Cuando la Noche Cae Suavemente | Libre |

por **Maeva Declerieux** Lun Nov 04, 2013 10:23 am

A ella le gustaba pasear por la noche a esa Plaza, de hecho ha hecho aquel panorama desde su adolescencia, recordando las veces que se escapaba de la mansión para encontrarse con su antiguo amor.
Tal vez, por eso es que le gustaba salir tanto de noche... Aunque ella misma habia decidido alejarse por cuenta propia, de tal bestia.
Sus pies se deslizaban con suavidad sobre el césped, la brisa permanecía quieta, aunque un poco helada, pues era Invierno... pero no había nieve, solo habían recuerdos, y memorias palpitantes en su interior.

En los oídos de Maeva, se escuchaban los gritos y alaridos de las dulces voces de Dianne y Mélissa, sus pequeñas hermanas, que en este momento quizás ya no serían tan inocentes como siempre... Ambas se han convertido en mujeres, y Maeva no les había visto desde que ambas se independizaron y cada una se fue por su lado.
¿Podría llegar a reunirlas nuevamente, alguna vez? -se preguntaba a si misma-
...Aquellas aventuras vividas, y secretos compartidos que jamás han salido de su exclusivo círculo, permanecían ya lejanos en el tiempo, a medida que la mirada de Maeva se perdía entre el paisaje de la Plaza Tertre.

Miraba el suelo mientras su mano se alzaba a apartar algunos mechones de cabello, de su rostro. Tenía una sonrisa tenue, tranquila, a pesar de rememoriar cosas un poco más tristes...
Pero su corazón nunca había aguardado algún tipo de rencor, pues sabía que algunas cosas simplemente podían pasar... "Todo puede pasar" ... se repitía ella en su mente...
Rozó suavemente su pecho, al sentir como una punzada en él y decidió tomar asiento en una banca cercana...
Alzó la mirada suavemente hacia las estrellas, entrecerrando los ojos a medida que la fría brisa de invierno, rasgaba su sereno rostro... se tocó un poco los hombros, debido al frío y se acomodó en el respaldo de la banca.

Pensó la posibilidad de quedarse dormida en ella, pero entendió que no resistiría toda una noche a la baja temperatura... aunque cerró los ojos con lentitud y soñó:

"Se encontraba viajando através del tiempo y los recuerdos, las imágenes en un tono gris y negro pasaban frente suyo, como fuertes ráfagas de viento, que hacían volar cualquier tipo de objeto... Su mano se alzaba intentando atrapar aquellas memorias, que aparecían tras cada paso que daba en el césped de la plaza... sintió un leve vértigo tras dar un paso y atrapar a lo que parecía ser un ave con el ala herida, tumbada con pesar en el suelo...
Quería acercarse a ayudarle, pero no podía... no podía, era un recuerdo invisible, una risa de niña olvidada en el tiempo, la herida en forma de tajo en esa ala... que al observarla con más detenimiento era aquella cicatriz propia que ella tenía, desgastada en el tiempo... pero que aún podía llegar a sangrar, cual corte afilado de una navaja sobre la yema de un dedo..."

Despertó de su ensueño tras escuchar pasos en su lejanía, leves... pasos leves... pero cercanos. Seguramente ella no sería la única paseando por el lugar a esas horas.
Se mantuvo tranquila observando sus manos, mientras sentía aquellos movimientos de pasos y ramas de árbol por el lugar, sin temor alguno.

por **Darcy Haward** Lun Nov 04, 2013 6:41 pm

Aún conservaba ese aire sofocante que le había dejado su viaje a Egipto y alrededores, aún le quedaba esa sensación de la arena golpear su rostro constantemente y que no le había quedado otra opción que acostumbrarse. No solo su piel mas tostada había cambiado, también lo había hecho su cabeza, regresaba con nuevos pensamientos, nuevas actitudes que podían ser tan positivas como negativas.

Apenas había puesto un pie en su antigua París se daba cuenta de cuanto la extrañaba y esa fue una de sus razones en las que apenas permaneció en su vivienda ya que tras dejar sus valijas salió nuevamente a las calles tan concurridas como siempre a dar un mas que deseado paseo. La plaza era el sitio que mas cerca le quedaba por lo que estaría allí al menos una hora y luego continuaría la marcha. Tenía ganas de visitar sus cafeterías preferidas, algún bar o quizás visitar el burdel en el cuál tenía varias amigas que esperaba aún encontrar allí. Sorprendementemente la plaza se encontraba mucho mas desolada de lo que podía haber llegado a esperar, sólo una o dos parejas caminando y algún que otro anciano sentado en alguna de las bancas que se ofrecían. En ese momento aprovechó para detenerse en medio del sendero y elevó la cabeza hasta la copa de los árboles cerrando los ojos y sintiendo la brisa, varios recuerdos volvieron a su mente de anteriores años y una inmensa sonrisa se dibujó en sus labios.

Permaneció en esa postura unos tres minutos y luego regresó a la realidad emprendiendo nuevamente el paseo, junto a él, en una de las bancas una joven mujer parecía recién despertar de una siesta, sus miradas se encontraron e instintivamente le sonrió amablemente continuando el camino pero mas despacio. La gente en aquella ciudad siempre era tan agradable, sobre todos las mujeres que uno podía llegar a cruzarse, le sorprendía la cantidad de mujeres que residían en aquel lugar, la mayoría solteras, algo raro en aquella época.

Se paró en seco, hacía tiempo no establecía relaciones espontáneas, algo que solía sucederle y del modo que había obtenido los amigos y conocidos asta el momento, cualquiera hubiera creído que era extraño conocer a todos de ese modo pero era una especie de manía que tenía por lo que se dio la vuelta y se acercó a la bella mujer. Se acomodó la garganta con un disimulado carraspeo y le dirigió la palabra.-Espero no lo vea como un atrevimiento de mi parte pero apenas hoy he llegado de un largo viaje y no me haría mal un poco de compañía-. La miró a los ojos profundamente.]b]-Si a usted no le molesta por supuesto-[/b]. Señaló con una mano un espacio en la banca junto a ella.

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