AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Efecto Mariposa +18 (Privado)
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Efecto Mariposa +18 (Privado)
Santos, Santos en los cielos, santos rezos de los católicos mensos, con sus fiestas y sus paganismos religiosos, para que adorar a alguien en un lugar de piedra si podemos hacerlo fuera admirando sus creaciones, y que mejor forma de hacerlo que llevar a esas hermosas creaciones por un camino de pecados, para que al menos conozcan lo que es pecar y así puedan disfrutar de ello hasta la hora de su arrepentimiento.
Las iglesias deberían ser consideradas como parte arquitectónica de las ciudades, como los museos, que demuestre la evolución de pensamiento ideológico y religiosos de aquellos hombre que han conquistado todo lo que han deseado tomar ahora y siempre sin importar nada, como se escucha por Italia “el fin justifica los medios”, si es así entonces entrar a la casa de “dios” también es justificado aun cuando no creamos en él, solo por los condicionamientos de la sociedad, así que no hay pecado cuando no solo lo hace por obligación y diversión mal sana ¿verdad?.
8 pm
La noche avanza lento pero segura y para la culminación de las fiestas religiosas, la santa iglesia anuncia la primera de las misas nocturnas, las mugrosas campanas comienzan a sonar su propósito ahuyentar a los malos espíritus y atraer a las buenas almas que desean religiones y falsas esperanzas de un salvado y una fe que no les dará nada solo dolor; un hombre se levanta, el burdel estaba como siempre agitado, había pasado la noche ahí con dos zorras, aquellas mujeres una estaba atada y la otra tenía sus manos atadas a la cama, la ropa tirada con la habitación envuelta en un aroma tan sexual que a una monja le haría caer sus enaguas, salió de ahí con la chaqueta a medio poner, la corbata cerrada a la mitad y sobre todo los botones superiores de la camisa abiertos, un cigarro entre los labios abandona aquel lugar caminando a pasos lentos por las calles empedradas, hasta llegar a la iglesia y ver como entra una tras otra y tras otra aquellas bellezas de la creación, con sus vestidos tan ajustados que muestran más de lo que quieren ocultar, esos labios apetitosos con sus ojos tan llenos de "fe" con esperanzas de redimir los pecados de la juventud y el matrimonio.
El cigarro cayó al suelo para su encuentro fue el zapato apagándolo en la muerte por completo, entró aquel hombre a la “Casa de Dios” con más lujos que la ningún otro monarca, siguió encantando a aquellas bellezas que se dignaban a ponerse de rodillas y rezar, solo con un pensamiento ¡Venid, Venid arrodíllate a mi y te daré la santificación más blanca y caliente que habrás probado en tu vida! Avanza mirando a todas esas “impías” cual jardín de cuerpos desnudos y sudorosos, se colocó tras de una jovencita de 16 años, alta, delgada con una piel tan delicada como la nieve se paró justo detrás y en un acertado intento se balanceo hacia adelante empujando aquel trasero juvenil y virgen contra su pelvis, la joven como era de esperarse reacciono con sonrojo pero no se movió y entonces la lengua de la serpiente comenzó su encanto, su labia y palabras subidas de tono provocaron que la jovencita se moviera en su lugar para luego tomar la mano del cazador con pena y dolor, este sonríe y espera su cometido.
El sacerdote da la bendición de finalización de aquella misa, el hombre tira de la mano de la jovencita con un susurro ¡miénteles! ¿A quién? A los padres de ella, la muchacha con la mentira de confesarse se queda más tiempo, entones aquel encantador pecaminoso la toma para llevarla al confesionario, los gemidos, los gritos, golpes y más movimientos delatan que hay una follón se estaba armando, después de unas horas la joven sale media arreglada el vestido y con las bragas en el suelo dejándoselas como un obsequio al hombre, su virginidad ya fue tomada por aquel que ahora fuma un cigarro en el confesionario, como si fuera un sacerdote más, con la ropa media puesta y el pantalón a medio cerrar, cualquiera diría que con esa faena estaría cansado para irse a su casa pero al parecer alguna nueva jovencita en busca de ser la putita de este hombre siempre llega a confesarle sus pecados y ser encerrada en una jaula de torturas sexuales hasta convertirla en la mujer más puta y pecaminosa de todas.
Las iglesias deberían ser consideradas como parte arquitectónica de las ciudades, como los museos, que demuestre la evolución de pensamiento ideológico y religiosos de aquellos hombre que han conquistado todo lo que han deseado tomar ahora y siempre sin importar nada, como se escucha por Italia “el fin justifica los medios”, si es así entonces entrar a la casa de “dios” también es justificado aun cuando no creamos en él, solo por los condicionamientos de la sociedad, así que no hay pecado cuando no solo lo hace por obligación y diversión mal sana ¿verdad?.
8 pm
La noche avanza lento pero segura y para la culminación de las fiestas religiosas, la santa iglesia anuncia la primera de las misas nocturnas, las mugrosas campanas comienzan a sonar su propósito ahuyentar a los malos espíritus y atraer a las buenas almas que desean religiones y falsas esperanzas de un salvado y una fe que no les dará nada solo dolor; un hombre se levanta, el burdel estaba como siempre agitado, había pasado la noche ahí con dos zorras, aquellas mujeres una estaba atada y la otra tenía sus manos atadas a la cama, la ropa tirada con la habitación envuelta en un aroma tan sexual que a una monja le haría caer sus enaguas, salió de ahí con la chaqueta a medio poner, la corbata cerrada a la mitad y sobre todo los botones superiores de la camisa abiertos, un cigarro entre los labios abandona aquel lugar caminando a pasos lentos por las calles empedradas, hasta llegar a la iglesia y ver como entra una tras otra y tras otra aquellas bellezas de la creación, con sus vestidos tan ajustados que muestran más de lo que quieren ocultar, esos labios apetitosos con sus ojos tan llenos de "fe" con esperanzas de redimir los pecados de la juventud y el matrimonio.
El cigarro cayó al suelo para su encuentro fue el zapato apagándolo en la muerte por completo, entró aquel hombre a la “Casa de Dios” con más lujos que la ningún otro monarca, siguió encantando a aquellas bellezas que se dignaban a ponerse de rodillas y rezar, solo con un pensamiento ¡Venid, Venid arrodíllate a mi y te daré la santificación más blanca y caliente que habrás probado en tu vida! Avanza mirando a todas esas “impías” cual jardín de cuerpos desnudos y sudorosos, se colocó tras de una jovencita de 16 años, alta, delgada con una piel tan delicada como la nieve se paró justo detrás y en un acertado intento se balanceo hacia adelante empujando aquel trasero juvenil y virgen contra su pelvis, la joven como era de esperarse reacciono con sonrojo pero no se movió y entonces la lengua de la serpiente comenzó su encanto, su labia y palabras subidas de tono provocaron que la jovencita se moviera en su lugar para luego tomar la mano del cazador con pena y dolor, este sonríe y espera su cometido.
El sacerdote da la bendición de finalización de aquella misa, el hombre tira de la mano de la jovencita con un susurro ¡miénteles! ¿A quién? A los padres de ella, la muchacha con la mentira de confesarse se queda más tiempo, entones aquel encantador pecaminoso la toma para llevarla al confesionario, los gemidos, los gritos, golpes y más movimientos delatan que hay una follón se estaba armando, después de unas horas la joven sale media arreglada el vestido y con las bragas en el suelo dejándoselas como un obsequio al hombre, su virginidad ya fue tomada por aquel que ahora fuma un cigarro en el confesionario, como si fuera un sacerdote más, con la ropa media puesta y el pantalón a medio cerrar, cualquiera diría que con esa faena estaría cansado para irse a su casa pero al parecer alguna nueva jovencita en busca de ser la putita de este hombre siempre llega a confesarle sus pecados y ser encerrada en una jaula de torturas sexuales hasta convertirla en la mujer más puta y pecaminosa de todas.
Alekshandro Del Piero- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/11/2012
Localización : Bajo las faldas de alguna mujer haciendola gritar de placer
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Cuando aprendes una lección, no puedes volver a repetirla.
La aprendes y punto. No vuelves a repetir el pecado si no hay tentación de por medio…
No era lo que se decía una chica especial o que tuviera encanto. Sí, mi hermano, aquel que era siempre bueno y paciente conmigo, demostró que estaba equivocada, pero con la poca gente con la que me cruzaba apenas me decían cosas que fueran de agrado alguno, mi hermano decía que eran simples habladurías de la gente, envidia hacia alguien que le sale todo bien.
“….Recuerda Anny, que los que te tengan envidia son tus triunfos que obtienen sus frutos y tú te alimentas de ello…” “Los frutos de tus esfuerzos, son el resultado de la envidia que la gente tiene hacia ti…”
¿En serio eso era así? A veces, lo pensaba, me miraba al espejo, intentando convencerme a mí misma de lo que veía y no era así. Veía a una muchacha con pocas cualidades de poder seguir adelante, una muchacha que estaba siempre viviendo a espaldas de su hermano, siendo protegida de alguien del cual nunca le quería contar. Mis cabellos castaños contrastaban con mi pálida y enfermiza piel de leche, mis ojos azules como el inmenso océano, observaban a una muchacha en el espejo que estaba perdida entre tinieblas y más pesadillas. Las pesadillas eran obras del diablo que me llevaban a soñar despierta, a no querer dormir para no encontrarme con… seguramente una visión del diablo que se reflejaba en mi mente CADA noche.
El diablo es el ser más bueno en su trabajo para llevar a sus víctimas hasta que se reúnen con el verdugo. Entonces, ¿De qué entiende el diablo?
