Funeral de Rosas || Privado

por **Xaziel Morel** Lun Oct 28, 2013 3:13 pm

En los comienzos del tiempo no existía nada;
No existía arena, ni mar, ni las frías olas,
No existía la tierra, ni los elevados cielos;
Sólo un gran vacío; surgido de la nada,

Los Morel, siempre en busca de aliados y de socios poderosos para lo que tenían en mente en sus negocios “lícitos”, todo era una mentira una telón de disfraces, pues sus aliados y socios eran de negocios turbios que los Morel poseían y conocían en demasía lo que llevo a que El Signore Morel, Santhiago Morel, realizara una pequeña “fiesta” en donde la anfitriona sería su hermana Xaziel, porque el saldría de viaje para Italia aquella noche justo al castillo de las sombras, por algunos problemas que se estaban presentando.

La noche llegó y en su habitación se encontraba con un corsé verde petróleo con encajes negros sobrio pero elegante, su vestido del mismo color que su ropa íntima, pero más sobria al punto de ser algo apagada para una mujer como ella, aquel traje fue un regalo de su hermano por ser ella la que auspicie aquella reunión tan galante y poco apetecible para aquella Loba, la cual no tuvo remedio que aceptar y por ello ese vestido era el ideal, su hermano ingreso a su habitación mientras ella se alistaba para dejarle una lista de invitados (los más poderosos de Francia y unos que otros de Londres y unas indicaciones más sobre unos documentos en el estudio) después de eso marcho a su viaje, La Morel, se terminó de arreglar, sabiendo que sería ella sola en la gran mansión Morel, pues su otra hermana Osweder había viajado a Londres.

El Gran reloj comienza a sonar al dar las 9 pm, la licantropa estaba en el estudio leyendo los documentos que su hermano le había dejado, eran documentos de información de cada uno de los invitados, su empleado leal y mano derecha de la familia André recibió a los invitados para luego llamar a la joven licantropa que con una mirada cálida (como nunca) asintió y se dirigió al gran salón, una vez ahí, saludo a los prominentes recordando cada detalle de cada uno, si tenía esposa o venía con amante, si era soltero o viudo cada detalle íntimo y hasta incluso comprometedor, entre medias sonrisas y esa mirada gélida y llena de empatía saludo a cada uno de los presentes, uno más efusivo que otro al tratar de hacer negocios con los Morel, preguntaron por el Señor Morel a lo que ella respondió dándoles la espalda, lo que les parecía un tanto cortante, y por ultimo llegó al ultimo invitado (según ella) acompañado de una dama que no conocía, miró a Lord, que al parecer tenia nueva paraje amorosa , sonrió cuando aquel le presentaba a la dama a la cual sonrió de igual forma que a todas y trato de evitar mayores contactos, tanta gente y tantas cosas que hacer despertaban su lado licántropo, pero la cordialidad estuvo presente para ella y para su ¿prometido?

Entre conversaciones un tanto aburridas entre varios lycans y humanos, entre lycans y vampiros la noche seguía avanzando lentamente entre risas y negocios, entre bailes, como si fueran todos amigos, era una reunión para estar tranquilos y olvidar el mundo de afuera y muchos alagando la casa donde vivía aquella mujer y su hermano –Aun cuando viva aquí, el crédito por decorar la casa no hacia mi persona, sino hacia mi otra hermana, mi hermano y el mío al final en toque más íntimos y privados, con respecto a la arquitectura, mi hermano quería una mansión de este tipo, la decoración interior la realizo mi hermana menor aunque la iluminación de la mansión si es de mi trabajo, más gracias por pensar que una mujer como yo puede realizar semejante diseño- sonrió y los uno de los hombres que estaba a su lado tomándole del brazo que no era otro que un amigo de la familia de Italia, rio y negó –Prima no niegues que eres la menos indicada, tu habitación es un lujo en frialdad- le dio un beso en la comisura de los labios y Xaziel realizó una reverencia a los dos señores y miró al que llegaba, a aquel lycan que estaba atravesando la puerta, todas las miradas fueron hacia él –Buonanote Signore?- miró a aquel que ahora se llevaba la mirada de las féminas y de uno que otro galan de la reunión, sus ojos se fueron a los del hombre para esperar su reacción.

por **Walter Bastien Courcelle** Sáb Nov 09, 2013 7:09 pm

““Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos: pero el amor sin límites me crecerá en el alma.”
Arthur Rimbaud

Los aliados eran buenos, te ayudaban a salir de aprietos, mucho más cuando el dinero que tendrías en ese momento para sobrevivir la estancia en parís, se había ido de un momento a otro y no tenía ganas de ir a donde estaba mi reserva de dinero, prefería vivir de lo que generosidad de los ricachona, que se extasiaba por mi habilidad de ser reconocido y popular, en cada una de las fiestas sociales que se daban, en ocasiones se encontraban viejas, interesada en alguna pintura, que llegaban a dar más de lo requerido, por ser buenas con un artista incomprendido.

En este caso estaba en la mansión Morel, mantenía mi traje más elegante, que me daba un porte aun más atractivo, con mis cabellos perfectamente arreglados. Mire con una mirada rápida el lugar, antes de bajarme del carruaje y ser recibido por un hombre, quien amablemente dirigía a los demás invitados, deje salir un leve suspiro al momento de pisar suelo mientras seguíamos las ordenes que se daban para llegar hasta la parte principal de la fiesta, en donde ya parecían estar todos reunidos. La anfitriona, debo decir, que estaba hermosa, con un vestido hecho a la medida, que le resaltaba considerablemente su fémina belleza y dejaba mucho a los deseos de un hombre sano, pero todos con buena educación parecían obviar su belleza y centrarse en los negocios que venían al caso de cada uno.

