Sentirme bien de nuevo [Privado]

por **Bridgette Anghelescu** Dom Oct 13, 2013 10:51 am

La suave y fría textura de unos copos de nieve me hizo abrir los ojos lentamente para ver mis cortas piernas tornar un tono blanquecino. Ya al menos habían pasado varias horas desde que había caído la noche en un misterioso París; en mi caso, había salido a pasear presa de la curiosidad por querer conocer más lugares de una ciudad que aún es desconocida para mí. Necesitaba encontrar edificios en los que refugiarme y poder dormir durante el día, apartada de cualquier indicio humano y también debía saber dónde estaban los callejones sin salida en los que puedo quedar arrinconada sin poder escapar. Sin embargo, aquel día, aunque iba con esa intención acabé quedándome dormida en una pared de hielo…cuando me había prometido a mí misma que sólo me tomaría un pequeño descanso.

Mis piernas se pusieron en marcha, avanzando con un paso acelerado por las calles desiertas; me abracé a mí misma pues el aire frío poco a poco se volvía más violento, poseía tanta fuerza y potencia que incluso tuve la sensación de que iba a salir volando, aunque no me extrañaría que eso ocurriera. En realidad los inviernos en Rumanía eran mucho más fríos, que incluso alcanzábamos temperaturas de -15ºC, pero cuando mi madre me abrazaba al lado de la pequeña chimenea me olvidaba de cuán frío era el ambiente; sus brazos es lo más cálido que he conocido. Pero ahora todo siempre me parece peor de lo que es, ¿puedo culparme a mí misma por haber dependido siempre de las personas?

Hice un intento de apartar de mi mente aquellos pensamientos que sólo me traían nostalgia, pensar en ellos me recuerda lo sola que estoy en este momento, que no tengo mano alguna a la que agarrarme u hombro en el que llorar; no hay nadie. Sin darme cuenta pasé por al lado del burdel, lo que me hizo abrir los ojos como platos, sorprendiéndome por lo que estaba viendo en mitad de la calle que en un principio consideraba vacía. Pero enseguida salí corriendo cuando me di cuenta de que aquello que estaba viendo era lo que me hicieron a mí. Así pues corrí y corrí por multitud de calles, haciendo uso de mi gran velocidad…quería irme lejos, lejos de cualquier rasgo que me recordase al pasado, el cual no deja de atormentarme ni un segundo.

Al cabo de media hora me empecé a sentir algo cansada y sedienta, por lo que decidí detener finalmente mis pies. Me encontraba en la estación de ferrocarriles, la cual nunca antes había visitado…creí oportuno el descansar un poco y así poder tranquilizarme. La tristeza me invadía en aquella noche de invierno y creí que esta vez me costaría mucho escapar de ella; así, me tumbé en un duro banco y cerré los ojos, de vuelta al principio…podía ver cómo salía vapor de cada suspiro que desprendía. << Sólo me quedaré un ratito…>> me volví a prometer.