Sueños que no son pesadillas pero que a su vez sí lo son, en ellos se reflejan como una sombra de profundos ojos grises que me miran fijamente mientras veo que el índice y el pulgar de su diestra hacen cierta fricción sobre su mentón, me muerdo el labio inferior, escucho esos jadeos que me imagino que tendría observándole, queriendo que esos dedos se deslizaran por otra zona que no fuera su mentón, la sentencia que me llegaría si esas manos que son obras del diablo, recorriéndome cada parte de mi cuerpo, sacándome los más profundos y oscuros deseos de mi alma, lagrimas aceitosas que salen de los poros de mi piel. Estoy a su merced, en mis noches son sus juegos donde toman forma, donde toma aquellas manos y las maneja a su antojo por mi cuerpo, dejándome a su merced, dejándome indefensa con lo que no puedo seguir siendo a voluntad una persona coherente y con sentido común, dejándome a manos de Loki, de aquel que desafió el juego, de aquel quien lo empezó todo.
Debo ser fuerte, pero debo confesarme…estos pensamientos deben acabar, debo de dejar de atormentarme, debo de querer terminar lo que él ha empezado, con mi hermano de mi lado podría ser fuerte, ser alguien que pueda defenderse sola, no caer una y otra vez en las artimañas del diablo.
El agua estaba fría. Salí lentamente de ella con cuidado de no tropezarme con mis pies de pato, ya me vestía, con ropas oscuras para poder pasar desapercibida, Ricardo decía que eran para protegerme. Se lo agradecía. En verdad, me gustaba que se ocupara de mi vestuario, no tenía sentido del estilo y menos de cómo o donde iba puesto cada cosa. Estábamos solos, no teníamos a nadie que a nosotros mismos y solamente nos ocupábamos del uno del otro, durmiendo en diferentes lugares de nuestra pequeña mansión. Ricardo aparte de trabajar en secreto para el clan, hacia donaciones para la iglesia, daba misa en alguna capilla por varias semanas, volvía sonriendo y con mucho dinero bajo el brazo o a cada lado de las cargas de los caballos que llegaban consigo. Tenemos buena posición, y buena reputación.
¿Por qué tentar a derrocar tan buena suerte?
No tenía en cuenta de que mi hermano me seguía estando en su “otra” forma. Me sentía segura con el cachorro entre mis piernas y mis hombros, protegiéndome de todo mal, siempre salíamos así, cada vez que quería una intimidad, siempre era en su ciclo cuando le tocaba ser lo que nos tocaba por turnos. Así lo dijo el clan, así lo hacíamos-Buscaré refugio…en el saber del sacerdote en el confesionario….-murmuré observando el pelaje de la transformación de mi hermano, en el umbral de la catedral. Con paso decidido voy, directa y decidida por una vez en el día, al otro lado del confesionario inclino una rodilla después la otra. Estoy arrepentida por mis pensamientos. Quisiera empezar con mañanas o bellos sueños como cualquier chica normal.
La aprendes y punto. No vuelves a repetir el pecado si no hay tentación de por medio…
No era lo que se decía una chica especial o que tuviera encanto. Sí, mi hermano, aquel que era siempre bueno y paciente conmigo, demostró que estaba equivocada, pero con la poca gente con la que me cruzaba apenas me decían cosas que fueran de agrado alguno, mi hermano decía que eran simples habladurías de la gente, envidia hacia alguien que le sale todo bien.
“….Recuerda Anny, que los que te tengan envidia son tus triunfos que obtienen sus frutos y tú te alimentas de ello…” “Los frutos de tus esfuerzos, son el resultado de la envidia que la gente tiene hacia ti…”
¿En serio eso era así? A veces, lo pensaba, me miraba al espejo, intentando convencerme a mí misma de lo que veía y no era así. Veía a una muchacha con pocas cualidades de poder seguir adelante, una muchacha que estaba siempre viviendo a espaldas de su hermano, siendo protegida de alguien del cual nunca le quería contar. Mis cabellos castaños contrastaban con mi pálida y enfermiza piel de leche, mis ojos azules como el inmenso océano, observaban a una muchacha en el espejo que estaba perdida entre tinieblas y más pesadillas. Las pesadillas eran obras del diablo que me llevaban a soñar despierta, a no querer dormir para no encontrarme con… seguramente una visión del diablo que se reflejaba en mi mente CADA noche.
El diablo es el ser más bueno en su trabajo para llevar a sus víctimas hasta que se reúnen con el verdugo. Entonces, ¿De qué entiende el diablo?
Sueños que no son pesadillas pero que a su vez sí lo son, en ellos se reflejan como una sombra de profundos ojos grises que me miran fijamente mientras veo que el índice y el pulgar de su diestra hacen cierta fricción sobre su mentón, me muerdo el labio inferior, escucho esos jadeos que me imagino que tendría observándole, queriendo que esos dedos se deslizaran por otra zona que no fuera su mentón, la sentencia que me llegaría si esas manos que son obras del diablo, recorriéndome cada parte de mi cuerpo, sacándome los más profundos y oscuros deseos de mi alma, lagrimas aceitosas que salen de los poros de mi piel. Estoy a su merced, en mis noches son sus juegos donde toman forma, donde toma aquellas manos y las maneja a su antojo por mi cuerpo, dejándome a su merced, dejándome indefensa con lo que no puedo seguir siendo a voluntad una persona coherente y con sentido común, dejándome a manos de Loki, de aquel que desafió el juego, de aquel quien lo empezó todo.
El me posee cada noche pero intento no ceder.
De esta noche no puede pasar.
De esta noche no puede pasar.
Debo ser fuerte, pero debo confesarme…estos pensamientos deben acabar, debo de dejar de atormentarme, debo de querer terminar lo que él ha empezado, con mi hermano de mi lado podría ser fuerte, ser alguien que pueda defenderse sola, no caer una y otra vez en las artimañas del diablo.
El agua estaba fría. Salí lentamente de ella con cuidado de no tropezarme con mis pies de pato, ya me vestía, con ropas oscuras para poder pasar desapercibida, Ricardo decía que eran para protegerme. Se lo agradecía. En verdad, me gustaba que se ocupara de mi vestuario, no tenía sentido del estilo y menos de cómo o donde iba puesto cada cosa. Estábamos solos, no teníamos a nadie que a nosotros mismos y solamente nos ocupábamos del uno del otro, durmiendo en diferentes lugares de nuestra pequeña mansión. Ricardo aparte de trabajar en secreto para el clan, hacia donaciones para la iglesia, daba misa en alguna capilla por varias semanas, volvía sonriendo y con mucho dinero bajo el brazo o a cada lado de las cargas de los caballos que llegaban consigo. Tenemos buena posición, y buena reputación.
¿Por qué tentar a derrocar tan buena suerte?
No tenía en cuenta de que mi hermano me seguía estando en su “otra” forma. Me sentía segura con el cachorro entre mis piernas y mis hombros, protegiéndome de todo mal, siempre salíamos así, cada vez que quería una intimidad, siempre era en su ciclo cuando le tocaba ser lo que nos tocaba por turnos. Así lo dijo el clan, así lo hacíamos-Buscaré refugio…en el saber del sacerdote en el confesionario….-murmuré observando el pelaje de la transformación de mi hermano, en el umbral de la catedral. Con paso decidido voy, directa y decidida por una vez en el día, al otro lado del confesionario inclino una rodilla después la otra. Estoy arrepentida por mis pensamientos. Quisiera empezar con mañanas o bellos sueños como cualquier chica normal.
Annette/Ricardo Pêre-Lach- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/11/2013
Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
El humo del cigarro al salir de la boca del cazador iba saliendo en pequeños agujeros, su habilidad con la lengua y boca no solo era para el sexo, juego o peleas, también para el cigarro. Todo relajado recostado sobre el sillón del sacerdote con el pantalón medio cerrado y las bragas de la jovencita sobre su aun duro miembro, con la sonrisa socarrona en sus labios de recién follado, su cabello alborotado y sobre todo su chaqueta en el suelo y la camisa abierta por completo, conclusión todo un desastre en apariencia.
Pero acaso a un hombre le importa lucir bien después de semejante follón en un lugar tan reducido y sobre todo cuando la putita que ahora tenía quería gritar y él se lo impedía cubriéndole la boca con la mano, amordazándola con su ropa y con sus medias le ataba las manos, sabía que la mujer lo recordaría toda su vida y cada noche desearía en sueños que le vuelva a hacer aquello, porque se lo hizo de una manera que pasaran tres días antes de que se pueda sentar correctamente, él lo sabía y suspiraba con el dolor de la joven y sus maldiciones y humectación cuando ella recuerde el porqué del dolor.
Cuando termina de dar la última calada de su cigarro el sonido del otro lado del confesionario le hace sentarse derecho –Joder- suelta la palabra mientras apaga el cigarro pero luego recuerda que no le puede ver el hombre o beata que este al otro lado así que decide jugar con la puritana que este –Decid pues hija cual son vuestras dolencias, que es lo que te aqueja por las noches, que pecados has cometido- sonríe dejando ahí pero en eso su mente llega la iluminación divina ¡oh gracias mi dios! Ríe socarronamente –Persígnate hija y dime, acaso te has visto en el espejo desnuda o has tocado su coño excitándote, has tenido sueños donde un hombre te folla sin control- murmura riéndose por lo bajo, pues sabía que aquello asustaría a la jovencita, peor a él lo que hizo ese juego en él fue el estrago de ponerlo más duro.
¡Mierda…se me puso dura otra vez!
¡Doble mierda, espero que sea una jovencita y atarla en el altar!
¡Triple mierda, debo dejar de pensar y seguir jodiendo a la beata o mejor largarme al burdel a follarme a una zorra!
Quería salir pero en eso le llego el aroma de perro mojado, así que eso indicaba que no era una mujer sino quizás un hombre, mientras la personas tras la cortina se persignaba y rezaba el abrió la puerto, claro que sin arreglarse la ropa, o sea iba con pantalones abiertos mostrando su miembro erecto, su camisa abierta, en su diestra llevaba su arma y no es su miembro, no, era su revolver, con el gatillo hacia atrás listo para dejarlo caer lanzando una bala de plata, cuando abre la puerta del que debe estar rezando.