Nunca había sido bueno, para los horarios, para ser sincero, ya me había olvidado de aquella fiesta, si no hubiera sido por la buena memoria de la madame, quien había contratado como asistente y me recordaba de cosas importante como esas, no hubiera venido. Parpadee un poco, notando que todos habían quedado mirándome, no le di mucha importancia, camine un poco para encontrarme con la encargada de aquella noche, una de las Morel, aunque no estaba actualizado de la formación de esta familia, no era muy difícil, encontrar los rasgos de cada uno de ellos, además que tenían algo que les era fácil identificarse.

— No puedo creer lo bella que se encuentra My Lady esta noche, siento que opacara mi regalo de esta noche — concluí, saludando con un beso en su dorso de la mano, mientras sacaba de mi saco, en donde había permanecido bien escondido, hasta su revelación, era un lienzo enrollado, algo grande, pero no tanto, me erguí para entregárselo, con una sonrisa en mis labios — la pinte hace tiempo, pero nunca la ofrecí para venta, pues es uno de mis amores y necesitaba un hogar especial, en este maravilloso lugar, junto a usted — otra sonrisa más amplia, para luego aclarar mi garganta y mirar hacia los lados, para notar como las sonreían picaras y encantadas con mi porte, pero ¿Qué puedo decir? Soy alguien que no se puede pasar por desapercibido, un cassanova completo, dispuesto a encontrar nuevas ovejas que comer.

por **Xaziel Morel** Miér Ene 01, 2014 8:57 pm

No importa lo elocuente que ladre un perro; nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres pero honestos.
Bertran Rusell.

Las voces y risas en una fiesta son alicientes necesarios y a la vez innecesarios, cada momento se hace más aburridas cuando el plato principal es solo la “política y los negocios” y que hay de lo que se piensa, de una charla, de un juego…de una pelea algo que avive aquel espíritu dormido de los hombres y los humanos, para alguien tan gélido que disfruta de ser quien cause los conflictos con las palabras siendo el mensajero de la muerte, es tan aburrido no tener algo de diversión mal sana como le gusta.
Es verdad que es mucho más estrictia que su hermano en cuanto diversiones, pero pongámoslo de este sentido, entre los dos ella sabe unir diversión con perfección y puntualidad, así que su seriedad se caracteriza por eso, por ser toda una fría caja de pandora. Mujeres así no hay, o son todas unas amargadas o son todas unas fenmes fatalities, pero una mujer que es como un camaleón, que nadie conoce su verdadero ser y que todos ve solo esa seriedad…se ha visto por las calles de parís?, una mujer que obedece y se rebela? No lo creo.

Las horas de la fiesta avanzan, y en eso la mirada se centró en el recién llegado, se acercó para hacer las formalidades correspondientes al alcanzarlo en la puerto una sonrisa socarrona le arranco a la lycan, primero porque era otro semejante a ella, y segundo por sus palabras, sus ojos se cerraron lentamente solo levantó su diestra en un chasquido, una jovencita con uniforme pulcro de empleada se acercó con la cabeza gacha a la mujer –Tomad, llévalo a la biblioteca- eso fue todo lo que supo decir, no abrió el lienzo, solo lo envió a su lugar de tranquilidad, respiró profundo e invitó a pasar al caballero.

-Venga, disfrute de la reunión, pronto servirán la comida y nos deleitaran con algún baile o juego en el que obviamente deberá participar- le toma de la mano primero con los modales intrínsecos en su educación y segundo por “diversión” –Estoy segura que desea algo de beber señor…- le mira inquisitiva –Que mal, no se su nombre porque no se ha presentado adecuadamente, me pregunto ¿cómo deberé castigarlo? Indiferencia o simplemente sin admirar su mayor obra- chasque sus dedos y otra joven pelirroja trae algo de vino para los dos sonriendo con la gracia de lo común… ¿acaso no ríe o sonríe? Sinceramente nadie le ha arrancado aquello de su rosto, su sonrisa es un reflejo de educación.

-Aunque ahora me gustaría saber a fondo, ¿Por qué nunca la vendió? Ya en mi mente se crean múltiples respuestas y no quiero pensar que es porque es la menos agraciada, o por su mensaje es muy insultante o quizás porque fue rechazada por una amante suya, lo que deja en claro que sería para mí como un plato de consuelo a la mesa, en cuyo caso creo que la obra no saldrá del fuego de una de las chimeneas de esta casa, la de mi habitación- le mira inquisitiva con esa expresión fría y sin emoción en su rostro…

por **Walter Bastien Courcelle** Jue Ene 30, 2014 3:09 pm

“La rosa tiene espinas, pero… ¿Tiene pétalos el atún?”
Roberto Fontanarrosa

Aquella joven era un ser poderoso, no como las jovencitas que llegaba a enamorar tan fácilmente, ella era algo mas, interiormente, tenía una fuerza increíble, que emanaba de su aura, lo que provocaba cierto desconcierto en los hombres que tenía a su alrededor, en mi también, pero ese desconcierto se volvía curiosidad, mucha, para ser sinceros, tal vez porque ya estaba cansado de las jovencitas fáciles que llegaba a encontrarme día a día, si iba en plan de conquista, sería algo más interesante, difícil, tal vez solamente lograría que me echaran del lugar, como un perro sarnoso. No era justamente la idea, pero en mi comportamiento ya estaba el coqueteo, era algo muy natural, no buscaba verme galán y Casanova, es que yo era uno de eso.

