AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Tejiendo un futuro
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Tejiendo un futuro
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Como cada noche desde hacia más de setecientos años, la fémina de cabellos de fuego, extrañamente suelto, llegando hasta sus caderas, se dedicaba a dar uno de sus habituales paseos habituales, llevaba la correspondencia que le había llegado un par de días atrás, en la cual un anónimo le citaba a los jardines del Ducado en el cual recidía, no había firma, ni marcas que pudiesen ayudarle a identificar de quien podría tratarse. De todas maneras, fue. Aquellas cosas misteriosas y medias extrañas siempre terminaban en cosas entretenidas y algo caóticas. Vestía un corset de color burdeo, con encajes de flores por encima, estos de color negro, además de llevar el detalle que dejaba sus hombros al descubierto. En la parte inferior le acompañaba un abultado pero ligero faldón, este también de color negro, con detalles también en encajes.
Se paró a orillas dela fuente a esperar la llegada de aquel misterioso remitente, a medida que el tiempo transcurría, ella solo se dedicaba a observar a aquella Diosa de plata que iluminaba el cielo cada noche, que la llenaba día a día. Jamás había logrado sentir demasiado algo por alguien, y de ser así, cosas terribles sucedían. Pero eso no importaba, quería creer que aún existía alguna posibilidad de ser feliz, por algo se le había entregado una vida sin fin, debía haber algún propósito, que no fuese precisamente el amor, la amistad, etc. Mientras sus pensamientos fluían libres por su mente, ella posaba sus manos entre los pliegues de su vestido, en donde existían unas especies de bolsillos que le conectaban a sus piernas, en donde mantenía dos dagas de treinta centímetros cada una de ellas, afirmaba la empuñadura de ellas con firmeza.
Nunca se sabía lo que podría ocurrir cuando la noche caía y un extraño te citaba tan misteriosamente, donde vagaba una que otra alma incapaz de encontrar la dicha. Era una noche silenciosa, más que otras, el viento ululaba, produciendo leves gemidos entre las hojas de los árboles que adornaban el lúgubre lugar.
[Parte de la historia de Tiamat y Alejandro, tres meses atrás.]
Como cada noche desde hacia más de setecientos años, la fémina de cabellos de fuego, extrañamente suelto, llegando hasta sus caderas, se dedicaba a dar uno de sus habituales paseos habituales, llevaba la correspondencia que le había llegado un par de días atrás, en la cual un anónimo le citaba a los jardines del Ducado en el cual recidía, no había firma, ni marcas que pudiesen ayudarle a identificar de quien podría tratarse. De todas maneras, fue. Aquellas cosas misteriosas y medias extrañas siempre terminaban en cosas entretenidas y algo caóticas. Vestía un corset de color burdeo, con encajes de flores por encima, estos de color negro, además de llevar el detalle que dejaba sus hombros al descubierto. En la parte inferior le acompañaba un abultado pero ligero faldón, este también de color negro, con detalles también en encajes.
Se paró a orillas dela fuente a esperar la llegada de aquel misterioso remitente, a medida que el tiempo transcurría, ella solo se dedicaba a observar a aquella Diosa de plata que iluminaba el cielo cada noche, que la llenaba día a día. Jamás había logrado sentir demasiado algo por alguien, y de ser así, cosas terribles sucedían. Pero eso no importaba, quería creer que aún existía alguna posibilidad de ser feliz, por algo se le había entregado una vida sin fin, debía haber algún propósito, que no fuese precisamente el amor, la amistad, etc. Mientras sus pensamientos fluían libres por su mente, ella posaba sus manos entre los pliegues de su vestido, en donde existían unas especies de bolsillos que le conectaban a sus piernas, en donde mantenía dos dagas de treinta centímetros cada una de ellas, afirmaba la empuñadura de ellas con firmeza.
Nunca se sabía lo que podría ocurrir cuando la noche caía y un extraño te citaba tan misteriosamente, donde vagaba una que otra alma incapaz de encontrar la dicha. Era una noche silenciosa, más que otras, el viento ululaba, produciendo leves gemidos entre las hojas de los árboles que adornaban el lúgubre lugar.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 03/12/2013
Re: Tejiendo un futuro
Había pasado mucho tiempo desde que los trece se habían reunido, cincuenta y tres años, para ser exactos.
Había pasado mucho tiempo desde nuestra última reunión de todos nosotros, entre nuestro clan. Había pasado siglos junto a mi maestro Kael, antes de crear todo nuestro clan y prepararnos para nuestros enfrentamientos. Habían pasado siglos de guerra, y nuestra última guerra había sido contra un grupo de licántropos que vinieron desde el reinado de Hungría, pero actuando de forma bastante rápida, nos había tomado menos de dos meses organizarnos de la forma correcta para encargarnos de nuestros enemigos.
Habían sido cincuenta y tres largos años de paz, hasta ahora. No había pasado más de unos días en los cuales había recibido informes preocupantes desde la capital de París. Había resurgido con bastante potencia y enojo grupos de cazadores y de la iglesia, la llamada ‘’Inquisición’’ había resurgido con poder, atacando el centro de París, cosa que vi con malos ojos. No debería haberme preocupado mucho por lo que ocurría allí, si no fuera por el hecho principal de que si eso seguía el rumbo que tenía previsto, tendríamos que tarde o temprano enfrentarnos a un poderoso enemigo, por lo que había decidido actuar por conciencia propia, hasta que me llegó una carta.
Una carta anónima, señalando una fecha, y explicándome lo que pasaba en Francia. Las fuerzas sobrenaturales planeaban hacer un asalto y exterminar el poder de la Inquisición en poco tiempo. Mi instinto me había dicho que actuaba con precaución, por lo que había decidido ir con seis de mis pupilos hasta París, la capital de Francia, para averiguar de qué trataba el Fraternitatem Ignis. Pero, antes de hacer cualquier cosa, debía avisarle al azote. Pero a la vez sabía que no podía hacer una gran desaparición por mucho tiempo, pues no podía dejar mi puesto de Duque, por lo que hablaría con el miembro más reciente de la secta, una tal Tiamat. Ella iba a ser nuestra treceava miembro luego de varios siglos, pues la última persona que había estado en nuestro clan había sido Leothir…pero ahora se encontraba muerta.
Llegué hasta el ducado de aquella dama a galope rápido, vestido con una capa gruesa de color negro, con un broche que tenía el símbolo de nuestra secta, además de que debajo de esta llevaba una armadura mediana de malla con todas las insignias de mi casa y mi rango en el ejército, además de mi eterna espada la cual llevaba colgada en la empuñadura. Cuando llegué al lugar, observé a la distancia la figura de una mujer de pie, y, desmontando de mi caballo, me había ido acercando hasta ella, mientras que mi símbolo de acero brillaba con el contraste de la luz de la noche en él. Cuando estuve cerca de la figura, dije en latín;
Ave sororis mortis honore sanguis flagello indiget.
La miré y esperé su respuesta, esperando que fuera ella a quién buscaba.
Había pasado mucho tiempo desde nuestra última reunión de todos nosotros, entre nuestro clan. Había pasado siglos junto a mi maestro Kael, antes de crear todo nuestro clan y prepararnos para nuestros enfrentamientos. Habían pasado siglos de guerra, y nuestra última guerra había sido contra un grupo de licántropos que vinieron desde el reinado de Hungría, pero actuando de forma bastante rápida, nos había tomado menos de dos meses organizarnos de la forma correcta para encargarnos de nuestros enemigos.
Habían sido cincuenta y tres largos años de paz, hasta ahora. No había pasado más de unos días en los cuales había recibido informes preocupantes desde la capital de París. Había resurgido con bastante potencia y enojo grupos de cazadores y de la iglesia, la llamada ‘’Inquisición’’ había resurgido con poder, atacando el centro de París, cosa que vi con malos ojos. No debería haberme preocupado mucho por lo que ocurría allí, si no fuera por el hecho principal de que si eso seguía el rumbo que tenía previsto, tendríamos que tarde o temprano enfrentarnos a un poderoso enemigo, por lo que había decidido actuar por conciencia propia, hasta que me llegó una carta.
Una carta anónima, señalando una fecha, y explicándome lo que pasaba en Francia. Las fuerzas sobrenaturales planeaban hacer un asalto y exterminar el poder de la Inquisición en poco tiempo. Mi instinto me había dicho que actuaba con precaución, por lo que había decidido ir con seis de mis pupilos hasta París, la capital de Francia, para averiguar de qué trataba el Fraternitatem Ignis. Pero, antes de hacer cualquier cosa, debía avisarle al azote. Pero a la vez sabía que no podía hacer una gran desaparición por mucho tiempo, pues no podía dejar mi puesto de Duque, por lo que hablaría con el miembro más reciente de la secta, una tal Tiamat. Ella iba a ser nuestra treceava miembro luego de varios siglos, pues la última persona que había estado en nuestro clan había sido Leothir…pero ahora se encontraba muerta.
Llegué hasta el ducado de aquella dama a galope rápido, vestido con una capa gruesa de color negro, con un broche que tenía el símbolo de nuestra secta, además de que debajo de esta llevaba una armadura mediana de malla con todas las insignias de mi casa y mi rango en el ejército, además de mi eterna espada la cual llevaba colgada en la empuñadura. Cuando llegué al lugar, observé a la distancia la figura de una mujer de pie, y, desmontando de mi caballo, me había ido acercando hasta ella, mientras que mi símbolo de acero brillaba con el contraste de la luz de la noche en él. Cuando estuve cerca de la figura, dije en latín;
Ave sororis mortis honore sanguis flagello indiget.
