AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Fly me to the moon [Privado, +18]
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Fly me to the moon [Privado, +18]
Simplemente no podía alejar mi vista de Joao, todo aquello se sentía como un sueño pero era uno de esos de los cuales no quería despertar. El tiempo en el que temía soñar había quedado en el pasado porque ahora estaba él a mi lado para decirme que no era más que un sueño, que todo estaría bien y que no debería preocuparme por nada… mucho menos por nosotros.
Era extraño el hablar de nosotros, toda mi vida hable únicamente de mi y de manera rapida, a partir de aquella noche en la que los secretos de ambos fueron compartidos, nos habíamos tornado en nosotros.
Suspire cuando se alejo de mi vista y camine observando aquella casa que no era la mía, pero en la cual viviría a partir de ese momento y ante eso solo podía sonreír e ir de un lado para otro, intentando conocer partes de la casa y observando donde estaban siendo dejadas mis cosas; a ratos me topaba con Joao que era quien cargaba mis cosas e intentaba organizarlas, aunque la verdad dudaba de que pudiera hacer algo con ella y si bien me había dicho que no él podía organizar todo por su cuenta y que no intentara mover o cargar algo cuando desaparecía de mi campo visual, llevaba alguna cosa o otro sitio por el que antes había pasado y de ser cosas pesadas recurría a algún hechizo, solo por el hecho de no dejarle todo completamente a él.
¿Qué fue lo positivo de desobedecer sus indicaciones? Que aunque lo supiera o no que estuve ayudando a mi manera, terminamos al parecer mucho antes de lo que en algún momento esperamos, con todas mis cosas más o menos organizadas en ese mi nuevo hogar.
Para ese momento la noche estaba comenzando a caer y podía ver a Joao orgulloso por todo lo que había logrado hacer en un día.
– Es extraño – termine por decirle mientras me acercaba hasta donde se encontraba – tanto tiempo de conocernos y nunca conocí tu casa… o dónde antes vivieras – ciertamente era extraño, él siempre visito mu casa, conoció a mi familia pero nunca me cuestione realmente sobre su hogar, creía en ese entonces que es no era tan importante, pero ahora esa creencia había dado un giro completo; aunque para mi fortuna, poseíamos mucho tiempo como para saber aquello que aún desconocíamos del otro – me gusta la casa, me hace pensar en ti por completo – me sujete a su brazo, ese que me transmitía tanta paz y me puse después de puntas para besarle la mejilla y sonreír – He visto algo de la casa pero me encantaría que terminaras de mostrarmela tu, eso si no estas muy cansado para andar por aquí conmigo a solas y sin molestia alguna… - me aleje un poco, caminando lento el tiempo que giraba el rostro para mirarle, invitando a seguirme o más bien guiarme por aquella casa, no me importaba a donde fuéramos a parar mientras sintiera su cercanía y su calidez.
Era extraño el hablar de nosotros, toda mi vida hable únicamente de mi y de manera rapida, a partir de aquella noche en la que los secretos de ambos fueron compartidos, nos habíamos tornado en nosotros.
Suspire cuando se alejo de mi vista y camine observando aquella casa que no era la mía, pero en la cual viviría a partir de ese momento y ante eso solo podía sonreír e ir de un lado para otro, intentando conocer partes de la casa y observando donde estaban siendo dejadas mis cosas; a ratos me topaba con Joao que era quien cargaba mis cosas e intentaba organizarlas, aunque la verdad dudaba de que pudiera hacer algo con ella y si bien me había dicho que no él podía organizar todo por su cuenta y que no intentara mover o cargar algo cuando desaparecía de mi campo visual, llevaba alguna cosa o otro sitio por el que antes había pasado y de ser cosas pesadas recurría a algún hechizo, solo por el hecho de no dejarle todo completamente a él.
¿Qué fue lo positivo de desobedecer sus indicaciones? Que aunque lo supiera o no que estuve ayudando a mi manera, terminamos al parecer mucho antes de lo que en algún momento esperamos, con todas mis cosas más o menos organizadas en ese mi nuevo hogar.
Para ese momento la noche estaba comenzando a caer y podía ver a Joao orgulloso por todo lo que había logrado hacer en un día.
– Es extraño – termine por decirle mientras me acercaba hasta donde se encontraba – tanto tiempo de conocernos y nunca conocí tu casa… o dónde antes vivieras – ciertamente era extraño, él siempre visito mu casa, conoció a mi familia pero nunca me cuestione realmente sobre su hogar, creía en ese entonces que es no era tan importante, pero ahora esa creencia había dado un giro completo; aunque para mi fortuna, poseíamos mucho tiempo como para saber aquello que aún desconocíamos del otro – me gusta la casa, me hace pensar en ti por completo – me sujete a su brazo, ese que me transmitía tanta paz y me puse después de puntas para besarle la mejilla y sonreír – He visto algo de la casa pero me encantaría que terminaras de mostrarmela tu, eso si no estas muy cansado para andar por aquí conmigo a solas y sin molestia alguna… - me aleje un poco, caminando lento el tiempo que giraba el rostro para mirarle, invitando a seguirme o más bien guiarme por aquella casa, no me importaba a donde fuéramos a parar mientras sintiera su cercanía y su calidez.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Desde aquella noche de descubrimientos mutuos, las cosas con Maya fueron progresando y escalando de manera positiva en muy poco tiempo, lo que también repercutió en mi negocio como si ambos temas estuvieran estrechamente vinculados con cadenas: las ventas y ganancias se mantuvieron altas, y la posibilidad de abrir una segunda sucursal fue una noticia que me hizo enfrentar con aún más felicidad en mi rostro el hecho de que mi adorada bruja iba a vivir conmigo gracias a la venia de sus padres. Cuando supe, la abracé haciéndola girar unos momentos con fuerza controlada y le besé los labios, comenzando a planificarlo todo apenas nuestros labios se separaron.