Entrelazo mis dedos con los suyos, dejo que me guie, que me ofrezca algo de vino, acepto el vino con una amplia sonrisa en sus labios, seguimos hasta llegar a donde estaba toda la gente reunida, la mayoría de nuestra especie, entrecerró levemente sus ojos, encontrando verdaderamente fascinante, el hecho de estar todo reunidos, tantos hombres y también mujeres, que casi siempre tenían un notable temperamento, juntos, para disfrutar la velada, que bueno que la luna llena estaba lejos y lo que teníamos para disfrutar y nutrirnos era un astro madre que nos llenaba de paz, de tranquilidad, logrando que nuestros ánimos estuvieran tranquilos, nuestro instinto, bajo control.

—Walter Bastien Courcelle — indico el tranquilamente, para luego tomar un sorbo de su vino — Pero me conocen más por Bastien Courcelle — explico, el peso de su cuerpo, había caído a una de mis piernas, mientras buscaba entrar en el ambiente que se estaba dando, un poco aburrido, aunque las risas y charlas animadas, parecían ser apenas una cortina, para la realidad, pero también seria porque aun era joven, sin mucho interés en las revueltas políticas y revolucionarias que se estaban dando en parís y otras partes del mundo. — Cada obra mia es especial, señorita — me mostré sonriente, aunque la idea de que pudiera caer a manos del fuego, me hizo irritar un poco, mis modales se irían, si llegaba a enterarme, que mi pobre, niña, había sido reducida a cenizas.

— Vera, aun no soy un artista reconocido; pero pronto lo seré, no se preocupe— le guiño. Buscando una cómplice en mis travesuras — Realizo cada obra con amor, como si se tratara de tener un amante en la cama, con delicadeza, devoción, explotando su potencial, solo así podría sentirme realizado, si usted llegara a quemar el lienzo, estaría matando una parte de mi ser y de mi amor al arte — la mire de reojo, parecía una mujer tan fría, dura, impenetrable, como si se tratara de un muro, uno que sobreviviría muchos golpes — y no, nunca la había sacado, ni exhibido es una obra inédita — aunque eso era cierto, había cierta parte de mi que sabia cuando se debía desprender de una pintura valiosa, en un rango de valoración, la obra que le había dado a la mujer, era intermedia, aumentando un poco más de lo normal, no era estúpido, las mejores no las regalaría así por así, tendría que ser el mismo rey de Inglaterra, para hacer eso. [
ç

por **Xaziel Morel** Lun Feb 24, 2014 1:59 am

Y la vida pasa…
como agua de río que nace en montaña,
primero, torrente que todo avasalla
después, aguas calmas,
pero siempre agua, la esencia no cambia.
María Julia Castro

Las reuniones sociales son el eje principal de la burguesía entrante y los aristócratas salientes, aquella clase alta y noble de la cual su sustento se basa en eso, en relaciones comerciales, la compra y venta de todo lo que queda en esta sociedad, incluso la de mismo hombre o mujer, todo está por venta porque la dignidad humana ser perdió hace mucho tiempo, cuando el hombre paso a ser esclavo del mismo hombre, y la vida llego a reducirse a la nada con el tiempo solo quedo los retazos de muertes y gritos colgando en la memoria colectiva como fantasmas de los cuales nadie quiere pensar.

Aquella mujer escuchaba el lycan sin emoción alguna en su rostro, como si no aprobara ni reprochara nada de aquellas palabras que salían de su boca ¿le estaba escuchado? Sí, pero no mostraba nada en sus ojos, sus dedos recorrieron sus propios labios lentamente como sopesando la palabras que buscaba en su mente, su índice aguardó en el centro de sus labios junto a su mirada que no se apartaba de los ojos del invitado, le dio la espalda para dirigirse a uno de los invitados que no era otro que su primo –Markus, sabes lo que es tener a un amante en la cama- pregunto con una sonrisa en sus ojos, la primera de la noche, luego se giró al hombre viendo que su primo solo alzaba los hombros negando –Se ha olvidado algo señor Walter, un punto importante sobre tener a un amante en la cama- cierra sus ojos suspirando con una sonrisa de educación, ante todo la educación intrínseca en la mujer de cabellos del infierno –Explorar cada punto del cuerpo del amante, cada rincón de su cuerpo y sobre todo cada cambio de emoción, es un punto importante y claro esta que quien logra que su amante obtenga todos los matices de la luz y de la oscuridad contemplará una verdadera obra de arte-

Entre las risas de los invitados, entre las invitaciones a la anfitriona, ella solo dedicaba una sonrisa que no alcanzaba a iluminar sus ojos, una verdadera sonrisa, cansada estaba de lo mismo de siempre dentro de su familia y lo que había vivido que considera todo por igual, sin gracia, sin emoción alguna, sin pasiones que puedan despertar ese brillo natural de ella, camino por el salón sin apartar la mirada del ultimo invitado y con un susurro saboreó el nombre de él –Walter Bastian Courcelle- repitió tres veces el nombre de aquel que era pintor, pero no era por tentación si no para no olvidarlo, lo prueba en sus labios el nombre creando en su mente conceptos sobre él y sobre todo para mostrarle a él mismo que con ella no se va de rodeos sino al punto. Sus pies de nuevo le guiaron al hombre hasta estar tras su espalda –Le llamaré Walter, no me gusta cómo le conocen todos, así que le conoceré por su primer nombre, así sabrá que una familia lo tratará de forma distinta y poco convencional, y no se preocupe su obra no irá al fuego quedará guardada o expuesta en Italia en casa de mis padres expertos conocedores de arte - susurra con aquella forma inexpresiva, suspirando por el recuerdo de la familia –Debería sacar las obras más a menudo, eso lo haría conocido y sobre todo no pensarían tan mal de vuestros regalos, aunque para dar un veredicto como el mío, deberé admirar la obra, en cuyo caso solo lo haría en la soledad de mi lugar favorito-