La miré y esperé su respuesta, esperando que fuera ella a quién buscaba.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
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Última edición por Alejandro Máximo el Dom Dic 15, 2013 10:25 pm, editado 1 vez (Razón : Borrar)
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Oí el galope potente del equino a ciertos kilómetros, y me preparé. Esperé su llegada con tranquilidad, esperando fuese un encuentro tranquilo y ameno, no algo violento y bueno... eso también podía ser agradable dependiendo del prisma en que se mirara. Sentí sus gélidos pasos contra la tierra, sus botas resonaban contra el suelo y hacian eco en el inescrutable silencio de aquella oscura y mágica noche. Al sentir sus palabras una sonrisa se dibujo en mis labios, lo cual me llevo a dar media vuelta.
Al hacerlo, planté mis orbes azules con chispas moradas en los de él, mi mirada solía decir más de lo que muchas palabras lograrían nunca, traté de leerlo con la mirada, sin quitar mis manos de mis bolsillos, hice una muy leve reverencia y musité en un hilo de voz apenas audible, pero con una calma que perturbaba.
— Et est responsio, et ego exaudiam. —
Luego sonreí a medio labio, me acerqué a él cosa de quedar apenas a un par de pasos y sin quitarle la mirada de encima le dije;
— Tiamat malsvir, monsieur... ¿Me daría el placer de conocer vuestro nombre? —
Dije sonriendo extrañamente y acariciando la punta de mi colmillo derecho con la punta de mi lengua mientras esperaba su respuesta. El gemido del viento era eterno, y de vez en cuando una ráfaga se metía entre mis cabellos y jugueteaba con él, haciendo que pareciera casi una llama viviente en mi cabeza. Observé con detención la figura del hombre, sus facciones, sus ropajes... Y me pareció extraño, él tenía algo dentro de sí, algo que debía descubrir.
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Al hacerlo, planté mis orbes azules con chispas moradas en los de él, mi mirada solía decir más de lo que muchas palabras lograrían nunca, traté de leerlo con la mirada, sin quitar mis manos de mis bolsillos, hice una muy leve reverencia y musité en un hilo de voz apenas audible, pero con una calma que perturbaba.
— Et est responsio, et ego exaudiam. —
Luego sonreí a medio labio, me acerqué a él cosa de quedar apenas a un par de pasos y sin quitarle la mirada de encima le dije;
— Tiamat malsvir, monsieur... ¿Me daría el placer de conocer vuestro nombre? —
Dije sonriendo extrañamente y acariciando la punta de mi colmillo derecho con la punta de mi lengua mientras esperaba su respuesta. El gemido del viento era eterno, y de vez en cuando una ráfaga se metía entre mis cabellos y jugueteaba con él, haciendo que pareciera casi una llama viviente en mi cabeza. Observé con detención la figura del hombre, sus facciones, sus ropajes... Y me pareció extraño, él tenía algo dentro de sí, algo que debía descubrir.
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- Spoiler:
- FDJ: Cuando uses mi pc recuerda salir de tu cuenta... te amo pavito
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Observé a la peliroja como si nada, pues ya conocía su nombre y una descripción aproximada de ella. Aún no entendía por qué Kael y el resto del Azote habían decidido aceptar a aquella vampira en el clan, y aún no lo entendía, si bien, mi votación había sido neutral, el círculo se había mostrado unánime en aceptar a aquella mujer en nuestras filas. Miré a la mujer con mis ojos de color rubí, y le respondí;
-Soy Alejandro Máximo, Duque de Vrhoom y Comandante en Jefe del Ejército del Imperio. Creo que ya conocíais mi nombre, Tiamat, después de todo, Kael tenía sabido de tus capacidades para el puesto que ahora ejerces…pero bueno, iré al grano. Eres la más nueva de todos nosotros, y por eso mismo he tomado en mi mano la decisión de relatarte; Como sabrás, la Inquisición está en Francia, a no mucho tiempo de aquí, y si no actuamos ahora, nos quedaremos con dos cosas; Muchos enemigos, y pocos amigos, por lo que he decidido embarcarme hasta París para enfrentar a aquél destino que me espera. Te informo esto a ti para que informes de la decisión al resto del consejo, y tomes tu propia decisión también. Me iré simplemente porque no puedo esperar la decisión del resto para actuar, así que actuaré por mi propia iniciativa. –Dije, mirándola directamente a los ojos, con mirada seria.
Había decidido dejar las formalidades para después, pues no tenía mucho tiempo, tenía que hablar al grano y tomar buenas decisiones, y esperaba que Tiamat fuera capaz de ayudarme en eso, y, después de todo, quería averiguar qué tan alta era su confianza en todo el clan y en nosotros, pues en eso se basaba nuestro clan, en confianza y fortaleza, y si Tiamat no cumplía con los requisitos necesarios, habría que eliminarla. La miré y espere su respuesta.
-Soy Alejandro Máximo, Duque de Vrhoom y Comandante en Jefe del Ejército del Imperio. Creo que ya conocíais mi nombre, Tiamat, después de todo, Kael tenía sabido de tus capacidades para el puesto que ahora ejerces…pero bueno, iré al grano. Eres la más nueva de todos nosotros, y por eso mismo he tomado en mi mano la decisión de relatarte; Como sabrás, la Inquisición está en Francia, a no mucho tiempo de aquí, y si no actuamos ahora, nos quedaremos con dos cosas; Muchos enemigos, y pocos amigos, por lo que he decidido embarcarme hasta París para enfrentar a aquél destino que me espera. Te informo esto a ti para que informes de la decisión al resto del consejo, y tomes tu propia decisión también. Me iré simplemente porque no puedo esperar la decisión del resto para actuar, así que actuaré por mi propia iniciativa. –Dije, mirándola directamente a los ojos, con mirada seria.
Había decidido dejar las formalidades para después, pues no tenía mucho tiempo, tenía que hablar al grano y tomar buenas decisiones, y esperaba que Tiamat fuera capaz de ayudarme en eso, y, después de todo, quería averiguar qué tan alta era su confianza en todo el clan y en nosotros, pues en eso se basaba nuestro clan, en confianza y fortaleza, y si Tiamat no cumplía con los requisitos necesarios, habría que eliminarla. La miré y espere su respuesta.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 23/11/2013
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Re: Tejiendo un futuro
No le quitaba los ojos encima, aún intentaba leer quien era él, aunque sus actitudes no lograban decirme demasiado, no me agrado su forma de ser, más bien me pareció extraño... La época actual estaba llena de estúpidas formalidades que debían de ser cumplidas al pie de la letra... y él fue bastante peculiar en su actuar. Me encogí de hombros y dejé de mirarlo, no era el momento de jugar aquella carta.
— Claro que conocía tu nombre Alejandro, pero formalidades son formalidades y se supone que vivimos en una época en la cual son basuras importantes. Pero si no te molestas en usarlas, ni sueñes que lo haré yo. —
Luego oí el resto de sus palabras, se oía algo bastante entretenido, la famosa inquisición... era mucho más entretenido de lo que se oía. Si bien en algo tenía razón, creo que aquellas cosas solo se aplicaban a él... ¿Amigos? No recordaba a uno de esos, de hecho, al pensarlo me hizo gracia y me reí notoriamente. Luego le miré e hice un gesto de disculpas.
— Alejandro, cariño... Si quieres informar de algo al consejo, hacedlo tu mismo, yo no tengo porque seguir tus ordenes... y respecto a mi decisión, está bien, acepto ir contigo y cuidarte las espaldas, como también ser tu fiel y devota esposa. —
Dije lo último a modo de broma... una nueva misión, hacia bastantes años estaba inactiva, y me pareció divertido darle un poco de acción a mi vida nuevamente, llevaba demasiado tiempo solamente observando la luna. Me senté a orillas de la fuente, como esperando a ver que más tenía para decirme y cuales eran los pasos a seguir.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
La miré con seriedad escuchando sus palabras, la formalidad no me importaba un carajo, y menos entre los miembros de nuestro clan, pues todos trabajábamos no por lealtad, no por cariño ni por amor, si no por poder. Trabajábamos juntos para mantener la unidad del Imperio, nosotros éramos el imperio, y nuestras sectas y nuestros ejércitos lo mantenían en pie, nosotros éramos la espada que movía al imperio, y lo seguiríamos llevando bajo nuestra mano por los siglos de los siglos. Luego, cuando habló la miré con odio, pues no me servía para nada. No había decidido aceptar el trato, y por lo tanto, la misión del consejo. Me encargaría personalmente de decapitarla si había un combate con algún clan, cosa de que ella no fuera más que un ‘’daño colateral’’. Luego enanqué una ceja y le respondí;
-No te estoy pidiendo que me acompañes, solo te estoy diciendo que voy a hacer. El consejo no aceptaría hacer un ataque directo a la Inquisición, y menos de una parte de nuestras fuerzas, pues todo el Imperio quedaría expuesto. Por eso actuaré en solitario y solo me llevaré a mis mejores hombres conmigo. Si quieres ir, pues deberemos ir con el consejo y avisar de la decisión que haremos, pues el plan de la Inquisición es muy grande para dejarlo al azar. Probablemente el consejo decida pensar que hará, pues si desaparecemos muchos miembros del consejo, nuestros enemigos rumanos podrían atacar. –Dije, mirándola fríamente.
No pensé que ella fuera a ‘’querer’’ ir a París, pues ciertamente, lo único que sabía de ella, es que había sido una antigua mercenaria a la cual se le había dado una oportunidad en nuestro clan y en el puesto de Duquesa. No tenía idea que capacidades tendría para combatir que la habían hecho ganar ese puesto, y me preguntaba si seguiría teniendo el control de todos los mercenarios del país, pero preferí no preguntar nada, pues aún no sabía nada y aún la miraba con desconfianza.
