Causa y efecto [privado]

Las ordenes del inquisidor eran clara, tenía que dar una vuelta y vigilar, hacia tiempo que había escapado un grupo de vampiresas, y andaban de puntillas con ese tema, y seguir el rastro era dificil, más había cambiado un poco la tactica mientra investigaba por París, buscando algo que complaciera al inquisidor, y de paso ganar unos cuantos puntos a favor del señor inquisidor para ganarse alguna libertad más, generalmente trabajaba sola, lo cual se sentía más comoda para trabajar más a su aire, tomandose su tiempo para investigar, la cambiante resultaba ser muy buena rastreadora, entre otros dones que tenía y que el inquisidor, había sabido sacar partido muy bien.
Habiendo dejado las cosas en la mansión salio a investigar de forma poco convencional, no quería llamar la atención, quería hacerlo de una forma más discreta, pasando má desapercivida, asi que rondaba por la ciudad pasando inadvertida totalmente, y buscando no dejarse ver andando por los oscuros callejones que componian algunos lados de la ciudad. Mientras se distraía observando a un gato callejero mientras se detenía buscando cruzar una simple conversación con él con la habilidad de telepatía con los animales.


Avanzaba raudamente de manera agil hasta que derrepente se detuvo cuando su muy agudo sentido del olfato captó resquicios de olor a vampiro, los diferenciaba a kilometros, le era un olor sumamente llamativo. La noche caía, pero el aroma no le engañaba, no venía de un vampiro, pero si no más bien uno que había olido antes, un rastro que debía seguir, apretó el paso para interceptarlo, manteniendose oculta por las sombras mientras sus ojos bicolor se plantaban en la figura que veía pasar, pero no iba solo, iba acmpañado por tres matones, asi que acercarse por las bravas no iba a ser tan sencillo como en un principio podía parecer, asi que les siguió mientras parecían dirigirse a la calle principal.


Más la cosa se puso mucho mas facil cuando este dió carta blanca a esos tres hombres para que se retirasen a sus respectivas casas dejandole solo, era hora de actuar, y lo mejor no era parecer una amenaza, o no hara una buena investigación, asi que hizo ruido entre unos cubos de basura, para llamar la atención del hombre que cuando se giró lo que vió fue un pequeño zorrito blanquecino, con un ojo miel y el otro azul cielo, que se acercaba cojeando de la patita delantera, con su peludo rabo entre las patas traseras y sus orejas agachadas como si tuviera miedo, acercandose como queriendole mostrar que le dolía la patita y que necesitaba ayuda, por hambre y frio, ahora solo quedaba probar que le gustaran los animales o tendría que cambiar la tactica, le miró como pidiendo ayuda y teniendo miedo al mismo tiempo.

el zorro blanquecino observaba al joven, sorprendentemente dulce para oler a vampiro e ir con matones, se inclinó a atenderle hablandola para ganarse su confianza, eso hizo que Xanandra sintiera recelo por tanta bondad en el joven, aunque igual podía ser fachada, de ser asi, la solución sería realmente facil, el adorable zorro pequeñito se cambiaria por un enorme lobo gris feroz y peligroso, pero de momento no lo haría tenía que espiar al joven y parecer una dulce mascota exotica sería muy util, de momento ese palido hombre parecía inusualmente emocionado por acariciar el suave pelaje, asi que la cambiante simplemente lo permitió, lo malo sería que se codease con demasiado sobrenatural que captase el aura, no había caido en aquello, pero igual esconderse si olía alguno sería una buena idea mientras trataba de investigar al joven, alzaba la pata como indicando que le dolía, más le sorprendió que quisiera buscar a alguien que entendiera de animales.


Más si tocaba interpretar gruñiria como si le doliese por un golpe en realidad y no una rotura, solo un poco de paripé que haría una buena fachada, de momento se dejó atrapar por el joven que la cogia en brazos, aunque si bien era verdad no estaba acostumbrada a ser cargada por nadie, no era algo que los inquisidores solieran hacer, y mucho menos Septimus, aunque si que la acariciaban cuando estaban en forma animal, sin embargo este humano era estrañamente cariñoso, al menos con las bestias, lo cual podría darle pistas de tocar sus puntos debiles y por donde coger al joven y tener esa maldita barra libre de espionaje en nombre de la santa sede,  no, en nombre de la santa sede no, en nombre de su amo.


Observó al joven cuando ya la tenía en brazos y en un comportamiento poco usual para ella buscó darle un par de lametazos, para seguir fingiendo ser la mascota perfecta,  como no se le habia ocurrido ponerse un collar para parecer la mascota perdida, bueno, quizá fuese mejor asi, de manera juguetona mordía un poco el borde de su ropa antes de soltarla sacudiendose , y volver a parecer una adorable mascota tranquila y poco peligrosa era lo mejor, cuanto más indefenso, mas se confiaria el humano, y no sabía hasta que punto había tratado con cambiantes, y estos solían ser con motivos en visión de Xamandra, muy desconfiados, asi que un zorrito cariñoso y jugueton no parecía dar el perfil habitual de un cambiante.
Más quizá debiera ir al grando, derrepente saltó de sus brazos cambiando en el aire a humana, quedando desnuda, pero aun asi golpeando el bastón para cogerlo ella y arrinconarlo contra la pared usando su bastón para presionar el cuello. -Buenas noches señor...-Dijo en tono seco.

La cambiante observaba al hombre olfateandole con intensidad y cuidado, para finalmente afloja el agarre soltandole mientras le mira recelosa y retira el bastón de su cuello. -No eres peligroso..-Dice la cambiante mirando el bastón y despues devolviendoselo, sabe que está cojo por sus palabras, más le observa con recelo, de manera fria, manteniendo sus ojos bi color clavados en el hombre, ciertamente lo que dijo no le pareció ninguna mentira, más bien de no ser por su aroma casi se plantearía si se confundió de objetivo, miraba al joven, asustadizo, de aspecto enfermizo, bajito.
Ella alzó las manos un segundo mientras le miraba de arriba abajo, mientras se cruzaba de brazos poniendose en una postura, para cubrir más los lados intimos de la femina. -Le sobre estimé pensaba que sería más hostil, teniendo en cuenta las compañías que usted frecuenta- Aclara la joven cambiante mientras le mira entrecerrando los ojos.


-Solo respondame a una pregunta y le dejaré con sus asuntos de matón.- Comenta con esa voz fria, sería mientras clava su mirada en él, dejandole un espacio de distancia para que el hombre no alegue ningún tipo de acoso por parte de ella, pues podía oler su estado de animo, y no era contento eso se notaba a la legua, más la cambiante le señalo.- Si hace algún movimiento que yo considere hostil...te aseguro que te haré daño.- Amenaza emitiendo un gruñido que no haria un zorro, si no un enorme lobo, más sabía que si ese tipo se ponía demasiado nervioso no le sería útil, y su intención era conseguir una infomación que a ella le resultaba valiosa para con su superior, un inquisidor contento implica que no va haber castigos.


-Bien, respondeme a una pregunta y me largaré pero aqui las paredes tienen ojos y oidos...vamos a una casa abandonada.- Comenta ella para volver a hacer el cambió frente a él, pero esta vez no es un zorro la forma, si no que cambia a una forma de una enorme bestia mitad perro, mitad lobo de ojos bicolor, le gruñe indicandole que ande antes de iniciar el camino hacía el sitio que ella considea más seguro, acercandose al hombre para asegurarse de que no intenta huir.