Los minutos van pasando y el gran reloj antiguo de aquel gran salón repica sus campanas anunciando las diez de la noche, en ese momento las puertas de un salón mayor se abren y cada uno de los invitados dirige su atención para allá, las doncellas de la casa invitaron a cada uno a pasar al salón de banquete, cada uno iba con una sonrisa, la mujer se quedó hacia atrás –Que el arte de la comida hable por mí y por ustedes- mira al pintor sonriéndole como siempre por pura educación; cuando todos ingresaron al comedor, ella se retiró a la biblioteca esperando que nadie se diera cuenta de su ausencia, para mirar aquella obra y poder juzgar su lugar en la mansión.

por **Walter Bastien Courcelle** Dom Mar 23, 2014 8:10 am

De forma infantil, casi estúpida, me alegraba saber que una de mis pinturas quedaría en un elegante salón en Italia, eso le había bien a mi orgullo, dado la buena noticia, me incline hacia ella, para no quitarle ya mucho tiempo, alguno que otro invitado debía estar deseoso de conversar algo importante o según él lo era, por eso me perdí entre la gente, riendo y conversando casualmente con alguno que tuviera una conversación decente e interesante, por suerte para mi, era muy bueno hablando, conocí en pocos minutos a hombres interesantes, contactos, que si formaba bien, podría ser de gran ayuda en un futuro lejano.

Minutos luego, las diez campanadas anunciaron la hora, una gran puerta se abrió y en ella un gran banquete se podría apreciar, entre junto con los demás, con un paso tranquilo, mientras detallaba de reojo cada uno de los invitados, para ver quien más podría ser interesante para entablar una conversación. Fue dos minutos después cuando me di cuenta que el vestido de la anfitriona no estaba, desvié mi mirada, escuchando los pasos salir de aquella nueva sala, agarre uno que otro bocadillo, mientras disfrutaba la muerte de los pasos y su lejanía. Mi cuerpo se movió también, con varios aperitivos en un elegante plato, me apresure a buscarla.

Llegue a una elegante puerta, que parecía medio abierta, agarre uno de los bocadillos para comerlos, mientras entraba al lugar, mastique rápidamente y trague para hablar — Soy un buen perro sabueso ¿sabe? — bromee mientras daba unos pasos hacia adelante, para que la puerta se cerrara a mi espalda — ¿Quiere un poco? Están deliciosos, podría comérmelos yo solo — era cierto, estaban apetitosos o también se debía a que tenía mucha hambre, mi apetito no era humano, se podría decir que siempre podría tener hambre, si no fuera por mi control.

por **Xaziel Morel** Miér Abr 23, 2014 9:30 pm

Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.
Esopo

La vanidad es la piedra angular de los mortales siempre buscando alcanzar el mayor ego de todos mostrándose superiores sin serlo, pues la superioridad está en la mente del cazador y no de la presa, es decir que está en aquellos que usan su capacidad mental para conseguir las cosas sin afectar “tanto” a los demás pero mostrando que aun cuando se los acaba los pueden ayudar, ahí está la superioridad natural la otra es la fingida que siempre acaba en muerte y destrucción del individuo.

En el estudio Xaziel miraba la chimenea que estaba al lado derecho y luego a los grandes ventanales de la izquierda mirando la noche tan nublada que no habría algún rayo de luna lo que anunciaba una lluvia más avanzada la noche, suspiró cuando su fiel amigo le entregó el pergamino para que lo examinara, se sentó en la silla frente al escritorio oscuro con varios papeles encima, lo desenrolló mirándolo por completo sonriendo, alzó la vista justo para ver al autor de semejante obra, con un gesto de su cabeza indicó a su fiel amigo que los dejara solos, ella como elegante mujer de clase alta se levanta de su asiento para caminar hasta los dos sillones que estaban frente a la chimenea tomando su asiento invitando al joven a lo mismo –No lo hubiera adivinado si no lo hubiera dicho, algunos sabuesos dicen ser buenos pero son muy malo porque no perciben lo que tienen frente a ello hasta que se le ha paseado como unas mil veces y porque alguien les hace caer en cuenta, entonces dice usted que no es así, pero entonces me hace ver a mi como si fuera aquel sabueso que no se percata ¿eso quieres decir Walter?- apoya su barbilla a su mano sonriendo mirando al lycan.