-No te estoy pidiendo que me acompañes, solo te estoy diciendo que voy a hacer. El consejo no aceptaría hacer un ataque directo a la Inquisición, y menos de una parte de nuestras fuerzas, pues todo el Imperio quedaría expuesto. Por eso actuaré en solitario y solo me llevaré a mis mejores hombres conmigo. Si quieres ir, pues deberemos ir con el consejo y avisar de la decisión que haremos, pues el plan de la Inquisición es muy grande para dejarlo al azar. Probablemente el consejo decida pensar que hará, pues si desaparecemos muchos miembros del consejo, nuestros enemigos rumanos podrían atacar. –Dije, mirándola fríamente.
No pensé que ella fuera a ‘’querer’’ ir a París, pues ciertamente, lo único que sabía de ella, es que había sido una antigua mercenaria a la cual se le había dado una oportunidad en nuestro clan y en el puesto de Duquesa. No tenía idea que capacidades tendría para combatir que la habían hecho ganar ese puesto, y me preguntaba si seguiría teniendo el control de todos los mercenarios del país, pero preferí no preguntar nada, pues aún no sabía nada y aún la miraba con desconfianza.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Al observar su actitud, me di cuenta de que las cosas no iban precisamente como se supone que debían ir. Al parecer yo había entendido mal lo que él me quiso decir, según mi parecer, el quería que fuese a París con él... de lo contrario ¿Para que me citaba a contarme sus planes? Pero él no quería que lo acompañara... y entones todo se me torno confuso.
— Alejandro, Alejandro... Creo que entendí mal lo que me dijiste, según yo me pides que te acompañe, lo cual aceptaría si fuese así, pero al parecer, tu no quieres que te acompañe... No entiendo porque contarme tus planes, sabes que no soy muy activa dentro del consejo, y créeme, todo ello tiene su razón de ser. Sé que no me conoces, y que no conoces tampoco mis capacidades, mi gracia son las sombras... Actuó y vivo en ellas, por lo que nunca sabrás bien por donde vine o por donde me fui... —
Tomé una leve pausa, me rasqué el mentón con delicadeza y luego volví a posar mis ojos azules salpicados con extrañas tonalidades moradas.
— Claramente no pensaría en atacar directamente... Me ofendes... Y bueno, no desapareceremos, actuaremos, y seremos solo dos... de trece... —
Dije mirándolo con atención a ver si había logrado arreglar un poco el malentendido que se había provocado, él era extraño. Muy extraño. Pero tenía algo diferente... algo especial, me quedé pensando e imaginando en como serían las cosas en París, o como lo tomaría el consejo, o todo... Tenía tantos años por delante, pero sentía que ya había hecho todo lo que se puede hacer en muchas vidas... ¿Qué hacer con tantos años? ¿Qué hacer cuando ya haz tenido todo y no anhelas nada? Debía haber algo, pero en este momento, me sentía vacía, sin propósitos, sin deseos. Y venía este hombre con la idea de derribar a la Inquisición... Lo cual sonaba divertido, y lo cual tomaría bastante tiempo, cosa que debía gastar.
— Alejandro, Alejandro... Creo que entendí mal lo que me dijiste, según yo me pides que te acompañe, lo cual aceptaría si fuese así, pero al parecer, tu no quieres que te acompañe... No entiendo porque contarme tus planes, sabes que no soy muy activa dentro del consejo, y créeme, todo ello tiene su razón de ser. Sé que no me conoces, y que no conoces tampoco mis capacidades, mi gracia son las sombras... Actuó y vivo en ellas, por lo que nunca sabrás bien por donde vine o por donde me fui... —
Tomé una leve pausa, me rasqué el mentón con delicadeza y luego volví a posar mis ojos azules salpicados con extrañas tonalidades moradas.
— Claramente no pensaría en atacar directamente... Me ofendes... Y bueno, no desapareceremos, actuaremos, y seremos solo dos... de trece... —
Dije mirándolo con atención a ver si había logrado arreglar un poco el malentendido que se había provocado, él era extraño. Muy extraño. Pero tenía algo diferente... algo especial, me quedé pensando e imaginando en como serían las cosas en París, o como lo tomaría el consejo, o todo... Tenía tantos años por delante, pero sentía que ya había hecho todo lo que se puede hacer en muchas vidas... ¿Qué hacer con tantos años? ¿Qué hacer cuando ya haz tenido todo y no anhelas nada? Debía haber algo, pero en este momento, me sentía vacía, sin propósitos, sin deseos. Y venía este hombre con la idea de derribar a la Inquisición... Lo cual sonaba divertido, y lo cual tomaría bastante tiempo, cosa que debía gastar.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Escuché las palabras de Tiamat con mayor seriedad ahora, pues ya entendí que ella me había entendido mal. Lo que me extraño eso sí de sus palabras fue el hecho de que a ella misma decidiera ‘’formar paso a un lado’’ en su actuar, ¿Qué estaba planeando? La miré con extrañeza y se lo pregunté directamente;
-Está bien, Tiamat. No tengo idea porque no actúas abiertamente ante el consejo, pero te recuerdo las funciones principales de nuestro clan; Mantener todo el poder y los sucesos del Imperio bajo nuestro control, no desestimes lo que pasa en tu ducado, en los ducados del resto y en el actuar del exterior. He decidido unirme a la cruzada de enfrentar a la Inquisición para evitar un empoderamiento posterior que afecte al Imperio y nos tengamos que enfrentar a un enemigo mucho más fuerte, además, si logro averiguar bien quienes son los grupos sobrenaturales que se están enfrentando a la Inquisición en Francia podremos contar con aliados en caso de que todo lo anterior falle. El consejo debe saber de mi decisión y para eso te pedía ayuda, porque seguramente no permitirían que uno de los miembros más importantes desapareciera así como así, después de todo, yo me encargo de todo el ejército, y si ocurre un hecho inesperado, yo seré quién responderá a él, aunque supongo que si quieres unirte a esta cruzada, el resto del consejo no podrá interponerse. –Dije, cruzándome de brazos.
Tenía razón, hacer una propuesta solo no movería al consejo de una decisión unánime, pero si ella decidía unirse a mi búsqueda y destrucción de la Inquisición en París quizás sería más fácil que el consejo nos dejara actuar libremente, pero sabía que no nos darían espacio de actuar más que unos meses, aunque realmente bajo mi mando sabía que no nos demoraríamos mucho. Además, a Tiamat aún no le decía nada sobre el Fraternitatem Ignis…pero primero averiguaría de que se trataba, y ya vería si serían de fiar lo suficiente para llevarla ante la fraternidad, pues si realmente eran de fiar, no pondría a Tiamat en ningún riesgo. La miré y añadí;
-Creeme, la Inquisición es amplia, y no serán simples escaramuzas para actuar en silencio, serán grandes enfrentamientos, sobre todo políticos, que son los que más me molestan personalmente. Espero que sepas combatir bien Tiamat, aún desconozco porqué te hicieron entrar en el Clan, pero debió haber sido una buena razón. No dudaría de la palabra de Kael sobre tu apoyo a nuestra secta, pero si él lo dice, acataré su decisión. –Dije, mirándola más tranquilamente.
No tenía idea que diferenciaba a aquella mujer de cualquier otro vampiro común y corriente, lo que si sabía es que había sido una mercenaria muy importante. Ni idea como ella solía actuar, pero dudaba de que fuera capaz de igualarme en un combate uno contra uno, pero bueno, a largo plazo ya lo entendería, ahora solo quedaba esperar para ver que ocurría.
-Está bien, Tiamat. No tengo idea porque no actúas abiertamente ante el consejo, pero te recuerdo las funciones principales de nuestro clan; Mantener todo el poder y los sucesos del Imperio bajo nuestro control, no desestimes lo que pasa en tu ducado, en los ducados del resto y en el actuar del exterior. He decidido unirme a la cruzada de enfrentar a la Inquisición para evitar un empoderamiento posterior que afecte al Imperio y nos tengamos que enfrentar a un enemigo mucho más fuerte, además, si logro averiguar bien quienes son los grupos sobrenaturales que se están enfrentando a la Inquisición en Francia podremos contar con aliados en caso de que todo lo anterior falle. El consejo debe saber de mi decisión y para eso te pedía ayuda, porque seguramente no permitirían que uno de los miembros más importantes desapareciera así como así, después de todo, yo me encargo de todo el ejército, y si ocurre un hecho inesperado, yo seré quién responderá a él, aunque supongo que si quieres unirte a esta cruzada, el resto del consejo no podrá interponerse. –Dije, cruzándome de brazos.
Tenía razón, hacer una propuesta solo no movería al consejo de una decisión unánime, pero si ella decidía unirse a mi búsqueda y destrucción de la Inquisición en París quizás sería más fácil que el consejo nos dejara actuar libremente, pero sabía que no nos darían espacio de actuar más que unos meses, aunque realmente bajo mi mando sabía que no nos demoraríamos mucho. Además, a Tiamat aún no le decía nada sobre el Fraternitatem Ignis…pero primero averiguaría de que se trataba, y ya vería si serían de fiar lo suficiente para llevarla ante la fraternidad, pues si realmente eran de fiar, no pondría a Tiamat en ningún riesgo. La miré y añadí;
-Creeme, la Inquisición es amplia, y no serán simples escaramuzas para actuar en silencio, serán grandes enfrentamientos, sobre todo políticos, que son los que más me molestan personalmente. Espero que sepas combatir bien Tiamat, aún desconozco porqué te hicieron entrar en el Clan, pero debió haber sido una buena razón. No dudaría de la palabra de Kael sobre tu apoyo a nuestra secta, pero si él lo dice, acataré su decisión. –Dije, mirándola más tranquilamente.