Esa misma tarde comenzó el traslado de las pertenencias de Maya hacia mi residencia, una hacienda ubicada en el límite norte de las afueras parisinas. Las cosas verdaderamente importantes no eran muchas, pero la manía de los padres de mi amada por hacerla sentir como en casa hizo que terminase cargando más que unos cuantos lujos entre cuadros y otros accesorios. Cuando las cosas llegaron, los criados dieron la bienvenida cortésmente a la nueva residente y se encargaron de atenderla y ayudar con el traslado liderados por mí. No iba a dejar que ellos hicieron todo el trabajo ya que yo tenía fuerza equivalente a tres o cuatro de mis hombres más fuertes, por lo que lo más pesado se fue a mi espalda. De cuando en cuando le sonreía a la chica que ahora me acompañaría hasta el resto de mis días al pasar por su campo visual, y no noté hasta que no hubo nada más que ordenar momentáneamente que ella me había ayudado usando sus poderes, a pesar de que le había dicho que yo me encargaría. No era algo que mereciera regaño ni nada por el estilo, sino algo más cariñoso.
Percibí su aproximación mientras notaba por una de las ventanas que estaba anocheciendo, y no pude no sonreír ante su comentario que, como acostumbraba, tenía toda la razón. Nunca le había llevado a donde residía, ya fuera por temor a la decepción o porque realmente era un abusador de la hospitalidad de la familia Doll. Pero no tenía que mencionar eso frente a Maya, o me iba a ganar un rayito en la espalda.- Ahora que lo pienso, es cierto…pero ahora podré compensar todo ese tiempo y redoblarlo estando a tu lado. – Le respondí sonriente, acortando distancias con ella para besarle la cabeza y mi mejilla recibir gustosa sus labios. Quise robarle un beso, pero me dejé deleitar un poco más con su voz. Reí cuando terminó y me acerqué hasta ella como bestia al acecho para atraparla por detrás entre mis brazos y robarle un beso corto en la boca.- Jamás estaré cansado para ti, Maya. Eso jamás lo dudes. -susurré habiendo bajado a su cuello, teniendo que encorvarme para poder alcanzarlo en plenitud. – Sea bienvenida al Tour de la Residencia Alves-Doll – bromeé y la cogí en brazos con la facilidad que me daba mi condición, llevándola por los distintos lugares dedicándole unos cuantos minutos a cada uno para explicar lo básico y para que pudiera explorarlos con la curiosidad de una mascota.
Dejé el lugar más importante para el final, sabiendo que se sorprendería muchísimo por la manera en que había sido decorado. Realmente aquellas cuatro paredes le harían sentir tanto en su casa como en la mía. Abrí la puerta para ella y le invité a entrar con un gesto caballeroso, sonriendo de por sí por el mero hecho de que ambos estuviéramos viviendo aquellos instantes que seguramente se estaban grabando en los corazones de ambos con martillo y cincel. – Bienvenida a nuestra habitación, Maya.
Esa misma tarde comenzó el traslado de las pertenencias de Maya hacia mi residencia, una hacienda ubicada en el límite norte de las afueras parisinas. Las cosas verdaderamente importantes no eran muchas, pero la manía de los padres de mi amada por hacerla sentir como en casa hizo que terminase cargando más que unos cuantos lujos entre cuadros y otros accesorios. Cuando las cosas llegaron, los criados dieron la bienvenida cortésmente a la nueva residente y se encargaron de atenderla y ayudar con el traslado liderados por mí. No iba a dejar que ellos hicieron todo el trabajo ya que yo tenía fuerza equivalente a tres o cuatro de mis hombres más fuertes, por lo que lo más pesado se fue a mi espalda. De cuando en cuando le sonreía a la chica que ahora me acompañaría hasta el resto de mis días al pasar por su campo visual, y no noté hasta que no hubo nada más que ordenar momentáneamente que ella me había ayudado usando sus poderes, a pesar de que le había dicho que yo me encargaría. No era algo que mereciera regaño ni nada por el estilo, sino algo más cariñoso.
Percibí su aproximación mientras notaba por una de las ventanas que estaba anocheciendo, y no pude no sonreír ante su comentario que, como acostumbraba, tenía toda la razón. Nunca le había llevado a donde residía, ya fuera por temor a la decepción o porque realmente era un abusador de la hospitalidad de la familia Doll. Pero no tenía que mencionar eso frente a Maya, o me iba a ganar un rayito en la espalda.- Ahora que lo pienso, es cierto…pero ahora podré compensar todo ese tiempo y redoblarlo estando a tu lado. – Le respondí sonriente, acortando distancias con ella para besarle la cabeza y mi mejilla recibir gustosa sus labios. Quise robarle un beso, pero me dejé deleitar un poco más con su voz. Reí cuando terminó y me acerqué hasta ella como bestia al acecho para atraparla por detrás entre mis brazos y robarle un beso corto en la boca.- Jamás estaré cansado para ti, Maya. Eso jamás lo dudes. -susurré habiendo bajado a su cuello, teniendo que encorvarme para poder alcanzarlo en plenitud. – Sea bienvenida al Tour de la Residencia Alves-Doll – bromeé y la cogí en brazos con la facilidad que me daba mi condición, llevándola por los distintos lugares dedicándole unos cuantos minutos a cada uno para explicar lo básico y para que pudiera explorarlos con la curiosidad de una mascota.
Dejé el lugar más importante para el final, sabiendo que se sorprendería muchísimo por la manera en que había sido decorado. Realmente aquellas cuatro paredes le harían sentir tanto en su casa como en la mía. Abrí la puerta para ella y le invité a entrar con un gesto caballeroso, sonriendo de por sí por el mero hecho de que ambos estuviéramos viviendo aquellos instantes que seguramente se estaban grabando en los corazones de ambos con martillo y cincel. – Bienvenida a nuestra habitación, Maya.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Compensar el tiempo no sonaba mal, nada mal para mi gusto; solo que no deseaba compensaciones si las cosas se daban en ese momento debía ser por algo y todo lo vivido anteriormente debía ser de la forma en la que lo había sido, pero si el insistía ¿Quién era yo para decirle que no lo hiciera?
– Bueno pues entonces puedes comenzar con el tour por la casa, quiero conocerla toda completamente, hasta los lugares "secretos" si es que existe alguno – sonreía como una tonta, estar a su lado tenía ese efecto en mi, me llevaba a perderme con una facilidad que era simplemente misteriosa.
– Tampoco quiero que te esfuerces de más aunque sea o no sea yo mira que tener que cargar todo lo que mis padres me hicieron traer ya es demasiado para cualquiera – reí, pues era la verdad. Había esperado el regreso de mis padres de unas vacaciones para darles la noticia de que me mudaría, si bien todo aquello les tomo por sorpresa al saber que era con Joao y que las cosas entre nosotros habían cambiado se alegraron demasiado y me mandaron no solo a mi, sino a un ejercito de cosas junto a mi todo para que viviéramos bien. No necesitaba nada mucho para vivir bien siempre que fuera al lado de Joao, aunque no podía negarme a recibir todo aquello, contando además que recibieron la noticia con tanta tranquilidad y alegría.