Comenzó a reír cruzando sus piernas para estar más cómoda sentada, negó con la cabeza al ofrecimiento de comida –Nunca como cuando hay banquetes en mi hogar, no es muy ético de mi parte hacerlo pues la comida es para los invitados, así que bien puede devorarlos todos, al final solo una copa de vino tinto es lo que me llenará- ríe chasqueando los dedos, una jovencita aparece con un plato con cerezas y vino tinto en una bandeja de plata servidos dejando sobre la mesa que separa a los sillones entre sí, la joven sale dejando a la mujer en compañía de su nuevo amigo –No quieres unas cerezas, son mejor que los bocadillos salados, además son como tu obra, elegante, sobria y con algo de picante- tomó una cereza entre sus dedos llevándola a su labios rojos tomándola con la lengua para tirar de la fruta dejando a un lado el tallo para luego soltar una sonrisa muy típica de ella.

por **Walter Bastien Courcelle** Miér Mayo 21, 2014 1:57 pm

Me siento en donde ella me lo indica, la miro detenidamente, mientras habla, se notaba que era una mujer fuerte, que no le debía rendir cuentas a nadie, menos a un hombre que le esté diciendo que hacer. ¿Qué era lo que me atraía de ella? tal vez esa misma esencia de ser alguien que parecía difícil de dominar, pero que se mostraba accesible a las personas que llegaran a ser interesantes para ella. Los Morel eran en parís una familia muy importante, era mejor tenerlos como aliados que como enemigos, por eso no deseaba pisar mal en un terreno en donde puede haber miles de trampa, una mujer es una mujer, una mala palabra o gesto puede hacerla enojar.

Podría decir que era más difícil negociar con una mujer que con un hombre, pues un caballero era más banal para las cuestiones y se centraba en el negocio y nada más, pero una dama; aunque ella dijeran que no, podría tomarse todo a pecho, si uno no sabía cómo interactuar con ellas — No me apetece, Gracias por el ofrecimiento — dije sonriendo levemente, mientras se recargaba en la espalda del sillón y agarraba una de los bocadillos que había traído, ahora todos eran para mí. Cruce mis piernas mientras mi cuerpo se relajaba.

— Debo preguntar — dije sin apresurarme tanto — ¿Cuáles su opinión de mi trabajo? — ladee mi cabeza curioso por su respuesta, esperaba que no dijera que había visto mejores, eso podría herir el gran orgullo que yo poseía. — Debe perdonarme, es que soy un curioso, no podría irme de aquí sin antes conocer su opinión— reí un poco, era cierto, tal vez uno de mis defectos, pero necesitaba saber la opinión de ella, su Status era lo que importaba, si alguien como ella tenía uno de mis cuadros en un lugar visible, alguien preguntaría por su autor y ella entonces respondería. Era allí la importancia de todo, aquella persona podría quedar encantada y buscarme, un nuevo cliente estaría tocando mi puerta.

por **Xaziel Morel** Dom Mayo 25, 2014 9:01 pm

El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
-Aristóteles-

La mirada de Xaziel iba y venía del lycantropo frente a ella a la obra que había regalado, sus dedos delicados pasaron por el color ya seco en el lienzo acariciando las figuras que se formaban al óleo, pero al final su impresión en la mirada quedó registrada en aquellas figuras, en cada detalle que desprendía la mente de su creador, su mente quedó absorta en lo que la pintura comenzaba a decirle lentamente con cada detalle de las pinceladas y el mensaje oculto.

Tomó una cereza comiéndola con calma como si tuviera todo el tiempo del mundo, como si el reloj del lugar se hubiera detenido, pero no era así pues su tic tac era todo lo que se escuchaba, en eso su ojos se cierran con una sonrisa verdadera, única de aquellas que no suele mostrar y solo las dedica a quien verdaderamente vale la pena –Quizás, podría decir que he visto mejores y peores, pero ¿acaso debemos juzgar el arte en base a cada pintura? Yo no lo creo, pues cada pintor, maestro o autor tiene una forma distinta de percibir la realidad, su realidad y captarla con los pinceles y colores, o también es valedero decir que cada pintor tiene su propio estilo al plasmar el mensaje que quiere dejar a otros-

Un leve suspiro ahogado deja salir, sus piernas se cruzan dejando ver una figura más estilizada que antes pues la ropa se ajusta a ella, la zurda descansa sobre el reposabrazos de su sillón y ju mano sostiene su cabeza por la mejilla, sus ojos clavados en la obra y otra vez la sonrisa en los labios –Mi opinión está perdida por el tiempo, más solo sería eso una opinión que quizás no haga la justicia correcta…- mira al joven pero ya más calmada y ¿libertad? Se permite ser ella con más libertad y apertura, como si estuviera con algún miembro de su familia o manada –La verdad que su obra me intriga mucho a la par que me excita, no lo niego, tiene un matiz muy picante e intrigante de secretos y amantes prohibidos ocultos a la vista de todos, quizás algo que se da mucho por aquí- suspira con ojos cerrados como si recordará algo pero la verdad es que no hay nada que recordar de su vida privada pues todo ha sido el trabajo y más trabajo y las pocas veces que se ha permitido esa libertad se la han arrebatado tan rápido que apenas recuerda.

A diferencia de sus otros familiares ella se ha centrad en el frío de la soledad y la indiferencia.

por **Walter Bastien Courcelle** Sáb Jul 12, 2014 9:35 pm

Era cierto lo que decía, cada persona tenia una vision diferente y lo plasmaba como mejor pudiera hacerlo, eso lograba que en el mundo del arte hubiera la diversidad que solamente nutria aun mas la creatividad de los espectadores e inspiraba a nuevos prospectos a buscar sus propias visiones. No era una mujer cualquiera se podia ver como llegaba a apreciar los pincelazos mas minusculos de aquella pintura, me alegraba que no fuera una doncella que viera el lienzo y pensara que era "bonito" por lo que veia y no por los detalles que con esfuerzo habia logrado hacer en el.