No tenía idea que diferenciaba a aquella mujer de cualquier otro vampiro común y corriente, lo que si sabía es que había sido una mercenaria muy importante. Ni idea como ella solía actuar, pero dudaba de que fuera capaz de igualarme en un combate uno contra uno, pero bueno, a largo plazo ya lo entendería, ahora solo quedaba esperar para ver que ocurría.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Crucé mis piernas con sutileza, acomodándome para lo que sería una larga platica, tome una bocanada de aire para expresar mis pensamientos, el tema era un poco más complejo de lo que parecía, y requería de harto trabajo, pero si el clan se beneficiaba con la cruzada que estábamos por iniciar, me sentiría mas que satisfecha. El poder no me importaba demasiado, ya que tarde o temprano lo perderíamos, después de todo, todo lo que sube tiene que bajar. Pero si la inquisición llegaba a las puertas de nuestras casas, más difícil sería que nuestra gente saliera ilesa... Mientras que si hacíamos la guerra lejos, los nuestros estarían a salvo.
— A mi se me ocurre que pueden ser licantropos... Una guerra encubierta... Pero solo es una idea, la verdad no me he informado demasiado acerca del tema. —
Dije para tomar una pausa, pensando bien las palabras que diría a continuación, pues con tantas ideas fluyendo, era probable que no se me entendiera demasiado lo que quería decir.
— Me parece que la mejor manera de solucionar todo esto y evitarnos problemas es hablando directamente con el consejo, podemos organizar una reunión de carácter urgente. —
Dije esta vez poniendo especial énfasis en la palabra "urgente" quería que él entendiera que esto era importante también para mi, y que podía contar conmigo para lo que era esta nueva etapa de la historia de nuestro clan, íbamos a ganar, a como de lugar.
— A mi se me ocurre que pueden ser licantropos... Una guerra encubierta... Pero solo es una idea, la verdad no me he informado demasiado acerca del tema. —
Dije para tomar una pausa, pensando bien las palabras que diría a continuación, pues con tantas ideas fluyendo, era probable que no se me entendiera demasiado lo que quería decir.
— Me parece que la mejor manera de solucionar todo esto y evitarnos problemas es hablando directamente con el consejo, podemos organizar una reunión de carácter urgente. —
Dije esta vez poniendo especial énfasis en la palabra "urgente" quería que él entendiera que esto era importante también para mi, y que podía contar conmigo para lo que era esta nueva etapa de la historia de nuestro clan, íbamos a ganar, a como de lugar.
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Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Negué con la cabeza ante las palabras de Tiamat. Yo también había pensado eso en un primer momento, y por eso decidí averiguar más sobre las ejecuciones que habían ocurrido, y según lo que había podido averiguar, se habían encontrado varios cadáveres de personas desnudas con incrustaciones de plata en el corazón y en el cuerpo, además de estar rodeados de agua, entre otros, por lo que la miré y le comenté;
-No Tiamat, no es como tú piensas. Han aparecido cadáveres de licántropos destripados con rastrojos de plata dentro de ellos, y con cortes graves que no se curaban en su piel, por lo que inmediatamente deduzco que aquellos que están iniciando estos combates son diestros con el uso de la plata. Además, se ha identificado que los cuerpos muertos estaban rodeados de ‘’agua’’ por lo que inmediatamente puedo suponer que no se trata de cualquier agua; si no que es agua bendita. –Dije, explicándole.
Lo que le decía era cierto y demostraba totalmente que aquellos a quienes nos enfrentábamos eran claramente personajes de la Inquisición, pues los licántropos eran reacios a usar cualquier tipo de armamento que ocupara plata, además de que ellos no adquirirían agua bendita para matar a los suyos. Luego, cuando escuché sus palabras del consejo me di cuenta de que me acompañaría, por lo que me encogí de hombros y asentí con la cabeza, y le señalé;
-Los principales líderes del consejo están casi semana por medio en la capital del Imperio, allí encontraremos a Kael y al resto de nuestros compañeros para explicarles la situación, ya luego se le avisará al resto del consejo lo que ocurrirá después. Si no tienes nada que hacer, podemos partir esta misma noche hacia la Capital, después de todo, no está a más de dos días de aquí si vamos a galope. –Dije, mirándola, mientras pensaba.
Era cierto, si actuábamos con rapidez, podríamos estar saliendo del imperio en menos de un mes, y así habríamos tenido todo organizado para cualquier eventualidad, además, quería actuar con rapidez sobre lo que pasaría con el Fraternitatem Ignis, pues no podía dejar nada al azar, menos ante un enemigo tan importante como la inquisición.
-No Tiamat, no es como tú piensas. Han aparecido cadáveres de licántropos destripados con rastrojos de plata dentro de ellos, y con cortes graves que no se curaban en su piel, por lo que inmediatamente deduzco que aquellos que están iniciando estos combates son diestros con el uso de la plata. Además, se ha identificado que los cuerpos muertos estaban rodeados de ‘’agua’’ por lo que inmediatamente puedo suponer que no se trata de cualquier agua; si no que es agua bendita. –Dije, explicándole.
Lo que le decía era cierto y demostraba totalmente que aquellos a quienes nos enfrentábamos eran claramente personajes de la Inquisición, pues los licántropos eran reacios a usar cualquier tipo de armamento que ocupara plata, además de que ellos no adquirirían agua bendita para matar a los suyos. Luego, cuando escuché sus palabras del consejo me di cuenta de que me acompañaría, por lo que me encogí de hombros y asentí con la cabeza, y le señalé;
-Los principales líderes del consejo están casi semana por medio en la capital del Imperio, allí encontraremos a Kael y al resto de nuestros compañeros para explicarles la situación, ya luego se le avisará al resto del consejo lo que ocurrirá después. Si no tienes nada que hacer, podemos partir esta misma noche hacia la Capital, después de todo, no está a más de dos días de aquí si vamos a galope. –Dije, mirándola, mientras pensaba.
Era cierto, si actuábamos con rapidez, podríamos estar saliendo del imperio en menos de un mes, y así habríamos tenido todo organizado para cualquier eventualidad, además, quería actuar con rapidez sobre lo que pasaría con el Fraternitatem Ignis, pues no podía dejar nada al azar, menos ante un enemigo tan importante como la inquisición.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Al ver su reacción deducí que él tenía mucha más información que yo acerca de la inquisición, por lo que me dispuse a oírle con atención, era importante conocer las habilidades del enemigo, para así fortalecernos ante ellas, además de usarlas a nuestro favor, mas temprano que tarde ellos debían caer, a como de lugar, pero había que pensar en grande... eliminar a simples agentes no valía, había que cortar la cabeza que pensaba por ellos, eliminar a quien sentía ese odio irracional por seres sobrenaturales, pero no... matarle era lo más fácil, había que darle una tortura que no dejara descansar jamás a su alma... ¿Transformarlo? Me parecía perfecto... De todas formas, esos eran pensamientos que me guardaría para mi, al menos, por ahora.
— Entonces debe haber alguien con odio hacia ambos... vampiros y licantropos, o quizás mas seres sobrenaturales, disculpad mi ignorancia acerca del tema, llevo algunos años desaparecida e inactiva, cada cierto tiempo me reincorporo al mundo para usar algún cargo que me da el clan y luego desaparezco por completo, por lo que me mantengo desinformada, sería un agrado que me pudieses contar todo lo que sabes de la Inquisición. —
Me quedé pensando en el tema, era algo sumamente delicado... y una irresponsabilidad de mi parte estar tan desaparecida del mundo, pretendiendo que no existían peligros ni nada, el mundo ya no era como antes, se estaba contaminando, ambiciones extrañas e inentendibles se estaban apoderando de lo que nos rodeaba.
— Tengo un par de temas que resolver antes de poder partir, por lo que dudo poder partir junto contigo, pero al llegar a París, me contactaré contigo para que me cuentes tus avances y planeemos mejor lo que está por venir... Aunque, tengo una duda Alejandro, dado que no me contemplabas en tus planes, quiero que me digas si quieres que vaya o no, de todas formas lo entenderé. —
Dije dándole el espacio que merecía, no me parecía correcto inmiscuirme en sus planes de dicha manera, de todas formas, esta era su cruzada, algo que él estaba planeando, y algo en lo cual yo no estaba contemplada.
— Entonces debe haber alguien con odio hacia ambos... vampiros y licantropos, o quizás mas seres sobrenaturales, disculpad mi ignorancia acerca del tema, llevo algunos años desaparecida e inactiva, cada cierto tiempo me reincorporo al mundo para usar algún cargo que me da el clan y luego desaparezco por completo, por lo que me mantengo desinformada, sería un agrado que me pudieses contar todo lo que sabes de la Inquisición. —
Me quedé pensando en el tema, era algo sumamente delicado... y una irresponsabilidad de mi parte estar tan desaparecida del mundo, pretendiendo que no existían peligros ni nada, el mundo ya no era como antes, se estaba contaminando, ambiciones extrañas e inentendibles se estaban apoderando de lo que nos rodeaba.
