en su interior, porque era una de esas personas tan inocentes, que sabías que necesitaban de tu cuidado para no ser dañadas por el mundo. Le había preocupado mucho su larga ausencia, aunque la aceptó. El mundo necesitaba a Mikele, de la misma forma en que él necesitaba la música. Cuando ella ya no fuera más que polvo, otra mujer estaría de nuevo entre sus brazos, llorando por alguna pérdida. Y él, como el hombre que era, secaría sus lágrimas y tararearía una canción. Así era la vida. – Me has privado demasiado tiempo de tu presencia.- Susurró como una niña caprichosa, descontenta de que las cosas no sucedieran como ella quería. Pero más que enfadarse, estaba celosa de saber que otros habían tenido a su pequeño con ellos. - ¿ A cuántos has llevado tu musical voz?.-
Amplió su sonrisa y abrió los ojos, mirándolo con todo el cariño que sentía por él. Al menos su protegido seguía existiendo, demostrándole lo que ella ya había descubierto. Todos los que se mantenían a su lado desaparecían, estaba maldita. Al final, su amor era sólo la condena para aquellos que confiados se acercaban a ella.
Se separó de su abrazo, tomando la mano fría entre las suyas para besar sus dedos. – Ven, pequeño mío.- Tiró de su mano y lo guio hasta un diván. Lo ayudó a sentarse en él, acomodando sus piernas a lo largo de aquel cómodo y costoso mueble, llenando cada toque del amor que quedaba en su maltrecho corazón por aquel ser. Se sentó cerca de él, colocando su cabeza en el pecho del vampiro. - Cuéntame lo que has visto con tus ojos, déjame ver el mundo como tú lo ves, Mikele. Llena mi cuerpo con el calor de tu voz y cuando queden unas horas para el amanecer, desaparece como el hada que eres.- Sonrió con una mueca triste y lloró de nuevo. Ella sabía que él no se quedaría a su lado, eran sólo dos personas que se amaban con el amor más puro que existía. Llevándose en sus corazones como un recuerdo permanente y eterno. Sólo que para Mikele, su vida sólo serían unos minutos en su extensa eternidad. He ahí la belleza que él poseía. Era un ser atemporal, salido de la nada misma, con una existencia repleta de experiencias que sólo lo hacían cada vez más hermoso. Parecía que todo lo que le ocurría sólo servía para hacerlo crecer. Aunque su mayor miedo, el único que le hacía querer pedirle que se quedara siempre a su lado, bajo su protección, era el saber que el mundo era demasiado cruel para aquellos como él. Porque aún no estaban listos para aquello que era. Y los humanos eran muy vengativos con todo lo diferente, desde aquellos cuya mente no funcionaba correctamente, hasta los puros de corazón. El pasatiempo favorito de muchos era manchar la pureza de los demás, y todos sabían que él era como un niño. – Sólo te pido que tengas cuidado Mikelangelo, hay monstruos allí fuera que te querrán devorar. Y créeme, serán aquellos que menos te esperas.- Su voz sonó con aquel tono mágico del que sabía demasiadas cosas de los demás. Ella podía ver los secretos más oscuros que guardaban los demás en su interior. De ahí que pudiera decir aquella advertencia.
Dejó que la mano del vampiro sostuviera su cuerpo contra el suyo . Constituyendo su único apoyo entre el pasado y el presente, Mikelangelo era más un ser etéreo que el hijo al que había consentido tiempo atrás. Sentía en su voz que había madurado de una forma palpable, como si fuera realmente consciente del efecto que ésta tenía sobre su cuerpo. Aquel susurro la había calmado desde su interior hasta la ligera sonrisa que le entregó a cambio de la suya.
- Eres muy cruel.- Le dijo cerrando los ojos, dejando que su mano masculina sostuviera su cabeza entre sus manos. A pesar de estar frente a un vampiro, jamás había sentido miedo al lado de Mikele. Más bien todo lo contrario. Él siempre le despertaba el instinto maternal que había en su interior, porque era una de esas personas tan inocentes, que sabías que necesitaban de tu cuidado para no ser dañadas por el mundo. Le había preocupado mucho su larga ausencia, aunque la aceptó. El mundo necesitaba a Mikele, de la misma forma en que él necesitaba la música. Cuando ella ya no fuera más que polvo, otra mujer estaría de nuevo entre sus brazos, llorando por alguna pérdida. Y él, como el hombre que era, secaría sus lágrimas y tararearía una canción. Así era la vida. – Me has privado demasiado tiempo de tu presencia.- Susurró como una niña caprichosa, descontenta de que las cosas no sucedieran como ella quería. Pero más que enfadarse, estaba celosa de saber que otros habían tenido a su pequeño con ellos. - ¿ A cuántos has llevado tu musical voz?.-
Amplió su sonrisa y abrió los ojos, mirándolo con todo el cariño que sentía por él. Al menos su protegido seguía existiendo, demostrándole lo que ella ya había descubierto. Todos los que se mantenían a su lado desaparecían, estaba maldita. Al final, su amor era sólo la condena para aquellos que confiados se acercaban a ella.
