Dolor y placer ¿cuál es la mezcla exacta? // Privado // Bard

por **Maité Coppi** Jue Ene 09, 2014 11:31 am

Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría.
George Sand

En ocasiones también se necesita explotar, pero Maité había olvidado cómo, incluso creía que pudo haber dejado de creer que existía la vergüenza o el pudor, sin embargo cuando más fuerte se sentía, esa estúpida necesidad de un abrazo le embargaba al grado de querer salir corriendo y eso era lo que había hecho ese día. No recordaba cuantos habían pasado por su cama esa noche, sólo supo que cuando el soplido del viento corrió por la habitación ella se encontraba desnuda y sola. Se giró y jaló la sábana hacia la cama, mientras reposaba la espalda en la cabecera, estaba intentando ubicarse, no sabía en donde había acabado, nunca tenía idea, así que cuando era diferente sencillamente era anormal.

Se pasó lentamente las manos por la cara mientras su mente daba mil vueltas sin encontrar cuál de todos era el camino. Su mano diestra se estiró hacia el buró en donde localizó fácilmente su bolso donde yacían los billetes de ese último encuentro -Alguien honrado- rio con cierta amargura mientras se ponía de pie. Estiró las manos y tuvo la osadía de acercarse a la ventana, París todavía no estaba completamente despierto, así que ella podría seguir durmiendo, la realidad es que la cama se veía confortable, aunque no quería quedarse en esa por mucho tiempo, así que se fue hacia el cuarto de baño y comenzó a limpiarse, poco a poco el agua le quitaba, o al menos intentaba, todo lo que había pasado, todas las caricias sucias que había recibido y la sensación de no haber sido ella, comenzaba a despertar.

En pocos minutos ella se encontraba de nuevo cubierta con un corsé que resaltaba las curvas que ya poseía, mientras el maquillaje lograba cubrir las ojeras que se postraban debajo de sus ojos, el carmín en los labios le daba aquél último gran toque, de nuevo estaba lista para que el mundo la viera, dejando que su mente vagara por donde quisiera, siempre y cuando no la hiciera pensar más de lo que debía. Tomó el bolso y sin mirar atrás salió de la habitación, su cuerpo iba cubierto con un largo abrigo color beige, dejando únicamente a la vista sus torneadas pantorrillas, estilizadas por unos tacones a juego y bolso en el mismo tono, por fuera siempre debía estar impecable, pero ¿Por qué tenía ese nudo en la garganta que parecía querer matarla? ¿Tenía la ilusión de que un día realmente podría llegar a despertar en los brazos de alguien? ¡Eso era basura!, Basura que la estaba haciendo caminar con mucha más fuerza y decisión, al tiempo que sus facciones se endurecían, en ocasiones podía llegar a ser demasiado idiota.

Sus pasos le habían traicionado y no se había percatado de aquello hasta que estuvo envuelta en el humo del cigarro, el olor a alcohol y aquél desagradable aroma permanente a orín y muerto, miró a todos lados, quitándose de encima a un hombre lo suficientemente ebrio como para acercarse a ella, afortunadamente un empujón fue lo único que necesitó para que él cayera al piso, no se espantaba, pero ahora no estaba de humor o al menos no, para soportar borrachos. La luz del sol todavía no vestía aquellas callejuelas que escondían tantos secretos, que seguramente eran mucho más grandes y misteriosas que las famosas avenidas, pero aquí era el lado “oscuro” de aquella ciudad. Comenzó a subir con calma por unas escalinatas que la llevarían directamente hacia donde debía, el burdel, así que por mientras pasaría rápido antes de que otro y otros intentaran siquiera ponerle una mano encima o tendría con quien desquitar sus frustraciones.

por **Bard Blase** Vie Ene 10, 2014 12:13 am

por **Maité Coppi** Mar Ene 14, 2014 12:25 am

En ocasiones no sabía exactamente porqué se levantaba de malas, pero esa era una de esas veces, aunque recordar todo lo que le había pasado la última semana no dejaba en ella otra cosa que no fuera la misma frustración de siempre. Sí, le gustaba estar en el burdel, cobrar, cantar y... Follar ¿Por qué no decirlo? Había tomado el gusto por su "trabajo" pero en otras tantas simplemente sentía repugnancia de sí misma, ¿Cómo era que había tenido que caer tan bajo como para que su cuerpo se convirtiera en su sustento? Aún no lo descifraba, quizá con el tiempo, tal vez con la muerte, por lo pronto le tocaba vivir ahí, con las caricias que le brindara cualquiera, aunque tenía una regla muy clara y es que los labios no se tocaban, no era por cuestión de los estúpidos sentimientos, sólo que el alcohol y demás cosas que acostumbraban no le agradaba para nada, podían tocarla, sentirla pero nunca besarla, eso era una regla básica de todo aquello.

Algunos cabellos se lograron soltar de su amarre mientras que caminaba a una velocidad media por las calles de París, eran tan patéticas, mucho más cuando mostraban la realidad como era, no había hombres de clase, tampoco señoritas recatadas, era como si la noche se llevara las máscaras a dormir dejando en su haber todo lo que podías encontrar sin hipocresías, aunque claro eso también estaba un poco... ¿Dudoso? Sí, esa era la palabra, no era del todo cierto, muchas abrían las piernas porque no les quedaba de otra, pero no es que Maité lograra sentir lástima por ellas, le daba igual lo que tuvieran que hacer para sobrevivir, no es que fueran unas mártires.

Sus pensamientos la habían llevado bastante lejos de aquél callejón mientras que la luz de la luna lograba iluminar sus pasos, su sombra a veces se hacía larga, otras desaparecía, unas más parecía apenas un susurro, estar sola para ella era bastante tormentoso en ocasiones, aunque si llegaba al burdel no es que fuera a encontrar gran ajetreo o quizá sí, nadie sabía que tanto los hombres podían aguantar, una sonrisa irónica se dibujó en sus labios con aquellos pensamientos, al tiempo que veía una silueta caminar hacia ella, era bastante extraño, no parecía que tuviera la seguridad de dar un paso tras otro pero ella no se metería en aquello, ya con sus problemas era más que suficiente -Buenas noches- mencionó al tiempo que pasaba justo al lado del hombre ¿Qué más podía decir? Absolutamente nada, su maldita insensibilidad no le dejaba que sintiera preocupación por nadie que no fuera Maité Coppi.

por **Bard Blase** Lun Ene 20, 2014 8:49 pm

Los callejones estaban solitarios, una noche vacía con solo la iluminación tenue de la luna, era de esperar que simplemente no encontrara lugar tan pronto en esta ciudad, me siento perdido, pensando y recordando tantas cosas, el problema económico era algo que necesito resolver lo mas pronto posible, aunque ya tenia unas cuantas opciones aun nada era seguro. Conozco varias maneras de ganar dinero facil y por como van las cosas tal ves deba terminar haciendo alguna de estas cosas, de igual manera pase lo que pase sera ya mañana, a estas horas no conseguiré nada mas que algún problema si sigo estando solo por aca.

Seguía solo pero la mujer se venia acercando a mi camino, a medida que avanzaba pude notar que se trataba de una mujer bastante voluptuosa, su figura se notaba esbelta, como esculpida por un artista perfectamente, su andar tenia gracia, su cabello bien cuidado y hasta los retoques que se podían notar en su rostro hacían que resaltara completamente, una hermosa mujer venia acercándose directamente y yo me encontraba solo, me incorpore adelante y me quede observando su cuerpo en la noche, las cosas se pueden poner muy interesantes.

Era una mujer tan hermosa que dudo haber compartido con alguna asi anteriormente, hacia mucho ya que no sentía la compañía de una hermosa mujer y ahora esta venia hacia mi con el vaivén de sus caderas, por un momento en mi mente se generaron muchas ideas, sabia que estábamos completamente solos, tenia un buen rato en el lugar y ya había observado con detalle, note varios callejones que estaban tan cerrados que lo que pasara en ellos quedaría en ellos, podría alejarla un poco a un pequeño lugar mas atrás y en ese sitio con una mujer como eso puedo pasarla muy bien. Una a una las ideas venían mas y mas pensando y calculando como podría actuar, no se que me estará pasando o porque se me esta ocurriendo esto, es una oportunidad y no se que haré.

La mujer pasa frente a mi y en ese instante con un impulso avanzo detras de ella, -Muy buenas noches- Susurre dando un paso para aproximarme detrás de ella -Es muy tarde para avanzar a solas por este lugar- comente colocándome al costado de la chica.

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