-Alto maldito pulgoso, que querías cogerme con los pantalones abajo follando, para que me des el tiro de gracia, no lo creo, y si fuera así mira que salió el tiro por la culata- solo vio un cuerpo delgado con una capucha cubriéndole por completo, no le dio tiempo a reaccionar le tomo de esta y lo sacó de ahí tirándole al suelo apuntándole al rostro.
¿Acaso nadie escuchaba nada? Ya estaba siendo tarde y estaban todos en sus oficios matutinos y por ende en sus labores sacerdotales, como cogerse a una monja o follar a jovencitas tontas. Daba igual el fin era el mismo.
Pero acaso a un hombre le importa lucir bien después de semejante follón en un lugar tan reducido y sobre todo cuando la putita que ahora tenía quería gritar y él se lo impedía cubriéndole la boca con la mano, amordazándola con su ropa y con sus medias le ataba las manos, sabía que la mujer lo recordaría toda su vida y cada noche desearía en sueños que le vuelva a hacer aquello, porque se lo hizo de una manera que pasaran tres días antes de que se pueda sentar correctamente, él lo sabía y suspiraba con el dolor de la joven y sus maldiciones y humectación cuando ella recuerde el porqué del dolor.
Cuando termina de dar la última calada de su cigarro el sonido del otro lado del confesionario le hace sentarse derecho –Joder- suelta la palabra mientras apaga el cigarro pero luego recuerda que no le puede ver el hombre o beata que este al otro lado así que decide jugar con la puritana que este –Decid pues hija cual son vuestras dolencias, que es lo que te aqueja por las noches, que pecados has cometido- sonríe dejando ahí pero en eso su mente llega la iluminación divina ¡oh gracias mi dios! Ríe socarronamente –Persígnate hija y dime, acaso te has visto en el espejo desnuda o has tocado su coño excitándote, has tenido sueños donde un hombre te folla sin control- murmura riéndose por lo bajo, pues sabía que aquello asustaría a la jovencita, peor a él lo que hizo ese juego en él fue el estrago de ponerlo más duro.
¡Mierda…se me puso dura otra vez!
¡Doble mierda, espero que sea una jovencita y atarla en el altar!
¡Triple mierda, debo dejar de pensar y seguir jodiendo a la beata o mejor largarme al burdel a follarme a una zorra!
Quería salir pero en eso le llego el aroma de perro mojado, así que eso indicaba que no era una mujer sino quizás un hombre, mientras la personas tras la cortina se persignaba y rezaba el abrió la puerto, claro que sin arreglarse la ropa, o sea iba con pantalones abiertos mostrando su miembro erecto, su camisa abierta, en su diestra llevaba su arma y no es su miembro, no, era su revolver, con el gatillo hacia atrás listo para dejarlo caer lanzando una bala de plata, cuando abre la puerta del que debe estar rezando.
-Alto maldito pulgoso, que querías cogerme con los pantalones abajo follando, para que me des el tiro de gracia, no lo creo, y si fuera así mira que salió el tiro por la culata- solo vio un cuerpo delgado con una capucha cubriéndole por completo, no le dio tiempo a reaccionar le tomo de esta y lo sacó de ahí tirándole al suelo apuntándole al rostro.
¿Acaso nadie escuchaba nada? Ya estaba siendo tarde y estaban todos en sus oficios matutinos y por ende en sus labores sacerdotales, como cogerse a una monja o follar a jovencitas tontas. Daba igual el fin era el mismo.
Alekshandro Del Piero- Cazador Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
-¡Agh! –La bella doncella en la que me había convertido esa noche para confesar mis sueños y dejar quieta mi mente para poder dormir tranquila, había terminado en una imagen bastante desastrosa al fin y al cabo. Pude ver como mi hermano en su “otra” forma se me acercaba para poder ponerse entre aquel hombre que… -¡AH! –Me tape los ojos con el rubor en mis mejillas. Aquel desdichado iba sin abrochar de la mayoría de su ropa, iba prácticamente desnudo y casi mostrando sus partes ejecutoras para lo que llaman sexo y para lo que yo vine a confesarme. Estaba detrás de aquel peludo cuerpo animal en el que era mi hermano, estaba pendiente en si ese desdichado me haría daño, pero creo que me lo hizo.
Me dolía la muñeca derecha un poco, tan solo un poco, lo suficiente como para saber que me había hecho un golpe –No...Fangor…Quieto…-Tome del pelaje de mi hermano transformado en bestia, llamándole por su nombre de pila cuando estaba transformado, tiraba de su pelaje oscuro como la noche hacia mí protegiéndole de aquella persona que poco había cuidado de su imagen. Los ladridos que daba Ricardo, eran bastante alarmantes y un sacerdote se estaba acercando a nosotros para ver por qué tanto alboroto.
Ay de mí, en el lio que se había formado en menos de un segundo. Pensé en quedarme quieta donde estaba mientras miraba hacia un lado, apartándola de aquel que no llevaba bien puestas sus vestimentas, pero de reojo, entre mis dedos vi esa mirada celeste que tanto se asemejaba a los que yo soñé todas estas noches - Debería vestirse...-Dije asustada y aun siendo protegida por el cuerpo peludo de mi hermano, estaba en buenas manos, ya nada podía pasarme en realidad. A no ser que el ser quien nos miraba fuera también parte de las sombras que también mi hermano y yo compartíamos, pero había tanto ego en sí mismo que no veía con claridad si era de fiar o no. De la excitación se había cegado en la soberbia, mostrándose sin impurezas, quedándose quieto mientras ambos compartíamos “casi” compartíamos miradas intensas llenas de confusión.
De repente, mi cuerpo se inflamo como cuando soñaba cada noche, inflamada de placer por él, inflamada de saber qué hacer con la humedad que sentía entre mis piernas sin quererlo en este mismo instante pero que inmediatamente me quise esconder lejos de aquel hombre del cual también desconocía su procedencia y su nombre. De algo podría estar segura, y era que algún sino tenía con aquel desdichado - ….Hombre desdichado de mala fortuna ¿Qué hacéis casi desnudo? –Mostré mi confusión plena y directa frente a aquel par de ojos azules que me miraba también con confusión, con confusión de no saber quién era.
En realidad no se ganó mucho mi afecto desde este primer momento.
Mi hermano me miraba fijamente a ver cuál era mi próximo movimiento, pero mi mirada celeste estaba en aquella persona que seguía mirándonos -…Vístese…-desvió mi mirada hacia un lado ocultándola de él, comenzando a levantarme con torpeza, sujetándose en los bancos de madera para poder subirme con firmeza. Una vez que estuve de pie, me quede mirando un poco distanciada de aquel hombre. Me quite la capucha que cubría mi rostro. Me mostré entera y mi mirada esta vez era fría, asustada.
Ahora yo quería saber, cuál era el movimiento de él.
Me dolía la muñeca derecha un poco, tan solo un poco, lo suficiente como para saber que me había hecho un golpe –No...Fangor…Quieto…-Tome del pelaje de mi hermano transformado en bestia, llamándole por su nombre de pila cuando estaba transformado, tiraba de su pelaje oscuro como la noche hacia mí protegiéndole de aquella persona que poco había cuidado de su imagen. Los ladridos que daba Ricardo, eran bastante alarmantes y un sacerdote se estaba acercando a nosotros para ver por qué tanto alboroto.
Ay de mí, en el lio que se había formado en menos de un segundo. Pensé en quedarme quieta donde estaba mientras miraba hacia un lado, apartándola de aquel que no llevaba bien puestas sus vestimentas, pero de reojo, entre mis dedos vi esa mirada celeste que tanto se asemejaba a los que yo soñé todas estas noches - Debería vestirse...-Dije asustada y aun siendo protegida por el cuerpo peludo de mi hermano, estaba en buenas manos, ya nada podía pasarme en realidad. A no ser que el ser quien nos miraba fuera también parte de las sombras que también mi hermano y yo compartíamos, pero había tanto ego en sí mismo que no veía con claridad si era de fiar o no. De la excitación se había cegado en la soberbia, mostrándose sin impurezas, quedándose quieto mientras ambos compartíamos “casi” compartíamos miradas intensas llenas de confusión.
De repente, mi cuerpo se inflamo como cuando soñaba cada noche, inflamada de placer por él, inflamada de saber qué hacer con la humedad que sentía entre mis piernas sin quererlo en este mismo instante pero que inmediatamente me quise esconder lejos de aquel hombre del cual también desconocía su procedencia y su nombre. De algo podría estar segura, y era que algún sino tenía con aquel desdichado - ….Hombre desdichado de mala fortuna ¿Qué hacéis casi desnudo? –Mostré mi confusión plena y directa frente a aquel par de ojos azules que me miraba también con confusión, con confusión de no saber quién era.
En realidad no se ganó mucho mi afecto desde este primer momento.
Mi hermano me miraba fijamente a ver cuál era mi próximo movimiento, pero mi mirada celeste estaba en aquella persona que seguía mirándonos -…Vístese…-desvió mi mirada hacia un lado ocultándola de él, comenzando a levantarme con torpeza, sujetándose en los bancos de madera para poder subirme con firmeza. Una vez que estuve de pie, me quede mirando un poco distanciada de aquel hombre. Me quite la capucha que cubría mi rostro. Me mostré entera y mi mirada esta vez era fría, asustada.
Ahora yo quería saber, cuál era el movimiento de él.
Annette/Ricardo Pêre-Lach- Licántropo Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Mujeres, siempre arruinan todo no hay nada en este mundo que no haya arruinado, fastidian el sexo, los orgasmos incluso joden cuando uno está tomando un baño o sale pensando siempre lo peor de las cosas “me engañas con esta zorra” creyendo cosas que no están y no son, pero vamos no se les puede culpas si dios les ha enviado con cerebro solo para consumir y creerse el puto centro del mundo, para ser folladas y nada más.