Se separó de su abrazo, tomando la mano fría entre las suyas para besar sus dedos. – Ven, pequeño mío.- Tiró de su mano y lo guio hasta un diván. Lo ayudó a sentarse en él, acomodando sus piernas a lo largo de aquel cómodo y costoso mueble, llenando cada toque del amor que quedaba en su maltrecho corazón por aquel ser. Se sentó cerca de él, colocando su cabeza en el pecho del vampiro. - Cuéntame lo que has visto con tus ojos, déjame ver el mundo como tú lo ves, Mikele. Llena mi cuerpo con el calor de tu voz y cuando queden unas horas para el amanecer, desaparece como el hada que eres.- Sonrió con una mueca triste y lloró de nuevo. Ella sabía que él no se quedaría a su lado, eran sólo dos personas que se amaban con el amor más puro que existía. Llevándose en sus corazones como un recuerdo permanente y eterno. Sólo que para Mikele, su vida sólo serían unos minutos en su extensa eternidad. He ahí la belleza que él poseía. Era un ser atemporal, salido de la nada misma, con una existencia repleta de experiencias que sólo lo hacían cada vez más hermoso. Parecía que todo lo que le ocurría sólo servía para hacerlo crecer. Aunque su mayor miedo, el único que le hacía querer pedirle que se quedara siempre a su lado, bajo su protección, era el saber que el mundo era demasiado cruel para aquellos como él. Porque aún no estaban listos para aquello que era. Y los humanos eran muy vengativos con todo lo diferente, desde aquellos cuya mente no funcionaba correctamente, hasta los puros de corazón. El pasatiempo favorito de muchos era manchar la pureza de los demás, y todos sabían que él era como un niño. – Sólo te pido que tengas cuidado Mikelangelo, hay monstruos allí fuera que te querrán devorar. Y créeme, serán aquellos que menos te esperas.- Su voz sonó con aquel tono mágico del que sabía demasiadas cosas de los demás. Ella podía ver los secretos más oscuros que guardaban los demás en su interior. De ahí que pudiera decir aquella advertencia.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 415
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Localización : Mansión del Mar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libera mi dolor (Privado)
Me costaba reconocer cuánto es que aquella dulce protección por parte de Ruslana, ablandaba aún más mis sentimientos, y el alma del infante con estigmas, comenzaba desnudarse frente a ella, aquella mujer que veía tal y cual fuese una madre de sangre, comenzaba a formar una cuna de oro en mi interior, la mirada benévola de la musa que sanaba mis heridas, era tan palpable como sostenerla sobre mi regazo con cariño, en ese momento.
Comencé a reconocer el tiempo en que había desaparecido sin dejar rastro, y el tiempo que desaparecería después, con ella no podía quedarme eternamente…. ¿Y eso por qué?... pues porque el alma muerta del músico eterno no pertenece, ni jamás pertenecería a este mundo realmente.
Aguardé a Ruslana entre mis brazos, al momento en que ella me llevó con humildad a descansar en el diván, aquella piel calórica de Ruslana, rememoraba aún más en mi, el tiempo que había permanecido sin sentir ese calor tan humano y fraterno.
Aquellas viejas lágrimas de polvo suyas, caían sobre la cubierta fría de mármol en mi piel y la observé con detención al verla en ese estado, secando una de éstas con mi dedo suavemente:
-Mi querida Ruslana, estos ojos muertos que ves, solo te llevarán a la misma… no mires a través de este umbral de condena y pasión…- le dije a voz grave suavemente, mientras secaba sus lágrimas con dedicación. -¿Cómo un muerto como yo puede traerte de nuevo a la vida?... ¿Escucharías a una melodía muerta como la mía?... – mi voz se suavizaba y decía aquellas palabras con tranquilidad y sutileza.