– Joao… – me aferre a su cuello cuando me tomo entre sus brazos para comenzar aquel tour por la casa, le sonreí y antes de comenzar a avanzar por toda aquella casa le bese – me encanta como sueña el nombre – sonreí contra sus labios, disponiendo mi atención a todo lo que me dijera que era lo que veíamos en la casa.
Observe cada rincón como una niña curiosa, pero era imposible que no hiciera aquello porque todo en aquel lugar era nuevo, incluso aunque en varios cuartos existieran cosas mías, en aquel lugar eran completamente nuevas y adquirían otro significado, uno quizás mas importante que el que alguna vez tuvieron.
Avanzamos lentamente por aquella casa, la noche caía más y más, poco a poco los sirvientes pasaban deseandonos buenas noches, gesto al cual respondíamos amablemente hasta que llegamos al que parecía ser el ultimo lugar de aquel tour y que sabía perfectamente cual era aunque aún no hubiese abierto aquella puerta.
Le sonreí justo antes de entrar y con uno de mis dedos le acaricie el mentón.
– Siempre tan caballero – mencione justo antes de quedarme muda al ver aquel cuarto que unía perfectamente lo que cada uno de nosotros era y le mire de reojo antes de adentrarme más a ella y ver cada uno de los detalles. Las mesitas de noche, la decoración e incluso la cama era perfecta.
Mire en su dirección, caminando alrededor de la cama, solo para sentarme en un lugar en el que quedara justo frente a él y le sonreí cada vez más ampliamente.
– Me encanta, nuestra habitación es perfecta solo creo que le falta un pequeño detalle… – sin apartar mi mirada de él le llame a que se acercara hasta mi con uno de mis dedos. Quería que se acercara a mi, tenerlo cerca y sentir el calor de su cuerpo junto al mío.
– Bueno pues entonces puedes comenzar con el tour por la casa, quiero conocerla toda completamente, hasta los lugares "secretos" si es que existe alguno – sonreía como una tonta, estar a su lado tenía ese efecto en mi, me llevaba a perderme con una facilidad que era simplemente misteriosa.
– Tampoco quiero que te esfuerces de más aunque sea o no sea yo mira que tener que cargar todo lo que mis padres me hicieron traer ya es demasiado para cualquiera – reí, pues era la verdad. Había esperado el regreso de mis padres de unas vacaciones para darles la noticia de que me mudaría, si bien todo aquello les tomo por sorpresa al saber que era con Joao y que las cosas entre nosotros habían cambiado se alegraron demasiado y me mandaron no solo a mi, sino a un ejercito de cosas junto a mi todo para que viviéramos bien. No necesitaba nada mucho para vivir bien siempre que fuera al lado de Joao, aunque no podía negarme a recibir todo aquello, contando además que recibieron la noticia con tanta tranquilidad y alegría.
– Joao… – me aferre a su cuello cuando me tomo entre sus brazos para comenzar aquel tour por la casa, le sonreí y antes de comenzar a avanzar por toda aquella casa le bese – me encanta como sueña el nombre – sonreí contra sus labios, disponiendo mi atención a todo lo que me dijera que era lo que veíamos en la casa.
Observe cada rincón como una niña curiosa, pero era imposible que no hiciera aquello porque todo en aquel lugar era nuevo, incluso aunque en varios cuartos existieran cosas mías, en aquel lugar eran completamente nuevas y adquirían otro significado, uno quizás mas importante que el que alguna vez tuvieron.
Avanzamos lentamente por aquella casa, la noche caía más y más, poco a poco los sirvientes pasaban deseandonos buenas noches, gesto al cual respondíamos amablemente hasta que llegamos al que parecía ser el ultimo lugar de aquel tour y que sabía perfectamente cual era aunque aún no hubiese abierto aquella puerta.
Le sonreí justo antes de entrar y con uno de mis dedos le acaricie el mentón.
– Siempre tan caballero – mencione justo antes de quedarme muda al ver aquel cuarto que unía perfectamente lo que cada uno de nosotros era y le mire de reojo antes de adentrarme más a ella y ver cada uno de los detalles. Las mesitas de noche, la decoración e incluso la cama era perfecta.
Mire en su dirección, caminando alrededor de la cama, solo para sentarme en un lugar en el que quedara justo frente a él y le sonreí cada vez más ampliamente.
– Me encanta, nuestra habitación es perfecta solo creo que le falta un pequeño detalle… – sin apartar mi mirada de él le llame a que se acercara hasta mi con uno de mis dedos. Quería que se acercara a mi, tenerlo cerca y sentir el calor de su cuerpo junto al mío.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
El trabajo había sido silencioso y estratégico, a la par que cuidadoso y detallista. Las indicaciones al principio de la semana habían sido más que suficientes, y de haber sido Maya hubiera reaccionado igual con la sorpresa del acabado. De hecho, me seguía sorprendiendo en silencio, aunque a la vez el impacto era por no aterrizar todavía ni estar conciente de lo que estaba pasando. Aquello era tan perfecto que parecía un sueño, y llevaba tanto tiempo soñando que me debatía internamente si era cierto o no. Fuera como fuera, no quería que terminara.
La habitación correspondía antes a una de las bodegas del segundo piso, ahora adaptada y remodelada para el futuro que nos sonreía a ambos. Seguí con la mirada el recorrido que Maya hizo primero por la pared pintada de elegante rojo, pasando por los cuadros que le vi reconocer como provenientes de su casa o sorprenderse notando que eran míos –algunos provenientes de Brasil incluso-. Observó la decoración, los muebles y su barnizado y acabado; el par de sillas forradas en tela y cuero, el balcón que enseñaba una preciosa vista por su ubicación; y por último el lugar símbolo de nuestro nuevo presente: aquella cama que Maya no tardó en probar sentándose justo en el centro, dedicándome una sonrisa que hizo germinar en mí una propia. Observándole desde el marco de la puerta alcé una ceja, intrigado inocentemente con su comentario. ¿Realmente había algo que le faltase? - ¿Qué le falta? – Le pregunté mientras me acercaba, curioso.- Lo tiene todo. Incluso un balcón. Dime qué detalle le falta y lo haré todo para cumplirlo. – Terminé diciéndole, pero ni siquiera alcancé a ponerme en cuclillas para observarle mejor de frente debido a la diferencia de alturas cuando me agarró de la camisa y me “hizo” moverme –no tenía fuerza para contrarrestar la mía, así que era yo el que debía moldearme a lo que quería- hasta cubrir su cuerpo con el mío, sin tocarnos, pero con nuestras narices rozándose. Ahí entendí. Y sonreí.