— Tengo un par de temas que resolver antes de poder partir, por lo que dudo poder partir junto contigo, pero al llegar a París, me contactaré contigo para que me cuentes tus avances y planeemos mejor lo que está por venir... Aunque, tengo una duda Alejandro, dado que no me contemplabas en tus planes, quiero que me digas si quieres que vaya o no, de todas formas lo entenderé. —
Dije dándole el espacio que merecía, no me parecía correcto inmiscuirme en sus planes de dicha manera, de todas formas, esta era su cruzada, algo que él estaba planeando, y algo en lo cual yo no estaba contemplada.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Me sorprendí un poco al escuchar las palabras de Tiamat. ¿Realmente no sabía nada sobre la Inquisición y quienes la ejecutaban? Realmente me parecía muy extraño, pues no era la primera vez que cazadores e inquisidores aparecían, intentando fortalecer las cruzadas de una manera diferente a la que se había hecho en la edad media. La miré con la cara de un padre explica a su hijo y le comencé a explicar;
-La Inquisición es una sección de la Iglesia católica formada para cazar todo ente sobrenatural que exista. Ellos tienen dos modos operandi de funcionar; la Inquisición formal, y la informal. La formal está formada por obispos y curas que se encargan de ordenar que quemen brujas y personas en la hoguera, mientras que la informal se trata de cazadores y guerreros de Dios entrenados en el combate cuerpo a cuerpo y con armas de fuego, quienes, con usualmente armas de plata y agua bendita atacan a todas las criaturas sobrenaturales que se les ponen en frente. Me he enfrentado a ellos en otras ocasiones, solos no son nada de temer, pero en grupos y en lugares cerrados es bastante difícil combatirlos, sobre todo por el hecho de que ellos suelen cazarnos durante el día, momento en el cual somos más vulnerables…-Dije, con seriedad.
Era cierto, los cazadores eran enemigos simples, pero tampoco eran idiotas, y sabían muy bien que tenían que buscar las mejores opciones para cazarnos, y siendo tantos, usualmente las tenían, por eso mismo, para enfrentarlos, debíamos juntar gran cantidad de entes sobrenaturales capaces de hacerles frente, y eliminarlos a todos a la vez. Luego, cuando ella me hizo aquella pregunta le comenté;
-Pues la verdad siempre es bien recibido contar con una aliada, Tiamat, sobre todo si es de nuestro clan, y de hecho, es mejor, así no tendré tantos problemas para salir del país, y ojalá que a largo plazo consigamos que el resto de nuestro clan se una a nuestra cruzada. Intentaré reclutar gente en París para el combate, pues no podemos permitirnos el lujo de dejar que el enemigo avance en nuestros pasos, y a largo plazo, si todo resulta bien, quizás convierta más soldados para unirlos a mi ducado, pero eso ya será de ver. –Dije, comentándole mi decisión.
Era cierto, siempre era bien recibido contar con alguien al lado…sobre todo si, como era tan cierto que decía Kael, ella había sido una buena mercenaria. Aún no sabía que tan cierto sería eso, pero ya esperaba conocerlo a largo tiempo después, pues de todas formas aunque le había dado una pregunta abierta para que ella me respondiera por que se sobresalía del resto de los vampiros comunes, ella no me la había dado. La miré y le sonreí.
-La Inquisición es una sección de la Iglesia católica formada para cazar todo ente sobrenatural que exista. Ellos tienen dos modos operandi de funcionar; la Inquisición formal, y la informal. La formal está formada por obispos y curas que se encargan de ordenar que quemen brujas y personas en la hoguera, mientras que la informal se trata de cazadores y guerreros de Dios entrenados en el combate cuerpo a cuerpo y con armas de fuego, quienes, con usualmente armas de plata y agua bendita atacan a todas las criaturas sobrenaturales que se les ponen en frente. Me he enfrentado a ellos en otras ocasiones, solos no son nada de temer, pero en grupos y en lugares cerrados es bastante difícil combatirlos, sobre todo por el hecho de que ellos suelen cazarnos durante el día, momento en el cual somos más vulnerables…-Dije, con seriedad.
Era cierto, los cazadores eran enemigos simples, pero tampoco eran idiotas, y sabían muy bien que tenían que buscar las mejores opciones para cazarnos, y siendo tantos, usualmente las tenían, por eso mismo, para enfrentarlos, debíamos juntar gran cantidad de entes sobrenaturales capaces de hacerles frente, y eliminarlos a todos a la vez. Luego, cuando ella me hizo aquella pregunta le comenté;
-Pues la verdad siempre es bien recibido contar con una aliada, Tiamat, sobre todo si es de nuestro clan, y de hecho, es mejor, así no tendré tantos problemas para salir del país, y ojalá que a largo plazo consigamos que el resto de nuestro clan se una a nuestra cruzada. Intentaré reclutar gente en París para el combate, pues no podemos permitirnos el lujo de dejar que el enemigo avance en nuestros pasos, y a largo plazo, si todo resulta bien, quizás convierta más soldados para unirlos a mi ducado, pero eso ya será de ver. –Dije, comentándole mi decisión.
Era cierto, siempre era bien recibido contar con alguien al lado…sobre todo si, como era tan cierto que decía Kael, ella había sido una buena mercenaria. Aún no sabía que tan cierto sería eso, pero ya esperaba conocerlo a largo tiempo después, pues de todas formas aunque le había dado una pregunta abierta para que ella me respondiera por que se sobresalía del resto de los vampiros comunes, ella no me la había dado. La miré y le sonreí.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Oí con suma atención cada una de sus palabras, ahora si tenía más ganas de destruirlos. Odiaba con mi alma a la iglesia, a todas y cada una de ellas, debían ser destruidas, por completo. Me pareció estúpido que la gente aceptara tan abiertamente que se asesinara a seres sobrenaturales porque sí, a nadie hacíamos daño si no lo merecían, y ellos nos hacían daño sin nosotros merecerlos. Merecían la destrucción total y absoluta. A medida que hablaba, se me venían muchas ideas a la mente.
— ¡Alejandro! Tengo ideas en mente, una de ellas es que al llegar a París, construyas algo así como un sótano en el lugar en el cual te establecerás, totalmente hermético y que solo pueda abrirse por dentro, tienes los recursos, y así nadie podría atacaros durante el día... —
Luego le deje seguir hablando, y me alegró enormemente que me dejara participar de su cruzada, al menos, con su aprobación no me sentía tan invasora... Pero habían cosas que resolver.
— Sé que no entiendes porque me hicieron la invitación a entrar al clan, pero me aseguraré de que lo entiendas en su debido momento. Años atrás fui una de las mejores mercenarias de toda Europa, pero me cuesta mantenerme mucho tiempo en un lugar y en algo, ya que no busco nada en esta vida, ya he tenido todo, tuve tanto poder, que me aburrió, pero la situación en la que estamos ahora es distinta, es una batalla de nosotros contra el mundo, derribar a la Iglesia Católica, derribar los prejuicios que hay con nuestra raza... Eso me parece algo noble y justo, y es una causa a la que estoy dispuesta a entregar mi vida. —
Dije con total seriedad, y para que se notara la importancia que había tomado el tema para mi, lleve mi muñeca derecha a mi boca, me enterré un colmillo y un leve hilo de sangre brotó por el agujero, luego extendí mi muñeca hacia él y le miré a los ojos.
— Yo, Tiamat Malsvir, entrego mi vida a vuestra causa, Alejandro Máximo. Acepta mi sangre como símbolo de ello, como la promesa que solo podrá romperse con mi muerte. —
Y así, tan ceremoniosamente, por primera vez en mi vida entregaba mi vida a algo que me sobrecogió el corazón y me hizo querer con todas mis fuerzas verlo realizado el día de mañana, es como si hubiese encontrado mi propósito de vida, algo que me llenaba al pensar en ello, algo que no me hacía querer escapar en unos meses más como tenía planeado. Era algo que debía e iba a llevar a cabo a como de lugar.
— ¡Alejandro! Tengo ideas en mente, una de ellas es que al llegar a París, construyas algo así como un sótano en el lugar en el cual te establecerás, totalmente hermético y que solo pueda abrirse por dentro, tienes los recursos, y así nadie podría atacaros durante el día... —
Luego le deje seguir hablando, y me alegró enormemente que me dejara participar de su cruzada, al menos, con su aprobación no me sentía tan invasora... Pero habían cosas que resolver.
— Sé que no entiendes porque me hicieron la invitación a entrar al clan, pero me aseguraré de que lo entiendas en su debido momento. Años atrás fui una de las mejores mercenarias de toda Europa, pero me cuesta mantenerme mucho tiempo en un lugar y en algo, ya que no busco nada en esta vida, ya he tenido todo, tuve tanto poder, que me aburrió, pero la situación en la que estamos ahora es distinta, es una batalla de nosotros contra el mundo, derribar a la Iglesia Católica, derribar los prejuicios que hay con nuestra raza... Eso me parece algo noble y justo, y es una causa a la que estoy dispuesta a entregar mi vida. —
Dije con total seriedad, y para que se notara la importancia que había tomado el tema para mi, lleve mi muñeca derecha a mi boca, me enterré un colmillo y un leve hilo de sangre brotó por el agujero, luego extendí mi muñeca hacia él y le miré a los ojos.
— Yo, Tiamat Malsvir, entrego mi vida a vuestra causa, Alejandro Máximo. Acepta mi sangre como símbolo de ello, como la promesa que solo podrá romperse con mi muerte. —
Y así, tan ceremoniosamente, por primera vez en mi vida entregaba mi vida a algo que me sobrecogió el corazón y me hizo querer con todas mis fuerzas verlo realizado el día de mañana, es como si hubiese encontrado mi propósito de vida, algo que me llenaba al pensar en ello, algo que no me hacía querer escapar en unos meses más como tenía planeado. Era algo que debía e iba a llevar a cabo a como de lugar.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
La miré extremadamente extrañado. ¿Un sótano? ¿Para que querría un sótano cuando contaba con soldados que me protegían día y noche, además de ser un reconocido duque por su benevolencia en su ducado? Nadie sospechaba de mí, ni lo había hecho jamás en siglos, además, el Fraternitatem Ignis probablemente debía tener una buena base de operaciones, la miré y le expliqué;
-No creo que sea necesario nada de eso, Tiamat, después de todo, iré con una larga custodia de mis soldados para el camino, así mantendré las guardas como el duque de Vrhoom y todo lo que tenga que ver con eso. Además, tengo algunos planes una vez que llegue a Francia, por lo que no me preocupa mucho como llegue a actuar la Inquisición, pues sabía que la Inquisición no se expondría a un gran ataque de los suyos. –Dije, mirándola.