Tenía a aquel sujeto, no espera bro, no era un maldito sujeto, era una puta, que digo puta…una mujer de ojos claros y tez blanca, una jovencita de cuerpo no muy agraciado y por agraciado digo sin buenas tetas y culo, está en el común denominador o sea con medidas medianas, no eran montañas pero tampoco eran limoncitos, así que diremos que estaban entre manzanas tirando para naranjas, algo había ahí para divertirse, miré a la mujer con esa voz dulce y asustadiza, como un ratón, con un pensamiento ¡con esa boquita te la pondría a trabajar chupándomela!; el ladrido de un perro me sacó de mi ensimismamiento sexual apuntándole al perro justo en medio de los ojos, pero como siempre men, las mujeres arruinan un tiro perfecto a un animalejo de esos, la muchacha se metió entre mi tiro y ¿su cachorro?, guardé el arma arreglándome la camisa, fajándola en el pantalón para cerrarlo, como si aquí no hubiera pasado nada, subí el zipper, sonriendo cínicamente a la mujer.
-A la próxima tu perro lobuno tendrá una bala en la cabeza, así que mejor mándalo a tu casa o no respondo, ese lobo tendrá una plata en su sistema con todos sus sesos volando- sentencié cerrándome el botón del pantalón, pero no estaba normal, sentía una gran molestia ¡joder, otra vez, y solo por ver a esta putita sin gracia! Mi mente me regaño mientras evitaba que la mujer me viera otra vez y se diera cuenta que estaba duro nuevamente, gracias a su boquita y su cuerpo virginal, si men, tenía cuerpo de que nunca le han metido la polla por todos lados o un dedo para hacerla venirse entre gritos y atada a una mesa… mierda, me duele el miembro, se me está hinchando.
El sacerdote llego mirándonos a los tres integrantes, sonreí dando una calada a mi cigarro dejando el rastro del humo, el hombre santo pego un grito por lo que estábamos haciendo diciendo las mismas boberías de siempre “esta es la casa de dios, deben respetarla, no hacer actos impuros y no entrar con animales…no usar armas dentro de ella, no fumar, bla bla bla bla” lo bueno es que no sabe que folle de lo lindo con una zorrita virgen. Camine ignorando al hombre de fe, la mujer le miraba ¿arrepentida? Me reí por esa actitud –si quieres te acompaño a rezar, tu puedes rezar por tus pecados y los míos, pero primero deshazte de ese lobo antes que suceda una tragedia y te quedes sola por tu cuenta- murmura muy cerca de ella solo para que ella la oiga, va caminando hasta donde está el sacerdote, introduce su diestra en el bolsillo y saca un fajo de dinero, el sacerdote se contenta y hace como si el dinero no fuera importante, retirándose del lugar, avanzo hasta el altar, sentando en la primera fila, mirando las esculturas y cuadros religiosos.
-Y así es como el dinero corrompe hasta el espíritu más noble, no se diga el sexo, este puede hacer hasta al más puritano sonrojarse y desearlo, a la monja humedecer su sexo listo para ser saboreado por una lengua experta y ávida de ese néctar- aquellas palabras, aquel comentario lo dijo tan fuerte que por todo el lugar se escuchó ¿Qué buscaba? Era hacer ver que los pecados estaban hasta en la iglesia a donde van a rezar, otra calada al cigarro dejando escapar el aire de tabaco ¡coño, esa mujer me está poniendo más duro de lo que esperaba, quiero tenerla aquí ahora arrodilla frente a mi comiéndose mi polla hasta correrme dentro de ella y luego ponerla en el altar abrir sus piernas y saborear ese rio de excitación que debe cargar! Con el cigarro buscaba apaciguar sus deseos sus malos pensamientos.
No sabía porque su cuerpo reaccionaba así por una mujer sin muchos atributos descomunales, su mente no la recordaba o quizás si la vio pero nunca le tomó enserio...eso era algo que pronto iba a descubrir si es que la mujer quería y alejaba a su perro de su lado.
Tenía a aquel sujeto, no espera bro, no era un maldito sujeto, era una puta, que digo puta…una mujer de ojos claros y tez blanca, una jovencita de cuerpo no muy agraciado y por agraciado digo sin buenas tetas y culo, está en el común denominador o sea con medidas medianas, no eran montañas pero tampoco eran limoncitos, así que diremos que estaban entre manzanas tirando para naranjas, algo había ahí para divertirse, miré a la mujer con esa voz dulce y asustadiza, como un ratón, con un pensamiento ¡con esa boquita te la pondría a trabajar chupándomela!; el ladrido de un perro me sacó de mi ensimismamiento sexual apuntándole al perro justo en medio de los ojos, pero como siempre men, las mujeres arruinan un tiro perfecto a un animalejo de esos, la muchacha se metió entre mi tiro y ¿su cachorro?, guardé el arma arreglándome la camisa, fajándola en el pantalón para cerrarlo, como si aquí no hubiera pasado nada, subí el zipper, sonriendo cínicamente a la mujer.
-A la próxima tu perro lobuno tendrá una bala en la cabeza, así que mejor mándalo a tu casa o no respondo, ese lobo tendrá una plata en su sistema con todos sus sesos volando- sentencié cerrándome el botón del pantalón, pero no estaba normal, sentía una gran molestia ¡joder, otra vez, y solo por ver a esta putita sin gracia! Mi mente me regaño mientras evitaba que la mujer me viera otra vez y se diera cuenta que estaba duro nuevamente, gracias a su boquita y su cuerpo virginal, si men, tenía cuerpo de que nunca le han metido la polla por todos lados o un dedo para hacerla venirse entre gritos y atada a una mesa… mierda, me duele el miembro, se me está hinchando.
El sacerdote llego mirándonos a los tres integrantes, sonreí dando una calada a mi cigarro dejando el rastro del humo, el hombre santo pego un grito por lo que estábamos haciendo diciendo las mismas boberías de siempre “esta es la casa de dios, deben respetarla, no hacer actos impuros y no entrar con animales…no usar armas dentro de ella, no fumar, bla bla bla bla” lo bueno es que no sabe que folle de lo lindo con una zorrita virgen. Camine ignorando al hombre de fe, la mujer le miraba ¿arrepentida? Me reí por esa actitud –si quieres te acompaño a rezar, tu puedes rezar por tus pecados y los míos, pero primero deshazte de ese lobo antes que suceda una tragedia y te quedes sola por tu cuenta- murmura muy cerca de ella solo para que ella la oiga, va caminando hasta donde está el sacerdote, introduce su diestra en el bolsillo y saca un fajo de dinero, el sacerdote se contenta y hace como si el dinero no fuera importante, retirándose del lugar, avanzo hasta el altar, sentando en la primera fila, mirando las esculturas y cuadros religiosos.
-Y así es como el dinero corrompe hasta el espíritu más noble, no se diga el sexo, este puede hacer hasta al más puritano sonrojarse y desearlo, a la monja humedecer su sexo listo para ser saboreado por una lengua experta y ávida de ese néctar- aquellas palabras, aquel comentario lo dijo tan fuerte que por todo el lugar se escuchó ¿Qué buscaba? Era hacer ver que los pecados estaban hasta en la iglesia a donde van a rezar, otra calada al cigarro dejando escapar el aire de tabaco ¡coño, esa mujer me está poniendo más duro de lo que esperaba, quiero tenerla aquí ahora arrodilla frente a mi comiéndose mi polla hasta correrme dentro de ella y luego ponerla en el altar abrir sus piernas y saborear ese rio de excitación que debe cargar! Con el cigarro buscaba apaciguar sus deseos sus malos pensamientos.
No sabía porque su cuerpo reaccionaba así por una mujer sin muchos atributos descomunales, su mente no la recordaba o quizás si la vio pero nunca le tomó enserio...eso era algo que pronto iba a descubrir si es que la mujer quería y alejaba a su perro de su lado.
Alekshandro Del Piero- Cazador Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Que voz tan arrogante y tan familiar…..
Annette desde que no la escuchó, no le reconoció. Desde que no recordó donde vio esos ojos y escucho esa voz, no le reconoció. Era él, era aquel que había intentado violarla cuando fueron a matar a su padre que huyo, y el alma de su hermano pequeño que se había esfumado sin dejar rastro alguno tras haberle visto ser degollado y después, la ataron, la colgaron a la pared para casi-violarla, sino llega a ser porque su hermano Ricardo llego bastante cambiado de las guerras y detuvo a aquel ser arrogante y perdido del buen camino.
-¡T-tu!-Señalo al desconocido con una mirada feroz, llena de mal estar y simplemente queriendo fulminarle con la mirada, pero que apenas lo conseguía. Ella, un ser puro e inocente solamente tenía ojos para el buen camino, apenas conseguía siempre enfadarse por algo o con alguien. Estaba casi segura que era aquella persona que casi la viola en su casa. Miro al animal que aún estaba gruñendo en dirección hacia el desalmado que no tenía pudores en ir como iba, Annette solamente se acercó a su fiel y amado animal y le susurro que se vistiera, que se cambiara inmediatamente para no coger frio. Se preocupó de repente por él, pero al acercarse al perro y estar susurrándole, le dijo: “casi segura de que es el…” –Susurro lo bastante bajito para hacerle entender que era solamente un secreto más de muchos que tenían entre si, no se iba a detener en decirle lo que se le ocurriera y el hacía lo mismo con ella. También le contaba sus inquietudes y muchas cosas más.