Negue suavemente, ya no era necesario su opinión — No quiero que se extralimite mi señora — mi noto era suave galante, tal vez podía sentir mi alegría — con tan solo haber visto su rostro uliminandose mientras descubria los pequeños indicios de mi pintura, me ha llenado de alegría — era importante que cada pintor tuviera un sentido comun para poder llegar a las masas. ¿ Que era si no podia llegar a hacer sentir lo que el sentia en su pieza. Estaria pintando para el solo y no para un publico que busca encontrar una persona que pensara igual que el, que tuviera el valor de decirlo, tal vez de forma sutil pero contundente.

— No es necesario que me dé una opinión tan apresurada, si lo desea puede seguir explorando la pieza y los secretos que pueden haber en ella, luego con más calma, puede mandarme a llamar para oír su opinión — toda la gente debía estar disfrutando del banquete que los sirvientes de la familia Morel había preparado, me intrigaba un poco pensar que la mujer frente de mi no era la más indicada para las fiestas, no se le veía aquel porte de ser alguien que deseara ser el anfitrión. ¿Por eso se escondía en su estudio? — me hace pensar que el negociar es uno de sus fuertes, pero este tipo de sociabilización no es muy de su agrado, corríjame si me equivoco — comente mi opinión sin temor alguno a equivocarme en mi deducir, pues eso nos había perfecto después de todos, nuestro defectos y errores

por **Xaziel Morel** Jue Sep 04, 2014 11:57 pm

Con ojos cerrados, la calma entra al lugar sin pedir permiso solo el silencio reina en dicho momento solo se oye el caminar del segundero, las luces encendidas de las velas que fulguran entre las sombras para crear un ambiente idóneo para negociar o simplemente para conocer más acerca de otros.

Incluso ahí, en ese momento Xaziel ladeaba su cabeza un poco hacia la izquierda pesando, los codos sobre la vieja madera oscura y sus manos entrelazadas que sostenían su mentón, aun así su mirada no transmitía nada no tenía una emoción en su rostro hasta que al sonrisa se marcó levemente en los labios curvados ahora, rompe lentamente su postura pegando la espalda contra la tela roja del sillón, sus manos van directo a los reposabrazos de la misma y son sus dedos los que acarician la fría madera, antigua y olvidada; sus ojos azules no se aparataron de aquel lienzo hasta que el mismo dueño le permitió dejar de observarla.

-Mi rostro ha sido tan evidente? Vaya y yo que pensé que eran las palabras, entonces me he equivocado al mostrar tanta benevolencia en las palabras si ya usted ha visto la respuesta en mi rostro pero no ocultar la satisfacción y gusto que tengo por este tipo de obras- otra sonrisa, no estaba aquella mujer fingiendo, es más era todo tan natural para ella, hasta el punto de tomar un pose más tranquila y calmada –¿que es para usted extralimitarse? porque es palabra no la conozco y no existe para mi, entonce, Por qué no extralimitarme? Por qué no hacerlo? Acaso usted disfruta de esos pequeños límites? Si es así me ha dejado con una mala impresión suya querido señor Bastian, pues con tan picante y secreta pintura que usted cuide los límites me asombra y a la vez me entristece- rompe su postura con una nueva más ausente, por así decirlo, es más bien coqueta su mano diestra sostiene su cabeza un poco y la zurda recorre la pierna cruzada, su espalda un poco más reclinada sobre aquel sillón y sus ojos clavados en los ojos del lycan cvomo una invitación retador –Ahora me toca a mi Señor Bastian, usted me ha pedido mi opinión de su obra, entonces ahora el pediré su opinión de lo que ha visto- se levanta abruptamente acercándose al hombre, sus pies se arrastran por el suelo de aquel estudio, sus zapatos a penas se escuchan aun cuando los hace sonar es tan leve.

Queda frente a frente del hombre solo que ella toma asiento, se recarga, sobre el escritorio con las manos apoyadas sobre este y sus piernas medio cruzadas entre si –Dígame señor Bastian que más ve de lo que me ha dicho de mí, pues no está tan errado en sus palabras, y me alegra que no solo dijera “Es una hermosa mujer, como el cuadro tan solitaria y con secretos” al menos me muestra que no es como los otros en cortos de palabras- el mismo jugo de palabras del caballero lo toma y extiende nuevamente otra sonrisa pero esta no le llega a los ojos, un suspiro enmarca el deseo de pasar por alto la pregunta del caballero -¿le gusta leer? Donde opta por la lectura, o mejor dicho, para que sus obras salgan perfecta que necesita Señor- pregunta para que el hombre obtenga su propia respuesta a la pregunta que le hizo a ella, solo que antes de dejarle contestar un guiño de sus ojos le resalta al hombre para dejarle un susurro –hable con confianza, no voy a morderlo, no tan fuerte- su sonrisa ahora alcanza sus ojos y a sus labios que se relamen como si estuviera devorando alguna fruta o carne jugosa.

por **Walter Bastien Courcelle** Jue Sep 25, 2014 10:37 am

“Los fragmentos habrá que buscar”

Todos teníamos secretos, dentro de nosotros. Algunos podrían llegar a revelarse, pero otros tal vez no. Es ella una mujer peligrosa y curiosa, que se abalanza hacia mí, con su poder siendo, su ímpetu desbordando por los poros, pero yo no me inmuto. Sigo sentado, sin moverme, aun teniéndola tan cerca que puedo escuchar el latir de su corazón, en aquel apretado corsé. Deslizo mi mirada hacia su cuello, su pálida y fina piel lycana, perfectamente amoldada y pincelada. Sigo subiendo, hasta chocar con sus labios, luego su nariz, hasta llegar a sus ojos, que como dos luceros iluminaban todo el lugar.