La habitación correspondía antes a una de las bodegas del segundo piso, ahora adaptada y remodelada para el futuro que nos sonreía a ambos. Seguí con la mirada el recorrido que Maya hizo primero por la pared pintada de elegante rojo, pasando por los cuadros que le vi reconocer como provenientes de su casa o sorprenderse notando que eran míos –algunos provenientes de Brasil incluso-. Observó la decoración, los muebles y su barnizado y acabado; el par de sillas forradas en tela y cuero, el balcón que enseñaba una preciosa vista por su ubicación; y por último el lugar símbolo de nuestro nuevo presente: aquella cama que Maya no tardó en probar sentándose justo en el centro, dedicándome una sonrisa que hizo germinar en mí una propia. Observándole desde el marco de la puerta alcé una ceja, intrigado inocentemente con su comentario. ¿Realmente había algo que le faltase? - ¿Qué le falta? – Le pregunté mientras me acercaba, curioso.- Lo tiene todo. Incluso un balcón. Dime qué detalle le falta y lo haré todo para cumplirlo. – Terminé diciéndole, pero ni siquiera alcancé a ponerme en cuclillas para observarle mejor de frente debido a la diferencia de alturas cuando me agarró de la camisa y me “hizo” moverme –no tenía fuerza para contrarrestar la mía, así que era yo el que debía moldearme a lo que quería- hasta cubrir su cuerpo con el mío, sin tocarnos, pero con nuestras narices rozándose. Ahí entendí. Y sonreí.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Era realmente interesante que no pudiera adivinar que era lo que hacía falta en aquella habitación, aún así continúe mirándole fijamente sin decir palabra alguna, necesitaba que se acercara hasta quedar a mi alcance esperando que comprendiera mi indirecta que quizás fuera demasiado directa.
– Anda ven… – le dije mientras continuaba hablando sobre cosas de la decoración que no me interesaban en lo más absoluto, todo era justo como debía ser y solo le necesitaba a él en esos momentos.
Una vez que se encontró cerca de mi y con aquellos ojos que buscaban en los míos una respuesta que se encontraba en su propia persona le tome y le acerque más a mi; si bien no tenía la fuerza para obligarle, Joao se movió de la manera en la que indicaba hasta que su cuerpo quedo sobre el mío. Debía admitir que de esa manera era más imponente. Su sonrisa lo dijo todo, había entendido a la perfección que era lo que hacía falta en aquel lugar – Bueno, veo que ya has entendido así que… – mis labios rozaron los ajenos de manera suave y de ahí viajaron lentamente por su mentón donde deje un leve rastro de besos hasta llegar a besar finalmente como era debido sus labios.
Justo de la manera en la que le había llevado hasta esa posición le guíe para terminar invirtiendo la manera en la que estábamos antes, y resople ligeramente colocándome sobre él.
– Comienzo a odiar estos vestidos – dije a modo de broma a modo de realidad – estorban demasiado – tome una de las orillas del vestido y le mire – Deberías ayudarme a no tener más este problema de vestuario al menos no esta noche que quiero… disfrutar de la cama… - susurre sonriendo de lado al tiempo que mordía ligeramente mi labio inferior esperando alguna respuesta o acción de su parte.
– Anda ven… – le dije mientras continuaba hablando sobre cosas de la decoración que no me interesaban en lo más absoluto, todo era justo como debía ser y solo le necesitaba a él en esos momentos.
Una vez que se encontró cerca de mi y con aquellos ojos que buscaban en los míos una respuesta que se encontraba en su propia persona le tome y le acerque más a mi; si bien no tenía la fuerza para obligarle, Joao se movió de la manera en la que indicaba hasta que su cuerpo quedo sobre el mío. Debía admitir que de esa manera era más imponente. Su sonrisa lo dijo todo, había entendido a la perfección que era lo que hacía falta en aquel lugar – Bueno, veo que ya has entendido así que… – mis labios rozaron los ajenos de manera suave y de ahí viajaron lentamente por su mentón donde deje un leve rastro de besos hasta llegar a besar finalmente como era debido sus labios.
Justo de la manera en la que le había llevado hasta esa posición le guíe para terminar invirtiendo la manera en la que estábamos antes, y resople ligeramente colocándome sobre él.
– Comienzo a odiar estos vestidos – dije a modo de broma a modo de realidad – estorban demasiado – tome una de las orillas del vestido y le mire – Deberías ayudarme a no tener más este problema de vestuario al menos no esta noche que quiero… disfrutar de la cama… - susurre sonriendo de lado al tiempo que mordía ligeramente mi labio inferior esperando alguna respuesta o acción de su parte.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Es poco decir
Que eres mi luz, mi cielo, mi otra mitad.
Es poco decir
Que daría la vida por tu amor y aún más
Sólo Maya puede hacerme sentir indefenso como un cachorro con sólo rozarme. Sólo ella puede hacerme sentir tantas cosas indescriptibles con sólo una mirada. Sólo ella es capaz de hacerme sentir pleno y feliz. Sentía que tenía que inventar un abecedario completo para poder expresarme, y que aún así no podría conseguirlo. Todo en mi vida ascendía positivamente, y el hecho de que estuviéramos juntos, más aún en esa circunstancia, hacía que la cúspide estuviera cerca. ¿Se podía ser más feliz que eso? Quería averiguarlo con ella a mi lado.
Cerré los ojos correspondiendo esa caricia de la misma forma, rozando su mentón con suavidad hasta que recibí con una sonrisa más amplia sus labios, saboreándolos de forma lenta como quien come algo difícil de conseguir y delicado de preservar. Así la consideraba, y estaba seguro de que ella tenía una valoración similar en base a lo que habíamos tenido que pasar para llegar hasta donde estábamos, con ella sobre mí, pudiendo contemplar su cuerpo y esa tan encantadora sonrisa acompañando esa insinuación que me era ya absolutamente clara.