Ahora aquel sujeto estaba a una distancia considerable de ella. Lo bastante lejos para que no la pudiera tocar. Su hermano transformado se alejó de ella para meterse dentro de las oficinas del sacerdote en donde tendría ropa lista para él. Su próxima ropa para que le confundieran con un cazador, -que no lo era- pero así tendría más posibilidades para el clan. Annette temía quedarse sola -…Her…por favor…no me dejes sola…-Rogo al animal que parecía acompañar al sacerdote dentro de la sala. Ahora el sacerdote, ya sabiendo de donde vienen Annette y Ricardo, los mantendrá a salvo, pero Annette, en su caso no estaba tan segura. Annette entonces, una vez sola en aquella iglesia mientras todos estaban rezando, sentados en las bancas de madera o rondando por la iglesia y orando, Annette simplemente estaba temblando más de lo habitual. Algo que le enseño su hermano:
“Cuídate la espalda”
Y eso haría, pero antes se dirigió hacia aquel chacal con la cabeza alta, pero justo cuando lo tuvo enfrente, levanto su mano para abofetearle, pero no hizo nada, no le pudo mirar enfadada más de cinco minutos, no pudo mantener su rostro elevado, aunque su mirada altiva la tuvo un poco -…Para que te enteres…tengo más cerebro que la muchacha que acabas de quitarle la virginidad, porque yo no me metería con un desgraciado como lo eres tu….-y ahora si encontró el valor para abofetearle en la mejilla derecha -…..Y tengo mejores cualidades que un cuerpo imperfecto…-murmuro nuevamente -….No tendré un cuerpo bonito, no tendré una belleza exquisita como la de una cortesana, pero tengo….-su voz se quebró de una sola vez cuando ella misma se abalanzo hacia esos labios de aquel maleducado, quería comprobar sus sueños, que se plasmaron en ese mismo instante que segundos después de que se disiparan de su mente, se separó de él, le volvió a abofetear en la cara -….Diablos…-se tapó la boca -…No debí decir eso…no debí decir eso…-murmuraba para sí misma-….¡Déjame en paz! –Ahora le empujo para mantenerlo lejos de ella, se volvió a poner la capucha de su capa y salió corriendo de aquella catedral, sintiendo en su estómago mariposas revolotear como cuando soñaba con una persona que apenas conocía.
Annette/Ricardo Pêre-Lach- Licántropo Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Osadas, atrevidas y malditas fieras, esas son las cualidades que algunas mujeres tratan de mantener aunque la verdad no son del todo ciertas ya que la realidad es otra a la que se plantean generalmente, porque le común denominador de las mujeres es hacerse las castas y puras pero en realidad son lo contrario son unas viles zorras por dentro y fuera, son solo eso, nada más no existe más en las mujeres que le haga a uno voltearse y mirarlas con decencia, si lo que buscan es calentar a las personas hombres o mujeres que vayan a su alrededor, y para muestra un botón, la jovencita que estaba frente al del Piero, se mostraba como una jovencita ruda y feroz, pero nada solo eran apariencias.
Del Piero miró a la mujer que le había abofeteado una vez, viéndola marchar, si ella pensaba que aquel cazador la iba dejar salirse con las suyas, se equivocaba completamente y más que eso, estaba cometiendo errores monumentales de mega escala con aquel que sus ojos ahora se mostraban oscuros, negros (alusión de enojo) enrojecidos como el mismo infierno, se acercó a la mujer dando zancadas amplias, la tomó del brazo haciendo que la capucha se le callera, alzó su diestra y le abofeteo a aquella cara fina y delicada de la mujer –Qué creíste, que por ser mujer no te iba a devolver el golpe, te equivocaste- la toma con ambas manos de los brazos zarandeándola –No creas que porque cargas vestido tendrás trato especial, en tus sueños - la besa en los labios devolviendole el beso que ella le arrebato y luego la empuja alejándola de él -Ya estamos a mano lady- se ríe arreglándose la ropa. Ahora estaba divertido, sus ánimos iban cambiando según lo que iba pensando de su acompañante
Si algo odiaba el cazador era que una mujer lo abofeteara, no le gustaba para nada aquello lo hacía enfurecer, le dio la espalda a la mujer sin importarle nada de ella, se pasó la mano por el cabello desesperado y entonces vio al hombre que salió con el sacerdote, sacó su arma y le apunto disparando acertando en el hombro del joven y entonces ahí el recuerdo de su memoria volvió.
AÑOS ATRÁS
Un hombre pago por la cabeza de dos lycans, un hombre y una mujer sentenciados a muerte por haber faltado a no sé qué, pero había contratado el servicio de Alek para matar a la mujer, la casa incendiada, el entrando y viendo a una joven en el suelo la tomó la despertó y trató de hacerla suya, con tal ya estaba condenada a la muerte y que mejor que evitar que muera virgen, pero antes llego un hombre y le golpeó la cabeza haciendo que perdiera la consciencia, de milagro sale de esa casa en Londres con la ayuda de su colega, ambos tuvieron que dar informe de que al lycan le habían informado de los movimientos y que alguien más se les había adelantado, los años pasaron y cada uno siguió con su vida.
Le miró al hombre lobo como sangraba –Te lo advertí que tu hermano no se meta, ya estoy harto de ustedes dos, gracias a su “actuaciones” casi nos cuesta la vida a mí y a mí…- calla, aguarda silencio mirando a todos lados, los pocos feligreses que estaban en la iglesia corrieron –Así que ustedes dos por aquí en Paris, eso es estúpido, pero bueno eso es otra cosa, y en cuento a ti niñata, no te tiene que importar con quien me acuesto y con quien no, a quien le quito la virginidad o no, o es que estas celosa de no ser tu a quien bese cada noche, a quien acaricie como se merece- guarda su arma caminando al altar con mirada siniestra –Vamos dile a tu hermanito, monjita lo que hiciste, que me besaste y luego insultaste en este lugar sagrado, aunque eso es solo para ti, porque de mi lado no lo es, es otro burdel más- masculla molesto.
Del Piero miró a los hermanos con una sonrisa maliciosa en su rostro, no le había hecho mucho daño al contrario solo le había disparado una bala normal no de plata –bien y entonces se van a ir de aquí como los perros que son, con las patas entre las piernas- se relamió el labio superior mirando intensamente a la mujer para que se humedeciera su sexo, porque lo que hacía alusión era sus labios y lengua sobre el sexo femenino degustándolo –O la hermanita va a pelear por el monje del hermano- ¡si nena, vamos sé que lo deseas, tu cuerpo se mueve se estremece deseando que lo toque, que lo explore que le haga llegar a los orgasmos más celestiales de todos, no me lo puedes negar! En su mente ese pensamiento va creciendo admirando el cuerpo de la mujer lentamente y aquel rostro sonrojado por la bofetada, imaginando su cuerpo de ese color rosa por las caricias intensas que él deseaba provocarle.
Estaba enojado, excitado, pero sobre todo estaba en su ambiente natural, tan él.
Del Piero miró a la mujer que le había abofeteado una vez, viéndola marchar, si ella pensaba que aquel cazador la iba dejar salirse con las suyas, se equivocaba completamente y más que eso, estaba cometiendo errores monumentales de mega escala con aquel que sus ojos ahora se mostraban oscuros, negros (alusión de enojo) enrojecidos como el mismo infierno, se acercó a la mujer dando zancadas amplias, la tomó del brazo haciendo que la capucha se le callera, alzó su diestra y le abofeteo a aquella cara fina y delicada de la mujer –Qué creíste, que por ser mujer no te iba a devolver el golpe, te equivocaste- la toma con ambas manos de los brazos zarandeándola –No creas que porque cargas vestido tendrás trato especial, en tus sueños - la besa en los labios devolviendole el beso que ella le arrebato y luego la empuja alejándola de él -Ya estamos a mano lady- se ríe arreglándose la ropa. Ahora estaba divertido, sus ánimos iban cambiando según lo que iba pensando de su acompañante
Si algo odiaba el cazador era que una mujer lo abofeteara, no le gustaba para nada aquello lo hacía enfurecer, le dio la espalda a la mujer sin importarle nada de ella, se pasó la mano por el cabello desesperado y entonces vio al hombre que salió con el sacerdote, sacó su arma y le apunto disparando acertando en el hombro del joven y entonces ahí el recuerdo de su memoria volvió.
AÑOS ATRÁS
Un hombre pago por la cabeza de dos lycans, un hombre y una mujer sentenciados a muerte por haber faltado a no sé qué, pero había contratado el servicio de Alek para matar a la mujer, la casa incendiada, el entrando y viendo a una joven en el suelo la tomó la despertó y trató de hacerla suya, con tal ya estaba condenada a la muerte y que mejor que evitar que muera virgen, pero antes llego un hombre y le golpeó la cabeza haciendo que perdiera la consciencia, de milagro sale de esa casa en Londres con la ayuda de su colega, ambos tuvieron que dar informe de que al lycan le habían informado de los movimientos y que alguien más se les había adelantado, los años pasaron y cada uno siguió con su vida.
Le miró al hombre lobo como sangraba –Te lo advertí que tu hermano no se meta, ya estoy harto de ustedes dos, gracias a su “actuaciones” casi nos cuesta la vida a mí y a mí…- calla, aguarda silencio mirando a todos lados, los pocos feligreses que estaban en la iglesia corrieron –Así que ustedes dos por aquí en Paris, eso es estúpido, pero bueno eso es otra cosa, y en cuento a ti niñata, no te tiene que importar con quien me acuesto y con quien no, a quien le quito la virginidad o no, o es que estas celosa de no ser tu a quien bese cada noche, a quien acaricie como se merece- guarda su arma caminando al altar con mirada siniestra –Vamos dile a tu hermanito, monjita lo que hiciste, que me besaste y luego insultaste en este lugar sagrado, aunque eso es solo para ti, porque de mi lado no lo es, es otro burdel más- masculla molesto.
Del Piero miró a los hermanos con una sonrisa maliciosa en su rostro, no le había hecho mucho daño al contrario solo le había disparado una bala normal no de plata –bien y entonces se van a ir de aquí como los perros que son, con las patas entre las piernas- se relamió el labio superior mirando intensamente a la mujer para que se humedeciera su sexo, porque lo que hacía alusión era sus labios y lengua sobre el sexo femenino degustándolo –O la hermanita va a pelear por el monje del hermano- ¡si nena, vamos sé que lo deseas, tu cuerpo se mueve se estremece deseando que lo toque, que lo explore que le haga llegar a los orgasmos más celestiales de todos, no me lo puedes negar! En su mente ese pensamiento va creciendo admirando el cuerpo de la mujer lentamente y aquel rostro sonrojado por la bofetada, imaginando su cuerpo de ese color rosa por las caricias intensas que él deseaba provocarle.
Estaba enojado, excitado, pero sobre todo estaba en su ambiente natural, tan él.