— ¿Por qué le interesa saber cómo logro pintar? — pregunte. Mi tono parecía hastiado por tal acoso, pero ¿Quién podría enojarse por tal cercanía? — Usted siempre tan tensa ¿Acaso querrá buscar una forma de tener un “Respiro”? — Mi mirada bajo hasta encontrarme con sus caderas, una pequeña sonrisa se había asomado en mis labios. — Venga, le diré mi secreto, pero tendría que darme un poco de espacio ¿No cree? — alce mi mano hacia su rostro. Sujete uno de sus mechones rojizos para acomodárselo, pues la gravedad parecía sacarlo de su perfecta posición.

— En ocasiones necesito dejar todo lo que conozco, dejar de ser yo y tener un “Respiro” — explique tranquilamente — Pero en él, no somos lo que somos normalmente, pero terminamos mostrando parte de nuestro interior que siempre estuvo dormido en nosotros — luego de darse cuenta de la parte oculta que siempre había deseado salir, podríamos respirar hondo y seguir siendo lo que éramos siempre, ese era el objetivo de los “Respiros”; juegos en donde se toma un rol diferente al normal.

— ¿entiende la rígida Sra. Morel de lo que hablo? — le pregunte súbitamente mientras sonreía ampliamente. Relamí mis labios, casi sin poder evitarlo, comenzaba a sentir la atracción inevitable que podría llegar a tentar acercarnos, pero me detenía su fuerza, pero tal vez en algún momento en mis redes llegaría a caer.

por **Xaziel Morel** Lun Oct 06, 2014 9:37 pm

Cual muñeca rota su alma ha de estar.

— ¿entiende la rígida Sra. Morel de lo que hablo? —

Una sola palabra bastó para que aquella “fría” mujer soltara una carcajada la cual fue ocultada por el dorso diestro de la lycana, su cuerpo se alejó del semejante lycan disfrutando de las palabras que dejaba entre los dos, cada una le daba un mayor disfrute hasta su cabeza fue hacia atrás para dejar escapar la risa que tanto aguardaba con romper aquel silencio nocturno, trato de calmarse para no ofender a su invitado de aquella velada, aunque le tomó algunos minutos poder volver a la calma tuvo que tomar todo el acopio de su ser para ocultar esas risas que quería dejar salir.

-Vaya casi nadie, mejor dicho nadie me había alagado tanto con una sola palabra, hará que me sonroje Signore Bastian, ha logrado lo que pocos han podido sonrojarme-- guarda silencio mostrando una sonrisa –pero de tanto reír-- finaliza su frase poniéndose de pie caminando con ojos cerrados y su manos sobre el espalda del sillón que ocupaba el caballero en cuestión –Saber o no saber depende de lo que la otra persona considere “respiro” pueden ser de muchas formas, como usted plantea una parte el mostrar lo oculto, mientras que mi “respiro” es mostrar lo que no soy, porque siempre muestro todo lo que tengo que mostrar, en cuyo caso ¿Qué dejaría en mi interior? Nada, solo hielo-- sonríe acariciando con sus finos y delgados dedos el terciopelo del sillón y levemente los cabellos del joven.

-No se preocupe entiendo sus palabras pero ¿usted entiende mis actos? –- cierra los ojos aspirando el aroma del lycano completamente –Mis preguntas no son para incomodarlo simplemente son para responder las que usted formula luego, cada una de mis palabras llevan a respuestas que usted me pedirá más adelante signore Bastian- -regresa a su asiento frente al caballero ladeando la cabeza de lado a lado como si buscara una forma de disipar sus pensamientos.

-Lo entiende ahora usted señor-- sonríe sentándose por completo en el escritorio cruzando sus piernas y brazos con una sonrisa gélida en los labios que solo muestran su deleite por las palabras. Xaziel no buscaba cazar ni menos dejar pasar una presa, simplemente no estaba jugando estaba dejando llevar las cosas por su propio cause eso era lo que la divertía más.

por **Walter Bastien Courcelle** Mar Ene 06, 2015 5:44 pm

Tal vez fuera por arrogancia que cayéramos en las trampas que nos ponía la vida, escondiéndolas con agilidad en la maleza de las almas de los zorros, que van disfrazados de humanos. Cada uno de nosotros éramos viles, egoístas de naturaleza que solamente pensaban en ellos mismos, para el beneficio de un solo individuo ¿Qué pasaría a terceros? Poco nos importaba en realidad, ni nuestros propios familiares se salvaban del egoísmo que el propio creador nos había otorgado.

Era un problema tener cerca a aquella hermosa mujer, distraía fácilmente, su bello rostro del problema principal que tenia. Venia yo en busca de nuevos horizontes que explorar y me encontré con uno que tal vez no podría evitar.

— Usted logra “mostrar” lo que usted desea mostrar — comento mientras miraba hacia el suelo, notando como la sombra de la mujer se escondía entre el escritorio — Debería entonces ayudarme; me complacería enormemente que me dejara pintar, lo que usted desea darme para plasmar en un lienzo — alce mi mirada encontrándome con su rostro — tengo el color perfectos para esos ojos y esos rizos — terminaba naturalmente emocionado, el pensar que podría llegar a pintar una hermosa mujer como ella.

por **Xaziel Morel** Miér Ene 14, 2015 10:00 pm

Las palabras del licántropo lograron que aquella bestia retenía de la pelirroja saliera por vez primera, en sus labios se mostró una sonrisa muy sincera, sus ojos se cerraron por un par de segundos y en su mente no pasaba nada, absolutamente ninguna frase rebuscada ni nada pues esta vez se estaba dejándose llevar por el momento, por la compañía…por las palabras.