- Yo también creo que estorban. No necesitas estar vestida, de hecho. No ahora. – Dije con una sonrisa bromista –pero con muchísima intención- mientras le ayudaba con el vestido desde mi posición, quitándoselo y dejándolo a un lado para no preocuparnos más de él. - ¿Realmente es…porque quieres disfrutar de la cama? – Pregunté insinuante en tanto acariciaba con la mirada aquel conjunto de ropa interior que había quedado al descubierto, incrementándose mi calor.- ¿O es por...- Me incorporé lo suficiente apoyándome con una mano para poder ir a su oído – algo más? – Terminé preguntando en un susurro que pareció un gruñido, lamiendo su lóbulo y rodeándole de la cintura con la otra mano para pegarle a mí. Era algo mágico que ambos disfrutábamos muchísimo, y que me encargaría que fuera lo más duradero posible.
Ya no me alcanzan las palabras, no
Para explicarte lo que siento yo
Y todo lo que vas causando en mí
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Una enorme sonrisa se dibujaba en mi rostro y el saber que él pensaba lo mismo que yo de la ropa me alegraba aunque en parte estuviese sumamente nerviosa porque esa manera de actuar y de estar con alguien era completamente novedosa para mi, que era como una niña en un cuarto repleto de dulces, solo que yo solo necesitaba algo y era a Joao.
– Ni ahora, ni por algunas horas creo yo – cerca de él me sentía cómoda y cálida, tanto que incluso estaba comenzando a olvidar que el invierno no era un buen momento para estar sin ropa, pero que más daba, si me enfermaba él estaría a mi lado y con eso me era suficiente.
Sus manos calidas ayudaron finalmente a que aquel vestido que me impedía moverme y estar cerca de él como deseaba, abandonara mi cuerpo y entonces le mire – ¿Crees que tengo intenciones ocultas? – abrí los ojos como si su pregunta realmente significara ser una sorpresa para mi (que claro no lo era) – ¿Qué otro motivo podría tener? – susurre suavemente, observando como se acercaba más a mi, despidiendo aquel calor y ese aroma tan particular mezclado con café que era tan de él.
Un estremecimiento recorrió mi cuerpo ante su pregunta y la manera tan tentadora en que la hacía, me gustaba además la manera en la que me acercaba más a él; le bese entonces el mentón y me detuve cerca de oído.
– Quizás sea por otro motivo… uno que he tenido en mente desde el momento en que nos besamos…– terminando de decir aquello fue que volví para poder mirarle y le sonreí, pegando mis labios a los suyos – Pero parece que a ti te agrada la idea… ¿no? – mencione sin apartarme mientras que mis manos recorrían su pecho, buscando la oportunidad de sentir su piel sobre la mía.
– Ni ahora, ni por algunas horas creo yo – cerca de él me sentía cómoda y cálida, tanto que incluso estaba comenzando a olvidar que el invierno no era un buen momento para estar sin ropa, pero que más daba, si me enfermaba él estaría a mi lado y con eso me era suficiente.
Sus manos calidas ayudaron finalmente a que aquel vestido que me impedía moverme y estar cerca de él como deseaba, abandonara mi cuerpo y entonces le mire – ¿Crees que tengo intenciones ocultas? – abrí los ojos como si su pregunta realmente significara ser una sorpresa para mi (que claro no lo era) – ¿Qué otro motivo podría tener? – susurre suavemente, observando como se acercaba más a mi, despidiendo aquel calor y ese aroma tan particular mezclado con café que era tan de él.
Un estremecimiento recorrió mi cuerpo ante su pregunta y la manera tan tentadora en que la hacía, me gustaba además la manera en la que me acercaba más a él; le bese entonces el mentón y me detuve cerca de oído.
– Quizás sea por otro motivo… uno que he tenido en mente desde el momento en que nos besamos…– terminando de decir aquello fue que volví para poder mirarle y le sonreí, pegando mis labios a los suyos – Pero parece que a ti te agrada la idea… ¿no? – mencione sin apartarme mientras que mis manos recorrían su pecho, buscando la oportunidad de sentir su piel sobre la mía.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Aunque intentara fingir que no sabía qué le sucedía, yo ya había descubierto sus planes. Lo bueno era que yo también lo deseaba –desde hace un tiempo, la verdad. Es tan difícil reprimirse siendo licántropo – y ahora teníamos la primera de las oportunidades perfectas que se nos presentarían de aquí en más a lo largo de nuestro tiempo juntos. Me había preguntado muchas veces en sueños cómo iba a ser este momento, y aunque varias versiones pasaron por mi cabeza, esta era la mejor al ser la verdadera. Sonreí de manera cómplice con su aparente actitud distraída y de desconocer lo que sucedía, y me tenté de morderle el cuello cuando se fue a mi oído. No era por no querer asemejarme a un vampiro, sino que porque tendría todo el tiempo del mundo para saborear no sólo su cuello, sino que toda su piel. Si ya había sido paciente por tanto tiempo, ¿por qué no serlo ahora?
Era difícil, eso sí, teniendo a Maya en ropa interior, seduciéndome con su actuar, sus palabras y su sonrisa. El roce en mis labios y en mi pecho no hacía nada más que incrementar el efecto de sus provocaciones, haciendo que le mirase a los ojos a duras penas mientras mis manos se encargaban de pasearse por su espalda, esperando al acecho por el momento que ambos deseábamos y que quizás prolongábamos demasiado. – Me gustaría averiguar ese motivo…– Susurré y terminé por besarle, lento primero, subiendo la mano hasta el broche de su sostén, encargándome de él tras un par de insistencias limitadas por la ansiedad. Esa misma ansiedad se tradujo en mis besos y en mis movimientos, resoplando y gimiendo un poco en sus labios al sentir en mi entrepierna los efectos de estar con una mujer con un físico maravilloso encima de mí por tiempo “prolongado”. Sonreí culpable cuando se dio cuenta, y besé sus labios por un segundo más antes de acariciar su mejilla, mirándole más enamorado que nunca de mi mujer.- ¿Te parece…que me agrada? – pregunté con una amplia sonrisa sin dejarle tiempo a responder, ya que su lóbulo me llamó a gritos. Y sus pechos también.