Alekshandro Del Piero- Cazador Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Ricardo sin más dejo sola a su hermana por lo que sería unos instantes, solamente para poder curarse la herida que afligía en su hombro. Cuando Annette se quedó a solas con aquel tipo que estaba comenzando a convencerse de que estaba equivocada y de que era el mismo demonio quien tenía delante, ella, estando en el suelo descubrió que en algún momento podría estar atrapada y sin vuelta atrás. Tendría que escapar, pero ¿Cómo? Tenía la visión de un hombre que parecía la apariencia del príncipe de las tinieblas, haciendo que recordara los sueños aquellos que tenía muy a menudo sobre su lecho, haciendo que se despertara a mitad de la noche, medio excitada si se le podía llamar a la humedad que albergaba en su sexo…y solamente por la visión de unos bellos ojos grises azulados que le quitaban el aliento, dejándola helada y por muy irreales que fueran sus sueños, parecían que fueran de verdad todas aquellas caricias que sobre su cuerpo soñaba cada noche. Era extraño ya que cada vez lo notaba mucho más real.
-….¿Porque nos haces tanto mal? No te hemos hecho nada y si te he golpeado es para que veas la realidad y te alejaras de la irrealidad por la que te dejas arrastrar cada vez que ves el cuerpo bonito de una mujer….-Dijo todo aquello mientras sus manos con disimulo hacían de palanca para que ella pudiera avanzar hacia atrás, pudiera estar pendiente de alejarse de aquel hombre del cual comenzó a asustarse de sobremanera.
Annette escucho antaño que quien soñara con algo más de una vez, aquellos sueños se volvían realidad. Esperaba que fuera una metáfora o un dicho cuando se refería a los sueños materiales o de trabajar en algún oficio importante y no a los sueños que tenía en mente. Mas para su calvario seria la maldición de tener que soportar a un tipo como aquel, tan arrogante, tan déspota y violento tanto con sus manos como con su vocabulario. A Annette no le caía nada bien por el momento y aun se preguntaba si su hermano estaba teniendo dificultades o le habría pasado algo. Fue levantándose entonces mientras miraba al extraño y se sujetaba en la madera de los bancos, desvió su rostro para terminar yendo corriendo hacia la puerta por donde se metió su hermano.
-….¡Ricardo! ¡Ábreme! –Grito exigiendo que le abriera la puerta, pero esta no se abría. Comenzó a asustarse, pero cuando quiso tomar el pomo de la puerta en su poder, notó como el sacerdote que había sido chantajeado anteriormente por aquel chacal le tomaba de la mano, tiraba de ella lejos de la puerta y la tiraba sobre el cuerpo del extraño del cual quería alejarse- ….¡Pero padre! –Termino dirigiéndose a aquel sacerdote, cura o en su propio ámbito, su consejero que le habían servido a ambos hermanos –No! ¡NO ME DEJE! –Dijo cuando tenía las esperanzas de ser rescatada de aquel extraño, pero cuando ya quiso alejarse de él, la habitan tomado por la cintura, impidiéndola escapar. Su mirada azul se cruzó con la ajena que eran del mismo color que el de sus sueños, que el de sus “fantasías” que siempre pensaba que eran pesadillas en todo su esplendor.
-….¿Porque nos haces tanto mal? No te hemos hecho nada y si te he golpeado es para que veas la realidad y te alejaras de la irrealidad por la que te dejas arrastrar cada vez que ves el cuerpo bonito de una mujer….-Dijo todo aquello mientras sus manos con disimulo hacían de palanca para que ella pudiera avanzar hacia atrás, pudiera estar pendiente de alejarse de aquel hombre del cual comenzó a asustarse de sobremanera.
Annette escucho antaño que quien soñara con algo más de una vez, aquellos sueños se volvían realidad. Esperaba que fuera una metáfora o un dicho cuando se refería a los sueños materiales o de trabajar en algún oficio importante y no a los sueños que tenía en mente. Mas para su calvario seria la maldición de tener que soportar a un tipo como aquel, tan arrogante, tan déspota y violento tanto con sus manos como con su vocabulario. A Annette no le caía nada bien por el momento y aun se preguntaba si su hermano estaba teniendo dificultades o le habría pasado algo. Fue levantándose entonces mientras miraba al extraño y se sujetaba en la madera de los bancos, desvió su rostro para terminar yendo corriendo hacia la puerta por donde se metió su hermano.
-….¡Ricardo! ¡Ábreme! –Grito exigiendo que le abriera la puerta, pero esta no se abría. Comenzó a asustarse, pero cuando quiso tomar el pomo de la puerta en su poder, notó como el sacerdote que había sido chantajeado anteriormente por aquel chacal le tomaba de la mano, tiraba de ella lejos de la puerta y la tiraba sobre el cuerpo del extraño del cual quería alejarse- ….¡Pero padre! –Termino dirigiéndose a aquel sacerdote, cura o en su propio ámbito, su consejero que le habían servido a ambos hermanos –No! ¡NO ME DEJE! –Dijo cuando tenía las esperanzas de ser rescatada de aquel extraño, pero cuando ya quiso alejarse de él, la habitan tomado por la cintura, impidiéndola escapar. Su mirada azul se cruzó con la ajena que eran del mismo color que el de sus sueños, que el de sus “fantasías” que siempre pensaba que eran pesadillas en todo su esplendor.
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Quiero que tu mundo empiece y acabe conmigo.
La vida religiosa siempre es tan aburrida, del Piero la conocía bien, tantos años encerrado en el sótano de la santa madre iglesia con los gritos desgarradores de los torturados y él atado a la pared con grilletes recordando a aquella bruja que lo vendió, aquella mujer que fue su perdición, de la que se enamoró de joven y ahora solo despreciaba, y el resto de mujer que pasaron por sus manos torturándolas de placer por días, semanas, meses y hasta años con un contrato de exclusividad con él, aunque una escapó de sus garras corruptas él la encontraría y acabaría lo que inició.
Con el humo entre los labios siendo despedido lentamente, el cigarro al piso aun con el resto de fuego en la colilla, ignoró a la mujer mientras aquel “caballero” seguía admirando las obras religiosas tan hermosas y celestiales, con una sonrisa lobuna, su diestra acomoda su corbata, camisa y pantalón, caminando de nuevo hasta la puerta de salida, pero no sale se queda sentado en le ultima banqueta mirando hacia el altar imaginándose cosas y figuras extrañas.
-No te deje qué?, tranquila no voy a tocarte, además en Paris hay mujeres más hermosas y deseables que tu que eres solo una virginal que se hace la santa- suspira casi recostándose sobre aquel asiento levantándose lentamente hasta ir donde la joven que golpeaba la puerta, si había algo que del Piero odiara más era el ruido que se provocaba en el silencio de su mente, cuando alguien irrumpía su mente con ruidos ensordecedores, y la joven lo estaba haciendo, la tomó de la cintura para girarla y enfrentarle a él, ambas manos bajaron rápidamente por el cuerpo jovial hasta tomarle de las caderas, pego su ingle contra la de ella inmovilizándola recargando todo el peso de su cuerpo sobre el de la joven y le tomó los labios con los propios, un beso pasional pero salvaje metiendo la lengua en la boca de ella tocando la gemela en una danza muy erótica acompasada.
Antes de darle tiempo a que la mujer le mordiera la lengua o los labios se separó de ella alisando sus cabellos y ajustando más la corbata quedando como un gentleman –Bien el beso ha sido devuelto, ya que me lo has robado tu primero, además esto no se volverá a repetir, como has dicho no soy de tu agrado y créeme, tengo demasiadas cosas en que me pensar y trabajar que ponerme a pensar en una niñita como tú, así que tranquila no habrá más de esos besos, si es que tú mismo no lo pides, ahora está en tus manos irte con tu bastardo hermano o quedarte y averiguar lo que en sueños debes haber visto- una sonrisa sardónica y regresa con sus pasos al confesionario cerrando la puerta del puesto del sacerdote dejando una sonrisa cálida en su rostro.
Alekshandro Del Piero- Cazador Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Hubo un momento en que le hubiera gustado echarle hacia atrás, pero él ya lo hizo por si solo cuando termino de besarla, de rozar sus labios y dejarse llevar por ese beso al que podría haber calificado como pasional. Nadie en la vida le había dado un beso así en su vida y justamente aquel hombre del cual aún desconocía su nombre. ¿Dónde se había metido? No le veía por ninguna parte, pero escuche como uno de los confesionarios se cerraban. ¿Estaría ahí? Querría hablar con el de varias cosas y dejarle claro que las cosas que él hacia estaban de más.
Con valentía sus pies se dirigieron hacia uno de los confesionarios, con una mano tomo el pomo de las puertas de madera y tiro, pero no se abrió dado que estaba cerrado-…. ¿Puede abrir? Hay cosas de las que quiero hablarle….-Sin más, suspiro y como veía que no le hacía nada de caso, fue de nuevo hacia la puerta tras la que se metió su hermano, pero alguien tiraba de ella. Cuando se dio la vuelta, aquel sacerdote que fue chantajeado, le ofreció una taza de “te” -…Gracias padre….-Pero cuando dio el primer trago, el segundo y el tercero, la taza cayó al suelo, haciendo añicos la porcelana y al lado el cuerpo inconsciente de Annette, dormido y sumiso ante las ordenes secretas que había recibido antes en papel entre los billetes que le dio aquel extraño de Piero.
La iglesia había sido desalojada y Annette había sido puesta sobre el altar de mármol alargado sin ni siquiera estar atada a la mesa. Se la veía tan sumisa mientras dormía, que el mismísimo Dios bajaría de los cielos para poder darle un beso de buenas noches.
El sacerdote se dirigió hacia el confesonario en el que estaba esperando de Piero seguramente a que Annette se le lanzara encima, pero en vez de eso, estaba el sacerdote -…..Está dormida sobre el altar como pedisteis en aquella nota…entre los billetes…mi señor….-Por mucho que le pesara, los candelabros de plata y demás adornos para la iglesia, no se obtenían solos. Tenían que comprarse a cambio de algo y el dinero era algo que ayudaba en demasía por esos días. Así que con aquello dicho, el sacerdote de aquella iglesia desapareció saliendo del confesionario, observando por última vez a la joven bella durmiente y con toda su pena del alma, desapareció del lugar, dejando como escenario de los nuevos infiernos a de Piero y a la pobre e inocente Annette.