Era cierto, la Inquisición no era estúpida, y no se enfrentarían a una quincena de soldados de elite extremadamente entrenados, sobre todo, si eran del Imperio Germánico, pues aquellos no serían capaces de enfrentarse a una guerra a gran escala por un simple vampiro. Luego cuando continuó hablando, aquella mujer me pareció aún más extraña, y le respondí;
-Siempre habrá prejuicios, y esta bien que los haya, porque los humanos deben temernos. Nosotros somos bestias, devoradores de almas, devoradores de sangre, y la sangre humana nunca será suficiente para saciarnos. Esta bien que nos teman, y que no sepan nada de nuestra existencia, y debe ser así, por el bien de ambas razas. Además, no se si recuerdas, pero nuestro Imperio también es Católico, Tiamat, y el hecho de que haya una ‘’Inquisición’’ también nos libra de futuros clanes de otras criaturas que decidan enfrentarse a nosotros, por lo que a largo plazo, el hecho que exista una Inquisición también es el perfecto chivo expiatorio para encargarnos de quién más nos provoca problemas. –Dije, mirándola a los ojos.
Eso era cierto, y me parecía extraño que ella actuara de una forma tan… ¿Humana? Era extraña, muy extraña, quizás de verdad ella pensaba que aún seguía humana o algo así´…pero yo había comprendido mi verdadera naturaleza devoradora tras la muerte de Leothir, todos en el clan lo sabían, todos sabían que tras su muerte yo y Kael nos habíamos encargado casi de una veintena de vampiros en combate solos, y que luego de nuestra venganza, yo había andado por toda Europa sola matando azotes de brujas y licántropos, algo que parecía casi horroroso a los ojos del clan, pero ellos sabían que mi espada era una espada de justicia, y si bien era un monstruo, lo era en su justa medida. Luego, cuando ella hizo su juramento negué con la cabeza y le comenté;
-Tranquilízate, Tiamat. Nuestra misión será principalmente averiguar que está pasando, encontrar a los líderes de ambos bandos y tomar la decisión que más nos beneficie a nosotros. Claramente todo esto lo conversaremos con los Antiguos, y con ellos tomaremos la decisión de nuestras acciones a tomar, pero no creo que sea necesaria tu sangre para esta batalla, Tiamat, o al menos, no toda. –Dije, con ojos brillantes.
Eso era cierto, pues realmente no conocíamos la fortaleza de su enemigo, ni cuán grande era la cantidad de seres que participaban de estos…de hecho, había escuchado rumores de extraños cazadores que poseían poderes, y eso solo lo explicaba una cosa…habían seres sobrenaturales que habían traicionado su existencia, y habían decidido compartir la muerte a aquellos que alguna vez habían sido sus hermanos, y por eso mismo, yo mismo me encargaría de darle muerte a tan importantes objetivos. Probablemente caería mucha sangre, mía y de Tiamat, pero la victoria sería finalmente neustra, lo sabía a ciencia cierta.
-No creo que sea necesario nada de eso, Tiamat, después de todo, iré con una larga custodia de mis soldados para el camino, así mantendré las guardas como el duque de Vrhoom y todo lo que tenga que ver con eso. Además, tengo algunos planes una vez que llegue a Francia, por lo que no me preocupa mucho como llegue a actuar la Inquisición, pues sabía que la Inquisición no se expondría a un gran ataque de los suyos. –Dije, mirándola.
Era cierto, la Inquisición no era estúpida, y no se enfrentarían a una quincena de soldados de elite extremadamente entrenados, sobre todo, si eran del Imperio Germánico, pues aquellos no serían capaces de enfrentarse a una guerra a gran escala por un simple vampiro. Luego cuando continuó hablando, aquella mujer me pareció aún más extraña, y le respondí;
-Siempre habrá prejuicios, y esta bien que los haya, porque los humanos deben temernos. Nosotros somos bestias, devoradores de almas, devoradores de sangre, y la sangre humana nunca será suficiente para saciarnos. Esta bien que nos teman, y que no sepan nada de nuestra existencia, y debe ser así, por el bien de ambas razas. Además, no se si recuerdas, pero nuestro Imperio también es Católico, Tiamat, y el hecho de que haya una ‘’Inquisición’’ también nos libra de futuros clanes de otras criaturas que decidan enfrentarse a nosotros, por lo que a largo plazo, el hecho que exista una Inquisición también es el perfecto chivo expiatorio para encargarnos de quién más nos provoca problemas. –Dije, mirándola a los ojos.
Eso era cierto, y me parecía extraño que ella actuara de una forma tan… ¿Humana? Era extraña, muy extraña, quizás de verdad ella pensaba que aún seguía humana o algo así´…pero yo había comprendido mi verdadera naturaleza devoradora tras la muerte de Leothir, todos en el clan lo sabían, todos sabían que tras su muerte yo y Kael nos habíamos encargado casi de una veintena de vampiros en combate solos, y que luego de nuestra venganza, yo había andado por toda Europa sola matando azotes de brujas y licántropos, algo que parecía casi horroroso a los ojos del clan, pero ellos sabían que mi espada era una espada de justicia, y si bien era un monstruo, lo era en su justa medida. Luego, cuando ella hizo su juramento negué con la cabeza y le comenté;
-Tranquilízate, Tiamat. Nuestra misión será principalmente averiguar que está pasando, encontrar a los líderes de ambos bandos y tomar la decisión que más nos beneficie a nosotros. Claramente todo esto lo conversaremos con los Antiguos, y con ellos tomaremos la decisión de nuestras acciones a tomar, pero no creo que sea necesaria tu sangre para esta batalla, Tiamat, o al menos, no toda. –Dije, con ojos brillantes.
Eso era cierto, pues realmente no conocíamos la fortaleza de su enemigo, ni cuán grande era la cantidad de seres que participaban de estos…de hecho, había escuchado rumores de extraños cazadores que poseían poderes, y eso solo lo explicaba una cosa…habían seres sobrenaturales que habían traicionado su existencia, y habían decidido compartir la muerte a aquellos que alguna vez habían sido sus hermanos, y por eso mismo, yo mismo me encargaría de darle muerte a tan importantes objetivos. Probablemente caería mucha sangre, mía y de Tiamat, pero la victoria sería finalmente neustra, lo sabía a ciencia cierta.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Le escuché con atención, y a medida que hablaba iba conociendo facetas nuevas de él, tenía todo absolutamente planeado, lo cual hablaba extremadamente bien de él... Pero había algo que me inquietaba, una vez que las cosas explotaran, que la guerra se declarara, todo ser que se uniera a la causa quedaría expuesto, pues no todos teníamos guardias de élite. Luego oí acerca de sus prejuicios, y entendí que él también había aceptado su naturaleza hacia mucho... Pero no pensaba las ventajas que nos daría el poder ser aceptados por los humanos, un rebaño que no se opusiera, un rebaño feliz de dar su sangre para nosotros, que se harían adictos a nosotros con solo unas gotas de nuestra vitae... Y eso nos daba el mundo a nuestras manos, el mundo sería nuestro si podíamos lograr eso, nadie nos detendría.
— Alejandro, cariño... Sé lo que somos, llevo setecientos cincuenta y cinco años siendo una vampireza, y a diferencia de ti, tuve que aprender sola como sobrevivir, quien me transformo desapareció sin más, por lo que sé lo que es ser un monstruo, el peor de todos. Pero con tantos siglos de vida, creo, que si el mundo pudiese aceptarnos por lo que somos, este pasaría a ser nuestro automáticamente... Nuestra sangre es el brebaje que mas adicción causa a un ser humano... Imagínate, humanos embelesados por nuestra sangre, todos serían nuestros esclavos, el mundo sería nuestro... —
Dije mientras tomaba una leve pausa.
— Si, nuestro imperio es "Católico" también... Pero el imperio somos nosotros... El catolicismo es solamente una máscara que nos oculta. —
Al ver que rechazaba mi sangre, me lamí el hilo que había dejado por sobre mi blanca piel, con mi índice me teñí los labios con color carmín y me acerqué a él, deposité un beso en su mejilla y le susurré al oído.
— Después de ti... —
Dije y me separé de su oído, encaminando mis silenciosos pasos hacia el establo de mi ducado para retirar a mi montura e ir a reunirnos con los antiguos y esperar que aceptaran el plan, no sería un viaje demasiado largo.
— Alejandro, cariño... Sé lo que somos, llevo setecientos cincuenta y cinco años siendo una vampireza, y a diferencia de ti, tuve que aprender sola como sobrevivir, quien me transformo desapareció sin más, por lo que sé lo que es ser un monstruo, el peor de todos. Pero con tantos siglos de vida, creo, que si el mundo pudiese aceptarnos por lo que somos, este pasaría a ser nuestro automáticamente... Nuestra sangre es el brebaje que mas adicción causa a un ser humano... Imagínate, humanos embelesados por nuestra sangre, todos serían nuestros esclavos, el mundo sería nuestro... —
Dije mientras tomaba una leve pausa.