Era difícil, eso sí, teniendo a Maya en ropa interior, seduciéndome con su actuar, sus palabras y su sonrisa. El roce en mis labios y en mi pecho no hacía nada más que incrementar el efecto de sus provocaciones, haciendo que le mirase a los ojos a duras penas mientras mis manos se encargaban de pasearse por su espalda, esperando al acecho por el momento que ambos deseábamos y que quizás prolongábamos demasiado. – Me gustaría averiguar ese motivo…– Susurré y terminé por besarle, lento primero, subiendo la mano hasta el broche de su sostén, encargándome de él tras un par de insistencias limitadas por la ansiedad. Esa misma ansiedad se tradujo en mis besos y en mis movimientos, resoplando y gimiendo un poco en sus labios al sentir en mi entrepierna los efectos de estar con una mujer con un físico maravilloso encima de mí por tiempo “prolongado”. Sonreí culpable cuando se dio cuenta, y besé sus labios por un segundo más antes de acariciar su mejilla, mirándole más enamorado que nunca de mi mujer.- ¿Te parece…que me agrada? – pregunté con una amplia sonrisa sin dejarle tiempo a responder, ya que su lóbulo me llamó a gritos. Y sus pechos también.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Solté una risita cuando me mordió. Algunas veces olvidaba que su naturaleza de licántropo era un tanto más incontrolable y no pude evitar preguntarme si eso influiría en la manera en la que ocurrirían los hechos esa noche y me estremecí de manera ligera. Mi mente comenzaba a volar y eso no siempre era bueno, menos considerando que en algunas ocasiones las ilusiones fluían por si solas. ¿Qué pasaría si la ilusión de uno de aquellos deseos carnales e intensos aparecía frente a nosotros? No debía ser completamente malo pero igual quería que estuviéramos los dos solos, no mis ilusiones “amenizando” el ambiente.
Esa manera tan tentadora solo era un martirio para ambos, podía sentirlo entre las miradas que nos dirigíamos y la manera en la que mi corazón se aceleraba, al tiempo que mi piel deseaba más aquellos roces de sus dedos, que pronto dejarían de ser suficientes para satisfacer esa necesidad que poseía de él, de sus besos, de su cuerpo.
– Averigualo… – solo fui capaz de susurrar aquellas palabras antes de que nuestros labios se juntaran una vez más. En un inicio el beso resulto lento, como los que solía darme siempre pero lentamente se tornaron más desesperados y solté un jadeo. Para cuando aquel beso estaba llegando a su fin debido a la necesidad de que aire que tenía yo fue que el sonrojo se apodero de mis mejillas al ver la mitad superior de mi cuerpo completamente desnuda. Antes de que pudiera decir o hacer cualquier cosa fue que sentí como su cuerpo reaccionaba a mi y sonreí complacida – Si, me parece que te agrada o al menos a una parte de ti le gusta demasiado tenerme de esta manera – mis manos se dirigieron entonces a hacerse cargo de su ropa, al menos de la parte superior porque lo justo era que estuviéramos en igualdad de condiciones.
Mi piel se erizo al sentir sus labios recorrerla y con desesperación fue que finalmente termine por sacarle la camisa que usaba.
– Decidido… – mencione el tiempo que le tomaba suavemente de los cabellos y le hacía mirarme – odio la ropa y no volveremos a usarla nunca – sentencie antes de besar con anhelo sus labios y pegue mi cuerpo a su torso al tiempo que mis caderas se movían lentamente, buscando enloquecerle. Mi mente se nublaba al saber lo que pasaría y deseaba que sucediera de una buena vez.
Esa manera tan tentadora solo era un martirio para ambos, podía sentirlo entre las miradas que nos dirigíamos y la manera en la que mi corazón se aceleraba, al tiempo que mi piel deseaba más aquellos roces de sus dedos, que pronto dejarían de ser suficientes para satisfacer esa necesidad que poseía de él, de sus besos, de su cuerpo.
– Averigualo… – solo fui capaz de susurrar aquellas palabras antes de que nuestros labios se juntaran una vez más. En un inicio el beso resulto lento, como los que solía darme siempre pero lentamente se tornaron más desesperados y solté un jadeo. Para cuando aquel beso estaba llegando a su fin debido a la necesidad de que aire que tenía yo fue que el sonrojo se apodero de mis mejillas al ver la mitad superior de mi cuerpo completamente desnuda. Antes de que pudiera decir o hacer cualquier cosa fue que sentí como su cuerpo reaccionaba a mi y sonreí complacida – Si, me parece que te agrada o al menos a una parte de ti le gusta demasiado tenerme de esta manera – mis manos se dirigieron entonces a hacerse cargo de su ropa, al menos de la parte superior porque lo justo era que estuviéramos en igualdad de condiciones.
Mi piel se erizo al sentir sus labios recorrerla y con desesperación fue que finalmente termine por sacarle la camisa que usaba.
– Decidido… – mencione el tiempo que le tomaba suavemente de los cabellos y le hacía mirarme – odio la ropa y no volveremos a usarla nunca – sentencie antes de besar con anhelo sus labios y pegue mi cuerpo a su torso al tiempo que mis caderas se movían lentamente, buscando enloquecerle. Mi mente se nublaba al saber lo que pasaría y deseaba que sucediera de una buena vez.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Me costaba recordar que era un licántropo teniendo a Maya al lado. Ella era la impulsiva, mientras que yo era la voz de la razón y la cordura de la pareja. Sin embargo, ahora ninguno de los dos estaba en su cien por ciento de razocinio producto del calor y del deseo por el otro. Mi bestia interna no aparecía más veces aparte de las evidentes en luna llena, pero supuse que en este tipo de situaciones aparecía más seguido; y así fue. Mientras me quitaba la camisa sentí “algo” que nunca antes había percibido conscientemente, y lo asumí de inmediato a mis instintos animales que estaban despertando. Oculté el temor en una sonrisa y en el beso que me dio, concentrándome en los roces de nuestros pechos y nuestras caderas, haciéndome gemir un poco mientras le mordía el labio inferior de forma provocativa.
- Si tanto te disgusta usar ropa…¿Por qué no me quitas el pantalón? – Le pregunté, aunque más bien era una orden y deseo encubiertos. Le sonreí y le tomé una mano para que la posara en mi entrepierna, quitándole el miedo que pudiera tener –aunque dudo que tuviera miedo en ese momento- al respecto – Hay algo que te está esperando…-Me moví y me acerqué a su oído para lamerlo y susurrarle – Algo que te desea mucho…- casi en un ronroneo. Entretanto, mis manos se ocupaban de tentarla agarrando sus pechos al fin, satisfaciendo esa necesidad imperiosa que había surgido desde que el sujetador había sido apartado del camino. - ¿Puedes sentirlo?...- Volví a preguntarle, gimiendo de paso porque el roce de nuestras caderas no se había detenido en ningún momento. – Anda… hazlo… - pedí en un jadeo ya más instintivo, tragando saliva y buscando algo de serenidad, la que claramente no iba a conseguir si seguía en esas cuatro paredes. Pero no quería alejarme.