Con valentía sus pies se dirigieron hacia uno de los confesionarios, con una mano tomo el pomo de las puertas de madera y tiro, pero no se abrió dado que estaba cerrado-…. ¿Puede abrir? Hay cosas de las que quiero hablarle….-Sin más, suspiro y como veía que no le hacía nada de caso, fue de nuevo hacia la puerta tras la que se metió su hermano, pero alguien tiraba de ella. Cuando se dio la vuelta, aquel sacerdote que fue chantajeado, le ofreció una taza de “te” -…Gracias padre….-Pero cuando dio el primer trago, el segundo y el tercero, la taza cayó al suelo, haciendo añicos la porcelana y al lado el cuerpo inconsciente de Annette, dormido y sumiso ante las ordenes secretas que había recibido antes en papel entre los billetes que le dio aquel extraño de Piero.
La iglesia había sido desalojada y Annette había sido puesta sobre el altar de mármol alargado sin ni siquiera estar atada a la mesa. Se la veía tan sumisa mientras dormía, que el mismísimo Dios bajaría de los cielos para poder darle un beso de buenas noches.
El sacerdote se dirigió hacia el confesonario en el que estaba esperando de Piero seguramente a que Annette se le lanzara encima, pero en vez de eso, estaba el sacerdote -…..Está dormida sobre el altar como pedisteis en aquella nota…entre los billetes…mi señor….-Por mucho que le pesara, los candelabros de plata y demás adornos para la iglesia, no se obtenían solos. Tenían que comprarse a cambio de algo y el dinero era algo que ayudaba en demasía por esos días. Así que con aquello dicho, el sacerdote de aquella iglesia desapareció saliendo del confesionario, observando por última vez a la joven bella durmiente y con toda su pena del alma, desapareció del lugar, dejando como escenario de los nuevos infiernos a de Piero y a la pobre e inocente Annette.
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Todos los planes que uno crea en la mente se suelen materializarse y otros no, pero para llevarlos a cabo se debe tener algo que es esencial en la regla, paciencia, sin la paciencia no se podrá realizar nada pues de esta se requiere para que todo vaya en marcha de lo que uno se proponga, si uno lleva a cabo algo con premura tienden a fallar lo que se planea, cayéndose estrepitosamente sin lograr éxito alguno más que solo avisar a quien se desea matar de que hay alguien tras de ellos.
Así piensa del Piero que con una sonrisa esperó con paciencia a que la beata de la lycana hiciera su movimiento, uno que estuvo conducido desde el principio desde que disparó a su hermano, todo era parte de su plan, no hay nada que él no haga que no salga conforme a lo pedido por su mente, así que ahora tocaba esperar a que su conejo blanco cayera por el hoyo, con el humo del cigarro saliendo de aquel confesionario, sus ojos no se abrieron, pero sus sentidos estaban bien abiertos, expectantes y erizados por completo, solo una palabra bastaría para que sus demonios se cumplieran.
Las horas van pasando hasta que el sonido de una puerta se escucha, es muy leve pero con el silencio de la tarde, se hace notar, luego los pasos de alguien que va presuroso caminando, pero con un peso sobre los hombros, el sonido de las cosas cayendo al suelo, de nuevo los mismos pasos saliendo con rapidez a cerrar otra puerta y por último el sonido del dueño de los pasos, un hombre santo que abre el confesionario del demonio, sus palabras lo animan y saca de su bolsillo del pantalón otro bajo de billetes entregando al sacerdote –Asegúrese que el hermano no venga ni me irrumpa o será su cabeza la que cuelgue de un alza- el santo varón corrió a su sacristía para cumplir lo ordenado, del Piero se quitó la corbata vendando los ojos de la joven, admiró su obra atada al altar, era un sacrificio de una virgen por el poder.
Luego de unos minutos, a sabiendas que la joven se despertaría pronto ató su corbata a los ojos de ella dejándola completamente ciega, tomó en el cáliz de la iglesia un poco de agua bendita de la pileta del altar y le arrojo gotitas al rostro de ella –Vamos, levántate, que no me gusta que estén casi muertas, no soy necrófilo y quiero que este lugar se inunde de tu canto de muerte- sonríe elegantemente jugando con el agua en el rostro de la joven y luego en su cuello hasta arrojar el contenido de la copa completamente sobre el busto pequeño de la joven mojando la tela, admirando su obra hereje.
Así piensa del Piero que con una sonrisa esperó con paciencia a que la beata de la lycana hiciera su movimiento, uno que estuvo conducido desde el principio desde que disparó a su hermano, todo era parte de su plan, no hay nada que él no haga que no salga conforme a lo pedido por su mente, así que ahora tocaba esperar a que su conejo blanco cayera por el hoyo, con el humo del cigarro saliendo de aquel confesionario, sus ojos no se abrieron, pero sus sentidos estaban bien abiertos, expectantes y erizados por completo, solo una palabra bastaría para que sus demonios se cumplieran.
Las horas van pasando hasta que el sonido de una puerta se escucha, es muy leve pero con el silencio de la tarde, se hace notar, luego los pasos de alguien que va presuroso caminando, pero con un peso sobre los hombros, el sonido de las cosas cayendo al suelo, de nuevo los mismos pasos saliendo con rapidez a cerrar otra puerta y por último el sonido del dueño de los pasos, un hombre santo que abre el confesionario del demonio, sus palabras lo animan y saca de su bolsillo del pantalón otro bajo de billetes entregando al sacerdote –Asegúrese que el hermano no venga ni me irrumpa o será su cabeza la que cuelgue de un alza- el santo varón corrió a su sacristía para cumplir lo ordenado, del Piero se quitó la corbata vendando los ojos de la joven, admiró su obra atada al altar, era un sacrificio de una virgen por el poder.
Luego de unos minutos, a sabiendas que la joven se despertaría pronto ató su corbata a los ojos de ella dejándola completamente ciega, tomó en el cáliz de la iglesia un poco de agua bendita de la pileta del altar y le arrojo gotitas al rostro de ella –Vamos, levántate, que no me gusta que estén casi muertas, no soy necrófilo y quiero que este lugar se inunde de tu canto de muerte- sonríe elegantemente jugando con el agua en el rostro de la joven y luego en su cuello hasta arrojar el contenido de la copa completamente sobre el busto pequeño de la joven mojando la tela, admirando su obra hereje.
Alekshandro Del Piero- Cazador Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
¿Por fin el diablo obtendría lo que quería? Probablemente no estaba segura de que consiguiera salir por sí misma, bien estaba atada a aquel altar en el que alguien roció el agua sagrada de la catedral sobre su cuerpo. Podía notar como sus pezones bajo el corsé de un grosor fino se erizaban resaltando un escalofrió por todo su cuerpo. No se quejó más, solo jadeaba intentando soltarse de sus pesadillas.
Se preguntaba para que propósito estaba ahí y finalmente se dio cuenta que estaba con los ojos vendados, listos para ser ocultados de los pecados que cometiera en aquel lugar -… ¿Hermano? –Pregunto asustada por lo que viniera a continuación -..¿Hermano, donde estás? –Temía a que su hermano hubiera desaparecido ya que no respondía a ninguna de sus preguntas.
Solo escuchaba el rechinar de unos zapatos de goma caminar a su alrededor, el tintineo de un cinturón. Sus manos tocaron lo que parecía una corbata que le vendaba los ojos, dispuesta estaba a quitársela hasta que escucho que se levantara. ¿No sería aquel hombre? ¿Aquel hombre…Qué quería de ella? –¿Qué quieres de mí? –Pregunto sin saber hacia dónde dirigir su mirada, tumbándose de medio lado en una dirección con el codo apoyado sobre la piedra del altar.
Escuchaba demasiado silencio, se tocó su cuerpo que estaba húmedo y noto la transparencia de la tela pegada a sus senos que seguramente estaría mostrando un manjar a la vista a quien la viera. Se tapó, con los dos brazos y sus piernas quedándose sentada en el altar, acurrucada en ella misma intentando que nadie la viera de ese modo, pero aun el silencio estaba presente en la catedral.
No escuchaba ninguna voz de sorpresa o nada que le alertara de que estaba acompañada. Se confió que estaba sola, intento bajar del altar, pero para cuando toco con los pies el suelo, se tropezó para chocarse contra un cuerpo duro, seguramente ejercitado y sus manos tocaban un torso que no estaba cubierto del todo por alguna prenda de ropa, pero no aparto de ahí sus manos, es más, termino por rodear el cuello de aquel cuerpo cuando subió sus manos, anclándose ahí mismo.
No se movió. No quiso seguir a ver qué era lo que o a quien se estaba agarrando. Extrañamente, las imágenes que siempre llegaban en sus sueños se reprodujeron en cuanto acerco su nariz al cuello de quien se estuviera agarrando. Su cuerpo lo acerco al ajeno sintiendo que su cuerpo humedecido se rozaba contra aquel torso desnudo. Otro jadeo salió de sus labios sintiéndolos extrañamente secos, se los lamio lentamente y enseguida sus manos comenzaron a buscar el rostro ajeno.
-…Por favor...ten rostro…-suplico para enseguida tocar una textura suave, blanda, sintiéndose inflamada de deseo por tocar aquello -..Dime que son tus labios lo que toco…-Subió su rostro como si le viera a la cara, sus manos seguían ahora tocándole su cara y ahora estaba por las mejillas que las notaba calientes. Deberían de estar enrojecidas.
Se preguntaba para que propósito estaba ahí y finalmente se dio cuenta que estaba con los ojos vendados, listos para ser ocultados de los pecados que cometiera en aquel lugar -… ¿Hermano? –Pregunto asustada por lo que viniera a continuación -..¿Hermano, donde estás? –Temía a que su hermano hubiera desaparecido ya que no respondía a ninguna de sus preguntas.