— Si, nuestro imperio es "Católico" también... Pero el imperio somos nosotros... El catolicismo es solamente una máscara que nos oculta. —
Al ver que rechazaba mi sangre, me lamí el hilo que había dejado por sobre mi blanca piel, con mi índice me teñí los labios con color carmín y me acerqué a él, deposité un beso en su mejilla y le susurré al oído.
— Después de ti... —
Dije y me separé de su oído, encaminando mis silenciosos pasos hacia el establo de mi ducado para retirar a mi montura e ir a reunirnos con los antiguos y esperar que aceptaran el plan, no sería un viaje demasiado largo.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
La miré con una sonrisa, y luego solté una gran carcajada. ¿Tenerlo todo? ¿A caso tenía idea ella de quién era yo? ¿De qué había perdido? ¡¿De lo que terrible putamente era mi vida?! Por un momento mi cara se desfiguró por el dolor y la ira, pero con una disciplina militar me controlé inmediatamente, y solamente le respondí a su frase;
-Yo aprendí a matar y a sobrevivir a base de sangre y muerte, y a base de eso mismo perdí todo lo que poseo en la vida, algo que jamás recuperaré. No hay ningún sentido en esclavizar a la raza humana. Las personas deben ser libres, para poder apreciar su belleza, pero por lo mismo, debemos protegerlos y guiarlos hacia la bondad, como dice el dicho ‘’Ojo por ojo, diente por diente’’. Yo me alimento de criminales y asesinos, y los hago pagar con la muerte, soy el ángel de la justicia, soy el ángel de la muerte, y bajo mi espada cae lo que encuentro es maligno e incorrecto, y bajo el mismo destino pago lo que hago con mi propia sangre. –Dije, para terminar mi frase.
Era cierto, había perdido lo que más amaba, y actualmente era un enemigo odioso de los más poderosos vampiros, pues había destruido gran cantidad de azotes solo con mi espada, madera y fuego, azotes de vampiros que solamente veían a las personas con ojos devoradores y simplemente cometían el mal, algo que yo jamás permitiría. Luego, no dije ningún comentario sobre lo que ella me señalaba de la Iglesia Católica, porque ciertamente tenía razón. Su beso ciertamente me descolocó y me provocó un escalofrío en la piel, pues no pensé que ella fuera a hacer algo así. Mientras ella fue a buscar su caballo yo me lamí la mano y luego me la pasé por la cara para limpiarme, y subiéndome a mi caballo, me puse a esperar a la mujer mientras me tapaba con la capucha, pues una nieve suave estaba comenzando a caer. Cuando esta hubo vuelto le comenté;
-Deberemos detenernos en el próximo pueblo más cercano de la capital, que está a cerca de ocho horas de aquí. Iremos a galope a través del camino principal, y allí descansaremos. –Dije, mientras me ajustaba bien la capa y mi espada cosa de que cuando comenzáramos el galope esta no se me revoloteara entre mis cosas.
-Yo aprendí a matar y a sobrevivir a base de sangre y muerte, y a base de eso mismo perdí todo lo que poseo en la vida, algo que jamás recuperaré. No hay ningún sentido en esclavizar a la raza humana. Las personas deben ser libres, para poder apreciar su belleza, pero por lo mismo, debemos protegerlos y guiarlos hacia la bondad, como dice el dicho ‘’Ojo por ojo, diente por diente’’. Yo me alimento de criminales y asesinos, y los hago pagar con la muerte, soy el ángel de la justicia, soy el ángel de la muerte, y bajo mi espada cae lo que encuentro es maligno e incorrecto, y bajo el mismo destino pago lo que hago con mi propia sangre. –Dije, para terminar mi frase.
Era cierto, había perdido lo que más amaba, y actualmente era un enemigo odioso de los más poderosos vampiros, pues había destruido gran cantidad de azotes solo con mi espada, madera y fuego, azotes de vampiros que solamente veían a las personas con ojos devoradores y simplemente cometían el mal, algo que yo jamás permitiría. Luego, no dije ningún comentario sobre lo que ella me señalaba de la Iglesia Católica, porque ciertamente tenía razón. Su beso ciertamente me descolocó y me provocó un escalofrío en la piel, pues no pensé que ella fuera a hacer algo así. Mientras ella fue a buscar su caballo yo me lamí la mano y luego me la pasé por la cara para limpiarme, y subiéndome a mi caballo, me puse a esperar a la mujer mientras me tapaba con la capucha, pues una nieve suave estaba comenzando a caer. Cuando esta hubo vuelto le comenté;
-Deberemos detenernos en el próximo pueblo más cercano de la capital, que está a cerca de ocho horas de aquí. Iremos a galope a través del camino principal, y allí descansaremos. –Dije, mientras me ajustaba bien la capa y mi espada cosa de que cuando comenzáramos el galope esta no se me revoloteara entre mis cosas.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Observé su expresión con extrañeza, me pareció raro aquel gesto, algo había dicho que le había dolido profundamente, había hurgado en una herida del pasado sin quererlo, y me sentí un poco culpable por ello... Las palabras que dijo a continuación me confirmaron todo, y no quise ir mas allá, al menos, no de inmediato. Fui por mi caballo rápidamente, y luego entré a la casa en busca de una capa gruesa para cubrirme de la nieve, unos guantes de cuerno negros y largos, al salir me preparé para subirme al caballo, no sin antes apretar mejor los cinturones de mis dagas, dejando que Alejandro las apreciara con total libertad.
— ¿Hermosas, no? —
Comenté haciendo referencia a mis dagas, luego me subí al caballo con habilidad y me cubrí con la capa, mi piel era tan blanca que llegaba a confundirse con la nieve.
— Odio los días de nieve... Me recuerdan desgracias. —
Dije haciendo un comentario hacia mi misma, luego comencé el galope, como escapando de memorias indeseadas, escapando de mi misma. Una noche como esta había despertado de ese sueño de tres días, había despertado para no morir jamás, y desde un día así, había perdido mi alma. Tras un largo rato de galope en silencio, me atreví a preguntar.
— Sé que no debo, pero... ¿Qué es aquello tan preciado que perdiste? —
Dije mirándolo de reojo, esperando su respuesta, sabía que era un tema delicado, un tema que no debería haber tocado, pero el silencio y la curiosidad me mataban, quería saber más de este misterioso vampiro, pues después de todo, pasaríamos muchas cosas juntos.
— ¿Hermosas, no? —
Comenté haciendo referencia a mis dagas, luego me subí al caballo con habilidad y me cubrí con la capa, mi piel era tan blanca que llegaba a confundirse con la nieve.
— Odio los días de nieve... Me recuerdan desgracias. —
Dije haciendo un comentario hacia mi misma, luego comencé el galope, como escapando de memorias indeseadas, escapando de mi misma. Una noche como esta había despertado de ese sueño de tres días, había despertado para no morir jamás, y desde un día así, había perdido mi alma. Tras un largo rato de galope en silencio, me atreví a preguntar.
— Sé que no debo, pero... ¿Qué es aquello tan preciado que perdiste? —
Dije mirándolo de reojo, esperando su respuesta, sabía que era un tema delicado, un tema que no debería haber tocado, pero el silencio y la curiosidad me mataban, quería saber más de este misterioso vampiro, pues después de todo, pasaríamos muchas cosas juntos.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Solté una carcajada al ver las dagas de Tiamat, y las estudié a la distancia. Según el brillo que reflejaban con la luz de la luna, eran de plata. Ciertamente para asesinar a un humano u otro vampiro desde un ataque sorpresa serviría bastante, pero no contra un licántropo, a una de esas bestias solo le haría cosquillas. La miré y le dije;
-Te hace falta un arma de verdad, algo así como mi espada. Podrás tener mucha precisión, pero los vampiros son seres que no son capaces de ser sorprendidos con facilidad, por lo que no te servirían de mucho, además, si te enfrentaras a un licántropo solo le harías cosquillas, pero bueno…por algo las usas. –Dije, para finalmente encogerme de hombros.
Ciertamente todas las palabra que yo decía estaban llenas de razón, pero a final de cuentas, la forma en la que ella combatía determinaba que tan útiles le servían, al menos, en mi caso, si ella se enfrentara a mí se vería en graves problemas, pues el hecho de que tuviera que enfrentar a extrema corta distancia por el alcance de sus dagas le jugaría extremadamente en contra a causa del largo de mi espada. Cuando hizo el comentario de la nieve yo sonreí con tristeza y miré al horizonte, y le comenté;
- El invierno es mi época favorita del año, donde tuve los mejores años de mi vida…así como también los peores. –Dije, para luego, iniciar el galope.
El viaje había comenzado, y los recuerdos que me acompañaban, también. Ella no sabía, pero yo una noche como esa había encontrado a Leothir enfrentándose a un oso, para luego transformarla, con ella había jugado, reído, vivido, combatido, por más de treinta años, hasta que aquellos malditos me la habían arrebatado, mi Leothir, mi alma, mi vida, mi corazón…me habían arrebatado todo, y en mi corazón no quedaba más que odio y venganza. El viento aullaba mientras cabalgaba con facilidad, el frío golpeaba mi cara, pero simplemente lo sentía como una briza al pasar. Todo fue silencio y pensamientos oscuros, hasta que la mujer me hablo, mantuve silencio por unos segundos, hasta que le contesté;
-Perdí a la mujer que más amaba en mi existencia una noche de invierno, luego que un clan de vampiros rumanos nos atacara por sorpresa. La encontré media muerta en medio de la nieve, con una estaca enterrada en el corazón, conjunto a los rastrojos de cenizas de varios de ellos, me sonrió, para luego deshacerse en cenizas en mis propios brazos. –Dije, con voz temblorosa, intentando no pensar más en eso.
Y solo el viento resguardaba mi propia alma, de aquel dolor inexpugnable de haber perdido lo que más había amado en la vida, de haberlo perdido todo, y ser simplemente Nocturne, el caído.
-Te hace falta un arma de verdad, algo así como mi espada. Podrás tener mucha precisión, pero los vampiros son seres que no son capaces de ser sorprendidos con facilidad, por lo que no te servirían de mucho, además, si te enfrentaras a un licántropo solo le harías cosquillas, pero bueno…por algo las usas. –Dije, para finalmente encogerme de hombros.
Ciertamente todas las palabra que yo decía estaban llenas de razón, pero a final de cuentas, la forma en la que ella combatía determinaba que tan útiles le servían, al menos, en mi caso, si ella se enfrentara a mí se vería en graves problemas, pues el hecho de que tuviera que enfrentar a extrema corta distancia por el alcance de sus dagas le jugaría extremadamente en contra a causa del largo de mi espada. Cuando hizo el comentario de la nieve yo sonreí con tristeza y miré al horizonte, y le comenté;
- El invierno es mi época favorita del año, donde tuve los mejores años de mi vida…así como también los peores. –Dije, para luego, iniciar el galope.
El viaje había comenzado, y los recuerdos que me acompañaban, también. Ella no sabía, pero yo una noche como esa había encontrado a Leothir enfrentándose a un oso, para luego transformarla, con ella había jugado, reído, vivido, combatido, por más de treinta años, hasta que aquellos malditos me la habían arrebatado, mi Leothir, mi alma, mi vida, mi corazón…me habían arrebatado todo, y en mi corazón no quedaba más que odio y venganza. El viento aullaba mientras cabalgaba con facilidad, el frío golpeaba mi cara, pero simplemente lo sentía como una briza al pasar. Todo fue silencio y pensamientos oscuros, hasta que la mujer me hablo, mantuve silencio por unos segundos, hasta que le contesté;
-Perdí a la mujer que más amaba en mi existencia una noche de invierno, luego que un clan de vampiros rumanos nos atacara por sorpresa. La encontré media muerta en medio de la nieve, con una estaca enterrada en el corazón, conjunto a los rastrojos de cenizas de varios de ellos, me sonrió, para luego deshacerse en cenizas en mis propios brazos. –Dije, con voz temblorosa, intentando no pensar más en eso.
Y solo el viento resguardaba mi propia alma, de aquel dolor inexpugnable de haber perdido lo que más había amado en la vida, de haberlo perdido todo, y ser simplemente Nocturne, el caído.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
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Re: Tejiendo un futuro
Oí sus carcajadas con la paciencia que los muchos sigos que poseía me habían concedido, él aún no entendía, no entendía que yo y las sombras eramos una a la hora de matar, si bien era muy buena peleando cuerpo a cuerpo, con las dagas no lo hacía, mis dagas eran pequeños proyectiles que te asesinaban lentamente y a distancia, aunque eso era relativo, ya que habían ocasiones en que la distancia no era necesaria. Oí sus palabras, y entendí su punto.
— Cariño mío, al ser mercenario en un mundo de humanos, solo matas a humanos... No niego haber matado a una que otra criatura sobrenatural, pero te digo, mi método y el tuyo son muy distintos, yo actuó en las sombras, desde lejos... Una daga podrá no ser armas muy grandes, pero si son mortíferas, solo debes saber donde y cuando usarlas, con la fuerza y precisión suficiente, puedes acertar de un solo golpe... Pero me parece un muy buen consejo el tuyo, sé que lo que viene ahora es más que matar a simples humanos tontos, son humanos que están especializados en matarnos a nosotros, por lo que pelear de lejos no siempre será útil... Debo conseguir una espada antes de llegar a París. —
Dije sonriendo, entusiasmada por la idea, aunque poco duro, pues el pesar de mis pensamientos y mi pasado me condenaba a vivir en un estado de ira y tristeza. Cada copo caía con un recuerdo, con una herida, con una lágrima que había sido parte de lo que mi pasado era. Ser una vampiresa no fue fácil, muchas veces intenté volver a donde mi familia, pero en cuanto estaba a punto de tocar la puerta, él aparecía. Hasta que en mi último intento, él no apareció, no de inmediato. Entré, mis padres habían muerto, pues muchos años habían pasado, mis hermanos vivían en miseria, enfermos. Luego de que empezaron las acusaciones por parte de ellos, él llegó. Ahí me di cuenta de que los humanos y los vampiros jamás podrían convivir, él me hizo dar cuenta de ello, los mató uno a uno frente a mis ojos... Y yo no pude hacer nada, me di cuenta de que ya no era humana, pero también de que no quería ser como él, jamás. Luego de eso, inicié mi viaje por Europa, me hice mi fama de mercenaria, conocí vampiros, hice con mi vida todo lo que pude, no intentando disfrutarla, si no que buscando mi muerte. Pero me dí cuenta de que no importaban los excesos, así no iba a morir. Tuve amoríos, largos amoríos, pero en cada uno de ellos, salí lastimada, por lo que hacia un par de siglos que me mantenía alejada de sentir, solo iba a montañas vírgenes y me abandonaba ahí, a leer, a contemplar... a dejar que los años avanzaran sobre mis hombros. Luego su voz me sacó de mis pensamientos, un tanto aturdida, levanté la mirada hacía él.
— Lamento mucho oír eso... Yo... He amado con tanta intensidad en mi vida, pero solo he recibido por pago dolor... A veces pienso que el vivir tantos años nos quita la capacidad de amar, pero yo quiero creer que para mi será distinto, que como tú, podré encontrar a alguien que me amé, incluso después de estar muerta... En mi vida humana no alcancé a amar. Podría apostar que ella solo desea felicidad para ti, Alejandro... Al menos, así lo haría yo. —
Dije sonriendole amargamente, mis palabras decían mucho, pero yo solo podía sentir la fragilidad de mi ser aquella noche, solo podía sentir la tristeza de ser aquella a quien nadie jamás iba a amar. Eso era lo que adoraba observar en los otros seres, su capacidad de amarse los unos a los otros... Al menos algo teníamos en común: Ambos añorábamos un amor... él, con alguien en concreto, y yo, con alguien a quien no sabía si algún día iba a conocer.
— Cariño mío, al ser mercenario en un mundo de humanos, solo matas a humanos... No niego haber matado a una que otra criatura sobrenatural, pero te digo, mi método y el tuyo son muy distintos, yo actuó en las sombras, desde lejos... Una daga podrá no ser armas muy grandes, pero si son mortíferas, solo debes saber donde y cuando usarlas, con la fuerza y precisión suficiente, puedes acertar de un solo golpe... Pero me parece un muy buen consejo el tuyo, sé que lo que viene ahora es más que matar a simples humanos tontos, son humanos que están especializados en matarnos a nosotros, por lo que pelear de lejos no siempre será útil... Debo conseguir una espada antes de llegar a París. —
Dije sonriendo, entusiasmada por la idea, aunque poco duro, pues el pesar de mis pensamientos y mi pasado me condenaba a vivir en un estado de ira y tristeza. Cada copo caía con un recuerdo, con una herida, con una lágrima que había sido parte de lo que mi pasado era. Ser una vampiresa no fue fácil, muchas veces intenté volver a donde mi familia, pero en cuanto estaba a punto de tocar la puerta, él aparecía. Hasta que en mi último intento, él no apareció, no de inmediato. Entré, mis padres habían muerto, pues muchos años habían pasado, mis hermanos vivían en miseria, enfermos. Luego de que empezaron las acusaciones por parte de ellos, él llegó. Ahí me di cuenta de que los humanos y los vampiros jamás podrían convivir, él me hizo dar cuenta de ello, los mató uno a uno frente a mis ojos... Y yo no pude hacer nada, me di cuenta de que ya no era humana, pero también de que no quería ser como él, jamás. Luego de eso, inicié mi viaje por Europa, me hice mi fama de mercenaria, conocí vampiros, hice con mi vida todo lo que pude, no intentando disfrutarla, si no que buscando mi muerte. Pero me dí cuenta de que no importaban los excesos, así no iba a morir. Tuve amoríos, largos amoríos, pero en cada uno de ellos, salí lastimada, por lo que hacia un par de siglos que me mantenía alejada de sentir, solo iba a montañas vírgenes y me abandonaba ahí, a leer, a contemplar... a dejar que los años avanzaran sobre mis hombros. Luego su voz me sacó de mis pensamientos, un tanto aturdida, levanté la mirada hacía él.
— Lamento mucho oír eso... Yo... He amado con tanta intensidad en mi vida, pero solo he recibido por pago dolor... A veces pienso que el vivir tantos años nos quita la capacidad de amar, pero yo quiero creer que para mi será distinto, que como tú, podré encontrar a alguien que me amé, incluso después de estar muerta... En mi vida humana no alcancé a amar. Podría apostar que ella solo desea felicidad para ti, Alejandro... Al menos, así lo haría yo. —
Dije sonriendole amargamente, mis palabras decían mucho, pero yo solo podía sentir la fragilidad de mi ser aquella noche, solo podía sentir la tristeza de ser aquella a quien nadie jamás iba a amar. Eso era lo que adoraba observar en los otros seres, su capacidad de amarse los unos a los otros... Al menos algo teníamos en común: Ambos añorábamos un amor... él, con alguien en concreto, y yo, con alguien a quien no sabía si algún día iba a conocer.
Tiamat Malsvir- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 03/12/2013
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