- Si tanto te disgusta usar ropa…¿Por qué no me quitas el pantalón? – Le pregunté, aunque más bien era una orden y deseo encubiertos. Le sonreí y le tomé una mano para que la posara en mi entrepierna, quitándole el miedo que pudiera tener –aunque dudo que tuviera miedo en ese momento- al respecto – Hay algo que te está esperando…-Me moví y me acerqué a su oído para lamerlo y susurrarle – Algo que te desea mucho…- casi en un ronroneo. Entretanto, mis manos se ocupaban de tentarla agarrando sus pechos al fin, satisfaciendo esa necesidad imperiosa que había surgido desde que el sujetador había sido apartado del camino. - ¿Puedes sentirlo?...- Volví a preguntarle, gimiendo de paso porque el roce de nuestras caderas no se había detenido en ningún momento. – Anda… hazlo… - pedí en un jadeo ya más instintivo, tragando saliva y buscando algo de serenidad, la que claramente no iba a conseguir si seguía en esas cuatro paredes. Pero no quería alejarme.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Su gemido solo provoco que yo deseara escuchar más de él, quería saber como era cuando estaba en una situación tan intima como en la que estábamos entrando en esos instantes. La cercanía de nuestros cuerpos era fascinante, algo que nunca antes había experimentado y que me encantaba saber que experimentaría al lado suyo.
Independiente de que fuera esa la primera experiencia de ese tipo que tenía, dejaría detrás todo lo que pudiera pensar, solo para que fueran mis deseos por él los que actuaran.
Aquellas palabras que salieron de sus labios me provocaron una sonrisa, Joao estaba consciente de que no me detendría y de que no tenía dudas sobre lo que estábamos haciendo en esos momentos. Mi mano fue llevada por la suya hasta su entrepierna y le mire mordiendo levemente mi labio inferior, mi corazón latía desbocado en mi pecho, lo cual solo se acrecentó al momento de que susurraba aquellas palabras. Solté el aire que no me daba cuenta de que contenía, escapando de mis labios en un jadeo.
– Eso era justo lo que pensaba hacer ahora – dije, dejándome llevar nuevamente por el instinto. Podía sentir como mis pezones reaccionaban al tacto cálido de las manos del hombre que tenía debajo de mi.
Era un malvado por tentarme de aquella manera, moviendo sus caderas contra mi. Claro que yo también lo hacía pero que él se moviera provocaba cierta desesperación en mi.
Asentí a su pregunta y gemí ante la ultima petición que hacía, todo debido a que nos rozábamos el uno al otro de manera más intensa que en un inicio y finalmente le mire.
Sonreía para él mientras que mis manos iban directo a desabotonar y eliminar todo aquello que impidiera que pudiera sacarle lo que quedaba de su molesta ropa. Una vez que termine de hacer aquello fue que le bese el cuello con insistencia, levantando algo mis caderas para que pudiera moverse él.
– Joao… – susurre al tiempo que tiraba un poco de sus pantalones hacía abajo para que levantara parte de su cuerpo y poder retirar aquella prenda de su cuerpo sin necesidad de alejarme del calor que su cuerpo despedía y que tanto me agradaba.
Aquellas sensaciones que recorrían mi cuerpo me provocaban a desear todo de él, a no separarme nunca de su lado y entregarme a él completamente.
Si bien no estaba del todo desnuda pues aún quedaba quizás la parte menos esencial para aquellos momentos fui hasta su lóbulo.
– Deberías ayudarme con lo que me queda… – dije en tono dulce mientras que acercaba nuevamente mis senos a su torso.
Independiente de que fuera esa la primera experiencia de ese tipo que tenía, dejaría detrás todo lo que pudiera pensar, solo para que fueran mis deseos por él los que actuaran.
Aquellas palabras que salieron de sus labios me provocaron una sonrisa, Joao estaba consciente de que no me detendría y de que no tenía dudas sobre lo que estábamos haciendo en esos momentos. Mi mano fue llevada por la suya hasta su entrepierna y le mire mordiendo levemente mi labio inferior, mi corazón latía desbocado en mi pecho, lo cual solo se acrecentó al momento de que susurraba aquellas palabras. Solté el aire que no me daba cuenta de que contenía, escapando de mis labios en un jadeo.
– Eso era justo lo que pensaba hacer ahora – dije, dejándome llevar nuevamente por el instinto. Podía sentir como mis pezones reaccionaban al tacto cálido de las manos del hombre que tenía debajo de mi.
Era un malvado por tentarme de aquella manera, moviendo sus caderas contra mi. Claro que yo también lo hacía pero que él se moviera provocaba cierta desesperación en mi.
Asentí a su pregunta y gemí ante la ultima petición que hacía, todo debido a que nos rozábamos el uno al otro de manera más intensa que en un inicio y finalmente le mire.
Sonreía para él mientras que mis manos iban directo a desabotonar y eliminar todo aquello que impidiera que pudiera sacarle lo que quedaba de su molesta ropa. Una vez que termine de hacer aquello fue que le bese el cuello con insistencia, levantando algo mis caderas para que pudiera moverse él.
– Joao… – susurre al tiempo que tiraba un poco de sus pantalones hacía abajo para que levantara parte de su cuerpo y poder retirar aquella prenda de su cuerpo sin necesidad de alejarme del calor que su cuerpo despedía y que tanto me agradaba.
Aquellas sensaciones que recorrían mi cuerpo me provocaban a desear todo de él, a no separarme nunca de su lado y entregarme a él completamente.
Si bien no estaba del todo desnuda pues aún quedaba quizás la parte menos esencial para aquellos momentos fui hasta su lóbulo.
– Deberías ayudarme con lo que me queda… – dije en tono dulce mientras que acercaba nuevamente mis senos a su torso.