Solo escuchaba el rechinar de unos zapatos de goma caminar a su alrededor, el tintineo de un cinturón. Sus manos tocaron lo que parecía una corbata que le vendaba los ojos, dispuesta estaba a quitársela hasta que escucho que se levantara. ¿No sería aquel hombre? ¿Aquel hombre…Qué quería de ella? –¿Qué quieres de mí? –Pregunto sin saber hacia dónde dirigir su mirada, tumbándose de medio lado en una dirección con el codo apoyado sobre la piedra del altar.
Escuchaba demasiado silencio, se tocó su cuerpo que estaba húmedo y noto la transparencia de la tela pegada a sus senos que seguramente estaría mostrando un manjar a la vista a quien la viera. Se tapó, con los dos brazos y sus piernas quedándose sentada en el altar, acurrucada en ella misma intentando que nadie la viera de ese modo, pero aun el silencio estaba presente en la catedral.
No escuchaba ninguna voz de sorpresa o nada que le alertara de que estaba acompañada. Se confió que estaba sola, intento bajar del altar, pero para cuando toco con los pies el suelo, se tropezó para chocarse contra un cuerpo duro, seguramente ejercitado y sus manos tocaban un torso que no estaba cubierto del todo por alguna prenda de ropa, pero no aparto de ahí sus manos, es más, termino por rodear el cuello de aquel cuerpo cuando subió sus manos, anclándose ahí mismo.
No se movió. No quiso seguir a ver qué era lo que o a quien se estaba agarrando. Extrañamente, las imágenes que siempre llegaban en sus sueños se reprodujeron en cuanto acerco su nariz al cuello de quien se estuviera agarrando. Su cuerpo lo acerco al ajeno sintiendo que su cuerpo humedecido se rozaba contra aquel torso desnudo. Otro jadeo salió de sus labios sintiéndolos extrañamente secos, se los lamio lentamente y enseguida sus manos comenzaron a buscar el rostro ajeno.
-…Por favor...ten rostro…-suplico para enseguida tocar una textura suave, blanda, sintiéndose inflamada de deseo por tocar aquello -..Dime que son tus labios lo que toco…-Subió su rostro como si le viera a la cara, sus manos seguían ahora tocándole su cara y ahora estaba por las mejillas que las notaba calientes. Deberían de estar enrojecidas.
Annette/Ricardo Pêre-Lach- Licántropo Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
Y los dioses desataron la furia sobre los hombres por su desobediencia.
-Alek-
-Alek-
La voz cantarina de la mujer solo hizo que dejara salir una sonrisa muy macabra que el cazador Del Piero mostró, sus manos fueron directos a los brazos de ella llevándola de nuevo al altar, ahí la quería él y ahí la iba a tomar esta vez sin que nadie le irrumpiera, la levantó sentándola ahí ¡Joder pero si es tan joven que se rompería tan fácil, vamos rompámosla en miles de pedazos! , sus ojos recorrían el cuerpo inmaculado de la virgen que tenía entre manos hasta el punto de relamerse los labios como un lobo hambriento y entonces una idea se le cruzó por la mente, si la loba era ella ahora la muy descarada tendría que ser su caperucita atrevida y sensual y él su lobo feroz que la coma, y ella tendría que suplicarle que la devoré por completo hasta bañarla con el sudor de los dos.
No quería hablar, si hablaba sabía que ella se daría cuenta de quien era, así que solo se limitó a dejarla recostada sobre el altar, para caminar alrededor de este, los zapatos de Del Piero hacían eco contra la baldosa y entonces su diestra rozaba a penas en ciertos momentos la piel de los brazos, los cabellos, las mejillas, las piernas todo para extasiarla, la quería muy excitada que no pudiera más que pidiera las manos de él y le brindara un orgasmo solo con el simple roce.
Hay que preparar la carne antes de hincarle el diente
Debe estar a término medio, caliente y jugosa para que el deleite sea mejor
Debe estar a término medio, caliente y jugosa para que el deleite sea mejor
Y justo ahí cuando la tuvo tan agitada se acercó a su oído y dejó salir su voz, quería el horror de ella que gritara su nombre, lo recordara y lo odiara si era posible pero sobre todo que dijera que Alekshandro le quitó su doncellez y que nunca se olvidaría de ello que fue corrompida en un altar para un sacrificio religioso.
-Rostro tengo pero no debes verlo aún ¿quieres sentirlo?- estiro las manos hasta los pequeños senos joviales estrujándolos con fuerza, los movía circularmente con una delicadeza única, podía sentir esos pezones endureciéndose en su palma –Hmm mírate estas deseosa de que te deje ver, de que te haga cantar el coro de los infieles- suelta los senos para tomar los pezones y dar un leve tirón a ellos, un jadeo ronco salió de su garganta al hacerlo. Quería corromperla ya pero no, no era hora debía aguardar más y entonces una idea más se le vino a la cabeza. Las manos que se dedicaban a acariciar aquella carne trémula decidieron dar fin a la ropa fina y cara de la mujer rasgándola en el centro hasta el vientre dejando al descubierto su pálida piel, sus ojos se clavan en una cortinas, va donde ellas para tomar aquella cuerda que las mantiene cerradas y con ello ata las manos de la joven al altar junto con las piernas de ella, dejándola abierta y expuesta a él.
-Y ahora que te haré, te haré mía de una o te desquiciaré, creo que ya sé que hacerte- se relame los labios quedándose justo por las piernas de la joven para levantarle la falda mostrando sus bragas –Hmmm de encaje que delicia, querías que te haga el amor verdad, querías provocarme por eso las usaste- roza con el índice la línea de su sexo justo en su botón delicado por encima de la tela de aquella prenda –mojada ya está la tela- susurra acercando su rostro para lamer aquella tela humedeciéndola más, aparta la tela e introduce su dedo en la cálida intimidad de la loba –Oh vaya si eres virgen voy a disfrutar esto más que nunca- [/b] jadea moviendo su dedo dentro de ella.
Alekshandro Del Piero- Cazador Clase Alta
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Re: Efecto Mariposa +18 (Privado)
No tenía en mente o no sabia lo que estaba haciendo. No supe que estaba pasando cuando note que mis manos estaban atadas seguramente al altar. No me movía a los roces de aquellas manos que parecían deleitarse con sumo gusto hasta que note un dedo deslizarse dentro de mi interior. No, así no me lo había imaginado -…Parad por favor….Así no debe de ser esto…-Termino por rogarle que cesara con los movimientos pero al parecer quería seguir con el dedo ahí dentro.
Intentaba resistirme, no era como mi sueño, aquel que me trataba una persona de ojos azules con delicadeza y cuidado, que me mostraba lo dulce que seria estar con una persona y teniendo sexo si era preciso. Pero no era así…ni… -Agh! ¡Basta! ¡Así no me esperé esto! –Intente replicarle pero parecía no querer escuchar. Comencé a mover la parte de mi cuerpo que tenía libre, intentando rebajar la fuerza de las ataduras que tenia en mis manos y mis piernas, pero todo esfuerzo era inútil.
Desearía que mi hermano estuviera aquí.
Apartaría al desalmado que estaba tocando mi cuerpo y no me dejaba respirar tranquila entre los jadeos que me obligaba a sacar –basta por favor….-Pedía una y otra vez pero nunca conseguía que parase. Con habilidad, tenía los tobillos pequeños así que conseguí quitarme un zapato para poder sacar el pie y golpee el pecho de aquel, deje caer el otro zapato y como si no hubiera sido para mi, conseguí sacar los pies, pero vi que aun tenia las manos atadas.
Conseguí sentarme pero lo que hice después fue taparme para poder irme de aquel lugar, pero noté que era el altar, un sitio alto para mi -…..Déjame ir…te lo suplico…-Dije cubriendo mi pecho desnudo a falta de la ropa de mi vestido mientras al mismo tiempo mantenía las piernas cerradas para que no volviera a meterme mano. Quería irme a casa - ¿Dónde…Donde está mi hermano?-Pregunte sintiéndome ausente de su presencia. En estos momentos, el estaría cuidándome.
-¡¿Dónde está!? – Volví a gritar pero lo único que recibí a cambio fue silencio.
Intentaba resistirme, no era como mi sueño, aquel que me trataba una persona de ojos azules con delicadeza y cuidado, que me mostraba lo dulce que seria estar con una persona y teniendo sexo si era preciso. Pero no era así…ni… -Agh! ¡Basta! ¡Así no me esperé esto! –Intente replicarle pero parecía no querer escuchar. Comencé a mover la parte de mi cuerpo que tenía libre, intentando rebajar la fuerza de las ataduras que tenia en mis manos y mis piernas, pero todo esfuerzo era inútil.
Desearía que mi hermano estuviera aquí.
Apartaría al desalmado que estaba tocando mi cuerpo y no me dejaba respirar tranquila entre los jadeos que me obligaba a sacar –basta por favor….-Pedía una y otra vez pero nunca conseguía que parase. Con habilidad, tenía los tobillos pequeños así que conseguí quitarme un zapato para poder sacar el pie y golpee el pecho de aquel, deje caer el otro zapato y como si no hubiera sido para mi, conseguí sacar los pies, pero vi que aun tenia las manos atadas.
Conseguí sentarme pero lo que hice después fue taparme para poder irme de aquel lugar, pero noté que era el altar, un sitio alto para mi -…..Déjame ir…te lo suplico…-Dije cubriendo mi pecho desnudo a falta de la ropa de mi vestido mientras al mismo tiempo mantenía las piernas cerradas para que no volviera a meterme mano. Quería irme a casa - ¿Dónde…Donde está mi hermano?-Pregunte sintiéndome ausente de su presencia. En estos momentos, el estaría cuidándome.
-¡¿Dónde está!? – Volví a gritar pero lo único que recibí a cambio fue silencio.
Annette/Ricardo Pêre-Lach- Licántropo Clase Alta
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