Besé en la frente de mi dama, con riesgo a quebrarla en mil pedazos, lo sabía, lo sabía en lo más profundo que con el solo hecho de hacerme presente, solo le dañaba aún más, pero aveces los fantasmas rondan por el lugar, dejando cosas pendientes quizás… ¿Cómo podría irme yo en paz si a ella le dejaba de este modo? ¡Oh mi bella Ruslana!... Quizás el anhelar tu perdón ya sea demasiado, pero estoy aquí… aquí estoy, aquí y ahora y puedo permanecer hasta que tus ojos entrecerrados de dolor, descansen y el amanecer me queme…
-Mi música….mi querida Ruslana… ha llegado los oídos de personas que, solo han de desecharla tan rápido, como cuando las notas más agudas en mi pauta, se persiguen entre si… miro las estrellas brillar eternamente, mientras que la muerte lenta de mi música se subleva en un suspiro que se vuelve anciano e inaudible- dije suavemente mientras tomé la mano de mi dama entrelazándola con la mía, observando a través de ellas, las invisibles arrugas de mi piel…. Y el pasar de nuestros años mutuamente.
-…Cruel ha sido la vida, aquella vida suicida que sin darnos un previo aviso, se esfuma de aquellos ojos humanos y limitados. Mi dama, sé cuánto has de extrañar esas partes de tu alma que han sido arrancadas, reconstruir el espíritu en nosotros mismos es tan o más difícil que ver a aquellos que amas… morir lentamente….- dije intentando hacerle ver mi punto de vista referente a los sucesos acontecidos con las pérdidas sufridas.
“Mi benévola dama, no creas que mis palabras se sobreponen a la sensibilidad de tus pesares, quiero hacerte ver que la vida hecha al vaso medio lleno, solo te traerá amargas confusiones, y la insuficiencia humana es aún mucho más grande que su dolor. Quiero que te levantes frente al mundo con la fuerza mágica de la conciencia e inteligencia, y que llenes ese vaso con aquella acción tan difícil llamada: “Aprendizaje”…. Si algo haz de aprender después de todas estas cosas sucedidas, utilízalas como tu escudo ante los obstáculos que se presentan en tu camino…” –le hablé dentro de su mente, en el silencio de la habitación, haciendo que escuchara mi voz con intensidad como el eco del bosque, que perdiéndose entre los árboles, y que llega hasta tu audición con aquella fuerza de la brisa, que roza en tu rostro al mirar hacia el cielo-
Acaricié los castaños cabellos de Ruslana con dedicación, enredando mis dedos en él como quien se enreda tumbado en el césped, entre los aromas más dulces de las flores de primavera…
Si dulce, era muy dulce aquél aroma en sus cabellos que penetraba en mis fosas nasales, al igual que la amarga sangre palpitante y dolorosa, de memorias coleccionadas a lo largo del tiempo. No iba a lastimar a mi dama, eso estaba claro, pero si me permití deleitarme del aroma de aquella amargura tras sostenerla entre mis brazos y llevar una de sus manos suavemente hasta mis labios, para regalarle un degustado beso sobre su dorso….
-¿Monstruos mi querida dama?... Monstruos que se aprovechan de nuestros dolores y miedos más profundos, lo sé mi querida, lo sé… monstruos que asi como yo son eternamente inocentes ante la mente de alguien que se deja embarcar por ellos…- dije un poco triste al hallar en mi, aquella bestia vampírica que se ha aprovechado de un joven corazón y de una eterna decisión de amor… recordando amores pasados… Entrecerré mis ojos un poco, tras aquellas reminiscencias y suspiré con pesar, aun sosteniendo la mano de mi dama para afirmarme en ella también…
Comencé a reconocer el tiempo en que había desaparecido sin dejar rastro, y el tiempo que desaparecería después, con ella no podía quedarme eternamente…. ¿Y eso por qué?... pues porque el alma muerta del músico eterno no pertenece, ni jamás pertenecería a este mundo realmente.
Aguardé a Ruslana entre mis brazos, al momento en que ella me llevó con humildad a descansar en el diván, aquella piel calórica de Ruslana, rememoraba aún más en mi, el tiempo que había permanecido sin sentir ese calor tan humano y fraterno.
Aquellas viejas lágrimas de polvo suyas, caían sobre la cubierta fría de mármol en mi piel y la observé con detención al verla en ese estado, secando una de éstas con mi dedo suavemente:
-Mi querida Ruslana, estos ojos muertos que ves, solo te llevarán a la misma… no mires a través de este umbral de condena y pasión…- le dije a voz grave suavemente, mientras secaba sus lágrimas con dedicación. -¿Cómo un muerto como yo puede traerte de nuevo a la vida?... ¿Escucharías a una melodía muerta como la mía?... – mi voz se suavizaba y decía aquellas palabras con tranquilidad y sutileza.