Virgile- Humano Clase Baja
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Aquella tortuosa espera a que Maya me quitase lo que me quedaba de ropa desafió un poco más a mi instinto, haciendo que me mordiera el labio inferior tratando de no sacarme sangre por el esfuerzo. Estaba poniendo a prueba mi paciencia, y eso podía causar resultados o muy buenos o muy malos; y me estaba enfocando con todas mis fuerzas a los primeros con tal de hacer ese momento tan íntimo inolvidable en un buen sentido. Sonreí al escuchar mi nombre de sus labios, haciendo que el retiro de las prendas fuera más dificultoso aún por motivos naturales aunque había levantado la cadera para hacerlo más sencillo.
La ropa quedó en el olvidado piso de la habitación, y todo se centró en los nuevos roces que se daban entre nosotros, con Maya pegada a mi pecho clavándome sus pezones y yo pegado a su entrepierna gimiendo ronco por los efectos de esa fricción tan intensa. Faltaba poco para que dejara de contenerme, pero quería divertirme un poco más, además de prepararla para lo que ambos queríamos que se concretara desde el principio. – No necesitas decírmelo…- susurré de vuelta en su oído y le cogí con firmeza de la cintura cual abrazo de oso aunque con una mano, y robándole el aire de un beso me levanté sólo para girar y depositarla a ella ahora sobre las sábanas, tomando el control de la situación. Le sonreí y me incliné a besar sus labios por un par de minutos, disfrutando de su contacto y de sus manos en mi cabello, pero me fui alejando de sus labios paulatinamente, pasando por su cuello, sus pechos y su abdomen. – Te ayudaré con eso y algo más – le dije mirándole unos instantes previos a quitarle la ropa interior, siendo ayudado por ella de la misma forma en que yo me había movido minutos antes. Le guiñé un ojo y besé cerca de su ombligo, bajando hasta mi objetivo.
- Tengo hambre – comenté relamiéndome al ver lo que me esperaba, enseñando mis colmillos un poco llevado por el aroma tan sexualmente tentador que dominaba mi olfato. – Voy a…comer un poco…antes del plato fuerte – dije en broma –aunque había sonado muy en serio- y le separé las piernas manteniéndolas firmes con mis caricias, dando una lenta lamida a aquel lugar que me llamaba a gritos. Observé su reacción de reojo, ya que pronto mi lengua se vio muy ocupada.
La ropa quedó en el olvidado piso de la habitación, y todo se centró en los nuevos roces que se daban entre nosotros, con Maya pegada a mi pecho clavándome sus pezones y yo pegado a su entrepierna gimiendo ronco por los efectos de esa fricción tan intensa. Faltaba poco para que dejara de contenerme, pero quería divertirme un poco más, además de prepararla para lo que ambos queríamos que se concretara desde el principio. – No necesitas decírmelo…- susurré de vuelta en su oído y le cogí con firmeza de la cintura cual abrazo de oso aunque con una mano, y robándole el aire de un beso me levanté sólo para girar y depositarla a ella ahora sobre las sábanas, tomando el control de la situación. Le sonreí y me incliné a besar sus labios por un par de minutos, disfrutando de su contacto y de sus manos en mi cabello, pero me fui alejando de sus labios paulatinamente, pasando por su cuello, sus pechos y su abdomen. – Te ayudaré con eso y algo más – le dije mirándole unos instantes previos a quitarle la ropa interior, siendo ayudado por ella de la misma forma en que yo me había movido minutos antes. Le guiñé un ojo y besé cerca de su ombligo, bajando hasta mi objetivo.
- Tengo hambre – comenté relamiéndome al ver lo que me esperaba, enseñando mis colmillos un poco llevado por el aroma tan sexualmente tentador que dominaba mi olfato. – Voy a…comer un poco…antes del plato fuerte – dije en broma –aunque había sonado muy en serio- y le separé las piernas manteniéndolas firmes con mis caricias, dando una lenta lamida a aquel lugar que me llamaba a gritos. Observé su reacción de reojo, ya que pronto mi lengua se vio muy ocupada.
Joao Alves- Licántropo Clase Alta
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Re: Fly me to the moon [Privado, +18]
Era tan feliz en aquellos momentos que me parecía imposible que existiera algo que pudiese nublar mi felicidad o la manera en la que Joao me hacía sentir con una sola mirada. Temía por él más que por mi misma, aunque en el fondo creo que era la idea de considerar perderlo. ¿Qué haría yo? No lo sabía, pues él había traído una estabilidad extraña a mi vida aunque en esos momentos todo parecía menos estable que nunca en especial en esos momentos que nos dejábamos llevar por el deseo que nuestros cuerpos despedían por el otro y ese calor que nos incitaba a estar más y más cercanos, hasta el punto de que pudiéramos fundirnos en uno para no separarnos nunca más.
No podía evitar reír y estar nerviosa ante cada una de sus palabras, ante cada uno de aquellos roces o al sencillo hecho de que su voz sonaba meramente irresistible, todo en él era irresistible para mi. Me sentía extraña, pues a pesar del temor y las inseguridades ante esa primera vez en que estaría de esa manera con él, no podía contenerme a moverme sobre su cuerpo, a hacer lo que me pedía.
A Joao le entregaría todo sin reparos. Mis pensamientos, mi corazón, mi cuerpo; todo cuanto pudiera darle le sería entregado.
Su forma de pedirme las cosas, me hacía pensar en su forma de hombre lobo y como todo aquello afectaba quien era en la realidad pero me encantaba. Ese lobo interno que llevaba era lo que le hacía el Joao que amaba y dentro de aquellas 4 paredes haría todo lo que pudiera para demostrarle que para mi, no había otro más que él.
No podía evitar reír y estar nerviosa ante cada una de sus palabras, ante cada uno de aquellos roces o al sencillo hecho de que su voz sonaba meramente irresistible, todo en él era irresistible para mi. Me sentía extraña, pues a pesar del temor y las inseguridades ante esa primera vez en que estaría de esa manera con él, no podía contenerme a moverme sobre su cuerpo, a hacer lo que me pedía.
A Joao le entregaría todo sin reparos. Mis pensamientos, mi corazón, mi cuerpo; todo cuanto pudiera darle le sería entregado.
Su forma de pedirme las cosas, me hacía pensar en su forma de hombre lobo y como todo aquello afectaba quien era en la realidad pero me encantaba. Ese lobo interno que llevaba era lo que le hacía el Joao que amaba y dentro de aquellas 4 paredes haría todo lo que pudiera para demostrarle que para mi, no había otro más que él.
TERMINADO
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