En un suspiro ahogado dejó su asiento acercándose al caballero, con su diestra acarició el rostro de él, sus largos dedos iban rozando su piel hasta aquella barba incipiente, llegando a sus labios y muriendo sobre su mentón el cual toma con su pulgar en índice para alzarle la mirada a los ojos de ella –Dime en qué lugar ¿en esta mansión? ¿En la suya? O en un lugar nuevo, no importa el lugar solo interesa que sea idóneo para que el pintor se sienta cómodo y libre de poder plasmar lo que ve del modelo o la modelo– sonríe acercando sus labios a los de él en un tiento y la bestia afloro alejando los labios para mirarle con la misma mirada de siempre –Lo que deseo mostrar en lo que nadie ha podido ver en mi ¿podrá usted plasmarlo?– indica con las palabras tocándose los labios con el índice repasando aquellos dedos que segundos antes habían tocado al caballero y ahora estaban sobre sus propios labios –le importa si la ropa sobra en la pintura que hará– pregunta muy interesada.

Desvió la mirada hacia los ventanales como si con ello le restara algo de importancia al hecho de que deseaba mostrarse sin nada, solo la piel del lobo en el cuerpo de la mujer refinada.

La bestia y la bella en un solo lugar, sobre un lienzo.

por **Walter Bastien Courcelle** Vie Mar 27, 2015 8:05 pm

¿Qué era lo que buscaba retando al mundo? Supremacía podría llegar a llamarse lo que realmente estuviera buscando, pero debía surgir en un ambiente hostil, con lo único que podría ayudarme a romper el hielo, que era el talento para la pintura. Con ella podía encontrar aliados importantes que me ayudarían a llegar mucho más allá de lo que aspiraba.

Ya había un cierta confianza que comenzaba a nacer en nosotros, eso era lo primordial entre un pintor y su musa —¿Qué le parece si lo hacemos en mi estudio de arte? —sugerí con una sonrisilla en mis labios. El licántropo seguía con su juego, sus manos recorrían mi rostro con la seguridad suficiente para jugar con las yemas de sus dedos en mis labios. — Debo explicarle algo, Mí querida dama— me apresure a decir. La vi distraída por unos momentos, pero seguí hablando, sabiendo que me escucharía─ Aunque pueda verse como que yo tenga el poder, es en realidad usted el que tiene las riendas, yo solo obedezco a sus necesidades y expreso al máximo, lo que pueda estar escondido en su interior ─ entrecerré mis ojos. Ladee mi rostro hacia un lado.

― Aunque nuestro encuentro ha sido uno de los mejores momentos de la noche, debo actual como su conciencia y recordarle que hay muchas más personas que requieren de su atención ― me termine levantando. Me refería a la gente que seguía en la fiesta, tal vez preguntándose donde estaba la anfitriona de la fiesta. ― Usted tiene obligaciones que debe terminar antes de poder disfrutar la libertad mima de ser usted misma ― añadí mientras caminaba hacia ella. Mis manos se acercaron a tomar su cintura, la acerque un poco a mi cuerpo y sonreí cuando su mirada choco con la mía ― La espero dentro de tres días en mi estudio, cerca del café en el centro de parís ― ya la propuesta del juego estaba en la mesa, solamente faltaba que la señorita morel aceptara el reto y fuera el día pautado para su sesión.

por **Xaziel Morel** Dom Mayo 03, 2015 10:27 pm

El arte había sido invitado en último momento y ahora parecía ser el invitado principal de la velada, la comida estaba servida y las risas y conversaciones útiles se daban en otro salón mientras que aquel estudio solo se hablaba de un peligroso encuentro entre dos iguales que podrían sacar las garras y las fauces abrir en cualquier momento, lástima que al parecer no era ese, aun cuando los cuerpos estaban cerca y listos para el enfrentamientos, todo quedó en promesas y sonrisas divertidas.

La lycana aceptó de buen grado la cercanía del semejante incluso cuando este clavó las zarpas en su cintura, no hizo gesto alguno para alejarlo o dejarle marca alguna por su atrevimiento, es más agradeció por el gesto de preocupación ante los negocios que se efectuaban aquella noche. Sonrió como nunca antes tanto que todo su ser se iluminó dejando a un lado su fría forma de ser –Bien, entonces si tengo las riendas, en tres días estaré en su estudio con la mejor predisposición para que capte la esencia de la libertad, espero que tenga mucho fuego en su estudio, no quiero matarlo de hipotermia cuando esté trabajando, no me perdonaría matar a un pintor antes de terminar una obra–

Se alejó del hombre caminando hasta la puerta del estudio, el sonido de la madera antigua abriéndose para tragarse la figura femenina tras ella, no sin antes dejar las últimas palabras a su invitado –En tres días, en tres días apareceré frente a la puerta de su estudio, recuérdelo y no me haga esperar signore– marcha completamente adentrándose al comedor donde los invitados la reciben con brindes y sonrisas que son respondidas de igual forma pero sin alcanzar la verdad, pues su verdadera sonrisa oculta entre los hielos de su ser se haya.

por Contenido patrocinado

Funeral de Rosas || Privado

Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado

Re: Funeral de Rosas || Privado