Besé en la frente de mi dama, con riesgo a quebrarla en mil pedazos, lo sabía, lo sabía en lo más profundo que con el solo hecho de hacerme presente, solo le dañaba aún más, pero aveces los fantasmas rondan por el lugar, dejando cosas pendientes quizás… ¿Cómo podría irme yo en paz si a ella le dejaba de este modo? ¡Oh mi bella Ruslana!... Quizás el anhelar tu perdón ya sea demasiado, pero estoy aquí… aquí estoy, aquí y ahora y puedo permanecer hasta que tus ojos entrecerrados de dolor, descansen y el amanecer me queme…
-Mi música….mi querida Ruslana… ha llegado los oídos de personas que, solo han de desecharla tan rápido, como cuando las notas más agudas en mi pauta, se persiguen entre si… miro las estrellas brillar eternamente, mientras que la muerte lenta de mi música se subleva en un suspiro que se vuelve anciano e inaudible- dije suavemente mientras tomé la mano de mi dama entrelazándola con la mía, observando a través de ellas, las invisibles arrugas de mi piel…. Y el pasar de nuestros años mutuamente.
-…Cruel ha sido la vida, aquella vida suicida que sin darnos un previo aviso, se esfuma de aquellos ojos humanos y limitados. Mi dama, sé cuánto has de extrañar esas partes de tu alma que han sido arrancadas, reconstruir el espíritu en nosotros mismos es tan o más difícil que ver a aquellos que amas… morir lentamente….- dije intentando hacerle ver mi punto de vista referente a los sucesos acontecidos con las pérdidas sufridas.
“Mi benévola dama, no creas que mis palabras se sobreponen a la sensibilidad de tus pesares, quiero hacerte ver que la vida hecha al vaso medio lleno, solo te traerá amargas confusiones, y la insuficiencia humana es aún mucho más grande que su dolor. Quiero que te levantes frente al mundo con la fuerza mágica de la conciencia e inteligencia, y que llenes ese vaso con aquella acción tan difícil llamada: “Aprendizaje”…. Si algo haz de aprender después de todas estas cosas sucedidas, utilízalas como tu escudo ante los obstáculos que se presentan en tu camino…” –le hablé dentro de su mente, en el silencio de la habitación, haciendo que escuchara mi voz con intensidad como el eco del bosque, que perdiéndose entre los árboles, y que llega hasta tu audición con aquella fuerza de la brisa, que roza en tu rostro al mirar hacia el cielo-
Acaricié los castaños cabellos de Ruslana con dedicación, enredando mis dedos en él como quien se enreda tumbado en el césped, entre los aromas más dulces de las flores de primavera…
Si dulce, era muy dulce aquél aroma en sus cabellos que penetraba en mis fosas nasales, al igual que la amarga sangre palpitante y dolorosa, de memorias coleccionadas a lo largo del tiempo. No iba a lastimar a mi dama, eso estaba claro, pero si me permití deleitarme del aroma de aquella amargura tras sostenerla entre mis brazos y llevar una de sus manos suavemente hasta mis labios, para regalarle un degustado beso sobre su dorso….
-¿Monstruos mi querida dama?... Monstruos que se aprovechan de nuestros dolores y miedos más profundos, lo sé mi querida, lo sé… monstruos que asi como yo son eternamente inocentes ante la mente de alguien que se deja embarcar por ellos…- dije un poco triste al hallar en mi, aquella bestia vampírica que se ha aprovechado de un joven corazón y de una eterna decisión de amor… recordando amores pasados… Entrecerré mis ojos un poco, tras aquellas reminiscencias y suspiré con pesar, aun sosteniendo la mano de mi dama para afirmarme en ella también…
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 1498
Fecha de inscripción : 27/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Dolor vs Humano -Privado-
» A pesar del dolor o la soledad - privado
» El estruendo de la batalla, el dolor de la muerte. [Privado]
» La Tristeza Es El Dolor De Haber Amado [Privado Camila]
» ¿Dolor o placer, dígame que prefiere usted? [Privado]
» A pesar del dolor o la soledad - privado
» El estruendo de la batalla, el dolor de la muerte. [Privado]
» La Tristeza Es El Dolor De Haber Amado [Privado Camila]
» ¿Dolor o placer, dígame que prefiere usted? [Privado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour