Buscando la paz en el bullicio (Libre)

por **Angeline Davies** Miér Dic 11, 2013 8:42 am

Aquella noche mis ojos estaban algo enrojecidos, había peleado nuevamente con mi madre en su desesperado intento por unirme a otro de sus pretendientes. El énfasis que dedicaba a tal búsqueda sería mas productiva para tantas cosas... pero no, estaba todo proyectado hacia mi y "mi" futuro, el cual obviamente ella creía que la incluía. Que al casarme con un individuo de gran poder adquisitivo, recibiría beneficios al extremo, pero ese no era mi plan, y lo sabia muy bien. Era por eso que en ocasiones trataba de endulzarme con regalos y hablar sobre lo bien que la pasaríamos juntas en una gran mansión. Seria un verdadera pesadilla...
Apenas me encerré en mi habitación ofendida, grité a los cuatro vientos que no quería verla hasta nuevo aviso, y no pasaron dos minutos que ya estaba escapando por la ventana. Podría escaparme por siempre, pero lamentaba el terrible destino que podría tener mi padre con ella solos y escuchando día y noche lo que podría haber sido si me hubiera casado. Se suicidaría de seguro.

En los callejones buscaba algún rostro conocido, me había hecho de algunas amistades en el ultimo tiempo para evitar tener conflictos en aquel barrio. Tener contactos me proporcionaba una seguridad que ya había sido útil en un par de ocasiones.
El aire se estaba tornando un tanto pesado a pesar del frío. Se sentía una humedad abrazadora, con un sin fin de aromas a putrefacción, a basura, a humanos... su piel sudorosa, el olor a sus cabellos duros, su sexo.. todo aquello mezclado en un solo respiro. Y prefería estar allí que en casa.

Tape mi nariz y boca tratando de esquivar el olor, lo cual era casi imposible. Aquella noche no veía a nadie familiar, acaso se acostaron todos temprano en la ciudad de la noche?

por **Dieter Philan** Jue Dic 12, 2013 3:57 pm

Otra noche en la luminosa ciudad de París, otra noche que Dieter debía pasar en la calle. Por supuesto aún no había recaudado suficiente dinero para rentar una habitación, aunque fuera en el lugar más miserable y sucio que se pudiera encontrar. Vistiendo su patética chaqueta negra, con los pantalones viejos y agujereados, los zapatos antiguos y aquel sombrero el cual cuida tanto, se podría decir que hasta más que a su propia vida; después de todo no hay mucha variedad, es el único juego de ropas que pudo comprar con su situación económica. Era una noche hermosa, de aquella que cualquiera disfrutaría... Cualquiera menos alguien como Dieter, el frío y la humedad que el ambiente emanaba se infiltraban por lo agujeros de su pantalón, provocando un ligero y molesto escalofrío que recorrería todo su cuerpo. Los callejones, tan oscuros como siempre, eran iluminados por un farol o dos cada más de cincuenta metros, por lo que la oscuridad era inevitable, sin embargo, las entradas y salidas de estos se iluminaban con la intensa luz que domina en las calles principales.

El viejo caminaba a paso acelerado, no soportaba el caminar sin rumbo por los callejones, y más si estos emanaban un detestable olor a basura y comida putrefacta.Además seguía teniendo las manías que tenía cuando vivía en Alemania y pertenecía al mundo de los ricos, entre ellas estaba la de estar alerta a cualquier momento que un ladrón pueda aparecer y asaltarlo, en estos momentos olvidaba la pobreza y la situación en la que se encontraba. Síntomas como estos expresaban el sentimiento de nostalgia y melancolía por su antiguo hogar. Dieter caminaba con la cabeza agachada, sin mirar hacia adonde, pensando donde pasaría la noche esta vez. De repente, su cuerpo impactó contra algo, perdió el equilibrio y finalmente cayó al suelo. No tardó más que unos segundos en levantarse, y al mirar al frente vio a otra persona, era una dama, sin embargo la reacción del viejo no cambió:-¡¿Acaso no ves por donde caminas?! - gritó hacia la mujer, ignorando que él había sido el verdadero culpable de aquel choque por no prestar atención al frente. Sacudió su chaqueta y aguardó a la respuesta de la señorita, sin embargo las expresiones que podían observarse en su rostro daban a entender la ira que este traía dentro.

por **Angeline Davies** Jue Dic 12, 2013 6:49 pm

Caminaba aun atenta por encontrar algo familiar, hasta que sentí un fuerte impacto que hizo que cayera sentada, afortunadamente, pero resintiendo mis muñecas que fueron las que se llevaron todo el peso del golpe. Tras maldecir suavemente y levantarme, sacudí mi ropa de aquella mugre y miré al fin hacia adelante para encontrarme con un hombre desaliñado, con ropas rotas que parecían mas bien trapos unidos de tantos agujeros. Esperaba una disculpa de aquel hombre, como correspondía si se tenia al menos una pizca de cordialidad, pero contrario a lo que creí, echó todo el peso de una furia contenida al parecer desde hacia un rato. Fue como un detonante para una avalancha de ondas negativas. Con solo una frase logro sacarme de mis casillas.

- Acaso no se da cuenta de lo que dice? - dije acercando una pie en su dirección - debería hablarme con mas respeto señor, no le he hecho nada malo, solo toparme con su despectiva presencia.

Al observarlo con mas detenimiento, los recuerdos vinieron a mi mente. Conocía a aquel hombre. Al menos lo había visto en alguna ocasión, pero no lograba descifrarlo. Era seguro que no lo había visto en las elegantes fiestas a las que asistía forzada, ni de las calles del centro... no... ya recordaba. Había visto algunas de sus presentaciones de magia. Era aquel mago al cual le había dado una buena suma de dinero sin mostrar del todo mi rostro como siempre. Si bien me encantaba dar dinero al que podía, intentaba evitar que vieran del todo mi rostro para que luego no pidieran que les diera mas cada vez que paseara por estos barrios. Nunca buscaba el reconocimiento...

- Te conozco - dije mas segura - Eres el mago que se presenta en la otra calle

por **Dieter Philan** Jue Dic 12, 2013 7:49 pm

Se trataba de una dama muy joven en relación al tiempo de vida que llevaba el brujo, una hermosa y valiente mujer de cabello oscuro que sin dudarlo le hizo frente al anciano, cuyas palabras habían sonado algo arrogante. Dio un paso al frente y dijo lo que pensaba, digna de admiración, pero con eso no logró calmar al viejo... Todo lo contrario, este se enfureció aun más: - ¿Qué me pasa? Que estoy caminando tranquilo y una cría como tu se mete en mi camino provocando que me caiga - dijo emanando ira de tan solo verlo. Dieter había pasado por un día bastante complicado, y este casual choque había sido la gota que rebalso el vaso de alguna manera... Sin embargo la joven no acabó ahí, tras pensar durante unos segundos dijo otras palabras: " Te conozco, eres el mago que se presenta en la otra calle ". Al escuchar estas palabras el brujo se calmo un poco, - ¿Mago?, ¿Dijo mago? - se pregunto así mismo en su mente comenzando a preocuparse por si habían descubierto su verdadera identidad. Por unos segundos quedo congelado, observando a la dama, sin emitir sonido ni movimiento. Cuando regresó a la realidad, sacudió un poco la cabeza y dijo: -¿Mago? ¿Has dicho mago? - esta vez en un tono más acordé a la situación, sonando como cualquier persona que se encuentre en sus cabales y no un lunático con ira - Vaya, si te refieres a ese patético show que realizo con mi títere por las tardes en la calle principal... Pues eso no es digno de ser llamado magia - agregó sin darle tiempo a responder a la señorita, intentando disimular los nervios que tenía al tratar el tema de la magia... Aunque no era sencillo evitar que un par de gotas de sudor cayeran por su sien.

- Por cierto, ¿Tu eres...? - preguntó por mera curiosidad, no acostumbraba preguntar los nombres de cada persona que se cruzaba al día, pero como este era un encuentro algo especial debido a las circunstancias, Dieter creyó necesario averiguar el nombre de la dama. Además de que con las palabras que había utilizado la mujer, existía alguna posibilidad de que esta hubiera descubierto la verdad sobre el brujo, y en este caso él no tendría más opción que encargarse de ella. Por más que él no sea una mala persona, correr el riesgo de que su secreto sea divulgado abriría la oportunidad de que terminara colgado en una horca, o ejecutado por los de la Iglesia... El mismo destino que había seguido su familia treinta años atrás.

por **Angeline Davies** Vie Dic 13, 2013 8:09 am

Algo no me olía bien, además del entorno apestoso en general.. pero en aquella situación había algo que no encajaba. Segundos antes aquel hombre había estallado en un cólera del cual hubiera esperado un golpe o al menos muchos mas insultos de los que expresó, pero tras reconocerlo y decir que era el "mago", algo cambio en sus ojos, pude notar como dejo de respirar por unos segundos y en la oscuridad brillaron un par de gotas de sudor por su frente que no concordaban con el clima. Definitivamente se había puesto nervioso, estaba alterado, algo de lo que dije o hice lo había convertido en un sumiso hombrecito que trataba de apaciguar las aguas.

Ciertamente con mago me refería al hecho de que además de realizar espectáculos en la calle, lograba acaparara la atención de todos. Su espectáculo no solo era de títeres, aquel espectáculo parecía tener vida en ocasiones, y eso lo volvía mágico. Tal vez mi inconsciente me traiciono haciéndome decir mago en vez de titiritero, pero estaba segura de que había pegado en el clavo con algo que no debía decir, con algo que él no quería que dijera.

Se torno aun mas extraño cuando preguntó mi nombre, pero le respondería solo con mi sobrenombre, no me haría daño decirlo, sin mi apellido no me localizaría. Mi curiosidad se había despertado y quería saber si podría descubrir que había pasado segundos antes. - Mi nombre es Ángel - dije cruzándome de brazos - y usted señor "mago" - dije balanceándome un poco sobre mis talones - cual es su nombre?

por **Dieter Philan** Vie Dic 13, 2013 9:34 am

¿Qué? ¿Tan solo dijo su nombre?, eso no era correcto de una dama... Pero quien era Dieter para hablar de cortesía cuando el mismo no demostraba respeto alguno por los demás, - ¿Solo Ángel? Que va, esperaba algo más... - dijo desconforme con la respuesta al escuchar el nombre poco antes que la señorita preguntara por el suyo, "y usted señor "MAGO"", - ¿Acaso lo hace a propósito? ¿Querrá que yo mismo se lo diga? - pensó el brujo durante unos segundos llenando su mente de paranoias, que seguramente todas eran productos de su imaginación y de una historia que posiblemente no tendría nada que ver con la realidad... Pero él creía que si, y no tuvo mejor idea que seguir engañando a la joven, ya que imaginó que era la única vez que la veía en la vida; y al no ser un hombre muy reconocido, no tendría porque cruzarse otra vez con ella. Suspiró para intentar calmarse antes de responder, estaba mucho más relajado que al principio del encuentro, - Soy Chris... ¿Sabes? Yo suelo recordar el rostro de mis clientes, y el tuyo no me es familiar. - comentó para intentar cambiar el tema de la identidad rápidamente, igual debía procurar no dar ningún dato de su persona que podría llevar a Ángel a descubrir la verdad.

- Bueno, iba a tomar algo en un bar que hay por aquí cerca... ¿Vienes? - preguntó volviendo a ser el mismo arrogante de siempre, para luego comenzar a caminar hacia adelante dándole la espalda a la dama. De aceptar, el brujo esperaría que esta le siguiera... Por el contrario, si se negaba, ese sería el final de su encuentro y Dieter iría solo al bar para beber un poco y luego echarse a dormir en algún callejón.

por **Angeline Davies** Sáb Dic 14, 2013 2:50 pm

Al parecer mis intentos por no hacerme ver y ni hacerme conocer demasiado por la zona funcionaban, y Chris, como se hizo llamar, estaba siguiendo los mismos pasos. El modo en que dijo su nombre y luego cambió de tema era un signo de ocultamiento. Este señor despertaba cada vez mas curiosidad en mi.
Al darme cuenta que ya hacia unos segundos debería haber respondido, disimulé llevando mis cabellos un poco hacia atrás como si estuviera peinándolos. - Al parecer no recuerdas a todos tus clientes como dices.

Seguro esperaba mas información de mi parte, pero eso seria lo que obtendría por ahora. Su invitación sonaba tentadora. No solo porque quería saber mas sobre aquel individuo, sino porque hacia tiempo quería realizar una actividad algo mas entretenida, propia de aquellos barrios. De donde yo venia no era propio de una dama beber en un lugar como aquel, y menos pasear con extraños. Era una aventura perfecta... Dios... me daba cuenta de lo aburrida que era mi vida como para valorar aquello de la manera en que lo hacia.

Al ver que se alejaba dejando el resultado de su propuesta en mis manos, pero sin esperar mi respuesta me tomó por sorpresa, y al tomar su dirección para seguirlo, casi tropiezo con la tan deformada calle, como siempre dando la nota y proporcionándole un ridículo comienzo a mi nuevo acto de rebeldía. - Espere, voy con usted... Chris. - y aceleré el paso para alcanzarlo.

por **Dieter Philan** Sáb Dic 14, 2013 4:10 pm

¿Viene? Después de la propuesta que le hace un viejo irrespetuoso, ¿Aún viene?. No hay duda, era una chica persistente, pocos segundos después de la pregunta esta acepto y rápidamente se encaminó a la par de Dieter. - Ah, ¿Vienes?, iremos allí - preguntó mientras señalaba un luminoso cartel que se encontraba sobre una puerta. "La taberna de don Otto" decía en verde fluor, aunque la luz fallaba en varias letras. Era un bar nocturno por lo que no había pasado más que una hora desde su apertura. Al llegar, el brujo entró primero saludando al cantinero del quien ya se había hecho amigo. Este ultimo levanto un brazo saludando y dijo: "En un momento voy a tu mesa". Se sentó en la primer mesa libre que encontró esperando que la joven haga lo mismo. - ¿Qué tomarás? - preguntó a la dama para pedirle al cantinero, sin embargo antes de que ella respondiera, él tabernero ya estaba parado a un lado de la mesa.

"Buenas noches Dieter, veo que viniste acompañado... ¿Como se llama preciosa?" dijo el sujeto fijando su mirada en Ángel. "Dieter", lo había dicho, había mencionado su verdadero nombre, el brujo debía pensar rápido si es que no quería alertar a la joven y que esta lo descubriera. - ¡Vicktor, ¿Qué cosas dices?!, discúlpelo Ángel, debe de estar ebrio y no sabe lo que dice... ¿Acaso no te he dicho que no me llames así? - decía mientras se levantaba de la mesa algo alterado, y acompañaba al cantinero nuevamente hacia la barra... Sin embargo se le hizo imposible ocultar una vez más la gota de sudor que caía por su frente. Una vez que Dieter este alejado de la mesa y la dama no pudiera escucharlos, le contó su verdadera posición al cantinero y le dijo que por favor se dirigiera a él por aquella noche con el sobrenombre de Chris. Una vez entendido, le pidió que llevara dos jarras de cerveza y regresó a la mesa esperando que la joven no se haya marchado.

- Lo siento, no siempre es así... - dijo disculpándose por el hombre y esperando a que las jarras de alcohol llegaran. En cuanto al ambiente, no era uno muy recomendable para llevar a una acompañante, el higiene que este tenía era prácticamente... O mejor dicho no lo había, humedad por todas partes, charcos de cerveza volcada por el suelo, borrachos parloteando, discutiendo y a veces peleando por todo el lugar; y de los baños... mejor ni hablar. Sin duda no era un lugar formidable para dama. - Y... ¿Te gustan mis actuaciones? - preguntó cambiando el tema, y esperando que la joven no pregunté nada sobre "Dieter".

por **Angeline Davies** Lun Dic 16, 2013 9:02 am

El lugar era tal y como lo imaginaba. Las goteras abundaban y no quería saber de donde salía el agua que caía... no llovía en aquel momento. El piso además de no estar limpio, presentaba charcos de cerveza que olían más a orina que a aquella bebida, tal vez era una mezcla de ambas. Las mesas no habían sido limpiadas al ser desocupadas y el olor a hombre borracho inundaba mis fosas nasales, al punto de darme un poco de nauseas. De seguro no podría consultar por un baño presentable...

Estaba un poco nerviosa por mi decisión de acompañarlo, ni siquiera sabia si era de fiar, pero creía que si hubiera querido matarme o hacerme algún daño físico ya lo hubiera hecho en el callejón. No se hubiera molestado en mostrarse conmigo. Al sentarnos se acercó el cantinero a la mesa que al parecer conocía a Chris, pero lo llamo Dieter... Dieter? no parecía un sobrenombre, y Chris estaba tomando la misma actitud de cuando mencioné la palabra Mago. Algo no estaba bien...
Conteste algo tímida - Ángel - dije mientras observaba como hablaban en secreto y el sudor se apoderaba de mi acompañante.
Sabía que si le preguntaba por lo que dijo el cantinero, no me respondería, así que seguí la corriente. - Sinceramente me parecen entretenidas, sabe atrapar la atención de la gente - dije mirando como llegaba la cerveza y pensando en que aquí no me servirían licor fino... o licor - Aunque nunca hubiera imaginado que su actitud difería tanto a la realidad.

por **Dieter Philan** Mar Dic 17, 2013 8:56 am

El brujo suspiró y volvió a calmarse cuando escuchó que la muchacha no había preguntado nada sobre "Dieter", por lo que supuso que simplemente lo había pasado por alto. Cuando Ángel respondió a su pregunta, él sonrió por primera vez desde que se había cruzado con ella, le gustaba escuchar que tan atractivas eran sus actuaciones y en pocas ocasiones podía preguntar sobre ellas. Sin embargo su sonrisa no duró mucho, esta se borró al escuchar las siguientes palabras de la señorita, ¿Difería de la realidad?, a que se refería, por más viejo que sea no entendía lo que la joven quería decir. - ¿Porqué lo dices? - preguntó a la joven mientras daba un primer sorbo a la jarra que el cantinero había traído hace no más que unos minutos. Para entonces Dieter ya había inventado una excusa por si la siguiente pregunta iba referida a su nombre, y la estaba practicando una y otra vez en su mente para no cometer ni un error a la hora de decirla.

Mientras esperaba la respuesta de Ángel, el viejo comenzó a mirarla detenidamente mientras movía la cabeza de izquierda a derecha y viceversa, aunque no se trataba de una mirada pervertida ni mucho menos, era como si estuviera intentando recordar algo. - ¿De donde te conozco? Se que vi ese rostro antes y no fue en un show - comenzó a pensar sin comentar una palabra. - Bueno, deben ser imaginaciones mías... - dijo rindiéndose al cabo de unos segundos mientras bebía una vez más de la jarra.

por **Angeline Davies** Vie Dic 20, 2013 4:01 pm

Tomé mi bebida de a sorbos pequeños, como si estuviera tomando cualquier bebida fina en una fiesta, era una costumbre que jamas podría despojar de mi forma de ser. Aun rondaba por mi mente aquel nombre... "Dieter"... sería su verdadero nombre?

Era la primera vez que lo veía sonreír en toda la noche, y eso lo hacía un poco mas humano, parecía hasta mas amable. Pero su incógnita me sorprendió, ya que hubiera esperado que entendiera mi indirecta - Es que... - dije aclarando mi garganta un poco - en tus shows pareces tan empático, pero esta noche parecías un verdadero ogro. - dije refiriéndome a nuestro encuentro en el callejón, luego de que me faltara el respeto.

Pero en el transcurso de la noche se había convertido en una compañía agradable, a pesar de algunas sospechas de parte de ambos lados. La tensión que se había generado en un principio comenzaba a disiparse. Aunque seguía matándome la curiosidad sobre tantas cosas... y sabía que preguntaría, sabiendo que jamas contestaría con la verdad.

El mal olor del lugar poco a poco dejaba de molestarme, y ya no quedaba demasiada bebida. Ya estaba tomando cierta valentía, atribuida al alcohol. Estaba a punto de realizar mi consulta cuando soltó un comentario que tal vez solo era para él, pero no iba a quedarme con la duda - Que es solo su imaginación? - dije realizando una semi sonrisa para luego tirar la bomba - Dieter? - lo dije con voz suave y baja, uno nunca sabía cuando podía estar cometiendo una estupidez.

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